bourdieu - 2000 [1986] las formas de capital

19
PIERRE BOURDIEU PODER , DERECHO Y CLASES SOCIALES Intr oducción de Andrés García Ind a Trad ucción de M' Jos é Bernuz Beneite z (capítul os II y IV ), And rés Garcí a Inda (prólogo y capít ul o 1) , M' José Gonzál ez Ordovás (capítulo V) y Dani el Ol i ve r Lalana (capít ulo 1 11 ). A. García Inda ha coordinad o y revisado la edición y tr aducción de los textos PALIMP SE STO DERECH OS HUMA NO S Y DESARRO LLO D ES CLÉE DE BROUWER

Upload: buscadordehorizontes

Post on 24-Nov-2015

36 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Bourdieu, Pierre, 2000 [1986], "Las Formas de capital", en Poder, derecho y clases sociales , traducción Ma. José Bemuz Beneitez [et al.], 2a ed., Bilbao: Desclée de Brouwer. pp 131-164.

TRANSCRIPT

  • PIERRE BOURDIEU

    PODER , DERECHOY CLASES SOCIALES

    Intr odu ccin de Andrs Garca Ind a

    Trad uccin de M' Jos Bernuz Beneite z (cap t ul os IIy IV ), And rs Garc a Ind a (p r logo y capt ul o 1) ,

    M' Jos Gonzl ez Ordo vs (ca p t ulo V) yDani el Ol i ve r Lalana (capt ul o 111 ). A. Garca In da

    ha coordinad o y r evisado la edic in ytr adu cc in de los t ex t os

    PALIMP SE STODERECH OS HUMA NO S Y DESARRO LLO

    DES CLE DE BROUWER

  • Captulo IVLAS FORMAS DEL CAPITAL

    Capital econmico, capital culturaly capital social

    El mundo social es historia acumulada, y por eso nopuede ser reducido a una concatenacin de equilibrios ins-tantneos y mecnicos en los que los hombres juegan elpapel de partculas intercambiables. Para evitar una reduc-cin semejante, es preciso reintroducir el concepto de capi-tal y, junto a l, el de acumulacin de capital, con todas susimplicaciones. El capital es trabajo acumulado, bien enforma de materia, bien en forma interiorizada o "incorpo-rada". Cuando agentes individuales o grupos se apropiande capital privada o exclusivamente, posibilitan tambin,gracias a ello, la apropiacin de energa social en forma detrabajo vivo o de trabajo cosificado. Como vis insita, elcapital es una fuerza inherente a las estructuras objetivas ysubjetivas; pero es al mismo tiempo -como [ex insita- unprincipio fundamental de las regularidades internas delmundo social. El capital hace que los juegos de intercambiode la vida social, en especial de la vida econmica, no dis-curran como simples juegos de azar en los que en todomomento es posible la sorpresa. En la ruleta, por ejemplo,existe la oportunidad de ganar mucho dinero en un cortoespacio de tiempo y, por lo tanto, de alcanzar un nuevo sta-

    131

  • 132

    P ODER, DERECIIO y C LAS ES SOCIALES

    tus social casi instantneamente; un momento despu s, enla siguiente vuelta, la ganancia obtenida en la vuelta ante-rior puede ser arriesgada y perdida. La ruleta ofrece unaimagen bastante precisa de un un iverso imaginario de com-petenc ia perfecta o de igua lda d perfect a de oportunidades;un mundo sin inercia, sin acumulacin, sin tran smisinhered itari a de posesiones y cara cteres adquirido s, en el cualcada momento es perfectamente independiente del anterior,cada so ldado guarda un bastn de marisc al en su macuto ycualquiera puede alcanzar su obj et ivo inmediata mente , desuerte que en todo momento cualquier persona puede con-vertirse en lo que se proponga. Pero la acumulacin delcapital, ya sea en su forma objetivada o interio rizada,requiere tiempo. Hay una tendencia a la superv ivencia nsi-ta en el capital, pues ste puede producir beneficios, perotambin reproducirse a s mismo, o incluso cr ecer. El capi-tal es una fuerza inscrita en la ob jetividad de las cosas quedetermina qu e no todo sea igualmente posible e imposible1.La estructur a de distribucin de los diferentes tipos y subti-pos de capital, dada en un momento determinado del tiem-po, corresponde a la estructura inmanente del mundosocial, esto es, a la totalidad de fuerzas qu e le son inheren-tes, y mediante las cuales se determina el funcionamiento

    1. Esta inercia de las estru cturas del cap ital gua rda rel acin, de una parte, con qu edichas estructuras se repro duzcan por lo genera l en el marco de instituciones ydispos iciones que son, a su vez, producto de las estructuras del capital y po r tantoestn adap tada s a stas . Dicha inercia se ve reforzada, desde luego, mediante unaaccin calculada y especficamente poltico-con servadora ; es decir, mediante unapo ltica de desmovilizacin y despo litizacin dirigida a ma nte ner a los agentesdominados en una situacin de gr upo mera men te pr ctica, de tal modo que sloentren en contacto un os con ot ros mediante la or ques tacin de disposi cion es,resultan do conde nados , adems, a func iona r como un agregado y a limitarse auna s prcticas aislad as y aditivas siemp re idntica s (como las decisiones electora-les o de consumo).

    LAS t40 lt M AS DEL CAPITAL

    duradero de la realidad social y se deciden las oportunida-des de xito de las prcticas',

    En efecto, es imposible dar cumplida cuenta de la estruc-tura y el funcionamiento del mundo social a no ser que rein-traduzcamos el concepto de capital en todas sus manifesta-ciones, y no slo en la forma reconocida por la teora eco-nmica. La teora econmica se ha dejado endilgar un con-cepto de capital a partir de una praxis econmica que es unainvencin histrica del capitalismo. Este concepto cientfi-co-econmico de capital reduce el universo de las relacionessociales de intercambio al simple intercambio de mercanc-as, el cual est objetiva y subjetivamente orientado hacia lamaximizacin del beneficio, as como dirigido por el interspersonal o propio. De esta manera, la teora econmicadefine implcitamente todas las dems formas de intercam-bio social como relaciones no econmicas y desinteresadas.y as, quien emplee el concepto de inters propio en elestricto sentido que le asigna la ciencia econmica, se veobligado a utilizar el concepto complementario de desinte-rs. Uno no puede inventar el mundo del hombre burgus,con su contabilidad de doble entrada, sin crear a su vez eluniverso puro y perfecto del artista y del intelectual, dondegobiernan el "arte por amor al arte" y la teora desinteresa-da. En otras palabras, la ciencia econmica se ha converti-do en una ciencia de relaciones de mercado, la cual, en lamedida en que hace abstraccin de los fundamentos de supropio mbito u objeto de anlisis -la propiedad privada, elbeneficio, el trabajo asalariado, etc.-, no abarca siquiera la2. Acerca del concepto de prctica (praxis), cfr. P. Bourdieu, Esquisse d'une thorie

    de la pratique prcd de trois tudes d'ethnologie kabyle, Genve, Droz, 1972.

    133

  • 134

    I'O D EII, Ik ll EC II O y C I.ASES SOC:IAI.I ~S

    to ta lidad del campo (Gesam tgebiet) de la produ ccin eco-nmica . A su vez, al cons tituirse y justificarse una cienciaeconmica tan estricta, se ha evitado el nacimiento de unaciencia general de la economa de las prcticas que trate elintercambio mercantil como un caso pa rticular ent re lasdiversas forma s posibles de intercambio social.

    Hay que destacar que preci samente se han sustrado al"glido aliento" del clculo egos ta (y de la ciencia ) aque-llas prcticas y bienes intelectua les y artsticos que son elcuas i-mono po lio de la clase dominante. Podra decir se queel economicismo no ha sido capaz de reducir todo a econo-ma porque esra misma ciencia descansa ya sobre unareduccin: la economa se ocupa de preservar todos losmbitos que deben mantenerse como sacrosantos. En efec-to, si slo se asignan a la economa aquellas prcticas orien-tadas directamente por el clculo econmico de beneficiosy aquellos bienes directa e inmediatamente convertibles endinero (y por ende "cuant ificab les"), entonces la to talidadde la produccin y las relaciones de intercambio burguesasaparece en efecto como ajena a la econo ma: puede conce-birse y presentarse a s misma como una esfera de desinte-rs. Pero, como es sabido , tam bin las cosa s aperentemen-te no venia les tienen su precio. La dificultad de converti rlasen dinero rad ica en que son fabricadas con la intencin deuna ex presa negacin de lo econmico. De donde se co ligeque una ciencia general de la praxis econmica debe sercapaz de abarcar todas aquellas prcticas que, pese a reves-tir objer ivamente carcter econmico, no son reconocidasni reconocibles como tales en la vida social. Slo puedenllevarse a cabo por mor de un relevante esfuerzo de simu-lacin o, ms precisamente, de eufemizaci n. Una ciencia

    l.A S I'OIlMAS DEI. C APITAL

    CC'lllll> l11ica general de las prcticas debe procurar incluir elc.ip ita ] y el beneficio en todas sus manifestaciones, as co modeterm inar las leyes por las que los diferentes tipos de capi-lal (o de poder, que par a el caso es lo mismo) se transfor-man unos en otros' ,

    El capi ta l puede presentase de tres maneras fundamen-tales. La forma concreta en que se mani fiesta depender decul sea el campo de aplicacin correspo ndiente, as como de la mayor o menor cuanta de los costes de tra nsfor ma- ,cin, que constituyen una condicin previa para su apari-]cin efectiva. As, el capital economice es directa e inme-diatamente convertible en dinero, y resulta especialmenteindicado para la institucionaliza cin en forma de derechosde propiedad; el capital cultural puede convertirse bajo cier-ras co ndicio nes en capital econmico y resulta apropiadopara la institucionalizacin, sobre todo, en forma de rtulosacadmicos; el capital social, que es un cap ita l de ob ligacio-

    3. Esto es vlido pa ra todo intercambio entre los miembros de diferentes fraccionesde la clase dominante que posean diferentes tipos de capita l. Estos intercambioscom prenden desde las ventas de habilidad, tratamiento u otros servicios, que asu-men la forma de intercambio gratuito y se dignifican a s mismos con los nombresms decorosos que puedan imaginarse (hon orarios, emo lumentos, erc.} , hasta losintercambios matrimoniales, que son el mejor ejemplo de una transaccin quepuede verificarse slo en la medida en que no sea percibida o definida como ta lpor las par tes contratantes. Hay que destaca r que, sa lvo alguna que otra sacrle-ga incursin, las aparentes amp liaciones de la teor a econmica ms all de loslmites que constituyen la disciplina han dejado intacto el asilo de lo sagrado.Gary S. Becker, por ejemplo, uno de los primeros en to mar en cuenta los tipos decapita l que son usualmente ignorados. nunca ha considerado ot ra cosa que cos-tes y beneficios monetarios, olvidando por tanto las inversiones no mone taria s(ent re otras, las afectivas) y los beneficios materiales y simblicos que la educa-cin proporciona de forma indirecta y diferida, como son el valor aadido que lasdisposiciones hayan producido o reforza do dura nte la escolarizacin {usos, mane-ras o comportamientos corpo rales e verbales, gustos , etc.) o las relaciones esta-blecidas con los comp aeros de estudios que pueden reneabilizarse luego en elmercado matrimonial (G. S. Becker; A T heoreticaJ and Emp rca AnaJysis withSpecaJ Reference to Educatio n. New York: Na riona l Bureau o f EconomicResearch, 1964 ).

    135

  • 136

    PODER, DERECHO y CI.ASES SOCIALES

    nes y "relaciones" sociales, resulta igualmente convertible,bajo ciertas condiciones, en capital econmico, y puede serinstitucionalizado en forma de ttulos nobiliarios",

    1. Capital cultural

    El capital cultural puede existir en tres formas o estados:en estado interiorizado o incorporado, esto es, en forma dedisposiciones duraderas del organismo; en estado objetiva-do, en forma de bienes culturales, cuadros, libros, dicciona-rios, instrumentos o mquinas, que son resultado y muestrade disputas intelectuales, de teoras y de sus crticas; y, final-mente, en estado institucionalizado, una forma de objetiva-cin que debe considerarse aparte porque, como veremos enel ca so de los ttulos acadmicos, confiere propiedades ente-ramente originales al capital cultural que debe garantizar.

    No se confunda el lector por el aire de irrefutabilidad,por la impresin quiz algo apodctica que pudiera evocarmi "intento de axiomatizaci rr'". Inicialmente, el conceptode capital cultural se me apareci en el curso de la investi-gacin como una hiptesis terica que permita explicar eldesigual rendimiento escolar de nios procedentes de dife-rentes clas es sociales. Gracias a l, pude vincular el " xitoescolar" , es decir, el beneficio especfico que los nios dedistintas clases sociales y fracciones de clase podan obtener

    4. El capital simb lico, es decir, capital -cn la forma que sea- en la medida en quees representado, esto es, simblicamente ap rehendido, en una relacin de conoci-miento o, para ser ms exactos, de reconocimiento y descon ocimiento tmisr ecog-nitions, presupone la intervencin del habitus, entendido ste como una ca pac i-dad cognitiva socialmente constituida.

    5. Cuando uno, como hago aqu, habla de conc eptos por s mism os, en lugar de uti-lizarlo s, debe siempr e ser esquem tico y formal, esto es, "ter ico" en el sentidousual -pero tambin usualmente aceptado- del trm ino.

    LAS FORMAS DEL CAPITAL

    e-n el mercado acadmico, con la distribucin del capital cul-t 1Iral entre las clases y las fracciones de clase. Este punto departida implica ya una ruptura con las premisas sobre lasque descansan tanto la comn idea de que el xito o el fra-caso acadmico son consecuencia de las "capacidades"naturales, como las teoras del "capital humano".

    A los economistas de la Escuela del capital humano" seles atribuye el mrito aparente de haber formulado explci-tamente la pregunta sobre la relacin que existe entre lascuotas de beneficio generadas mediante inversin educativay mediante inversin econmica, as como la forma en queevoluciona esa relacin. Ocurre sin embargo que su medi-cin del rendimiento de la inversin escolar slo abarcainversiones y beneficios monetarios, o bien directamenteconvertibles en dinero, tales como los costes de escolaridado el equivalente dinerario del tiempo dedicado a los estu-dios. Por otra parte, estos economistas no pueden explicarel significado relativo que los diferentes agentes y clasessociales atribuyen a las inversiones econmicas y culturales;y ello porque son incapaces de efectuar una consideracinsistemtica de la estructura de las diversas oportunidades debeneficio que ofrecen los diferentes mercados, dependiendode la magnitud y distribucin de su correspondiente mbitode operacin. Por ende, se olvidan de relacionar las estrate-gias de inversin escolar con el conjunto total de estrategiaseducativas y con el sistema de estrategias de reproduccin.y de este olvido se deriva una inevitable paradoja, pues los

    6. Cfr. en especial, G. S. Becker: El capital humano. Un anlisis terico y empricoreferido fundamentalmente a la educacin, trad. de M. Casares y J. Vergara,Madrid,Alianza, 1983.

    137

  • l8

    P OD ER, D ERECHO y CLASl~S SO CIAI.ES

    te ricos del capital humano terminan por condenarse a sfmi smos a desatender la inversin educativa mejor esco ndi-da y socia lmente ms eficaz, a sa ber, la transmisin de capi-tal cultural en el seno de la familia. Su trabajo sobre la rela-cin entre "aptitud" escolar e inversin en educacin mues-tra que descuidan el hecho de que tambin la "capacidad",el "talento" o las " dotes" son producto de una inversin detiempo y de capital cultural", Y puesto que se trata de ave-r igua r los rendimientos de la inversin escolar, a lo quepar ece, s lo se preocupan por la rentab ilidad del gasto edu-cativo para la " sociedad" co mo un todo ("cuota social deretorno" ), o bien por la aportacin de la educacin a la pro-ductividad nacional ("ganancia social de la educacin eva-luada por sus efectos sobre la productividad nacional" ]".Esta definicin tp icamente funcionalista de las funciones dela educacin ignora la contribucin que el sistema educati-vo, al sancionar la transmisin hereditaria de capital cult u-ral, realiza para la reproduccin de la estructura social. Unadefinicin semejante de "capital humano ", pese a sus con-notaciones humansticas, no puede sustraerse al economi-cismo . Esta definicin pasa por alto, entre otras cosas, elhecho de que el rendimiento escolar de la acci n educativadepende del capital cultural prev iamente inv er tido por lafamilia; y olvid a adems que el rendimiento social y econ-mico de la titulacin acadmica depende del capital soc ial ,igualmente heredado, que pueda ser movilizado para res-paldarla.

    7 . G. S. Becker, A Theoretical and Empirical Analysis with Special Reference toEducation . op . cit ., pp. 63-66 .

    8. G. S. Becker, El capital humano, op. cit.

    LAS "ORMAS DEL CAPITAL

    1.1. Capital cultural incorporado

    La mayora de las caractersticas del capital cultural pue-den ser inferidas del hecho de que ste se encuentra funda-mentalmente ligado al cuerpo y presupone la interiorizacin(incorporacin). La acumulacin de cultura en estado incor-porado -en la acepcin que en francs tiene culture, en ale-mn Bildung yen ingls cultivation-, presupone un procesode interiorizacin, el cual, en tanto que implica un periodode enseanza y de aprendizaje, cuesta tiempo. Y un tiempo,adems, que debe ser invertido personalmente por el inver-sor. Al igual que la adquisicin de un fsico musculoso o deun bronceado, la incorporacin de capital cultural no puederealizarse por medio de otro. Aqu est excluido el principiode delegacin.

    Quien se esfuerza por adquirir cultura, trabaja sobre smismo, "se est formando". Esto implica un coste perso-nal que se "paga con la propia persona" (on paie de sa per-sonne, como se dice en francs"). Lo cual quiere decir, antetodo, que uno invierte tiempo, pero invierte tambin unaforma de afn (lbido) socialmente constituido, el afn desaber (libido sciendi), con todas las privaciones, renunciasy sacrificios que pueda comportar. De aqu se sigue que lasmenos inexactas de las mediciones del capital cultural sonaquellas que toman como referencia la duracin del perio-do de formacin -por supuesto, mientras no se la reduzcaa la mera duracin del periodo escolar-o Tambin hay quetener en cuenta, segn sea su alejamiento de las exigenciasdel mercado escolar, la educacin primaria en la familia,

    La expresin francesa equivale en espaol a "dar la cara", "darse por entero" o"consagrarse a". [N. d. T.J

    139

  • PODER, DERECHO y CLASES SOCIALES

    que puede revestir un valor positivo, como tiempo ganadoy adelantado, o bien un factor negativo, como tiempo per-dido, y adems por por partida doble, porque a su vezdebe emplearse tiempo adicional en corregir sus efectosnegativos",

    El capital incorporado es una posesion que se ha con-vertido en parte integrante de la persona, en habitus. Del"tener" ha surgido "ser". El capital incorporado, al habersido interiorizado, no puede ser transmitido instantnea-mente mediante donacin, herencia, compraventa o inter-cambio (a diferencia del dinero, los derechos de propiedad,o incluso los ttulos nobiliarios). De ah que la utilizacin oexplotacin del capital cultural resulte particularmente pro-blemtica para los poseedores de capital econmico o pol-tico. Ya sean mecenas privados o, por el contrario, empre-sarios que emplean a "ejecutivos" dotados de una compe-tencia cultural especfica (por no mencionar los nuevosmecenas estatales), siempre se presenta el siguiente proble-ma: cmo puede comprarse este capital, tan estrechamentevinculado a la persona, sin comprar a la vez a la personamisma (perdiendo entonces la legitimacin asegurada por laocultacin de la relacin de dependencia)? Cmo puedellevarse a cabo la concentracin de capital necesaria paraalgunas empresas, sin concentrar al mismo tiempo a losposeedores de ese capital, lo que tendra toda clase de con-secuencias no deseadas?

    9. Esta afirmacin no implica ninguna suerte de reconocimiento del valor de las cali-ficaciones acadmicas. Simplemente constata que existe una relacin real entre uncapital cultural determinado y las leyes del mercado acadmico. Las disposicio-nes de conducta a las que se asigna un valor negativo en el mercado acadmicopueden recibir un valor muy positivo en otros mercados -antes que en otros,seguramente, en el de las relaciones sociales dentro del curso o del colegio-o

    LAS FORMAS DEL CAPITAL

    La incorporacin de capital cultural puede realizarse -endiferente grado segn la poca, la sociedad y la clase social-sin medidas educativas expresamente planeadas y, por lo

    tanto, de forma completamente inconsciente. El capital cul-1mal corporeizado queda determinado para siempre por lascircunstancias de su primera adquisicin. Estas circunstan-cias dejan huellas ms o menos visibles, como la forma dehablar propia de una clase o de una regin, y determinan asu vez el valor concreto de un capital cultural. Y es que steno puede acumularse ms all de las capacidades de apro-piacin de un agente individual. Decae y muere cuandomuere su portador, o cuando pierde su memoria, sus capa-cidades biolgicas, etc. El capital cultural est vinculado demuchas formas a la persona en su singularidad biolgica, yse transmite por va de la herencia social, transmisin que,por dems, se produce siempre a escondidas y suele pasartotalmente inadvertida. Al estar vinculado de muchas mane-ras a la persona en su singularidad biolgica y estar sujetoa una transmisin hereditaria siempre muy bien disfrazada,o incluso invisible, el capital cultural se opone a la vieja ymanida distincin que hicieran los juristas griegos entrepropiedades hereditarias o heredadas (ta patroa) y propie-dades adquiridas (epikteta), esto es, aquellas que un indivi-duo aade a su herencia. Por tanto, el capital cultural logracombinar el prestigio de la propiedad innata con los mri-tos de la adquisicin. Como las condiciones sociales de sutransmisin y adquisicin son menos perceptibles que lasdel capital econmico, el capital cultural suele concebirsecomo capital simblico; es decir, se desconoce su verdaderanaturaleza como capital y, en su lugar, se reconoce como

    141

  • ti!

    P ODER, DERECHO y CLASES SOCIALES

    competencia o autor ida d legtima que deb e esgri rnirse ento dos los mercados en los que el capital econmico no gozade reconocimiento pleno (por ejemplo, en el mercado matri-monial ). Por otra parte, de esta verdade ra " lgica simbli-ca " resulta que la posesin de un gran capital cultural esconcebida como "algo espec ial" , que por tanto sirve de basepara ulteriores beneficios materiales y simblicos. Quiendispone de una competencia cultural determinada, porejemplo, saber leer en un mundo de analfab etos, obtienedebido a su posicin en la estructura de distribucin delcapi tal cultural un valor de escasez que puede reportarlebeneficios adicionales. Es decir, aquella parte del beneficioque se genera en nuestra sociedad a partir del valor de esca-sez de determinadas formas de capita l cultural se explica, endefinitiva, por el hecho de que no todos los individuos dis-ponen , en un mo mento dado en el tiempo, de medios eco-nmicos y culturales para prolongar la educacin de sushijo s ms all del mnimo necesario para la reproduccin dela fuerza de tr abajo menos valora da". La desigual distribu-cin de capital, esto es, la estructura total del campo, con-forma as el fundamento de los efecto s especficos del capi-tal, a saber: la capacidad de apropiarse de los beneficio s yde imponer reglas de juego tan favorables para el capital ypara su reproduccin como sea posible.

    Sin embargo, el ms slido principio de la efectividadsimb lica del capital cultural se deriva sin duda de la lgicade su transmisin. Por una parte, es bien sabido que el pro-

    10. En una sociedad poco diferenciad a, en la que el acceso a los medios de apropia-cin de la herencia cultu ra l est distribuido de forma mu y desigual, la culturaincorp orad a no acta como capital cult ural, esto es, no funciona como un mediode adquirir venta jas exclusivas.

    LAS FORMAS DEL CAPITAL

    ceso de apropiacin del capital cultural objetivado (o sea: eltiempo necesario para este proceso) depende en primerlugar del capital cultural previamente incorporado en todala familia. Por otra parte, tambin sabemos que la acumu-lacin de capital cultural desde la ms temprana infancia-presupuesto de una apropiacin rpida y sin esfuerzo detoda suerte de capacidades tiles- slo tiene lugar, sindemora ni prdida de tiempo, en aquellas familias poseedo-ras de un capital cultural tan slido que hace que todo elperiodo de socializacin lo sea a su vez de acumulacin. Dedonde se sigue que la transmisin de capital cultural es sinduda la forma mejor disimulada de transmisin hereditariade capital. Y por eso, cuanto mayores sean el control y ladesaprobacin que reciben las formas directas y visibles detransmisin, mayor importancia adquiere la transmisin decapital cultural dentro el sistema de estrategias de repro-duccin del capital.

    De inmediato se advierte que es el tiempo necesario parala adquisicin el elemento que conecta el capital culturalcon el econmico. Las diferencias en el capital cultural pose-do por la familia conducen en primer orden a diferenciasrespecto del momento en el que comienza el proceso detransmisin y acumulacin; a diferencias, por tanto, respec-to de la capacidad para afrontar las exigencias propiamen-te culturales de un periodo prolongado de apropiacin. Enestrecha relacin con esta idea, por cierto, encontramos elhecho de que un individuo slo puede prolongar el tiempodestinado a la acumulacin de capital cultural mientras sufamilia pueda garantizarle tiempo libre y liberado de lanecesidad econmica.

    143

  • 144

    PODER, DERECHO y CLASES SOCIALES

    1.2. Capital cultural objetivadoEl capital cultural en estado objetivado posee una serie

    de propiedades que slo son determinables en relacin conel capital cultural incorporado o interiorizado. As, el capi-tal cultural es materialmente transferible a travs de susoporte fsico (por ejemplo, escritos, pinturas, monumentos,instrumentos, etc.). Una coleccin de pinturas, pongo porcaso, puede ser transferida tan bien como pueda serlo elcapital econmico -si no mejor, pues la transferencia es mssutil-o Ahora bien, lo que se transfiere es slo la propiedadlegal, puesto que el elemento que posibilita la verdaderaapropiacin no es transferible, o al menos no necesaria-mente. Para la verdadera apropiacin hace falta disponer decapacidades culturales que permitan siquiera disfrutar deuna pintura o utilizar una mquina. Estas capacidades cul-turales no son sino capital cultural incorporado, sujeto a lasmismas reglas de transmisin referidas antes.

    Por lo tanto, los bienes culturales pueden ser apropiadoso bien materialmente, lo que presupone capital econmico,o bien simblicamente, lo que presupone capital cultural. Elpropietario de los medios de produccin deber entoncesencontrar el modo ya sea de adquirir, l mismo, el capitalcultural incorporado necesario para la apropiacin y utiliza-cin de dichos medios, ya de poner a su disposicin los ser-vicios de quien posea ese capital cultural. En otras palabras:para poseer mquinas, basta el capital econmico; ahorabien, como quiera que el capital cultural cientfico-tcnicoadherido a ellas determina su correcto y especfico funciona-miento, slo podrn utilizarse apropiada y adecuadamentecuando el propietario de los medios de produccin dispon-

    LAS FORMAS DEL CAPITAL

    ga, l mismo, del capital interiorizado necesario, o biencuando sea capaz de procurrselo a travs de otro. Este essin duda el fundamento del ambivalente status de los"cadres"(ejecutivos e ingenieros). En efecto, por una parte,habra que incluirlos dentro del grupo de los dominados,habida cuenta de que no son los propietarios (en sentido eco-nmico estricto) de los medios de produccin que utilizan, yde que obtienen su beneficio de su propio capital cultural,vendindolo -en forma de productos y servicios- a los pro-pietarios de los medios de produccin. Pero por otra, si repa-ramos en el hecho de que obtienen su beneficio utilizandouna forma especfica de capital, habra que contabilizarlosen el grupo de los dominadores. En este orden de cosas, todoparece apuntar hacia un incremento del poder colectivo delos poseedores de capital cultural -y tambin, con ello, de lacualificacin necesaria para dominarlo-; aumento dificulta-do, no obstante, por el hecho de que los poseedores de capi-tal econmico (en cuanto forma dominante de capital) pue-dan inducir a los poseedores de capital cultural a competirunos con otros. Lo cual no ha de ser difcil, por cuanto estosltimos, dadas las condiciones de formacin y seleccin quehan experimentado (yen especial la lgica de la competicinen la escuela y en los exmenes), tienden de todos modoshacia un comportamiento competitivo.

    El capital cultural se manifiesta en estado objetivadocomo un todo autnomo y coherente que, con ser productode la accin histrica, obedece leyes propias que escapan ala voluntad individual. El capital cultural objetivado, comomuestra bien el ejemplo del lenguaje, no puede por consi-guiente reducirse al capital incorporado de un agente aisla-do -ni siquiera al de la totalidad de agentes-o Por otra parte,

    145

  • 146

    PODER, Dunncno V CI.AS(t~ SOCIAI.ES

    tampoco ha de olvidarse que el capital cultural objetivadosubsiste como capital simblica y materialmente activo yefectivo slo en la medida en que el agente se haya apropia-do de l y lo utilice como arma y aparejo en las disputas quetienen lugar en el campo de la produccin cultural (arte,ciencia, etc.) y, ms all de ste, en el campo de las clasessociales. All, los agentes ponen sus fuerzas en juego, yobtienen beneficios en proporcin al nivel de su capacidadpara el dominio de capital cultural objetivado".

    1.3. Capital cultural institucionalizado

    El capital cultural incorporado est sometido a las mis-mas barreras biolgicas que su correspondiente portador.Pues bien, la objetivacin de capital cultural incorporado enforma de ttulos es, precisamente, un mecanismo para neu-tralizar esta carencia: as puede, por ejemplo, establecerseuna diferencia entre el capital cultural del autodidacta, siem-pre sujeto a la carga de su demostracin, y el capital culturalacadmicamente sancionado y garantizado de forma legalmediante ttulos, que son (formalmente) independientes de lapersona de su portador. El ttulo acadmico es un certificadode competencia cultural que confiere a su portador un valorconvencional duradero y legalmente garantizado. La alqui-mia de la vida social ha producido, a partir de ah, una formade capital cultural que no slo es relativamente independien-te de la persona de su portador, sino tambin del capital cul-tural que ste efectivamente po see en un momento determi-

    11. La relacin dialctica ent re el capital cultural objetivado -cuya form a por exce-lencia es la escrita - y cap ital cultural incorporado ha sido reducida con demasia-da frecuencia a la exaltada tesis de "la denigracin del espritu por la letra" , de"lo vivo" por "lo inerte ", de "lo creativo " por la "rutina" , "de la grce par lapesanteur" [la gracia por la gravedad) .

    l.MI f/ORMAS DEL CAPITAL

    nudo. A travs de la magia colectiva, como dice Merleau-l'onty, el capital cultural resulta institucionalizado del mismomodo en que los vivos "institucionalizan" a sus muertos conayuda de ritos funerarios y luctuosos. No hay ms que pen-SOl r en la modalidad de examen del concours", que a partirde un continuum de diferencias infinitesimales producedisontinuidades duraderas y brutales entre los candidatos.De acuerdo con el "principio del todo o nada", se institucio-naliza una diferencia esencial entre el ltimo candidato apro-bado y el primero suspenso, que separa la competencia ofi-cialmente reconocida y garantizada del simple capital cultu-ral, siempre sujeto a la carga de su demostracin. En estecaso, uno puede ver claramente la magia creadora ligada aeste poder institucionalizado, un poder de inducir a las per-sonas a ver y a creer algo o, en una palabra, a reconocer algo.

    A travs del ttulo escolar o acadmico se confiere reco-nocimiento institucional al capital cultural posedo por unapersona determinada. Esto permite, entre otras cosas, com-parar a los poseedores del ttulo e incluso intercambiarlos(sustituyendo a uno por otro). Mediante la fijacin del valordinerario preciso para la obtencin de un determinado ttu-lo acadmico, resulta posible incluso averiguar un "tipo decambio" que garantiza la convertibilidad entre el capitalcultural y el capital econmico. Dado que el ttulo es pro-ducto de una conversin del capital econmico en capitalcultural, la determinacin del valor cultural del poseedor deun ttulo, respecto de otros, se encuentra ligada indisoluble-mente al valor dinerario por el cual puede canjearse a dichoposeedor en el mercado laboral". Y es que la inversin aca-

    12. El concours es una modalidad de examen -similar a la oposicin- en la que sedetermina con antelacin el nmero de candidatos que puede aprobar.

    147

  • 148

    PODER, DERECHO y CLASES SOCIALES

    dmica no tiene sentido a no ser que se garantice objetiva-mente, al menos en parte, la reversibilidad de la conversinoriginaria de capital econmico en capital cultural. Ahorabien, ya que los beneficios materiales y simblicos garanti-zados por el ttulo acadmico dependen tambin del valorde escase z de ste, puede ocurrir que las inversiones realiza-das en tiempo y esfuerzo resulten menos rentables de lo pre-visto al tiempo de su realizacin, lo cual supondra, en sucaso, una alteracin de (acto en el tipo de cambio entre capi-tal acadmico y capital econmico. Las estrategias de con-versin de capital econmico en capital cultural constituyenuna de las variables que ms han influido en la explosineducativa y en la inflacin de ttulos. Son estrategias, ensuma, determinadas por la estructura de las oportunidadesde beneficio vigente para los diferentes tipos de capital.

    2. Capital social

    El capital social est constituido por la totalidad de losrecursos potenciales o actuales asociados a la posesin de unared duradera de relaciones ms o menos institucionalizadas deconocimiento y reconocimiento mutuos. Expresado de otraforma, se trata aqu de la totalidad de recursos basados en lapertenencia a un grupo", El capital total que poseen los miem-bros individuales del grupo les sirve a todos, conjuntamente,como respaldo, amn de hacerlos -en el sentido ms amplio

    13. Esto es particularmente cierto en pases como Francia [y Espaa, pod emos aa-dir, N.d.T.], donde en mucha s ocupaciones (sobre todo, en la funcin pblica)hay una relacin muy estricta entre titul acin, rango y remu neracin.

    14. El concepto de capital cultu ral tampoco emana aqu de un trabajo puramente te-rico, y menos an de una extensi n anal gica de los conceptos econmicos. Antesbien, se ofrece par a den ominar el principio de efectos sociales; efecto s que, aun-

    l.AS FORMAS DEL CAPITAL

    lid trmino- merecedores de crdito. En la prctica, las rela-ciones de capital social slo pueden existir sobre la base derelaciones de intercambio materiales y/o simblicas, y contri-buyendo adems a su mantenimiento. Pueden asimismo serinstitucionalizadas y garantizadas socialmente, ya sea median-te la adopcin de un nombre comn, que indique la perte-nencia a una familia, una clase, un clan, o incluso a un cole-gio, un partido, etc.; ya mediante un nutrido elenco de actosde institucionalizacin que caracterizan a quienes los sopor-tan al mismo tiempo que informan sobre la existencia de unaconexin de capital social. Este capital asume as una existen-cia cuasi-real, que se ve mantenida y reforzada merced a rela-ciones de intercambio. En estas relaciones de intercambio, enlas que se basa el capital social, los aspectos materiales y sim-blicos estn inseparablemente unidos, hasta el punto de queaquellas slo pueden funcionar y mantenerse mientras estaunin sea reconocible. Por eso nunca pueden reducirse total-mente a relaciones de proximidad fsica (geogrfica) objetivani tampoco de proximidad econmica y social".

    que observables clarament e en el nivel de los agentes singul ares -donde opera ine-vitabl emente la investigacin estadstica- no pueden reducirse al simple agrega-do de las propiedades posedas individualmente por determinados agentes. Estosefectos, a los que la sociologa espontnea identifica de buena gana como "rel a-ciones" o " influencias" , son parti cularmente visibles cuando diferente s indiv i-duo s obtienen beneficios mu y desiguales a partir de un capita l (cultural o econ -mico ) virtu alment e equivalente; lo cual depende de hasta qu punto estn en dis-posicin de movilizar en su favo r el cap ital de un grup o ms o menos instituci o-nalizado y rico en capit al (la fam ilia, los antiguos alumnos de un colegio de lite,un club selecto , la ari stocracia, etc.).

    15. Las relaciones de vecindad pueden recibir, desde luego, una forma elemental deinstituciona lizacin. Por ejemplo, en el Bearn o el Pas Vasco, segn reglasampliam ente codific adas, los vecinos reciben denominaciones determinadas yespeciales funciones, qu e est n diferenciadas por rangos (hay un "primer vecino" ,un "segundo vecino" ...), y que se manifi estan especialmente en las cerem oniassociales de mayor relevan cia (funerales, matrimonios, etc. ). Pero incluso en estecaso, las relaciones efect ivamente utilizadas siguen sin coincidir con las relacio-nes instituciona lizadas socialmente.

    149

  • 150

    PODER , DERECHO y C LASES SOCIALES

    De acuerdo con esto, el volumen de capital social pose-do por un individuo depender tanto de la extensin de lared de conexiones que ste pueda efectivamente movilizar,como del volumen de capital (econmico, cultural o simb-lico) posedo por aquellos con qu ienes est relacionado" , Enefecto, el capital social no es nunca totalmente independien-te del capital econmico y cultural de un individuo determi-nado, ni del de la totalidad de individuos relacionados conste, si bien no es menos cierto que no puede reducirse inme-diatamente a ninguno de ambos. Esto se deb e a que el reco-nocimiento institucionalizado en las relaciones de intercam-bio presup on e el reconocimiellto.de un mnimo de homoge-neidad objetiva entre quienes mantienen dichas relaciones,as como al hecho de que el capital social ejerce un efectomultiplicador sobre el capital efectivamente disponible.

    Los beneficios derivados de la pertenencia a un grupoconstituyen, a su vez, el fundamento de la solidaridad que loshace posibles]? Esto no significa que estos beneficio s sean per-seguidos conscientemente, ni siquiera en el caso de gruposque, como los clubes exclusivos, estn abiertamente encami-

    16. Las maneras (modales, pronunciacin, erc.) pueden incluirse en el capital socia len la med ida qu e revelan su modo de adquisicin y, co n l, la perte nenc ia origi-nal a un gru po ms o menos prestigioso .

    17. L.os movimientos de emancipac in nacional o las ideo logas nacionalistas, porejemplo, no pue den ser comprendidos de forma adecuada si slo se toman enconsideraci n los beneficios estrictamente econmicos que repo rtan, esto es, si seati e,nde s lo a los ~e.nefic ios que resultar an de la red istr ibucin de una parte dela rlq~eza en beneficio de los nacionales (nacionalizacin) y de la conquista de lostrab ajos mejor remunerados (cfr. A. Breton The Econ omi cs of Na tiona lism Journal of Political Economy 72 [1964], pp. 376-86). Esto s beneficios de natu:raleza purament e econmica slo explicara n el nacionalismo de las clases privi-legiadas; por eso hay que aadir los beneficios plenamente reales e inmediato sque resultan del hech o de pertenecer a un gru po (capital social). Estos ltim os sonmayores, por cierto , cuanto ms abajo se encuentre uno en la jera rqua soc ial(" blancos po bres") o, ms precisamente, cuanto ms amanezado est uno po r ladecadencia econmica y social.

    L AS fORM AS DEL CAIJITAL

    nadas a concentrar capital social y a explotar el efecto multi-plicador que resulta de esa concentracin. De la pertenencia aeste tipo de grupos se derivan beneficios materiales, como porejemplo los mltiples favores asociados a las relaciones pro-vechosas, y tambin beneficios simblicos, como aqu ellos queresultan de la pertenencia a un grupo selecto y prestigioso.

    La existencia de una red de relaciones no es un "fenme-no" natural ni social que sea establecido , de una vez y parasiempre, mediante un acto original de institucionalizacin-pensemos, par a el caso de la famili a, en una definicingenealgica de relacion es de parentesco-o Antes al contrario,es el producto de un esfuerzo continuado de institucionali- _-zacin. Los ritos de institucionalizacin - a menudo errnea-mente descritos como ritos de iniciacin- caracterizan eneste punto los momentos esenciales. Este trabajo de institu-cionalizacin resulta necesario para producir, y reproducir,conexiones tiles y duraderas que aseguren el acceso a bene-ficios simblicos o materiales" . Expresado de otra forma, lared de relaciones es el producto de estrategias individuales ocolectivas de inversin , consciente o inconscientemente diri-gidas a establecer y mantener relaciones sociales que prome-tan, ms tarde o ms temprano, un provecho inmediato. Eneste sentido, las relaciones casuales, por ejemplo las de vecin-dad, las laborales, o incluso las de parentesco, son transfor-madas en relaciones especialmente elegidas y necesarias, queacar rean obligaciones duraderas; obligaciones que se apo- ryan, bien sobre sentimientos subjetivos (de reconocimiento,respeto, amistad, etc.) , bien sobre garantas institucionales ,

    18. Cfr. P. Bourd ieu, "Los rito s como actos de institucin", en J. Pitt-Ri~ers y.J. G.Peristian y (eds.), Honor y Gracia, tr ad. de P. Gmez Crespo , M adri d, Ahanza,1993, pp. 111-123.

    151

  • 152

    PODER, DrmECHO y CLASES SOCIALlIS

    (derechos o pretensiones jurdicas). Esto debe reconducirse.Uhecho de que determinadas instituciones sociales, al invest 'a uno como pariente (hermano, hermana, primo), nob1heredero, anciano..., generan una realidad simblica qu t

    lleva nsita la magia de lo consagrado. Esta atmsfera dsacralidad se reproduce mediante un intercambio constant(de palabras, regalos, mujeres, etc.), del cual el conocimiento y reconocimiento mutuos son, al mismo tiempo, presu' jpuesto y resultado. As, el intercambio convierte las cosa '.intercam biadas en seal de reconocimiento El grupo s jreproduce debido precisamente a ese mutuo "reconocerse"al reconocimiento de la pertenencia que ese "reconocerse'fimplica. Simultneamente, se reafirman sus lmites, esto es~los lmites ms all de los cuales no pueden tener lugar laS'relaciones de intercambio constitutivas para el grupo(comercio, comensala, matrimonio). De tal suerte, cada:miembro se convierte en guardin de los lmites del grupo:cada nuevo ingreso en el grupo puede poner en peligro ladefinicin de los criterios de admisin, pues cualquier formade m salliance' podra modificar el grupo alterando los lmi-tes del intercambio considerado como legtimo. Por eso esmuy lgico que, en la mayora de las sociedades, la prepara-cin y celebracin de matrimonios sea un asunto de todo elgrupo, y no slo de los indi viduos directamente afectados. yes que mediante la introduccin de nuevos miembros en unafamilia, un clan o un club, la definicin de todo el grupo, consus lmites y su identidad, se pone en juego y queda expues-ta a redefiniciones, alteraciones o adulteraciones. Todavacuando las familias, como ocurre en nuestras sociedades,

    Puede tradu cirse corno "casamiento desigual " {N .d.T].

    LAS POJ(MAS DEL CAPITAL

    pierden el monopolio del establecimiento de los contactosqlle conducen a vnculos duraderos -ya estn sancionadossocialmente (como el matrimonio) o no- pueden sin embar-go continuar ejerciendo su control sobre esos contactos.I>entro de la lgica dellaissez-faire, la familia puede servirsede todas aquellas instituciones dirigidas a favorecer los inter-cambios legtimos y a excluir los ilegtimos. Estas institucio-nes proveen de ocasiones (viajes, cruceros, caceras, bailes,recepciones, etc.), lugares (vecindarios acomodados, colegiosselectos, clubs, etc. ) o prcticas (deportes distinguidos, jue-gos de saln, ceremonias culturales, etc.), que, de forma apa-rentemente fortuita, concitan a individuos lo ms homog-neos que sea posible desde todos los puntos de vista relevan-tes para la existencia y supervivencia del grupo.

    La reproduccin del capital social exige el esfuerzo ince-sante de relacionarse en forma de actos permanentes deintercambio, a travs de los cuales se reafirma, renovndose,el reconocimiento mutuo. Este trabajo de relacionarse impli-ca un gasto de tiempo y energa, y por tanto, directa o indi-rectamente, de capital econmico. Un gasto semejante sloes rentable, concebible incluso, si uno invierte en l una com-petencia especfica -a saber, el conocimiento de vnculosgenealgicos y de relaciones reales , as como la habilidadpara aprovecharlo-o El trabajo de relacionarse es parte inte-grante del capital social, como lo es tambin la disposicin(adquirida) para apropiarse y mantener esa competenciaespecfica". Esta es una de las razones que explican que el

    19. Todo hace suponer que el tal ento para "lo mundano " (o, ms generalmente, el"talent o para relacionarse") est muy desigualmente distr ibuido ent re las clasessociales y a su vez, dentro de una misma clase, entre ind ividuos de diferente ori-gen social.

    153

  • 154

    PODER, DERECHO y CLASES SOCIALES

    rendimiento del trabajo requerido para acumular y conser-var el capital social sea tanto mayor cuanto mayor es el pro-pio capital. Y por eso tambin los portadores de un apellidofamoso, indicativo de un capital social heredado, estn endisposicin de transformar a todos sus conocidos ocasiona-les en relaciones duraderas: se les busca, en suma, por sucapital social. Como son famosos, merece la pena conocer-los, pero ellos no precisan darse a conocer a todos sus "cono-cidos" , pues son conocidos por ms gente de la que ellos mis-mos conocen. De ah que, si alguna vez se molestan en rela-cionarse, su esfuerzo resulte entonces altamente productivo.

    Cada grupo tiene sus formas ms o menos instituciona-lizadas de delegacin, que le permiten concentrar la totali-dad del capital social, merced al cual existe el grupo (ya seauna familia o una nacin, pero tambin una asociacin o unpartido), en manos de un individuo o de unos pocos. Alrepresentante plenipotenciario en cuestin, revestido deplena potestas agendi et loquendi, se le encomienda la tareade representar al grupo, de hablar y actuar en su nombre yas, por mor del capital comn, la tarea de ejercer un poderque trasciende con mucho su capacidad individual. Porejemplo, en el nivel ms elemental de institucionalizacin, elcabeza de familia (el pater familias, el primognito o el msanciano) es reconocido tcitamente como la nica personaautorizada para hablar en nombre del grupo familiar entodas las ocasiones oficiales. En este caso de delegacin difu-sa, los " mayores" del grupo (die "Grofsen", the great), paraneutralizar la amenaza del honor grupal, estn obligados aocuparse personalmente incluso de la defensa del honor demiembros ms insignificantes del grupo. La concentracin

    , de capital mediante delegacin institucionalizada, en cam-

    LAS FORMAS DEL CAPITAL

    hio, permite restringir las consecuencias de las equivocacio-nes individuales, delimitando explcitamente responsabilida-des y autorizando a los mandatarios reconocidos a protegera todo el grupo del deshonor mediante la expulsin o exco-munin de los individuos comprometedores.

    Por un lado, para evitar que la competencia interna porel monopolio de la representacin legtima del grupo ame-nace la con servacin o ulterior acumulacin del capitalconstitutivo del grupo, los miembros de ste deben regularlas condiciones de acceso al grupo, pero adems, y sobretodo, deben regular la forma en la que alguien puede con-vertirse en representante de todo el grupo (delegado, comi -sionado, plenipotenciario, etc.) y disponer as de la totali-dad de su capital social. El principio de delegacin encierrala paradoja de que el mandatario puede ejercer el poder acu-mulado en nombre del grupo sobre este mismo grupo, yhasta cierto punto su contra". Vemos cmo, en consecuen-cia, los propios mecanismos de delegacin y representacin(tanto en sentido teatral como jurdico) llevan nsitos el ger-men de la del capital social generado con su ayuda. Porquecuanto ms grande sea un grupo y menos poderosos susmiembros, ms necesarias resultan la delegacin y la repre-sentacin para concentrar el capital social -entre otrascosas, porque esto permite a un amplio nmero de indivi-duos diferentes y dispersos "actuar como un solo hombre",superando as las limitaciones causadas por la finitud de lavida humana y por las servidumbres del cuerpo, el espacioy el tiempo-o

    20. Sin duda, esto es especialmente cierto en los casos extremos en los que el grup orepr esentado por un delegad o ha sido creado por ste mismo y subsiste slo gra-cias a l.

    155

  • 156

    PODER, DERECHO y CLASES SOCIALES

    La posibilidad de malversar el capital social reposa en elhecho de que un grupo pueda ser representado en su totali-dad, en las diversas acepciones del verbo, por un subgrupo 'claramente delimitado, perfectamente visible, y conocido yreconocido por todos. Este no es otro que el subgrupo de losnobiles, de la "gente conocida", de los famosos, los cualespueden hablar por la totalidad, la representan y ejercenpoder en su nombre. El caso ejemplar de este tipo de repre-sentacin es la nobleza. El noble es e! grupo personificado:lleva el nombre del grupo y el grupo lleva e! suyo". El nom-bre de! seor feudal , y la diferencia que se manifiesta en l, esa la vez e! nombre de los miembros de su grupo, de sus sier-vos, pero tambin de sus tierras y castillos. Potencialmente,esta misma lgica de la representacin gobierna tambinfenmenos como el "culto a la persona" o la identificacinde partidos, sindicatos o movimientos sociales con su lder.Es como si el signo terminara por asumir e! lugar de lo signi-ficado, o el representante el de de los representados por l.Esto ocurre, en primer lugar, porque su excelencia, su ilustrepersona y su visibilidad constituyen una parte esencial, si esque no la esencia misma de su poder; un poder perfectamen-te simblico que se mueve en la lgica del conocer y del reco-nocer. Pero, por otra parte, porque la misma representacin-al igual que el blasn o el emblema- puede constituir y creartoda la realidad de grupos cuya existencia social efectivareside slo en, y se realiza a travs de, dicha representaci n".

    Literalmente, por una " totalidad parcial" (Teil-Gesamtheit) [N.d. T.J.21. La metonimia de! noble por e! grupo al que ste repre sent a se aprecia clar amen-

    te cuando Shakesp eare llama a Cleopatra "Egipto", o al Rey de Fran cia"Fr anci a" , o cuando Racine llama al rey Pirr n "Epirus" ,

    22. Por supuesto, el cap ital soc ial est de tal forma gobernado por la lgica del cono-cer y reconocer, que siembre funciona como capital simblico.

    LAS FORMAS D EL CAPITAL

    3. Las transformaciones del capital

    Los diferentes tipos de capital pueden obtenerse conayuda de capital econmico, pero slo al precio de unmayor o menor esfuerzo de transformacin, que resultanecesario para producir la forma de poder efectiva en elcampo correspondiente. Existen as, por ejemplo, algunosbienes y servicios que pueden obtenerse gracias al capitaleconmico, inmediatamente y sin costes secundarios; peroexisten tambin otros que solamente pueden obtenerse porvirtud de un capital social de relaciones u obligaciones.stas, por su parte, tan slo pueden movilizarse en un plazobreve, en el momento preciso, pero siempre y cuando hay ansido establecidas hace mucho, y se hayan conservado vivascomo si fueran un fin en s mismas. Por eso, la posibilidadde servirse de ese capital exige un coste previo al tiempo desu utilizacin, a saber, una inversin de sociabilidad plante-ada necesariamente a largo plazo. Y es que el transcurso deltiempo es, justamente, uno de los factores que determinanque un a deuda simple y directa se transforme en aceptacinde una deuda inespecfica (" sin ttulo ni contrato"), es decir,en reconocimiento" .

    23. Para evita r un prob able malent endid o, hay que precisar que las inversiones encuestin aqu no estn necesariamente basadas en un clculo consciente; antes alcontrario, es ms prob able que sean expe rimentadas en trm inos de la lgica delas inversiones afectivas, esto es, como una obligacin (involveme nt ) que es a lavez necesar ia y desinteresad a. Con esta afirmac in me enfrento a los histo riado-res que (incluso cuando estn tan atentos a los efectos simblicos, como E. P.Th ompson) tienden a concebir las prcticas simblicas -pelucas empolv adas yvestidos suntuosos- como estrategias exp lcitas de dom inacin destin adas a sercontempladas (desde abajo ). Estos hist oriadores tienden adems a interpretar loscomp ortamientos generosos o altruistas como "actos calcul ados para pacificar elconfl icto de clase". Esta ingenua concepcin materialista olvida que precisamen-te los actos ms honestos y desintere sados pueden ser los que mejor se amoldenal inters obj etivo. campos, en especial aquellos en los que cobra gran importan-

    157

  • 158

    PODER , D ER ECHO y CLAS ES SOCIA LES

    A la luz de 10 expuesto, hay que partir de la doble asun-cin de que, de una parte, e! capital econmico sirve de basea todos los dems tipos de capital, pero de otra, las mani-festaciones transformadas y travestidas de! capital econmi-co no pueden nunca reconducirse a l totalmente; y ello por-que dichas manifestaciones tan slo pueden producir susefectos especficos en la medida en que oculten (sobre todoante sus propios poseedores) qu e es el capital econmico e!qu e les sirve de base y el que, siquiera en ltima instancia,determina sus efectos. Slo ser posible comprender la lgi-ca de! funci onamiento del capital, las transformaciones delcapital y la ley de conservacin del capital qu e las determi-na si combatimos estas dos aproximaciones unilaterales, asu vez opuestas entre s: Una es e! "eco nomicismo", queconsidera todas las formas de capital como finalmentereductibles a capital econmico y, en consecuencia, pasa poralto la eficacia esp ecfica de otros tipos de capital, la otra ese! "semiologismo" , representado hoy por e! estructuralis-mo, el interaccionismo simblico y la etnometodologa, quereduce las rel aciones soci ales de intercambios a fen menos

    cia la negacin del inters propio y de cualqu ier tipo de clcul o, como el campode la producc in cultura l, slo garantizan pleno recon ocimiento -y con l la con-sagracin que define el xito - a aque llos que se dis tinguen por la conformismoinme diato de sus inversiones, pro bando as su sinceridad y solida rida d con lospr incipios fund amentales en vigor. Sera, en efecto, completame nte errneo uti li-zar el lenguaje de la estrategia racion al y del clculo cnico de costes y beneficiospa ra describir la "eleccin" de habitus que con duce a un art ista escrito r o inves-tigador a su lugar "natural" (o a su tema, su materia l, su estilo: su gnero, erc.).Los.cambios de un gnero, de una escuela o de una especia lidad, a otro U otradistinta - o sea, convers iones que uno hace "con toda el alma "- pu eden enten-ders e como conversiones de capita l cuya orie ntacin y fuerza (a menudo decisi-vas para su xito) estn determinadas por un senti do de la inv ersin. La pos ibili-dad de que este sentido no sea reconoci ble como tal es tanto mayor cuanto msagudamente est desarrollado. La inocencia es el privilegio de aquello s que semueven en su campo de actividad como pez en el agua .

    I .AS rORMA S D EL CAPITA L

    de comunicacin e ignora e! hecho desc arnado de la reduc-iibil idad uni versal a la economa".

    Al igual que la ley de con servacin de la energa, rige aquel principio de que los beneficios obtenidos en un rea sepagan necesariamente mediante costes en otra. De ah que unconcepto como e! de prdida sea innecesario para una cien-cia general de la economa de las prcti cas. La base universalde valor, la medida de todas las equivalencias, no es otra queel tiemp o de trabajo, en e! ms amplio sentido de! trmino.

    .."- _."- - ...._.._ " ' - .- .. -"

    El principio de conservacin de la energa social, vigente atr avs de todas las transformaciones de capital, puede verifi -carse si, para cada caso dado, se toman en cuenta tanto eltrabajo acumulado en forma de capital como el tr abajo nece-sario para tr ansformar el capital de un tipo en otro.

    H emos visto c mo, ejemplarmente, la tr ansformacindel capital econ mico e n capital social presupon e un traba-

    j o ~~p~~~~ico.Se tr ata de un desembolso aparenteme nte gra-tu ito de tiempo, preocupacin y esfuerzo, medi ante el que larelacin de intercambio pierde su significado puramentemon etario, lo cual se aprecia, por ejemplo, en el esfuerzo de

    24. Para com prender la enjundia de estas dos posiciones antagnica s, que se sirvenmutuam ente de coartada, habra que analizar los beneficios inconscientes (profi tsinconscients) y los beneficios de la inconsciencia (profits d' inconscience) queambas posiciones procuran a los intelectuales. Mie nt ras unos encuentran en eleconomicismo un med io de eximirse a s mismos, excluyendo el capital culturaly todas sus beneficio s especficos colocan de parte de los dominadores, los otrosse mueven solamente en el reino de los smbolos y se apa rtan del -siempre abo-rrecible- campo de la economa, donde tod o les recuerd a que ellos mismo pue-den ser finalm ente evaluados segn criterios econmicos. (No hacen con eso sinoreproducir en el plano ter ico la estrategia por la cual los intelectuales y artistasprocuran impo ner sus valores, esto es, su valor, invirtiendo la ley del mercado,donde lo que uno tiene o lo que uno gana define plenamente lo que uno "vale"y lo que uno es. Esto se muestra en la prctica de los bancos que, con tcnicascomo la personalizacin del crdito, tienden a subordinar el ava l de prstam os yla fijacin del tipo de inters a una investigacin exhaustiva de los recursos pasa-dos y futuros del prestatar io).

    159

  • 160

    POD ER , D ERECHO y CLASES SOCIALES

    personalizar un regalo . Al mismo tiempo resulta modifica-do e! propio sentido de la relacin de intercambio, que apa-rece, desde una perspectiva "econmica" estricta, como unapura prdida, cuando en el marco de la amplia lgica de!intercambio social lo que supone es una inversin seguracuyos beneficios podrn cosecharse tarde o temprano enforma monetaria o de otra clase . Y otro tanto ocurre con latransformacin de capital econmico en cultural. La mejormedida para e! capital cultural es indudablemente la dura-cin de! tiempo dedicado a su obtencin. Es decir, la trans-formacin de capital econmico en cultural presupone ungasto de tiempo que resulta posible por la posesin de capi-tal econmico. O, dicho ms precisamente, e! capital cultu-ral, que en realidad se transmite dentro de la familia, nodepende exclusivamente de la importancia de! capital cultu-ral disponible en la comunidad domstica, e! cual slopodra acumularse al precio de un desembolso de tiempo.Antes bien, depende todava ms de cunto tiempo til(sobre todo en la forma de tiempo libre de la madre) tengaa su disposicin la familia para hacer posible la transmisinde capital cultural y permitir una insercin retardada o tar-da en e! mercado laboral. El capital econmico disponibleen la familia desempea aqu un pape! decisivo. Una inser-cin retardada en e! mercado laboral permite obtener edu-cacin y formacin escolar -un crdito que slo se reem-bolsa, si es que as ocurre, a muy largo plazo'

  • 162

    PODER, DERECHO y CLASES SOCIALES

    favores y cosas similares -o sea, a travs de relaciones deintercambio que exclu yen explcitamente clculos y garant-as, y comportan as el riesgo de la "ingratitud"-. Y es quesiempre existe el riesgo de que se niegue el reconocimientode una obligacin debida, presuntamente surgida de unarelacin de intercambio no contractual. Igualmente, la medi-da de simulacin caracterstica de la transmisin de capitalcultural no slo se enfrenta al riesgo inherente de prdidas,sino tambin al hecho de que el ttulo escolar constituye laforma institucionalizada de capital educativo-.Este ttulo noes ni transmisible (como el ttulo nobiliario) ni negociable(como el ttulo burstil) . Por mejor decir, la transmisin decapital cultural se realiza con mayor confidencialidad, perotambin soportando un mayor riesgo, que la del capital eco-nmico, pues la continua transmisin difusa de capital cul-tural dentro de la familia se sustrae al conocimiento ascomo a todo tipo de control". Por eso, para poder desplegartoda su eficacia, al menos en el mercado laboral, el capitalcultural precisa cada vez ms ser convalidado por el sistemade enseanza, esto es, precisa ser convertido en ttulos aca -dmicos. Del mismo modo que el ttulo acadmico constitu-ye, cada vez en mayor grado, la condicin previa para unacceso legtimo a un nmero progresivamente mayor depuestos (en especial de puestos dominantes), as tambin elsistema de enseanza tiende, por su parte, a despojar algrupo domstico del monopolio de la transmisin de podery privilegios". Y tiende as, entre otras cosas, a privar al

    26. De ah que surja la apariencia de que e! reparto de los diferent es ttul os recono-cidos por e! sistema de enseanza corresponde exclusivamente a la distribucinde capacidades naturales.

    27. En el marco de una estrategia global de diversificacin de la posesin y de lasinversiones, a travs de la cual debera garantizarse e! mximo volumen de segu-

    LAS FORMAS DEL CAPITAL

    grupo domstico de la eleccin de sus legtimos herederosentre hijos de diferente sexo y orden de nacimiento. Elmismo capital cultural pLantea muy diferentes problemas detr ansmisin, dependiendo de la forma particular que asuma.Como dice Gras sby" , la liquidez del capital comercial, queconfiere un poder econmico inmediato y favorece la trans-misin, lo convierte tambin en ms vulnerable que la pro-piedad inmobiliaria (incluso que la real), amn de que nofacilita el establecimiento de dinastas prolongadas.

    El carcter arbitrario de la apropiacin se muestra, msclaramente que en ningn otro lugar, durante la transmisinde capital, sobre todo al tiempo de la sucesin, un momen-to crtico para cualquier poder. Toda estrategia de reproduc-cin es a su vez, ineludiblemente, una estrategia de legitima-cin dirigida a sacralizar tanto La apropiacin exclusivacomo su reproduccin. En este sentido, la crtica subversivabusca golpear a la clase dominante criticando el principio desu perpetuacin y, por ello, trata de hacer ver que los mis-mos ttulos nobiliarios son tan arbitrarios como lo es sutransmisin. Ahora bien, si se desvela que los mecanismosinstitucionalizados, como las leyes de sucesin, pretendenregular la transmisin oficial y directa de poder y privilegios,

    ridad y de rentabilidad, las fracciones dominantes tienden a conceder cada vezms espacio a la inversi n educativa . Por descon tado disponen de toda suer te demedios para eludir los juicios aca dmicos : aparte de que la transm isin directa decapital econmico sigue siendo uno de los principales instrumentos de reproduc-cin, e! efecto de las sanciones acadmicas puede siempre corregirse por la accinde! capital social (mediante "pro teccin", "presiones" o "en chufes", "moviendolos hilos", etc. ). Los ttulos escolares nunca funcionan como e! dinero. Puesto quenunca son enteramente disociables de su poseedor; su valor aumenta cuantos msmedios tenga ste para aprovecharlos. Afirmacin sta que resulta especialmentevlida respecto de los secto res menos rgidos de la estructura social

    28. R. Grassby, "English Merchant Cap italism in the Late Seventeenth Century: TheComposition of Business Fortunes", Past and Present 46 (1970 ), 87-107 .

    163

  • ((,4

    PODER, DERECHO y CLASES SOCIALES

    crecer entonces el inters del poseedor de capital por ser-virse de tales estrategias de reproduccin, ya que garantizanuna mejor simulacin de la transmisin de capital. Claroque para ello, habida cuenta de que se debe recurrir a laconvertibilidad de los tipos de capital, hay que pagar el pre-cio de una mayor prdida de capital. Cuanto ms sea impe-dida o frenada la transmisin oficial del capital, ms deter-minante para la reproduccin de la estructura social devienela circulacin clandestina de capital en la forma de diferen-tes tipos de capital cultural. El sistema de enseanza - un ins-trumento de reproduccin especialmente capaz de camuflarsu propia funci n-, cobra entonces mayor importancia, yelmercado de ttulos sociales, que otorga legitimacin paraacceder a las posiciones ms codiciadas, se unifica.

    Bourdieu, Pierre , 2000 [1986], "Las Formas decapital" , en Poder, derecho y clases sociales(Cap. IV), traduccin Ma. Jos Bemuz Beneitez[et al. ], 2a ed., Bilbao: Descle de Brouwer,pp. 131-1 64.

    Bourdieu - Capital 001Bourdieu - Capital 002Bourdieu - Capital 003Bourdieu - Capital 004Bourdieu - Capital 005Bourdieu - Capital 006Bourdieu - Capital 007Bourdieu - Capital 008Bourdieu - Capital 009Bourdieu - Capital 010Bourdieu - Capital 011Bourdieu - Capital 012Bourdieu - Capital 013Bourdieu - Capital 014Bourdieu - Capital 015Bourdieu - Capital 016Bourdieu - Capital 017Bourdieu - Capital 018Bourdieu - Capital 019 copy