brown, fredric - evidencia de suicidio

Upload: alex-corr

Post on 05-Jul-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/16/2019 Brown, Fredric - Evidencia de Suicidio

    1/8

    Evidencia de suicidiEvidencia de suicidi

    Fredric Brown

    El sargento-detective era un hombre grande y de movimientos pesados, pero no era unestúpido. Sabía reconocer un suicidio siempre que se encontraba frente a uno, pero no lodaba nunca por supuesto hasta tener todas las cartas en su mano. Incluso en un caso tan

    sencillo como éste debe husmearse hasta el ms insignificante detalle y, en una entre milocasiones, puede ser que se encuentre algo que no enca!e, y ésa podía ser la ve" númeromil# cualquiera de los casos podía serlo.

    - $e acuerdo, llévenselo - di!o, y los dos hombres de la camilla depositaron las cientosesenta libras de carne fría que se habían llamado %ohn &arey en el centro de la misma y,levantndola, salieron hacia la puerta.

    El gerente del hotel habla estado revoloteando ansioso al otro lado de la puerta, y entoncesel sargento-detective le invit' a que entrase. (o hi"o con rapide", cerrando tras de sí la puerta aún ms de prisa. Evit' dirigir su mirada hacia la inmensa mancha de sangre quecubría parte de la alfombra de color beige.

    El sargento-detective e)tra!o un cuaderno de notas de su bolsillo y un lpi" de otro, e hi"oun gesto al gerente.

    - Siéntese, mister *eissman.

    El lpi" revolote' sobre el cuaderno de notas.

    - +ister *eissman, conocía usted a %ohn &arey por algo ms que por su estancia en elhotel

  • 8/16/2019 Brown, Fredric - Evidencia de Suicidio

    2/8

    - ueno, indirectamente. Era amigo de un conocido, (ee *heeler. /ui" esa fuese la ra"'n por la que decidi' venirse a vivir aquí. En efecto, +ister *heeler me cont' que habíarecomendado el 0&olbroo12 a +ister &arey.

    - &unto tiempo hace de eso

    - +ister &arey se traslad' aquí hace tres meses, !usto después de que su esposa e hi!o perecieran en un accidente. 3endi' su casa y se vino a vivir aquí, al hotel. 4ste es un hotel para residentes# todos nuestros clientes son ms o menos permanentes.

    El sargento-detective levant' la mirada de la libreta.

    - +urieron a la ve" la esposa y el hi!o &arey... $ígame, se trata del caso ocurrido hacetres meses en que un coche fue alcan"ado y arrastrado durante una milla por el 0(imited2antes de que el tren pudiera parar

    - Sí. El muchacho, que tenía ya dieciocho a5os, llevaba a su madre de e)cursi'n la tarde deldomingo, aprovechando que el padre había salido de via!e. 6ue horroroso.

    - 7a. Eran éstos los únicos parientes que le quedaban, si no recuerdo mal. (eí algo sobre

    este caso, pero no lograba relacionarlo con el nombre de &arey.- 8ues sí, siempre me abstuve de comentarlo con mister &arey, pero aquel amigo mutuo mehabl' de ello. El muchacho era su único hi!o, y no tenía otros parientes.

    El sargento-detective movi' la cabe"a impresionado. (a nota que %ohn &arey había de!adosobre el vestidor, escrita a mano con una letra que era de presumir fuese la suya, aunqueeste punto sería también verificado, era una súplica no dirigida a nadie en particular, pidiendo ser enterrado en el nicho 9, secci'n :, del cementerio de 8ar1hill, al lado de sumu!er y de su hi!o.

    Eso también concordaba. &uando se han estudiado centenares de suicidios, se llega a captar toda la sicología de los mismos.

    Saltaba a la vista que los factores físicos ligaban. 7 ahora, también los psicol'gicosaparecían con igual evidencia. 7 el m'vil, lo mismo. ;unque m'vil no era la palabrae)acta# uno no tiene ningún m'vil para suicidarse, sino que tiene una ra"'n, o un con!untode ellas.

    - 7 ahora hbleme de lo ocurrido esta ma5ana - di!o.

    - (a chica de servicio lleg' a las die" en punto, esta es la hora en que normalmente entra enesta habitaci'n, y se encontr' con la puerta cerrada. ueno, quiero decir cerrada por elinterior, por lo que no consigui' abrir con su llave. &uando un huésped de!a la habitaci'n,cerrando la puerta, ella emplea su llave maestra. 8or esa ra"'n supuso que +ister &arey aún

    estaba en el interior, usted ya me comprende. Sin embargo, durante los tres meses en quemister &arey estuvo con nosotros !ams se había levantado tan tarde en día de traba!o. 8or consiguiente la chica me avis' por el teléfono interior preguntndome si debía llamar a la puerta.

    - 7 usted le di!o...

    - (e di!e que yo mismo llamaría por teléfono. +e dirigí a la cabina de la telefonistadispuesto a decirle que llamara al , cuando pude ver que ella introducía la clavi!a en elagu!ero del . ?o contest'. ;guardé durante un minuto hasta que ella desconect' la

  • 8/16/2019 Brown, Fredric - Evidencia de Suicidio

    3/8

    clavi!a y le pregunté si aquella llamada había sido cumplimentada, contestndome ella queno, pues el no había contestado. S'lo entonces comencé a preocuparme seriamente.

    - 7 subi' a la habitaci'n

    - ien, primero hice otra cosa. 8ensé que probablemente la llamada procedía de la oficina para preguntar por qué aún no había llegado. 7a comprender que nadie ms, ni siquiera susamistades, por e!emplo, habrían pensado encontrarle a las die" en su hotel en día laborable#tenían que suponerlo ya en su despacho. 8or esto pensé que la llamada procedía de laoficina. 7 llamé allí.

    - $'nde est eso - pregunt' el sargento-detective de!ando de escribir.

    - En el edificio del State an1. El nombre de la empresa es 0&arey @ Areene2 y se dedica ae)portaci'n e importaci'n. 8regunté por +ister Areene e)plicndole quién era yo y lara"'n de mi llamada. +e contest' que había sido él quien había telefoneado a +ister &arey.$eseaba conocer la ra"'n de su ausencia, puesto que llevaba ya retrasadas dos citas en estama5ana. (uego le e)pliqué lo de la puerta cerrada desde el interior, y me contest' que lome!or sería echarla aba!o.

    - Se le ocurri' que podía tratarse de un suicidio +e refiero a +ister Areene.

    - 8or la forma en que se lo tom', yo aseguraría que así fue. 7 comprendo la ra"'n.Bltimamente, podía verse a mister &arey muy desanimado y comportndose en formae)tra5a. 6rancamente, eso fue lo primero en que pensé, y creo qué a mister Areene se leocurri' lo mismo por idéntico motivo. ?aturalmente, estaba enterado de que mister &areyacababa de perder a toda su familia de golpe y... bueno, ya me comprende.

    El sargento-detective asinti'.

    - Cequerí la presencia del doctor $eane - continu' el gerente -, y de %oe, el conser!e,subiendo los tres aquí. (lamé a la puerta y, en vista de que continuaba sin recibirse ninguna

    contestaci'n, le di!e a %oe que derribase la puerta. ;unque no tuvo necesidad de hacerlo# élsabía c'mo golpear la cerradura con un martillo para conseguir romperla.

    - 7 entraron los tres aquí

    - Solamente el doctor $eane. %oe no entr' y yo me limité a asomarme para ver c'mo eldoctor $eane se inclinaba sobre el... sobre +ister &arey. &uando me di!o que +ister &areyestaba muerto, cosa de la que yo me había dado ya cuenta al primer golpe de vista, llamé ala policía. 7 eso es todo.

    - Aracias - di!o el sargento -. ien, debo marcharme. /uerría tener unas palabras con susocio, Areene. Aracias por su ayuda, +ister *eissman.

    ;l llegar a la puerta, el sargento-detective se detuvo para contemplar la cerradura rota. Elgerente pas' por su lado hacia el recibimiento y el sargento se reuni' con él allí. Dn policíade paisano estaba apoyado contra la pared, al lado de la puerta.

    - /uédate aquí hasta que cambien la cerradura y la puerta sea sellada. (uego vuelve parainformarme. $ile al !efe que aún me queda por efectuar otra visita - le di!o el sargento-detective.

    - $e acuerdo. Simplemente suicidio

  • 8/16/2019 Brown, Fredric - Evidencia de Suicidio

    4/8

    - Seguro.

    +ientras ba!aba en el ascensor con el gerente, se le ocurri' una pregunta.

    - $i!o usted que &arey se comportaba de un modo e)tra5o. /ué hacía

    - ien, es un poco difícil de e)plicar. ;lgo así como si estuviera siempre escuchando. &omo

    si escuchase o esperase oír algo. Es s'lo una suposici'n, pero aseguraría que oía voces.- +uchos de ellos lo hacen - contest' el sargento.

    +uchos de ellos lo hacen. 7 %ohn &arey se contaba entre ellos. ?o se trataba e)actamentede voces, sino de una sola vo". Dna sola vo", y había necesitado tiempo para llegar asituarla y conocer con seguridad de cul se trataba.

    7 entonces se dio cuenta de que se trataba de su propia vo", y ya todo le result' perfectamente claro.

    (a primera ve" que la oy' fue tres semanas después del entierro, el entierro por partidadoble que había significado en su vida el fin de todo aquello que para él tenía alguna

    importancia.Entonces hubiese querido suicidarse, !ustamente después del entierro, pero no se sinti' confuer"as para ello. Es doblemente doloroso el no desear vivir y, a la ve", no tener elsuficiente cora!e para matarse. 8ero luego surgi' la vo".

    (a primera ve" que la escuch' le había alarmado. 6ue precisamente en medio de unaconversaci'n, mientras intentaba desprenderse de un chill'n y pelirro!o vendedor de libros.abla sido sorprendido por el vendedor, puesto que se encontraba solo en la oficina# $aveAreene había salido y la mecan'grafa se había ido comer. 8or fin había convencido aaquel tipo de que no deseaba ninguna clase de libro y se disponía ya a cerrar la puertacuando, en el tan esperado silencio, se escuch' una vo" que le decíaF

    - Suicídate, %ohn &arey.&omo es de suponer, se llev' un susto# había estado mirando fi!amente al vendedor delibros y, a pesar de que era un poco corto de vista, pudo verle lo suficientemente bien como para asegurar que él no lo había dicho. 7 saltaba a la vista, adems, que el vendedor delibros tampoco lo había oído.

    0+e estaré volviendo loco2, pens', y ese pensamiento le estuvo preocupando durantealgún tiempo.

    (uego se resign' y lleg' a la conclusi'n de que s'lo le faltaba reunir nimos para llevarlo acabo. (a vo" le había ayudado.

    (a segunda ve" que la oy', una semana después de la primera, había sido en un parque público, el parque que acostumbraba a cru"ar en su camino hacia casa y comprob' que allíno había nadie ms que un vagabundo dormido sobre uno de los bancos del parque. (atercera ve" había sido mientras cru"aba la recepci'n de su hotel.

     ?o fue hasta esta tercera ve" cuando logr' reconocer aquella vo" como la suya. abía algode familiar en su entonaci'n, pero por un tiempo no había logrado reconocerlo. (a propiavo" no resulta tan familiar como puede creerse, pues escucharse a sí mismo no es igual queser oído por los dems. 8ero un cierto énfasis que él sabía que empleaba, le dio la clave la

  • 8/16/2019 Brown, Fredric - Evidencia de Suicidio

    5/8

    tercera ve" en que escuch'... 3olvi' a escucharla otra ve" a la entrada de un teatro# otra enla oficina estando con 8aye, sin que por supuesto la oyese éste# otra en la calle, cuandoacababa de dar unas monedas a un sucio y desali5ado pordiosero# y otra en un autobús. Dnadocena de ocasiones en algo ms de dos meses.

    ubiese ido a ver a un psiquiatra de haber pensado que merecía la pena, si hubiese deseado

    realmente vivir. 8ero por qué no dar la bienvenida a la locura, si ésa le ayudaba aconseguir el valor necesario para llevar a cabo lo que en el fondo deseaba

    7 al fin, el valor. (a nava!a. El fin.

    - +i nombre es *eston. 8olicía. Es usted $avid Areene - di!o el sargento.

    - Sí, siéntese, +ister *eston. 3iene... 3iene usted del hotel

    7 cuando el sargento-detective asinti', Areene inquiri' a su ve"F

    - 8uedo preguntar c'mo ocurri'

    - &on la nava!a de afeitar.

    - G/ué horribleH Sin embargo... creo que era lo me!or que podía sucederle. abía estadoviviendo en una tortura continua durante tres meses... Est usted enterado ya de lo que leocurri'

    - Sí, murieron a la ve" su esposa y su hi!o. (a ra"'n por la que se suicid' est puessuficientemente clara. Dna cosa así, sucediendo de repente y tan inesperadamente, trastorn'su mente hasta... bien, hasta que lo hi"o.

    - ?o e)iste, pues, ninguna duda de que se trata de un suicidio - pregunt' Areene.

    - ?i la ms leve sombra. Se encerr' en su habitaci'n por el interior. Incluso la ventanaestaba cerrada, aunque de todos modos tampoco nadie hubiera sido capa" de entrar por ellaen un octavo piso. El motivo es obvio. $e!' una nota en la que decía d'nde deseaba ser 

    enterrado. Incluso podían verse en su garganta los clsicos cortes de los primeros tanteos.- anteos

    - ;sí es como los llamamos. /ui"s no debí mencionarlos# no resulta agradable pensar enello cuando se trata de alguien conocido. (os tanteos son unos cortes superficiales, unostra"os preliminares a un lado de la garganta del suicida que se degolla. &asi siempre losencontramos en los casos típicos de este modo de suicidio. Es difícil tener suficiente cora!ela primera ve" para clavar la nava!a profundamente. Se presentan en uno de cada seis casos.4l tenía tres. ?o es agradable pensar en ello, pero, en fin, allí estaban. enía alguna otra preocupaci'n adems de la pérdida de su familia +e refiero a preocupaciones financieras, principalmente.

    - ?o lo creo. ?o tengo idea de si había llegado a ahorrar mucho dinero, si es que lo hacía, pero lo que sí puedo asegurar es que era solvente. %uraría que no tenía deudas. Supongo quede!a unos cuantos miles de d'lares. Se quedar el Estado con ello

    - Siempre que no haya de!ado testamento y que no se presente ningún familiar a reclamarlo.

    - ?o se presentar ninguno. Cesulta curioso, pero tanto el como su mu!er habían sidoincluseros y habían sido educados en un orfanato. 7 tampoco creo que haya de!ado

  • 8/16/2019 Brown, Fredric - Evidencia de Suicidio

    6/8

    testamento. /uiero decir uno nuevo, desde que fallecieron su mu!er e hi!o. El que redact'anteriormente ya no tendr ningún valor puesto que lo de!aba todo a su esposa.

    - Se hubiera enterado usted si lo hubiese hecho

    - &reo haberlo mencionado anteriormente. $e!aba que sus p'li"as de seguro personalcaducasen porque aseguraba que ya no tenían ra"'n de e)istencia. 7 creo que pensaba lomismo con todo lo que fuese dinero.

    - Siempre y cuando no pensase de!arlo a una instituci'n benéfica en ve" de entregarlo alEstado.

    Areene se encogi' de hombros.

    - emo que incluso para eso se encontrase demasiado desalentado. 8uedo equivocarme,desde luego. En caso de que tuviera un nuevo testamento se encontraría en su ca!a deseguridad, en el banco de la esquina y, para salir de dudas, no tiene usted ms que abrirla.

    - ?o crea que voy a hacerlo - respondi' el sargento-detective -. El Estado se ocupar deello. Se necesitaría una orden !udicial para abrirla y no quiero hacerlo# a menos que usted

    esté seguro que pueda haber algo que interese.- ?o tengo idea de lo que pudiese guardar en ella.

    - ueno, no tiene importancia. (e diré que he estado dudando entre cerrar el casodeclarndolo como suicidio de un perturbado, o de!ar este e)tremo en blanco. 8ero no creoque tenga ninguna importancia. El gerente del hotel tenía la impresi'n de que... bueno, deque últimamente había estado un poco fuera de sus cabales. &omo si escuchara voces.+uchos de ellos las oyen. &ul es su opini'n, +ister Areene

    - Sí, actuaba en forma e)tra5a. 8ero se debe tener en cuenta que... que desde el accidenteestaba muy ofuscado. /uiero decir, desde que supo que sus familiares ms cercanos lohabían sufrido. Se movía como un aut'mata en todo lo que hacía, como un sonmbulo, sientiende usted a lo que me refiero.

    - ?aturalmente. 8ero cree usted que el gerente del hotel tiene ra"'n al asegurar lo de lasvoces

    - ien... en cierta ocasi'n, estando él y yo solos en la oficina, me pregunt' repentinamentesi había oído algo. (e pregunté qué quería decir, y me di!o que lo olvidara. Esto es lo únicoque se me ocurre. 8odía ser por lo que usted dice, o también porque hubiese oído algúnruido en el e)terior al que yo no hubiera prestado atenci'n. 4l tenía el oído muy fino# suvista era bastante débil, pero su oído era ms fino que lo corriente. +ucho me!or que elmío.

    - S'lo una cosa ms, +ister Areene. +era rutina. ay alguien que resulteecon'micamente beneficiado con esa muerte J por el contrario, hay alguien que hayaresultado per!udicado por ella En qué forma afecta a su negocio

    - &reo que resultaré beneficiado. En efecto, tengo motivos para alegrarme. Cesultaespantoso emplear esa palabra, pero no pensaba en lo que puede parecer a primera vista.$ado que se suicid' a puerta cerrada y de!ando una nota.., si cupiera alguna clase desospecha, de... !uego sucio como tengo entendido que le llaman ustedes, resultaría una

  • 8/16/2019 Brown, Fredric - Evidencia de Suicidio

    7/8

    situaci'n delicada para mí ya que nuestro seguro en común podría parecer un m'vilsospechoso.

    - Se refiere a un seguro de vida

    - Sí. Entre otras clusulas, en nuestro contrato de asociaci'n estipulamos que cada unoinscribiera una fuerte p'li"a de vida a favor del otro, para que así no se viera en inferioridadde condiciones en caso de fallecimiento de uno de los socios. Es una cosa normal entresocios. Incidentalmente le diré que me refería a eso cuando di!e que había de!ado caducar su propia p'li"a. Su esposa se hubiera beneficiado de ésta. ;quélla de la que yo soy beneficiario, y que representar una bonita cantidad de dinero para mí, no había caducado,naturalmente# era un compromiso financiero.

    El sargento-detective asinti'. ambién él se alegraba de que aquel m'vil ya no tuvieraninguna importancia y de que todo el caso no fuera ms que una mera cuesti'n de rutina, yde que ya lo tuviera resuelto, e)ceptuando el informe que tendría que redactar sobre elmismo.

    ;l sargento-detective le dolían los pies y deseaba continuar sentado un minuto ms, por lo

    que pregunt'F

    - 6ueron socios durante mucho tiempo, usted y &arey

    - Jcho a5os. 4l fue quien me asoci' a su negocio, y resulta c'mico, dada la cantidad deteclas que anteriormente había tocado yo y todo lo que había intentado hasta entonces.abía estado traba!ando con una compa5ía ambulante en un espectculo de variedades, enaquellos tiempos en que aún e)istían variedades en las que actuar, y consiguiendo traba!ar de cuando en cuando en algún teatro de veras... 7 aquí acabé siendo un respetable hombrede negocios, e incluso el due5o del mismo. Dn cigarro, +ister... 8erd'n, he olvidado sunombre.

    - *eston. +uchas gracias.

    El sargento-detective encendi' una cerilla y adelant' el bra"o para dar fuego a +ister Areene, encendiendo posteriormente el suyo. Era un buen cigarro puro.

    - ?o sé si sabr que yo siempre he tenido afici'n a su carrera. J, me!or dicho, a ser detective privado. 8ero supongo que ya nunca tendré oportunidad de llegar a serlo. Aanodemasiado dinero para que pueda cambiar ya de profesi'n - di!o +ister Areene.

    - ?o se gana demasiado como detective privado, desde luego.

    - (o supongo. 8ero creo que no se me hubiera dado del todo mal. engo la impresi'n deque habría sabido seguir a la gente sin ser visto, y todas esas cosas. 7 sé perfectamente quela cuesti'n de los disfraces habría sido mi fuerte. (as pocas veces que logré tener algún

     papel en el teatro fue para representar a persona!es de carcter y ello debido a mi habilidad para maquillarme. 7 a mi dominio sobre la vo", pues tanto podía imitar a un vie!o decrépitocomo a un muchacho !oven, como a cualquier otra cosa. (as imitaciones se me daban muy bien. (as hacía tan bien que no había quien pudiera diferenciar mi vo" de la original.

    - ?o hubiera tenido usted muchas ocasiones para disfraces o imitaciones de haber sidodetective privado. ?o ms, probablemente, de las que se le hayan podido presentar en su

  • 8/16/2019 Brown, Fredric - Evidencia de Suicidio

    8/8

    negocio. Era eso lo que hacía en escena... Imitaciones - di!o el policía, a través de losvapores de su aromtico cigarro.

    - raba!aba como ventrílocuo.

    El sargento suspir' mientras se levantaba de su sill'n.

    - 8ues antes yo tocaba el tromb'n y lo hacía bastante bien. G7 míreme ahoraH En fin, gracias por el cigarro. 7 adi's.

    - ;di's - contest' Areene.

    Libros Tauro

    httpFKKLLL.(ibrosauro.com.ar 

    http://www.librostauro.com.ar/http://www.librostauro.com.ar/