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  • 7/30/2019 Brown,R.las Iglesias Que Los Apostoles Nos Dejaron

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    RAYMOND E. BROWN

    LAS IGLESIASQUE LOS APOSTLES

    NOS DEJARON

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    RAYMOND E. BROWNCOLECCIN CRISTIANISMO Y SOCIEDAD

    1. MARTN HENGEL: Propiedad y riqueza en el cristianismo primitivo.2. JOS M.a DIEZ-ALEGRIA: La cara oculta del cristianismo.

    3 A. PEREZ-ESQUIVEL Lucha no violenta por la paz.4 BENOIT A. DUMAS- Los milagros de Jess5. JOS GMEZ CAFFARENA. La entraa humanista del cristianismo.6. MARCIANO VIDAL Etica civil y sociedad democrtica.7 GUMERSINDO LORENZO: Juan Pablo II y las caras de su iglesia.8. JOS M.a MARDONES: Sociedad moderna y cristianismo9. GUMERSINDO LORENZO: Una Iglesia democrtica (Tomo I).

    10. GUMERSINDO LORENZO: Una Iglesia democrtica (Tomo II)11 JAMES L. CRENSHAW: Los falsos profetas.12. GERHARD LOHFINK: La Iglesia que Jess quera13 RAYMOND E. BROWN' Las Iglesias que los Apstoles nos dejaron. LAS IGLESIAS QUE LOS

    APOSTLES NOS DEJARON

    2.a edicin

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    DESCLEE DE BROUWERBILBAO- 1986

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    LAS IGLESIAS QUE LOS APOSTLES NOS DEJARON

    Titulo de la edicin original THE CHURCHES THE APOSTLES LEFT BEHINDPublicado por PAULIST PRESS - NEW YORK/RAMSEY

    Versin espaola de Gemma Prez

    LOS APOSTLES MEJOR CONOCIDOS (Pedro, Pablo, Santiago) murieronen la decada de los sesenta De tal forma, que durante el ultimo terciodel primer siglo de la era cristiana, las iglesias primitivas tuvieron quecontinuar sin la guia autorizada de los apostles que haban visto al Je-ss Resucitado Los escritos del Nuevo Testamento realizados despusde la muerte de los apostles, ilustran diferentes nfasis, que po-sibilitaron la supervivencia de aquellas comunidades a las que se diri-gan Aqu se estudian tanto los aspectos positivos como los aspectosnegativos de las eclesiologias de siete testimonios diferentes del NuevoTestamento Estos testimonios estn dirigidos a las iglesias que losapostles dejaron tras de si, pero sus aspectos positivos y negativos ha-blan tambin a las iglesias de hoy

    EDITORIAL DESCLEE DE BROUWER, S A 1986Henao 6-48009-BILBAO

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    Pnnted in Spain

    ISBN 84-330-0691-6 DepositoLegal S S 760/90

    Impreso en ITXAROPENA, S A - Araba kalea, 45- Zarautz

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    PREFACIO

    Este libro, que considero ecumnico, lo dedico a los estudiososde temas bblicos de procedencia cristiana distinta a la ma, yque, a travs de sus estudios y especialmente a travs de su amistad personal, me han enseado mucho acerca de las Escrituras,acerca de Cristo y su iglesia, y sobre todo, acerca de la manerade ser cristiana Me refiero especialmente a los siguientes autores americanos, consciente de que la lista dista mucho de scicompleta

    John Reumann KnsterStendahl W D DaviesDavid Noel FreedmanGeorge Landes JamesSanders PhylhsTnblc

    EL CONTENIDO DE ESTE IIBRO fue expuesto bajo el titulo de las Confe-rencias de Sprunt (Sprunt Lectures), durante cinco sesiones, que tu-vieron lugar en el Unin Theological Seminary (Richmond, Virgi-nia) del 28 al 31 de enero de 1980 El cuidado seguido en la eleccin delos conferenciantes, asi como la obligacin de publicar sus conferen-cias, ha tenido como consecuencia una notable sene de volmenes so-bre las mismas Sintindome halagado por haber sido invitado a unirme

    a tal compaa, afronte de inmediato el problema que surga de lapropia historia de las conferencias La obligacin de publicarlas asicomo la calidad de las publicaciones anteriores, sugera realizar unacontribucin erudita dedicada a los estudiosos del tema, sin embargo,las necesidades de los oyentes alumnos del Unin Alumni que se en-contraban trabajando en parroquias, me sugiri realizar una aplicacinpractica de los estudios a los intereses pastorales Decidido a sa tisfaceresta necesidad con mis conferencias, no escrib ni le papeles llenos denotas eruditas a pie de pagina, sino que hable utilizando apuntes,adaptndolos oralmente segn fuese la respuesta de los oyentes a mispalabras Esto explica en parte el retraso de vanos aos en lapublicacin de las conferencias, ya que hubo que adaptarlas al lenguaje

    escrito, trabajando para ello con las grabaciones y los apuntes de lo quedije en 1980 Mayor detalle, documentacin y puesta al da, han sidoaadidos a la forma originalmente publicada, que espero que, al mismotiempo que mantienen el intento pastoral original, satisfaga lasdemandas eruditas, esencia de las conferencias de Sprunt

    El intervalo que medio entre la presentacin y la publicacin dellibro resulto ser beneficioso, ya que pude volver a presentar el mismomaterial a otras audiencias, y consecuentemente ampliar mi percep cionde los temas Por esta razn, quisiera mostrar mi agradecimiento por laoportunidad que disfrute de impartir distintos aspectos del materialahora impreso en vanos de los captulos de este libro, en las Con-

    ferencias de Col, en Vanderbilt Divimty School (Nashville, Ten ), enlas Conferencias de Ayer en el Colgate Rochester Seminary (New

    Pal AchtemeierKarl DonfnedReginald Fuller JLouisMartyn DMoodySmithEdward CampbellJohn ElhotBeverly Stendahl

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    York), en las Conferencias de Snugg en University of Tulsa (Oklaho-ma), en las Conferencias de Rist en Ihff School of Theology (Denver,Colorado), en las Conferencias de Armstrong en Kalamazoo College(Michigan), y en las Conferencias de Weber en el Moravian Theologcal Seminary (Bethlehem, Pa ) El sentido ecumnico de mi enfoque altema, fue en gran medida propiciado por la diversidad del publico

    asistenteFui el primer catlico romano invitado a dar las Conferencias de

    Sprunt El obispo catlico romano de Richmond asisti al discursoinaugural, y el primer candidato al doctorado en estudios bblicos, mesirvi de gran ayuda durante las conferencias en el Presbitenan Semnary del Sur La audiencia, consistente de pastores firmemente formados^como presbteros, seguramente encontr en estos signos visibles una expresin del contexto ecumnico de la educacin teolgica yde los estudios bblicos en los seminarios de hoy Como nota humonstica, trate de convencer al publico de mis credenciales ortodoxas, ba-sadas en el hecho de que tenia una ctedra apadrinada por los presbi-

    terianos en el otro Unin Theological Seminary de Nueva York,donde mi trabajo como catedrtico ha sido en parte avalado por el Au-burn Theological Seminary

    Para adelantar cuales eran mis intenciones en las Conferencias deSprunt, me atrev a ofrecer al publico un relato un tanto divertido de mivida durante los diez anos que estuve como nico profesor catlico enel Unin Seminary del Norte Cuando llegue all por primera vez, habaaun en el prospecto una frase introductora a lo que la facultadrepresentaba la amplitud de visin eclesial y teolgica que es carac-terstica del mejor protestantismo Se le sealo al presidente la con-tradiccin de mantener tal frase a la vista de un profesor catlico roma-no, quien me pregunto si me resultaba ofensiva A lo que respond conpicarda No, ya que creo que un catlico romano equilibrado representa lo mejor de la visin protestante Estos comentarios introduc-torios que hice de forma improvisada subrayaron mi intencin en Ri-chmond de hablar desde el Nuevo Testamento a las diversas situacio-nes que hoy existen en la Iglesia Las cuestiones que all se me plantearon enriquecieron las presentaciones de este libro, hacindome posibleanticipar cuestiones que podran surgir en la mente de muchos lee toresLa tarea de repetir el contenido de las conferencias en otros seminariosprotestantes, como he indicado anteriormente, ha facilitado miproposito, ya que me ha hecho consciente de la existencia de una di-versidad cristiana mas amplia Del mismo modo, ha sido de gran ayuda

    el hecho de haber utilizado este material con un buen numero depublico catlico, dndome la posibilidad de observar sus reacciones

    PREFACIO

    Mis tres ltimos libros los dedique a los obispos y sacerdotes catoheos que han contribuido valiosamente a las investigaciones catlicasmodernas en general y a las mas en particular Este libro, que contienelas conferencias pronunciadas en el Presbitenan Seminary, esta de-dicado a aquellos investigadores amigos protestantes, de los que soydeudor por muchos motivos Fuera del circulo erudito, y a pesar de los

    avances ecumnicos, existen clrigos protestantes que todava descon-fan de cualquier cosa pronunciada por un catlico La calida acogidaque recib de los alumnos del Unin Seminary en Richmond, confir-mo mi idea de que una reaccin negativa no es caracterstica de unbuen cuidado pastoral protestante De la misma manera, se que hay grannumero de catlicos romanos que desconfan de cualquier apor tacionproveniente de un protestante, y se sienten furiosos ante el hecho deque un catlico se reconozca deudor de ellos Cuando el Papa Pablo VIme llamo para formar parte de la Comisin Bblica Pontificia en Roma,alabo mi visin catlica respecto al Magisterio de la Iglesia Lafidelidad a mi propia iglesia, y la deuda a otras contribuciones masamplias, constituye una combinacin que ha enriquecido mi propia

    comprensin de lo que la diversidad del Nuevo Testamento puedesignificar para las diferentes iglesias, una combinacin que defenderacontra toda critica

    Mi intencin es que este libro vaya unido a otros dos que escriben anos recientes The Comunity of trie Beloved Disciple (la Comuni-dad del Discpulo Amado) constituyo un intento de estudiar la historiade un grupo del Nuevo Testamento (que a partir de ahora se cita, NT)la comunidad de Juan con su peculiar vida externa e interna El libroque escrib con John P Meier, uAnoch and Rome", fue un intento deestudiar dos grandes centros del Cristianismo en el Nuevo TestamentoEn el presente libro, estudio las comunidades cristianas desde el punto

    de vista de lo que ellas entendan que era importante para su su-pervivencia y crecimiento tras la muerte de los Apostles Los tres li-bros representan aproximaciones diferentes a la existencia de la iglesiadurante el periodo del Nuevo Testamento Los tres tienen como objetohablar a las iglesias de nuestros das por medio de corregirlas, retarlasy animarlas En mi opinin, tal es la tarea que debe cumplir todaexegesis no solo determinar cual era la situacin en el NT, sino tam-bin cual es su significado

    Cause cierta preocupacin entre mis correligionarios cuando en milibroBirth of the Messiah (Nacimiento del Mesas), afirme (pag 9)No veo ninguna razn por la cual la interpretacin catlica de lo queMateo y Lucas quisieron decir en sus narraciones de la infancia debaser diferente de la de los protestantes Se me acuso de contrade

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    cir la enseanza de la iglesia catlica, al negar la tradicin de la iglesiaen la interpretacin de las Escrituras. De ningn modo fue asi, ya quenormalmente la tradicin de la iglesia no ha interpretado lo que un au-tor bblico quiso decir; sino que ha interpretado el significado que tienepara una comunidad viva. Me siento apenado de que catlicos yprotestantes puedan estar de acuerdo en lo que la Escritura sigmlico,

    pero divididos en lo que hoy significa. Sin embargo en este libio, yaque en nuestras diferentes iglesias nos enfrentamos a menudo a losmismos problemas, espero que pueda haber un acuerdo sobre el signi-ficado que hoy tiene para los cristianos los aspectos positivos y negati-vos de las iglesias del NT. CAPITULO 1

    Unin Theological Scminary (NYC)15 de Agosto de IW

    La Era Sub-Apostlica en el Nuevo Testamento1

    EN UNA MUERTE EN EL DESIERTO Robert Browning describe potica-mente a Juan, el ltimo apstol, acabando su existencia en el anonima-to:

    Cuando mis cenizas se esparzan, dice Juan,No quedar sobre la tierra

    Nadie con vida que le conociese (tenerlo en cuenta!)Que viese con sus propios ojos y palpase con sus manosAquello que fue ya desde el inicio, Palabra de Vida.Qu ocurrir cuando ya nadie pueda decir, "Yo vi"?

    La fidelidad de Browning a la tradicin que afirma que Juan fue el lti-mo discpulo puede parecer demasiado simple; no obstante el sentidoinquietante de su pregunta es claro. Qu sucedi cuando desapareci

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    el testigo apostlico y la iglesia yano pudo depender del testimonio deaquellos que dijeron, Yo vi? En elpasado tal cuestin se respondaacudiendo a las obras escritasdespus de NT, ya que era aceptado

    por todos que el Nuevo Testamento y la era apostlica eran sinnimos.Se pensaba que los libros del NT haban sido escritos por los propiosapstoles, por lo que la era posterior al NT fue denominada sub-apostlica. Dentro de la tradicin catlica, este punto de vista quedrecogido en un axioma sobre la revelacin que finaliza con la muertedel ltimo apstol, el cual daba por sentado que el NT se correspon-

    1 Al ser este libro, como ya expuse en el prefacio, una aplicacin practica de los estu-dios acadmicos a los intereses pastorales, las notas a pie de pagina favorecen a las obras

    en ingles Informacin completa se ofrece a pie de pagina

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    da, sin ningn genero de dudas, con el perodo apostlico 2 Sin em-bargo, hoy en da, la mayora de los investigadores sitan el fin del pe-riodo apostlico en una fecha ms temprana dentro de la poca delNuevo Testamento En realidad, si no se acepta el intento inconformista del Obispo John A T Robinson3 de fechar todos los escritos delNT con anterioridad al ao 70 de nuestra era, se puede afirmar, lgica-

    mente, que la mayor parte del NT fue escrito despus de la muerte delultimo apstol conocido

    Quiza sea necesario explicar esta cualificada afirmacin. A pesarde que en el NT son muchos los que reciben el nombre de apstoles,nicamente tenemos conocimiento detallado de tres Empezando por losDoce, la mayora no son ms que nombres Excluyendo a Judas Is-cariote, solamente tenemos detalles de los cuatro primeros, a saber, lasdos parejas de hermanos Pedro y Andrs, Santiago y Juan A pesar deque en los evangelios estos cuatro aparecen retratados con frecuenciaen compaa de Jess, Andrs no aparece en las narraciones del NT dela iglesia primitiva, Santiago padece martirio al principio de la decada

    de los 40 (Hechos 12 2), y Juan es mencionado nicamente en algunospasajes como compaa inseparable de Pedro (3 1,4 13, 8 14, Gal 2 9)La tradicin posterior amplio la biografa de Juan identificndole conel Discpulo Amado segn la tradicin del cuarto evangelio, pero estono es seguro4 En realidad Pedro es el nico de los Doce, del queposeemos una informacin substancial acerca de su carrera en laiglesia, gracias a las Cartas Paulinas a los Goltas y Corintios, al Librode los Hechos, y a las Epstolas de la tradicin Petnna Aparte de losDoce, tenemos conocimiento dePablo el Apstol, gra-

    2 Este axioma continua siendo valido en contraposicin a aquellos que proponennuevos cuerpos de revelacin que obligan a todos los cristianos Este axioma viene a decirque la autorrevelacion ultima de Dios fue en Jess su HIJO que no puede darnos mas de SiMismo y que este testimonio esencial y guiado por el Espritu de esta revelacin estabaen y fue a travs de los apostles testimonio que esta encerrado en el NT Dicho axiomano quiere decir que los apostles entendiesen completamente la revelacin ya que la comprensin de la revelacin divina constituye un proceso continuado

    3 Entre los muchos anlisis crticos realizados sobre su libro Redatmg the Ntw Testamen (Londres SCM 1976) uno muy tajante es el realizado por J V M Sturdy Jour nalot Theologicdl Studies 30 (1979) 255 62 fundamentalmente un no convincente tour deforc Robinson de forma parcial ignora las debilidades de sus puntos de vista echandoabajo la evidencia cual apisonadora pasando una y otra vez de lo que es una posi bihdadpoco probable a una certeza

    4 El distinguido investigador catlico romano Rudolf Schnackenburg en el volumen final de un estudio que le llevo 10 anos The Cospel accordmg to St John (3 vols New

    York Crossroad 1968 82)3 375 88 llego a la conclusin de que el Discpulo Amado (queno fue el evangelista sino la autoridad que haba tras el evangelio) no era uno de los doceVer tambin en mi libro Commumty 33 34

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    LA ERA SUB APOSTLICA EN EL NUEVO TESTAMEN10

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    cas a las trece cartas atribuidas a su nombre en el NT y a la informa-cin biogrfica que se ofrece en el Libro de los Hechos Santiago, elhermano del Seor, fue probablemente un apstol, aunque no uno delos Doce Su importancia como lder de la comunidad de Jerusaln 5

    queda probada tanto a travs de las cartas Paulinas como a travs delLibro de los Hechos Por otra parte, se le atribuye una carta del NT, y lacarta de Judas identifica a su autor a travs de su relacin con SantiagoDe acuerdo con una tradicin bastante fiable, Pedro y Pablo murieronen Roma en la decada de los 60, y Santiago muri en Jerusaln en lamisma decada6 Por lo que, para finales del segundo tercio del siglo,esto es, para el ao 67 d Cristo, los tres apstoles de los que poseemosun conocimiento detallado a travs del NT haban desaparecido de laescena

    Sugiero, por esta razn, que el trmino, poca apostlica, de-bera estar limitado a ese segundo tercio del siglo I, y que el ultimo ter-

    cio del siglo debiera ser denominado como perodo sub-apostoheo Aexcepcin de las cartas indiscutiblemente de Pablo7, la mayor parte delNT habra sido escrito en este ultimo tercio de siglo, poca en la quelos autores que han permanecido a travs de los escritos del NT,escribieron sin utilizar sus verdaderos nombres, y en ocasiones utili-zando los nombres de sus predecesores apostlicos (una excepcin se-na el profeta llamado Juan no conocido con otro nombre, que seidentifica como el autor del Apocalipsis o Libro de la Revelacin) Latradicin posterior tendi a asignar autores a los evangelios que origi-nariamente eran annimos8, pero los estudios actuales han puesto enduda la exactitud de tales asignaciones, los cuales, en cualquier caso,pueden haber tenido la intencin de iluminarnos sobre la autoridad quehaba tras el trabajo individual, ms que decir quin es el autor

    5 La disputa sobre si fue el hijo de Jos y Mana o un pariente lejano de Jess (el hijode Jos de un matrimonio anterior o un primo etc ) no es de nuestro nteres en este moment Su importancia no se debe al seguimiento de Jess durante el ministerio sino a surelacin familiar con Jess ademas de haber recibido una visin del Jess resucitado (ICor 15 7)

    6 Para un breve estudio de tal evidencia ver Barret < Pauline Controversies 233 35

    7 Hay acuerdo total sobre el hecho de que fuese Pablo el autor de la I carta a los Tesalonicenses Galatas I y II Corintios Romanos Filipenses y Filemon Esta lista refleja elorden en que considero fueron probablemente escritas sugiero una fecha dentro de losanos 50 para las cuatro primeras dejando abierta para las dos ultimas una fecha probable

    hacia los 60 La atribucin de otras cartas del NT a Pablo es discutida por los estudiosos(ver el principio del capitulo 3) Me refiero a ellas denominndolas epstolas deuteropaulinas

    8 Ningn evangelista se identifica por su nombre propio los ttulos en la forma deEl Evangelio segn son un aadido de finales del siglo II

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    16 LAS IGLESIAS QUE LOS APOSTLES NOS DEJARON

    Con respecto a las epstolas Deutero-Pauhnas (las pastorales, las cartasa los Efesios y a los Colosenses9) y a las epstolas Catlicas, el hechode que se haya designado como sus autores a Pablo, Santiago, Pedro,Juan y Judas, representa probablemente una llamada a la adhe sionapostlica, mas que una designacin objetiva de escritos apostlicosVerdaderamente, un anonimato de los verdaderos escritores se

    corresponde con el ambiente de la poca sub-apostolica, donde la fide-lidad a la memoria de los grandes apostles es la caracterstica domi-nante

    En la terminologa que yo prefiero, el periodo post-apostohcoempieza a finales de siglo cuando ya tenemos escritos cristianos pre-sentados bajo su propia autoridad Por ejemplo, las cartas de Ignacio deAntioquia y la carta de la Iglesia de Roma a la Iglesia de Connto,conocida como I Clemente Este escrito perteneciente a una tercerageneracin se estaba alejando de la tutela directa de los apostles10

    Volviendo al poema de Browning, situara la escena de la muertede ultimo aposto) en la mitad de ios 60, una fecha que hace no menos

    importante la pregunta nbre cual era la situacin cuando nadie maspudo decir "Yo lo vi" En este caso, sin embargo, podemos utilizar lamayor parte del NT para responder a esta cuestin

    VARIAS APROXIMACIONES ERUDITAS AL PERIODO SUB APOSTLICO

    Tanto en el pasado como en la actualidad han existido numerososintentos de responder a la pregunta que Browning pone de forma po-tica A pesar de que en el breve resumen que expongo a continuacinsealo lo inadecuado de algunos de ellos, en ultimo termino se vera

    que cada uno tiene tambin su parte de verdad Ninguna de estas nterpretaciones es adecuada en su totalidad, y las deficiencias existentes enalgunas de las proposiciones que menciono, nos advierten del peligrode esperar respuestas simples

    LAERASUB APOSTLICA EN EL NUEVO TES TAMFNTO 17

    La respuesta clasica, dada ya en / Clemente (42 y 44) es que de lamisma manera que Jess eligi a sus apostles (se entiende que fueronlos doce junto con Pablo), asi tambin estos nombraron obispos opresbteros que les sustituyesen Consecuentemente, se crey que habahabido una ordenada sucesin de autoridad en la era sub apostlica,dando lugar a una iglesia unificada nicamente estropeada por he rejes

    considerados rebeldes contra el sistema estipulado"Esta tesis clasica comenz a ser rechazada en tiempos de la Refor-

    ma y ha sido impugnada de forma efectiva por las investigaciones mo-dernas (tanto Catlicas Romanas como Protestantes) que han demostrado que la imagen Clementina era demasiado simple y no universal 12

    En el siglo pasado, F C Bauer dio otra respuesta distinta Su te sis,al menos durante algn tiempo, tambin se convirti en clasica En laconcepcin de Bauer en parte hegehana, de la historia de la iglesia, latesis v la anttesis eran representadas por Santiago (incluso Pedro) yPablo, una concepcin pro-Judaica de la Cristiandad en oposicin aotra pro-Gentil . Cierta poca durante el siglo II resulto ser la sntesis

    de lo que le haba precedido, y la imagen de Pedro se invoco para simbolizar un mediador de la cristiandad entre las imgenes de Pablo v deSantiago Tambin formaba parte de la hiptesis de Bauer un muyposterior fechado de algunos documentos utilizados para apoyar la sucesin de hechos, por ejemplo, Hechos Muchos estudios actualesrefutaban tal fechado y consideraran las diversas posturas cristianasque Bauer detecto como simultaneas y primitivas

    En el siglo XX se han dado otras respuestas al tema de la Cristian-dad en periodo sub-apostoheo Walter Bauer13, argumentaba que laCristiandad del Nuevo Testamento y la poca inmediatamente poste riorconstituyeron un tiempo en el que no exista ninguna norma ni or

    todoxia cristiana. Al contrario, a partir de muchos puntos de vistadiversos y contrapuestos entre los cristianos primitivos, surgi en elsiglo II uno relevante que se convirti en la ortodoxia, esta ortodoxia setraslado desde Roma hacia el Este

    9 Muchos estudiosos incluiran la II a los Tesalomcenses pero puesto que no tratare detalladamente esta obra en este libro no es necesario discutir este problcm i

    10 El termino de tres generaciones para los periodos apostlico sub apostlico ypost apostlico es una generalizacin apropiada en tanto en cuanto no se cnticnd i demasiado literalmente Tampoco todos los escritos estn encuadrados en mi distincin de quelas obras de la segunda generacin del NT fueran escritas en nombre o bajo 11 tutela de losapostles mientras que las obras de la tercera generacin a menudo no lo lucron La II de

    Pedro pertenece a la tercera o cuarta generacin y sin embargo reclam i la lutorndePedro Del mismo modo los escritos apcrifos del segundo y tercer siglo llevan nombresipostolicos

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    11 Escritores eclesisticos posteriores como Hegesippus (Eusebius History 3 3 2 74 22 4) describiran la iglesia del primer siglo como una virgen pura y no corrompidalun por vanas enseanzas S Cohn Unin Semmary Quarterly Review^ (1980 81) 111 compara los puntos de vista rabimstas y Cristianos sobre los orgenes de sus respectiv is herejasy los encuentra bastante similares

    12 Ver porejemplo el capitulo sobre e! episcopado en mi Cntical Meamng 12446H W Bauer Orthodoxy and Heresy m Far/ies Chnshdmty (Philadelphia For

    tress 1971 original alemn 1934)

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    18 LAS IGLESIAS QUE LOS APOSTLES NOS DI IARON

    La mayor parte de los investigadores han reconocido algunas delas divergencias que Bauer postulaba como existentes durante el pe-rodo del NT; pero ltimamente han surgido de forma creciente unmayor nmero de objeciones14, en el sentido de que la hiptesis deBauer es demasiado simple y deja cuestiones fundamentales sin res-ponder. Por ejemplo, fue ms fiel a las enseanzas de Jess de Naza-

    ret lo que surgi triunfante de las divergencias que aquellos otros pun-tos de vista Cristianos que perdiendo en la lucha? 15 De la lectura deBauer y de aquellos que concuerdan con l, uno puede tener la impre-sin de que todas las posturas tenan el mismo valor, y que aquello quesurgi como la ortodoxia fue simplemente un accidente histrico, ofruto de la supervivencia de la ms fuerte en vez de la supervivencia dela ms adecuada.

    Otra respuesta dada en la actualidad, es la de Kirsopp Lake16 queinterpret el periodo sub-apostlico desde el punto de vista de iosprincipales centros del cristianismo. Durante la vida de Jess, su mi -nisterio haba fluctuado entre Galilea y Jerusaln. En el perodo apos-

    tlico, si limitamos nuestra atencin a la parte Oeste, nos encontramoscon el florecimiento de algunos centros como Jerusaln, Antioqua yCorinto. En la ltima parte de los periodos Apostlico y Sub-apostli-co, segn Lake, los centros de Efeso y Roma surgieron como los gran-des centros cristianos a los que pueden asociarse bastantes libros delNT. Roma fue considerada entre los cristianos la representante de lacristiandad judaica, ms conservadora desde el principio, y promotorade una alta eclesiologa y una baja cristologa17. Referentes a Roma

    L A ERA SUB-APOSTOLICA EN EL NUEVO TESTAMENTO

    19

    son, ajuicio de Lake, las epstolas a los Romanos de Pablo, la primeracarta de Pedro, la epstola a los Hebreos, I Clemente, y el Pastor deHermas. (Sin embargo hay muchos elementos de alta cristologa en lacarta a los Hebreos; y a mi juicio, puede ser relacionada con Roma ni-

    camente como envo corrector para modificar las tendencias judaizan-tes de Roma). Relativas a Efeso fueron las epstolas a los Colosenses, alos Efesios, y el Cuarto Evangelio. Escritos que poseen una bajaeclesiologa, en el sentido de que ponen menos nfasis en la estructuraeclesial, pero con una alta cristologa que asociaba a Cristo con la crea-cin. Estudios recientes consideran limitativo el hecho de que Lake seconcentrase nicamente en dos centros cristianos, ya que Antioqua18 yAlejandra se encontraban tambin en el escenario de la era sub-apostlica y/o post-apostlica. A pesar de todo, su identificacin de unacristiandad ms conservadora y prxima al judaismo (Roma) as comootra cristiandad ms liberal (Efeso), se puede considerar una ideavlida.

    En este libro, seguir un mtodo distinto de los mtodos analiza-dos anteriormente, si bien es cierto que existe algo de verdad en cadauno, que pueden ser complementarios de la aproximacin que yo rea-lic. Estudiar algunas de las diferentes situaciones existentes dentrode la iglesia y que aparecen refejadas en los escritos del NT en la pocasub-apostlica (esto es, las obras escritas en el ltimo tercio del primersiglo), centrndome en aquel aspecto ms importante que hizo posibleque cada iglesia sobreviviese despus de que el gua o hroe apostlicohubo desaparecido de la escena.

    14 Ver el excelente resumen de reacciones por D J Harnnglon, Harvard Ihcologi-

    cal Review73 (1980) 289-98, reeditado enLight162-73 Se ponen en entredicho el fechadotardo, que Bauer haba propuesto para el surgimiento de la ortodoxia, y sus afirmacionesde que esta ortodoxia fuera impuesta por Roma, asi como que los primeros cristianos enEgipto y Siria fuesen considerados herejes (por las pautas de la ortodoxia posterior) J DG Dunn, Vmty and Diversity n tne New Tettamcnt(Philadelphia Westminster, 1977) dauna mejor diagnosis de las divergencias

    15 Ver B J Hawkn en Eglise et Theologie 7 (1976) 367-78 < Por que ra/on no esposible considerar la ortodoxia que surgi, mostrando tanto un balance histrico comoteolgico (G R Flora, mencionada por Harrmgton, 295), y verla como una cristalizacinde la propia conciencia, mas que como resultado del poder (R A Markus, New Hlack-frurs 54 6 (1973) 283-84 "> R H Fuller, New Testament Trajectones and Bibhcal Authonty, Studia Evanglica VII (Berln Akademie, 1982) 189-99, sugiere que la ortodoxiapodra ser entendida no tanto como esttica sino direccional, por lo que los padres de laiglesia ortodoxa habran continuado una trayectoria dirigida a partir del hecho de CristoVer nota pie de pagina 201

    16 Lake,Landmarks, especialmente 75-10317 El termino alta cristologa viene a significar una presentacin de Jess que

    pone el nfasis en su divinidad y relacin con Dios, la baja cristologa pone el enlasis en

    la carrera de Jess hombre (sin negar u omitir necesariamente su divinidad)

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    DIFERENTES IGLESIAS DETECTABLES EN EL NUEVO TESTAMENTO

    Antes de pasar a los captulos dedicados en detalle a cada iglesiaen particular, tal vez sera bueno obtener una visin general de las co-munidades o iglesias detectables en los escritos de la poca sub-apos-tlica del NT. (El nmero de ellas podra ser an mayor si utilizramosmaterial del siglo II, incluyendo los escritos agnsticos y trasladando asu origen, al siglo I, aquellas situaciones que aparecen reflejadas en es-tas obras; pero el mbito de las conferencias reproducidas en este librome obliga a limitarme al NT.) En los siguientes captulos no tratar deforma detallada todas las comunidades que menciono a continuacin,

    18 Meier, Anrioch 12-86

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    20 I AS IGLESIAS OUF LOS APOSTLES NOS DEJARON

    pero puede resultar til para el lector tener una visin general de lasmismas19.

    TRADICIONES PAULINAS

    Vamos a comenzar con aquellas comunidades del periodo sub-apostlico descendientes de Pablo. A pesar del gran impacto personaldel apstol sobre aquellos que l convirti, podemos encontrar una ex-plicacin lgica al hecho de que, durante los veinte aos posteriores asu muerte, se desarrollasen diferentes corrientes de pensamiento entrelas comunidades que haban recibido la influencia de Pablo. En unartculo fascinante C.K. Barret20 ha demostrado que al menos tres co -rrientes post-Paulinas diferentes se pueden detectar a travs del anli sisdetallado de los escritos del NT asociados a Pablo: un ejemplo de elloson las Epstolas Pastorales, otro las cartas a los Efesios y Colo-senses2X , y por ltimo la de Lucas/Hechos . Pretendo dedicar un captulode este libro a cada una de estas tendencias; aun as, puede resultar tililustrar las diferencias entre ellas.

    DIFERENCIAS SOBRE PABLO

    A pesar de que los destinatarios o comunidades a los que se diri-gan estos escritos saban de Pablo, no tenemos certeza de sulocalizacin geogrfica22; o ni tan siquiera si se conocan entre ellos. Elautor de Lucas/Hechos idealiza a Pablo, ya que divide la historia delCristianismo en dos pocas casi iguales centradas en las figuras de Pedroy Pablo. Este ltimo encarna el plan de Dios de trasladar elCristianismo de Jerusalen a Roma y de all a todos los confines de latierra. A pesar de todo el autor de los Hechos nunca menciona quePablo escribiese una carta y no refleja ningn conocimiento de lascartas Paulinas. Dentro de la tendencia correspondiente a la tradicinPaulina representada por las cartas a los Colosenses y Efesios, Pablo es

    ampliamen-

    19 Si el lector esta poco familiarizado con los estudios actuales que se refieren a laforma y a la poca en que fueron escritos los libros del NT, puede resultar til comenzarcon Pheme Perkins, Readmg the New Testament An Introduction (New York Paulist,1978) Para una informacin mas tcnica y detallada, ver W G Kummel, Introduction tothe New Testament(rev ed , Nashville Abingdor^Wi)

    20 Barret, Acts, tambin sus Pauline Controversies Ver de Boer, Images ofPal, y Conzelmann, Die Schule

    21 Barret habla de la carta a los Efesios, no de la carta a los Colosenses Con muchaprobabilidad el autor de Efesios no escribi la carta a los Colosenses, pero la utilizo comosu fuente principalEn relacin a la pregunta que formulare mus adelante, las dos cartasposeen un pensamiento lo suficientemente afn como para reflejar una misma tendencia

    22 Que la carta a los Colosenses se dirige a Colosas en Asia Menor es relativamenteindiscutido Pero que la de Efesios se envo realmente a Efeso es poco seguro, ya que en

    Efeso en 1 1 no aparece en los mejores manuscritos griegos En apariencia, las Pastoralesestn dirigidas a Timoteo que se encuentra en Efeso y a Tito en Creta, pero es imposibledeterminar hasta que punto es ficticio el marco en el que aqullas se localizan No se cono-ce nada en trminos geogrficos de la comunidad o grupos a los cuales se dirigi en Lucas/Hechos

    http://oca/izahttp://oca/iza
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    LA ERA SUB-APOSTLICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 21

    te reconocido como el apstol que puede dirigirse a las comunidadescon autoridad como si de hecho fuese uno de los apstoles (y profetas)sobre los que se fund la iglesia (Efe 2:20). Parece bastante claro queel autor de la carta a los Efesios conoca gran parte de las cartas Pauli-nas, aparte de la de a los Colosenses, y que las utiliza para formular supropio pensamiento. De esta forma, mientras que el autor de Lucas/

    Hechos y el de Efesios han continuado ms all del pensamiento dePablo, uno lo ha hecho en aparente independencia de los escritos dePablo, y el otro lo ha hecho de tal forma que manifiesta una marcadadependencia de ellos. No podemos pensar que esta diferencia aparecade forma manifiesta tambin en la imagen que de Pablo posean lascomunidades formadas por estos autores?

    SOBRE EL JUDAISMO. Vamos a considerar otra cuestindiferente, esto es, la relacin con el Judaismo. En Efesios, la relacinentre Judos y Gentiles parece haberse resuelto de forma pacfica. Elmuro de hostilidades ha sido destruido; aquellos que estuvieron lejosahora se han acercado. Judos y Gentiles estn reconciliados con Dios

    en un solo cuerpo, por medio de la cruz (Efe 2:11-22). Para el autor delos Hechos (28:25-29), sin embargo, las ltimas palabras de Pablo alterminar el libro indican que los Judos nunca vern, oirn, nientendern; estn permanentemente cerrados a la Palabra de Dios. LaSalvacin, segn el Pablo de los Hechos, es para los Gentiles que oirny entendern. En otras palabras, en las diferentes comunidades a las quese dirigen estos escritos (comunidades ambas que respetan a Pablo)deben haber habido diferentes visiones sobre las relaciones futurasentre Judos y Gentiles. Ambas posturas se distancian de la ya histricade Pablo en la carta a los Romanos, la cual sostiene que los Gentilesfueron convertidos para despertar los celos de los Judos, y con el finde que los mismos Judos se convirtiesen, comparando a los Gentiles

    con una rama de olivo injertada en el rbol de Israel (Rom 11:11-26).Si analizamos las Epstolas Pastorales, a saber I y II Timoteo y

    Tito, encontramos an otra situacin post-Paulina diferente. El autor deestos escritos aparece preocupado por las tendencias judaizantes (entreotras), que demandan la obligatoriedad de la circuncisin. En elcaptulo 2 hablar con detalle de la fuerte insistencia del autor de lasEpstolas Pastorales sobre el tema de la estructura de la iglesia y sobrela eleccin de los cargos eclesiales. Esta es una constante de la que ca-recen tanto Colosenses/Efesios como Lucas/Hechos, a pesar de queambos escritos tienen conocimiento de funcionarios eclesisticos. Ve-remos ms adelante que el autor de las Pastorales, el autor o autores de

    Colosenses/Efesios, y el autor de Lucas/Hechos, tienen un dinamismodiferente en lo que ellos consideran como importante de acuerdo

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    LAS IGLESIAS QUE L OS APOSTLES NOS DEJARON

    a sus respectivas concepciones de la iglesia. Todas estas tendencias tie-nen lugar dentro de lo que llamamos tradicin Paulina; en escritos quedirecta o indirectamente se relacionan con el apstol. Presumiblemente,las iglesias a las que se dirigan tales escritos, de estar en relacin, lohabran estado en comunin mutua (al menos no hay nada explcito enlos escritos que indique lo contrario), pero sus concepciones son di-

    ferentes, ya que han subrayado aspectos diferentes de la tradicinPaulina.

    TRADICIONES JUNICAS

    Si existen dichas tendencias dentro de la principal tradicin, no essorprendente que haya tambin tendencias entre las distintas tradicionesdel perodo Sub-Apostlico. En el libro recientemente publicado, rheCommunity of the Beloved Disciple, he estudiado la comunidad deJuan (o comunidades23, ya que se haba producido una divisin cuandose escribi la Iglesia de Juan). Podemos encontrar cierta similitud entreel Cuarto Evangelio y las cartas a los Colosenses/Efesios en trminos deuna alta cristologa en la que se subraya la pre-existente divinidad de

    Jess. Este criterio Cristolgico, sin embargo, distinguira Lucas/Hechosdel Cuarto Evangelio (y de Colosenses/Efesios), ya que la pre-existenciano aparece explcita en los escritos de Lucas. Con respecto a la relacincon el Judaismo, el Cuarto Evangelio difiere cla ramente de las otras trestendencias Paulinas a las que nos referimos anteriormente. En Juan, losCristianos han sido expulsados de las si nagogas (9:22; 16:2); los Judosconstituyen virtualmente otra reli gin, o incluso peor, ya que tienen porpadre al maligno (8:44). Las tiestas litrgicas heredadas del AT, sonahora fiestas de los Judos (6:4; 7:2) y por tal razn no incumben a losCristianos. En realidad, apenas se considera a Jess como Judo, yadems habla de la ley Juda como de su ley (de ellos) (15:25). Apesar de que la tradicin ha colocado los escritos del Cuarto Evangelioen Efeso, la misma ciudad a la que se dirige (en algunos manuscritos) laEpstola a los Efesios, apenas podemos imaginar que en la comunidadde Juan hubiesen cesado las hostilidades entre Judos y Gentiles como loindica la situacin representada en la carta a los Efesios.

    Ya mencion con anterioridad que Kirsopp Lake identificaba aEfeso como uno de los dos grandes centros del cristianismo del PerodoSub-Apostlico, un centro con una teologa distintiva. Dicho de

    23 Es discutible si, en un libro que trata sobre las iglesias sub-apostolicas del NT, deberatratarse el asunto de los secesionistas de la primera de Juan 2 19, ya que el autor epistolar los repruebapor negar a Cristo (2 22) Sin embargo, este grupo, a pesar de ser apodados secesionistas, se

    consideraban a si mismos como los autnticos herederos del evangelio de Juan Para stos el autorepistolar y sus seguidores serian los secesionistas Ver Brown,Epistles69-71

    22

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    LA ERA SUB-APOSTLICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 23

    forma ms apropiada, Efeso tena diferentes iglesias que posean teo-logas diferentes24. Debemos recordar que la situacin de los Cristianosen una gran ciudad podra implicar que existieran un cierto nmero decasas-iglesia donde se juntasen alrededor de veinte o treinta personas, ypor lo tanto, no hay ninguna razn por la cual no pudieran habercoexistido en la misma ciudad diferentes casas-iglesia con distintas

    tradiciones, por ejemplo: de tradicin Paulina, de tradicin Junica, detradicin apostlica o Petrina, e incluso de tradicin ultraconservadorJudeo-Cristiana. Aunque las casas-iglesia de determinada tradicinestuvieran probablemente en koinnia (comunin) con las de las otrastradiciones, los Cristianos no se habran podido trasladar tan fcilmentede unas a otras. Adems, en la II y III carta de Juan aparece claramente,que una vez que haba tenido lugar la secesin, dentro de la mismatradicin 2S no se mantuvo por ms tiempo la koinnia entre ambaspartes, o la admisin a las respectivas casas-iglesia (II Juan 10; III Juan9-10).

    Aquellos a los que se diriga El Libro de la Revelacin habran es-tado en relacin directa con el rea de Efeso y en relacin indirecta con

    la comunidad de Juan del Cuarto Evangelio y las Epstolas 26. Las durasafirmaciones sobre la Sinagoga de Satn y los Judos (Rev 2:9; 3:9)nos sugieren de nuevo la existencia de un grupo en el que lashostilidades no haban cesado an (a diferencia de Efesios 2:11-22). ElLibro de la Revelacin tiene afinidades con el Cuarto Evangelio en eltema de la sustitucin de Jerusaln y el Templo en la tierra, por una Je-rusaln celestial y por la presencia de Dios y Cristo. Sin embargo, la in-sistencia apocalptica en la escatologa final es tan diferente del acentopuesto en el Cuarto Evangelio sobre la escatologa ya realizada, que unoencuentra razones para dudar de que los dos escritos se dirigiesen a losmismos destinatarios en la misma poca27. La relacin de Juan

    24 Ver mi New Testament Background for the Concept of Local Church, Actas de laSociedad Teolgica Catlica de Amrica 36 (1981) 1-14

    25 En lasEpstolas afirmo que, tanto el autor de las Epstolas como sus oponentes, aceptaban latradicin de Juan que quedo reflejada en el Cuarto Evangelio, pero la inter pretaban de formas diferentesCon frecuencia los conflictos entre los Cristianos no se producen tanto porque un grupo acepte undocumento fundacional que el otro rechaza, sino porque cada grupo interpreta de forma diferente undocumento en principio aceptado por ambos

    26 Para ver las semejanzas entre El Libro de Revelacin y los escritos de Juan, ver C) Bocher en 'Apocalypse Johannique et l 'Apocalyptique dans le Nouveau Testament, ed J Lambrecht (BibhothecaEphemendum Theologicarum 1 ovaniensum 53, Gem-bloux Duculot, 1980)289-301

    27 De todas formas, tambin podemos encontrar tendencias de escatologa final en el CuartoFvangeho (ver en mi libro Anchor Bible John, 1 cxvi-cxxi), precisamente porque ese evangelio en suforma final conserva elementos de vanas etapas de la evolucin teolgica Juamca

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    con los destinatarios de Revelacin poda haber sido a lo sumo la mis-ma que la existente entre dos primos lejanos Me siento atrado por latesis que afirma que los destinatarios del Libro de Revelacin fueronsucesores de la tradicin de Juan, los cuales, (tal vez debido a una tem-prana migracin de Palestina o a una temprana actividad misionera enAsia Menor) no haban sido catequetizados por el cuarto evangelista28

    ni por ninguno de sus companeros, no influyendo, por esta razn, enellos la principal sntesis teolgica de la tradicin Juanica que apareceen el Cuarto Evangelio

    Esta desviacin temprana de la tendencia Juanica, pudiera explicaralgunas concepciones afines entre el profeta de la Revelacin y el autorde las Epstolas de Juan, puesto que este ultimo se remonto dehberadamente a los comienzos de la tradicin del Evangelio de Juan (IJuan 3 11) para rebatir a aquellos que estaban tergiversando el CuartoEvangelio interpretndolo independientemente de los presupuestosiniciales29 Tanto en el Libro de Revelacin como en la I de Juan sesubrayan el poder de la sangre de Cristo para santificar y pun ficar (Rev1 5, 5 9, 7 14,1 Juan 1 7 y 5 6-8) Ambos escritos acentan laescatologia final mucho mas que el Cuarto Evangelio No obstante,existen diferencias El autor de las Epstolas, por deduccin, tiene co-nocimiento de falsos maestros (I Juan 2 27), de falsos profetas (4 1) quese encontraban en el grupo que se haba separado de la comunidad deJuan, pero rechaza de entre sus propios seguidores a aquellos queactan como maestros (y probablemente como profetas) defendiendo latradicin evanglica que habla del Espritu Santo como aquel querevelara todo conocimiento y anunciara lo que ha de venir (Juan 1426,16 13) En el Libro de Revelacin, sin embargo, existen profetas enlas comunidades (Rev 11 10, 16 6) 30, incluso el autor mismo es unprofeta (1 3, 22 9,19) En Revelacin tambin se habla de la existencia

    de falsos profetas (16 13) y falsos maestros que aparentemente no hansido expulsados de las comunidades (2 20) Ni en el Cuarto Evangelioni en las Epstolas de Juan se menciona a los apostles, mientras queRevelacin muestra respeto por los Apostles y los Profetas (18 20)y muestra especial veneracin porlos Doce Apostles del Cordero (2114) Esta referencia a doce como el numero de apos-

    28 Ver mi estudio de fechas de la poca de Juan en mi libro Community 96 97 atn buyo unafecha sobre el ano 90 d C para la realizacin del Cuarto Evangelio L as Episto las de Juan pudieranhaber sido escritas una decada despus El Libro de Rcvel icion lo si luo dentro de esa decada de los90

    29 Verp/so/ds97 10030 Ehsabeth Schussler Fiorcnza sita el Libro de Revelacin dentro del contexto de 11 piueta

    profeca Cristiana primitiva en 1 Apocalypse 105 28 Distingue r idicalmente los esculos Juameos deRevelacin

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    toles, contradice implcitamente la insistencia de Pablo en el sentido deque el era un apstol Otra diferencia con Pablo quedara reflejada en laactitud anti imperial del Libro de Revelacin el imperio Roma no y elculto al Emperador son tteres de Satn (cap 13) y el valor numrico delnombre de Nern (666) es el numero de la bestia (13 18) Ciertamenteesto difiere de la actitud proimpenal manifestada en Romanos 13 1 7 (y

    en otros escritos relacionados con Roma durante los cuarenta ltimosanos del primer siglo, como en I Pedro 2 13-17, I Clem 60 4-61 l)31

    Todas estas observaciones vienen a decirnos que, mientras el Libro deRevelacin tiene afinidades con la tradicin Jua-nica, e incluso con lade Pablo, no puede ser fcilmente clasificado en ninguna de ellas

    De forma similar, el enfoque expresado por el autor de Hebreostiene ciertos paralelismos con el Juanico y Paulino, pero continua diferenciandose (La carta a los Hebreos es un escrito corrector, pero aqu loque me interesa es el enfoque Cristiano apoyado por ella, mas que elque corrige32 En lo que se refiere a su relacin con Juan, la carta a losHebreos esta prxima al Cuarto Evangelio en el sentido de que

    proclama a Jess como Dios, el Hijo a travs del cual se creo el mundo(Heb 1 2 3,8)33 Sin embargo, Juan no atribuye a Jess las limitacioneshumanas que encontramos en Hebreos, por ejemplo, en las tentaciones(4 15), aprendiendo la obediencia (5 8) y llegando a la perfeccin (5 9)Seguramente el Jess de Juan, que se neg a rogar a Dios para que lelibrase de la hora de la muerte (Ju 12 27-28) no poda ser descritoclamando a Dios con lagrimas para que le librase de la muerte (Heb 57) En cuanto a la relacin con Pablo, en las iglesias del Este y mastarde en la iglesia universal se pensaba que la carta a los Hebreos constituia la decimocuarta carta de Pablo, opinin que prcticamente ningun investigador mantiene hoy da El estilo de la carta a los Hebreos estotalmente diferente del de Pablo y no hay nada en los escritos del

    apstol que se asemeje a la continua y radical critica del culto de Israelque es el centro de las cartas a los Hebreos En realidad, en los captulos9-11 y 15-16 de la carta a los Romanos, Pablo se muestra mucho maspartidario de preservar el Judaismo y su culto lenguaje, que en lascartas a los Hebreos, en las que se pretenda reemplazar los sacrificiosdel AT, el sacerdocio y el Tabernculo

    31 BrownAntioch 137 38 172 73 180 8232 Obra anterior139 58 su intencin era la de corregira los Cristianos de Roma que estaban

    fuertemente vinculados a Jerusalen y al culto Judio33 I as semejanzas entre Hebreos y Juan las estudia detalladamente C Spicq L Epi

    trcduxHebrcux (2 voh Pars Gabalda 1952) 1 92 138

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    La actitud radical para con el Judaismo de la carta a los Hebreos(semejante a la del Cuarto Evangelio) la separa de la corriente de pen-samiento de al menos otros tres escritos Sub-Apostlicos del NT (Pe-dro, Santiago y Mateo) Aunque la I Pedro esta escrita en nombre delprimero de los Doce, la mayora de los investigadores atribuyen esteescrito a algn discpulo de Pedro, tras la muerte de su maestro En otraparte he explicado que este representa los puntos de vista de la iglesiade Roma, a la que se diriga la carta a los Hebreos a modo decorreccin'4 Mas adelante dedicare un capitulo a la primera de Pedro,por lo que aqu simplemente deseo comentar que 1 13-2 10 aplica a losGentiles convertidos toda la experiencia del xodo de Israel, pues hansalido libres de su esclavitud anterior, y han sido redimidos por la sangre del Cordero, mientras atravesaban un periodo errante hacia la he-rencia prometida Si en la carta a los Hebreos el sacerdocio Levitico hasido sustituido por Cristo, en la I de Pedro los Cristianos constituyen unsacerdocio regio: Conservar y volver a aplicar, en lugar de sustituir, sonlas caractersticas de la teologa en la I de Pedro. El lenguaje delJudaismo se utiiza como si perteneciese a ios Cristianos y no hubiese

    otros que lo reclamasen.Los puntos de vista que aparecen en la Epstola de Santiago tienen

    un carcter aun mas Judio Si la I de Pedro $e dirige a los exiliadoselegidos de la diaspora (seguramente Cristianos Gentiles), Santiago sedirige a las doce tribus en la diaspora (tal vez Cristianos Judos) Santiago 2 2 indica que los Cristianos a los que se dirige se renen en unasinagoga No aparece ningn pasaje referente a cnstologia, pero si in-siste en la moralidad de los profetas de Israel la religin consiste enasistir a los hurfanos y a las viudas en su tribulacin (1 27), y no enmostrarse parciales para con los neos sobre los pobres (2 1-7) Por tan-to, es posible que Santiago se dirigiese a una comunidad Cristiana del

    ultimo tercio de siglo donde la fe en Jess es entendida como perfec-cionamiento de los valores Judos y no como separacin real del Ju-daismo Sabemos que, tanto en la literatura post-testamentana como enlas Pseudo-Clementinas, Santiago se convierte en el hroe por ex-celencia de los Cristianos Judos que no discrepaban del Judaismo porla Ley, sino por la Fe en Jess La razn de que se considere a Santiagola autoridad que esta detras de esta epstola cannica puede ser unaforma incipiente de tal tendencia, en la que dice Porque quien observala Ley, pero falta en un solo precepto, se hace reo de todos (2 10)Ciertamente, el nfasis que pone en que El hombre es justificado porlas obras y no por la fe solamente (2 24), refleja valores diferentes de

    14 Brown Antioch 128 11

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    LA ERA SUB APOSTLICA EN EL NUEVO TESTAMENTO 27

    los de Pablo en Rom 3 28 El hombre es justificado por la fe, sin teneren cuenta las obras de la Ley1''

    El Evangelio de Mateo , se encuentra prximo en muchos sentidosal de Santiago16, a pesar de que Mateo escribe a una comunidad deCristianos Judos entre los que se encontraban gran cantidad de segudores Cristianos de origen Gentil Esta comunidad mixta, aprendi que

    no se debe pasar la mas pequea letra de la Ley, ni siquiera una til dede una letra, hasta que todo fuese consumado (Mat 5 18) Inclusoaunque con la postura de Jess, habis odo que se dijo pues yo osdigo (Mat 5), se les inculca actitudes no-legahstas, pero el sentido noes el de abolir la Ley, sino el de llevar a termino el proposito divino quehay tras ella Pablo y Mateo habran alcanzado parecidas conclusionespracticas con respecto al tema de las obligaciones individuales, soloque Pablo lo habra hecho sobre el principio de que el fin de la Ley esCristo (Rom 10 4), mientras que Mateo habra visto a Jess como elque dar perfecto cumplimiento a la Ley en los tiempos de la escatolo-gia

    Un catlico que alabe un posicionamiento no-Paulino en el NT seconsidera siempre sospechoso, pero algunas comunidades (como la deMateo) no atravesaron probablemente la crisis Paulina respecto al temade la Ley, por lo que mantuvieron una actitud mas positiva y moderadahacia la tradicin Judia37 Si no podemos meter vino nuevo en odresviejos sin estropearlos, Mateo preconiza un arreglo que permitapreservar todos los odres, tanto nuevos como viejos (9 17) La relacinde la comunidad de Mateo con el Judaismo (ver nota 183) debi sermenos ruptunsta que la de la comunidad de Juan, pero si mas pro-blematizada que la comunidad dirigida por Santiago. En un capituloposterior hablare de la eclesiologia de Mateo tras la muerte de losapostles, una eclesiologia que tuvo enorme influencia en la historia

    del Cristianismo. Para los Cristianos de pocas anteriores, el Evangeliode Mateo fue el primero, no simplemente por su orden en el canon

    He dejado para el final la comunidad dirigida por Marcos. En unlibro dedicado a The Vanety and Unity of the Apostohc witness toChnst, L Goppelt conclua que los estudios historeos sobre redac-

    15 La semejanza de lenguaje y la referencia que los dos versculos hacen a Abrahim (condiferentes interpretaciones acerca de su santidad) nos sugieren que el Tutor de la Epstola de Santiagohaba tenido noticias de las enseanzas de Pablo y que estaba en de sacuerdo con la forma en quealgunos las interpretaban como dispensa de las buenas obr is

    16 Ver M H Shepherd I he Epistle of James and the Gospel of Matthew Jour nal oBibhcdlLiterature 75 (1956) 40 51

    17 Meier Anfioc/i62 63 presenta una evaluacin matizada de las diferencias entrL Mateo yPablo

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    cion realizados en anos recientes no haban sido lo suficientemente es-clarecedores como para poder reconstruir el perfil teolgico del evan-gelista mas antiguo18 Aun con mas certeza podemos asegurar que ta lesestudios no nos permiten reconstruir el perfil de la comunidad dirigidapor Marcos (incluso en una cuestin tan elemental como la de ase-gurarnos si Marcos trataba de fortalecer a la comunidad aquellas

    creencias que ya posea, o de inculcar creencias nuevas) Por ej, Nor-man Pernn y otros investigadores mas jvenes, cuyos trabajos el pnmero respalda (T Weeden, W Kelber,etc ), han sostenido que unelemento importante en la comunidad de Marcos causo admiracinentre apostles (como Pedro), por ejemplo, cristianos que realizabanmilagros y otros que eran portavoces de una fe triunfalista basada en laaparicin de Jess resucitado Con el objeto de corregir dicha admi-racin, Marcos escribi un evangelio bastante critico con respecto a losApostles (especialmente de Pedro) como personajes que nuncaentendieron a Jess ni creyeron un evangelio donde las aparicionesdespus de la resurreccin han sido suprimidas en favor de una Parusiaque tiene lugar en Galilea Coincido con E Best39 y otros en que esta es

    una lectura errnea de las intenciones del evangelista Es verdad queMarcos describe a los doce como personas sin entendimiento deb do aque Jess no haba padecido aun, pero esta descripcin quiere decirque la importante misin a realizar despus de la crucifixin requerade un difcil periodo de iniciacin Todos los Cristianos creen a tra vesdel prisma de La Cruz, incluso los mas importantes Este estimulo sedirige a aquellos Cristianos que estaban padeciendo (Si el evangelio deMarcos se dirigi a la iglesia de Roma40, su intencin pudo ser la detranquilizar a sus lectores diciendo que los recientes sufrimientos deNern no eran una derrota, sino un paso hacia la victoria) Marcos 16 7hace referencia a una bien conocida aparicin del resucitado a Pedro,por lo que, a mi juicio, la parusia en Galilea constituye una ficcin dela imaginacin del interprete Parte del problema metodolgico consisteen que, mientras podemos diagnosticar algunas caractersticas de lateologa de Mateo y Lucas viendo como transformaron una fuenteconocida para nosotros (Marcos)41, no conocemos sin embargo lasfuentes de Marcos Las teoras basadas en los cambios que Marcos

    38 L Goppelt Theology o the New Testament (2 vols Grand Rapids Eerdmans1982) 2 xi (J Roloff s Foreword)

    39 E BestFollowmg Jess Discipleship m the Gospel ofMark(JSNT Supp Senes 4Sheffield JSOTPress 1981)

    40 VerBrownAntioch 191 20141 Que Mateo y Lucas se basaron en Marcos no deja de ser tambin una hiptesis

    sin embargo un 90% de los investigadores estn de acuerdo al respecto La reconstruccinde las fuentes de Marcos es con diferencia mas problemtica

    LA ERA SUB APOSTLICA EN EL NUEVO TESTAMENTO algunas dificultades y se reconoce la distorsin que de el haban hecho sus seguidores (3

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    LA ERA SUB APOSTLICA EN EL NUEVO TESTAMENTO

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    introdujo en fuentes reconstruidas hipotticamente son poco fiables ypor tanto de poca utilidad Si estamos de acuerdo en estudiar a Marcostal y como aparece, podremos obtener algn acuerdo sobre lo queMarcos dice, pero no necesariamente por que lo dice Sin embargopreguntarnos el porque es de suma importancia para interpretar los

    puntos de vista de aquellos a los que se diriga.

    Incluso dejando a un lado a Marcos, hemos encontrado una granvariedad dentro del pensamiento del periodo Sub-Apostohco los testimomos hechos de tres formas diferentes de pensamiento post Paulino(Pastorales, Colosenses/Efesios, Lucas/Hechos) La evidencia de laexistencia de dos formas diferentes dentro del pensamiento post-Juanico (los seguidores del autor de la epstola y sus adversarios sece-sionistas), escritos que poseen semejanzas tanto con Pablo como conJuan (Libro de la Revelacin, Hebreos), un testimonio post-Petnno (IPedro )42, y algunos testimonios de cristianos mas conservadores yobservantes de la Ley (Mateo, Santiago) He sealado algunas diferencias significativas entre estos testimonios, y como sus mterrelaciones son muy complicadas Por ejemplo, Lucas se relaciona con el penSarniento Paulino, mentras que Mateo difiere de Pablo, no obstante,los dos evangelios comparten muchos rasgos comunes (narraciones dela infancia, concepcin virginal, utilizacin de la fuente Q)

    Al tratar de emplear estos testimonios para reconstruirsituacionescomunitarias existentes en el periodo Sub Apostlico, surge unproblema metodolgico seno que consiste en averiguar si el pensa-miento que aparece expresado es exclusivo del autor o si es verdadera-

    mente compartido por una comunidad Cuando se trabaja con episto laso cartas, la situacin es frecuentemente mas fcil de determinar Noobstante, ya que se han conservado todos los escritos (inclusoaceptados como cannicos), tenemos certeza de que al menos algunosCristianos encontraron orientacin en ellos Otro problema metodo-lgico se refiere algrado en que los escritos reflejan las visiones de lacomunidad Si las Pastorales subrayan la estructura presbiteral y Colo-senses/Efesios subrayan la nocin de Cuerpo de Cristo, esto no signifi-ca que los Cristianos que recibieron las Pastorales y el autor de las mis-mas desconociesen la teologa del Cuerpo de Cristo, ni que los relacio-

    42 Del mismo modo se podra mencionar la II de Pedro Suponiendo d Pedro comoel autor de Id I de Pedro la II esta escrita en su nombre en ella se respeta a Pablo no sin

    algunas dificultades y se reconoce la distorsin que de el haban hecho sus seguidores (315 16) ademas implcitamente nos lleva a Judas hermano de Santiago

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    nados con las cartas de Colosenses/Efesios desconociesen la estructurapresbiterial. nicamente podemos tener certeza de que los creyentescaptaron un nfasis positivo en cada escrito.

    Espero evitar ciertos escollos al trabajar con ese nfasis positivocorno respuesta a problemas especficos43. En los captulos siguientestengo intencin de hablar sobre siete testimonios del NT correspon-

    dientes al perodo sub-Apostlico (Pastorales, Colosenses/Efesios,Lucas/Hechos, I Pedro, Juan, epstolas Junicas, y Mateo). Mi propo-sito es ver cmo los diferentes nfasis que aparecen en estos siete testi-monios responden a la cuestin de la supervivencia tras la muerte de laprimera y principal generacin de guas apostlicos o hroes44. Unaobservacin sociolgica realizada ya por Max Weber es que el proble-ma de la continuidad y sucesin surge de forma inevitable con la desa-paricin de los lderes originales de cualquier movimiento. La crisis seacenta hasta el punto de que esos lderes, presentndose como inno-vadores, han alejado a sus seguidores de aquellos criterios consideradosanteriormente de autoridad. Hacia la poca de la muerte de losapstoles, las iglesias se encontraban alejndose, o ya lo estaban de

    hecho, respecto de aquello que en el Judaismo era considerado autori-dad; pero entonces (como siempre ocurre) tuvieron que sobrevivir sinla tutela de aquellos que fueron las principales figuras en la primera ge-neracin. Las respuestas de los sucesores inmediatos fueron, supongo,repetidas a travs de los tiempos. No me refiero con esto a que unaiglesia repitiese una respuesta y otra iglesia repitiese otra diferente, sinoa que cada iglesia ha repetido muchas de las respuestas. Una diferenciaexistente entre las iglesias actuales consiste en el arreglo proporcionalde las respuestas.

    43 H Boers, Contemporary Significance of the New Testament, Journal of theAmencan Academy of Religin 45 (Suplemento March 1977) 1-33, esta en la linea deGottfned Martn cuando insiste en determinar que un sistema de pensamiento constituyeuna respuesta No hemos de suponer que los autores del NT entrasen en discusin entreellos, o ni siquiera que se conociesen Es suficiente con que trataran el mismo problema

    44 Pablo habra realizado esta funcin para los tres primeros testimonios que hemencionado en el parntesis, Pedro la habra hecho para (aquellos a quienes se dirige la)I de Pedro y Mateo, y el Discpulo Amado para la de Juan y epstolas Junicas Como apa-

    rece indicado en la nota 4 que aparece al principio, parece poco probable que el ultimo fue-se un Apstol, termino significativamente ausente en Juan y en I-II-III de Juan

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    CAPITULO 2

    La tradicin Paulina en las Cartas Pastorales: la

    importancia de la estructura eclesialDESEO COMENZAR mi exposicin sobre las iglesias que los apstolesdejaron tras de s con tres epstolas que son de alguna manera las msformales, ex profeso tratamiento de la continuidad sub-apostlica en elNT. Pablo pas gran parte de su vida creyente como misionero, au-mentando constantemente el nmero de aquellos que haban comen-zado a creer en Jesucristo. El contexto de las dos cartas dirigidas a Ti-moteo y la que escribe a Tito reflejan un Pablo prximo a su muerte:Ha llegado el momento de mi partida; he competido en la noble com-peticin; he llegado a la meta en la carrera (II Tim 4:6-7)45. En conse-cuencia, sus reflexiones se dirigen a los Cristianos que deja a su muer-

    te. Cmo van a sobrevivir, amenazados especialmente por el enormepeligro que representan los falsos maestros que podan confundirlos?(Tito 1:10; I Tim 4:1-2; II Tim 3:6; 4:3). En otras palabras, los interesesde Pablo ahora, no son tanto misioneros como pastorales; se preocupapor el cuidado del rebao existente. Por supuesto que no carecen de talpreocupacin sus primeras epstolas, pero estas tres cartas han sidodenominadas adecuadamente Pastorales por excelencia.

    45 Estoy de acuerdo con la mayora de los estudiosos del tema en que Pablo estamuerto y que, escnbendo en nombre de Pablo, el autor desconocido se sirve de la autori-dad de Pablo para resolver los problemas post-Pauhnos Ahora bien, lo que escribo arriba

    no depende para su validez del autor Aun siendo post-Paulinas, las epstolas Pastoralesconservan ciertas lineas del autentico pensamiento Paulino Ver notas 54, 66 y 73 siguientes

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    (De forma semejante, encontramos este cambio en la imagen dePedro que aparece en Juan 21. Los evangelios sinpticos revelan a Pe-dro como el pescador de peces que se convirti en pescador de hom-bres (Lucas 5:10). En la primera parte de 21 (1-11), Pedro realiza unapesca milagrosa y arrastra a la orilla una red repleta con 153 peces. Acontinuacin se produce un cambio brusco en la metfora, ya que Jessignora la pesca y ordena a Pedro que alimente a sus ovejas (Juan 21:15-17). La metfora de la pesca es bastante adecuada para expresar laactividad misionera que consiste en atraer a la comunidad Cristiana,pero no es apropiada para explicar la necesidad de cuidar a aquellosque ya estn en la comunidad. La imagen consagrada en el NT para ex-presar esta idea es la de apacentar un rebao; de esta imagen provieneel trmino Pastoral. Del mismo modo que Pablo el misionero apare-ce reflejado en su agona principalmente como Pablo, pastor de aque-llos que haba convertido; as tambin en Juan 21 se produce un cambioen la imagen pasando de Pedro el pescador a Pedro el pastor. En lasEpstolas Pastorales petrinas46, Pedro da algunos consejos acerca delcuidado del rebao de II??? Pedro 5:13]).

    Los consejos sobre la forma de sobrevivir que da Pablo en su ago-na a Timoteo, Tito y, a travs de ellos, a las comunidades cristianas,constituyen de forma clara y precisa una respuesta en trminos de es-tructura. Algunas de las comunidades paulinas carecan de autoridadeslocales, por lo cual se decidi nombrar obispos-presbteros en cadaciudad (Tito 1:5,7). La gua autorizada de estos hombres evitara ladesintegracin de las comunidades-iglesia locales.

    En otra parte he explicado ms detalladamente la dificultad delproblema de la designacin y funcin de las autoridades eclesiales queaparece en las pastorales47, por lo que me van a permitir mencionar deforma somera mis conclusiones al respecto. A pesar de que la palabrapresbyteros (comparativo de presbys, viejo, que significa mayoren griego) hace referencia a la edad, la costumbre de pedir consejo alos mayores de la comunidad hizo que la palabra mayor o presbte-ro viniera a designar a los miembros elegidos precisamente por su sa-bidura, que a menudo eran tambin los mayores en edad, pero no ne-cesariamente. Las sinagogas judas tenan grupos de ancianos o pres-

    46 La I Pedro fue probablemente escrita despus de la muerte de Pedro por un autorque asumi la autoridad protectora de Pedro (cualquier introduccin critica al NT discutela cuestin de la autora) Ver el comienzo del capitulo 5

    47 Las explicaciones se mencionan en mi libro Pnest rnd Bishop (New York Pau-list, 1970)

    34-43, 65-72, y Critica! Meanmg 136-44 Prcticamente, no se conoce nada de la funcin de losdiconos en tiempos del NT, ni de las diferencias con los presbteros

    LA TRADICIN PAULINA EN LAS CARTAS PASTORALES sidir la eucarista y el bautismo era exclusivo del obispo (uno slo), o del delegado que lo

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    bteros que componan el gobierno de las mismas. Sin embargo, lospresbteros cristianos desempeaban una funcin de supervisin pas-toral que iba ms all de la correspondiente a sus homlogos judos,designndoseles con el nombre de episkopos, inspector, supervisor,obispo. La afirmacin frecuentemente hecha de que la funcin depresbtero se tom del judaismo, mientras que la de episkopos se tomde la administracin religiosa y secular de los gentiles (paganos) es ex-cesivamente simplista e ignora los testimonios de los rollos del MarMuerto. Siglo y medio antes del cristianismo, los esenios descritos enlos rollos tenan, adems de los llamados presbteros, otros miembrosllamados inspectores, con funciones de enseanza, exhortacin yadministracin, prcticamente iguales a las funciones de los obispos delas Pastorales. Los inspectores de la religin esenia fueron descritos deforma figurada como pastores, lo mismo que los obispos cristianos(Hechos 20:28 29; I Pedro 5:1-3). Por lo tanto, mi opinin es que, posi-blemente, los cristianos tomaron de la sinagoga un modelo de grupos

    de presbteros para cada iglesia, mientras que la funcin de supervisor-pastoral (episkopos), conferida a todos o a muchos de dichos pres-bteros48, vino del modelo de organizacin de los estrechamente unidosgrupos de sectarios judos, como los esenios del Mar Muerto. Nada enlas pastorales indica que los obispos-presbteros administrasen laeucarista o el bautismo49. Tampoco sabemos la forma en que senombraban estos obispos presbteros, aunque en la poca en que se es-cribieron los Hechos (aos 80 o 90), Bernab y Pablo ya tenan presb-teros en cada iglesia (14:25). Que esta imagen estaba excesivamentesimplificada queda indicado en Tito 1:5 donde est claro cmo algunasciudades de la misin paulina no tenan presbteros. De acuerdo conDidache 15:1 (aproximadamente 100?) se invitaba a los Cristianos a

    que nombrasen ellos mismos obispos y diconos.

    48 En los escritos cristianos posteriores al ao 100 d C , por ejemplo los de Ignaciode Antioquia, se confirma Id utilizacin del modelo segn el cual slo haba un episkoposu obispo presidiendo un grupo de presbteros (y diconos) El hecho de que en las cartaspastorales se utilice el trminopresbyteros tanto en singular como en plural y en cambio eltermino episkopos solo en singular (en dos ocasiones), ha hecho suponer a algunos que elsistema de un obispo nico estaba ya establecido cuando se escribieron las pastorales(aos 809) Sin embargo, en Tito 1-5-7, los dos trminos se utilizan indistintamente, yaque hay obispos-presbteros (en plural) en la iglesia de una ciudad que aparece en las pas-torales Una observacin que aparece en I Tim 5 7 sugiere que no todos los presbterosejercitaban la supervisin o enseanza, y que la tarea de supervisor u obispo se considera-ba claramente de estima

    49 Sin embargo, en Santiago 5 14, aparece el presbtero de la iglesia desempeandouna funcin especial de oracin por los enfermos, y de uncin En tiempos de Ignacio, pre-

    y p ( ) g qsustitua

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    Dicha informacin secundaria sobre los presbteros-obispos puedeser til, pero no debiera distraernos de aquellas funciones de lospresbteros-obispos que los constituyen en la respuesta de las pastorales al problema de la supervivencia de las comunidades de Pablo tras lamuerte del mismoEn primer lugar y mas importante, en las pastorales,los presbteros-obispos tenan que ser los maestros oficiales de lacomunidad, aferrndose a la doctrina bien fundada que haban recibidode Pablo a travs de Tito y Timoteo, rechazando cualquier enseanzadiferente o innovadora Con su poder para silenciar a los falsosmaestros, estos presbteros-obispos protegen a la comunidad de doc-trinas equivocas (Tito 1 9-2 1,1 Tim 4 1 11,5 17) En segundo lugar,puesto que la iglesia es casa de Dios (1 Tim 3 15 smil realzado porel hecho de que el lugar de encuentro de los cristianos era una casa), lospresbteros-obispos deban ser como padres que llevaban la res-ponsabilidad de la casa, administrando los bienes, dando ejemplo yprocurando disciplina Una estabilidad y una relacin estrecha similaresa las de una familia, mantendran a la iglesia unida en contraposicin alas fuerzas desintegradoras que la rodeaban e invadan

    Las virtudes requeridas a los presbteros-obispos son virtudesinstitucionales, semejantes a las de cualquier organizacin de carcterfamiliar Este debe ser irreprochable, ntegro, santo, debe ser dueo desi mismo y no de carcter colrico o arrogante (Tito 1 7-9) Debe sercapaz de organizar bien su propia casa y de controlar a sus propios hi-jos (I Tim 3 4). Se supone que debe ser capaz de administrar su propiacasa, especialmente no debe ser amante de riquezas (I Tim 3 3,5),siendo este el mas importante de todos los requisitos referentes al ca-rcter, ya que, como se puede suponer a travs de los paralelismos conlos rollos del Mar Muerto, el presbtero-obispo deba administrar eldinero comn de la comunidad cristiana. No se permitan en su historialmoral faltas tales como borracheras (Tito 17,1 Tim 3,3). En ocasionesestos requisitos lindaban con asuntos de respetabilidad religiosa nopuede haber estado casado mas de una ocasin, no puede ser recinconverso, sus hijos deben ser creyentes (Tito 16,1 Tim 3,2.6).

    Estos ltimos requisitos reflejan el surgimiento de la iglesia comouna sociedad con normas establecidas que se imponen sobre sus figuraspublicas. Jess, durante su ministerio, llamo a sus seguidoresprominentes, procedentes de diferentes ocupaciones, sin considerar elgrado de estima en que la sociedad tenia a los pescadores, cobradoresde impuestos y zelotes50. Sin embargo, Jess no estaba formando una

    50 Lucas 6 15 y Hechos 1 8 llaman a Simn el zelote mientras M iteo 10 3 llama a Mateorecaudador de impuestos

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    no como administradores, sino como jueces escatologicos de la NuevaIsrael (Mateo 19 28, Lucas 22, 30). Una vez que el movimiento relacio-nado con Jess estuvo lo suficientemente organizado como para cons-tituirse en una asociacin llamada iglesia, se comenz a pensar queciertas normas de respetabilidad religiosa eran muy importantes para elbien comn. As, se rechazaban individuos que, a pesar de su talento,no reunan tales normas de respetabilidad. Despus de todo, elpresbtero deba servir como padre modelo de una familia. Un hombreque se hubiese convertido despus de haber educado a sus hijos podaser un lder nato, pero si no reuna el requisito de tener hijos creyentes,no poda ser nombrado presbtero-obispo. En ocasiones los recinconversos se encontraban inseguros o inmaduros en sus juicioscristianos, en otras ocasiones estaban llenos de un celo extraordinariocapaz de galvanizar una comunidad. Las Epstolas Pastorales no per-mitan a los recin conversos, capacitados o no, realizar las funcionesde presbteros (requerimiento un tanto irnico si se le aplica al hombreque se supone escribi las cartas). De hecho, Pablo poda no reunir va-nos de aquellos requisitos que las pastorales exigan de los presbteros-

    obispos No colencos o arrogantes (Tito 1 7) apenas describira alPablo que llamaba a los Galatas locos (Gal 3 1). Irreprensible (ITim 3 2) no se adecuara al Pablo que deseaba que sus adversariospartidarios de la circuncisin resbalaran con el cuchillo, resultandocastrados (Gal 5 12) y que poda proferir una vituperacin tal como suDios es el vientre (Fihp 3 19). Precisamente fue esta vitalidadtempestuosa, y su disposicin para luchar cuerpo a cuerpo por elEvangelio lo que convirti a Pablo en un gran misionero, pero tales ca-ractersticas le habran hecho simple supervisor de la comunidad esta-blecida. Las pastorales relacionan las caractersticas necesarias paraaquel que tiene que continuar con una comunidad durante muchotiempo, afortunadamente para todos, quizas fue este genio misionero de

    Pablo lo que le mantuvo en movimientoNaturalmente, el autor de las Pastorales espera que aquellos indi-

    viduos con dones carismticos sean presbteros-obispos, pero estabadispuesto a sacrificar las cualidades cansmaticas por otras mas comu-nes que favorezcan la armona en la comunidad cristiana Esta imposi-cin temprana de normas comunitarias, debiera recordarse cuando en laactualidad surgen cuestiones referentes al derecho de la iglesia deestablecer normas sociales para sus clrigos En este sentido, se discuteel derecho de la iglesia para exigir una formacin acadmica adecuada,habida cuenta de que Jess no exigi educacin a los que formabanparte de los Doce. Ese tipo de observaciones no tiene lgica, y debiera

    rechazarse dada la diferencia de situaciones Como ya indique ante-riormente, los Doce no fueron sacerdotes residentes, y Jess nunca vi-

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    vi en una iglesia estructurada. Del mismo modo es cuestionable laidea de que los requisitos establecidos en las pastorales son eterna-mente vlidos. Ms bien, teniendo en cuenta que a veces los requisitostienen que ver con la respetabilidad pblica, pueden y debieran cam-biarse con el paso del tiempo. La iglesia primitiva era contraria al ma-trimonio de los viudos (I Tim 5:9,11; I Cor 7:8), permitindolo aun a su

    pesar er el caso de 'a gente corriente. Por consiguiente, las pastoralesno toleraran a presbteros-obispos casados en segundas nupcias (I Tim3:2; Tito 1:6); stos deberan encarnar el ideal. Hoy en da en muypocas iglesias protestantes se negara la ordenacin a viudos casadosdos o ms veces. Por otro lado, el cumplir con el ser marido de unasola esposa se interpreta en muchas iglesias protestantes como queimpone a sus clrigos el requisito de no contraer nuevas nupciasdespus del divorcio (aunque s se admiten nuevas nupcias para los lai-cos). El catolicismo romano ha impuesto la norma personal de Pablo(Bien les est quedarse como yo: I Cor. 7:8) sobre todos sus presb-teros. Siempre podremos cuestionarnos la sabidura de los requisitosparticulares que las diferentes iglesias han establecido para su presbi-

    teriado, pero el derecho de establecer dichos requisitos parece supo-nerse desde el principio.La institucionalizacin del movimiento cristiano fue un aspecto de

    lo ,que los estudios eruditos denominan primitiva catolizacin(Catolicismo primitivo es con frecuencia una designacin peyorativapara denominar el surgimiento de rasgos eclesisticos que ms tarde seencontraran en el Catolicismo Romano y que los reformistas conside-raron cuestionables; as como hoy en da lo hacen sus descendientesespirituales investigadores de la Biblia51). Discernimiento en este tr-mino y sobre este tema exige precaucin. Gager seala acertadamenteque se ha escrito una gran cantidad de tonteras sobre el tema del de-

    bilitamiento del Cristianismo primitivo para convertirse en "Catolicis-mo primitivo"52. Rudolf Bultman concuerda con Sohm en que la re-glamentacin legal (vista como constitutiva) contradice la misma natu-raleza de la iglesia53. Ms bien, si la iglesia constituye una sociedad, lasreglamentaciones, constitutivas o no, son un inevitable desarrollo so-ciolgico propio de la naturaleza de la iglesia.

    51 Ver la breve argumentacin que hago en The Jerome Bibhcal Commentary, art67,94-97, y el excelente artculo de D Harnngton, The "Early Cathohc" escritos del NTThe Church Adjustmg to World History en The Wordm the World, ed. R F Chf-ford y GW MacRoe (F L. Monanty Festschnft, Cambridge, Mass Weston, 1973) 97-113,reproducido en Harnngton, Lighr61-78

    52 J W Gager, Kmgdom and Community The Social World of Early Chnstiamty

    (Englewood Cliffs, NJ Prentice-Hall, 1974) 6753 R Bultman, Theology of the New Testament (2 vols, New York Scriners,1951,1955)2 97-98

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    ASPECTOS POSITIVOS Y ASPECTOS NEGATIVOS

    Tras haber descrito brevemente el objetivo fundamental de lasEpstolas Pastorales, poniendo el acento sobre la estructura eclesial,permitidme sealar tanto los aspectos positivos como los negativos detal nfasis en su intento de dar continuidad a la iglesia despus de lamuerte de los apstoles (o ms exactamente, despus de la muerte del

    apstol Pablo). Advierto de antemano a los lectores que en los captu-los subsiguientes aparecer un apartado dedicado a los aspectos positi-vos y negativos de otras respuestas dadas al tema de la continuidad.Toda respuesta dada a un problema teolgico, al ser necesariamenteparcial y relativo a una determinada poca, implica el pago de un pre-cio. Independientemente de lo importante que un nfasis sea para lapoca, conduce inevitablemente a descuidar la parte de verdad existenteen los otros nfasis y respuestas. Quiero centrar en tres puntos estaexposicin sobre los aspectos positivos y negativos de la respuestaestructural dada en las pastorales: (1) La idea de preservar la tradicinapostlica contra las ideas y maestros reformistas; (2) Las virtudes re-queridas a los pastores para la salvaguarda institucional; (3) La clara

    distincin entre aquellos que ensean y aquellos a los que se dirige laenseanza.

    Primero, fuerte estabilidad y continuidad slidamente estableci-da, son signos de la existencia de una estructura institucional (presb-teros-obispos y diconos) designada para preservar la tradicin apos-tlica. Las pastorales han encontrado una forma de resaltar la singula-ridad del apstol y al mismo tiempo, extender su influencia ms all desu vida. Pablo personifica el apostolado no se menciona a ningnotro y tampoco se necesita54. Este apstol dispuso su sucesin tras sumuerte transmitiendo su legado a los presbteros-obispos bajo la su-pervisin de Timoteo y Tito. Verdaderamente Pablo es un maestro,

    maestro de las naciones (I Tim 2:7; ver tambin II Tim 1:11); y lafuncin principal de sus sucesores es ensear la santa doctrina (Tito2:1), continuando la gua dada por Pablo a sus conversos. El obispodebe estar adherido a la palabra fiel, conforme a la enseanza (Tito1:9). A Timoteo, que haba sido testigo de lo que Pablo predicaba (IITim 3:10), se le advierte: persevera en lo que aprendiste y en lo quecreste, teniendo presente de quines lo aprendiste (3:14).

    54 R F Collins, The Image of Pal n the Pastorals, Laval Theologique et Pho-sophique 31 (1935) 147-73 En Kertelge,Paulus 70-121,122-45, aparecen artculos aclara-torios sobre la tradicin Paulina de las pastorales, por G Lohftnk y P Trummer El ultimo(143), resalta la importancia de las pastorales para salvar cannicamente el corpus paulinopara la iglesia y afirma (144) que no debieran establecerse como contradictorias las pasto-rales y las cartas indiscutidas de Pablo

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    El enemigo contra el que se dirigen estas advertencias son losmaestros que introducen nuevas ideas, un grupo al que se describecomo insubordinados, charlatanes, embaucadores55. Tales individuosaman la discusin y controversia (I Tim 6:4; Tito 3:9); a la vez que ha-cen seguidores entre aquellos ansiosos de novedad (II Tim 4:3), ungrupo que podra describirse de forma no tan peyorativa como posee-dores de mentes inquisitivas. El apstol de las pastorales apartara de la

    enseanza a aquellos que sostenan ideas nuevas y diferentes (I Tim1:3): Deben ser silenciosos ya que trastornan a familias enteras en-seando para ganancia mal habida lo que no deben (Tito 1:11). Se re-cuerda a los creyentes que se sometan a los dirigentes y autoridades,tanto seculares como religiosas (Tito 3:1). Por lo tanto, encontramos enlas pastorales los antecedentes de la teologa de una doctrina en de -psito, y desarrollos eclesisticos como el de la eleccin de profesores,imprimaturs, ndice de libros prohibidos, y supervisin de la prensaeclesial. Estas caractersticas no son en modo alguno exclusivas del ca-tolicismo romano, aunque en otras iglesias no se utilicen los mismosnombres y el control no sea tan manifiesto.

    Las circunstancias histricas en las que se escribieron las EpstolasPastorales implicaban un gran peligro para aquella forma de cristia-nismo que finalmente sera denominada ortodoxia (vese captulo 1).Algunos seguidores de entre los cristianos se haban apartado a causade las doctrinas gnsticas (I Tim 6:20: falsamente llamadas ciencia([gnosis]))56. Ya haba comenzado la lucha a muerte que culminarahacia el 180 enAdversus haereses de Ireneo. Ya el Pablo de las pas -torales haba adivinado que, la mejor respuesta al cmulo de visionesque se proclamaban como reveladas e incluso tradicionales, era unatradicin de ascendencia verdadera que hiciese de enlace entre la eraapostlica y las iglesias oficiales aprobadas. Ireneo estara nicamenteclarificando este argumento cuando apel a la continuidad episcopal de

    los centros del cristianismo ms importantes para refutar las doctrinasgnsticas57. Me atrevera a afirmar que la siguiente mxima, adhiretea la palabra fiel conforme a la enseanza (Tito 1:9), permanece comoun arma esencial en pocas de grandes crisis doctrinales. Esto permitia la iglesia catlica romana sobrevivir a los das tumultuosos

    55 Ver las diferentes descripciones que se hacen en I Tim 1-3 sig , 4 1 sig , 6 20-21, II Tim 2 216-18, 3 1-9,4 3-4, Tito 1 10-16, 3.9

    56 En realidad no est claro que el blanco de estas afirmaciones fuese nicamente una formade pensamiento hertico, puesto que I Timoteo 1:7 y Tito 1 10 consideran a los judos o judeo-cnstianos oponentes, que no pueden ser los mismos que los gnsticos

    57 Adversus haereses 3 3 3 comienza con la sucesin de los obispos en Roma (que el autor deII Tim 4 7 permite identificar como el lugar donde Pablo terminara la carrera)

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    de la Reforma; tambin permiti al movimiento de Lutero sobrevivir aun protestantismo de tendencia izquierdista (Schwrmerei) surgido desu propia protesta contra Roma. Hoy en da permitira a las iglesiasprincipales sobrevivir a los sectarismos biblicistas58. Realmente, elcontrol estricto sobre las enseanzas y escritos ejercido por las autori-dades eclesiales va contra el sentido democrtico de libertad de expre-sin y pensamiento; pero en el preciso momento en que los intentos de

    libertad teolgica se convierten en anarqua, la iglesia del Dios vivo,columna y fundamento de la verdad (I Tim 3:15) tiene derecho a nodejarse destruir desde dentro.

    El mayor peligro de poner el acento exclusivamente en el controloficial de las enseanzas, es que, habiendo sido introducido en mo -mentos de crisis, llegue a considerarse un modo de vida permanente.Las epstolas pastorales, concebidas en un momento de crisis doctrinal,se leen con frecuencia al margen de su contexto histrico, comoofreciendo una poltica universal e incondicional. La poltica pastoralrequiere, no obstante, una relajacin de tales controles estrictos cuandolas crisis han terminado. Un ejemplo, tras haber sobrevivido a la

    Reforma y a la Ilustracin a travs del control de las enseanzas, laiglesia catlica romana mostr gran sabidura al abolir algunos de loscontroles doctrinales negativos como consecuencia del Vaticano II59.

    Que tipo de excesos pueden surgir si no se recuerda que el hinca-pi hecho exclusivamente en la eleccin de maestros, es una medidacondicionada por aquellas pocas en que exista peligro? El temor a lasideas nuevas que aparece de forma evidente en las pastorales puedeconvertirse en un mal endmico dentro de la estructura de la iglesia.Hay pocas en que se hace necesario tener odos ansiosos de nove-dad en el sentido de mentes crticas, para evitar que desaparezca el

    58 Hablar de sectansmos biblicistas en el mismo contexto que de los movimientos radicalespuede parecer extrao, ya que a menudo son considerados como ultraconservadores en sus lecturasbblicas A mi juicio, el fundamentalismo como se le conoce en el mundo angloparlante es unainnovacin reciente y bastante extraa a la gran