buena suerte

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La Buena Suerte Fernando Trías de Bes Mingot Álex Rovira Celma La Buena Suerte Claves de la prosperidad EMPRESA ACTIVA Argentina - Chile - Colombia - España Estados Unidos - México - Uruguay - Venezuela Para Guillermo Trías de Bes, mi padre, con todo mi amor y agradecimiento, pues él me enseñó las reglas de la Buena Suerte sin relatarme ninguna fábula. El fue quien me hizo ver que, esencialmente, es una cuestión de fe, generosidad y Amor, con mayúsculas. © 2004 by Alex Rovira Celma y Fernando Trías de Bes Mingot © de las ilustraciones interiores 2004 by Josep Feliu A mis hijos, Laia y Pol, y a todos los niños para los que los cuentos son escritos. También al niño que siempre, sea cual sea nuestra edad, llevarnos dentro, porque en él reside la alegría, el anhelo y la pasión por la vida, ingredientes imprescindibles para la Buena Suerte. A mis padres, Gabriel y Carmen, por su amor, su fe y su ejemplo. Y a todos los padres cuyo amor por sus hijos deviene la semilla de la Buena Suerte. A mi pareja, Mónica, y a todos los seres humanos que hacen de su vida una entrega generosa al otro, porque son el ejemplo viviente de que los cuentos, como la vida, pueden tener un final feliz. Álex Rovira Celma índice Primera parte: El encuentro Segunda parte: La leyenda del Trébol Mágico Tercera parte: El reencuentro Cuarta parte: Algunas personas que están de acuerdo Quinta parte: Decálogo, síntesis y nuevo origen de la Buena Suerte 1

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Fernando Tras de Bes Mingot

La Buena Suerte

Fernando Tras de Bes Mingot

lex Rovira CelmaLa Buena SuerteClaves de la prosperidadEMPRESA ACTIVAArgentina - Chile - Colombia - Espaa Estados Unidos - Mxico - Uruguay - VenezuelaPara Guillermo Tras de Bes, mi padre, con todo mi amor y agradecimiento, pues l me ense las reglas de la Buena Suerte sin relatarme ninguna fbula.

El fue quien me hizo ver que, esencialmente, es una cuestin de fe, generosidad y Amor, con maysculas. 2004 by Alex Rovira Celma y Fernando Tras de Bes Mingot de las ilustraciones interiores 2004 by Josep Feliu A mis hijos, Laia y Pol, y a todos los nios para los que los cuentos son escritos. Tambin al nio que siempre, sea cual sea nuestra edad, llevarnos dentro, porque en l reside la alegra, el anhelo y la pasin por la vida, ingredientes imprescindibles para la Buena Suerte.A mis padres, Gabriel y Carmen, por su amor, su fe y su ejemplo.Y a todos los padres cuyo amor por sus hijos deviene la semilla de la Buena Suerte.A mi pareja, Mnica, y a todos los seres humanos que hacen de su vida una entrega generosa al otro, porque son el ejemplo viviente de que los cuentos, como la vida, pueden tener un final feliz.lex Rovira Celma

ndicePrimera parte: El encuentroSegunda parte: La leyenda del Trbol Mgico

Tercera parte: El reencuentro

Cuarta parte: Algunas personas que estn de acuerdoQuinta parte: Declogo, sntesis y nuevo origen de la Buena Suerte

Primera parte: El encuentroUna hermosa tarde de primavera, Vctor, un hombre de aspecto elegante e informal, fue a sentarse al que era su banco preferido del mayor parque de aquella gran ciudad. All se senta en paz, aflojaba el nudo de la corbata y apoyaba los pies descalzos sobre una mullida alfombra de trboles. A Vctor, que tena sesenta y cuatro aos y un pasado lleno de xitos, le gustaba aquel lugar.Pero esa tarde sera distinta de otras; algo inesperado estaba a punto de ocurrir.Se acercaba al mismo banco, con intencin de sentarse, otro hombre, tambin en la sesentena, David. Tena un andar cansado, tal vez abatido. Se intua en l a alguien triste, aunque conservaba, a su manera, un cierto aire de dignidad. David lo estaba pasando bastante mal en esos momentos. De hecho, lo haba pasado mal durante los ltimos aos.David se sent junto a Vctor y sus miradas se cruzaron. Lo extrao fue que tanto uno como otro, los dos al mismo tiempo, pensaron que un vnculo los una, algo conocido... muy lejano, pero ntimamente familiar.T eres Vctor? pregunt David con precaucin.Y t David? contest Vctor, ya seguro de que reconoca en aquella persona a su amigo.No puede ser!No me lo creo, despus de tanto tiempo!En ese instante se levantaron, se abrazaron y soltaron una sonora carcajada.Vctor y David haban sido amigos ntimos en la infancia, desde los dos hasta los diez aos. Eran vecinos en el modesto barrio donde vivieron sus primeros aos.Te he reconocido por esos inconfundibles ojos azules! le explic Vctor.Y yo a ti por esa mirada tan limpia y sincera que tenas hace..., hace... cincuenta y cuatro aos! No ha cambiado en nada le respondi David.Recordaron y compartieron entonces ancdotas de la infancia y recuperaron lugares y personajes que crean olvidados. Finalmente, Vctor, que distingua en la expresin de su amigo una sombra de tristeza, le dijo:Viejo amigo, cuntame cmo te ha ido en esta vida...David se encogi de hombros y suspir.Mi vida ha sido un conjunto de despropsitos.Por qu?Recordars que mi familia dej el barrio en el que ramos vecinos cuando yo tena diez aos, que desaparecimos un da y nunca ms se supo de nosotros. Resulta que mi padre hered una inmensa fortuna de un to lejano que no tena descendencia. Nos fuimos sin decir nada a nadie. Mis padres no quisieron que se supiera que la suerte nos haba favorecido. Cambiamos de hogar, de coche, de vecinos, de amigos. En ese momento t y yo perdimos el contacto...As que fue por eso! exclam Vctor. Siempre nos preguntamos qu os haba pasado... Tanta fortuna recibisteis?S. Adems, una parte importante de lo recibido en herencia fue una gran empresa textil en pleno funcionamiento y con abundantes beneficios. Mi padre la hizo incluso crecer ms. Cuando muri, yo me ocup de ella. Pero tuve muy mala suerte. Todo fue en mi contra explic David.Que pas?Durante mucho tiempo no cambi nada, pues las cosas iban ms o menos bien. Pero de pronto empezaron a aparecer competidores por todas partes y las ventas bajaron. Nuestro producto era el mejor, as que yo tena la esperanza de que los clientes se dieran cuenta de que nuestros competidores no ofrecan la misma calidad. Pero los clientes no entienden de telas. Si de verdad hubieran sabido se habran dado cuenta.As que se lanzaron a por los productos de las nuevas marcas que iban saliendo al mercado.David tom aliento. Recordar todo aquello no era agradable. Vctor permaneca en silencio, sin saber qu decir.Perd mucho dinero, pero la empresa estaba an saneada. Intent reducir los costes tanto como pude, pero cuanto ms lo haca, ms bajaban las ventas. Estuve a punto de crear una marca propia, pero no me atrev. El mercado peda marcas extranjeras. Eso me puso en el lmite. Como ltimo recurso pens en abrir una cadena de tiendas propias. Tard en decidirme y, cuando lo hice, no pude hacer frente al coste de los locales, pues las ventas no lo cubran. Empec a fallar en mis pagos. As que tuve que responder con los activos: la fbrica, mis tierras, mi casa, todas mis propiedades... Lo tuve todo en mi mano, tuve todo lo que quise y lo perd. La suerte nunca me acompa.Qu hiciste entonces? pregunt Vctor.Nada. No saba qu poda hacer. Todas las personas que antes me haban alabado ahora me daban la espalda. Anduve entre un empleo y otro, pero no me adapt o no supieron entenderme... Lleg incluso un momento en que pas hambre... He sobrevivido durante ms de quince aos como he podido, ganndome la vida con las propinas que obtengo haciendo recados e incluso recibiendo ayuda de buena gente que me conoce, en el barrio en el que ahora vivo. La mala suerte siempre ha estado conmigo.David no tena ganas de seguir hablando, as que le pregunt a su amigo de infancia:Y a ti, cmo te ha ido en la vida? Has tenido suerte?Vctor esboz una sonrisa.Como recordars, mis padres eran pobres, ms pobres que los tuyos cuando vivais en el barrio. Mis orgenes son ms que humildes, lo sabes bien, son precarios. Muchas noches no tenamos qu comer. A veces, incluso, tu madre nos traa algo porque saba que en casa las cosas iban mal. Como tambin sabes, no pude ir al colegio, as que estudi en la universidad de la vida. Empec a trabajar con diez aos, precisamente poco tiempo despus de que tu familia y t desaparecierais misteriosamente. Empec lavando coches. Despus trabaj en un hotel, de botones. Ms tarde sub de categora y trabaj como portero de varios hoteles de cinco estrellas... Hasta que a los veintids aos me di cuenta de que yo poda tener suerte, si me lo propona.Cmo lo hiciste? le pregunt David, con un tono mezcla de curiosidad y escepticismo.Adquir un pequeo taller que estaba a punto de cerrar. Lo compr con un crdito y con todos los ahorros de que dispona. Era un taller que fabricaba bolsos de piel. Yo haba visto todo tipo de bolsos en restaurantes y en los lujosos hoteles en los que trabaj. As que saba lo que les gustaba a las personas con dinero. No tena ms que fabricar lo que tantas veceshaba visto llevar cuando trabajaba como mozo,A1 principio, yo mismo me ocupaba tanto de fabricar como de salir a vender. Trabaj por las noches y los fines de semana. El primer ao fue muy bien, pero reinvert todo lo que gan en comprar ms gnero y en viajar por todo el pas, para averiguar qu se fabricaba en otras partes. Necesitaba saber ms que nadie sobre bolsos de piel. Aprend mucho visitando tiendas. Preguntaba a todo el que vea con un bolso qu le gustaba y qu le disgustaba del suyo...Vctor recordaba con pasin aquellos primeros aos. Continu:Las ventas fueron creciendo. Durante diez aos reinvert todo lo que gan. Busqu oportunidades all donde pens que poda haberlas. Modifiqu cada ao los modelos de mis bolsos que ms se vendan, nunca fueron iguales. Nunca dej un problema del taller para el da siguiente. Intent ser la causa de todo lo que aconteca a mi alrededor. Fui adquiriendo un taller tras otro, luego llegaron las fbricas. Finalmente, consegu crear un prspero negocio. La verdad es que no fue sencillo, pero el resultado supera lo que imaginaba cuando empec.David le interrumpi en ese punto y matiz la ltima apreciacin:No ser, en realidad, que tuviste mucha suerte?Eso crees? Realmente crees que slo tuve suerte? exclam Vctor, sorprendido.No he querido molestarte ni menospreciarte explic con un hilo de voz David. Pero resulta difcil creer que t solo eres el motivo de tus xitos. La suerte sonre a quien el destino caprichosamente escoge. A ti te sonri y a m no. Eso es todo, viejo amigo.Vctor se qued pensativo. Al cabo de un tiempo, le contest:Mira, yo no hered ninguna gran fortuna, pero recib algo mucho mejor de mi abuelo... Conoces la diferencia entre la suerte y la Buena Suerte, con maysculas?No la conozco contest David, sin mostrar inters.Aprend la diferencia entre la suerte y la Buena Suerte con un cuento que me explicaba mi abuelo cuando viva con nosotros. A menudo he pensado, y an sigo pensando, que ese cuento cambi mi vida. Me ha acompaado en momentos de miedo, de duda, de incertidumbre, de confusin y tambin en momentos de alegra, felicidad, gratitud... Gracias a este cuento decid comprar el taller con el fruto de seis aos de esfuerzo apasionado y de ahorro. Fue tambin este cuento el detonante de otras muchas decisiones que luego se han revelado cruciales en mi vida.Vctor sigui hablando, mientras David, con la cabeza hundida entre los hombros, diriga la mirada al suelo.Quizs a los sesenta y cuatro aos uno ya no est para cuentos..., pero nunca es tarde para or algo que puede ser til. Como dice el refrn: Mientras hay vida, hay esperanza. Si lo deseas, puedo explicrtelo.David guardaba silencio, as que Vctor prosigui:Es un cuento que ha ayudado a muchas personas. Y no solamente a gente del mundo de los negocios, tambin a emprendedores y a profesionales de todos los campos. Las personas que aprenden y asumen la diferencia entre la suerte a secas y la Buena Suerte han obtenido excelentes resultados en sus trabajos, en las empresas en las que trabajaban. A otros les ha servido incluso para cultivar un amor. Ha servido tambin a deportistas, a artistas, a cientficos e investigadores... Y te lo digo porque lo he observado de primera mano; tengo ya sesenta y cuatro aos y soy testigo del efecto de la leyenda en muchas de esas personas.David se incorpor y habl, quiz movido por la curiosidad:De acuerdo, dime: Cul es la diferencia entre la suerte y la Buena Suerte?Vctor medit antes de contestar.Cuando vuestra familia recibi la herencia tuvisteis suerte. Pero esa suerte no depende de uno, por eso tampoco dura demasiado. Slo tuviste algo de suerte, y sa es la razn de que ahora no tengas nada. Yo, en cambio, me dediqu a crear suerte. La suerte, a secas, no depende de ti. La Buena Suerte, slo depen--de de ti. Esta ltima es la verdadera. Mucho me temo que la primera no existe.David no daba crdito a lo que oa.Me ests diciendo que la suerte no existe?De acuerdo... Digamos que s que existe, pero es tan improbable que resulta vano esperar que te alcance precisamente a ti, a cualquiera. Y, si al fin llega, no dura demasiado, es pasajera. Sabas que casi el 90 por ciento de las personas a las que les ha tocado la lotera no han tardado ms de diez aos en arruinarse o en volver a estar como antes estaban? En cambio, la Buena Suerte es posible siempre que te lo propongas. Por eso se llama Buena Suerte, porque es la buena, la de verdad.Por qu es la de verdad? Cul es la diferencia? insisti David. Empezaba a sentirse muy intrigado por las palabras de su amigo.Quieres or el cuento?David dud unos instantes. Al fin y al cabo, aunque no poda volver atrs, no perda nada por escuchar. Adems, le resultaba agradable que su mejor amigo de la infancia le contase, con sesenta y cuatro aos, un cuento. Y no slo eso, haca demasiado tiempo que nadie le contaba algo, como si fuese un nio. De acuerdo, cuntamelo accedi por fin.

Primera Regla de la Buena SuerteLa suerte no dura demasiado tiempo, porque no depende de ti.La Buena Suerte la crea uno mismo, por eso dura siempre.Segunda parte: La leyenda del Trbol MgicoEl reto de MerlnHace mucho tiempo, en un reino muy lejano, un mago llamado Merln reuni a todos los caballeros del lugar en los jardines del castillo real y les dijo:Hace tiempo que muchos de vosotros me peds un reto. Algunos me habis sugerido que organice un torneo entre todos los caballeros del reino. Otros habis pedido que organice un concurso de destreza con la lanza y la espada. Sin embargo, voy a proponeros un reto diferente.La expectacin entre los caballeros era mxima. Merln continu:He sabido que en nuestro reino, en un plazo de siete noches, nacer el Trbol Mgico.Hubo entonces un revuelo, murmullos y exclamaciones entre los presentes. Algunos ya saban a qu se refera; otros, no. Merln puso orden.Calma, calma! Dejadme que os explique qu es el Trbol Mgico: es un trbol de cuatro hojas nico, que proporciona al que lo posee un poder tambin nico: la suerte sin lmites. Sin lmite de tiempo ni lmite de mbito. Proporciona suerte en el combate, suerte en el comercio, suerte en el amor, suerte en las riquezas... suerte ilimitada!Los caballeros hablaban y hablaban entre ellos con gran excitacin. Todos queran encontrar el Trbol Mgico de cuatro hojas. Incluso algunos se pusieron en pie, lanzaron gritos de victoria e invocaron a los dioses.De nuevo, Merln aplac los murmullos y tom la palabra:Silencio! An no os lo he dicho todo. El Trbol Mgico de cuatro hojas nacer en el Bosque Encantado, ms all de las doce colinas, detrs del Valle del Olvido. No s en qu rincn ser, pero nacer en algn lugar del bosque.Aquella excitacin inicial se vino abajo. Primero se hizo el silencio y, a continuacin, los suspiros de desnimo resonaron por los jardines del castillo. Y es que el Bosque Encantado era tan extenso como la parte del reino que estaba habitada. Se trataba de miles y miles de hectreas de espeso bosque. Cmo encontrar un minsculo trbol de cuatro hojas en tan extenso lugar? Hubiera sido cien mil veces mejor buscar una aguja en un pajar! Por lo menos, ese sera un reto posible.Ante la dificultad de la empresa, la mayora de los caballeros abandonaron el castillo real, mascullando quejidos de protesta y dirigiendo miradas de desaprobacin a Merln cuando pasaban junto a l.Avsame cuando tengas algn reto que se pueda alcanzar le deca uno.Si hubiera sabido que se trataba de algo as, no me hubiera molestado en venir aada otro.Vaya reto! ;Por qu no nos has enviado a un desierto a encontrar un grano de arena azul? Hubiera sido ms fcil! le espetaba otro, con sorna.Uno tras otro, todos los caballeros salieron del jardn, se dirigieron a las cuadras y montaron en sus caballos. Slo dos se quedaron con Merln.Y bien? pregunt entonces el mago. Vosotros no os vais?Uno de ellos, que se llamaba Nott y llevaba una capa negra, respondi:Sin duda es difcil. El Bosque Encantado es enorme. Pero s a quin preguntar. Creo que podr encontrar el trbol que dices. Yo ir a buscar el Trbol Mgico de cuatro hojas. El trbol ser para m.El otro, que se llamaba Sid y llevaba una capa blanca, se mantuvo en silencio hasta que Merln le dirigi una mirada escrutadora. Entonces dijo:Si t dices que el Trbol Mgico de cuatro hojas, el trbol de la suerte ilimitada, va a nacer en el bosque, significa que as ser. Creo en tu palabra. Por eso ir al bosque.As pues, ambos caballeros partieron hacia el Bosque Encantado. Nott, en su caballo negro. Sid, en su caballo blanco.

Segunda Regla de la Buena SuerteMuchos son los que quieren tener Buena Suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.IIEl Gnomo, Prncipe de la TierraEl viaje por el reino hasta el Bosque Encantado era largo, y les llev dos das. As pues, disponan slo de cinco jornadas para hallar el lugar donde nacera el Trbol Mgico. No haba tiempo que perder. A pesar de ello, ambos caballeros decidieron descansar toda la noche antes de empezar la bsqueda.Los dos haban hecho el viaje por separado y no coincidieron en las breves paradas que hicieron para dar de beber a sus respectivos caballos. As que ninguno saba en qu lugar del bosque se encontraba el otro.El Bosque Encantado era un lugar muy oscuro. Oscuro era durante el da, pues los inmensos y tupidos rboles apenas permitan a los rayos del sol alcanzar el suelo. Y oscura fue esa noche, fra y silenciosa, adems. Aunque los habitantes del Bosque Encantado se haban percatado ya de la presencia de los nuevos visitantes.

A la maana siguiente, muy temprano, Nott, decidido a encontrar el trbol, pens:El Trbol Mgico nacer en el suelo. Quin es el que mejor conoce cada palmo de tierra del Bosque Encantado? Muy fcil: el Prncipe de la Tierra. Es decir, el Gnomo. El Gnomo vive bajo el suelo y ha construido pasillos y corredores subterrneos por cada uno de los rincones del Bosque Encantado. l me dir dnde nacer el Trbol Mgico de cuatro hojas As pues, Nott, el caballero con caballo negro y negra capa, pregunt dnde poda hallar al Gnomo a todos los extraos seres que encontr por su camino, hasta que finalmente dio con l.Qu quieres? le pregunt el Gnomo. Me han dicho que llevas todo el da buscndome.Efectivamente afirm Nott mientras bajaba de su corcel. He sabido que dentro de cinco noches nacer en el bosque el Trbol Mgico de cuatro hojas. Un trbol solamente puede nacer de la tierra, as que t, Prncipe de la Tierra, debes saber el lugar donde nacer. T eres el nico que conoce palmo a palmo este inmenso bosque por debajo del suelo. T conoces como nadie todas las races de todas las plantas, arbustos y rboles que habitan este bosque. Si el Trbol Mgico de cuatro hojas va a nacer dentro de cinco noches, t debes haber visto ya sus races. Dime dnde est.Hummmmm medit el Gnomo.Sabes tan bien como yo prosigui Nott que el Trbol Mgico proporciona suerte ilimitada solamente a los caballeros, as que no tiene ningn valor para ti, que eres un Gnomo, ni para ninguno de los habitantes del Bosque Encantado. Dime dnde nacer. S que t lo sabes.El Gnomo respondi:Ya conozco los poderes del Trbol Mgico de cuatro hojas. Y ya s que su suerte ilimitada alcanza slo a los caballeros que lo posean..., pero no he visto sus races en ningn lugar del bosque. Es ms, nunca han nacido trboles en el Bosque Encantado. Es imposible que el trbol nazca aqu. Quien te haya dicho eso te ha engaado.No sers t quien me engaa? No le habrs dicho ya al caballero Sid, el caballero con blanco caballo y capa blanca, dnde nacer el Trbol Mgico? pregunt desafiante Nott.No s de qu me ests hablando! No s quin es Sid, y no tengo ni idea de quin te ha dicho semejante estupidez. En este bosque nunca ha habido un solo trbol, ni tan siquiera de tres hojas: sencillamente, los trboles no crecen en este bosque porque no pueden! As que djame en paz. Llevo ms de cientocincuenta aos viviendo aqu y nunca nadie me haba hecho una pregunta tan estpida. Adis!El caballero Nott lo dej por imposible.No es la primera vez que me encuentro con alguien que no est a la altura que yo merezco, pens. As que se subi a su caballo, dio media vuelta y opt por esperar al da siguiente. Despus de todo, tal vez el Gnomo tuviera razn y Merln se hubiera equivocado de sitio o de fechas.A medida que se alejaba del Gnomo, montado sobre su caballo negro, Nott experiment lo que suelen experimentar aquellos a quienes les dicen que su suerte no es posible: sinti algo de miedo. Pero lo ms fcil era sustituir ese miedo por incredulidad. Sencillamente, no puede ser. Eso fue justamente lo que pens Nott. Por eso, decidi ignorar lo que el Gnomo le haba dicho.Maana ser otro da y quiz la suerte me aguarde en otro lugar, pens.

Por su parte, Sid, el caballero de la capa blanca, tuvo en la maana de la tercera jornada exactamente la misma idea que Nott. l tambin saba que el Gnomo era el ms indicado para averiguar en qu lugar brotara el Trbol Mgico. Pas el da intentando dar con su guarida, pregunt a todos los habitantes del bosque con los que se cruz en el camino y, finalmente, encontr al Gnomo unos pocos minutos despus de que el caballero Nott lo hubiera dejado refunfuando frente a una de las entradas a su caverna de infinitos pasillos.Eres t el Gnomo del Bosque Encantado, al que llaman el Prncipe de la Tierra? pregunt, al tiempo que descenda de su caballo.S, yo soy. Vaya! Otro iluminado! Y t qu es lo que quieres?Vers, he sabido que dentro de cinco noches nacer en el bosque el Trbol Mgico de cuatro hojas y he pensado que... Sid no pudo acabar la frase. El Gnomo se puso rojo como un pimiento y acumul aire en sus pulmones y mofletes como si fuera a estallar.Pero qu pasa con este maldito Trbol Mgico hoy?! grit, colrico. Ya se lo he dicho al otro caballero: No-hay-ni-ha-habido-nunca-trboles-de-la-suerte-en-este-bosque: sencillamente no pueden nacer trboles aqu. Quien os haya dicho eso est equivocado. O bien os toma el pelo o ha bebido ms pocin etlica de la cuenta. Lo mejor que podis hacer es regresar a vuestro castillo o acudir en socorro de alguna damisela en peligro. Aqu perdis el tiempo.El caballero Sid, se dio entonces cuenta de que algo pasaba: segn Merln, en el bosque nacera un Trbol Mgico y segn el Gnomo, era imposible que en las circunstancias actuales naciera all ningn trbol. Los dos decan probablemente la verdad, pero era posible que la verdad de cada uno fuera distinta. As pues, quiz seguir buscando el Trbol Mgico era una prdida de tiempo. Si, tal y como haba dicho el Gnomo, en aquellas circunstancias no poda nacer ningn trbol, se trataba entonces de saber qu era lo que haca falta para que naciera un trbol. De modo que Sid le pregunt, al mismo tiempo que lo calmaba:Espera, espera! Has dicho que nunca han nacido trboles... en el Bosque Encantado!?Nunca! Nunca jams! respondi refunfuando el Gnomo, mientras se meta en su casa-madriguera...No te vayas, no te vayas, por favor! Explcame por qu. Quiero saber por qu nunca han nacido trboles en el bosque.El Gnomo se gir y explic:Es por la tierra. Naturalmente que es por la tierra. Nadie se ha ocupado de renovar nunca esta tierra. Los trboles necesitan tierra fresca y esponjosa, y la tierra de este bosque nunca ha sido removida ni aireada. Es un suelo duro, apelmazado, cmo quieres que as nazca un solo trbol?Por tanto, Gnomo, Prncipe de la Tierra, si quisiera tener una sola posibilidad, aunque solamente fuera una, de que creciera un nico trbol en el bosque... debera renovar la tierra, cambiarla? pregunt Sid.Obviamente. No sabes que slo se obtienen cosas nuevas cuando se hacen cosas nuevas? Si la tierra no cambia, seguir pasando lo mismo: que no nacer ningn trbol.Y t sabes dnde podra encontrar tierra frtil?El Gnomo estaba ya con medio cuerpo dentro de la madriguera y con una mano a punto de cerrar la portezuela de madera. Con todo, contest a Sid:Hay algo de tierra fresca y frtil en el territorio de las Cowls, a poca distancia de aqu. Es una tierra rica, pues las Cowls, las vacas enanas, amontonan all su estircol. sa s que es tierra buena.El caballero le dio efusivamente las gracias al Gnomo. Se subi entusiasmado a su blanco caballo y cabalg sin prdida de tiempo hacia el territorio de las Cowls. Saba que tena muy pocas probabilidades, pero por lo menos ya tena algo.Lleg al territorio de las Cowls cuando ya anocheca. Le fue muy fcil encontrar la tierra de la que hablaba el Gnomo. Era realmente tierra fresca, esponjosa y, por supuesto, muy bien abonada. Solamente pudo llenar un par de alforjas, los nicos recipientes que llevaba en su caballo. Pero era suficiente para una pequea extensin de terreno.A continuacin, el caballero Sid se dirigi con las alforjas de tierra nueva a una zona del bosque tranquila, lejos de cualquier poblado. Encontr un lugar que le pareci adecuado y arranc las hierbas y los matojos que all haba. Despus, removi y quit la tierra vieja, la que nunca se haba renovado, la de siempre. Y por fin extendi la tierra nueva en el suelo.Cuando hubo acabado, se puso a dormir. Slo tena tierra para unos pocos palmos cuadrados. Sera aqul el lugar escogido para que brotara el Trbol Mgico? Si haba que ser realista, sera muy improbable tener tanta suerte. Unos pocos palmos entre miles de hectreas era algo as como una posibilidad entre millones. Sin embargo, una cosa era cierta: haba hecho algo distinto a lo hecho en el bosque hasta el momento. Si no haba habido trboles, si nadie los haba encontrado nunca, era porque todos los que lo haban intentado haban hecho las mismas cosas de siempre, las que todo el mundo haca. Como buen caballero, saba que hacer cosas diferentes era el primer paso para lograr algo diferente.Aun as, saba que haba muy pocas probabilidades de que el Trbol Mgico de cuatro hojas brotara precisamente en el lugar que haba escogido para poner la poca tierra frtil de que dispona. Pero, por lo menos, saba ya por qu no haba trboles. Y al da siguiente sabra ms. De eso estaba seguro.Sid, tumbado y con la cabeza apoyada en el suelo, miraba la tierra recin extendida. Pens que el Gnomo deca su verdad. Pens tambin que Merln deca la suya. Eran dos verdades aparentemente contradictorias. Pero si se actuaba como l haba hecho, aportando nueva tierra a la tierra de siempre, esa aparente contradiccin se desvaneca.Que en el pasado no hubiera trboles no significa necesariamente que en el futuro no los pueda haber, ahora que las condiciones de la tierra son distintas, pens.Se durmi imaginando que el trbol brotaba entre la tierra nueva que haba esparcido. Soar as le ayudaba a olvidarse de las pocas probabilidades que haba de que aquel rincn fuera el elegido por el destino para acoger al Trbol Mgico.El sol se puso. Solamente quedaban cuatro noches.

Tercera Regla de la Buena SuerteSi ahora no tienes Buena Suerte tal vez sea porque las circunstancias son las de siempre.Para que la Buena Suerte llegue, es conveniente crear nuevas circunstancias.IIILa Dama del LagoEl cuarto da amaneci ms fro que de costumbre. El canto de los jilgueros, de los petirrojos, de los mirlos y de los ruiseores ahog por fin al de los grillos.

Nott subi a su caballo despus de comer algunas bayas. No las tena todas consigo. La informacin que le haba dado el Gnomo era verdaderamente preocupante. Palabras literales: En el bosque no pueden nacer trboles. Es ms, nunca haba nacido un solo trbol en todo el Bosque Encantado. Y el Gnomo saba lo que se deca.De todas formas, quizs el Gnomo le engaaba.Saba que no poda fiarse de que dijera la verdad. Pensar as no le conduca a ninguna parte, pero le tranquilizaba. Decidi dedicar el da a encontrar a alguien que pudiera desmentir la informacin que le haba dado el Gnomo. Eso pondra de nuevo la suerte en sus manos.Despus de cabalgar durante ms de cinco horas, el caballero Nott divis a lo lejos, entre la espesura del bosque, un gran lago. Como tena sed e imaginaba que su caballo tambin estara sediento, decidi acercarse.El lago era muy bello. Estaba lleno de nenfares con flores amarillas y blancas. Bebi un poco y se sent junto a la orilla, mientras su caballo beba ansiosamente. De pronto, una voz detrs de l le sobresalt:Quin eres? Era una voz femenina; dulce, pero a la vez profunda; frgil, pero firme; seductora, pero desafiante. Era la Dama del Lago.Sobresala entre las aguas del lago de un modo impresionante, una mujer de hermosura y perfeccin nunca vistas, moldeada con la forma del agua.Nott haba odo hablar de ella. Pronto se dio cuenta de que de ella podra obtener informacin importante para su crucial misin.Soy Nott, el caballero de la negra capa.Qu hacis t y tu negro caballo junto a mi lago? Ya habis bebido. Ahora, qu queris? Estis despertando a mis nenfares. Y sta es su hora de sueo. Mis nenfares duermen por el da y cantan por la noche. Si los despertis, esta noche no cantarn. Su canto evapora el agua del lago durante la noche. Si los nenfares no cantan, el agua del lago no se evapora; si no se evapora agua, el lago se desborda, y si el lago se desborda, muchas flores, plantas y rboles morirn ahogados. Cllate, cllate y desaparece! No despiertes a mis nenfares!Alto, alto! -la interrumpi con vehemencia. No me cuentes tu vida. No me interesan tus problemas. Me ir enseguida. Solamente quiero hacerte una pregunta. T, Dama del Lago, t que proporcionas agua a todo el Bosque Encantado, t que riegas todos sus rincones. Dime: dnde crecen los trboles en este bosque?La dama comenz a rer. Eran carcajadas tristemente burlonas. Rea con estruendosa discrecin, una risa aguda, pero tambin con matices graves. Cuando dej de rer, se puso seria y afirm:En este bosque no pueden crecer trboles! No ves que el agua que reparto desde aqu llega a todas partes por infiltracin? No sale de m a travs de arroyos o ros, sino que se filtra por el lecho del lago y llega a todos los rincones del Bosque Encantado. Acaso has visto charcos en alguna parte del bosque? Los trboles necesitan mucha agua. Precisan un arroyo que se la proporcione continuamente. Jams encontrars un trbol en este bosque.La Dama del Lago se sumergi de nuevo. Fue impresionante. El vapor de agua que le daba forma cay a la superficie en una lluvia de miles de gotas.Nott apenas prestaba atencin al maravilloso espectculo que acababa de ocurrir. Estaba harto de or la misma cantinela. Muy seno y pensativo se pregunt qu estaba pasando. Empezaba a creer que tal vez a l nunca le llegara la suerte. Eso le provocaba un miedo ms intenso que el que sinti el da anterior, despus de hablar con el Gnomo.Debo encontrar a alguien que me diga lo contrario. Debo encontrar a alguien que me diga que la suerte est aqu, que el Trbol Mgico puede nacer en el Bosque Encantado, deca para sus adentros.Empez a odiar a la suerte. Era algo abominable. Lo ms deseado, y tambin lo ms inaccesible del mundo. Y no poda soportar ese sentimiento. Esperar la suerte le deprima, pero era lo nico que poda hacer. Porque... qu alternativa tena?As pues, Nott mont en su caballo, cabalg el resto del da y vag sin ton ni son por el Bosque Encantado, con la esperanza de tener la suerte de dar con el Trbol Mgico de cuatro hojas.

Ese da, el caballero Sid se haba levantado un poco ms tarde que el da anterior. Haba acabado de renovar la tierra cuando anocheca, as que decidi dormir una hora ms.Mientras coma unas manzanas, que comparti con su caballo blanco, pens qu hara ese da.Ya tengo la tierra se dijo. Ahora necesito saber cunta agua necesita. La probabilidad de que haya escogido el lugar correcto es mnima, lo s. Pero si finalmente este fuera el lugar elegido... entonces tendr que ocuparme de que la tierra reciba la cantidad de agua necesaria.No lo dud un instante. Era bien sabido por cualquiera, caballero o no, que la Dama del Lago era, de todos los habitantes del Bosque Encantado, la nica que dispona de agua.Le cost un poco encontrarla. Tuvo que preguntar aqu y all y consultar con varios animales parlanchines que encontr por el camino.Lleg al lago justo unos minutos despus de que Nott se hubiera ido de all. Se acerc muy, muy despacio. Sin apenas hacer ruido, aunque sin querer pisuna cscara de nuez, que cruji. Inmediatamente emergi de forma imponente la Dama del Lago. sta repiti la misma queja que a Nott:Qu hacis t y tu blanco caballo junto a mi lago?