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CAPÍTULO 6.- EVALUACIÓN DE LA FUERZA La evaluación de la fuerza forma parte del control del entrenamiento. El control tiene como objetivo proporcionar constante información acerca de los efectos del trabajo realizado y del estado físico-técnico del deportista. A través de él se racionaliza el proceso de entrenamiento, ya que gracias a la información vamos a poder proporcionar el estímulo más ajustado y obtener los mejores rendimientos con el menor esfuerzo. Pero cualquier tipo de control implica una forma de medida. La buena medición es un tarea tan importante como compleja en el campo deportivo. Si queremos avanzar y fundamentar nuestras decisiones en una base medianamente sólida, es necesario que utilicemos la medida como apoyo para diagnosticar y evaluar el trabajo que realizamos. 6.1 Objetivos de la evaluación La valoración de la fuerza se puede hacer al menos para conseguir los siguientes objetivos: § Controlar el proceso de entrenamiento / cambios en el rendimiento § Valorar la relevancia de la fuerza y la potencia en el rendimiento específico: varianza explicada § Definir las necesidades de fuerza y potencia § Definir el perfil del deportista: puntos fuertes y débiles § Comprobar la relación entre los progresos en fuerza y potencia y el rendimiento específico: relación entre cambios § Predecir los resultados. § Prescribir el entrenamiento más adecuado en función de: - Las necesidades de fuerza y potencia en el deporte y del propio sujeto - Los resultados de los tests realizados hasta el momento § Valoración de la influencia de la fuerza y la potencia sobre las demás cualidades § Discriminar entre deportistas del mismo y de diferentes niveles deportivos § Contribuir a la identificación de talentos. 6.2 Factores que influyen en la medición Cuando nos proponemos realizar una medición, debemos considerar lo siguiente: § Qué es lo que pretendemos medir: fuerza, velocidad, fatiga, técnica, relación entre diferentes cualidades, la carga de entrenamiento... No siempre es fácil conocer la esencia y la estructura de lo que se quiere medir, por lo que a veces queremos medir una cosa y medimos otra. Por tanto, hay que buscar la validez de la medición, asegurarse de que lo que pretendemos medir es realmente lo que medimos. En la mayor parte de los casos, medimos una cosa a través de otra: por ejemplo, la fuerza explosiva a través de la elevación del centro de gravedad en un salto vertical. Para que Índice

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CAPÍTULO 6.- EVALUACIÓN DE LA FUERZA La evaluación de la fuerza forma parte del control del entrenamiento. El control tiene como objetivo proporcionar constante información acerca de los efectos del trabajo realizado y del estado físico-técnico del deportista. A través de él se racionaliza el proceso de entrenamiento, ya que gracias a la información vamos a poder proporcionar el estímulo más ajustado y obtener los mejores rendimientos con el menor esfuerzo. Pero cualquier tipo de control implica una forma de medida. La buena medición es un tarea tan importante como compleja en el campo deportivo. Si queremos avanzar y fundamentar nuestras decisiones en una base medianamente sólida, es necesario que utilicemos la medida como apoyo para diagnosticar y evaluar el trabajo que realizamos. 6.1 Objetivos de la evaluación La valoración de la fuerza se puede hacer al menos para conseguir los siguientes objetivos: § Controlar el proceso de entrenamiento / cambios en el rendimiento § Valorar la relevancia de la fuerza y la potencia en el rendimiento específico:

varianza explicada § Definir las necesidades de fuerza y potencia § Definir el perfil del deportista: puntos fuertes y débiles § Comprobar la relación entre los progresos en fuerza y potencia y el rendimiento

específico: relación entre cambios § Predecir los resultados. § Prescribir el entrenamiento más adecuado en función de:

- Las necesidades de fuerza y potencia en el deporte y del propio sujeto - Los resultados de los tests realizados hasta el momento

§ Valoración de la influencia de la fuerza y la potencia sobre las demás cualidades § Discriminar entre deportistas del mismo y de diferentes niveles deportivos § Contribuir a la identificación de talentos. 6.2 Factores que influyen en la medición Cuando nos proponemos realizar una medición, debemos considerar lo siguiente: § Qué es lo que pretendemos medir: fuerza, velocidad, fatiga, técnica, relación entre

diferentes cualidades, la carga de entrenamiento... No siempre es fácil conocer la esencia y la estructura de lo que se quiere medir, por lo que a veces queremos medir una cosa y medimos otra. Por tanto, hay que buscar la validez de la medición, asegurarse de que lo que pretendemos medir es realmente lo que medimos. En la mayor parte de los casos, medimos una cosa a través de otra: por ejemplo, la fuerza explosiva a través de la elevación del centro de gravedad en un salto vertical. Para que

Índice

esto tenga validez, es necesario que comprobemos que lo que medimos directamente refleja en realidad la cualidad o característica que queremos medir indirectamente.

§ El instrumento de medida ha de poseer una constancia y precisión suficientes, de forma que cada magnitud de la característica, cualidad o fenómeno que se mide reciba idéntica o suficiente semejanza en la valoración en todos los casos en que sea utilizado el instrumento. De esto depende la confianza que podamos conceder a los datos, es decir, la fiabilidad de la medición.

§ También es necesario considerar las circunstancias en las que se realiza la medición: el calentamiento previo, la temperatura, la hora, y, sobre todo, la actitud del deportista, que no siempre se "entrega" de la misma forma en la realización de un test.

Todo esto nos lleva a resaltar una serie de limitaciones que hemos de superar para que la medición sea efectiva: § Conocimientos sobre los mecanismos responsables de la producción de fuerza y

potencia § Relación entre las medidas de fuerza y potencia y el rendimiento: principal objetivo

del análisis § Sensibilidad de los tests a los cambios producidos por el entrenamiento § Similitud entre el tipo de test y el tipo de entrenamiento realizado § Factores relacionados con la fiabilidad y la validez. Dado por hecho que la activación muscular voluntaria es máxima, el resultado obtenido cuando medimos la fuerza de un músculo o grupo de músculos depende de lo siguiente: a) Factores generales § Longitud o ángulo de la articulación del músculo medido § Posición en la que se realiza el test. § Tipo de activación con que se mide (concéntrica, excéntrica, isométrica, CEA) § Velocidad de acortamiento en activaciones concéntricas y velocidad de estiramiento en

las excéntricas. § Tiempo de tensión en activaciones isométricas § Conocer el test § No entrenar para el test. b) Factores específicos § Grupos musculares que intervienen § Movimiento con el que se realiza el test. § Velocidad de ejecución. § Duración del test. En cuanto a los factores generales, podemos decir que la fuerza es diferente según el ángulo en el que se mide, y también según la posición. En la figura 6.1 tenemos las curvas de fuerza máxima, en relación con los ángulos, desarrolladas por los extensores de las piernas en una sentadilla normal y en posición de sentado. La fuerza alcanzada por un músculo depende de los puentes cruzados activos, y éstos están en relación con la longitud

del músculo, y, por tanto, con el ángulo de la articulación. A esto hay que añadir la ventaja mecánica obtenida por la posición en la que medimos la fuerza. Por tanto, es preciso considerar estos aspectos para valorar adecuadamente los resultados y para poder hacer deducciones.

Figura 6.1. Fuerza máxima de las dos piernas en posición de sentado (B) y en una sentadilla normal (A) (ver texto) (Vitasalo y otros, 1985; en Hakkinen, 1991c). Cada tipo de activación (concéntrica, isométrica y excéntrica) permite manifestar un grado de fuerza diferente (figura 6.2). En esta figura se puede deducir el efecto que tiene la velocidad de acortamiento y estiramiento del músculo sobre la manifestación de fuerza y potencia. El tiempo de activación isométrica va a determinar el que alcancemos el pico máximo de fuerza o que nos quedemos en una fuerza isométrica máxima (FIM) relativa, inferior a la máxima posible. En relación con los factores específicos queremos llamar la atención sobre el hecho de que tanto los grupos musculares, como el movimiento, la velocidad y el tiempo de aplicación de la prueba deben ajustarse lo máximo posible a las características del gesto específico, de forma que los resultados sean representativos del tipo de fuerza que se requiere en una especialidad concreta. Pero no siempre es posible realizar pruebas en los condiciones próximas a las de competición, para ello se necesitan determinados instrumentos específicos. Si queremos acercarnos a la solución de este problema, debemos hacer una buena selección de tests y tratar de establecer las correlaciones de cada uno de ellos con los rendimientos específicos.

Figura 6.2 A Fuerza, velocidad y potencia según el tipo de activación muscular. Las curvas roja (fase concéntrica) y amarilla (fase exc éntrica) indican la relación entre la fuerza y la velocidad. La línea verde claro indica la potencia, positiva o negativa según la activación. La máxima potencia concéntrica se alcanza a velocidades próximas al 30% de la velocidad absoluta.

Fuerza

Velocidad

Activación concéntricaActivación excéntrica

Activación isométrica

+- 0

Potencia

6.3 Métodos para la medida de cada cualidad / capacidad La medición de la fuerza la podemos hacer por las tres vías que se indican en la figura 6.3.

Figura 6.3 Vías a través de las cuales podemos medir la fuerza y la potencia y aplicaciones fundamentales de cada una de ellas Ahora bien, qué es lo que tengo que medir en mi deporte. Pues lo que hay que tener en cuenta es lo siguiente: § Sólo tengo que medir lo que explique una suficiente varianza del rendimiento

específico § Se pueden utilizar los datos de varias mediciones (tests) que conjuntamente

expliquen una varianza mayor, aunque algunas de ellas individualmente no tengan una alta relación con el rendimiento

§ Lo importante es si los cambios en una variable medida vienen acompañados por los cambios en el rendimiento

§ Si esto no se cumple, significa que lo que medimos y el rendimiento son dos entidades diferentes

Medición

Isométrica Isoinercial: pesoslibres.

Acción concéntricay CEA (saltos)

Isocinética:AccionesConc. y Excén.

Pico máximoIMF (F. Expl. Isom.)TiempoResistencia a la fuerza

Fza. Din. Máx (1RM)Fza. Din. Máx. Relat.IMF (F. Expl. Dinám.)TiempoResistencia a la fuerzaDéficit de fuerzaVelocidadPotencia

Valores isómétricosMomento de Fza.PotenciaIMFResistencia a la fuerza

6.3.1 Método isométrico Este método consiste en realizar una activación muscular voluntaria máxima contra una resistencia insalvable. Se pueden utilizar aparatos especialmente diseñados para ello o procedimientos más "caseros". Entre los primeros están las células de carga (galgas extensiométricas o piezoeléctricas), colocadas en plataformas dinamométricas o en otros tipos de transductores de fuerza, y las máquinas isocinéticas. Entre los segundos estarían los pesos libres utilizados con cargas progresivas hasta llegar a una resistencia imposible de desplazar. Con los primeros se obtiene más información y más precisa que con los segundos. Realización: Si se utiliza una maquinaria electrónica, este test se realiza de dos formas: a) con una activación progresiva hasta llegar al pico máximo de fuerza; b) con una activación muscular muy rápida, tratando de alcanzar la máxima fuerza en el menor tiempo posible. En el primer caso sólo se puede tener en cuenta la fuerza isométrica máxima alcanzada. En el segundo también se puede e interesa medir los distintos niveles de fuerza alcanzados en relación con el tiempo, lo que nos permite conocer aspectos tan importantes para el entrenamiento como la fuerza producida en los primeros 100-150 ms, en los que se alcanza la fuerza explosiva máxima. La instrucción que se proporciona al sujeto puede tener importancia, pues se ha observado que la máxima producción de fuerza por unidad de tiempo (fuerza explosiva máxima) es mayor si se le dice al sujeto que haga la contracción "a la mayor velocidad posible" que si se le dice que la haga "lo más fuerte y rápido posible" (Sahaly y col., 2001). Es decir, si el objetivo es medir el pico máximo de fuerza isométrica, se debe insistir en que haga la contracción "lo más fuerte posible", pero si se busca obtener la máxima fuerza explosiva, hay que decir que la contracción se haga lo más rápidamente posible. Esto viene a añadir una dificultad más a la medición isométrica, y es que difícilmente se puede conseguir en la misma activación el pico máximo de fuerza y la máxima pendiente. El tiempo de activación para asegurar que se alcanza la fuerza máxima debe ser de unos 3-4 segundos, aunque en algunos tipos de medición puede ser suficiente bastante menos tiempo, y se deben realizar de 2 a 5 intentos. El tiempo necesario para alcanzar el pico máximo de fuerza (PMF) varía en función de cuál es el valor absoluto del mismo. A mayor PMF más tiempo es necesario para alcanzarlo, generalmente. Es difícil determinar el comienzo exacto de la aplicación de fuerza, así como cuándo se alcanza el primer pico de máxima fuerza. Por eso, Hakkinen y col.(1984) proponen que se tomen los datos solamente entre el 10 y el 90% del pico máximo. De esta manera, la valoración de la fuerza explosiva será más fiable y podremos analizar con mayor seguridad la C. f-t en distintas fases de la misma. Como PMF se tomará el máximo, pero no se considerará para hacer cálculos de la relación fuerza-tiempo (fuerza explosiva).. Si queremos comparar los datos en distintos momentos del ciclo de entrenamiento, es importante mantener el ángulo de ejecución en todas las pruebas.

Cualidades / capacidades medidas: La fuerza medida a través de una activación muscular isométrica máxima realizada con la mayor rapidez posible proporciona los siguientes datos: § Fuerza isométrica máxima (FIM). § C. f-t., con todas las características de la misma, ya conocidas, y el tiempo de

relajación. (figura 6.4). El tiempo de relajación aumenta, es decir, la relajación es más lenta, empeora, después de la fatiga (Hakkinen, 1990). El tiempo de relajación puede ser útil en aquellos deportes que necesitan una rápida interrupción de la activación. El índice de máxima relajación puede ser medido durante la fase posterior a la tensión máxima, y será el tiempo necesario para reducir la activación hasta distintos porcentajes del valor absoluto del pico máximo de fuerza.

Figura 6.4. Medida de la fuerza isométrica máxima y el tiempo de relajación (Hakkinen, 1990a) En un test realizado por nosotros con un medidor de la fuerza de prensión de la mano (Handgrip) podemos observar algunas de las características más importantes que se dan en la producción de la fuerza máxima isométrica cuando ésta se trata de alcanzar en el menor tiempo posible En la figura 6.5 tenemos tres tests de fuerza isométrica máxima realizados con un dinamómetro que mide la capacidad de prensión de la mano. El tiempo de recuperación entre intentos es de un minuto. De esta primera figura se puede sacar la siguiente información: 1 minuto de descanso entre intentos puede ser suficiente para manifestar en cada uno de ellos la fuerza isométrica máxima; el pico máximo de fuerza se alcanza antes de los dos segundos y se mantiene durante muy poco tiempo. Estas son características de este sujeto y de este test, pero no deben estar muy lejos de lo que ocurre en la generalidad de los casos.

Figura 6.5 Curvas F-t de un test de fuerza isométrica máxima con tres intentos separados por un minuto de recuperación (el tiempo de recuperación en la escala no es real) (Gorostiaga y González-Badillo, datos no publicados) En la figura 6.6 se representa la primera de las curvas en diferente escala en el eje de abscisas. Los datos se registran a partir del momento en el que el sujeto ha producido una fuerza de 20 N. El tiempo comienza a contar a partir del momento en el que el instrumento de medida emite un sonido (bip). El handgrip realiza una medición de la fuerza producida cada 10 ms. Los datos más relevantes de esta curva son los siguientes: Fuerza máxima........................................................................................ 499 N Tiempo de reacción................................................................................. 0,32 s Tiempo hasta el 70% de la Fuerza isométrica máxima......................... 0,12 s Incremento de la fuerza por unidad de tiempo hasta llegar al 70% (fuerza explosiva hasta el 70% de la FIM)............................................................... 2774 N/s Momento en el que se produce el máximo incremento de fuerza......... 40 ms Incremento máximo de fuerza por unidad de tiempo........................ 4215 N/s Fuerza alcanzada en el momento de producirse el máximo incremento de fuerza............................................................................... 136 N Tanto por ciento de la FIM que representa la fuerza alcanzada en el momento de producirse la máxima fuerza explosiva................... 27,2% La fuerza máxima se alcanzó a los 980 ms. En los dos intentos siguientes se necesitaron 990 ms para producir 473 y 500 N de fuerza máxima. Parece, por tanto, que en este tipo de tests se necesita un tiempo muy corto para desarrollar la máxima fuerza. El tiempo de reacción es el tiempo pasado desde que suena el "bip" hasta que se alcanzan los 20 N de fuerza. El incremento de la fuerza por unidad de tiempo hasta el 70% es una forma de medir la fuerza explosiva. Este porcentaje de la fuerza isométrica máxima se alcanza en un tiempo

próximo a los 100 ms, concretamente, en este test se necesitaron 120 ms en el primero y 110 ms en el segundo y tercer intento. El incremento de fuerza por unidad de tiempo hasta alcanzar el 70% fue de 2744 N/s, 3133 N/s y 3128 N/s, respectivamente. Como norma general, y a efectos prácticos, sería adecuado tomar como medida de fuerza explosiva o IMF (índice de manifestación de fuerza) el incremento de la fuerza por unidad de tiempo en 100 ms. El momento en el que se produce el máximo incremento de fuerza por unidad de tiempo (medido cada 10 ms) nos indica cuál es la fuerza explosiva máxima (IMF máximo), que en este intento se produjo en el intervalo comprendido entre los 30 y 40 ms, y la fuerza ejercida en ese momento era de 136 N, es decir, el 27,2% de la fuerza isométrica máxima. En los otros dos intentos la fuerza desarrollada en el momento de alcanzar la máxima fuerza explosiva fue de 221 N (46,6% del máximo) y 144 N (28,8% del máximo). En la literatura que trata sobre estos datos se estima que la fuerza explosiva máxima se produce cuando se desarrolla aproximadamente el 30% de la fuerza isométrica máxima. En este test se ha producido en unos márgenes próximos al 30%.

Figura 6.6 Curva de f-t con la escala del eje de abscisas ampliada del primer intento de la figura 6.3 del test de fuerza isométrica máxima realizada con el handgrip (Gorostiaga y González-Badillo, datos no publicados) Otra aplicación muy importante que tiene el estudio del comportamiento del deportista a través de la C. f-t es la que se relaciona con la medición de la fatiga y las características de la recuperación después de una carga determinada. En la figura 6.7 tenemos los resultados gráficos de un test en el que se mide en primer lugar la fuerza isométrica máxima (FIM) en reposo (B-1), inmediatamente después se realiza un test en el que se trata de mantener una fuerza del 70% de la FIM medida anteriormente el mayor tiempo posible hasta el agotamiento (este gráfico no aparece en la figura); después de 30 s de recuperación se vuelve a realizar otro test de FIM (B-2), y a continuación, con intervalos de 1 m de recuperación, se van realizando nuevos tests de FIM (desde B-3 a B-6). Los datos derivados de estos tests son los siguientes:

T (s) t (s) Test F (N) reacción para 70% F/t (N/s) _______________________________________________________ B-1 484 0,31 0,12 2608 B-2 359 0,35 1,36 233 B-3 412 0,35 0,40 802 B-4 436 0,32 0,29 1098 B-5 444 0,36 0,22 1435 B-6 451 0,33 0,20 1557 _______________________________________________________ La información más relevante de estos datos está en la diferencia en el ritmo de recuperación de la FIM y las expresiones de fuerza explosiva, tanto si ésta es la máxima como si se considera el tiempo necesario para alcanzar el 70% de la FIM. A los 4 minutos de haber realizado el test de fatiga –a pesar de haber estado realizando cinco tests de FIM durante ese tiempo– se ha recuperado el 93,18% de la FIM inicial (451 N frente a 484 N); mientras que el tiempo necesario para alcanzar el 70% de la FIM de cada intento –a pesar de que los valores máximos de éstas han sido inferiores al de la inicial– todavía es un 66,6% mayor que en reposo (0,20 s frente a 0,12 s). Por otra parte, la fuerza explosiva máxima medida en intervalos de 10 ms se encuentra todavía en el 59,7% de la inicial (1557 N/s frente a 2608 N/s). El conocimiento de estos datos, como ya hemos venido comentando a través del texto, son de gran importancia para la organización de las cargas de entrenamiento, según los objetivos de las mismas.

Figura 6.7 Evolución de la recuperación de la fuerza isométrica máxima después de un test de fatiga (ver texto para más aclaración) (Gorostiaga y González-Badillo, datos no publicados)

Relación entre las mediciones isométricas y el rendimiento Las medidas isométricas suelen ofrecer buena fiabilidad. Se han ofrecido coeficientes de correlación intraclase (CCI) que oscilan entre 0,85 a 0,99 (en Abernethy y col., 1995).

Para que sea útil como predictor, su aplicación debe hacerse en el ángulo en el que se produce el pico de fuerza en el gesto específico (Sale, 1991). La variación de ángulos en la medición puede introducir discrepancias en los resultados. Los tests isométricos de press de banca realizados en un ángulo de 90º en los codos correlacionaron significativamente con 1RM y el 15, 30 y 60% de 1RM, pero cuando se hicieron a 120º no se relacionaron con ninguna de las demás medidas (Murphy y col., 1995) El valor de FIM es buen indicador de la fuerza máxima, pero su relación con el rendimiento dinámico es cuestionable. La variedad en los ángulos de medición puede explicar que exista tanta discrepancia en los estudios que tratan de encontrar relación entre la fuerza medida isométricamente y el rendimiento deportivo. En la mayoría de los casos no se encuentra relación importante entre la fuerza isométrica y el rendimiento en régimen dinámico.

De las revisiones de Wilson y col., 1996b, Abernethy y col, 1995, Baker y col., 1994, Murphy y col., 1995 y Murphy y Wilson, 1996 destacamos las siguientes relaciones observadas entre el pico de fuerza isométrica máxima (FIM), la producción isométrica de fuerza en la unidad de tiempo (fuerza explosiva isométrica) o índice de manifestación de fuerza isométrico (IMFI) y el rendimiento en acciones dinámicas:

§ La FIM y el pico de potencia en 6” en cicloergómetro presentó una relación de 0,38

antes del entrenamiento de la fuerza isométrica, pero bajó a 0,03 después del entrenamiento. Esto parece indicar que los factores determinantes o responsables de la mejora de la FIM y del test dinámico son muy distintos.

§ Se ha observado: - Falta de relación significativa con la velocidad en 30 metros - Mejora en 1RM (o en porcentajes intermedios) sin mejora de FIM - Mejora de FIM pero no del salto vertical (después de 16 semanas de

entrenamiento) § En un test de piernas de 1RM y de FIM se observó sólo un 32% (r = 0,56) de

varianza en común § La FIM en extensión de rodilla sentado no se modificó de manera significativa a

pesar de un gran aumento en la RM en sentadilla § Los cambios en la altura del salto vertical no correlacionaron con los cambios en los

tests isométricos

Por otra parte, sólo aproximadamente en la mitad de los estudios revisados la fuerza isométrica máxima fue capaz de discriminar entre deportistas de diferentes niveles de rendimiento (Wilson y Murphy, 1996). Esto significa que la fuerza isométrica puede perder importancia a medida que mejora el rendimiento. En cuanto al IMFI las observaciones indican lo siguiente:

§ Aunque hay discrepancias en los resultados, la fiabilidad en la medición del IMFI es

la medida menos fiable de todas las mediciones isométricas § El aumento del tiempo de medición no parece modificar la fiabilidad § Es necesario tener experiencia, y las instrucciones, como hemos indicado, pueden

modificar los resultados § Cuanto mayor es la pretensión inicial, menor será el IMFI alcanzado. Éste es un

factor importante a tener en cuenta cuando se lleven a cabo mediciones isométricas. La pretensión inicial debe controlarse y mantenerse en las mismas condiciones si se quieren comparar sucesivas mediciones de los mismos sujetos

§ Cuanto mayor sea el porcentaje de fibras FT mayor será el valor del IMFI § El IMFI se considera más importante para el rendimiento que la FIM § Se ha observado que la medición del IMFI en extensión de rodilla no es efectiva

para discriminar deportistas § El ángulo en el que se mide la FIM tiene relación con la fiabilidad del IMFI, la

relación con los resultados deportivos y la sensibilidad a los cambios § Se propone que los distintos efectos y relaciones observados con respecto al ángulo

de medición se debe a diferentes modelos de reclutamiento según el ángulo en que se mide y a los cambios en las propiedades mecánicas del músculo en cada posición

Las razones que explican las discrepancias entre las mediciones isométricas y dinámicas se considera que son de tipo estructural, neural y mecánico Factores estructurales (Baker y col., 1994) § La fuerza muscular puede ser específica para el movimiento. Las medidas de la

fuerza isométrica en extensión de rodillas sentado, incluso en distintos ángulos, no llega a explicar el 40% de la varianza de la sentadilla

§ Incluso entre movimientos estructuralmente semejantes como el press de banca medido en isometría y dinámicamente no se encuentra una varianza común superior al 37%. Estos datos sugieren que lo que existe es una especificidad en la mejora de la fuerza, y no una generalización de los resultados. Es decir, la fuerza adquirida de una forma concreta: tipo de activación, ángulo, velocidad, posición... no es aplicable en gran medida a otras formas de activación, ángulos, velocidad y posiciones.

§ No se ha podido comprobar que cualquier punto del rango del movimiento (punto en el que se hace la medición isométrica) sea representativo del movimiento completo (Wilson y col., 1996b)

Neurales § Hay diferencias significativas entre las mediciones isométricas y dinámicas tanto en

la frecuencia de estímulo de las UM como en el nivel de activación de la musculatura

§ El reclutamiento de UM del mismo músculo es diferente si se cambia la dirección de la aplicación de la fuerza en acciones isométricas

§ La activación muscular en acción isométrica depende de la ventaja mecánica de los músculos. Los músculos con mayor ventaja mecánica reciben un mayor "input"

neural. Esto puede ser importante, pues el punto del movimiento en el que se mide la fuerza isométrica puede no ser representativo de otros puntos del movimiento

§ La respuesta EMG (electromiográfica) difiere claramente en la flexión de codo entre acciones isométricas y dinámicas

§ El CEA tiende a modificar la activación muscular § La cocontracción es mucho más acusada en la acción dinámica que en la isométrica § Estas diferencias neurales en la activación muscular pueden explicar al menos

parcialmente la pobre relación entre tests isométricos y dinámicos. Mecánicos § Entre la FIM y, particularmente, el IMFI y la rigidez músculo-tendinosa se han

encontrado relaciones importantes: 0,72 con el IMFI y 0,63 con la FIM, pero muy escasas con las acciones excéntricas (de 0,15 a 0,27) y con la acción concéntrica máxima (0,38) (Wilson y col, 1996b)

§ Otros aspectos, como el posible efecto de la elasticidad en las acciones dinámicas que incluyen un CEA no parece que esté presente de manera significativa durante las acciones isométricas (Baker y col., 1994)

En definitiva, todos estos datos parecen indicar que las acciones isométricas y dinámicas son dos fenómenos fisiológicamente diferentes. Esto nos lleva a concluir lo que sigue:

§ Los mecanismos que contribuyen a la mejora de la fuerza dinámica no parecen

relacionados con los que contribuyen a la mejora de la fuerza isométrica § Las mediciones isométricas no parecen sensibles a los cambios inducidos por las

acciones (adaptaciones) dinámicas. § Todo esto indica que:

- Las adaptaciones son específicas - Los tests isométricos pueden no ser válidos para controlar las adaptaciones

neuromusculares producidos por los ejercicios dinámicos § Por tanto, la generalización de la función muscular parece no existir y, por ello,

los resultados de una medición (test o competición) tienden a depender de la similitud neural, mecánica y estructural entre la actividad realizada como entrenamiento y el tipo de rendimiento medido.

6.3.2 Método isocinético Consiste en realizar activaciones musculares concéntricas y excéntricas, en las que la velocidad permanece constante durante la mayor parte del recorrido. Las activaciones isocinéticas sólo pueden realizarse con máquinas electrónicas especiales. Su utilidad está limitada por el coste del material y por ciertos problemas que presenta el propio sistema de medida. En la fase inicial del movimiento es necesaria una aceleración en el desplazamiento angular de la articulación que está siendo sometida al test, hasta que se alcanza la

velocidad establecida de antemano y ésta queda regulada, fijada, por el mecanismo de control de la máquina. A altas velocidades, el tiempo para obtener la fase isocinética es muy alto, por lo que sólo una pequeña fase del recorrido es, realmente, isocinética. Asociado a la alta velocidad está también el "choque" que se produce al "frenar" la máquina, de manera brusca, el movimiento de un miembro de la articulación medida, con la consiguiente oscilación en el registro de la fuerza. Por tanto, parece que un método isocinético no es muy apropiado para medir fuerzas a altas velocidades. De aquí se deduce que el pico de fuerza máxima siempre vendría expresado más tardíamente que si desde el primer momento se pudiese aplicar la máxima fuerza. Esto también va a influir en el ángulo en el cual se produce dicha fuerza. Según estos planteamientos, estas máquinas tendrían una aplicación más apropiada con velocidades muy bajas y con activaciones isométricas, que también se pueden realizar con ellas, en distintos ángulos. En algunos casos, están equipadas para realizar pruebas de activación excéntrica máxima, lo que probablemente sería de utilidad, aunque creemos que en un segundo plano. Las principales ventajas de este sistema de medición son que permite comparar músculos agonistas y antagonistas, permite medir acciones isométricas, concéntrica y excéntricas y se pueden comparar los miembros entre sí (desequilibrios). Según P Kannus (1994), las mayores desventajas de las mediciones isocinéticas se deben a que es un movimiento no natural. Si se realiza entrenamiento con este tipo de movimiento el efecto es muy específico, por lo que será de pobre aplicación a otros movimientos. La medición y entrenamiento se hace en articulaciones aisladas, por lo que nos encontraremos muy lejos de poder aplicar sus resultados a acciones en las que interviene una cadena cinética multiarticular compleja. Las investigaciones han mostrado que los datos generados por las mediciones isocinéticas están afectados frecuentemente por notables niveles de errores de medida. En la medición del momento de fuerza máximo es el que menos error se ha observado. A medida que el ángulo de medición se acerca a los extremos el error aumenta. Cuanto mayor es la velocidad menor es la fiabilidad. La medidas en flexión son menos fiables que en extensión. Todo esto viene a sugerir que los resultados de las mediciones isocinéticas deben usarse con precaución (Gleeson y Mercer, 1996) Cualidades / capacidades medidas: Con las salvedades apuntadas, las pruebas isocinéticas podrían ofrecer datos sobre: § C. f-t, con todos los valores relacionados con la misma. § Fuerza isométrica máxima en distintos ángulos. § Fuerza dinámica máxima relativa a distintas velocidades. § Pico de potencia. § Curvas de fatiga. Por la repetición del mismo ejercicio durante un tiempo determinado

o sin límite. Con la pretensión de superar las deficiencias de las máquinas isocinéticas, S. Lupo y otros (1992) presentan un instrumento específico para la valoración funcional del deportista,

proyectado por el Instituto de Ciencias del Deporte de Roma, del profesor Dal Monte, y que denominan "ergómetro isodinámico polifuncional". Está dotado de un motor que le permite el movimiento. Sus características, según los autores del artículo, son: § Velocidad de rotación de 0 a 14400/s § Valoración de la cadena cinemática muscular completa § Valoración de dos articulaciones al mismo tiempo § Movimiento cíclico a 3600 § Fase de aceleración precedente a la ejecución del test determinada por el motor de

la máquina § Movimiento de la cadena cinemática a velocidad constante durante toda la

duración del test § Fase de deceleración posterior a la ejecución del test determinada por la máquina § Medida del pico de fuerza, de la máxima fuerza media expresada en un

movimiento simple y de la fuerza media de todo el test § Los mismos datos anteriores referidos a la potencia § La C. f-v con un recorrido similar al del modelo teórico de Hill

Este ergómetro ha sido proyectado para ser utilizado con las articulaciones superiores e inferiores por separado o con todas al mismo tiempo. Es un ergómetro "activo", dotado de un motor propio, que permite el movimiento, y, por tanto, no está limitado por la capacidad funcional del deportista examinado, ya que mantiene la velocidad a utilizar. 6.3.3 Métodos de medida a través de activaciones concéntricas con pesos libres o máquinas (métodos isoinerciales). Estos métodos los vamos a dividir en tres grupos: 7.3.3.1 Pesos libres sin instrumentos adicionales de medida 7.3.3.2 Pesos libres medidos con el instrumento de medición lineal de fuerza "Isocontrol” 7.3.3.3 Plataformas de fuerza 6.3.3.1 Pesos libres sin instrumentos adicionales de medida Es el sistema más habitual, sencillo y barato de medir la fuerza, aunque sólo puede proporcionar información sobre valores de fuerza dinámica máxima expresados en kilogramos desplazados en sentido vertical, generalmente. El resultado de estos tests también se conoce como “una repetición máxima” (1RM). Teniendo en cuenta que pocas veces podemos medir la fuerza isométrica máxima, y mucho menos la excéntrica, la medición o la estimación de este dato puede ser útil tanto para la programación del entrenamiento como para su control. Los ejercicios utilizados para medir 1RM en la mayoría de los deportistas no deben exigir una técnica compleja. Ejercicios de técnica simple:

Sentadilla completa: Cualidad medida: Fuerza máxima de los extensores de las piernas y caderas en el movimiento descrito a continuación. Realización: Flexión profunda de las piernas, hasta sobrepasar la horizontal del muslo con respecto al suelo, y extensión inmediata completa de las piernas. La mayor o menor flexión depende de la flexibilidad del sujeto, pero siempre ha de ser la suficiente como para que el muslo pase de la horizontal indicada. La barra puede colocarse por detrás de la cabeza o apoyada en los hombros, por delante de la cabeza. Se va cargando la barra progresivamente, desde el 40-50% de la mejor marca personal, con 10, 15 ó 20 kg. en cada serie, según el récord del deportista, hasta llegar al 90% aproximadamente; a partir de aquí, la progresión es de 5 en 5 kg.; en las últimas series puede incluso hacerse de 2.5 en 2.5 kg. Es necesario controlar el tiempo de recuperación entre series, que oscilará entre 3 y 5 m. A medida que se aumenta la resistencia (peso), la recuperación entre intentos será mayor. Las repeticiones por serie serán de 5 a 1. Van disminuyendo progresivamente a medida que aumenta la resistencia externa. Se aumenta la carga hasta que se falla. El peso fallado, si se ve la posibilidad de realizarlo, se puede intentar una segunda vez. La medición de 1RM en el ejercicio de sentadilla sólo debe aplicarse en la práctica a deportistas muy habituados al entrenamiento de fuerza y si tienen, además, importantes necesidades de fuerza dentro de su especialidad. Para la mayoría de los sujetos será suficiente hacer una estimación de la RM a través de la medición de la velocidad y la potencia (para esto sería necesario disponer de la instrumentación adecuada) o del peso con el que pudieran hacer cinco o seis repeticiones como máximo. En este caso, el sujeto realizará series de cuatro repeticiones con pesos progresivos hasta que llegue a una resistencia con la que se estime que, según la dificultad con la que se ha levantado el último peso, lo más probable es que se pudieran hacer con dicho peso unas cinco o seis repeticiones. Si se dan estas condiciones, el peso levantado representaría de manera muy aproximada el 85% de 1RM. Una vez conocido el 85% se puede calcular el 100% (1RM). Esta aproximación es suficiente para dosificar el entrenamiento en la mayoría de los sujetos. No debemos olvidar que la mejor referencia para dosificar el peso es la dificultad con la que se realiza cada intento (repetición), más que el porcentaje teórico que representa sobre una probable RM. Press de banca: Cualidad medida: Fuerza máxima (1RM) de los extensores de los brazos, de los músculos pectorales y del deltoides anterior en el movimiento descrito a continuación.

Realización: Tendido supino sobre un banco, manos separadas a una anchura ligeramente superior a lo de los hombros, flexión profunda de brazos y extensión inmediata. Debe determinarse si el test se hace con una breve parada (1-2 segundos) o no de la barra cuando ésta toca levemente el pecho. La progresión es semejante a la sentadilla. Se puede añadir alguna variante de este ejercicio en posición específica y para grupos musculares concretos. La medición de 1RM en este ejercicio es menos problemática que en el anterior, pero tampoco sería estrictamente necesaria para la mayoría de los deportistas. Las mismas normas indicadas para los dos ejercicios descritos podrían ser aplicadas para la medición de otros como extensión vertical de los brazos (“hombros”), flexión de codos en posición vertical (“bíceps”), extensión de codos en tendido supino o en otras posiciones (“tríceps”), ejercicios de tracciones y aducciones (“dorsales”, “aductores”) y otros. La utilización de cada uno de ellos dependerá de las características y necesidades del deporte o especialidad practicada. Ejercicios de técnica compleja Los ejercicios complejos son aquellos que implican un mayor número de grupos musculares y su realización exige al menos un dominio mediano de su técnica. Entre ellos, los más fáciles y usados son la arrancada de fuerza y cargada de fuerza. Arrancada de fuerza Cualidad medida: Fuerza y potencia conjunta de los músculos de las piernas y la espalda. Es un ejercicio que refleja la potencia y la fuerza explosiva del conjunto de los grandes grupos musculares: extensores de rodillas y caderas y flexores plantares de los tobillos, así como de los erectores de la espalda y elevadores de los hombros (trapecios). Al levantar un peso máximo, la resistencia que se vence cuando la barra se encuentra a la altura del muslo, que es la zona en la que se aplica mayor fuerza, equivale de forma aproximada al 40% de la fuerza isométrica máxima en esa posición. Esto quiere decir que la potencia que se puede desarrollar es muy alta. Este ejercicio es, junto con la cargada de fuerza, uno de los ejercicios de entrenamiento que mayor potencia permite desarrollar. Pero para que se produzca este efecto es necesario que se posea una técnica aceptable. Por esta razón, si la técnica es muy deficiente, la utilidad de estos ejercicios para la medición de la fuerza con 1RM puede no ser muy significativa, pues la aplicación (transferencia) sobre el rendimiento viene generalmente por la ganancia de potencia (mayor aplicación de fuerza y mayor velocidad ante la misma resistencia), más que por la capacidad de levantar más peso “lentamente”.

Por tanto, no nos parece válida la idea de que "si no se levanta bien (técnicamente) es mejor", porque así se tiene que realizar mayor esfuerzo, y, por tanto, más fuerza se desarrolla. Un movimiento de este tipo mal realizado no permite manifestar el mismo porcentaje de fuerza, no entrena la fuerza explosiva y los principales grupos musculares responsables del ejercicio dejan de ser las piernas y el tronco para desviarse hacia los brazos. Realización: La barra se levanta desde el suelo (tarima) hasta la extensión completa de los brazos por encima de la cabeza, sin parada intermedia. También se puede realizar comenzando el movimiento desde la altura de las rodillas (“arrancada de fuerza colgante”). La descripción de la técnica de este ejercicio está fuerza de los objetivos de este módulo. Si es desconocida para el lector, debería consultar un texto especializado en estos temas. La progresión del test se realiza de igual manera que con la sentadilla, aunque las repeticiones por serie son de 3 a 1. Un sujeto con una técnica aceptable (tomando como referencia para la valoración de su calidad el ritmo de ejecución y la velocidad de la barra) puede alcanzar la máxima potencia con un peso próximo al máximo que pueda levantar en el ejercicio. Por eso, este ejercicio se puede considerar como de máxima potencia. Cargada de fuerza Todo lo expuesto en la arrancada es válido para este ejercicio. La diferencia fundamental entre ambos está en que la cargada de fuerza se realiza con más peso. En cuanto a la técnica, sólo se diferencian en que las manos en el agarre de la barra están más juntas que en la arrancada, y en que la barra sólo se levanta hasta los hombros. Un sujeto medianamente experto consigue la máxima potencia en este ejercicio con cargas próximas al 90% del máximo peso que sea capaz de levantar. Consideraciones sobre algunas mediciones de 1RM La información que nos proporciona 1RM realizada sin ningún instrumento o incluso con instrumentos tiene las siguientes características y aplicaciones § 1RM verdadera, es decir, que realmente refleje la máxima fuerza dinámica en el

ejercicio medido, es una acción muscular próxima a la acción isométrica § Por esta razón, no es extraño que su relación con el movimiento a alta velocidad sea

pequeña § Como hemos adelantado, la RM en ejercicios de técnica simple debe limitarse a

sujetos muy entrenados y con grandes necesidades de fuerza por las siguientes razones: - Esta medida con sujetos no expertos no es fiable

- Entraña un riesgo, sobre todo en sentadilla, que no merece la pena correr - No es necesaria, porque se puede sustituir por el procedimiento indicado en

páginas anteriores De la revisión de Abernethy y col., (1995) se deducen las siguientes observaciones:

§ La RM posee una mayor generalización / validez externa / aplicación que los tests

isométricos e isocinéticos § Su fiabilidad es alta: CCI = 0,92 a 0,98. Aunque puede variar con el tipo de ejercicio § Se ha observado un error estándar de medida (EEM) muy bajo en sentadilla con

pesos libres: EEM <3%. El EEM en press de piernas (máquinas) osciló entre 2 y 9,8%

§ Entre el IMFI y el lanzamiento sentado se encontró una relación igual a 0,38, mientras que en un test con el 30% de 1RM en press de banca y lanzamiento sentado la correlación llegó a 0,86.

6.3.3.2 Pesos libres medidos con el "Isocontrol" Al realizar los tests con pesos libres, nos podemos acercar bastante a la situación real de competición, lo cual es muy positivo, pero nos quedamos escasos de información. Cuando utilizamos máquinas isocinéticas, tenemos más información, pero nos alejamos mucho de las condiciones que se dan en los movimientos explosivos, los más frecuentes en las actividades deportivas. Con el dispositivo electrónico de medición lineal de fuerza concéntrica, denominado “Isocontrol”, se pueden conseguir los mismos datos que con los pesos libres y, además, otros relacionados con la velocidad, fuerza y potencia desarrolladas durante el ejercic io. Por tanto, también se obtienen algunos de los ofrecidos por las máquinas isocinéticas, pero sin sus inconvenientes, y adaptándose mucho mejor a las características de los movimientos reales de entrenamiento. El instrumento “Isocontrol” realiza una medición directa del espacio (desplazamiento vertical, generalmente) recorrido por la resistencia en función del tiempo. La resolución de la medición del espacio es de 0,2 mm. El tiempo se mide con una precisión de reloj de 0,2 µs, con una frecuencia de 1000 Hz, por tanto se obtiene un dato cada milisegundo. El instrumento se utiliza principalmente para trayectorias verticales, con pesos libres o con máquinas. Aunque la trayectoria se desvíe de la vertical, la precisión de la medida sigue siendo alta. El instrumento posee un sistema interno de autocorrección. Según los estudios de precisión efectuados en el Instituto Nacional de Tecnología Aeronáutica (INTA) de Madrid, si la trayectoria fuera vertical, el error sería prácticamente cero, si se desvía cinco grados, el error en la distancia es del 0,38%, y si se desvía diez grados es del 1,5%. Las medidas de precisión del espacio realizadas en el INTA, comparando el "Isocontrol" con la Columna Lineal Aurki (Fagor Corporation), con una resolución de 5 µm, arrojan un error medio del 0,0061% cuando se comparan diez distancias desde 100 mm a 1500 mm.

Con 40 mediciones de una distancia de 1000 mm el error es de -0,03%. En diez mediciones con distancias y velocidades medias diferentes (0,12 a 1,99 m · s-1), el error de la aceleración media fue del 0,2342% y el de la aceleración instantánea del 0,39923%. El instrumento consta de un “Módulo Central”, que desempeña la misión de conectar los sensores de medición con el PC, de un alimentador de 24 voltios, que proporciona la alimentación para el funcionamiento del “Módulo Central” y del sensor dinámico o encóder, que consta de un cable de dos metros con un dispositivo para engancharlo a la barra. Cualidades / capacidades medidas y otras mediciones adicionales: Los datos básicos que se registran en cada una de las repeticiones medidas son los siguientes: § Velocidad Instantánea: Se obtiene calculando la primera derivada del espacio.

f(t) = (d/dt) * F(t) § Velocidad máxima: Máximo valor de velocidad obtenido en todo el

movimiento. § Velocidad media:

- Velocidad media sobre la ejecución total (m · s-1): Suma de todos los valores de velocidad dividida por el tiempo total.

- Velocidad media hasta el pico de máximo de velocidad (m · s-1): Suma de los valores de velocidad desde el inicio hasta el máximo valor de velocidad dividida por el tiempo en alcanzar dicho valor máximo.

- Velocidad media durante la fase acelerativa (m · s-1): Suma de los valores de velocidad desde el inicio hasta alcanzar el primer valor de -9,81m · s-2 de aceleración dividida por el tiempo en alcanzar este valor de aceleración.

§ Aceleración Instantánea: Se deriva de los valores de velocidad (m · s-2) § Aceleración máxima: Mayor valor de aceleración obtenida en todo el

movimiento § Aceleración media: Suma de todos los valores de aceleración dividida por el

tiempo. Se calculan tres valores distintos, siguiendo los mismos criterios que se han empleado para la velocidad

§ Fuerza: Se calcula a partir de los datos de aceleración mediante la fórmula:

F = (m · a) + (m · g). Donde F = fuerza (Newton), m = masa (kg), a = aceleración medida (m · s-2), g = constante de gravedad (9,81 m · s-2)

§ Fuerza máxima: Mayor valor de fuerza obtenido en todo el movimiento. Lo que aporta es el pico máximo de fuerza (PMF). Cuando esta medición se hace con el peso máximo (1RM), el resultado es el valor de la “fuerza dinámica máxima”. Cuando se realiza con cualquier peso inferior, todos los valores serán expresiones de “fuerza dinámica máxima relativa”.

§ Fuerza media: Suma de todos los valores de fuerza dividida por el tiempo. Se calculan tres valores distintos, siguiendo los mismos criterios que se han empleado para la velocidad

§ Los distintos valores de fuerza descritos se miden en cada repetición § Máxima producción de fuerza en la unidad de tiempo (fuerza explosiva máxima)

(N · s-1) § Potencia: Se calcula a partir de los datos de fuerza y velocidad mediante la

siguiente fórmula: P = F * V. Donde P = potencia (Watios), F = fuerza (Newton), V = velocidad (m · s-1).

§ Potencia máxima: Es el mayor valor de potencia obtenido en todo el movimiento § Potencia media: Suma de todos los valores de potencia dividida por el tiempo.

Se calculan tres valores distintos, siguiendo los mismos criterios que se han empleado para la velocidad

§ Tiempos para alcanzar los valores máximos de velocidad, aceleración, fuerza y

potencia, así como el tiempo total del movimiento § Tiempo durante el cual se ha mantenido la fuerza acelerativa, expresado en

porcentajes del tiempo total y en términos absolutos (ms) § Espacio total recorrido

A través de una de las opciones del programa, se pueden relacionar entre sí los valores máximos de fuerza, velocidad, potencia y fuerza explosiva máxima, así como con el tiempo y el espacio en el que se producen todos ellos

Cada una de las repeticiones realizadas puede analizarse individualmente, pudiendo comprobar los valores de todas las variables medidas en cada momento (cada ms) de la ejecución. Los datos se pueden exportar directamente a Excel con un solo clic de ratón En las figuras 6.8 y 6.9 se pueden observar unos ejemplos de curvas de fuerza, velocidad, potencia y producción de fuerza en la unidad de tiempo. En la figura 6.8 (parte superior) se presentan las curvas completas de un press de banca con 20 kg. (50% de 1RM medida). El tiempo total de realización es de unos 485 ms. El pico máximo de fuerza (línea azul) se produce en los primeros momentos del movimiento. La velocidad (línea roja) aumenta progresivamente hasta alcanzar su máximo entre los 325 y 250 ms. El pico de potencia (línea verde) siempre se alcanza un poco antes del pico de velocidad. En la parte inferior se ha ampliado la imagen y podemos observar que la máxima producción de fuerza (Pro. Fza.) por unidad de tiempo (fuerza explosiva máxima dinámica) (línea naranja) se alcanza a los 8 ms de iniciado el movimiento, y su valor es de 23435,5844 N · s-1.

Figura 6.8. Fuerza (línea azul), velocidad (línea roja), potencia (línea verde) y producción de fuerza en la unidad de tiempo (línea naranja). Peso: 20 kg; 50% de 1RM (ver texto para explicación) En la figura 6.9 se presentan los mismos datos. El peso utilizado es 40 kg, que representa a 1RM en este caso. La velocidad media con la que se alcanzó esta RM fue algo alta, lo que quiere decir que es probable que la verdadera RM fuera algo superior. Lo que queremos destacar en esta figura es la diferente evolución de la velocidad y la fuerza cuando se realiza 1RM, que se puede observar comparándola con la figura anterior, que se hizo con el 50% de 1RM.

Figura 6.9. Mismos datos que en la figura 6.8 pero obtenidos con 1RM (ver texto) Realización: El medidor se coloca generalmente en el suelo –aunque podría estar en cualquier punto por debajo de la barra que se va a utilizar para la medición– con el cable enganchado a la barra. El sujeto que hace el ejercicio no tiene que prestar atención al medidor, ni su realización se ve afectada por la aplicación del cable al extremo de la barra. Aplicaciones: Todas las variables medidas se pueden utilizar para realizar múltiples análisis y estudios para controlar el proceso de entrenamiento, algunos de los cuales indicamos a continuación § Análisis de todas las curvas: fuerza-tiempo, fuerza-velocidad, fuerza-velocidad-

potencia... § Estudio del déficit de fuerza, que se puede deducir de los valores de fuerza

obtenidos en cada una de las series cuando se mide el valor de 1RM. § Análisis de cualquier curva de fatiga § Análisis de las características de distintos ejercicios § Análisis de la técnica de ejecución. No se debe olvidar que la técnica no es más que

una aplicación racional de la fuerza, que genera distintos valores de velocidad y potencia

§ Análisis del grado y la dirección de los efectos producidos por el entrenamiento § Estudio de los cambios sin necesidad de utilizar un peso máximo, simplemente

comparando la fuerza, la potencia y la velocidad que se alcanza ante determinados pesos en distintos tests sucesivos.

De cada uno de estos análisis se puede sacar mucha información para determinar el estado físico del deportista y la evolución del efecto del entrenamiento, así como para la reconducción del mismo. Curvas de potencia Como ejemplo tenemos la evolución de la curva de potencia de tres deportistas en el ejercicio de sentadilla con la barra sobre los hombros, por delante de la cabeza (figura 6.10). El tiempo transcurrido entre ambos tests es de 23 días. Los datos sobre estos tests son los siguientes: Datos del gráfico del sujeto 1

Pesos (kg) 80 90 100 110 115 120 Test-1 (W) 673 701 668 432 331 Test-2 (W) 867 864 659 684 475 358

Datos del gráfico del sujeto 2

Pesos (kg) 80 90 100 110 115 120 125 130 Test-1 (W) 671 675 691 571 473 345 Test-2 (W) 739 918 794 755 635 648 568 466

Datos del gráfico del sujeto 3

Pesos (kg) 90 100 110 120 125 130 135 140 Test-1 (W) 871 799 773 784 677 561 239 Test-2 (W) 845 852 802 745 746 704 570 546

Test 1: R2 = 0.9865

Test 2: R2 = 0.9807

0

200

400

600

800

1000

70 90 110 130

Pesos (kg)

Po

ten

cia

(W)

Test-1 (W)

Test-2 (W)

Gráfico del sujeto 1

Test 1: R2 = 0.9805

Test 2: R2 = 0.9258

0

200

400

600

800

1000

70 90 110 130 150

Pesos (kg)

Po

ten

cia

(W)

Test-1 (W)

Test-2 (W)

Gráfico del sujeto 2

Test 1: R2 = 0.8615

Test 2: R2 = 0.9549

0

100

200

300

400

500

600

700

800

900

1000

80 90 100 110 120 130 140 150

Pesos (kg)

Po

ten

cia

(W)

Test-1 (W)

Test-2 (W)

Gráfico del sujeto 3 Figura 6.10. Evolución de la curva de potencia de tres sujetos después de 23 días de entrenamiento (González- Badillo, datos no publicados).

Curva fuerza velocidad Una de los posibles análisis es la C. f-v (figura 6.11). Esta curva podría enriquecerse si en el mismo día hacemos la C. f-v a través del salto vertical con contramovimiento (se estudiará más adelante) sin peso y con pesos y de la sentadilla hasta el máximo, y medimos el mejor salto con caída previa (también se estudiará más adelante), tendremos un reflejo de la evolución de distintas manifestaciones de fuerza, desde la fuerza y potencia alcanzada en un CEA intenso y muy breve, es decir, con muy poco tiempo para producir fuerza, hasta la fuerza dinámica máxima, pasando por toda una gama de expresiones de fuerza con distintos tiempos para producirla. Y con una particularidad añadida, como es la mayor (sentadilla) o menor (los saltos) fase de desaceleración en la ejecución del ejercicio.

Test 1: R2 = 0.891

Test 2: R2 = 0.9568

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

1.2

70 80 90 100 110 120 130

Pesos (kg)

Vel

oci

dad

(m

/s) Test 1

Test 2

Figura 6.11. Evolución de la curva carga-velocidad del sujeto número 1 (González-Badillo, datos no publicados). Déficit de fuerza Otro aspecto importante podría ser comprobar el déficit de fuerza actual y su evolución a través del ciclo. En este caso tomaríamos como referencia de fuerza máxima el resultado obtenido en una sentadilla o en un press de banca. Como ejemplo real ofrecemos el déficit de fuerza de uno de estos deportistas.

1ª Evaluación

2ª Evaluación

Pesos % de 1RM F (N) Déficit (%) % de 1RM F (N) Déficit (%) 120 100.0 1195 0.0 115 100.0 1144 0.0 95.8 1159 3.0 110 95.6 1109 3.1 91.7 1138 4.8 100 87.0 1044 8.7 83.3 1047 12.4 90 78.3 961 16.0 75.0 993 16.9 80 69.6 863 24.6 66.7 903 24.4

F(N) = Fuerza en Newton

Observaciones: § El valor de 1RM mejoró en 5 kg. entre la primera evaluación y la segunda, y la fuerza

máxima aplicada pasó de 1144 N a 1195 N

§ El déficit de fuerza con el 66.7% de 1RM de la segunda evaluación fue prácticamente igual que con el 69.6% de la primera, lo que indica que la capacidad para producir fuerza (903 frente a 863 N) no sólo ha aumentado ante una misma resistencia absoluta (80 kg), sino que también se mejora en términos relativos. Es decir, ante un mismo porcentaje –en este caso incluso ante un porcentaje menor (66,7% frente a 69,6%)– se consigue aplicar más fuerza relativa (mayor porcentaje con respecto a la aplicada con la RM). Esto significa que ha aumentado claramente la capacidad para producir fuerza en la unidad de tiempo (fuerza explosiva). Efectivamente, dado que la distancia recorrida en el ejercicio se puede considerar la misma en los dos tests, al aplicar más fuerza en el segundo test la velocidad en el mismo es mayor, luego el tiempo de ejecución será menor; o sea que en menos tiempo ha aplicado más fuerza (mayor fuerza explosiva). Todo lo explicado sería igualmente válido si comparamos el 75% del segundo test con el 78.3% del primero.

§ Obsérvese que con los mismos pesos, exceptuando los 100 kg, en los que pudo haber ocurrido algún desequilibrio al realizar el movimiento, siempre se aplica más fuerza que en la primera evaluación.

Otro deportista que realizó el mismo test en las mismas fechas también mejoró su fuerza máxima en 5 kg., pero su comportamiento fue diferente, ya que la fuerza explosiva empeoró. Lo podemos observar por los siguientes datos:

Test-1 Test-2 % 1RM Déficit (%) % 1RM Déficit (%)

88,9 6,5 89,3 8,1 92,6 4,1 92,9 5,1 96,3 1,9 96,4 3,0

Ante porcentajes prácticamente iguales el déficit ha aumentado. Vemos cómo detrás de dos resultados aparentemente iguales, en los que ambos deportistas han superado en 5 kg su marca, se oculta un efecto importante del entrenamiento en relación con la producción de fuerza. Esto significa que el efecto del mismo entrenamiento (o muy aproximado) sobre dos sujetos ha sido diferente. En el primer caso el efecto ha sido "más completo": se mejora el pico máximo de fuerza y la producción de fuerza en la unidad de tiempo, es decir el deportista podría estar en condiciones de mejorar sus resultados en competición, mientras que en el segundo caso podría sorprender que habiendo mejorado en igual medida la fuerza máxima, los resultados en competición fueran iguales o peores. El conocimiento de esta situación permitiría orientar de manera diferente el entrenamiento con vistas a la competición más inmediata: probablemente habría que reducir el número de repeticiones

por serie, utilizar toda la gama de porcentajes ejecutando los movimientos a la máxima velocidad y proporcionar más descanso al deportista. En las figuras 6.12 y 6.13 podemos observar el efecto de entrenamientos de diferentes características. En la figura 6.12 aparece el resultado sobre el déficit de fuerza en términos absolutos de un entrenamiento de tres semanas utilizando "Unidades de entrenamiento con porcentajes máximos I" más ejercicios pliométricos (sujeto 1) en el ejercicio de press de banca. La mejora en la fuerza máxima después de nueve sesiones de entrenamiento fue un 6%, aunque consiguiendo 1RM a 0,23 m · s-1 en el segundo test y a 0,33 m · s-1 en el primero, lo que puede indicar que en el test inicial el valor de 1RM estaba algo más lejos de su RM real que en el segundo. Los resultados del test indican que a pesar de haber aumentado el valor absoluto de 1RM, el déficit de fuerza se reduce con las cargas inferiores, y aumenta ligeramente en las cargas superiores. Este déficit es el que se produce en términos absolutos, ya que se valora tomando como referencia los kilogramos levantados en cada intento.

Figura 6.12 Cambios en el déficit de fuerza en términos absolutos (ver texto). En la ordenada déficit en %, y en la abscisa kg (gráfico de M. Gª Verdugo, 1994. Prácticas de clase) En la figura 6.13 aparece el mismo tipo de estudio, pero en este caso sobre el déficit de fuerza de un entrenamiento de tres semanas utilizando el método de "Unidades de entrenamiento con porcentajes medios II" (sujeto 2) en el ejercicio de press de banca. La mejora en la fuerza máxima después de nueve sesiones de entrenamiento fue un 11%, aunque consiguiendo 1RM a 0,27 m · s-1 en el segundo test y a 0,32 m · s-1 en el primero, lo que puede indicar que en el test inicial el valor de 1RM también estaba algo más lejos de su 1RM real que en el segundo. Como era previsible, un entrenamiento de este tipo causó un aumento de la fuerza considerable con un incremento del déficit absoluto de fuerza ante todas las cargas.

Figura 6.13 Cambios en el déficit de fuerza en términos absolutos (ver texto). En la ordenada déficit en %, y en la abscisa kg (gráfico de M. Gª Verdugo, 1994. Prácticas de clase) Ahora bien, el déficit que realmente nos indica cuál ha sido el efecto del entrenamiento en este sentido es el déficit en términos relativos, es decir, el déficit producido en relación con la nueva mejor marca actual (nuevo 1RM). De esta manera tendremos una información más exacta de lo que ha ocurrido realmente después del ciclo de entrenamiento. En la figura 6.14 podemos observar que en el primer caso (sujeto 1: Unidades de entrenamiento con porcentajes máximos I + pliométricos) el déficit se reduce con todas las intensidades: desde el 43,3% de déficit en el test 1 con el 40% de 1RM frente al 49,2% en el test 2, hasta el 3,5% frente al 3,6%, respectivamente, con el 95% de 1RM.

Figura 6.14 Cambios en el déficit de fuerza en términos relativos (método de Intensidades máx. I + pliométricos) (J.J. González-Badillo) El entrenamiento del segundo sujeto ("Unidades de entrenamiento con porcentajes medios II") produce una reducción del déficit relativo más pequeña que en el primer caso,

y sólo hasta las cargas del 70% de 1RM actual. A partir del 80% el déficit es mayor incluso en términos relativos. Los resultados se representan en la figura 6.15

Figura 6.15 Cambios en el déficit de fuerza en términos relativos (método de Repeticiones II) (J.J. González-Badillo) En las figuras 6.16 y 6.17 aparecen representadas las diferencias en porcentajes entre los déficits de los tests 1 y 2 en ambos casos. Los valores del primer test se toman como 100%, y sobre ellos se calculan los cambios medidos en el segundo.

Figura 6.16 Diferencias en los déficits de fuerza entre los dos tests expresados en porcentajes con respecto al test inicial (Int. máx. + pliométricos) (J.J. Glez. Badillo)

Figura 6.17 Diferencias en los déficits de fuerza entre los dos tests expresados en porcentajes con respecto al test inicial ("Unidades de entrenamiento con porcentajes medios II") (J.J. González-Badillo) La máxima potencia en relación con el ejercicio realizado En casi toda la bibliografía encontramos que la potencia máxima se alcanza con el 30% de la fuerza máxima, sin especificar cuál es esa fuerza máxima. En el mejor de los casos –y de manera más correcta y cierta– se dice que es el 30% de la fuerza isométrica máxima (FIM). Pero esto no es suficiente y, además, puede llevar a claros errores, como por ejemplo utilizar el 30% de 1RM en sentadilla para entrenar la máxima potencia en este ejercicio. Por tanto, dado que en pocos casos vamos a poder medir la FIM, además de que siempre nos encontraríamos con el problema de elegir el ángulo que mejor representara al ejercicio específico, lo que más nos interesa saber es cuál es la resistencia relativa (porcentaje) con la que se consigue esta máxima potencia tomando como referencia el valor de la fuerza dinámica máxima (FDM), en este caso expresado en kilogramos (1RM). Después de medir la potencia en distintos grupos de deportistas en algunos de los ejercicios de uso más habitual y que constituyen la base de la mayoría de los entrenamientos de fuerza, hemos encontrado que la máxima potencia se produce con porcentajes muy distintos de 1RM. Los datos aparecen en la siguiente tabla. Valores medios de velocidad media y % de 1RM con los que se alcanza la máxima potencia en distintos ejercicios. También se incluye la velocidad con la que se alcanza la RM en cada ejercicio (González-Badillo, JJ. 2000)

Ejercicios

Velocidad media (m/s)

% de 1RM

Velocidad (m · s -1) con

1RM

Arrancada (n = 26) 1,15 (±0,12) 91 (±5,6) 1,04 (0,09)

Cargada de fza. (n = 25) 1,09 (±0,1) 87 (±6,7) 0,9 (0,08)

Sentadilla (n = 36) 0,76 (±0,09) 65 (±7,6) 0,31 (0,07)

Press banca (n = 32) 1,15 (±0,1) 40 (±5,5) 0,2 (±0,05)

La primera observación interesante que se deriva de estos datos es que el porcentaje con el que se alcanza la máxima potencia oscila desde el 40% al 91% según los ejercicios, con sus correspondientes oscilaciones (variabilidad), que vienen expresadas por las desviaciones típicas. Por tanto, no tiene sentido pretender entrenar la máxima potencia en cualquiera de estos ejercicios utilizando el 30% de 1RM. Estos datos no están en contra de la afirmación de que la potencia máxima se alcanza con una resistencia próxima al 30% de la FIM. En efecto, estos porcentajes de 1RM con los que se alcanza la máxima potencia corresponden, de manera muy aproximada, al 30% de la FIM medida en los "puntos, momentos o ángulos" en los que se aplica la FDM (el pico máximo de dicha FDM, no la FDM media) al realizar estos ejercicios. Por ejemplo, en el press de banca la máxima potencia se alcanza con el 40% como media. Si midiéramos la FIM al inicio del movimiento (cuando se inicia la extensión de los brazos), que es donde se produce la máxima fuerza de todo el recorrido, su valor sería ligeramente superior (5-10%) al pico de la FDM, por lo que el peso que corresponde al 40% de 1RM representaría un porcentaje menor con respecto a la FIM, quedando en un valor próximo al 30%. El mismo razonamiento sería válido para todos los demás ejercicios. En segundo lugar podemos observar que a pesar de que los porcentajes con los que se alcanza la máxima potencia son muy dispares, la velocidad media es muy semejante para todos. Es sorprendente que dos ejercicios tan distintos como la arrancada y el press de banca, que alcanzan su máxima potencia al 91 y al 40%, respectivamente, lo hagan a la misma velocidad (1,15 m · s-1) y con una variabilidad también muy semejante. Por tanto, lo que tienen en común estos ejercicios y, por tanto, lo que se debe tomar como referencia para entrenar y medir la máxima potencia no es tanto el porcentaje, sino la velocidad, que como se ve debe ser muy próxima a 1 m · s-1. La desviación de la sentadilla puede venir explicada por las características de la realización: en todos los demás ejercicios se trata de acelerar el movimiento hasta el final del mismo, sin ninguna restricción, con lo que la fase de desaceleración tiende a ser más pequeña y la velocidad media mayor, mientras que en la sentadilla se evitó acelerar al máximo al final del movimiento para que la barra no se despegase de los hombros. La modificación de las instrucciones de ejecución podría modificar al alza el valor de la velocidad media y llegar muy probablemente a 1 m · s-1 como en los demás casos. Por último, debemos llamar la atención sobre la velocidad con la que se alcanza la RM y su relación con el porcentaje con el que se alcanza la máxima potencia. Cuanto mayor sea la velocidad con la RM, mayor es el porcentaje de máxima potencia. Existe una altísima correlación entre estas dos variables (r = 0,94), aunque no sea estadísticamente significativa (p = 0,06), debido al reducido número de casos (4). Estas observaciones, además de informarnos sobre las características de la producción de la máxima potencia, también indican que, según el ejercicio con el que se entrene, un mismo porcentaje significa una magnitud y un tipo de carga muy diferentes, y que para obtener el mismo efecto hay que emplear porcentajes distintos.

Curva de fatiga Si es necesario, también podemos trazar la curva de fatiga. Basta con realizar numerosas repeticiones con una carga determinada y ver la evolución de la potencia, velocidad y fuerza aplicadas. En las figuras 6.18 y 6.19 tenemos las curvas de fatiga de los mismos sujetos a los que nos hemos referido en las figuras 6.12 y 6.13. Los tests de fatiga se realizaron 5 minutos después que los de 1RM. La carga utilizada fue equivalente en ambos casos, siempre en relación con el resultado del test de fuerza máxima dinámica. En la figura 6.18 ("Unidades de entrenamiento con porcentajes máximos I" + Pliométricos) vemos cómo la fuerza relativa aplicada tiende a ser más alta que en el test inicial en las primeras repeticiones, pero progresivamente tiende a ser menor a medida que aumentan las repeticiones; es decir, no ha habido mejoras de la resistencia relativa después del entrenamiento.

Figura 6.18 Curvas de fatiga antes y después del entrenamiento (sujeto 1) En la ordenada N, y en la abscisa repeticiones (Gráfico de Gª Verdugo, 1994. Prácticas de clase) El entrenamiento de "Unidades de entrenamiento con porcentajes medios II", a pesar de haber producido un aumento más importante de la fuerza máxima dinámica, consigue mantener la resistencia relativa. El sujeto 1, en el primer test (con 60 kg de carga), tuvo una pérdida de velocidad media entre las cinco primeras y las cinco segundas repeticiones del 18%, mientras que en el segundo test (con 62,5 kg) la pérdida fue del 22%. Sin embargo, el sujeto 2 perdió el 17% en los dos tests, a pesar de que en el segundo test utilizó 65 kilogramos, cinco más que en el primero. La valoración de la resistencia ha de hacerse siempre comparando las pérdidas de fuerza, velocidad, potencia o cualquier otra variable a través de la serie de repeticiones, y estas pérdidas deben expresarse en términos relativos (porcentajes). Los cambios en la resistencia pueden medirse en términos absolutos –ante el mismo peso– y relativos –ante el mismo porcentaje–, dependiendo de los objetivos que se pretendan y de las necesidades del deporte. No obstante, tanto en un caso como en el otro, debemos

considerar que una pérdida de resistencia no se puede interpretar siempre como algo negativo. Pensemos, por ejemplo, en un sujeto que después de un entrenamiento haya mejorado mucho su potencia máxima ante un mismo peso pero que las pérdidas de potencia en términos relativos sean mayores que en el test inicial. La caída de potencia más acusada, pero si en las últimas repeticiones la potencia sigue siendo mayor, el resultado es positivo: ante la misma carga y durante el mismo tiempo es capaz de conseguir más potencia ante dicha carga.

Figura 6.19 Curvas de fatiga antes y después del entrenamiento (sujeto 2) En la ordenada N, y en la abscisa repeticiones (Gráfico de Gª Verdugo, 1994. Prácticas de clase) 6.3.3.3 Otros instrumentos de medida Schmidtbleicher (1992) presenta unos dispositivos electrónicos, utilizados en sus trabajos, con los que se pueden medir datos relacionados con la fuerza en activaciones concéntricas. Lo más destacado de estos instrumentos es que pueden aportar el IMF cuando realizamos ejercicios concéntricos, así como la fuerza isométrica máxima en la misma posición en que después trabajaremos los ejercicios concéntricos. Ver figuras 6.20 y 6.21

Figura 6.20. Instrumento para medir la C. f-t (en Schmidtbleicher, 1992).

Figura 6.21. Instrumento para medir la C. f-t en movimientos concéntricos, isométricos y excéntricos, con diferentes ángulos en las caderas, las rodillas y los tobillos (en Schmidtbleicher, 1992). A todos los instrumentos de medición de fuerza habría que añadir otros como el denominado "Pliometric Power System" (Newton y col., 1996) que consta de un encóder o medidor lineal del espacio y la velocidad al mismo tiempo que se mide la fuerza sobre una plataforma dinamométrica colocada en los pies del sujeto o debajo del banco de press de banca. Lo más característico de este sistema es que permite lanzar la resistencia al final del movimiento, con lo que se pueden estudiar los efectos de la reducción de la desaceleración. Pero a pesar de todos estos medios de medida dinámicos, en muchos casos será necesario acudir a la medición de la fuerza y la potencia mientras se realiza el ejercicio específico de competición, que es la principal referencia para darle validez a todos los demás sistemas de medida. Aquí nos podemos encontrar diferentes ergómetros que se adaptarían a bicicletas,

sistemas para remar (remoergómetros) o para palear (kayaergómetro), serie de plataformas dinamométricas para medir la fuerza en la pisada en la carrera, la fuerza ejercida al saltar o la fuerza ejercida al levantar un peso, sensores en los esquís, etcétera. 6.3.3.4 Plataforma de fuerza La plataforma de fuerza o dinamométrica se utiliza cuando se realizan ejercicios en los que la fuerza se aplica contra el suelo en una zona reducida localizada. Esto se cumple en algunos saltos y en ejercicios de levantamientos como la arrancada y la cargada. Los datos fundamentales que aporta se refieren a la C. f-t y a toda la información derivada de la misma. Mide la fuerza ejercida en los tres ejes espaciales: x, y, z, por lo que puede informar sobre fuerzas verticales y horizontales. Representa y ofrece datos sobre la dinámica total del movimiento mientras dura el contacto con la plataforma, lo que significa que es un magnífico instrumento para valorar la técnica de muchos gestos deportivos. Es un complemento ideal de las plataformas de contacto, pues proporciona información inmediata de las fuerzas que han dado origen a una determinada elevación del centro de gravedad en relación con el tiempo de contacto y la situación previa relacionada con el CEA. Tiene también la ventaja de que puede ser utilizada para medir la fuerza isométrica máxima. Si colocamos en el suelo un peso superior a nuestras posibilidades e intentamos levantarlo colocando los pies sobre la plataforma, no llegaremos a despegarlo del suelo, pero habremos manifestado nuestra máxima fuerza en esa posición. De igual manera se puede hacer colocando la barra en unos soportes, a una altura determinada, para medir la fuerza máxima estática de las piernas en distintos ángulos. También puede utilizarse en otras posiciones, como la que se muestra en la figura 6.1. 6.3.4 Métodos basados en el Salto Vertical Estudiaremos los siguientes tests: 7.3.4.1 El salto sin contramovimiento (SJ) 7.3.4.2 El salto con contramovimiento (CMJ) 7.3.4.3 El salto en profundidad (DJ) Cada uno de ellos tiene distintas aplicaciones, que iremos viendo a lo largo del texto. Para la descripción del protocolo de la realización de los saltos y para algunas de sus relaciones seguimos el texto de C. Bosco (1992): La valutazione della forza con il test di Bosco, que ya tiene una versión en español.

Uno de los instrumentos más estables para medir la capacidad de salto es la plataforma de contacto. Aunque la realización incorrecta del test puede generar errores importantes. Con ella se puede medir el tiempo de vuelo en el salto, que es transformado en una estimación de la altura de manera inmediata a través de un microprocesador. También se puede medir el tiempo de contacto cuando se hacen varios saltos seguidos o un salto en profundidad. 6.3.4.1 El SJ El SJ consiste en hacer un salto partiendo de una flexión de rodillas de 900 sin contramovimiento previo. Las manos deben quedar fijas, pegadas a las caderas. El tronco debe estar vertical, sin un adelantamiento excesivo. Las piernas deben permanecer rectas durante el vuelo, tomando contacto con el suelo con las puntas de los pies, y las rodillas estiradas. Después de tomar contacto con el suelo se pueden flexionar las piernas hasta un ángulo aproximado de 900 en las rodillas. La técnica de este ejercicio presenta dificultades, pues casi nunca se hace realmente el ejercicio sin una pequeña flexión previa de rodillas. Debe pasar un cierto periodo de aprendizaje antes de utilizarlo como test. Se admite una variación máxima en el ángulo de las rodillas de ± 20, para considerar el test como válido. Esto significa, lógicamente, que hay que disponer de un goniómetro electrónico para controlar estas desviaciones o de una plataforma dinamométrica que mida la reducción de la fuerza como consecuencia de una flexión inicial. Salvo en el caso de que las pruebas se hagan en el laboratorio, en la práctica diaria no es posible colocar el goniómetro ni hacer saltos sobre la plataforma dinamométrica cada vez que se quiere medir un salto a un grupo de sujetos. Por ello, lo más recomendable es no tomar datos sobre este test, si no hay garantías de su buena ejecución. Cualidades / capacidades medidas: § Producción de fuerza en la unidad de tiempo (estimación de la fuerza explosiva) § Capacidad de reclutamiento (figura 6.22). § Puede discriminar a los sujetos en grupos con porcentajes altos y bajos de FT

Figura 6.22. Electromiografía integrada del recto femoral y vastos lateral y medio con contracción isométrica máxima (I), contracción concéntrica isocinética (C), SJ, CMJ y DJ desde una altura de 40 cm (Vitasalo, 1982; en Bosco, 1992). Relación con rendimientos deportivos Correlaciona con el tiempo en 60 m (figura 6.23), con la carrera de 20 m en mujeres de voleibol y de baloncesto (Hakkinen, 1989), con el test de Abalakow, con el salto de longitud de parado y con el pico del momento de fuerza registrado con la máquina Cybex a velocidad de 4.2 rad · s-1 (Bosco y col., 1983; en Bosco, 1992) Si se mide el SJ con pesos adicionales progresivos utilizando una plataforma de contactos se puede obtener la C. f-v (que propiamente sería la "curva de peso-altura). La utilización de cargas, por pequeñas que sean, sólo debe hacerse si se tiene experiencia con este tipo de trabajo.

Figura 6.23. Correlación entre el SJ y el tiempo para recorrer 60 m (Bosco y Komi, 1981; en Bosco, 1992).

6.3.4.2 El CMJ El salto con contramovimiento (CMJ) se realiza por una flexión-extensión rápida de piernas con la mínima parada entre ambas fases. La flexión debe llegar hasta un ángulo aproximado de 900. Para las manos, el tronco y las piernas valen las instrucciones dadas en el SJ. La diferencia de este test con respecto al anterior está en que en este caso se aprovecha la energía elástica o el mayor momento de fuerza (Bobbert y col., 1996; Ingen Schenau y col. 1997) generada durante la fase de flexión/extensión. Por esta razón, lo normal es que la altura alcanzada en el CMJ sea mayor que en el SJ. La influencia de la elasticidad muscular se estima por la diferencia porcentual entre el SJ y el CMJ. Los valores que se suelen dar oscilan entre un 10 y un 20%, pero dadas las posibilidades de error en el SJ, cuando las diferencias son muy pequeñas nunca sabes si son reales o se deben a la propia ejecución del test. Por tanto hay que tener mucha precaución antes de tomar decisiones sobre estos resultados. Cualidades / capacidades medidas: § Producción de fuerza en la unidad de tiempo (estimación de la fuerza explosiva) § Capacidad de reclutamiento. § Reflejo del porcentaje de fibras FT § Probable reflejo de la contribución de la energía acumulada en los elementos elásticos § Coordinación intra e intermuscular

Figura 6.24. Correlación entre el tiempo en recorrer 60 m y la capacidad de salto en el CMJ en jugadores de voleibol de 16 años (Bosco, 1981; en Bosco, 1992). Relación con rendimientos deportivos

− Con la velocidad de desplazamiento (figura 6.24) − Con el test de Abalakow − Con el salto de longitud de parado

− Con el pico de fuerza obtenido en máquina isocinética a 4.2 rad · s-1 − Con el porcentaje de fibras FT de los extensores de las piernas. − Hay una alta correlación significativa (p<0.01) entre la capacidad de usar energía

elástica durante la ejecución del salto continuo del tipo CMJ y la economía de carrera realizada a baja velocidad en un tapiz rodante, medida mediante el consumo de oxígeno (Bosco y col, 1987; en Bosco, 1992).

Nosotros hemos encontrado correlaciones de 0,82 (p < 0,001) entre el CMJ y la velocidad en 30 m con jugadoras de elite de hockey hierba. El CMJ también se puede realizar con pesos adicionales, con el fin de obtener información cobre toda la curva de fuerza-velocidad. Los pesos utilizados dependerán de las posibilidades de los sujetos. Con sujetos muy fuertes y rápidos es posible llegar a pesos superiores al propio peso corporal, pero en la mayoría de los casos ni será aconsejable ni necesario llegar a esas cargas. Más adelante hablaremos sobre esto. La prueba se realiza por medio de una serie de saltos de CMJ, comenzando sin carga y añadiendo progresivamente peso a la barra hasta llegar al peso que se considere adecuado. La relación entre la elevación del centro de gravedad y el peso utilizado se representa en unos ejes de coordenadas, dando lugar a una C. f-v, que realmente sería una curva peso-altura, pero que es perfectamente válida para analizar las características de fuerza-velocidad en el salto del sujeto y su evolución con el transcurso del entrenamiento. Al mismo tiempo que se consigue determinar la C. f-v, también se puede conseguir la curva de potencia, como podemos apreciar en la figura 6.25. En este caso, un sujeto de 88 kg de peso corporal realizó saltos de CMJ con cargas adicionales desde 20 kg hasta 80 kg. La potencia se calculó a través de la fórmula P = (Pc+Pb) x 9,81 x raíz (2 x 9,81 x h) donde "Pc" es el peso corporal; "Pb" el peso adicional (el peso de la barra); y "h" es la altura del salto en metros.

Figura 6.25 Potencia medida a través del salto vertical (CMJ) con cargas En la ordenada W, y en la abscisa kg (Gráfico de Gº Vedugo, 1994. Prácticas de clase)

Cociente fuerza-velocidad Este cociente es una adaptación del "índice de Bosco", que se realiza con el SJ y con un peso adicional equivalente al peso corporal. Con este cociente se pretende hacer una comparación entre la fuerza expresada en Newton (o representada por el peso con el que se salta) y la velocidad en m · s-1 (o la altura alcanzada en el salto). Así, disponiendo sólo de una plataforma de contacto, la máxima velocidad se sustituye por la altura alcanzada en el salto sin carga (CMJ), y la fuerza por el peso utilizado en el salto, que puede ser equivalente al peso corporal u otra inferior (CMJP). La relación entre las alturas alcanzadas en los dos saltos sería el cociente buscado. La fórmula es: Cociente fuerza-velocidad = relación F/V = CMJP / CMJ Según el valor de esta relación, se determinan la características del sujeto en relación con las variables fuerza y velocidad y el efecto producido sobre ellas por el entrenamiento. Por ejemplo, si con el CMJP se realiza un salto de 15 cm. y con el CMJ sin peso de 45 cm., tendremos un índice de 0.33. Es decir, con el peso máximo utilizado se consigue el 33% de lo que se salta si no utilizamos ningún peso. Este resultado nos indica cuál es la relación F/V en un momento concreto: si el cociente es muy alto, o crece con el entrenamiento, es que estamos dando mayor énfasis al trabajo de fuerza máxima, o al menos así se manifiesta en el sujeto entrenado; por el contrario, si baja, probablemente estamos primando el trabajo de velocidad con cargas más ligeras. Además de conocer el efecto inmediato del entrenamiento, otro objetivo sería tratar de descubrir si existe una relación óptima en cada sujeto –y en cada especialidad– en el momento en que se manifiesta la mejor forma específica. También sería importante estudiar qué margen de desviaciones de esa relación óptima nos podemos permitir y sería positivo permitirse durante las fases más alejadas de la competición principal. Este cociente, por otra parte, podría ser también calculado para todos los pesos utilizados en el test, con lo que tendríamos una información más completa. Estos resultados también pueden tener relación con el déficit de fuerza. Un aumento de la fuerza (representado por el salto con pesos) sin aumento de la capacidad para aplicar fuerza ante una misma carga más ligera (propio peso corporal en este caso) sería realmente una demostración de que ha aumentado el déficit de fuerza, y por tanto que no se ha manifestado de la manera adecuada el efecto del entrenamiento. Reparemos en que no sólo hay que tener en cuenta que el cociente óptimo posea un valor determinado, sino que también hay que considerar la magnitud de los saltos con los que se consigue dicho cociente. Si se mantiene el cociente, pero el CMJP y el CMJ aumentan, creemos que el resultado del entrenamiento podría ser óptimo; pero si se mantiene el cociente y los valores de los saltos descienden, es probable que no mejore el rendimiento. Por tanto, se deben analizar las modificaciones del cociente teniendo en cuenta los cambios producidos en los dos saltos. Esto es lo que hacemos a continuación.

En el gráfico anterior se indican todas las posibilidades que se pueden dar, indicando si el efecto se puede considerar positivo o negativo. En el primer caso, los dos saltos aumentan, y el resultado siempre se puede considerar positivo, pero el cociente podría tanto subir como bajar. Por tanto, no se puede asociar la reducción del cociente con un resultado negativo. En el último caso el cociente también puede subir o bajar, pero el resultado hay que considerarlo como negativo, ya que se salta menos en todas las condiciones. En los demás casos se observa cómo el aumento del cociente puede estar asociado a efectos negativos o positivos, y los mismo ocurre cuando el cociente se reduce. Dejamos al lector los distintos casos para su propia reflexión y aplicación a su especialidad deportiva. La utilización de este índice puede ser interesante para observar la dirección del efecto del entrenamiento. El peso máximo que se debe utilizar en el CMJP no debería ser superior a aquel con el que la altura del salto fuese inferior a 13-15 cm. Esto se justifica por tres razones. En primer lugar porque al llegar a esa altura casi con toda seguridad que el sujeto ya ha alcanzado su máxima potencia en el salto, y una vez alcanzado este valor, desde nuestro punto de vista no tiene sentido aumentar mucho el peso, puesto que en un test de salto los cambios en la potencia –una vez analizado el cociente F/V– es el mejor indicador de las adaptaciones neuromusculares producidas. En segundo lugar porque alturas inferiores a las indicadas son muy poco fiables. Esto se observa en la práctica cuando vemos, por ejemplo, que con una determinada carga se saltan 12 cm y con cinco o diez kilogramos más se saltan 13 ó 14 cm. Este falta aparente de fiabilidad, debido a la ejecución –casi inevitable por el sujeto–, ha sido, además, cuantificada y corroborada. El salto vertical con contramovimiento (sin cargas adicionales)

Interpretación de los posibles cambios en el cocienteInterpretación de los posibles cambios en el cocienteCMJ peso X / CMJCMJ peso X / CMJ

CMJ peso X CMJ Resultado Cociente

+-

= += -

+/?-

ha mostrado buena estabilidad (fiabilidad) (CCI del orden de 0,9). En nuestras propias clases prácticas lo hemos podido comprobar: CCI igual a 0,96 y 0,99 para las plataformas de contacto y dinamométrica, respectivamente; y coeficientes de variación (CV) igual a 2,7 y 1,3%, respectivamente. Sin embargo, en algunos estudios se ha podido comprobar que a medida que aumenta el peso el CV aumenta claramente. Con 0 kg el CV fue del 4,3%, pero aumentó progresivamente con el peso hasta ser del 9,5% con 80 kg (Vitasalo, 1985; en Abernethy y col., 1996). Esto significa que a medida que aumentamos el peso la fiabilidad baja mucho. En tercer lugar, cuando los sujetos no son expertos, además de que la fiabilidad aún será menor, no merece la pena correr riesgos innecesarios de lesión. En la siguiente tabla damos unas orientaciones sobre la carga (peso) con la que en la mayoría de los casos se alcanzará la máxima potencia. Esta carga está en relación con lo que salta el sujeto sin peso adicional. También se indica cuál es la altura aproximada que se alcanzará en el salto cuando se produce la máxima potencia. Altura del salto (altura) y carga añadida (carga) cuando se alcanza la máxima potencia en el salto vertical en relación con el mejor salto sin carga (CMJ). (Pc = peso corporal) (González Badillo, JJ., 2000) CMJ (mejor salto sin carga) Altura (para máx. potencia) Carga (para máx. potencia)

50cm o más 20-25cm (Pc) hasta [Pc + (5 a 15kg)]

42-47cm 16-19cm [Pc - (5 a 10kg)] hasta (Pc)

<40cm 15-18cm Pc - (10 a 20kg)

Si, por ejemplo, un sujeto salta entre 42 y 47 cm aproximadamente y su peso corporal es de 75 kg, la altura con la que alcanzará su máxima potencia en el salto estará entre 16 y 19 cm aproximadamente, y la carga que estará utilizando en ese salto estará entre los 65 y los 75 kg aproximadamente. Esto sirve para orientar la evaluación del salto y también para poner de manifiesto el poco sentido que tiene que cuando se hacen saltos con carga el peso que se use sea el mismo porcentaje del propio peso corporal para todos. Para entrenar la potencia máxima en el salto, dos sujetos con el mismo peso corporal (80 kg) pero con una capacidad de salto muy diferente (40 y 50 cm) deberían utilizar cargas tan distintas, por ejemplo, como 60 kg (75% del Pc) y 85 kg (106% del Pc). Existen otros índices de fuerza-velocidad relacionados con el SJ y el SJ con cargas (Vélez, 1992). Se utilizan pesos equivalentes al 100 y 50% del peso corporal. Las fórmulas son las siguientes: Índice F-V (con el 100% del PC) = (SJ - SJPC)/SJ Índice F-V (con el 50% del PC) = (SJ - SJ50%PC)/SJ

Los cocientes deben multiplicarse por 100 Por ejemplo, según Vélez, para un saltador de altura, estos índices, en "forma", deben encontrarse alrededor de 40 y 60 respectivamente. Potencia y metabolismo anaeróbico aláctico y láctico con el CMJ continuo durante 5-30 seg. Distinguimos dos posibilidades: A) Entre 5 y 15 seg. B) Entre 30 y 60 seg. El salto de tipo CMJ, según Bosco, también puede ser utilizado para medir las características del proceso metabólico para un trabajo de una duración entre 5 y 60 seg. El ejercicio consiste en hacer el CMJ de forma continua. El ángulo de la rodilla debe llegar a 900. Si se flexiona menos, aumenta el potencial energético, debido a las condiciones de energía elástica y actividad eléctrica, por lo que no será válido como medida de potencia mecánica, pues una variación angular mínima modifica las condiciones de trabajo mecánico en las articulaciones inferiores. Si se reduce mucho el ángulo, sólo será válido para valorar la altura alcanzada, que no se mejora por la reducción del ángulo. Durante la realización de la prueba, incluso en las más largas (30-60 seg.), no se debe dosificar el esfuerzo en el tiempo, sino que desde el primer salto hay que hacerlo con el máximo empeño hasta el final de la prueba. El ritmo es de un salto por segundo aproximadamente. En sujetos altos (190 cm), se reduce un poco (13-14 saltos en 15"), y en los más bajos se aumenta (15-16). En los más altos resulta más difícil mantener el ángulo de 900. Los datos que proporciona el microprocesador son: § Número de saltos § Tiempo de vuelo § Tiempo de contacto § Potencia mecánica: Wat · kg-1 § Altura media del salto

Además, se pueden dar tiempos parciales cuando el tiempo es superior a los 5 seg. Test realizado entre 5 y 15 seg. Es aplicable a disciplinas en las que la fuerza explosiva es importante.

Para niños de 5 a 10 años se recomienda hacer sólo 5". Para jóvenes de 11 a 16 años hacer entre 10 y 15". Relación con rendimientos deportivos Correlaciona con los tests de Abalakow, con el pico máximo de fuerza, con el tiempo en 60 m y con el test de Wingate (Bosco y col. 1983; en Bosco, 1992). Cualidades / capacidades medidas: La realización de este test nos da una valoración de la capacidad de resistencia a la fuerza explosiva en pruebas de corta duración. Se mide por la comparación entre el valor del CMJ y la altura media del test de 5-15 seg. Se expresa así: h15/hCMJ. El valor de esta relación debe acercarse a 1 en deportista especialistas en deportes de fuerza explosiva. En deportistas de equipo puede estar un poco más bajo: 0.9-0.95. También se propone emplear otro procedimiento: comparar la media de los tres primeros saltos con la de los tres últimos en la prueba de 15 seg. Se expresa así: hf / hi. Aunque este tipo de medición no es muy fiable, ya que con mucha frecuencia los dos primeros saltos suelen hacerse de manera deficiente por problemas de coordinación. Por tanto, si se toman en consideración estos dos saltos, los resultados no expresarían con fidelidad la resistencia real a la fuerza explosiva. Cuanto más se acerque el cociente a uno, más alta es la resistencia a la producción de fuerza en la unidad de tiempo. La validez depende de que el sujeto haya expresado el máximo de empeño durante toda la prueba. Para comprobar que se ha hecho bien la prueba, se compara la altura media de los tres primeros saltos y el CMJ (hi / hCMJ). Los valores deben ser muy próximos; por tanto, el cociente debe ser casi igual a 1. Sin embargo, esto no refleja la realidad si se ha producido algún desequilibrio en los primeros saltos. Se puede llegar a la conclusión de que no ha habido empeño cuando esto no es cierto. Sólo para los sujetos muy expertos podría aplicarse este criterio. La prueba da información relativa, ante todo, a la capacidad de desarrollar potencia mecánica, que expresa la velocidad de utilización de fosfágenos y, parcialmente, la intervención de los procesos glucolíticos, las características elásticas del músculo, la acción refleja y la capacidad de coordinación intra e intermuscular. Es importante, antes de tomar decisiones, comprobar el empeño puesto por el sujeto en la realización de la prueba. Aunque se deben tener en cuenta las consideraciones indicadas anteriormente. Como punto de referencia para valorar los resultados, tenemos la siguiente tabla.

Valores de resistencia a la fuerza explosiva h15s / hCMJ x 100 Nivel h15s / hCMJ x 100

Deportes individuales Deportes de equipo 80 Bajo 70 90 Mediocre 80 100 Bueno 90

En la figura 6.26 tenemos la representación de la evolución del tiempo de vuelo en relación con el tiempo de contacto de un practicante de balonmano con un nivel deportivo medio. En ella parece apreciarse que el aumento del tiempo de contacto es proporcionalmente mayor que el tiempo de vuelo; es decir, cada vez necesita más tiempo para producir la misma altura de salto o algo menos. Tanto la evolución de la potencia mecánica desarrollada a través de todos los saltos como la evolución del tiempo de vuelo en relación con el tiempo de contacto pueden dar información sobre las características de los deportistas y del estado de forma física. Si hacemos una representación como la de la figura 6.26, podremos observar que la imagen que ofrecen los especialistas en deportes de fuerza-velocidad es muy distinta a los de resistencia. En el primer caso la línea de tendencia del tiempo de vuelo va por encima de la del tiempo de contacto, mientras que en los de resistencia ocurre lo contrario. Los cambios en estas dos líneas es un buen indicador de la evolución del efecto del entrenamiento y del estado de forma.

Figura 6.26 Evolución del tiempo de contacto y del tiempo de vuelo en un test de 15" de salto vertical. En la ordenada ms, y en la abscisa número de saltos (Gráfico de Gª Verdugo, 1994. Prácticas de clase) En la figura 6.27 se presenta la evolución que deberían llevar los tiempos de vuelo y de contacto a medida que se mejora la manifestación de fuerza explosiva y la resistencia a la fuerza explosiva. Estas gráficas también podrían representar las diferencias entre deportistas representantes de deportes en los que la velocidad y la producción rápida de la fuerza son determinantes y deportistas pertenecientes a deportes de resistencia.

Figura 6.27: Evolución de la fuerza explosiva y la resistencia a la fuerza explosiva medida a través del salto vertical continuo durante 15" Las líneas amarillas corresponden a sujetos poco entrenados, "lentos" o de deportes de resistencia: los tiempos de contacto son superiores a los de vuelo durante casi todo el test. A medida que se mejora el rendimiento o que el sujeto es más "rápido" cada vez hay más diferencias a favor del tiempo de vuelo y las líneas se cruzan más tarde (líneas rojas). Cuando el sujeto ha mejorado mucho o hacemos el test a un sujeto muy potente y veloz, los tiempos de vuelo siempre serán muy superiores a los de contacto (línea blanca). Esto es aplicable a cualquier tiempo de medición, desde los 15" a los 60", la diferencia será que los sujetos rápidos tendrán unas pérdidas de altura relativa mucho más acusadas que los "lentos". Test realizado entre 30 y 60 segundos Apropiado (según Bosco, 1992) para pruebas que duran entre 60 y 300", como, por ejemplo, esquí alpino, remo, piragüismo, 400-800 m en atletismo. Para estas disciplinas, la prueba de 30-60" de salto continuo representa una valoración específica tanto para conocer el estado del deportista como para la programación del entrenamiento. En nuestra opinión, conviene tener en cuenta, no obstante, la idoneidad del ejercicio al decidir aplicarlo, no solamente el hecho de que la prueba tenga una duración próxima a los tiempos indicados.

RESISTENCIA A LA FUERZA:RESISTENCIA A LA FUERZA:Tests de saltos repetidosTests de saltos repetidos

TiempoTiempode vuelode vuelo

TiempoTiempode contactode contacto

Relación con rendimientos deportivos § No se ha encontrado correlación entre el VO2máx y el valor de la potencia mecánica en

60seg. (Bosco, 1980 y White y Johnson, 1991; en Bosco, 1992) § Existe una buena correlación entre este test y el Wingate realizado durante 60"

(p<0.01). Pero el ácido láctico producido por el Wingate fue aproximadamente el doble (15.4 por 8.1 mM/l) en doce jugadores de baloncesto. Esto se debe a que parte del tiempo de ejecución del test se está en el aire, y que del tiempo de contacto, una parte es excéntrica, lo que supone un menor gasto energético. En total se realizan aproximadamente 15" de trabajo positivo y con preestiramiento.

Figura 6.28. Potencia mecánica y concentración de ácido láctico en sangre medido en nueve miembros de la selección italiana de esquí alpino durante la prueba de 60" de salto continuo realizados al nivel del mar y a 3190 m de altitud (Bosco y col., 1989; en Bosco, 1992). § La falta de una cantidad elevada de ácido láctico no debe llevar a la conclusión errónea

de que la prueba de 60" no exige un esfuerzo máximo y prolongado. La capacidad de desarrollo de potencia viene claramente disminuida durante el transcurso de la prueba (figura 6.28). En los últimos 15" no se llega ni al 60% de lo alcanzado en los 15 primeros.

§ La prueba de 60" se ha mostrado también sensible al porcentaje de fibras FT. Sujetos con alto nivel de estas fibras mostraron una potencia mayor que sujetos pobres en ellas durante los 60", pero sólo se hallaron diferencias significativas durante los primeros 15 seg.(p<0.05). (Bosco y col, 1983; en Bosco 1992))

§ En un estudio con practicantes de esquí alpino, el test de 60" resultó ser el más selectivo y discriminatorio entre todos los tests utilizados (Wingate, salto vertical, VO2

máx. y 60" de saltos continuos) para la diferenciación de los deportistas en niveles internacional, nacional y regional (White y Johnson, 1991; en Bosco, 1992)

Cualidades / capacidades medidas: Con pruebas de 30-60" se puede estimar la capacidad de resistencia a la fuerza explosiva en pruebas de 60 a 300" Permite diagnosticar y evidenciar la capacidad de potencia anaeróbica láctica, mecánica y de resistencia a la fatiga. El procedimiento para la realización del test es el mismo que el de 5-15".(ver instrucciones). Los parámetros que se usan son dos: 1) potencia mecánica, 2) altura media. El descenso de la potencia durante el ejercicio se calcula por el índice de fatiga: Índice de fatiga = potencia entre 45-60" / potencia entre 0-15" Se representa así: Índice de fatiga = P45-60 / P0-15 Tomamos la siguiente tabla como referencia para el cálculo de datos posteriores:

Periodo (s) Potencia (Wat / kg) Altura (h) (cm)

0-15 31.3 48 valor parcial periodo 15-30 28.7 43 “ 30-45 24.8 37 “ 45-60 19.3 29 “

0-60

26.1

39

valores medios para 60"

El valor del CMJ de este sujeto es de 51.2 cm La disminución de potencia o índice de fatiga ha sido: P45-60 / P0-15 = 19.3 / 31.3 = 0.62 = 62% Para ver el empeño puesto por el sujeto en el esfuerzo mantenido, se aplica el siguiente cálculo: h0-15 / hCMJ = 48 / 51.2 = 0.94 Este valor se considera como óptimo, por tanto, la prueba es válida. Esta forma de valoración del empeño es más fiable, pues toma todos los saltos durante los primeros 15 segundos. En este caso, se puede proceder a la valoración del descenso del trabajo muscular. Se utilizan dos métodos:

1) Altura media / CMJ. En este caso sería: 39 / 51.2 = 0.76 2) h45-60 / h0-15. Tendríamos entonces: 29 / 48 = 0.60 El segundo método es mucho más sensible al proceso de agotamiento, pero sólo puede ser empleado si el empeño del sujeto ha dado resultado positivo. En caso contrario, utilizar el primero. Como valores orientativos, tenemos la siguiente tabla: Valores de referencia para una prueba de 60" en los periodos de 30, 45 y 60" aplicando el primer método y multiplicando por 100 el resultado. Periodo (s) Deporte individual Nivel Deporte de equipo

70 bajo 55 0-30 80 mediocre 65 90 bueno 75

60 bajo 45 0-45 70 mediocre 55 80 bueno 65

50 bajo 40 0-60 60 mediocre 45 70 bueno 55 6.3.4.3 El DJ El salto en profundidad o "drop jump" (DJ) se realiza cayendo sobre la plataforma de contacto desde cierta altura. La caída se hace adelantando una pierna y a continuación la otra, sin efectuar ningún impulso sobre el objeto desde el cual se cae. La intención del sujeto debe ser realizar inmediatamente después de caer el máximo impulso para elevarse lo más alto posible. Por tanto, una parada después de la fase excéntrica del ejercicio, o una amortiguación suave y larga de la caída haría perder el efecto de la propia caída, y, por tanto del test del DJ. Las manos y el tronco se mantienen de la misma forma que en los anteriores tests. Cualidades / capacidades medidas: § Elasticidad muscular § Influencia de la elasticidad muscular § Reflejo miotático § Comportamiento órganos de Golgi Relación con rendimientos deportivos

§ El mejor DJ (BDJ) correlaciona con la carrera de 60 m lisos en jóvenes jugadores de

voleibol (Bosco, 1981). § Hay correlación entre la máxima velocidad en carrera y la elevación del centro de

gravedad en el DJ desde 50 cm (Mero y col. 1981; en Bosco, 1992) Test de salto continuo con las rodillas bloqueadas con o sin obstáculo Representa una variante de DJ. Consiste en hacer saltos seguidos superando un obstáculo o no, pero manteniendo las rodillas casi bloqueadas, con una mínima flexión. Los brazos se utilizan y ayudan en un 15-25% a la elevación del centro de gravedad. Se debe intentar alcanzar la máxima altura con el menor tiempo de contacto posible. Influye especialmente en el resultado la coordinación intra e intermuscular, la utilización de los brazos, la elasticidad y el reflejo miotático. Se pretende estimar la contribución de la capacidad reactiva al rendimiento neuromuscular. La eficacia del salto se valora teniendo en cuenta tanto la altura alcanzada como el tiempo de contacto. Cuanto menor sea el tiempo de contacto y mayor la altura, mayor reactividad se estará manifestando. También será positivo, como es lógico, reducir el tiempo de contacto y mantener la altura. A continuación tenemos una tabla de referencia sobre el tiempo de contacto en distintas situaciones: Valores indicativos del tiempo de contacto registrado durante la realización del BDJ y el salto continuo con brazos con o sin obstáculos.

BDJ: Tiempo contacto (ms)

Saltos continuos: Tiempo de contacto (ms)

Hombres Valor Hombres Mujeres

145-160

Excelente

130-150

120-140 160-175 Bueno 150-160 140-150 175-190 Discreto 160-180 150-160

≥ 190 Malo ≥ 180 ≥ 170 Para que estos valores tengan significado, es necesario que se comparen con la altura alcanzada en cada salto, siguiendo los criterios de eficacia indicados anteriormente. La valoración de estos tests debe hacerse por la variación de los tiempos de contacto y vuelo a través del tiempo. También es muy adecuado para valorar la resistencia a la fuerza manifestada en CEA muy intensos cuando se hacen, sobre todo, tests de 30-60 segundos. Bosco hace una estimación de los procesos metabólicos, enzimáticos y neuromusculares que son más solicitados en cada uno de los tests. Los presentamos en la siguiente tabla.

Procesos metabólicos, enzimáticos y neuromusculares implicados durante los ejercicios de salto en el test de Bosco (Bosco, 1993) Test VO2 Láct CP ATP ATPasa Reclu.

UM Refle. Estir.

Elast y coord

Reclutamiento FT ST

SJ * *** *** *** SJPc * ** *** *** * CMJ * *** *** * *** *** 5s ** *** *** *** *** *** 15s * *** *** *** * *** *** 30s * *** ** ** *** ** 45s * ** ** * * *** ** * 60s ** *** * * *** ** * 5s(rb) ** *** * *** *** *** * DJ * ** *** *** *** * Algunas consideraciones finales relacionadas con el salto vertical Como síntesis de lo expuesto y para aportar datos que deben estar siempre presentes cuando nos proponemos hacer una evaluación de la fuerza y la potencia a través del salto vertical, indicamos lo siguiente En relación con la fiabilidad y validez: § El salto sin cargas presenta una alta fiabilidad, como hemos indicado en páginas

anteriores, (CCI = 0,9-0,99; CV = 1,7-4,3%). § Pero a medida que aumenta la carga con la que se realiza el salto disminuye la

fiabilidad - Sin carga el CV fue igual al 4,3%, pero aumentó progresivamente con el peso

hasta llegar a un CV de 9,5% con 80 kg § El salto y la potencia en 6” en cicloergómetro presentaron una correlación de 0,51

antes del entrenamiento, y después de 10 semanas de entrenamiento de fuerza fue de 0,73 (se supone que esta relación sería entre los cambios o al menos así debería haber sido, aunque so se especifica en el texto), y además el salto fue capaz de discriminar entre los sujetos (Wilson y Murphy, 1995; en Wilson y Murphy, 1996)

§ Presenta correlaciones altas y significativas con la velocidad en carrera § El pico de fuerza de reacción en el salto vertical es fiable (CCI = 0,94; CV = muy

bajo), pero no lo es el impulso (CCI = 0,22; CV = 24%) (Cordova y Armstrong, 1996). Nosotros hemos encontrado en las prácticas de clase que la velocidad inicial (que es directamente proporcional a la altura del salto) medida por impulso es muy poco fiable: CV muy alto (27.8%) y CCI muy bajo (0,35) (González-Badillo, datos no publicados).

En relación con los factores determinantes del salto vertical A pesar de que el salto vertical es uno de los ejercicios de entrenamiento y evaluación más usados, permanece abierto, y no muy concretado, el debate sobre cuáles son las variables

mecánicas, neurales y estructurales que más influyen en el resultado medido y en la mejora del mismo con el entrenamiento. Vamos a repasar los resultados de algunos estudios que tratan sobre esta problemática. Dowling y Vamos (1993), estudiaron 18 variables posiblemente relacionadas con el salto. El número de sujetos fue de 97. Las variables que más relación ofrecieron con el salto fueron las siguientes:

§ La máxima fuerza: 0.519 § El tiempo desde el pico de máxima fuerza. hasta el despegue: -0.274 § La potencia negativa máxima: -0.298 § La potencia positiva máxima: 0.928 § El tiempo desde la potencia positiva máxima hasta el despegue: -0.406 § El ratio impulso negativo / impulso positivo: -0.514 § La velocidad negativa máxima: -0.295 Se observa que sólo la potencia positiva máxima presenta una correlación muy estrecha con el salto. La fuerza máxima aplicada y la relación impulso negativo / positivo sólo explicarían por sí solas poco más del 25% de la varianza.

§ La mayor producción de fuerza a las apropiadas velocidades angulares parece ser el

mayor determinante del salto vertical en mujeres § El pico de potencia fue la variable más asociada con el salto vertical. (Ashley and

Weiss., 1994). § La idea más admitida para explicar las diferencias en los saltos sin y con

contramovimiento es que esto se debe a la intervención de los procesos elásticos, pero desde hace unos años se están proponiendo otras explicaciones.

§ Según algunos autores, la diferencia entre SJ y CMJ se debe a un mayor momento de fuerza en las articulaciones: mayor tensión (estado de actividad del músculo) y mayor fuerza aplicada cuando se hace el CMJ

§ Por tanto, no parece que tuviera tanta importancia en esta diferencia el almacenamiento y utilización de energía elástica

§ La cantidad de energía almacenada no depende del trabajo negativo, sino de la fuerza aplicada al comenzar el empuje / salto / push-off

§ No se puede asegurar si el efecto reflejo influye en las diferencias. No se encuentran diferencias significativas en la actividad eléctrica durante la fase concéntrica

(Bobbert y col, 1996; Van-Ingen Schenau, 1997) § Un aumento de la elasticidad a través del entrenamiento (flexibilidad / estiramiento)

en lugar del entrenamiento de fuerza es un error. Un aumento de la elasticidad no mejora el CEA en movimientos discretos (CMJ)

§ El IMF (producción de fuerza por unidad de tiempo / fuerza explosiva) parece ser un factor mucho más importante para el rendimiento atlético

(Van-Ingen Schenau, 1997) § Herzog (1997) propone que no se pueden considerar como dos entidades totalmente

independientes la producción de energía debida a la fuerza generada al inicio de la fase concéntrica y el efecto del trabajo negativo

§ Voigt y col. (1995) midieron una energía almacenada en el tendón durante un salto, que resultó ser del 26 ± 3% del total de la energía producida, pero el aumento del resultado en el salto no pudo ser explicado por la contribución de la energía elástica al trabajo positivo (fase concéntrica)

§ La rigidez músculo-tendinosa también ha sido considerada como importante en la producción y utilización de energía en el salto. Goubel (1997) considera que con el aumento de la rigidez hay dos ventajas en el salto: durante el estiramiento se puede almacenar más energía potencial porque la fuerza se puede elevar más rápidamente; y durante el acortamiento los componentes contráctiles pueden generar más trabajo, ya que su acortamiento no está mediatizado (ralentizado) por una baja rigidez de los elementos en serie.

Nosotros realizamos un estudio con 10 sujetos a los que les medimos 10 saltos tomando datos simultáneos de una plataforma dinamométrica, de una de contacto y de un goniómetro colocado para medir el ángulo de la rodilla (González-Badillo, datos no publicados). El estudio "intra sujeto" de alguna de las variables más relevantes ofreció los siguientes resultados: § Altura del salto y grados flexión de la rodilla: 0 (cero) correlaciones significativas

de los 8 casos analizados § Altura del salto y fuerza: 1 de 8 (r = 0,44; p < 0,05) correlaciones significativas,

pero en todos los casos la probabilidad de error fue ligeramente superior al 5%. Dado el bajo número de casos, es probable que con una muestra algo mayor estas correlaciones fueran casi todas significativas

§ Altura e impulso: 3 de 8 (r = 0,39; p < 0,05 a r = 0,7; p < 0,001) § Fuerza y velocidad concéntrica: 5 de 8 (r = 0,48; p < 0,05 a r = 0,68; p < 0,001) § Fuerza y tiempo concéntrico: 6 de 8 ( r = -0,57; p < 0,05 a r = -0,87; p < 0,001) De estos datos se puede deducir que no parece que el grado de flexión de las rodillas, dentro de los márgenes de una flexión espontánea de acuerdo con las instrucciones habituales, presente relación con la altura del salto; y que la fuerza aplicada parece relacionarse con la velocidad y el tiempo concéntrico, pero en menor grado con la altura del salto. El estudio "inter sujeto" de la relación entre distintas variables y la altura del salto vertical ofreció los siguientes resultados: Encontramos relaciones significativas entre la altura del salto y las siguientes variables (se indica entre paréntesis el signo de la correlación):

§ Fuerza fase concéntrica: (+) § Velocidad angular concéntrica: (+) § Potencia fase concéntrica: (+) § Tiempo concéntrico: (-) No encontramos relación significativa con:

§ El impulso neto

§ La fuerza en media sentadilla § La fuerza en sentadilla De estas correlaciones se deduce que la altura del salto parece relacionarse con la fuerza aplicada, aunque si controlamos la variable sentadilla (1RM), la correlación baja de 0,86 a 0,25 (no significativa). Esto nos sugiere que además de la fuerza es necesario un entrenamiento específico para mejorar en fuerza explosiva para el salto. Es destacable que no se alcanza correlación significativa entre la altura y la fuerza de las piernas, aunque también habría que considerar que el número de sujetos no es elevado. Estudiamos las diferencias que se producían en las distintas variables al comparar el mejor y el peor salto de cada uno de los sujetos. Se observó que la fuerza concéntrica (en los diez casos) y la potencia concéntrica (en 9 de los 10 casos) eran superiores en el mejor salto de cada sujeto. El impulso neto y la velocidad excéntrica y concéntrica también mostraron una inclinación a ser mayores en el mejor salto (en 8 de 10 casos) Como síntesis, podemos concluir que la fuerza y la potencia concéntricas parecen claramente superior en los mejores saltos de un mismo sujeto y en los mejores saltadores. Los factores de velocidad excéntrica y concéntrica también parece que deben ser mayores en los mejores saltos y saltadores. Los grados de flexión no parecen distinguir a los mejores saltadores de los peores ni al mejor salto del peor de un sujeto. No parece, por tanto, que sea necesario que se controle la flexión en el salto, si éste es “normal”, como garantía de que los distintos intentos sean comparables. Como reflexión final, hay que recordar que una adecuada utilización de los tests es una ayuda imprescindible para una buena planificación del entrenamiento. De ello depende la orientación que se le dé al trabajo. Las necesidades y el punto de partida en la condición físico-técnica del deportista son la base de la programación, y el conocimiento sobre los mismos sólo puede salir de los resultados de la competición y de los tests físicos y biológicos. No obstante, a los tests hay que darles su justa importancia y no concederles más valor del que realmente tienen. La potencia de los tests no permite diferenciar de forma significativa a sujetos relativamente próximos en sus resultados de competición. Mero y otros (1981; en MacDougall y col, 1991) nos presentan un estudio en el que se puede apreciar lo que acabamos de decir. Se administró una batería de tests a tres grupos de velocistas que diferían de forma significativa en sus resultados en 100 y en 30 m. La batería incluía tests de salto y fuerza isométrica máxima (PF), IMF (RFD) y tiempo de relajación (RR), (figura 6.29). Aunque los dos grupos más rápidos generalmente se distinguían del más lento, ellos mismos entre sí sólo se diferenciaron en el CMJ. Por tanto, estos tests pueden discriminar grandes, pero no pequeñas diferencias en el resultado de carreras cortas.

Figura 6.29. Medidas realizadas en tres grupos de sujetos. Todas las medidas se expresan en relación con el grupo de sujetos más lento (valores de C=1.0) (ver texto) (Mero y col., 1981, en MacDougall y col., 1991). Es conveniente, por tanto, tener en cuenta la evolución del sujeto comparada consigo mismo, ya que un mismo rendimiento, dentro de ciertos márgenes, puede venir representado por diferentes valores obtenidos en los tests. A pesar de lo comentado anteriormente, cada especialidad o prueba, incluso reconociendo y respetando las diferencias individuales, necesita el desarrollo y manifestación de determinadas cualidades en un cierto grado. Esto viene definido por el perfil de la prueba, en el que se indica el nivel de desarrollo de cada una de las cualidades que debe poseer el deportista. Para participar con éxito es necesario que las cualidades se desarrollen en la dirección y en el grado que marca la media de los mejores practicantes. Por tanto, tener el perfil del deportista es útil para reconocer las deficiencias y los puntos fuertes de cada uno. El perfil obtenido puede ser usado para modificar el entrenamiento hacia una dirección adecuada. En la figura 6.30 damos un ejemplo de perfil. Los datos referentes a dicha figura están en la tabla siguiente.

Figura 6.30. Perfil de jugadores elite de fútbol americano (ver texto). Los datos aparecen en la tabla (en MacDougall y col, 1991). Resultados de los tests de potencia aeróbica máxima, carrera rápida y momento de fuerza en futbolistas de elite Momento máximo (N x m) Jugadores

VO2máx (ml/kg/m)

Z

Carrera rápida (anaeróbica)

Z

30 º/s

Z

180 º/s

Z

A 48,2 -2,2 39 -1,7 545 0,8 210 1,3 B 67,0 1,1 45 -0,8 240 0,7 235 2,2 C 67,0 1,1 56 0,7 180 -1,2 140 -1,4 D 67,0 1,1 44 -1,0 180 -1,2 155 -0,8 E 56,1 -0,8 51 0,0 270 1,6 190 0,5 Grupo (n =20)

60,5 ± 5,7

_ 50,9 ± 12,2

_ 218 ± 32

_ 177 ± 26

_

En la tabla anterior se muestra el resultado de los tests realizados a un grupo de jugadores elite de fútbol americano: potencia aeróbica máxima, carrera a ritmo anaeróbico en el tapiz rodante y momento de fuerza a 30 y 180º · s-1 en una máquina isocinética. Se aportan también los valores "z": diferencia entre la puntuación de cada sujeto y la media dividida por la desviación típica (en MacDougall y col, 1991) En la figura podemos observar, por ejemplo, cómo el sujeto "A" es superado por todos los jugadores en potencia anaeróbica y aeróbica, pero queda muy por encima de ellos en fuerza, tanto a 30 como a 1800. Por el contrario, el sujeto "C" presenta buenos resultados en la potencia aeróbica y anaeróbica, pero bajos en fuerza. Esto quiere decir que aunque pertenezcan al mismo equipo, a estos dos jugadores probablemente les conviene hacer entrenamientos diferentes, con el fin de mejorar sus puntos débiles.

6.4. Algunos valores de fuerza en deportistas que practican diferentes disciplinas deportivas. En este apartado veremos, en primer lugar, algunos valores de fuerza de deportistas que practican distintas disciplinas deportivas. En segundo lugar veremos algunos ejemplos que muestran la estrecha relación que existe, en algunas disciplinas, entre los valores de fuerza y los de marca deportiva. Por último, veremos algunos ejemplos que muestran la evolución de los valores de fuerza a lo largo de un ciclo de entrenamiento en deportistas que practican distintas discip linas deportivas. 6.4.1. Fuerza isométrica máxima y curva fuerza-tiempo. La figura (6.31) (Viitasolo, 1978) muestra los valores de fuerza isométrica máxima y la curva fuerza-tiempo (en valores absolutos de fuerza) de los músculos extensores de la rodilla de 3 poblaciones deportivas diferentes (selecciones finlandesas de salto de trampolín en esquí hombres, esquí alpino hombres, esquí alpino mujeres) y de hombres sedentarios. Se puede observar que la fuerza isométrica máxima (en N.Kg-1) es muy similar, en hombres, en los esquiadores (saltadores o practicantes de esquí alpino) y los sedentarios. Las esquiadoras alpinas tienen unos valores de fuerza isométrica (en N.Kg-1) que son 15 a 20% inferiores a los del hombre.

Fig. 6.31. Valores de la curva fuerza-tiempo de los músculos extensores de la rodilla en la selección finlandesa masculina de saltos de esquí y de esquí alpino, de esquí alpino femenino y de hombres sedentarios (Viitasolo, 1978). Lo que diferencia principalmente a los hombres esquiadores respecto a los sedentarios es la curva fuerza-tiempo. En efecto, los esquiadores presentan una curva fuerza-tiempo desplazada hacia la izquierda con respecto a los sedentarios. Esto quiere decir que los esquiadores producen un valor determinado de fuerza submáxima (ej. 20N/kg) en menos

tiempo que los sedentarios. Esto indica que los esquiadores son capaces de mover, por ejemplo, su propio peso corporal con mayor rapidez que los sedentarios. 6.4.2. Valores de salto vertical y salto con contramovimiento, sin carga. Las figuras (6.32) y (6.33), muestran los valores de salto vertical (en cm) de personas sedentarias y de deportistas que practican distintas disciplinas deportivas (valores personales o de comunicaciones personales). Por ejemplo, en la figura 6.32, se observa que los corredores de fondo en atletismo presentan los valores más bajos de salto vertical (unos 25.5 cm. de media), mientras que los deportistas que practican disciplinas cortas y rápidas (saltadores, velocistas) presentan valores de salto vertical cercanos a los 45-52 cm. La figura 6.33 muestra los valores medios de salto vertical en mujeres pertenecientes a equipos de baloncesto y de voleibol de la 1ª División de Finlandia, en un equipo de baloncesto navarro masculino de la 2ª División y en alumnos varones finlandeses de Educación Física. Dichos valores (entre 20 y 30 cm.) son muy inferiores a los observados en hombres. La figuras 6.34 y 6.35 (Bosco, 1991) muestran los valores medios de salto vertical y salto con contramovimiento de diferentes selecciones absolutas masculinas de distintos deportes. Llaman la atención los grandes valores de salto con contramovimiento de los esquiadores italianos de esquí alpino y de los jugadores de voleibol de la antigua Unión Soviética.

Fig. 6.32. Valores de salto vertical de diferentes poblaciones finlandesas masculinas, así como del campeón mundial (Sttutgart, 1993) de lanzamiento de peso Werner Gunthoer (Häkkinen K. y Mero A., comunicación personal).

Fig. 6.33. Valores de salto vertical de diferentes poblaciones finlandesas femeninas, así como de un equipo de baloncesto masculino de Pamplona de 2ª División (Häkkinen, K., comunicación personal y resultados personales no publicados). La figura (6.34) muestra los valores de elasticidad de distintas poblaciones deportivas. Recordemos que lo que se entiende por elasticidad, o capacidad para utilizar durante una fase concéntrica la energía almacenada durante la fase excéntrica que le precede, es la diferencia (en porcentaje respecto a los valores de salto vertical) entre los valores de salto con contramovimiento (CMJ) y salto vertical sin contramovimiento (SJ), es decir: ((CMJ-SJ)/SJ) x 100. No obstante, debemos tener en cuenta que realmente deberíamos hablar de diferencias entre CMJ y SJ, sin afirmar que esa diferencia es debida con certeza al efecto de la elasticidad, pues actualmente se plantea que esa diferencia se debe al mayor momento de fuerza generado por el gesto de contramovimiento (Bobbert y col. 1996; Ingen Schenau, y col., 1997). No existe unanimidad a la hora de definir cuáles son los valores idóneos de elasticidad (o de la diferencia entre ambos tests) en una población dada, aunque al tener dudas sobre si considerar como causa real de estas diferencias al factor elástico, los planteamientos podrían ser diferentes. La pregunta, entonces sería, ¿el deportista alcanza más diferencia cuando “está más elástico” o cuando es capaz de producir más fuerza por unidad de tiempo (fuerza explosiva) en la fase de transición. En general, se estima que la elasticidad/diferencia debería ser siempre superior al 6-9%. Los valores inferiores al 6% reflejarían un mal aprovechamiento de la energía almacenada durante la fase excéntrica o una menor capacidad de producción de fuerza en poco tiempo, lo que podría significar que el gesto es ineficaz, bien desde el punto de vista energético o por la producción de fuerza.

Fig. 6.34. Valores de salto vertical (histograma de la izquierda) y de salto con contramovimiento (histograma de la derecha) de diferentes selecciones absolutas italianas y soviéticas (Bosco, 1991).

Fig. 6.35. Valores de salto vertical (histograma de la izquierda) y de salto con contramovimiento (histograma de la derecha) de diferentes selecciones absolutas italianas (Bosco, 1991).

Fig. 6.36. Valores de elasticidad de diferentes poblaciones masculinas de la figura 6.32 6.4.3. Valores de salto vertical y salto con contramovimiento con carga (curva fuerza-velocidad). La figura 6.37 muestra los valores de la curva fuerza-velocidad, o, mejor dicho, fuerza (carga)-salto vertical de distintos deportistas de la selección finlandesa que practican especialidades de saltos o lanzamientos, así como los valores del campeón del mundo de lanzamiento de peso Werner Gunthoer (campeón mundial en Stuttgart, 1993). El peso que soporta el sujeto durante la realización del salto está definido como un porcentaje con respecto al peso corporal de cada sujeto. Se observa que, entre los atletas de la selección finlandesa, los saltadores de altura son los que presentan valores de salto vertical más elevados para cualquier valor de carga, mientras que los especialistas en decathlon y los pertiguistas son los que presentan valores más bajos. Por otra parte, los valores de Werner Gunthoer son los más elevados de todos. Estos valores de Gunthoer (56 cm. en salto vertical y 21 cm. cuando realiza un salto vertical soportando en sus hombros un peso igual a su peso corporal), constituyen una referencia para cualquier lanzador de peso que aspire a competir con garantías a un nivel internacional. Por último, la figura 6.37 nos muestra también que la relación carga (fuerza)-salto vertical en las diferentes poblaciones es paralela, es decir, que las diferencias existentes entre las poblaciones analizadas son las mismas para cualquier nivel de carga relativa utilizada durante el salto vertical.

Fig. 6.37. Valores de salto vertical (en cm) soportando pesos en los hombros (en % del peso corporal) en diferentes selecciones finlandesas masculinas y en Werner Gunthoer (Häkkinen, K., comunicación personal). 6.4.4. Valores de saltos en Drop jump. La figura 6.38 (Komi, 1978) muestra la altura del salto vertical (en ordenadas) alcanzada inmediatamente después de caer al suelo desde peldaños situados a distintas alturas (abscisas), en hombres y mujeres estudiantes de educación física y en jugadores masculinos de voleibol. Se pueden hacer las siguientes reflexiones: − Los jugadores de voleibol presentan unos valores más elevados que los estudiantes de

educación física, especialmente cuando caen desde un peldaño situado a 60 cm. del suelo.

− En los estudiantes de educación física, la mayor altura de salto vertical se obtiene

cayendo desde unos 40 cm., mientras que los jugadores de voleibol saltan más cuando caen desde 60 cm. y 80 cm. que cuando caen desde 40 cm.

− Las mujeres estudiantes de educación física saltan un 20% menos que los hombres. − Por último, las 3 poblaciones presentan un aumento progresivo del salto vertical a

medida que aumentamos la altura del peldaño desde el que se cae para realizar posteriormente el salto vertical. Sin embargo, existe un límite de altura del peldaño desde donde se inicia la caída a partir del cual el salto vertical disminuye. Este límite es de unos 60 cm. para los jugadores de voleibol y para los estudiantes de educación física. Mientras que las mujeres disminuyen sus resultados de manera muy acusada a partir de una caída desde unos 50cms.

Fig. 6.38. Valores de altura de salto vertical (en ordenadas) alcanzados inmediatamente después de caer al suelo desde peldaños situados a distintas alturas en hombres y mujeres estudiantes de Educación Física y en jugadores de la selección finlandesa masculina de voleibol (Komi, 1978). 6.4.5. Relación entre los valores de fuerza y la marca deportiva. Parece lógico pensar que la fuerza tiene una mayor importancia relativa en las disciplinas deportivas que se caracterizan por durar poco tiempo (unos segundos) y realizarse a la máxima intensidad posible. Por ejemplo, es evidente que es más importante tener elevados valores de fuerza isométrica máxima y de fuerza explosiva en el caso de un corredor de 100 metros en atletismo que en un corredor de maratón. En este apartado vamos a estudiar la relación existente entre distintos valores de fuerza y la marca deportiva de deportistas de alto nivel que practican algunas disciplinas deportivas en las que tienen que hacer esfuerzos de máxima intensidad durante un corto período de tiempo. Halterofilia. La halterofilia se caracteriza porque el levantador tiene que levantar un peso muy elevado en un corto período de tiempo (un segundo aproximadamente en el movimiento de "arrancada", y unos pocos segundos en el movimiento de "dos tiempos"). Algunos autores han estudiado la relación existente entre la curva fuerza-velocidad, o mejor, carga-altura de salto vertical y la marca realizada en halterofilia o el nivel deportivo en dicha disciplina.

Fig. 6.39. Evolución de la curva de salto vertical, en cm (abscisas), en función del peso soportado en los hombros, en Kg, (ordenadas), en levantadores de pesas de la selección finlandesa (x) y levantadores de nivel regional (o) (Häkkinen, 1985f). Se observa que las diferencias significativas están en los saltos realizados soportando pesos elevados en los hombros (100 y 120 Kg). Las figuras 6.39 y 6.40 (Häkkinen, 1985f), muestran la diferente evolución de la curva carga-salto en levantadores de pesas de la selección finlandesa y levantadores de nivel regional finlandés, cuando el test fuerza-velocidad se realiza haciendo un salto vertical (SJ) (figura 6.39), o cuando se realiza haciendo un salto vertical precedido de un contramovimiento previo (CMJ) (figura 6.40). Se observa que los levantadores de la elite nacional finlandesa se caracterizan por presentar mayores valores de SJ y CMJ que los de nivel regional, especialmente cuando los saltos se realizan soportando pesos de 80 a 120 Kg sobre los hombros.

Fig. 6.40. Idem que la figura 6.39, pero los valores, en cm, son los de salto vertical precedido de contramovimiento (CMJ) (Häkkinen, 1985f).

La figura (6.41) (Häkkinen, 1986c), muestra las rectas de regresión y la correlación existente, en 14 levantadores de la selección finlandesa, entre la mejor marca realizada en competición en Dos tiempos (ordenadas) y la altura de SJ alcanzada cuando se tiene sobre los hombros una carga de 0, 40, 80 ó 140 kg. Se observa que la correlación entre la altura alcanzada en SJ y la marca en 2 tiempos aumenta cuando el salto vertical se realiza con pesos más elevados, aunque dicha correlación ya empieza a ser estadísticamente significativa con pesos de 40 kg (r=0.59, P<0.05). La mayor correlación con la marca se observa en los valores de SJ realizados soportando un peso de 140 kg. (r=0.79, p<0.001). Por consiguiente, el test de salto vertical con carga (SJ) puede utilizarse para valorar la evolución del efecto del entrenamiento y el estado de forma del levantador.

Fig.6.41. Rectas de regresión y correlaciones existentes, en 14 levantadores de la selección finlandesa, entre la mejor marca realizada en Dos tiempos y la altura de salto vertical (en cm) alcanzada cuando se tiene un peso sobre los hombros comprendido entre 0 y 140 kg (Häkkinen, 1986c). Natación, 25 m. La figura 6.42 (Sharp, 1982), muestra la correlación existente entre el pico máximo de potencia desarrollada en un aparato de musculación específicamente ideado para la natación ("Biokinetic Bench") y la velocidad media de nado en un sprint de 25 m, en 40 nadadores de nivel muy diferente. Se observa que existe una correlación significativa muy importante (r=0.90) entre el pico máximo de potencia alcanzado en el aparato de musculación y la marca obtenida en 25 m (o lo que es lo mismo, la velocidad media a la que se ha nadado dicha distancia).

Fig. 6.42. Correlación existente entre el pico máximo de potencia desarrollado en un aparato de musculación específicamente ideado para la natación (figura de la izquierda) y la velocidad media a la que se nada un sprint de 25 m en 40 nadadores (rango de tiempo en 25 m: 17"8-11"9). (En sale, 1990, a partir de Sharp, 1982). Atletismo 100 m. La figura 6.43 (Mero, 1987), muestra las evoluciones de la curva fuerza-velocidad, o mejor, fuerza-salto vertical y fuerza-salto vertical con contramovimiento previo en 3 poblaciones de atletas de 100m (N, MB y MA).

Fig. 6.43. Evoluciones de la curva fuerza (carga)-velocidad soportada en los hombros y altura de salto vertical precedida de contramovimiento previo en atletas de 100 m agrupadas según marcas: (N=12"22, MB=10"96, MA=10"62) (Mero, 1987).

Las poblaciones están agrupadas por nivel de marca en 100 m. Así, el grupo N tiene una marca media de 12.22 en 100 metros, mientras que los grupos MB y MA, tienen respectivamente unas marcas medias de 10.96 y 10.62. Las evoluciones de las curvas en los distintos grupos muestran que los valores de salto vertical son más elevados en el grupo de mejor marca en 100 m y que la evolución de las curvas son paralelas. También se observa que la mayor diferencia entre los valores de salto vertical (SJ) y de salto con contramovimiento ocurre en los saltos realizados sin peso adicional. Por último, se puede ver que la media de los valores de CMJ sin carga en el grupo de más nivel (MA), está cercana a los 58 cm, mientras que en el grupo MB, está cercana a los 50 cm. Atletismo 400 m. La figura 6.44 (Gorostiaga, 1992) muestra los valores de salto vertical con contramovimiento previo (CMJ) de algunos atletas masculinos pertenecientes a la selección española del revelo 4 x 400 (en blanco y negro), así como los valores de 3 atletas americanos que tienen marcas de 46"9, 46"04 y alrededor de 44" (Anti Mero, comunicación personal). Dichos valores sugieren que los atletas de la selección española presentan unos valores de CMJ (entre 40 y 50 cm) que son muy inferiores a los presentados por los atletas que tienen marcas cercanas a 44 segundos (CMJ de unos 65 cm). La razón por la que los atletas españoles presentan esos valores tan inferiores de fuerza podría deberse a uno o varios de estos motivos: 1) insuficiente fuerza de origen genético 2) insuficiente o excesivo entrenamiento de fuerza 3) inadecuado entrenamiento de fuerza y 4) excesivo trabajo de series de entrenamiento de la capacidad anaeróbica láctica.

Fig. 6.44. Valores de salto vertical precedido por contramovimiento previo (CMJ) de algunos atletas masculinos del relevo 4 x 400 español (Gorostiaga, 1992). También se muestran valores de algunos atletas de 400 m americanos con marcas comprendidas entre 46"9 y 43"8 (Mero, A., comunicación personal).

Parece lógico pensar que en las distancias superiores a 400m., la importancia relativa de la fuerza en la marca deportiva será cada vez menor. Por ejemplo, la importancia relativa de la fuerza explosiva en una maratón o en una carrera de 10.000 m debería ser muy pequeña. Sin embargo, en el 800 m y el 1500 m la fuerza tiene una importancia relativa que puede ser grande o pequeña según sea la táctica de carrera. Así, una carrera lenta de 1500m, se puede decidir en un sprint de 300 metros. En este tipo de carrera, aquellos sujetos que tengan mayor fuerza explosiva tendrán seguramente más velocidad y serán los ganadores aunque no tengan una gran capacidad aeróbica. Sin embargo cuando la carrera se haga a ritmo constante (por ejemplo: con liebre), la importancia relativa de la fuerza explosiva será menor y, sin embargo, la importancia relativa de la capacidad aeróbica será mayor. Afirmar que poseer una buena fuerza explosiva en las piernas es importante para el corredor de 1500 m y 5.000 está apoyada por los resultados del estudio de Houmard (1991), que encontró una relación significativa entre la altura de salto vertical y la marca en 5.000 metros. Interpretación de los datos. Una vez realizada la evaluación de la relación fuerza-salto vertical de un atleta y siempre que conozcamos los valores de fuerza de deportistas de la elite de su especialidad, nos deberíamos hacer y contestar las siguientes preguntas: 1) ¿Cuál es su marca potencial de competición si sólo tenemos en cuenta sus valores de

salto vertical, o de salto con 20, 40, 60 y 80 kg.? 2) ¿Están sus valores de fuerza de acuerdo con los valores de fuerza de deportistas de su

nivel y especialidad? 3) ¿Qué interpretación daríamos si encontramos que los valores de fuerza que presenta el

sujeto son superiores a los que debería tener para la marca que realiza? 4) ¿Qué interpretación daríamos si los valores de fuerza del sujeto son muy inferiores a

los que le corresponden para su marca? 5) ¿Qué interpretación daríamos si los valores de fuerza explosiva que presenta el sujeto

son inferiores a los que le corresponden para su marca y, sin embargo, los de fuerza máxima son superiores a los correspondientes a su marca?

6) ¿Y viceversa? 7) La interpretación y las consecuencias practicas de las preguntas 3 a 6, ¿serían las

mismas o serían distintas en el caso de un levantador de pesas, un lanzador de peso, un corredor de 100 m, o un corredor de 1500 m?

Evolución durante el ciclo de entrenamiento. Las figuras 6.45, 6.46, 6.47, 6.48 y 6.49 muestran la evolución de los valores de fuerza a lo largo de un período de varios meses de entrenamiento, en distintos grupos de deportistas practicantes de voleibol masculino y femenino, Hockey sobre hierba femenino y halterofilia.

Vamos a comentar someramente cada figura. Después el lector debe especular acerca de su interpretación y consecuencias prácticas.

Fig. 6.45. Evolución durante 5 meses de entrenamiento de los valores medios de salto vertical con contramovimiento soportando cargas de 0, 20, 40 y 60 kg de peso. Selección Finlandesa de voleibol (Viitasolo, 1985a). Explicación de las figuras 6.45 a 6.49. − Figura 6.45. Evolución durante 5 meses de entrenamiento de los valores medios de

salto vertical con contramovimiento sin carga adicional (0 kg.), o soportando cargas en los hombros de 20, 40 o 60 kg., en la selección finlandesa de voleibol masculino (Viitasolo, 1985a). El entrenamiento de fuerza se basó especialmente en entrenamiento con pesas, multisaltos y DJ. Al final del período de entrenamiento el salto con contramovimiento sin carga aumentó significativamente un 9%, mientras que el salto con 20 kg. en los hombros aumentó un 6%. No hubo mejoras en los saltos realizados con pesos de 40 a 60 kg. El último test se realizó unas semanas antes del campeonato del mundo de voleibol.

− Figuras 6.46 y 6.47: evolución media (Figura 6.46) del tiempo de vuelo durante el salto

vertical (SJ) y el salto con contramovimiento previo (CMJ) de las componentes de la Selección Española de Hockey Hierba Femenino. Dichas jugadoras comenzaron en el mes de Diciembre de 1991 un entrenamiento de fuerza (iniciación a la fuerza), que consistió, de modo esquemático, en alternar períodos de trabajo de resistencia a la fuerza, fuerza general analítica y fuerza explosiva, con cargas que nunca fueron superiores al 50-60% de 1RM. El tiempo de vuelo de 482 milisegundos corresponde a 28.5 cm. de altura de salto, mientras que 542 milisegundos corresponden a 38 cm. Las jugadoras de la Selección Australiana (campeonas del mundo), presentaban unos

valores medios de salto vertical cercanos a 575 milisegundos (41 cm.). La Selección Española de Hockey Hierba fue Campeona Olímpica en las Olimpiadas de Barcelona (Agosto de 1992). En la figura 6.47 se ve la evolución de dichos valores en una jugadora de dicha selección Española de Hockey Hierba Femenino en el mismo período de tiempo.

Fig. 6.46. Evolución media del tiempo de vuelo durante el salto vertical (SJ) y salto con contramovimiento (CMJ) de las componentes de la selección Española de Hockey sobre Hierba Femenina durante un año de entrenamiento (Gorostiaga, 1993).

Fig. 6.47. Evolución media del tiempo de vuelo durante el salto vertical (SJ) y salto con contramovimiento (CMJ) de una jugadora de la Selección Española de Hockey sobre Hierba Femenino durante un año de entrenamiento. (Trabajo personal, no publicado). − Las figuras 6.48 y 6.49 muestran la evolución a lo largo de la temporada de diferentes

tests de fuerza en 9 jugadoras de voleibol femenino de la primera división finlandesa. La figura 6.48 muestra, arriba, el volumen relativo de entrenamiento durante la

temporada. Dicha temporada se divide en 4 ciclos: 1) preparatorio (pretemporada de 7 semanas) en el que el equipo realizó 3 a 4 sesiones semanales de preparación física, repartidas en 1 sesión de resistencia aeróbica y 2 a 3 sesiones de fuerza máxima y/o fuerza explosiva. Además, el equipo realizó 2 a 3 sesiones semanales técnicas o de partido de pretemporada. 2) Ciclo competitivo I: en este ciclo de 10 semanas, el número medio de sesiones semanales dedicado a la preparación física se redujo a 2-3, mientras que el de sesiones de técnica o partidos aumentó a 4-5 por semana. El entrenamiento de fuerza realizado fue sobre todo el de fuerza explosiva, mientras que el volumen de entrenamiento dedicado a la fuerza máxima se redujo notablemente, aunque no desapareció. 3) Ciclo de interrupción de la competición, de una duración de 3 semanas: en este ciclo se estimularon todas las cualidades, aunque insistiendo más en los apartados técnicos y los partidos de entrenamiento. 4) Ciclo de competición II: este ciclo duró 11 semanas y fue muy parecido al ciclo de competición I, con la única diferencia que en las últimas 5-6 semanas de dicho ciclo NO se realizó sesión alguna de fuerza máxima. En la parte central de la figura 6.48, se puede ver la evolución, en este mismo grupo, de la fuerza isométrica máxima bilateral de los músculos extensores de la rodilla. En la parte de abajo de la figura se observa la evolución media de los valores de salto vertical y de salto vertical con contramovimiento previo en dicho grupo. Por último, la figura 6.49 muestra, arriba, la evolución media del salto vertical durante la realización de dos saltos típicos del voleibol (“remate” y “bloqueo"). En la parte media y abajo de dicha figura se observa la evolución de la velocidad de lanzamiento con las manos (en m.s1) de balones medicinales de 3 kg., 2kg. y 400 g. antes y después del ciclo de competición I (periodo competitivo I) del ciclo de competición II (periodo competitivo II) y antes y después de la temporada entera (temporada completa).

Fig. 6.48. Evolución media a lo largo de la temporada de la fuerza isométrica máxima de cuádriceps, de salto vertical (SJ) y salto con contramovimiento (CMJ) de 9 jugadoras de un equipo de voleibol femenino de 1ª División finlandesa (Häkkinen, 1991b).

Figura 6.49. Idem que la figura 6.42, pero se muestran los valores de saltos durante la realización de los gestos técnicos "spike" y "block" de voleibol, y de velocidad de lanzamiento con los brazos de balones medicinales. Para más detalles leer el texto. (Häkkinen, 1991b). 6.5. Medida de la concentración sanguínea de testosterona y de cortisol. En el capítulo 2 explicábamos que la determinación de las concentraciones basales de las hormonas testosterona y cortisol permiten evaluar el grado de estrés que un micro, meso o macrociclo de entrenamiento ha supuesto sobre un determinado organismo así como

determinar si ese organismo ha asimilado positivamente un período de entrenamiento. En general, se suele considerar que una adaptación positiva se acompaña de un aumento en la fuerza y en el ratio testosterona/cortisol, tomado en condiciones basales. Antes de realizar un análisis sanguíneo de testosterona y cortisol, conviene tener presente las siguientes consideraciones: − El precio. Un análisis de testosterona total y de cortisol en suero puede costar alrededor

de 5.000 pts.(año 1993). − La molestia que supone la extracción. No se deberían realizar muchas extracciones. − El período de entrenamiento en el que se quiere realizar el análisis. Lo más aconsejable

es realizar como mínimo un análisis al año en el mismo momento de la temporada. Si se quieren hacer más analíticas, convendría hacerlas al principio y al final de un mesociclo, sobre todo si es muy intenso. Por último, también debería hacerse en el caso de estados de fatiga excesiva del sujeto.

− Métodos analíticos: teniendo en cuenta que la concentración sanguínea de testosterona

no permanece constante en el hombre durante el día, es muy importante que la muestra de sangre se obtenga a la misma hora del día. En general se considera que hay que tomar la muestra después de 1 día de reposo, 12 horas de ayuno y 8 horas de sueño, y a las 8 de la mañana. Cuando se trata de mujeres, conviene que la muestra se tome siempre en el mismo día del ciclo menstrual (Häkkinen, 1990c). Conviene medir no sólo la concentración de testosterona total en suero sino también la de testosterona libre (este último análisis es más caro), que es la forma biológicamente activa.

La interpretación de un análisis de estas hormonas ya ha sido tratada en el capítulo sobre fundamentos biológicos del entrenamiento de fuerza.

CUADRO RESUMEN SOBRE EVALUACIÓN: Instrumentos de medida y saltos Cualidad Capaci-dad

Dinam. Isom.

Dinam. Isocin.

Plataf. Dinam

Pesos Libres (sólo barra)

Medi-dor li- neal diná- mico (Isocontrol)

SJ

CMJ

CMJpc

CMJ–DJ (5 – 7” )

CMJ (15 – 30”)

CMJ (45 – 60”)

F. Isomé- máx.

x

x

x

Posible

F. din. máx

x (kg)

x

F. din. máx Relativa

x

x

x

Fuerza explo.

x (isomé.)

x

x

x

Estima-ción. Elástici.

x (SJ)?

x

Reactivi-vidad

x

Veloci-dad

x

C. f – t

x

x

x

x

C. f – v

x

x

x

x (pesos)

x

x

Relación F/ V (salto)

x

x

Índice Relaja.

x

x

Potencia

x

x

x

x

x

x

x

Déficit

x

x

x

Curva Fatiga

x

x

x

x

Resist F. explo.

x

x

x

Dinámi Movimi

x

x

F. excén. Máx.

x Posible

AUTOEVALUACIÓN VER RESPUESTAS 1. Intenta recordar al menos cinco objetivos de la evaluación 2. ¿Tiene sentido decir que un test es válido y fiable? ¿Por qué? 3. Completa estas frases: "Lo importante cuando elegimos un test es si los cambios en

una variable medida vienen... " Si esto no se cumple, significa que lo que medimos y el rendimiento...

4. Si al realizar un test isométrico obtenemos una correlación de 0,38 con el rendimiento en una acción dinámica, y después del entrenamiento de la fuerza isométrica esta relación es de 0,03, ¿qué interpretación le darías a estos resultados?

5. Después de un ciclo de entrenamiento de fuerza un sujeto mejora su fuerza dinámica máxima (FDM) y el valor de 1RM, y asegura que también ha mejorado (se ha reducido) su déficit de fuerza absoluto, pero que ha empeorado (ha aumentado) su déficit relativo. ¿Es esto posible? Explica tu respuesta.

6. ¿Por qué no sería recomendable seguir midiendo en salto vertical (CMJ) con pesos adicionales cuando la altura del salto sea inferior a 13-15 cm?

7. Un deportista realiza un determinado número de repeticiones de un ejercicio de manera continua con el fin de medir su resistencia a la fuerza y experimenta una variación en su potencia desde 1000 W en la primera repetición hasta 400 W en la última. Después de un ciclo de periodo de entrenamiento vuelve a hacer el test con el mismo peso y obtiene 1300 y 500 W en la primera y en la última repetición, respectivamente. ¿Ha mejorado su resistencia? ¿Qué efectos se pueden derivar para el entrenamiento?