capÍtulo xii vivienda, equipamientos y consumo

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CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

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Page 1: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

CAPÍTULO XIIVIVIENDA, EQUIPAMIENTOS

Y CONSUMO

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CAPiTULO XII. VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

INTRODUCCIÓN

Una manifestación más de las diferencias entre la sociedadrural y la urbana es la que hace referencia a las formas de vivien-da, a la cantidad y la calidad de los equipamientos, así como a loshábitos de consumo.

En este apartado no entramos a descifrar el por qué de las dife-rencias, sino que pretendemos simplemente constatarlas y verifi-carlas a sabiendas de que son expresiones de la estructura de larenta, así como de ciertos hábitos culturales.

Las diferencias en cuanto a la vivienda afectan no solo a laforma de construcción, sino que hacen referencia, también, a laantiguedad, al régimen de tenencia, a la superficie habitable. Losequipamientos marcan, también, una cierta marginación que espatente en algunos servicios básicos como la telefonía, el aguacaliente o la calefacción; el consumo mantiene ciertos residuos cul-turales, y en el mundo rural hay un predominio del consumo de losproductos básicos en detrimento del esparcimiento y la culturaque empiezan a crecer en la sociedad urbana.

Todas estas diferencias tienen, también, un referente territorialque depende, a su vez, de la capacidad de renta de cada zona, asícomo de los usos y tradiciones vigentes en cada espacio.

12.1. Características generales de la vivienda

La vivienda rural tiene unas características bastante diferentesa la vivienda urbana en cuanto a tipo de edificación, régimen de

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tenencia, situación legal, antigiiedad, superficie útil, estructura yequipamiento, etc. Todo ello responde a dos tipos de necesidadesy a dos formas de hábitat. La urbana, en la que la vivienda y el tra-bajo han funcionado como realidades diferentes y paralelas; y larural, en la que ambas han tendido a converger. En este apartadovamos a hacer un breve repaso a todas esta diferencias con el finde completar la base comparativa de estas dos realidades.

En primer lugar, el mundo rural se ha caracterizado siemprepor contar con edificios de una sola planta, o dos a lo máximo, ycon capacidad para albergar una sola vivienda; lo contrario hasucedido en el mundo urbano en el que se han generalizado for-mas de construcción vertical, con capacidad para edificar variasviviendas. Tres cuartas partes de las viviendas ubicadas en munici-pios menores de diez mil habitantes pertenecen a un sólo edificio,mientras las del medio urbano suponen solo una quinta parte. Lasituación inversa se da en el caso de edificios de tres o más vivien-das. En el medio rural apenas alcanzan el 20 por ciento, mientrasen el medio urbano suponen las tres cuartas partes. Los edificiosde dos viviendas son algo más numerosos en el mundo rural, perodentro del carácter excepcional que tiene este tipo de edificación,tanto en el medio rural como en el urbano.

CUADRO 95

NÚMERO DE VIVIENDAS POR EDIFICIO

Tamaño de municipio Una Dos T^es o más<10.000 HABITANTES 75,7 7,0 17,0

>10.000 HABITANTES 21,7 3,8 74,2

ESPAÑA 35,8 4,7 59,2

Fuente: EPF, 1990/1991 ( Elaboración propia)

La antigiiedad en la adquisición de la vivienda también pre-senta diferencias notables. La vivienda rural tiene más años deantigiiedad que la urbana, lo que es un signo de que se accedióa ella en períodos anteriores a la vivienda urbana y a que haexistido menos movilidad en cuanto a la propiedad. Los urbanoshan adquirido la mayor parte de sus viviendas con posterioridad

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a los años 50 y una tercera parte después de 1981; en cambio, losrurales ya tenían en propiedad más del 11 por ciento de susviviendas antes de los años 50 y menos de una de cada cuatro,después de los años ochenta.

CUADRO 95.1

VIVIENDA SEGÚN AÑO DE ADQUISICIÓN O HERENCIA

Tamaño de municipio Antes 1950 1950-1981 Después de 1981<10.000 habitantes I l,4 64,9 23,7>10.000 habitantes 2,9 67,1 30,0ESPAÑA 5,3 66,5 28,2

Fuente: EPF, 1990/1991. (Elaboración propia)

En cuanto al régimen de tenencia, una primera observación esla importancia que tiene en nuestro país la vivienda en propiedadfrente a la vivienda en alquiler, fenómeno que es extensible a lolargo y ancho de todo el territorio. Dentro de esta tendencia, en elmedio rural hay un claro predomino de la vivienda en propiedad,frente a la viviénda en alquiler más extendida en el medio urbano.El 84 por ciento de las viviendas rurales están en régimen de pro-piedad, mientras que apenas un ocho por ciento están alquiladas;en el urbano, como es obvio, disminuye la propiedad, aunque nomucho, y aumenta el alquiler.

CUADRO 95.2

VIVIENDA SEGÚN RÉGIMEN DE TENENCIA

Tamaño de municipio Propiedad Alquilada Cedida<10.000 habitantes 84,0 7,9 8,1>10.000 habitantes 75,6 17,5 6,9ESPAÑA 77,8 15,0 7,2

Fuente: EPF, 19910/1991. (Elaboración propia)

En lo referente a la calificación legal de la vivienda, se detecta unamayor proporción de viviendas de protección oficial en el medio

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urbano, donde llega a alcanzar casi un ocho por ciento entre sus dosmodalidades (promoción pública y privada). En el medio rural es másfrecuente la vivienda de renta libre. Esto es debido a que no existe unproblema de escasez de oferta tal y como ha habido y hay en las ciu-dades, por lo que la figura de protección no sería tan necesaria.

CUADRO 95.3

VIVIENDA SEGÚN CALIFICACIÓN LEGAL

Tamaño de municipio Renta Libre Prom. Privada. Prom. Pública

<10.000 habitantes 72,6 2,0 1,7

>10.000 habitantes 46,2 3,8 3,9ESPAÑA 53z1_ 3,3 3,3

Fuente: EPF, 1990/1991. (Elaboración propia)

El parque de viviendas rurales tiene además una mayor anti-giiedad. Se registra una mayor proporción de ellas adquiridas conanterioridad a 1950, lo que es debido a la mayor presencia depoblaciones de la tercera edad. En las ciudades, por el contrario,

es mayor la importancia de las viviendas adquiridas a partir de1980, debido sobre todo a las poblaciones de jóvenes.

Si se mide la antigiiedad de la vivienda por su fecha de cons-trucción, las diferencias son más notables e independientes de lascaracterísticas demográficas de las poblaciones. Así, más del 85por ciento^de las viviendas rurales tienen 10 o más años, mientrasque en el medio urbano la proporción no llega alochenta por cien-to (véanse cuadros siguientes).

CUADRO 95.4

VIVIENDA SEGÚN AÑO DE ADQUISICIÓN

Tamaño de municipio Hasta 1950 1950-1980 Después de 1980<]0.000 habitantes 11,4 64,9 23,8>10.000 habitantes 2,9 67,1 29,9

ESPAÑA 5,3 66,5 8,2

Fuente: EPF, 1990/1991. (Elaboración propia)

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CUADRO 95.5

VIVIENDA SEGÚN ANTIGi ĴEDAD

Tamaño de municipio Menos 10 años 10 ó más<10.000 habitantes 14,2 85,8

>10.000 habitantes 21,4 78,6

ESPAÑA 19,5 80,5

Fuente: EPF, 1990/1991. (Elaboración propia)

Finalmente, se detecta la menor importancia de los problemasde espacio en el medio rural. Según el número de habitaciones dela vivienda, se puede observar que la vivienda rural tiene por logeneral un mayor tamaño. Así, la proporción de viviendas de sieteo más habitaciones es notablemente superior. Lo mismo se com-prueba si se tiene en cuenta la superficie útil habitable. En elmedio rural, una cuarta parte de las viviendas superan los 110metros cuadrados, una proporción que dobla la presente en elmedio urbano. Asimismo, es menor la importancia de las vivien-das de menor tamaño, aquéllas que no superan los 90 metros cua-drados. De cualquier forma, parece imponerse en los dos mediosla vivienda de entre 5 y 6 habitaciones y de 50 a 90 metros cuadra-dos (véanse cuadros siguientes).

CUADRO 95.6

VIVIENDA SEGÚN NÚMERO DE HABTI'ACIONES

Tamaño de municipio Hasta 4 5 ó 6 7 ó más<10.000 habitantes 23,6 57,0 19,4

> 10.000 habitantes 26,5 65,6 7,9

ESPAÑA 25,8 63,3 10,9

1'uente: EPF, 1990/1991. (Elaboración propia)

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CUADRO 95.7

VIVIENDA SEGÚN SUPERFICIE ÚTIL HABTTABLE (m2)

Tamaño de municipio Hasta 50 51-70 71-90 91-110 Más de 110<10.000 HABIT. 7,7 16,6 32,1 19,6 24,0>10.000 HABIT. 8,4 25,2 38,2 16,0 12,2ESPAÑA 8,2 23,0 36,6 17,0 15,2

Fuen[e: EPF, 1990/199L ( Elaboración propia)

Un hecho nuevo a destacar es el aumento de la vivienda secun-daria, fenómeno que se está generalizando en todo el medio rural.Por cada 100 viviendas principales hay más de 60 secundarias, loque indica las fuertes relaciones que se están creando entre elmundo rural y el urbano. Junto a la población residente aparecepor los pueblos una población flotante que da una nueva vitalidada ta vida rural, sobre todo en los fines de semana o en épocas seña-ladas (García Sanz, B. 1994).

I2.1.1. Contrastes territoriales

En un análisis interregional, lo primero a destacar en referencia alos municipios menores de diez mil habitantes es la coincidenciaentre vivienda y edificio de forma mayoritaria en todas lasComunidades Autónomas, excepto en el País Vasco. La proporciónde viviendas situadas en edificios de una sola vivienda es especial-mente alta en las regiones más agrarias (Andalucía, Aragón, las dosCastillas, Extremadura, Galicia y Murcia), ofreciendo así una ocupa-ción extensiva del suelo. En Madrid, la importancia de estas edifica-ciones estaría ligada a los fenómenos de desconcentración urbana.

Por el contrario, este tipo de viviendas es mucho menos impor-tante en el País Vasco, Navarra y Cataluña, donde, por otro lado,hay una importancia mucho mayor de los edificios de tres o másviviendas. Ello podría estar vinculado no sólo a un medio ruralmás urbanizado sino también a formas tradicionales de viviendade gran tamaño, como son los caseríos y las masías.

Por otra parte, se detecta en todo el Levante una mayor pro-porción de viviendas adosadas, fenómeno vinculado probable-mente a la ocupación de la segunda residencia y del turismo.

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CUADRO 96

ESPAÑA,1991. NÚMERO DE VIVIENDAS POR EDIFICIOMUNICIPIOS MENORES DE 10.000 HABTTANTES

CC. AA. Una Dos ^es o másANDALUCIA 88,2 4,6 6,1

ARAGÓN 80,4 6,2 13,3

ASTURIAS 76,3 1,7 22,0

BALEARES 66,6 18,1 15,3

CANARIAS 72,2 5,7 22,1

CANTABRIA 71,7 2,0 24,5

CAST/MANCHA 84,8 5,4 9,7

CAST/LEÓN 83,1 4,5 12,2

CATALUÑA 55,6 13,6 30,8C. VALENCIANA 66,0 10,0 24,1

EXTREMADURA 87,4 5,9 6,4

GALICIA 88,5 4,3 6,9

LA RIOJA 48,3 14,7 35,7

MADRID 78,9 5,3 15,8

MURCIA 82,4 8,8 5,9

NAVARRA 57,2 7,7 34,3

P. VASCO 20,5 7,6 70,6

ESPAÑA 75,7 7,0 17,0

Fuente: EPF, 1990/]991. (Elaboración propia)

En cuanto al régimen de tenencia de la vivienda, hay un predo-minio de la vivienda en propiedad en todas las Comunidades autó-nomas, aunque hay casos en que la vivienda en alquiler está alcan-zando cierta importancia. Este es el caso de aquellas regiones conuna gran actividad turística como Baleares y Canarias, o conpoblaciones urbanas que han fijado su residencia en el medio rural(Madrid, Cataluña y País Vasco). En muchos casos se trata depoblación flotante, no arraigada suficientemente en esta parte delterritorio, como para haberse arriesgado a obtener una viviendaen propiedad.

Los mayores porcentajes de vivienda en propiedad (por enci-ma de la media nacional) se detectan en Andalucía, Aragón,Castilla y León, Galicia, Navarra y Comunidad Valenciana.Extremadura, La Rioja y Castilla-La Mancha se sitúan en torno a

la media.

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CUADRO 96.1

ESPAÑA,1991. RÉGIMEN DE TENENCIA DE LA VIVIENDAMUNICIPIOS MENORES DE 10.000 HABTI'ANTES

CC. AA. Propiedad Alquilada CedidaANDALUCIA 87,1 4,5 8,4ARAGÓN 86,1 8,9 5,0ASTURIAS 82,7 12,2 5,1BALEARES 73,2 18,3 8,5CANARIAS 72,6 15,7 11,7CANTABRIA 80,7 ]0,3 9,0CAST/MANCHA 84,3 5,0 10,7CAST/L,EÓN 86,1 7,0 6,9CATALUÑA 78,1 13,2 8,7C. VALENCIANA 85,0 5,7 9,3EXTREMADURA 84,3 5,3 10,4GALICIA 90,2 4,9 4,9LA RIOJA 84,4 7,3 8,3MADRID 73,7 21,1 5,2MURCIA 82,4 2,9 14,7NAVARRA 89,4 7,2 3,4P. VASCO 75,7 14,8 9,5ESPAÑA 84,0 7,9 8,1

Fuente: EPF, 1990/1991. (Elaboración propia)

El año de adquisición de la vivienda, aunque se concentra enlos años de mayor crecimiento económico y de expansión de laconstrucción (1950-1981), varía también en función de laComunidad Autónoma de referencia.

Las viviendas adquiridas desde 1980 son más frecuentes (muypor encima de la media nacional) en los medios rurales deBaleares, Cantabria, Cataluña, Madrid, Murcia, Navarra yComunidad Valenciana, zonas, por lo general, menos envejecidaso de mayor nivel de renta.

La reciente adquisición de la vivienda es menos frecuente enAragón, Asturias, las dos Castillas, y Galicia, donde el fenómenodel envejecimiento demográfico es mucho más importante, y, por lotanto, se reside en la misma casa de siempre. Esto hace que sea enestas regiones donde es más frecuente la vivienda adquirida antesde 1950. La importancia de este tipo de viviendas en regiones como

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Baleares, Canarias o Madrid, indica la presencia todavía importan-te de poblaciones probablemente autóctonas en zonas que han sidoinvadidas por el fenómeno turístico o de desconcentración urbana.A destacar también la bajísima proporción de viviendas adquiridasantes de 1950 en La Rioja, Navarra y el País Vasco.

La antigiiedad de la vivienda no se correlaciona necesariamen-te con la fecha de adquisición, pero ofrece resultados muy pareci-dos, lo cual indica una baja intensidad de circulación de los bienesinmobiliarios en el medio rural. Así, aunque la inmensa mayoríade las viviendas tenían en el año 1991 más de 10 años de antigtie-dad, las zonas rurales de Galicia, Castilla y León, Cantabria yAsturias tienen un parque inmobiliario más antiguo.

Por otro lado, las zonas rurales de La Rioja, Madrid, Navarra y PaísVasco presentan una importante proporción (por encima del 20 porciento) de viviendas con menos de diez años de antigiiedad.

CUADRO 96.2

ESPAÑA,1991. AÑO DE ADQUISICIÓN DE LA VIVIENDAMUNICIPIOS MENORES DE 10.000 HABTI'ANTES

Tamaño Antes 1950 1951-1980 Después de 1980ANDALUCÍA 10,5 66,0 23,5ARAGÓN 13,5 69,2 17,3ASTURIAS 11,2 67,4 21,4BALEARES 14,2 53,9 31,9CANARIAS 16,1 60,1 23,8CANTABRIA 12,9 58,0 29,1CAST/MANCHA 13,1 65,2 21,7CAST/LEÓN 16,1 65,6 18,3CATALUÑA 7,5 62,1 30,4C. VALENCIANA 8,9 64,0 27,1EXTREMADURA 8,1 67,7 24,2GALICIA 15,0 63,2 21,8LA RIOJA 5,0 70,6 24,4MADRID 14,3 57,1 28,6MURCIA 10,7 57,1 32,2NAVARRA 4,3 67,1 28,6P. VASCO 3,2 74,0 22,8ESPAÑA 11,4 64,9 23^Fuente: EPF, 1990/1991. (Elaboración propia)

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CUADRO 96.3

ESPAÑA,1991. AÑOS DE EXISTENCIA DE LA VIVIENDAMUNICIPIOS MENORES DE 10.000 HABTI'ANTES

Tamaño Menos 10 años 10 ó másANDALUCÍA 14,4 85,60ARAGÓN 10,6 89,40ASTURIAS 5,1 94,90BALEARES 13,6 86,40CANARIAS 16,3 83,70CANTABRIA 9,3 90,70CAST/MANCHA 16,3 83,70CAST/LEÓN . 9,2 90,80CATALUÑA 15,1 84,90C. VALENCIANA 18,6 81,40EXTREMADURA 13,3 86,70GALICIA 10,4 89,60LA RIOJA 22,1 77,90MADRID 21,1 78,90MURCIA 16,1 83,90NAVARRA 20,2 79,80P. VASCO 22,5 77,50ESPAÑA 14,2 85,80

Fuente: EPF, ]990/1991. (Elaboración propia)

Respecto al tamaño de la vivienda, medido en número de habi-taciones, lo más frecuente parece ser la casa de 5 ó 6 piezas (véasecuadro siguiente). La vivienda de menos de 4 habitaciones es pro-porcionalmente muy importante (por encima de la tercera partedel total) en Asturias y Canarias. Este tipo de vivienda tambiénpresenta frecuencias superiores a la media española en Andalucía,Castilla y León, Extremadura, Galicia, Madrid y País Vasco. Lasviviendas de más de siete habitaciones están más presentes enAndalucía, Aragón, Baleares y Navarra. En el caso de Andalucíaparece darse una mayor polarización en torno al tamaño de lavivienda que en el resto de las regiones, habiendo una mayor pro-porción de viviendas pequeñas y grandes. Este hecho es sintomá-tico y puede ser reflejo de la bipolaridad económica y social deesta zona.

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Page 13: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

CUADRO 96.4

ESPAÑA,1991. NÚMERO DE HABITACIONES DE LA VNIENDAMUNICIPIOS MENORES DE 10.000 HABITANTES

Tamaño Hasta 4 5 ó 6 7 ó másANDALUCIA 29,0 48,7 22,3ARAGÓN l 7,6 58,0 24,4ASTURIAS 41,1 44,4 14,5BALEARES 14,9 62,1 23,0CANARIAS 37,6 51,9 10,5CANTABRIA 17,3 67, l 15,6CAST/MANCHA 21,5 57,6 20,9

CAST/LEÓN 28,2 51,9 19,9CATALUÑA 16,8 62,9 20,3C. VALENCIANA 17,2 65,9 16,9EXTREMADURA 24,5 57,3 18,2GALICIA 26,1 54,6 19,3LA RIOJA 14,8 66,4 18,8MADRID 26,3 68,4 5,3MURCIA 20,6 58,8 20,6

, NAVARRA 12,9 64,5 22,6P. VASCO 26,2 62,5 l l,3ESPAÑA 23,6 57,0 19,4

Fuente: EPF, 1990/199L (Elaboración propia)

Anotábamos anteriormente, como hecho nuevo, la generaliza-ción de la implantación de segundas residencias en todo el mundorural. Este fenómeno está teniendo una importancia capital sobretodo en las Comunidades que se extienden a lo largo delMediterráneo. En estos núcleos rurales la segunda residencia estáalcanzando un extraordinario desarrollo, llegando a ser, incluso, másnumerosa que la principal. Sigue en importancia un círculo querodea a las grandes ciudades, casos de Guadalajara, Cuenca y Avilaen Madrid. Los núcleos rurales de estas provincias están sirviendo debase de descongestión, como zonas de ocio y de tiempo libre, para lasgentes que viven en Madrid capital. La compra y ulterior rehabilita-ción de una vivienda rural para un urbanícola supone una forma decontribuir a la recuperación de los pueblos, además de encontrarlugares tranquilos y, relativamente, baratos, en los que poder des-cansar y mantener un contacto más directo con la naturaleza.

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Page 14: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

También el interior protagoniza un aumento considerable desegundas viviendas, sobre todo por parte de antiguos emigrantes, queutilizan la vivienda como un medio de restablecer las relaciones conel medio que un día abandonaron, en muchos casos, de forma obliga-da. La utilización de estas viviendas suele ser desigual, destinándose,unas veces, para pasar el obligado mes de vacaciones y, otras, parareposar durante los fines de semana y algún que otro puente.

Este fenómeno sigue en aumento y no es improbable que estehecho llegue a ser en el futuro uno de los elementos básicos de larecuperación de la sociedad rural. Con un ritmo más o menosintenso, es todo el mundo rural el que se está uniendo a este pro-ceso, incluyendo, también a ciertos pueblos abandonados queestán siendo recuperados por sus antiguos moradores o por perso-nas amantes de la naturaleza.

CUADRO 97

SEGUNDA VIVIENDA SOBRE PRINCIPAL EN ENTIDADESDE MENOS DE 2.000 HABTI'ANTES POR COMUNIDADES

AUTÓNOMAS

Principales Secundarias Secun/Principal

ANDALUCÍA 224.840 133.069 59,2%ARAGÓN 97.848 66.354 67,8%ASTURIAS 112.837 28.589 25,3%BALEARES 31.985 41.868 130,9%CANARIAS 98.759 32.014 32,4%CANTABRIA 50.196 18.713 37,3%CAST/MANCHA 137.806 120.876 87,7%CAST/LEÓN 326.277 202.524 62,1 %CATALUÑA 188.740 207.388 109,9%EXTREMADURA 89.818 42.605 47,4%GALICIA 438.109 86.031 19,6%MADRID 33.407 53.980 161,6%MURCIA 55.904 60.954 109,0%NAVARRA 34.549 9.672 28,0%C. VALENCIANA 118.325 183.236 154,9%P. VASCO 61.845 19.518 31,6%LA RIOJA 20.255 14.440 71,3%TOTAL 2.121.610 1.321.832 62,3% _

Fuente. Nomenclator 1991. Elaboración propia.

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Page 15: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

12.2. Equipamientos

E1 nivel de equipamiento de las viviendas es un aspecto quemide el grado de desarrollo de una colectividad. Aunque tam-bién los rurales se han adaptado a las pautas de consumo de lasociedad urbana, los niveles alcanzados son todavía más bajosque los estándares presentes en la sociedad actual. Para mati-zar este tema es necesario tener en cuenta las observacionesrealizadas en un reciente artículo de Martín-Guzmán y Bellido(1994), sobre la pobreza. Estos autores señalan que ésta sepuede y se debe medir, más que por la cantidad de equipa-mientos, por la calidad de los mismós. Un hogar puede estarestadísticamente equipado pero con bienes de inferior calidad,lo que habría que interpretar como un signo de pobreza.

Comparando equipamientos y tamaño de hábitat, se detec-ta una menor presencia de casi toda la gama que integra estecapítulo en el medio rural. Los niveles son muy parecidos encuanto a equipamientos esenciales como el agua y la electrici-dad. La diferencia comienza a detectarse en la ausencia deagua caliente y de aseo (ambos ítems muy relacionados entresí). La calefacción es también menos frecuente en el mediorural, si bien no hay que olvidar la posibilidad de usar fuentesalternativas y tradicionales de calor (chimeneas, "glorias",estufas de leña, etc). Siguen existiendo diferencias importantesen cuanto a la disponibilidad de teléfono, equipamiento muyimportante sobre todo en zonas rurales poco accesibles. Lanevera presenta niveles de presencia muy parecidos en amboshábitats.

Sigue habiendo una menor disponibilidad en el medio ruralque en el urbano de aparatos de aire acondicionado, lavado-ras, radios, televisores en color, vídeos u ordenadores perso-nales.

Significativamente, un bien "inferior" como sería el televi-sor en blanco y negro, se halla más presente en el medio rural.

Hay, también, una mayor presencia de equipamientos, cuyaimportancia vendría determinada por las necesidades y dispo-nibilidades del hábitat. De esta forma, se detecta un mayorequipamiento de congeladores en el medio rural. Esto vendría

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Page 16: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

explicado por la necesidad de conservar alimentos perecede-ros, ya sean de producción propia, ya comprados en tiendas ysupermercados. Este artefacto vendría a sustituir o completarlas antiguas bodegas, cantareras, despensas u otras formas dealmacenaje. ^ -

De la misma forma, el garaje se halla con mayor frecuenciaen la vivienda rural, lo cual es un indicador de una mayor dis-ponibilidad de espacio y de la facilidad para adaptar algunoscobertizos para estos nuevos fines.

En cuanto a medios de transporte, los niveles de equipa-miento son muy parecidos, si bien, en el medio rural el auto-móvil no ha alcanzado todavía la misma extensión que en elmedio urbano. La motocicleta es todavía un importante vehícu-lo de transporte y se puede hacer referencia a él como a losbienes inferiores como indicadores de nivel de vida.

Por último, en el mundo rural hay un mayor espacio desti-nado a zonas deportivas, lo que no quiere decir que sean luga-res de ocio al servicio exclusivo de los rurales. Pero ni en elmundo rural ni en el urbano estos espacios habían alcanzadoun desarrollo mínimamente suficiente cuando se hizo laencuesta, aunque con posterioridad al año 1991 se ha asistidoa un remozamiento de los pueblos con la generalización de pis-cinas públicas y polideportivos.

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Page 17: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

CUADRO 98

ESPAÑA,1991. VIVIENDA SEGÚN EQUIPAMIENTOS (TIENEN)

< 10.000 > 10.000 EspañaELECTRICIDAD 99,6 99,9 99,8AGUA CORRIENTE 99,1 99,8 99,6AGUA CALIENTE 89,0 96,3 94,4ASEO 95,6 99,0 98,2CALEFACCIÓN 19,5 29,4 26,8TELÉFONO 60,0 82,9 76,9GARAJE 29,8 26,6 27,5REFRIGERACIÓN 1,1 2,8 2,4NEVERA 97,1 99,3 98,7CONGELADOR 11,5 4,5 6,3LAVADORA 88,7 95,3 93,6RADIO 60,7 76,6 72,4TV. B/N 20,4 14,2 15,8TV. COLOR 91,7 110,5 105,6VÍDEO 29,0 51,2 45,4ORDENADOR PC. 5,4 13,3 11,2AUTOMOVIL 67,6 76,8 74,4MOTOCICLETA 22,8 15,6 17,5ZONA DEPORTIVA 0,3 1,3 1,0

Fuente: EPF, 1990/199L (Elaboración propia)

La comparación interregional del equipamiento de las viviendaspermite detectar diferencias entre los medios rurales de las distintasComunidades Autónomas (véase cuadro siguiente). La ausencia deaseo es poco significativa en todos los casos, si bien Asturias,Cantabria, Extremadura y Murcia presentan niveles de equipa-miento más bajos que la media. Galicia merece mención aparte, yaque tiene un porcentaje de hogares sin aseo superior al 13 por cien-to. Muy por debajo de la media aparecen los municipios rurales deAragón, Cataluña, La Rioja, Madrid, Navarra, ComunidadValenciana y País Vasco. En el resto de las regiones los valores seaproximan a la media española. Parece haber una cierta asociaciónentre nivel de vida y disposición del aseo, aunque el fenómeno tam-bién se localice geográficamente en la cornisa cantábrica.

El agua caliente está ausente con mayor frecuencia en las zonasde menor renta y de clima más cálido: Canarias, Extremadura y

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Page 18: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

Galicia. Les siguen las zonas rurales de Andalucía, Asturias,Cantabria y las dos Castillas. Este equipamiento está ausente, confrecuencias muy por debajo de la media nacional (con valoresmenores del 5 por ciento), en los medios rurales de Madrid,Navarra, País Vasco, Cataluña y Aragón.

El equipamiento de calefacción es claramente minoritario entodo el mundo rural. Todavía hay un 80 por ciento de hogares quecarecen de este servicio, aunque es probable que encuentren solu-ciones parciales a este problema con los braseros, las glorias, lascocinas bilbainas, los chupones u otros sistemas para paliar los rigo-res de los largos inviernos. En este terreno se dan, también, impor-tantes contrastes. Hay zonas en las que este equipamiento cubremás de la mitad de los hogares rurales, pero en otras predominanlos hogares que carecen de este tipo de instalación. Comparando ladotación de este equipamiento entre las distintas Comunidadesparece darse una cierta correlación con el nivel de ingresos, sin des-cartar la importancia del clima. Canarias y Baleares y parte del sury de la zona mediterránea carecerían de este bien por razones cli-matológicas, pero ésta no sería una explicación válida para la esca-sa dotación de este servicio en Castilla-La Mancha, Castilla y León,Asturias, Aragón, Cantabria o Galicia. Del mismo modo habríaque entender que la mejor datación de La Rioja, Madrid o Navarratiene que ver con la base económica de sus hogares.

Si consideramos que el teléfono es u signo de modernizaciónnuestro mundo rural está todavía lejos de alcanzar unas cotas razo-nables. Hay todavía un 60 por ciento de hogares rurales que care-cen de este servicio, y son muchas las Comunidades en las que loshogares que no tienen este servicio es superior a los que disponende él. En unos casos, la carencia tiene un componente económicopor ir asociada a bajos niveles de renta (Andalucía, Extremadura),pero en otros depende, también, de la naturaleza del poblamiento(Asturias, Galicia y Murcia). El equipamiento telefónico alcanza,sin embargo, niveles comparables al medio urbano en los munici-pios rurales de Aragón, Baleares, Cataluña, Madrid, Navarra yPaís Vasco. Parece pues que hábitat y nivel de vida determinan el

grado de equipamiento en telefonía.Hay que decir al respecto que los últimos avances en telefonía

móvil e inalámbrica están alterando la dificultad de acceso a dicho

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Page 19: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

equipamiento en función de la localización geográfica. De hecho,en la Comunidad gallega se ha acometido con éxito en los últimosaños un Plan de Telefonía Rural que ha hecho desaparecer en granmedida este tipo de dificultades.

CUADRO 98.1

ESPAÑA,1991. EQUIPAMIENTO DE LA VIVIENDA (NO TIENE)

MUNICIPIOS MENORES DE 10.000 HABITANTES

Aseo Agua Caliente Calefacción TeléfonoANDALUCIA 3,8 11,5 93,9 60,1ARAGÓN 1,9 5,0 73,7 24,9ASTURIAS 7,4 10,9 75,5 56,4BALEARES 4,6 6,8 96,4 18,2CANARIAS 2,8 19,2 99,6 43,5CANTABRIA 9,4 12,1 87,2 31,2CAST/MANCHA 4,3 11,2 76,6 39,6CAST/LEÓN 5,4 10,5 66,6 37,4CATALUÑA 1,1 4,7 67,7 19,0C. VALENCIANA 0,4 7,0 98,5 37,5EXTREMADURA 7,5 17,8 94,4 53,4GALICIA I 3,2 18,3 88,5 60,1LA RIOJA - 5,1 46,4 29,0MADRID - - 47,4 15,8MURCIA 8,8 8,8 100,0 52,9NAVARRA 0,9 3,4 40,4 20,1P. VASCO 0,8 1,1 73,3 I 3,8ESPAÑA 4,4 10,1 80,5 40,0

Fuente: EPF, 1990/1991. (Elaboración propia)

Estamos pues, en presencia de un medio rural menos equipado,equipado conforme a las necesidades y recursos diferenciales quepresenta el medio rural, o con una mayor importancia de bienesconsiderados hoy en día "inferiores", como la televisión en blancoy negro o la motocicleta. De cualquier forma, hay que resaltar latendencia a una cierta homogeneización de las pautas de consumoen servicios básicos, aunque el dinero y la cultura siguen ejercien-do un papel discriminatorio. Hay que destacar la situación dife-rente de los municipios rurales de las Comunidades Autónomas

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Page 20: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

más atrasadas, con niveles bajos de equipamiento en teléfono,agua caliente y aseo.

12.3. El consumo

A simple vista puede parecer que en nuestro país ha habidouna tendencia hacia la homogeneización de las rentas y de laspautas de consumo, pero esta aproximación no es del todo cier-ta. Ya hemos visto los contrastes en cuanto a los ingresos rura-les y no rurales, así como las diferencias de estos ingresos encuanto al género, la actividad económica y la categoría profe-sional. La evolución de las rentas, óbviamente, repercute en elconsumo. Según la Encuesta de Presupuestos Familiares, loshogares rurales suponen el 48 por ciento sobre el total de hoga-res y su consumo asciende al 42 por ciento, en cambio los hoga-res urbanos representan el 52 por ciento y su consumo el 58 porciento.

Pero, las diferencias no son sólo cuantitativas, sino tambiéncualitativas. El consumo urbano tiende a standarizarse y homoge-neizarse cada vez más, en cambio el rural está mucho más circuns-crito a las costumbres y usos de cada lugar.

Tomando como punto de comparación la media de consumode cada grupo, según la clasificación que hace la EPF, los ruralesconsumen en todos los capítulos cantidades por debajo de lamedia y los urbanos por encima. Las diferencias entre uno y otroson relativamente bajas, por debajo del 10 por ciento, en los gru-pos de alimentos (G.1), vestido y calzado (G.2) y transporte ycomunicaciones (G.6); moderadas, en torno al 15 por ciento, enlos grupos de muebles y utensilios (G.4), servicios médicos y pro-ductos sanitarios (G.5) y otros bienes y servicios (G.8), y altas (20por ciento o más) en los grupos esparcimiento y cultura (G.7) yvivienda, calefacción y alumbrado (G.3). De todo ello se deducela tendencia hacia una mayor homogeneidad en el gasto en los lla-mados productos básicos, alimentos, bebidas, vestido, calzado ytransporte; y un mayor distanciamiento en los consideradosmenos necesarios o no básicos, como cultura, ocio, vivienda ycalefacción.

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Page 21: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

Los contrastes entre el consumo rural y el urbano apuntanhacia la convergencia de pautas de consumo, en unos espacios,y hacia la acentuación de las divergencias, en otros.

En Andalucía sólo son relativamente convergentes los hábitosde consumo del grupo de los alimentos, bebidas y vestido, dándo-se en el resto desviaciones por encima y por debajo de110 por cien-to sobre la media (EPF, Andalucía, 1990/1881, pág 34).

En Aragón, la convergencia en el gasto afecta a cinco de losnueve grupos de bienes y servicios (alimentos, vestido y calza-do, transporte, otros bienes y otros gastos no mencionados),siendo la diferencia más importante en el capítulo de esparci-miento y cultura (EPF, Aragón, 1990/1991 pág. 34).

En Asturias son convergentes los gastos de alimentación(G1), transporte (G2) y otros gastos (G8), y muy divergentes elresto; sobresale, también, por la divergencia el gasto en ocio ycultura (EPF, Asturias, 1990/1991, pág. 33) .

En Baleares se distancia el consumo urbano del rural, en elesparcimiento y la cultura (G7) y en el grupo de otros bienes yservicios (G8). Es también divergente, pero en favor delmundo rural, el gasto en mobiliario (EPF, 1990/1991, Baleares,pág. 33).

Entre los canarios sobresale la convergencia sobre la diver-gencia; hay divergencia en el capítulo del esparcimiento y lacultura (G7), en el de otros gastos no mencionados (G9) y enel del vestido y calzado (G2); y convergencia en el resto (EPF,1990/1991, Canarias, pág. 33).

En Cantabria es sólo convergente el gasto de vestido y cal-zado (G2) y transportes (G4); y moderadamente divergentestodos los demás (EPF, 1990/1991, Cantabria, pág, 35).

La nota de Castilla la Mancha es la distancia entre lasmedias de consumo urbano y rural, con un ligero acercamien-to en la alimentación y en los servicios médicos y sanitarios(EPF, 1990/1991, Castilla la Mancha, pág. 34).

Lo mismo cabe afirmar de Castilla y León, cuyo mundo ruralestá marcado por un consumo, en todos los capítulos del gasto,mucho más bajo que el urbano; la alimentación y otros gastos nomencionados acercarían algo la distancia en el consumo de estosdos espacios (EPF, Castilla y León, 1990/1991, pág. 34).

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Page 22: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

El gasto de los hogares rurales catalanes mantiene importan-tes diferencias en cuanto a los capítulos de vivienda (G3), mobi-liario del hogar (G4), servicios médicos (GS) y esparcimiento ycultura (G7) (EPF, 1990/1991 Cataluña, pág. 34).

El modelo extremeño se parece al castellano manchego concierto acercamiento entre el consumo de la alimentación y el delos servicios médicos y sanitarios, y gran distancia en los otroscapítulos del gasto, sobre todo en el de esparcimiento y cultura(EPF 1990/1991, Extremadura, pág. 33).

En la Galicia rural se aproximan los gastos en el consumo dealimentos y vestido y se alejan todos los demás capítulos degasto, en especial el de esparcimiento, enseñanza y cultura (EPF,Galicia, 1990/1991, pág. 35).

En la Rioja se repite el modelo de Castilla la Mancha yExtremadura. Hay un acercamiento de los gastos del capítulo dealimentos y del de los servicios médicos y sanitarios, y un distan-ciamiento en los demás (EPF, 1990/1991, La Rioja, pág 35).

El mundo rural madrileño ha acercado bastante su estructu-ra del gasto a los stándares urbanos, mantiene, no obstante,comportamientos diferentes en los servicios médicos y sanitarios(GS), transporte (G6), esparcimiento (G7), otros bienes (G8) yotros gastos (G9) (EPF, 1990/1991 Madrid, pág 35).

En Murcia se ve la impronta de la ruralidad en los gastos devivienda (G3), transporte (G6) y, sobre todo, el esparcimiento yel ocio (G7) (EPF 1990/1991, Murcia, pág. 34).

Destacamos en Navarra la aproximación del gasto entre elmundo rural y el urbano en la alimentación y bebidas (G1), en elvestido y calzado (G2), en el mobiliario (G4), en el transporte(G6) y en otros gastos (G9); y el distanciamiento en el capítulo dela vivienda (G3), en el esparcimiento (G7) y en el de otros bienes(G8) (EPF 1990/1991, Navarra, pág, 34).

La C. Valenciana acerca el consumo rural y urbano en elgrupo de los alimentos y bebidas (Gl), vestido y calzado (G2) yel de otros bienes (G8) y otros gastos (G9) y le aleja en el espar-cimiento y los transportes (EPF, 1990/1991, ComunidadValenciana, pág 34).

El consumo del mundo rural vasco es, sin duda, el que más separece al urbano con diferencias tan sólo en el grupo de vivienda

360

Page 23: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

(G3), mobiliario (G4) y esparcimiento (G7). En los otros grupos,las diferencias son mínimas con porcentajes que apenas se distan-cian un 5 por ciento respecto de la media (EPF 1990/1991, PaísVasco. pág. 34).

Todas estas variedades regionales no hacen más que poner demanifiesto la gran separación que existe entre las pautas de con-sumo del mundo rural y del urbano, dentro del marco específicode cada zona.

En todas las zonas rurales el consumo está por debajo delurbano en todos los capítulos del gasto, incluso, en el de la ali-mentación, que es el más elevado entre los rurales. Dentro deeste comportamiento general se dan otras dos regularidades; laprimera, el acercamiento en ciertas pautas de consumo como enlos alimentos y bebidas (G1) y, la segunda, la caída porcentualdel gasto en el grupo de esparcimiento, enseñanza y ocio (G7).En el mundo urbano este gasto suele suponer un 6,9 por ciento,y en el rural sólo alcanza e14,5 por ciento. Este hecho es todo unsímbolo del consumo rural, todavía más pendiente de resolvernecesidades básicas que de atender una demanda más seleccio-nada. Los gastos en vivienda (G3) y equipamientos (G4) tanbien suelen ser muy diferentes, pero con distancias no tan mar-cadas y con variantes según las zonas. Lo mismo cabe señalar delos otros capítulos: vestido y calzado (G2), servicios médicos(GS) y transporte y comunicaciones (G6), que si bien mantienendistancias razonables respecto a la media, las diferencias seacortan o se amplían dependiendo de elementos característicosde cada zona. Esto sucede, por ejemplo, con los gastos sanita-rios; el incremento de la demanda de las zonas urbanas por lalógica del desarrollo se contrarresta cór Ĵ la que se deriva delenvejecimiento.

Para precisar con mayor detalle las diferencias que venimosapuntando se compara la estructura del gasto del mundo rural ydel mundo urbano, a partir de las disponibilidades de cada con-junto de hogares. Dicha comparación presenta diferenciasimportantes que apuntan hacia conceptos de necesidad diferen-tes, así como hacia formas culturales de hábitos de consumo muydistintos. EI mundo rural, en conjunto, gasta mucho más en ali-mentación y bebidas, gasto que compensa el mundo urbano con

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Page 24: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

los capítulos de vivienda, esparcimiento y otros bienes y servi-cios.

El aumento de la partida relativa a"alimentos, bebidas ytabaco" del mundo rural puede tener dos lecturas: la primera,que al ser menor el importe de ingresos hay que destinar unacantidad proporcionalmente mayor para los gastos más necesa-rios, entre los que se contabilizan los de la comida; y segundo,la comida forma parte del status social del mundo rural por loque la mejora de la situación económica se debe correspondercon una mejora, también, de las cantidades y ^calidades? des-tinadas a este concepto.

La contrapartida de los gastos del consumo urbano son losdestinados a esparcimiento y cultura, por un lado, y vivienda,calefacción y alumbrado, por otro. Ambos capítulos definenstándares de consumo más urbanos que rurales, debido, unasveces a razones de carácter externo, como el encarecimiento dela vivienda por la repercusión del coste del suelo, y otras decarácter interno, como la nueva concepción del consumo, menosdependiente de los bienes necesarios y más orientado hacia bie-nes de ocio y culturales.

Los transportes y comunicaciones son, sorprendentemen-te, algo más costosos en el mundo rural que en el urbano, lomismo que los gastos de vestido y de calzado. No encontra-mos una explicación convincente de estas diferencias, a no serque esté motivada por la mayor incidencia de los gastos delcoche propio en la estructura del consumo. A1 margen de estehecho, parece que los urbanos se mueven más y gastan tam-bién más en transporte, si bien una minoría de activos rurales,los llamados commuting, salen todos los días de los núcleosrurales para ir a sus lugares de trabajo, recorriendo, a veces,distancias que superan los 100 Km (Oliva Serrano J, 1995,215-246).

Hay bastante similitud en cuanto a los porcentajes de los gas-tos de servicios médicos y de productos sanitarios.Probablemente, como se apuntaba anteriormente, la mayor pre-ocupación urbana por estos temas, se compensa con un equili-brio en la demanda, debido a que el mundo rural está más enve-jecido y este grupo social es más propenso a demandar estos

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Page 25: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

servicios por su mayor proclividad a la enfermedad y al consu-mo de medicinas.

E1 equipamiento del hogar en cuanto a muebles, utensilios yotros productos de la casa, absorbe, en uno y otro caso, por-centajes de consumo muy parecidos, lo que acerca las preocu-paciones de unos y de otros por disfrutar de un cierto bienes-tar.

En definitiva, visto en su conjunto el problema del consumo,parece que en el mundo rural predomina un tipo de consumo debase tradicional y más orientado hacia la subsistencia, mientrasen el mundo urbano el consumo se orienta hacia bienes quecomportan un mejora de los niveles de vida o satisfacen aspec-tos más vinculados con la cultura.

CUADRO 99

ESTRUCTURA DEL GASTO ANUAL MEDIO DEL HOGARPOR GRANDES GRUPOS DE GASTO, SEGÚN TAMAÑO

DE MUNICIPIOS

rural urbano total

G.1: ALIMENTOS, BEBIDAS Y TABACO 28,6 22,6 24,6

G. 2: VESTIDO Y CALZADO 10,3 9,1 9,5

G. 3: VIVIENDA, CALEFACC[ÓN Y ALUMBRADO 20,3 23,9 22,6

G. 4: MUEBLES Y UTENSILIOS DOMÉSTICOS 5,4 5,6 5,5

G. 5: SERVICIOS MÉDICOS Y P. SANITARIOS 2,3 2,7 2,6

G. 6: TRANSPORTE Y COMUNICACIONES 12,5 11,9 12,2

G. 7: ESPARCIMIENTO Y CULTURA 4,5 6,9 6,1

G. 8: OTROS BIENES Y SERVICIOS 11,7 13,3 12,8

G. 9: OTROS GASTOS NO MENCIONADOS 4,4 4,1 4,1

TOTA L 100 100 100

Fuente: EPF, 1990I1991.

Pero el consumo rural no es tampoco homogéneo, sino que seobservan diferentes contrastes, los cuales dependen, a su vez, delos ingresos de cada zona, así como de las características culina-rias de cada territorio. En las zonas más agrarizadas tiende ahaber un consumo de carácter más tradicional, destinado acubrir las necesidades básicas, como la alimentación y el vestido.

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Page 26: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

En cambio en las menos agrarizadas aumentan los otros gastos,como los del mobiliario, los de los utensilios domésticos(Madrid) o los de esparcimiento y cultura (Cataluña).

Apuntadas estas diferencias, los hogares rurales tiendenhacia la homogeneización del consumo con variantes derivadasmás de situaciones especiales, que de comportamientos sociales.Los rurales aragoneses, cántabros, murcianos, andaluces y nava-rros gastarían más en vestido y calzado; Baleares, Cantabria,Asturias y Andalucía serían consumidores destacados de gastosde vivienda, calefacción y alumbrado. Los navarros y manchegosestarían más interesados por el consumo de muebles y utensi-lios. Baleares y Madrid incrementarían el gasto en serviciosmédicos y productos sanitarios. País Vasco, Murcia, Canarias yAsturias tendría un gasto añadido mayor en transporte y comu-nicaciones. Vascos, madrileños, navarros, catalanes, y los ruralesisleños, en cultura y esparcimiento y, vascos y extremeños enotros servicios.

Probablemente donde se dan las mayores diferencias son enla composición de la dieta y en las características de los produc-tos, aspectos que marcarían la cultura culinaria de cada región.Pero este análisis excede nuestro objetivo.

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Page 27: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

CUADRO 99.1

ESTRUCTURA DEL GASTO DE LOS HOGARES,POR GRANDES GRUPOS EN TANTOS POR CIENTO.

CONJUNTO URBANO

1 2 3 4 5 6 7 8 9ANDALUCIA 25,4 9,5 22,4 5,5 2,3 11,6 6,1 13,4 3,9ARAGÓN 24,1 11,2 23,6 6,4 2,5 10,7 6,2 12,0 3,2ASTURIAS 22,0 11,4 21,2 5,6 2,3 13,4 7,0 12,7 4,7BALEARES 20,8 8,1 22,6 6,0 3,1 13,4 6,4 15,0 4,6CANARIAS 22,5 8,6 20,5 6,0 3,3 13, l 8,5 12,6 4,9CANTABRIA 22,3 11,3 27,2 4,7 2,7 11,0 5,1 12,0 3,7CAST/MANCHA 22,6 ]0,7 22,2 6,3 2,3 12,2 5,7 13,1 4,9CAST/LEÓN 22,7 9,9 23,5 6,1 1,9 11,6 6,2 13,6 4,5CATALUÑA 22,3 8,8 23,7 5,9 3,4 11,2 8,3 12,7 3,6C. VALENCIANA 23,9 9,6 21,8 6,2 2,9 13,4 5,8 12,1 4,3EXTREMADURA 21,7 10,9 23,2 6,l 2,0 12,6 6,0 13,2 4,3GALICIA 24,1 9,7 20,6 5,9 2,2 12,9 6,7 13, I 4,9LA RIOJA 22,8 8,6 24,7 5,3 2,2 10,9 5,7 14,7 5,2MADRID 20,5 8,0 26,7 4,6 2,7 11,8 7,3 14,1 4,2MURCIA 25,0 8,6 22,2 5,5 2,0 14,2 4,9 12,9 4,8NAVARRA 18,3 9,3 25,6 5,9 2,8 11,7 6,5 15,2 4,7P. VASCO 21,2 9,2 25,2 5,8 2,2 12,0 6,4 13,8 4,2ESPAÑA 22,6 9,1 23,9 5,6 2,7 11,9 6,9 13,3, 4,1

Fuente: EPF, 1990/1991 (elaboración propia).

Grupo l: Alimentos, bebidas y tabaco.Grupo 2: Ves[ido y calzado.Grupo 3: Vivienda, calefacción y alumbrado.Grupo 4: Muebles y utensilios domésticos y....Grupo 5: Servicios médicos y productos samtanos.Grupo 6: Transporte y comunicaciones.Grupo 7: Esparcimiento y cultura.Grupo 8: O[ros bienes y servicios.Grupo 9: Otros gastos no mencionados.

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Page 28: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

CUADRO 99.2

ESTRUCTURA DEL GASTO DE LOS HOGARES, POR GRANDESGRUPOS EN TANTOS POR CIENTO. MUNICIPIOS DE HASTA

10.000 HABTI'ANTES

1 2 3 4 5 6 7 8 9

ANDALUCÍA 30,84 11,0 22,4 5,2 1,9 9,9 3,5 11,8 3,5ARAGÓN 29,5 12,2 18,0 5,0 1,9 13,4 3,2 12,7 4,2

ASTURIAS 29,0 9,4 22,2 3,9 1,6 15,7 3,6 8,9 5,6

BALEARES 23,1 8,6 25,1 4,7 4,6 13,4 6,3 11,4 4,7

CANARIAS 26,8 7,7 21,6 5,2 2,5 15,8 S,l 12,2 3,1

CANTABRIA 26,3 11,8 24,5 5,0 2,1 12,7 3,8 8,7 5,0CAST/MANCHA 29,1 10,3 20,0 6,1 2,8 11,5 4,0 11,4 4,9

CAST/LEÓN 30,2 10,0 20,9 4,9 1,7 11,9 3,5 11,0 5,6CATALUÑA 26,1 10,0 20,0 5,2 2,5 14,3 6,0 11,8 4,2

C. VALENCIANA 27,0 9,4 19,5 5,8 2,9 11,5 4,8 14,2 4,8

EXTREMADURA 28,4 ]l,l 19,2 5,6 2,7 11,7 4,5 13,0 3,9GALICIA 34,0 10,4 19,0 5,4 1,9 12,2 4,3 9,2 3,8

LA RIOJA 31,3 8,4 19,6 5,4 2,6 11,7 4,8 -11,6 4,8

MADRID 29,7 10,5 20,8 4,8 3,3 9,8 7,7 10,1 3,5

MURCIA 25,5 11,7 15,6 5,3 1,2 18,0 2,9 12,6 7,1NAVARRA 22,9 11,1 19,3 7,6 2,5 14,8 5,0 11,4 5,3P. VASCO 23,8 ]0,4 17,8 5,7 2,2 15,2 5,2 15,5 4,2ESPAÑA 28,6 10,3 20,3 5,4 2,3 12,5 4,5 11,7 4,4

Fuente: EPF, 1990/1991 (elaboración propia)

Grupo ]: Alimentos, bebidas y tabaco.Grupo 2: Vestido y calzado.Grupo 3: Vivienda, calefacción y alumbrado.Grupo 4: Muebles y utensilios domésticos y....Grupo 5: Servicios médicos y productos samtanos.Grupo 6: Transporte y comunicaciones.Grupo 7: Esparcimiento y cultura.Grupo 8: Otros bienes y servicios.Grupo 9: Otros gastos no mencionados.

12.4. Conclusiones

Una vez más se repiten las diferencias y los contrastes quehemos apuntado en los capítulos anteriores.

La vivienda rural es diferente no sólo en cuanto a la forma oen cuanto a la distribución de espacios, sino que afecta tambiéna los sistemas de propiedad o a la antiguedad. Por otro lado, la

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Page 29: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

vivienda rural tiene sus condicionantes espaciales, adoptandoformas más particulares en las zonas más agrarizadas, y máspróximas a los modelos urbanos en las menos agrarizadas. Unhecho nuevo a destacar es la importancia creciente de la segun-da residencia en el mundo rural, situación que se ha generaliza-do en todo el mundo rural, pero que está alcanzando cuotas muyimportantes en el mediterráneo y en las zonas rurales periurba-nas, sobre todo en las más próximas a grandes ciudades comoMadrid o Barcelona.

Mundo rural y mundo urbano han alcanzado niveles acepta-bles de equipamientos, pero entre uno y otro perduran, aún,ciertas diferencias que afectan no solo a la cantidad de los pro-ductos sino, también, a la calidad. Mundo urbano y mundo ruralparece que aproximan sus stándares de consumo en serviciosbásicos como la luz o el agua, o en aparatos de primera necesi-dad, como la nevera, la lavadora o la TV, pero se mantienentodavía alejados en cuanto al agua caliente, la calefacción o elteléfono. Mundo rural y mundo urbano mantienen diferenciasen cuanto a los medios de locomoción, televisores en color, víde-os, ordenadores, aparatos de refrigeración, etc. La cobertura deequipamientos según los diferentes mundos rurales depende delas características de los territorios, pero también de los nivelesde renta. Lógicamente hay una cobertura más baja de utensiliosde calefacción en las zonas más cálidas, pero tiende a haber másteléfonos y más televisores en las zonas rurales de renta másalta.

El consumo es, si cabe, el factor en el que aparece de formamás clara la discriminación entre la sociedad rural y la urbana.Los rurales tienen siempre consumos inferiores en todos loscapítulos de ingresos, estando siempre por debajo de la medianacional o de la media de las comunidades urbanas. Ahorabien, las cantidades gastadas por unos y otros no son muy dife-rentes en los denominados productos básicos, como la alimen-tación, la bebida y el vestido, pero alcanzan niveles altos en elcapítulo de gastos de servicios médicos o de ocio y cultura.Estas diferencias mantienen una cierta regularidad en todas laszonas o espacios rurales; tiende a aumentar el gasto de los pro-ductos básicos y a disminuir el relativo a ocio y cultura. En resu-

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Page 30: CAPÍTULO XII VIVIENDA, EQUIPAMIENTOS Y CONSUMO

men, parece que en el mundo rural predomina todavía unmodelo de consumo de subsistencia y tradicional, frente alurbano que se caracteriza por una forma de consumo cada vezmás heterogénea y orientada a cubrir otro tipo de necesidades.Estas variantes son ya, también, perceptibles en los diferentesmundos rurales en los que se acentuá o mitiga el carácter más omenos tradicional del consumo dependiendo de si la zona estámás o menos agrarizada.

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