carlos octavio bunge. el hombre sin patria
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7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
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472
CUADROS
Y
FASES DE
LA.
VIDA
ARGENTINA
188
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
2/23
LA NACIN
473
sor,
y,
ya porque
mi
nombre
le,
hubiera sido
sugerido,
ya
porque
conociese
algunos
de mis libros
y
simpatizara
con
mis ideas, el hecho es que me
design para
que le pa-
trocinase
como abogado.
No
dejndome
tiempo para pleitos
mis
trabajos
socio-
lgicos
y
literarios, resolv declinar la
designacin.
Pero
pens
que sera
cruel
negar
toda
defensa
a
un
hombre
sobre
quien
pesaba
acusacin
tan grave;
quiz
no
encon-
trase
l
por
s
mismo
otro
letrado
idneo.
.
.
As,
aunque
no
aceptara
la
gestin,
parecime
un deber
de
humani-
dad
ir
a verle
a
la
caree
;
podra
tal
vez
recomendar
la
causa a
un
buen
jurista, que
dispusiera
de
ms
tiempo.
Confieso, por otra
parte,
que
senta
viva
curiosidad
por
conocer
al reo, pues
la prensa
y
el
piblico
le
presentaban
como
una especie
de orangutn, como
un
repugnante
monstruo,
moral
y
fsico.
Cuando
entr
de
visita
en
la
prisin
y
le
vi,
no
pude
menos
de
preguntar
al
carcelero:
No
nos
habremos
equivocado
de celda?
Es ste
el hombre,
realmente?
Asegurseme
que
lo
era*
y
que no
haba
tal
equivocacin,
y
ped
que se nos
dejara
solos,
al
reo
y
a
m. Aquel te-
rrorista,
acusado de
tres
o
cuatro atentados
en Europa
aquella bestia feroz,
siempre
sedienta
de
sangre
el
oran-
gutn,
el
monstruo
,
era
simplemente
un
muchacho
pli-
do,
enjuto,
encorvado, con
aire
de
tristeza
y
de
fatiga.
Djele
primeramente que
le agradeca
el haber
puesto
su
confianza
en
m.
Aunque
no
poda
representarle
perso-
nalmente,
recomendara
la defensa,
mediante su
autor,
zacin, a
quien
pudiera hacerla acaso
mejor que
yo mismo.
El
terrorista se encogi
de
hombros;
tanto
le
daba
que
fuese
yo
como
cualquier
otro.
.
Apenado
por
el destino del infeliz,
no
me
dej
vencer
por
su
hosquedad
y
descortesa.
Al
contrario,
tutendole
como
si fuera
mi
hijo
o
mi
discpulo,
le dije:
Mira,
no
slo
quiero
que seas generosamente
defendido
por
tu
mala
accin,
ante los
jueces;
quiero
tambin
defenderte de tus
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474 CUADROS Y
FASES
DE
LA VIDA
ARGENTINA
malas
ideas,
ante
ti
mismo
>.
Tendi
hacia
m las
manos
con
marcada
impaciencia,
como
para
rechazarme
; en
su
mirada
brill
un
relmpago
de
ira
..
Harto s,
amigo
mo, continu,
impasible,
que
tienes
tus
principios
y
que
no
careces
de cierta
ilustracin.
S
tambin
que
no
ser
fcil
convencerte.
Pero, seamos l-
gicos:
una
idea,
para ser
buena,
no ha
de
provenir
del
razonamiento?
T
no
conoces
ms
que un
aspecto de
la
cuestin social
;
hasta
ahora
no has ledo ms que libros
de
propaganda
anarquista.
No
sera
justo
que,
para
ra-
zonar fundadamente,
conocieses
tambin
las opiniones
opuestas?
Cmo
puedes condenar
a
la
sociedad
sin
haberla
escuchado?
Acaso la
sociedad
te condena a ti
sin
escuchar
tu
defensa?...
Muy flojas
sern
tus
convic-
ciones
si tanto temes
una doctrina
contraria
.
. .
Porque,
entindelo bien,
no
vengo aqu a
recriminarte;
vengo slo
a cambiar
ideas
contigo. Tal
vez saque
yo algo
tuyo
de
nuestra
pltica,
tal
vez saques
t
algo
mo, tal vez
no
in-
fluya ella nada en nuestros
nimos... Si
antes
has tenido
valor fsico
para
arrojar una bomba, tenlo
ahora
moral
para
escuchar
a
un hombre
que
slo desea
tu
bien
Mis
argumentos parecieron
ejercer
alguna
influencia
en el reo.
Clav en
m
la
mirada
con cierta
curiosidad,
y
se
puso
como
involuntariamente
en
actitud
de
escu-
charme.
Tom
asiento
en
un
banco
frente
a
l,
saqu
la
petaca,
ofrecle
un
cigarrillo,
que
no me
fu
aceptado,
y
encend el mo. Luego le
pregunt
:
Dime
cul
es
tu
patria. Sombro, enrgicamente
sombro,
repuso
con
marcado
acento extranjero
:
j
Yo
no
tengo
ni tuve
jams
patria
Despus
de una
pausa,
le dije:
He ah
algo que yo
no
alcanzar
nunca
a
comprender.
Para
m
es
tan
extrao
que
un
hombre me asegure
que desconoce la idea
de
patria,
como
si me
sostuviera
que nunca
tuvo
padres,
que
naci
del aire
o
de la tierra.
Todo hombre, por
el solo
hecho de
nacer,
tiene
o
tuvo
padres,
y,
por
el
solo hecho
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LA
NACIN
475
de
vivir,
tiene
o
tuvo una
patria,
originaria
o
adoptiva:
el
pas en
que
vive,
el
pas que
ama.
i
Yo
no
amo
a
pas
alguno
La
patria
en
que
nac
es
para
m
una
cueva
de
ladrones...
En hora
buena
Veo
que
princi-
piamos
a entendernos.
No
niegas ii
que,
as como
naciste
de padres humanos, tienes una patria originaria,
el pas
en
que
naciste.
Pero
niegas,
ignoro
si con
razn o
sin
ella,
que
tal
patria
sea
digna de
ser
amada.
Por
esto
la
has abandonado
y
te
refugias
en
la Repblica
Argentina.
Negars
asimismo que
la
Repblica
Argentina,
por la
liberalidad
de
sus
leyes
e
instituciones, es
una
patria
digna
de
ser
amada? ...
No
respondiendo a
mi pregunta,
encastillse
el
joven
en esta
respuesta,
que
era
en
l
como
una
obsesin:
Yo
no tengo patria ni
Dios
No
confundamos
las
cuestiones, mi
amigo ,
le
repliqu
al
punto. Puedes creer
o no
creer en
tal
o
cual
Dios;
aqu no se te
obliga,
ni
jurdica ni
moralmente,
a
profesar
un credo
determinado.
Por otra
parte, no tratar yo
de probarte la
existencia
de
Dios, porque esto
implicara entrar en un
campo
de
abstracciones
donde
quiz
no podamos
entendernos,
y
yo
quiero
ante
todo
que
nos
entendamos.
La
patria
no
es una
abstraccin, como
las
ideas
religiosas;
es
algo
concreto:
un
pas, una historia,
un pueblo...
T puedes
verla,
palparia,
sentirla.
Negars
acaso
la
existencia
de
la
Repblica
Argentina, como niegas la
de Dios?.,.
Estimulado
por
mis
observaciones,
el
hombre
sin
patria explay
sus
ideas.
Crea
que
la
sociedad,
que todas
las
sociedades del mundo estaban injustamente
organizadas;
deban
suprimirse la
autoridad,
la
propiedad,
la ley...
Para qu?,
le
pregunt
yo.
Para
nuestra
dicha ,
repuso.
Esto
es,
para
la
dicha de la
mayora.
Pero,
crees
t
que
los
hombres
de
nuestra
poca
seran
felices
si
volvieran
a
la vida
de
los
bosques?
No
se
ha
adaptado
ya
el
organismo
humano
al
uso
de
trajes, de
habitaciones,
de
ferrocarriles
y
de vapores, en fin,
al
ambiente
de la
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476
CUADROS
Y FASES DE
LA VIDA ARGENTINA
civilizacin?
No
podra
desconocerlo...
Ahora
bien,
crees que es
posible
realizar la
cultura
sin uua
divisin
adecuada
del
trabajo
social, sin leyes, sin
instituciones,
sin
autoridades?...
En
este
punto
volvi a
disertar
animadamente
el
hombre
sin patria. Deba muy
bien
haber
trabajo
social
y
normas
de conducta,
aunque
no
leyes
ni
instituciones;
no
aspiraba
l
a
destruir
la sociedad,
sino
a
redimirla, a
sanear
sus
bases
y
sentimientos, sus
usos
y
costumbres...
Te
comprendo,
le
interrump.
Para
apresurar
el
adve-
nimiento de una
nueva
era
de progreso
es
para lo que
t
supones
convenientsimo
arrojar bombas
explosivas,
sacrificando
millares
de
inocentes ...
Has
pensado
si tal
medio es
realmente
eficaz? Yo
opino ms
bien
que,
para
el
triunfo
de
las ideas
avanzadas,
resulta
contrapro-
ducente,
en
definitiva.
Un
atentado
anarquista
o
terrorista
produce,
ante
todo,
el efecto
de cerrar las
filas
de los
conservadores.
En
la inmensa
mayora
del pueblo se
provoca
una
reaccin
contra
el radicalismo. Lejos de
hacer
avanzar
tu
causa,
suponiendo que
sea
una legtima
causa
social,
la
haces
retroceder. Lejos
de favorecer
al
partido,
la
sangrienta
injusticia
de
semejante
crimen
lo
perjudica...
Crees
ir
adelante,
y,
en
tu
propio
carril,
retrogradas
.
Vacilando,
el hombre
sin
patria me
pregunt:
Cmo
propagar,
pues,
nuestras
ideas
de
progreso?
Por
la
persuasin,
le contest,
no por
la
violencia, siempre
por
la
persuasin
Hay
acaso
quien te
lo
pueda impedir en
la
Repibh'ca
Argentina?
Aqu, ms que en
ninguna
parte,
si eres
radical,
por
temperamento o
por
conviccin,
para
hacer
aceptar
tus
propias
ideas debes
ser tambin
acrrimo
antiterrorista
.
Por
la
expresin
del rostro
de
mi
interlocutor,
ms
que
por sus
palabras,
ratifiqu
mi
presuncin
de
que
no
se
trataba de
uno
de
aquellos
degenerados
que
arrojan
bombas como en
un acceso
epilptico. Ms
bien
era
una
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LA
NACIN
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vctima
de
una
informacin
sociolgica
deficiente
y
mal
encaminada.
Lanzado
a
estas
playas
por
un
horrible
naufragio
de
su
existencia,
de
su
familia,
casi dira
de
su
patria
originaria,
resultaba
entre
nosotros
un
ser
extico,
pero no
sin
vitalidad
para
poderse adaptar
al
nuevo
medio
social.
Necesitaba
una sana enseanza,
que
equilibrase
o
destruyese
los nocivos efectos
de
sus
escasos
e
incompletos
conocimientos
de la
poltica,
de
la
historia,
de
la
vida. Pude
yo
drsela, en
cinco
o
seis largas
conversaciones;
con
arduo
trabajo expuse
al
hombre sin
patria
lo
que haba
sido,
lo
que
era
y
lo
que
deba
ser
la
patria.
Si
no descuid
yo
su
instruccin,
tampoco
descuid
el
abogado
su
defensa.
No
obstante la
gran
indignacin
pblica que haba
producido su
tentativa
criminal,
conde-
nsele a
una
pena
que
tena
cumplida
ya
en
su prisin
preventiva
durante la substanciacin
del
juicio.
Acostum-
brado
al rgimen mucho ms severo
de
su
antiguo
pas,
l
mismo
debi
sorprenderse
de
la
benignidad
de
las
leyes
y
jueces.
Escribime
una
carta
muy agradecido,
y
luego
desapareci
de mi
vista,
entre la
muchedumbre.
Aos
y
aos
pasaron
en los que nada
supe del
hombre
sin patria.
Qu
habr sido de l?,
sola
preguntarme.
Ser
todava
un
peligroso
anarquista?
Habr
muerto
en
el
patbulo,
despus de
atentar
en el extranjero
contra
la
vida
de algn
gobernante,
monrquico
o
republicano?...
En
esta
incertidumbre,
no
habiendo
podido olvidar del
todo
a
mi
discpulo
de
ocasin,
un
da,
a propsito de la
impre-
sin de un libro,
tuve que
ir
personalmente
a
los
talleres
de
una imprenta
para dar mis instrucciones
al
regente.
El
regente
era
un
hombre
grueso,
y
por
todos
los
poros
respiraba
honradez,
salud
y
buen humor.
Recibime
visi-
blemente turbado... En alguna
parte haba
yo
visto
aquel
rostro...
Dnde?...
Cundo?...
No
tard
l
mismo
en
sacarme
de
dudas:
era,
hecho hombre,
el
joven
anarquista
de
marras
Trabajaba, tena mujer
e
hijos, era
feliz
cuanto
se puede
serlo en este
mundo...
Y
sus
ideas?
Aquello,
un
-
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CUADROS Y FASES DE LA
V
DA
ARGENTINA
mal
sueo de
la
juventud,
estaba
ya lejos, muy lejos ...
Ahora
era
un
buen ciudadano
argentino,
y,
por
cierto,
ms
conservador
que
yo
mismo ... Siempre
se acordaba
de
m,
si
bien, por cortedad, iba
dejando
de
un
da para
otro
el
hacerme una visita
con
su
mujer
y
sus
hijos,
como lo
tena
proyectado. Yo
haba sido su
salvador;
a
m,
slo
a
m
me'deba su
dicha...
Cmo?, le
pregunt.
Usted
hizo
mi felicidad,
me contest, porque
usted
me
ense
a
amar
a
la
patria
>.
Ninguna
leccin
ma,
ni
la
ms erudita
que haya
dado
ante
mi
habitual auditorio universitario,
ha
producido
mayor
provecho.
Haba
yo
labrado
la
felicidad
de
un
hombre
Haba
yo
dado
a
la
patria
un ciudadano
til,
padre
de
varios
otros ...
Jams
podr olvidar
su frase
de
gratitud,
que he
grabado
con letras
de
oro en
el libro
de
mi
vida
Placerame
proclamarla a todos los
padres,
a
todos
los
maestros,
a
todos los vientos:
i
Sabedlo
Ensear
a
amar
a
la
patria
es
hacer
la
felicidad
de
los
hombres .
l90.
Viva
la Patria
(Glosa
de una
parbola
antigua*.
rase un
sabio
anciano,
padre de
siete
robustos
mancebos,
que vivan
en
la
indiferencia
y
la
discordia.
Sintiendo
cercana
la
hora
de
la
muerte,
un
da los
llam.
Presentles un haz
de
siete
varas
slidamente
atado,
y
les
dijo: Legar toda
mi
hacienda
a aquel
de
vosotros
que
pueda quebrar
este
haz.
Uno por uno lo intentaron
en vano los
siete
mancebos
que
vivan en
la
indiferencia
y
la
discordia,
y
exclamaron:
No
podemos, padre.
Entonces
el
anciano
desat
el
haz
y
lo
rompi
sin
esfuerzo,
vara
tras
vara.
Hicironle
notar
sus hijos:
As,
tambin
podramos
haberlo
hecho
nosotros,
padre.
Y el
anciano
repuso:
Esta leccin,
hijos
mos,
es
la mejor
he-
rencia
que os
dejo.
Aprovechadla.
Desunidos, cualquiera
os
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LA
NACIN
479
podr
quebrar, como
yo
quebr esas
varas. Unidos
todos
por el amor
de hermanos
seris
fuertes
e
invencibles
como
el
haz
.
Esto,
que
dijo
aquel sabio
anciano
a
sus
hijos,
debe
repetir
la
patria a los suyos.
Un
pueblo
no es
ms
que
una
familia.
Una nacin
es
slo un numeroso
grupo de
hermanos.
Los
pueblos
cuyos
hijos
viven
en
la
indiferencia
y
la discordia,
desgastan sus
fuerzas en estriles
reyertas.
La
Envidia
siega las cabezas que
sobresalen,
con la
gua-
daa
de
la
muerte.
La
nacin
mata
sus
mejores
guas,
como
Saturno
que
devoraba a
sus
hijos. La guerra
civil
desangra a
la patria,
y
la
difamacin
la
envenena.
Enrscase
entonces en
su cuerpo indefenso
la Anarqua, una hidra
feroz
de dos cabezas : la
mediocridad
y
el
despotismo.
Los
pueblos
que
fueron
gloriosos en la
historia,
lo
fueron siempre porque sus
hijos
amaban
a
la
patria.
Y
todos los
hombres que fueron
grandes,
cimentaron
su
grandeza en el desprecio
a los intereses
mezquinos
y
en
el
amor a los
ideales
generosos,
especialmente ai ideal
de la patria.
Slo
en
las sociedades decadentes
y
corrompidas
los
hombres
carecen
de
patriotismo.
Estas
sociedades
estn
destinadas a
debilitarse
y
perecer, pues
en la tierra
hay
muchas
naciones,
y
las
fuertes
son
a
veces
enemigas
de
las
dbiles
;
codician
sus riquezas y
requieren
sus
territo-
rios.
Ningn
pueblo
puede
relajar
sus
lazos de
asociacin,
porque
ningn
pueblo
est
solo
en el mundo.
Aunque
se
pertenezca a
un pueblo
de historia
innoble
y
lamentable, debe
amarse
a
la patria.
Pero,
cuando
se
tiene
la
suerte de
nacer
en una
patria
libre
e
invicta,
como
la
Repblica
Argentina,
amarla
no
entraa
forzado
sacrificio,
sino
legtimo
orgullo.
Pertenecer
al
pueblo
de
San
Martn
y
Belgrano,
de
Rivadavia
y
Sarmiento,
de
Echeverra
y
Alberdi,
es sentirse
miembro
de una
familia
de
hombres
ilustres,
y
esto
nos
obliga
a
ser
dignos de
nuestros padres-
-
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480
CUADRO.S Y
FASES
DF. LA
VIDA ARGENTINA
Mas
no ha de
confundirse la gloria
con la
vanagloria,
el
patriotismo
con
la
patriotera. ste
es la
torpe jactan-
cia
de los
dbiles
e
incapaces; aqul,
el
esfuerzo
callado
y
potente de
los
que trabajan
y
obran.
Lo uno
es
femenino
apego
al
oropel
y
ai
fausto
; lo otro, fuerza de
varn
y
pujanza
de
hroe.
Cubrios
de
hierro como
los
caballeros
de
los
siglos
medios,
y
no
de
brocados
y
encajes como
las
damas.
En
la
palestra
de la vida,
los fuertes
no
son
espectadores,
sino
luchadores.
Se
dice
que
el amor
a
la patria
es
un sentimiento l-
rico
,
sin valor en
la
vida prctica
del individuo... Nunca
error
ms
torpe
La grandeza de
la
patria
constituye
para
el
individuo
la ms pura
y
fecunda fuente de goces,
y
su
derrota, principio de
inagotables
penas
y
hasta
de fsicas
penurias. Vivir
en
tiempos
de
derrota es
vivir
en
la indi-
gencia,
la tristeza,
la
sombra.
En
cambio,
los
triunfos
de
la
patria
son
la
luz
y
el aire para las
almas
de
los
ciudadanos,
buenos
o
malos.
Seamos
patriotas
hasta
por
egosmo
La
patria
nos
devuelve
con
creces
nuestros
servicios
y
homenajes. De
su
poder
y
felicidad
dependen
el poder
y
felicidad
de
cada
uno. Seamos,
pues,
como los
pmpanos,
que
cobijan
y
protegen
amorosamente
los
dulces
racimos
de la
madre
vid.
Si
el
culto
de
la
patria
es
el
culto
de
lo
mejor
de
nos-
otros
mismos, el
amor
a
la
patria
se funda en
el
conoci-
miento
de
nuestra historia.
Es nuestro
pasado
lo
que nos
une
para
defender
nuestro porvenir.
Suprimid
el
recuerdo
de
nuestras
glorias
y
de nuestros
hombres,
y
la
nacin
se
disgregar
como
las
perlas de
un
collar
cuyo,
hilo
se
desata
o
se
corta.
Somos
grandes
por la memoria
de
lo
que
juntos
hemos
hecho, y
fuertes,
por
la
esperanza
de
lo
que
juntos
hemos
de hacer.
Amar
a
la
patria es
servirla.
Y no hay
ms
que un
medio
de servirla
:
el
trabajo. Para
que el
trabajo
sea arm-
nico
y
congruente,
no
hay ms
que un
sistema:
que
cada
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
10/23
LA NACIN
481
uno
siga
su
lnea,
como los
soldados
cuando
marchan
en
formacin
hacia
el campo
de
batalla.
Si codeamos a
nuestro
vecino
o
nos
apartamos
de
nuestro
puesto,
el
ejrcito
perder
su
cohesin
y
el enemigo
puede
sorprendernos
en
el
desorden.
El
trabajo con
que
sirvamos a
la patria
no
ser
eficaz
si
no
se
respeta
la
ley.
La
ley
dispone
lo
necesario
para
que
cada ciudadano pueda
realizar sus
fines
particulares
y
tiene
por
objeto
la felicidad
de
todos.
Quien
falta
a
la
ley,
ataca
a
los
dems.
Si
los
ataca, no los
ama,
y
no
amar a
los
conciudadanos
implica
no
amar
a
la
patria.
La
Repblica
Argentina
es
un pas
grande
y
rico.
Pero
el
pueblo argentino,
aunque
noble
y
generoso,
es
todava
relativamente
chico
y
pobre. Es
chico,
por
su
escasa
poblacin respecto
de su vasto
territorio.
Es
pobre,
porque
debe muchos
millones de
deuda externa,
y
sus
empresa^
ms
lucrativas
estn
explotadas por
capitalistas
extranjeros.
Hay,
pues,
que
poblar
el
pas
y
que
pagar
esa
deuda
externa
y
rescatar
esos
capitales Cmo?
Por la dedicacin
al
trabajo
y
el
respeto a
la
ley.
No
olvidemos, ah ,
no
olvidemos la
leccin
de aquel
sabio
anciano, padre de siete
robustos
mancebos,
que
vivan
en la
indiferencia
y
la discordia. No
olvidemos
que
desunidos seremos dbiles
y
miserables,
y
que
unidos
seremos
fuertes
y
poderosos. No
olvidemos que
slo
un
sentimiento
podr
ligarnos
y
dar
cohesin
a
nuestros
esfuerzos:
el patriotismo. Y
as en
las horas
de lucha
como
en
las
horas
de
triunfo,
as
en los
recuerdos como
en
las
esperanzas,
as
en
la vida
como
en
la
muerte,
elevemos
siempre
los
corazones
para
clamar todos con
una
sola voz:
Viva la Patria .
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
11/23
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
12/23
NDICE
Los
arffcutos
que
llevan el
signo
*
son
poesas.
Los artculos
que no
llevan
firma,
salvo
los
romances
y
proverbios
populares,
son
originales
del
autor.
PARTE
PRIMERA
La
tradicin
y
la
historia
del
pueblo
argentino
N6m.
pg.
1.*
Ofrenda
a la Patria
1
I.
La leyenda de
Amrica
2.*
Atlntida
(fragmento
i
O.
V.
Andrade
2
3. La
leyenda
de
la
Atlntida 2
4*
Amrica
( fragmento)
Jos
Mrmol 4
II.
La
cuitara indgena
5.
La
leyenda
de
Manco-Capac
Digenes
Decoud
5
6.
La
cultura
quichua
Segn
y.
V Gonzlez
6
7.
La cultura quichua
de
los Luies
Segn
P.
Groussac
8
8.
Restos
de
la
cultura
calchaqu
Segn
y.
B.
Ambrosetti
10
III.
El
pueblo
espaol
9.*
Entrada del
rey Wamba
en
Toledo, para
coronarse rey
(romance
annimo)
13
10.*
El Cid
y
el
moro Abdalla (romance
annimo)
14
11*
Elogio
del
Cid (romance
annimo)
15
12.*
El
hombre
que
perdi
su
sombra
15
13.
Hidalgua
espaiiola
17
14.*
Las
dos
grandezas
E.
de
la
Barra
18
15.*
Felipe II
y
la
noticia
de
la batalla
de
Lepante
(romance annimo)
20
1
6. El genio
espaol
20
IV.
El descubrimiento
y
la conquista
17.
Coln
y
el
descubrimiento
del Nuevo Mundo
Segn
M.
A. Pelliza
23
18.'
A
Coln (soneto)
Bartolom Mitre
25
19.
Agudeza
de
Atahualpa Segn
El
Inca
Garcilaso
de
la
Vega
25
20.
El
descubrimiento
del
ro
de
la
Plata
Segn
L. L. Domnguez
26
21.
La
tradicin
de Luca
Miranda
Segn
G.
Funes
y
y.
M.
Gutirrez
28
22.
La
fundacin
de
Buenos
Aires
I.
La
primera
fundacin Segn
L. L..
Domnguez
32
II. La
comarca
P.
Groussac
35
III.
La segunda
y
definitiva
fundacin
J.
L.
Cantilo
36
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
13/23
484
NDICE
V. Leyendas
indgenas
y
coloniales
N6m.
PAg
23.
Una
leyenda
indgena y
colonial
Segn
A,
Qairoga
I. La leyenda
indgena
J/.
s/))ra
106
49.
La
lealtad
de
San
Martin
Segn
/.
yW.
Espora
107
50.
La
declaracin de la Independencia...
Segn
V.
F.
Lpez
y
B.
Mitre
108
51.*
La
Independencia
(soneto)
G
Guido
y
Spano
111
52.*
El
paso de
los
Andes
(fragmento)
O.
V. Andrade
112
53. El
paso de
los Andes
y
Chacabuco
J.
M.
Gutirrez
I.
El paso
de los
Andes
113
II.
Chacabuco
115
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
14/23
NDICE
485
PG.
51*
A
la
victoria
de
Chacabuco
(fragmento)
E.
de
Luca
y
Patrn
116
55.*
En
la
Victoria
de
Maipo
(abreviado
V.
Lpez
y
Planes
118
56. Paralelo
^entre
Bel
Jrano
y
San
Martn
Bartolom
Mitre
119
57.*
Buchard
(soneto)
D.
Torres
Fras 122
VIH.
La
poca
de
la
Organizacin
nacional
58.
Los 3.000
pesos de
Donego
122
59.
Rivadavia
y
sus
reformas
Segn
J.
M.
Gutirrez 1
25
60*
Alegora
de la
victoria
de
Ituzaing
/.
C.
Vrela
129
61.
Perder
a
ia
patria,
salvndola
130
62.
El
general
Paz
y
el
caudillaje
J
V.
Uonzlcz
131
65
Al
general LaValle
O.
V.
Andrade
134
64. La
personalidad
moral
de
Rosas
J.
M.
Ramos
Mefia 135
65. La
presidencia
de
Urquiza.
I.
Antecedentes
'37
II. La
administracin en
la
presidencia
de
Urquiza
140
66. La
democracia
argentina
143
67.
El
federalismo
argentino
-
145
68.
La
Constitucin
Nacional
148
69.
El
nombre
de
la
Repblica
Argentina.
I.
Origen
del
nombre del ro
de
la
Plata
Segn
E.
Madero
150
II.
Origen
del
nombre
de
la
Repblica
Argentina
151
70.
Nuestra
pairia
y
las
dems
naciones
152
PARTE
SEGUNDA
La
poesa
argentina
71*
La
poesa
argentina
158
I.
La poesa
popnlar
72.
La
poesa
gauchesca
158
73.
Anastasio
el
Pollo
165
74.
El
gaucho
Martn
Fierro.
I.
El
gaucho
malo
166
II.
Martn Fierro
'70
II.
La
poesa
artstica
75.
El
Himno
Nacional
Argentino
y
su
autor
172
76. La
muerte
de
Esteban de
Luca
176
77.
Florencio
Balcarce,
el
poeta
adolescente
177
78. Juan
Cruz
Vrela,
el
poeta
clsico
179
79.
Echeverra,
el
poeta
romntico
182
80.
Mrmol,
el
poeta
proscripto
189
81. Juan
Mara
Gutirrez, el
maestro
poeta
193
82.
Juan
Chassaing,
el
poeta
soldado
'96
83. Ricardo
Gutirrez,
el
poeta
cristiano
197
84.
Andrade,
el
poeta
fantstico
199
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
15/23
486
NDICE
PARTE TERCERA
En
el
pas
argentino
NM.
PG
85.*
El
tesoro
del
pas argentino
'2'2
I.
Ed
la regin
oriental
86.*
El
Paran
y
el
Uruguay
L.
L.
Domnguez
203
87.
La
formacin
del
Paran
y
de
sus islas
Segn
E. L
Holmberg
204
88.
El Tempe argentino
Segn
M.
Sastre
208
89.
Peludiando
en
el Pas
de
los
Matreros
Segn./.
S.
Alvarez
(Frc,y
Mocho)
211
90.
La
Mesopotamia
argentina
213
91.*
La
vuelta
al
hogar
O V.
Andradc 215
92.
Los gauchos
judos
A. Gerchunoff
I.
El Himno
Nacional
216
II.
La
trilla
220
93.
Escena
de una
creciente
del ro
Paran
en
Corrientes
Segn
y.
G.
Guaslavino
222
94.
La selva
misionera
L.
Lugoncs
223
95.
La maravilla
de
Amrica
'/.
Bernrdez
229
il.
En
la
Pampa
96.*
El
Desierto (fragmento)
.
Echeverra 232
97.*
Al
Pampero
R.
Obligado
234
98.
El Omb
(abreviado)
L.
L. Domnguez
254
99.*
En
la
Pampa
(soneto)
.-1.
do
Estrada (hijo)
236
100.
Lluvia
en la
Pampa
/?.
/
Pa^r
236
101.
Los nidos
de
los
cuervos
pampeanos
Segn
R.
Senet
239
102.
La
yerra
Martniano Leguizamn
243
103.
El
gaucho
245
I.
Semblanza
del
gaucho.
II.
Vida
y
costumbres
del
gaucho
247
III.
El
payador 251
IV.
Decadencia
y
significacin
del
gaucho
253
III.
En
el
interior
1 04.
El
pas
de
las colonias
/. Alvarez
I.
El pas
257
II.
La
poblacin
indgena
y
la
colonizacin
espaola
260
III.
La
colonizacin argentina
261
105.
Las
sierras
de
Crdoba 263
106. La sierra
puntana
./.
\/.
Gcz
267
107.
Los
bosques
de
Santiago del
Estero
Segn
L.
Fazio
269
108.*
fucumn
(fragmento)
E.
Echeverra
272
109. Panorama de
Tucumn
P.
Groussac 273
110.
Frente al
Aconquija
Segn
M.
Bernrdez
275
111.
Tipos clsicos
del
campo D. F.
Sarmiento
277
I.
El
rastreador
277
II El
baquiano
280
III.
El
cantor 283
1 12.
El arriero
de
la
llanura
interior C.
Jbarguren
285
113. La
vuelta de
la
zafra
Segn
M.
Bernrdez
288
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
16/23
NDICE 487
IV.
En
la
regin central andina
WftM.
PG
1
14.
Mendoza,
la
moderna
ciudad de
los
Csares
289
115.
Las
alboradas en
la
ciudad
de
Mendoza
5.
Estrada
293
116.
Travesa
de la
cordillera
de
los
Andes por
el
paso del
Portillo
Segn
5.
Estrada
293
117.
Valles
vecinos
a
la ciudad
de
San
Juan..
Segn
M.
Bernrdez
299
118.
Una
bodega
301
119. La
noche en las
montaas
de
La Rioja
Segn
y.
V.
Gonzlez
303
120-
El
valle
de
Catamarca Segn
F.
Espeche
305
V.
En
el
Norte
121. Panorama
de
la
ciudad
de Salta.'
Segn
M.
Bernrdez
306
122. Los
tajaretes
de
Salta
313
123. Los ros
de
Ju)uy
Segn
E.
A. Holmberg
(hijo) 314
121*
El
indio viejo
(romance)
M.
Glvez
316
125.
Una
aventura
en
el
Chaco
316
VI. En el Sor
126.
Los faros
de
las costas
argentinas
321
127.
La
Australia
argentina
Segn
C.
M.
Moyana
y
R.
J.
Hayr
323
128.
La Suiza
Argentina
Segn
F.
P.
Moreno
I.
Paisaje
del
lago Nahuel-Huap 324
II.
La
Suiza
Argentina
326
129.
Navegacin
en
los
canales de
Tierra del Fuego.. Segn
R.
J.
Payr
3^''
PARTE
CUARTA
Cuadros
y
fases
de
la vida
argentina
130*
Nuestra
vida
332
I.
El
hogar
131.*
El consejo maternal
O.
V. Andrade
332
132.
Amor
paterno
Vctor
Mercante
334
133.*
En
el
hogar
/'/I/
Aowe>
C. Guido
y
Spano
338
134.
La
obediencia
de
los
hijos
340
135.
La
asistencia
de
los hijos 341
136.
Los
hermanos
malos
y
el
buen hermano
342
137.*
La
mujer /.
M. Gutirrez
545
138.
La
familia
Segn
/.
M.
Torres
I.
La
constitucin
de
la
familia
344
II.
El
matrimonio
344
III.
El
gobierno
de
la familia 3
15
II.
La
casa
y
la haerta
1 39.
La
casa
parterna
. h. Sarmiento
346
140.*
El ratoncillo (fbula)
351
141.
El naranjo
A.
de Estrada
(hijo)
351
142.
Las aves
de
corral
o54
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
17/23
488
ndice
III.
El
nio
mu.
P^
143.
Recuerdos
de
la
infancia.
I.
Los
primeros
recuerdos
356
II.
Los
primeros
entusiasmos
361
III.
Las
primeras lecciones
366
IV.
Los primeros
experimentos
374
V.
Conclusin
378
144. Los
juegos
de
los
nios
381
IV.
La
Nataralezi
145.*
Adivina,
adivinador
383
146.
La
bendicen
del
aire
.
Bunge
584
147.*
La
madrugada
E.
del
Campo
(Anastasio
el
Pollo) 388
148.*
Las
cuatro estaciones
389
149.
La vida de
un
zorro
C
Onelli
390
150.
Los
nidos de
las
aves
394
151.*
Pobre
Juan
(soneto)
:....
P.
fl. A'a/ac/os
(Almafuerte) 397
152.
El
firmamento
Sg^^u
Martin Gil
397
V.
La
Eicaela
153.*
El
colegial..
A. Menchaga
401
154.
Ref I
anes
aplicables
a
los
estudios
'
402
155.
Fernando
en
el
colegio
Se^inn
R.
Rivarola
402
156.
El
maestro
de
escuela
Segn
D.
F.
Sarmiento
404
157.
La
eleccin
de
compaeros
407
VI.
La Conciencia
158.
Preceptos
y
proverbios.
I.
Preceptos
408
II.
Proverbios
409
159.'
La
conciencia
(fbula)
409
160.
El deber
oel aseo
409
161.
La modestia
415
162.
La
crueldad
413
163.*
La
beneficencia
417
164.
El
ladrn
420
165.*
Los
dos
gatos
(fbula)
422
166.
El
honor
422
167.
Encuentro
con
un
antiguo condiscpulo
M.
Canet
425
168.
Los jvenes
y
los
viejos
426
169.*
Adelante
(soneto)
P. B.
Palacios
(Almafuerte) 426
170.
El
enfermo
y
la
Muerte
427
VII. 1 campa
171.*
Del
campo
Rubn
Daro
427
172.*
Adelante
C.
Guido
j
Snano
428
173.*
Consejos del
viejo
Viscacha (fragmento)
/
Hernndez
430
174.
Estancias
y
colonias
451
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
18/23
NDICE
489
VIH.
La
cindad
Ndm.
PI5.
175.
La
ciudad
436
176.
Historia
de un
libro
442
177. Una
visita
al
Jardn
Zoolgico
446
178.
Una
visita
al Museo Histrico
nacional
451
IX.
La NaciB
179.
Nuestra
lengua
458
180*
A
mi
bandera
J
Chassaing
460
181.
La Libertad.
I.
Definicin
de la
libertad
J. J.
de Urqniza
460
II
Libertad
y
responsabilidad
5.
M.
del
Carril
461
III.
La
libertad
y
la
pub.icidad
Segn
O.
Garn'gs
462
IV.
La
libertad
del silencio
/.
B.
Albcrdi
462
V. La distribucin
del poder Segn
N. Oroo
462
VI. Los
partidos
polticos
JE.
Torrenl
463
182.
El
periodismo
J
Figueroa Alearla
463
183. El
deber de
votar
464
184. El
patriotismo
./
Figueroa Alcona
466
185.*
A
la
Patria
E. del
Campo
(Anastasio el Pollo)
467
186.*
Patria
C
Oyuela
468
187. La patriotera
y
el
patriotismo
470
188. Qu
es la
Patria?
/
/
Gorrili
y
E.
Echeverra
472
189. El
hombre
sin
patria 472
190.
Viva
la Patrial
478
NDICE PARA
LA
ENSEANZA DE LA
MORAL
Moral
indiTidaal
146. La bendicin del aire A. Bunge
384
150. Los
nidos
de
las
aves
394
159.*
La
conciencia
(fbula)
409
160.
El
deber
del
aseo
409
161. La
modestia
413
1
62.
La crueldad
413
166.
El
honor
422
169
Adelante
(soneto) P.
B.
Palacios
(Almafuerte)
426
1
70.
El enfermo
y
la
Muerte
427
172.*
Adelante
.
C.
Guido
y
Spano
428
Moral
domstica
131.*
El
consejo
maternal
O. V. Andradc
532
132.
j.mor
paterno
Viciar Mercante
334
133
En
el
hogar
(Al
home)
C.
Guido
y
Spano
338
134.
La
obediencia
de
los
hijos
340
135.
La
asistencia
dlos
hijos
341
136.
Los
hermanos
malos
y
el
buen
hermano
342
138.
La
familia
Segn./..)/.
Torres
544
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
19/23
490
ndice
Moral social
NM.
PG
49.
La
lealtad
de
San
Martn
Segn
J.
M.
Espora
107
58. Los 3.000
pesos
de
Doirefo
122
93. Escena
de
una
creciente
del ro
Paran
en
Corrientes
.'
Segn
y.
G.
Guaslavino
2-22
156.
El maestro
de
escuela
Segn D.
F.
Sarmiento
404
157.
La
eleccin
de
compaeros.
.
.
407
158.
Preceptos
y
proverbios
408
163.
La
beneficencia
419
164.
El
ladrn
J
420
165.*
Los
dos
gatos (fbula)
M.
422
168.
Los
jvenes
y
los viejos
ff'
428
Moral cvica
I.*
Ofrenda
a
la
Patria
'.
1
37. Libertad
e
Igualdad
1/
Moreno
90
40.
El deber del
marino'
95
47.
El
marinero
y
el capitn
106
48.
Cumplir
la co
isigna
Segn
J.
M.
Espora
106
61. Perder a
la patria, salvndola
130
85
*
El tesoro del
pas
argentino
202
183.*
A mi
bandera
./
Chassaing
460
181.
La
libertad
J
J
de
Urquiza
y
otros 460
182.
El
periodismo Jos
Figueroa
Alearla
463
183. El
deber
de votar
464
184.
El
p
ttriotismo
Jos
Fiu.uera AlcorUi
4o6
187.
La patriotera
y
el
patriotismo 470
188
Qu es la
Patria?
J.
L. Gorrili
y
E.
Echeverra
472
189.
El
hombre sin
patria
472
190.
Viva la Patria
478
poesas
para
cantar
1.*
Ofrenda
a
la
Patria
1
25.
El
alma del
payador
R.
Obligado
49
44.*
Himno
Nacional
Argentino
V. Lpez
v
Planes
101
71
*
La poeba
argentina
^^jl^siti^
158
15
I.*
El
colegial
aJlCSSlEA^^^^'^'''
*0'
NDICE
DE
LAS
LAMn|UA^P
/ J
Aspecto
fsico de
los
valles
Calchaques
y^O^SBtl^...y/.....
i
I
Combate
d^^l
Cid
y
el
moro
Abdalla
^^^L^^ ^.^T.
14
Las
carabelas de
Sols en
el
ro
de la
Plata
'i^
Un
convoy
de
carretas
en
la Pampa
59
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
20/23
NDICE
491
Pie.
Ante
el Cabildo
de
Buenos Aires,
el
25 de
Mayo
de
1810
87
El
Escudo
Nacional
100
/-
Una
payada
de
contrapunto
151
.
'
/r
fh'f
'
Vista
del ro Paran
203
/
Un
paisaje del
Tigre
210
La selva
misionera
226
La
cascada
del
Iguaz
231
Ganado
Vacuno,
en
el campo
244
El
dique
de San Roque
264
Frente
a
un
jaguar
519
a,
En los
canales de
Tierra
del
Fuego
328
Ganado
caballar, en el campo
435
Una
trilladora
435
Diagonal
Presidente
Senz
Pea
43d
-
7/23/2019 Carlos Octavio Bunge. El hombre sin patria
21/23
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