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CARTA OBSUR REVISTA DIGITAL DEL OBSERVATORIO DEL SUR Número 51 Junio 2017

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CARTA OBSUR

REVISTA DIGITAL DEL OBSERVATORIO DEL SUR

Número 51

Junio 2017

Equipo de Redacción: Pablo Dabezies, Mercedes Clara, Magdalena Martínez,

Rosa Ramos, Agustina Marques.

Nota: "Las opiniones vertidas en esta publicación no reflejan necesariamente la opinión institucional de OBSUR".

CARTA OBSUR

REVISTA DIGITAL DEL OBSERVATORIO DEL SUR

Número 51

EN ESTE NÚMERO:

Editorial

LOS RIESGOS Y VIRTUDES DE LAS CONMEMORACIONES .............................................................1

Centrales

LA GRAN ENCÍCLICA DE PABLO VI. POPULORUM PROGRESSIO EN SU TIEMPO Y EN EL

PRESENTE ....................................................................................................................................................3

FRANCISCO Y LA POPULORUM PROGRESSIO. EL DESARROLLO INTEGRAL A LOS 50 AÑOS DE

LA ENCÍCLICA DE PABLO VI ...................................................................................................................8

EL SUEÑO VIVO DE LA “POPULORUM PROGRESSIO” (1967-2017) .................................................11

UN DOCUMENTO QUE HIZO HISTORIA ...............................................................................................15

POPULORUM PROGRESSIO. UNA TAREA DE CONSTRUCCION DE FUTURO …..........................20

Preguntas y respuestas

HACE 500 AÑOS, LUTERO Y SU REFORMA ..........................................................................................23

Hechos y dichos

ECUMENISMO SIN PROSELITISMO ......................................................................................................28

LA CUESTION DE LA PAZ EN LA AGENDA ELECTORAL COLOMBIANA .....................................30

¡NOS ESTAMOS MOVIENDO! MAYO FUE UN MES INTENSO… TIEMPO DE RECORDAR PARA

PROYECTARNOS ......................................................................................................................................34

Espiritualidad

CACHO Y CASILDA, ESPIRITUALIDAD DE LO COTIDIANO ...........................................................38

LA BUSQUEDA DEL CUERPO DE JESUS. MARCHA DEL SILENCIO 2017 ......................................43

Leyendo y webeando

MUSICA URUGUAYA DESDE LA LITERATURA Y EL CINE ...............................................................45

ALGUNAS PALABRAS SOBRE EL LIBRO DEL PADRE CACHO “CUANDO EL OTRO QUEMA

ADENTRO” .................................................................................................................................................47

EDITORIAL Carta Obsur - Nro 51, junio 2017

Los riesgos y virtudes de las conmemoracionesPor: La Redacción

Puede que el título suene medio raro y que muchos se pregunten a qué viene, más allá de que lascentrales de esta edición 51 están dedicadas al cincuentenario de la encíclica social de Pablo VI,Populorum progressio.

Fue en la Pascua de 1967, un 26 de marzo, que Montini firmó su carta a toda la Iglesia y a todas laspersonas de buena voluntad, como se estilaba sobre todo a partir del Vaticano II, por más que lapresentación pública de la misma se realizó dos días después. En el mayo recién pasado, por otraparte, se cumplieron los diez años de la Conferencia general del episcopado latinoamericano enAparecida (Brasil), que sigue estando en el primer plano de la Iglesia, no solo de nuestrocontinente, sino del mundo entero, por obra de las continuas referencias a ella del papa Francisco.Retomaremos este aniversario en próximas ediciones.

Trabajando en este número, y conversando con diversas personas para armarlo, algunas que novivieron aquellos años 60 del catolicismo post conciliar, nos transmitieron la inquietud de si noestaríamos exagerando con las conmemoraciones. En todo caso, quedamos advertidos, de parte degente más volcada al futuro que varios de nosotros, sobre el riesgo de mirarlo con nostalgia,añorándolo más que celebrándolo como memoria viva. Creemos que no son esas ni nuestraintención ni el resultado de lo que tienen entre manos. Pero no está de más acoger ese alerta yreflexionar un poco sobre ella. A eso dedicamos estas líneas que, como saben, son una conversaciónque busca siempre disparar una reflexión común.

Ante todo, si hay un llamado de atención por ese lado, lo hay también por lo que podría ser suopuesto: los cortes en la memoria siempre necesaria para construir algo en serio, que consiste enolvidar o alojar en un pasado definitivo esas vivencias que han marcado el tiempo transcurrido. Esesta una tentación más frecuente entre los jóvenes que lógicamente desean afirmar el presente ymirar hacia adelante. Así como la que aqueja sobre todo a quienes han vivido más es la de remitirsecontinuamente a lo que pasó, lo que ya se hizo. La gran cuestión que aparece entonces es la desaber combinar e integrar estas dos tendencias, sobre todo para un cuerpo como la Iglesia, queconoce ya dos mil años de vida y que al mismo tiempo debe hacer las cuentas con el Espíritu que lahabita y la empuja hacia lo todavía no del Reino. Siempre estaremos acompañados por esta tensiónque es de las fecundas. Lo importante es tomar conciencia de ella y saber aportar lo de cada uno, lode cada sensibilidad, como material para una construcción comunitaria.

Tratemos de concretar esta reflexión, solo apuntada, a una realidad que nos interroga, desdenuestra perspectiva, claro. Tiene que ver con la valoración de lo que nuestra Iglesia hace y hahecho en el terreno de la solidaridad, o si preferimos de la acción social, de la misericordia, diría talvez Francisco, en relación con su misión que es la evangelización. De pocas cosas discutió la Iglesiacatólica tanto en los 70 y 80, como acerca de la manera de entender esa relación, que se expresabasobre todo en un binomio que al inicio fue “evangelización y promoción humana” y después“evangelización y liberación”. No vamos aquí a detenernos en la cuestión, por otra parte muyapasionante por lo que significó de debate interno en toda la Iglesia, sin dudarlo con mucha mayorinsistencia en América Latina. Pero, por ejemplo, la Iglesia en Italia dedicó todo un año (1976),incluida una asamblea nacional, a esa problemática. Otra señal de su importancia es quenumerosas instancias y palabras del magisterio de la Iglesia tuvieron a esa cuestión en su centro.Enumeremos sin demasiado rigor: Sínodos de Obispos de 1971, 1974, 1985; la Evangelii nuntiandi,

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de Pablo VI, La Misión del Redentor y La Iglesia en América, de Juan Pablo II; las dos Instruccionessobre la Teología de la liberación; las Conferencias generales del episcopado latinoamericano deMedellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida; numerosos documentos de obisposlatinoamericanos, incluyendo a uruguayos, etc.

Y sin embargo, no es infrecuente que en encuentros, reuniones, discusiones, escritos del día a díade nuestra Iglesia haya de nuevo toda una desconfianza muy grande hacia ese tipo de acción de laIglesia si no se aclara a cada momento que es hecho en nombre de Jesús, de la fe, si no se evidenciaen cada paso la “identidad católica” de la misma. Se insiste en que de otro modo estaríamosvolviéndonos una ONG social, que ya no haríamos lo que nos es propio, y por esa vía nosmimetizaríamos en el espacio público. Y se extiende una especie de sospecha con respecto anuestro pasado eclesial cercano, como que hubiera pecado de eso. Son estos algunos de lostérminos en que se plantea la cuestión, más allá de que seguramente recubren pensamientos nounívocos. En todo caso, no parece que se haya incorporado toda la muy rica reflexión y de lasconclusiones de los años citados.

Tal vez nos ayude un ejemplo concreto. En el libro Padre Cacho. Cuando el otro quema adentro, denuestra Mercedes Clara, se dice en un momento que hay católicos que piensan que Cacho tuvo unaetapa de activista social, en la que dejó de lado su sacerdocio, o se lo guardó para sí, pero quedespués redescubrió esa dimensión hacia el final de su vida. Si no, ¿cómo podríamos intentar quefuera reconocida su santidad? Este grueso malentendido revela una cierta manera de entender yencarar esa relación que señalamos más arriba. Y sin embargo, si algo parece adquirido tanto porel magisterio como por la práctica eclesial en muy diversos contextos, es que no se puede hablarmás de dos tareas que hubiera que relacionar de una u otra manera (evangelización y promociónhumana), sino de una única acción, la misión cristiana, la evangelización, que incluye sine qua nonla solidaridad. Es evidente que esa síntesis no ha quedado cerrada. Hay que continuar procesándolaante los nuevos desafíos, pero otra cosa es volver atrás, a un estadio anterior a ella, sobre todo porno guardar memoria. Francisco parece un caso muy elocuente de absorción de lo vivido desde elVaticano II y de su expresión en un nuevo contexto. Tal vez por eso encuentra las resistenciasconocidas.

Nos hemos alargado un poco más de lo habitual. Creemos que con lo dicho hasta acá se habrácomprendido que nuestra intención es la de llamar la atención, al conmemorar el cincuentenario dePopulorum progressio, sobre la importancia que tiene para nuestra misión de hoy saber recoger ellegado de la encíclica y de toda la sensibilidad y experiencias cristianas que ella expresó, estimuló yacompañó. No otra cosa hizo Medellín, al año siguiente, y también Juan Pablo II con la Sollicitudorei socialis al retomarla y celebrarla a los veinte (1987).

Mantener viva la memoria de los momentos de nuestra historia con el Señor que van haciendo elcamino de la Iglesia en su acompañar e iluminar los pasos del mundo, se nos presenta como unaresponsabilidad mayor de todos, de las diferentes generaciones. De otro modo nos condenamos aempezar siempre de nuevo con los riesgos de repetirnos sin darnos cuenta, de dispararnos con lamejor voluntad, pero sobre todo de no estar a la escucha del Espíritu que nos habla en nuestropresente y del pueblo al que hemos de servir.

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La gran Encíclica de Pablo VIPopulorum Progressio en su tiempo y en elpresentePor: Felipe Zegarra*

En 1947, dos años después de la conclusión de la segunda guerra mundial, comenzó -además de la“guerra fría” de los Estados Unidos y sus aliados contra la Unión Soviética- un intenso y enormeproceso de descolonización. Los primeros países en lograrlo fueron la India, Pakistán, Sri Lanka(entonces Ceylán) y Birmania, todos en Asia, y fueron seguidos en ese continente por varios otros.Pero África no se quedó atrás, ya que hasta 1980 eran casi 50 los países que habían conquistado suindependencia. América Latina compartió tal ebullición, pues hasta 1987 fueron tres los países deCentro y Sur, y nueve las islas que consiguieron, al menos en teoría, su autonomía. Naturalmenteque hubo países afectados, los hasta entonces colonizadores: Gran Bretaña y Francia, seguidos porPortugal y Bélgica, y de lejos por Italia y España.

Complejos caminos a la independencia…

Pero los caminos seguidos para el logro de la independencia y los acontecimientos posteriores nofueron fáciles. Los movimientos pacifistas, como el de Gandhi en India alcanzaron éxito tras fuertesdificultades y víctimas; otros optaron por el conflicto armado, como Argelia e Indochina, y nofaltaron situaciones internas de gran inestabilidad en África y algunos estados de Asia, quedegeneraron en guerras civiles y dictaduras. En Cuba, país que era considerado autónomo, se optó

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por una revolución, que triunfó en enero de 1959, que dos años después se adhirió a la órbitacomunista y apoyó procesos similares en Bolivia y en África. Es casi innecesario señalar losgobiernos militares de larga duración en gran parte de América Latina.

Ese proceso, cuya complejidad muchos hoy ignoran, fue quizá el mayor estímulo para que naciera yse agudizara la conciencia de muchos economistas respecto al enorme problema de la pobreza y dela desigualdad. Algunos pensaron –y muchos otros aún lo piensan- que la situación de“subdesarrollo” era algo solo material, explicable por un Producto Nacional Bruto muy bajo yescasez de recursos o utilización de los mismos. Pero muy pronto hubo quienes reaccionaroncríticamente ante ese modo de pensar. Fueron economistas como Oswald von Nell-Breunings, J.François Perroux y Colin Clark; pero lo hicieron con mayor agudeza colegas suyos que fueron avivir y trabajar en países subdesarrollados, entre ellos algunos de América del Sur: Louis-J. Lebreto.p. y el franco-americano Denis Goulet, quien publicó -originalmente en castellano- un libro muyimportante sobre la complejidad de la ética en el camino al desarrollo.

La jerarquía de la Iglesia manifestó igualmente su preocupación por la miseria y la desigualdad endos grandes documentos del magisterio: la encíclica Mater et Magistra (mayo 1961) del papa JuanXXIII, y la Constitución sobre la Iglesia en el Mundo Moderno del Concilio Vaticano II, Gaudium etSpes (diciembre 1965). Su perspectiva fue muy cercana a la de los especialistas antes nombrados,ya que sus análisis y propuestas fueron más allá de las carencias materiales.

… y al desarrollo de los pueblos del Sur

Esa reacción motivó al papa Pablo VI, siempre atento a la realidad mundial, y figura muyimportante en el Concilio Vaticano II, a escribir una encíclica sobre “el desarrollo de los pueblos”,Populorum Progressio, en la Pascua de 1967. Su propuesta frente a la grave situación de muchospaíses y de la mayoría de los pueblos fue asimismo el de la prioridad de las personas: desarrollointegral –que abarca todas las dimensiones del ser humano- y desarrollo solidario (práctica efectivade solidaridad, justicia social y fraternidad).

Muchos de los nombrados y otros, entre ellos un gran obispo latinoamericano, D. Manuel Larraín,entonces presidente del CELAM[1], fueron consultados o cumplieron el papel de inspiradores. LaIglesia de este subcontinente se apresuró a asumir responsabilidades: la primera propuesta de la Teología de la Liberación, por Gustavo Gutiérrez, y la Conferencia Episcopal de Medellíncoincidieron (a mediados de 1968) en unir sus voces y aportar sus preocupaciones y perspectivassobre el subdesarrollo. Se hizo sentir el llamado a una Iglesia pobre y su opción preferencial por lospobres.

Desarrollo integral

Estamos celebrando actualmente 50 años de la Populorum Progressio, dirigida también “a todos loshombres de buena voluntad”, y que F. Perroux llamó “la encíclica de la Resurrección”, no solo porla ocasión en que fue proclamada, el día de Pascua, sino por la importancia del tema y el seriotratamiento que le dio. Es bueno consignar brevemente algunos de sus planteamientos.

El documento empieza constatando la gravedad de quienes viven el subdesarrollo. La miseria, lainseguridad, las carencias en salud y empleo, situaciones de opresión y humillación llevan a desearla libertad, la participación social, la educación, lo que se expresa breve y densamente: “en unapalabra, hacer, conocer y tener más para ser más” (n. 6), con lo que se identifica diversas

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actividades básicas de los seres humanos (ver n. 13), y las ordena a su plena realización. Se señala“la dura realidad de la economía moderna”, cuyo “mecanismo conduce al mundo hacia unaagravación (…) en la disparidad de los niveles de vida” (n. 8); se critica al “que considera elprovecho como motor esencial del progreso económico”, y considera un “liberalismo sin freno queconduce a la dictadura” y, como Pío XI (1931), denuncia el «imperialismo internacional del dinero»(n. 26). Es que el desarrollismo provoca la inquietud de los pobres y en particular de loscampesinos, porque la desigualdad se hace patente: “mientras que en algunas regiones unaoligarquía goza de una civilización refinada, el resto de la población, pobre y dispersa” vive encondiciones “indignas de la persona humana” (n. 9), y ello puede conducir a la violencia (ns. 11 y31s.). Frente a ello, Pablo VI llama a “una acción concreta, en favor del desarrollo integral delhombre y el desarrollo solidario de la humanidad” (n. 5), ya que “el desarrollo no se reduce alsimple crecimiento económico. Para ser auténtico debe (…) promover a todos los hombres y a todoel hombre” (n. 14). Se añade que “el verdadero desarrollo (…) es el paso, para cada uno y paratodos, de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas” (n. 20), precisando quese tienen en cuenta también las carencias morales y las estructuras opresoras, así como elreconocimiento de la dignidad de cada cual, la cooperación en el bien común, el reconocimiento delos valores supremos y de Dios y la fe (n. 21). Esta propuesta “exige transformaciones audaces,profundamente innovadoras” (n. 32), que implican la responsabilidad del Estado (ns. 33-ss.) ytambién de la sociedad (ns. 36 y 38 a 40), subraya lo que hoy llamamos la “agencia” de cada uno:“dotado de inteligencia y de libertad, el hombre es responsable de su crecimiento (…) por solo elesfuerzo de su inteligencia y de su voluntad, cada hombre puede crecer en humanidad, valer más,ser más” (n. 15).

Y desarrollo solidario

En la segunda parte la encíclica versa sobre el desarrollo solidario. El deber de solidaridad no selimita a la ayuda económica de los países ricos[2] a los países pobres (n. 44), ya que “se trata deconstruir un mundo donde todo hombre, sin excepción (…) pueda vivir una vida plenamentehumana” (47). Respecto al deber de justicia social[3], se dice que “una economía de intercambio nopuede seguir descansando sobre la sola ley de la libre concurrencia, que engendra (…) demasiado amenudo una dictadura económica” (n. 59). En cuanto al deber de fraternidad o caridad universal,se postula la hospitalidad a quienes migran (n. 67) y se trata largamente de las misiones dedesarrollo, cuyos agentes “se esforzarán sinceramente por descubrir, junto con su historia, loscomponentes y las riquezas culturales del país que les recibe” (n. 72). Mención aparte merecen lareiterada afirmación de la soberanía delos pueblos (n. 54), por su condición de “artífices de sudestino” (n. 65) y de “primeros responsables” de su propio desarrollo (n. 70), como la propuesta de“instaurar una autoridad mundial que pueda actuar eficazmente en el terreno jurídico y en el de lapolítica” (n. 78).

A los 50 años sigue creciendo la desigualdad

Cincuenta años después de Populorum Progressio, el problema sigue siendo arduo, aún en paísesque son considerados y se dicen católicos. No se puede desconocer ciertos avances -mayores enunos pocos países y en regiones centrales de otros- pero los datos que nos dan los organismos queconforman las NN.UU. (el PNUD) y hasta el BM, así como dirigentes y empresarios de paísesprivilegiados hacen ver que, aunque la pobreza y pobreza extrema -medidas ellas con criterioseconomicistas mínimos- han disminuido en diversos lugares, subsiste muy netamente en el Áfricasubsahariana y, para abreviar, en las regiones rurales de muchísimos países, y que la desigualdadha seguido creciendo. Si los informes de OXFAM sobre el 2014 y 2015 fueron tremendos, el que

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presentó en la reciente asamblea del Foro Económico Mundial fue aplastante: ocho personas,claramente identificadas, poseen en conjunto tantos bienes cuanto la mitad más pobre de lapoblación mundial: 3.600.000.000; es decir, una relación promedio de 450.000.000 a 1.

Ocurre que el capitalismo internacional fue fortalecido por la globalización de los mercados y de lapropaganda, por el surgimiento de las transnacionales y la concentración de empresas, la caída dela URSS y el consenso de Washington (ambos en 1989), la hegemonía alcanzada durante tresdécadas por el neoliberalismo apoyado por los organismos financieros internacionales. Esefortalecimiento se produjo no solo en la dirección dada a la economía (extractivismo) sino en el“sentido común” -el menos común de los sentidos- en la opinión de trabajadores y de excluidos.Agréguese que el poder de las nuevas técnicas productivas y comunicativas, y la intensa migraciónde científicos de pueblos poco desarrollados a los países nórdicos, han impulsado la tecnocracia, osea el poder casi absoluto de la técnica, y esta ha provocado en gran medida el calentamientoglobal, como se ha experimentado claramente sentido en los últimos años.A ello se suman, enmuchos de los países de Latinoamérica, la atracción de la mayoría de personas y empresas pormodelos que están en crisis, la renuncia persistente a la soberanía, la fragilidad de lasinstituciones, y la notoria irresponsabilidad y hasta la corrupción de muchos gobernantes.

¿Cuál es, entonces, el sentido de nuestra celebración? No se trata de un bello recuerdo, es por elcontrario la memoria viva de una responsabilidad, pues el mal subsiste: avances monetarios conindicadores mínimos contra crecimiento de la desigualdad, y desatención notoria a las condicioneshumanas más urgentes y profundas.

Aunque ha también señales positivas

Felizmente, hay otros hechos que atraen nuestra atención. Frente a las propuestas “desarrollistas“del Foro Económico Mundial, que desde 1991 reúne en Davos (Suiza) a representantes deempresarios y gobernantes de los países ricos, y también de la Organización Mundial del Comercio,surgió en Brasil el Foro Social Mundial (2001) con el lema “Otro mundo es posible”. Es así que,años después, ante la anunciada crisis financiera y debilitamiento de los planteamientosneoliberales, las “burbujas financieras” y el crak de conocidos bancos de los EE.UU. en setiembredel 2008, el Consejo Pontificio de Justicia y Paz, hizo pública la creciente concordancia deespecialistas sobre los límites del sistema y la imposibilidad de universalizar el modo de desarrollode los países ricos.

En el mundo académico y político han surgido después de Populorum Progressio nuevas y valiosaspropuestas:

* Manfred Max-Neef y su lista de necesidades existenciales y axiológicas en varios nivelescomplementarios y de los “satisfactores” correspondientes;

* la Economía Solidaria, presente en nuestros países pero también en Canadá y Europa; desde1990, el Informe anual del PNUD, impulsado en su origen por el economista pakistaní Mahbub UlHak (1934-1998), que creó el Índice de Desarrollo Humano (IDH);

* y sobre todo el enfoque de Desarrollo Humano y Capacidades (HDCA, por sus siglas en inglés),que gira en torno a Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, con gran aperturainterdisciplinaria y particularmente filosófica, y con presencia en los diversos continentes. Esteenfoque pretende el desarrollo de las capacidades y libertades, al plantear que “primero es la

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gente”; reconoce la multidimensionalidad de la pobreza y del bienestar deseado; pone énfasis en losmás vulnerables: campesinos y pueblos originarios, personas con capacidades diferentes,refugiados, migrantes, mujeres; y advierte la complejidad de las decisiones éticas.

Populorum Progressio hoy

¿Qué propone para la actualidad una relectura de esta encíclica? Subsiste el llamado a loscreyentes, para que no se centren en una “espiritualidad” etérea, sino que vivan la fe en todos losaspectos de la vida y de la realidad; y también a las personas “de buena voluntad”, que orientan suvida con una perspectiva abierta a la fraternidad. Insta a “conocer, hacer y tener más para sermás”, o sea a la realización plena de los seres humanos, capaces de elegir, e invita a pasar “acondiciones más humanas”, en las que cada persona tienda a trascenderse a sí misma, por sufuerza interior y su resiliencia. Mueve a trabajar organizada y solidariamente, para contrarrestar laestrechez de miras de personas y países que desatendieron tales llamados durante varias décadas.

Finalmente, Francisco propuso desde el inicio del pontificado una “Iglesia en salida” hacia las peri-ferias. En Laudato si´ (mayo 2015), además de exhortar al cuidado de la “casa común”, hizo unafuerte crítica al poder –también mediático- de la tecnocracia. Ha mostrado un notable estímulo a losMovimientos Populares, y ha creado una congregación vaticana para el Servicio del DesarrolloHumano Integral, de cuya sección consagrada a refugiados y migrantes ha asumido laresponsabilidad ad tempus, coherente con sus frecuentes tomas de posición.

Quiera Dios que no desaprovechemos más el tiempo que nos ha sido dado.

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* Felipe Zegarra es sacerdote de la arquidiócesis de Lima, licenciado en teología y profesor en lamisma disciplina en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Párroco en varias parroquias deLima y El Callao. Ha escrito este artículo especialmente para Carta Obsur, lo que agradecemos.

[1] Ver el n. 32 de la encíclica con la aclaración en la nota 27.

[2] El compromiso de estos países ante las NN.UU. ha sido casi siempre incumplido, salvo algunaexcepción.

[3] El inspirador del neoliberalismo, von Hayek, escribió en 1978 un ataque al “atavismo de lajusticia social”.

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Francisco y la Populorum ProgressioEl desarrollo integral a los 50 años de la Encíclicade Pablo VIPor: Papa Francisco

El 17 de agosto de 2016, el papa Francisco instituyó el “Dicasterio para el Servicio del DesarrolloHumano Integral”, que comenzó a existir concretamente el 1 de enero de 2017. En él, en el marcode la reforma de la Curia romana que el actual obispo de Roma está llevando adelante, asesoradopor el grupo de cardenales llamado G9, confluyen los Pontificios Consejos para la Justicia y la Paz,Cor Unum, para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes y para la Pastoral de los AgentesSanitarios, que dejaron de existir como tales.

En su carta apostólica en forma de Motu proprio, el Papa enfatiza: “Con el fin de poner en prácticala solicitud de la Santa Sede en los mencionados ámbitos [“la justicia, la paz y la protección de lacreación”], como también en los que se refieren a la salud y a las obras de caridad, instituyo elDicasterio para el servicio del desarrollo humano integral. En modo particular, este Dicasterio serácompetente en las cuestiones que se refieren a las migraciones, los necesitados, los enfermos y losexcluidos, los marginados y las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, losencarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura”.

El organismo vaticano tiene a su frente al cardenal ghaneano Peter Kodwo Appiah Turkson

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habiendo asumido temporalmente el mismo Francisco la guía directa de la sección dedicada a losmigrantes.

El nuevo Dicasterio organizó los días 3 y 4 de abril pasados, un congreso sobre “Perspectivas parael servicio del desarrollo humano integral: 50 años de la Populorum Progressio”. El segundo día, elpapa Bergoglio dirigió estas palabras a los participantes (los subtítulos son nuestros).

La Redacción

Queridos hermanos y hermanas:

Gracias por vuestra invitación y acogida. Os doy las gracias por vuestra actividad de promociónhumana y del bien común. Doy las gracias al cardenal Turkson por sus palabras de saludo y porhaber dado inicio, no sin fatiga, al nuevo dicasterio para el Servicio del Desarrollo HumanoIntegral. Ha sido un modelo de camino, en paz, creatividad, consultas, verdaderamente un modelode construcción eclesial: gracias, eminencia.

Habéis acudido a este Congreso Internacional porque el nacimiento del nuevo dicasteriocorresponde significativamente con el 50° aniversario de la Encíclica Populorum progressio delBeato Pablo VI. Fue él quien precisó con detalle en esa Encíclica el significado de “desarrollointegral” (cf n. 21), y fue él quien propuso la sintética y afortunada fórmula: “promover a todos loshombres y a todo el hombre” (n. 14).

¿Qué quiere decir, hoy y en el futuro cercano, desarrollo integral, es decir, promoción a todos loshombres y a todo el hombre? Siguiendo la estela de Pablo VI, precisamente en el verbo integrar—muy querido por mí— podemos individuar una orientación fundamental para el nuevo dicasterio.Veamos juntos algunos aspectos.

Qué quiere decir desarrollo integral

Se trata de integrar los distintos pueblos de la tierra. El deber de solidaridad nos obliga a buscarjustas modalidades de compartir, para que no exista esa dramática desigualdad entre quien tienedemasiado y quien no tiene nada, entre quien descarta y quien es descartado. Sólo el camino de laintegración entre los pueblos consiente a la humanidad un futuro de paz y de esperanza.

Se trata de ofrecer modelos practicables de integración social. Todos tienen una aportación queofrecer al conjunto de la sociedad, todos tienen una peculiaridad que puede servir para vivir juntos,nadie está excluido de aportar algo para el bien de todos. Esto es al mismo tiempo un derecho y undeber. Es el principio de la subsidiariedad el que garantiza la necesidad de la aportación de todos,tanto como individuos que como grupos, si queremos crear una convivencia humana abierta atodos.

Se trata además, de integrar en el desarrollo todos los elementos que lo hacen verdaderamente tal.Los diferentes sistemas: la economía, la finanza, el trabajo, la cultura, la vida familiar, la religiónson, cada uno en su especificidad, un momento irrenunciable de este crecimiento. Ninguno de ellospuede monopolizar y ninguno de ellos puede ser excluido de una concepción de desarrollo humanointegral, es decir, que tenga en cuenta que la vida humana es como una orquesta que suena bien silos diferentes instrumentos se afinan y siguen una partitura compartida por todos.

Se trata todavía de integrar la dimensión individual y la comunitaria. Es innegable que somos hijos

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de una cultura, por lo menos en el mundo occidental, que ha exaltado al individuo hasta hacer comouna isla, casi como si se pudiera ser felices solos. Por otra parte, no faltan visiones ideológicas ypoderes políticos que han aplastado a la persona, la han masificado y privado de esa libertad sin lacual el hombre ya no se siente hombre. En tal masificación están interesados también podereseconómicos que quieren aprovechar la globalización simplemente para imponer un mercado globaldel cual son ellos mismos quienes dictan las reglas y obtienen provecho, en lugar de favorecer unamayor repartición entre los hombres. El yo y la comunidad no son competidores entre sí, pero el yopuede madurar solo en presencia de relaciones interpersonales auténticas y la comunidad esfecunda cuando lo son todos y cada uno de sus componentes. Esto vale aún más para la familia, quees la primera célula de la sociedad y en la cual se aprende a vivir juntos.

Por último se trata de integrar entre ellos cuerpo y alma. Ya Pablo VI escribía que el desarrollo nose reduce a un simple crecimiento económico (cf n. 14); el desarrollo no consiste en el tener adisposición cada vez más bienes, para un bienestar solamente material. Integrar cuerpo y almasignifica además que ninguna obra de desarrollo podrá llegar verdaderamente a su fin si no respetaese lugar en el cual Dios está presente para nosotros y habla a nuestro corazón.

Jesucristo, camino para el servicio de la Iglesia

Dios se ha hecho conocer plenamente en Jesucristo: en Él Dios y el hombre no están divididos yseparados entre ellos. Dios se ha hecho hombre para hacer de la vida humana, tanto personal comosocial, una concreta vía de salvación. Así la manifestación de Dios en Cristo —incluidos sus gestosde sanación, de liberación, de reconciliación que hoy estamos llamados a volver a proponer a losmuchos heridos a un lado de la carretera— indica el camino y la modalidad del servicio que laIglesia pretende ofrecer al mundo: desde esta perspectiva se puede comprender qué cosa signifiqueun desarrollo “integral”, que no perjudica ni a Dios ni al hombre, porque asume toda la consistenciade ambos.

En este sentido, precisamente el concepto de persona, nacido y madurado en el cristianismo, ayudaa perseguir un desarrollo plenamente humano. Porque persona significa siempre relación, noindividualismo, afirma la inclusión y no la exclusión, la dignidad única e inviolable y no laexplotación, la libertad y no la constricción.

La Iglesia no se cansa de ofrecer esta sabiduría y su obra al mundo, con la conciencia de que eldesarrollo integral es el camino del bien que la familia humana está llamada a recorrer. Los invito allevar adelante esta acción con paciencia y constancia, con la confianza de que el Señor nosacompaña. Que Él los bendiga y la Virgen los proteja. Gracias.

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El sueño vivo de la “populorum progressio”(1967-2017)Por: José Ignacio Calleja*

Lo que llamamos “desarrollo humano integral” (GS 64, PP 5) emerge incontenible en la doctrinasocial de la Iglesia (DSI) en torno al Vaticano II y prolonga su larga presencia hasta nosotros,primero con Juan Pablo II y, después, con Benedicto XVI y Francisco entre los Papas, y por otrossujetos eclesiales, con el Pontificio Consejo Justicia y Paz, el CELAM y distintas ConferenciasEpiscopales por todo el mundo católico. A veces ha parecido que el concepto sufría fatiga en losmateriales al alcanzar los años ochenta, pero los excesos de la globalización neoliberal capitalistahan puesto de nuevo sobre la mesa el significado moral y social de un desarrollo humano digno detodos los humanos, de todas las criaturas y de la casa común, la Tierra.

Juan XXIII y el Vaticano II, Pablo VI y el primer post-concilio

* En la doctrina hay acuerdo en que es única la sensibilidad que representaron Juan XXIIIy el Vaticano II al expresar que la cuestión del desarrollo desigual de los pueblos era el mayorproblema de nuestro tiempo (Mater et magistra, MM 157) y que el desarrollo debe ser integral ysolidario para ser humano, o sencillamente no es digno de tal nombre (GS 63-64). Cuando elConcilio se refiere y define el auténtico desarrollo humano como desarrollo integral, quiere queresponda a todas las necesidades del ser humano, y cuando lo define como solidario, quiere quealcance a todos los hombres y pueblos; y porque es humano, siempre bajo su responsabilidad ycontrol (GS 65).

Pues bien, a partir del Concilio, la cuestión del desarrollo de los pueblos, comodesarrollo humano integral, pasa a ocupar el centro de la vieja cuestión social de la DSI, por elimpulso que recibe en la Populorum progressio de Pablo VI (PP 1967), cuyo cincuentenario motivaesta reflexión: “Hoy, el hecho más importante del que todos deben concienciarse, es el de que lacuestión social ha tomado una dimensión mundial” (PP 3). Concebida la encíclica de Pablo VI comoexplicación y aplicación de la segunda parte de la GS, ella no es un texto de compromiso, sino ungrito moral y político de anuncio, denuncia y urgencia ante la profundidad que alcanza lo queentonces se llamaba el subdesarrollo de los pueblos -su explotación y exclusión- y que la encíclicacalifica de mundial e interdependiente (PP 3). Así, lo que en MM y GS aparecía como un peligro, enPP es un hecho constatado que la humanidad tiene que reconocer y atajar: la cuestión social comosubdesarrollo de los pueblos -como dependencia y exclusión- ya no es sólo el conflicto entretrabajadores y propietarios del capital en cada país, sino una realidad que traslada esa pugna a larelación entre los pueblos, imponiéndose como un dato objetivo para valorar las condiciones

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históricas de la solidaridad y de su falta (PP 99). La disparidad en los niveles de desarrollo comocreación y reparto de riqueza entre los pueblos, además de abismal y creciente (PP 8), supone unagravísima amenaza a la paz, el fruto insuperable de la justicia: “el desarrollo (humano integral) esel nuevo nombre de la paz”, (PP 76).

En América Latina y en los Sínodos de obispos

* El vuelco en el lenguaje y la intención de la PP fue muy grande como queda dicho. Al añosiguiente, en 1968, Medellín, y a su modo, en 1979, Puebla, y en 1992, Santo Domingo, elEpiscopado Latinoamericano recogerá el testigo del Vaticano II para extraer sus consecuencias, enel contexto específico de unos pueblos echados al reverso de la historia, y entender sus luchascotidianas a la luz de la fe cristiana. La teología de la liberación avanzaba, por su parte, en laasunción de la historia de la gente, para vivirla y discernirla desde los pobres como manifestaciónlimitada siempre, pero cierta, del reino de Dios. Y este difícil trenzado, a veces casi imposible, de laDSI y las Teologías de la Liberación, es decir, cómo empastar los procesos populares de liberacióncon la evangelización integral y cómo ésta puede ser liberadora, siempre estuvo presente, ¡aunquefuera a veces para discutirlo! Pero donde hay discusión, hay oportunidad de reconocimiento.

* También los Sínodos Mundiales de 1971 (La justicia en el mundo) y de 1974 (Laevangelización en el mundo actual), con el reflejo de este último en la extraordinaria Evangeliinuntiandi de Pablo VI (EN, 1975), representan que la Iglesia tomaba conciencia histórica de lasnuevas condiciones de la evangelización en relación con la justicia. En adelante, la tareaevangelizadora de la Iglesia habrá de entenderse como síntesis inexcusable de la liberación humanaen la salvación cristiana; o como irá ganando fuerza por mucho tiempo, para perderla en años yrecuperarla hoy, la evangelización siempre es integralmente liberadora en todas las dimensionesque se considere, porque así es el mesianismo de Jesús y su anuncio del Reino (EN 38). Lasdimensiones de la única historia universal de salvación son inconfundibles, pero inseparables y conmezcla real y efectiva en el crecimiento del desarrollo humano integral. En Cristo y por Cristo, laúnica historia universal de salvación camina y crece en los signos históricos de una liberaciónhumana integral, ya sí, con la certeza que la promesa de Dios le confiere, todavía no, con laparcialidad que nuestra condición limitada le asigna. Si la liberación cristiana, en todos sussignificados y dimensiones (salvación integral), relaciona intrínsecamente “progreso humano yconsumación escatológica”, la lucha por la justicia se presenta como una dimensión constitutiva oesencial de la evangelización, es decir, de la misión propia de la Iglesia en el mundo (EN 4, 12, 30,38). Así se confirmó en el habla eclesial de los primeros 70, hasta que la DSI siguió otro camino y ladimensión social de la evangelización, como justicia, comenzó a pensarse más como consecuenciamoral necesaria de la fe y menos como condición interna del anuncio del Evangelio.

Juan Pablo II y Benedicto VI

* El penúltimo eslabón de esta pequeña historia del desarrollo humano integral que en laDSI impulsa la PP, lo representa Juan Pablo II en sus encíclicas sociales, Sollicitudo rei socialis(SRS, 1987), a los veinte años de PP, y Centesimus annus (CA, 1991), en el centenario de la RN deLeón XIII (Rerum novarum, 1891). El espíritu de la época dirá el Papa es pesimista; el abismo entreel Norte y el Sur es cada día más radical y creciente (SRS 14-15); el conflicto entre los bloquesviene a sumarse a la fractura en el desigual desarrollo de los pueblos, y los más débiles entre ellossufren el imperialismo de los intereses económicos, políticos e ideológicos de las grandes potenciasmundiales (SRS 20-21). Los pueblos más ricos y sus ciudadanos particulares, conduciéndose poractitudes morales perversas (SRS 36), han provocado la aparición de una estructuras materiales y

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culturales (“estructuras de pecado”) (SRS 36), cuyo fruto es la corrupción del desarrollo humano yun nuevo neocolonialismo (SRS 21-22). El resultado político e ideológico de la nueva situación esuna solidaridad imposible (SRS 38), obstáculo casi insalvable para la fraternidad entre los pueblos.Este panorama mundial nos exige volver sobre nuestro concepto de desarrollo, en todas suscondiciones, para que sea integral y de todos (SRS 8 y 33), y en su centro, el ser humano, lospueblos, los seres vivos y la entera creación (SRS 34). En Centesimus annus, la cuestión socialcomo cuestión del desarrollo de todos, bajo la clave del bien común universal (n 58), de la entera yúnica familia humana (n 51), en una economía planetaria que exige órganos de control y guía (n 58)que la pongan a su servicio, es ya un hecho.

* Cuando en 2009, Benedicto XVI vuelva en Caritas in veritate (CV) sobre el desarrollointegral del ser humano, para acoger la PP de Pablo VI (1967) como carta magna de la DSIcontemporánea, las claves son ya la caridad y solidaridad, la naturaleza moral del desarrollo, laconvicción de que la causa primera de los males sociales anida en el pecado de la inteligencia y lavoluntad, en el egoísmo contra la fraternidad (n 199); en suma, la antropología teológica y la fe enDios habrán adquirido un peso más decisivo si cabe que la justicia social en la explicación de lasnecesidades y posibilidades del desarrollo humano con dignidad para todos. El desarrollo humanointegral es “en la caridad y en la verdad”, pues “la caridad es la vía maestra de la DSI” (n 2), y enesa relación construye el cristianismo su concepto de desarrollo, que sólo referido y abierto a Dioses posible lograrlo; sólo ahí se sustentan la justicia y el bien común (n 69). El desarrollo humano esante todo una vocación de humanismo absoluto, y no sólo de buenas instituciones políticas, y exigeuna visión trascendente de la persona como un ser que necesita a Dios (n 11); esta visión delprogreso es el corazón de la PP, proclama Benedicto XVI, y el motivo de su continua actualidad (n16). Vocación y responsabilidad personal, éste es el secreto final ante la caridad y la verdad, laverdad que promueve a todo el hombre y a todos los hombres (n 18), y por ende, abierta aJesucristo (n 18). Si no es así, fracasa (n 52). El desarrollo humano es ante todo moral y espiritual(nn 77-79).

* Este acento peculiar que fue cobrando el desarrollo humano integral, significó duranteaños un mayor subrayado del referente ético y teológico de la DSI. Y así, si Justicia fue la categoríamás destacada por Pablo VI en PP, porque el desarrollo humano exige que “se restablezca entre laspartes al menos una cierta igualdad de oportunidades” (PP 61), cuyo fruto más preciado es la paz(PP 76), Solidaridad es el concepto que se fue imponiendo después de Pablo VI en la DSI de JuanPablo II, siempre relativamente, abrumado quizá por la dimensión que la desigualdad adquiría ennuestro tiempo y por la extendida convicción de que el desarrollo, en última instancia, tiene unaentraña moral donde reside la raíz última de su ser o no ser (SRS 36). El optimismo desarrollistaque en la Iglesia y en el mundo se había respirado en los setenta, tan confiado en la ayuda externa yen las estructuras justas, merma a favor de la importancia de las personas, de sus iniciativas y desu mejora moral, para hacer bueno el desarrollo integral del ser humano. El resultado, ciertadespolitización de la solidaridad como alma de la justicia.

En CV, por tanto, Benedicto XVI prosigue con el desarrollo humano en nuestro tiempo (nn21-33), como actualización de PP, pero menos lograda por el presupuesto excesivamente idealistasobre sus causas: la cuestión social no sólo es mundial, como en Pablo VI, sino ante todo,antropológica, moral y religiosa (n 75). Ello no obsta para que le demos todo el valor a su análisisdel moderno capitalista neoliberal, manteniendo siempre una crítica más moral (sus insuficiencias)que estructural (su injusticia insuperable), y abierto ya a la ecología de la vida humana -donde másamenazada esté, sobre todo, la no nacida-, a la ley moral natural y a la libertad religiosa (nn 28-29).La globalización economicista, sin la guía de la caridad en la verdad, dirá el Papa, nos desorienta

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como comunidad humana y fraternidad universal, y muestra la necesitad de una autoridad políticaa la medida de esa dimensión del problema (n 41).

Nuestros días con Francisco

* Y por fin, nuestros días en 2017. La cuestión del desarrollo humano integral sigue viva yvuelve con Francisco más claramente a la senda de la Populorum progressio. Fue primero la EG(Evangelii gaudium) y ha sido después la LS (Laudato Si). En cuanto a ese desarrollo, y bajo laimpronta de Populorum progressio, Francisco recupera la centralidad de la justicia en la EG,porque la caridad y la lucha por la justicia van unidas[1], y esta unidad es dimensión constitutiva dela misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su esencia (n 179); en ella, los pobres pasan alcentro de la Iglesia y de la DSI (n 199) y nos evangelizan, y al darle a su liberación el sentidodestacado de justicia social incluyente, y no sólo de justicia redistributiva (n 189), la lucha porjusticia es garantía de evangelización liberadora. El giro antropológico, desde el genérico loshombres a los pobres, se consuma. La crítica del sistema social capitalista, exigida desde lainclusión social de lo pobres y los pueblos, se radicaliza, y la paz social justa requiere de esa justiciaa la base del diálogo social, con especial servicio de las religiones. La conclusión, que la inequidadha cristalizado en estructuras sociales injustas, y hasta esa raíz de la injusticia y la violencia tieneque llegar el cambio social y personal (n 59-60 y 202). El orden de responsabilidades entrepersonas y estructuras es más dialéctico, las insistencias sociales y las morales se equilibran: lavida social buena vendrá del cambio personal y de cambios estructurales (nn 57 y 202); y urge,porque esta economía mata (n 53). La comprensión circular de este dilema viene para quedarse (LS15).

Unos años después, en Laudato si’ (2015), la paz social que brota de la justicia y lainclusión social de los pobres (EG) se prolonga en sus consecuencias indeclinables para la vida detodo lo creado: la Tierra y los pobres, la misma causa, porque todo está interconectado con todo (nn91 y 117), la misma cuestión social. En el análisis, y en continuidad con CV, Francisco destaca elpeso decisivo del paradigma cultural tecno-científico y de su omnipresente razón tecnocrática; y lasalida, el bien común como ecología integral, es decir, ambiental y social, material, moral yespiritual, para todos y todo, y particularmente, de los bienes comunes de la humanidad. No haydesarrollo justo sin respetar el destino universal de los bienes creados, mediante un uso “digno” ysostenible de ellos por todos los pueblos. Y no hay dignidad de todos sin una adecuadaantropología, abierta a los otros y a Dios (n 119), abierta a una ley natural para no descartar todo loque nos estorbe (n 122). Y con la implicación de todos los sujetos (personas, pueblos, estados,comunidad internacional, sociedad civil, religiones…), y el cambio político concomitante al personaly al comunitario o civil; el cambio moral y social, educativo, cultural, espiritual y místico. La luchapor la justicia, una forma incomparable de la caridad cristiana (n 231).

El desarrollo integral de las personas y los pueblos que dijera Populorum progressio,cincuenta años después, ha sobrepasado su sueño doctrinal. Perseveremos en el histórico.

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* Sacerdote de la diócesis de Vitoria –Gasteiz, profesor en la Facultad de Teología de la misma, de la que hasido decano. Especialista en moral y en filosofía social. Con varios libros publicados y numerosos artículos.Ha escrito esta nota especialmente para Carta Obsur.

[1] Cfr., José Ignacio CALLEJA, Misericordia, caridad y justicia social, Santander, SAL TERRAE, 2016.

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Un documento que hizo historiaEn el 50 aniversario de la Populorum Progressiode Pablo VIPor: Pablo Dabezies

26 de marzo de 1967, Pascua de Resurrección. Fue el día elegido por el entonces papa Pablo VIpara fechar su gran encíclica social con el nombre de Populorum progressio, por sus dos primeraspalabras en latín, es decir El Progreso de los pueblos (desde ahora PP). Seguramente el fruto másrelevante del Vaticano II en ese campo del desarrollo. Llamado por otra parte a produciracontecimientos y vivencias muy fecundos sobre todo en la Iglesia católica. A los 50 años de suaparición, estos apuntes están dedicados a recordar algunos de esos frutos.

Sobre el proceso de elaboración

Está confirmado por los estudios posteriores que la problemática del desarrollo preocupaba alcardenal Juan B. Montini antes de ser elegido Papa en 1963. Y que lo unía con el dominico francésLouis J. Lebret, que se había vuelto un especialista de esas cuestiones, una buena amistad y unaadmiración mutua. También se sabe que Pablo VI, pocas semanas después de su elección inició undossier personal titulado “Material para una encíclica sobre los principios morales del desarrollohumano”.

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El tema se introdujo en el Vaticano II cuando se fue elaborando la Constitución sobre la Iglesia enel mundo contemporáneo (que se concretó en la Gaudium et spes –GS-), en cuya discusión yredacción trabajó intensamente el P. Lebret. Pero el papa Montini siguió con su proyecto deencíclica, y a través de consultas con personas especializadas en el tema, se llegó a una primeraredacción en setiembre de 1964. Ese primer borrador fue examinado y anotado por Pablo VI ypasado para el estudio de los colaboradores, que fueron redactando otros proyectos. En total fueronsiete los textos que antecedieron el definitivo de 1967.

De hecho, el mismo Lebret anota en su diario, el 3 de abril de 1965, que la encíclica sobre eldesarrollo está pronta en latín. Por la misma fuente sabemos que Pablo VI prefería no publicarlaantes de que el texto de la GS estuviera pronto para no interferir con el trabajo del concilio. Así sehizo. De ese modo, la PP se constituyó en una glosa y profundización de lo que el documentoconciliar apuntó (cfr. GS nn. 63-72) La redacción definitiva estuvo pronta el 20 de febrero del 67,pero el Papa decidió esperar la fecha de la Pascua. Lebret murió poco menos de un año antes deesa fecha, pero su legado, sus trabajos por rescatar la necesaria dimensión humana del desarrolloquedaron en el texto montiniano. Una de las expresiones que se hicieron clásicas de la PP fue: eldesarrollo significa “pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas”, y quien laacuñó varios años antes fue el dominico francés.

Por sus frutos la conocimos

Quienes hemos vivido con pasión y atención los últimos cincuenta años de la vida de la Iglesiasomos conscientes de la cantidad y calidad de frutos que produjo la PP. Fue acogida con muchagratitud y reconocimiento en los países del Sur del mundo, claro, no por las elites económicas ypolíticas, pero sí por todos los que, oprimidos por la pobreza, anhelaban una mayor justicia yequidad, y sobre todo por los movimientos que luchaban por esa causa. Y en las naciones del Norte,también por los grupos comprometidos con un desarrollo humano integral y con la solidaridad paracon los pueblos pobres.

Pasó a la historia la reacción de rechazo del Wall Street Journal, que calificó al texto de Pablo VI de“marxismo recalentado” (warmed up Marxism). Y el diario Il Tempo, de Italia, que acusó al papa depracticar un “análisis maoísta” de la realidad mundial.

Pero esta nota pretende sobre todo recuperar algunos de los frutos eclesiales que dio la encíclica,porque sin ellos sería difícil explicar algunos rasgos de lo que hoy es la vida cristiana, la de laIglesia toda.

Empiezo por algo que no pertenece tanto al contenido del documento sino más bien a su manera deencararlo, más precisamente a su metodología. El concilio Vaticano II había ensayado, en suconstitución sobre la Iglesia en el mundo (GS), una nueva forma de plantear el mensaje de laIglesia. Siguiendo los estímulos de Juan XXIII, que en la preparación había alertado varias vecessobre la necesidad de “interpretar los signos de los tiempos”, los Padres conciliares, con la ayudade los teólogos de más calibre de la época, intentaron ese nuevo camino partiendo de las realidadesdel mundo y los pueblos. Creyeron que era preciso dejarse cuestionar por ellas y descubrir así lasseñales de Dios que desde allí llama a su Iglesia a analizarlas y apreciarlas para responder de unamanera renovada y sin embargo siempre fiel al corazón de la Buena Noticia.

Sucedió que la tarea no fue fácil. Se trataba de un camino nuevo, no intentado desde hacía siglos,en que la enseñanza de la Iglesia y la teología procedían por deducción de los grandes principios de

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la fe cristiana para tratar de adaptarlos a cada situación. Así se había elaborado toda la DoctrinaSocial de la Iglesia (DSI), desde los comienzos con León XIII, con un inicio de evolución en JuanXXIII. Para decirlo en términos que conocemos bien, se trataba de incorporar en el magisterioeclesial el proceso del “ver, juzgar, actuar” (ya recomendado por el papa Juan en su Mater etmagistra de 1961). Lo que se conoce como método inductivo, por contraposición con el deductivo.

Esto fue algo que los analistas atentos hicieron notar rápidamente. Entre nosotros, el entoncesjesuita Ricardo Cetrulo publicó un artículo, que se convirtió en una especie de clásico en AméricaLatina, titulado “De la animación de lo temporal al análisis de situación”, en que justamente dabacuenta del pasaje en la PP de un tipo de magisterio social de la Iglesia a otro nuevo, marcado poresa nueva metodología. En Europa fue el dominico francés M. D. Chenu, de gran influencia en elConcilio, quien identificó a la encíclica de Montini como el primer ejemplo ya maduro de ese nuevoestilo. Y la calificó como un nuevo punto de partida para la DSI, que hasta entonces, para él, sedebía considerar como ideología.

Se podría abundar sobre toda esta temática, pero creo que basta con apuntar lo que estuvo enjuego. De hecho, la mayor parte de los documentos de la DSI en los últimos 50 años han seguidoese camino, salvo algunos regresos al estilo anterior en los pontificados de Juan Pablo II yBenedicto XVI. Con Francisco se ha vuelto a adoptar con decisión la herencia del Concilio y de laPP. Ni qué decir, en la enseñanza de los obispos de América Latina: Medellín y Puebla deben enbuena medida su riqueza a esa metodología, Santo Domingo trató de dejarla atrás. Pero fueretomada con claridad por Aparecida, 40 años después (en este mayo ha hecho 10 años deAparecida. Volveremos en Carta Obsur sobre ello). A veces olvidamos reconocer esta verdaderaconsolidación de un rumbo que se procesó con el Vaticano II y el pontificado de Pablo VI para biende la Iglesia y los destinatarios de su enseñanza. Es, de seguro, uno de los grandes aportes y frutosde la PP.

Fuente de inspiración y compromisos

Solo unos meses después de conocerse la encíclica, el 15 de agosto, aparece el llamado “Manifiestode Obispos del Tercer Mundo”, firmado por 18 prelados: Esta carta prolonga y adapta la encíclicasobre el desarrollo de los pueblos. Desde Colombia y Brasil hasta Oceanía y China, pasando por elSahara, Yugoeslavia y el Medio Oriente, la luz del Evangelio esclarece las preguntas que, casisiempre las mismas, son planteadas por todas partes. En el momento en que los pueblos y las razaspobres, toman conciencia de sí mismos y de la explotación de la cual todavía son víctimas, estemensaje dará valor a todos los que sufren y luchan por la justicia, condición indispensable de lapaz, afirman al inicio. La iniciativa fue de Dom Helder Camara, y se sitúa en la línea del “Pacto delas Catacumbas” (XI/1965), continuidad asegurada por el pastor brasileño a través de sus“Circulares”, comenzadas con el Concilio. En la 224, (4/1967) escribe: “Populorum Progressio.Encíclica a responder con actos. Intercambio de ideas con hermanos del episcopado precedida deuna palabra filial al Santo Padre Pablo VI. Y en las siguientes se puede seguir el itinerario de esai n i c i a t i v a . E l M e n s a j e s e e n c u e n t r a e n :www.ruinasdigitales.com/cristianismoyrevolucion/cyrmanifiestodeobisposdeltercermundo66/.

Este documento inició la época de muchos grandes textos episcopales, sobre todo en AméricaLatina, pero no solo, caracterizados por la claridad en los análisis y el lenguaje sin eufemismos,denunciando situaciones concretas de injusticia, anunciando los caminos del Reino. Poniéndose dellado de los pobres. Se trata de textos que pocos años antes eran impensables, desusados, y que hoytal vez lo serían por igual, con la excepción del papa Francisco, en quien encontramos un estilo

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semejante, directo, sin vueltas que evoca aquel. Se habló mucho de profetismo, quizá con ciertainflación del término, pero lo innegable es que se trató de un momento clave en la historia denuestras Iglesias criollas, que explica un modo de presencia eclesial solidaria, generosa y valienteque ha quedado como uno de nuestros patrimonios, al mismo tiempo celebrado, denostado,añorado, presente según lugares, protagonistas y momentos.

Del Mensaje nació también en la Iglesia latinoamericana, y por emulación, un fenómeno inédito: laformación de movimientos sacerdotales de diverso perfil y objetivos, pero que tuvieron en común labúsqueda de una inserción de los presbíteros en los sectores populares, en los movimientossociales, como manera de hacerse también ellos agentes del cambio necesario y urgente, comopedían la PP y el mensaje de los obispos. El más conocido de ellos fue el Movimiento de Sacerdotespor el Tercer Mundo (MSTM), de trayectoria muy polémica, muy “argentino” si tenemos en cuentasu afinidad, no sin tironeos internos, con el peronismo. Pero no se puede negar que fue una de lasmatrices de la llamada “teología del pueblo” que hoy tiene una expresión muy relevante enFrancisco. En otros países nacieron movimientos similares como ONIS en Perú, Golconda enColombia, “Los 80” en Chile, y otros en Guatemala, Ecuador, México. En todos ellos se buscaba unaforma de vida presbiteral marcada por eso que hoy llamamos “opción por los pobres”. Creo que aúnno se ha hecho una evaluación seria y desapasionada de estas experiencias, pero no dudo enafirmar que han contribuido mucho a dar a los ministros ordenados del continente un estilo que hoyllama la atención en el papa Bergoglio.

Por iniciativa del MSTM, en junio de 1968, casi un millar de sacerdotes de América Latinadirigieron una carta a los obispos que iban a participar en la Conferencia de Medellín del CELAMdos meses después, lo mismo que a Pablo VI, que viajaba a Colombia a inaugurarla. En ella se pedíaque no se condenara la violencia de los pobres, “violencia revolucionaria”, sin condenar al mismotiempo la “violencia institucionalizada”: esos eran los términos utilizados en la época para hablar delas reacciones violentas a las situaciones de injusticia y opresión a que se sometía a mucha gente enAmérica Latina. El clero uruguayo fue uno de los que más firmó esa carta, unos 90 sacerdotes detodo el país.

La recepción de Medellín

Por esa carta o por muchos otros motivos los obispos en Medellín adoptaron ese planteo, que porotra parte era objeto de apasionadas discusiones en la Iglesia y en las sociedades de esos años. Lacomisión que trató la temática de la Paz, presidida por nuestro Carlos Parteli, produjo uno de losmás hermosos documentos de la II Conferencia General, a juicio de muchos. Gustavo Gutiérrez, queera experto de la misma, cuenta que en la noche anterior a la votación del texto, el entoncescardenal de Guatemala estaba maniobrando para sacar ese juicio sobre la violencia del sistema.Fue a comunicarle su preocupación a don Carlos, quien lo tranquilizó como responsable de laredacción. El resultado se puede leer en n. 16 del documento homónimo: Si el cristianismo cree enla fecundidad de la paz para llegar a la justicia, cree también que la justicia es una condiciónineludible para la paz. No deja de ver que América Latina se encuentra, en muchas partes, en unasituación de injusticia que puede llamarse de violencia institucionalizada cuando, por defecto de lasestructuras de la empresa industrial y agrícola, de la economía nacional e internacional, de la vidacultural y política, “poblaciones enteras faltas de lo necesario, viven en una tal dependencia que lesimpide toda iniciativa y responsabilidad, lo mismo que toda posibilidad de promoción cultural y departicipación en la vida social y política” [PP 30], violándose así derechos fundamentales. Talsituación exige transformaciones globales, audaces, urgentes y profundamente renovadoras. Nodebe, pues, extrañarnos que nazca en América Latina “la tentación de la violencia”. No hay que

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abusar de la paciencia de un pueblo que soporta durante años una condición que difícilmenteaceptarían quienes tienen una mayor conciencia de los derechos humanos.

Hoy podrá parecer extraño que se le haya dado tanta importancia a esta cuestión. Ello nos muestrasin embargo la voluntad y capacidad de esos obispos, de esa Iglesia, para confrontarse a losproblemas que cuestionaban la conciencia cristiana y ejercer el discernimiento evangéliconecesario. Es lo que hoy estamos llamados a practicar de nuevo, frente a otros cuestionamientos,pero siempre con “un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”, como decía el obispo mártirAngelelli.

Pero la influencia de la PP en Medellín va mucho más allá de esta cuestión precisa para ser una delas principales referencias de la Conferencia. Luego de los textos del Vaticano II, y sobre todo laGS, la encíclica de Pablo VI es el documento más citado, 27 veces. Como dijo muchos años despuésel actual cardenal Paul Poupard, que fue encargado por el papa Montini de presentar la PP, “elclima era aún el del Concilio”.

Vigencia actual

Poupard es testigo privilegiado de la encíclica. Cuando aquel martes de Pascua tuvo quepresentarla a la prensa ya era consciente de su alcance. Tenía 36 años, y era un todavía oscurooficial de la Secretaría de Estado. Pero Pablo VI l ya le había confiado, al final del procesoredaccional, la tarea de dar los últimos toques a algunas partes así como integrar ciertascorrecciones y aportes de último momento. En esa tarea, hace poco recordaba cómo tuvo que hacervarias veces de enlace entre los colaboradores del Papa y el mismo obispo de Roma. Él nos puededecir una palabra autorizada sobre la vigencia de la encíclica. La tomamos de una entrevista demarzo pasado: Esta encíclica social se ha convertido en una brújula de referencia para los dosúltimos papas. Baste pensar que en Aparecida, Brasil, como apertura de la Conferencia del CELAM,en 2007 –en la que el entonces cardenal Bergoglio fue el relator del texto final- el papa Benedictoquiso citar, casi como una “consigna” para los delegados a esa reunión, la Populorum progressio.Muchos datos del pontificado bergogliano, desde el comercio de armas a una cierta idea decapitalismo salvaje, al hecho de que la propiedad privada no es un derecho absoluto, nos conectancon Montini y su encíclica. Un texto que habla aún al hombre de hoy. Se trata de un “sismógrafomuy sensible” sobre los dramas de la humanidad y sobre tantos derechos de los pobres que sonviolados. El papa Montini me preguntó un día cómo había sido recibida la encíclica. “Santo Padre,le contesté, Ud. ha sacudido la conciencia del mundo”. A menudo escucho todavía su réplica: “Esjustamente lo que traté de hacer”.

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Populorum ProgressioUna tarea de construcción de futuroPor: Ramón Firme

Las cartas encíclicas para los cristianos son escritos de carácter personal. Es una carta que recibecada cristiano directamente del vicario de Cristo. Es un instrumento que enriquece en formapersonal el diálogo evangélico que comenzó Jesús anunciando la buena nueva. En particular laPopulorum Progressio trata de iluminar el camino que la sociedad y todas las personas estabanllamadas a transitar, a comprometer y profundizar en el quehacer de la articulación de una nuevasociedad. La de post-guerra, que el Concilio Vaticano había esclarecido.

Supone una actualización del evangelio para vivir el amor del Padre. Y lo hace, en circunstancias deun tiempo y espacio, en donde el ser humano debe apartarse de los caminos transitados y diseñar yconstruir otros originales. Por eso, se requiere “proyectar sobre las cuestiones sociales la luz delevangelio”.

En la estela del Vaticano II

Las encíclicas nunca pueden tener unilateralidad, ya que es diálogo evangélico. Se dialoga conactores concretos, viviendo una realidad que camina hacia la construcción de nuevos espaciossociales. El espectro de este dialogo puede ser más o menos amplio y profundo según lascircunstancias de los diferentes actores.

En las discusiones del Vaticano II, fue tomando forma el aporte más amplio y variado dado lacomposición de la Asamblea y el número de los asesores que fueron llamados. En cuyo seno sediscutió la problemática que planteaba una sociedad internacional que salía de dos guerrasmundiales, en donde emergían sociedades que habían superado el colonialismo. Y otras que reciénentraban en la sociedad internacional.

Era bastante lógico que se cuestionaran comportamientos de personas, sociedades e institucionesnacionales e internacionales, que transitaban sinuosos caminos. Y que, requería de la Iglesiaaportes importantes.

El Concilio con su amplitud, fue un espacio en donde el espíritu sopló con fuerza. En la sociedadcivil se daban revisiones, discusiones y propuestas de los más diversos tenores sobre el desarrollode las sociedades. Provenían de diferentes escuelas de pensamiento.

Los intelectuales católicos entraron en un proceso, no tanto de confrontación como de elaboración

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de campos teóricos surgidos del análisis de las realidades concretas. Los que eran rigurosamentevistos a la luz de la Buena Nueva. Se profundizó en la presentación de epistemologías científicasmás comprensivas de la realidad. Por otro lado y al mismo tiempo se plantearon nuevas místicasque permitieran el diálogo religioso personal con el Padre.

Es imposible mencionar a todos quienes participaron de esta tarea. A título indicativo, de suamplitud es posible mencionar un manojillo de nombres: Jaques Maritain, como pensador de laacción política; el jesuita P. Teilhard de Chardin en su triple condición de científico, filósofo, ymístico; el filósofo Emmanuel Mounier; el economista Jacques Perroux; el Padre Dominico JosephLebret; Mr. Martini, cardenal de muchas facetas; y l’Abbé Pierre que se acerca y marca una fuertepresencia de gestión solidaria entre los pobres, sin techo y con hambre.

Algunos de estos nombres, a los que habría que agregar otros, realizaron trabajos escritos paraenriquecer la tarea de los padres conciliares.Necesidad de una palabra tradicional y revolucionaria al mismo tiempo

El Padre Joseph Lebret mantuvo una muy buena relación con el Cardenal Montini. Cuando eselegido Papa, como Pablo VI, este le solicita que prepare un primer borrador de la Carta Encíclica.Con esta solicitud el Santo Padre se inclina claramente por algunos elementos que aparecen comoesenciales. Busca un contenido científico moderno, un humanismo social, y un amplio espectro deopiniones sobre el desarrollo de las sociedades y pueblos.

Pero se inclina por algo más. Retoma puros valores que habían brillado durante el largo tiempoconciliar. La autenticidad manifestada en hechos evangélicos. La humildad de plantearseproblemas gigantescos y complejidades que costaban imaginar. La necesidad de adentrarse ennuevos descubrimientos. De romper los cotos cerrados de la disciplina. La de cuestionar susmismas bases. Etc.

Es decir, respetar la historia de la salvación que habíamos caminado, y dar una vuelta en el caminocomo si los conceptos, las ideas fueran un nuevo invento. Era la primera aplicación del Concilio, enuna encíclica que debía ser tradicional y revolucionaria. Y las dos cosas con intensidad

Si es necesario, desarrollar dos ideas fuerza de la Encíclica no hay duda que estás serían eldesarrollo integral y la solidaridad de las personas en la sociedad. Pero adicionalmente, hay queseñalar un aspecto que ha venido para quedarse. Es necesario poner atención en los planteosepistemológicos. La visión científica cristiana realiza propuestas originales que tienen en cuenta almismo tiempo que la lectura de las Escrituras; un desarrollo de ideas que son congruentes con laevolución de la historia de las ideas en la materia específicas.

Repasemos algunas de estas ideas.

Desarrollo integral y solidaridadEn primer lugar, sigue a Juan XXIII y afirma que “la cuestión social ha tomado una dimensiónmundial. Esto plantea, un problema de ubicación a quienes deben trabajar en una reflexión másprofunda. Afirmando categóricamente que hay un vacío de ideas en este campo exhorta a loscientíficos, técnicos, etc., a que se dediquen a la elaboración de esas ideas. Es necesario comprobarque los sucesivos Papas se han guiado en la preocupación de esta mundialización. La que aún nosdebe seguir guiando como nos enseña Francisco.

Un segundo aspecto es el que tiene que ver con el concepto de humanismo. Concepto desde

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siempre ligado al cristianismo. Es que el concepto de desarrollo no puede ser entendido si no lo esen clave humana. De esta manera el crecimiento económico, y toda economía no puede serentendida sino como humana.

Lo humano es entendido desde la perspectiva que planteó tan brillantemente Emmanuel Mounier.Recuperando las dimensiones que Jesús expresó en su vida pública, y nos trasmitió en lafamiliaridad divina. Lo humano en lo personal, social, ecológico y planetario.

Sin duda que una de las consecuencias supuestas en esta concepción del hombre y de lo humano essu faz creadora. Y sin duda, uno de los lugares que enfatiza Pablo VI es el mismo que hoy reclamaFrancisco. El cristiano está llamado a crear nuevos conocimientos sobre las diferentes actividadeshumanas y las disciplinas que la estudian. Nuevos conocimientos al servicio de las personas.

La expresión de la solidaridad se carga de un contenido nuevo a partir de la encíclica. Es unconcepto aplicado a las relaciones humanas, pero es en la amplitud de la concepción de undesarrollo integral sostenido por una creación de pensamiento y acción que cubre toda la geografíahumana.

Todo esto no está exento de los aportes místicos. Expresamente el papa menciona a Charles deFoucauld. Pero todas las personas mencionadas tienen esa cualidad en grado superlativo. Estosaspectos estaban presentes en el trabajo que aportara Lebret.

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Hace 500 años, Lutero y su reformaPor: Tomada por OBSUR

Entrevista a Bernard Sesboüé, sj*

Padre Sesboüé, ¿Qué fue lo que sucedió en 1517?

Tomemos los acontecimientos tal y como sucedieron e intentemos captar su alcance histórico.Preguntémonos: ¿cómo estaba la Iglesia católica al inicio de siglo XVI? En estado lastimoso, tantoque desde hacía ya mucho tiempo se hablaba de la necesidad de una reforma que sin embargocontinuaba empantanada. No mucho antes, en el 1510, el Concilio Lateranense V se habíaconcluido sin producir nada serio. Pero desde el punto de vista romano el concilio se habíacelebrado y no tenía sentido volver a comenzar. Los abusos eran numerosos y estaban a la vista detodos: corrupción e inmoralidad del clero, que daban origen al proverbio napolitano “Se quieres iral infierno, ¡hazte sacerdote!”, jerarquía episcopal y romana muy poco edificante, etc. El asuntomás sensible para el pueblo cristiano era la gran campaña por las indulgencias: el papa León X, hijode Lorenzo de Médicis, Lorenzo el Magnífico, quería reconstruir de manera espléndida la basílicade San Pedro en Roma, la que conocemos hoy. Para esto necesitaba mucho dinero. Lanzó entoncesen Europa y en especial en Alemania, una gran campaña que concedía generosamente“indulgencias” a quienes hacían limosnas que se esperaba fueran pródigas. La predicación sedesplaza entonces de las grandes verdades de la fe a los beneficios espirituales de las indulgencias.Los predicadores usan argumentos burdos que convierten a la salvación cristiana en una especie detrueque financiero. Un gran predicador dominico de las indulgencias, el P. Teztel vulgarizó esteversito: “Cuando la moneda en la alcancía canta, el alma del purgatorio salta”.

¿De dónde vienen las indulgencias?

Provienen de la práctica antigua de la penitencia pública. En la época de los Padres de la Iglesia losfieles eran sometidos al sacramento de la penitencia solo en caso de pecados muy graves:apostasía, homicidio, adulterio… Estos pecados exigían una penitencia pública y dura e incluíanobservancias diversas, entre las cuales la exclusión de la comunión eucarística. Una tal penitenciaduraba un tiempo más o menos largo y podía alcanzar hasta varios años. Evidentemente, lospenitentes deseaban que la penitencia pudiese ser abreviada lo más posible. Se podía hacerlomediante las buenas obras, en especial la limosna. Cuando la penitencia se volvió privada, en laEdad Media, se consideró que el pecado, aunque fuera perdonado, tenía consecuencias que exigíanuna purificación en el más allá. Por esa vía, se transfirieron elementos de la disciplina terrestre almisterio trascendente del purgatorio, con el señalamiento de días de duración. En el s. XVI lateología que subyacía a la práctica de las indulgencias se había deteriorado mucho, de tal modo quese habían vuelto objeto de un verdadero tráfico. El debate recorre Europa. Los medios de

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comunicación de la época lo hacen suyo y la cuestión se difunde.

Lutero se encuentra en medio mismo de ese tráfico…

El monje agustino Martín Lutero, joven profesor en la Facultad de teología de Wittenberg,encuentra que esta situación es escandalosa. No solamente Alemania se tiene que confrontar conesta especie de “impuesto”, sino que las conciencias se deforman con la ilusión de que la salvacióncristiana no es un asunto de fe sino algo que se compra con buenas obras y sobre todo conlimosnas. Ahora bien, esta manera de pensar es contraria al itinerario espiritual de Lutero. Hombreinquieto y torturado por las tentaciones, ha probado todas las formas de ascesis para liberarse, sinresultado. Se sentía condenado por la justicia de Dios en la que veía solo el aspecto punitivo. Peroun día, este profesor de Sagrada Escritura hace un descubrimiento en la Carta de San Pablo a losRomanos que considera completamente de acuerdo con la interpretación de san Agustín, lo quetransforma su vida. Frente a la universalidad del pecado en la humanidad, la justicia de Dios esrevelada por la fe en Jesucristo: “Porque nosotros estimamos que el hombre es justificado por la fe,sin las obras de la Ley” (Rom 3,28). Toma como ejemplo el caso de Abrahán que “creyó en Dios yesto le fue tenido en cuenta para su justificación” (Rom 4,3). La justicia que podemos recibir deDios no es por tanto el fruto de nuestras buenas obras, sino un don gratuito de la misericordia y lajusticia por la que Él nos hace justos. La justificación por la gracia de Dios mediante nuestra fe serápues para Lutero el artículo central del misterio cristiano, el que hace que la Iglesia se sostenga ocaiga. Con esto él inaugura una figura nueva de la fe por completo diferente de la del Medioevo. Nose trata más de obedecer lo que dice el sacerdote y de participar a todo lo que hace la comunidadparroquial. Se trata de estar íntimamente convencido de que la gracia de Dios nos alcanza ennuestra miseria y en razón de la fe nos considera como sus amigos. El papel de la concienciapersonal queda ubicado formalmente en el primer plano.

¿Cómo nace y se desarrolla la cuestión?

¿Qué hace entonces Lutero? Escribe, el 31 de octubre de 1517, a Alberto de Brandeburgo,arzobispo de Magdeburgo y Maguncia, denunciando al mismo tiempo la práctica de lasindulgencias y la teología que la justifica. Por tanto, plantea un problema de gestión práctica perotambién de doctrina. A su carta añade 95 tesis sobre las indulgencias proponiendo un debateteológico, de tipo académico, sobre una cuestión cuyos fundamentos no son para nada claros. Estastesis ciertamente punzantes, no son para nada proposiciones definitivas, sino que buscan unareacción, y más adelante poder llegar a conclusiones maduras. Lo que Lutero desgraciadamenteignora es que el Arzobispo tiene un contrato con Roma que espera con rapidez fondos frescos, delos que él mismo lleva un porcentaje. Cuestionar públicamente la práctica de las indulgenciasllevaría a secar la fuente de las ganancias y a poner en peligro sus mismas finanzas. Lutero norecibirá ninguna respuesta. ¿Estas tesis fueron clavadas en las puertas de la iglesia del castillo deWittenberg? Todavía hoy se discute. En todo caso, saltan a la luz pública y a partir de entonces suautor pierde el control sobre ellas. Él quería un debate en el ámbito de su universidad y el debateinvade toda Europa. Los media de la época se apropian de ellas y el asunto se extiende. Elescándalo explota ante la opinión pública, exasperada por las indulgencias y por esta nuevavivencia de la fe que expresa un primer signo de la emergencia de los tiempos modernos. El rápidoéxito de Lutero no se explica sino por el encuentro entre la consciencia de un hombre y la de unpueblo. La cuestión se vuelve pues política y eclesial. Es interpretada espontáneamente como unarebelión contra la autoridad del papa. El vuelta del teólogo a la Escritura y a los Padres de la Iglesia(las fuentes) es también interpretado como una sospechosa toma de distancia con respecto a lateología escolástica de la época, y es objeto de una gran hostilidad de parte del aparato

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eclesiástico. En medio de esta situación imprevista pero inquietante para él, Lutero escribe, enmayo de 1518, una carta muy respetuosa al papa, en la que intenta justificar su conducta y explicaque está elaborando “soluciones” para hacer comprender sus tesis. Esa carta termina así: Postradoa vuestros pies, Padre santísimo, me ofrezco a Vos con todo lo que soy y todo lo que poseo. Pero yaes muy tarde. León X ha ordenado la apertura de un proceso contra él. Lutero es ya acusado deherejía en el sentido amplio que se daba a este término en aquella época. Se le intima que sepresente ante un tribunal romano en dos meses. Pero un tal viaje sería bastante peligroso para él,podría ser asesinado o al menos terminar preso. También los protectores de Lutero en Alemania, enparticular el príncipe Federico el Sabio, elector de Sajonia, piden que se transfiera el proceso a esepaís. El cardenal Cayetano, dominico y gran intérprete de santo Tomás, legado del papa enAlemania, informa que el pedido es aceptado y que Roma le confía encargarse de la cuestión. Laaudición de Lutero se llevará cabo en Augsburgo. El debate degenera rápidamente y no se tocan losasuntos de fondo. Cayetano pide sobre todo que Lutero se retracte de sus errores. ¿Cuáles?,contesta el acusado. Tú niegas que el tesoro de las indulgencias esté constituido por los méritos deCristo y de los santos, mientras que el papa Clemente VI ha definido esta doctrina como de fecomún. Además enseñas que es la fe y no el sacramento lo que justifica, lo que es nuevo y falso.Lutero rechaza retractarse. Está pronto para cualquier cosa menos para eso, a no ser que se ledemuestre que cuanto dice es contrario a la Escritura. El año siguiente, 1519, se realiza en Leipzigun verdadero debate teológico con Juan Eck, vice canciller de la Universidad de Ingolstadt, perosolo consigue empeorar las cosas. Las referencias de unos y otros se han vuelto formalmentediferentes: la santa Escritura para Lutero, las grandes decisiones conciliares y los pontífices paralos teólogos. Eck no conocía bien el terreno doctrinal en el que se mueve Lutero. Las cuestiones sontratadas bajo la óptica de la desobediencia y la acusación de herejía está siempre sobre la mesa.Lutero es acusado de hostilidad hacia el papado y de retomar aspectos de la herejía de Juan Hus,del siglo anterior. Se instala cada vez más el dilema Escritura o Iglesia. Por su parte, Lutero varadicalizando sus proposiciones. El debate se hace más denso en el plano doctrinal con elcuestionamiento de los sacramentos. Lutero ha caído en cierto modo en la trampa que le tendidoEck y sale de la disputa más cuestionable, “condenable”, que lo que había entrado. Eck se haconvertido en su enemigo y contribuirá de cerca a su condena por el papa. Entre tanto, él mismoescribe varios opúsculos contra la teología de Lutero. En 1520 este hace conocer por su parte susgrandes manifiestos, entre los cuales el célebre dirigido A la nobleza cristiana de la naciónalemana. En él apela a un concilio, despertando así los malos recuerdos de las asambleasconciliaristas del siglo XV. La primera etapa con respecto a Lutero se cierra en cuatro años. En1521 Lutero es condenado y excomulgado con la Bula Exsurge Domine, que él quemarápúblicamente antes que retractarse en los siguientes sesenta días. Renuncia por tanto a todaesperanza de reconciliación. Comparece ante la Dieta de Worms y hace ante ella la famosaproclama: Si no se me convence mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de larazón – porque no le creo ni al papa ni a los concilios ya que está demostrado que a menudo hanerrado, contradiciéndose a sí mismos -, por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoysometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme denada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable. ¡Dios me ayude,amén! La Dieta entonces lo condena; la ruptura con la Iglesia de Roma se ha consumado, peroLutero goza de la estima de una gran parte del pueblo cristiano. No se trata de un caso personalsino de un cisma grave y duradero en la Iglesia de Occidente. Cierro aquí la lectura de losacontecimientos. Es suficiente para reflexionar sobre lo que estaba en juego.

Es obvia la pregunta acerca de las responsabilidades

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Es muy difícil hacer un juicio sobre las responsabilidades de esta ruptura que no sea tendencioso.Digamos ante todo que el clima en que estaban inmersos unos y otros llevaba a ello. Nadie queríaceder y la demanda hecha a Lutero de retractarse era muy prematura y no podía no llevar a locontrario de lo que se buscaba. No se puede sino aprobar al Reformador en su protesta contra eltráfico de indulgencias. Pero él también tiene una parte de responsabilidad por la violencia dealgunas de sus proposiciones, la intransigencia en la discusión, su rechazo de cualquier tipo decompromiso y su radicalización doctrinal progresiva contra la institución eclesiástica, lo que hizo deél un revoltoso, y según la consciencia de la época un hereje, cosa que al inicio no era. Pero se debereconocer que la mayor responsabilidad viene del lado católico. La sospecha sobre él, no justificadaal inicio, impidió que sobre la cuestión de las indulgencias se pudiera realizar un debateteológicamente bien fundado. Los responsables buscaban mucho más que Lutero se retractara, o sucondenación, y no tanto la búsqueda de la verdad. Confundían sus posiciones de escuela con laortodoxia, que identificaban a su vez con una teología aun bastante confusa. La imagen nueva de lafe, de la que era testigo Lutero, hubiera podido ser desarrollada de modo católico, como se puedeconstatar en Seripando, redactor del decreto sobre la justificación del Concilio de Trento, o enIgnacio de Loyola. Y que por otra parte terminará por imponerse.

Lo que resulta trágico es la ruptura instalada en Europa…

No hay duda, se consumó esa ruptura entre Lutero y la Iglesia de Roma. Su protesta será seguidade modo masivo en Alemania. Y luego surgirán comunidades luteranas que se distanciarán de lasparroquias católicas. La reacción seria de la Iglesia católica ante la Reforma tendrá un retardoconsiderable por causa de los conflictos entre los príncipes, la actitud mucho tiempo reticente delos papas y las exigencias cada vez más grandes de los reformadores. Todas estas causas volvieronimposible un concilio de reconciliación. El Concilio de Trento se abrirá en 1545 un año antes de lamuerte de Lutero. Se celebrará bajo el signo continuo de las interrupciones y tendrá tres sesiones:1545-1549 con Pablo III; 1551-1552 con Julio II; 1562-1563 con Pío IV. ¿Por qué tan tarde?, sepodrá preguntar, cuando todo parecía clamar por un concilio. Al comienzo, Trento tiene cerca de 30años de atraso, y cuando termina, 45. Las comunidades luteranas entre tanto se han establecido entoda Europa. Ha surgido la segunda generación protestante, la de Calvino y los reformadores, yotros han aparecido en escena. El concilio producirá un documento bastante significativo sobre lajustificación por la fe, en que la tesis paulina es resaltada perfectamente en el marco de unateología católica. En el siglo XX, importantes teólogos protestantes llegarán a reconocer su valor.Como a menudo sucede en la Iglesia católica, era demasiado tarde para un concilio dereconciliación. Durante las dos primeras sesiones se esperó la presencia de los protestantes; en latercera resultó claro que ese encuentro se había vuelto imposible. En una parte como en la otra, lapreocupación de tener razón predominó sobre la voluntad de comprenderse.

¿Cómo ve al luteranismo de hoy y la actitud de la Iglesia católica, unos meses antes de comenzar lasconmemoraciones de los 500 años de la Reforma?

Entre los innumerables diálogos realizados por la Iglesia católica desde los tiempos del concilioVaticano II con las comunidades históricamente separadas de ella, el luterano-católico es uno de losmás serios, continuos y fecundos. Desde 1972 se han publicado documentos importantes, reunidosy editados con el título Ante la Unidad. Las Iglesias se pusieron igualmente de acuerdo enreconocer que no tienen ya vigencia las condenas recíprocas del siglo XVI. Desde 1986 el diálogo seintensificó aún más, tanto a nivel internacional como nacional, por ejemplo en los EE. UU.,centrándose en la cuestión decisiva de la justificación por la fe. Numerosos documentos prepararonla publicación de la declaración común entre la Federación luterana mundial y la Iglesia católica,

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La doctrina de la justificación (1999). Se puede decir que hoy el punto mayor que hizo estallar lacrisis ha sido resuelto. La justificación por la gracia mediante la fe es objeto de confesión común yserena, aunque diferenciada, por parte de católicos y luteranos. Se dio a luz un comunicado oficialcomún de los dos signatarios con el objeto de hacer algunas clarificaciones. Este resultado esconsiderable y el documento debería pertenecer ya a los textos confesionales de ambas partes. Perono tiene las mismas consecuencias para unos y otros, porque para los luteranos la justificación es el“criterio decisivo” de la autenticidad de la Iglesia, mientras que para los católicos es “un criterio”de la misma. Este punto fue largamente debatido y hoy da lugar a una nueva etapa del trabajoconjunto entre ambas confesiones, que tiene que ver justamente con la Iglesia. Estasconversaciones son siempre difíciles, porque no es posible resolver en unos pocos años lo que hadurado 500.

En cuanto a la conmemoración de este quinto centenario, tendría una sugerencia para la Iglesiacatólica. Una cosa realizable que tendría un gran alcance simbólico. Si la Declaración común sobrela justificación ha clarificado ya el conflicto inicial, un asunto ligado al acontecimiento de la rupturaestá aún pendiente. Es algo secundario, sin duda, pero tiene su importancia. La Iglesia católicasigue enseñando y practicando la doctrina de las indulgencias. Lo hace además en un clima defiesta como es la celebración de los años santos, por ejemplo el último sobre la misericordia. Sinduda, la práctica católica de las indulgencias no da ya lugar a ningún tipo de abuso financiero, y suteología ha avanzado considerablemente. En 1967 el papa Pablo Vi publicó un documentoimportante rechazando toda concepción “bancaria” del tesoro de la Iglesia, suprimiendo todacuantificación y mostrando que las indulgencias son eficaces per modum sufragii (= a modo desufragio), o sea que su valor es el de la oración de toda la Iglesia y de la conversión de laconsciencia que estimulan. No hay nada que ponga en cuestión la justificación por la graciamediante la fe. Sin embargo, esta cuestión nunca fue tratada en un diálogo clarificador. Pornumerosas confidencias que he recibido, sé cuánto irrita las consciencias luteranas y protestantesla propuesta periódica de las indulgencias de parte católica. Muchas veces he tenido que volversobre este tema para hacer aclaraciones. Por lo que sé, la Iglesia católica nunca expresó suarrepentimiento por el escandaloso tráfico que se dio en el siglo XVI, y tampoco ha buscado unacuerdo doctrinal sobre ello. Parece que olvidemos que la Reforma surgió a partir de ese escándalo,que la Iglesia de aquel tiempo no quiso reparar. Y este recuerdo queda terriblemente presente en lamemoria luterana. Me parece que nosotros, católicos, deberíamos aceptar cambiar el nombre delproceso penitencial que lleva a la plena liberación de las consecuencias del pecado. El término“indulgencia” está demasiado cargado por el peso de los conflictos históricos para que se lo puedaaceptar en la actualidad. Sería totalmente posible utilizar en su lugar una palabra bíblica ytradicional como bendición, misericordia o benevolencia divina gratuita. Se trata después de todode un aspecto de la teología de la gracia que exigiría sin dudas una revisión de los textos oficialesque regulan la materia y el abandono de muchas fórmulas que han marcado a generacionespasadas. Sería una hermosa puesta en práctica de la Declaración común sobre la justificación y laúltima palabra sobre el antiguo conflicto de las indulgencias.

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* Bernard Sesboüé, francés y teólogo de mucho prestigio, 88 años. Jesuita, ha sido docente de teología en Lyon y París(Centro Sèvres). Ha escrito innumerables obras y es todavía una referencia en el diálogo ecuménico, sobre todo conLuteranos. Ha sido miembro de la Comisión Teol. Intern. y consultor del Secretariado para la Unidad de los Cristianos.

La entrevista que publicamos, realizada el año pasado, ha sido tomada y traducida de Settimana-News(www.settimananews.it). El título es nuestro y hemos sintetizado las dos últimas preguntas.

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Ecumenismo sin proselitismoPor: Juan Manuel Algorta

“Casi desde el fin del mundo”

El 13 de mayo de 2013 es una fecha significativa en la historia de la Iglesia. El Cardenal argentinoJorge M. Bergoglio fue elegido Papa. Escogió el nombre de Francisco y comenzó su Pontificadosaludando a la gente congregada en la plaza San Pedro con un simple “buenas tardes”. Se presentócomo “el obispo de Roma” e invitó a comenzar un nuevo tiempo juntos, “obispos y pueblo”.

Un Papa “callejero”, más pronto a escuchar y comprender que a condenar; más dispuesto adialogar que a imponer y más partidario de reconocer y acoger los diferentes caminos que asancionar o descalificar[1].

El Papa Francisco fue elegido para renovar la Iglesia, es un Papa reformador. Ha puesto a laComunidad Católica en estado de “crisis”[2]: Es bien conocida la reforma eclesial en la que estáempeñado Bergoglio:

Su insistencia por la paz mundial;●

Su solidaridad con los pobres y con los crucificados de nuestros días en su reclamación de tierra,●

techo y trabajo;Su compromiso en lograr una nueva unidad entre todas las religiones entendida como comunión●

en la diversidad;Su impulso por la transformación de la curia vaticana a fin que se ubique en relación de●

dependencia con un gobierno cada día más colegial y corresponsable de la Iglesia;Y su confianza en anunciar “la alegría del Evangelio” afirmando el primado de la misericordia●

como la verdad primera y fundamental de la Buena Noticia.

El Papa desea “una Iglesia facilitadora de la fe y no reguladora de la fe”[3].

Los gestos simbólicos de Francisco

En este sentido son famosos los gestos simbólicos que multiplica Francisco. No los vamos aenumerar, pero consideremos cuántos signos a favor del ecumenismo ha hecho en estos pocosaños.

La visita a la catedral luterana de Lund (Suecia) en la conmemoración de los 500 años de lareforma fue uno de los gestos más fuertes y conmovedores. El 31 de octubre y primero de

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noviembre de 2016 católicos y luteranos conmemoraban juntos la Reforma con la esperanza delograr la unidad.

Es por ese motivo que el Instituto Salesiano de Formación (ISF) ha querido que que todostomáramos nota de este abrazo entre luteranos y católicos que sella un ecumenismo sinproselitismo en proceso. Las Iglesias cristianas deben hacer su camino “unidas en la diversidad”.Ya decía el Papa Juan: “Es más lo que nos une, que lo que nos separa”.

Las razones de Lutero

En cinco conferencias a lo largo del año, procuraremos presentar la figura de Martín Lutero y laimportante resonancia que su compromiso de fe tuvo y tiene para la vida de la Iglesia.

La Profesora María Inés Lisazo nos ubicó de manera magistral en el contexto socio, político,económico y eclesial del siglo XVI, siglo fecundo en el cual se produjeron los hechos (Martes 25 deabril).

El Pastor Octavio Burgoa, de la Iglesia Luterana del Uruguay, nos presentará la figura de MartínLutero y las razones que lo impulsaron a llevar adelante su reforma. Esta conferencia será elmartes 30 de mayo, a las 19,30 horas.

La tercera conferencia estará a cargo del Padre Marcelo Copetti sj. Será el miércoles 21 de julio.“Reformadores en la Iglesia Católica. Los santos reformadores, La Contrarreforma del Concilio deTrento”.

La Profesora Rosa Ramos nos hablará en la cuarta conferencia, martes 25 de julio, de la actitudecuménica del Papa Francisco, sus gestos y su incansable trabajo por la unidad de las Iglesias y lapaz del mundo.

Por fin, el martes 29 de agosto, el Consejo de las Iglesias Cristianas del Uruguay nos presentará eltrabajo ecuménico que están realizando en nuestra patria.

De esta manera, pensamos prestar nuestra contribución en este momento histórico que estamosviviendo.

Ecumenismo en el Uruguay

Porque en nuestro Uruguay, pequeño pero de notables características propias, también estamoshaciendo historia y con nuestras relaciones fraternas, sin proselitismo, trabajando unidos por unmundo mejor y más solidario, hacemos real y eficaz nuestro ecumenismo.

Los invitamos, pues, a estas conferencias.

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[1] Cf. MARTÍNEZ GORDO J., Estuve divorciado y me acogisteis (Madrid 2016: 129).

[2] La “crisis” en definitiva es una oportunidad para crecer.

[3] IVEREIGH A., El Papa Reformador (Barcelona 2015, pág. 306).

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La cuestión de la paz en la agenda electoralcolombianaPor: José Fabio Naranjo

Esta nota es la continuación de la publicada en la edición pasada sobre la marcha del proceso depaz en Colombia, y nos acerca un análisis de los preparativos de las elecciones que se celebraránen la primera mitad del año próximo. Elecciones que son claves para la consolidación del caminohacia la paz con la implementación de los acuerdos. Agradecemos al nuestro amigo y corresponsalJosé Fabio Naranjo de la comunidad profesionales católicos de Medellín.

La Paz como primer tema de la agenda electoral

A pesar de la sangrienta oposición narco-político-paramilitar[1] y de los grandes medios decomunicación en Colombia, en su mayoría cercanos a las corrientes políticas de derecha oultraderecha[2], la cuestión de la paz parece constituirse en el primer tema de la agenda electoralcolombiana para el 2018, compuesta por elecciones para Congreso (Senado y Cámara derepresentantes) y para Presidente de la República, en los primeros 5 meses del año. Y esparadójicamente gracias a la brutal y continua arremetida de la ultraderecha al proceso de paz queesta se ha convertido en el eje de la campaña presidencial. Esta violenta oposición se expresó en laconvención del Centro Democrático en la que su director prometió “hacer trizas” el acuerdo de pazen caso de que llegaran al poder. Igual suerte correrían los posibles acuerdos de paz con el ELN,que ha comenzado recientemente la tercera semana del segundo ciclo de conversaciones públicasde paz con el gobierno. Conversaciones, que no serían retomadas por el muy seguro candidatopresidencial y promovido por los grandes medios de comunicación, el ex vicepresidente VargasLleras, a juzgar por declaraciones del director de su partido (Cambio Radical). Ambos partidos(Centro D. y Cambio R.), también han alabado la polémica decisión de la Corte Constitucional queechó atrás en la práctica el mecanismo de “FastTrack[3]” creando de esta manera la peor crisis delproceso de paz con las FARC-EP.

En medio de este sombrío panorama, ha sido Humberto de la Calle Lombana, ex jefe de la

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delegación gubernamental, para la negociación del acuerdo con las FARC, y ex artífice de laconstitución nacional en 1991, el primero que, expresando su disposición a ser precandidatopresidencial y ante las amenazas de la ultraderecha, propuso de manera visionaria ciertamente, laformación de una gran alianza política de movimientos sociales y partidos de centro-izquierda, porla paz. Fue también de la Calle quien hizo la propuesta clave para responder al impasse generadopor la decisión de la Corte Constitucional y todo parece indicar que las leyes exigidas por elacuerdo de paz tendrán curso positivo en el Congreso gracias al respaldo mayoritario de lospartidos políticos que respaldan al Presidente Santos y a la movilización del “Movimiento por lapaz” (ver abajo). En uso de sus facultades el Presidente creó los “Los Programas de Desarrollo conEnfoque Territorial (PDET)[4] que permitirán impulsar la presencia del Estado, especialmente enlas regiones de mayor pobreza e históricamente más afectadas por el conflicto. El Decreto Ley 893,que reglamenta estos programas, prevé que se desarrollarán 16 PDET en 170 municipios.”[5]También el Presidente anunció que se posponía por 20 días la recolección de las armas de lasFARC-EP por parte de la ONU; y anunció que las zonas de concentración desaparecerían en 2meses para convertirse en centros de reincorporación de los ex guerrilleros, desarmados, a la vidacivil; y además, el presidente creó la esperada unidad de (combate al) Crimen Organizado; luego deardua negociación con participación del Fiscal general y de voceros de las FARC-EP. Todos estoshechos muestran que a pesar de las dificultades y de la oposición el proceso de paz avanza.

Y es importante destacar que son mayoría en la actualidad los precandidatos presidenciales que selanzan a la contienda porque “La paz está en peligro y es necesario defenderla”[6] y bajo lacomprensión de que “es el momento de las coaliciones”[7], como expresó J. F. Cristo el ex ministrodel interior (Partido Liberal), luego de su renuncia al cargo con el fin de presentar su nombre a lacarrera por una candidatura presidencial. En el mismo sentido se ha pronunciado de manerareiterada Roy Barreras precandidato del “Partido de la U”. Dicha posición es la misma de ClaraLópez, ex ministra de Santos, que representa un buen sector del “Polo Democrático” y quien obtuvo2 millones de votos en pasadas elecciones. Clara López plantea que “la consolidación de la paz y lademocracia social en Colombia, pasa por tejer una convergencia de amplio espectro, comprometidacon elegir en 2018, un Gobierno de Coalición, que asegure la implementación de los acuerdos depaz… y la lucha contra la corrupción.” También habla de “la eventual consulta interpartidista paraseleccionar una candidatura unificada para 2018 e informa de “conversaciones muy constructivascon muchos sectores: como el Partido Verde, la ASI[8], las “Autoridades indígenas de Colombia”(AICO), G. Petro (ex alcalde de Bogotá y quien se mantiene en lugar destacado en las encuestas apesar de la guerra mediática contra él por sus políticas sociales y contra monopolios privados); LaUnión Patriótica UP[9] partido de izquierda, Liberales de las distintas tendencias, organizacionessociales, Voces (expresión política de voceros civiles de las FARC en el Congreso). “Hay buenambiente para la convergencia” dice.

Rol protagónico del “Movimiento social por la Paz”

Es muy importante subrayar que muchos de los precandidatos apelan no solo a las coaliciones conotros partidos sino que pretenden obtener en primer lugar el apoyo de lo que llamaría el“movimiento social por la paz”, compuesto por miles de organizaciones de mujeres, indígenas,afrodescendientes, jóvenes, asociaciones y grupos culturales, ambientalistas, pacifistas,“organizaciones sociales”, organizaciones de la “sociedad civil”…etc.

Expresión de la tradición organizativa del pueblo colombiano y con hondo arraigo en los territoriosde la patria, estas miles de organizaciones que trabajan de manera incesante por la paz, la justicia,la verdad, la libertad, la defensa de la dignidad de la mujer y los DDHH en general, se han revelado

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en las últimas décadas y justamente en la última elección presidencial como un factor decisivo. Fueeste movimiento el que hizo que Santos remontara la desventaja que le tomó el ex candidato deluribismo en la primera vuelta de las pasadas elecciones presidenciales y ha sido este movimiento,con su capacidad de movilización el que ha logrado que el estado cumpla su parte en laimplementación de los acuerdos de paz con las FARC-EP. Este movimiento y su impacto lo precisabien de la Calle quien busca una alianza independiente alrededor de su nombre para la Presidencia,y dijo que propondrá “agrupar a todos los amigos de la paz (…) movimientos independientes,jóvenes, los que se tomaron las calles luego del 2 de octubre”[10], superando con creces la derrotadel plebiscito y abriendo el camino para el nuevo y definitivo acuerdo de paz. Los partidos políticossi bien tendrán un gran peso en la escogencia de los candidatos a la presidencia han perdidocredibilidad, comenzando por el Centro Democrático, debilitado por los múltiples escándalos decorrupción de cercanos colaboradores de Uribe. Hoy ningún partido solo podrá llegar a lapresidencia y están dadas las condiciones para que el Movimiento por la Paz, si guarda su unidad,dé un paso definitivo en la historia de Colombia orientando la ciudadanía hacia la escogencia de uncandidato por la paz.

Los retos mayores de esta propuesta son el superar rencillas personales entre los precandidatospor la paz, que son conocidas, en aras de la realización de esta propuesta. Los grandes medios decomunicación han intentado relegar la cuestión crucial de la paz a un segundo plano yprecandidatos, presidenciales de “centro” como la senadora C. López[11] y un precandidato deizquierda, el senador J. Robledo [12] consideran que la lucha contra la corrupción es la bandera queles llevará al triunfo y que frente al proceso de paz solo es cuestión de exigir que las FARC-EP y elestado cumplan. Además, estos precandidatos rechazan hacer parte de una alianza por la paz en laque participe el nuevo partido político que surgirá de las FARC-EP ya desarmadas, todo ello no solomuestra una falta de comprensión de los alcances del proceso de paz en cuanto a la lucha contra lacorrupción y una falta de valoración de los múltiples gestos que las FARC han hecho ratificando suvoluntad de paz, sino que esas actitudes podrán dividir las fuerzas de centro izquierda, darán altraste con las potencialidades de un exitoso desarrollo del proceso de paz[13] y abrirán la puerta altriunfo de la ultraderecha.

A pesar de que aún falta un año para la elección presidencial y la definición de muchos hechos quenos aclararán el nuevo panorama electoral, tales como las reglas en cada partido para escoger sucandidato, las eventuales consultas entre partidos, la elección a Congreso (marzo 2018), que seráprevia a las presidenciales (mayo 2018) etc. es claro que la campaña presidencial ya se ha puestoen marcha en Colombia y que en ella serán decisivos no tanto los partidos como las coaliciones, losmovimientos sociales, las fuerzas sociales y políticas a favor de la paz. ¿Qué alianzas seconsolidarán finalmente para, en primer lugar, posibilitar una segunda vuelta y su participación enella? ¿Para ganar la elección? Por ahora podemos decir que las FARC-EP han cumplido y ello les hadado sin lugar a dudas mayor credibilidad nacional e internacional. Este capital político será unfactor que jugará en las próximas elecciones para presidente El vasto movimiento por la paz enColombia, de una u otra manera está expresando su palabra y llamando a la unidad. De concretarseesta alianza por la paz[14], acogiendo democráticamente el nuevo partido que se creará en agostode este año y de lograr consolidarse el proceso de paz en el próximo gobierno, el futuro de unaColombia mucho más justa y en paz estaría garantizado por décadas. Esta es la trascendencia deesa propuesta. La responsable invitación política está hecha; el trabajo ahora es que las fuerzaspolíticas y sociales por la paz comprendan el alcance y las ricas potencialidades y que susprecandidatos depongan el personalismo y/o caudillismo que tanto mal ha causado en nuestrahistoria.

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[1] En artículos anteriores hago referencia a la continua sucesión de asesinatos llevada a cabo por gruposparamilitares azuzados por la extrema derecha.

[2] El “Centro Democrático”, “Cambio Radical” y sectores del Partido Conservador representan básicamentela ultraderecha: El primero es dirigido por A. Uribe Vélez y cuenta con 20 senadores; Cambio Radical cuentacon 7 senadores, fue fundado por G. Vargas Lleras, ex vicepresidente de la República; y en el PartidoConservador un sector minoritario se opone al proceso de paz. A estos sectores debemos sumar en laactualidad corrientes de iglesias evangélicas y sectas diversas.

[3] Este trámite rápido de las leyes necesarias para implementar el proceso de paz era un eje del acuerdocon las FarcEp. La Corte constitucional impidió la aplicación de los artículos que permitían una mayoragilidad del trámite y abrió la puerta a una alteración de los acuerdos firmados. La decisión ha sidofuertemente criticada por respetados juristas y entre ellos por de la Calle Lombana.

[ 4 ] V e rhttp://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/fiscal-nestor-humberto-martinez-se-reunió-con-jefes-de-las-farc-93514.

[ 5 ] V e rhttp://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/fiscal-nestor-humberto-martinez-se-reunio-con-jefes-de-las-farc-93514

[ 6 ]http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/juan-fernando-cristo-explica-a-yamid-amat-por-que-dejo-el-ministerio-del-interior-93006

[ 7 ]http://www.elespectador.com/noticias/politica/es-el-momento-de-las-coaliciones-juan-fernando-cristo-articulo - 6 9 5 6 8 4 . S e p u e d e c o n s u l t a r t a m b i é n e l m u y b u e n a n á l i s i s d ehttp://alianzaindependiente.blogspot.com.co/2017/05/coalicion-de-minorias-o-giro-mayor-la.html

[8] Alianza Social Independiente; un partido que ha avalado candidatos presidenciales alternativos enelecciones pasadas.

[9] La UP fue víctima de un genocidio político reconocido por el estado colombiano.

[ 1 0 ] V e rhttp://lasillavacia.com/historia/todos-quieren-defender-la-paz-en-la-calle-y-no-en-el-gobierno-61091?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=Todos%2520quieren%2520defender%2520la%2520paz%2520en%2520la%2520calle%2520y%2520no%2520en%2520el%2520Gobierno

[11] Del Partido Alianza Verde.

[12] Del “Polo Democrático”

[ 1 3 ] V e rhttp://www.elespectador.com/noticias/paz/sergio-jaramillo-pide-se-respete-el-proceso-de-paz-2018-articulo-678368 Ver también http://www.eltiempo.com/bogota/nobeles-de-paz-hablaron-con-ivan-marquez/16810210?_

[ 1 4 ] V e rhttp://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/humberto-de-la-calle-pide-coalicion-por-la-paz-para-ganar-elecciones/16818026?_

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¡Nos estamos moviendo!Mayo fue un mes intenso… Tiempo de recordarpara proyectarnosPor: Rosa Ramos

Nos movimos, sí, aún con mal tiempo. Nos juntamos, nos emocionamos, nos abrazamos, y nosreconocimos como hermanos en el lejano mirar, como dice Atahualpa Yupanqui. Nos convocabanhombres y mujeres de ayer y de hoy. Aquellos que dieron la vida generosamente para que otrostuvieran más vida, y vida en abundancia, desde el pasado, y quienes hoy no renuncian alcompromiso cotidiano, y haciendo memoria nos animan a seguir, escuchando esa Voz que nos llamaa cruzar fronteras.

Veníamos ya sensibles y movilizados con las jornadas realizadas a fines de abril por La Red deAmigos de Luis Pérez Aguirre junto con la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoríadel Pueblo. Esos días la respuesta a la convocatoria fue muy buena, así como el nivel de laspresentaciones. Siempre estos encuentros nos revelan aspectos nuevos del recordado -Perico enese caso-, pero también de otros -los que convivieron con él y nos abren generosamente sumemoria-, y de nosotros mismos -en tanto esos testimonios atizan la zarza que sigue ardiendo sinconsumirse-.

En mayo nos convocó el Padre Cacho en dos oportunidades, el 15, fecha de su cumpleaños, fue laocasión elegida por Mercedes Clara para presentar la nueva edición del libro que nos revela a esebuscador de Dios, cruzador de fronteras, a ese hombre y sacerdote sensible al punto de sentir queel dolor del otro le quema dentro. El 18, volvimos a reunirnos en torno a Cacho, pero también a unamujer, Casilda Aparicio, miembro de la Institución Teresiana, que fue su estrecha colaboradora enesos tiempos tan difíciles como fermentales, compartiendo los mismos lugares, sueños, luchas yproyectos de humanización.

15 de mayo, en la Biblioteca Nacional

La presentación del nuevo libro, ahora editado por la Editorial Planeta -una edición revisada,aumentada, pero además de gran calidad y con un cuerpo de letra amigable-, fue a sala llena, conmuchos asistentes de pie, de distintas comunidades y ámbitos eclesiales, pero también conimportante presencia de vecinos con los que convivió Cacho. Ellos tuvieron la palabra en el video

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presentado, pero también en vivo en la voz de José Machado relatando anécdotas, y en la deAngélica Ferreira leyendo sus propios poemas en homenaje a Cacho.

La autora, Mercedes Clara, agradeció, expresó sus sentimientos, después le dejó la palabra alpropio Cacho y a los vecinos a través de un video, presentó a los integrantes de la mesa, y prefiriócallar esa noche. Su palabra, su mirada, su encuentro con Cacho, estaban ya, hermosa yauténticamente dichos en el libro.

Pablo Bonavía empezó diciendo que se trata de leer el libro y dejarnos leer a través de él. Cotejarnuestras historias, dejarnos interpelar. Leyendo nos leemos y vemos el paso de Dios. Luego planteóel significado de la persona y las opciones de Cacho en este presente del país, cada vez másfragmentado entre “ellos” y “nosotros”. Nos invitó a transitar el camino de descentramiento -comohizo Cacho- para cruzar la frontera y ponernos del lado del otro, donde son otros los modos desentir, vivir, reír y resistir. Se trata de transformar las relaciones de ajenidad en proximidad ycomunión. Necesitamos un cambio cultural de todos.

La espiritualidad del P. Cacho no es la de estampita -subrayó Pablo-, sino la espiritualidad bíblica,aquella que llama desde la realidad, desde el dolor, e invita a mirar todo desde otra perspectiva,desde Dios. “Dejar hablar al sufrimiento del otro es parte de la construcción y acceso a la verdad”.

Cacho, como ya sabemos, cruza la frontera, sale a la intemperie, porque siente el llamado de Dios,tiene la certeza de que allí lo espera, se le revela en esos rostros, en esas hambres, en esos doloresque queman, pero también en esa belleza, en esa dignidad que van construyendo juntos, lucha alucha y fiesta a fiesta. Viviendo y ganándole a la muerte cada día, allí ya está Dios presente, sólofaltan ojos para verlo, testigos para anunciarlo.

La trabajadora social Graciela Pintos realizó la presentación del contenido del libro y se centró enla vigencia del legado de Cacho. Su exposición la encuentran en la sección “Leyendo”.

Cada momento de la noche fue de intensa emoción y “movimiento” interior, pues la vida, lasacciones, las palabras y los silencios de Cacho que Mercedes teje a partir de muchísimas voces nopueden dejarnos indiferentes. Juntos podemos construir verdad y dignidad, eso queda claro en lapresencia, la palabra y la fuerza de Machado, así como en la poesía llena de ternura y gratitud deAngélica. También en la de distintas generaciones que Cacho convocó ayer y sigue convocando hoy.

18 de mayo en la Universidad Católica

Bajo el título “Teología para universitarios”, durante el mes hubo varias convocatorias de laUniversidad abiertas al público. La primera recordaba los 38 años ininterrumpidos del Consultoriojurídico gratuito llevado adelante por profesionales católicos; la segunda recordaba la vida delsacerdote jesuita P. Novoa; la tercera instancia fue sobre la vida del P. Cacho y Casilda Aparicio,allí compartimos los testimonios de Mary Larrosa y Mercedes Clara sobre estos testigos que“compartieron la vida en los rincones más olvidados”, como decía la invitación. Mary planteó enprimer lugar el contexto social y eclesial de la década de los años ‘60, ‘70 y ’80, donde se vivíaintensa conmoción, pero también gran movimiento de búsqueda de fidelidad creativa al Evangelio.En ese contexto algunas personas tienen la capacidad de catalizar esas fuerzas y hacerlasconverger en proyectos, en movimientos humanizadores.

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“Catalizadores”, “imantadores”, así fue como Mary presentó al P. Cacho y a Casilda, como personasque atraían, congregaban y propiciaban la convergencia de búsquedas diferentes, de gente dedistintos barrios, clases sociales y formación, logrando esas sinergias capaces de vencer obstáculosy generar experiencias nuevas de solidaridad y construcción de esperanza. Ese “otro mundoposible” se hace patente como en un laboratorio paradójicamente en ciertos lugares y momentoshistóricos, cuando objetivamente hay tantos límites; así ocurrió en este Montevideo de aquellostiempos, no olvidemos que el país vivía la amarga noche de la dictadura. Pero el Espíritu, laPresencia de Dios, se movía en las periferias, allá por Aparicio Saravia, hasta donde cientos dejóvenes -y no tan jóvenes- de otros barrios, a lo largo de muchos años peregrinaban y hasta algunosse quedaban. Y donde los habitantes aprendían a expresarse en las asambleas, a poner palabras asus sentimientos y necesidades, a reconocer sus derechos: “porque ahora somos gente”, como dijouna señora en cierta oportunidad. Personalmente, esa ha sido para mí la mejor definición de lovivido y logrado allí.

La espiritualidad de Cacho y Casilda, además del contexto socio-eclesial, la vamos a tener en laspropias palabras de Mary Larrosa en la sesión de Espiritualidad.

A continuación, recogemos algunas “perlas” que Mercedes Clara nos regalara esa noche:

Cacho llega a decir con convicción: “Llegué al lugar de la cita”. No es la afirmación de unentusiasmo juvenil, sino la de un hombre maduro. Cacho se preparó largo tiempo, aguzó el oído, setensó en la espera activa, por eso puede decir con serena alegría que llegó. Esto nos habla de cómoera él, de su fidelidad, Cacho no se detuvo donde no era, resistió la tentación de conformarse, deacomodarse. Pero también nos apela a nosotros, a cada uno, a seguir caminando, no detenernos, yhasta dar saltos en el vacío.

Es muy conocido el texto manuscrito en que Cacho expresa por qué va y cómo va al barrio, va abuscar a Dios, porque sabe que vive allí. Va desnudo, a la intemperie, va a aprender y a encontrar,claro que también se encontrará a sí mismo. Al cambiar la mirada, al aprender lentamente esalengua extranjera del pobre, se va descubriendo también él mismo. Ese encuentro profundamentehumano es lo que nos puede cambiar. El otro, el pobre, el que estaba totalmente marginado yenajenado -extrañado- de sí mismo, se siente recuperado ante los ojos de Cacho, encuentra allí unanueva versión de sí mismo. “La salida es el encuentro del hombre con su propia imagen, llena dedignidad y de valor, llena de Dios al fin”, afirma Cacho. Y la “trasformación de la realidad queexperimentan juntos es posible porque ese encuentro los cambia”. Eso dijo Mercedes, y yo recordéun verso de una canción de Flavia Wenceslau: “El amor hace nuevo todo de nuevo”.

20 de mayo: Celebración ecuménica y Marcha del silencio

Como todos los años, desde hace 22, Las Madres y Familiares de Desaparecidos convoca unaMarcha de silencio. En los últimos años OBSUR, Gemrip y Los dioses están locos, han invitado ahacer juntos “la previa” con un tiempo de oración y reflexión que se ha dado en llamar Celebraciónecuménica. Este año nos reunió a cien cristianos de distintas confesiones que, en un clima a la vezcordial y conmovedor por la temática, cantamos, escuchamos y rezamos en comunión, en torno alrecuerdo de un pasado cuyas heridas siguen abiertas, y en torno a un presente donde los DerechosHumanos de los pobres siguen siendo atropellados. La educación en DDHH, como dijo NelsonVillareal -presente por la Secretaría de Presidencia- nos interpela y desafía desde el ayer y desde el

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hoy.

Luego de la bienvenida al encuentro, comenzamos cantando todos juntos una canción que escompartida en nuestras respectivas iglesias. Y con otra canción concluimos la celebración. Unmomento muy emotivo fue el de nombrar a personas desaparecidas o muertas que conocimos o quefueron de nuestro entorno. Nombres, rostros, pequeñas historias, desfilaron ante nosotrosguardando silencio reverente. Hubo realmente oración comunitaria.

Las reflexiones las realizaron la pastora metodista Araceli Ezzati y Paul Dabezies,representándonos a los católicos. Ambos partieron de textos bíblicos. Le pedimos su texto a lapastora para la sección de Espiritualidad y aquí compartimos algunas ideas expresadas por Paul. LaMarcha del silencio la vivimos como un anuncio de vida, vale decir, cada vez que marchamos juntosrepetimos y renovamos la adhesión a la vida plena de todos y todas. A partir del texto del Evangeliode la comunidad de Juan, Paul destacó la figura del Buen Pastor, una imagen muy conocida para loscristianos, aunque no vivamos en tierras ni en tiempos de pastores. Una figura que nos habla decercanía, acompañamiento, cuidado. La vida en abundancia de la que habla Jesús (Jn. 10, 10) no esla vida eterna en un más allá de esta vida (según la visión dualista de dos vidas), y tampoco es lavida que promete la teología de la prosperidad, que lamentablemente no sólo la predican ciertosgrupos, a veces se nos cuela. La vida en abundancia, predicada y vivida por Jesús, es la vidaauténtica, plena, es la vida entera, toda la vida, y la de todas las vidas, por eso estamos llamadostodos y todas, a defenderla todos los días.

Paul Dabezies también hizo referencia al libro de Mercedes Clara sobre Cacho, y cómo lo hizo caeren la cuenta de que en el mismo tiempo se atentaba contra la vida en diversas formas. Mientrasunos torturaban y hacían desaparecer a muchos, otros muchos eran torturados, ninguneados ymarginados por la pobreza. Recordó que él estaba viviendo en Francia y que había muchasensibilidad sobre lo que estaba haciendo la dictadura aquí, pero que no se tenía igual sensibilidadpor lo que estaban viviendo -también a consecuencia de la dictadura- los más pobres, en barrioscomo los que eligió Cacho para establecerse. La misma represión mataba a unos y despreciaba yarrinconaba en cantegriles a otros. Mientras la vida era negada y pretendía ser destruida, la vidaporfiadamente luchaba por resistir. De distintas maneras, pero había en el país resistencia.

Con estas reflexiones nos animaba a no dividir, sino a unificar las reivindicaciones en torno a losDerechos Humanos. No debemos olvidar la sensibilidad, el compromiso y la solidaridad para contodos los que han sufrido y sufren la violencia contra su dignidad. El desafío es mantenernosvigilantes y unificar la conciencia. Estamos llamados a hacer de la vida una marcha por la vida, estanoche, y todos los días.

Como decíamos al inicio, todos estos momentos compartidos por muchos en este mes de mayo, nosólo nos han unido y conmovido, también nos han movido a descentrarnos, a caminar en mayorfidelidad al Llamado que cada uno experimenta, pero que seguro será a vivir en mayor comunión ysolidaridad. Que el Espíritu de Dios nos anime en este Pentecostés.

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Cacho y Casilda, espiritualidad de lo cotidianoPor: Mary Larrosa

Margarita Saldaña en su libro “Rutina Habitada, vida oculta de Jesús y cotidianidad creyente” ponede relieve que la vida de Jesús en Nazaret no fue necesariamente oculta, todos sus contemporáneosla presenciaron, ni privada, pues compartió con sus compatriotas los espacios públicos a ellosdestinados. Fue cotidiana.

Y por cotidianidad entiende las circunstancias concretas donde se da la vida de una persona o de ungrupo enmarcada en las coordenadas de espacio-tiempo; el aquí y el ahora donde emergenentretejidos una pluralidad de elementos: el cuerpo, la casa, la mesa, la proximidad, la distancia, lacontinuidad habitual, las interrupciones festivas…

Y continúa: “El universo globalmente considerado se va volviendo universo propio a medida quecada sujeto lo habita, se arraiga en un lugar definido de una forma determinada e imprime supersonal cadencia de reiteración y novedad”[1].

Hablar de una espiritualidad de lo cotidiano es pues referirse a cómo un ser humano descubre ensus propias coordenadas de espacio- tiempo la presencia del Espíritu, y qué relaciones establececon Él.

Referirnos a lo que pudimos atisbar de cómo vivieron esta relación tanto el Padre Cacho comoCasilda Aparicio nos sitúa en una doble perspectiva: ver por un lado cuáles eran esas coordenadasque les tocó vivir, y por otro tratar de balbucear, valiéndonos de lo que con ellos compartimos, algode la riquísima vivencia interior que manifestaron ya fuera con sus palabras o con sus acciones yopciones de vida.

Eran tiempos aquellos…

Desde la primera perspectiva, unas breves consideraciones sobre su aquí y ahora, sobre lo colectivoque habitaron y que los habitó en esos años, cruciales para la vida de cada uno de ellos, en que seencuentran con los vecinos de la zona de Aparicio Saravia.

¿Qué contexto eclesial y nacional viven estos entrañables compañeros de camino que compartieronhistoria y vida con tantos de nosotros, dejando una imborrable huella de seguidores de Jesús yconstructores de Reino?

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Quienes convivimos con ellos coincidimos en evocar que ninguno de los dos eran personas de mucho hablar ni de encendidos discursos. Eran seres de lo cotidiano, y allí radicaba su grandeza.Se dejaban interpelar por la realidad que les rodeaba, aportaban, asumían y rumiaban la reflexióncomunitaria de las distintas instancias eclesiales en las que participaban. A la vez vibrabanhondamente con los dolores y alegrías de todo el pueblo uruguayo, tanto en tiempos de desgarroinstitucional y social como fue la dictadura, como también en momentos de esperanza yconstrucción colectiva como fue el proceso de apertura democrática. Todo esto desde un lugar,elegido libremente y marcado por opciones personales que les fueron llevando cada vez más cercade los más pobres hasta hacerse prójimo de ellos, hasta hacerse uno con ellos.

Cuando Cacho comienza su peregrinar que lo llevará finalmente a compartir vida y obra con losvecinos de Aparicio Saravia, se vivía aún la etapa de posconcilio en la Iglesia uruguaya; tiemposque recogían la voz de Medellín y Puebla; tiempos de comunidades de base que reflexionan y orancomunitariamente la Palabra; momentos de esfuerzos por unir fe y vida con la guía del Ver, Juzgar,Actuar que marcaba con pasos metodológicos la búsqueda sincera y comprometida de tantascomunidades y familias eclesiales. A su vez la Teología de la Liberación, nacida en el continenteamericano, ponía el foco de su reflexión en el Jesús histórico marcando que, más allá de toda dudao interpretación, Jesús de Nazaret había elegido el lugar del pobre para proclamar la Buena Nuevadel amor universal del Padre, y que quien quisiera acercarse al Evangelio habría de aceptar estaverdad histórica y atenerse a sus consecuencias, más allá de cuales fueran antes o después suspropias opciones personales.

Campeaban también en la reflexión colectiva del momento las ideas de Pablo Freire sobreeducación liberadora y su pedagogía del oprimido, junto a todo el movimiento de la educaciónpopular. A su vez los tres pasos de la trayectoria de acercamiento a los más pobres: sensibilización,alternancia, inserción forman parte de la propuesta de muchas experiencias eclesiales tanto decongregaciones religiosas como de comunidades laicales. Desde la jerarquía algunos obispos comoMons. Parteli exhortan a un mayor compromiso de los cristianos en la sociedad y alientan acaminar por esos derroteros. Algunas parroquias, como la zona 9 de Montevideo, incorporan elasesoramiento de técnicos a su labor sociopastoral…

Más allá de las iglesias cristianas, en la sociedad uruguaya en general en la década de los sesentay principios de los setenta se genera, junto a una creciente conflictividad fruto del agotamiento deun modelo de país que había logrado hasta ese momento una sociedad integrada y relativamenteestable, un vasta gama de propuestas para una sociedad más justa, generadas tanto desdepartidos políticos como desde grupos revolucionarios. El país refleja a su modo movimientos másamplios que se están dando en todo el continente.

El golpe de estado de 1973 que dio lugar a la larga dictadura puso una loza de represión y silenciosobre todas estas voluntades de cambio y utopía, las cuales quedaron latentes y deseosas de poderhacer algo por los demás y en especial por los más pobres. Estos deseos quedaron escondidos endiversos nichos de la sociedad y desde allí se pasaron a la nueva generación. Muchos movimientosjuveniles de colegios, grupos eclesiales o agrupaciones de la sociedad civil recibían este legadodesde las entrañas mismas de la resistencia a la dictadura y se mostraban deseosos de poner tras élcuerpo, corazón y mente.

La búsqueda de Cacho

En este humus social y eclesial se inserta la búsqueda personal de Cacho, búsqueda que se remonta

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según su propia declaración a su más tierna infancia. Siempre había buscado a Jesús y siemprehabía buscado a los más pobres…”pero no encontraba la manera…” ¿Dónde se daría el encuentro?¿De qué manera disponerse? ¿Cómo colocarse para reconocerlo y responder desde lo más auténticode sí mismo a esta cita con su vocación más profunda?

Sabemos de su largo periplo, de las fronteras que fue cruzando: su vocación salesiana, su trabajocon los jóvenes, su experiencia en Rivera de acercamiento e inserción en un barrio marginal, suvenida a Montevideo donde es acogido por Monseñor Parteli quien no sólo lo apoya sino quemanifiesta su deseo de que más sacerdotes sigan ese camino… su llegada a la Parroquia de Possolodonde también encuentra un ambiente de búsqueda y compañeros sacerdotes que lo alientan, ynuevos pasos: el grupo de jóvenes en el Plácido Ellauri, la presencia de Dora quien fuera suinspiradora y guía en estos sus primeros pasos de hacerse vecino, prójimo, de los habitantes delbarrio, el desalojo de los vecinos del cantegril, el desafío de uno de los jóvenes que obra comoacicate de lo que venía buscando: irse a vivir con ellos, como uno de ellos…

Su caminar nunca se detuvo, pero ahora sabía que ponía los pies sobre el camino que siemprehabía buscado. Era allí, por esa senda que iba roturando, y era con ellos y como ellos. El pasosiguiente lo diría el nuevo día, el sol cotidiano alumbraría la labor de cada jornada. Seguíabuscando, pero había encontrado el campo que escondía la perla preciosa por la que valía la penavender todo lo demás.

El paso más profundo lo da cuando decide compartir con los vecinos su cotidianidad: los días y lasnoches, la dura lucha por la supervivencia, el salir con el carro a recoger basura para vender loque se puede, participar de sus rutinas, sus rituales, aprender su lenguaje, sentir realmente susalegrías, sus temores, descubrir lo que juntos pueden… “Él quiso sentir con nosotros el frío, lasgoteras, pero también el calor humano”[2].

Los desconcertados vecinos lo recibieron con una mezcla de sorpresa y perplejidad. Perorápidamente lo fueron invistiendo con su confianza: valía la pena fiarse de este cura que “hacía loque decía”, o que hacía más de lo que decía. De este cura que compartía con ellos el frío, lacarencia, el trabajo, las razzias, pero también los sueños, los deseos, esos anhelos profundos que aveces ellos mismos no se atrevían ni a confesar que los tenían. “Nos enseñó a creer en nosotrosmismos”, decía tiempo después uno de ellos recordando lo que fue Cacho para el barrio. “Dice queDios está entre nosotros, él lo ve…”, decía otro con cara de asombro y brillo en los ojos.

De sus apuntes personales, oraciones de la última hora cuando ya estaba culminando su vida peroque la expresan en su mayor transparencia copiamos aquí una de ellas que lo expresa muy bien:

“Me diste / un corazón/ sensible/ apasionado /ingenuo/ y humilde/ irresistible/ al dolor/ de la gente/vibrante/ por la Esperanza/ el Reino/ la hermosura/ en sonidos/ colores o formas/ gestos o actitudes.

Soñador/ y siempre/ queriendo llegar/ al horizonte.

Gracias/ mi Señor/ que yo/ no lo entierre/ sino que lo ponga/ en todos/ y en todas las cosas/ sinrobártelo/ a Ti” (1991)[3].

Cacho nunca fue solo

Sin proponérselo tal vez, Cacho nunca estuvo solo. La autenticidad de su búsqueda y la profundaveracidad de su actuar imantaron rápidamente a muchas otras personas de ese rico contexto al que

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antes aludíamos. Lentamente fueron afluyendo voluntarios de muchos lados, de grupos eclesiales,de otros espacios de la sociedad civil, los deseosos de “hacer algo” por los demás, por los máspobres, por la justicia… Se encontraban con su presencia amable, con su sonrisa tímida, con unaspocas palabras que obraban como consigna indiscutida: “dejar fuera los propios esquemas, ponersea la escucha de los vecinos que son quienes saben lo que necesitan, lo que pueden dar, lo que pidenque se les aporte. Hay que aprender de ellos y con ellos…” No había más preguntas nicondiciones, todos eran bienvenidos a sumar en ese esfuerzo cotidiano por acercar mundos ypersonas para juntos lograr una mayor humanización y una sociedad más justa.

Casilda, otra buscadora

Casilda fue una de esas personas que se acercaron al barrio queriendo “hacer algo”. Llegó con ungrupo de jóvenes de la Residencia Universitaria de la Institución Teresiana de la que ella era ladirectora. También la I.T. participaba de la búsqueda de acercamiento al mundo de los pobres ytrataba de crear en las jóvenes que se preparaban para una profesión una sensibilidad primero, uncompromiso después con esa realidad.

Pero el compromiso de Casilda fue creciendo. Pasó rápidamente a integrar el grupo que máscotidianamente compartía con Cacho la reflexión y las búsquedas. También ella sabía de cruzarfronteras. Ya había cruzado el Atlántico para venir de su España natal e inculturarse en el Uruguaydonde en pocos años se había insertado en su cultura al punto de parecer nacida en él. También sehabía inculturado en la Iglesia uruguaya y en su modo propio de vivir y expresar la fe. Ahora,lentamente y mientras acompañaba jóvenes voluntarias/os ella se fue haciendo una con el barrio.Escuchaba, acompañaba, aprendía, aportaba desde lo más profundo de su ser. Compartía conCacho esa actitud contemplativa de situarse ante la realidad del barrio y de los vecinos como anteun Misterio. No misterio como enigma sino como una luz interior que se va desvelando poco a pocopara dejar entrever una realidad mayor que no aparece a simple vista. Y esa realidad mayor refieresiempre al Amor de Dios presente y operante en la cotidianeidad de cada día y que en esa realidadreviste un matiz propio.

Así lo revela un escrito que Casilda dejara entre sus papeles como fruto de su oración personal deaquellos años:

“No puedo verme sola sin mis hermanos. Señor, ¿por dónde me llevas? Me confirmas en laexperiencia del barrio en la que Tú me has ido metiendo, apasionando, integrando mi historia y lade mis hermanos.

Siento, experimento que te veo más y que me ves más. Mi vida está contigo, síntesis de búsquedasincansables por vivir el Evangelio en la Institución Teresiana con el estilo de estar entre loshombres propio de su carisma” (1998).

Casilda fue al barrio, y permaneció. Con serenidad, con apertura, con dolor muchas veces, con uncorazón generoso que a todos acogía. También ella se fue haciendo prójima y vecina. Hasta que undía cruzó una nueva frontera y se fue a vivir allí para animar el Hogar de las Niñas Santa Clara, unlugar donde chicas de la zona, que por alguna razón no pudieran estar con sus familias,encontrarían un hogar, sin tener que alejarse de su medio y manteniendo el contacto con susfamilias de origen. Pero desde allí Casilda además animaba toda iniciativa que surgiera desde losvecinos, reforzaba presencias en los diversos servicios que iban surgiendo, colaboraba en laformación de redes entre experiencias similares.

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Después de la muerte de Cacho Casilda permaneció manteniendo junto a los vecinos ycolaboradores que constituían la Organización San Vicente, hoy Obra Padre Cacho, la actitud ymanera de estar que de él todos habían aprendido.

Los tiempos habían cambiado, era la hora de los convenios con el Estado, una nueva manera de organizar los servicios que el barrio requería. Pero una misma actitud, una misma manera desituarse ante los vecinos. Una misma manera de vivir la espiritualidad de lo cotidiano porque lavida para ella tenía siempre la primera palabra, y la última.

“Es la vida…”

“Es la vida…” era una de sus frases más repetidas cuando algo le golpeaba fuerte, fuera alegre odoloroso, y sobre todo si era algo que se imponía y que ella no acertaba a comprender del todo. Lavida es misterio revelado, porque es en sí el mayor misterio. Eso lo decía y muchas veces lo callaba,pero lo trasmitía desde el silencio. Un silencio que quienes la rodeaban habían aprendido a leer y ainterpretar porque su mejor palabra era lo que ella era.

Así también vivió el tiempo de su enfermedad final, en el que continuó siendo asesora y referenciade personas y organizaciones con las que había colaborado activamente y que la buscaban deseosasde recoger su sabiduría y su testimonio.

¿Qué podemos sacar como fruto de la evocación de estos dos testigos de una espiritualidad de locotidiano? Testigos de una espiritualidad vivida al hilo de los acontecimientos de cada día, loscuales no revelan largas trayectorias pero sí alumbran el paso siguiente de un impulso que nace enlo más profundo del corazón y que lleva a salir de sí, a cruzar fronteras, a acercar mundos. Creoque podemos decir que ese mismo Espíritu que los impulsó a ellos sigue soplando en el mundo y enla Iglesia, que la misma realidad de pobreza -con nuevos rostros y desafíos- sigue presente ennuestra historia, y que existen también hoy muchas personas de buena voluntad con ese deseo de“hacer algo” que lleva a dar pasos y cruzar fronteras. Por eso el legado de Cacho y Casilda siguevivo entre nosotros.

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[1] Margarita Saldaña, op. cit. Ed. Sal Terrae, Cantabria, 2013, pg. 23

[2] Gladys Lucas, en: Mercedes Clara. Padre Cacho. Cuando el otro quema dentro. Trilce,Mvdeo, 2012. pg. 39.

[3] Ruben Isidro Alonso (padre Cacho). Encuentro. Una mística del compromiso. Mercedes Clara yAdolfo Amexeiras compiladores. Organización San Vicente, Obra Padre Cacho, Montevideo, 2015,pg. 40-41.

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La búsqueda del cuerpo de JesúsMarcha del silencio 2017Por: Araceli Ezzatti - Metodista

La celebración ecuménica previa a la Marcha del silencio es una ocasión para encontrarnos,celebrar la memoria, rezar juntos y salir a caminar por las calles, entre tantos y tantas, con quienescomulgamos el mismo deseo de justicia. Este año la pastora Araceli Ezzatti y el sacerdote PaulDabezies nos acompañaron con sus aportes, que suscitaron una reflexión colectiva deconmemoración. A continuación compartimos las palabras de la pastora.

La defensa de la vida

La propuesta es partir de la lectura del evangelio de Marcos (15:42-47- 16:1):

“Cuando vino la noche, porque era la preparación, la víspera del sábado, José de Arimatea,miembro noble del Concilio, que también esperaba el Reino de Dios, vino y entró osadamente aPilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto e informado por elcenturión, dio el cuerpo a José, el cual compró una sábana limpia, lo envolvió en la sábana, lo pusoen un sepulcro que estaba cavado en una peña e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro…Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la madre de Jacobo y Salomé, compraron especiesaromáticas para ir a ungirlo”.

Los pasajes de la Pasión leídos y releídos millones de veces se reciben y comprenden desdediferentes situaciones y perspectivas. Hay quienes los espiritualizan diciendo: era la voluntad deDios que Jesús padeciera para nuestra salvación. Lo repetimos muchas veces al tomar la comunión. Uno se pregunta: tortura, escarnio, dolor, muerte humillante ¿será la voluntad de un Dios deGracia? ¿No será más bien la prepotencia de los poderes humanos que llevaron la encarnación

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hasta sus últimas y peores consecuencias, como dueños de la vida y de la muerte?

Hay también quienes interpretan a Jesús como un heroico solitario, casi un camicace, cuando enrealidad representó y luchó por un colectivo oprimido, tan alienado que al fin también lo condenó.

¿Desde dónde leemos estos pasajes en esta hora?

Repasar todas las mentiras, las trampas, los juegos de poder que atraviesa el juicio y la crucifixiónde Jesús es transitar por tiempos que también nosotros hemos vivido. Un juicio ilegal en tiempo yforma, la ausencia de defensa, la burla, la tortura física y psicológica, las mentiras públicas de lasautoridades para justificar tales excesos, la manipulación de la gente. Sin embargo, en medio detanta oscuridad, hay una tenue luz: un pequeño grupo que en medio de la persecución se atreve adecir “Él es de los nuestros, debemos arrancarlo de las manos que lo retienen”.

Es interesante la presencia de José de Arimatea, un hombre muy poderoso, que la tiene clara, hayque llegar al poder y se planta frente a Pilato: “Pilato, dame el cuerpo”. Pilato, aunque asombrado,entrega el cuerpo. Las mujeres rodean este momento preparando las especies aromáticas y asíunirse a los ritos sagrados de su pueblo, su fe. Los ritos de purificación, sábanas limpias, tumba nousada, perfumes. Ritos familiares y sociales que muchas veces conservamos las mujeres como signode identidad, vínculos profundos que no borran la muerte: memoria.

Esas acciones de este pequeño grupo, que luego se hará legión, es una manera de decirle a sumaestro: “Has vuelto a tu pueblo, te sacaremos del espacio nefasto del poder”. Jesús vuelve a supueblo ya en el sentir, la energía, el testimonio de cada creyente. Jesús escapa al poder de lamuerte física y su poder se universaliza. Un poder que no será jamás abatido. Tan fuerte desde elcomienzo es este poder que genera el miedo de los poderosos.

Sólo Mateo (27:62-66) cuenta que: “Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieronlos principales sacerdotes y los fariseos frente a Pilato: `Señor, nos acordamos que aquelmentiroso, estando en vida dijo: Al tercer día resucitaré. Asegura pues el sepulcro, no sea que losdiscípulos lo hurten y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos’. Y será el último engaño peorque el primero. Pilato dijo: ahí tienen la guardia asegúrenlo como saben…”

Los poderosos se desesperan y desarrollan las estrategias del ocultamiento: sellar la piedra y usarla fuerza física; el ejército es su instrumento predilecto.

La búsqueda del cuerpo, la recuperación de los nuestros, es una caminata del pueblo en la quedebiéramos intervenir todos y todas desde donde estemos, con la fuerza que tengamos. Perotambién las fuerzas sociales y gubernamentales para generar la voluntad política y los recursosnecesarios. Es un desafío a las nuevas generaciones y a los procesos educativos, al compromisopersonal y social. Este caminar va generando una fuerza espiritual, política y social que esinvencible, tan enorme que no hay fuerza ni represión que la detenga, en tanto que los que en otrostiempos tuvieron poder se debaten en el miedo, la desintegración de sus estructuras de poder y supropio deterioro personal. Los cristianos creemos en un Dios de Gracia y de Justicia, por lo cualhacemos nuestra parte confiando en que la verdad se hace visible cuando nos unimos y juntamosnuestras fuerzas con todos quienes están trabajando por la defensa de la vida.

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Música uruguaya desde la literatura y el cinePor: Manuel Moreira

Dos obras editadas en los últimos meses nos acercan a dos íconos de la música uruguaya. Las vidasde Jaime Roos y de Hugo Fattoruso son presentadas desde la literatura y el cine respectivamente.Historias interesantes de conocer, razón por la cual ofrecemos a continuación una breve reseña dellibro y de la película.

Desde la literatura: Jaime Roos

Recientemente se editó el libro “Jaime Roos. El Montevideano. Vida y obra”, de la escritora ehistoriadora Milita Alfaro.

Jaime Roos (Montevideo, 1953) se ha convertido en un ícono de nuestra música popular y denuestra cultura en general. Representa nuestra “uruguayez” como pocos artistas y su música esuna buena síntesis del paisaje musical de nuestro país de hace varias décadas a esta parte.

En sus casi quinientas páginas el libro va abordando en los diferentes capítulos la peripeciapersonal del artista y los trabajos discográficos que van apareciendo, con una reseña de cada unade las canciones que incluyen los álbumes. Resulta una experiencia muy recomendable volver a

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escuchar las canciones de Roos (en lo posible con auriculares) a la par de la lectura. La descripcióndel contexto, los detalles de las grabaciones, los arreglos, los músicos que participan, las anécdotas,nos dan más elementos para redescubrir su obra.

La misma autora había editado “El sonido de la calle” en 1987, también basado en entrevistas alartista. Alfaro, además de historiadora y realizadora de varios trabajos sobre nuestra músicapopular, es amiga personal del protagonista del libro, lo que hace lugar en este trabajo aencontrarse con aspectos personales o íntimos de Roos, pero siempre desde el respeto y parasumar al relato. El propio Roos puso a disposición de la autora todo su archivo personal (notasperiodísticas, fotos) con lo que el libro se enriquece. El libro también incluye una detalladadiscografía y bibliografía del músico.

Desde el cine: Hugo Fattoruso

El sábado 6 de mayo se estrenó en la sala Fabini del Auditorio del Sodre la película de otro músicofundamental de nuestro país. La película repasa la extensa trayectoria de Fattoruso, desde susinicios con el primer Trío Fattoruso con su padre y su hermano Osvaldo, Los Shakers, hastanuestros días.

Dirigida por Santiago Bednarik (Coral Films) puede considerase esta realización como un merecidohomenaje a quien parece haberse brindado por completo a la música. A sus setenta y pico de añosFattoruso continúa creando, buscando, inquieto. Un músico con un enorme legado a quien le quedaincómodo el lugar de “frontman”, de protagonista: su piano al costado del escenario y la cuerda detambores al centro.

Aparecen como entrevistados, además del propio Hugo, músicos como Fito Paez, León Gieco y LittoNebia de Argentina; Milton Nascimento, Chico Buarque y Djavan de Brasil, y Rada, Roos y Cabrerade Uruguay. Todos ellos, quienes compartieron su música junto al artista, mencionan la influenciade Fattoruso en la música de la región.

El estreno de la película estuvo acompañado de un emotivo recital donde Fattoruso compartióescenario con sus cuatro hijos, culminando con la sala llena aplaudiendo de pie, agradeciendo almaestro.

“Fattoruso, la película” puede verse todos los días en el Movie Montevideo Shopping y en la Sala B– Auditorio Nelly Goitiño del Sodre hasta el 11 de junio.

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Algunas palabras sobre el libro del Padre Cacho“Cuando el otro quema adentro”Por: Graciela Pintos

El 15 de mayo, en la Sala Castro de la Biblioteca Nacional se presentó la nueva edición del libro“Padre Cacho, cuando el otro quema adentro” de Mercedes Clara. Esta edición revisada y ampliadacon nuevos aportes y miradas fue editado ahora por la Editorial Planeta.

Conocí a Cacho en Rivera, a los 17 años, en casa de unos amigos donde él iba a descansar. Allí medijo que me esperaba en el barrio al año siguiente, cuando yo viniera a estudiar a Montevideo. Asífue, a los 18 años yo empecé a ir al barrio y continué como estudiante primero, como profesionaldespués, como amiga siempre.

Concretamente, ¿qué decir sobre este libro que me emociona presentar? Empiezo compartiendo lasverdades que contiene el libro.En estas páginas está la verdad de Cacho, la Vida de Cacho. Uno se encuentra en estas páginas aCacho vivo, el que conocí, el que una lleva consigo muy adentro, y todas las demás facetas que lamirada de los otros nos amplía; a través de la lectura de este libro encontramos al Cacho vivo quese nos agranda. Y eso es ya la primera verdad que conmueve.

Pero hay otra verdad aquí, la verdad en la forma como está escrito y cómo fue construido el libro.Aquí encontramos muchas voces, un tejido hecho con delicadeza por la autora, muy biendocumentado, con referencias conceptuales o de contexto que ayudan a la comprensión y con lapotente voz de Cacho -a través de diferentes entrevistas-, que nos sigue sacudiendo, conmoviendo yanimando.

Como siempre lo subraya Mercedes, Cacho hablaba y hacía silencios, decía con su voz, perotambién decía con sus silencios prolongados. Así era él, así lo recuerdo, compartiendo tantasconversaciones como tantas caminatas en silencio por el barrio.El libro tiene un lenguaje cercano, entrañable, una mirada amorosa donde el foco está puesto en lacentralidad de la figura de Cacho, así como en el proyecto conjunto con los vecinos y comunidades.En el libro está Cacho hablándonos.

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También quiero decir algo sobre las diversas lecturas que puede tener el libro: Allí podemosencontrar a la vez la peripecia del hombre, de ese hombre siempre en búsqueda. Podemosasomarnos y compartir la construcción de un proyecto conjunto con los vecinos y vecinas, y sobretodo, podemos asombrarnos y maravillarnos ente la transformación de todos, ver las múltiplesformas en que todos los que se acercaron a la experiencia “cambiaron”, trastocaron su vida parabien. Eso es quizá lo que Mercedes plantea al final del libro como la belleza que se puede aprendera percibir.

Quiero destacar también que leyendo el libro se hace patente la vigencia de su práctica, de sureflexión, de su legado. Ahí es donde en adelante quisiera detenerme, porque la realidad en estos25 años ha cambiado en parte pero muchos de los problemas subsisten y otros se han agravado.Estamos ante la necesidad de referentes éticos, en el actual contexto y esa es una lección de Cachotambién hoy.Hablar de Cacho en tiempo presente. La vigencia de su legado.

Leo este libro y hablo sobre Cacho desde hoy, pero con la larga perspectiva que viene desde lajoven que fui, como ya dije con 17 años lo conocí en Rivera, en 1984. Luego vinieron los añoscompartidos en la Organización San Vicente desde 1985 a 1989, primero como estudiante-voluntaria, era estudiante en práctica de Trabajo Social, después fui Asistente social de laOrganización en Casa de Todos.

También hablo desde un vínculo personal, al ser alguien que fue un pilar en mi construcción comopersona entre los 17 y los 22 años. Pero también digo que soy sólo una más entre tantos que lovivimos como referente en aquellos años y tuvimos el privilegio de compartir ese tiempo con él.

Desde una perspectiva de acercamiento a lo social o de práctica social, Cacho fue pionero enmuchas cosas, sin proponérselo. Por varios motivos que están desarrollados a lo largo del libro yque se relacionan a:

1) La mirada. Mirada cercana, profunda, real, auténtica, que busca la verdad que existe en el otro -su sentir, su pensar, su desear- y que acepta ser mirado. Una mirada que cambia. Cacho serelaciona con personas, con comunidades que conoce por su nombre y que lo conocen bien a éltambién.

2) Incluir no excluir. Este es un llamado para todos, con el foco en los que están siendo vulneradosen sus derechos, pero que incluye a todos, y va hacia un encuentro distinto, que valora ytransforma.

3) Puente uniendo lo diverso. Nos llama hoy a ir hacia otro sectores de la sociedad llevando lacausa de los pobres, de la justicia social, buscando una transformación. Cacho quiso “ser voz de losque no tenían voz”, ser voz “con ellos”, unir lo “fragmentado, lo separado, lo que ni se cruza”.

4) Su forma de concebir la acción. Hay en Cacho un modo de actuar en los barrios y lascomunidades y de reflexionar sobre lo actuado. Por ejemplo respeto a las identidades; la apuesta alfortalecimiento de los barrios/comunidades; la valoración de los procesos más sostenidos, no sólode los resultados; la promoción de la articulación entre organizaciones (MOVIDE por ejemplo).

5) La claridad sobre el papel y la responsabilidad del Estado en el impulso de Políticas Sociales.Políticas que contemplen la diversidad de las realidades, y la voz de las comunidades. Ya sea ladenuncia, la propuesta, o las acciones concretas, desde su lugar en la sociedad civil, desde las

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organizaciones sociales. No había mesianismo en él, sino un profundo sentido de compromiso conesa causa, él puso manos a la obra, con todo su ser, pero sabía que se requería de otros, de muchosotros.

6) Una ética del compromiso. Donde prima lo humano más allá de las creencias y dogmas, elrespeto a la libertad de cada persona, el encuentro humano profundo, eso vale hoy, se necesita hoy.

7) La combinación entre una conciencia de la urgencia. Aquello de “estamos perdiendo un tiempoprecioso”, “la causa de la justicia social que no admite demoras”; y a la vez la infinita paciencia,persistencia y la mirada a los procesos. Solía decir que hay semillas que tardan dos o tresprimaveras en brotar.Resulta innovador, ante el inmediatismo y el efectismo que se busca muchasveces en las políticas, aún con las mejores intenciones. La mirada al cambio más profundo en el quese deviene sujeto de su propia vida, que es un proceso y requiere de otros.

Para terminar, creo que el sentido de un libro como este y de un encuentro como el que estamosteniendo ahora, es sacudirnos, dejarnos conmover por esa realidad: la desigualdad social, lainequidad y todas sus consecuencias, el convivir con las incertidumbres. Pero también dejarnosimpregnar por esa Vida, reconocer que hay un camino, que hay esperanza, en ese descubrir labelleza del otro, en el encuentro real y humano que cambia a todos.

Es un llamado para todos, desde el lugar que cada quién ocupe en la sociedad. Nos convoca a esecambio en la mirada, a poner foco en estas realidades y aportar en la construcción de una síntesisdistinta, donde todos estemos cada vez más contemplados y donde los derechos de todos y todassean respetados y garantizados. Saber que hay semillas que tardarán dos o tres primaveras enbrotar, pero hay que poner las manos en la tierra hoy, para que haya fruto.

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