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C on el pretexto de pu- blicar “una investi- gación periodística” sobre las contrataciones en el período del Consejo de la Ju- dicatura de Transición, CJT, el diario de su dirección, señor Carlos Pérez Barriga, empezó a desarrollar –a par- tir del lunes 1 de septiembre de 2014, una campaña dirigi- da a tratar de desprestigiar no solo mi honra y honor, sino también, y burdamente, el proceso de transformación moral, ética y civil de la jus- ticia ecuatoriana. Al cabo de esta arremetida de siete días consecutivos, la infame estrategia de es- candalizar quedó al descu- bierto: a) publicar en gran- des titulares las cantidades de dólares que se ejecuta- ron o comprometieron du- rante la transición, b) decir que la mayoría se realizó en obras civiles, c) asociar de manera mañosa cálcu- los de porcentajes y montos de contratistas vs obras, d) insinuar que ha habido parientes del suscrito fa- vorecidos por esas obras, e) afirmar que habría em- presas ligadas con lazos familiares (del suscrito?), f) pretender confundir a la opinión pública y autorida- des (especialmente judicia- les y de control) insinuando que habría posibilidades de la figura de nepotismo, g) azuzar a que se presenten denuncias a los que conoz- can sobre estas posibilida- des, a pesar de reconocer que la propia Contraloría del Estado ya ha presenta- do informes indicando que no hay nada de ésto y h) re- conocer disimuladamente y en espacios minúsculos los días 6 y 7 de septiembre de 2014, que no hay causales para estas perversas y ma- lévolas insinuaciones. Cuanta maldad y cuanto odio se encuentran en las insi- nuaciones proferidas por el diario de su dirección, con el infeliz propósito de tratar de desmerecer la honra de un ciudadano que se ha es- forzado a lo largo de su vida pública y privada por servir a la Patria y a sus compatriotas con lealtad, honestidad y pa- triotismo. En el mes de marzo de este año un periodista del diario que usted dirige, me solicitó una información por escrito. De la misma manera, le con- testé por escrito advirtiéndo- le que le autorizaba a publi- car mi respuesta siempre y cuando no se la publique de manera parcial o descontex- tualizada. En vista de que el diario no ha cumplido con mi expre- so requerimiento, empiezo a hacer uso de las posibili- dades que me franquean la Constitución y las leyes de la República, para defender mi honra y mi buen nombre, que es el principal patrimo- nio con el que cuento y que espero heredar a mis hijos y mi familia. Defenderé también el pro- ceso histórico de transfor- mación de la justicia, ya que fue un mandato ciuda- dano expresado a través de la Consulta Popular y Re- feréndum del 7 de mayo de 2011. Ese mandato imprimió un sentido de urgencia sin precedentes en el Ecuador por cuanto el Poder Judicial había sido lamentablemente preterido y estaba ya en una situación de emergencia. El presupuesto del Plan de Trabajo de 6 ejes fue discu- tido con el Poder Ejecutivo en varias oportunidades ya que es este poder del Estado quien administra el presu- puesto nacional. Solamente una vez que estuvo debida- mente aprobado y priorizado se lo empezó a ejecutar. El eje de Infraestructura Ci- vil fue obviamente el más demandante en recursos por cuanto había que reempla- zar los tugurios mal llama- dos juzgados por verdade- ras casas de justicia que fueran dignas y dignifican- tes, tanto para los usuarios cuanto para los servidores judiciales, en toda la geo- grafía nacional y en el escaso tiempo de 18 meses. El primer capítulo de esta tragicomedia montada por el diario, trata de escandalizar a los lectores indicando que el “78,4% de emergencia judicial fue a la edificación de nuevos juzgados”, indi- cando a continuación que la “Judicatura destinó 351,6 millones para las contra- taciones de infraestructura civil”. La recuperación de la dig- nidad para atender con servicios de justicia opor- tuna y transparente a los habitantes del Ecuador no podía esperar ni un solo día más. Los USD 351,6 millo- nes para construir, recons- truir o remodelar las casas de justicia a lo largo y ancho de la geografía nacional son una muestra de la seriedad con que el Poder Ejecutivo asumió el mandato popular de la Consulta del 7 de mayo de 2011 otorgando al Poder Judicial los recursos econó- micos necesarios, recursos que los administradores los ejecutaron con extrema pul- critud y honestidad. Continúa el texto y mediante un gran subtitular, afirma que “la mayoría de las contra- taciones se asignó directa- mente”, lo cual así mismo puede asustar al lector que no tiene tiempo de leer la gran cantidad de texto de la nota publicada sino solamente los titulares. En letra pequeña se reconoce que el inciso 2 del artículo 57 de la Ley Orgá- nica del Sistema Nacional de Contratación Pública permite la contratación directa y más aún en situaciones de emer- gencia. Entonces, el subti- tular no se compadece con el texto y más bien induce a erróneas interpretaciones de los lectores. El segundo capítulo, publi- cado a día seguido, es decir, el martes 2 de septiembre de 2014, afirma en grandes titulares que “El 5% de los contratistas obtuvo el 46% de la emergencia judicial”, lo cual pretende generar sus- picacias en el lector, incluso por el tamaño de la letra del titular. Obviamente no todas la obras son iguales y debi- do a su dimensión hay obras que cuestan más y otras que cuestan menos; el porcentaje de obras que cuestan más es siempre menor al porcentaje de obras que cuestan menos, de ahí que el titular no tiene otro objeto sino el de escan- dalizar a la población. Se dice también que había “contratistas vinculados en 5 obras” y luego que habría 5 “parientes en nómina de constructora” Parece muy conveniente y coincidente el número 5. Fí- jese: 5% de contratistas, 5 obras, 5 parientes… daba la impresión que el Presidente del CJT habría favorecido a sus parientes con contratos millonarios. ¡Cuanta per- versidad para engañar al lector con estas mañosas asociaciones de cifras y tex- tos! Más adelante en esta nota de dos páginas centrales en- teras y de manera conectada con los titulares anteriores se afirma que habría “dos empresas con lazos fami- liares” y en un recuadro se mencionan entre los princi- pales contratistas a dos pro- fesionales: Vladimir Gonzalo Ortega Rodríguez y Oswaldo Gonzalo Rodríguez Lozada, como pretendiendo indicar que el apellido Rodríguez los vinculaba con mi persona. El Ing. Paulo Rodríguez reivindica su honor ante falsas insinuaciones emitidas por diario El Universo EX PRESIDENTE DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA DE TRANSICION RESPONDE A “EL UNIVERSO” Quito, 10 de septiembre de 2014 todo lo contrario: la obra está entregada, inaugurada y en pleno funcionamien- to, cumpliendo la tarea de brindar tanto a los ciuda- danos como a los servido- res públicos, espacios dig- nos y modernos. Se cierra así el capítulo del tristemente célebre “Palacio de la Mone- da”, dando paso a los servi- cios de justicia oportuna y transparente en ambientes de dignidad y respeto. Este titular también publi- cado con manifiestas malas intenciones sólo sirve para reiterar el soterrado propó- sito de intentar desprestigiar a un profesional ecuatoriano que tiene a su favor el haber contribuido a la realización de dos procesos emblemáti- cos en la reciente historia na- cional: Saneamiento y Mo- dernización del Registro Civil y Transformación del Sistema de Justicia. Para el cumplimiento de estos obje- tivos conté con la confianza del señor Presidente Cons- titucional de la República, Economista Rafael Correa Delgado, con el trabajo pa- triótico de mi equipo de cola- boradores y el apoyo incon- dicional mi esposa e hijos, quienes ofrendaron el tiempo de su esposo y padre para que yo pueda servir a mis conciudadanos. ¿Está entendiendo usted lo lamentable de las perver- sas insinuaciones del diario que usted dirige? ¿Se da cuenta usted del daño moral que me está in- fringiendo? ¿Se da cuenta usted del ridículo papel que hace el diario al inducir a error a los lectores que todavía creen que van a encontrar informaciones verdaderas y relevantes en el diario? En la cuarta entrega, del día jueves 4 de los corrientes se menciona en grandes titula- res: “5 personajes estuvie- ron al frente de las refor- mas a la justicia” y en un subtitular se menciona que su cercanía ante el Gobierno fue clave a la reforma judicial, pretendiendo desmerecer de esta manera las cualida- des profesionales, éticas y morales de las personas allí mencionadas. Lo único rescatable es que por primera vez se recono- ce que por mandato de La Consulta Popular del 2011, el trabajo de transformar la justicia debía realizarse “en el plazo improrrogable de 18 meses”. Plazo escaso, escasísimo. En otros países de la región las reformas de la justicia ya van tardando más de 10 años. Yo me pregunto y le pre- gunto a usted señor Direc- “Voy a defender mi buen nombre” “¡La obra (Corte de Justicia del Guayas) ya ha sido entregada e inaugurada hace varios meses!” Ing. Paulo Rodríguez Nada más lejos de la reali- dad. Los mencionados se- ñores Rodríguez no son mis parientes. Espero que no le moleste a usted que mi ape- llido sea común y corriente (como la mayoría del pue- blo ecuatoriano) y no rim- bombante o diferente. La misma entrega del martes 2 en la página 7 menciona en grandes titulares “parientes en nómina de constructo- ra”. Como ya lo expresé en la carta dirigida al diario el 28 de marzo de 2014, una vez que realicé las correspon- dientes averiguaciones se me informó que el Consorcio Cabal y Copiano, adjudicata- rio de la obra de reconstruc- ción del Palacio de Justicia del Guayas, había contratado los servicios del ingeniero civil Patricio Naranjo, (quien resulta ser el hijo de una her- mana de mi abuelo materno), en calidad de superinten- dente de obra. La figura de ese parentesco lejano está a cinco grados de distancia en consanguinidad. Los otros señores de apellido Naranjo son el hermano del mencio- nado profesional y sus hijos, todos quienes habrían ocupa- do puestos sin relevancia en esa compañía. Ninguno de ellos ha sido ni proveedor ni contratista del Consejo de la Judicatura sino trabajadores contratados por una empre- sa privada, de la cual no han sido ni accionistas ni miem- bros). También le expliqué muy claramente que no es misión del Pleno del Consejo selec- cionar proveedores y que la responsabilidad de los con- tratistas ante el Consejo es cumplir el objeto contrac- tual. No corresponde a la entidad pública interferir en la selección del personal que contraten los adjudicatarios para el cumplimiento del ob- jeto contractual, ya que esto atentaría contra principios y normas constitucionales y le- gales. No hay necesidad alguna de realizar un análisis de consanguinidad, pero si se quisiera hacerlo, sería solo para analizar si se cumple simultáneamente la siguiente doble condición: i) que yo hubiera sido el represen- tante legal (y por lo tanto autoridad nominadora) del CJT y ii) que los parientes lejanos hubieran sido con- tratados para desempeñar cargos dentro del CJT. No se cumplen ninguna de las dos condiciones, peor las dos simultáneamente, ya que yo no fui autoridad no- minadora ni a los parientes lejanos se les ha contratado para desempeñar cargos dentro del CJT. Además la distancia en grados de consanguinidad es tan lejana que jamás se hubiera podido pensar, o imaginar o dudar que hu- biera habido nepotismo. El hacerlo así, como aparen- temente el diario lo ha pre- tendido, es una ignorancia supina o es una manifiesta mala fe para tratar de da- ñar mi honra. Se me ha informado tam- bién que la obra aludida ya está inaugurada desde hace varios meses y con presencia de las más altas autoridades nacionales, por cuanto ha sido entregada a entera satisfacción de las nuevas autoridades del Con- sejo, quienes desde esa fecha estarían realizando las co- rrespondientes gestiones de pago a los contratistas, para que éstos puedan, a su vez, cumplir con los trabajadores. Tanto usted, como yo y los ciudadanos del Ecuador, nos habríamos preocupado si se hubiera pagado por la obra y ésta no se hubie- ra cumplido, pero ha sido “El diario manipula a los lectores” “Los contratistas de apellido Rodríguez no son mis parientes”

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Con el pretexto de pu-blicar “una investi-gación periodística”

sobre las contrataciones en el período del Consejo de la Ju-dicatura de Transición, CJT, el diario de su dirección, señor Carlos Pérez Barriga, empezó a desarrollar –a par-tir del lunes 1 de septiembre de 2014, una campaña dirigi-da a tratar de desprestigiar no solo mi honra y honor, sino también, y burdamente, el proceso de transformación moral, ética y civil de la jus-ticia ecuatoriana.

Al cabo de esta arremetida de siete días consecutivos, la infame estrategia de es-candalizar quedó al descu-bierto: a) publicar en gran-des titulares las cantidades de dólares que se ejecuta-ron o comprometieron du-rante la transición, b) decir que la mayoría se realizó en obras civiles, c) asociar de manera mañosa cálcu-los de porcentajes y montos de contratistas vs obras, d) insinuar que ha habido parientes del suscrito fa-vorecidos por esas obras, e) afirmar que habría em-presas ligadas con lazos familiares (del suscrito?), f) pretender confundir a la opinión pública y autorida-des (especialmente judicia-les y de control) insinuando que habría posibilidades de la figura de nepotismo, g) azuzar a que se presenten denuncias a los que conoz-can sobre estas posibilida-des, a pesar de reconocer que la propia Contraloría del Estado ya ha presenta-do informes indicando que no hay nada de ésto y h) re-conocer disimuladamente y en espacios minúsculos los días 6 y 7 de septiembre de 2014, que no hay causales para estas perversas y ma-lévolas insinuaciones.

Cuanta maldad y cuanto odio se encuentran en las insi-nuaciones proferidas por el diario de su dirección, con el infeliz propósito de tratar de desmerecer la honra de un ciudadano que se ha es-

forzado a lo largo de su vida pública y privada por servir a la Patria y a sus compatriotas con lealtad, honestidad y pa-triotismo.

En el mes de marzo de este año un periodista del diario que usted dirige, me solicitó una información por escrito. De la misma manera, le con-testé por escrito advirtiéndo-le que le autorizaba a publi-car mi respuesta siempre y cuando no se la publique de manera parcial o descontex-tualizada.

En vista de que el diario no ha cumplido con mi expre-so requerimiento, empiezo a hacer uso de las posibili-dades que me franquean la Constitución y las leyes de la República, para defender mi honra y mi buen nombre, que es el principal patrimo-nio con el que cuento y que espero heredar a mis hijos y mi familia.

Defenderé también el pro-ceso histórico de transfor-mación de la justicia, ya que fue un mandato ciuda-dano expresado a través de la Consulta Popular y Re-feréndum del 7 de mayo de 2011. Ese mandato imprimió un sentido de urgencia sin precedentes en el Ecuador por cuanto el Poder Judicial había sido lamentablemente preterido y estaba ya en una situación de emergencia.

El presupuesto del Plan de Trabajo de 6 ejes fue discu-tido con el Poder Ejecutivo en varias oportunidades ya que es este poder del Estado quien administra el presu-puesto nacional. Solamente una vez que estuvo debida-mente aprobado y priorizado se lo empezó a ejecutar.

El eje de Infraestructura Ci-vil fue obviamente el más

demandante en recursos por cuanto había que reempla-zar los tugurios mal llama-dos juzgados por verdade-ras casas de justicia que fueran dignas y dignifican-tes, tanto para los usuarios cuanto para los servidores judiciales, en toda la geo-grafía nacional y en el escaso tiempo de 18 meses.

El primer capítulo de esta tragicomedia montada por el diario, trata de escandalizar a los lectores indicando que el “78,4% de emergencia judicial fue a la edificación de nuevos juzgados”, indi-cando a continuación que la “Judicatura destinó 351,6 millones para las contra-taciones de infraestructura civil”.

La recuperación de la dig-nidad para atender con servicios de justicia opor-tuna y transparente a los habitantes del Ecuador no podía esperar ni un solo día más. Los USD 351,6 millo-nes para construir, recons-truir o remodelar las casas de justicia a lo largo y ancho de la geografía nacional son una muestra de la seriedad con que el Poder Ejecutivo asumió el mandato popular de la Consulta del 7 de mayo de 2011 otorgando al Poder Judicial los recursos econó-micos necesarios, recursos que los administradores los ejecutaron con extrema pul-critud y honestidad.

Continúa el texto y mediante un gran subtitular, afirma que “la mayoría de las contra-taciones se asignó directa-mente”, lo cual así mismo puede asustar al lector que no tiene tiempo de leer la gran cantidad de texto de la nota publicada sino solamente los titulares. En letra pequeña se reconoce que el inciso 2 del artículo 57 de la Ley Orgá-nica del Sistema Nacional de Contratación Pública permite la contratación directa y más aún en situaciones de emer-gencia. Entonces, el subti-tular no se compadece con el texto y más bien induce a erróneas interpretaciones de los lectores.

El segundo capítulo, publi-cado a día seguido, es decir, el martes 2 de septiembre de 2014, afirma en grandes titulares que “El 5% de los contratistas obtuvo el 46% de la emergencia judicial”, lo cual pretende generar sus-picacias en el lector, incluso por el tamaño de la letra del titular. Obviamente no todas la obras son iguales y debi-do a su dimensión hay obras que cuestan más y otras que cuestan menos; el porcentaje de obras que cuestan más es

siempre menor al porcentaje de obras que cuestan menos, de ahí que el titular no tiene otro objeto sino el de escan-dalizar a la población.

Se dice también que había “contratistas vinculados en 5 obras” y luego que habría 5 “parientes en nómina de constructora”

Parece muy conveniente y coincidente el número 5. Fí-jese: 5% de contratistas, 5 obras, 5 parientes… daba la impresión que el Presidente del CJT habría favorecido a sus parientes con contratos millonarios. ¡Cuanta per-versidad para engañar al lector con estas mañosas asociaciones de cifras y tex-tos!

Más adelante en esta nota de dos páginas centrales en-teras y de manera conectada con los titulares anteriores se afirma que habría “dos empresas con lazos fami-liares” y en un recuadro se mencionan entre los princi-pales contratistas a dos pro-fesionales: Vladimir Gonzalo Ortega Rodríguez y Oswaldo Gonzalo Rodríguez Lozada, como pretendiendo indicar que el apellido Rodríguez los vinculaba con mi persona.

El Ing. Paulo Rodríguez reivindica su honor ante falsas insinuaciones emitidas por diario El Universo

EX PRESIDENTE DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA DE TRANSICION RESPONDE A “EL UNIVERSO”

Quito, 10 de septiembre de 2014todo lo contrario: la obra está entregada, inaugurada y en pleno funcionamien-to, cumpliendo la tarea de brindar tanto a los ciuda-danos como a los servido-res públicos, espacios dig-nos y modernos. Se cierra así el capítulo del tristemente célebre “Palacio de la Mone-da”, dando paso a los servi-cios de justicia oportuna y transparente en ambientes de dignidad y respeto.

Este titular también publi-cado con manifiestas malas intenciones sólo sirve para reiterar el soterrado propó-sito de intentar desprestigiar a un profesional ecuatoriano que tiene a su favor el haber contribuido a la realización de dos procesos emblemáti-cos en la reciente historia na-cional: Saneamiento y Mo-dernización del Registro Civil y Transformación del Sistema de Justicia. Para el cumplimiento de estos obje-tivos conté con la confianza del señor Presidente Cons-titucional de la República, Economista Rafael Correa Delgado, con el trabajo pa-triótico de mi equipo de cola-boradores y el apoyo incon-dicional mi esposa e hijos, quienes ofrendaron el tiempo de su esposo y padre para que yo pueda servir a mis conciudadanos.

¿Está entendiendo usted lo lamentable de las perver-sas insinuaciones del diario que usted dirige?

¿Se da cuenta usted del daño moral que me está in-fringiendo?

¿Se da cuenta usted del ridículo papel que hace el diario al inducir a error a los lectores que todavía creen que van a encontrar informaciones verdaderas y relevantes en el diario?

En la cuarta entrega, del día jueves 4 de los corrientes se menciona en grandes titula-res: “5 personajes estuvie-ron al frente de las refor-mas a la justicia” y en un subtitular se menciona que su cercanía ante el Gobierno fue clave a la reforma judicial, pretendiendo desmerecer de esta manera las cualida-des profesionales, éticas y morales de las personas allí mencionadas.

Lo único rescatable es que por primera vez se recono-ce que por mandato de La Consulta Popular del 2011, el trabajo de transformar la justicia debía realizarse “en el plazo improrrogable de 18 meses”.

Plazo escaso, escasísimo. En otros países de la región las reformas de la justicia ya van tardando más de 10 años.

Yo me pregunto y le pre-gunto a usted señor Direc-

“Voy a defender mi buen nombre”

“¡La obra (Corte de Justicia del Guayas) ya ha sido entregada e inaugurada hace

varios meses!”

Ing. Paulo Rodríguez

Nada más lejos de la reali-dad. Los mencionados se-ñores Rodríguez no son mis parientes. Espero que no le moleste a usted que mi ape-llido sea común y corriente (como la mayoría del pue-blo ecuatoriano) y no rim-bombante o diferente.

La misma entrega del martes 2 en la página 7 menciona en grandes titulares “parientes en nómina de constructo-ra”.

Como ya lo expresé en la carta dirigida al diario el 28 de marzo de 2014, una vez que realicé las correspon-dientes averiguaciones se me informó que el Consorcio Cabal y Copiano, adjudicata-rio de la obra de reconstruc-ción del Palacio de Justicia del Guayas, había contratado los servicios del ingeniero civil Patricio Naranjo, (quien resulta ser el hijo de una her-mana de mi abuelo materno), en calidad de superinten-dente de obra. La figura de ese parentesco lejano está a cinco grados de distancia en consanguinidad. Los otros señores de apellido Naranjo son el hermano del mencio-nado profesional y sus hijos, todos quienes habrían ocupa-do puestos sin relevancia en esa compañía. Ninguno de ellos ha sido ni proveedor ni contratista del Consejo de la

Judicatura sino trabajadores contratados por una empre-sa privada, de la cual no han sido ni accionistas ni miem-bros).

También le expliqué muy claramente que no es misión del Pleno del Consejo selec-cionar proveedores y que la responsabilidad de los con-tratistas ante el Consejo es cumplir el objeto contrac-tual. No corresponde a la entidad pública interferir en la selección del personal que contraten los adjudicatarios para el cumplimiento del ob-jeto contractual, ya que esto atentaría contra principios y normas constitucionales y le-gales.

No hay necesidad alguna de realizar un análisis de consanguinidad, pero si se quisiera hacerlo, sería solo para analizar si se cumple simultáneamente la siguiente doble condición: i) que yo hubiera sido el represen-tante legal (y por lo tanto autoridad nominadora) del CJT y ii) que los parientes lejanos hubieran sido con-tratados para desempeñar cargos dentro del CJT. No se cumplen ninguna de las dos condiciones, peor las dos simultáneamente, ya que yo no fui autoridad no-minadora ni a los parientes lejanos se les ha contratado para desempeñar cargos dentro del CJT.

Además la distancia en grados de consanguinidad es tan lejana que jamás se hubiera podido pensar, o imaginar o dudar que hu-biera habido nepotismo. El hacerlo así, como aparen-temente el diario lo ha pre-tendido, es una ignorancia supina o es una manifiesta mala fe para tratar de da-ñar mi honra.

Se me ha informado tam-bién que la obra aludida ya está inaugurada desde hace varios meses y con presencia de las más altas autoridades nacionales, por cuanto ha sido entregada a entera satisfacción de las nuevas autoridades del Con-sejo, quienes desde esa fecha estarían realizando las co-rrespondientes gestiones de pago a los contratistas, para que éstos puedan, a su vez, cumplir con los trabajadores.

Tanto usted, como yo y los ciudadanos del Ecuador, nos habríamos preocupado si se hubiera pagado por la obra y ésta no se hubie-ra cumplido, pero ha sido

“El diario manipula a los lectores”

“Los contratistas de apellido Rodríguez no

son mis parientes”

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nombre, pretendiendo des-merecer el gran esfuerzo nacional para trasformar de forma integral la justicia en el Ecuador.

En la séptima entrega, cada vez más pequeña, pero no por ello menos ridícula, en la sección Opinión, hay un editorial titulado Contratos. Allí, nuevamente con su si-nuosa opinión hacen apare-cer declaraciones del actual Presidente del CJ como indi-cando que habría que inves-tigar casos de nepotismo o azuzando a presentar denun-cias para este objeto. ¡Irres-ponsabilidad total! Quieren ustedes hacer creer a la ciu-dadanía que un jurista que preside el CJ desconoce los conceptos o causales de ne-potismo. ¡Absurdo total!

Cierran así ustedes esta cruel infamia de siete días, durante los cuales he man-tenido un prudente y estoi-co silencio. Ha caído el te-lón, han caído las máscaras y su perversa estrategia ha sido develada, dejando en claro que los titulares y los contenidos de las siete en-tregas (de lunes a domingo) solo sirvieron para mentir, escandalizar y difamar. Ja-más se ha comprobado que yo haya cometido alguna infracción, delito o dolo.

Señor Director, a continua-ción y con todo comedimien-to le presento mi respuesta:

Usted y el diario El Uni-verso me han causado un

incalculable daño moral al pretender mancillar mi honor durante 7 días se-guidos. Yo les perdono 70 veces 7 tal como nos dispu-so el Señor Jesucristo a los cristianos.

Sepa usted que “a los que aman a Dios, todas la cosas les son para bien” (Romanos 8:28).

Junto al perdón espiritual que públicamente les otor-go, va mi agradecimiento por cuanto, más intensamente a lo largo de estos 7 días, he podido evidenciar el respeto, cariño y solidaridad de pro-pios y extraños.

Agradezco primero a Dios por brindarme serenidad y paciencia para no reac-cionar imprudentemente y más bien dejar en sus ma-nos el poner en orden las cosas. (Romanos 12:19)

Agradezco a mi esposa y a mis hijos, a mi familia y seres queridos, a mis ami-gos y a los amigos de mis amigos, a los amigos de mis padres (que ya descansan en la eternidad), por sus cariñosas palabras y sabios consejos.

A mis compañeros lasalla-nos y a mis compañeros de la Academia Militar Ecua-dor, especialmente a los de la Promoción 75, por reconfor-tarme con sus palabras sin-ceras y motivadoras. Igual agradecimiento a los compa-ñeros y profesores de la Es-

En la quinta entrega publi-cada el día 5 de septiembre se empiezan a vislumbrar al-gunas de las razones de esta malhadada intentona de des-prestigio hacia mi persona, cuando se menciona el con-cepto de nepotismo.

Como deben conocer usted y la gran mayoría de aboga-dos del Ecuador, esta figura compete a la contratación en relación de dependencia por parte de la autoridad nomi-nadora a uno de sus parientes ya sea por consanguinidad (4 grados) o por afinidad (2 grados) en la misma entidad que la autoridad nominadora ejerce su función.

Yo no he sido autoridad no-minadora ni tampoco repre-sentante legal del Consejo de la Judicatura de Transición, sino el Presidente de un ór-gano colegiado que adoptó prácticamente todas sus re-soluciones por unanimidad.

En tal virtud, no se puede ni se debe pretender asociarme con ninguna figura de nepo-tismo.

Los ciudadanos que trabajen para una compañía privada, contratista de una entidad pública, tampoco pueden ser asociados con la figura del nepotismo.

Quedan así total y absolu-tamente desvirtuadas to-das y cada una de las per-versas insinuaciones que realizaron con la malévola estrategia tendiente a des-prestigiar a un ciudadano ambateño que ha ofrenda-do gran parte de su vida al servicio de las mejores cau-sas de la Patria.

Una sexta entrega, día sába-do 6 de septiembre de 2014, publica que “CR Construc-tora entregó sin observa-ciones obra judicial” y en un disimulado y pequeño párrafo se refiere a que el actual Presidente del CJ manifestó que no tiene in-formación de que parientes míos se hayan beneficiado con contratos, así como que “los primos en segundo grado no entran en el con-cepto de nepotismo”.

Ya con esas declaraciones, ustedes pudieron haber em-pezado a desmentirse a sí mismos, pero no, querían seguir sembrando dudas y patrañas que se sumen al es-cándalo que pretendió armar el diario de su dirección, a costa de mi honra y mi buen

cuela Politécnica Nacional, que tuvieron a bien solidari-zarse conmigo contra la pre-tendida ignominia. Especial abrazo a los colegas miem-bros del Colegio de Ingenie-ros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha, CIEEPI, a los del CRIEEL y a los de los colegios y sociedades nacio-nales de ingenieros, que me hicieron llegar sus eviden-cias de apoyo incondicional.

Un sincero Dios les pague a los ciudadanos y ciuda-danas de mi Patria por esos abrazos fraternos y esperanzados que me han brindado personalmente o a través de mensajes des-de todos los rincones del Ecuador en donde he podi-do servirles.

Reconozco y estimo en alto grado los gestos de apoyo y confianza de autoridades y servidores de los diferentes poderes del Estado, así como de los amigos del sector privado, quienes haciendo acepción de ideologías, reco-nocen el esfuerzo de enrum-bar, en escasos 18 meses, el proceso de transformación de la justicia.

“Los patriotas hablamos con resultados, los medio-cres con excusas y los trai-dores con intrigas” Requiero de usted, en cum-plimiento de los derechos humanos, constitucionales y legales que me asisten, que se publique esta carta de ma-nera íntegra, en los mismos

espacios, con el mismo for-mato y en la misma cantidad de días, que el diario utilizó para tratar de desprestigiar-me. Así también deberá ha-cerse en las redes sociales que utilizaron para amplifi-car las perversas insinuacio-nes.

Debo advertirle, con todo el comedimiento del caso, que si persiste en el intento de crear aunque sea sombra de dudas sobre mi persona, me veré obligado a ejercer el resto de potestades que la Patria ecuatoriana me provee en defensa de mis legítimos derechos.

Lo invito más bien y con mucha cortesía y cordia-lidad a una gran cruzada por la paz, la reconciliación y el trabajo en equipo que todos podemos, y debemos, impulsar, en la búsqueda de un Ecuador más justo, equitativo, solidario e in-cluyente.

Soy un demócrata y por ello, a pesar de que no entiendo los motivos que le anima-ron a permitir esta andanada de insinuaciones realizadas por el diario en contra de mi honra, le presento mis senti-mientos de respeto y consi-deración.

Atentamente,

Ing. Paulo Rodríguez Molina.

“¡El diario no pue-de asociarme con

nepotismo!”

tor ¿Sería posible conse-guir todo lo conseguido y alcanzar todo lo alcanzado para culminar los proce-sos de manera tan exitosa como se lo hizo y en las con-diciones tan desfavorables, sin dejarse media vida en el camino?