casetti cine y realidad

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  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    1/13

      ~ 4 5 - ( î ~ O

    ~ ) . : ) C a ~ - \ i

    c ( ' \ - e ~ r o . . 94

    C PinJLO l

    Cine

    y

    realidad

    2.1. EL ESPLENDOR DE

    O

    AUTÉNTICO

    ·Una imagen resulta hermosa

    no porque

    lo sea

    en

    si

    ...

    , sino por

    que es

    el esplendor

    de

    lo auténtico•.

    Asi

    comentaba

    Jean

    Luc Godard,

    entonces

    0959)

    crîtico

    de

    Cahiers u cinéma India

    de

    Roberto Ros

    sellini, y lo hada aludiendo, aunque fuera con

    un

    guiiio, a ciertos

    conceptos en torno a los

    que

    giraba la cuesti6n del realismo cinema

    togrâfico. La frase

    de

    Godard resume con la sequedad de un erna un

    comportamiento muy difundido. Por un lado, rechaza la imagen ·be

    lla en sî misma• y

    por

    tanto, perfectamente suficiente y aut6noma

    una

    imagen-imagen, podrîamos decir),

    por

    otro, alude a algo

    de Jo

    que

    la imagen

    es

    solo una propuesta

    y

    una prolongaci6n, esto es, al

    esplendor del mundo, a la verdad de las cosas; en una palabra, a la

    rea/idad.

    Una manifestaci6n contra la imagen-imagen y una recuperaci6n

    del esplendor y

    de

    la autenticidad

    de

    Jo real. En torno a estos ejes gira

    el

    debate

    sobre el realismo cinematogrâ.fico, y a partir

    de

    ellos se pro

    ponen

    las famosas metâforas del cine como ventana abierta

    de

    par

    en

    par al

    mundo

    o espejo de la vida. Pero tratemos

    de

    profundizar las

    distintas direcciones y etapas

    de

    la investigaci6n mas alla de Jo

    que

    nos sugiere la frase de Godard.

    Ante todo tres observaciones. La primera es

    de

    orden mas gene

    ral.

    La

    exigencia de medirse directamente con la realidad no nace a

    mediados

    de

    los anos

    40,

    sino

    que

    la encontramos ya antes

    en

    distin

    tas ocasiones. Sin embargo, hasta la inmediata posguerra

    no

    pasara

    de pretensi6n

    marginal a hip6tesis s6lida; entre otras cosas

    porque

    ya

    no se

    basa

    como

    antes

    en

    razones

    de

    estilo o

    en

    motivos

    de

    eficacia,

    31

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    2/13

    sino en una suerte de necesidad intrinseca. En efecto, la idea es que

    el cine

    debe

    orientarse hacia

    Jo

    real a causa

    de

    su ·base fotografica•,

    que

    le permite convertirse

    en

    testigo y

    documenta por

    estar cons-

    truido para registrar Jo

    que se

    encuentra frente a la camara. De ahi su

    vinculo intimo,

    no

    ocasional o externo,

    con

    la realidad; y

    de

    ahi tam-

    bién

    una

    vinculacion natural, debida al estatus mismo del medio. En

    consecuencia,

    se

    pasa

    de

    las declaraciones

    de

    poética o

    de

    las preten-

    siones culturales a

    una

    propuesta teorica precisa.

    Segunda observacion. Esta

    propuesta

    teorica comporta

    un

    giro

    radical del credo mas extendido

    en

    el periodo de entreguerras, esto

    es, que el cine no podia

    ser

    arte precisamente por constituir un ins-

    trumenta meramente reproductor.

    Si

    no posee validez estética, se de-

    da,

    es porque

    copia

    la realidad

    como

    tai

    en

    vez de asumirla

    en un

    juego de particulares y universales y también,

    porque

    copia

    meca-

    nicamente en

    vez

    de

    pasar a través

    de

    la mediacion

    de un

    director

    •creador•. La referencia inmediata es, sin duda, la posicion crociana o,

    mas generalmente, idealista

    de

    tantos teoricos italianos

    de

    los anos 20

    y

    30,

    cuyo

    empeno

    principal era precisamente mostrar la distancia

    que

    media entre la imagen filmica y la realidad, asi

    como

    el pape

    que

    el autor juega

    en

    la reelaboracion

    de

    los materiales originalesi.

    Por el contrario,

    en

    el debate de la posguerra, la dimension reproduc-

    tora del cine

    se

    convierte

    en

    su

    fuerza; solo respetandola, mas aûn,

    anteponiéndola al resto

    de

    los elementos,

    se

    encuentra el cine con-

    sigo mismo. No

    debe

    sorprendernos

    que

    tanto

    en

    el ~ m i t o

    de

    la re-

    flexion italiana sobre el neorrealismo (dirigida

    por

    estudiosos

    que

    acaban de liberarse de los dictados de Benedetto Croce) como entre

    los teoricos del estilo de Bazin o Kracauer

    que se

    alimentan de prin-

    cipios distintos; respectivamente,

    de

    la fenomenologia y del positi-

    vismo) se valore la ·base fotogrâfica· del cine, a partir de la cual se

    deben

    examinar ahora las cosas, pues adecuandose a ella puede des-

    plegar el cine sus potenciales capacidades artisticas.

    Tercera observacion.

    Si

    dentro del debate todos resaltan el vincu-

    lo intimo entre la realidad situada frente a la camara y la

    imagen que

    la representa, los términos

    de ese

    vinculo varian

    de un

    teorico a otro.

    Las

    diferencias

    son

    mûltiples. Por ejemplo,

    se

    plantea si la represen-

    tacion

    debe

    resaltar la singularidad

    de

    lo

    que se reproduce

    o, al con-

    trario, devolvernos una vision global del mundo; y por eso mismo,

    si debe

    tener un

    valor eminentemente documentai o, al contrario,

    ser

    de

    alguna forma una interpretacion.

    Es

    la diferencia entre rea-

    lismo inmediato y realismo critico, o

    entre

    realismo empirico y gran

    I

    Nos referimos

    en

    especial a teôricos

    como

    Antonello Gerbi o Alberto Consiglio.

    Las

    posiciones de Luigi Chiar ini por referirse mas a Gentile que a Croce) y de Umberto

    Barbara (cuyos elementos idealistas resultan menos claros) son mas complejas.

    32

    realismo,

    que

    recorre

    de

    principio a fin el debate italiano sobre el

    cine neorrealista. También

    se

    pregunta si esta representacion nos

    debe devolver la realidad

    en

    toda su densidad y plenitud, mas alla de

    la forma

    en que

    aparece, o si,

    por

    el contrario, solo

    debe

    darnos los

    perfiles, quizas los mas imperceptibles, pero solo los perfiles; y por

    eso mismo, si

    de

    algûn

    modo

    prolonga la experiencia

    que

    tenemos

    del mundo, resucitandola

    en

    la pantalla, o si,

    por

    el contrario, nos

    la ofrece como un

    hecho

    cumplido, limitandose a describirla como

    mejor sepa. Es la diferencia entre

    un

    realismo

    por

    asi decir existen-

    cial, el que propane Bazin, y un realismo funcional, el propuesto por

    Kra cauer.

    Pero comprenderemos mejor estas lineas divisorias recorriendo

    algunos episodios decisivos del debate. Comenzaremos por los teori-

    cos italianos mas vinculados a la experiencia del cine neorrelista; pa-

    saremos mas tarde a Bazin y a Kracauer,

    que

    representan probable-

    mente el

    punto

    de mayor explicitacion de los problemas, y

    que

    nos

    conducen

    hasta finales de los anos 50. Concluiremos con otros desa-

    rrollos de la investigacion

    en

    los anos sucesivos, durante los cuales

    aparece

    de nuevo en

    contextos ya distintos, mezclada

    con

    investi-

    gaciones

    de

    tipo metodologico (Pasolini) o

    de

    tipo hermenéutico

    (Deleuze).

    2.2. EL CINE

    COMO

    RECONQUISTA DE LA REALIDAD: EL DEBATE

    NEORREALISTA

    El neorrealismo italiano ofrece en la inmediata posguerra un

    fuerte estimulo a la vez

    que un

    valioso terreno

    de

    controversia. Alen-

    tados

    por

    las obras debidas a Rossellini, Visconti y De Sica, muchos

    estudiosos, tanto

    en

    Italia como en el extranjero, se interesan por los

    vinculos que establecen el cine y la realidad. Sin embargo, las relacio-

    nes entre el panorama cinematogrâfico y la investigacion historica

    no

    son

    lineales.

    Si bien

    es cierto

    que

    los filmes neorrealistas hacen que

    surjan y

    se

    desarrollen ciertas posiciones teoricas,

    no

    lo es menos

    que

    el trabajo

    de

    investigacion

    supera

    a

    menudo

    las cuestiones concretas

    y cuenta también

    con

    otras motivaciones. Mas claramente, es la apari-

    cion

    de una

    serie

    de

    obras

    loque·

    descubre la existencia

    de una

    co-

    rrientez,

    pero Jo que

    modela la reflexion concreta

    son

    otras exigencias

    mas amplias.

    El

    debate italiano3 es

    un buen

    ejemplo de la complejidad de las

    Para

    un

    balance del movimiento neorrealista y su debate teôrico

    vid.

    Miccichè

    (ed.) 1975 y Brunetta 1982.

    3 Es necesario hacer dos precisiones iniciales. a primera, que los filmes italianos

    suscitan inmediatamente la discusiôn, incluso

    en

    el extranjero,

    como

    manifiesta,

    por

    ejemplo, el interés de la revista

    L écran français.

    La segunda, que el nuevo estallido

    33

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    3/13

    cosas. El modo en que se desarrolla es indicativo:

    Roma,

    ciudad

    abierta (Roma città aperta), que

    impone al

    mundo

    la nueva escuela

    es

    de

    1945;

    Paisà,

    que

    de

    alguna manera proporciona

    al m o v i m i n t ~

    su manifiesto, es

    de

    1946;

    pero la

    teoria italiana se concentra

    en

    el

    neorrealismo s6lo a partir de 1948-49. Antes hay una especie de nece

    sidad

    de

    recuperar los hilos del pasado y agotar

    un

    discurso intermm

    pido. Tenemos,

    por

    ejemplo, la propuesta

    de un

    tema

    que

    ya se ha

    bia manifestado a finales

    de

    los anos 30, nos referimos a la definici6n

    de

    una

    •tercera via•

    que

    estaria abordando el cine sonoro, y cuyos

    ejemplos podrian ser

    Ivan el Terrible (Ivan Groznij)

    de Eisenstein,

    Les enfants

    du

    paradis de Carné y

    Enrique V (Henry

    V) de Olivier4.

    Y tenemos también la propuesta de

    un

    enfrentamiento

    con una

    esté

    tica ·oficial·, la

    de

    Croce, para obligarla a abandon ar sus ultimas resis

    tencias y a reconoce r la plena capacidad artistica del cines. Incluso los

    criticos que al principio

    de

    la década habian defendido en la revista

    Cinema

    el retorno al realismo se encuentran en parte desplazados,

    porque entre ellos la batalla

    por

    recuperar a Verga y su lecci6n habia

    predominado sobre

    la

    idea

    de

    la narraci6n ·filmada directamente•,

    aunque también ésta se encuentra en las paginas

    de

    la revista6; Rosse

    llini parece desbaratar esta jerarquia

    con

    sus dos peliculas y aden

    trarse

    por un

    camino no del todo previsto. Por tanto, los estudiosos

    italianos perciben parcialmente la importancia del momento en un

    cine

    que

    esta naciendo, lo que significa

    que

    la teoria

    depende de

    la

    producci6n contemporanea, pero también

    de

    la propia historia y las

    propias exigencias.

    Volveremos a encontrar

    una

    mezcla

    de

    impulsos diversos cuan

    do la atenci6n al neorrealismo sea ya completa, es decir a partir

    del debate teorico en Italia llega acompaiiado de un resurgir del interés por el cine,

    baste pensar

    en

    la aparicion de u na coleccion prestigiosa co mo la ·Biblioteca cinemato

    griifica· editada

    por

    el Poligono (y dirigida

    por

    G. Viazzi y

    A.

    Buzzi), en las escenogra

    fias ilustradas de la ·Cineteca Domus· editada por la Domus, en el renacimiento de la

    revista

    Cinema,

    en

    la

    difusion de los rotativos Vitagliano, etc.

    Vid. la reseiia critica del debate

    que

    esta ba ten iendo lugar

    en

    Bianco e Nera

    1

    1947; y la intervencion de

    U.

    Barbara, ·Ancora della terza fase overossia del ftlm• en el

    mismo ejemplar de la revista, que

    con

    ese numero reanuda la publicacion.

    5

    Vid. el debate inaugurado

    por

    L Chiarini con ·L'immagine filmica· en Bianco

    e Nera, 6 1948, seguido

    de

    C L Ragghiani con .Croce e il cinema come arte•, en Bian-

    co e

    Nera, 8 y concluido por el propio B. Croce

    con

    •Una Jettera•, en

    Bianc o e Nera,

    10 1948.

    6 Se acostumbra a relacionar directamente la reflexion del grupo

    Cinema

    con el

    nacimiento del neorrealismo; en realidad ambos desarrollan caminos en parte paralelos

    (pese al pape fundamental

    de

    Visconti).

    M.

    Alicata y

    G.

    De Santis apoyaron la recupe

    racion

    de

    Verga con ·Verità e poesia: Verga e il cinema italiano·, en Cinema, 127, 1941,

    y con ·Ancora di Verga e del cinema italiano•, en Cinema, 130, 1941.

    La

    idea

    de

    un cine

    mas directo fue sostenida, entre otros,

    por M.

    Antonioni, ·Per

    un

    fùm sul fiume Po·,

    en

    Cinema, 68, 1939. Para

    un

    anâlisis

    de

    la contribucion del grupo al pensamiento neorre

    alista vid. Miccichè 1990.

    34

    de

    1948-49. Veamos las razones

    que

    conducen a

    la

    adopci6n

    de

    esta

    nueva actitud. Algunas son exquisitamente cinematogrâficas, por

    ejemplo, la constataci6n del amplio reconocimiento que reciben en el

    extranjero las peliculas italianas, y

    la

    aparici6n

    de

    dos obras definiti

    vas como

    Ladr6n de bicicletas (Ladri

    di

    biciclette)

    y

    La tierra tiembla

    La

    terra trema).

    Por el contrario, otras razones trascienden el cine·

    por

    ejemplo, la participaci6n en la Jucha politica

    de

    la época

    en

    vîspera

    de

    las elecciones

    de

    1948, se asume la defensa del neorrea

    lismo frente a los ataques y a la censura, como signo

    de

    compromiso

    persona ); el deseo

    de

    encontrar un territorio

    de

    amplia controversia

    (se habla de neorrealismo, como ocurri6 en el Congreso de Pemsa,

    de

    septiembre de 1949, para establecer un entramado

    de

    relaciones

    entre estudiosos de distintas procedencias y campos)7. De nuevo se

    mezclan discusiones cinematogrâficas

    con

    reivindicaciones mas ge

    nerales.

    Las observaciones

    que

    acabamos de realizar nos permiten trazar

    mejor el marco del debate. Ante todo, los términos en juego

    son

    los

    siguientes: la teoria se enfrenta a

    su

    propia historia (retoma y supera

    las ideas de Croce); responde a imperativos sociales (la presencia

    de

    un

    comprorniso, la adhesion a la izquierda, que a menudo constituye

    una auténtica rnilitancia); retoma algunos ternas de fondo (el neorrea

    lismo visto como contribuci6n a la nueva identidad cultural

    de un

    pais recién salido

    de

    la guerra). Hay, ademâs, una periodizaci6n posi

    ble; a

    una

    fase (1945-1948), en la

    que

    la producci6n cinematogrâfica

    no encuentra una clara correspondencia en la teoria, sigue otra fase

    0949-1955),

    en la que algunos filmes que se consideran esenciales

    obligan a plantearse ciertos interrogantes sobre el cine, sobre su pa

    pel y su destino, para acabar

    con

    una fase (de 1955 en adelante) en

    la

    que

    el anâlisis cornienza a ofrecer signos tanto

    de

    saturaci6n como

    de

    renovaci6n.

    Si

    bien este es el marco general, hay que aii.adir

    que

    dentro

    de

    él se oyen ciertas voces

    de

    especial valor

    por

    la ejemplari

    dad de sus posiciones o de sus motivos.

    a

    primera de elias es, sin

    duda, la de Cesare Zavattini, escen6grafo, director y animador incan

    sable,

    pero

    también te6rico consciente y lucido. No resulta facil sinte

    tizar sus numerosas aportaciones, a menudo ocasionales y siempre

    desbordantes (una gran parte

    de

    las referidas al neorrealismo, recogi-

    7 Para una reconstrucci6n

    de

    las relaciones entre politica y cultura cinematogrâfica

    en ese periodo, vid Brunetta 1982 que subraya acertadamente el peso especifico del

    manifiesto p u b l i ~ d o en

    L Unità,

    ei 22 de febrero de 1948, Brunetta 1982, pâg. 144, en

    tre un elevado numero

    de

    llamarruentos y cartas abiertas). Resulta estimulante la inter

    vendon

    de

    A.

    Abruzzese, ·Il

    rapporta

    politica-cultura durante

    il

    neorealismo· en Po-

    litica e cu/tura ne dopoguerra,

    Quaderno

    della Mostra Internazionale de 'Pesar o

    Pesaro, 1974. Vid. también las actas del Congreso de Perusa en edicion de U. Barbara:

    Il cinema e l uomo maderno,

    Le edizioni sociali, 1950.

    35

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    4/13

    das y revisadas por Mino Argentieri,

    se encuentran

    ahora

    en

    Zavat

    tini 1979), pero trataremos de recabar algunas de sus Hneas funda

    mentaless.

    Zavattini parte de la idea de que la guerra y la Jucha por la libera

    ciôn han enseiiado a todos,

    es

    decir también a los cineastas, a valorar

    la riqueza de la realidad y a descubrir el valor de Jo actual. De ahi la

    exigencia de acercar el espectaculo a la vida, hasta hacerlos coincidir

    literalmente. ·Es necesario que el espacio entre vida y espectâculo

    quede

    anulado· (Zavattini 1979, pag. 103).

    El

    camino hacia esa coinci

    dencia habla experimentado dos etapas. Primera se introdujeron ele

    mentos auténticos dentro

    de

    la ficciôn y

    se

    inventaron historias

    Jo

    mas cercanas posible a la realidad. Pero no bastaba; era necesario re

    cuperar los acontecimientos concretos

    en

    si mismos y hacer

    de

    la rea

    lidad en cuanto tai un relata. ·Un intenta eficaz no consiste en inven

    tar

    una

    historia

    que se

    parezca a la realidad, sino

    en

    contar la realidad

    camo si fuera una historia· (Zavattini 1979, pag. 103). 0 también: •No

    se

    trata ya

    de

    convertir

    en

    realidad las cosas imaginadas (hacer

    que

    parezcan verdaderas, reales), sino de hacer significativas en grado

    maxima las cosas tai como son, casi com si se contaran elias solas·

    (Zavattini 1979, pag. 97). Es decir, ha de ser la vida la que se asome

    directamente a la pantalla. Como es natural, nacera un espectaculo

    que

    ya

    no

    mantiene vinculos

    con

    la ficciôn,

    una

    historia alejada del

    artificio.

    La

    pelicula valorara la dimension de lo corriente, de lo nor

    mal; descubrira la importancia

    de

    lo que tenemos deEmte de los ojos

    sin darnos cuenta de que esta ahi. En particular, ningun hecho se

    considerara la simple premisa

    de

    otro hecho, inmediatamente aban

    donado, sino que éste •permanecera• en escena, la cual tiene en si

    misma

    una

    densidad ilimitada. Ningun fotograma sera un simple

    •puente• hacia el proxima fotograma, sino que cada uno de ellos sera

    igualmente intenso y revelador. ·Cada

    momento es

    infinitamente rico.

    No existe lo banal· (Zavattini

    1979,

    pag.

    104).

    De tal forma

    que

    al ha

    blar de espectaculo y de narracion es necesario situarse fuera de la lo

    gica que hasta entonces los habla caracterizado, renun ciando a seguir

    tesis preestablecidas, probadas

    por un

    final negative o positive, seguo los casos, para

    obedecer

    unicamente a la Hamada de la realidad,

    pues en la realidad •no somas ni buenos ni malos, ni santos ni dia

    bles, simplemente somas· (Zavattini

    1979,

    pag.

    56).

    Pero

    ~ p r

    qué esta via

    que

    resalta la vida,

    con

    sus distintos mo

    mentes y su ser tai cual? Hay también una razon moral, vinculada a la

    necesidad

    que

    los hombres tienen

    de conocerse,

    conocerse para po

    der

    solidarizarse, conocerse para constituir

    una

    comunidad

    que

    no

    8

    Vid G. Moneti (ed.),

    Lessico zavattiniano,

    Venecia, Marsilio, 1992;

    un

    material

    que resulta muy ûtil para

    entender la

    reflexion te6rica

    de

    Zavattini.

    36

    excluya a nadie. Pues bien, el cine es

    un

    perfecto instrumenta de co

    nocimiento: ·Ningun otro medio

    camo

    el cine presenta esta capaci

    dad original y congénita de fotografiar las cosas que,

    en

    nuestra opi

    nion, merecen

    ser

    mostradas

    en

    su cotidianeidad . Ningun medio

    expresivo tiene c mo el cine la posibilidad de ofrecer conocimiento a

    un numero

    mayor de personas• (Zavattini 1979, pag. 98). Sin

    duda

    tal

    vocacion ha sido traicionada a menudo. Méliès, con su estilo fabuloso

    se impuso a Lumière y a la voluntad de este ultimo de mantenerse al

    lado

    de

    la vida. Pero hay

    que

    encontrar las razones originarias del

    cine; rechazar las servidumbres econômicas y volver a ofrecer

    un

    es

    pacio al testimonio de quien trabaja (contra los productores, ·dicta

    dura de los artistas•); rechazar la divisiôn del trabajo, impuesta por la

    maquinaria, y responsabilizar al maxima

    al

    director (contra la colabo

    raciôn, autor unico); rechazar las fôrmulas preexistentes y abrirse a

    las posibilidades •Lo unico preestablecido es loque nosotros

    somas.

    Por eso, el argument a sera sustituido

    por

    el

    hombre en

    toda su pleni

    tud, disponible, y al mismo tiempo desarmado, ante los hechos•, Za

    vattini

    1979,

    pag.

    75);

    rechazar las gramaticas y las retoricas, y dejarse

    guiar

    por

    las cosas mismas (·Ya

    no hacen

    falta cânones o reglas

    de

    es

    tilo ... ; la forma sera aquella

    que

    aconsejen los hechos, las cosas

    que

    ocurren y

    que se

    expresan

    de

    forma inmediata•, Zavattini

    1979,

    pagi

    na 68); rechazar al actor sacerdote y favorecer al hombre auténtico,

    con

    su

    nombre

    y apellido. En

    una

    palabra, desechar cualquier via

    que

    no sea la analitico-documental y favorecer el reflejo directo de las co

    sas, la inmediatez, la actualidad, la duracion. ·El cine

    debe

    contar lo

    que esta ocurriendo. La câmara esta hecha para mirar ante nosotros•

    (Zavattini

    1979,

    pag.

    83). De

    ahi la idea

    de

    un auténtico

    seguimiento

    de la realidad: ·Ha llegado el momento de arrojar a la basura los guio

    nes, para seguir a los hombres con la câmara• (Zavattini 1979, pagi

    na 83). Ésta es la leccion del neorrealismo, y con ella se descubre la

    necesidad de reconocer

    al

    cine su mision de explorador del mundo.

    En la linea idealmente

    opuesta

    a la de Zavattini

    podemos

    situar a

    Guido Aristarco.

    De

    nuevo nos encontramos ante una actividad in

    vestigadora muy amplia (la reflexion sobre el neorrealismo, confiada

    sobre

    todo

    a las criticas

    que

    aparecieron

    en

    Cinema,

    primera, y

    en

    Cinema nuovo,

    después, corre paralela a

    una

    reflexiôn sistematica

    sobre el propio estatus del discurso teorico, que comenzo con el en

    sayo ·Urgenza di una revisione dell'attuale indagine critica· y conti

    nuo con la publicaciôn de la Storia delle teoriche del film 9. Dentro

    de esta variada gama de intervenciones, sin embargo,

    es

    posible en

    contrar

    un

    nucleo

    comun de

    pensamiento que sustituye la idea

    de un

    encuentro cara a cara con la realidad por

    una

    relaciôn mucho mas

    9 Respectivamente, en Cinema 48, 1950, y Turin, Einaudi, 1951.

    37

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    5/13

    compleja; la _ o r i e ~ t ~ ~ i o n del cine hacia la vida por

    un

    mayor cultiva

    de e_sta p r e d t s p o ~ C t o n natural; la conquista de la realidad al margen

    de f o r m ~ l s prevtstas por un aprovechamiento de las experiencias de

    la gran hteratura a la hora de narrar el mundo. En una palabra, se sus

    tituye la estética del seguimiento por lo que, como veremos, podria

    llamarse la

    estética de la reconstrncci6n.

    Este nucleo de pensamiento se organiza alrededor de los filmes

    cuya critica realiza Aristarco. proposito de

    La tierra tiembla, por

    ejemplo, Aristarco resalta

    que

    Visconti va camino de ·hacer estilo· del

    neorrealismo,

    como

    habia h echo Verga

    con

    el naturalismo. En ambos

    autores, la verdad

    no

    coïncide ya con el reflejo exterior de las cosas,

    sinoque

    •Se identifica con la creacion poética· (Aristarco 1950). En

    La

    tierra tiembla

    advertimos esta tendencia en la busqueda de una di

    mension mayor

    que

    la simple descripcion del ambiente, hasta la fron

    tera misma de la ·investigacion psicologica, espiritual y social del

    drama•, y

    en

    la utilizacion de medios expresivos desconocidos, •em

    pleados

    en

    estricta relacion con el significado espiritual y

    humano

    que poco a poco van asurniendo·

    ibid.).

    De ello nace positivamente

    un

    disefi.o complejo,

    que

    utiliza el material

    humano

    e iconografico

    para reconstruir en toda su plenitud y ejemplaridad un mundo del

    que no

    solo se nos of recen los perfiles, sino también la logica y las ra

    zones de fondo.

    Este tipo de argumentacion (que Aristarco

    propane

    en cada una

    de sus criticas, sirviéndose del discurso sobre cada filme para analizar

    el cine en general) aparece en su forma mas acabada en la célebre

    controversia a proposito de Senso

    que supondria el paso del neo

    rrealismo al realismo. Pero, iqué implica este paso? Es la afirmacion

    de

    una

    exigencia mucho tiempo menospreciada: el cine

    no

    debe con

    tentarse con registrar los hechos, mas aun,

    no

    tiene por gué limitarse

    a observar y describir; por el contrario,

    puede

    abordar la narracion

    cuando ésta sirva para evidenciar el disefi.o

    que

    subyace a los aconte

    cimientos y puede llegar a una completa participacion con los hechos

    cuando ésta sirva para garantizar la plenitud y la capacidad persuasiva

    del conjunto. De modo que el cine puede extender su radio de ac

    cion,

    porque

    tiene la capacidad y porque es conveniente. De hecho,

    narrar y participar, en vez de observar y describir, le permite ver mas

    alla de la superficie del fenomeno, para recoger sus mecanismos in

    ternas y sus razones ocultas. El resultado es

    un

    retrato mas completa

    de la realidad,

    en la que

    a

    la

    presentaci6n de los hechos se suma la

    comprension de sus causas y

    en

    la

    que al

    registra de los aconteci

    rnientos se afi.ade la percepcion de la logica

    que

    los sostiene.

    ·Existen diversos grados de realismo, como existen diversos gra

    dos de realidad (la realidad

    como se percibe), que los directores des

    cubren seglin su tendencia y capacidad de profundizacion· (Aristarco,

    1955b). El cine,

    en

    principio, apunta a los grados mas altos; no basta,

    38

    pues, constatar lo

    que

    sucede en el mundo, sino que es necesario en

    tender sus motivas y sus dinamicas. Y si para dibujar

    un

    diagrama de

    este tipo se necesitan estructuras literarias como la trama, ello

    no

    constituye

    un

    impedimenta, pues solo por prejuicio separamos el

    cine de otros medios expresivos. Por el contrario, ·el problema del

    realismo en el arte es un problema general, comun a la literatura, a las

    artes figurativas, al teatro y al cine• (Aristarco 1955b). Sobre este fondo

    unitario, el trasvase de medios de un area a otra se haœ posible cuan

    do

    permite mejorar la captacion de los datos y ensanchar la optica de

    la observacion. Mâs aun, resulta deseable cuando permite abandonar

    el piano de la simple captacion del hecho para llegar a

    un

    encuadre

    total de los fen6menos o a una explicacion exhaustiva de los mismos;

    en el caso de un filme, cuando permite pasar ·de un cine de docu

    menta, de cronica, de denuncia .. a un cine critico• (Aristarco 1955a).

    En semejante situaci6n, la recuperacion del argumenta, como la recu

    peracion del personaje,

    no

    constituye ya

    un

    filtro o una barrera, sino

    un instrumenta util para proporcionar al discurso una mayor ejempla

    ridad, un valor mas amplio. Porque, conviene repetirlo, lo

    que

    se pre

    tende es aferrar el sentido de los hechos representados mâs allâ de su

    simple manifestacion, en su disefi.o completa y en su generalidad.

    Es

    decir, se quiere un conocimiento efectivo

    de

    los fenomenos,

    que

    el

    cine

    no

    alcanza registrando los hechos, sino

    ahondando

    en

    ellos. Por

    eso, ref ejar el mundo significa a la vez reproducir sus contornos y su

    perponer a éstos lo

    que

    los ha determinado. Precisamente, ir mâs allâ

    de las apariencias, captar

    una

    logica y extraer una lecci on.

    Hacer del neorrealismo un estilo, superar las apariencias, adop

    tar los instrumentas del gran relato. Aristarco parece replicar de esta

    forma al deseo de inmediatez y de abolicion de todo filtro propio de

    Zavattini. Su inspiracion es evidentemente la estética de Lukacs (aun

    que también el Gramsci de

    Letteratura e vita nazionale).

    En cual

    quier caso, a

    un

    realismo puramente descriptivo, Aristarco

    opone un

    •realismo critico· capaz de reflejar no solo las situaciones concretas,

    sino lo

    que es

    tipico de

    una

    condicion historica y humana.

    Naturalmente el debate sobre el neorrealismo

    no

    se ha limitado a

    estas dos posiciones

    que

    hemos resaltado aqui

    por

    su ejemplaridad

    10.

    Existen otras intervenciones de las que conviene dar fe. Ante todo,

    debemos recordar a dos estudiosos cuyo magisterio se habia expre

    sado ya en los anos 30 Luigi Chiarini y Umberto Barbaron. El pri-

     O

    La

    ejemplaridad no solo te6rica, sino también •polîtica· de Zavattini, repres enta

    en

    cierto modo la vertiente ·ut6pica• del neorrealismo,

    en

    tanta

    que

    Aristarco elabor a

    una

    ·linea·

    que

    quiere

    ser

    •realizable•.

    l e Chiarini debemos recordar al menas

    la

    direcci6n

    de

    la Rivista del cinema

    italiano,

    durante la primera mitad

    de

    los afios 50;

    de

    Barbara, su puesto oficial dentr o

    del

    PCI.

    39

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    6/13

    mera

    especialmente el Chiarini de 1951 a 1952) parte de una oeta

    distinci6n entre espectaculo cinematogriifico y filme. El espectâculo

    es

    una

    zona compleja

    en

    la

    que

    predomina el

    esplendor

    escenogrâ-

    fico y la voluntad

    de

    contar, la captaci6n del publico y el juego la

    ficci6n. Estamos

    en

    la tradici6n del montaje teatral,

    en

    el

    que

    el cme

    ofrece nuevas y mâs amplias posibilidades técnicas. Por el contrario,

    escoger el camino del filme

    pura

    significa renun ciar a los filtros tradi-

    cionales,

    es

    decir, a la ficci6n, a la narraci6n y a la puesta en escena, y

    establecer una relaci6n directa

    con

    la realidad.

    Es

    el camino del neo-

    rrealismo,

    que de

    esta forma recupera la lecci6n

    ~ r i ~ i ~ a l

    de L u ~ i è r e

    Con todo la relaci6n directa

    con

    la realidad no stgmftca ausencta

    de

    m e d i a c i 6 ~

    puesto

    que

    es el director

    quien debe r e e l a b o ~ a ~

    creati-

    vamente los datos de partida. Sencillamente, no debe tratetonar el

    fundamento fotografico de la pelicula,

    como

    ocurre

    cuando se

    super-

    ponen a la toma

    unos esquemas

    preestablecidos. Habrâ que recono-

    cer, pues, el papel

    de

    la câmara y pedirle colaboraci6n para ex-

    plorar el mundo; o mejor aun,

    habrâ

    que consentir a la câmara que

    fije ella misma los acontecimientos, hasta •actuar a su vez

    sobre

    el

    hombre·

    Chiarini 1952) e indicar a este ultimo

    c6mo representar lo

    que

    le radea.

    Por otra parte, este equilibrio

    de

    reelaboraci6n creativa y respeto

    por

    el fundamento fotogrâfico del filme constituye el elemento pecu-

    liar del cine re specto

    al

    resto del arte, su rasgo distintivo, su •especifi-

    cidad·. Contra quienes piensan

    que

    lo esencial

    de un

    filme estâ

    en

    el

    montaje, Chiarini recuerda

    que

    su caracter consiste

    ·en

    la posibilidad

    de

    elaborar artisticamente, sin mediaciones literarias o teatrales pre-

    vias,

    un

    material

    aun

    informe

    desde

    el

    punto de

    vista estético· Chia-

    rini 1952). En

    una

    palabra, en la capacidad

    de

    sorprender lo real y

    darle forma sin traicionarlo ni en el espiritu ni

    en

    la letra.

    Chiarini parece

    ocupar

    un punto intermedio entre la inmediatez

    que

    desea Zavattini y las mediaciones aceptadas por Aristarco. Tam-

    bién Barbaro

    ocupa una

    zona intermedia,

    aunque

    insista

    con

    mayor

    tes6n

    en

    la fantasia y la imaginaci6n del director

    como

    elementos

    constitutivos del filme, y sobre el montaje

    como

    principio

    de

    cons-

    trucci6n estética Barbaro 1953). Algunos estudiosos mâs j6venes,

    como

    Fernaldo Di Giammatteo, confieren a esta posici6n intermedia

    un sentido algo distinto. Si

    es

    cierto

    que

    el cine tiende al documentai,

    también lo

    es

    que

    no puede

    evitar

    un

    lenguaje.

    La

    capacidad

    de un

    filme para reflejar la realidad

    se

    conjuga indisolublemente

    con

    su ca-

    pacidad de hablar• del mundo Di Giammatteo 1950).

    Interrumpimos aqui esta relaci6n necesariamente sintética

    12

    .

    Por

    12

    Entre otras muchas participaciones en el debate, habria que resaltar quizâs

    la

    del

    padre Félix Morlion. Se trata de

    una

    figura contravertida, acusada de mtentar ·ramper•

    40

    otra parte, nuestra meta es delimitar el marco

    de

    la

    i n v e s ~ i g a c i 6 n

    mâs

    que

    realizar una lista exhaustiva. Y el marco del

    n e o ~ r e l t s ~ o es

    muy

    claro.

    La

    idea de fondo

    es que

    el cine

    debe

    «reconqutstar• ltteralmente

    la realidad.

    Los

    caminos son, sin embargo, dos:

    por un

    lado

    se

    resalta

    la inmediatez

    con

    la

    que

    el medio refleja el

    mundo

    la poética del se-

    guimiento de Zavattini);

    por

    otra lado, se subrayan las

    mediacion;s

    necesarias para un autént ico reflejo la poética de la r e c o ? s t r u c ~ i ? n

    de Aristarco). Dentro de esta polaridad encontramos ade mas posteto-

    nes

    que

    resaltan ora el compramiso entre

    b a s ~

    f o t o ~ r a f i c ~

    y

    ~ ~ c r e a -

    ci6n poética Chiarini), ora el papel de la fantasta y la tmagmacton del

    director Barbara), ora la complementaci6n entre documentalismo y

    lenguaje Di Giammatteo). Reencontraremos muchas de

    e s t ~ s

    m o ~ i v a -

    ciones

    en

    dos te6ricos muy activas

    en

    la posguerra, Andre Bazm

    y

    Sigfried Kracauer.

    Su

    influjo sobre el debate, la densidad de sus dis-

    cursos, su

    prapia

    relaci6n

    con

    la experiencia neorrealista,

    son

    dife-

    rentes

    en

    favor del primera sobre el segundo). Sin embargo, ambos

    nos permiten esclarecer las razones

    que

    llevan a atribuir

    al

    cine

    una

    vocaci6n realista.

    2.3.

    EL CINE COMO PARTICIPACION EN EL MUNDO: ANDRÉ BAZIN

    El

    ensayo

    que

    abre la colecci6n

    de

    los escritos

    de

    Bazin fechado

    en

    1945) nos ofrece ya

    en

    las primeras lineas una imagen muy suges-

    tiva:

    en

    el origen

    de

    las artes plâsticas habria

    un

    •complejo• psicoana-

    litico concreto, el

    de

    la momia. De hecho, la estatua y el cuadra,

    que

    repraducen

    los rasgos de los hombres y

    de

    los objetos, tienden,

    al

    menos

    en

    su génesis ideal, a realizar

    un

    embalsamamiento para con-

    servar

    en

    cierto modo lo que estâ destinado a desaparecer. En resu-

    men,

    en

    la base de la escultura

    y

    de la pintura estâ la idea de la_lucha

    contra el tiempo que corrompe las cosas

    y

    los cuerpos,

    y

    su

    sueno

    pa-

    ralelo de vencer a la muerte: fijar artificialmente las apariencias car-

    nales del ser quiere decir arrebatarlo

    al

    flujo del tiempo, reconducirlo

    a

    la

    vida· Bazin 1958

    [1973],

    pâg. 3).

    De

    ello

    se

    deriva

    una

    obsesi6n

    repraductora, anterior a la experiencia estética. Ademâs de la voluntad

    de

    expresarse prapia del artista estâ ·el deseo completamente psico-

    l6gico de sustituir el mundo exterior

    por

    su doble· o el instinto de •sai-

    var

    al ser

    mediant e la apariencia· Bazin 1958

    [1973],

    pâgs. 5

    y

    3).

    l frente de izquierdas en complicidad

    con

    ciertos ambientes conservadores. Sin em-

    bargo, su discurso resulta interesante pues, por

    un

    lado, intenta

    una

    lectura del neo-

    rrealismo a través del filtra de la estética neoescolastica y, par otro, tematiza la capaci-

    dad

    del neorrealismo para representar, ademas de un universo visible, ·los movimientos

    del alma invisible·

    F.

    Morlion,

    ·Le

    basi filosofiche del neorealismo italiano•,

    en ianco

    e Nero

    4, 1948), abriendo una via

    que

    continuacin posbazinianos

    como

    Agel.

    41

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    7/13

    fotografia

    r e a l i ~ a e ~ t e deseo

    profundo, afiadiendo

    un

    rasgo

    esenCial: la absoluta obJetlvldad

    de

    la operacion. En efecto,

    en

    la foto-

    grafia tenemos ·la satisfaccion completa

    de

    nuestro apetito

    de

    ilusion

    mediante

    una

    reproduccion mecanica

    de

    la

    que se

    excluye

    al

    hom-

    bre•; la representacion

    se

    convierte

    en un puro

    acto técnico, sin inter-

    ferencia

    de

    recreacion. En definitiva, mientras «todo arte

    se

    funda

    en

    la presencia del hombre, solo

    en

    la fotografia disfrutamos

    de

    su au-

    sencia,

    pues nos

    emociona

    en

    tanto

    que

    fenomeno natural,

    como una

    flor o un cristal

    de

    nieve cuya belleza es inseparable de los origenes

    vegetales o telûricos• Bazin

    1958 [1973],

    pâg.

    7).

    a consecuencia

    es

    doble. Por

    un

    lado, ·la objetividad

    de

    la fotografia le confiere

    un

    po-

    der

    de credibilidad

    que

    no tiene ninguna obra pictorica· Bazin

    1958

    0973 ,

    pâg.

    8).

    Al fijar las apariencias, ya nadie

    puede

    disfrazarlas; lo

    reproducido

    se

    representa ante nosotros prâcticamente solo,

    en

    toda

    su evidencia y

    en

    toda su riqueza. Por otra parte, esta radicalizacion

    del juego consiente a la fotografia destacarse

    de

    otras artes plâsticas:

    ·Liberacion y cumplimiento al mismo tiempo, la fotografia permite a

    la pintura desembarazarse definitivamente

    de

    la obsesion realista y

    encontrar su autonomia estética· Bazin

    1958 1973),

    pâg.

    10). Las

    ar-

    tes plâsticas

    pueden

    asi recorrer

    un

    camino

    de

    investigacion,

    pero

    si

    lo inician

    es porque

    la fotografia se

    ha hecho

    cargo directamente del

    •complejo

    de

    la momia·

    que

    estaba al principio del camino.

    El

    cine lleva hasta sus ûltimas consecuencias esta linea interna

    de

    la historia del arte, afiadiendo a la objetividad fotogrâfica la reproduc-

    cion del tiempo: ·Por primera vez, la imagen

    de

    las cosas es también

    la

    de

    su duracion y casi la momia del cambio• Bazin

    1958 [1973],

    pâ-

    gina 9). Por tanto, lo existente

    se

    representa

    no

    solo

    en

    sus aparien-

    cias y a través

    de un

    proceso automâtico, sino también

    en

    su devenir

    y la posibilidad

    de

    semejanza

    se

    hace total.

    De

    ahi el estrec ho vinculo

    entre cine y realidad; el primera

    se superpone

    literalmente a la se-

    gunda

    y se convierte mâs que

    en

    su copia en su ·huella digital•. 0 me-

    jor aûn, el cine, calcando la realidad

    en

    todos sus aspectos la pro-

    longa

    de

    algûn

    modo

    y ·se suma a la creacion natural,

    en

    vez

    de

    susti-

    tuirla

    con

    otra·

    ibid.).

    En

    efecto, esta capacidad del cine,

    que

    subraya

    una

    vocacion ya

    inherente a la fotografia y a las artes figurativas,

    debe

    ser cultivada

    con

    atencion;

    como

    veremos,

    se deben

    evitar los atajos propios del

    •truco•,

    por

    muy eficaces

    que

    sean, mientras

    que deben

    valorarse los

    momentos

    en que

    la câmara hace

    de

    testigo y posible participante. En

    resumen, hay

    que

    excluir ciertos procedimientos y favorecer otros.

    No obstante,

    Jo que

    cuenta

    en

    realidad

    no son

    los resultados indivi-

    duales,

    es

    decir, los distintos grados

    de

    ·verosimilitud·

    de

    este o aquel

    filme, sino el principio mismo: el cine

    posee una

    tai proximidad al

    mundo que

    puede convertirse

    en

    su réplica y

    en

    su extension. En

    este sentido nos encontramos muy lejos

    de

    la logica

    de

    la ilustracion;

    42

    el cine, mâs

    que

    a

    una

    serie

    de

    imâgenes, recuerda a la Sâbana Santa,

    esto es, a

    una

    figura que nace de la superposicion efectiva

    de

    un

    lienzo a

    un cuerpo

    y

    que

    mantiene vivo

    en

    el primera la presencia

    del segundo. En definitiva, entre el cine y la realidad hay

    una

    relacion

    existencial,

    una

    continuidad profunda,

    pues ambos se

    emparentan

    ontologicamente.

    Mâs allâ

    de

    las metâforas que, sin embargo, reproducen adecua-

    damente el

    tono

    del discurso baziniano, cuyos principios

    se

    expresan

    frecuentemente a través de sugerencias, gestos y paradojas), la trama

    resultante

    es

    clara: el cine se adhiere a la realidad,

    es

    mâs, participa

    de su existencia. Y lo hace

    por

    una nec esidad psicologica que ya con-

    du

    o a la escultura y a la pintura a salvaguardar la apariencia

    de

    los

    seres contra el

    paso

    del tiempo y la amenaza

    de

    la muerte.

    Lo

    hace

    gracias a

    una

    posibilidad técnica

    que

    ya permitio a la fotografia regis-

    trar objetivamente los

    hechos

    del mundo.

    Lo

    hace también gracias a

    unas elecciones estéticas

    que

    subrayan su capacidad

    de

    acompafiar el

    propio discurrir

    de

    la vida.

    La

    consecuencia

    es que

    el

    realismo

    cine-

    matogrâfico realismo psicologico, técnico y estético al mismo tiem-

    po 13

    no

    es un

    método entre otros, sino

    Jo que

    distingue con mayor

    hondura

    su naturaleza.

    Tenemos, pues, una a dhesion a la realidad; mâs aûn,

    una

    partici-

    pacion

    en

    su existencia. Este dato aparece en todos los ensayos de

    Bazin, incluso

    cuando

    se enfrenta a otras situaciones. En el

    piano

    his-

    torico,

    por

    ejemplo, el origen del medio aparece literalmente domi-

    nado por

    el mito del realismo absoluto. Los precursores,

    desde

    Niepce a Muybridge y hasta el mismo Lumière, persiguieron

    una

    ·representacion total e integral

    de

    la realidad· Bazin,

    1958 1973),

    pâg.

    13).

    Todas las conquistas posteriores, del sonido al color y a la

    pantalla panorâmica, asi

    como

    al progresivo

    abandono de

    los mode-

    los teatrales y literarios,

    no hacen

    mâs

    que

    confirmar esta vocacion

    original. Hasta tai

    punto que con

    ciertos filmes neorrealistas

    como

    Ladr6n

    de

    bicic/etas

    asistimos a la perfecta identidad

    con

    la vida: ·Ya

    no hay actores, ni historia ni puesta en escena,

    es

    decir,

    por

    fin,

    en

    la

    ilusion estética perfecta

    de

    la realidad, ya

    no

    hay cine• Bazin 1962

    [1973],

    pâg.

    318). Si

    existe

    un

    destino

    que

    el medio persigue, éste no

    es

    otro

    que

    su disolucion

    en

    el mundo.

    En la misma linea, el principio al

    que

    el cine

    obedece se

    hace

    explicita en todas las situaciones que podriamos definir circulares, alli

    donde

    la estrecha conexion

    de

    la realidad

    con

    la imagen consiente

    que una

    alimente a la otra, y viceversa,

    pues

    los

    dos

    polos interactûan

    13

    Esta triple dimension del realismo baziniano ha sido bien analizada

    por

    G. Gri-

    gnaffini

    en

    la introducci6n de un libro editado por ella, a

    pelle e

    l anima.

    Jntorno alla

    Nouvelle Vague,

    Florencia, a Casa Usher, 1984.

    43

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    8/13

    sin ninguna direcci6n obligada. Se plantean aquî los sugerentes anali

    sis bazinianos

    sobre

    los reportajes bélicos, con su idea de que los

    campos

    de

    batalla

    son

    también el escenario

    donde se deciden

    los

    destines de las naciones y el plat6 donde se desarrolla un espectaculo

    de gran fuerza emotiva (se combate tanto para vencer como para

    ser

    filmados, y al contrario; de modo

    que

    ·el mundo realiza

    una

    astuta

    economîa del

    presupuesto

    de sus guerras, ya que éstas se utilizan con

    dos fines, el de la Historia y el del Cine

    ...

    Bazin

    1958

    [19731 pag.

    21).

    De la misma forma

    cabe

    aquî

    el analisis

    de

    los bigotes

    de

    Chaplin,

    ·robados· por Hitler, que se arriesga asî, sin quererlo, a la parodia que

    el actor

    ha

    ce de él en El gr n dictador (The Great Dictator) (Hitler,

    imitando a Charlot, habîa puesto en marcha una estafa de la existen

    cia que este ultimo no iba a olvidar. Por eso se Jo harîa pagar caro

    unos a ios

    des

    pués ... Dispo niendo

    de

    la existencia

    de

    Hitler, Charlot

    se

    la arrebat6 para aniquilarla·, Bazin 1958 [1973], pags. 50-51. En re

    sumen,

    una

    mascara que

    se

    convierte

    en una

    realidad que a

    su

    vez

    se

    reconvierte en mascara desacralizadora). E igualmente se plantean

    aquî los analisis de los filmes soviéticos

    sobre

    Stalin, ejemplos extre

    mos

    de confusion de papeles (el cine fue el principal encargado de

    exaltar su mito, presentando a Stalin

    ante

    el

    pueblo

    y de la misma

    forma, gracias a los documentales que

    se

    le proyectan, Stalin ·visi

    taba· Rusia;

    dado que

    su relaci6n

    con

    el

    mundo quedaba

    casi exclusi

    vamente confiada a las imagenes visionadas, •no serîa exager ado afir

    mar que Stalin llega a convencerse de

    su

    propio talento a través del

    espectaculo de los filmes stalinistas·, Bazin 1958 [1973], pag. 49).

    El

    cine permite esta circularidad como

    ningun

    otro medio y encuentra

    en ella sus propias raîces.

    Por ultimo, el principio que guîa el cine,

    es

    decir,

    su

    realisme ra

    dical, determina tanto sus tabues

    como

    sus

    mementos de

    mayor in

    tensidad. Los primeros se refieren sobre todo a los trucos que inter

    vienen

    en

    la falsificaci6n

    de

    la realidad y

    en

    la creaci6n

    de

    situacio

    nes

    y emociones para las que no existe una verificaci6n objetiva. De

    ahî la prohibici6n, no solo formai, de introducir en dos encuadres

    distintos

    Jo

    que debe

    ocurrir

    en

    la misma

    escena

    para ser significative

    (es el famoso montaje prohibido: separar

    con

    un corte a la fiera que

    amenaza del

    hombre amenazado

    serîa renunciar a la credibilidad în

    tima de la situaci6n). Pero el ta bu

    se

    refiere también a la representa

    ciao de todo Jo que abarca una realidad hasta tal punto exclusiva que

    no

    tiene réplica.

    De

    ahi la prohibici6n del amor: ·El

    amor

    se vive,

    no

    se

    representa• (Bazin 1958 [1973], pag. 32). Y

    sobre

    todo, la prohibi

    ci6n relativa a la muerte: ·La representaci6n de la muerte real es tam

    bién una obscenidad, no ya moral como en el caso del amor, sino

    metafîsica. No se muere dos veces· (ibid.).

    En la lînea opuesta e ncontramos los

    puntos

    de mayor intensidad

    cinematografica. Son, por ejemplo, los mementos en que la realidad

    44

    aparece en la pantalla con toda su riqueza, hasta el punto

    de

    que es

    el espectador

    quien

    tiene que descifrarla: la mirada puede vagar libre

    mente para descubrir el mundo. Es el caso del

    piano

    secuencia, en el

    que se restituyen los heches en toda su integridad, nos apremia per

    petuamente en su

    integridad; somos nosotros quienes elegimos este

    o aquel aspecte• (Bazin 1958 [1973], pag. 100). Pero entre los

    memen-

    tos

    de

    mayor intensidad estan también aquellos

    en

    que el cine se

    aproxima a una realidad en sî misma no captable•, mostran do el

    riesgo y el limite.

    Es

    el caso

    de

    los documentales

    de

    guerra,

    con

    la câ

    mara en la linea de fuego, o de los documentales de aventuras, en los

    que para robar una imagen mas a la realidad, el câmara se arriesga

    a morir (cjr. Bazin 1958, pag. 49). En todas estas situaciones, el cine

    nos devuelve ellatido mismo del mundo14.

    Tai

    es

    el

    nuclee

    de la reflexion baziniana,

    como

    aparece, sobre

    todo,

    en

    las paginas

    de

    Qu est-ce que le cinéma, colecci6n

    de

    sus en

    sayos mas significatives. Pero convendrîa precisar algunos de sus

    puntos. Bazin, que trata de ver en el realisme una necesidad basica

    de todas las artes, suele definir la posici6n del cine por contraste con

    otros ambitos expresivos (piénsese en sus analisis comparados

    con

    el

    teatro o la literatura, Bazin 1959). Pese a

    su

    interés primordial

    por

    la

    naturaleza estética del medio, no olvida el trabajo concreto de la

    puesta

    en

    escena o los factores econômicos y sociales

    que

    condicio

    nan la realizaciôn del filme. En este sentido, su teorîa no resulta tan

    idealista•

    como

    se le reprocha a principios de los afios 70, sino que

    es también

    una

    •morfologîa• y

    una

    •pragm:'itica• por servirnos

    de

    tér

    minos actuales) del cine.

    De

    la misma forma, conviene precisar tanto

    las raîces

    como

    las consecuencias de esta reflexion. Bastara recordar,

    por

    un

    lado, la influencia

    sobre

    Bazin

    de

    un cierto catolicismo francés

    inconformista desde Legaut a Esprit),

    su

    lejanîa del compromise sar

    triano

    con

    el rechazo del arte •util•,

    sobre todo

    por sus contenidos;

    en particular contra Sadoul) y

    su

    proximidad a la fenomenologîa por

    ejemplo,

    en

    la version propuesta

    por

    Maurice Merleau-Ponty)1s. De

    14

    No hace falta subrayar la espléndida •perversidad·

    de

    Bazin, para

    quien

    la muerte

    es obscena

    cuando

    se reduce a espectaculo,

    pero

    sublime

    cuando

    sirve para revelarnos

    el

    mundo

    ...

    15

    De Merleau-Ponty

    vid. sobre

    el texto

    completa de

    la conferencia ·Il cinema e la

    nuova psicologia•,

    contemporanea

    del ensayo

    que

    abre la colecci6n baziniana (mas

    tarde, Merleau-Ponty 1948). La idea

    es que

    la filosofia y la psicologia modernas nos

    han

    ensenada que no existe un •Y • contrapuesto al universo concreto, sino una con

    ciencia que impregna en las distintas situaciones y que se mide

    con

    las otras concien

    cias. A partir de este punto se puede aferrar completamente el realismo del cine. Por

    un lado, el filme tiene un significado, como lo tienen las cosas,

    pues

    •se dirige a nues

    tra capacidad de descifrar tâcitamente al mundo o a los hombres y de coexistir

    con

    ellos· (Merleau-Ponty 1948 (1962), pag. 80.

    Por

    otro Iado, la pelicula traduce

    en

    com

    portamientos los estados de animo y de esta forma los objetiva, sin

    por

    ello convertir

    los en acciones independientes o impedir que resulten inteligibles.

    45

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    9/13

    otro lado, bastara citar la actividad

    de

    animacion

    y

    promocion

    que

    durante toda su vida Jo llevo a participar

    en

    el movirniento de los ci

    neclubs, a no ahorrar trabajos escritos

    y

    a promover los

    Cahiers du

    cinéma

    con los

    que

    •nutre· a

    una

    nueva generacion de crlticos

    y

    ci

    neastas. Pero mas alla de estos datos, ûtiles para entender el marco

    en

    que

    se mueve

    Bazin16 queda una

    idea

    de

    fondo

    que se

    patentiza

    en

    todas y cada

    una

    de las ocasiones, esto es, que el cine, antes

    aûn

    que

    representar la realidad, participa de ella hasta el

    punto de

    repro

    ducirla

    en

    toda su densidad y consistencia, liberar su sentido escon

    dido

    y

    mostrar sus sobresaltos întimos,

    en

    una palabra hasta el

    punto

    de mostrar su esencia.

    El

    realismo ontol6gico

    de Bazin consiste precisamente

    en

    este

    sueiio de •comunion· y de ·verdad•. Una teorîa que se demuestra ex

    traordinaria a la hora de captar algunos mecanismos fondamentales

    del cine o algunos

    de

    los motivas

    de

    su fascinacion: la întima capaci

    dad

    persuasiva

    de

    muchas

    de

    sus imagenes, la inmediatez

    y

    la densi

    dad de

    cuanto aparece

    en

    la pantalla, la adhesion espontanea a lo

    que

    se nos presenta ante la vista. Una teoria que ejerce un influjo de

    terminante sobre todo el pensarniento cinematogrâfico

    de

    la posgue

    rra. Una teorîa,

    por

    ûltimo,

    que

    parte

    de

    experiencias marginales

    y

    anomalas para seiialar

    una

    necesidad recurrente

    que

    poco

    después

    reaparecerâ

    con

    prepotencia.

    Aclaremos este

    punta

    para concluir. Bazin,

    buscando

    ejemplos

    para sus teorîas

    en

    obras marginales

    respecta

    al cine dominante (el

    neorrealismo,

    pero

    también los filmes etnograficos, pa ra niiios, cientî

    ficos, etc., ademas

    de

    las obras maestras

    de

    Renoir,

    De

    Sica, Wyler

    y

    Welles,

    aunque

    interpretadas

    de

    una forma voluntariamente parcial)

    habla

    de

    algo

    que en

    ûltima instancia

    no

    existe mas

    que como

    ten

    dencia necesaria pero subterranea o como hipotesis aûn pendiente

    de

    explotacion.

    En

    definitiva, su suefio captaba bien la esencia del

    cine, pero no encontraba verificacion en los filmes concretos. Una si

    tuacion que,

    como hemos

    vista, era recurrente en la posguerra. Sin

    embargo, lo

    que

    Bazin veîa iba a estallar

    poco después en

    la expe

    .riencia del

    cinema

    verità

    en

    el

    empleo de

    las técnicas ·ligeras•,

    como

    el 8 o el 16 mm.,

    en

    el vîdeo, y mas generalmente

    en

    todos los mo

    mentos tîpicos

    de

    las ûltimas décadas,

    que han

    intentado sorprender

    la realidad

    desde

    cerca, tratando de captarla ·sobre el terreno•. Esta

    mas, pues, ante

    una

    vision anticipada o una sensibilidad adivinatoria,

    ya que,

    en pleno

    cine clasico, Bazin ve sus puntos incandescentes y

    los sîntomas de una inminente renovacion, y

    se prepara

    de esta

    forma para la cita con lo que la muerte prematura le iba a impedir en-

    1

    6 Para un examen completa de la vida y

    la

    obra de Bazin, uid.

    D.

    Andrew, ndré

    Bazin Oxford, Oxford Univ. Press, 1978.

    46

    contrar: la necesidad de disolverse en el flujo de la vida que es uno

    de los rasgos caracterîsticos del cine maderno.

    2.4. EL CINE COMO DOCUMENTACION DEL MUNDO: S GFRIED KRACAUER

    Si la exploracion

    de

    André Bazin

    puede

    parecer orientada

    y

    pro

    fética, la de Sigfried Kracauer, estudioso aleman obligado por el na

    zismo a emigrar a los Estados Unidos, es sistematica y concreta. Uno

    se apoya

    en

    situaciones extremas para captar los desarrollos

    de

    fondo, otro pasa lista a los comportamientos corrientes para identifi

    car unas capacidades de base; uno persigue una hipotesis radical, la

    ,

    de una

    perfecta identidad entre imagen y realidad, otro se interroga

    sobre

    un

    dato concreto, el

    hecho

    de

    que en

    la pantalla reaparezcan

    personas

    y

    objetos.

    Los

    dos estudiosos

    operan

    indudablemente

    en

    contextes distintos:

    uno

    sobre el terreno

    de

    la crîtica militante, otro

    en

    el ambiente académico. De igual

    modo es

    distinta su influencia en

    el debate; el primero

    que

    constituye todavîa

    un punto

    de referencia)

    goza

    de un puesto

    central

    en

    la investigacion teorica; el

    segundo que

    algunos vuelven a valorar en la actualidad) aparece mas desdibujado.

    Con todo,

    se

    pueden leer sus contribuciones

    en

    paralelo,

    como

    dos

    formulaciones

    de

    la misma exigencia:

    por

    una parte,

    un

    realismo

    existencial

    vinculado a la posibilidad del cine

    de

    participar

    en

    la vida

    del mundo;

    por

    otra,

    un realismo funcional

    vinculado a la posibili

    dad

    del medio

    de

    reproducir los perfiles

    de

    las cosas y documentar la

    existencia. Pero, procedamos

    con orden

    y releamos uno

    de

    los ûlti

    mos libros

    de

    Kracauer, sintomaticamente titulado

    Tbeory

    of

    Film en

    cierta forma la suma de sus investigacion en este

    campo

    1

    7.

    También Kracauer,

    como

    Bazin, parte

    de un

    analisis

    de

    la fotogra

    fîa, considerada la progenitora inmediata del cine; aunque de hecho

    éste nace de la combinacion de muchos otros elementos dispares,

    desde

    la interna magica al fenaquistoscopio,

    no es menas

    cierto

    que

    ·la fotografîa, especialmente la instantanea, tiene prioridad absoluta

    entre estos elementos,

    porque

    fue y sigue siendo el factor decisivo

    en

    la determinacion

    de

    la sustancia del cine,

    en

    cuya naturaleza sobre-

    17 Kracauer, tras haberse interesado por el cine desde principios de los afios

    20

    hasta la llegada del nazismo como critico

    de

    la Franlifurter Zeitung vuelve sobre

    la

    cuesti6n en la segunda mitad de los afios 40, en calidad sobre todo de historiador y so

    ci6logo

    de

    cariz académico. Hablaremos de esta actividad en posteriores capitulas, su

    brayando su contribuci6n a los métodos de analisis del cine, y prestaremos atenci6n

    también a un libro mas interesado

    en

    definir la naturaleza del media. Sin embargo,

    como se vera, hay un vinculo entre el Kracauer te6rico ·esencialista• y el Kracauer te6-

    rico ·disciplinar• (y con el Kracauer critico).

    El

    hecho de que hablemos

    de

    él

    en

    dos

    momentos distintos resalta la duplicidad

    de

    su inspiraci6n.

    47

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    10/13

    vive

    ~ r a c a u e r 1960

    [ ~ 9 6 2 ] pag.

    85).

    Ahora bien, la fotografia

    se

    ca

    ractenza por

    una proptedad fundamental, la

    de

    reproducir la realidad

    material

    que

    nos circunda,

    por

    lo

    que puede

    tanto registrar los aspec

    tas

    inmediatamente visibles como revelar los que a primera vista son

    imperceptibles. De modo que la vocacion de la fotografia

    es

    realista,

    aunque

    a

    menudo se

    utilice

    con

    otros fines. De este hecho

    se

    derivan

    dos consecuencias, una estética, la otra, por decirlo as , estructural.

    Ante todo, también la fotografia

    debe obedecer

    al principio ba

    sica

    segun

    el cual ·las obras realizadas

    dentro

    de

    los limites

    de

    un

    me

    dio de expresion concreto son tanto mas satisfactorias

    desde

    el

    punto

    de vista estético cuanto mas profundizan

    en

    las cualidades especîficas

    del medio (Kracauer

    1960 [1962],

    pag.

    65),

    y

    dado que

    las propieda

    des del medio impulsan en este caso a reproducir la realidad, al usar

    la fotografia •se debe seguir en todos los casos la tendencia realista,

    en interés de la estética (Kracauer

    1960 [1962],

    pag.

    67).

    En otras pa

    labras, el fotografo podra expresar también su subjetividad, pero si

    quiere obtener unos resultados correctos, si persigue un ·comporta

    miento fotografico• auténtico, tendra que lograr •una mezcla de fideli

    dad a Jo real y de esfuerzo creativo ... , en la que este ultimo, por muy

    fuerte que sea, debe ceder a las exigencias de la primera (Kracauer

    1960

    [19621 pag.

    70).

    En

    segundo

    lugar, la vocacion realista

    de

    la fotografia evidencia

    algunas

    de

    sus •inclinaciones naturales•,

    de

    las

    que

    merecen atencion

    cuatro

    en

    particular. ·En primer lugar, la fotografia presenta una afini

    dad

    evidente

    con

    la realidad inmediata y sin artificios. Las imagenes

    que

    nos impresionan

    como

    intrlnsecamente fotogrâficas parece que

    tienden a devolvernos la naturaleza en vivo, tai y camo existe, inde

    pendientemente

    de

    nosotros· (Kracauer

    1960 [1962],

    pag.

    73).

    ·En se

    gunda Iugar, gracias a su preocupacion

    por

    captar la realidad inme

    diata, la fotografia tiende a

    poner

    el acento

    en

    los hechos casuales. Lo

    fortuito es el alimenta natural

    de

    la instantanea· (Kracauer

    1960

    [1962], pag. 74). ·En tercer lugar, la fotografia tiende a evocar una au

    sencia

    de

    limites,

    un

    infinito

    ... Ba

    jo este aspecta existe

    una

    analogia

    entre comportamiento fotografico e investigacion cientifica,

    pues

    am

    bos intentan penetrar en un universo inagotable, cuya totalidad se

    nos escapa continuamente (Kracauer

    1960 [1962],

    pags.

    74-75). •En

    cuatto y ultimo lugar, el medio presenta una afinidad con Jo indefi

    nido . Es pues, justificable hablar de significados multiples, de

    un

    cierto

    deseo

    de significado de similes

    ... en

    relaci6n

    con

    el trabajo

    de

    la maquina fotogrâfica· ibid.)

    Hasta aqui las palabras sobre la fotografia;

    en

    cuanto al cine,

    Kracauer realiza

    un

    analisis muy parecido. Sin duda,

    no

    niega

    que

    este ultimo comporte elaboraciones y desarrollos propios, ni que ex

    plate procesos técnicos concretos camo el montaje,

    pero

    sus propie

    dades fundamentales

    •Se

    identifican con las

    de

    la fotografia. En otras

    48

    palabras, el cine

    es

    el instrumenta ideal para registrar la realidad fi

    sica,

    por

    eso tiende naturalmente hacia ella· (Kracauer

    1960 [1962],

    pag.

    86).

    El resultado es

    que

    ambos

    obedecen

    al mismo ·principio es

    tético· basico y siguen

    un

    mismo tipo

    de

    •inclinacion naturaJ

    Para el primer aspecta Kracauer recuerda la regla segun la cual

    una obra es tanto mas valiosa estéticamente cuanto mas

    se

    funda

    menta en las principales propiedades del medio; pues bien, conside

    rando las caracteristicas del cine, esta obligacion

    se

    vera satisfecha

    cuando,

    como

    en

    el caso

    de

    la fotografia, siga su tendencia realista,

    Jo

    cual parece conducir a

    una

    especie de paradoja,

    pues

    los filmes que

    sigan esa direccion, incluso cuando •se trate de productos ajenos a

    toda intencion creativa

    como

    los noticiarios, los documentales y los

    filmes cientificos y didâcticos, etc., son afirmaciones validas desde el

    punto de vista estético• (Kracauer

    1960 [1962),

    pag.

    98).

    Y es asl por

    que encarnan un •comportamiento cinematogrâfico· correcto, que

    consiste precisamente

    en

    la atencion sistematica al

    mundo

    exterior.

    Por el contrario, el cineasta

    que

    solo aspira a expresar sus sueii.os y

    obsesiones sigue

    un

    camino

    no

    motivado estéticamente, pues trai

    ciona las propiedades del instrumenta

    con

    el

    que

    trabaja,

    que

    impul

    san a la observacion

    de

    los datos concretos

    por

    encima

    de

    todo Jo de

    mas. Pero, dejando al margen los casos extremos, lo cierto es

    que en

    el cine,

    como

    en

    la fotografia, •todo

    depende

    del justo equilibrio

    en-

    tre la tendencia realista

    y

    la tendencia creativa;

    y

    el equilibrio se al

    canza

    cuando

    esta ultima no

    pretende

    imponerse a la primera, sino

    que

    acaba por seguirla· (Kracauer

    1960 [1962],

    pâg.

    98).

    En cuanto a las ·inclinaciones naturales•, también éstas se mode

    lan sobre las

    que

    hemos visto anteriormente. De ahi

    que

    al interés de

    la fotografia

    por

    la naturaleza corresponda

    en

    el cine la vocacion ha

    da lo no teatral.

    Es

    cierto que la mayor parte de los filmes se basan

    en una puesta en escena, pero en los mejores ejemplos ésta tiende a

    desaparecer en favor de

    una

    ilusion completa de realidad. 0 también,

    a la propension

    de

    la una hacia los hechos casuales

    se

    corresponde

    en

    el otro una atracci6n por Jo fortuito,

    como

    testimoniaron

    desde

    el

    principio los ·finales comicos•, llenos

    de

    accidentes

    y

    desastres, y

    continuan

    probândolo

    los filmes rodados en la calle, que reflejan un

    mundo

    caotico.

    0

    del mismo modo, a la tendencia de la fotografia a

    evocar una ausencia de limites corresponde en el cine -el

    deseo

    qui

    mérico de establecer la continuidad de la existencia fisica· (Kracauer

    1960 [1962], pâg. 134); son ejemplo los filmes de viajes, en los que

    aparecen grandes extensiones de la realidad, o los documentales,

    que se entretienen en los objetos hasta hacer estallar sus dimensio

    nes, o ciertos filmes psicologicos, que calcan las formas del mono-

    logo interior alineando

    una

    multitud

    de

    pensamientos. Por otra parte,

    a la pasion

    de

    la fotografia

    por

    Jo indefinido corresponde el gusto del

    cine por lo basto e informe, ya que, pese a que el montaje confiere a

    49

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    11/13

    los hechos una funcion precisa dentro de la trama, los mejores filmes

    son

    los

    que saben

    recrear el sentido

    de

    las cosas tai

    como

    son,

    en

    su

    indeterminacion y en su ambigüedad. A estas cuatro ·inclinaciones

    naturales• que fueron primera

    de

    la fotografia, el cine aftade

    una

    quinta, vinculada a su capa cidad

    de

    recrear también la duracion

    de

    la

    realidad: la inclinacion a seguir el flujo

    de

    la vida. De ahi la valora-

    cion ·del fluir

    de

    las situaciones y los hechos materiales,

    con

    todo

    Jo

    que son

    capaces

    de

    evocar en términos

    de

    sentimientos, pensamie n-

    tos y valores· (Kracauer 1960 [1962] pag. 143): el devenir del mundo,

    el sucederse de los acontecimientos, el desarrollo de los hombres y

    de

    las cosas ... , todo ello atrae al cine.

    Kracauer aftade, siempre en esta linea,

    que

    si bien

    todo Jo que

    existe

    es

    teoricamente filmable,

    hay

    •Sujetos que podriamos definir

    "cinematogr:ificos",

    porque parecen

    ejercer

    una

    atraccion especial

    sobre el medio. Como si éste estuviera predestinado a representarlos

    (y deseoso

    de

    hacerlo)• (Kracauer 1960 [1962] pag. 104). Entre tales

    sujetos cabria mencionar

    Jo que nos

    devuelve el sentido

    de Jo

    con-

    creto

    por

    ejemplo, los primeras pianos de objetos inanimados) o el

    sentido del movimiento (el seguimiento, la danza); incluso

    Jo que

    suele formar parte

    de

    la realidad

    pero

    no

    esta

    en

    el centra

    de

    nuestra

    atencion, y que el cine, con sus medios, puede enfocar,

    como Jo

    mi-

    nûsculo,

    Jo

    gigantesco y

    Jo

    transitorio.

    La

    câmara

    de

    cine,

    como

    antes

    la câmara

    de

    fotos, se abre al

    mundo

    y busca

    en éllo que

    le

    es

    afin.

    El libro de Kracauer aborda otros

    muchas

    ternas:

    desde

    la fun-

    cion

    que

    cumple el

    componente

    narrativo a los diversos estilos

    que

    el

    actor debe seguir para crear su pape ;

    desde

    las formas que

    adopta

    el

    habla a las funciones

    que

    asume la mûsica;

    desde

    la posicion del es-

    pectador a las experiencias de vanguardia. Con todo, los puntos que

    hemos tratado hasta aqui,

    es

    decir, la forma en que el cine

    obedece

    al

    •principio estético· basico y a los tipos

    de

    ·inclinaciones naturales·

    que

    sigue, asi

    como

    a la presencia

    de

    ciertos sujetos privilegiados o

    esenciales, nos dice lo esencial, esto es,

    que

    el

    nuevo

    medio, al in-

    corporar la fotografia,

    hereda

    y desarrolla la tendencia a reproducir la

    realidad fisica. En resumen, su destina es hacerse

    un

    testigo mas fiel

    si cabe del mundo.

    Las conclusiones

    son

    aparenteme nte las mismas que en Bazin; no

    obstante (mas alla de la distinta densidad del discurso y de los efectos

    distintos sobre el debate) las diferencias

    de

    matiz tienen su peso. En

    ambos, el cine

    se

    vincula est rechamente a la realidad,

    pero

    en Bazin

    este vinculo tiende a hacer superposiciones

    de

    las partes, mientras

    que en

    Kracauer

    es

    testimonio

    de Jo

    existente. En efecto, para el

    uno

    el medio intenta actuar

    en

    el

    mundo

    y

    con

    el

    mundo

    (hasta el

    punto

    de que la representacion puede disolverse y convertirse en vida);

    para el otro, el medio

    debe,

    ante todo, analizar las personas y las co-

    sas

    con

    la actitud del explorador o del cientifico (·La mayor virtud

    50

    de la câmara es precisamente su condicion de

    voyeur•;

    o, tam?ién, ·El

    cine

    es

    comparable a la ciencia

    ...•

    Kracauer 1960 [1962]

    p a g ~ _107

    y 114).

    La

    consecuencia

    es

    que

    en

    Bazin el cine saca a

    la

    superftcte la

    verdad intima

    de Jo

    real, mientras

    que en

    Kracauer, el etne devuelve

    sencillamente la realidad

    de

    los hechos. No cabe

    duda de que

    el estu-

    dioso aleman sugiere la existencia de dos pianos

    de

    la accion: el cine

    ·registra• los aspectas ya

    de por

    si visibles y •revela·

    Jo que no

    es

    afe-

    rrable

    de

    forma inmediata,

    por

    ser

    demasiado pequeflo o demasiado

    grande o demasiado rapido. Per o esta •revelacion·

    no

    permite superar

    las apariencias, simplemente las enfoca, sin llegar

    nunca

    al corazon

    de los fenomenos. Como ya

    se

    ha dicho, la base realista del cine para

    Bazin nace

    de una participaci6n;

    para Kracauer,

    se

    concreta

    en

    una

    capacidad

    de documentaci6n

    Participacion y documentacion, o ver-

    dad de las cosas y realidad de los hechos, son

    dos

    tendencias claras.

    Con elias

    se

    mide la teoria del realismo cinematogr:ifico, y en torno a

    elias gira,

    en

    definitiva, la investigacion.

    2.5. REALISMO Y REALISMOS

    Aunque Bazin y Kracauer esclarecen con sus contribuciones las

    razones

    de

    fondo que llevan a identificar cine y realidad, la reflexion

    no

    se agota

    en

    ellos. Recordaremos, pues, otras aportaciones

    de

    forma sintética.

    La

    primera

    es

    la

    de

    Gyôrgy Lukacs,

    que

    dedica al cine

    un capitula de su monumental

    Estética

    (1963), entre una seccion de-

    dicada al jardin y otra a

    Jo

    placentero. Lukacs,

    que

    retama y aplica ca-

    tegorias

    que

    utilizo ya antes (y

    que han

    influido sobre ciertas teorias

    cinematograficas,

    por

    ejemplo

    en

    Aristarco), parte del

    hecho de que

    el cine pone en juego

    un doble rejlejo de

    la realidad. Ante todo esta la

    reproduccion del

    mundo

    propia del caracter fotogr:ifico

    de

    las image-

    nes del cine,

    pues

    gracias a la câmara y a su técnica, se reproducen

    en

    la pantalla los perfiles

    de

    las cosas

    en

    toda su

    exactitude

    inmedia-

    tez. Este primer reflejo comporta un riesgo: la pelicula se encuentra

    demasiado cercana a la vida diaria y

    por

    tanto, demasiado vinculada

    al caracter singular (y visible)

    de Jo que

    muestra;

    no

    parece lograr

    ofrecernos el sentido

    de

    las cosas

    en

    su imagen completa y

    por eso

    mismo, mas auténtica. En cambio este reflejo fotografico dota a la pe-

    licula

    de una

    ·autenticidad llena

    de

    significado· (Lukacs 1963

    [1970]

    pâg. 1.263),

    que en

    el resto

    de

    las artes solo se alcanza •Como resul-

    tado del proceso

    de

    transformacion

    en

    la reproduccion

    de

    la realidad·

    (Lukâcs 1963 [1970] pag. 1.264.

    El segundo

    reflejo, probablemente el

    mas estético,

    que se

    basa

    en

    la capacidad

    de

    recrear

    Jo

    real

    no

    solo

    en

    su apariencia, sino

    en

    su generalidad y

    en

    su ejemplaridad,

    debe

    contar

    con

    estos datos

    de

    partida.

    La

    pelicula fracasar:i tanto si

    se

    queda

    ·en la autenticidad inmediata•

    de

    sus imagenes

    como

    si intenta

    51

  • 8/18/2019 Casetti Cine y Realidad

    12/13

    contradecirla; por el contrario, deber servirse de ella para expresar

    las objetividades indeterminadas"; y lo lograra, sobre todo, si frente al

    cambio y a la multiplicidad

    de

    la realidad reproducida, restituye

    un

    unid d

    de

    atmosfera afectiva" (Lukâcs

    1963 [1970),

    pag.

    1.287),

    esto

    es, reconstruye un mundo en si mismo

    complet

    y evidente.

    Lukâcs, lo repetimos, interviene

    con

    la Estética

    cu ndo

    sus cate

    gorias, experimentadas antes en la literatura,

    h n

    producido ya resul

    tados en el c mpo de las teorias cinematogrâficas. Afiadamos que su

    influjo es visible sobre

    todo

    en

    las distintas defensas del realismo so

    cialista, tanto en su version soviética como en las distintas versiones

    nacionalesls.

    En la lînea opuesta (estamos realmente en otro terreno y

    en

    otro

    espîritu, de los que aquî senalaremos solo los puntos principales) los

    ecos de la reflexion sobre el realismo cinematogrâfico se vuelven

    a encontrar en el vivaz deb te que comp n al ciném verité es de

    cir el cine que florecio a caballo

    de

    los anos

    50

    y

    60,

    que exploto las

    tecnologîas ligeras para document r desde dentro ciertas situaciones

    sociales o humanas19, y que subraya la verdad inmediata de las cosas,

    la ausencia de filtras y la capacidad de documentacion del cine.

    Pero la idea de

    que

    el cine es por naturaleza reflejo y continua

    don

    de

    la realidad constituye también el fondo

    de

    ciertas contribucio

    nes que, sin embargo,

    oper n en

    otros marcos de investigacion. Nos

    referimos a dos nombres

    que

    mas adelante analizareinos

    con

    detalle;

    uno

    para los nos

    60,

    Pier Paolo Pasolini; el otro para los

    80,

    Gilles

    Deleuze.

    Pasolini interviene

    en

    el deb te abierto por la serniotica. Precisa

    mente al referirse a esta Hnea

    de

    investigacion, adelanta la impresion

    de que el cine funciona en cierto sentido

    como

    la escritura:

    es

    un me

    dio

    que

    fija·

    en

    la pellcula ciertos comportamientos concretos, como

    los caracteres ·fijan• en el pape las palabras que por lo general se

    pronuncian

    de

    viva voz. Ahora bien, la auténtica lengua es la

    que

    usamos

    en

    el discurso oral, mientras

    que

    los caracteres grâficos son

    un simple derivacion;

    de

    la misma forma, el verdadero lenguaje es el

    de

    los gestos

    con

    los

    que

    nos

    expresamos

    en

    la vida,

    que

    la pelîcula

    se limita a recoger, a comprimir y a reordenar. En consecuencia, el

    cine es un dispositivo simbolico

    porque

    traduce signos preexistentes,

    signos naturales. Es

    en

    resumen, un Jengua escrita de la accion• (es

    decir, un lenguaje,

    pero

    calcado del lenguaje del mundo),

    como

    el

    propio Pasolini resume en un expresion tan eficaz como paradojica.

    18

    Sobre este tema vid.

    por

    ejemplo,

    B.

    De Marchi, ·Realisrno socialista e religione

    della verità",

    en

    Comuni cazioni Sociali 2-3, 1982.

    l

    Sobre este fénorneno vid

    p r

    ejemplo,

    L

    Marcorelles, Eléments pour un nou-

    veau cinéma Paris, Unesco, 1970.

    52

    Al

    menos

    en

    apariencia, también De leuze trabaja

    con

    los signas.

    pues identifica en el cine un imagen-movimiento, dividida a su vez

    en

    imagen-percepcion, imagen-afecto, imagen-pulsion, imagen-ac

    cion, etc., asî como un imagen-tiempo, expres d sobre todo por la

    imagen-cristal. Sin embargo, estos signos

    proponen

    otros tantos es

    lados

    de

    la realidad, desde la realidad percibida segûn

    un

    perspec

    tiva determinada, bloque d en

    un

    spect singular (la imagen-movi

    miento) hasta la realidad

    que

    condens

    un

    serie completa

    de

    posi

    bles,

    que

    se abre a la totalidad (la

    i m a g e n - t i e m p ~ .

    Esto quiere decir

    que

    el cine

    no

    es

    un

    lenguaje, sino

    que

    es el mund

    que

    se repre

    senta

    en

    todos sus pianos

    de

    existencia, es decir, el

    mundo

    tai

    como

    es y tai

    como se

    modela; tai

    como

    p rece y tai

    como

    lo pensamos.

    Entre Pasolini y Deleuze hay a principios

    de

    los anos

    60 un

    se

    rie de intervenciones que tienen su blanco polémico en las teorias

    realistas. Ahora la idea

    de

    la proximidad del cine a la realidad

    se

    re

    toma para ser des montada y destruida.

    Pensamos

    en

    las posiciones asumidas

    por

    las revistas

    Cinéthique

    y

    Cahiers

    du

    cinéma.

    Quien cree

    que

    las imagenes y los sonidos

    que

    p recen

    en

    la pantalla son

    un

    copia de

    Jo

    existente (ademas

    de un

    instrumenta expresivo) olvida

    que

    son, ante todo, el fruto de

    un

    tra

    bajo;

    quien

    ve

    en

    la pellcula

    un

    calco del

    mundo

    exterior (ademas

    de

    un

    reflejo del

    mundo

    interior), oculta el ûnico

    d to

    efectivo, es decir,

    el proceso

    de

    produccion que le h d do forma.

    El

    realismo es, por

    tanto,

    un

    teorîa pura mente idealista,

    que

    esconde la materialidad

    de

    los elementos

    en

    juego: factores técnicos, profesionales, economicos,

    ideologicos, anteriores a la creacion

    de un

    ilusion

    de

    realidad.

    Pero pensemos también, mas generalmente,

    en

    el

    deb te sobre

    el iconismo, con las contribuciones de Eco, Metz, etc., la reproduc

    cion del mundo no es un gesto natural, sino que nace de la aplica

    cion

    de

    algunas leyes lingüîsticas recurrentes; hacer

    que se

    reconoz

    can

    en un

    conjunto

    de

    luces y sombras objetos y personas significa

    organizar tales luces y tales sombras

    segûn

    ciertos principios fuette

    mente codificados.

    Tendremos tiempo

    de

    retomar todas estas intervenciones. Mien

    tras, nos interesa subrayar dos cosas. Por un

    lado, resaltar

    que

    el vîncu