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CASTIGOS PARA LOS ENEMIGOS DE ISRAEL -Pormenores, sucesos y consecuencias de sus acciones-
ADOLF HITLER: Nació en Braunau, Austria el 20 de abril de 1889 y murió
en Berlín, el 30 de abril de 1945. Político, militar y canciller imperial desde
1933 y Führer de Alemania desde 1934 hasta su muerte.
El libro Mi Lucha escrito durante su estancia en prisión tras el fallido golpe
de estado en 1923, describe sus primeros años de vida, su participación en
la Primera Guerra Mundial, su ideología política, sus planes para Alemania y
su odio hacia los judíos. A lo largo de las hojas encontramos indicios de su
marcado antisemitismo y del oculto deseo de acabar con ellos, después de
convertirse en el Supremo Canciller Alemán.
Según el diagnóstico del psicólogo Henry Murray, padecía de esquizofrenia,
neurosis, histeria y paranoia. Incluso se ha sugerido, que el uso de drogas
empeoró un presunto trastorno de bipolaridad. Dichos rasgos provocaban
que fuera una persona intolerante con las bromas y detonaban un fuerte
comportamiento criminal. El informe fue solicitado en 1.943, como una
herramienta para ayudar a los aliados a ganar la Segunda Guerra Mundial y
a conocer a su enemigo. El psicoanalista Walter C. Langer, afirmaba que el
Führer, tenía un particular interés por la pornografía y el sexo masoquista.
Este segundo informe se convirtió en un libro titulado “La Mente de Adolfo
Hitler” y aseguraba que era homosexual y se masturbaba constantemente.
Padecía de impotencia progresiva y tenía un aliento fétido e insoportable.
Por último, en el estudio se concluía que el perfil del Führer coincidía con el
de un psicópata neurótico y un asesino en serie. Aunque jamás podremos
tener un perfil psicológico claro sobre el dictador, algunas de sus frases nos
permitirán dar un vistazo a la mente del hombre que ASESINÓ LA HISTORIA.
PALABRAS EN CONTRA DE LOS JUDÍOS:
“Es indudable que los judíos son una raza pero no son humanos”.
“Ordeno a los líderes de la Nación y a todos sus subordinados, que observen inescrupulosamente las leyes de la raza y que se opongan incansablemente al “envenenador de todas las naciones: el judaísmo internacional”.
“La personificación del diablo como el símbolo de todos los males asume la forma de vida del judío”
“¿Existirá algún tipo de suciedad o despilfarro, especialmente en la vida cultural, que no involucre a algún judío? Incluso si cortas la historia, de manera cuidadosa, encontrarás siempre a un gusano como si se tratara de un cuerpo en descomposición”.
“El grito de una ametralladora de doce pulgadas es mucho más penetrante que el siseo de mil periódicos judíos. Por eso, deja que sigan con su siseo”.
"Para poder continuar subsistiendo como un parásito dentro de la nación, el judío necesita consagrarse a la tarea de negar su propia naturaleza intima”.
PROFECIA CUMPLIDA:
“He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor, Jehová de los
ejércitos, porque tu día ha venido, el tiempo en que te castigaré. Y el
soberbio tropezará y caerá y no tendrá quien lo levante y encenderé
fuego en sus ciudades y quemaré sus alrededores”. (Jeremías 50: 31-32).
PAUL RASSINIER. Nació en Bermont el 18 de marzo de 1906, en el seno
de una familia políticamente activa. Durante la Primera Guerra Mundial el
padre de Paul, Joseph, un granjero y veterano del ejército colonial francés
en Tonkín (actual Vietnam), entró en una prisión militar por sus actitudes
pacifistas algo que su hijo nunca olvidó. Después de la guerra, su familia
apoyó las revoluciones socialistas, y Rassinier se unió al Partido Comunista
Francés en 1922. Obtuvo un puesto como profesor de historia en la "École
Valdoie".
Escritor y activista político pacifista, militante comunista, socialista y luego
anarquista. Después de la guerra se convirtió en Revisionista y negacionista
del Holocausto.
Como miembro y combatiente de la Resistencia francesa, fue prisionero de
los campos de concentración en Buchenwald y Mittelbau-Dora. Periodista y
redactor, escribió centenares de artículos de temas políticos y económicos,
pero es recordado principalmente por sus opiniones sobre el Holocausto.
Si bien se admite que lógicamente fueron los nazis, como Hermann Göering
las primeras personas en negar las acusaciones de crímenes y exterminio no
fue sino hasta las investigaciones del profesor Rassinier que se comenzó
formalmente con esta corriente revisionista. Dio inicio al revisionismo del
Holocausto al publicar en 1950 "La mentira de Ulises", que aborda el tema
de los testimonios de exprisioneros de los campos de concentración y su
propia vivencia en Buchenwald donde estuvo preso.
Al escribir este libro se ocupó de cuestionar y desmentir cada uno de los
testimonios que existían sobre cámaras de exterminio en territorio alemán,
sin embargo, admitió su falta de autoridad moral para testificar sobre los
demás campos, como el de Auschwitz por ejemplo, y “consideró la remota
posibilidad de la existencia de las cámaras de exterminio en ese territorio”.
Pero tras sus posteriores investigaciones cambió su postura, afirmando que
“no hubo ejecuciones por gaseamiento en ningún campo”. Afirmó también
haber buscado durante 15 años, testigos de los asesinatos por gas, sin éxito
y que en los campos, además de contar con “atención médica y actividades
recreativas”, se les remuneraba a todos los judíos por el trabajo forzado. (?)
En 1965, en un esfuerzo por conseguir la neutralidad histórica escribió:
“Quiero que se reconozca la inmoralidad de investigar simplemente a los
criminales de guerra alemanes, especialmente cuando se exagera la índole
criminal de su actividad, lo cual ha ocurrido en muchos casos. Creo que, a
raíz de una guerra, debería concederse amnistía general a todos los
combatientes”.
Fue en 1964, con Le Drame des juifs européens («El drama de los judíos
europeos»), que Rassinier llegó a la conclusión de que “nunca había habido
una política de exterminación en el Tercer Reich”.
Al final de la edición ampliada defendía que “la continuación de los juicios
por crímenes de guerra era parte de una estrategia sionista y comunista
para dividir y desmoralizar Europa”.
Paul Rassinier fue por ello denunciado en la prensa y el periodista Bernard
Lecache lo describió como «agente de la International nazi».
“Un día, me di cuenta de que la opinión pública se había forjado una falsa
idea de los campos alemanes, que el problema de los campos de
concentración seguía en pie pese a todo lo que se había dicho, y que los
deportados, aunque no gozaban ya de ningún crédito, no habían dejado de
contribuir en gran manera a cambiar hacia vías peligrosas las agujas de la
política internacional”.
“El asunto se salía del marco de los salones. De repente tuve el sentimiento
de que, con obstinarme, me haría cómplice de una mala acción”
Rassinier criticó la obra de referencia de Raúl Hilberg, La destrucción de los
judíos europeos escrita en 1961, poniendo en entredicho “la fiabilidad de
los testimonios y la viabilidad de los supuestos métodos de exterminación”.
Citó la obra de inspiración sionista L'État d'Israël del escritor francés Kadmi
Cohen, para afirmar nuevamente que, “las organizaciones sionistas y judías
conspiraban para utilizar los crímenes nazis como medio de extorsión de
fondos para financiarse a sí mismas y al estado de Israel”.
CASTIGO CUMPLIDO:
“Nunca se recuperó del daño renal sufrido en las torturas a manos de las
SS durante los quince meses en los campos de Buchenwald y Dora. Los
últimos 22 años de su vida sufrió de hipertensión arterial y no podía
mantenerse en pie sin riesgo. Murió el 28 de julio de 1967 en Asnières-
sur-Seine, a los 61 años, SUFRIENDO TERRIBLES Y AGUDOS DOLORES
imposibles de controlar”.
HARRY ELMER BARNES, nacido el 15 de junio 1889 en Auburn, Nueva
York y fallecido el 25 de agosto de 1968 en Malibú, California. Diplomado
en la Universidad de Columbia, pionero del revisionismo histórico. Fue uno
de los fundadores del Institute for Historical Review, en 1978, junto a Willis
Carto, William David McCalden y A. J. Taylor. Es una asociación académica
con sede en California, que constituye el principal centro del revisionismo
histórico y se dedica a retar públicamente la veracidad del Holocausto.
Barnes también fue conocido por ser un negacionista del Holocausto y un
ferviente defensor de las políticas de la Alemania nazi.
Escritor prolífico, de memoria fotográfica para resumir grandes cantidades
de información. Escribió más de treinta libros, cien ensayos y 600 artículos,
así como reseñas de libros. Barnes fue un prestigioso historiador, pero en la
década de 1950 perdió credibilidad debido a sus ideas sobre el Holocausto.
PALABRAS EN CONTRA DE LOS JUDÍOS:
“Hitler perdió la guerra porque fue demasiado bondadoso. Mientras que la
teoría de un Hitler diabólico es en general aceptada, existen muchas otras
personas bien informadas, que culpa a Hitler de haber arruinado Alemania,
por ser demasiado blando, muy generoso y honorable en lugar de ser duro y
despiadado”.
“El holocausto fue la excusa perfecta para crear un estado, a costa de las
reparaciones infundadas y exigidas por victimas inexistentes”.
“Las acusaciones hechas contra Alemania y Japón incluyendo el Holocausto
fueron propaganda de guerra, usados para justificar la participación de los
Estados Unidos en la guerra”.
“Hay mucho de fantasía en los testimonios sobre el holocausto”.
“El hombre no tiene más importancia que una cucaracha”.
CASTIGO CUMPLIDO:
“Murió el 25 de agosto de 1968, a los 79 años, luego de padecer una
larga y penosa enfermedad que le impedía respirar. Sus pulmones se
afectaron y tuvo que ser inyectado con morfina permanente para
soportar los dolores tan terribles que le acosaron durante más de 15
años”. (A. R. D.)
DAVID LESLIE HOGGAN: Nacido el 23 de marzo de 1.923 en Portland,
Oregón y fallecido el 7 de agosto de 1988 a los 65 años en California.
Historiador y un prominente precursor del revisionismo, quien escribió en
1969 uno de sus primeros libros donde negaba el Holocausto titulado: The
Myth of the Six Million (El mito de los seis millones). Hoggan se convirtió en
una de las primeras personalidades más importantes del revisionismo, pues
varios profesores universitarios confirmaron la seriedad de sus trabajos.
Graduado de Harvard, en donde hizo amistad con Harry Elmer Barnes, cuyo
pensamiento tendría mucha influencia en él. Posteriormente tuvo una serie
de puestos docentes en la Universidad de Múnich durante diez años y allí se
casaría con una compañera alemana en 1945.
Opinaba que después del Acuerdo de Múnich, Edward Frederick Lindley
Wood, Lord Halifax, Ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña,
“decidió emprender una guerra de aniquilación contra el pueblo alemán”.
Agregó que “la política exterior de Adolf Hitler es completamente pacífica y
moderada y Alemania es simplemente una víctima inocente de la agresión
anglo-polaca en 1939”.
“La Segunda Guerra Mundial surgió del intento de destruir Alemania”.
Argumentó que “Gran Bretaña ha sido culpable de agresión por el “bloqueo
del hambre", contra el pueblo alemán en la Primera Guerra Mundial”.
En la Segunda Guerra Mundial, acusó al gobierno polaco de participar en lo
que él llamó, la horrible persecución de “su minoría alemana”.
Afirmó sin ruborizarse: “las políticas del gobierno polaco, hacia la minoría
étnica alemana eran mucho peores que las políticas del régimen nazi hacia
la minoría judía”.
Hoggan justificó la enorme multa de mil millones de Reich –mark, impuesta
a toda la comunidad judía en Alemania después de la Noche de los Cristales
Rotos de 1938, como una medida razonable y justa para evitar lo que llamó
"especulación judía", a expensas de las compañías de seguros alemanas y
alegó, que Los judíos NO fueron asesinados en la Kristallnacht.
De hecho, 91 judíos alemanes fueron asesinados.
Hoggan argumentó que los médicos y dentistas judíos alemanes, ya en 1938
todavía podían participar del programa de seguro nacional, eso demostraba
que el antisemitismo nazi no era tan duro. Olvidando que en julio de 1938
se aprobó la ley que retiraba la Licencia a todos los médicos judíos. De igual
manera, dijo que un cable del Departamento de Estado Estadounidense del
27 de septiembre de 1938, mencionó que el 10% de los abogados alemanes
eran judíos, lo que evidenciaba la suavidad del antisemitismo nazi.
Hoggan seleccionó la cita, puesto que el mensaje completo se refería a las
leyes discriminatorias contra los abogados judíos alemanes, tales como la
prohibición de servir como notarios. Por otra parte, Hoggan ignoró la razón
central del mensaje: Que los abogados judíos alemanes estaban prohibidos
para practicar la ley en Alemania.
Otra área de crítica concernía a la solicitud de Hoggan de “clausurar y poner
fin al judaísmo como una religión oficialmente reconocida en Alemania”.
El gobierno, tradicionalmente aplicaba un impuesto religioso, en el cual el
dinero recaudado, regresaba a la organización de la fe de cada uno. En la
era nazi, los judíos continuaron pagando el impuesto pero a las sinagogas
nunca retornó lo que estaba pactado. Adujo que “las sinagogas no podían
"beneficiarse" a expensas de los alemanes no judíos”.
Las iglesias católicas establecidas en Alemania, continuaron recibiendo los ingresos del impuesto religioso nazi.
Durante sus últimos años David Hoggan vivió con su esposa en Menlo Park,
California . El último libro de Hoggan, publicado a título póstumo en 1.990,
detalla lo que siempre sostuvo: “La inocencia de Alemania y el sufrimiento
increíble en ambas guerras mundiales debido a una mentalidad cruzada y
antialemana, angloamericana envidiosos del éxito económico alemán”.
CASTIGO CUMPLIDO:
“Falleció el 7 de agosto de 1.988 a los 65 años, después de sufrir con un
CÁNCER en el páncreas, que durante más de cinco años, le imposibilitó
continuar con sus giras y conferencias universitarias para denigrar sobre
el holocausto”.
ERNST CHRISTOF FRIEDRICH ZUNDEL: Nacido en Calmbach Baden
Alemania el 24 de abril de 1.939. Es un pintor, escritor y político conocido
por su actividad como editor revisionista del Holocausto en Usa y Canadá.
Se declara admirador de Adolf Hitler como líder político visionario y afirma
que no hubo ninguna política nacionalsocialista en relación a los judíos.
Zündel se hizo conocido en la década de los ochenta, por publicar folletos y
libros que negaban o cuestionaban aspectos comprobados suficientemente
por historiadores oficiales del Holocausto. Su programa de radio "Una voz
de libertad" que también fue difundido en vídeo durante los noventa, se
caracterizó por su marcado antisemitismo. Se le recuerda por publicar una
versión expandida del libro de Richard Harwood, "¿Murieron realmente seis
millones?".
Un juez canadiense declaró a Ernst Zündel como, “una amenaza a nuestra
seguridad nacional” y en 2.005 ordenó su deportación a Alemania en donde
fue condenado a 5 años de prisión.
En 1.960 contrajo nupcias con Janick Larouche, canadiense de ascendencia
francesa con la que tuvo dos hijos a quienes abandonó en las más penosas y
reprobables condiciones en 1977. En esa época se hizo amigo del periodista
Adrien Arcand, que estuvo censurado durante años y detenido durante
la 2ª., Guerra Mundial por el gobierno canadiense para evitar que siguiera
publicando en su periódico críticas contra los judíos y en favor del fascismo.
A partir de ese momento se dedicó a la “tarea” de “redimir la mancillada
reputación de sus compañeros alemanes”.
En 1.977 fundó una pequeña editorial llamada Samisdat Publishers con la
que publicó libros como, "El Hitler que amamos y por qué" y "¿Murieron
realmente seis millones?", una versión ampliada de la obra de Harwood, a
la que Zündel agregó los aportes de otros revisionistas antijudíos. Oculto en
el pseudónimo Christof Friedrich publicó sus primeras reseñas de odio. A
través de su casa editorial ha distribuido al mundo una execrable cantidad
de libros, folletos y panfletos; así como audio en contra de los judíos.
Simón Wisenthal, famoso caza nazi, lo ha catalogado como un distribuidor
de "literatura peligrosa".
Nuevamente contrajo matrimonio, con Irene Margarelli en 1.996, quien en
1.997, 10 meses después, solicitó el divorcio al comprobar las argucias que
su marido utilizaba para atacar inmisericordemente a los judíos.
Vivió en Toronto y Montreal hasta que en 2.001 se mudó a Estados Unidos
donde se casó con Ingrid Rimland, engañándola con la única intención de
adquirir a través de ella la ciudadanía americana. En 2003 Estados Unidos lo
deportó por violación de la ley migratoria y el gobierno de Canadá lo
arrestó y posteriormente lo deportó a Alemania. El 15 de febrero de 2007,
fue condenado por 14 cargos de “incitación a la negación del Holocausto” y
“fomentar el odio racial”.
Fue sentenciado a cinco (5) años de prisión, el máximo previsto por la ley
alemana. Bernie Farber del Congreso Judío Canadiense aplaudió el fallo,
afirmando que el mismo “servirá para redimir en parte la memoria de los
muertos y sobrevivientes del Holocausto”. El 1 de marzo de 2010 obtuvo su
libertad. En el juicio, propagandistas antijudíos quisieron presentar como
evidencia concluyente el INFORME LEUCHTER, nombre por el cual se conoce
a una investigación pericial FRAUDULENTA realizada en 1988 por Frederick
A. Leuchter, que decía ser especialista en diseño y construcción de equipos
para ejecución en las cárceles de Estados Unidos.
Posteriormente se pudo demostrar que carecía de conocimiento alguno,
sobre cámaras de gas, y fue procesado por ejercer ingeniería sin licencia.
El informe fue realizado con el propósito de defender judicialmente a Ernst
Zündel de los cargos por los que se le acusaba. El documento ha sido la
principal herramienta del Negacionismo para respaldar su opinión de que
en los campos de Auschwitz, Birkenau y Majdanek, no existieron cámaras
de gas destinadas a la ejecución en masa.
Zündel contrató los servicios de Leuchter en 1998 a cambio de 35.000 mil
dólares quien se desplazó a Polonia para recoger muestras de los muros y
de los suelos de las prisiones con un martillo y un cincel.
El Dr. James Roth químico estadounidense, desconociendo la procedencia
de las muestras, determinó que las muestras extraídas de las cámaras de
desinfectación contenían un alto porcentaje de cianuro y que en cambio las
de exterminio tenían un rastro ínfimo de cianuro. Estos resultados fueron
presentados como la ratificación material de la inexistencia de las cámaras
de exterminio. Más tarde el ilustre perito declaró, que había pulverizado las
dos muestras diluyendo drásticamente la capa de cianuro de cada una y por
lo tanto su dictamen era poco fiable.
A partir del análisis de James Roth, Leuchter escribió el informe encargado
por Zündel, con la siguiente conclusión: “No existieron cámaras de gas para
ejecuciones en ninguno de los tres campos analizados. Las cámaras de gas
ahí encontradas nunca podrían haber funcionado, para realizar ejecuciones
y únicamente servían para la fumigación de parásitos”.
El informe fue rechazado por el Tribunal por la ausencia de una acreditación
profesional que lo respaldara. En octubre de 1990, un Tribunal de Justicia
de Massachusetts procesó criminalmente a Leuchter por ejercer como un
ingeniero sin tener licencia y sin poseer ningún estudio que lo acreditara.
Admitió no tener ninguna formación ni experiencia en toxicología, biología
o química. Tampoco en manejo de sillas eléctricas e inyecciones letales, ni
conocimiento alguno sobre cámaras de gas, como lo había afirmado antes.
Pese a quedar totalmente desacreditado, el informe tuvo gran difusión
entre los negacionistas, que creyeron encontrar el respaldo definitivo para
sus creencias. Sus críticos sin embargo, afirmaron la imposibilidad de poder
detectar cianuro cincuenta años después con su método (Los análisis que se
hicieron al finalizar la segunda guerra, sobre los conductos de ventilación
evidenciaban cantidades significativas de cianuro), sobre las muestras
obtenidas supuestamente de cámaras que habían sido derruidas por los
nazis y parcialmente reconstruidas después. Leuchter desconocía qué parte
había sido reconstruida, por lo que no pudo acreditar si las muestras que
tomaron correspondían a las cámaras de gas originales.
CASTIGO CUMPLIDO:
“Desacreditado y condenado. Demandado por sus exesposas y a la
espera de un llamamiento a juicio en Alemania por continuar con sus
exposiciones antisemitas. Padece cáncer en la próstata y un temblor
convulsivo sin explicación científica alguna”.