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  • 7/26/2019 Celilia Lagunas_historia y Genero _consid Historiagrafia Fem

    1/7

    Historia gnero. Algunas consideraciones sobre la hisloriografia feminista - Prof. Cecilia Lagunas

    Historia y gnero. Algunas consideraciones

    sobre la historiografa feminista.

    Prot. Cecilia Lagunas

    Me referir a algunas de las principales hiptesis objeto de tratamiento

    y

    debate en la historiografa feminista angloamericana y europea actual: sobre

    la periodizacin femenina de la historia; sobre el poder de las mujeres; sobre los

    espacios de las mujeres, ya los marcos conceptuales que las sustentan.

    Referente terico

    La historia tradicional- positivista y androcntrica - no dio cabida a las mu-

    jeres; supona que si la mujer no tuvo presencia en los tratados cientficos era

    porque estuvo excluda de toda accin protagnica en los grandes aconteci mintos

    de la historia, de los polticos fundamentalmente; por esta razn s, algunas mu-

    jeres tuvieron la suerte de aparecer en los manuales fue porque alguna cuota

    de poder - poltico - pudieron ejercer. Este carcter de excepcional ocultaba aun

    mas el protagonismo en la historia, de todas las mujeres en sus diferentes cia-

    ses sociales, etnas ylo nacionalidades.

    La Historia de las mujeres en el campo intelectual es deudora de las co-

    rrientes historiogrficas.que en los ltimos cincuenta aos, innovaron desde di-

    ferentes ngulos el conocimiento histrico:

    - Los aportes tericos-metodolgicos de la Escuela de los Annales en el

    campo de las mentalidades , el dilogo con otras disciplinas como la sociolo-

    ga, antropologa,lingustica, economa, psicoploga, etc.; la eleccin de nuevos

    objetos de reflexin como por ejemplo, el mito, la lengua, los jvenes, el nio,

    la cocina, el cuerpo, el poder ...posibilit que la mujer emergiera entonces en es-

    te contexto innovador y renovador para la ciencia histrica.

    - La demografa histrica, inglesa con Wrigley, Laslett, Russell, Stone,

    Shorter, como la talo-francesa con Fleury-Henry, Mols, Burgire, Livi-Bacci y

    otros, combinada con los aportes conceptuales de la etnologa y la antropologa

    social desde Levi-Strauss a Goody, contribuyeron a esclarecer, desde una

    perspectiva socio-culturallos lugares y las funciones de las mujeres en la repro-

    duccin de los sistemas familiares y sociales.

    - La corriente de los intelectuales de la History Workshop - Oxford - quie-

    nes con una postura crtica al academicismo y a la Historia Social congelada

    replantearon desde una ptica marxista renovada, las manifestaciones cultura-

    les de los grupos sociales no elitistas, annimos, pero protagonistas decisivos

    de los procesos histricos.

    No obstante el aporte decisivo para que las corrientes innovadoras crista-

    lizaran en la Nueva Historia de las Mujeres, provino de las estudiosas feministas

    *Docente

    e

    Investigadora en Historia Medieval

    y

    Mujer. Directora del Area Inter-

    disciplinaria de Estudios de la Mujer, Universidad Nacional de Lujn.

    ~ dl1jAbA. ~-

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    Historia y gnero. Algunas consideraciones sobre la historiografa feminista - Pror. Cecilia Lagunas

    -principalmente angloamericanas- quienes elaboraron los marcos conceptua-

    les que permitieron el ingreso definitivo de las mujeres, como grupo social en

    la historia.

    La herramienta conceptual o categoria analtica que la teora feminista ha

    elaborado para estudiar a las mujeres en la historia es el gnero, o sistema sexo-

    gnero: ... el gnero es un elemento constitutivo de las relaciones sociales ba-

    sadas en diferencias percibidas entre los sexos y el gnero es una manera pri-

    maria de significar relaciones de poder ... as, Joan Scott, a fines de la dcada

    del70 conceptualizaba el gnero: como una relacin ejepodery por lotanto jerr-

    quica que indica la supremaca del varn y la subordinacin femenina.

    Aparecida la categora dio origen aldebate y al crecimiento: Linda Gordon

    matiz el carcter de opresin de la mujery enfatiz el aspecto de subordinacin

    o Gayle Rubin que explicit el sistema sexo-gnero, como una forma mas clara

    de explicar como una sociedad transforma la sexualidad biolgica en una activi-

    dad humana o socio-cultural; o la italiana Pomatta, muy cerca en su pensamien-

    to a las francesas quien califica de vision miserabilista

    u

    la que postula la dia-

    lctica de la opresin-liberacin y adhiere a una nueva categora -sin tanto xito-

    el patronage 1 que comprende toda la compleja trama de relaciones que envuel-

    ven a la mujer a lo largo de su vida.

    He sealado en una oportunidad (A propsito de las Nueva Historia de las

    Mujeres, Revista Ciclos, 1993) que pueden percibirse matices tericos en el en-

    foque del gnero entre las estudiosas feministas angloamericanas y las segui-

    doras de esta corriente historiogrfica y aquellas otras ligadas a la produccin

    de la escuela francesa; y lo dije en relacin a dos obras, de indudable valorcient-

    fico, me refiero a la de Bonnie S. Anderson y Judith P. Zinsser, Historia de las

    Mujeres. una historia propia, Crtica, 1990, y la que dirigiera el eminente medie-

    valista G. Duby con Michelle Perrot, Historia de las Mujeres en Occidente, Tau-

    rus, 1992.

    Dije entonces que, en la primera de las obras mencionadas, los compromi-

    sos polticos-acadmicos asumidos por las autoras desde los movimientos de

    emancipacin femenina en los que militan 2 son, pensamos, determinantes a

    la hora de .analizar la experiencia histrica de las mujeres. Para las autoras, la

    necesidad, bsica en el presente, de lograr la concientizacin de la mujer para

    impulsar el logro de sus derechos - con la consiguiente emancipacin de la su-

    bordinacin al varn ya la sociedad patriarcal- devi ene en el plano historiogrfico,

    en un planteo central: el concto entre la experiencia histrica delas mujeres

    y su sistemtica exclusin en la interpretacin de esa experiencia, se resuelve,

    en el presente, con la superacin de la universal condicin de subordinacin fe-

    menina e instalando una sociedad mas justa e igualitaria para hombres y mu-

    jeres. Es decir superando la sociedad patriarcal.

    Natalie Zemon Davies y Artette Farge, en la Introduccin al volumen 3ro.

    -Del Renacimiento a la Edad Modema- precisan su significadO del gnero: es

    una herramienta conceptual en discusin y construccin, no comporta una natu-

    . .f o dl1jAhA. O < 9 w . < p VoL . 1996

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    Historia y gnero. Algunas consideraciones sobre la historiografa feminista - Prof. Cecilia lagunas __

    raleza de relaciones inamovibles entre los sexos, y dnde el estereotipo social

    es la dominacin masculina/subordinacin femenina, sino que la relacin entre

    los sexos ... es un frgil equilibrio entre dos mundos hechos para entenderse

    y devorarse; un juego de tensiones, pero tambin de coparticipaciones y com-

    pensaciones ante la prdida de los poderes oficiales ...Ia diferencia de los sexos

    es un espacio: un lugar en que se racionaliza la desigualdad para superarla 4

    Periodizacin Espacios y Poderes.

    En los aos setenta a la vez que, .en la historiografa feministas se mode-

    laba la categora gnero o sistema sexo-gnero, historiadoras angloamericanas

    principalmente (Jo-Ann McNamara, Jane Schulenburq, Carolyn Bynum, entre

    otras) coincidieron en cuestionar que en los perodos considerados de progreso

    para el conjunto de la civilizacin occidental, por ejm., la Atenas Clsica, el Re-

    'nacimiento o la Revolucin Francesa, fueron para la mujer en realidad perodos

    en que perdieron status y lugares. Joan Kelly, en un artculo clebre, 'puso en

    duda que la experiencia histrica de las mujeres quedaba englobada en la expe-

    riencia histrica de la humanidad ,,:5 No hubo renacimiento para las mujeres

    oal menos no lo hubo durante el Renacimiento . Segn Kelly, los mismos desa-

    rrollos que posibilitaron la expresin social y cultural de los hombres del Renaci-

    miento, afectaron adversamente a las mujeres como conjunto y en especial a

    las mujeres de clase elevada, que experimentaron una contraccin en las opcio-

    nes sociales y personales, que los hombres de su misma clase no sufrieron

    As, en la medida que el protagonismo y la experiencia de las mujeres apa-

    reca en el escenario histrico, se pona de manifiesto la resistencia de las mu-

    jeres

    ala

    dominacin patriarcal y la necesidad de reconocimiento a su poder

    creador para dar forma a la sociedad

    6.

    Entonces dos hiptesis complementarias

    fueron tomando cuerpo: la que atribua los cambios de contenido de gnero en

    relacin con la posicin de mayor Q menor subordinacin de las mujeres, y su

    correspondencia con las diferentes etapas histricas de consolidacin poltica

    de las instituciones de poder masculinas; y la que se complementaba con la an-

    terior: en la medida que las mujeres se reconocan unas a las otras en su expe-

    riencia social e histrica, que explicitaban conscientemente el rechazo a los pa-

    radigmas de superioridad masculina, podan entonces llegar a formular una vi-

    sion, poltica, altemativa (de igualdad o diferencia ), para los dos sexos en el fu-

    turo. Lo ejemplificaremos en el plano histrico:

    La historiografa medieval nos muestra que: la Sociedad Feudal- socie-

    dad patriarcal - la mujer estuvo excluida de los lugares del poder, de la guerra

    y del sacerdocio; en los textos de los tratadistas y en las normativas jurdicas,

    la mujer quedaba en una relacin de subordinacin al varn: en la familia, al pa-

    dre, al to, al hermano o a los hijos; tena dicultades para acceder a la herencia,

    a disponer de su propiedad; su dote por lo general quedaba administrada por

    los varones de su nueva familia; no poda disponer de su cuerpo, pues su sexua-

    lidad biolgica, o sea su capacidad reproductora era controlada, socialmente,

    f A dl1jAbA, ~P

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    Historia y gnero. Algunas consideraciones sobre la historiografia fminisla - Pro . Cecilia Lagunas

    por los varones del linaje,

    y

    negociada en las guerras; en la literatura corts el

    juego de amorcon la dama -la Seora del Castillo- era un subterfugio para llegar

    o a su padre, su marido, su hermano o su to, a las fuentes del poder; en la vida

    monstica, la Iglesia controlaba su espiritualidad e intervena de alguna forma

    en la administracin del patrimonio eclesistico 8.

    La aplicacin de la crtica

    y

    la teora feminista impuls un cambio en la

    interpretacin de las relaciones de gnero en la sociedad medieval:

    Las mujeres religiosas fueron objetode especial atencin en la histoliografa

    feminista angloamericana; porque, segun lo postula esta corriente, las mujeres

    eligieron llevar una vida diferente a la de esposas y madres que la cultura patriar-

    cal dictaminaba para ellas. El monacato femenino fue considerado' el espacio

    propio de las mujeres, el lugar dnde ejercieron reales poderes, econmico, po-

    ltico y an cultural, aunque subordinados, en mayor o menor grado al poderfeu-

    dal, eclesistico o laico; all en esos lugares de mujeres, vieron la luz las prime-

    ras escrituras femeninas -como la de Santa Radegunda ( s. VI ) en el Convento

    de Poitiers: Hildegarda de Bingen ( s. XII ) o Horoshvita de Gandersheim (s. X)

    -de rechazo a las tradiciones heredadas de subordinacin a los valores de la so-

    ciedad patriarcal

    y

    en consecuencia de estructuracion de una protoconcienca

    feminista

    9

    Enfocado asi el estudio de las mujeres medievales, fue entonces posible

    trazar lneas de periodizacin que recogieran las diferentes situaciones de cam-

    bio socio-cultural protagonizadas por las mujeres y paralela a la tradicional pe-

    riodizacin androcntrica 10.

    Las historiadoras/es vinculadas/os a la escuela francesa segn nos dicen

    no militan a favor ni del progreso ni del retroceso de la condicin femenina ':

    es decir cuestionan la dialctica de la oposicin Dominio-masculino/Subordina-

    cin-femenina; y no postulan una periodizacin especifica que de cuenta del

    cambio social de la condicin femenina en nuevos marcos temporales. Es en

    los movimientos ondulantes de la larga duracion dnde se encuentran los acto-

    res del proceso histrico, interactuando en espacios definidos por diferencias

    basadas en el sexo.

    El eminente medievalista Geroge Duby, codirector con Michelle Perrot,

    de la Historia de las Mujeres en el mundo occidental, dice en el Prlogo de esta

    obra En primer lugar esta historia se inscribe en la larga duracin: de la Anti-

    guedad a nuestros dias ...Desde esta perspectiva, la comparacin de perodos

    presenta gran inters. Ciertamente, hemos retomado -aunque discutible -la pe-

    riodizacin habitual de la historia occidental, admitiendo implcitamente, en re-

    smen, que era vlida para la de las realciones entre los sexos.

    12 .

    Todas las cambiantes situaciones que caben en la relacin entre los se-

    xos, adquiere en los trabajos de los historiadores el tono de la mas profunda inti-

    midad. Esta escuela elabor la categora social de los espacios, lugar de en-

    cuentro de varones y mujeres: el pblico -con la supremaca del varon - y el pri-

    vado - el lugar de las mujeres _. 13

    ; s

    c2\ljAbA. ~ 9-. Vol.l. 1996

    30

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    . .

    Historia

    gnero. Algunas consideraciones sobre la historiografia feminista - Prof. Cecilia Lagunas

    Asociado a los espacios se desarrolla el concepto de Podery contrapode-

    res. Poder articulado con la Autoridad Institucionalmente establecida. Poder

    que en las sociedades patriarcales esta asociado con el varn, pero tambin po-

    deres

    y

    contrapoderes femeninos presentes en la fragil

    y

    tensa trama de las rela-

    ciones entre los sexos.

    En el Occidente medieval- dice G. Duby -Ias mujeres hablaban. Incluso

    hablaban mucho. Sin embar.go por locuaces que hubieran sido, de sus palabras

    no ha llegado hasta nosotros practicamente nada .

    El desafo a la cultura patriarcal, a travs de un lenguaje propio de mujeres

    que expresara su subjetividad femenina, a criterio del sabio medievalista, no es

    posible hallarlo enla Edad Media, hasta el siglo XIV. Las voces de las mujeres

    medievales son voces mediatizadas: son ecos en las galimatas de los escribas,

    esos varones al servicio de los nicos que detentan el poder, los Seores.

    Citas:

    1 - Esta categora fue desarrollada en el Congreso celebrado en Bolonia ( 7-9 de

    noviembre, 1986) sobre La ragnatela dei rapporti, Patronage e reti di relazioni nella

    storia delle donne . La eleccin del tema pretenda plantear un problema de fondo en

    la investigacin sobre la mujer: como pasar de una concepcin genrica de la subordi-

    nacin femenina a un anlisis especfico de las relaciones concretas de poder en las

    cuales las

    mujeres se

    han encontrado en todos los mbitos de la vida u.

    Patronage significa una relacin ( genrica) de base asimtrica: de jerarqua y desi-

    gualdad. Pero esta asimetra comporta tambin reciprocidad y da la posibifidad de

    inicitativa a la parte mas dbif, dependiente. Ver Isabel Morant Deusa, Cultura y Poder

    de las Mujeres en las Sociedades del Antiguo Rgimen: Una reflexin sobre el tema u,

    en Mujeres

    y

    Hombres en la Formacin del Pensamiento Occidental, V.II, Actas de las

    VII Jornadas de Investigacin Interdisciplinarias, Madrid, 1989. De la misma autora

    uFamilia, amor y matrimonio, un ensayo de historiografa , en Los Estudios sobre la

    Mujer: de la investigacin a la docencia, en Actas de las VIII Jornadas de Investigacin

    Interdisciplinarias, Madrid, 1991.

    2 - Las autoras norteamericanas participan profesionalmente en Centros de Profe-

    sionales de la Ciencia Histrica vinculados a los Movimientos de Mujeres Feministas;

    por ejmplo B. Anderson en el Currculum Commitee del Movimiento de Uberacin Fe-

    menina de la Universidad de Columbia yen la rama de Nueva York. del Comit Coordi-

    nador de las Mujeres de la Profesin Histn ca;

    J.

    Zinsser particip en la BerkshireCon-

    ference of Women Historians. Las conferencias de Berkshire fueron

    dos

    la primera

    realizada en marzo de 1973 y la segunda en octubre de 1974, y all reunidas las estu-

    diosas feministas, contribuyeron a elaborar

    y

    fijar los marcos interpretativos de la Nue-

    va Historia de las Mujeres ( Ver Mary Nash, Nuevas dimensiones en la Historia de la

    Mujer u, en Presencia

    y

    Protagonismo, Aspectos de la Historia de la Mujer, Ediciones

    del Serbal, pags.10-52.

    3 - Este concepto ha sido tomado de G. Lemer, ULacreacin del Patriarcado , Bar-

    celona, 1990, pp. 17-32. La autora llama a este conflicto dialctica de la historia de la

    mujer ..

    4 - Ver C. Lagunas, nA propsito de la Nueva Historia de las Mujeres . Ciclos, en la

    Historia,la Economa

    y

    la Sociedacf , ao 11I,Vol. m,No 4,lnstituto de Investigaciones

    . . f;a

    dl1jAbA

    oqud pt Vo l 1

    1996

    31

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    Historia y gnero. Algunas consideraciones sobre la hisloriografi a feminista - Prol. Cecilia La9una~ .__ ..

    Econmica y Social, Facultad de Ciencias Econmicas, UBA, primer semestre de 1993.

    5- Joan Kel/y, Tuvieron las Mujeres Renacimieto? . en Historia y Gnero, las Mujeres

    en la Europa Moderna

    y

    Contempornea, Edicin a cargo de J. Amelung y M. Nash,

    Valencia, 1990. La critica

    e

    historiografa feminista ha matizado hoy,

    esta

    afirmacin:

    ver Rosa Rius Gatell; Issota Nogarola: una voz inquieta del Renacimiento , en Filosofa

    y

    Gnero. Identidades Femeninas, Ed. Pamela, Madrid, 1992. En este interesante ar-

    tculo la autora sostiene que En el Renacimiento hubo Mujeres que expresaron nuevas

    percepciones de

    si

    mismas y buscaron causas y consecuencias de su subordinacin.

    Escribiendo esforzadamente consiguieron perfilar y definir, poco a poco, unas identida-

    des femeninas que lograron transmitirnos como un legado valioso, como un precioso

    patrimonio ... Del Humanismo, estas mujeres (Vittoria Colonna, Louise Labe, Teresa de

    Jesus, Christine de Pizen, Marie de Romieu y Moderata Fonte) consiguieron extraer

    elementos para contestar a una tradicin que les era adversa . pp. 67 Y ss.

    6 -

    Concepto tomado de

    G.

    Lerner, op. cit., pago

    344

    que remite

    a

    la cultura de la mujer:

    Es la base que las mujeres apoyan su resistencia a la dominacin patriarcal

    y

    reivindican para s su poder creador, en el interior de la cultura patriarcal ... el trmino

    supone la reinvindicacin de una igualdad

    y

    de una conciencia de hermandad ... Cuan-

    do las condiciones histricas son las apropiadas y las mujeres disponen del espacio

    y de la experiencia social sobre los que fundamentar sus nuevas ideas, surge la con-

    ciencia feminista .

    7 -

    Debemos tener presente que el feminismo contemporneo no presenta un cuerpo

    terico homogneo

    y

    tambin sos diversas

    y

    diferentes las metodologas polticas a

    implementar para lograr-mejorar, igualar, diferenciar, equiparar, etc. el status socio-

    poltico de las mujeres. Sobre la polmica entre

    t mtn smo

    de la igualdad

    o

    de la di-

    ferencia, presente en el debate poltico feminista contemporneo, son interesantes las

    observaciones de Isabel Santa Cruz, Sobre el concepto de igualdad: algunas obser-

    vaciones , en Isegoras, Madrid, No. 6 1992 pp. 145-152. la autora advierte sobre el

    riesgo que se corre cuando se exageran las posturas

    y

    as las que reinvindican la igual-

    dad entre los sexos corren el riesgo de neutralizar mas de la cuenta las diferencias ge-

    nricas en favor de los varones; en el otro caso (el de las diferencias) se llega a adoptar

    posturas esencia/istas y a convalidar como positivos caracteres y funciones tradicio-

    nalmente asociados negativamente al generico femenino. (p. 150).

    8 - La bibliografa sobre la Edad Media Europea

    es

    inmensa; recomendamos Historia de

    la Vida Privada , bajo la direccin de Ph. Aries y G. Duby, Tomo 2 De la Europa feudal

    al Renacimiento , Ed. Taurus,

    1

    g88.

    9 -

    Ver

    M.

    Milagros Rivera Garretas, Textos Espacios de Mujeres, Europa,

    siglos

    IV-

    ~ Icaria, 1990. De la misma autora: La historia de las mujeres y la conciencia femi-

    nista en Europa , en Mujeres y Sociedad. Nuevos enfoques tericos y metodolgicos,

    Untv. de Barcelona, 1991.

    M . Rivera Garreta, medievalista, identificada con una postura poltica feminista solida-

    ridad entre mujeres (en realidad parece exagerar las diferencias entre los sexos con

    la exclusin del varn). En consecuencia adhiere

    a

    la formulacin de un nuevo orden

    simblico para interpretar la experiencia de las mujeres en la historia: el de la madre,

    relacin primaria bsica, anterior a la relacin de gnero. De esta manera interpreta

    que mujer es una categora histrica; y reniega del matricidio -o la muerte de la genea-

    loga de la madre- que el patriarcado ha impuesto en las sociedades occidentales pere

    derivar del padre los modelos de Autoridad. En Italia este enfoque lo comparten el Gru-

    po filosfico Diotima y Ubreras de Mujeres de Miln. Ver Luisa Muraro, Sobre la auto-

    f A dltjAbA, ~~

    Vol. 1,1996

  • 7/26/2019 Celilia Lagunas_historia y Genero _consid Historiagrafia Fem

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    _.. ~i~~~.snero. Algunas consideraci0.r::s_~~r~... : historiografia feminista - Pr~f. C~:i~i~_~ag~~s_.

    ridad femenina , en Filosofa y Gnero. Identidades femeninas, Pamela, 1992. Luce lri-

    garay, Etique de la difference sexuel/e. Paris, 1984.

    Como medievalista y profunda conocedora del acervo documental de ese perodo, Mi-

    lagros Rivera, ha rescatado

    y

    reinterpretado

    a

    la luz de

    los

    conceptos arriba enuncia-

    dos, Escritos femeninos, desvalorizadas como tal por una cultura patriarcal, y los que

    a su criterio seran las primeras manifestaciones de la conciencia feminista europea:

    como eRa dice no debemos deconstruir las voces femeninas del pasado, aquellas que

    nos Uegaron antes que las mujeres sean sujetas plenas de discurso .

    Ver adems, Revista Duoda, Papers de Treball, Centre cflnvestigaci Histrica de la

    Dona, Barcelona, 1992.

    10 - Ejemplos de periodiodizacin especfica de mujeres sobre monacato y religiosi-

    dad femenina medieval, es enorme; una muy apretada sntesis en M. Echniz Sans,

    Las mujeres de la Orden Militar de Santiago de la Edad Media, Junta de Len

    Castilla,

    1992.

    11 - G. Duby, M. Perrol, Historia de las Mujeres, op. cit. Tomo Introduccin, p. 13.

    12 - En la Introduccin al Tomo 2, La Edad Media. de la misma obra, su autora,

    Christiane K/apisch-Zuber, duda si la periodizacin habitual podr dar cuenta de todos

    los.cambios que afectan a las_mujeres

    y

    dice: Este desafo pone sobre el tapete nues-

    tra capacidad para aprehender los acontecimientos significativos de la historia de las

    mujeres ypara volver a nuestra primera pregunta, a fundar sobre eNos una periorzacin

    especfica, pp. 17. En el conjunt.o de la obra este rasgo no aparece.

    13- Debemos tener presente que en est.a obra lo Pblico y lo Privado no se los pue-

    de identificar con la dialctica de la oposicin: Pblico-lugar, poltico-varnlPrivado-

    vida domstica-mujer. Ya en los aos setenta el socilogo Norbert Blias como tam-

    bin,

    J.

    Habermas en su libro Espacio pblico. Arqueologa de lo pblico como dimen-

    sin constitutiva del espacio burgus

    y

    los historiadores de la- Nueva Historia Social

    Alemana defendieron el carcter plenamente histrico de la contraposicin entre lo p-

    blico

    Y

    lo privado, pero rechazaron la identificacin con lo masculino

    y

    lo femenino. La

    teorla feminista, especialmente la vinculada a la escuela francesa enriqueci estos

    planteos al inlcuir las relaciones de gnero en los espacios.

    Ver adems de la obra que estamos comentando, Va. Lpez-Cordn Cortezo, Proble-

    mas tericos y modelos prcticos de la integracin acadmica de la historia de las mu-

    jere$ ,

    y

    Isabel Morant, Familia, amor

    y

    matrimonio, un ensayo sobre historiografa, en

    Los Estudios sobre la Mujer. op. cit.

    14 -

    Ma. Herrera Uma, La etica del femiismo. Notas sobre la diferencia , en Isegorlas,

    op. cit. pp. 153-160 realiza un interesante planteo sobre el poder de raz Foucaultiana

    y

    la teorla feminista que es vlido para lo que intentamos plantear. Reproduzco un

    prrafo de Foucault, seleccionado por la autora. para ejemplificar lo que sealo:

    Cuando uno habla de poder , la gente piensa habitualmente en una estructura

    po/tca, en una clase dominante, el seor frente al esclavo, etc. No es eso todo lo que

    yo

    pienso cuando hablo de relaciones de poder . Quiero decir que en las relaciones

    humanas, cualesquiera que sean -tanto si es un asunto de comunicacin verbal o de

    amor, o una relacin institucional o econmica- el poder esta siempre presente; me re-

    fiero a las relaciones en las que se quier dirigir la conducta del otro ... Estas relaciones

    son cambiantes, reversibles

    y

    comprensibles ...

    Ver ms arriba, tambin, en este trabajo, el significado de gnero asociado a la de ~

    de tensiones, de poderes contrapoderes en las relaciones entre los sexos, que nos

    dan N. Zemon Davies y

    A .

    Farge (pp. 5).

    _ _

    f R 02 \ljAbA , 9