centenario de la guerra de coto: 1921-2021
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Centenario de la Guerra de Coto:
1921-2021
Autores:
Javier Olivares Ocampo, M.Sc1
Lic. Alberto Enrique Rojas Vásquez. M.Sc2
Introducción
El presente artículo tiene como fin describir los principales acontecimientos
históricos de la gesta heroica de los soldados caídos en el conflicto de Coto, en la
Zona Sur del país a finales del mes de febrero y marzo del año de 1921; la cual tuvo
sus orígenes en disputas territoriales y limítrofes entre las Repúblicas de Costa Rica
y Panamá.
1 Profesor de Estudios Sociales egresado de la Universidad Nacional de Costa Rica, egresado de bachillerato y
licenciatura en Educación con énfasis en la Enseñanza de los Estudios Sociales en la Universidad Internacional
San Isidro Labrador y Máster en Administración Educativa. Miembro docente e investigador de la Cátedra de
Historia de la Universidad Estatal a Distancia. Escritor e investigador. Proponente de la revitalización de la
historia de la Guerra de Coto para su reconocimiento como efeméride a nivel nacional. Miembro investigador
de la UNED en los estudios del Coto y temas afines. Colegiado distinguido de COLYPRO, 2020.
2 Profesor de Estudios Sociales en el Colegio Gregorio José Ramírez Castro, Alajuela. En la Universidad de
Costa Rica obtuvo el Bachillerato en la Enseñanza de los Estudios Sociales, en la Universidad Internacional
San Isidro Labrador obtuvo la Licenciatura en Estudios Sociales y un Bachillerato en Educación en I y II Ciclos.
A su vez es Licenciado en Administración Educativa en la Universidad Estatal a Distancia y en Derecho en de
Universidad Autónoma de Centroamérica. Master en Gerencia Educativa con énfasis en Liderazgo, de la
Universidad Nacional de Costa Rica.
“¡Coto rincón del olvido¡ ha dicho el cronista,
pero al decirlo faltó a la verdad, porque Coto no
será jamás rincón del olvido, sino centro de
peregrinaciones: aquí vendrán en todo tiempo
aquellos que han padecido por la causa de la
libertad y vendrán como creyentes al santuario:
a renovar su fe, a reconfortar su flaqueza, a
iluminar su pensamiento y a exaltar una vez más
su amor y su valor…”
Fragmento del discurso:
Coto, Lugar de Peregrinación,
Revista Costa Rica de Ayer y Hoy. Junio 1945.
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Esta es una epopeya nacional desconocida para muchos, en ella se defendió la
soberanía nacional, involucrando la movilización militar del país a principios del siglo
XX; que posteriormente, fue invisibilizada en los contenidos de los programas de
estudio de la educación primaria y secundaria formal costarricense, pasando casi
inadvertida en la historia oficial durante décadas. Al respecto, Arguedas (2019,
pp.167-168), plantea como razones de esta situación de “olvido” o silencio en la
narración histórica oficial, eran el contrarrestar el papel bélico de Julio Acosta
García en la guerra, minimizar los conflictos con Panamá para llegar a un acuerdo
limítrofe duradero exaltando el papel del Estado como conciliador pacifico durante
el conflicto, los intereses económicos de los grupos que adversaban al gobierno de
Acosta García; y “…en lo fundamental las disputas entre compañías imperialistas
que explotaban estas tierras. (…) a los agentes de la Yunai presionaron al gobierno
Panameño para que planteara el conflicto de Coto.” (Gamboa, citado por Arguedas,
pp.171 )
Debe entenderse que una tarea primordial de la historia es develar y divulgar a las
nuevas generaciones los acontecimientos que han marcado el devenir histórico de
los pueblos. Es así que al analizar “el pasado ya no es algo ajeno, propiedad de
ciertos “héroes” sino el producto del trabajo colectivo de todos los hombres y del
cual se forma parte mientras dure nuestra vida” (Murillo,1989, p.21). Es acá que
surge el interés, según enfatiza el historiador Marc Bloch (1982), de “comprender y
no juzgar” los acontecimientos, las causas y consecuencias de todo hecho histórico,
y en específico en esta investigación, el desenvolvimiento y las particularidades de
esta Guerra con Panamá.
Según Rodríguez (1991), las causas del conflicto se explican a partir del
…21 de febrero Costa Rica se posesiona de Pueblo Nuevo de Coto, región
que venían ocupando de hecho autoridades panameñas; dos días después
las fuerzas de Panamá apresan a los costarricenses y el 28 atacan a un
pequeño destacamento de Costa Rica causándole cuatro muertos; el 1° de
marzo hay un nuevo ataque produciéndose más bajas. El 4 de marzo las
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fuerzas de Costa Rica se internan en territorio panameño y toman algunos
poblados: Guabito, Las Delicias, Bocas del Toro y Almirante ...
(Rodríguez,1991, p.154).
De manera complementaria el historiador Ricardo Fernández Guardia en su
tradicional Cartilla Histórica de Costa Rica, indicó las razones que propiciaron el
conflicto bélico en 1921. Según Fernández (1984), Panamá después de su
independencia ocurrida en 1903, no aceptó las demarcaciones de territoriales con
Costa Rica, ni fueron ratificados por aquella nación:
Habiendo proclamado Panamá su independencia de Colombia en 1903, el
gobernó de don Ascensión Esquivel entró en negociaciones con la nueva
república para el arreglo de la cuestión de limites; pero el tratado que con
este objeto se firmó en 1905 no fue ratificado. En 1910, a fines de la
administración González Víquez, se celebró en Washington, con mediación
de los Estados Unidos, la convención Anderson-Porras, en virtud de la cual
quedó definitivamente aceptada la frontera establecida por el laudo Loubet
en la parte de Pacifico y se sometió la fijación de la línea divisoria en la parte
de Atlántico, al arbitraje del presidente de la Corte Suprema de Justicia de
los Estados Unidos. El 12 de setiembre de 1914 dictó su fallo el Honorable
Edward Douglas White, confirmando la interpretación dada por Costa Rica al
laudo Loubet. (Fernández, 1984, p 139)
De manera general surgen dos posibilidades que llevaron al conflicto de Coto: en
primer lugar, la demarcación limítrofe al ser una elaboración artificial y convenio de
Estados o partes, pudo ser el detonante del conflicto pues generó un desequilibro
en la justa repartición de tierras, lo que causó malestar entre los habitantes de esas
zonas adyacentes a la frontera; y en segundo lugar, las demarcaciones limítrofes
de acuerdo al derecho internacional de la época, se apoyó en la legitimación de
países extranjeros, quedando sujeto estos tipos tratados a sentencias de árbitros
internacionales quienes debían emitir un laudo (fallo o veredicto). Posteriormente
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debían ser ratificados al interior de cada nación firmante, y en el caso que nos atañe
no satisfizo de manera absoluta a ambos Estados.
Orígenes del conflicto: Cronología de disputas limítrofes
Este conflicto tuvo como causa fundamental según nos explica el historiador Luis
Fernando Sibaja (1969) en una “añeja” controversia sobre la fijación del límite
definitivo entre los dos países.
Por su parte, en la obra del investigador panameño, Carlos Humberto Cuestas
(1999) en su libro: Panamá y Costa Rica, entre la Diplomacia y la Guerra, enfatiza
que
…la delimitación de fronteras entre Colombia y Centroamérica primero, y
luego entre Colombia, su sucesora la República de Panamá y la República
de Costa Rica, constituyó un espinoso problema entre dos naciones vecinas
y naturalmente amigas, no exento de peligrosas tensiones, que en ciclo casi
interminable, enfrentó complicadas negociaciones seguidas de
movilizaciones de tropas, tanto en el Atlántico como en el Pacifico.( p.39)
Los anteriores conflictos en la demarcación fronteriza tico-panameño se remontan
incluso al periodo Colonial, de acuerdo a lo señalado a profundidad por Sibaja
(1969), la existencia de desacuerdos de fronteras entre Costa Rica y la Gran
Colombia (debe recordarse que Panamá pertenecía a Colombia durante la Colonia).
Continúa mencionando Sibaja (1969), que para el año de 1573, en la Real Cédula
del 1 de diciembre de 1573, la provincia de Costa Rica reclamaba como límite una
línea que partía del Escudo de Veragua, en el Atlántico, y terminaba en el río Chiriquí
Viejo, en la costa del Pacífico. Además, Colombia por su parte se basaba en una
Real Orden del 20 de noviembre de 1803 para reclamar como perteneciente a su
territorio toda la Costa Atlántica de Costa Rica, hasta la desembocadura del río
Sarapiquí. Por el lado del Pacífico, los colombianos fijaban el límite en el río Golfito.
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El asunto empezó a agravarse, menciona Sibaja (1969) posterior a la independencia
de Costa Rica en 1821 y durante todo el siglo XIX, pues no se logró fijar
correctamente sus límites con Colombia (Panamá aún era parte de ese país para
dicha época).
Ante tal panorama, iniciando el siglo XX, se propusieron de manera infructuosa
intentos por resolver el asunto para crear un tratado de límites duradero y
beneficioso para las partes, para ello fue necesario distintos pronunciamientos
dados por Francia y Estados Unidos, los cuales fungieron como árbitros
internacionales. Seguidamente, se presenta un cuadro de dos intentos
controversiales de establecer límites entre Costa Rica y Panamá, indicados por
Sibaja (1969):
Fecha Arbitro
/nacionalidad
Nombre del tratado Razón del rechazo
11 de setiembre de 1900
Emile Loubet, Francia
Tratado Loubet, entre Costa Rica y Colombia.
-Costa Rica cuestionó este tratado al expresar que poseía vicio de ultra- petita ya que el árbitro se había excedido en sus funciones al conceder a Colombia una región en la zona del Pacífico. -Panamá si lo valida.
Del 1910 al 12 de setiembre de 1914.
Edward Douglas White, Honorable Chief Justice de los Estados Unidos.
Convención Anderson-Porras, entre Costa Rica y Panamá (independiente de Colombia desde 1903). También llamado: Fallo White.
-Declara como no existente la línea fronteriza en el Laudo Loubet en la zona del Atlántico; estableció la línea divisoria de los dos países. Panamá impugnó la decisión, argumentando que Mr. White se había extralimitado en los poderes que le habían sido concedidos. -Costa Rica si lo valida, Panamá no.
Fuente: Elaboración propia
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Desarrollo del conflicto armado
La causa inmediata del conflicto fue la instalación de las autoridades panameñas en
Pueblo Nuevo de Coto (Corredores) y en Cañas Gordas (Coto Brus), en el año de
1921. Estas poblaciones eran consideradas por los panameños como parte de su
corregimiento; ajustándose “al status quo” en su propio beneficio; asumían que su
límite era el Río Coto. La policía panameña se había establecido algunos meses
atrás con puestos permanentes para vigilar las posesiones. Panamá fortaleció en
Pueblo Nuevo la “Corregiduría de Coto” para mantener el control al mando del
Corregidor Manuel Salvador Pinzón.
El gobierno de Julio Acosta García, ante este hecho tomó la decisión de enviar un
contingente de hombres a la zona del conflicto, para resguardar el territorio nacional,
ocupado por las fuerzas panameñas quienes reclamaban esas tierras como suyas,
en total estaba en disputa tres mil kilómetros cuadrados de territorio.
La organización militar costarricense estuvo al mando del secretario de guerra
Aquiles Acosta García, quien encomendó la primera incursión al Coronel Héctor
Zúñiga Mora, nombrado como comandante militar de la Zona del Golfo Dulce; como
jefe militar, al comandante a Daniel González Soto. La presencia del primer
contingente nacional dio paso al desenlace fatídico. La confianza en una posible
negociación con los insurrectos, la falta de estrategias, la carencia de una visión
militar integradora y el desconocimiento del espacio geográfico, aventajó a las
fuerzas enemigas para entregar vencidos a los nacionales.
La expedición a Coto al mando de Héctor Zúñiga Mora, se enrumbó hacia el Puerto
de Puntarenas, a mediados de febrero de 1921, para abordar las motonaves con
entusiasmo y patriotismo, más que con una estrategia militar. Iban a lugares
desconocidos, navegando hacia el Sur, por el Pacífico, en condiciones incómodas
por el reducido tamaño de las lanchas. Les reforzaría tres embarcaciones más: La
Sultana, La Estrella y La Esperanza. El punto de llegada era Puntarenitas, en Santo
Domingo de Golfo Dulce (hoy Golfito) donde les recibiría el lugarteniente Daniel
Herrera Irigoyen, en ese punto de partida hacia Pueblo Nuevo, unos 12 kilómetros
río adentro.
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Al Coronel Héctor Zúñiga Mora, le acompañaban el Jefe Militar Daniel González
Soto. “A estos oficiales los secundaban el Teniente Luis Rivera, los Sargentos
Roberto Murillo y Manuel González, los Cabos Antoniel Mora, Cecilio Porras,
Gregorio Soto y Julio Córdoba, el Corneta Alfonso Arias y 18 soldados de Tropa”
(Cuestas,1999, p.147). Este primer grupo se formó con soldados del Cuartel de
Alajuela y el 21 de febrero de 1921, logra tomar Pueblo Nuevo de Coto, ordenando
izar el pendón costarricense en la plaza cerca del puesto de policía donde
anteriormente estaba la de Panamá.
Entre el día 26 el amanecer del día 27 de febrero de 1921, según menciona Sibaja
(1969) las fuerzas militares de Panamá organizadas por el capitán Manuel Quintero
Villareal, nombrado Jefe Supremo de la Campaña por el presidente Belisario Porras,
envía más de un centenar de hombres panameños hacia Pueblo Nuevo. El Capitán
panameño Laureano Gasca y su gente, doce voluntarios de la población panameña
de Bugaba, que capturaron a los jefes de la misión de Costa Rica: Héctor Zúñiga
Mora y a Daniel González, siendo tomados prisionero a orillas del río Coto, sus
hombres se entregan y las armas pasaron a ser del bando panameño, echando a la
suerte a sus compatriotas que le seguían, dándole toda la ventaja de operar una
estrategia bélica a los enemigos. Estos se establecieron en Pueblo Nuevo, tomaron
las posiciones para resguardar la entrada por el río, con plena confianza por haber
tomado la corregiduría sin dificultad, de manera que “el general Quintero, veterano
de las revoluciones colombianas, había avanzado sigilosamente con trescientos
hombres, copado e intimidado la rendición de nuestros veintitrés soldados, que
comandaban los coroneles Zúñiga y González.” (Padilla, 1971, p.14).
Debe recordarse que en Panamá se había suprimido el ejército para evitar el
enfrentamiento con los militares estadounidenses de la Zona del Canal, se logró
reclutar un grupo armado dirigido como se indicó atrás al experimentado Manuel
Quintero Villarreal, el mismo fue propuesto por el secretario de Hacienda y Tesoro
de Panamá, Eusebio Morales. “El consejo de Gabinete acordó nombrar a Quintero
Villarreal Jefe Supremo del Ejército Expedicionario y el gran hombre aceptó en el
acto y sin reserva laguna esa nueva responsabilidad” (Cuestas, 1999, p 164).
Quintero fue un “experimentado militar, compañero de armas del propio Porras
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durante las campañas de la Guerra de los 1,000 días, héroe de San Pablo y de
meritoria actuación también en la propia Gesta de Independencia del 3 de
noviembre de 1903. (Cuestas, 1999, p 164)
Por su parte, Daniel Herrera Irigoyen que ocupaba el puesto de Jefe Político del
Cantón de Osa hizo una inspección del río Coto y el desembarcadero, de modo que
todo estaba tranquilo, sin sospechar el cautiverio de la primera misión, regresó a
Santo Domingo de Golfo Dulce a la espera de las siguientes embarcaciones,
confiado de que la región estaba custodiada por las fuerzas militares nacionales.
Herrera era de origen mexicano, la vicisitud de la política mexicana lo había traído
a Costa Rica. “Mejicano de origen y costarricense de alma, pertenecía a una
distinguida familia yucateca. La revolución de su tierra lo trajo a Costa Rica. Fue
poeta y escritor distinguido (…)” (Padilla,1 971, p. 12), a este militar le correspondía
guiar a las embarcaciones de la tropa costarricense.
Al respecto Padilla (1971), se refiere a que una vez capturado el grupo de
costarricenses que lideraba Zúñiga: “… ante la imposibilidad de tomar la plaza, los
jefes panameños se habían comprometido a respetar a los nuestros y no atacarnos
ya que se había cometido la ingenuidad de anunciar nuestra llegada”. (1971, p, 14).
De acuerdo al excombatiente Padilla, los panameños capturaron al primer grupo
costarricense, los desarmaron y los tuvieron cautivos, eso les hizo conocer que
vendría refuerzos. Ante la ventajosa maniobra, los panameños tuvieron tiempo
suficiente para preparar una emboscada que les resultaría exitosa; aquel pacto de
honor se convertiría en odio contra los nuestros. Se dispusieron a cavar trincheras,
a ubicar puntos estratégicos en las riveras altas del rio Coto y de forma premeditada
dejar izada la bandera patria para engañar a los soldados nacionales.
El 27 de febrero “como a las 5:30 p.m., al llegar cerca de la desembocadura del río
Conte en las aguas del Coto, casi frente al retén que debía cubrir Solís, oyeron el
ruido de una gasolina( nombre dado a las embarcaciones de tamaño mediano) que
navegaba aguas arriba. (Cuestas,1999. P.208); Se trataba de la embarcación
costarricense La Sultana.
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En este primer ataque, los panameños disparaban a mansalva desde tierra, sin
darles la posibilidad de desembarcar. Ahí encajonadas en el cauce del río
sucumbieron las tripulaciones en la mejor posición para ser abatidas por las ráfagas
fulminantes que venía de las dos riberas, entre los combatientes costarricenses se
destacan los jefes de las comisiones, el Capitán Miguel Ángel Obregón y Daniel
Herrera Irigoyen.
En su relato Padilla (1971), afirma que:
Las reglas internacionales que tienen su cimiento en la hidalguía, se
esfumaron en la conciencia de los vencedores. Y se produjo la tragedia
sangrienta. Los muertos fueron dejados sobre el césped y cubiertos
piadosamente con hojas de plátano. Los heridos fuimos trasladados a un
rancho en el que penetraba la lluvia por todos sus poros de su techo de
palma. Y cayó la noche y la tempestad. Lluvia y oscuridad solo iluminada por
la constante rayería. Eso en lo externo. Y en nosotros mismo el dolor de la
desolación y las lesiones. Ese dolor que no se explica porque su sentido es
hondo y sobrenatural. La sangre se mezcla con el sollozo de nuestra
impotencia. (1971, pp. 14, 15)
El segundo ataque de los panameños ocurrió de la 1° de marzo de 1921, a las
10:30 a.m., se trató del ataque a la embarcación La Estrella, cuyo capitán era
Amadeo Vargas. “Las tropas panameñas dejaron avanzar las gasolinas hasta el
muelle donde se atrincheraban los policías al mando de los subtenientes Mejía,
Vega, Luna y Herrera”. (Cuestas.1991. p.220).
Sobre la tragedia de La Estrella: En su relato Padilla (1971), afirma;
El 1° de marzo y siguiendo la misma trayectoria nuestra, “La Estrella” surcaba
las aguas del río trágico al mando de los coroneles Amadeo Vargas y Alfredo
Arguedas. Y la escena se repetía, Posiblemente los soldados también
gritaron vivas a Costa Rica frente a la fusilería panameña, creyendo que
aquellos soldados eran los nuestros. Se sostuvieron al igual que nosotros, en
la treta y por fin, acosados por fuerzas infinitamente superiores, se rindieron,
cuando la resistencia equivalía un suicidio. (1971, pp. 14, 15)
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La última embarcación costarricense fue atacada el mismo día 1° de marzo. Se
trataba de “La Esperanza”, la que ingresó a las orillas de Pueblo Nuevo a primeras
horas de la noche. En ella venían provisiones para los soldados costarricenses. La
tripulación se rindió, evitando muertos.
Según Cuestas (1999), refiere el Coronel Armuelles en su parte militar:
Efectivamente a las 7:00 p.m. entró otra gasolina pero con muy poca tripulación la
que vivaba a Costa Rica; los nuestros daban vivas a Panamá; esta lancha siguió
aguas arriba hasta cruzar nuestro primer retén por lo que hubo de hacerle fuego
haciendo un avance por tierra siguiendo la orilla del río, con este movimiento la nave
ancló y se rindió y fue tomada por el subteniente Vega, previa orden mía y
embarcado en un cayuco ayudado por varios policías. Fue traída al puerto y de su
tripulación resultaron dos heridos y cinco prisioneros, total de la tripulación…”
(Cuestas.1991. p. 230).
Coto se vistió de sangre, de muerte, de dolor, de incertidumbre tras las trágicas
emboscadas entre el 27 de febrero y el 1° de marzo de 1921 a las tripulaciones de
La Sultana, La Estrella, y La Esperanza. Los 32 muertos fueron enterrados, pero el
cuerpo del Coronel Daniel Herrera fue sepultado por aparte debajo de un roble, y
el resto de los soldados en una fosa común cerca del río. Los heridos fueron
atendidos por el francés Henry Villar, voluntario de Bugaba. Tanto los heridos como
los prisioneros de guerra fueron llevados a Panamá.
Los panameños contaban con facilidades de comunicación, como el telégrafo, el
ferrocarril, embarcaciones y experiencia militar. Según Cuestas (1999): al referirse
a la estrategia miliar emitida por el presidente panameño, Belisario Porras, al
General Manuel Quintero Villarreal: se dispuso que “el ataque sería combinado por
tierra y mar involucrando un total de 200 hombres. El Veraguas, blindado con sacos
de arena y armado con la ametralladora, avanzaría por el río Coto aguas arriba
hasta un cierto punto no distante del campamento enemigo, donde desembarcarían
50 soldados, quienes tomarían posiciones para cubrir la orilla del río”: (Cuestas,
1999.p.198). La posición de estos hombres era para impedir el ingreso de más
lanchas, así como bloquear el escape de los soldados cautivos de Héctor Zúñiga,
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por la vía acuática. “El Veraguas continuaría hasta el campamento, mientras que
150 hombres entre policías y voluntarios atacarían Coto por tierra, De estos
hombres, 100 atacarían por el camino real al sur del campamento y 50 por el noreste
en la margen derecha del río”. (Cuestas,1999, p 198) Las coordinaciones de los
frentes de ataque estuvieron listas desde el 25 de febrero de 1921 por parte de
Panamá, en las cuales aprovecharon el conocimiento geográfico.
Desde David hasta Rabo de Puerco (hoy Puerto Armuelles) había un camino de
comunicaba el corregimiento panameño de Progreso, Chiriquí, con Pueblo Nuevo,
o con Barajas por la vía del río Colorado, usaban la desembocadura del Río Coto y
el estero como punto de arribo desde el Puerto de Pedregal. Desde David, Panamá
se prepararon afanosamente para atacar a Costa Rica, con grupos armados
alrededor de los veteranos de las guerras contra Colombia destacándose Manuel
Quintero Villarreal, Alfonso Vásquez, Laureano Gasca, Ricardo Franchesqui, en
apoyo a las incursiones del Coronel Tomás Armuelles.
El conflicto amenazó a extenderse cuando el presidente de Costa Rica Julio Acosta
García ordenó enviar tropas costarricenses para ocupar el Caribe como respuesta
al ultraje ocurrido en el río Coto, para vengar la muerte de los compatriotas caídos
en combate. “La movilización se convirtió en general y empezaron a salir tropas por
el lado del Atlántico al mando de distintos jefes, entre los cuales recordamos al
general Ricardo Monge, a los coroneles Gerardo Zúñiga Montúfar, José María
Pinaud, José Joaquín Zavaleta, Samuel Montandón, Abel Robles, Ricardo
Fernández Peralta (en el cuerpo de artilleros), y otro más” (Obregón, 1981,p 295).
Además, San José vivía intensas manifestaciones. “Listas para salir se encontraban
en la capital otras tropas cuyos jefes eran el general Jorge Volio, el general Rafael
Villegas, el coronel Víctor Guardia Quirós, etc. El expresidente de la República don
Rafael Iglesias Castro, pidió ser enviado, y se le nombró jefe de otro batallón.
(Obregón, 1981, p. 296).
A través del gran desplazamiento militar, utilizando la vía del ferrocarril, el ejército
costarricense, el 04 de marzo de 1921, había ingresado a la región de Sixaola,
tomando posición en Guabito, Las Delicias y luego Almirante y Bocas del Toro, sin
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tener respuestas bélicas de Panamá.” A mediodía del 05 de marzo, entró a la rada
del puerto el buque de guerra norteamericano Sacramento, lo que provocó malestar
entre la tropa, porque pensaban de Estados Unidos intervendría en el conflicto a
favor de Panamá, suposición muy alejada de la realidad…” (Cuestas, 1999, p. 337)
La táctica ofensiva costarricense se orientaba a atacar Bocas del Toro, con
suficientes hombres y municiones. “El ataque, sin embargo, no se efectuó porque
el gobierno de Acosta atendió la solicitud norteamericana de retirar sus fuerzas
hasta la línea fronteriza del status quo con la garantía de Washington haría cumplir
a la República de Panamá, las disposiciones del Laudo del Chief Justice Edward
Douglas White. …” (Cuestas, 1999, p. 337)
Fue a causa de esas acciones diplomáticas de Estados Unidos por las que se
establece el cese de las hostilidades, para entrar en una negociación. Panamá fue
obligada por Estados Unidos a aceptar el Fallo White. Los problemas limítrofes entre
ambos países fueron superados definitivamente con la firma del tratado
denominado Echandi Montero- Fernández Jaen, a pesar del descontento de
algunos habitantes panameños “el tratado Echandi Montero – Fernández Jaén fue
ratificado por la República de Panamá mediante Ley n° 51 de 20 de mayo de
1941”(Cuestas,1999,p.388) De esa forma se delimitó definitivamente la frontera
entre ambos países, a la vez se inició un proceso de paz permanente entre ambas
naciones.
Caídos en combate
Nombre de los soldados caídos en la Guerra de Coto
1-Alvarado Carvajal Hernán. 17-Herrera Irigoyen Daniel.
2-Alvarado Soto Ángel. 18-Jiménez Jiménez José Luis.
3-Araya Moya Nemesio 19-Jiménez Salazar Pedro.
4-Barboza Rivera José. 20-Jiménez Zumbado José.
5-Bonilla Chavarría Ismael. 21-Méndez Méndez Emilio
6-Calvo Rojas Tobías. 22-Morales Morales Pedro.
7-Campos Acuña Rubén. 23-Mora Solano Víctor.
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8-Castro Castro Hernán. 24-Pacheco Varela Aníbal.
9-Cedeño Rivera Rafael. 25-Parini Roldán José.
10-Coto Guillén Miguel 26-Ramírez Ramírez Miguel
11-Coto Vásquez Juan Rafael. 27-Román Román Ricardo.
12-Chávez Zamora José. 28-Rojas Rojas Emilio.
13-Díaz Angulo Miguel. 29-Sánchez Sánchez Alberto.
14-Gómez Gómez Jorge. 30-Vílchez León Juan Rafael
15- Guevara Guevara Juan Luis. 31- Zúñiga Zúñiga Manuel.
16- Hernández Gallegos Juan. 32- Soldado anónimo.
(Tomado de: Padilla, 1971, pp. 16,17)
La Memoria Histórica de Pueblo Nuevo de Coto
En la planicie de Coto Colorado, casi a nivel del mar está Pueblo Nuevo; se ubica
unos 10 kilómetros antes que el río desemboque en el Golfo Dulce, en 1921 el
caserío estaba a la orilla del río; hoy el cauce se distanció aproximadamente 3
kilómetros; el humedal aún marca la ruta por donde entraron los grupos en discordia.
El río es navegable; lo era aún más antes, constituía la ruta de penetración a la
llanura junto con el río Colorado hasta regiones como Las Pangas, Barajas, Coto
47, Río Claro, Comte. Pueblo Nuevo era un atracadero de lanchas que permitía el
trasiego de mercancías con Puntarenitas, Santo Domingo y las Península de Osa y
Punta Burica.
En el pueblo, un sencillo monumento marca donde estuvieron sepultados por un
tiempo los cuerpos de los caídos de Coto; otro monumento cerca del Salón Comunal
recuerda sus nombres; aún está la casa de Marcelino Delgado, uno de los
nacionales que fue apresado en varias ocasiones por las fuerzas armadas de
Panamá; marcan la historia el paredón donde fue el atracadero, la plaza, el barrio
viejo, los caminos. La gente mantiene viva la historia, los pobladores la han pasado
a generaciones, por sí solos, como si al resto del país no le importara.
Cada 21 de febrero se realiza un acto solemne en Pueblo Nuevo; al menos ese día
el monumento a los “caídos de Coto” recibe ofrendas florales, se invocan los
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nombres de los muertos en combate, se revitaliza la historia; se refuerza la idea de
la confraternidad de hoy entre ticos y panameños.
Indudablemente este pueblo, tienen una trascendencia histórica, en la defensa de
la soberanía nacional y el rescate de 3000 mil kilómetros cuadrados de territorio, la
firma posterior de un tratado de límites, la consolidación de la convivencia pacífica.
Seguirán siendo testimonio de un acontecimiento que se resiste a quedar en el
olvido, aunque la academia oficial, la clase política y los intereses ideológicos así lo
han querido sumergir.
La prensa escrita, un protagonista indiscutible en el Conflicto de Coto
El rol de la prensa escrita costarricense de la época en que ocurrieron los hechos
descritos evidencian un protagonismo muy sutil en su esfuerzo por elaborar un
discurso nacionalista en torno al conflicto entre Costa Rica y Panamá, así convocar
al voluntariado entre los habitantes del país a empuñar las armas contra la sangre
derramada y la usurpación territorial.
El lenguaje periodístico, además del relato día a día de los diversos acontecimientos
militares en el conflicto, elabora un esquema semántico en torno los conceptos de
patria, patriotismo, nación, soberanía nacional, deber y guerra. De esta forma
presenta elocuentemente un llamado a la defensa de la soberanía nacional,
integrando componentes racionales y emotivos, que legitimen ante la vista del
lector, el deber moral a participar en la defensa de la soberanía nacional.
Este deber patriótico es reiterado en los diarios costarricenses en el fenómeno
coyuntural que suscitó el Conflicto de Coto, al articular dos concreciones
superpuestas, que según González (1994) son “…el deber entendido como lealtad
y obediencia a los ancestros, a los próceres, a los fundadores de la patria. La otra
concreción es el deber de defender el patrimonio histórico-cultural, frente a las
amenazas externas e internas”. (p.36)
De ahí que al inspeccionar detalladamente algunos de los periódicos costarricenses
que se difundían en 1921: Diario de Costa Rica, Diario de Comercio, La Tertulia y
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El Heraldo en el trascurso de que va del 21 de febrero hasta los primeros días del
mes de abril, se aprecia un manejo expresivamente nacionalista en el diseño gráfico
de los títulos de tales diarios. Uso de mayúsculas en los títulos principales,
centrados y acaparando textos informativos extensos con gran detalle del conflicto.
Por ejemplo el Diario de Costa Rica publicaba: “LAS MAESTRAS EN ACCIÓN: Las
directoras de las escuelas de San José, en reunión de esta mañana, acordaron
dedicarse a amasar a fin de proveer de biscocho a los soldados que salgan para la
campaña. Es la repetición de la noble y desinteresada tarea de nuestras abuelas
durante la Campaña Nacional del 56”. (Diario de Costa Rica, 03 de marzo, 1921.
p.2.)
Acá el parangón entre 1856 y 1921, lo demuestra la prensa, mediante el recurso de
una retórica introspectiva que proporciona mensajes elocuentes y cargados de
elementos nacionalistas, contribuyendo a reunir sectores contrapuestos al interno
de la sociedad costarricense. De ahí que el Diario del Comercio, publicara que,
Cuantos sueñan morir por defender nuestra integridad, con el vivo ejemplo
de los bravos soldados del 56, se aprestarán a engrosar las filas de los
patriotas que marchen en pos de la santa causa. Vivo está el recuerdo de la
gloriosa Francia y la de Bélgica, para que los costarricenses se crucen de
brazos ante los fines aviesos de nuestros vecinos que en una forma tan
innoble corresponden a la hospitalaria acogida que le hemos dispensado…
(Diario del Comercio, 03 de marzo de 1921, p.3.)
Esta vez, la amenaza común que aglutinaría todos los esfuerzos por el bien
colectivo, va a recaer en la imagen de un país: combatir a Panamá. En este
escenario, se tributan elementos que refuerzan un supuesto patriotismo homérico
que son insertados en un lapso relativamente corto, en la mentalidad del lector
costarricense.
Seguidamente se presenta un cuadro de titulares que presentaban algunos
periódicos de la época y los temas tratados en sus páginas principales:
Nombre del periódico y periodo analizado (Del
Titulares
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día 26 de febrero hasta 06 de marzo de 1921)
Diario de Comercio
“Entre Costa Rica y Panamá se ha creado una situación
difícil. Nuestra fuerza han ocupado las zonas regionales
del sur, que los panameños ocupaban contra todo derecho
desde hace algún tiempo. Las ciudades de Panamá y
Colón”, y “En Panamá se cree que se ha presentado ya un
“casus belli” en Costa Rica”.
El Heraldo
“Se recupera un parte del territorio. El pabellón de Costa
Rica se mece altivo en Conte. Estamos de plácemes”, acá
se reseña que el Coronel Héctor Zúñiga con una tropa
armada de 25 hombres y a bordo de la embarcación La
Estrella, tomó posesión pacifica de Pueblo Nuevo de Conte
en cual estaba a cargo de un corregidor de Panamá,
enarbolaron la bandera de Costa Rica para honor del país”.
La Tribuna
“Ejerciendo actos de Soberanía” y en la segunda página
“Ocupación militar de nuestro territorio del suroeste”. “El
poder ejecutivo de Costa Rica declara atentatoria la
conducta de Panamá. El Gobierno de Panamá pide
explicaciones, el de Costa Rica que no debe darlas”.
Diario de Costa Rica
“El pueblo decido a sostener el decoro nacional”; “Detalles
del encuentro con las fuerzas del Coronel Zúñiga, Miguel
Ángel Obregón herido en el Hospital de Ancón.
Declaraciones de Porras provocaron descontento
general”; “Completos detalles del movimiento
revolucionario contra Porras: Informe de los Combates
librados en Coto. Lista de muertos, heridos y prisioneros”.
“Washington estaba advertido de la ocupación de Coto.
Llegó a la frontera el batallón de la muerte. “Jornada
heroica de ayer. Guabito, Almirante y Bocas de toro
cayeron en poder del Gobierno” y “Últimos informes del
conflicto. Los sucesos del Boca del Toro. Fragata
americana en Almirante.
Fuente: Elaboración propia
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Además de los titulares de portada, al interno de los medios escritos durante todo
el Conflicto de Coto se invoca constantemente, ideales heroicos y valores
patrióticos, por ejemplo en el Diario del Comercio, se externa que
…Ya la primera sangre ha sido derramada y ello enardece más el
patriotismo de los costarricenses que como un solo hombre están
dispuestos a mezclar su propia sangre con la que ya la tierra ha absorbido y
conserva indeleblemente para enseñar ante el tiempo y el espacio, el triunfo
de la Justicia que se avecina.
Obregón, Padilla, Zúñiga y sus valientes soldados son los primeros, son los
avanzados de la gloria que enseñarán el camino del deber a todos sus
compatriotas.
Ya llegan, ya llegan los buenos hijos de Costa Rica, los hermanos que
vengarán. Allí, en el campo, ante el misterio de la noche quizás bañados por
la luz de la luna, o recibiendo en la mañana, los primeros resplandores del
sol, caerán unos, heridos por balas enemigas, otros levantarán muy en alto
el Pabellón Nacional y todos recibirán el beso de la gloria.
Costa Rica confía en sus hijos, que sabrán darle victoria, porque con ellos
está como lo dijo nuestro ilustrísimo Arzobispo: Dios, la Justicia y el Derecho.
(Diario del Comercio, 03 de marzo de 1921, p. 1.) El resaltado en negrita es
del autor.
Se puede apreciar, que es construido hábilmente un discurso nacional directo, que
exhorta un espíritu solidario en defensa del derecho a la paz, la búsqueda de causas
justas como el respeto a la legalidad y la autodeterminación soberana. Gracias a
ellos se entreteje en la mente del receptor del periódico, el concepto de unidad
nacional requerido para elevar la conciencia social, y proyectando en él, una imagen
de un colectivo que defiende a su patria, y que sólo unida, triunfará a través de las
armas.
La sociedad civil inspirada atendió al llamado de la defensa de la patria, según lo
relatado por los periódicos. Prueba de ello fueron los batallones de voluntarios que
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llegaban a los cuarteles de Cartago, San José y Alajuela. De ahí se conformaron
algunos con nombres bastantes singulares: El Batallón Pinaud, el Batallón
Domingueño, el Batallón Puntarenense, la Compañía Chomeña y el Batallón Irazú.
Este último se “…componía de un total como setecientos hombres, trescientos
jinetes y el resto de infantería…” ( La Tribuna, 12-03-1921,p. 4). Y el Batallón de la
Muerte surtido por casi cien voluntarios.
El batallón de la muerte. El batallón organizado por don Paco Amerling han
dado en llamarlo “batallón de la Muerte”. Por algo debe ser, pues está
compuesto por un grupo de voluntarios de los más decididos y su número
total asciende a ciento veinticinco muchachos. Muchos de ellos conocen
perfectamente toda la zona fronteriza y marcharán por terreno
propio….(…)… El batallón saldrá mañana muy bien equipado. . (La Tribuna
03 de marzo de 1921. p. 1)
Al mismo tiempo en el Diario de Costa Rica se indicaba que “…se organizaron
cuerpos de caballerías y junto a estos, la Cruz Roja con voluntarios que servían de
camilleros, enfermeros y farmacéuticos” (Diario de Costa Rica, 03 de marzo de
1921, pp.3.). Ese mismo día se citaban a personajes adinerados y sacerdotes,
ofreciendo ayudas en dinero para apoyar los ejércitos que iban a combatir: como el
Lic. Pedro Pérez Zeledón y su esposa, ofrecieron construir un Hospital de Sangre
en Esparza. También la señora Amelia González de Lahmann, ofreció 25.000.00
colones en libras esterlinas o en dólares para causas relacionadas por la guerra. Y
en el caso particular del cura párroco de Desamparados, Rosendo de J. Valenciano,
expresaba “el deber cristiano a ir a pelear y no salir huyendo en las batallas”. (Diario
de Costa Rica 03 de marzo de 1921, pp.2.)
Inclusive se publica el apoyo de la compañía bananera estadounidense United Fruit
Company, que tenía operaciones en Costa Rica. En la cual se indicaba que “…ha
ofrecido sus servicios en esta emergencia, poniendo a la orden del Gobierno sus
comisariatos, ferrocarriles y propiedades” (Diario de Costa Rica, 01-03-1921, pp.5)
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La prensa dio a conocer el apoyo de parte de países centroamericanos como
Guatemala, Nicaragua, El Salvador, de ciudadanos españoles y alemanes
radicados en el país, que públicamente dieron su adhesión a la causa costarricense.
Veamos el ejemplo:
El Ministerio de Relaciones Exteriores recibió el siguiente mensaje:
El Salvador con sus sentimientos de solidaridad centroamericana presenta al
Gobierno de Costa Rica sus invariables simpatías con el grave conflicto
ocurrido con Panamá. Sírvase hacerlo así presente a ese Gobierno.-El
Ministro de Relaciones, Paredes. Depositado en Limón el 04 de marzo de
1921 a las 8 de la mañana….(…) …Los jóvenes alemanes no han podido
hacerse indiferentes a nuestra causa y salieron ayer con el señor Rothe,
nuestros buenos amigos don Egon Holst y el señor Rudolf Lindgens, que
forma parte de Batallón de General Villegas. (Diario de Costa Rica, 05 de
marzo de 1921, p.1.)
Igualmente se publican las listas de los heridos y prisioneros, información dada por
el periódico La Estrella de Panamá, al diario La Tribuna, así como el buen trato
recibido en tierras panameños a los heridos y prisioneros:
El vapor “David” regresó ayer a este puerto como al medio día, procedente
de David, Chiriquí, trayendo a bordo 151 prisioneros de guerra costarricense,
los cuales, con excepción de 28 que está curándose en el Hospital de Santo
Tomás, han sido internados en la Isla Taboga en el edificio que el Ministerio
de Instrucción Pública usa para escuela. Los prisioneros están sometidos a
estricta vigilancia militar. (La Tribuna, 11-03-1921, p.1)
La prensa se encargó de informar sobre la participación de algunos connotados
educadores de la época, como Luis Dobles Segreda y Omar Dengo, al publicarse
que, “Mañana a las nueve se ofrecerá un fiesta en la Escuela Normal de Costa Rica,
a su director don Omar Dengo que, movido de un sentimiento patrio… (…)… se
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alistó como simple soldado en el batallón que comandaba el Lic. Don Víctor Guardia
Quirós. Sus alumnos vieron en ese gesto una nueva lección del maestro y han
querido perpetuarla, demostrando la señor Dengo que supieron apreciarla” ( Diario
de Costa Rica, 11-03-1921, pp. 3.)
El Diario de Costa Rica presentó además discursos justificando el envío de tropas
costarricenses por el Atlántico y por el Pacifico de Costa Rica. Tales discursos eran
expedidos por Congreso Constitucional de Costa Rica, citados por el Secretario de
Relaciones y del presidente del Congreso, acerca de las acciones ejercidas contra
Panamá; las cuales según el matutino estaban bien fundamentadas por el derecho
internacional, y el Presidente Julio Acosta obró como debía, y si se dieron muertos
fue porque este desconocía la forma en que Panamá actuó contra las tropas en
Coto, y enarbola tales discursos con la siguiente frase: “La espada no se saca sin
razón ni se envaina sin Honor” (Diario de Costa Rica , de 12 de marzo de 1921,
pp.4.)
Como puede apreciarse, momento se dieron a conocer mensajes alusivos a temas
tales como: la guerra y la organización militar, los detalles de cada incidente del
conflicto. Su función es va a ser de: transcribir los discursos nacionalistas del Poder
Ejecutivo y Legislativo; dar a conocer la recolección de donativos en dinero y
especie para atender los efectos de la guerra; informar la conformación de las tropas
que provenían de distintas provincias que marcharon al combate; sus
desplazamientos por la zona Atlántica y por Golfo Dulce; el regreso de los
prisioneros y heridos de Panamá, entre otros tantos detalles más.
En síntesis, la prensa escrita que circuló en Costa Rica en los meses de febrero y
marzo de 1921, tuvo un papel descollante en informar a toda la sociedad el conflicto
de Coto, al trasmitir con vehemencia a los costarricenses la organización que en
colectivo se estaba realizando, los valores patrióticos, como el deber moral de
participar en la guerra, la defensa de la soberanía nacional y el respeto al derecho
internacional sobre los límites fronterizos entre Costa Rica y Panamá.
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Conclusiones
El conflicto bélico de Coto o Guerra de Coto, hecho histórico casi desconocido para
muchos costarricenses, tuvo su génesis en los problemas limítrofes y territoriales
entre Costa Rica y Panamá, y tuvo a Pueblo Nuevo de Coto, su escenario principal,
localizado en la zona fronteriza del Pacifico Sur de nuestro país.
Después de la independencia de Costa Rica, dicha zona fue poblándose
paulatinamente, constituyéndose algunos caseríos tanto de panameños como de
costarricenses, esto debido a las confusiones en la demarcación territorial y falta
de ratificación de distintos tratados limítrofes entre ambas naciones. Es hasta en el
año de 1921 que el gobierno de Julio Acosta García, hace valer los derechos sobre
esa zona, lo que causó discordias militares con el vecino país, puesto que Panamá
interpretaba en los tratados que ese territorio les pertenecía.
Cabe mencionarse que después de la guerra de 1856 contra los filibusteros, la
sociedad costarricense retoma las armas para vengar la afrenta, enviándose
fuerzas militares mejor organizadas que ingresaron hacia la región de Coto y por
Sixaola, apoderándose el 4 de marzo de la zona caribeña de Almirante en Bocas
del Toro, perteneciente a Panamá. Esto significaba un enfrentamiento de
dimensiones mayores, pero por esos días Estados Unidos, tenía el control del canal
de Panamá e intereses en expandir por la zona los cultivos de banano, así que
exigió a Costa Rica y Panamá cesaran las hostilidades. Esta acción directa de
Estados Unidos, puso fin a las agresiones militares de ambos países y tuvieron que
replegarse las fuerzas militares y establecer la paz.
Y aunque no se llegó a una verdadera guerra entre ambas naciones, si existió un
enfrentamiento militar que tuvo como consecuencia directa el deceso de más de
treinta muertos, decenas de heridos y prisioneros de lado costarricense. Es
importante reconocer el papel de la prensa escrita de la época que logra encender
el espíritu de la defensa de la soberanía nacional ante la usurpación territorial por
parte de Panamá.
Además se logró la reafirmación de los derechos territoriales sobre una vasta y zona
fértil de alrededor de tres mil kilómetros cuadrados, con ello la importancia del
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gobierno por establecer los límites definitivos con Panamá, con lo que lograra
integrar socio-económicamente la Región Coto al resto de país.
Finalmente, gracias al Conflicto de Coto, se logra la reconciliación de la sociedad
costarricense luego de la honda división que produjo la dictadura de los Hermanos
Tinoco y por ende la ratificación del espíritu patriótico costarricense que no había
sido invocada desde la campaña Nacional en 1856.
Fuentes Bibliográficas:
Amador, J. (2008). Historia y Tradición en Potrero Grande, un pueblo chiricano –panameño, San José, EUNED. Arguedas, J. (2019) Guerra de Coto, 1921: Conflicto, Sociedad Civil y Memoria en
Costa Rica. Tesis para optar por el grado de Licenciatura en Historia, Sede Rodrigo Facio Brenes, Facultad de Ciencias Sociales, Escuela de Historia, Universidad de Costa Rica,
Bloch, M. (1982) Introducción a la Historia. Argentina, Breviarios, Fondo de Cultura Económica. 1°reimpresión. Cañas, J. (1976). Coto. Editorial Costa Rica, segunda edición. Cuestas, C. (1999) Panamá y Costa Rica entre la diplomacia y la Guerra. Panamá, Editorial Litho Chen. Fernández, R. (1984) Cartilla Histórica de Costa Rica. Imprenta Lehmann Editores. FitzGerald, L. (2007). Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos. (Cuarta Edición). Panamá, Editora Sibauste.
González, A. (1994). Costa Rica, el discurso de la Patria. San José, C.R., Editorial de la Universidad de Costa Rica. 1°ed- Molina, V. y González, E. (2016) Historia de Costa Rica. San José, C.R., Editorial Universidad Estatal a Distancia. 1era reimp. de la 1ed. Murillo, J. (1989) Las Instituciones Costarricenses: de las sociedades indígenas a la
23
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Consulta de la prensa digital: Sistema Nacional de Bibliotecas, página de internet
de la Biblioteca Nacional de Costa Rica www.sinabi.org.cr
● El Heraldo, (Del 25 de febrero al 01 de abril de 1921)
● La Tribuna, (Del 26 de febrero al 12 de marzo de 1921)
● Diario de Costa Rica ( del 26 de febrero al 31 de marzo de 1921)
● Diario de Comercio ( Del 26 de febrero al 29 de marzo)
Anexos: Imagen 1: Hito Histórico, localizado en Pueblo Nuevo de Coto, Corredores, Puntarenas
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Imagen 2:
Pintura alegórica de la Batalla de Coto, pintor: Edwin Espinoza Velásquez
Imagen 3:
Pintura alegórica de la Batalla de Coto, pintor: Edwin Espinoza Velásquez.
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Imagen 4:
Armas de costarricenses capturadas por panameños. Ubicadas en el Museo
de la Guerra de Coto, Cuartel Bolívar, David, Chiriquí, Panamá.
Imagen 5:
Placa conmemorativa de la Guerra de Coto, Ubicada donde se depositaron
los restos de los caidos en Coto, Parque Morazan, San José, C.R.
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Imagen 6:
Tropas y soldados que partían hacia el Caribe a luchar contra Panamá, 1921.
Imagen 7:
Soldados costarricenses prisioneros de las fuerzas panameñas, Isla Taboga,
David, Panamá., 1921.
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Imagen 8:
Zona de conflicto limítrofe entre Costa Rica y Panamá.
Imagen 9:
Imagen del DIARIO DEL COMERCIO, JUEVES 03 DE MARZO DE 1921, señalando la zona en conflicto.
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Imagen 10:
Recortes de periódicos de la época, informado a los costarricenses sobre la
Guerra de Coto.( Tomados del DIARIO DEL COMERCIO, MARZO DE 1921)
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