centros históricos italianosarquitectura del movimiento moderno, y que ha ... después de los...

Vivienda, Vol. 14, Núm. 2,México, julio/diciembre de 1989, pp. 224-241

Centros históricos italianos

ALBERTO CEDEN() VALDIVIEZO

I. INTRODUCCION

En los últimos años, el estudio del desarrollo urba-no en México se ha ocupado del análisis de proble-mas como la industrialización, la carestía de lavivienda, la renta del suelo urbano y, más reciente-mente, de la protección ecológica y del medioambiente. Sin embargo, poco se ha avanzado en laproblemática que representa la conservación yreutilización adecuada de las zonas históricas y delmedio urbano que las conforma. Este problema hasido dejado en manos de los restauradores (en elmejor de los casos), para los cuales la preocupaciónprincipal radica en la protección del inmueble his-tórico-artístico (monumento), y en la de algunaszonas monumentales, dicha preocupación se en-cuentra expresada en la Carta de Venecia y la reco-ge nuestra Ley Federal Sobre Monumentos y ZonasArqueológicas, Artísticos e Históricos de 1972.

En nuestro país es inexplicable el abandono delque ha sido objeto el patrimonio urbano (arquitec-tura histórica menor), y la relativa protección que leotorga la antes citada Ley Federal de 1972, deján-dolo a merced de presiones que buscan especularcon la renta del suelo urbano, esto mediante opera-ciones de demolición y sustitución de tales inmue-

bles por una incipiente arquitectura moderna (en elmejor de los casos), que hace caso omiso de la tipo-logía de la arquitectura original y de la circundante.

Además, esto sucede, hoy en día, cuando en lospaíses desarrollados surge un renovado interés porlos centros históricos, interés que es producto, en-tre otras cosas, de la crisis por la que atraviesa laarquitectura del Movimiento Moderno, y que haoriginado que se estime que el medio urbano y ar-quitectónico actual es de menor valor que el quenos precede en la historia (espacios carentes de cali-dad, consistencia, utilidad y adaptación al compor-tamiento social).'

Hasta antes de la Revolución Industrial, las ciu-dades se desarrollaban armónicamente, asimilabancon el paso del tiempo los distintos estilos arquitec-tónicos; es decir, se creaba una arquitectura "naci-da para durar". Pero á partir de la Revolución In-dustrial surgen las construcciones destinadas, yadesde su inicio, a ser demolidas y sustituidas luegode haber sido amortizadas económicamente, por lo

Graizbord, Carlos, "La interpretación sociológica de las formas

urbanas y arquitectónicas", Vivienda, vol. 6, núm. 1, enero-fe-

brero de 1981, México, p. 68.

225vivienda, julio/diciembre de 1989

En México, poco se ha avanzado en la problemuticu uiourüsticu que representa la conservación y adecuada reutilización delpatrimonio urbano construido.

que resulta erróneo pensar que las primeras puedan selección más rigurosa de los inmuebles por inter-ser eliminadas o alteradas para dar lugar a las se- venir, reduciendo las intervenciones a los "monu-gundas.'

mentos" más importantes.

Esta crisis de la ciudad moderna ha llevado a quese desarrolle en Europa una tendencia que conside-ra a los centros históricos como las partes más mo-dernas de la ciudad, y que la burguesía europea seinterese nuevamente por instalar su residencia ysu sitio de trabajo en estos lugares, provocando conesto nuevos problemas.

En México, la crisis económica ha hecho todavíamás crítico el problema tradicional de la conserva-ción de este tipo de inmuebles, pues debido a losrecortes presupuestales, se ha tenido que hacer una

2 Giovenale, Fabrizio, "Analisi e strumentazione per gli interventi

nei centri storici", Italia Nostra, núm. 185, marzo de 1985,Roma, p. 16.

Los sismos que azotaron a la ciudad de Méxicoen septiembre de 1985 evidenciaron la falta de man-tenimiento de los inmuebles históricos, y evidencia-ron también la falta de preparación de nuestrasautoridades para dar una respuesta correcta a pro-blemas globales de conservación; como sabemos,tales respuestas fueron el Programa de RenovaciónHabitacional Popular y, más recientemente, el Pro-grama General de Desarrollo Urbano del DistritoFederal, versión 1987-1988.

El Programa de Renovación Habitacional Popu-lar se enfocó principalmente ala demolición y cons-trucción de vivienda nueva (se mencionan casi 49

226 centros históricos italianos

Los sismos ae 19.55 evidenciaron las conúiciones reales de conservación de la arquitectura histórica menor en la ciudad deMéxico.

mil acciones), 3 que en el caso específico de laszonas históricas no logró integrarse formalmente ala tipología existente.' También se incluyó la "re-habilitación integral" (74 acciones), y la de "prime-ra crujía" (55 acciones). Estos dos últimos tipos deacciones (más interesantes por sus implicacionesteóricas que por el número de intervenciones quese realizaron), quisieron dejar a un lado la concep-ción tradicional que sobre la conservación se tiene,y buscaron un respaldo teórico que les permitierael empleo de formas y procedimientos constructi-vos modernos que tradicionalmente están reñidoscon los edificios antiguos. Los resultados no fueronsatisfactorios debido a una concepción equivocadade la "conservación integral".

3 Departamento del Distrito Federal, Vivienda: reconstrucción de

la gran ciudad, noviembre de 1988, México, p. 28.

4 lsaak Basso, Virginia y Hernández Angeles, Alfredo, "Rehabilita-

ción de monumentos históricos", La rehabilitación de la Vivien-

da, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, p. 64.

El Programa General de Desarrollo Urbano delDistrito Federal, versión 1987-1988, plantea unaperspectiva muy interesante sobre el papel quedebe desarrollar el Centro Histórico; sin embargo,hasta ahora, carece de mecanismos legales efectivosy de recursos financieros suficientes para llevar acabo los objetivos planteados en el Programa.

Estas deficiencias y limitaciones encontradas enlas recientes experiencias mexicanas, nos invitan ahacer una revisión a las aportaciones teóricas italia-nas sobre el debate de los centros históricos de losúltimos años, seguros que es Italia el país que va ala vanguardia, además de contar con el ejemplopráctico más interesante por la extensión, comple-jidad y lo controversial de la intervención: Bolonia.

II. EL CASO ITALIANO

En los años setenta se presenta en Italia un renova-do interés por el problema de los centros históricos.

vivienda, julio/diciembre de 1989 227

Después de los sismos de 1985, en México se presentó la falta de criterios gubernamentales para dar respuestas adecuadas auna problemática de tal magnitud.

Se multiplicaron sobre el tema libros, artículos pe-riodísticos, convenios y simposios. Se buscó, antesque nada, comprender la razón del renovado inte-rés de las clases sociales pudientes para localizar suresidencia y su sitio de trabajo en estos lugares, conbase en el análisis de los nuevos elementos que in-tervienen en el proceso de urbanización del país.Este interés actual por parte de las fuerzas económi-cas dominantes, ha traído como consecuencia laexpulsión de las clases proletarias del centro de lasciudades italianas, y ha acentuado los procesos deterciarización (negocios de lujo, despachos, ofici-nas, hoteles, etc.), tendencias que las administracio-nes locales han tratado de contrarrestar, para locual se promulgaron recientes instrumentos legisla-tivos como la Ley 457 de 1978 en materia de cons-trucción y la Ley 10 de 1977 sobre el régimen desuelos.

Una primera preocupación de los especialistasitalianos era precisamente tratar de delimitar la

zona que debía atenderse por lo que se buscó defi-nir el concepto de "Centro Histórico"; finalmente,llegaron a la conclusión de que con una definiciónse corría el riesgo de dejar fuera del plan regulador(y por lo tanto desproteger), importantes zonas decada ciudad, mismas que quedarían a merced deoperaciones especulativas.' Además concluyeronque resultaba bastante vago tratar de definir unaunidad de medida temporal, que comprendiese suantigüedad o su historicidad, o los parámetros conbase en los cuales se hace un juicio de valor formal,ya sea de naturaleza estética, lingüística o simbó-lica.' Esta serie de limitaciones y de riesgos queimpone una definición, los llevó a plantear la nece-sidad de que el problema de los centros históricos

' Fazio, Mario, // destino dei centri storici, La Nuova Italia, Flo-

rencia, 1977, p. 10.

6 Gorio, Federico, "Critica dell'idea di centro storico", Rassegna

dell'lstituto di Architettura e Urbanistica, núm. 46, Roma,

1980, p. 55.


quede absorbido dentro de una problemática másgeneral: la de las construcciones existentes, que porsu envejecimiento o por los cambios en las exigen-cias de sus habitantes, no son más aptas para la vidade hoy; pero que sin embargo, constituyen un bienpatrimonial de la sociedad y, como tales deben serdefendidas y recuperadas al uso. Actualmente, enItalia se habla más que de centros históricos, de"patrimonio urbano", de "políticas de reutiliza-ción" y de "políticas de recuperación" de las cons-trucciones existentes.

Por "patrimonio urbano" no se debe entender nila simple suma de los edificios históricos, ni unahipotética recuperación de una estructura urbanaoriginaria; patrimonio urbano es el sistema urbanomismo, es decir, es el conjunto de las actividades yde las relaciones, de los hechos y de las caracterís-ticas del ambiente a escala urbana, en su realidadactual, como resultado de una sedimentación yestratificación en el tiempo.' Y la "reutilizaciónurbana" se plantea problemas no tanto de restaura-ción de edificios o de conservación de una imagenambiental, sino de protección y valoración deaquellas situaciones urbanas, de aquellas conexionese interrelaciones.

Los aspectos más históricos y/o ambientales dela realidad urbana, hoy son vistos en términos so-ciológico-urbanísticos: no interesa sólo el valorhistórico-filológico; éste es sólo uno de los factores.Interesa el papel que un determinado elemento oedificio juega en la zona no sólo en términos fun-cionales, sino también en términos simbólicos yemblemáticos, que son el resultado de un conjuntode hechos y de una sedimentación histórica:¿.cómo ha sido usado en el tiempo?, ¿quién loocupa actualmente?, ¿cómo muestra una determi-nada transformación que la zona ha sufrido en lahistoria?, ¿qué aspecto visual ha asumido y cómose manifiesta dicha transformación?, etc. Un edifi-cio puede no ser importante filológicamente, peroser relevante por aquello que significa; la demoliciónde un edificio filológicamente importante puede

' Bel g i oso, Alberico B., "Strumenti progettuali e strumenti legisla-

tivi nel riuso urbano", Biase, C. di et al. (eds.), Riuso e riqualifi-

cazione edilizia negli anni '80, Franco Angeli, Milán, 1981,

p. 242.

ser menos grave que aquella de uno que tenga unfuerte papel funcional o simbólico. Es necesario,pues, dar a los valores histórico-ambientales unadimensión urbanística (importancia de los edificiosno individualmente considerados sino de acuerdo alpapel que juegan en relación a una estructura urba-na), y un valor técnico-sociológico (efectiva impor-tancia funcional y simbólica para los usuarios, ypara determinados grupos en confrontación conotros).

Para tratar de afrontar los problemas de loscentros históricos y los del patrimonio urbano engeneral, ha sido necesario que las administracionespúblicas italianas se fijaran ciertos objetivos, entrelos más importantes destacan los siguientes:

1 o. Rechazo de la expulsión de las grandesmasas populares de escasos recursos eco-nómicos de sus moradas originales, en laszonas centrales de la ciudad.

2o. Freno a la especulación inmobiliaria queacompaña siempre a las operaciones detransformación y en ciertas medidas lasprovoca.

3o. Conservar y valorizar partes de la ciudadque carecen de un particular valor histórico.

El primer y segundo objetivos están íntimamenterelacionados. Sobre el primero de ellos, ya había-mos apuntado cómo en los últimos años ha habidoun interés por parte de los grupos sociales econó-micamente superiores (y por ende, de la especula-ción inmobiliaria), para ubicar en el interior de laszonas antiguas su residencia, sus negocios de lujo,hoteles, despachos, etc., debido a que no encuentranpredios adecuados en las afueras de la ciudad, o aque enfrentan demasiados obstáculos, contenidosen los planos reguladores para la construcción denuevos inmuebles, por lo que han fijado su mira enlas zonas antiguas que les brindan la oportunidadde encontrar un lugar en inmejorable situacióndentro de la ciudad, sin los problemas de tráfico ycon el atractivo de la arquitectura antigua que, ensu conjunto, crea ambientes urbanos más humanos,

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En Italia, uno de los retos mayores radica en tratar de controlar a la especulación inmobiliaria que provoca las transforma-ciones en las zonas históricas. Foto: Panorámica de la ciudad de Perusa, Italia.

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y que representan, por tanto, una mercancía cadavez más escasa, siempre más difícil de reproducir.

Al otro lado del extremo de este problema seencuentran los habitantes tradicionales, general-mente grupos sociales con renta baja, entre loscuales hallamos artesanos, pensionados, pequeñoscomerciantes, estudiantes, etc., quienes con laexcusa de llevar a cabo operaciones de renovaciónurbana son desalojados de sus moradas, para serreubicados en viviendas construidas por el Estadoen la periferia. Su respuesta a estas presiones delcapital inmobiliario han sido las "luchas urbanas",que se han venido desarrollando a partir del movi-miento de 1968, y que buscan la reconquista de laciudad entendida como "un organismo viviente ypara todos", y no únicamente como una mercancíaque se fracciona y disfruta por zonas, de acuerdo al

estrato social.' Estas "luchas urbanas" con carácterde reivindicaciones sociales asumen, en la opiniónde algunos especialistas, el carácter de lucha declases, en la cual los partidos políticos toman posi-ciones al respecto.

De esta manera, una preocupación primordialpara la administración pública italiana ha sido evitarque los grupos populares, que aún habitan en estaszonas, sean movilizados, para lo cual argumentanque dichos grupos todavía conforman una estruc-tura socioeconómica relativamente equilibrada, yque su eliminación contribuiría a acelerar e inclusi-ve a concluir el proceso de apropiación y/o de res-tructuración del territorio, capitaneada por el capi-tal inmobiliario, así como a la destrucción de unadimensión humana de la ciudad.S Fazio, Mario, op. cit., supra nota 5, pp. 5 y 9.


Al afrontar la problemática de la conservación una de las primeras dificultades es delimitar la zona por atender. Foto: Callecerrada al tránsito en la ciudad de Bolonia, Italia.

El segundo objetivo, es decir el freno a la especu-lación inmobiliaria, está íntimamente ligado al pri-mero, ya que ésta constituye el principal agentepromotor de la expulsión de los grupos con rentabaja de las zonas históricas para lo cual, en lamayoría de los casos, se apoya en operaciones de"renovación urbana" que en realidad son procesosde transformación de las áreas degradadas que secaracterizan por algunas constantes: terciarizaciónde la zona y la sustitución, en las partes todavíadestinadas a vivienda, de los habitantes originales,por otras categorías sociales con mayor poderadquisitivo.'

Piccinato, Giorgio, "El problema del centro histórico", Giardini,

Francesco y Falini, Paola (eds.), Los centros históricos, Gustavo

Giii, Barcelona, 1983, p. 27.

Este tipo de operaciones han sido llevadas a lapráctica en todas partes, sin embargo, son muy co-nocidos los casos de Estados Unidos y de París,donde las renovaciones urbanas hall alcanzadomayor grado de eficiencia. En Estados Unidos losurban renewal programs han buscado en realidadromper ghettos de negros, 1 ° mientras que en París,las operaciones de renovación urbana han logradoespecular con las colonias populares mediante la"demolición-nueva construcción" y la "conserva-ción formal", en la cual sólo permanecen las facha-das, pero el interior es restructurado y destinado ausos más productivos."

1 0 Castells, Manuel, La cuestión urbana, Siglo XXI Editores, México,

1976, p. 340.

11 Fazio, Mario, op. cit., supra nota 5, p. 95.

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Así entendemos cómo las renovaciones urbanasse han convertido en poderosos instrumentos ideo-lógicos para el desalojo de los grupos sociales origi-nales de las zonas centrales. Sin embargo, como yase había mencionado, este tipo de operaciones harecibido como respuesta acciones de lucha quebuscan una reapropiación popular de la ciudad,ligándose para lograrlo a los partidos políticos deizquierda. En Italia es todavía más evidente estedesplazamiento hacia la izquierda del eje político,que en el resto de los países occidentales.' 2

La especulación inmobiliaria italiana se interesapor las zonas centrales de las ciudades, a raíz deque vio limitada su participación en las zonas peri-féricas por dos factores principalmente: la regula-ción del crecimiento de las ciudades con base en losplanes de desarrollo urbano y la crisis del mecanis-mo desarrollo-urbanización, que se traduce endeseconom (as y en factores relacionados con sugran dimensión: congestión, carencia de servicios,contaminación, formación de ghettos, desaprove-chamiento de recursos humanos y materiales.

Como consecuencia, el sector de la construcción(brazo de la especulación inmobiliaria), se ve en lanecesidad de cambiar su accionar, dejando de cons-truir viviendas nuevas en la periferia para interveniren las zonas centrales.

El tercer objetivo se refiere a la tendencia a con-servar y, por lo tanto, a valorar, a través de laconservación, partes de la ciudad que aún nocuentan con un valor histórico en particular; paracomprender dicho objetivo se requiere tener claroqué se debe entender por "conservación".

La acepción tradicional del término es aquellaque le ha asignado la evolución de las teorías sobrela restauración. Así pues, en la medida en que elsignificado de la restauración ha variado, lo hahecho también el de la conservación puesto que,en forma general, para los restauradores, la finali-dad de restaurar es precisamente la de conservar:

12 P i cc • nato, Giorgio, op. cit., supra nota 9, p. 27.

Al reutilizar las edificaciones se lleva a cabo una conserva-ción efectiva y concreta de lo existente, con lo cual se es-timula y se hace posible un uso diverso y compatiblerespecto al pasado, como es el caso de esta fachada de laciudad de Bolonia, Italia.

"restaurar es el medio para llegar a conservar; con-servar es un fin y restaurar un medio". '3

A raíz del proyecto para intervenir el CentroHistórico de Bolonia en 1972, Pier Luigi Cervellatipropuso la "conservación integral"' definiéndolacomo la "integración y el uso del bien cultural a/ypor la colectividad y no por aquella `elite clasista'que lo produjo y de la cual fue expresión y lovalorizó",' a también la definió como "principio

13 Stefano, Roberto di, "Le istituzioni del restauro: brevi note su

una storia di ambiguitá", Riuso e riqualificazione edilizia negli

anni '80, op. cit., supra nota 7, p. 356.

14 Cervellati, Pier Luigi, "Bologna: la difesa di un progetto", Cecca-

relli, P. e Indovina, F. (eds.), Risanamento e speculazione nei

centri storici, Franco Angeli, Milán, 1977, p. 86.


irrenunciable para modificar, cambiar—revolucio-nar— los métodos y los objetivos del desarrollourbano-territorial".' s

Sin embargo, la conservación integral, revolucio-naria en su momento, enfrenta una fuerte oposi-ción por parte de las teorías actuales que buscanmétodos más adecuados para intervenir en las zo-nas históricas. La crítica se ha enfocado en el senti-do de que este método (que busca constantes tipo-lógicas), se pretende aplicar indiferentemente a todoel patrimonio urbano, como método único sin queimporten las diferencias de tiempo y lugar.

Para la moderna "política de reutilización", con-servar quiere decir "atribuir continuamente un pre-sente al espacio, transformándose en obrar en elpresente para el presente, ahí donde este últimopuede tener raíces antiguas y recientes".1ó

Para esto se propone el seguimiento de algunasreglas:

a) La conservación requiere, antes que nada, elconocimiento interpretativo del espacio exis-tente, esto es, la valoración profunda y noparcial de su calidad con la cual medir el gra-do relativo de espacialidad, comprender loselementos constitutivos, los procesos evoluti-vos o regresivos, los tipos y modos de las trans-formaciones y, en potencia, los peligros sobrelos cuales está expuesto.

b) La conservación así entendida tiene una pro-yectualidad que no se circunscribe sólo a man-tener funciones distintas (residenciales, pro-ductivas, sociales, cívicas), sino también asaber impulsar aquellas medidas que juntasaseguren la supervivencia de todas sus dimen-siones espaciales actuales, y su desarrollo en eltiempo con medios y formas revividos en elpresente.

Cervellati, Pier Luigi, "Una politica per i monumenti", Parame-tro, núm. 29, septiembre de 1974, Bolonia, p. 42.

Cusmano, Mario G., "Lo spazio della conservazione", Riuso e ri-

qualificazione edilizia negli anni '80, op. cit., supra nota 7,

p. 322.

La limitación de la conservación integral en Italia se encuen-tra en riesgo de una simplificación en el método de progra-mación y proyectación de las intervenciones. Foto: Callede la ciudad de Bolonia, Italia.

c) La conservación tiene una naturaleza propiade selección "continua" porque es fundamen-tal un redescubrimiento voluntario: un redes-cubrimiento de realidades ya consideradasobsoletas, de modelos culturales desviados, designificados descuidados o desatendidos.

d) La conservación debe saber nutrir y desarrollarel conocimiento de que la llamada "ciudad depiedra" es sólo aparentemente la dimensiónmás sólida y, por lo tanto, prominente y pre-valente, inclusive en el acto de su proyecciónmientras, de hecho, tiene una fragilidad pro-pia cuando carece o es pobre de las otras di-mensiones.

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, ivienda, julio/diciembre de 1989 233

!II. DIVERSOS CRITERIOS SOBRE LAS cuentra en espera de soluciones adecuadas a losINTERVENCIONES problemas de la vivienda y de la ciudad.

En Italia existe lo que se conoce como "proyectoarquitectónico" que se refiere a los criterios de in-tervención en las zonas históricas que se apoyan enmétodos proyectuales. Por otra parte, ha surgidoen los últimos años una corriente diferente que seconoce como "proyecto político" y que busca, me-diante formas indirectas de intervención (comomodificar el comportamiento natural del mercado),extender sobre todo el espectro de la degradaciónprocesos de "recuperación continua". La importan-cia de esta última tendencia consiste en que, conlas formas de intervención "directas" o proyectua-les, las intervenciones se concentran en donde semanifiestan condiciones de mayor degradación, porlo que en la práctica resultan intervenciones de tipopuntual, y para las cuales el sector de la construc-ción parece mejor equipado, pero que finalmenterequieren inversiones enormes.

1. El problema de la proyectación

Paradójicamente la arquitectura, cuando por fin seha impuesto como un problema social relevante,por medio de la cual todos reconocen la necesidadde recuperar la "calidad del ambiente" (así sea ladel pasado), pues precisamente entonces parecedesaparecer del campo.

La práctica burocrática de la restauración con-servativa parece señalar el fin de la arquitectura en-tendida como "la capacidad de construir significa-dos a través de la manipulación de los espacios", obien, como la "capacidad de recuperar las cualida-des de los espacios existentes a través de su reinser-ción en un circuito de significados contemporá-leos". t 7

Es innegable el estado de atraso que guardan lasdisciplinas proyectuales en contraposición a la ma-durez alcanzada por la demanda social, que se en-

17 Clementi, Alberto, "Progetto politico e progetto architettonico

nel recupero ",Attidi Convengi e Seminari, Facoltá di Ingegneria,

Universitá degli Studi di Roma, Roma, 1978, p. 78.

La enorme brecha existente entre la manera dejuzgar la realidad por parte de los arquitectos-urba-nistas, y el modo propio de hacerlo por parte de lamasa de destinatarios de las intervenciones, así co-mo la preocupante incapacidad de los modelos pro-yectuales que deberían asimilar las aspiracionescolectivas más profundas, atestiguan el estado decrisis de la relación entre la cultura social y la cul-tura de los especialistas, sean arquitectos, urbanis-tas, historiadores del arte, etcétera.

Expresión tangible de esta crisis es la pérdidaentre "lugar", entendido como producto específicode las unidades asentadas, y "espacios", entendidocomo categoría operativa de la arquitectura-urba-nismo y, por lo tanto, regulada a través de criteriosde tipificación basados en estándares, tipologías,etc., y controlables sólo sobre el plano del "buengusto". No parece acertado el regreso a una líneade investigación proyectual que en el pasado ha in-dividualizado, en el dato "morfológico-estilístico",la clave de la relación con las expresiones ambienta-les. Más significativa parece la contribución propor-cionada por los estudios sobre análisis urbano,iniciados en Italia por S. Muratori, y que handesembocado hoy en una teoría sistemática de laconservación a través del método de la clasificacióntipológica. La aplicación de este método, experi-mentado en particular en Bolonia, y conscientesdel automatismo que lo hace utilizable en contextosmuy diferentes, se convierte en un instrumento dejuicio absolutamente válido para cada ciudad.

2. El método de la conservación integral

La conservación integral (esquemáticamente repre-sentada a través de la experiencia en el Centro His-tórico de Bolonia), tiene entre otros méritos el ha-ber demostrado la posibilidad de una gestión públi-ca en el proceso de recuperación con fines sociales;sin embargo, ha producido el riesgo de una simpli-ficación en el método de programación y proyec-ción de las intervenciones. Este método se basa en


el supuesto de que es necesario encontrar una co-herencia entre las formas de uso actual y las delasentamiento tipológico originario (o al menos conel precedente de la ciudad industrial). Esta necesi-dad se asume como objetivo para el proyecto deconservación, el cual deberá tender hacia la recons-trucción científica de las características urbanas yconstructivas que conformaron la ciudad antigua.Así, el método de la "conservación integral", pro-puesto por Pier Luigi Cervellati encuentra su prin-cipal crítica y obstáculo, en el hecho de que se pre-tenda aplicar como único método a todo el patri-monio construido existente sin distinción, indepen-dientemente de diversas condiciones de calidad, deépoca y de lugar.

Un papel determinante en este método es elanálisis tipológico, entendido como instrumentocientífico de individualización de los modelos deproyección que han precedido a la realización delos edificios antiguos, y que actualmente deben pre-ceder la definición de los modos de recuperación.Después que se ha profundizado en el conocimien-to de los modelos que conformaron la estructuradel centro histórico, se pasa a la formulación depolíticas de intervención, cuya finalidad sea la re-cuperación de la coherencia entre la tipología anti-gua y las funciones propias del vivir contemporá-neo; posiblemente con estas políticas se busque elconsenso popular, a través de oportunos canales departicipación pública.

En realidad este proyecto de refuncionalizaciónde las tipologías constructivas antiguas a las nuevasnecesidades (o bien, entendiéndolo como el proyec-to de funcionalización de las necesidades actuales alas estructuras antiguas), tiende a imponer objetivosy contenidos propios de las disciplinas urbano-ar-quitectónicas a los procesos de transformación eco-nómica y social que se dan en la ciudad.

3. La política de la reutilización

Esta posición surge en Italia entre los últimos añosde la década de los sesenta y primeros años de lossetenta, y señala una óptica diferente en la manera

de afrontar la pol ítica constructiva. Las condicionesque provocan tal cambio son las siguientes:1'

a) El problema de la vivienda se ha presentadopor primera vez más ligado a su distribución(entre grupos sociales, entre zonas y regiones,entre usos y entre "tipos") que a su carencia.

b) Se ha desarrollado, como en otros países euro-peos, un fuerte conflicto social que ha tenidoen la vivienda y en las "condiciones urbanas"algunos de sus elementos centrales.

c) Ha madurado una larga reflexión sobre laoportunidad, necesidad y criterios de conser-vación de los centros históricos. Finalmente,el problema ha sido incluido en un cuadro deconsideraciones más complejas y paradójica-mente más concretas: aquél de la política ha-bitacional y urbana.

Surge así en Italia una posición nueva y alterna-tiva que incluye el problema de los centros históri-cos como parte de una problemática más generalque es el "problema de la vivienda" y dentro delcual el problema de la recuperación del patrimoniourbano ocupa el primer lugar. No debemos olvidarque en Italia por cada habitante hay un cuarto ohabitación, y que sin embargo existe déficit de'ha-bitaciones, lo cual demuestra que el problema noradica en producir más viviendas, sino en recuperary reutilizar las existentes, distribuyéndolas adecua-damente.

Esta posición es fruto de las luchas de 1968 y detoda la carga y la tensión política de aquellos años,en los cuales la cultura urbanística finalmente con-cede su verdadera importancia a las luchas urbanasque demandan vivienda, servicios y un modo diver-so de administrar la ciudad y el territorio.

Así, el significado del término "reuso" (o reutili-zación) se convierte en la posibilidad de satisfacerel déficit habitacional a través de la recuperacióndel tejido residencial existente; en la posibilidad de

t a Secchi, Bernardo, "Riuso e 'dintorni' ", Riuso e riqualificazione

edilizia negli anni '80, op. cit., supra nota 7, p. 18.

vivienda, julio/diciembre de 1989

Al reutilizar las edificaciones se lleva a cabo una conservación efectiva y concreta de lo existente, con lo cual se estimula y sehace posible un uso diverso y compatible respecto al pasado, como es el caso de esta fachada de la ciudad de Bolonia, Italia.

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recalificación de las estructuras urbanas a través deuna cuidadosa política de servicios, y en la posibi-lidad, finalmente, de que las clases históricamentemarginadas se reapropien el uso social y colectivode los espacios urbanos, invirtiendo la relación entre"público" y "privado" en la manera de disfrutar-los. 19

El reuso o reutilización también es entendidocomo la recuperación funcional de los objetos ar-quitectónicos, para los cuales se ha llevado a caboel abandono de sus valores de uso, provocado porvariaciones en los procesos económicos, que hanhecho incompatibles a las estructuras constructivasexistentes con las nuevas técnicas y modos de uso.

19 Dezzi Bardeschi, Marco, "Limiti e modi della conservazione",

Riuso e riqualificazione edilizia negli anni '80, op. cit., supra

nota 7, p. 306.

Por último, reutilización significa también la vo-luntad y posibilidad de limitar o detener el creci-miento urbano, tratando de encauzar la indiscrimi-nada construcción de un "nuevo" pésimo, por lotanto significa también, la voluntad de una relec-tura crítica de la concepción modernista de este"nuevo" destinado fatalmente a sustituir todo yrápidamente, lo existente.

Pero para que esto sea posible se necesita conser-var o más bien demostrar saber conservar, de modoque la reutilización se convierte en el modo naturalde llevar a cabo una efectiva y concreta conserva-ción de lo existente (ambiente, territorio, ciudad,edificio, manufactura), estimulando y haciendo po-sible un uso diverso, pero de cualquier forma com-patible respecto al pasado. Esta parece ser la clavedel problema y su gran diferencia con la conserva-ción integral, tal como ya habíamos visto.


En conclusión, podemos decir que el nuevo ypositivo aspecto de la reutilización es, sustancial-mente, el de haber abierto la perspectiva de una"lectura" sobre la ciudad que no la limite al papelde simple contenedor de las actividades humanas, yse esfuerce en descifrar más que el aspecto cuanti-tativo (en términos de vanos y vacíos por llenar), elaspecto cualitativo de la complejidad urbana.

Sobre estos aspectos giran actualmente losdebates, los nuevos instrumentos técnicos y legisla-tivos son evaluados para la consecusión de talesfines.

4. La política de la recuperación como guía de losprocesos del mercado

Otra tendencia reciente a la vez que interesante, esaquella que busca solucionar los desequilibrios exis-tentes en el sector habitacional, por medio del con-trol de los procesos comunes del mercado de lasviviendas, a través de algunos instrumentos que re-sultan claves.

Para Alberto Clementi y Mario de Grassi, 20 laafirmación de las "razones de la arquitectura-urba-nismo" solamente puede ser eficaz si éstas son con-mensuradas con la naturaleza de los procesos eco-nómicos y sociales en juego, o bien, si se es capazde gobernar los efectos que esta contribucióngenera en la dinámica del mercado, así como lastensiones que se desencadenan entre las diversasfuerzas socies involucradas: especuladores inmobi-liarios, propietarios, inquilinos en diversas condi-ciones de necesidad, etcétera.

Así, el objetivo debe ser el de plantear el proble-ma de la planificación del recupero (recuperaciónde inmuebles), no sólo como un problema de ar-quitectura-urbanismo tradicional, sino tambiéncomo un problema de mediación política entre losintereses representados por los que invierten enoperaciones de recuperación y los de aquellos usua-rios sobre los cuales se cargan los costos de dichas

2° Clementi, Alberto y Grassi, Mario de, // fabbisogno di recupero,

Universitá di Roma, Roma, 1981, p. 23.

operaciones. Esto significa, implicítamente, atribuira la administración pública la responsabilidad dellevar a cabo las condiciones para que las lógicas delmercado, que mueven a propietarios y emprende-dores, resulten coherentes con los fines sociales dela recuperación de inmuebles antiguos, al menosdentro del cuadro de compatibilidad determinadopor los recursos disponibles.

Instrumentos fundamentales de esta nueva "po-lítica de recuperación" deben ser las "convencio-nes". Estas deberán convertirse en el instrumentoque regule las relaciones entre propietario, local einquilinos eventuales.

Junto a las convenciones adquieren gran impor-tancia la disponibilidad de un sistema informativo,apto para hacer transparentes las valoraciones téc-nico-económicas efectuadas, y el cuadro cognosci-tivo sobre el cual éstas se fundan. Surge así unaprimera dificultad: cómo acceder a la informaciónadecuada y actualizada.

El segundo problema es ¿con qué criterio organi-zar y estructurar la gran masa de información po-tencialmente disponible en los archivos magnéticosdel sistema de información indicado?

Para esto, un primer criterio será el de seleccio-nar los parámetros útiles para individualizar las áreasen las cuales se ha concentrado el interés de losoperadores inmobiliarios, para promover interven-ciones de restructuración-transformación tanto ensentido funcional como social. Otro criterio consis-tirá en identificar las áreas donde se concentra laresidencia, en especial aquella que es habitada porlas clases populares con bajos niveles de renta, paramedir su calidad, su estado de degradación y lascondiciones habitacionales en su conjunto.

La puesta en práctica de los dos criterios antesmencionados, permitirá la localización de ámbitosen los cuales la situación de malestar habitacionalsea tal, que no haga previsible una capacidad autó-noma de acción por parte de la población residente,para mejorar las condiciones constructivas de losinmuebles o para soportar gastos mayores en los


alquileres, motivados por hipotéticas intervencionesde recuperación por parte de la iniciativa privada.

En caso de que tales ámbitos se encuentren su-peditados a intereses particulares, como el alza delos valores inmobiliarios (consecuencia de un parti-cular interés de localización ya sea de actividadesterciarias o de residencia calificada), es previsible elsurgimiento de una forma específica de conflictourbano. De esta manera el objetivo final de lainvestigación será el individualizar las áreas de con-tacto entre los ámbitos de malestar y aquéllos suje-tos a una transformación potencial; estos ámbitos,que definimos como de "contacto crítico", debenser el objetivo primordial en la elaboración de los

planos de recuperación, ya que constituyen zonasen las cuales las contradicciones entre los diversosestratos sociales tienden a asumir una formaexplícita, incluso en el plano político.

La necesidad de cuantificar, en términos econó-micos, el monto de los gastos que representa parala administración pública una política que busca laconciliación de intereses distintos (de propietariosy de inquilinos, por ejemplo), a través de un usoarticulado de subvenciones y financiamientos—encuadrado en una estrategia de utilización ampliadel instrumento de la convención—, constituye unapremisa indispensable para una práctica diversa dela planificación del recupero, en la cual "las razones

A través del control de los procesos normales del mercado de la vivienda es posible resolver los desequilibrios del sector habi-tacional. Foto: Calle de la ciudad de Bolonia, Italia.


de la arquitectura y las del urbanismo" puedenunirse a los problemas concretos de la administra-ción y de la política para toda la ciudad.

Los autores señalan que es sobre estos temas ysobre las indicaciones técnico-operativas que éstosimplican, que es necesario proseguir el trabajo deinvestigación.

IV. INSTRUMENTOS LEGISLATIVOSRECI ENTES

La ley número 457 del 5 de agosto de 1978 consti-tuye, en el panorama de la legislación sobre loscentros históricos italianos, una novedad; sustituyea la ley de 1942, en ella, por primera vez, se deslin-daron las funciones del organismo urbanísticooficial que opera en el sector de las intervencionessobre lo ya existente. Para tal fin, introdujo unnuevo instrumento urbanístico a nivel de plan regu-lador: el "Plan de Recuperación", dotado de pro-cedimientos más simplificados, para facilitar la pre-visión no sólo de las características de las interven-ciones, sino también (y a veces sobre todo) de lasmodificaciones permisibles en el destino del uso,así como de las eventuales condiciones para larealización de tales modificaciones. 2 t

Durante muchos años los centros históricos ita-lianos carecieron de instrumentos específicos deplanificación y de control, salvo los proporciona-dos por la Superintendencia de Monumentos,organismo que, en el mejor de los casos, luchabapor la defensa de la integridad física de los edificioscatalogados como monumentos. Por tal motivo, enel periodo que va de 1950 a 1980 dichos centrosperdieron la mitad de su población, se transforma-ron en sitios que alojan actividades terciarias porlo que, en gran medida, dejaron de tener aquellacaracterística de lugares complejos y articuladospara el desempeño de funciones combinadas, que

21 Lombardi, Giorgio, "La ridefinizione degli strumenti urbanisticidi intervento nei centri storici", Riuso e riqualificazione edilizianegli anni '80, op. cit., supra nota 7, p. 204.

los hacían en verdad "la parte más moderna de laciudad".22

La ley 457 de 1978 se refiere a aspectos talescomo el financiamiento y los procedimientos parala creación de un programa decenal encaminado ala construcción de viviendas subsidiadas. Su interésprimordial radica en el título IV, que es donde seintrodujo la nueva disciplina para la recuperaciónde las construcciones existentes, ya que su accionarcomprende no sólo los centros históricos, sinotambién todas las demás partes de las ciudades,claro está, siempre y cuando existan razones depeso para llevar a cabo dicha conservación. Para talfin se previó, también por primera vez, el acceso anotables financiamientos públicos 23

Las operaciones de recuperación definidas en laley se agrupan de acuerdo a las siguientes categoríasde intervenciones: a) de mantenimiento ordinario;b) de mantenimiento extraordinario; c) de restau-ración y saneamiento conservativo; d) de restruc-turación constructiva, y e) de restructuraciónurbana. La propia ley señala para cada una de lascategorías anteriores las formas específicas deintervención.

El artículo 27 de la ley previene que, en el casode que el Plan Regulador General subordine cual-quier categoría de intervención en el centrohistórico a la existencia de un plan de recuperación(en ausencia de tal instrumento), la misma leyautorizará las intervenciones de mantenimientoordinario y extraordinario, así como las de restau-ración y de restructuración constructiva, relativasexclusivamente a obras internas en unidades inmo-biliarias aisladas, en el entendido que deberánmantener su uso residencial.

Los planes de recuperación pueden ser elaboradosdirectamente por la comuna o por los propietariosreunidos en consorcio, y no requieren la aproba-

22 Cervellati, Pier Luigi, "II significato urbanistico del riuso", Casa-

be//a, núm. 442, diciembre de 1978, Milán, p. 16.

23 Samperi, Piero, Gestione dei complessi urbani, La Goliardica,

Roma, 1979, p. 151.


ción regional; aspecto, este último, que es fuerte-mente criticado, ya que se considera como un saltoen el vacío. La crítica se fundamenta en el hechode que es muy reducido el número de los centroshistóricos que disponen de instrumentos eficacesde control, conforme a las indicaciones de la ley.El peligro, según los críticos, radica en que se podráver el área de los centros históricos cubierta, pocoa poco, por microintervenciones llamadas "Planesde Recuperación", redactados para cada ocasiónsin referencia a un plan general, con el riesgo decomprometer más que de proteger los objetivos desalvaguarda y de recuperación.

V. CONCLUSIONES

Las ciudades italianas han alcanzado una etapa ensu desarrollo que les permite contar con una seriede instrumentos legislativos y técnicos creados paraconservar integralmente sus centros históricos y,recientemente, pretenden que esta protección seextienda a todo el patrimonio urbano.

Al mismo tiempo, han descubierto que el pro-blema del déficit habitacional no se resuelve con laconstrucción de más viviendas, y que sólo lograránabatirlo si aprovechan y distribuyen adecuadamen-te las que ya existen.

De este modo, han surgido diversos criteriossobre la forma más pertinente de intervenir, para locual las recientes aportaciones legislativas (la leynúmero 457 de 1978 y la ley número 10 de 1977)proporcionan amplias posibilidades a las adminis-traciones locales para el control de los cambios enel uso del suelo. El análisis de estos nuevos métodosde intervenir, así como el de los instrumentos legis-lativos, pensamos, constituyen un filón que muchopuede aportar a la escasa experiencia mexicana.

La ciudad de México, al igual que la inmensamayoría de las grandes ciudades capitalistas, seencuentra en una etapa previa a la lograda por lasciudades italianas, etapa en la cual todavía no se dauna real comprensión de la importancia que tienela conservación de los centros históricos, y menosaún la del patrimonio urbano en general. Es más,

nos atrevemos a sostener que en el caso de Méxicono se conocen suficientemente las actuales conno-taciones que se le asignan a la conservación, mismasque hemos procurado exponer a lo largo de estetrabajo.

El Estado mexicano dedica anualmente grandessumas a la construcción de vivienda nueva de interéssocial (intervenciones "directas"), que sólo parcial-mente han logrado abatir el déficit habitacional.Sin embargo, creemos que el problema de la ciudadde México en la actualidad no es tanto de produc-ción sino de distribución. De cualquier forma, granparte de la población con menores ingresos resuel-ve su problema mediante la autoconstrucción,sobre todo por no ser derechohabientes de lasinstituciones que otorgan créditos hipotecarios.

En el caso de la población que resuelve su pro-blema habitacional a través del alquiler de viviendaso cuartos, se hace indispensable dirigirse al empleode formas de intervención "indirectas", capaces deextender progresivamente sus beneficios a todo elpatrimonio urbano construido y que no representencuantiosas erogaciones sobre el gasto público.Debemos recordar que el déficit de viviendas paraalquiler es cada vez más crítico, y que podríamosllegar a un punto donde, además de ser alarmantela situación, fuera muy difícil invertir el proceso.

Este tipo de intervenciones "indirectas" nosobligan necesariamente a volver la vista sobre elpatrimonio urbano, donde verdaderamente pocosrecursos se han dedicado de manera planeada parasu recuperación. Intervenciones como las del Pro-grama de Renovación Habitacional Popular final-mente adoptaron el aspecto de las tan criticadasintervenciones francesas de renovación urbana.

Es muy importante tener en cuenta que en laciudad de México, en sus zonas de carácter histórico,es donde se están gestando los principales movi-mientos urbanos, y que, además, con el paso deltiempo y con el crecimiento de la crisis tiendena incrementarse. Estos movimientos dirigidos porlos partidos de izquierda, están provocando impor-tantes presiones políticas que, en el futuro, podrían


convertirse en verdaderos dolores de cabeza para elactual gobierno capitalino.

Es pues el momento de preguntarnos si bajo laactual forma de gobierno es posible esperar uncambio de actitud y una voluntad política positivahacia la conservación de estas zonas y que seextienda progresivamente hacia todo el patrimoniourbano en general, sin olvidarse claro de la pobla-ción que las habita, que ya no está de acuerdo enseguir aceptando la forma en que se administransus ciudades.

Los objetivos planteados en el Programa Generalde Desarrollo Urbano del Distrito Federal (versión1987-1988), con respecto al centro histórico noshicieron abrigar la esperanza de un posible cambiode actitud en cuanto a la atención de estos proble-mas, pero pensamos que para que éste se dé, dichosobjetivos deberán acompañarse de todo un conjuntode acciones bien planeadas que se aplicarían inicial-mente en estas colonias, mediante el trabajo real yconstante con los grupos populares que las habitanpara, de esa manera, recuperar su confianza . Lasacciones propuestas deberán incluir también finan-ciamientos y apoyo técnico adecuado y permanen-te; convenciones en las que se ponga de relieve eltipo de contradicciones existentes y las zonas deconflicto más urgentes por atender, además de unaprofunda revisión legislativa.

Pero antes de que esto pueda llevarse a cabo,insistimos, es primordial entender que la madurezen la actitud hacia los problemas de conservacióny reutilización del patrimonio urbano es conse-cuencia de haber logrado madurez en la compren-sión de los problemas a los que se enfrenta eldesarrollo urbano en nuestra ciudad, así como en lamanera de administrarla lo que, a su vez, implicauna verdadera voluntad para resolver los problemas

que la agobian, como son: gigantismo, aglomeración,contaminación ambiental, insatisfacción social,especulación inmobiliaria sin control, etc. Debemosrecordar que la política de recuperación urbanasólo es posible si se afronta en un ámbito territorial.

También se requiere una labor educativa entre lapoblación residente de las zonas históricas, en laque participen servidores públicos, facultades ycolegios de arquitectos e ingenieros y la ciudadaníaen general, para que comprendan la verdaderaimportancia de la conservación y para que tenganconciencia de las ventajas que de ella podríanderivarse.

Las anteriores recomendaciones tienen como finúltimo hacer hincapié en la necesidad de que losposibles programas de intervención sobre el patri-monio urbano se incluyan dentro de los actuales ymás urgentes planes de vivienda.

El arquitecto Alberto Cedeño Valdiviezo es egresado de la EscuelaSuperior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Na-cional (IPN). Asimismo ha realizado las siguientes especializacionesde posgrado: en Desarrollo Urbano en El Colegio de México; Arqui-

tectura y Urbanismo en la Facultad de Arquitectura de la Universi-dad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Administra-ción Pública en el Instituto de Estudios Superiores en Adminis-

tración Pública.

Por otro lado, también ha llevado a cabo diferentes cursos en el

extranjero como los siguientes: Restauro dei monumenti, en Floren-

cia, Italia; Architettura di Andrea Palladio, en Vicenza, Italia, y

Planificazione urbanistica applicata alíe aree metropolitane, en

Roma, Italia.

Dentro de los cargos que ha desempeñado a lo largo de su trayecto-ria profesional destacan el de Supervisor de Obra en la Delegación deMilpa Alta, del Departamento del Distrito Federal; Residente Gene-ral del Estado de jalisco, en la SEDUE; Residente de Obra en elConsorcio Constructor Mexicano, y como Auditor de Obra enel INFONAVIT.

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