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CES ED EN EL CONFLICTO DELTERCER MUNDO Y LA SEGURIDAD INTERNACIONAL EN LA DECADA DE LOS 80,s. - De la revista 5tSurvivalU Nov./Dic. 1980. Traducido por D .Francisco J, el TCOL. de Aviación BAUTISTA JIMENEZ Agosto—septiembre 1981 BOLETIN DE INFORMACION n2 147-1V

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CES ED EN

EL CONFLICTO DELTERCER MUNDO Y LA SEGURIDAD INTERNACIONAL

EN LA DECADA DE LOS 80,s.

- De la revista 5tSurvivalU Nov./Dic. 1980.

— Traducido porD .Francisco J,

el TCOL. de AviaciónBAUTISTA JIMENEZ

Agosto—septiembre 1981 BOLETIN DE INFORMACION n2 147-1V

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El terna de este a?io de ]a Conferencia Anual del Instituto, quese celebró del 11 al 14 del pasado septiembre en Stresa, Italia, fue “ElCqflicto del Tercer Mundo y la Seguridad Internacional.”. James R.. SchlesiQger centró la idea fundamental de su discurso, repetida más adelante, enque la razón fundamental del incremento de Ja conflictividad en el TercerMundo es la decadencia relativa del poderro norteamericano, término, como él lo bautizó, de “Pax

No hace falta d.ecir que no todos los participantes est&ndeacuerdo con este punto de vista, desacuerdo manifestado claramente en muchasocasiones y que originó discusiones sobre una amplia gama de problemas yargumentos. Otros documentos preparados en la Conferencia se publicaránmás tdelante en las series documentales Adelphi.

El Doctor Schlensinger, que ha ejercido como Secretario Norteamericano de Defensa y de Energra, es un asiduo de la Escuel.a de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad de Johns Hopkins, Was-hington.

Discurso de James R. Schlesinger, 11 de septiembre de 1980.

El tema de la Conferencia Anual del Instituto es “Conflicto ySguridad en el Tercer Mundo”, y la respuesta a la pregunta impl!cita en elcitado tema y relacionada con el futuro, es muy simple: Las perspectivaspara lo que queda de siglo son de incrementó de la conflictividad y de la —

inestabilidad. La razón fundamental es igualmente simple: La relativa decadencia del poderro norteamericano y junto a ello, la dismiñufda voluntaddel pueblo norteamericano para desempei’ar su papel. mezcla el fin de la

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Pax Americana. Aunque las perspectivas para el futuro se presenten sombrras estamos en un peri’odo de transicjóñ internacional en donde el antiguoorden cambia y le cede su puesto a otro nuevo. El balance del siglo tiene ca_racterrstjcas indeterminadas y refleja la lenta disminución de la coberturade seguridad internacional, antes proporcionada por los Estados Unidos ,enparte sin proponérselo y en parte mediante una poirtica deliberada, durante un perrodo de treinta a?íos desde la finalización de la Segunda GuerraMundial Igual que en muchos perfodos de transici6n, el futuro permanece inexplorado.

El resultado final reflejará el desenlace de fuerzas identifica—bies pero hoy dfa imposible de medir. La primera es el grado de realismo entre ios lfderes del Tercer Mundo y sus deseos de limitar posturasideológicas a cambio de ventajas concretas. La siguiente es el carácter -

del liderazgo post-Breznef en la Unión Soviética -si será moderadooagresivo en el empleo de la fuerza en relación con nuevas fuentés de poder. Latercera es la orientación del Puebió de la República de China -si continuará inclinado contra las formas de inestabilidad que puedan explotar los soviticos , sus rivales acérrimos. Tendremos un cuarto elemento, es la poiLtica surgida de los principales estados europeos -si, ante habiendo descubierto que los Estados Unidos pueden mostrar la misma irresponsabilidady corto alcance que caracterizó su polftica hasta la Ii. G.M., abandonengradualmente las relaciones Atlánticas en la Yana búsqueda de una Europaque sea, simultáneamente, independiente y fuerte. El último elemento yquizás el más significativo, es la polftica futura de los Estados Unidos. -

¿Quiere el pueblo norteamericano adquirir otra vez un nuevo sentido de mjsión y de realismo, o por el contrario, quiere continuar en la degradaciónde predicar y retirarse?

Debemos tener presente que, dadas las realidades del poderla evolución del Tercer Mundo durante este perfodo de transición va asermuy importante y estará determinada por fuerzas que actuarán sobre élprocedentes del exterior.

En cierto grado, el mundo se ha convertido en un único escenario estratégico, con sus diferentes teatros inevitablemente iñterconectados, unas veces firmemente y otras menos, La polftica de la República Popular China afecta a todo el mundo. Lo que ocurra en, las regiones del Oriente Medio productoras de petróleo, influirá en gran parte en, él resultado fLnal, ya que el desarrollo de los acontecimientos en estas regiones estará

significativamente afectado por la polftica de los Estados Unidos y de laUnión Soviética -ya sea deliberada o casual. Incluso las. Soluciones en

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otras regiones del Tercer Mundo — el Caribe, el Sur o el Este de Africao el Sureste de Asia — afectarán, aunque en menor grado a todo eJ equili—’brio, No obstante, continúa siendo caí. axiomático que los cambios en elTercer Mundo aunque sean sugeréntes y capaces de captar la atención internacional son, probablemente, por sr mismos poco decisivos.

Idealismonorteamericano

Para anticiparnos al futuro debemos antes conocer el pasado yel proceso por el cual hemos llegado al presente. Después de la U G. M. lepolrtica y las preferencias norteamericanas en el Tercer Mundo apuntabana conseguir un elevado grado de desarrollo. l.ni.ciaimen.te los Estados Unidos contaban con el. monopolio nuclear y durante un largo periodo mantuvieron la supremacta militar. Durante el citado peri’odo se eslabl.ec.i6 un sistema de seguridad al amparo del cual floreció el comercio internacional. y

aumentaron las inversiones. Como consecuenci.a de todo ésto surgió en elmundo una enorme expansión comercial, de investigaciones e ingresos queaf:ectaron directamente a muchas naciones del Tercer Mundo, Este crecí—miento sorprendente de la economfa internacional compartido des igual ni en_te por las naciones del, Tercer Mundo, estu.vo basado en una seguridad máso menos, incuestionable y en la explotación de la energra barcia. Quizás e.sinnecesario seFialar que ninguno de estos requisitos previos para la expan—si6n de la e.conomfa mundial, es aplicable hoy en su totalidad.

Es extraíio que la nación norteamericana nunca llegase a entender completamente, n.i incluso llegase a admitir, el orden internacional -,

del cual. era ella misma, sin saberlo, l.a principal fundadora. La seguridadinternacional era proporcionada por un pueblo democrático cuya experiencia histórica impidió u.na absoluta comprensión del significado de la inseguridad. Durante ciento cincuenta a?ios los Estados U.nidos hahfan. estado protegidos por dos grandes océanos y por su alejamiento de los centros de co,flicto internacional. Durante el. último cuarto de siglo, después de encon—trarse i.nesperadam ente como l.a primera potencia mundial,, la postura mi,litar norteamericana se mantuvo en lfn.ea con su poder, de ‘forma que ningún desaf.ro se podra considerar seriamente como un.a amenaza directa pare. su seguridad. Realmente, durante las décadas de los 60,sy de los 70,s,cuando las emociones de la guerra de Corea habran empezado a ceder,surgi.ó una generación la cual sencillamente dio por sentada la seguridad. —consider6 a ésta como una herencia y no como algo que tena que irse ganandoapulso.

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Por otra parte, los Estados Unidos, en su ].argo perfodo de gestación, habtan desarrollado la creencia de que sus instituciones y sus valores eran modelos apropiados para toda la humanidad. Saliendo esporádicamente de su aislamiento como durante las dos guerras mundiales, demostró un fervor misionero para la redención del viejo mundo de sus malos hábitos de polrtica de poder. En resumen, los Estados Unidos se considera—ron como un secular Nuevo Jerusalén, con sus variadas virtudes para go—zar tanto en solitario como en compaííia de otro pueblo.

Después de la II G.M. este idealismo reprimido hacia un mundo industrializado, reducido o devastado por la guerra, y sobre un TercerMundo todavi’a bajo dominio colonial y generalmente de economia retrasa—da, se encarné en un continuo flujo de recursos y de tecno].ogfa allende losmares —para ayudar a rehacer a los débiles aliados y a banqueros amigos—que institucionalmente se reflejé con el Plan Marshal], con el Banco Mundial, Point Four y otros muchos ejemplos. Para el Tercer Mundo es.o setradujo en desarrollo y asistencia técnica -y en muchas otras institucio--nes— para proporcionar asistenci.a bilateral o multilateral, Estas poifticaseconómicas se deben tener en cuenta, sin embargo, no hay tiempo suficiente para desarrollarlas. En su lugar me referiré a algunos de los principales elementos políticos exportados al. Tercer Mundo.

Primero, fieles a la Revolución Norteamericana y a los preceptos del Jeffersonianismo, los Estados Unidos presionaron fuertemente parala descolonización. Estas presiones fueron a veces muy directas, como enel caso de las Indias Orientales Holandesas, pero con más frecuencia fue—-ron presiones indirectas. En el momento en que cuiminó el proceso de descolonización, las citadas presiones disminuyeron; pero incluso al finalizarel período se pudieron adiyinar fácilmente acciones tácticas sobre los restos de los imperios coloniales de Francia y de Portugal. El proceso de descolonización se reconoce como l.a fuerza que conforma el Tercer Mundo dehoy.

Las naciones de Oriente Medio pueden ernpeíarse ante esta —

idea e insistir en que Israel es un dramático y, para ellos, el epi.sodiom&sdoloroso de colonialismo Occidental impuesto después de la II G .M. Incl.u—so si alguien fuera a aceptar esta forzada interpretación de introducir unpueblo en una región para formar un nuevo Estado, el caso de Israel seríael único. La motivación que hubo detrás de todo ello difícilmente puede verse en términos de motivos tradicionales de colonización, por el contrario,,refleja los sentimientos de culpabilidad de Occidente y el deseo de una restitución después de la tragedia del período de mandato de Hitler. Si se ex-

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ceptua este señalado y controvertido caso, se puede afirmar categórica——mente que la evolución del Tercer Mundo estuvo marcada por el signo dela descolonización, y fue una victoria de los Estados Unidos, tanto éticacomo práctica,, después de finalizar la II G.M.

Un segundo elemento, conseguido a veces parcialmente y a veces plenamente, fueron las presiones para la democratización y potenciación de los derechos civiles. Estas presiones coincidieron con Administraciones Democráticas. Asr, bajo el mandato del Presidente Kennedy, la

para el Progreso” se centró en Latino América y previó un “progreso moderad&’ como norma para el avance hacia metas polltic.as. Durante el mandato del Presidente Carter las presiones se hicieron más generales y universales, no tan directamente relacionadas con una época y unascircunstancias especrficas.

Un tercer elemento, la contrapartida de la reforma nacional enla escena internacional ha sido la fortaleza histórica norteamericana en. lalegalidad. Se toleré la subversión y el golpe de estado, pero se consideróinaceptable el envro de fuerzas al otro lado de las fronteras reconocidas in_ternacionalmente. Este continuo énfasis sobre la inviolabi].idad de las fronteras ha hecho a los Estados Unidos, semi inconscientemente, protector dela independencia de los Estados Nacionales. Ello condujo a la intervenciónen Corea del Sur y al fracasado intento de preservar a Viet—Nam de1 Sur.

Ni amigos ni enemigos, expertos en las prácticas del realismo,pudieron anticipar o entender, si la tendencianorteamericana para mostrartanto entusiasmo moral se debra a una estricta legalidad o a la vehemenciade sus reacciones..

En Inglaterra y Francia (e Israel) se quedaron estupefactos porlo que recuerdan como “el quijotismo respecto a Suez en1956. De forma parecida la Uni6n Soviética no estaba completamente preparada para la enérgica reacción norteamericana cuando sus fuerzas cruzaron la frontera de Afganistán en 1979. Después de todo, un acontecimientomucho más serio polrticamente -el golpe de Taraki en abril de 1978, quelevantó la bandera roja en Afganistán- habra discurrido virtualmente sincomentarios en Estados Unidos. La Unión Soviética pensó rápidamente enuna acción suplementaria, acción que justificaba como una prolongacióndela Doctrina Breznef para sostener a un estado socialista y que apenas po—drra suscitar una reacción diferente y tan reñida con la “correlación defuerzas”. Nadie, aparte de sus aliados, fue consciente de la gravedad del

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compromiso norteamericano sobre la inviolabilidad de las fronteras internacionales. Curiosamente, este entusiasmo moral. neo—Wilsoniano alcanzó.su apogeo con la Administración Carter en 1977. Se hicieron algunas cábalas diciendo que representaba un segundo intento de un “Protestante de] Suri’para salvar a este mundo débil de sus Realmentela citada Administración se caracterizó por el rechazo oficial, al poder político personal (pecador) representado, según su opinión, en la figura deHenry Kissinger.

Parecía que otras naciones simplemente habían carecido d,e l.aoportunidad de oir hablar de las ventajas de los derechos humanos que,ahora y con tanta elocuencia, ensalzaban los norteamericanos. Estas naciones,que estaban más preocupadas de todo lo concerniente al orden y a l.a supervivencia política, fueron simplemente ignoradas. La Unión Soviética, se-—gún la creencia que corría, había estado hasta entonces buscando sólo unaoportunidad para el d esarme nuclear, en cuya actividad había invertido —

gran parte de su esfuerzo nacional; evidentemente nadie había abordado elproblema en la forma correcta. En el Oriente Medio, el fracaso para llevar a cabo una óolonización completa, se reflejaba sencillamente en la ausencia de la necesaria voluntad y correspondiente entusiasmo. Las discu——siones entre el mundo industrial y el mundo subdesarrollado no dependrande los intereses ni de las fuentes de energía, sino de una ausencia de co.mu_ni cación entre ellos

Estos impulsos neo—Wilsoni anos conformaron las primeras reacciones de la Administración a través de una serie de reveses y humillaciones, incluyendo la caída del Sha y la toma de la Embajada de los EstadosUnidos en Teherán. Todavía éstas son poderosas aunque eventualmente sehayan reducido, incluso después de la invasión soviética de Afganistán,

Lanegligenciadelpoder

Las políticas de la Administración Carter representaron, sencillamente, una manifestación éxtrema de las creencias endémicas norteamericanas que, en gran medida, conformaron el mundo de la post—guerra.No obstante, el declive de la posición relativa de los Estados Unidos en elmundo, particularmente después de la guerra de Viet-Nam signifi.c6, inevitablemente, que la influencia de todos estos propósitos abrigados por losEstados Unidos eran inútiles. Tal vez sin gran sorpresa, los norteamericanos fueron los últimos en reconocer esta ineludible realidad,

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Los norteamericanos habran tenido a la seguridad corno axiorni

tice.. Eo reflejaba, en parte, la convicción muy extendid.a de que. nuesi.re

influencia internacional reflejaba menor poder que el correspondiente a lepureza de los motivos de este pafs, y desde Juego, era halagador oir loselogios a ]os citados motivos mientras que el poderío de los Estados Uni-dos era preminente.

Los Estados Unidos, como pofencia mundial, incomprensihle.—mente descuidaron la creación de una base estructural necesaria, para eje.rcer su poder militar en el. mundo. Esto se tradujo en su firme convicciónen ia soberanra nacional. y en l.a créencia de que, durante períodos de incertidumbre se adherirían a su causa otras naciones por lo justo d.e ésta y conindependencia de l.os riesgos po].fticos en. que pudieran incurrir. El. desmantelamie.nt,o d.e l.a estructura militar de los Estados Unidos, especialmentedespués de la guerra de Viet—Nam, de la cual dependía la seguridad del Ter

cer Mundo, dio lugar, por 1.0 menos, a un caso de negligencia volunt.arie.Leafirmaci6n de la poif ti ca de izquierd.as de que los Estados Unidos habían ohtenido demasiada preponderancia en beneficio propio, poniendo en duda lasventajas de ésta para el resto del. mundo, tuvo consecuencias reeiment.e sorprendentes: Decayó la fortaleza de los Estados Unidos y por lo tanto su in—fluencia.

Con l.a decadencia del poderío norteamericano los impulsos morales de su pueblo fueron orientados directamente hacia aquellos a quienespodían alcanzar, a las naciones amigas, aIjadas y dependientes. Por otra

parte, naciones hostiles como Cuba y Ja Unión Soviética, pudieron hacerse• las sordas ante las exhortaciones de los norteamericanos y de esta manerasu ‘j.nión pudo hacerse con menos dificultad. Esta campaía de los EstadosUnidos se lanzó, de forma rutinaria, contra estados como Argentina, Br’a—sil, Irán y Corea del. Sur, con los que habra desacuerdos sóJ.o en asuntos deorden interno ya que se estaba conforme con su política exterior,

Mientras que en la práctica los Estados Unidos no pudieron hecer mucho por los disidentes soviéticos, por el. contrario, íu.eron más efecti.vos con los disidentes en Irán, al menos temporalmente. No hace ‘falta deci.r que fue únicamente donde los Estados Uni.dos alcanzaron más éxitos que’infringiendo las más penosas heridas.

En la práctica mundial de los convenios de seguridad, el valorde una alianza con los Estados Unidos, en otro tiempo virtualmente absolu.ta, disminuyó ostensiblemente,. Puede que el acontecimiento más importante sea l.a respuesta norteamericana a la provocadora advertenci.a de Brez—

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nef en noviembre de 1976 de que los Estados Unidos no debi’an intervenir enIrán. Esta advertencia fue un asalto directo al, sistema de alianzas de losEstados Un.idos, sin embargo no hubo respuesta de aviso a lo Truman” —

contra la intromisión de la Unión Soviética ni tampoco, reiteraci.ón de lalealtad norteamericana a sus aliados o vinculados con i.a Alianza CENTOde

la que los Estados Unidos habra-i sido instrumentos de su creación. El Secretarjo de Estado Vance, en lugar de reaccionar como hubiese correspondido, respondi6 mansamente diciendo que los Estados Unidos no tenran el.propósito de intervenir y antes de que ios soviéticos mostrasen. sus intenciones invitó a la Unión Soviética para que mostrara un sentido similar deresponsabilidad. La finalidad de todo esto parecra clara, la de tranquilizara’ los soviéticos, pero la moderada respuesta d.io tranquilidad a pocos.

Si se qui.ere exagerar, este episodio se asemeje mucho al drama de Munich en 1938.Todavja sus consecuencias ofrecen un n.otabl.e para—leli.smo. Fue después de la Conferencia de Munich cuando algunas nacionesempezaron a desligarse de la protección que proporcionaban los Ah ados Occidentales contra Alemania. Después de septiembre de 1938 l.a Unión Soviética abandonó la búsqueda de seguridad colectiva junto a los Aliados Ccci--dentales contra la Alemania de Hitl.er y empezó una maniobra de acerca—----miento a Alemania. Producto de este acercamiento fue e] pacto Stalin—Hitler. Igualmente Rumani’a, Yugoslavia, Hungrra y más tarde Checoslovaquia,abandonaron a los Aliados Occidentales pera aproximarse a Alen ania.Y deforma parecida, otra vez, desde la carde del. Sha, los amigos de EstadosUnidos, tanto de Europa como de Oriente Medio, se han álejado de los norteamericanos en busca de acuerdos alternativos que les proporcionen seguridad.

Y con todo lo expuesto llegamos al dra de ‘hoy.

Incertidumbreenel“AreaGris”

¿Cómo podrramos relacionar las tendenc:ias internacionales -

con el tema especffico de esta Conferencia, las perspectivas de seguri.dady de conflicto en el Tercer Mundo? Desde el punto de vista de l.a gran extensión y variedad del. área en cuestión no parecen fáciles l.as generalizaci.onAquellas carecen de concreciones, por lo que deben ser cuidadosamente deducidas de una pléyade de consideraciones tales como niveles d.e renta, recursos, rivalidades y equilibrios de poder. Una útil observación inicial esque en materia de seguridad el término UTercer Mundo” es menos apropiado que el citado del Area Gris. Este último nos proporciona una fi.guramás

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exacta del mismo, pues en estas regiones las cuestiones de seguridad fie—nen una inherente dificultad para ser definidas con precisi6n.

Sin embargo aparecen generalizaciones relevantes. Primero,la disolución parcial de la cobertura de seguridad que durante un cuarto desiglo, después de la II G.M., proporcionaron los Estados Unidos, hace —

que hoy el mundo entero, excepto la Unión Soviética y sus inmediatos satlites, sea más inestable. Ya no hay un protector natural y efectivo de 1amdependencia y de las fronteras nacionales. Consecuentemente se debe pro—nosticar un aumento de buena voluntad en los próximos afios para moversea través de las fronteras nacionales.

El aumento de la inestabilidad que sigue al declinar del poderde los Estados Unidos es quizás más notable en la región del. Golfo Pérsico por depender de esta región el suministro de energra al resto del. mundo libre. Con todo, esta zona está.también muy próxima a los principalesrecursos del potencial soviético. Hasta hace poco, la preponderancia delas fuerzas nucleares norteamericanas asr como la clara superioridad desus efectivos navales y fuerzas móviles, proporcionaban seguridad antecualquier amenaza procedente del exterior. Ahora, la citada superioridadnuclear ha desaparecido y tanto sus efectivos navales como sus fuerzas m6viles escasamente tiene la clara ventaja del pasado. En consecuencia, estaregión del. Golfo Pérsico es susceptible de presiones polrtico—militares procedentes del Norte, con una intensidad desconocida hasta ahora. Esta granvulnerabilidad combinada con la dependencia que el resto del. mundo tienede las fuentes de energra del Golfo Pérsico implica un grado d.e riesgo yuna sensación de temor que lo ha convertido en el centro del. conflicto estratégico internacional.

Segundo, el incremento de la inseguridad en todo el mundo, -

consecuencia de la disminución de la cobertura de seguridad d.e la postguerra, apareció con particular fuerza en. otras naciones del Area Gris . Al.gunas de las citadas naciones tienen una gran ‘fuerza y peso especfi.co. Lasrupturas dentro de estos parses o incluso su ‘pérdida para uno u otro bando,no afectarán de inmediato a los intereses vitales de las grandes potenciaso de sus correspondientes coaliciones. Esto es un reflejo de las diferentestonalidades de gris de tales áreas en las que incluso cambios de alianzasno afectarán significativamente, al colorido del “mapa rnundi” polrtico.Es_to es un atributo de los pafses de este área, el cual permite incrementosrápidos de la inseguridad local sin que sustancialmente afecte a mayoresriesgos en polftica internacional. En contraste con esto, en ci mundo indus

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trializado las lrneas divisorias y el mayor peso poiftico, implican más riesgo en caso de producirse grandes cambios por acciones arriesgadas.

Está bastante claro que si las naciones de Europa Occidental

Japón o China, cambiasen de bando, ello implicaria un gran giro, si no decisivo, en el equilibrio de poder. La frontera Oriental de la República Federal es una clara demarcación y una lrnea divisoria altamente sensible endonde los riesgos de invasión son en consecuenci.a enormes. En el caso deBerlfn es donde la demarcación es clara y no hay Zona Gris, los riesgosde perturbación son altos, demasiados altos para cualquier posible benefi—cio. Pero en el Gris” el riesgo es más bajo; invasiones, subversió—nes y presiones pueden tener lugar sin, gran impacto sobre el equilibrio gbbal de poder y en consécuencia, sin una gran probabilidad, de que se transforme en grandes hostilidades. El bajo nivel de riesgo es uno de los atributos del “Area j?I y esto puede ayudar a explicar por qué la mayor inseguridad mundial tiende a concentrarse en ellas

Hay desde luego algunos lfmites para que las oscilaciones seantolerables. El territorio implica la posibilidad de bases, Jo que a suvezirnplica un posible establecimiento de posiciones avanzadas como mojones.Ello proporciona el potencial para la contaminación geográfica — o l.a cardade “las piezas del domjnó”, Nada de todo esto tiene que ser dram áti co,mientras que por el contrario, una amenaza para Europa, Japón o, porotras razones, el Golfo Arábigo, podrra iniciar un proceso incontrolado yen este caso, todas las potencias tendrfan que proced.er con cautel.a,lo queno supondrra, sin embargo, que su prudencia les impidiera actuar en cualquier lugar del mundo.

Estos dos puntos — la mayor inseguridad procedente de una cobertura débil de seguridad internacional y la conexión de esta inseguridadcon el “Area Gris”- proporciona el necesario telón de fondo en contrastecon el cual puede examinarse la dinámica interna de los parses del TercerMundo. La dirección y la marcha de cada uno de los desarrollos internosson especialmente importantes. Por ejemplo, sin considerar el clima dedescolonización fomentado después de la II G.M. por los Estados Unidosel momento y la naturaleza de los movimientos de independenci.a dependieron principalmente de los indfgenas más que de las presiones exteriorespero después de la independencia los parses del Tercer Mundo tuvieron queenfrentarse con inumerables problemas internos que anteriormente habfanestado inmersos en el conjunto del movimiento de independencia. Las rivalidades étnicas, por ejemplo, fueron innumerables y provocaron fuertes conflictos internos. Debido a que los limites habran sido trazados por conve-

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niencia las potencias colonizadoras y que el solape de fronteras internació

nales de grupos étnicos espectf.icos no estaba resuelto, se originaron i.ntermitentemente encarnizadas disputas fronterizas. Existta un gran desequiiibrio interno de riquezas - causa de conflictos posteriores. La impresióngeneralizada era la de un nuevo estado con un sistema poll’ti.co inrnadurograndes divisiones polfticas y débil liderazgo.

Fin de la Pax Americana

Desde el punto de vista de muchas naciones del Tercer Mundouna de las mayores ventajas de la “Pax Americana” es que ésta proporcion6 una sensación de estabilidad frente a muchos de los citados problemasque pudieron ser consensados temporalmente o abordados con una relativabenevolencia. Como consecuencia del ocaso del orden internacional., representado por la “Pax Americana”, los problemas internos heredados recibieron una limitada ayuda. Ahora debfan ser tratados frente a una crecientecompetenci.a con otros miembros de la región y con una clara ausencia deun orden internacional. Obviamente esto proporcionaba un motivo de inquietud. Durante algún tiempo parec.ia que una confrontación del con elindustrioso “Norte” podria servir como un sustituto del orden y un disfrazpara la confrontación, pero dadas las disparidades dentro del Sur que refl.ejan particularmente los flujos divergentes de rentas petro].(feras, la con——frontación Norte—Sur se convirtió en una pantomimaq,ue finalmente terminar& por. romperse. Denunci.as contra el Norte no pueden disimular por méstiempo el descontento, las tensiones y l.a confrontación en las Areas Grises.

Recordando a Voltaire, puede sugerirse una te’cera generalización: a ],a luz de notables diferencias entre regiones y equilibrios localesde poder, todas las generalizaciones son falsas. La estructura del poder polrtico militar esté demasiada abigarrada y el poder internacional afecta acada región de tal forma que es necesario un tratamiento especffico para —

cada una de ellas. Los ingredientes clave serén: la proximidad alas fuentes de poder soviéticas y norteamericanas, la influencia residual d.e los estados europeos -como el Africa francófona— y la presencia o ausencia deuna potencia militar dominante. Muy ampliamente, el Tercer Mundo se puede dividir en la periferia euro—asi&tica de la Unión Soviética —con un particular énfasis sobre las posiciones del Oriente Medio, qu.e se extienden —

desde Turqura hasta el Pakistén incluyendo la Penfnsula Arábiga- el hemiQferio Occidental y otras &reas sensiblemente menos marcadas por las in—fluencias de las grandes potencias . .

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Lanaturalezadelaamenazasoviética

El poder militar soviético sólo proporciona una rnenaza masiva a las áreas de su periferia. Estas áreas han sid.o durante mucho tiempo los focos de ambición del imperio Ruso y ahora lo son de los soviéticos.El aumento del poder militar norteámericano después de l.a Ji G.M. impidió durante muchos afSos la consecución de estas ambiciones refiejado,porejemplo, en la retirada de las fuerzas soviéticas de Irán. en 1946. Pero elposterior crecimiento del poderío militar de la Unión Soviética y en particular, el desarrollo de sus fuerzas móviles han creado una vez más la posibilidad de proyectar sus movimientos hacia el Océano Indico. A diferencia de Viet—Nam, esto puede parecer un problema pequeño, pero es realmente de vital interés para Occidente que está comprometido con esta región en la que coinciden el potencial para acciones militares de la Unión Soviética y la existencia de intereses vitales del Mundo Libre, lo que la sitúaen un &rea de conflagración potencial, La Región del Oriente Medio por sísola tiene posibilidad de generar un conflicto incontrolado entre la Unión Soviética y los Estados Unidos ya que en el caso improbable d.e que los soviéticos asaltasen los campos petrolíferos del. Golfo Pérsico, los Estados Unidos no tendrían otra alternativa que la de resistir con cualquier medio militar disponible. Esto es el imperativo de I.a política.

Todavía se puede reconocer que la postura disuasiva para anti,ci.parse al movimiento soviético no es ahora la más adecuada, Laünión Soviética por prudencia política puede continuar actuando’ con moderación yquizás piense que el tiempo está de su lado, ya que las fuerzas militares en.presenci.a y previ.stas para desplegar en esta región no son sufici.entes porsí mismas para contener ios movimientos soviéticos si, la URSS fuese másagresiva. Pero si ante la amenaza se mantiene suficiente cohexión y empuje entre los países del Oriente Medio y los Estados Unidos pa.ra proporcionar una defensa militar adecuada, oportuna y que la misma sea conocid.a ,‘

sería un ingrediente indispensable para evitar el colapso en el Medio Oriente. Esto es simple imperativo militar, En el Hemisferio Occidental, en laperiferia de los Estados Unidos, las condiciones son ligeramente diferent,los norteamericanos mantienen un poder militar dominante. Sin tener encuenta irritaciones de los últimos años, la mayoría de las naciones latinoamericanas mantienen suficiente fidelidad al sistema hemisférico como seve por el Tratado de Río, y estas naciones tienen pocos deseos de que sutranquilidad actual sea perturbada. La excepción más notable es la Cubade Castro, un satélite soviético, y las ambiciones que Castro representa,ahora aparentemente obteniendo fruto en Nicaragua, Pero al menos el hecho de una superioridad militar de los Estados Unidos en el Caribe es acep_

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tado por todos . La conducta de Cuba es una realidad, a pesar de los Estados Unidos, en la misma manera que la esperada liberación de Polonia dé_pende de la capacidad de aguante de la Unión Soviética. Desde luego Castro reconoce esta realidad fundamental y sus acciones desde 1962 han sidomedidas cuidadosamente para que sean toleradas por las Administracionesde. Washington.

Desde el punto de vista de esta Conferencia, quizás otras regiones —especialmente Africa y el Sureste de Asia— son las más notables.

Puesto que los intereses fundamentales de los dos grandes bloques no es——tán obviamente comprometidos, hay que dar libertad para establecer relaciones y para la tolerancia de alteraciones generales. Estas regiones noson aptas para intervenciones rápidas de la Unión Soviética. A pesar delcrecimiento de su capacidad naval, y del incremento de la movilidadde susfuerzas de intervención, estas tienen en general, menor capacidad que lasfuerzas militares del mundo occidental. Por otra parte cualquiera que seala variación del equilibrio de poder alrededor del hemisferio de la UniónSoviética, la capacidad naval y aérea de los Estados Unidos es en irneasgenerales superior, El mantenimiento de fuerzas expedicionarias en Angola, por ejemplo, permanece subordinado últimamente aun retroceso de losEstados Unidos en su idea de intervenir, Paradógicam ente esta es la realidad de un ligero porcéntaje de ganancias y ligeros riesgos que hacen que esta región sea especialmente susceptible para establecer un bajo nivel deactividades militares.

Aunque la Unión Soviética ha creado una gran infraestructurade poderro militar, este tiene una gran limitación en cuanto a su alcance serefiere. A no ser que los Estados Unidos permitan que sus fuerzas sean rodeadas, cori más rapidez de lo que ahora parece probable, los soviéticosno pueden contemplar impasibles los movimientos militares en estas regio.nes a no ser que haya habido invitaciones desde dentro de las mismas.

La penetración polrtica proporcionará el medio principal paraganar influencia aunque la citada penetración dependerá en gran medidadel.consentimiento de las regiones. Puesto que las posturas polrticas son notQblemente susceptibles de cambio, serra tentador anticipar un patrón decarnbios prematuros de fidelidades y de confrontaciones. La dramática inver—si6n de las alianzas en el Cuerno de Africa en la última década, representa un fiel reflejo de este largo peri’odo.

Esta apreciación está ligeramente modificada por la presenciao ausencia, en una región particular de un poder militar local dominante

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Viet—Nam, Africa del Sur e Israel. nos vienen rápid.am ente a nuestra nien—te, sin embargo, cada uno de estos parses están sujetos a presiones. Es——rael no sólo está limitado por presion.es norteamericanas sino también porla sensaciÓn de sitio, y podemos esperar que por el. reconocimiento de lavictoria militar, sólo se intensifiquen los problemas d.e control en cond.iciones demográficamente desfavorables para él, Africa del Sur está limitadapor serios problemas internos y por aventuras extranjeras; si se debilita,sólo podria intensificar el problema de control interno. Viet—Nam está quizás menos inhibido, aunque toma demasiado en consideración la presenciade China en el Norte y los compromisos norteamericanos en Thailandia,sinembargo este equilibrio local tiene problemas especiales y la presencia deinstalaciones militares implica un mayor coste para las intervenciones desde el exterior.

Seguridadyespectativaseconómicas

En conjunto, aún existe un alto grado de fluidez en estas regiones grises, en las que seguirán existiendo considerables desviaciones porfalta de seguridad y por agitaciones. Los resultados dependerán en un ait.ogrado del sentido de realismo de los parses del Tercer Mundo. Después del,primer estallido de fervor revolucionario, los ii’deres del Tercer Mundo -

han demostrado. por lo general, un profundo conocimiento de la necesidadde efectuar cálculos racionales. Estos ii’deres han reconocido la necesidadde mantener asociaciones con las Naciones Occidentales que en definitivamantendrán las fuentes principales de su desarrollo y asistencia técnica yserán el principal mercado de sus productos. Aparte de] equipo miii.tar,laUnión Soviética ha demostrado que tiene muy poo que ofrecer,

Por lo tanto las esperanzas del progreso econónicodescarisaránen relaciones cordiales con el mundo industrial. Pero estas esperanzas tienen que estar también sustentadas por cierta confianza y por acuerdos deseguridad. Ninguna Nación del Tercer Mundo puede ignorar las reali,dades.deipoder por tanto, la percepción de la capacidad militar es importante.Los Ifderes del Tercer Mundo examinarán con. detenimi.ento que naciones tienenmayor ópçión militar. Las naciones de occidente se verán obligadas a mantener las fuerzas apropiadas .pa.ra proporcionar el correspondiente apoyo.asus amigós y contrarrestar las ambiciones de aquellos q.ue puedan ser hostilés. .

En las áreas grises se mantendrá una gran libertad para la revolución pero deberá también reconocerse que ésta puede limitarse a una

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tolerancia general en el caso de que la totalidad de los dísturbios sean fo-mentados. Es indudabl.e que la intervención directa se debe de emplear, porencima de todo, muy cuidadosamente. Aún sabiendo que la capacidad militar está aht y que podrta emplearse puede ser la condición necesaria paraevitar que determinadas regiones se precipiten al caos y para mantener anbientes razonables para el progreso económico.

Para el Tercer Mundo ya no hay seguridad externa contra lairresponsabilidad interior. Para Occidente debe ser un hecho que no pue-den manejar su polrtica, principios fundamentales ni “slogans testimoniales1’. Sus reacciones dependerán de determinadas épocas y circunstancias.

Para que el progreso se mantenga debe de haber simultáneamente un mfnimo de seguridad y una asociación permanente con el Mund.oIndustrial. Pero ni esta asociación, ni el progreso económico tendrán mucho impulso mediante continuas ilusiones y consideraciones retóricas a cej.ca de un nuevo orden económico internacional, o con transferencias masi.vas de recursos desde el Mundo Industrializado al subdesarrollado. Esto nova a ocurrir, excepto en lo que concierne a los patses exportadores de petróleo, por lo general, los recursos fluirán de acuerdo con los acuerdos comerciales basados con la oferta y la demanda, y la creación de un clima razonable de promesas para actividades inversoras0 Lo contrario ci.ertamente no fomentará el. progreso económico. Con toda probabilidad aiadira unclim a de inestabilidad el. cual en las mejores circunstancias m antendrta it1cuestionablem ente la marca de “Areas Grises” para lo que queda de siglo.

Sumario

La parcial desaparición de la cobertura de seguridad interna—ci.onal no sólo ha incrementado la inestabilidad de tod.o el mundo,sino queinestabilidad e inquietud gravitan en particular en el Tercer Mundo. La erade las soluciones relativamente amistosas a las disputas ha terminado conla Pax Americana. El Tercer Mundo es ahora más responsable para lucharcontra sus tensiones internas y dado su dinamismo, inevitablemente el. nivel de inestabilidad será alto. El grado de éxito para atenuar la citada in.estabilidad dependerá, sobre todo, del liderazgo del Tercer Mundo. Si existe el deseo de no avivar los fuegos, ni de un claro aprovechamiento de oportunidades económicas, aunque limitadas, ast como un decidido esfuerzo para trabajar con el mundo industrializado, en este caso ]os pequeños progresos económicos pueden continuar y también se podria mantener algún nivelmfnimo de seguridad. Fallos en el ejercicio de. la moderación y de la pa—

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ciencia para cultivar la economía y los lazos políticos con el. mundo industrializado, podrían desembocar en una situación próxima al caos.

Al principio de esta exposición se sefia]ó que el mundo se hatransformado en un sólo escenari.o estratégico y que los teatros están en——trelazados entre sí afectándose unos a otros. El futuro del Tercer Mundono sólo pedende de su dinamismo interior y de la calidad de su liderazgotambién dependerá de lo constructivas que sean las fuerzas exteriores.

El mundo está ahora en transición hacia un nuevo equilibrio geográfico. El carácter de este equilibrio dependerá de las futuras acciones ydecisiones de los actores que puedan influir en la escena internacional.

Un importante ingrediente, que no haría falta meñci,onar, seráel carácter de la política soviética ¿Cómo utilizará la Unión, Soviética enel mundo su actual fortaleza? ¿Se abstendrán los soviéticos de intervenirdirectamente en el Tercer Mundo? . Para responder a esto tienen gran ,irn—portancia tanto la movilidad como la capacidad logística de sus fuerzas asícomo el alcance de las mismas. Si estas fuerzas se emplean ampliamente,entonces, la probabilidad de un caótico conflicto aumentaría.

Pued.e que sea mucho ped:ir. que la Unión. Soviética cese en su em

peíio de subvertir o.de influir a ios gobiernos del. Tercer Mundo. De lo contrario, mediante un gran aumento de la capacidad militar el. peligro pasaríaa ser algo mucho más serio, La responsabilidad principal, para resistir tales presiones recaerá en las naciones del Tercer Mundo. En la medida queéstas colaboren la consecuencia podría ser la proliferación de conflictos como los de Angola y el Cuerno de Africa.

Un segundo ingrediente es la evolución de las políticas y actitudes europeas. ¿Permitirán los estados europeos que la tendencia separadora de las relaciones Atlánticas continúe? Dada la realidad de la fortalezasoviética por este camino no hay seguridad ni independencia a largo plazo.Una creciente división entre las dos orillas del Atlántico impulsaría a losnorteamericanos a desentenderse de los asuntos del hemisferio occidental.El resultado sería debilitar el marco de la seguridad residual, l.o que afectaría al Tercer Mundo. Además, un aumento en la competencia de influencia política entre las naciones de occidente aíiad:iría inestabilidad al TercerMundo, cuyo aumento intensificaría todos aquellos problemas procedentesde un debilitamiento adiccional del sistema de seguridad internacional..

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La futura orientaci6n de la política norteamericana puede serel ingrediente más crítico. ¿Adquirirá el pueblo norteamericano, dada lafortaleza intrnseca de su país, un nuevo sentido de misión y responsabilidades hacia el resto del mundo? ¿Se efectuaría éste esfuerzo renovadorcon mayor realismo y con más expectativas de gratitud duradera? ¿o seguirán los Estados Unid.os el sendero de predicamientos y sentimientos —

agraviados de la fruta amarga de la era Viet—Nam?

Parece probable que la futura política norteamericana se ca—racterice por un elevado grado de nacionalismo. Un cínico diría que estenacionalismo es síntoma de lujo, de poder y de firmeza. La inocencia y elpoderío norteamericano parece que están destinados a declinar juntos .Probablemente el resultado será una disminución en la búsqueda de las injusticias de otros y la creencia de que si esas injusticias pueden ser mani.f estadas, ellos se darían por satisfechos

Habría que esmera.rse en prestar más atención a los interesesnacionales y mayor complacencia respecto a los tipos tradicionales de poiLtica de poder. En definitiva los resultados pueden ser más saludables paratodo el mundo que la continuación de un alto grado de predicación.

El citado cambio proporcionaría mayor claridad en la po]ít;icanorteamericana. Difícilmente puede uno culpar a ot;ro de confusi.ones sobreesta poirtica, pero los Estados Unidos han contriburdo a esta confusión. —

Cuando un importante locutor puede referirse a Jomeini çonio “una especiede santo” o a los cubanos como parte de una misión estabilizadora en Angola, difícilmente se puede uno sorprender de encontrar a otros perplejospor intentar explotar estas dos combinaciones de culpabilidad y de confu—-sión. Fue Bi.smark quien observó que el fuerte se convierte en débi]. porsus inhibiciones.

Puede incluso sugerirse que los Estados Unidos en este áreahan sido débiles por sus ilusiones y por la neurosis procedente de Vi.et— —

Nam.

Una observación final sobre un aspecto importante para la estabilidad de]. Tercer Mundo. Una ilusión que ha sido particularmente perniciosa fue la esperanza de una inmediata democratización. Las relacionescon el Tercer Mundo son más complejas que rellenar una”listade compro—baciones” hecha por la Unión de Libertades Civiles Norteamericanas.Mantener el orden en condiciones de inestabilidad no es tarea fácil. Cualquieraproximación con el Tercer Mundo debe basarse en los conceptos t.rad.icio

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nales de orden y libertad, asf como la necesidad de un apropiado equilibrioentre ambas. Es evidente que un apropiado equilibrio entre libertad y orden variará necesariamente entre una sociedad y otra, y que esta consideraci6n tendrá que adaptarse siempre a las condiciones locales, experien-cia histórica y actitudes públicas. Con todo, ésto no ha sido comprendidopor muchos norteamericanos los cuales se inclinan a creer que las costumbres sociales en los Estados Unidos, no s6lo son universalmente deseablessino, lo más importante que son universalm ente alcanzables.

Todo esto hace que el Tercer Mundo base su politica sobre este error fundamental. En el futuro, el Tercer Mundo estará mejor asistidogracis a un profundo conocimiento de su relevancia en la polftica de reconciliación entre orden y libertad.

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