christie agatha - tercera muchacha

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La tercera muchacha Tres chicas solteras comparten piso en Londres. Una trabaja como secretaria, otra es artista y la tercera, que acaba de pedir ayuda a Poirot, desaparece repentinamente al creer que es una asesina. Hrcules Poirot encuentra una joven que le dice una frase que probablemente no escuchara antes, confesndole que crea haber cometido un homicidio, pero que no tena total certeza y que probablemente l no podra ayudarla pues era demasiado viejo. Es as que el detective comienza a investigar el extrao caso y descubre quien es la chica que no sabe si cometi un crimen. Uno de sus primeros descubrimientos es que ella comparte un apartamento en Londres con otras dos jvenes, razn por la que era conocida como la tercera muchacha, sin contar que muchos la crean enferma mental. En la investigacin, Poirot encuentra varios hechos en el pasado de los familiares de la muchacha, tramas paralelos, conexiones misteriosas, que lo ayuda a descubrir la verdad detrs de esta inquietante joven. Se habla de pistolas, navajas y manchas de sangre pero, a falta de pruebas concluyentes, Poirot necesitar hacer uso de su tenacidad para esclarecer el asunto y descubrir si la tercera chica es culpable, inocente o si est loca. Agatha Christie La tercera muchacha Hrcules Poirot - 37 Ttulo original: Third girl Agatha Christie, 1966. Traduccin: Ramn Margalef Llambrich Para Nora Blackborow. Gua del Lector En un orden alfabtico convencional relacionamos a continuacin los principales personajes que intervienen en esta obra: BAKER (David): Un beatnik moderno, que corteja a Norma. BATTERSBY: Directora, ya retirada, del antiguo colegio. CHARPENTIER: Dama algo madura, muerta misteriosamente por defenestracin. FRANCES (Cary): Completa, con Norma y Claudia, el tro de muchachas que viven juntas. GEORGE: Ayuda de cmara de Hrcules Poirot. GOBY: De una agencia informativa, de la que se sirve Poirot. HORSEFIELD (sir Roderick): Ya muy anciano, miembro que fue de los servicios secretos. Es to de Andrew. LOUISE: Ex amante de Andrew Restarick. MACFARLANE: Administrador del piso de las tres muchachas. NEELE: Inspector jefe de Polica. OLIVER (Ariadne): Dama escritora de relatos detectivescos, amiga de Poirot. POIROT (Hrcules): Nuestro ya bien conocido detective belga. REECE-HOLLAND (Claudia): Empleada de Andrew, convive con su hija Norma. RESTARICK (Andrew): Acaudalado negociante casado en segundas nupcias con Mary. RESTARICK (Mary): Esposa segunda de Andrew; madrastra de Norma. RESTARICK (Norma): La tercera muchacha. Hija de Andrew. SIMN: Hermano, ya difunto, de Andrew Restarick. SONIA: Jovencita secretaria de sir Roderick. STILLINGFLEET: Doctor, especialista en psiquiatra. WEST: Apellido que utiliza algunas veces Norma. Captulo I Hrcules Poirot se hallaba sentado frente a la mesa donde sola desayunarse. Tena a la derecha una humeante taza de chocolate. Siempre haba sido un hombre goloso. Para acompaar al chocolate dispona de un brioche. Le iban bien a aqul Hizo unas leves y mudas afirmaciones, unos ligeros movimientos que evidenciaban su aprobacin. La pasta proceda de la cuarta tienda por l visitada. Tratbase de una confitera danesa, pero que superaba en mucho a la que se deca francesa de las inmediaciones. Un fraude, un engao claro, era la que haba venido siendo la ltima. Gastronmicamente se consideraba satisfecho. En su estmago reinaba la paz. Tambin en su mente Bueno. Quizs as la tranquilidad fuese excesiva. Haba terminado su Magnum Opus, un anlisis de los grandes escritores del gnero detectivesco. Se haba atrevido a hablar poco de Edgar Allan Poe; se lamentaba de la falta de mtodo, de la carencia de orden en las romnticas producciones de Wilkie Collins; haba puesto por las nubes a dos escritores americanos que, prcticamente, eran desconocidos En general, haba honrado en aquellas pginas a quienes lo merecan, regateando severamente los elogios a los que no se hallaban en tal caso. Haba visto el volumen ya confeccionado. Hojendolo descubri un sinfn de errores de imprenta en sus pginas. Pero con todo, estim que se hallaba ante una obra bien hecha. Haba pasado muy buenos ratos enfrascado en aquella empresa literaria, causndole no pocas satisfacciones las sesiones de lecturas correspondientes. En ocasiones, disgustado haba acabado por arrojar lejos de s el libro de turno, cogindolo finalmente del suelo para acomodarlo en la papelera. Bien. Y ahora, qu? Viva un parntesis agradable de despreocupacin, muy necesario tras la labor intelectual. Pero no se puede estar as indefinidamente. Lo normal es que, sobre la marcha, se piense en la siguiente meta. Desgraciadamente, no tena la menor idea sobre la naturaleza y carcter de su prximo empeo. Otra labor de tipo literario? Se contest negativamente. Haba que esmerarse en lo que se acometiera hasta el mximo, olvidndose luego de ello. Tal era su mxima. La verdad era que se aburra. Haba desarrollado una actividad mental intensa, excesiva quizs Este proceder le llev poco a poco a adquirir malos hbitos, causndole un gran desasosiego. Poirot movi la cabeza, impaciente, tomando otro sorbo de chocolate. Abrise la puerta de la habitacin y entr en sta George, su servidor, un hombre muy al tanto de todo siempre. Su actitud era deferente y algo as como de excusa. Tosi con discrecin antes de murmurar: Acaba de llegar ejem! una joven, seor. Poirot le mir, sorprendido y levemente contrariado. Nunca recibo a nadie a esta hora dijo en tono de reproche. No, seor convino George. Amo y criado se contemplaron mutuamente. La comunicacin, entre ellos, era una cosa complicada a veces. Mediante una inflexin de voz, una indirecta o una seleccin de ciertos vocablos, George poda significar que tena algo que decir, siempre y cuando fuese formulada la pregunta oportuna. Poirot consider brevemente cul era la que proceda en el presente caso. Es una joven de buen aspecto? inquiri cuidadosamente. En mi opinin no, seor. Claro que sobre gustos no hay nada escrito Poirot estudi esta rplica. Record el titubeo de George antes de pronunciar la palabra joven. George era un hombre delicado en la cuestin del trato social. No haba podido calibrar la categora real de la visitante y prefera favorecerla con su duda. Usted opina que se trata de una joven mujer ms bien que de una persona joven, por as decirlo, no? S, seor Naturalmente, en la actualidad no siempre es fcil concretar, dar la medida exacta manifest George, con pesar que se adivinaba autntico. Le dio a conocer el motivo de su visita? Me dijo George pronunci estas palabras con evidente desagrado, excusndose anticipadamente por ellas, me dijo que deseaba consultarle algo referente a un crimen que quizs haba cometido. Hrcules Poirot mir fijamente a George. Luego, enarc las cejas. Que quiz haba cometido? No est segura? Eso es lo que la joven me dijo, seor. Una declaracin nada satisfactoria, pero interesante, tal vez seal Poirot. Puede que se trate de una broma, seor anunci George, dudoso. Todo es posible concedi Poirot. A uno no se le ocurrira, sin embargo tom la taza. Hgala pasar dentro de cinco minutos. S, seor. George se retir. Poirot tom su ltimo sorbo de chocolate por aquella maana. Dej la taza y se puso en pie. Acercse a la chimenea y se arregl el bigote detenidamente, contemplndose en el espejo que haba encima de la repisa. Satisfecho, regres a su silla, aguardando la entrada de la visitante. Qu esperaba ver, concretamente? No lo saba Estuvo esperando, quizs, una figura femenina de rasgos semejante a la que l estimaba, para s, el ideal. Le haba pasado por la cabeza una frase: una belleza en apuros. Qued desconcertado cuando George hizo entrar a la muchacha. Movi la cabeza invisiblemente y suspir. All no haba belleza Y por qu haba de pensar en unos supuestos apuros? Se sinti posedo por una extraa perplejidad. Uf! pens disgustado. Estas muchachas! No quieren sacar partido de s mismas. Por qu? Esta chica, por ejemplo, atractivamente vestida, peinada por un buen peluquero, tendra pase. Pero as tal como va Su visitante tendra poco ms de veinte aos. Sus cabellos, largos y de un matiz indeterminado, le caan desordenadamente sobre los hombros. Sus ojos, de un azul verdoso, eran grandes. Carecan de expresin, sin embargo. Vesta las prendas que han llegado a constituir el uniforme de los seres de su generacin: medias blancas de lana, dudosamente limpias, una falda roosa y un largo y sucio jersey de lana tambin, muy gruesa. Calzaba botas altas. Poirot experiment un deseo comn en todas las personas de su tiempo: arrojar a la joven a la primera pila de bao que estuviese a mano, con urgencia. Caminando por las calles de la ciudad haba reaccionado, en ciertas ocasiones, de una manera muy semejante. Veanse chicas como aqulla a centenares. Se descubra a primera vista su desaseo. Y no obstante aqu saltaba la contradiccin, la joven que tena delante pareca haber sido sumergida recientemente en las aguas del ro para ser sacada en seguida. Tales muchachas, pens Poirot, no eran, tal vez, sucias. Simplemente, se tomaban muchos trabajos para parecerlo Levantse y estrech cortsmente la mano de ella. Luego, le mostr una silla. Deseaba usted verme, seorita? Sintese, se lo ruego. Oh! exclam la chica, algo agitada. Despus dirigi una mirada en silencio al rostro de Hrcules Poirot. Y bien? inquiri aqul. Ella vacil. Creo que Prefiero continuar de pie. Los grandes ojos de la visitante seguan fijos en la faz de Poirot. Su duea vacilaba, evidentemente. Como guste. Poirot la mir con atencin. Esperaba La muchacha movi los pies. Fij los ojos en las puntas de sus botas y luego de nuevo en el hombre que tena delante. Es usted? Es usted Hrcules Poirot? Con seguridad que s. En qu puedo servirla? Oh! Es bastante difcil de Quiero decir que Poirot pens que quizs anduviera un poco necesitada de ayuda. Servicial, manifest: Mi criado acaba de decirme que deseaba usted hablar conmigo para consultarme acerca de un crimen que quizs ha cometido Es mi interpretacin correcta? La joven asinti. S. A mi parecer, sa es una cuestin que no admite duda. Usted tiene que saber forzosamente, si ha cometido un crimen o no. Bueno No s cmo explicrselo a mi entender Vamos. Descanse unos instantes. Explquese. No s Oh, Dios mo! No s cmo Ver usted Es muy difcil He he cambiado de opinin. No quisiera mostrarme brusca, pero bueno. Creo que ser mejor que me marche. Vamos. Tenga valor. No. No puedo. Cre poder ser capaz de presentarme ante usted para preguntarle qu era lo que yo deba hacer Pero no me es posible. Es todo tan diferente Diferente por qu? Lo siento muchsimo y de veras se lo digo, no quisiera que me juzgase descorts, pero La chica suspir, mirando a Poirot, fijando luego la vista en otro punto de la habitacin, para manifestar, sbitamente: Es usted demasiado viejo. No hubo nadie que me dijera que era usted tan viejo. Deseara que no me considerase una persona desconsiderada, ruda, pero As es. Es usted demasiado viejo. Lo siento muchsimo, de veras. Volvindose rpidamente, la visitante ech a correr hacia la puerta, con la precipitacin de un mosquito que se lanzara sobre una luz. Poirot escuch, boquiabierto, el portazo, procedente de la entrada. Nom dun nom dun nom Captulo II Son el timbre del telfono. Hrcules Poirot no pareci haberlo odo. Volvi a sonar, agudo, insistente. George entr en la habitacin, acercndose a la mesita al tiempo que diriga a su seor una inquisitiva mirada. Poirot movi una mano. Djelo, George. George obedeci, tornando a salir. El timbre continu sonando, con cortos intervalos de silencio. El sonido resultaba irritante. Finalmente, ces. Un minuto o dos despus, sin embargo, volvi a sonar de nuevo. Ah, Sapristi! Debe ser una mujer S. Es una mujer, indudablemente. Poirot se puso en pie con un suspiro. Descolg el micro. Diga. Es usted? Hablo con el seor Poirot? Poirot al habla. Soy la seora Oliver Su voz me haba parecido otra. No la identifiqu Bonjour, seora Oliver. Espero que se encuentre usted bien. Oh! Me encuentro perfectamente. La voz de Ariadne Oliver llegaba a sus odos con su habitual inflexin alegre. La clebre escritora de novelas detectivescas y Hrcules Poirot eran excelentes amigos. En realidad, es demasiado temprano para llamarle a usted por telfono. Ahora bien yo pretenda pedirle un favor. Usted dir. El Club de los Autores de Novelas Detectivescas se dispone a celebrar su cena de todos los aos. Aceptara usted el puesto de orador-invitado? Le quedara muy agradecida, si me contestara afirmativamente. Cundo va a ser eso? El mes que viene El da veintitrs, concretamente. El hilo telefnico transmiti un profundo suspiro. Ah! Soy demasiado viejo. Que es usted demasiado viejo? Qu demonios quiere decir? Usted de viejo no tiene nada. De veras lo cree as? Naturalmente que lo creo. Su presencia ser acogida con mucho agrado. Usted est en condiciones de referirnos una serie muy interesante de historias relacionadas con crmenes reales. Y quin estar dispuesto a escucharlas? Todos. Los asistentes Oiga usted, seor Poirot: pasa algo? Qu le ha ocurrido? Parece hallarse un tanto alterado. Pues s lo estoy. Mis sentimientos Bueno, qu importa ahora eso? Explquese, por favor. Qu ms da? Mire, seor Poirot. Ser mejor que venga a verme y me hable de eso. Cundo piensa venir por aqu? Esta tarde. Venga y tomaremos el t juntos. El t de la tarde Si no lo tomo nunca por la tarde! Le servir caf, entonces. No bebo nunca caf a tales horas. Y qu le parece una taza de chocolate? Con un poco de nata encima eh? Y si no una tisane S que le gustan. De no apetecerle la tisane saborear una limonada, o una naranjada. Aunque es posible que una taza de cat sin cafena Ah, a, non, par exemple! Es algo que aborrezco. Pues le ir bien cualquiera de los jarabes que a usted tanto le agradan Ya s! Tengo en la alacena media botellita de Ribena Ribena? Qu es eso? Una bebida que sabe a grosella. Desde luego, que con usted hay que rendirse, seora Oliver. Me conmueve su solicitud. Esta tarde le aceptar con mucho gusto una taza de chocolate. Perfectamente. Y con tal motivo me explicar qu es lo que le ha afectado tanto. La conversacin telefnica termin aqu. * * * Poirot reflexion unos instantes. A continuacin marc un nmero. Cuando qued establecida la comunicacin, inquiri: El seor Goby? Habla con Hrcules Poirot. Est usted muy ocupado en estos momentos? As, as replic el seor Goby. Regularmente ocupado estoy, si he de serle sincero. Pero si lleva usted prisa, como de costumbre seor Poirot, podr atenderle Creo que mis ayudantes estn en condiciones de valerse por s solos con lo que actualmente tienen entre manos. Desde luego, hoy en da no es fcil hacerse con buenos colaboradores. En otros tiempos todo era distinto. Los jvenes piensan demasiado en s mismos actualmente. Creen, adems, saberlo todo antes de haber comenzado a aprender. Pero, en fin, no se puede esperar que unos hombres nuevos sostengan cabezas viejas. Muy complacido, me pongo a su disposicin, seor Poirot. Hasta existe la posibilidad de que se dedique a uno o dos de los mejores muchachos al trabajo que usted fije. Me imagino que ser lo de siempre Hay que procurarle alguna informacin especial? Poirot empez a facilitarle detalles exactos referentes a la tarea a realizar. Cuando hubo terminado con el seor Goby, Poirot llam a Scotland Yard, ponindose en comunicacin con un amigo suyo. El hombre, despus de escuchar las palabras de aqul, replic: No me est usted pidiendo mucho, seor Poirot? Cualquier crimen, Cometido en cualquier lugar Se desconoce el sitio, la fecha, la vctima Esto va a ser como buscar una aguja en un pajar: algo disparatado el comunicante aadi, adoptando un tono desaprobador: Al parecer, no est usted enterado de muchas cosas * * * A las cuatro y cuarto de aquella tarde, Poirot se sentaba en el saloncito de estar de la seora Oliver, saboreando un chocolate colmado de nata. Ella acababa de colocarle la taza delante encima de una mesita. Tambin se vea all una menuda fuente colmada de bizcochos langue de chats. Cunta amabilidad, chre madame! Poirot apart los ojos del chocolate para fijarse, con alguna sorpresa, en el peinado de la seora Oliver, as como en el nuevo empapelado de la habitacin. Ambas eran cosas inditas para l. La ltima vez que viera a la duea de la casa juzg su peinado sencillo y severo. Ahora observaba sobre su cabeza un despliegue completo de rizos de todas clases, de intrincadas formas. Esto tena mucho de artificial sobre su persona. Mentalmente, se pregunt qu quedara de semejante fantasa si la seora Oliver se mostraba de pronto excitada, reaccin frecuente en ella. En cuanto al empapelado Poirot experimentaba la impresin mirando hacia la pared de que se haban sumergido en un huerto de rboles frutales. Son nuevas esas cerezas? inquiri, sealando con su cucharilla. Estima excesivo su nmero? quiso saber la seora Oliver. Opina usted que era mejor el otro papel? Poirot hizo un esfuerzo ahora, recordando un aluvin de polcromos pjaros tropicales perdidos en el interior de un frondoso bosque. Sintise inclinado a observar: Plus a change plus cest la mme chose, pero se contuvo a tiempo. La seora Oliver sigui los movimientos de su husped al dejar la taza en su platillo, recostndose a continuacin en su asiento con un suspiro de satisfaccin, limpindose seguidamente unas impertinentes motas de tarta que se le haban quedado adheridas al bigote. Entonces ella le pregunt: Va usted a explicarme ya lo que ha ocurrido? Se lo puedo decir en muy pocas palabras. Esta maana se present en mi casa una joven que deseaba verme. Suger la conveniencia de que solicitara hora para una entrevista. Uno lleva su orden, comprende? Respondi que quera verme inmediatamente, porque pensaba que quizs hubiese cometido un crimen. Qu cosa tan rara! No estaba segura de ello? Precisamente. Cest ennui! Le indiqu a George que la hiciera pasar. Se plant en mi habitacin. No quiso sentarse. Limitse a contemplarme. No apartaba los ojos de m. Pareca haber perdido el juicio. Si es que alguna vez haba tenido alguno. Intent animarla. De repente, declar que haba cambiado de opinin. Me dijo que no quera que la juzgara descorts, pero que yo le pareca demasiado viejo La seora Oliver se apresur a pronunciar unas palabras de consuelo. Bueno, es que las chicas son as Para ellas, todas las personas que rebasan los treinta y cinco aos de edad estn ya medio muertos. Carecen de sentido comn generalmente esas muchachas. Tiene usted que hacerse cargo. Me sent herido declar Hrcules Poirot. En su lugar, eso no me producira ninguna preocupacin. Naturalmente, fue brusca Eso me tiene sin cuidado. Y no me he referido solamente a mis sentimientos personales. Estoy preocupado. S, preocupado. Yo de usted habra olvidado por completo el incidente manifest la seora Oliver, confortadora. No me ha entendido todava. Me siento preocupado por la muchacha. Fue a verme para solicitar mi ayuda. Luego decidi que yo era demasiado viejo. Demasiado viejo para serle de alguna utilidad. Se hallaba equivocada, por supuesto, no hay ni que decirlo, huyendo posteriormente. Le digo que la joven andaba bastante necesitada de ayuda. Yo no pienso igual declar la seora Oliver. Con frecuencia, las chicas hacen de ciertas cosas verdaderas montaas. Est usted equivocada. La joven que me visit necesita de alguien que la ayude. Piensa usted que cometi realmente algn crimen? Y por qu no? Tal fue su afirmacin. S, pero la seora Oliver se interrumpi. Ella seal la posibilidad agreg la escritora lentamente. Y qu es lo que quiso darle a entender exactamente con sus palabras? En cierto modo carecen de sentido. A quin asesin la chica? Mejor dicho: a quin crea haber asesinado? Poirot se encogi de hombros. Y cul fue el mvil de su crimen? Poirot repiti su gesto anterior. Han podido sucederle muchas cosas, desde luego la seora Oliver mostraba un rostro radiante, lo cual le pasaba siempre que pona su frtil imaginacin en marcha. Pudo haber atropellado a algn transente con su coche, sin detenerse a auxiliar a su vctima. Cabe la posibilidad de que hallndose en lo alto de un acantilado un hombre la atacara y que en el forcejeo que se produjese consiguiera ella lanzar a aqul al abismo Por qu no pensar que pudo administrar un medicamento a un enfermo equivocadamente? Y si tom parte en cualquiera de las reuniones que organizan los estrambticos jvenes de ahora, riendo violentamente con uno de los asistentes? Un movimiento mal hecho y cuando se maneja un arma cortante es fcil apualar a una persona Tambin Ya est bien, seora! Ya est bien! Pero a la seora Oliver ya no haba modo de contenerla. Se haba disparado Supongamos que una enfermera que acta dentro de un quirfano se equivoca con el anestsico la seora Oliver se interrumpi. Ahora ansiaba conocer ms detalles. Qu aspecto tena esa chica? Poirot consider atentamente la pregunta durante unos instantes. Era como una Ofelia carente de atractivos fsicos. Oh, Dios mo! exclam la seora Oliver. Oyndole a usted decir eso casi la veo. Qu extrao! No me pareci una persona capaz declar Poirot. He aqu mi juicio sobre su persona No la creo con condiciones para vencer ciertas dificultades. No es de esos seres que pueden prever el peligro con suficiente anterioridad. Si alguien necesitara una vctima y mirara a su alrededor se fijara indudablemente en ella. Pero la seora Oliver no escuchaba ya a su invitado. Los dedos de sus dos manos se hallaban empeados en una dura lucha por los abundantes rizos de su peinado, en un gesto familiar para Poirot. Espere! exclam, angustiada. Espere! Poirot esper con las cejas enarcadas. No me ha dicho su nombre observ la seora Oliver. No me lo dio Espere! implor la seora Oliver, en el mismo tono que antes. Suspir. Su peinado se deshaca. Los cabellos comenzaron a carsele sobre los hombros. Uno de los rizos abandon su cabeza yendo a parar al suelo. Poirot lo cogi, colocndolo discretamente encima de la mesa. Vaya! Sbitamente, la seora Oliver pareci recobrar la calma. Distribuy unas horquillas por su cabeza mientras reflexionaba Quin le habl a esa chica de usted, seor Poirot? Yo qu s! Naturalmente, ella haba odo hablar de m, sin duda La seora Oliver pens que naturalmente no era la palabra apropiada en sus labios Lo natural era que Poirot supiese siempre que esta persona o aquella otra haba odo hablar de l. Son muchos los hombres y mujeres que nos miraran inexpresivamente, de ser mencionado el nombre de Hrcules Poirot en su presencia, especialmente si aqullos pertenecan a la generacin ms reciente. Y cmo decirle esto? se pregunt la seora Oliver. Hay que dar con un procedimiento para no herirle en su amor propio, en su vanidad. Opino que anda usted descaminado manifest. Las chicas Bueno Las chicas y los jvenes suelen entender muy poco de detectives y otras cosas anlogas. Su atencin sigue otros derroteros. Todo el mundo tiene que haber odo hablar alguna vez de Hrcules Poirot dijo l, soberbio. Poirot tomaba aqulla como artculo de fe Es que los jvenes de esta generacin no suelen recibir la instruccin debida dijo la seora Oliver. No conocen ms nombres famosos que los de sus cantantes favoritos, jockeys y otros tipos por el estilo. Bueno Cuando una persona necesita algo especial, ponerse al habla con un mdico, un detective o un dentista, lo lgico es que pregunte a alguien Quin es el que nos ir mejor? El amigo o la amiga nos contesta: Mira, querida: tienes que ir a ver a ese hombre maravilloso que se ha establecido en la calle de la Reina Ana. Te subir las piernas tres veces hasta la cabeza, al tiempo que te las retuerce, y te quedars curada. Puede ocurrir que el dilogo tenga otra forma. Me robaron todos mis diamantes. De haberse enterado, Henry se habra puesto muy furioso Entonces decid no comunicar nada a la polica Me val de los servicios de un detective serio, sumamente discreto, quien ha conseguido recuperar las piedras. As, Henry no ha llegado a saber nada del asunto Estas cosas se dan siempre de este modo, seor Poirot. Alguien le envi esa chica a usted. Permtame que dude No podra enterarse de ello hasta que se lo dijeran. Y yo se lo estoy diciendo ahora. Todo procede de m Esa muchacha fue a verle por indicacin ma. Poirot mir fijamente a su interlocutora. Por indicacin suya? Y por qu no se apresur a decrmelo? Porque acabo de caer en ello Fue cuando habl de Ofelia, la de los largos y hmedos cabellos. Se me antoj la descripcin de alguien que yo hubiese visto realmente. Y en fecha muy reciente. Luego, ca en la cuenta y record la identidad de esa chica Quin es ella? La verdad es que ignoro su nombre. Lo averiguar, sin embargo, y con relativa facilidad. Estbamos en un sitio charlando La conversacin se centr en el tema de los detectives privados Yo alud a usted y algunas de sus desconcertantes empresas. Y le dio mis seas? No, claro que no. Yo no pens que ella necesitara ver a ningn detective, ni nada de eso. Hablbamos, simplemente Mencion su nombre varias veces. Nada tiene de extrao que ella, luego, consultara la gua telefnica, localizando su domicilio. Versaba la conversacin sobre crmenes? No acierto a recordarlo Ni siquiera s cmo nos pusimos a hablar de los detectives privados. Ahora se me ocurre pensar que quiz fuese ella quien suscitara el tema A ver, dgame todo lo que recuerde. No importa que desconozca el nombre de la chica. Cunteme todo lo que sepa sobre ella. De acuerdo La cosa ocurri durante el ltimo fin de semana. Yo me encontraba en casa de los Lorrimer. Me reun con unos cuantos de sus amigos para tomar unas copas. Haba varias personas all Yo no lo estaba pasando muy bien, porque bebo poco. O nada. En estos casos, los acompaantes se creen en la obligacin de buscarle a una bebida floja, lo cual supone una molestia para ellos. Adems, en esas reuniones la gente me suele decir lo mismo siempre: que le gustan mis libros, que tenan muchos deseos de conocerme personalmente Yo acabo sintindome acalorada con tantas amabilidades y dejo de conducirme de una manera normal, exponindome a que me tomen por una estpida. No obstante, voy saliendo airosa de tales trances, hasta ahora. Hay quien fija preferentemente su atencin en uno de mis personajes repetidos, el detective Sven Hjrson, confesndome la admiracin que inspira. Si supiera el pblico cmo le odio yo, en cambio! Mi editor me recomienda siempre que no me exprese en trminos despectivos al hablar de l. Me imagino que de ah arrancamos para ocuparnos de los detectives privados, dentro de la vida real. Me puse a hablar de usted La chica andaba encantada por mis alrededores, atenta a mis palabras. Cuando usted mencion la figura de una Ofelia carente de atractivo record de pronto algo Pens: Qu es lo que me recuerda? Y me dije, a continuacin: Ya est La chica de la reunin de aquel da. Me inclino a pensar que era la de la casa, si no estoy confundindola con otra muchacha. Otro suspiro de Poirot. Con la seora Oliver siempre haba que desplegar mucha paciencia. No recuerda el apellido de las personas con quienes estuvo departiendo? Trefusis, creo que era. No: Theherne. Una cosa as l es un magnate de la industria, me parece, un hombre rico. No s qu cargo tiene en la City Ha pasado la mayor parte de su vida, sin embargo, por tierras de frica del Sur Es casado? S. La mujer es muy bella. Le lleva muchos aos l. Una cascada de rubios cabellos Segunda esposa. La hija procede de la primera. Y en la casa hay tambin un to increblemente viejo. Bastante sordo, por cierto. Debe de haber sido un personaje eminente. Lleva no s cuntas siglas detrs de su apellido. Creo que lleg a almirante, o a mariscal, no lo s con exactitud. Tambin es astrnomo, creo. Sea como sea, el caso es que del tejado de la vivienda sale la caa de un gran telescopio. Me figuro que se tratar de un pasatiempo. Asimismo, vi all una joven extranjera, que cuida del anciano. Va a Londres con l siempre para evitar que sufra cualquier percance, que sea atropellado, por ejemplo. Se me antoj bastante linda Poirot iba clasificando mentalmente la informacin que la seora Oliver le facilitaba, y hubo momentos en que se consider una especie de computador electrnico Entonces el matrimonio Trefusis No es Trefusis el apellido. Ya lo recuerdo: Es Restarick. Pues no se parece en nada al otro. Hay cierta analoga. Es un apellido normal en Cornualles, no? Tenemos, pues, all al seor y a la seora Restarick, con el ilustre y anciano to Lleva el mismo apellido? l es sir Roderick no s qu ms Est la chica au pair, o lo que sea, y una hija Hay ms personas? No creo En realidad no puedo estar segura. A propsito, la hija no vive en la casa. Se present en ella para pasar el fin de semana solamente. Me imagino que no se lleva bien con su madrastra. Tiene un empleo en Londres. Me enter de que anda por ah con un muchacho al que no le tienen mucho apego los familiares Burla burlando, usted parece conocer muchos detalles relativos a esa familia. Oh! Lo usual es que una vaya recogiendo datos de aqu y de all, escarbando como quien dice. Los Lorrimer no paran de hablar. Siempre tienen algo que decir de ste o aqul Y, normalmente, qu sucede en todas partes? Sin querer, nos enteramos de cosas que realmente no nos importan. Luego, no es raro que de cundo en cuando una se meta por en medio. Probablemente, es lo que me ha pasado a m. No s lo que dara por recordar el nombre de esa joven. Es una palabra relacionada con una cancin Thora? Hblame, Thora, Thora, Thora Algo as. O Myra Myra? Oh, Myra! Mi amor es para ti. Algo as. Yo sueo con habitar entre marmreas paredes. Norma? Vale Maritana? Norma Norma Restarick. S. De eso estoy segura. Una pausa. La seora Oliver, inconsecuente, aadi: Se trata de la tercera muchacha. A m me parece que usted dijo antes que era hija nica. Y lo es Eso creo, al menos. Entonces, qu quiere darme a entender diciendo ahora que es la tercera muchacha? Santo Dios! No sabe que significa la tercera muchacha? Es que no lee The Times? Suelo leer en ese diario los ecos de sociedad: los nacimientos y bodas Ah! Tambin me fijo en las esquelas mortuorias. Y por supuesto, leo, adems, los artculos que me parecen interesantes. Yo estaba pensando en los anuncios de la primera pgina, que por cierto han dejado de aparecer en ella. Por tal razn, tengo el proyecto de cambiar de peridico. Espere. Voy a ensersela Encima de la mesa auxiliar haba un ejemplar del The Times. La seora Oliver mostr aqul a su husped. Aqu tiene Fjese en esto: Tercera muchacha para piso segundo, muy cmodo. Habitacin propia. Calefaccin central. Sarls Court. Se busca tercera muchacha para compartir piso. Cinco guineas semanales. Habitacin propia. Se busca cuarta muchacha. Regents Park. Habitacin propia. As gustan de vivir las jvenes de hoy en da. El piso es mejor que la residencia o el hotel. La primera de las chicas alquila un piso amueblado y comparte con otras la renta a pagar. La segunda es, frecuentemente, una amiga. Luego, si no conocen a nadie, las dos buscan una tercera anuncindose en la prensa. Como ya ha visto, a veces necesitan una cuarta compaera. La primera se queda con la mejor habitacin; la segunda paga algo menos; la tercera, menos todava que sta y se ve metida en un cuchitril. Se ponen de acuerdo para disponer del piso libremente una noche por semana, por ejemplo Todo resulta bastante razonable. Y esta muchacha, cuya nombre es posible que sea Norma, dnde vive, dentro de Londres? Como ya le he indicado, en realidad no s nada acerca de ella. Pero usted podr llevar a cabo algunas indagaciones. Oh, s! Creo que no me ser difcil Est usted segura de que en esa conversacin no se aludi a ninguna inesperada muerte? Se refiere usted a una muerte en Londres o en casa de los Restarick? Pienso en ambos casos No creo He de probar, por si puedo averiguar algo de particular? A la seora Oliver le brillaban los ojos. Le interesaba aquello. Comenzaba a comprender el sentido del dilogo. Se lo agradecera mucho. Telefonear a los Lorrimer. No es mala hora sta descolg el micro. Tendr que dar alguna excusa, inventar, quizs, alguna historia Contempl, vacilante, el rostro de Poirot. Naturalmente que s. Eso se sobreentiende. Usted es una mujer dotada de frtil imaginacin No experimentar ninguna dificultad. Pero, bueno, no sea demasiado fantstica, me comprende? Mustrese moderada. La seora Oliver asinti, comprendiendo. Llam a la central solicitando un nmero. Volviendo la cabeza hacia Poirot, sise: Tiene usted a mano lpiz y papel o una agenda? Lo digo por si hay que tomar nota de algn nombre o seas Poirot tena ya preparada su agenda e hizo un gesto afirmativo, tranquilizndola. La seora Oliver concentr su atencin en el microtelfono, comenzando a hablar. Poirot, a su lado, la escuchaba. Oiga! Podra hablar con? Ah? Eres t, Noami? Ariadne Oliver al habla. Oh, s! Demasiada gente Te refieres al viejo? No, t sabes que yo Ciego, prcticamente? Me figur que iba a ir a Londres con la menuda extranjera S. Debe de ser una preocupacin para ellos, a veces Pero ella parece arreglrselas bastante bien Una de las cosas que deseaba preguntarte eran las seas de la chica No. Me refiero a la Restarick Por South Ken, no? Knighsbridge, quizs? Es que le promet un libro, sabes? Apunt su direccin en un papel y, como de costumbre, perd ste. Ni siquiera recuerdo su nombre. Es Thora o Norma? S. Yo me inclinaba por este ltimo Un momento. Voy a coger un lpiz S. Ya estoy lista Borodene Mansions, nmero sesenta y siete Lo s Esa gran manzana de casas que recuerda la prisin de Wormwood Scrubs S. Creo que los pisos son muy cmodos; que tienen calefaccin central y todo lo dems Quines son las otras dos chicas que viven con ella? Amigas suyas? O bien se han conocido por medio de algn anuncio? Claudia Reece-Holland Su padre es miembro del Parlamento, no? Y la otra? Claro, ya me lo imagino, no lo sabes A qu se dedican? Esas muchachas dan siempre la impresin de estar trabajando como secretarias en cualquier empresa No es as? Ah! De manera que la otra es decoradora de interiores Tendr que ver con alguna galera de arte No, Noami. No es que tenga tanto inters en averiguar esos detalles. Una se pregunta, a qu se dedican, normalmente, las chicas de esta generacin? Pues s. A m me resulta conveniente el conocimiento de determinadas cosas para mis libros. Vers: hay que mantenerse al da Qu me contaste acerca de uno de sus amigos? Los jvenes suelen hacer ahora lo que les place. Que tiene un aspecto raro? Es de esos que no se afeitan ni se lavan? Oh! Esos tipos Chalecos de brocado, cabellos largos y ensortijados, que les llegan hasta los hombros Desde luego. Cuesta trabajo, a primera vista, decir que se trata de chicos o de chicas En efecto. Cuando son personas bien parecidas, uno se acuerda de ciertas figuras de Van Dyck Qu decas? Que Andrew Restarick lo encuentra odioso? S. Habitualmente, los hombres reaccionan as Mary Restarick? No me extraa que una joven tenga discusiones frecuentes con su madrastra. Supongo que la mujer se alegrara al saber que ella haba logrado colocarse en Londres Qu me quieres sugerir aludiendo a las murmuraciones de la gente? Qu? No lograron saber qu era lo que le pasaba? Quin habl as? S, pero, qu es lo que silenciaron? Oh! Una servidora que se puso en contacto con el ama de llaves de los Jenner? Su esposo, quieres darme a entender? Ah! Ya comprendo Los mdicos no pueden averiguarlo Bueno. Es que la gente tiene malas intenciones. Estoy de acuerdo contigo. Con mucha frecuencia, estas cosas se reducen a simples mentiras Algo de estmago? Pero qu ridculo! Que hubo quien pronunci su nombre? Andrew. Crees que sera posible con esas sustancias destructoras de malas hierbas? S, pero, por qu? No es el caso de una esposa odiada por espacio de aos (se trata de la segunda mujer) Es mucho ms joven que l, hallndose en posesin de un hermoso fsico Podra ser Sin embargo, por qu la muchacha extranjera haba de querer una cosa u otra? Quieres decir que puede haberse ofendido por ciertas palabras que ante su presencia pronunciara la seora Restarick? Era muy atractiva Supongo que Andrew se aficionara a ella. Nada serio, desde luego. Mary se enojara y al enfrentarse con la joven Al observar a Poirot con una mirada de soslayo, la seora Oliver descubri que aqul no cesaba de hacerle seas. Un instante, querida dijo Ariadne Oliver por el micro. Me llama el panadero Poirot pareci sentirse afrentado. No te retires. La seora Oliver dej el telfono y cruz la habitacin a toda prisa, llevando a su husped al rincn en que desayunbase todas las maanas. Qu pasa? murmur casi sin aliento. Un panadero contest Poirot en tono de reproche. Yo un panadero! Bueno. Es que tuve que decir lo primero que se me vino a la cabeza. Qu quera indicarme con sus seales? Ha comprendido lo que ella? Poirot la interrumpi bruscamente. Luego me explicar Por ahora ya he comprendido bastante. Pretendo apelar a sus dotes de improvisadora. Invente usted algo que me sirva de pretexto para hacer una visita a los Restarick Un viejo amigo suyo, vecino desde hace poco Tal vez pudiera decirle Deje eso en mis manos. Algo acabar ocurrindoseme. Doy un nombre falso? No, no. Hagamos la treta lo ms sencilla posible. La seora Oliver asinti, apresurndose a coger el telfono. Noami? No puedo recordar lo que te estaba diciendo. Por qu ha de surgir siempre algn intruso cuando una se halla charlando tan a gusto? Ni siquiera acierto a recordar el motivo inicial de mi llamada Ah, s! Las seas de Thora De Norma, mejor dicho. Ya me las has dado, s. Pero haba algo ms que deseaba consultarte. Quera hablarte de un amigo mo, un hombre menudo y fascinante. Si precisamente estuve hablando ah de l la ltima vez que nos vimos! Se llama Hrcules Poirot. Va a vivir cerca de los Restarick y tiene un inters grande en ver a sir Roderick. Sabe muchas cosas acerca de su persona, que le inspira una gran admiracin. Me ha hablado de cierto maravilloso descubrimiento de la poca de la guerra, de un hecho de carcter cientfico Sea lo que sea, pretende visitarle sin otro fin que el de presentarle sus respetos As lo ha dicho. Crees que habr algn inconveniente? Tendras entonces la amabilidad de avisarles? S. Se presentar all cuando menos se lo figuren. Recomindales que le hagan contar alguna historia de espionaje l Qu? Oh! Tu segadora? Si, claro, tenemos que cortar esta conversacin. Adis. La seora Oliver, despus de colgar el microtelfono, s recost en su silln. Dios mo! Ha sido algo agotador. Qu le parece? March bien eso? No ha ido mal. Me figur que lo mejor era centrar las cosas en el viejo. Ya tiene usted, pues, un pretexto para echar un vistazo por all. No era eso lo que se propona? Y siendo una mujer, es fcil mostrarse vaga en lo tocante a temas cientficos. Puede que antes de efectuar esa visita usted haya ideado algo ms concreto. Bien. Quiere saber lo que ella me ha dicho? Han estado ocupndose, creo, de la salud de la seora Restarick Eso es. Padeca, por lo visto, una misteriosa enfermedad, localizada en el estmago, y los mdicos se mostraban desconcertados. La enviaron a un hospital, sin resultado No daban con la causa. Volvi ella a su casa y todo comenz de nuevo Otra vez los doctores dieron claras pruebas de desorientacin. Despus, la gente empez a hablar. Las habladuras fueron iniciadas por una enfermera irresponsable. Una hermana suya coment el caso con una vecina y sta formul diversos comentarios entre sus compaeras de trabajo. La onda fue ensanchndose ms y ms Aquello pareca raro. Ms adelante hubo quien afirm que el esposo intentaba o haba intentado envenenarla. El pblico siempre sigue estos derroteros Pero en este caso, aquello no tena ni pies ni cabeza. Seguidamente Noami y yo nos ocupamos de la chica au pair. Bueno. No es, exactamente, una chica au pair. Viene a ser ms bien una especie de secretaria-acompaante del anciano Por qu razn habra de pensar en administrar una dosis de herbicida a la seora Restarick? La o sugerir varios mviles Bien. Habitualmente, siempre existen esta o aquella posibilidad Un crimen deseado dijo Poirot, pensativo. Pero no cometido todava. Captulo III La seora Oliver penetr en el patio interior de Borodene Mansions. En la zona destinada al estacionamiento de automviles haba seis coches. Cuando Ariadne Oliver comenzaba a vacilar, uno de los vehculos dio marcha atrs, saliendo de la zona acotada. La seora Oliver se apresur a ocupar el sitio que haba quedado vaco. Se ape, cerr la portezuela y levant la cabeza, observando el firmamento. Se hallaba ante una construccin recientemente terminada. Ocupaba aqulla un espacio devastado por las minas durante la guerra. Los pisos parecan funcionales en extremo. Evidentemente, los hombres que levantaron el edificio no haban pensado ni por un momento en adiciones de carcter ornamental. Era aqulla una hora movida Los coches entraban y salan del patio, lo mismo que algunas personas a pie. Se aproximaba el fin de la jornada de trabajo. La seora Oliver ech un vistazo a su reloj de pulsera. Eran las siete menos diez minutos. La hora ms oportuna, en su opinin. Era la hora en que las chicas que trabajaban volvan a sus casas, unas veces para dar un repaso a su maquillaje y otras para cambiarse de ropas, trocando sus faldas por unos exticos pantalones al salir. Haba tambin quien ya no se mova de su piso, dedicada a lavarse sus pequeas prendas, sus medias Bueno. Lo esencial era que haba obrado sensatamente yendo all a aquella hora del da. El bloque era lo mismo hacia el este que por el oeste. En el centro contaba con unas grandes puertas giratorias. La seora Oliver decidi avanzar en direccin a la izquierda, pero descubri inmediatamente que iba mal. Los nmeros, por aquel lado, iban del 100 al 200. Cruz, camino de la otra parte. El nmero 67 quedaba en la sexta planta. La seora Oliver oprimi un botn del ascensor. Las puertas se abrieron como una boca bostezante, acompandose con una amenazador crujido. Ariadne se col en aquella caverna. Los ascensores modernos siempre le haban inspirado un gran temor. Otro fuerte crujido. Las puertas se cerraron. El ascensor se puso en marcha. Detvose casi inmediatamente Aquello era para tener miedo tambin! La seora Oliver asom la cabeza igual que un conejo espantado que husmea a un lado y a otro la presencia de un cazador. Empez a caminar por un pasillo que quedaba a la derecha. Lleg as a una puerta en cuyo centro vio dos nmeros metlicos que formaban el 67. Nada ms plantarse delante, la segunda cifra, el 7, se solt del elemento que la sujetaba a la madera, cayndole a los pies. Esta Casa no me gusta nada, se dijo la seora Oliver, al tiempo que se agachaba para recoger el nmero, que coloc al lado del otro. Ambos colgaban de sendos y casi invisibles clavitos. Oprimi el botn del timbre. Quiz no hubiera nadie La puerta, sin embargo, se abri casi en el acto. Una alta y hermosa joven se plant en el umbral. Llevaba un traje muy bien cortado, con una falda breve y camisa de seda blanca. Sus zapatos eran muy elegantes. Tena los cabellos oscuros y recogidos hacia atrs. Su maquillaje era ms bien discreto. Por una razn u otra, su presencia produjo cierta alarma en la seora Oliver. Oh! exclam sta, procurando serenarse para decir lo que era procedente en aquel caso. Es usted por casualidad, la seorita Restarick? No. Lo siento. La seorita Restarick ha salido Quiere que le d algn recado? Oh! volvi a exclamar la seora Oliver, antes de proseguir. Mostr a la chica un paquete descuidadamente envuelto en papel castao. Le promet un libro explic. Uno de los mos que todava no ha ledo. Espero no haberme confundido al cogerlo Tardar en volver seguramente, no? No le puedo decir. Ignoro qu es lo que tiene que hacer esta noche. Ah! Usted es la seorita Reece-Holland, no? La chica pareci ligeramente sorprendida. S, desde luego. Conozco a su padre declar la seora Oliver. Soy Ariadne Oliver. Escribo libros aadi, adoptando el tono culpable que empleaba siempre mecnicamente al hacer tal confesin. No quiere pasar? La seora Oliver acept la invitacin y Claudia Reece-Holland la condujo hasta un cuarto de estar. El empapelado era igual en todas las habitaciones del piso: esbozos de bosques. Los inquilinos podan colgar de las paredes los cuadros que poseyeran, modernos o antiguos, y montar una decoracin personal si se era su gusto. La base de la misma estaba constituida por unos muebles de lnea avanzada, armarios, libreras y otros elementos por el estilo, aparte de un gran sof y una mesa extensible. Todo admita sus complementos. Observbanse seales individualistas: un gigantesco Arlequn, que adornaba una pared, y un estilizado mono encuadrado por frondosa arboleda, que ocupaba la opuesta. Seguro que a Norma le encantar recibir su libro, seora Oliver. Qu desea beber? Una copita de jerez? Le sirvo ginebra? Aquella chica tena los mismos modales de la secretaria eficiente. La seora Oliver no quiso tomar nada. Disfrutan ustedes de una excelente vista aqu seal, mirando por la ventana parpadeando al alcanzarle los ltimos rayos de sol en los ojos. Pues, s. La verdad es que el piso nos resulta menos agradable cuando se estropea el ascensor. Nunca me hubiera atrevido a afirmar que un ascensor como se se estropeara tambin, igual que los dems Es una especie de robot. Hace poco que lo instalaron, pero no crea, no es ninguna cosa del otro mundo declar Claudia. Tienen que someterlo a peridicos ajustes Siempre lo estn manoseando. Entr en el cuarto una chica que vena hablando desde fuera. T sabes, Claudia, dnde he podido poner? Guard silencio, mirando a la seora Oliver. Claudia las present rpidamente. Frances Cary La seora Oliver, Ariadne Oliver. Oh, qu interesante! exclam Frances. Era una muchacha alta y de ondulante silueta, largos y negros cabellos. Su plida faz se hallaba intensamente maquillada. Las cejas y las pestaas apuntaban hacia arriba La cosmtica realzaba dicho efecto. Se haba embutido en unos pantalones de terciopelo muy ajustados y vesta un grueso jersey. Su figura ofreca un contraste muy brusco con la de la viva y eficiente Claudia. Le haba prometido un libro a Norma Restarick y se lo he trado explic la seora Oliver. Oh! Qu lstima que est todava en el campo! No ha regresado? Hubo una pausa. La seora Oliver crey ver que las dos muchachas intercambiaban una mirada. Yo cre que se haba colocado en Londres repuso aqulla, esforzndose para dar la impresin de que estaba un tanto sorprendida. Y as es manifest Claudia. Se dedica a la decoracin de interiores. De cuando en cuando la mandan por ah con muestras la chica sonri. Vivimos juntas, pero nuestras vidas discurren separadas. Salimos y entramos a nuestro antojo y lo ms corriente es que no nos molestemos dejando escritos. Descuide: no se me olvidar dar a Norma su libro cuando vuelva. Nada ms natural ni elocuente que aquella explicacin La seora Oliver se puso en pie. Muchas gracias por todo. Claudia la acompa hasta la puerta. Contar a mi padre mi encuentro con usted dijo la joven. Es un gran lector de historias detectivescas. Despus de cerrar la puerta, la muchacha regres al cuarto. Frances se haba apoyado en el antepecho de la ventana. Lo siento declar. He cometido alguna torpeza? Yo me limit a indicar a esa mujer que Norma haba salido. Frances se encogi de hombros. Bueno, Claudia, y dnde para ella? Por qu no se present aqu de nuevo el lunes? A dnde se propona ir? No acierto a imaginrmelo. No estar en casa de sus familiares? Fue a pasar con ellos el fin de semana No. Ya telefone para averiguar qu poda haber sucedido. Supongo que la cosa no tiene mayor importancia No obstante, esa muchacha es Hay que reconocer que resulta algo extraa. Bah! En la medida que tantas otras personas. Claudia no pareca estar muy convencida de lo que acababa de decir sin embargo. S que es rara, s. No se puede negar insisti Frances. En ocasiones, me asusta. No es una muchacha normal, y t lo sabes. De pronto, la joven se ech a rer. Norma no es normal! Sabes que no lo es, Claudia, aunque no quieras admitirlo. Fidelidad a la patrona, se llama, a mi entender, esa figura. Captulo IV Hrcules Poirot caminaba a lo largo de la calle principal de Long Basing. Calle principal y nica, en verdad, ya que Long Basing era uno de esos poblados que van creciendo en longitud, sin ensancharse apenas. Contaba con una iglesia impresionante, dotada de un elevado campanario. Plantado en el atrio haba un viejo rbol, un tejo, concretamente, de digno porte. En los escaparates de las tiendas, numerosas, se adverta una gran variedad de artculos. Haba dos establecimientos dedicados a la venta de antigedades, uno de los cuales se hallaba especializado, evidentemente, en elementos para chimenea; en el otro se amontonaban mapas que tenan ya muchos aos, porcelanas, casi todas con algn defecto, piezas de vajillas victorianas, armarios de roble carcomidos, vidrios, etc. Todo ello ofreca un aspecto algo desordenado por falta material de espacio. Los dos cafs de la localidad resultaban desagradables por igual. Haba una cestera, llena de una gran diversidad de objetos de confeccin domstica; una estafeta de correos que era a la vez tienda de ultramarinos, y una tienda de tejidos en la que se vendan sombreros, contando tambin con una seccin dedicada al calzado infantil y otra de camisera y mercera. En la papelera del poblado se vendan peridicos al tiempo que caramelos y tabaco. Haba un establecimiento dedicado a las lanas que era el comercio aristcrata del poblado. Dos mujeres de aire severo y blancos cabellos se hallaban apostadas frente a unas estanteras en donde se mostraba todo lo habido y por haber en lo concerniente a las labores de aguja. En uno de los mostradores se almacenaban los patrones necesarios para aqullas. Lo que haba sido el establecimiento de comestibles ms caracterizado era ya un supermercado, lleno de cestas de alambre, con gneros del ramo de la alimentacin y del de limpieza en paquetes y cajas de deslumbrantes colores. Encima de una pequea tienda haba un rtulo hecho con caprichosas letras El Lillah era un local destinado a recoger las ltimas modas femeninas. En su escaparate una mano ms bien descuidada haba colocado una blusa francesa (lo ms chic), al lado de una falda azul marino y una prenda a rayas de color prpura, entre cuyas piezas campeaban dos vocablos: Por separado. Todo esto iba observando Poirot con superficial inters. Dentro de los lmites de Long Basing, dando a aquella calle, se encontraban algunas viviendas de reducidas dimensiones y anticuadas fachadas, de estilo georgiano unas veces, con detalles victorianos otras, tales como terrazas, ventanas en saledizo y diminutos invernaderos. Ciertas casas haban sufrido reformas, tenan aire de nuevas y parecan hallarse orgullosas de ellas. Veanse, asimismo, villas decrpitas, pertenecientes a una poca ya distante, pretendiendo en ocasiones ser ms viejas de lo que realmente eran. A muchas de ellos haban sido incorporadas modernas comodidades, ocultas por los dueos a las miradas impertinentes de los curiosos. Poirot avanzaba lentamente, empeado en asimilar plcidamente cuanto iba viendo. De haberse encontrado junto a l la seora Oliver, su impaciente amiga, aqulla se habra preguntado inmediatamente por qu razn perda el tiempo de aquella forma, ya que la casa a la cual se diriga encontrbase medio kilmetro ms all de los lmites de la localidad. Poirot, de ser interrogado, hubiera respondido que intentaba respirar el ambiente del poblado, agregando que tales cosas eran a veces importantes. Al final de Long Basing se produca una brusca transicin. A un lado, respaldada por la carretera, haba una fila de edificios levantados poco tiempo atrs. Daban alegra a aquel punto las notas verdes del csped y la sinfona en color de las puertas, todas pintadas en diferentes tonalidades. Ms all se prolongaba el panorama normal por aqullos parajes, moteado de trecho en trecho por los anuncios de los agentes de la propiedad inmobiliaria. Las residencias aisladas contaban con sus rboles propios y sus jardines, poseyendo cierto aire de reserva. Carretera abajo, Poirot descubri una casa cuya nota ms caracterstica y extraa era su abombado techo. Evidentemente, algo haba sido modificado en ella no muchos aos atrs. sta, sin duda, era la Meca a la cual se encaminaba. Lleg a una puerta. Crosshedges, ley en la placa de la entrada. Inspeccion atentamente la construccin. Se trataba de un edificio convencional, que databa, quiz, de comienzos de siglo. No era feo. Ni bonito. En l coincidan los lugares comunes de una arquitectura ni moderna ni antigua. El jardn era ms atractivo que la casa. Se vea claramente que haba sido objeto de grandes cuidados en otra poca, cayendo luego en el abandono. Todava haba en las zonas de csped macizos de flores y matorrales desplegados para producir determinado efecto campestre. Poirot se dijo que all haba, con todo, unas manos que se ocupaban del jardn. No tard en descubrir cerca de una de las esquinas de la casa la figura de una mujer que se inclinaba sobre uno de los macizos de flores, haciendo unos ramilletes de dalias, segn crea. Su cabeza vena a ser un brillante crculo de oro puro. Era alta, esbelta, pero de ancha espalda. Poirot solt la aldabilla de la puerta del jardn y pas al interior, dirigindose hacia la entrada del edificio. La mujer volvi la cabeza, irguindose al tiempo que le acoga con una inquisitiva mirada. Esper a que l le hablara. De la mano izquierda de la mujer colgaban unos trozos de hilo Poirot la not un poco desconcertada. Deseaba usted algo? pregunt. Poirot se quit el sombrero con ceremonioso ademn, haciendo una ligera reverencia. La mirada de ella, como fascinada, se fij en el bigote del hombre que tena delante. La seora Restarick? S, yo Espero no haberla asustado, seora. Una dbil sonrisa floreci en los labios de ella. En absoluto. Usted es Perdone que me haya permitido visitarles. Una amiga ma, la seora Ariadne Oliver Claro, usted es monsieur Poiros. Monsieur Poirot corrigi l, forzando la ltima slaba del apellido. Hrcules Poirot, para lo que guste. Pasaba por la localidad y decid acercarme a esta casa por si se me autorizaba a presentar mis respetos a sir Roderick Horsefield. No faltaba ms. Noami Lorrimer nos dijo que vendra usted. No hay inconveniente alguno, entonces? Qu inconveniente va a haber? Ariadne Oliver estuvo aqu el ltimo fin de semana. Apareci en compaa de los Lorrimer. Escribe unos libros muy entretenidos, verdad? Bueno. A lo mejor a usted se le antojan aburridas las novelas detectivescas. Usted mismo es un detective, no? Un detective autntico? De lo ms real que he conocido manifest, zumbn, Hrcules Poirot. ste observ que la seora Restarick reprima una sonrisa. La estudi ahora ms detenidamente. Era una mujer bella, pero haba en su fsico no poco de artificioso. Sus rubios cabellos haban sido peinados con excesiva rigidez. Poirot se hizo algunas preguntas Secretamente, no se sentira la seora Restarick poco segura de s misma? Los cuidados que prodigaba a su jardn, no habran sido dictados por su deseo de imitar a la clsica ama de casa inglesa? Hubiera dado cualquier cosa por saber en qu medio social haba crecido. Todo es muy bonito coment l. Le agradan los jardines? Me gustan, s, pero no de la misma forma que a los ingleses. Para estos menesteres, ustedes poseen un talento especial. Los jardines encierran para ustedes un significado que no tiene nada que ver con el que nosotros advertimos. Con este nosotros alude usted a los franceses, no? Yo no soy francs. Soy belga. Ah, s! Creo haber odo decir a la seora Oliver que usted, en otro tiempo, perteneci a las fuerzas policacas belgas. As es. En efecto, soy un viejo sabueso belga. Poirot ri discretamente, aadiendo con un expresivo movimiento de manos: Siempre admir los jardines ingleses. Oh, s! Tengo que rendirme ante ustedes. A las razas latinas les agrada el jardn clsico, formal, los jardines del castillo, el Castillo de Versalles en miniatura Ah! No hay que olvidar que inventaron el potager. Muy importante, mucho, el potager. Ustedes los tienen aqu, en Inglaterra, pero porque los sacaron de Francia. No lo quieren como nosotros, sin embargo Prefieren sus flores. Qu tal? Es verdad eso o no? S. Me parece que tiene usted razn dijo Mary Restarick. No quiere entrar, monsieur Poirot? Ha venido a ver a mi to He venido aqu a presentar mis respetos a sir Roderick, pero antes har lo mismo con usted, seora, si me lo permite. Siempre procedo de la misma manera ante la belleza, cuando tropiezo con ella. Poirot hizo una reverencia. La seora Restarick se ech a rer, un tanto nerviosa. No debe usted ser tan cumplido, seor Poirot. La mujer ech a andar y l la sigui. Conoc a su to en 1944. Claro que la nuestra fue una relacin bastante superficial Pobrecillo! Se est haciendo muy viejo. No oye nada casi, sabe? Ha transcurrido mucho tiempo desde el da en que nos conocimos. Lo ms probable es que no recuerde nada acerca del episodio. Fue un asunto de espionaje en el que tuvo que ver mucho cierto invento y sus posteriores aplicaciones. Debido ese invento al ingenio de sir Roderick. Espero que me recibir de buena gana. Oh! Estoy segura de que s En determinados aspectos, el pobre lleva una vida muy aburrida actualmente. Tengo que ir tantas veces a Londres. Estamos buscando all una casa que nos convenga la seora Restarick suspir, aadiendo. La gente vieja es difcil de barajar, en ocasiones. Me consta declar Poirot. Con harta frecuencia, yo tambin resulto difcil, seora. Ella sonri. Oh, no! Pretende usted ser una persona de edad? Eso me han dicho, alguna que otra vez Poirot suspir. Las chicas, sabe? aadi con lgubre expresin. Pues eso es una descortesa. No me extraa, sin embargo. A nuestra hija no le costara ningn trabajo tener una salida de ese tipo. Ah! Tiene usted una hija S. Bueno, es hijastra. Me alegrar mucho conocerla dijo Poirot cortsmente. Oh! No se encuentra aqu ahora. Est en Londres. Trabaja all. Hoy la mayora de las jvenes se colocan. sa es la tendencia general, s dijo la seora Restarick. Incluso despus de casadas, las mujeres de esta generacin acaban volviendo a sus empleos en las empresas industriales o en los colegios o institutos. A usted no han conseguido convencerla en este sentido, seora? No. Yo me cri en frica del Sur. Vine a este lugar con mi esposo hace tiempo Este ambiente todava me resulta algo extrao. La seora Restarick dispens a los alrededores una mirada de la que estaba ausente toda huella de entusiasmo. Haban penetrado en una habitacin provista de muebles caros, pero de tipo convencional, carentes de personalidad. Colgaban de los muros dos grandes retratos, el nico toque individual. En el primero se vea a una mujer de finos labios, embutida en un vestido de noche de terciopelo gris. En la pared opuesta se descubra a un hombre de treinta y tantos aos de edad, dotado de un aire de contenida energa. Supongo que a su hija le parece aburrido el campo. S. A ella le va mejor Londres. No le gusta esto, desde luego la seora Restarick hizo una pausa brusca, aadiendo, como si le estuvieran sacando las palabras: Tampoco le gusto yo Eso es imposible manifest Poirot, galante. Est usted en un error. Antes bien, es lo que sucede normalmente en situaciones familiares como la nuestra. A las muchachas les suele costar trabajo aceptar la autoridad de una madrastra. Quera mucho a su madre, la chica? Es lgico pensar que s. Resulta difcil entenderse con ella. Claro que ya me imagino que con cualquier otra me habra pasado lo mismo. Poirot suspir antes de contestar. Actualmente, se nota un gran descenso de la autoridad paternal. No ocurre lo que en otros tiempos. As es. No me agrada hablar de este modo, seora, pero verdad que las muchachas modernas no se muestran muy exigentes a la hora de escoger sus amistades masculinas? En este aspecto, Norma ha sido una gran preocupacin para su padre. Sin embargo, yo creo que quejndonos no hacemos nada. Todos hemos de vivir nuestros personales desengaos para ir adquiriendo experiencia. Bueno He de llevarle a donde est to Roddy Ocupa una habitacin de las de la planta superior. Salieron de la habitacin. Poirot, que segua a la duea de la casa, volvi la cabeza. Un cuarto que no deca nada, que careca de carcter, si no pensaba en los dos retratos. Guindose por el vestido de la dama, Poirot se figur que ya tena algunos aos. Sera aqulla la primera seora Restarick? A Poirot su figura no le pareci muy agradable Esos retratos son magnficos, seora. S. Son obras de Lansberger. Lansberger haba estado de moda como retratista veinte aos atrs, siendo entonces un artista caro. Su meticuloso naturalismo ya no gustaba y despus de su muerte dejse casi de hablar de l. Se hablaba desdeosamente de sus modelos tal como Lansberger los viera, pero Poirot no se haba dejado llevar de los juicios de ltima moda, sospechando que detrs de los sencillos rasgos exteriores que el pintor fijaba con extrema facilidad haba una buena dosis de irona cuidadosamente disimulada. Al empezar a subir las escaleras, siempre delante de Poirot, la seora Restarick dijo: Hace poco que fueron desembaladas Se procedi a una primera limpieza, pero Guard silencio de pronto, quedndose inmvil, con una mano apoyada en la barandilla. En lo alto de la escalera se haba movido algo Tenan ahora delante una figura extraa, incongruente. Pareca alguien que se hubiese echado encima un disfraz, una persona que ciertamente, no le iba a la casa. Sin embargo, la figura en cuestin tena bastante de familiar para Poirot. Habase encontrado con ella a menudo por las calles de Londres e incluso en algunas reuniones. Tratbase de un representante de la ltima generacin. Vesta chaqueta negra, un complicado chaleco de terciopelo, pantalones ajustados Sobre la nuca le caan unos rizos de cabellos castaos. Era una persona extica y bella Se necesitaban unos segundos de inspeccin para determinar su sexo. David! exclam Mary Restarick, muy seria. Qu demonios haces aqu? El joven no se qued desconcertado por la pregunta, ni mucho menos. La he asustado? inquiri. Lo siento. Qu haces aqu, en esta casa? Has venido con Norma? Con Norma? No. Esperaba encontrarla aqu. Que esperabas encontrarla aqu? Qu quieres decir? Norma est en Londres. Oh, no! No est en Londres. Al menos no se halla en el nmero sesenta y siete de Borodene Mansions. Quieres explicarme qu significa eso? De acuerdo. Al ver que no haba regresado, despus de su fin de semana, me imagin que lo ms seguro era que se hubiese quedado. Vine para ver qu era lo que le haba sucedido. Sali de aqu el domingo por la noche, como de costumbre la seora Restarick aadi, muy enfadada: Por qu no tocaste el timbre? Por qu no nos hiciste saber que te encontrabas aqu? Qu haces vagando por la casa? Seora: usted est pensando en estos momentos que yo me propona robarle los cubiertos o algo semejante. Nada tiene de particular esto de entrar en una casa en pleno da. Qu es lo que hay de sorprendente en eso? Bien Nosotros somos gentes anticuadas y nos desagradan tales hbitos. Santo Dios! suspir David. Cuntas palabras por nada! Seora Restarick: como veo que usted no me da la bienvenida precisamente y que adems ignora el paradero de su hijastra, creo que lo mejor ser que me marche. Quiere que me vuelva los bolsillos del revs antes de salir? No digas tonteras, David. Adis, entonces. El joven baj unos peldaos, agitando una velluda mano en seal de despedida. Seguidamente, se encamin hacia la puerta de la entrada, que estaba abierta. Es una criatura horrible ese David coment Mary Restarick con un dejo rencoroso que sobresalt a Poirot. No puedo soportarlo. Es que no lo aguanto. Por qu razn est Inglaterra llena de tipos de esa clase? Bah! No haga caso, seora. Se trata de una simple moda Y siempre ha habido modas. En el campo apenas se aprecia la evolucin de estas. Tales fenmenos son ms perceptibles en Londres. Es espantoso, verdaderamente espantoso dijo Mary. Veo a esos individuos exticos, afeminados No ha cado en la cuenta de que recuerda mucho a las figuras de Van Dyck? De la cabeza de David, en un dorado marco, con un cuello de encaje, no se atrevera a decir que es algo afeminado o extico No s como se ha atrevido a presentarse aqu de esta manera. Andrew se habra puesto furioso. Se siente inquieto. Las hijas traen innumerables preocupaciones. Es probable que Andrew no conozca a Norma muy bien. Siendo ella una nia se fue al extranjero. La madre se encarg de su educacin y ahora se encuentra frente a un autntico rompecabezas. A m me ocurre lo mismo. Tengo que pensar forzosamente que es una muchacha sumamente extraa. Sobre estas chicas, hoy en da las madres no ejercen la menor autoridad. Norma siente pasin por David Baker. No se puede hacer nada. Andrew le prohibi que pusiera los pies en esta casa y ya ve lo que ocurre: se planta aqu dentro tranquilamente. Me parece Me parece que lo mejor ser evitar que Andrew se entere de su visita. No quiero verle ms preocupado. Creo que esa chica anda con l por Londres. Indudablemente habr otros jvenes por el estilo Claro, los hay peores todava. Estoy pensando en los que no se lavan, en los que se dejan la barba y visten sucios y raros trajes. Poirot dijo, animoso: Por Dios, seora. No d tanta importancia a esas cosas. Las tonteras de la primera edad acaban quedndose atrs. Eso espero. De todos modos, Norma es una chica autnticamente difcil de gobernar. Yo opino que no est muy bien de la cabeza. Es un carcter tan especial! Sus aversiones, sus antipatas Qu me dice? Norma me odia. Es verdad, me odia. Por qu ha de ser as? Ya me imagino que querra mucho a su madre, pero, qu tiene de particular que su padre volviese a casarse? Est usted convencida de que la odia? Naturalmente que s. Tengo pruebas de ello. Cuando decidi marcharse a Londres sent un gran descanso. Yo no quera que hubiese disgustos por mi causa La seora Restarick se call de pronto. Pareca haberse dado cuenta por vez primera de que estaba hablando con un desconocido, con un extrao. Poirot posea la cualidad de suscitar confidencias. Sus interlocutores, en estos casos, hablaban y hablaban como si le hubiesen conocido toda la vida Ella dej or ahora una breve risita. Dios mo! exclam luego. No s por qu le estoy contando todo esto. En todas las familias hay problemas. Pobres madrastras! Nosotras no solemos pasarlo bien en el plano de las relaciones con los hijos del marido. Ah! Ya hemos llegado Llam con las nudillos a una puerta. Adelante, adelante! Aquello fue un rugido estentreo. Tiene usted una visita, to dijo Mary Restarick, al entrar en la habitacin. Poirot la segua. Un hombre ya anciano, de ancha espalda y cuadrada faz, muy roja y de expresin irritada, que haba estado paseando por el cuarto, se plant frente a ellos. Detrs de l haba una mesa. Una chica, sentada a la misma, clasificaba cartas y otros papeles. Inclinaba sobre ellos su menuda y morena cabeza Le presento a monsieur Hrcules Poirot, to Roddy dijo Mary Restarick. Poirot avanz con naturalidad. Ah, sir Roderick! Han transcurrido muchos aos desde la ltima vez que nos vimos Hay que volver al pasado y detenernos en la ltima guerra. Yo me encontraba en Normanda Recuerdo que all estaban tambin el coronel Race, el general Abercromby, el mariscal del aire, sir Edmund Collingsby Y qu decisiones nos vimos obligados a tomar! Cuantos obstculos hubimos de vencer! Ah! Ya no tenemos por qu ser reservados. Me acuerdo de cuando fue desenmascarado aquel agente secreto que tanto trabajo nos dio por espacio de mucho tiempo No se acuerda? Le hablo del capitn Henderson. Oh, claro! El capitn Henderson! Maldito cerdo! Desenmascarado! Puede que usted no se acuerde de m, de Hrcules Poirot. No voy a acordarme? S, s, hombre Qu a punto estuvimos ah de Usted era el representante francs, verdad? No haba dos? Ahora no logro recordar el nombre del otro. Sintese, sintese No hay nada tan grato como hablar de los viejos tiempos. Tema que no se acordase de m o de mi colega: monseor Giraud. Pues se equivoca: me acuerdo de los dos. Ah! Aquello era vivir, s, seor. La joven de la mesa se levant. Cortsmente, acerc una silla a Poirot. Eso es, Sonia, eso es dijo sir Roderick. Permtame que le presente a mi encantadora secretaria. No puede usted imaginarse lo que esta muchacha representa para m. Me ayuda constantemente, ordena y archiva mis papeles Sin ella no sabra qu hacer. Poirot se inclin en una ceremoniosa reverencia. Enchant, seorita murmur. A modo de rplica, la chica susurr unas palabras. Era una menuda persona, de negros y abundantes cabellos. Pareca tmida. Sus ojos, de un matiz azul oscuro, se hallaban casi siempre fijos en el suelo. Sonri dulcemente al or las palabras de sir Roderick. ste le dio varias palmaditas en un hombro. No sabra qu hacer sin ella repiti. De veras. Sir Roderick exagera protest la muchacha. Como secretaria no soy tan eficiente como l afirma. Por ejemplo: no soy capaz de escribir a mucha velocidad en la mquina. Tu velocidad me basta, querida. Adems, eres mi memoria tambin. Y asimismo, mis ojos y odos, y una gran cantidad de cosas ms. Sonia sonri nuevamente. Yo me acuerdo ahora dijo Poirot, de algunos hechos sobresalientes de aquel tiempo. En realidad, no s si la gente exagera o no. As, el da que le robaron a usted el coche. Poirot prosigui fluidamente con aquella historia. Sir Roderick estaba encantado. S, s. Siempre hubo tendencia hacia la exageracin. Pero en el fondo el incidente s desarroll tal cual usted acaba de referirlo. Es fantstico que usted se acuerde de l habiendo transcurrido tanto tiempo. Yo podra referirle ahora otro mucho ms sabroso Ni corto ni perezoso, sir Roderick se lanz a contarle otra historia. Poirot le escuchaba atentamente. Al final hizo un simulacro de aplauso carioso. Luego se puso en pie. No debo entretenerle ms, sir Roderick manifest. Veo que est usted entregado a un trabajo importante Es que pas casualmente por aqu y estim que deba presentarse mis respetos. Los aos pasan s, pero usted no ha perdido su antiguo vigor, su gusto por la vida. Pues s Es posible que tenga usted razn, amigo mo. Ahora, no se exceda en sus cumplidos, por favor, me figuro que me aceptar una taza de t. Mary no tendr inconveniente en preparrnoslo, quizs el anciano mir a su alrededor. Oh! Se ha marchado. Buensima muchacha. S. Y muy bella. Por espacio de muchos aos ella habr sido un gran consuelo para usted. Oh! La boda tuvo lugar recientemente. Se trata de la segunda esposa de mi sobrino. Voy a serle franco. De este sobrino mo, de Andrew, nunca hice mucho caso No le vea un hombre sentado. Se me antoja demasiado inquieto. Mi sobrino favorito era su hermano Simon, mayor que l. Claro que tampoco le conoca muy bien Por lo que a Andrew respecta he de sealar que se port muy mal con su primera mujer. Se fue, se ausent, sabe? Se march con una compaa nada recomendable. Todo el mundo saba de ella. Sin embargo, l estaba enamorado. Todo termin en un ao o dos. El muy necio De esta esposa no se puede afirmar nada desfavorable, por lo que hasta el momento he visto. Bueno. Simon era un individuo de ms peso. Un tanto sombro y aburrido, no obstante, para mi gusto. No puedo decir que me sintiera satisfecho cuando mi hermana entr a formar parte de la familia. Un matrimonio de conveniencia, sabe? Gente rica Pero el dinero no lo es todo Todos los mos se han ido casando con personas afectas a los servicios. Nunca supe nada de los Restarick. Tienen una hija, segn me han informado. Una amiga ma la conoci casualmente la semana pasada. Oh! Usted habla de Norma. Una estpida. Anda por ah embutida en unas ropas terribles, en compaa de un joven que nada ms verlo repugna. Si. Ahora estos tipos se prodigan. Los muchachos se dejan crecer el pelo. Se dejan llamar de varias maneras tambin: beatles gamberros, etctera. No puedo entenderme con ellos. Prcticamente, hablan un lenguaje extranjero. Pero nadie se molesta en escuchar las crticas de los que poseemos ms edad y experiencia. As vamos todos Incluso Mary Pienso, sin embargo, que terminar siendo vctima del histerismo Su salud Se ha hablado de que la visita al hospital es siempre conveniente, tanto para someterse a observacin como para otra cosa similar. Y si bebiramos algo? Un whisky? No? Esprese unos minutos y tomaremos t. Gracias, pero estoy en casa de unos amigos y Bueno. He de decirle que su visita me ha resultado muy grata. Uno disfruta recordando ciertas cosas ocurridas hace tantos aos. Sonia, querida, ten la amabilidad de acompaar a monsieur Lo siento. No recuerdo su nombre Se me ha vuelto a olvidar. Ah, s! Poirot. Acompalo hasta donde est Mary, quieres? No, no Hrcules Poirot se apresur a desechar su ofrecimiento. Ya he molestado bastante a la seora Restarick. Descuide Sabr dar con la salida perfectamente. Ha sido para m un gran placer volver a verle. Poirot abandon con estas palabras la habitacin. Sir Roderick, una vez hubo salido l dijo: No tengo la menor idea de quin puede ser este hombre Que no sabe quin es? inquiri Sonia, mirndole sobresaltada. La verdad es que no recuerdo a la mitad de las personas que vienen a verme y que hablan conmigo actualmente. Desde luego, tengo que aparentar lo contrario muchas veces. Uno ha aprendido a salir de esos trances Es lo que suele suceder en muchas reuniones. Llega una persona y dice: Es posible que usted no se acuerde de m ya Nos vimos por ltima vez en el ao 1939. Y yo contesto: Naturalmente que le recuerdo, pero es mentira. Estar medio ciego y sordo supone una desventaja considerable. Hacia el final de la guerra tuve que trabar relacin con numerosos personajillos de distintas procedencias. Se me han olvidado los nombres y las caras de ms de la mitad de esos individuos. Oh claro! Aqu no cuenta eso Este hombre me conoca y yo he recordado a la gente que estuvo mencionando. La historia del coche robado no es ninguna invencin, s; eso s hubo alguna exageracin al aludir al tema en aquella poca. Bien. Espero que no se haya dado cuenta de que no le he reconocido. Yo dira que es un sujeto inteligente. Me ha parecido, sin embargo, excesivamente remilgado. Habla haciendo demasiados aspavientos y reverencias Dnde habamos quedado, Sonia? Sonia cogi una carta, entregndosela. Con gesto tmido, le ofreci las gafas, que l rechaz de plano inmediatamente. Y para qu quiero yo esto? Si veo perfectamente sin ellas! Entorn los prpados, mirando con atencin el papel que tena delante. Finalmente, se dio por vencido, devolviendo a la joven el escrito Tal vez sea mejor que me lo leas Sonia obedeci. Su voz era clara y suave. Captulo V Hrcules Poirot se detuvo en el descansillo un momento, inclinando la cabeza con expresin atenta. No lleg a sus odos ningn ruido procedente de la parte baja de la casa. Acercse a una ventanilla lateral, por la que asom la cabeza. Mary Restarick se encontraba en la terraza, ocupada con sus labores de jardinera. Poirot sonri, satisfecho. Se desliz a lo largo de un pasillo. Una tras otra, fue abriendo las puertas. Un cuarto de bao, un armario guardarropa, una pieza de dos camas, una habitacin individual, un dormitorio femenino con una cama de matrimonio (de Mary Restarick?), etctera. La habitacin contigua deba de pertenecer a Andrew Restarick. Poirot cambi de orientacin La primera puerta que abri corresponda a otro cuarto individual. Se figuraba que ste no era ocupado continuamente sino en los fines de semana, quizs. Encima de la cmoda haba unos cepillos. Poirot volvi a quedarse inmvil, escuchando atentamente. Luego, comenz a avanzar de puntillas. Abri un armario. Contena algunas ropas, prendas adecuadas para el campo. Haba una mesita-escritorio sin nada encima. Abri los cajones con infinitas precauciones. Hall diversas cosas, entre ellas un par de cartas. Pero su autor se refera en estos papeles, a asuntos triviales y la fecha quedaba ya bastante atrs. Cerr los cajones con el mismo cuidado con que los abriera. Poirot se encamin hacia la puerta, saliendo del edificio para despedirse de la seora Restarick. Rechaz cortsmente su ofrecimiento de una taza de t. Tena que tomar un tren que parta del lugar poco ms tarde. No quiere usted servirse de un taxi? Podra hacer venir uno llamando por telfono. Quiere que le acerque en mi automvil? No, no, seora, por Dios! Es usted muy amable. Poirot regres al poblado y baj por la calle situada junto a la iglesia. Despus cruz un pequeo puente por debajo del cual discurra una corriente de agua sin importancia. Bajo un rbol vio un gran coche y su chfer al volante El hombre le abri la portezuela. Poirot se acomod en su asiento, apresurndose a quitarse los zapatos, no sin suspirar, aliviado. Ahora ya podemos volver a Londres dijo. El chfer cerr la portezuela, regres a su sitio y puso el motor en marcha. La visin de un joven apostado junto a la carretera, extendiendo expresivamente el pulgar de su mano derecha en el sentido de la marcha, no era nada extraa. Los ojos de Poirot descansaron con indiferencia casi en aquel miembro de la moderna humanidad, un muchacho vestido con ropas chillonas, de largas y exticas melenas. Poirot se irgui rpidamente al quedar a su altura, hablando entonces al conductor. Pare usted un momento, por favor. D marcha atrs All hay alguien que desea subir a nuestro coche. El chfer volvi la cabeza, mirando a Poirot, incrdulo. No habra esperado nunca una peticin semejante de labios de aqul. Pero Poirot haca repetidas seales afirmativas, moviendo la cabeza, de manera que tuvo que obedecer. El joven llamado David avanz hacia la portezuela. Cre que no pensaba detenerse dijo, risueo. Muchas gracias, eh? Una vez sentado desprendi de sus hombros un paquete que llevaba sujeto a ellos deslizndose hasta el piso del vehculo. Seguidamente, se alis los cabellos, que tenan el mismo color que el cobre. As pues, me reconoci. Va usted vestido de una manera tan especial Es verdad. Pero slo soy uno ms entre los nuestros. Me recuerdan la escuela de Van Dyck. Son muy vistosas sus prendas. Oh! Jams me ha preocupado eso. Pues s es posible que haya bastante de verdad en lo que me dice. Debiera complementar su atuendo con un sombrero de ala ancha opin Poirot. Y un cuello de encajes. No tome a mal, sin embargo, estos consejos. No creo que lleguemos tan lejos el joven se ech a rer. Hay que ver! Y qu mal encaja la seora Restarick mis cosas! Yo tambin siento por ella una profunda antipata. Claro que esa gente me tiene sin cuidado. Existe algo particularmente repulsivo en las personas y bienes de los magnates industriales, no cree? Depende del punto de vista aceptado. Segn tengo entendido usted, por ejemplo, ha hecho objeto de muchas atenciones a la hija Una bonita frase, s, seor dijo David. Pero en esas atenciones slo hay que ver el cincuenta por ciento de las intercambiadas por nosotros. Yo no le soy indiferente a la chica Dnde para ahora esa seorita? David volvi el rostro con fijeza hacia su interlocutor. Y por qu razn me hace esa pregunta? Me gustara conocerla, hablar con ella repuso Poirot, encogindose de hombros. No creo que ella pueda agradarle mucho ms que yo. Norma est en Londres Pero usted le dijo a su madrastra Oh! A las madrastras no se les cuenta todo siempre. En qu parte de Londres? Trabaja como decoradora de interiores en Kings Road, por Chelsea. No acierto a recordar el nombre del establecimiento en estos instantes. No estoy seguro si es Supan Phelps Pero ella no vive all, supongo. No tiene usted sus seas? S que las tengo. Habita en un gran bloque de pisos. No acierto a entender que le lleva a interesarse por Hay tantas cosas que suscitan m inters! Qu quiere decirme con eso? Qu es lo que le llev a usted a esa casa hoy? Se llama Crosshedges, no? Una vez ante la vivienda penetr en ella procurando que nadie le viese, echando a andar luego escaleras arriba Admito que utilic la puerta posterior para entrar. Qu buscaba en el piso? Eso era cosa ma. No quisiera mostrarme brusco, pero no estar usted profundizando demasiado? S. Intento satisfacer mi curiosidad. Desearla saber dnde para la muchacha concretamente. Me hago cargo. Los buenos de Andrew y Mary (que Dios confunda), han contratado sus servicios, verdad? Es que intentan localizar a la chica? Me parece que todava no la echan de menos. Alguien le ha hablado para que se ocupe de eso. Es usted una persona extraordinariamente observadora murmur Poirot. ste se recost tranquilamente en su asiento. Me he estado preguntando qu se propona manifest David. Por tal motivo me apost en la cuneta, hacindole seas. Esperaba que se detuviese para conseguir algunas explicaciones. Norma es mi novia. Me imagino que usted lo sabe. Di por descontado tal hecho contest Poirot cautelosamente. En ese caso, usted tiene que conocer su paradero. De no ser as Ahora caigo en la cuenta de que slo conozco su nombre de pila: David. Baker es mi apellido. Seor Baker: no habrn reido ustedes? No. No hemos reido. Por qu ha de pensar usted eso? Cundo sali Norma Restarick de Crosshedges? El domingo por la noche o el lunes por la maana? Depende Hay un autobs a primera hora. En l se llega a Londres poco despus de las diez. Ese medio de comunicacin le hara llegar tarde al trabajo. El retraso no sera considerable, sin embargo. Lo habitual es que ella emprenda el regreso en la noche del domingo. Norma sali el domingo por la noche, pero no ha llegado todava a Borodene Mansions. Por lo visto no. Es lo que Claudia asegura. Y esa seorita La seorita Reece-Holland (as se llama, verdad?) se mostr sorprendida o preocupada? Santo Dios! No. Por qu haba de estar sorprendida o preocupada? Esas chicas no tienen costumbre de espiarse mutuamente. Pero usted pens que volvera all, no? Es que tampoco hizo acto de presencia en su trabajo. Est usted preocupado seor Baker? No. Naturalmente Bueno, que me aspen si lo s! No acierto a ver razn alguna por la cual yo deba estar preocupado El tiempo pasa, sin embargo. Qu es hoy? Jueves? No han tenido ustedes ningn disgusto? No. No hemos reido. Pero a usted le preocupa Norma, verdad seor Baker? Y qu le importa a usted eso? No es que me importe. Ahora bien, en la casa se ha promovido un conflicto. Ella no siente la menor simpata por su madrastra. Cierto. Esa mujer es una bruja. Es dura como una piedra. A su vez, no quiere a Norma. Ha estado enferma, no? Tuvo que ir a un hospital De quin me habla? De Norma? No. Le estoy hablando de la seora Restarick. Creo que ha visitado una clnica. Poda habrselo ahorrado. Tiene la fortaleza de un caballo. Y la seorita Restarick odia a su madrastra. A Norma le he notado en ocasiones una indudable falta de equilibrio. Le dir que lo corriente es que las chicas odien a sus madrastras. Las cuales, invariablemente, se sienten trastornadas. Hasta el punto de verse obligadas a recluirse en un hospital? A dnde diablos quiere usted ir a parar? Al arte de la jardinera, quiz detenindome en la utilizacin de los herbicidas Qu quiere dar a entender? Sugiere que Norma qu pens en? Habladuras de la gente dijo Poirot. Ya sabe usted lo que pasa Los vecinos observan murmuran Sugiere que alguien ha dicho que Norma intent envenenar a su madrastra? Eso es absurdo! Totalmente absurdo! Convengo que es muy improbable anunci Poirot. En realidad, la gente no hace afirmaciones de esa clase. Oh! Lo siento. He entendido mal Pero, bueno, qu ha pretendido significar? Mi querido seor Baker: ha de saber que circulan por ah rumores y stos se refieren casi siempre a la misma persona: a un esposo. Qu? A Andrew? A ese pobre viejo? Menos probable todava que lo anterior. S, s. Yo soy de la misma opinin. Perfectamente. Qu haca usted all entonces? Usted es un detective, verdad? S, s. Entonces? Yo no fui all con el propsito de efectuar indagaciones sobre un caso probable de envenenamiento. Habr de perdonarme, ya que no me es posible responder a su pregunta. Todo es muy reservado, comprenda. No consigo entenderle una palabra de lo que me dice. Fui all con el fin de ver a sir Roderick Horsefield. A ese viejo? Es un chiflado, prcticamente. Es un hombre que conoce muchos y grandes secretos aclar Poirot. No es que yo sostenga que en la actualidad tome parte activa de esas cosas. Sabe mucho, sin embargo. Durante la pasada guerra tuvo relacin directa con acontecimientos de enorme trascendencia. Conoci a muchas personas Ya ha llovido desde entonces. S, conforme. Su actuacin pertenece al pasado. Ahora bien, existen detalles que, de ser conocidos, seran sumamente tiles. Qu clase de detalles? Unos rasgos faciales, por ejemplo dijo Poirot. Una faz que sir Roderick fuese capaz de identificar Quien habla de pronunciar, de andar, de hacer demasiados gestos. Hay que apreciar en lo que vale la memoria de los viejos. stos no recuerdan bien lo que ha sucedido la semana pasada, el ltimo mes o ao Suelen recordar lo ocurrido veinte aos atrs, digamos. Y a su memoria puede acudir la imagen de alguien que no desea ser recordado. As es como se encuentran en condiciones de aludir a cierto hombre, o a cierta mujer, o algo en que anduvieron mezclados Ya ve: me expreso de una manera muy vaga. Fui a l en busca de informacin. Que usted fue a verle con el propsito de obtener una informacin? Ese viejo chiflado dando Y qu? La obtuvo? Me limitar a sealar que me siento completamente satisfecho. David no apartaba los ojos del rostro de Poirot. Veamos, veamos De veras deseaba usted entrevistarse con el viejo? No pretendera ms bien echar una ojeada a la muchachita que le acompaa a todas horas? Quera averiguar qu haca ella concretamente en la casa? Una o dos veces me lo he preguntado yo mismo Cree usted que se coloc en casa para sacarle informaciones al anciano? Me parece que no vamos a llegar a ninguna conclusin positiva discutiendo estas cosas. Es, sin duda, una criatura muy adicta y atenta Qu puesto desempea? El de secretaria, quiz? Viene a ser una mezcla de enfermera, secretaria, seorita de compaa y simple servidora. Su cargo ofrece muchas facetas. El viejo la quiere muchsimo. No lo ha notado? Es muy natural, tal como est planteado todo contest Poirot, muy serio. Puedo sealarle una persona a la que la muchacha no hace la menor gracia: nuestra amada Mary. La chica sentir idntica antipata por ella. As, pues, eso es lo que piensa, eh? inquiri David. Usted se figura que Sonia siente aversin por Mary Restarick Es posible que haya llegado a imaginarse que la joven realiz algunas averiguaciones con el fin de saber dnde era guardado el herbicida. Bah! Todo eso es ridculo. Bien. Gracias por haberme recogido. Voy a quedarme aqu, si me lo permite. Aja! A este punto se dirige usted? Nos encontramos a once kilmetros, aproximadamente, de Londres, todava. Voy a apearme aqu, no obstante. Adis, seor Poirot. Adis. Poirot se recost cmodamente en su asiento en el momento en que David cerraba la portezuela del automvil. * * * La seora Oliver iba de un lado a otro de su cuarto de estar. Se senta muy excitada. Una hora atrs haba empaquetado un original mecanografiado que terminara de corregir. Disponase a envirselo a su editor, quien haca tiempo que lo esperaba ansiosamente, cosa que pona de manifiesto cada tres o cuatro das, con sus llamadas telefnicas o escritos a modo de recordatorios. Ah tiene usted dijo Ariadne, dirigindose al vaco, viendo en ste con los ojos de la imaginacin la figura de su editor. Ah lo tiene Espero que le guste. A m me hace muy poca gracia. Hay ms: se me antoja detestable! Yo creo que usted todava no sabe si lo que yo escribo es bueno o malo. Ya est advertido. Le dije que no vala nada. Y usted me respondi: Oh, no! No puedo creer eso ni por un momento. Espere Ya ver aadi la seora Oliver con aire vengativo. Espere y ver Abri la puerta llamando a Edith, su doncella, en cuyas manos puso el paquete, dicindole que tena que ser entregado en la estafeta de correos inmediatamente. Y ahora se pregunt la seora Oliver, qu voy a hacer? Cmo voy a matar el tiempo? Empez a ir de un lado para otro de nuevo. S pens. Me gustara ver en el empapelado pjaros tropicales y otras cosas semejantes en lugar de las cerezas de ste Con los otros dibujos yo me senta en ocasiones en medio de un bosque de los trpicos. Me senta leona, o tigresa, o la hembra del leopardo y el orangutn! Qu sensacin puedo experimentar entre esas cerezas? Todo lo ms, en medio de este huerto artificioso, puedo llegar a creerme una especie de espantapjaros. Torn a mirar a su alrededor. Debiera comenzar a lanzar gorjeos, como cualquier avecilla. S. Eso es lo que debiera estar haciendo ya se dijo sombramente. Comiendo cerezas Me gustara que fuese la poca adecuada del ao para comer cerezas. Me pregunto si Descolg el telfono. Me asegurar de ello, seora contest al otro extremo del hilo telefnico George, correspondiendo a su pregunta. Luego escuch otra voz. Hrcules Poirot a sus rdenes, seora Oliver. Dnde ha estado usted? Estuvo por ah durante todo el da. Supongo que visitara a los Restarick. Ha sido as? Vio usted a sir Roderick? Qu averigu concretamente? Nada respondi Hrcules Poirot. Oh! Qu aburrimiento! Pues no, seora Oliver. No creo que la cosa tenga nada de aburrida. Estimo, en cambio, muy sorprendente que yo no consiguiera descubrir nada de particular. Sorprendente Por qu? No comprendo Tal conclusin, mi querida amiga, no se halla de acuerdo con el planteamiento de los hechos. Puede ser que haya algo inteligentemente ocultado. He aqu otro detalle de sumo inters. A propsito, la seora Restarick no saba que la muchacha estaba siendo echada de menos. Quiere usted significar entonces que no tiene nada que ver con la desaparicin de la chica, verdad? As es, por lo visto. Habl con el joven. Se refiere usted a se que cae mal a todo el mundo? En efecto, estoy aludiendo a ese desagradable muchacho. Le juzga usted, personalmente, desagradable? Desde qu punto de vista? Desde el que puede adoptar una chica, no, por supuesto. Estoy seguro de que la que vino a verme se habra sentido encantada con l. No se puede calificar a ese sujeto de horroroso? Por el contrario; su rostro podra calificarse de bello respondi Hrcules Poirot. S? inquiri la seora Oliver. A m los hombres bellos no me han gustado jams. Las jovencitas no piensan como usted. Tiene usted razn. A ellas no les llaman la atencin los hombres de rasgos faciales correctos, de aspecto cuidado, bien vestidos y aseados. Ahora sus preferencias se inclinan por los tipos de aspecto semejante a los que aparecen en las comedias de la poca de la Restauracin, de ser posible, muy sucios, como si se dispusieran a aceptar cualquier trabajo repulsivo Al parecer, tampoco l conoca el paradero de la muchacha. O no quiso admitir su desaparicin. Quiz. Se present all en la casa, penetrando en la misma sin que nadie le viera. Por qu razn procedi as? Buscaba a la muchacha? Iba detrs de alguna cosa? Usted c