cifras de violencia

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I I NFORMAC lO PSICOLOGIC,J REFLEXIÓ CIFRAS DE VIOLENCIA María Cortell R ESU MEN Llevada por la pregunta de si en otros discursos, alejados del Psicoanálisis se manejaba la pregunta por la génesis de la violencia entre los humanos; el recorrido por las diversas ponencias y deliberaciones que tuvieron lugar enel Congreso deValencia sobre la Violencia Contra la Mujer, me desveló la magnitud de unos datos que merecen alguna reflexión aunque ésta nos pueda estropear el concepto de sociedad del bienestar. Si la práctica de la Psicología Clínica y de otras psicologías está destinada a eliminar ciertos sufrimientos. casi siempre individuales o de pequeño grupo, la ignorancia sobre las teorías que sustentan alguna explicación acerca de la génesis de la violencia es sólo un déficit a subsanar. P ALABRAS CLAVE Cifras, violencia. mercado, ley. Hay muchos modo s de establecer un conocimiento acer- ca de la realidad, eso tan extraño que sucede fuera de nues- tro s ad entros, pero el que más se impone en nuestra época es el de las cifras. Tomamos tantas cifras al cabo de un día que se nos atragantan, pierden la potestad cuantificadora de medir y pasan a ser palabras desb ordada s. No hay modo más eficaz de borrar la magnitud de un hecho que repartir para su descripción tres o cuatro cifras de esas de varios ceros, insertar varias series de porcentajes y re sumir e l he- cho o circunstancia en un acróstico de siglas. A veces, cuan- do nos detenemos a reflexi onar sobre la dimensión compa- rativa de al guna s cifras, se nos dibuja un perfil más preciso del asunto del que se trate, pero , mu cha s otras veces, de- glutimos los datos sin deten erno s en nin guna pregunta que nos lleve a entender que tras esos núm ero s y jero glífi co s puede tratarse de personas, con sus historias y con sus vi- das, como las nuestras. Actualmente tant o la riqueza como la pobreza se defin en , globalmente, como "millones de...", la dif erencia es que la riqueza se describe en millones de dólares y la pobreza, generalmente, en millones de personas. También sobre los estragos de la violencia, sea del género que sea, se habla en miles o en millones de per sona s. Mu cha s veces se hace hincapié sobre qué grupo de persona s se cierne la violen- cia, niños, civiles, mujeres; mostrándonos que en esta so- ciedad de tant o bienestar nos permitimos el lujo de envasar la violencia en porciones, según el calibre u otras circuns- tancias de las víctimas. De ese modo, tras inmensas cifras, la violencia puede pa- recer algo accidental para la persona humana . Esa aparien- c ia difi culta tomarla en cuenta c omo un elemento estructu- ral que forma parte de la subjetividad de los seres hablantes hasta el punto de poder considerar las diferentes culturas, entre otros. como diversos modo s de canalizar y regular la violencia. En el congreso que hubo en Valencia en Noviembre y del que se da cuenta en este número, se hablaba de violencia hacia mujeres en diferentes tipos de circunstancias. En re- lación a las cifras, a Jo largo de las cuatro grandes tem áti - cas ab ordadas, a mí me impresi onaron al guna s de las que se desplegaban en las intervenciones de las, en su mayoría, ponentes. Un mill ón de niñas y niños dedi cados al año a la pro stitu- c ió n e n As ia parecen muchos niños, tantos que no caben en una foto y por eso no tienen rostro y parece lo mi smo un mill ón que dos y medi o, es sólo una cifra. Sin embargo, me siguen pareci end o muchísimos; también mu chí sima s me parecen ciento treinta millones de mujeres, cada una con su rostro pero sin otras partes de su cuerpo porqu e han sido sometidas a prácticas de mutilación en sus genitales. La MGF, como se ha definido con siglas la práctica de esta tradi ción, considerada, a veces, como una form a de idio- sincrasia cultural, no es más que una tradicional barb aridad que costaría describir aquí , sin definirla en relación a la violencia. El hecho de que tenga lugar en países pobres y de predominio religioso musulmán, en d ond e se acumulan varias porciones de cifras de otras violencias, no debe con- fundirnos y hacernos creer que es un probl ema remoto y que no tenemos nada que decir. Qué decir de las cifras del negocio de la pornografía en intern et el año pasado mil mill ones de dólares USA, el 70% del negocio de la red. Es decir, de diez d ólares, siete son para la pornografía con sus cifras y formas de violencia. No nos podemos replegar en creer que se trata de negocios pequeño s porque el uso sea mayoritariament e individuaJ y se pu eda entrar o no c omo cli ent e ; ni c ree r qu e s i una o uno es actor de películas X, o de Snu ff, es solamente porque le da la gana o le va la marcha . Nos sorprendemos asimi smo con las cifras de las vícti- mas de los conflictos armados y las des cripciones de los Psico analista / Psicóloga Abril 200 I • 33-34 • Número 75 • 33

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Page 1: CIFRAS DE VIOLENCIA

I

INFORMAClOPSICOLOGIC,J

REFLEXIÓ

CIFRAS DE VIOLENCIAMaría Cortell

R ESUMEN Llevada por lapregunta de si en otros discursos, alejados del Psicoanálisis se manejaba la pregunta por lagénesis de laviolenciaentre los humanos; el recorrido por las diversas ponencias y deliberaciones que tuvieron lugar enel Congreso deValencia sobre laViolenciaContra la Mujer, me desveló la magnitud de unos datos que merecen alguna reflexión aunque ésta nos pueda estropear el concepto desociedad del bienestar. Si la práctica de la Psicología Clínica y de otras psicologías está destinada a eliminar ciertos sufrimientos. casisiempre individuales o de pequeño grupo, la ignorancia sobre las teorías que sustentan alguna explicación acerca de la génesis de laviolencia es sólo un déficita subsanar.

P ALABRAS CLAVE Cifras, violencia. mercado, ley.

Hay mu chos modos de es tablece r un co noc imiento acer­ca de la realidad , eso tan ex traño que sucede fuera de nues­tro s adentros , pero el que má s se imp one en nuestra époc aes e l de las c ifras . Tom am os tantas c ifras al cabo de un díaque se nos atragantan, pierd en la potestad cuantificado rade medir y pasan a ser palabras desbordadas. No hay modomás eficaz de borrar la magnitud de un hecho que repartirpara su descripción tres o cuatro c ifras de es as de variosceros, insertar varias series de porcentajes y resumir e l he­cho o circ uns tanc ia en un acróstico de siglas. A veces, cuan­do nos detenem os a reflexionar so bre la dimen sión co mpa­rativa de algunas c ifras, se nos dibuja un perfil más preci sodel asunto del qu e se trate , pero, mu chas otras veces, de­g lutimos los datos sin detenernos en nin guna pregunta quenos lleve a entende r que tras es os núm eros y jero glífi cospuede tratarse de personas, con sus historias y con sus vi­da s, co mo las nuestra s.

Ac tualme nte tant o la riqu eza como la pobreza se defin en ,globalme nte, como "millones de..." , la diferencia es que lariqueza se describe en millones de dólares y la pobreza ,ge neralme nte, en mill ones de per son as. También so bre loses tragos de la viol encia , sea del gé ne ro qu e sea, se hablaen miles o en millones de per sonas. Muchas veces se hacehincapi é sobre qu é grupo de per sonas se c ierne la vio len­c ia, niñ os, c iviles, muj eres; mo strándonos que en es ta so­c iedad de tant o bienestar nos permitimos e l lujo de envasarla violenc ia en porciones, seg ún e l calibre u otras circuns­tancia s de las víctimas.

De ese mod o, tras inmensas cifras, la vio lenc ia puede pa­recer algo accidental para la per sona humana. Esa aparien ­c ia difi culta tomarla en cuenta como un eleme nto es tructu­ral que forma parte de la subje tividad de los seres hablanteshasta e l punto de poder cons ide rar las diferent es culturas,entre otros. co mo diversos modos de canalizar y regular laviolenc ia.

En e l co ng reso qu e hub o en Valencia en Nov iem bre y delqu e se da cuenta en es te núm ero , se hablaba de violenc iahacia muj eres en diferent es tipos de c ircunstanc ias . En re­laci ón a las c ifras, a Jo largo de las cuatro grandes tem áti ­cas abordadas, a mí me impresionaron algunas de las qu ese desplegab an en las interv enciones de las, en su ma yoría,pon ent es.

Un mill ón de niñas y niñ os dedi cados al año a la pro stitu­c ión en As ia parecen muchos niñ os, tant os qu e no cabe n enuna foto y por eso no tienen rostro y parece lo mismo unmill ón qu e dos y medi o, es só lo una cifra. Sin em bargo, mesigu en pareciendo mu ch ísim os; también mu chísimas meparecen ciento treinta mill ones de mujeres, cada una co nsu rostro pero sin otras partes de su cuerpo porque han sidoso me tidas a práctica s de mutilación en sus ge nitales . LaMGF, co mo se ha definido con siglas la prácti ca de es tatradi ción , co ns ide rada, a veces, como una form a de idio­sinc ras ia cultural, no es más que una tradicional barbaridadqu e cos taría describir aquí, sin definirla en relación a laviolenc ia. El hecho de que tenga lugar en países pobres yde predominio reli gioso mu sulmán , en donde se acumulanvarias porciones de cifras de otras vio lenc ias, no debe co n­fundirnos y hacern os cree r que es un probl ema rem oto yqu e no tenem os nada que decir.

Qu é decir de las c ifras del negoci o de la porn ografía enintern et e l año pasado mil mill ones de dólares USA, e l 70 %del negocio de la red. Es decir , de diez dólares, siete sonpara la porn ografía co n sus c ifras y formas de violencia.No nos podem os repl egar en cree r que se trata de nego cio spequeños porque e l uso sea mayoritariamente individuaJ yse pueda entrar o no como client e; ni cree r qu e si una o unoes actor de pel ículas X, o de Snu ff, es so lame nte porque leda la gana o le va la marcha.

Nos so rprende mos asimi smo co n las cifras de las vícti ­ma s de los conflictos arm ados y las descripciones de los

Psicoanalista / Psicóloga

Abril 200 I • 33-34 • Número 75 • 33

Page 2: CIFRAS DE VIOLENCIA

REFLEXIÓDE VIOLE NC IA

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asedios y las vejaciones. Pero siguen teniendo la aparien­cia de algo ajeno, extraño o desorbitado del fluir natural dela humanidad . Apariencia que se quiebra cuando hallamoslas cifras de la violencia doméstica que es algo más autóc­tono y también la sufren en su mayoría mujeres. La proxi­midad de un fenómeno que reúne de manera inaudita elamor con el odio y la agresividad parece obligarnos a bus­car claves que expliquen más el tema.

Los detalles de todas estas cifras están en los abstracts delco ngreso ' y a quienes les pase como a mí les parecerá algomás que un titular, les parecerá ungrave problema de nuestra civiliza­ción. Aunque haya visionarios quedigan que cualquier época de la his­toria fue más violenta que ésta nin­guno tenemos el privilegio de vivir eintervenir en ninguna otra época.

Estamos forzados a preguntarnosqué será lo estructural de la violen­cia en los seres hablantes, qué per­mite no sólo que unos cuantos ele­mentos de la especie declinen en elregodeo de idear y actuar agresionesinterespec íficas, transgrediendo lasleyes de las demás especies de la na­turaleza; sino cómo todos los elemen­tos de la especie llevamos el meca­nismo de la violencia incorporado .

La violencia no es ajena al procesode constitución subje tiva y surge en la misma génesis quedistingue a yo de otro; se consolida como un sentimientocon correlatos emocionales y fisiológicos al tiempo que sediscrimina mí... de tú... ,cuando se puede pelear por ese...objeto al cual los puntos suspensivos no definen pero sídelimitan.

Podemos sostener la cultura terapéutica en una defini­ción humana donde la violencia sea un añadido pero enton-

'Centro Reina Sofía para el Estudio de la violencia: "violenciacontra la mujer; (situaci ón actual mundial) Serie documentos.vol umen 2. Afio 2000 .2Se puede consultar al respecto: "El porqué de la violencia" .volumen IX. Jornadas de Clinica Psicoanat itica.Pamplona. lvv')' Jacques Lacan aporta CII "El estadio del espej o" lacxpticaci án de la l ágica subjetiva CII la que surec laagresividad: asimismo CII " La agresividad en psicoan álisis"desarrolla CÓ JJlO deviene dicha lógica en la transf erenciaanalítica. Jacques Lacan : Escritos . cd. Sig lo XXI

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ces estaremos inmersos en un mar de sorpresas donde loshechos y las culturas violentas estén fuera de toda lógica ylas tengamos que envolver en borrosas cifras. Sin embargo,si prestamos oídos a lo que sucede para el suje to humanocomo la teoría psicoanalítica lo muestra a partir de la inda­gación sobre el amor y sus reveses y como lo constata en laclínica ana lítica? la manifestación de la agresividad bajotransferencia, podemos tomar en cuenta una lógica que in­cluye la violencia como elemento propio y no como fenó­meno extraño que escapa a la ley natural,' .

En los tiempos previos a la Segun­da Guerra Mundi al, Freud dedicóalgunos de sus texto s' al estudio dela agresividad y sus correlatos deviolencia inherentes a la construc­ción de las sociedades humana s, ymostró los tropiezos de la pedago­gía o de la moral para detener las de­rivaciones de la agresividad en losocial.

Actualmente, la consideración de laviolencia en una lógica subjetiva dedimensiones normales nos permitepreguntarn os sobre la solvencia dela ley y sobre e l lugar que ésta ganao pierde respecto, par ejemplo delmercado. Parece que si hay merca-do todo vale aunque se salte la ley oescape a ella. La justificaci ónde toelo

tipo ele barbaridades eco lógicas, de explotación económicao sexual está en el mercado; y, por ello, nos preguntam osqué germen de violencia subje tiva sostiene ese protocolomercantil que, primero equipara a todos los seres humanosy los hace iguales para después dividirlo s en dominantespor cualquier medio y dominad os por razón de sexo o deedad o de condición haciendo un uso ilegítimo de la vio­lencia sobre los otros.

El peligro que corremos es que el mercado también com­pra y vende los discursos y las terapias y las definiciones.después nos atiborra de cifras para que no podamos pensary nos quedemos en las apariencias.

4Es célebre el texto "El porqué de la guerra" de 1932 en elque Frcud respon de a 11//(/ pregunta que le dirige AlbertEinstein so/m' la posib ilidad dc evi tarlas gllerras. Se puedeconsultar sobre el mismo tema CII los restos "Con sideracionesen torno a la gu erra y la muerte" de 19/5; "El malestar en lacultura"; "Totem y tabú ". Signiund Freud: Obras Completas.Ed . Biblioteca Nueva. .