cine 3° - guión el secreto de sus ojos

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INT. BAR DEL BAJO-DÍA Sandoval está allí, en una mesa grande, con todas las cartas de Gómez desplegadas. Espósito entra hecho una furia y se le acerca. ESPOSITO (Darín): Ya no sólo te rajas para mamarte, también te robás las pruebas. Sandoval lo estudia. En toda la escena, péndula entre el ademán un poco turbio del alcohol y una serena seguridad. SANDOVAL (Francella): Tranquilo, Benja. Todo bajo control. ESPOSITO: (mientras le saca las cartas) Mira si Irene llegaba a querer ver el expedien... SANDOVAL: (le pega un chirlo en la mano) ¡Suelte, carajo! ESPOSITO: ¡Déjate de joder y vamos! SANDOVAL: ¿Sabes por qué tardamos tanto, Benjamín? Porque somos dos boludos. Bueno, en realidad vos sos más boludo que yo. Porque como no te gusta el whisky, no venís a lugares como éste, y te perdés la amistad de estos... (ve a los borrachos y se ríe solo) Mira. (lee de su anotador) 12 cartas, 31 folios, 6 nombres propios, 5 trab... Esto ya te lo leí. ESPOSITO: Vamonos, boludo. SANDOVAL: Sabes que yo venía pensando qué cosa este tipo, que no haya nada, que se nos haya hecho humo así. Y se me ocurrió pensar en los tipos, pero en todos los tipos, no sé si me entendés. No en este tipo. En todos los... ESPOSITO: Los tipos. Sí, dale. SANDOVAL: En "EL" tipo. El tipo puede hacer cualquier cosa para ser distinto. Pero hay una cosa que no puede cambiar. Ni vos, ni yo. Nadie. Mírame a mí: tengo un buen trabajo, una mina que me quiere, todavía soy joven y como vos decís me arruino la vida en tugurios como este... Vos mismo me lo preguntaste. ¿Por qué lo haces? (lo mira fijo) Porque me apasiona. Venir acá, ponerme en pedo y cagarme a trompadas si me hinchan las pelotas, Me gusta, (apura el vaso) Y vos lo mismo, Benja, lo mismo. Oíme, Irene está más casada que la vieja de los Campanelli, tiene treinta y siete revistas de trajes de novia en el escritorio, se comprometió con fiesta y todo... Y vos seguís esperando un milagro. ¿Por qué? Hace una pausa. Espósito lo mira curioso: algo hay. Sandoval se para y va hacia el borracho 2. SANDOVAL: Vení. (Espósito lo sigue) Te presento al Escribano Andretta. Atenti, escribano en serio. Es mi asesor técnico. ESCRIBANO: Le doy mi tarjeta, (trata de sacar una tarjeta, pero no puede) SANDOVAL: Primera carta de nuestro amigo Gómez, (lee) "Te juro que con lo que llovió quedé peor que Oleniak la vez aquella” (mirada al escribano) ESCRIBANO: Juan Carlos Oleniak. Debuta en Racing en el 60, pasa a Argentinos en el 62 y vuelve en el 63. Un número 9 un poco torpe. En un clásico con San Lorenzo le metieron un empujón y lo tiraron al foso. Salió empapado. Pasó a Chile y se retiró en San Martín de Mendoza. SANDOVAL: Al Escribano le dicen Platón, porque vive de la Academia. Sandoval lo mira a Espósito como si acabase de demostrar un teorema. Después echa mano a otra carta. SANDOVAL: "Ya te voy a traer, vieja. Y vamos a hacer flor de yunta. No es lo mismo Anido que Anido con Mesías". ESCRIBANO: Anido y Mesías. Backs del Racing Campeón del '61. Negri al arco. Anido y Mesías. Blanco, Peano y Sacchi. Corbatta, Pizzuti, Mansilla, Sosa y Belén. SANDOVAL: "Quédate tranquila vieja, en eso soy como Manfredini y no como Bavastro". Escribano... ESCRIBANO: (entrecierra los ojos para rememorar) Pedro

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Page 1: Cine 3° - Guión El secreto de sus ojos

INT. BAR DEL BAJO-DÍASandoval está allí, en una mesa grande, con todas las cartas de Gómez desplegadas. Espósito entra hecho una furia y se le acerca. ESPOSITO (Darín): Ya no sólo te rajas para mamarte, también te robás las pruebas.Sandoval lo estudia. En toda la escena, péndula entre el ademán un poco turbio del alcohol y una serena seguridad. SANDOVAL (Francella): Tranquilo, Benja. Todo bajo control. ESPOSITO: (mientras le saca las cartas) Mira si Irene llegaba a querer ver el expedien... SANDOVAL: (le pega un chirlo en la mano) ¡Suelte, carajo!ESPOSITO: ¡Déjate de joder y vamos!SANDOVAL: ¿Sabes por qué tardamos tanto, Benjamín? Porque somos dos boludos. Bueno, en realidad vos sos más boludo que yo. Porque como no te gusta el whisky, no venís a lugares como éste, y te perdés la amistad de estos... (ve a los borrachos y se ríe solo) Mira. (lee de su anotador) 12 cartas, 31 folios, 6 nombres propios, 5 trab... Esto ya te lo leí. ESPOSITO: Vamonos, boludo.SANDOVAL: Sabes que yo venía pensando qué cosa este tipo, que no haya nada, que se nos haya hecho humo así. Y se me ocurrió pensar en los tipos, pero en todos los tipos, no sé si me entendés. No en este tipo. En todos los...ESPOSITO: Los tipos. Sí, dale.SANDOVAL: En "EL" tipo. El tipo puede hacer cualquier cosa para ser distinto. Pero hay una cosa que no puede cambiar. Ni vos, ni yo. Nadie. Mírame a mí: tengo un buen trabajo, una mina que me quiere, todavía soy joven y como vos decís me arruino la vida en tugurios como este...Vos mismo me lo preguntaste. ¿Por qué lo haces? (lo mira fijo)Porque me apasiona. Venir acá, ponerme en pedo y cagarme a trompadas si me hinchan las pelotas, Me gusta, (apura el vaso)Y vos lo mismo, Benja, lo mismo. Oíme, Irene está más casada que la vieja de los Campanelli, tiene treinta y siete revistas de trajes de novia en el escritorio, se comprometió con fiesta y todo... Y vos seguís esperando un milagro. ¿Por qué?Hace una pausa. Espósito lo mira curioso: algo hay. Sandoval se para y va hacia el borracho 2. SANDOVAL: Vení. (Espósito lo sigue)Te presento al Escribano Andretta. Atenti, escribano en serio. Es mi asesor técnico.ESCRIBANO: Le doy mi tarjeta, (trata de sacar una tarjeta, pero no puede) SANDOVAL: Primera carta de nuestro amigo Gómez, (lee)"Te juro que con lo que llovió quedé peor que Oleniak la vez aquella” (mirada al escribano)ESCRIBANO: Juan Carlos Oleniak. Debuta en Racing en el 60, pasa a Argentinos en el 62 y vuelve en el 63. Un número 9 un poco torpe. En un clásico con San Lorenzo le metieron un empujón y lo tiraron al foso. Salió empapado. Pasó a Chile y se retiró en San Martín de Mendoza.SANDOVAL: Al Escribano le dicen Platón, porque vive de la Academia.Sandoval lo mira a Espósito como si acabase de demostrar un teorema. Después echa mano a otra carta.SANDOVAL: "Ya te voy a traer, vieja. Y vamos a hacer flor de yunta. No es lo mismo Anido que Anido con Mesías". ESCRIBANO: Anido y Mesías. Backs del Racing Campeón del '61. Negri al arco. Anido y Mesías. Blanco, Peano y Sacchi. Corbatta, Pizzuti, Mansilla, Sosa y Belén.SANDOVAL: "Quédate tranquila vieja, en eso soy como Manfredini y no como Bavastro". Escribano... ESCRIBANO: (entrecierra los ojos para rememorar) Pedro Waldemar Manfredini. Comprado por dos pesos a los mendocinos en 1958, se convirtió en uno de los delanteros más apreciados de su tiempo. Julio Bavastro, puntero derecho en el 62 y 63, jugo dos partidos sin entrar en el score. SANDOVAL: Cito: "Yo no quiero terminar como Sánchez". ESCRIBANO: Seguro se refiere al guardameta Ataúlfo Sánchez. Eterno suplente del gran Negri, apenas jugó 17 partidos entre el 57 y el 61.SANDOVAL: Escribano, ¿para usted Racing qué es? ESCRIBANO: Una pasión, querido.SANDOVAL: ¿Por más que haga cinco años que no sale campeón?ESCRIBANO: Una pasión es una pasión. SANDOVAL: Aunque puedan pasar otros cinco años... ESCRIBANO: (se ríe) Deja de chupar, boludo. Sandoval mira a Espósito con suficiencia, vaso en mano, y se va acercando a él.SANDOVAL: ¿Entendés, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo. Puede cambiar de cara, de casa, documento, de trabajo, de vida, de amigos, de familia. Pero hay una cosa que el tipo no puede cambiar... No puede cambiar de pasión.

EXT, EDIFICIO EN CONSTRUCCIÓN - DÍAEspósito y Báez salen del patrullero, muy apurados. Báez marca el paso, Espósito trata de seguirlo:BÁEZ (Gioia): Si está es un milagro. Pedazo de boludo.ESPÓSITO: Bueno, pobre tipo. Lo quiero ver a usted si le matan al amor de su vida.BÁEZ: No, no, usted boludo. Se hubiera callado la boca, y me avisaba a mí sin levantar la perdiz.Se acercan al capataz de la obra en construcción.

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BÁEZ: Buenos días, señor. Estamos buscando a Isidoro Gómez.CAPATAZ: ¿Y usted quién es?BÁEZ: Mike Hammer, pelotudo. ¿Vino a trabajar Isidoro Gómez?CAPATAZ: No, no vino hoy. Nosotros no tenemos nada que ver con él, ¿eh?BÁEZ: Me da el domicilio de Gómez, por favor.

INT. BAR DEL BAJO - NOCHEEspósito mira por la vidriera de un bar. Ve a Sandoval, en la barra, tomando whisky, solo. Espósito se sienta al lado. ESPÓSITO: La verdad que no sé qué hacer. Morales está peor que antes, el asesino sabe que lo buscamos. Tengo un juez que es un pelotudo. A Irene la quiero matar y el único tipo en el que confío es un borracho perdido hijo de mil puta.Sandoval alza la vista, lo suficiente como para verlo en el espejo detrás del barman. Vuelve a bajar la cabeza hacia su vaso. . ESPÓSITO: Pero tengo una ventaja. Chiquita, pero ventaja. Resulta que hoy es veintiocho. ¿Cierto? Y el borracho pelotudo todavía no cobró el sueldo. El del mes pasado ya se lo gastó. Así que cuando el barman venga a cobrar, el tipo se va a enfrentar a un dilema. O dice que no tiene plata, lo meten en cana y la mujer finalmente lo echa de su casa, o se da vuelta hacia el boludo de su jefe, que vengo a ser yo, y le pide que por favor pague. Espósito hace una pausa, y Sandoval vuelve a mirarlo. ESPÓSITO: Eso sí. Como su jefe es boludo pero tampoco TAN boludo, se lo va a cobrar con un favor. Y el borracho pelotudo va a tener que decir que sí. ¿No es cierto? Recién ahora los dos se miran directamente.

EXT. CHIVILCOY, FRENTE CASA MADRE DE GÓMEZ-DÍAEspósito y Sandoval están en el Fitito de Espósito, estacionados.Vigilan el portón de una casa sencilla, que a la vuelta tiene un tapial no demasiado alto.Sandoval está muy nervioso. Se frota los ojos. Se mueve mucho.SANDOVAL: Me estoy meando.ESPÓSITO: Aguanta, cuando salga la vieja nos bajamos.SANDOVAL: Mucho Napoleón Solo, mucho Alexander Monday tenes vos. Ese es tu problema.Se quedan los dos en silencio. Pausa.SANDOVAL: Che, no te jodo, me meo en serio.

EXT. VEREDA CASA MADRE DE GÓMEZ-DÍALa mujer abre el portón y sale con una bolsa de compras y un cuzquito. Pasa junto al Fitito. Sandoval está en un baldío, en el fondo, meando. Cuando termina de pasar la mujer, Espósito baja y camina hacia la casa. Al llegar, se agacha para "atarse los cordones" y aprovecha para mirar a todos lados. Un transeúnte pasa por al lado de él, apenas lo mira. Espósito disimula. Cuando el transeúnte se va, se mete por la casa de al lado, y salta por una pared pequeña.

EXT. PATIO TRASERO CASA MADRE DECae. Va a la cocina, que está abierta, y entra a la casa.

INT. CASA MADRE DE GÓMEZ - DÍAEspósito atraviesa la cocina rápido, cerciorándose de estar solo. En la sala, abre los cajones del modular y revisa las repisas. Va hacia las piezas. Espósito entra primero a la de Gómez. Pequeña y austera. Sobre la cama, tres posters: uno de Palito Ortega y uno de un jugador de Racing y otro del Racing del 66. Abre una pequeña mesita de luz y ve unas revistas de historietas. Va la habitación de la madre. En el cajón de la mesa de luz encuentra lo que busca: un fajo de cartas manuscritas, atadas con una cinta. Deshace el nudo y despliega las cartas sobre la cama tendida. Absorto en la lectura, no presta atención que a sus espaldas aparece un hombre. El hombre se acerca sigilosamente hacia él, y le pone la mano en el hombro. Espósito salta con un grito. El hombre que es Sandoval, también se asusta.ESPOSITO: ¡Puta madre, carajo, puta! ¡Me cago en vos, me cago en vos, me cago en vos!SANDOVAL: ¡Boludo! ¡Qué cagazo me pegasteESPOSITO: ¡Puta, pelotudo! ¡Casi me matas, pelotudo!SANDOVAL: Vine a ayudarte...ESPOSITO: Te dije que te quedaras de campana. Ahora si viene la vieja cagamos.SANDOVAL: No te preocupes, entró en el almacén y tiene para rato.ESPOSITO: ¿Cómo sabes?SANDOVAL: Porque sí, déjate de joder. ¿Encontraste algo piola?ESPOSITO: Las cartas están sin los sobres. No tienen el remitente.SANDOVAL: Esta es del otro día.ESPOSITO: ¿Y?SANDOVAL: Y qué sé yo.

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ESPOSITO: ¡La basura! ¡Capaz que ahí está el sobre!Sale disparado. Mientras Sandoval lee las cartas Espósito le habla desde la cocina.ESPOSITO: No, no encuentro nada, qué cagada...Sandoval va hacia él.SANDOVAL: ¿Buscaste bien?ESPOSITO: (le ofrece el tacho) ¡Querés probar vos?SANDOVAL: Salí, boludo.Se escucha el ruido de la llave en la puerta de calle, y el ladrido del perrito. Se agazapan en la cocina. La vieja entra a su habitación y ellos salen al patio a la carrera. Desaparecen detrás de la puerta del patio, que queda entreabierta. El perrito corre ladrando detrás de la puerta. Desaparece hacia donde están los dos. Se oyen los ladridos, y de repente un alarido de perro y vemos que el perro pasa volando a la otra parte del patio. Ahora vemos a Sandoval que trepa por el tapial, como puede. Espósito lo sigue.

INT. DESPACHO DEL JUEZ - DÍAEspósito y Sandoval están parados, esperando el reto. El juez está junto a la ventana, vuelto hacia fuera. Irene los fulmina con la mirada.FORTUNA (Alarcón): Cuando yo hablo usted escucha mi voz, ¿cierto, Espósito? ESPOSITO: Sí... doctor.FORTUNA: Bien. Entonces tengo que suponer que si yo le digo algo y usted hace exactamente lo contrario no es que no me oyó sino que se caga en la orden que le di, ¿cierto? ESPOSITO: No es así, doctor...FORTUNA: Y si me llama mi colega de Chivilcoy, muy preocupado, para contarme que dos empleados de mi juzgado asaltaron la casa de una pobre vieja, eso significa que lo que yo digo no vale una reverenda mierda, ¿cierto?ESPOSITO: Pero de dónde puede su colega sacar semejante cosa...FORTUNA: (va engranando) ¡Es lo mismo que dije yo de entrada, Espósito! Pero fíjese que mi colega me cuenta... (se calza los lentes para leer un memo) que el otro día en la calle Espora casi esquina Revoredo de la ciudad de Chivilcoy estacionó un Fiat 600 con chapa de Capital N° 133.809. Y mi colega solicita a la Policía Federal que le averigüe los datos del auto ¿y a que no adivina a nombre de quién está? (los dos no contestan) Óiganme, ¿de quién? ¡De un tal... (les hace señas de que completen el nombre) ¡De un tal Es... Espó... ¡Espósi! ESPOSITO: (en voz baja) To. Sandoval reprime una sonrisa.FORTUNA: Y la Policía Federal le da sus datos laborales. Y mi colega me llama a mí, a ver si le puedo aclarar algo. Y yo la verdad que no puedo, Espósito, porque tal parece que no soy un juez sino que soy un boludo (golpea con violencia la tecla de su máquina de escribir) ¡Porque yo digo que hagan a y acá hacen z, como en esta máquina de mierda que me metieron! ESPOSITO: Disculpe, doctor, pero Fiat 600 hay un montón y…FORTUNA: Espere. No se vaya que ahora viene lo mejor. Después me puede seguir tomando por boludo todo lo que quiera, pero ahora escúcheme. Porque lo que llamó la atención en el pueblo no fueron dos tipos con pinta de porteños. ¡O que uno, aparentemente, se ataba los cordones en un par de mocasines! No, señor. Lo que les llamó la atención fue que uno de ellos entró al almacén, saludó muy amablemente, pidió una botella de Old Smuggler y se la fue tomando del pico por la vereda. ¿Le doy la descripción del sujeto?

INT. ESTACIÓN RETIRO - DÍA1975. Espósito camina, cansado. Camina aislado de todos. La muchedumbre lo rodea y él mira sin ver. De repente, se frena. Vio algo que registró tarde. La muchedumbre lo empuja, ya que el tren está por salir. Vuelve sobre sus pasos, a contramano de la gente. Y al llegar al final del andén se frena. Efectivamente...La muchedumbre se va abriendo como un telón, y detrás de él Morales está sentado en el alto taburete de un copetín al paso. Da espaldas a la barra, con un pocillo de café frío. Observa con atención a los pasajeros que pasan hacia los andenes. Espósito se acerca a él, y Morales lo ve. Hace un gesto con la mano, de saludo, con una sonrisa desvaída.MORALES (Rago): ¿Qué dice?, tanto tiempo. ESPOSITO: (estrechándole la mano) Bien, bien. ¿Usted? MORALES: Acá andamos... (vuelve a mirar hacia fuera) Este mes me toca acá los martes y jueves.Los lunes y viernes Once y los miércoles Constitución. Espósito se lo queda mirando, mira el mar de gente, y después vuelve a mirarlo. MORALES: Todos los meses lo cambio. Algún día va a pasar. Seguro que vive en provincia, el tipo sabe que en Capital lo pueden encontrar. Digo, por más que haya pasado un año, supongo que no habrán abandonado el caso, ¿no?Espósito sólo atina a negar con la cabeza, sabiendo que es mentira. Morales nota su expresión. MORALES: Uy, usted debe pensar que soy un tarado. No me lleve el apunte. ESPÓSITO: No, no, no, por favor... Espósito se queda mirándolo.MORALES: Lo peor de todo es que me la voy olvidando. Entonces me esfuerzo para pensar en ella todo el día, toda la noche, me desvelo para recordarla... (se encoge de hombros). El día que la mató, por

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ejemplo, Liliana me preparó té con limón. (Espósito intenta un gesto de "no diga"). Sí, porque me había escuchado toser toda la noche y me dijo que me iba a hacer bien... Y vuelvo a recuerdos así, estupideces. Y después dudo de si era con limón o con miel. Y ya no sé si es un recuerdo o el recuerdo de un recuerdo lo que me queda. Vuelve a mirar hacia fuera. Espósito se lo queda mirando. No sabe qué decir.

INT. OFICINA INDAGATORIA - DÍALos hombres la miran. Se frena. Improvisa lo que puede.IRENE (Villamil): Doctor. Necesito la causa de Miranda. ¿Me puede ayudar a buscarla?ESPOSITO: (no entiende nada) La dejé ayer en su escritorio... IRENE: Sí, la causa me la dejó, pero la excarcelación no está.ESPOSITO: Estoy trabajando. Irene titubea, da la vuelta y se va por donde vino. ESPOSITO: Mire Gómez, no se haga. Usted sabe tan bien como yo que a la chica la violó y la mató, y...GÓMEZ (Godino): ¡¿A Liliana?! ¿Cómo me dice eso? ¿Está loco? (mira al custodio, de nuevo a Espósito, se ríe apenas, nerviosísimo) ¿Es una joda? ¿Me lo dice en serio? (lloriqueando) ¿Cómo voy a hacer una cosa así? ¡Yo hace más de un año que no voy a Chivilcoy! ¡Se lo puedo probar!Espósito trastabilla. Gesticula, deja de mirar a Gómez a los ojos, su voz pierde firmeza.ESPOSITO: Lo fuimos a buscar tres semanas después del homicidio. Usted se había borrado de la pensión y del trabajo. GÓMEZ: ¿Qué pensión? ¡Yo no me fui de ninguna pensión! ESPOSITO: ¡No se haga el tonto, Gómez! ¡La pensión de Piedras! GÓMEZ: ¡Pero hace como un año de eso! Me fui de ahí porque me cobraban un ojo de la cara, no lo podía pagar.ESPOSITO: ¿Y del trabajo?GÓMEZ: Me enganché una obra que pagaban mejor. ¡Qué tiene que ver eso con Liliana? ¡Es una chica que conozco desde siempre, una amiga de la infancia!Espósito demora su respuesta. Se frota la boca, en pleno derrumbe. Irene entra, con un expediente. IRENE: Perdón, doctor...Le señala el expediente, como mostrándoselo, y murmura algo ininteligible. ESPOSITO: ¿Qué?IRENE: (se arrima a su oído) Que no lo encuentran a Sandoval... ESPOSITO: Ah... bueno... Ehh, a ver, déjeme ver... Espósito toma el expediente, y hace como que lo lee, obviamente ganando tiempo, pensando. Irene se inclina, detrás de él, simulando leer por sobre su hombro.IRENE: (en voz baja) Eeeh... el doctor Fortuna va a llegar en cualquier momento, ¿por qué no lo espera? ESPOSITO: (balbucea, desarmado) Sí... eehh... Me parece que sería conveniente... a ver... déjeme ver... Mientras Espósito se debate en su duda, Irene mira a Gómez... Gómez, muy sutilmente, está mirando sus pechos, que se asoman por la apertura de la camisa rota. Sus ojos, por sólo un instante, pierden la inocencia y miran lo poco que se ve de su pecho, fríamente. Es tan sólo una fracción de segundo. Pero Irene ahora sabe. También ella cambia de expresión, a medida que comprende. Lo mira como hipnotizada. No sólo por saber, sino por notar en ella la certeza de saber, sin saber por qué sabe. Espósito cierra el expediente.ESPOSITO: (sin convicción) A ver... eehh, Gómez... El Juez a cargo de su causa está por... (empieza a levantarse pero la mano de Irene en su hombro lo frena) ¿Doctora? Irene habla, conteniendo el miedo. Miedo por no saber adonde está yendo. Miedo a las consecuencias. Miedo a que se escape.IRENE: (mirándolo a Gómez) Perdón que me meta, oficial. Ya sé que esta causa la lleva usted. Pero este muchacho no puede haber sido de ningún modo.ESPOSITO: Lo hablamos afuera, doctora, ¿le parece? IRENE: Espere, espere. En serio le digo. ¿Lo vio bien? Este pibe no pudo haber sido. De ninguna manera, (revisa la causa) ¿Dónde está la autopsia? Acá (las manos le tiemblan, la voz se le va. Tose para afirmarla) Atiéndame un poco. Esta chica, Colotto. Un metro setenta. Sesenta y dos kilos. ¿Ve? Perdone, Gómez, pero... No me parece, Oficial, mírelo. La Amazona y el pigmeo. La expresión de Gómez se ensombrece. Espósito lo nota. Irene busca las fotos de la escena del crimen, y selecciona un primer plano de Liliana. La tira frente a Gómez. IRENE: Aparte... era una mujer hermosa... Verdaderamente... Permítame (le toca la cara por el mentón). Y te pido por favor que mires esta cara.Gómez saca la cara de un tirón. Irene se agranda.IRENE: Una belleza como ésta no está al alcance de cualquiera (mirando fijo a Gómez). Hay que ser muy hombre para enganchar una mujer así.GÓMEZ: (murmurando) Sí, seguro. Porque ese bancario de mierda con el que se casó debe ser un machazo, seguro. Chaparo e Irene lo miran. Se abrió una puerta. Irene se queda sin palabras. Espósito intenta prenderse a esa estrategia. ESPOSITO: ¿Le parece doctora? (Irene asiente, sin palabras, aterrorizada. Espósito empuja). Irene busca palabras, pero se quedó en blanco. Espósito viene al rescate.ESPOSITO: La puerta de entrada no estaba forzada, como que ella conocía al agresor.

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IRENE: Sí... (reacciona). Sí, ¡pero no va a creer que ese minón se va a acordar de este muchacho! (al ver que Gómez la mira con bronca, se envalentona). A menos que sea prostituta, porque con algunos... únicamente cobrando. GÓMEZ: (contenido, a Espósito) ¿Y ésta quién es? ESPOSITO: Cerra el culo vos (a Irene). No, era una chica muy decente. GÓMEZ: No.IRENE: ¡En serio! Ahí estoy de acuerdo con el pibe. Para mí el bancario era flor de cornudo. Seguro tenía un Peugeot con el techo que se abre para que salgan los cuernos. (Gómez se ríe) ¿De qué te reís, tarúpido? (Gómez se queda duro y ella sigue). El tipo que declaró como testigo la otra vuelta... ESPOSITO: ¿Sandoval?IRENE: ¡Ese! ¡Para mí fue ese! Ese era el amante. Alto, pintón, ancho de espaldas... Hasta yo me lo hubiera, ¿eh? (hace un gesto descartando a Gómez) ¡Míralo a este mequetrefe! (a Gómez) ¿No es cierto, Gómez?Le agarra la pera. Gómez esta vez no saca la cara. Se contiene. Trata de sonreír, pero se ve el esfuerzo que hace. IRENE: Seguro cuando te vio debe haber pensado: "Otra vez el forro este que sale en todas las fotos con cara de te amo te adoro...".Gómez mira fijo a Irene. Irene le sostiene la mirada. Gómez trata de reírse, pero no puede, a punto de quebrarse... En ese momento se oyen gritos de afuera: "¡Pero déjenme carajo! ¡No me toque, baboso!". La puerta se abre de un portazo, y aparece Sandoval totalmente en pedo. SANDOVAL: (a Gómez) i Así te quería agarrar hijo de puta! Pero Ordóñez y otro empleado lo arrastran fuera de la puerta. Cierran de un portazo. Irene y Espósito miran a la puerta. Gómez se retrae, y habla calmo. Conteniéndose. GÓMEZ: Ustedes están locos. Yo no le hice nada a Liliana, no la veo hace años. Irene toma el expediente.IRENE: Escuche, Benjamín (hurga en el expediente, e inventa un párrafo). "La destrucción del hueso parietal derecho demuestra una fuerza hercúlea en las extremidades superiores del atacante"... (le agarra un brazo a Gómez. Gómez se tensa, pero no retira el brazo). Mire esto, dos tallarines. (Irene sigue "leyendo"). "Asimismo, la profundidad de las lesiones vaginales permite inducir que el atacante era un hombre muy bien dotado". Obviamente, no se refieren a este microbio que debe tener un maní quemado.Gómez se pone de pie, el custodio va a frenarlo, pero Espósito lo frena con un gesto. Gómez los mira, a punto de llorar, pero con cara de nada. De repente se baja los pantalones. Habla con frialdad.GÓMEZ: Acá tenes conchuda, a ver si te gusta este pedazo. Todos se quedan duros. Irene trastabilla. Mira al "miembro" de Gómez con los ojos muy abiertos, asustada de adonde llegó. Se traba, y Espósito viene al rescate.ESPOSITO: (tipea) Para escribir "muy chiquitito" no necesito la "a".IRENE: (lo mira a Espósito y vuelve a tomar bríos) Mi amor, no saltes buscando la piñata. Primero, sos petisito y segundo te falta hormona para una hembra como yo. Gómez se le acerca. Mientras habla va subiendo la voz. GÓMEZ: ¿Hormona me falta, puta de mierda? ¿Sabes cómo me la cogía esa hija de puta? ¡Bien cogida que me la cogía la yegua esa!Le pega un trompazo a Irene, que no puede reprimir un grito, pero de inmediato Espósito se le tira encima, descontrolado. Lo empieza a trompear, a pegar patadas. Mientras le pega, Gómez sigue gritando.GÓMEZ: Vos no tenes ni idea de lo que le hice a esa roñosa... Lo que lloró... Lo que pidió... Espósito lo ahorca contra la pared.ESPOSITO: i La tocas a ella y te mato yo hijo de la remil puta! ¡Te mato!Gómez lo mira fijo, furioso, pero se empieza a quedar sin aire. El guardia trata de separarlo, pero no puede. IRENE: ¡Pare, Benjamín, por favor!La voz de Irene lo frena. Sin dejar de mirar a Gómez, que le sostiene la mirada con odio, lo suelta, y el guardia le pone las esposas. Espósito trata de controlarse, asustado por su propio descontrol. Irene lo mira, agradecida e impresionada. Y se dirige a Gómez. Se apoya en el escritorio. IRENE: iA ver! ¿Qué tenes para decir? Dale, anímate, semental...

INT. OFICINA DE IRENE - DÍAEspósito golpea en el marco de la puerta. Irene alza la cabeza de su trabajo y sonríe. ESPÓSITO: Necesito hablar con usted. Irene lo mira con dulzura y asiente, sin palabras. Espósito se sienta, tenso.ESPOSITO: Ayer me pasó algo, no pude dormir pensando toda la noche... ¿Vio cuando le pasa algo, cuando vive algo que le hace ver las cosas de un modo diferente? Ve a otro y lo que le pasa a ese otro y la lleva a pensar en su propia... IRENE: (ansiosa) Sí, sí, dele. ESPOSITO: Sí. Y dije "le tengo que hablar a Irene". Capaz que me saca cagando, perdón. Me va a querer matar, pero tengo que intentarlo.

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IRENE: Espere. Espere que cierro la puerta. Se pone de pie y va hacia la puerta, nerviosa, pero alborozada. Cuando va a cerrarla se da de bruces con Sandoval, que estaba por entrar. IRENE: Ahora estoy ocupada, Sandoval. Cuando me desocupe le aviso.SANDOVAL: Me mandó llamar Benjamín. Irene lo mira a Espósito, confundida. ESPOSITO: Sí. Le dije que se venga así lo vemos los tres. Irene se desinfla, pero disimula. Sandoval entra y arrima otra silla al escritorio. La desilusión de Irene se va convirtiendo en bronca a lo largo de la escena. ESPOSITO: Resulta que ayer me lo encontré a Morales en Retiro. Y no sabe lo que estaba haciendo. IRENE: (seca) Me rompieron la bola de cristal. SANDOVAL: El tipo va todas las noches a las terminales a ver si encuentra al asesino. Todas las santas noches. Sale del banco y se va a vigilar. A pesar de la bronca, Irene no puede evitar prestar atención al relato.ESPOSITO: No sabe lo que es el amor de ese tipo. Conmueve. Es como si la muerte de la mujer lo hubiese dejado ahí, eterno, para siempre. ¿Me entiende? (Irene lo mira, pero no responde). ¿No les gustaría sentir eso alguna vez? (A Sandoval). Tenés que verle los ojos. Son ojos en estado de amor puro. ¿Entendés? Puro. (A Irene) ¿Se imagina un amor así, que no tenga el desgaste de lo cotidiano, o de la obligación?IRENE: (seca) Lo dirá por usted, porque a mí no me pasa. Espósito se queda trabado. Sandoval retoma el hilo. SANDOVAL: Nos pareció que el tipo se merece una oportunidad.IRENE: Y yo qué tengo que ver. ESPOSITO: Que la causa está cerrada. Tendríamos que reabrirla.Espósito y Sandoval la miran. Pausa. IRENE: Me están proponiendo destruir un documento público, que tiene mi firma y la del juez, falsificar decretos, con fecha también falsa, para hacer como que la causa se está moviendo. SANDOVAL: Esa idea es brillante. A nosotros no se nos ocurrí...IRENE: No se haga el pelotudo. Es la primera mala palabra que Irene dice. Fija sus ojos en Espósito. Se quedan mirándose un segundo eterno. Irene se levanta sin decir una palabra. Cierra la puerta. Los mira.ESPOSITO: Che, ¿no vieron un manojo con cartas que había por acá? (ante la negativa) ¿Dónde está Sandoval?PINCHE: (con pena) Salió por Talcahuano. Irene y Espósito se dan cuenta que hasta los pinches lo conocen. Espósito deja el expediente y sale furioso.