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CITES en el Mundo Boletín Oficial de las Partes Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) Número 11 – Julio de 2003 ¿Apéndice III…? De las tres listas de especies de la Convención, el Apéndice III es con mucho el menos conocido, el menos utilizado y el menos comprendido. La atención principal de la CITES se centrará siempre en los Apéndices I y II, ya que la esencia de la Convención es la cooperación sobre la reglamentación del comercio internacional de esas especies. No obstante, la CITES, a través de su Apéndice III, invita igualmente a las Partes a cooperar en el apoyo de los esfuerzos nacionales de las Partes que desean evitar o limitar la explotación de determinadas especies que prosperan en su territorio, pero que no cumplen los requisitos necesarios para proceder a su inclusión en los otros Apéndices. Anticipándose a los casos en que las especies protegidas nacionalmente se beneficiarían de dicha cooperación, los autores del texto de la Convención crearon dentro de la propia Convención la posibilidad de utilizar, según proceda, medidas similares a las de la ley Lacey de Estados Unidos de América. Promulgada en 1900, la ley Lacey es una de las primeras leyes sobre el comercio de vida silvestre. Esta ley prohíbe la importación, la exportación, el transporte, la venta, la recepción, la adquisición o la compra de «peces, animales silvestres o plantas» que se capturen, posean, transporten o vendan en violación de cualquier legislación nacional o, más importante aún, extranjera. La ley estaba diseñada a fortalecer las leyes nacionales y proporcionar asistencia a los gobiernos extranjeros en la aplicación de sus leyes de vida silvestre. El desafío consiste en saber si se violan las leyes extranjeras. La CITES ofrece el marco legal y los mecanismos comunes de procedimiento que ayudan a las Partes a determinar si el comercio es legal y se realiza con arreglo a sus disposiciones. La inclusión de una especie en los Apéndices de la CITES permite a un país aplicar sus leyes para evitar el comercio de esa especie si no se hace de conformidad con las leyes del país de origen. No obstante, 30 años después de que se firmara la Convención, el Apéndice III se sigue utilizando muy poco. El Apéndice contiene unas 300 especies (uno por ciento de todas las especies incluidas en los Apéndices de la CITES), la mayoría de las cuales nunca han sido objeto de comercio internacional. Solamente 21 Partes han incluido especies en este Apéndice y 12 de ellas han incluido menos de cinco especies. Nos preguntamos si ¿las disposiciones de este Apéndice son realmente necesarias? o si ¿esta constatación es un ejemplo de su juiciosa aplicación? El hecho de incluir muchas especies en el Apéndice III puede socavar seriamente su utili- dad, complicando innecesariamente las medidas reglamentarias existentes para especies que en última instancia no necesitan tal atención. Independientemente de la respuesta, existe un escaso conocimiento del Apéndice III y de la forma en que contribuye a la labor de la Convención. En esta 11a. edición de la CITES en el Mundo se examina esta lista aparentemente olvidada, estudiando el nivel actual de comercio de especies incluidas en el Apéndice III y los requisitos indispensables para que una especie se incluya en dicho Apéndice. En diversos artículos de Canadá, Indonesia, Nueva Zelandia y TRAFFIC se presentan ejemplos de las contribuciones del Apéndice III en favor de los esfuerzos de conservación nacional. En esta edición se examina también el Apéndice III y la legislación nacional CITES y se presenta una reflexión del Secretario General de la CITES sobre el futuro de este interesante, aunque opaco, mecanismo de conservación. El Editor Nota del Editor – ¿Apéndice III…? ¿Qué es y cómo funciona el Apéndice III? Especies incluidas en el Apéndice III y tipos de especímenes registrados en el comercio internacional en 2001 La CITES y la conservación de la morsa atlántica (Odobenus rosmarus rosmarus) La caoba y el Apéndice III de la CITES El Apéndice III y la conservación del ramin (Gonystylus spp.) en Indonesia Propuesta de Nueva Zelandia para incluir Hoplodactylus spp. y Naultinus spp. en el Apéndice III. Observaciones del Secretario General El Apéndice III y la legislación nacional Felicitaciones a Hong Kong por las medidas de observancia ejemplares Nuevos Manuales de Identificación

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CITES en el MundoBoletín Oficial de las Partes

Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES)

Número 11 – Julio de 2003

¿Apéndice III…?

De las tres listas de especies de la Convención, elApéndice III es con mucho el menos conocido, el menosutilizado y el menos comprendido. La atención principalde la CITES se centrará siempre en los Apéndices I y II,ya que la esencia de la Convención es la cooperaciónsobre la reglamentación del comercio internacional deesas especies. No obstante, la CITES, a través de suApéndice III, invita igualmente a las Partes a cooperaren el apoyo de los esfuerzos nacionales de las Partesque desean evitar o limitar la explotación de determinadasespecies que prosperan en su territorio, pero que nocumplen los requisitos necesarios para proceder a suinclusión en los otros Apéndices.

Anticipándose a los casos en que las especiesprotegidas nacionalmente se beneficiarían de dichacooperación, los autores del texto de la Convencióncrearon dentro de la propia Convención la posibilidadde utilizar, según proceda, medidas similares a las de laley Lacey de Estados Unidos de América. Promulgadaen 1900, la ley Lacey es una de las primeras leyes sobre

el comercio de vida silvestre. Esta ley prohíbe laimportación, la exportación, el transporte, la venta, larecepción, la adquisición o la compra de «peces, animalessilvestres o plantas» que se capturen, posean, transporteno vendan en violación de cualquier legislación nacionalo, más importante aún, extranjera. La ley estaba diseñadaa fortalecer las leyes nacionales y proporcionar asistenciaa los gobiernos extranjeros en la aplicación de sus leyesde vida silvestre.

El desafío consiste en saber si se violan las leyesextranjeras. La CITES ofrece el marco legal y losmecanismos comunes de procedimiento que ayudan alas Partes a determinar si el comercio es legal y se realizacon arreglo a sus disposiciones. La inclusión de unaespecie en los Apéndices de la CITES permite a un paísaplicar sus leyes para evitar el comercio de esa especie sino se hace de conformidad con las leyes del país deorigen.

No obstante, 30 años después de que se firmara laConvención, el Apéndice III se sigue utilizando muypoco. El Apéndice contiene unas 300 especies (uno porciento de todas las especies incluidas en los Apéndicesde la CITES), la mayoría de las cuales nunca han sidoobjeto de comercio internacional. Solamente 21 Parteshan incluido especies en este Apéndice y 12 de ellas hanincluido menos de cinco especies. Nos preguntamos si¿las disposiciones de este Apéndice son realmentenecesarias? o si ¿esta constatación es un ejemplo de sujuiciosa aplicación? El hecho de incluir muchas especiesen el Apéndice III puede socavar seriamente su utili-dad, complicando innecesariamente las medidasreglamentarias existentes para especies que en últimainstancia no necesitan tal atención.

Independientemente de la respuesta, existe un escasoconocimiento del Apéndice III y de la forma en quecontribuye a la labor de la Convención. En esta11a. edición de la CITES en el Mundo se examina estalista aparentemente olvidada, estudiando el nivel actualde comercio de especies incluidas en el Apéndice III ylos requisitos indispensables para que una especie seincluya en dicho Apéndice. En diversos artículos deCanadá, Indonesia, Nueva Zelandia y TRAFFIC sepresentan ejemplos de las contribuciones del ApéndiceIII en favor de los esfuerzos de conservación nacional.En esta edición se examina también el Apéndice III y lalegislación nacional CITES y se presenta una reflexióndel Secretario General de la CITES sobre el futuro de este interesante, aunque opaco, mecanismo deconservación.

El Editor

Nota del Editor – ¿Apéndice III…?

¿Qué es y cómo funciona el Apéndice III?

Especies incluidas en el Apéndice III y tiposde especímenes registrados en el comerciointernacional en 2001

La CITES y la conservación de la morsa atlántica(Odobenus rosmarus rosmarus)

La caoba y el Apéndice III de la CITES

El Apéndice III y la conservación del ramin(Gonystylus spp.) en Indonesia

Propuesta de Nueva Zelandia para incluirHoplodactylus spp. y Naultinus spp. en elApéndice III.

Observaciones del Secretario General

El Apéndice III y la legislación nacional

Felicitaciones a Hong Kong por las medidas deobservancia ejemplares

Nuevos Manuales de Identificación

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¿Qué es y cómo funciona elApéndice III?

El Apéndice III constituye un mecanismo quepermite a las Partes obtener asistencia de otras Partespara controlar el comercio internacional de especímenesde ciertas especies dentro de su jurisdicción. En elApéndice III figuran especies que están protegidas almenos en un país, que ha pedido a otras Partes en laCITES que le ayuden a controlar el comercio.

Los especímenes en el comercio de una Parte quehaya incluido la especie en este Apéndice deben iracompañados de un permiso de exportación y losespecímenes exportados de otros Estados del área dedistribución deben ir acompañados de un certificado deorigen. Cuando solo se han incluido las poblaciones deuna especie de ciertos países, las demás poblaciones deesa especie están excluidas de los Apéndices y, por ende,los especímenes de ellas están exentos de los requisitosen materia de certificados.

Toda transacción comercial de especímenes delApéndice III debe ajustarse a las disposiciones quese apliquen de la Convención. Sin embargo, hayimportantes diferencias entre las disposiciones que rigenel comercio de especímenes del Apéndice III y de losespecímenes de los Apéndices I y II.

Para exportar especímenes del Apéndice III no espreciso que la Autoridad Científica formule dictámenessobre extracciones no perjudiciales del medio silvestreantes de que la Autoridad Administrativa autorice laexportación. En el caso de los certificados de origen, nohay requisito alguno en el texto de la Convención deque los especímenes deben haber sido obtenidos deconformidad con las leyes del Estado para la protecciónde la fauna y la flora. Otra diferencia es que si bien un

«espécimen» de una especie de flora del Apéndice I ouna especie de fauna de los Apéndices I o II incluyecualquier parte o derivado fácilmente identificable, elApéndice III solamente incluye las partes o derivadosindicados en la inclusión.

Para proceder a la reexportación de un espécimen deuna especie incluida en el Apéndice III solo se necesitaun certificado en el que se declare que el espécimen fueprocesado en el Estado que expide el certificado o estásiendo reexportado.

En el Artículo XVI se declara que cualquier Partepodrá, en cualquier momento, enviar a la Secretaría unalista de especies para su inclusión en el Apéndice III.Dichas especies deben estar sujetas a reglamentacióndentro de la jurisdicción de la Parte, y las partes yderivados que han de incluirse en el Apéndice debencomunicarse en ese momento. Cualquier Parte podráretirar una especie que haya incluido en el Apéndice IIIen cualquier momento.

Las Partes adoptaron orientación adicional sobre lainclusión de especies en el Apéndice en la ResoluciónConf. 9.25 (Rev.), en la que se recomienda que se consulteampliamente con otros Estados del área de distribucióny los Comités de Fauna y de Flora, antes de considerarla posibilidad de incluir una especie en el Apéndice III.Las Partes recomendaron también que se ajuste lainclusión de las especies del Apéndice III con lapublicación de los Apéndices I y II, después de lasreuniones de la Conferencia de las Partes, a fin de facilitarla adopción de los cambios en los Apéndices en lasrespectivas legislaciones nacionales.

Las exenciones y otras disposiciones especiales paralos especímenes del Apéndice III son similares a lasderogaciones previstas para los especímenes de losApéndices I y II, aunque todos los artículos personales ybienes del hogar derivados de especies del Apéndice IIIestán exentos de las disposiciones de la CITES, sinexcepción.

La Secretaría

Disposición Apéndice I - II Apéndice III

Dictamen sobre extracciones no perjudiciales del medio silvestre formulado por la Autoridad Científica

Necesario para el permiso de exportación No es necesario para el permiso de exportación

Los especímenes no deben haber sido obtenidos en contravención de las leyes del Estado de exportación para la protección de la fauna y la flora

Necesario para el comercio con un permiso de exportación

Necesario para el comercio con un permiso de exportación; no es necesario para el comercio con un certificado de origen (aunque es posible que la legislación nacional así lo exija)

“Espécimen” incluye cualquier parte o derivado fácilmente identificable

Afirmativo para los animales del Apéndice I y II y las plantas del Apéndice I

Solamente incluye las partes o derivados indicados en la inclusión

Exención para los artículos personales y bienes del hogar

Puede aplicarse o no, en función del Apéndice y el origen y de si los especímenes se importan en el Estado de residencial habitual del usuario

Están exentos todos los artículos personales y bienes del hogar

Diferencias en las disposiciones relativas a las especies del Apéndice III y los Apéndices I y II

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Especies incluidas en el Apéndice III y tipos de especímenes registrados en el comercio internacional en 2001(Fuente: Base de datos sobre el comercio del UNEP-WCMC)

Especies (países que han incluido la especie en el Apéndice III) Tipos de especímenes en el comercioF A U N A

CLASE MAMMALIAIdiurus macrotis (Ghana) especímenesHystrix cristata (Ghana) vivos, trofeos, cañones de plumasDasyprocta punctata (Honduras) vivosCanis aureus (India) pielesNasua nasua (Uruguay) vivosPotos flavus (Honduras) vivosMellivora capensis (Botswana , Ghana) vivos, pieles, cráneos, trofeosMustela altaica (India) vivos, pieles, trofeos, ropa, peloMustela erminea ferghanae (India) trofeosMustela sibirica (India ) pieles, trofeos, ropa, peloArctictis binturong (India) vivosCivettictis civetta (Botswana) vivos, trofeos, cráneos, pielesPaguma larvata (India) vivosParadoxurus hermaphroditus (India) vivosViverricula indica (India) peloProteles cristatus (Botswana) vivos, trofeos, cráneos, pielesOdobenus rosmarus (Canadá) tallas, huesos, dientes, colmillos, pielesAntilope cervicapra (Nepal) vivos, pieles, cráneos, trofeosBubalus arnee (Nepal) pieles, cráneosDamaliscus lunatus (Ghana) pieles, cráneos, trofeosGazella dorcas (Túnez) pieles, cráneos, trofeosGazella leptoceros (Túnez) vivosTragelaphus eurycerus (Ghana) vivos, pieles, cráneos, trofeosTragelaphus spekii (Ghana) vivos, pieles, cráneos, trofeosCLASE AVESBubulcus ibis (Ghana ) vivos, trofeosCasmerodius albus (Ghana ) plumasEgretta garzetta (Ghana) vivosEphippiorhynchus senegalensis (Ghana) vivosLeptoptilos crumeniferus (Ghana ) vivosBostrychia hagedash (Ghana) vivos, especímenesThreskiornis aethiopicus (Ghana) vivos, especímenesAlopochen aegyptiacus (Ghana ) vivos, plumas, pieles, trofeos, carneAnas acuta (Ghana) vivos, plumas, trofeosAnas capensis (Ghana) vivosAnas clypeata (Ghana) vivos, plumas, trofeos, especímenesAnas crecca (Ghana) vivos, plumas, trofeos, especímenesAnas penelope (Ghana ) vivos, plumas, trofeos, especímenesAnas querquedula (Ghana) vivos, especímenesAythya nyroca (Ghana) vivosCairina moschata (Honduras) plumasDendrocygna autumnalis (Honduras) vivosDendrocygna bicolor (Ghana, Honduras) vivos, trofeosDendrocygna viduata (Ghana) vivos, trofeosNettapus auritus (Ghana) vivosPlectropterus gambensis (Ghana ) vivos, trofeos, especímenes, carneSarcoramphus papa (Honduras) vivos, plumasCrax globulosa (Colombia) vivos, plumasPauxi pauxi (Colombia) vivos, plumasPenelope purpurascens (Honduras) plumasPenelopina nigra (Guatemala) vivosAgriocharis ocellata (Guatemala) vivosLophura erythrophthalma (Malasia) vivos, especímenesLophura ignita (Malasia) vivos, pieles, especímenesPolyplectron inopinatum (Malasia) vivosRollulus rouloul (Malasia) vivosTragopan satyra (Nepal) vivos, plumas, pielesColumba guinea (Ghana) vivos, especímenes, trofeosColumba livia (Ghana) vivosOena capensis (Ghana) vivosStreptopelia senegalensis (Ghana) vivos, trofeosStreptopelia turtur (Ghana) especímenes

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Treron calva (Ghana) vivosTreron waalia (Ghana) vivosTurtur abyssinicus (Ghana) vivosTurtur afer (Ghana) vivosTurtur brehmeri (Ghana) vivosTurtur tympanistria (Ghana) vivosPsittacula krameri (Ghana) vivosCorythaeola cristata (Ghana) vivosCrinifer piscator (Ghana) vivosMusophaga violacea (Ghana) vivosSerinus canicapillus (Ghana) vivosSerinus leucopygius (Ghana) vivosSerinus mozambicus (Ghana) vivos, especímenesAmadina fasciata (Ghana) vivosAmandava subflava (Ghana ) vivosEstrilda astrild (Ghana) vivosEstrilda caerulescens (Ghana ) vivosEstrilda melpoda (Ghana) vivosEstrilda troglodytes (Ghana) vivosLagonosticta rubricata (Ghana) vivosLagonosticta rufopicta (Ghana) vivosLagonosticta senegala (Ghana ) vivosLagonosticta vinacea (Ghana) vivosLonchura bicolor (Ghana) vivosLonchura cantans (Ghana) vivosLonchura cucullata (Ghana) vivosLonchura fringilloides (Ghana) vivosMandingoa nitidula (Ghana) vivosNesocharis capistrata (Ghana ) vivosNigrita bicolor (Ghana) viv osOrtygospiza atricollis (Ghana) vivosPyrenestes ostrinus (Ghana) vivosPytilia hypogrammica (Ghana) vivosPytilia phoenicoptera (Ghana ) vivosSpermophaga haematina (Ghana) vivosUraeginthus bengalus (Ghana ) vivosEuplectes afer (Ghana) vivosEuplectes ardens (Ghana) vivos, especímenesEuplectes franciscanus (Ghana ) vivosEuplectes hordeaceus (Ghana) vivosEuplectes macrourus (Ghana) vivosPasser griseus (Ghana) vivosPloceus cucullatus (Ghana) vivosPloceus heuglini (Ghana) vivosPloceus luteolos (Ghana ) vivosPloceus melanocephalus (Ghana) vivosPloceus vitellinus (Ghana) vivosQuelea erythrops (Ghana ) vivos, especímenesSporopipes frontalis (Ghana) vivosVidua chalybeata (Ghana) vivosVidua macroura (Ghana) vivos, especímenesCLASE REPTILIATrionyx triunguis (Ghana) vivosPelomedusa subrufa (Ghana ) vivosPelusios castaneus (Ghana) vivos, especímenesPelusios gabonensis (Ghana) vivosPelusios niger (Ghana) vivosCerberus rhynchops (India) vivosXenochrophis piscator (India) vivos, especímenesAgkistrodon bilineatus (Honduras) vivosBothrops asper (Honduras) vivosCrotalus durissus (Honduras) vivos, especímenes, derivadosVipera russellii (India) vivos, pieles, ropa

F L O R ACedrela odorata (Colombia ; Perú) madera aserradaSwietenia spp. tallasSwietenia macrophylla (Bolivia, Brasil, Costa Rica, Colombia,México, Perú)

madera aserrada, capa de madera, madera, vivos

Gonystylus spp. (Indonesia) madera aserrada

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La CITES y la conservación dela morsa atlántica (Odobenusrosmarus rosmarus)

Introducción

Las morsas (Odobenus rosmarus Linnaeus, 1758)pertenecen al Orden Pinnipedia y son las únicasrepresentantes vivas de la Familia Odobénidos. Tienenuna distribución circumpolar interrumpida, en la que seregistran tres subespecies. La morsa del pacífico(O. r. divergens) y la morsa de Laptev (O. r. laptevi) noocurren normalmente en Canadá, encontrándose entreRusia oriental y Alaska. La morsa atlántica (O. r. rosmarus)se encuentra en el ártico y subártico oriental de Canadá.La morsa atlántica tiene gran importancia cultural paralos inuitas canadienses, que han cazado esta especiedurante siglos.

Los machos de la morsa del atlántico alcanzan hasta3 m de longitud y más de 900 kg de peso, y las hembrasson ligeramente más pequeñas. Además de su tamaño,las morsas se reconocen fácilmente por sus colmillos demarfil, que aparecen por primera vez a los dos años deedad. Los machos y las hembras tienen colmillos, queutilizan para desplazarse por el hielo o levantar su cuerpodel agua a través de los bordes de los témpanos de hieloy hacer agujeros en el hielo para respirar. Las morsasutilizan también sus colmillos como armas, y se sabeque han atacado pequeños barcos y han perforado loscascos con sus colmillos. Las morsas normalmente salena descansar sobre el hielo o la tierra en todas lasestaciones y muestran un alto grado de fidelidad respectode los sitios de descanso y alimentación. Se piensa quela distribución de las morsas no solo está en función delos sitios de descanso disponibles, sino también por laubicación de las zonas de aguas poco profundas(<100m), donde encuentran sus principales alimentos(moluscos bivalvos y otros invertebrados bentónicos).Algunas morsas también comen focas, uncomportamiento que puede ser bastante común cuandono tienen acceso a las zonas de aguas poco profundas.

Gestión de las morsas en Canadá

En virtud de la Ley de pesca y la Reglamentación delos mamíferos marinos, el Fisheries and Oceans Canada(DFO) se encarga de la ordenación de las morsasatlánticas canadienses. En la práctica, el DFO cogestionalas poblaciones de morsas con los departamentos deordenación de los recursos silvestres establecidos en elmarco de las reclamaciones terrestres de los aborígenes.En el territorio canadiense de Nunavut, el Departamentode Gestión de la Vida Silvestre Nunavut (NWMB) fuecreado cuando se firmó el Nunavut Land ClaimsAgreement (NLCA) en 1993. En el marco de este

acuerdo, incumbe al gobierno la responsabilidad final enlo que concierne a la gestión de la vida silvestre, pero elNWMB es el principal instrumento de la gestión de lavida silvestre y el principal regulador del acceso a la vidasilvestre en la Zona de colonización Nunavut (NSA).La caza de morsas en Nunavut se realiza de conformidadcon lo dispuesto en el NLCA y está reglamentada por laReglamentación Federal de Mamíferos Marinos. Dentrode las zonas de circunscripción de Nunavut, conocidascomo áreas de utilización y ocupación equitativa, losinuitas de Quebec septentrional (Nunavik), compartenlos recursos silvestres y participan en la gestión de lavida silvestre gracias a su membresía en el NWMB(NLCA, S.40.2.14). En Quebec septentrional, losintereses de los inuitas Nunavik están representadospor la Makivik Corporation, con quien el DFO gestionalas morsas cazadas por los inuitas en las comunidadesde la Bahía Hudson oriental y el Estrecho de Hudson.

Las morsas se cazaron con fines comerciales hastaprincipios de 1900, pero desde 1928 solamente se permitela caza de subsistencia por los pueblos aborígenes. Uninuita o un indio puede cazar hasta cuatro morsas alaño sin licencia, al menos que se haya establecido uncupo en la comunidad. Aquellos que no son aborígenestambién pueden cazar morsas mediante una licenciaconcedida por el DFO. En años recientes, algunascomunidades de caza de morsas han expresado interésen la caza deportiva. Dado que los inuitas en Nunavutpueden asignar sus derechos individuales de caza a otraspersonas, el NWMB examina las solicitudes de cazadeportiva de morsas presentadas anualmente por lascomunidades tanto en Nunavut como en Nunavik(Quebec septentrional). El NWMB está actualmenterevisando el sistema de cupos y considerando nuevasposibilidades de gestionar la caza de morsas.

Examen del comercio

Canadá incluyó por primera vez la morsa atlánticaen el Apéndice III de la CITES en 1975, con miras a

Morsa atlántica (O. r. rosmarus).

Foto: A

. Ryan, F

isheries and Oceans C

anada.

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supervisar el comercio internacional. En 1987 el Comitésobre el Estado de la Vida Silvestre en Peligro de Canadá(COSEWIC) revisó el estado de la morsa atlántica yasignó a todas las poblaciones de morsa atlántica lacategoría «Sin peligro». El mismo año, la CITES revisó elestado de la morsa atlántica incluida en el Apéndice IIIy llegó a la conclusión de que el comercio internacionalno justificaba un aumento del nivel de protección.

Fisheries and Oceans Canada expide permisos deexportación CITES en nombre del Ministerio de MedioAmbiente de Canadá, para las especies ordenadas conarreglo a la Ley de pesca. El DFO revisó el últimoperiodo de 10 años de la expedición de permisos deexportación CITES (1992-2001), para determinar si elcomercio internacional de productos de morsa habíacambiado considerablemente. En los últimos 10 años sehabían expedido 181 permisos de exportación CITES.Los envíos internacionales fueron inferiores en 2001(ocho permisos) y superiores en 1999 (26 permisos). Lasexportaciones de morsas comprendían un 20% delnúmero medio total de los permisos expedidosanualmente por el DFO. Entre los productos exportadosde morsa cabe citar el marfil en bruto y trabajado, loshuesos trabajados, las pieles, báculos y otros huesos enbruto, exportaciones científicas y artículos preconvención.Los productos de morsas se exportaron a 26 países.

El marfil de morsa, un subproducto de la caza desubsistencia de los inuitas, es el producto de morsa máscomún en el comercio internacional. El marfil de morsa

se exporta en forma de colmillos o dientes en bruto,como figuras talladas o artículos de joyería que secomercializan individualmente o como parte de obrasde escultura más grandes. El marfil de morsa secomercializa también en forma de cráneos desecadoscon los colmillos incrustados. Durante el periodo 1992-2001, se exportaron 50 cráneos con sus colmillos y 366colmillos de marfil en bruto. No es posible estimar lacantidad de marfil utilizado para producir piezas demarfil trabajado, ya que esos artículos varían desdepequeños artículos de joyería (anillos, pendientes) hastafiguras talladas. Las exportaciones de otros productosde morsa atlántica, como pieles, hueso en bruto otrabajado, y material para investigación son escasas encomparación con las relativas a los artículos de marfilde morsa.

Por el momento, Canadá estima que no es necesarioadoptar medidas de protección adicionales para lamorsa atlántica dado el actual nivel del comerciointernacional. Sin embargo, las autoridades nacionalesCITES continuarán utilizando los registros del comerciointernacional como un índice del consumo global.

Consideraciones futuras

Se dispone de información limitada sobre el tamañoy las tendencias de la población, la distribución, losmovimientos y las tasas vitales de la morsa atlánticaen Canadá. Las cuatro poblaciones gestionadasprovisionalmente que se piensa ocurren en Canadáestán distribuidas en zonas antárticas remotas yescasamente habitadas, lo que hace que la investigaciónsea difícil y onerosa. La conservación de la morsa enCanadá seguirá beneficiándose de la informacióngeográfica y biológica contenida en muchos registroscomerciales CITES, que se añaden a la información debase sobre la que se desarrollan los planes de gestiónde cada una de las poblaciones. Canadá seguirásupervisando cualquier aumento significativo delcomercio internacional de productos de morsa, yrevisará periódicamente su inclusión en el Apéndice III,tal como se recomienda en la Resolución Conf. 9.25(Rev.).

Entre los estudios realizados por el DFO y suscolaboradores en la gestión para colmar las lagunasactuales en materia de información sobre la morsaatlántica en Canadá, cabe señalar: el rastreo de losmovimientos y la distribución de la morsa del alto árticoutilizando transmisores satelitales; el acopio de biopsiasde las morsas vivas para realizar estimaciones depoblación; la investigación de la frecuencia deenfermedades zoonóticas (por ejemplo, bacilo de Bango Triquina) en las morsas capturadas; el acopio demuestras de las morsas capturadas a fin de desarrollarmétodos (genéticos, isotopos de plomo en los dientes)para diferenciar las poblaciones de morsas.

Patt Hall, Coordinador a la Gestión de la Pesca (Mamíferos marinos)Región Central y del Ártico, Ministerio de Pesca y de los OcéanosWinnipeg, Manitoba, Canadá

Morsa atlántica (O. r. rosmarus) equipada con un

transmisor satelital.

Foto: R

. Stewart, F

isheries and Oceans C

anada

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La caoba y el Apéndice III de laCITES

A principios del decenio de 1990, tras siglos deexplotación, varias Partes en la CITES comenzaron aadoptar medidas para controlar el comercio internacionalde caoba (Swietenia macrophylla), una de las especies demaderas tropicales más bellas y valiosas. En 1995, tras elrechazo de las propuestas para incluir la especie en elApéndice II en la CdP8 (Kyoto, 1992) y en la CdP9 (FortLauderdale, 1994), respectivamente, Costa Rica incluyóesta especie en el Apéndice III. La inclusión se limitabaa las poblaciones de las Américas, excluyendo lasplantaciones de los Estados que no forman parte delárea de distribución, y a las trozas, la madera aserrada ylas láminas de chapa de madera, excluyendo la maderacontrachapada y los productos acabados.

El impacto de la medida de Costa Rica no se limitóúnicamente a este país, sino que repercutió sobre losEstados productores de caoba desde Bolivia y Perú, laparte más meridional del área de distribución de laespecie, hasta México, el límite de su área de distribuciónen el norte, así como sobre los Estados consumidores

en América del Norte y Europa. Cabe la posibilidad deque la falta de protestas negativas a esta inclusión sedeba a que la propuesta de inclusión en el Apéndice IIpresentada en 1994 había logrado apoyo mayoritario,pues solamente faltaron seis votos para lograr la mayoríade dos tercios necesaria para la adopción.

No obstante, la falta de oposición a la inclusión en elApéndice III no se tradujo en una aplicación efectiva.Un examen realizado por TRAFFIC en 1997 puso derelieve la existencia de problemas de aplicación que ibandesde la completa ignorancia de los requisitos delApéndice III por parte de algunas AutoridadesAdministrativas hasta los problemas relativos a laidentificación de la caoba en el momento de laimportación (Buitrón y Mulliken, 1997). Se observó unagran confusión en relación con los requisitos enunciadosen el Apéndice III sobre los «certificados de origen», conla utilización y la aceptación de una variedad dedocumentos, incluidos certificados de aduanas, amenudo expedidos por funcionarios que no pertenecíana las Autoridades Administrativas CITES. En AméricaLatina la aplicación en relación con los controles deimportación y reexportación era muy limitada. EstadosUnidos y el Reino Unido, los principales países conocidosde importación, establecieron controles a la importación,pero se aplicaron de forma incoherente; no seestablecieron controles de importación en la RepúblicaDominicana, lugar anteriormente desconocido, pero undestino de exportación cada día más importante para lacaoba.

Entre los principales impedimentos para la aplicaciónefectiva cabe señalar:

· la falta de conocimientos sobre los requisitos delApéndice III que se aplican a las exportaciones, lasimportaciones y las reexportaciones;

· la insuficiencia de recursos humanos y financierospara aplicar la inclusión efectivamente tanto en lasAutoridades Administrativas como en las fronteras;

· la falta de coordinación entre los diversosorganismos encargados de la administración de losbosques, la CITES y los controles aduaneros, inclusiveel intercambio de información (comprobada, por ejemplo,en las considerables diferencias de los datos sobre elvolumen del comercio entre los diversos organismos deun mismo país);

· los escasos niveles de coordinación entre lasAutoridades Administrativas CITES, las aduanas y otrasautoridades en los distintos Estados del área dedistribución (especialmente los países vecinos) en relacióncon el control del comercio transfronterizo;

· la inadecuada gestión de la información ypresentación de datos sobre el comercio en los informesanuales CITES; y

· las dificultades para identificar la madera en elcomercio.

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Sin embargo, estos problemas de aplicaciónno pasaron desapercibidos. A diferencia de otrasinclusiones en el Apéndice III, la aplicación de esteApéndice para la caoba estaba sujeta a exámenesperiódicos, incluso durante las reuniones de los Gruposde trabajo sobre la caoba y sobre las especies maderablesestablecidos por las Partes. En las comunicacionesmantenidas con el personal gubernamental en el cursode esos exámenes no sólo se señaló a su atención esosproblemas, sino que se aprovechó la oportunidad paraexplicar los procedimientos CITES y proporcionarasesoramiento. Esto ayudó a las Partes que participabanen el comercio a mejorar sus procedimientos cuando sedetectaban deficiencias, por ejemplo, en el caso deBolivia, Brasil, Estados Unidos y el Reino Unido. Laposibilidad de presentar nuevamente propuestas deinclusión en el Apéndice II puede haber incitado a losEstados del área de distribución exportadores ademostrar que estaban tomando medidas para aplicarel Apéndice III o someter el comercio a mayor control.

En la CdP10 (1997, Harare) se presentó otrapropuesta para incluir la caoba en el Apéndice II que fuenuevamente rechazada, tras lo cual Bolivia y Brasil secomprometieron a incluir sus poblaciones en elApéndice III. Tanto estos países como México tomaronesta medida en 1998, seguidos por Colombia y Perú en2001. No obstante, la aplicación del Apéndice III haseguido ocasionando problemas, socavando la eficaciade la inclusión para reducir el comercio ilegal.

La prueba de los problemas encontrados paracontrolar el comercio ilegal se proporcionó en losinformes nacionales presentados en la reunión delGrupo de trabajo sobre la caoba celebrada en Bolivia en2001, así como en un examen sobre la aplicación de laCITES realizado por TRAFFIC a solicitud de laSecretaría CITES (TRAFFIC 2001). Las preocupacionesexpresadas sobre la explotación ilegal en Brasil incitaronal Gobierno de este país a suspender todas lasautorizaciones de explotación. Se recibieron informesde Perú sobre la tala ilegal en áreas protegidas, inclusoen reservas indígenas. La información confidencial deque se estaba exportando madera talada ilegalmentepermitió la confiscación de grandes cantidades de caobapresentadas a la importación en Estados Unidos deAmérica y Europa en 2001. La inclusión en el ApéndiceIII ofreció una base para realizar estos decomisos: enrespuesta a la información recibida de la AutoridadAdministrativa CITES de Brasil, algunas Partesimportadoras pusieron en tela de juicio si la maderahabía sido obtenida de conformidad con la legislaciónde Brasil para la protección de la fauna y la flora, talcomo se requiere en el Apéndice III.

En 2002, las Partes aceptaron la propuesta deNicaragua y Guatemala para incluir la caoba en elApéndice II, que entraría en vigor a partir del 15 denoviembre de 2003, ocho años después de la fecha enque había entrado en vigor la inclusión enel Apéndice III. Las experiencias del Apéndice III en

relación con la caoba pueden ser útiles al considerar laidoneidad del Apéndice III para otras especies y paramejorar la aplicación.

Conclusiones y lecciones aprendidas

Pese a las preocupaciones expresadas de que loscontroles del Apéndice III presentarían una cargaadministrativa, las entrevistas realizadas durante losexámenes sobre la aplicación del Apéndice III de la CITESpusieron de relieve que no era el caso; al contrario, loscontroles de la CITES reflejaban o complementaban loscontroles de exportación e importación nacionales. Dehecho, los controles al comercio existentes en la mayoría,por no decir en todos los Estados del área de distribucióneran más estrictos que los previstos en el Apéndice III.Como la mayoría de los países trataban de cerciorarsede que la madera que pretendía exportarse no sólo sehabía obtenido legalmente, sino sosteniblemente, suobjetivos se acercaban más a los enunciados en elApéndice II.

El Apéndice III puede ser eficaz para lograr su meta,es decir, asistir a los Estados del área de distribución acontrolar las exportaciones ilegales. No obstante, losexámenes de los controles comerciales nacionales enconjunción con la evaluación de la aplicación delApéndice III pusieron de manifiesto que el Apéndice IIIno debe reemplazar las medidas a escala nacional, – laacción internacional puede apoyar los esfuerzosnacionales para controlar la explotación y el comercio,pero no puede reemplazarlos. Es más, los cambioslegislativos sólo tienen éxito si están respaldados por lasmedidas en el terreno.

La supervisión independiente de la aplicación delApéndice III es importante en términos de evaluar ymejorar la aplicación. Dicha supervisión no sólo ofreceuna visión general de la aplicación, sino que apoya losesfuerzos de los Estados del área de distribución paramejorarla. Los Estados del área de distribución y lospaíses de importación que fueron sometidos a dichasupervisión expresaron más interés e hicieron máshincapié en mejorar sus sistemas de control que los queno lo fueron.

El Apéndice III puede generar información sobre losvolúmenes y las tendencias del comercio para identificarnuevas medidas que puedan necesitarse a fin degarantizar que el comercio es legal y se realiza a nivelessostenibles.

Por último, la experiencia con la caoba demuestraque una inclusión en el Apéndice III no es un substitutode una inclusión en el Apéndice II. En el Apéndice II seestipula que el comercio se mantenga a nivelessostenibles y se establecen requisitos en materia depermisos que las Partes en la CITES comprenden mejory aplican en mayor medida que los controles delApéndice III.

Ximena Buitrón, TRAFFIC América del Sur y Teresa Mulliken, TRAFFICInternacional

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El Apéndice III y laconservación del ramin(Gonystylus spp.) en Indonesia

El ramin (Gonystylus spp.) es objeto de debate en laCITES desde 1992, cuando los Países Bajos propusieronsu inclusión en el Apéndice II en la octava reunión de laConferencia de las Partes (Kyoto, 1992). La propuestano fue aceptada, como tampoco lo fue una propuestasimilar presentada en la novena reunión de laConferencia de las Partes (Fort Lauderdale, 1994). Enambos casos, los principales Estados del área dedistribución de la especie, Indonesia y Malasia, noapoyaron las propuestas, convencidos entonces de queel comercio internacional no constituía una amenazapara el ramin.

Sin embargo, ulteriormente se constató quela población indonesia de ramin parecía estardisminuyendo y estaba siendo amenazada por la talailegal y la invasión de áreas protegidas importantes parala especie, como los Parques Nacionales Tanjung Putingy Gunung Palung y la Reserva Natural MuaraKendawangan. Se cree que la tala ilegal en las áreasprotegidas es un indicador de una considerabledisminución de la población de la especie fuera de lasáreas protegidas. La invasión de las áreas protegidas,donde se encuentran las principales masas forestales deramin, ha sido verdaderamente alarmante y constituyeuna amenaza para la sustentabilidad de la especie. Estoha incitado al Gobierno de Indonesia a tomar lasmedidas necesarias para controlar la explotación y elcomercio de ramin.

El ramin es una especie de gran valor, cuyosproductos se destinan fundamentalmente a laexportación. Solamente una parte muy pequeña de losproductos de ramin indonesio se utilizan a escalanacional. Por consiguiente, hay una estrecha relaciónentre la tala ilegal y el comercio internacional de lamadera recolectada ilegalmente. Al tiempo que se abordala cuestión de la tala ilegal, es importante combatirtambién el comercio internacional conexo de la maderarecolectada ilegalmente de esta especie, razón por la cualel Gobierno de Indonesia ha incluido todas las especiesde ramin en el Apéndice III de la CITES. Mediante laNotificación a las Partes No 2001/026, de 18 de mayode 2001, se comunicó a todas las PARTES que lainclusión entraría en vigor el 6 de agosto de 2001.

En Indonesia, el ramin se encuentra principalmenteen los bosques palustres de turba en Kalimantan (Borneoindonesio) y en la parte sudoriental de Sumatra. Almenos se conocen 18 especies de ramin, pero la especiemás comercializada es Gonystylus bancanus. Desdeprincipios del decenio de 1970, la explotación de raminse ha llevado a cabo en bosques destinados a este fin

con una producción media anual de 1,5 millones de m3.A principios del decenio de 1990 la producción de trozasse redujo a unos 900.000 m3/año. La tendencia a ladisminución parece persistir y de las estadísticasgubernamentales se desprende que de 1997 a 2000 laproducción fue muy inferior a las cifras disponibles paraprincipios de 1990, a saber, 489.289 m3; 292.176 m3 ;371.984 m3 y unos 24.000 m3 en 1997, 1998, 1999 y 2000,respectivamente.

Además, una controvertida conversión de un millónde hectáreas de bosques palustres de turba dominadospor el ramin en arrozales se inició en 1997 en la Provinciade Kalimantan central, pese a que este proyecto se haterminado. Se sabe que esta provincia es el centro de ladistribución del ramin en Indonesia.

En 2001 Indonesia estableció un cupo de exportaciónnulo para el ramin. No obstante, se concedió unaexención a un arrendatario de una concesión, que estabaen posesión de un certificado de gestión sostenible delos bosques. Además, las existencias almacenadas podíanexportarse hasta diciembre de 2001. A partir de esa fecha,solamente la compañía certificada podía explotar yexportar productos de ramin con permisos CITES.

Tras la decisión de poner coto a la producción deramin, el Servicio Forestal realizó un inventario de lasexistencias de ramin en abril-mayo de 2001. Se determinóque las existencias ascendían a más de 400.000 m3 demadera. Estas existencias eran muy superiores a larecolección anual autorizada, lo que indicaba que lamayor parte de las existencias podrían proceder de latala ilegal.

¿Es efectiva la inclusión en el Apéndice III?

En la actualidad solamente una compañía disponede un certificado de gestión sostenible de los bosquespara el ramin, y esta compañía puede exportar productosde ramin mediante permisos. Todas las demásexportaciones son ilegales. Desde la inclusión del raminen el Apéndice III, parece que la explotación ilegal de laespecie ha disminuido considerablemente. De lasinspecciones realizadas en septiembre y octubre de 2001se desprende que las compañías registradas no hanacumulado nuevas existencias de productos de ramin.Asimismo, se ha observado una considerabledisminución de la recolección ilegal en el ParqueNacional Tanjung Putting desde la inclusión de la especieen el Apéndice III, en correspondencia con una aplicaciónmás rigurosa de la ley para proteger el parque.

Durante 2002, sin embargo, se interceptaron variasexportaciones ilegales de ramin tanto en Indonesia comoen ultramar. En septiembre de 2002, la AutoridadAdministrativa CITES de Singapur comunicó que habíainterceptado un envío ilegal de ramin en Singapur, y quehabía devuelto los especímenes a Indonesia. El Serviciode Aduanas del Reino Unido informó a Indonesia deque había interceptado un envío de ramin declarado

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como otra especie, y que había impuesto una multa a laempresa de importación.

No se dispone de información sobre los envíosilegales de ramin a través de las fronteras terrestres, enparticular en Malasia (Sabah y Sarawak). Pese a laprohibición de la importación de trozas impuesta por elMinistro de Industria de Malasia, se interceptaron varioscargamentos de trozas pasados de contrabando encamiones a través de la frontera en el puesto fronterizode Entikong (en la frontera entre la provincia deKalimantan occidental y Sarawak). No obstante, no sesabe si contenía madera de ramin.

Al parecer los envíos ilegales de productos de raminen el país son muy limitados. En 2002 se registraron dosenvíos en la provincia de Kalimantan central y en laprovincia del sur de Sumatra y no se ha registradoninguno en 2003.

Indonesia cree firmemente que la inclusión en elApéndice III contribuye efectivamente a controlar la talailegal en el país y a gestionar cualquier comerciointernacional, aunque estima que la cooperacióninternacional es esencial para que funcione.

Dr. SamediAutoridad Administrativa CITES de Indonesia.

En el Manual de Identificación de la CITES seofrece información sobre Gonystylus spp. y

medios para identificar los especímenes objeto decomercio, con miras a ayudar a las Partes a aplicar

la inclusión en el Apéndice III.

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Propuesta de Nueva Zelandiapara incluir Hoplodactylusspp. y Naultinus spp. en elApéndice III.

En la 12a. reunión de la Conferencia de las Partes(CdP12), Nueva Zelandia presentó una propuesta paraincluir dos géneros de geckos Hoplodactylus spp. yNaultinus spp. en el Apéndice II. Esta propuesta fuerechazada, pero Nueva Zelandia decidió ulteriormenteincluirlos en el Apéndice III, lo cual entró en vigor el28 de mayo de 2003.

Nueva Zelandia decidió proponer la inclusión deambos géneros debido a que de las pruebas y de lainformación disponible se desprendía que pese a quetodas las especies de ambos géneros habían recibidoprotección en virtud de la Ley de vida silvestre de NuevaZelandia en toda su área de distribución desde 1996, yen su gran mayoría desde 1981, se habían observadoespecies de geckos de Nueva Zelandia en el comerciointernacional en cifras que excedían con mucho lacapacidad de cría de la población cautiva. Al parecer losespecímenes alcanzan precios de hasta 15.000 USD ysegún la información confidencial estos especímenesgozan cada día de mayor popularidad por su colorido y

atractivo, por ser endémicos de Nueva Zelandia, portener características poco corrientes como la de portarjóvenes vivos y por su longevidad.

Una considerable disminución de su hábitat debidoa los efectos del desbroce durante el último siglo, añadidoa la depredación ocasionada por especies introducidascomo los armiños, los gatos, las ratas y los ratones haceque muchas especies se encuentran únicamente en islasa cierta distancia de la costa donde no existen predadores.En zonas en el territorio continental donde se hanestablecido reservas libres de predadores, la caza furtivase ha vuelto más frecuente, con el consiguiente dañodel hábitat. El aumento de la demanda de geckos en elcomercio internacional y los elevados precios quealcanzan, representan un peligro cada día mayor de quela caza furtiva se extienda a las especies confinadas enlas islas a cierta distancia de la costa. Para conservar lasespecies, Nueva Zelandia ha prohibido la captura en elmedio silvestre y, para evitar incentivar el mercado, cabela posibilidad de que no se aprueben permisos deexportación para especies criadas en cautividad. Lasacciones judiciales por comercio ilegal de especies degeckos de Nueva Zelandia son cada día más frecuentesdesde 1998, aunque se cree que es más bien debido a unaumento de la demanda que a un aumento del nivel dedetección. Las existencias de especímenes criados encautividad no son suficientes para satisfacer la demanda,de modo que se prevé un aumento de la presión sobrelas poblaciones silvestres vulnerables.

Naultinus rudis (Geco áspero)

Foto: A

H M

eads, Mike T

homas y B

W W

hitaker

© D

epartamento de C

onservación Te Papa A

tawhai, N

ueva Zelandia

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Aunque la propuesta original de Nueva Zelandiatenía por finalidad incluir ambos géneros en el ApéndiceII, lo que habría exigido formular dictámenes deextracción no perjudicial del medio silvestre antes deque pudiese expedirse un permiso o realizarse latransacción comercial, la inclusión en el Apéndice IIIconstituye un valioso instrumento para combatir elcomercio ilegal de geckos. El requisito de expedirun permiso de exportación para la exportación oreexportación de las especies de ambos géneros,originarias exclusivamente de Nueva Zelandia, deberíaactuar como medida disuasoria contra el comercio ilegaly, por ende, complementar la legislación existente enNueva Zelandia.

Sr. Wilbur DoveyAutoridad Administrativa CITES de Nueva Zelandia

Observaciones del SecretarioGeneral

El Apéndice III se creó con la finalidad de que unadeterminada Parte pudiese lograr la cooperación de otrasPartes para evitar o limitar la explotación de especies defauna o flora dentro de su jurisdicción.

La historia de cómo la Conferencia de las Partes hatratado de abordar esta disposición de la Convención,véase el párrafo 3 del Artículo II, es más bien larga ycomienza en la primera reunión de la Conferencia de lasPartes en 1976. Se estimó necesario reducir el númerode especies incluidas en el Apéndice III y, en particular,suprimir las especies que estaban sujetas a una legislaciónadecuada en el país de origen, así como aquellas especiescuya presencia en el comercio internacional era mínimao inexistente. En 1985, se sugirió que el hecho de queciertas Partes que habían incluido especies enel Apéndice III sólo expedían permisos de exportaciónpara los productos acabados, era una medida comercialen vez de una medida conservacionista. Dado quealgunas Partes habían incluido familias enteras enel Apéndice III, la Conferencia de las Partes recomendóque se incluyesen únicamente las especies nativas cuyaprotección estaba prevista en las reglamentaciones.

Naultinus gemmeus (hembra de geco verde enjoyado)

Foto: R

od Morris

© D

epartamento de C

onservación Te Papa A

tawhai, N

ueva Zelandia

Nautilnus elegans punctatus (geco verde de Wellington)

Foto: R

od Morris

© Departamento de Conservación Te Papa Atawhai, Nueva Zelandia

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El hecho de que «en virtud del Artículo XVI» – lasespecies pueden incluirse en el Apéndice III, o suprimirsede él en cualquier momento ocasiona problemas paraterceras Partes que han de adaptar su legislación cadavez que esto sucede. En consecuencia, en 1989 laConferencia recomendó que – salvo que hubiese unaapremiante necesidad para proceder a la inclusión – seinformase a la Secretaría al menos tres meses antes deuna reunión de la Conferencia de las Partes de laintención de incluir una especie en el Apéndice III osuprimirla de él, de modo que la enmienda pudiese entraren vigor al mismo tiempo que las enmiendas a losApéndices I y II1.

Pese a que en 1992 se reconoció el derecho de cadaParte a decidir las especies que deseaba incluir en elApéndice III, se dejaron muy claras las dudas sobre laeficacia del Apéndice III y las cargas administrativas queocasionaba. Se pidió a las Partes que se refrenasen deañadir especies y considerasen detenidamente si lasespecies concernidas se beneficiarían realmente de unainclusión en el Apéndice III. Se les pidió asimismo quesolicitasen asesoramiento a los Comités de Fauna y deFlora sobre la situación biológica y comercial de unaespecie antes de incluirla en el Apéndice III. Se subrayóla necesidad de que las Partes revisasen periódicamentelas especies incluidas en el Apéndice III y las retirasen siasí lo recomendaba su revisión o lo aconsejaban losComités de Fauna y de Flora. Se encargó a ambos

comités que revisasen la eficacia de las inclusiones en elApéndice III y asesorasen debidamente a las Partes antesde la novena reunión de la Conferencia de las Partes en1994. Esto condujo a la aprobación de la ResoluciónConf. 9.25.

Como resultado de las dificultades de aplicaciónexpuestas y de las dudas albergadas acerca de la eficaciadel Apéndice III, muchas Partes no estaban, y siguen sinestar, dispuestas a asumir las cargas administrativas queconlleva la aplicación del Apéndice III.

En 1997, se asistió al primer intento para reducir elalcance territorial de las inclusiones en el Apéndice III.

Para las especies con unadistribución naturalque va más allá delterritorio de la Parte quepropone su inclusión enel Apéndice III y susvecinos inmediatos, sellegó a la conclusiónde que tal vez nofuera necesario que unainclusión abarcase atodos los Estados delárea de distribución.Esto queda reflejadoen el subpárrafo iv)del párrafo a) de laResolución Conf. 9.25(Rev.), bajo el primerRECOMIENDA: «paraque las especies que sonobjeto de comercio porsu madera, se considerela posibilidad de incluirúnicamente la población

geográficamente aislada de la especie, cuya inclusióncontribuiría a lograr los objetivos de la Convención y suaplicación eficaz, en particular en lo que respecta a laconservación de la especie en el país que solicita suinclusión en el Apéndice III».

Siempre he tenido dificultad con esta recomendación,ya que parecería ir en contra de la finalidad y el propósitoesenciales del mecanismo que se había pensadoproporcionaría el Apéndice III, a saber, que un país puedesolicitar a otros países que velen por que los animales ylas plantas, o sus partes y derivados, no proceden de supaís, ya que están protegidos y su comercio estáprohibido o restringido. Sin un permiso de exportacióndel país que ha incluido la especie en el Apéndice III, lospaíses de importación no deberían importar especímenesde los mismos de ese país. Evidentemente, otros paísespueden autorizar el comercio de la especie, pero a fin decerciorarse de que los especímenes no proceden del paísque ha incluido la especie, es necesario que expidan uncertificado de origen o un certificado de reexportaciónque autorizará al país de importación determinar de

1 Como en el caso de las enmiendas a los ApéndicesI y II, las Partes disponen de 90 días para adaptar su legislaciónde aplicación para la inclusión de especies en el Apéndice III.Sin embargo, solamente disponen de 30 días para enmendarsu legislación para el retiro de especies del Apéndice III.

Foto: P

eter Dollinger

Dendrocygna bicolor (pato silbón común - Ghana, Honduras)

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donde proceden los especímenes. Sin duda alguna,los países de importación pueden no hacer estadeterminación si los documentos son solamentenecesarios por ejemplo para unos 10 de 20 países posiblesde origen de los especímenes de las especies incluidasen el Apéndice III.

Cuando se aborda la cuestión del Apéndice III,debería tomarse también en consideración que lasdisposiciones sobre las reservas respecto de lasinclusiones en el Apéndice III son diferentes de las quefiguran en los Artículos XV y XXIII relativas a losApéndices I y II y a las enmiendas a ellos:

a) podrán formularse reservas en cualquiermomento después de la fecha en que se haya enviadola notificación de nuevas especies, mientras que paralas enmiendas a los Apéndices I y II deben hacersedentro de los 90 días a partir de la fecha de inclusión, y

b) podrán formularse asimismo reservas enrelación con las partes y los derivados, mientras que enel caso de los Apéndices I y II solamente pueden hacersepara las propias especies.

Debido a que para proceder al comercio deespecímenes de especies del Apéndice III no es precisoformular dictámenes sobre extracciones no perjudicialesdel medio silvestre y solo se necesita una confirmaciónde que han sido adquiridos legalmente, si la exportaciónes de un país que ha incluido la especie, el Apéndice IIIdesempeña una función mas limitada en lareglamentación del comercio internacional de fauna yflora silvestres que los Apéndices I y II.

No obstante, el hecho de que una Parte en laConvención puede decidir por sí misma utilizar elApéndice III como instrumento para combatir lasobreexplotación de sus animales y plantas silvestrestiene una importancia crucial. Sin embargo, si queremoslograr que sea un instrumento eficaz, es preciso evitarinclusiones seguidas de un gran número de reservaso la falta de aplicación por muchas Partes. Enconsecuencia, es imprescindible logra un uso ponderadodel Apéndice III y, si lo logramos, el Apéndice III tendráante sí un brillante futuro, aunque a la sombra de losApéndices I y II.

Sr. Willem W. WijnstekersLa Secretaría

El Apéndice III y la legislaciónnacional

Antes de que una Parte considere la posibilidad deincluir una especie en el Apéndice III debe disponer dereglamentación nacional adecuada para evitar o limitarla explotación de esa especie y controlar su comercio. Endicha reglamentación deben contemplarse sancionescontra la captura, el comercio o la posesión ilegales de laespecie y disposiciones para proceder a la confiscación.La Parte debería también contar con medidasde aplicación nacional de la ley para aplicar esareglamentación [véase la Resolución Conf. 9.25 (Rev.),inclusión de especies en el Apéndice III].

En la legislación CITES de todas las Partes debencontemplarse también disposiciones para reglamentar elcomercio internacional de especies del Apéndice III. Envirtud del Artículo V de la Convención, todo comerciode especímenes de especies incluidas en el Apéndice IIIdebe realizarse de conformidad con lo dispuesto en laConvención. No obstante, la experiencia adquirida conel Proyecto de legislación nacional pone de relieve quela legislación en diversos países no abarcan a las especiesincluidas en el Apéndice III. Sin embargo, es preciso queasí sea, a fin de cumplir los requisitos para la legislaciónde aplicación de la CITES previstos en la ResoluciónConf. 8.4, Legislaciones nacionales para la aplicación dela Convención, y para que se incluya en la Categoría 1con arreglo al Proyecto de legislación nacional.

La legislación debería abarcar los especímenes detodas las especies incluidas en los tres Apéndices ydebería actualizarse periódicamente para reflejar loscambios en esos Apéndices. No obstante, como elApéndice III puede enmendarse en todo momento,mantener actualizada la legislación puede ser una tareadifícil, al menos que se cuente con disposiciones paraque su actualización automática se publique en unboletín oficial.

Asimismo, debería prestarse atención para garantizarque en la legislación se exige la documentación CITESapropiada para el comercio de especies incluidas en elApéndice III (ya sea un permiso de exportación, uncertificado de origen, un certificado de reexportación oun certificado de procesamiento), y para que dichasespecies reciben el mismo tratamiento que otras especiesincluidas en los Apéndices de la CITES en lo queconcierne a las sanciones y la confiscación.

La Secretaría ha preparado materiales de orientaciónen materia de legislación CITES, con miras a ayudar alas Partes a garantizar que en su legislación nacional secontempla la protección adecuada para las especiesincluidas en el Apéndice III. Dichos materiales puedensolicitarse a la Secretaría.

La Secretaría

Bubulcus ibis (espulgabueyes - Ghana)

Foto: P

eter Dollinger

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Felicitaciones a Hong Kong porlas medidas de observanciaejemplares

En una ceremonia celebrada el 6 de mayo de 2003, elSr. Lay Chik-chuen, Subdirector del Departamento deAgricultura, Pesca y Conservación de Hong Kong,Región Administrativa Especial de China, entregóun Certificado de Felicitación a los oficiales deDepartamento de Aduanas y Arbitrios de Hong Kong.

Este Certificado de Felicitación fue concedido por elSr. Willem Wijnstekers, Secretario General de la CITES.Hong Kong ha obtenido el primero de estos certificados,que fueron creados por la Secretaría CITES el pasadoaño para recompensar las medidas de observanciaejemplares.

El certificado fue entregado a la tripulación de lalancha No. 9 del Servicio de Aduanas de Hong Kong ya la Autoridad Administrativa CITES de Hong KongS.A.R., China, en reconocimiento de las accionesrealizadas el 13 de octubre de 2002 a proximidad de laIsla Lamma, Hong Kong, cuando la tripulación de lalancha No. 9 del Servicio de Aduanas interceptó un barcopesquero, llevó a cabo una intensa y prolongadainvestigación y descubrió un compartimiento biendisimulado cerca de la sala de máquinas del barco.Cuando el personal del servicio de Aduanas logróacceder al compartimiento, encontró que contenía

81 piezas de colmillos de elefantes de un peso total de506 kg. Dado que el marfil se estaba pasando decontrabando en violación de la Convención, elcargamento fue confiscado y el barco y su tripulaciónfueron detenidos. Con la asistencia de la AutoridadAdministrativa CITES de Hong Kong, se entabló unaacción judicial. El propietario del barco de pesca fuecondenado a 16 meses de prisión y el marfil fuedecomisado.

El Secretario General atribuyó el éxito de las medidasde observancia a la excelente cooperación entredepartamentos, y estimó que constituía una medidadisuasoria para aquellos que pudiesen estar tentados decomercializar ilegalmente especies en peligro.

Desde hace tiempo Hong Kong ha mostrado unafirme adhesión a la aplicación de la Convención. La leyde animales y plantas (protección de especies en peligro)fue promulgada en 1976. El Grupo de Enlace para laProtección de Especies en Peligro combina la experienciade ambos departamentos y de la policía para refrenar elcomercio ilegal de especies en peligro.

El Gobierno de Hong Kong dijo que era un honorser el primero en recibir este premio. En su carta alSecretario General de la CITES, el Sr. Raymond H CWong, Jefe de Aduanas y Arbitrios, declaró que «el éxitode la confiscación realizada por el servicio de aduanasde Hong Kong ha puesto de relieve el importante papeldesempeñado por las aduanas en la esfera de laobservancia de la CITES. Mantendremos la vigilancia yseguiremos trabajando en estrecha relación con laAutoridad

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Secretaría CITES

Centro Internacional de Medio Ambiente

Chemin des Anémones

1219 Châtelaine

Ginebra, Suiza

Teléfono: +41 (22) 917 81 39/40 Fax: +41 (22) 797 34 17

Correo electrónico: [email protected] Sitio en la Web: htpp://www.cites.org

Si desea presentar un artículo o formular sugerencias o comentarios, póngase en contacto con

la Dependencia de Creación de Capacidades.

Pese a que se hace todo lo necesario para garantizar la veracidad de los artículos, las opiniones expresadas en los mismos incumbenexclusivamente a sus autores. Las denominaciones de las entidades geográficas no implican juicio alguno por parte de la Secretaría

CITES sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.

Nuevos Manuales de Identificación

La Federación Internacional de Comercio de Cuero y la FederaciónArgentina de Comercio e Industria de Fauna (FACIF) han preparado unnuevo Manual de Identificación para las especies silvestres de Argentina.Este manual (publicado en español e inglés), que contiene descripciones,fotografías y mapas de distribución de las principales especies objeto decomercio, está destinado principalmente a los servicios de aduanas y otrasautoridades y organismos encargados de la identificación de especímenes.

El Instituto de InvestigacionesMarinas y Costeras y el Ministerio deMedio Ambiente han producido unManual de Identificación CITESpara los invertebrados marinos deColombia. Este manual bellamenteilustrado (publicado únicamenteen español) ofrece los medios paraidentificar los invertebrados marinosincluidos en los Apéndices dela CITES utilizando claves ydescripciones detalladas. Asimismo,presenta diversos artículos procesadosque pueden aparecer en el comercio.