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114 CIUDADES ESPAÑOLAS EN AMÉRICA Alfredo Figueiras Fernandez-Ojanguren Resumen: Realizamos en este trabajo un viaje virtual por el continente americano en el que tratamos de dejar patente la importante herencia española y, no solo en el cono sur, sino también en regiones del norte de las que no parecemos acordarnos y por consiguiente da la impresión que renunciamos a nuestra fundamental presencia en aquellas latitudes. Reivindicamos aquí ambas, presencia y herencia, y concluimos con cierta audacia en que esas, y otras ciudades, no solo fueron ciudades españolas sino que en lo fundamental, lo siguen siendo. En definitiva, abogamos por el orgullo que los españoles deberíamos sentir por un legado inigualable. Palabras clave: Viaje, fundaciones de ciudades, exploraciones en Norteamérica, nombres originales, Santo Patrono de Buenos Aires. Sumario: 1. Introducción a un largo viaje; 2. De los orígenes de la ciudad de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora Santa María del Buen Aire a Buenos Aires; 3. Ciudades fundadas por españoles en Estados Unidos: Carolina del Sur y Florida y presencia hispana en otros Estados; 4. De nuevo hacia el sur del continente americano; 5. Final de un largo viaje en Buenos Aires. 1. Introducción a un largo viaje. De todos es conocida la importancia que tiene el derecho para la comprensión, en cualquier tiempo de toda manifestación humana, sea esta política, filosófica, cultural o religiosa. Quien escribe no es jurista, historiador ni docente o investigador académico. Mi afición al tema del que ahora me ocupo y de otros muchos de diferente índole, tiene su origen en mi actividad profesional y procede de mis viajes durante muchos años alrededor del mundo y, más precisamente, por aquel con el que España comparte mucho de su historia. Es bien sabido que, desde los primeros años de la conquista americana, España promulgó una extensa legislación, con el fin de regular la vida en las tierras recién incorporadas a la Corona. En efecto, tras la voz de alarma de los religiosos enviados a cristianizar a los indígenas, y por el trato abusivo que de ellos se hacía, se promulgaron las Leyes de Burgos, después actualizadas y endurecidas con las Leyes Nuevas, que finalmente se compendiaron en la Recopilación de Leyes de Indias. Así, el mundo del derecho hispano en América es realmente apasionante y en este trabajo, no precisamente jurídico, se insinúan, sin embargo, algunas de las normas que regían desde un principio la fundación de las ciudades. Pues bien, cuando acepté impartir la conferencia titulada “Ciudades españolas en América”, en el marco de la Semana Cultural de la Hispanidad de Medellín (Badajoz), celebrada en octubre de 2012, tuve siempre muy presente la conveniencia de contextualizar jurídicamente el tema que iba a tratar y que esa labor debía depositarla en manos de las gentes del derecho. Decidí entonces poner por escrito mi exposición oral y remitir el texto a alguna revista jurídica para su publicación. Ha sido la Revista Electrónica De Cive del Departamento de Filosofía Jurídica dela Facultad de Derecho de la UNED, la única universidad española de ámbito estatal y con especial presencia en el continente americano, la que me dado la oportunidad de su publicación, que con cierto rubor y modestia agradezco, con la esperanza de que sea de alguna utilidad para cuantos la lean y para cuantos juristas se ocupan del

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CIUDADES ESPAÑOLAS EN AMÉRICA

Alfredo Figueiras Fernandez-Ojanguren

Resumen:

Realizamos en este trabajo un viaje virtual por el continente americano en el que tratamos de dejar

patente la importante herencia española y, no solo en el cono sur, sino también en regiones del norte

de las que no parecemos acordarnos y por consiguiente da la impresión que renunciamos a nuestra

fundamental presencia en aquellas latitudes. Reivindicamos aquí ambas, presencia y herencia, y

concluimos con cierta audacia en que esas, y otras ciudades, no solo fueron ciudades españolas sino

que en lo fundamental, lo siguen siendo. En definitiva, abogamos por el orgullo que los españoles

deberíamos sentir por un legado inigualable.

Palabras clave:

Viaje, fundaciones de ciudades, exploraciones en Norteamérica, nombres originales, Santo Patrono

de Buenos Aires.

Sumario: 1. Introducción a un largo viaje; 2. De los orígenes de la ciudad de la Santísima Trinidad y Nuestra

Señora Santa María del Buen Aire a Buenos Aires; 3. Ciudades fundadas por españoles en Estados

Unidos: Carolina del Sur y Florida y presencia hispana en otros Estados; 4. De nuevo hacia el sur del

continente americano; 5. Final de un largo viaje en Buenos Aires.

1. Introducción a un largo viaje. De todos es conocida la importancia que tiene el derecho para la

comprensión, en cualquier tiempo de toda manifestación humana, sea esta política, filosófica,

cultural o religiosa. Quien escribe no es jurista, historiador ni docente o investigador académico. Mi

afición al tema del que ahora me ocupo y de otros muchos de diferente índole, tiene su origen en mi

actividad profesional y procede de mis viajes durante muchos años alrededor del mundo y, más

precisamente, por aquel con el que España comparte mucho de su historia.

Es bien sabido que, desde los primeros años de la conquista americana, España promulgó una

extensa legislación, con el fin de regular la vida en las tierras recién incorporadas a la Corona. En

efecto, tras la voz de alarma de los religiosos enviados a cristianizar a los indígenas, y por el trato

abusivo que de ellos se hacía, se promulgaron las Leyes de Burgos, después actualizadas y

endurecidas con las Leyes Nuevas, que finalmente se compendiaron en la Recopilación de Leyes de

Indias. Así, el mundo del derecho hispano en América es realmente apasionante y en este trabajo, no

precisamente jurídico, se insinúan, sin embargo, algunas de las normas que regían desde un principio

la fundación de las ciudades.

Pues bien, cuando acepté impartir la conferencia titulada “Ciudades españolas en América”, en el

marco de la Semana Cultural de la Hispanidad de Medellín (Badajoz), celebrada en octubre de 2012,

tuve siempre muy presente la conveniencia de contextualizar jurídicamente el tema que iba a tratar y

que esa labor debía depositarla en manos de las gentes del derecho. Decidí entonces poner por escrito

mi exposición oral y remitir el texto a alguna revista jurídica para su publicación. Ha sido la Revista

Electrónica De Cive del Departamento de Filosofía Jurídica dela Facultad de Derecho de la UNED,

la única universidad española de ámbito estatal y con especial presencia en el continente americano,

la que me dado la oportunidad de su publicación, que con cierto rubor y modestia agradezco, con la

esperanza de que sea de alguna utilidad para cuantos la lean y para cuantos juristas se ocupan del

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estudio, la docencia y la investigación de la presencia española en el continente americano, con el

que, como ya se dicho, comparte tanto de su historia.

2. De los orígenes de la ciudad de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora Santa María del

Buen Aire a Buenos Aires. La decisión de abordar este trabajo la adopté cuando no llevaba más que

unas horas en una bellísima ciudad americana, a la que había ido en numerosas ocasiones y en la que

incluso había pasado algunas temporadas destinado por mi empresa por motivos profesionales,

cuando una persona que me fue presentada en ese momento, me dio la bienvenida a LA

SANTÍSIMA TRINIDAD Y NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DEL BUEN AIRE.

Creía yo estar sencillamente en la ciudad de Buenos Aires y tuve que hacer un pequeño esfuerzo

para disimular mi ignorancia, pero en cuanto pude me lancé a las fuentes del conocimiento, en aquel

tiempo libros, enciclopedias y documentación a las que pude tener acceso, para estudiar todo

lo relativo a ese nombre que me pareció de una gran belleza.

De aquella pequeña investigación pude concluir que, si bien ese nunca fue su nombre jurídico, sí se

utilizó con normalidad, incluso a nivel oficial, en correspondencias y documentos. Para explicarlo,

nos tenemos que remontar a la doble fundación de la ciudad.

Viajemos al año 1536. El 3 de Marzo, el primer adelantado y gobernador del Río de la Plata, Don

Pedro de Mendoza y Luján, natural de Guadix, Granada, funda el Puerto de Nuestra Señora Santa

María del Buen Aire.

Pero ¿por qué D. Pedro le da este nombre? Para entenderlo, hemos de hacer un largo viaje de más de

10.500 Km.y retroceder en el tiempo siglo y medio hasta un lugar en el Mediterráneo en el que un

navío aragonés que hace la travesía entre el levante español y alguna de las posesiones del reino de

Aragón en Italia, se halla en medio de una gran tormenta que hace temer a los marineros por sus

vidas.

Puerto del Buen Aire

Cagliari

La Santísima Trinidad y Nuestra Señora Santa María del Buen Aire

La fuerte marejada hace que la carga empiece a moverse lo que puede suponer el desastre definitivo

por lo que el capitán ordena largar los bultos que en la cubierta están sueltos y cuyo desplazamiento

puede hacer zozobrar definitivamente al pequeño barco. Los cofres, arcones y cualquier otro bulto

suelto, es lanzado por la borda.

De repente, la mar se calma y cesa la tormenta. El ruido del silencio es más atronador que el

estruendo producido por la tormenta y los veteranos marineros se miran desconcertados. Uno de los

más jóvenes, achaca el suceso a la llegada al agua de una de las cajas. El muchacho destaca que

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todas las demás se han hundido y esa es la única que queda a flote.

El capitán, con cierto escepticismo, ordena a la tripulación recuperar el bulto pero este se desplaza

por el mar y comienza así la persecución por el Mediterráneo de la misteriosa caja. Y así arriban a

una ensenada en la isla de Cerdeña donde con la ayuda de unos frailes mercedarios de un convento

cercano, la abren y encuentran una imagen de la Virgen de la Candelaria con el Niño Jesús en uno de

sus brazos y una candela en la otra mano. Pero la vela de la Virgen... estaba encendida.

Cagliari

Virgen de Nuestra Señora del Buen Aire, CAGLIARI

La imagen es llevada al convento de los frailes, donde se la entroniza en el altar mayor de la iglesia.

La historia corre rápidamente por toda la isla y pronto el pueblo la adopta como su Señora, La

Madonna dei sardi, bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Aire ó Madonna Bonaira.

Básilica Mercedaria Bonaira

La historia del milagro se extendió rápidamente entre los marinos del Mediterráneo que conmovidos

por la salvación de sus compañeros, la convierten en su patrona y así se la venera en numerosas

cofradías, algunas de la importancia de la Hermandad de los Mareantes de Sevilla. Y de Sevilla viaja

a su gobernación Don Pedro de Mendoza que bautiza a la gran bahía de La Plata, Bahía de La

Candelaria.

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Virgen del Buen Aire, Hermandad de Mareantes de Sevilla

Los frailes que le acompañan, llevan en custodia una imagen de la Virgen del Buen Aire que

finalmente dará el nombre al asentamiento recién fundado.

Puerto del Buen Aire

Cagliari

Sevilla

Fundación del Puerto de Nuestra Señora del Buen Aire 3 de marzo de 1536

Si bien el nuevo establecimiento no fue jurídicamente una ciudad, lo fue de facto por residir allí las

autoridades religiosas, civiles y militares y por realizarse los actos y cumplirse las funciones

habituales en un municipio.

Por razones oscuras, alegando dificultades para defender el asentamiento y que Asunción necesitaba

a todas las personas disponibles para su defensa y poblamiento, Domingo Martínez de Irala ordenó

abandonar y derruir el puerto y trasladar su población aguas arriba del río Paraná. Cinco años habían

pasado desde su fundación.

La razón debió de ser más bien que, aunque Irala ostentaba la autoridad interinamente por varias

carambolas, el fortín había sido encomendado al capitán Francisco Ruíz Galán por lo que Irala

carecería de auténtica responsabilidad.

La decisión de Irala, según las crónicas de la época, fue protestada por los ciudadanos por estar la

ciudad “… bien fortificada, en paz con los indios, llena de sementeras a tal punto que la población

parecía un lugar abundoso de los de España, con sus gallinas, puercos y otros animales domésticos”

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Cuarenta años después y por obvias necesidades estratégicas, como era prestar la asistencia necesaria

a las naves llegando a América de la metrópoli camino de Asunción y a las que procedentes de esta

ciudad, se disponían a cruzar el Atlántico hacia España, Juan de Garay por poderes del Virrey Juan

Torres de Vera, realiza la segunda fundación. Era el 11 de junio de 1580.El nombre con que la

bautiza es sencillamente, LA TRINIDAD. Pero dice en el acta fundacional:

“Yo, Juan de Garay, teniente de Governador y Capitán General y Justicia mayor y Alguacil

mayor en todas estas provincias, por el muy ilustre el Licenciado Juan Torres de Vera y

Aragón,… estando en este puerto de Santa María de los Buenos Ayres, hago y fundo en el

dicho asiento y puerto una ciudad,… y mando que se intitule la ciudad de La Trinidad”.

La alusión constante al puerto hace que habitualmente se llamara a la ciudad, La Trinidad y Puerto de

Santa María de los Buenos Aires, o La Trinidad en el Puerto…Así vemos que el Acta del Cabildo de

mayo de 1810 comienza:

“En la muy Noble y muy Leal Ciudad de La Santísima Trinidad, Puerto de Santa María de

los Buenos Aires…”

Pues bien, ya tenemos la historia del bellísimo nombre original de la ciudad de Buenos Aires. Y para

conocer esa historia, solo hemos necesitado recorrer unos 23.000 km. Y viajado en el tiempo dos

siglos. Creo que ha merecido la pena.

Muchas otras ciudades españolas fueron fundadas en América con nombres igualmente bellos. Luego

veremos algunos. Pero ¿qué sucedió desde la destrucción y abandono del Puerto del Buen Aire hasta

la segunda fundación cuarenta años más tarde?

La vida es a veces caprichosa, y lo que fue una decisión injusta y mezquina, dio lugar a un hecho de

trascendental importancia para el futuro de la región. En efecto, el abandono del establecimiento

conlleva también la libertad de algunos caballos. Estos en un medio propicio, con abundancia de

pastos y agua, se reproducen a gran velocidad y en cuarenta años lo que se encontraron los españoles

que venían a fundar la nueva ciudad fue una importantísima cabaña caballar. Es el caballo criollo,

descendiente directo del caballo español y que será decisivo en el desarrollo, la economía, el

comercio y en general la vida social de aquellos territorios. Recordemos las palabras del poeta y

cantante argentino Atahualpa Yupanqui: “...de nada vale un paisano sin caballo y en Montiel”.

29/09/12

En ocasiones un mismo hecho no da lugar a las mismas consecuencias en latitudes muy diferentes

Pero en otras se repiten exactamente a miles de kilómetros de distancia.

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3. Ciudades fundadas por españoles en Estados Unidos: Carolina del Sur y Florida y presencia

hispana en otros Estados. Continuemos nuestro viaje, ahora hacia el norte 8.000 km, a los primeros

asentamientos españoles (y europeos) en Norteamérica. Estamos en las actuales Carolina del Sur y

Florida.

Puerto del Buen Aire

Florida

Camino de Norteamérica

También allí se abandonaron fuertes, generalmente por su precariedad y difícil defensa y lo mismo

sucedió con los caballos (Mesteños) abandonados en aquellas extensas praderas con buenos pastos y

abundancia de agua. Para los indios americanos, cuya destreza en el manejo de estos caballos el cine

nos ha dejado magníficas pruebas, no era fácil la pronunciación de la palabra Mesteño que

finalmente derivó en MUSTANG.

Podemos decir pues que ese mito americano, que algunos han calificado como el animal más

significativo de los EE.UU. que es el caballo Mustang, no es ni más ni menos que el heredero del

caballo MESTEÑO ESPAÑOL.

Pero la contribución española en lo que hoy son los EE.UU. es mucho más importante.

Lamentablemente no solo los americanos de hoy ignoran que los españoles exploraron gran parte de

su territorio antes que cualquier otro europeo, sino lo que es aún peor, nosotros mismos lo hemos

olvidado y hasta parece que queramos ocultarlo. Veamos algunos ejemplos sin ánimo de ser

exhaustivo.

El primer asentamiento europeo en América del Norte, fue fundado por Lucas Vázquez de Ayllón.

Corría el año 1526 y el lugar bautizado como San Miguel de Guadalupe, se estableció en el territorio

que hoy correspondería a Carolina del Sur.

San Miguel fue abandonado pocos meses después, debido al severo clima, las enfermedades, el

hambre y los ataques indígenas.

Otros fuertes, corrieron mejor suerte, y así podemos presumir de que la ciudad más antigua de los

EE.UU. San Agustín de la Florida, fue fundada por el asturiano Pedro Menéndez de Avilés el 28 de

Agosto de 1565, 42 años antes de que los británicos fundaran Jamestown (Virginia), su primera

colonia.

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San Miguel de Guadalupe

Carolina del Sur

San Agustín de la Florida

Florida

Digamos de Pedro Menéndez que no siendo tan conocido o recordado como otros conquistadores,

poseía la determinación e inteligencia de los más grandes. Siendo un joven capitán de un patache que

patrullaba las costas del Cantábrico para su protección de los piratas, persiguió al “portugués”, pirata

protegido por los franceses, que había capturado varias naves españolas, hasta La Rochelle, y

entrando en el mismo puerto recuperó gran parte del botín tras herir de muerte al propio jefe de los

corsarios.

Fiel servidor de Carlos V y de Felipe II tanto en Europa como en América, es nombrado Capitán

General de La Flota de Indias y lucha contra los franceses establecidos en Carolina del Sur para

evitar los actos de piratería de estos contra los bienes españoles y a la vez el asentamiento de

protestantes en la región.

Explora las actuales Georgia, Florida, Carolina del Sur y Bahamas. También recibe los

nombramientos de Adelantado de La Florida y Gobernador de Cuba.

Su muerte le sorprende en Santander, en septiembre de 1574, cuando se disponía a asumir el mando

de una gran escuadra con destino a Flandes.

Si tuviéramos que elegir un lema que describiera su vida y sus actos, este podría ser: “Como era mi

deber, lo hice”.

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San Agustín de la Florida

Estatua de Pedro Menéndez, Avilés

Estatua de Pedro Menéndez, San Agustín

Hoy San Agustín, es una bella y pequeña ciudad en el norte de La Florida. Y frente a su

ayuntamiento, se alza la estatua del fundador, réplica de la del avilesino Parque del Muelle y regalo

del pueblo de Avilés a la ciudad de San Agustín.

Cada 15 de Febrero, fecha de su nacimiento, se celebra en aquella ciudad, el “Menéndez Day”.

También se conserva en perfectas condiciones, la ciudad de Santa Fe, capital de Nuevo Méjico y la

más antigua de todas las capitales de Estado de los EE.UU. Data su fundación de 1607 y su fundador

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Pedro de Peralta, bautiza el nuevo asentamiento, al pie de las Montañas Sangre de Cristo, como La

Villa Real de la Santa Fé de San Francisco de Asís. La presencia española sigue manteniéndose

intacta por sus costumbres, gastronomía y arquitectura.

Allí está la iglesia de San Miguel, considerada la más antigua de la nación y todos los veranos se

celebra en Santa Fé el mercado español, donde se venden todo tipo de obras de artesanía de estilo

colonial español.

Otros muchos españoles exploraron, descubrieron y conquistaron amplios territorios de América del

Norte. Washington, Oregón, California, Nevada, Wyoming, Utah, Arizona, Colorado, Nuevo México,

Kansas, Oklahoma, Texas, Iowa, Minesota, Delaware, Maryland, Virginia, Arkansas, Tennesee, las

dos Carolinas, Georgia, Alabama, Mississippi, Louisiana y Florida, llegando incluso hasta Alaska.

Algunos de ellos se mantuvieron bajo la corona española hasta el tratado Adams-Onís de 1819.

Observemos nombres tan españoles como Nevada, Florida, Colorado, California y el de origen más

jocoso de Oregón.

En efecto, como en el Perú, los indígenas se adornaban las orejas con algunos objetos que hacían que

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los lóbulos se agrandaran por lo que los españoles con el gatillo rápido para poner motes, en ambos

hemisferios les comenzaron a llamar orejones y en Norteamérica la región se quedó con el nombre

de Oregón que heredaría el estado de la Unión.

Respecto de la facilidad para los remoquetes, los mapas por donde pasamos los españoles tienen

algunos ejemplos. Recordemos que al ver a los pobladores de la América más austral, debido a su

gran corpulencia y al gran tamaño de sus pies, dieron en llamarles patagones y Patagonia se quedó

como nombre de aquellos territorios.

También los españoles fueron los primeros europeos en admirar puntos geográficos que con el

tiempo se convertirían en mitos para los norteamericanos. Es el caso del Gran Cañón del Colorado,

descubierto en 1540 por García López de Cárdenas, lugarteniente de Vázquez de Coronado.

Pero de todas las exploraciones y conquistas españolas en Norteamérica la más impresionante,

entrañable y original, fue la que llevó a cabo Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Este noble caballero

jerezano, tesorero de la expedición de Pánfilo de Narváez, tras las sucesivas catástrofes que acabaron

con la vida de casi todos sus compañeros, naufragios, enfermedades o ataques de los indios,

emprendió primero solo y después con los otros tres supervivientes, el viaje por América del Norte,

cruzando el continente de este a oeste, para terminar bajando al sur hasta llegar a México.

Al principio le tuvieron los indios por esclavo, después actuó como comerciante entre las diversas

tribus y finalmente debido a las curaciones que realizó a muchos de ellos le empezaron a considerar

un chamán al que seguían y casi adoraban como a un semidiós. De esta forma y sin derramar una

gota de sangre, consiguió formar un pacífico ejército de 6000 hombres que le obedecían

incondicionalmente.

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Cabeza de Vaca

Busto de Cabeza de Vaca, Houston

Álvar Núñez, pasó en aquellas tierras casi 9 años y recorrió más de 10.000 kilómetros.

A pesar de estos ejemplos de nuestra influencia en la exploración y gobernación de Norteamérica,

hemos de insistir en que nuestra presencia actual, se ha perdido en muchas partes, tanto por el interés

de otras potencias en borrar esa parte de la historia, cuanto por nuestra desidia al no haberla cuidado

como se merecía.

Ya hemos visto algunos ejemplos del orgullo que sienten los norteamericanos de su pasado español.

Pongamos finalmente otro que abunda en la teoría de que podemos hacer mucho más en la dirección

que hoy proponemos. Para ello volvamos a San Agustín de La Florida, como decíamos la ciudad más

antigua de los EE.UU. En el año 1715, esta ciudad, pide al Rey Felipe V la concesión oficial del

Escudo de Armas (que venían utilizando sin la previa sanción real) “por su fidelidad y valeroso

servicio a la Corona”.

Pasado el tiempo, un regidor del Cabildo advierte a sus colegas de que no existe evidencia de que

dicho escudo fuera concedido, así que deciden insistir en la petición.

Tras la correspondiente investigación, el Rey de Armas y decano del Cuerpo de Heraldos de España,

declaró que un Escudo de Armas, había sido autorizado para la ciudad por el Rey Felipe V el 26 de

Noviembre de 1715.

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Escudo San Agustín

La ciudad recibió la confirmación del Escudo de Armas el 12 de Octubre de 1991, 276 años después

de su concesión y en el decimosexto año del reinado de S.M. El Rey Juan Carlos Ide España. Porque

la ciudad de San Agustín, en un acto simbólico lleno de elegancia, se dirige al sucesor de aquel rey

para confirmar su derecho a utilizar el escudo que llevan ya utilizando cerca de 300 años.

Lamentablemente no se debió de considerar procedente que fuera el propio Rey quien se desplazara

a San Agustín a confirmar personalmente la concesión del escudo. No solo en la ciudad sino en todo

el Estado de La Florida habría sido, sin duda, un gran acontecimiento. Lo mismo que si un infante de

España o algún miembro del gobierno se desplazara con alguna frecuencia a participar en cualquiera

de las celebraciones hispanas en América como alguna de las ya mencionadas u otras como por

ejemplo los desfiles de los Granaderos de Gálvez que tienen lugar cada año en la ciudad de San

Antonio, Texas, para conmemorar la heroica y decisiva ayuda que el gobernador de La Louisiana, el

malagueño Bernardo de Gálvez, prestó a la causa de la independencia americana contra los ingleses.

Granaderos de Gálvez

Desfile de los Granaderos de Gálvez San Antonio, Texas

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4. De nuevo hacia el sur del continente americano. Vayamos ahora hacia el sur para terminar

nuestro viaje donde lo comenzamos.

Dejaremos atrás SAN FRANCISCO DE ASÍS, EL PUEBLO DE LA REINA DE LOS ÁNGELES

DEL RIO PORCIÚNCULA, pasaremos cerca de LA VILLA RICA DE LA VERA CRUZ,

sobrevolaremos SANTIAGO DE LOS CABALLEROS ó de GUATEMALA (la actual ANTIGUA)

camino de NUEVA GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN. Y también NUESTRA SEÑORA DE LA

ASUNCIÓN DE PANAMÁ. Allí al este, en El Caribe, quedan SAN CRISTÓBAL DELA

HABANA, SANTO DOMINGODE GUZMÁN, en La Española, SAN JUÁN DE PUERTO

RICO, Y volviendo al continente, SANTIAGO DE LEÓN DE CARACAS, SANTA FE DE

BOGOTÁ, SAN FRANCISCO DE QUITO, SANTIAGO DE GUAYAQUIL, LA CIUDAD DE

LOS REYES, o simplemente LOS REYES que hoy llamamos LIMA, NUESTRA SEÑORA DE LA

PAZ y cerca SANTA CRUZ DE LA SIERRA, NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN, y por

fin SANTIAGO DEL NUEVO EXTREMO o de LA NUEVA EXTREMADURA, o sea SANTIAGO

DE CHILE y así cruzando esa imponente cordillera de Los Andes llegamos de nuevo a la ciudad de

LA TRINIDAD Y PUERTO DE NUESTRA SEÑORA DEL BUEN AIRE, desde donde casi

podemos saludar con la mano a su ciudad hermana de SAN FELIPE Y SANTIAGO DE

MONTEVIDEO.

Y allí estamos otra vez junto a Juan de Garay en el acto de la fundación de la ciudad. Le acompañan

un centenar de hombres y mujeres, tanto españoles como criollos o mancebos de la tierra. Y dice la

leyenda que en un sombrero metieron los nombres de los santos que quien quería proponía como

Patrono de la ciudad y que al salir, por suerte, San Martín de Tours, las reticencias de la mayoría por

ser un santo extranjero, hicieron repetir la extracción. Y así hasta tres veces con el mismo resultado,

por lo que finalmente se puso la nueva ciudad bajo su amparo.

Hemos de rechazar esa historia por cuanto muchos la quieren llevar más allá de la leyenda y elevarla

a hecho histórico.

En primer lugar, es difícil imaginar que el proponente de un santo aceptara que se negara la

aceptación de su candidato y eso por dos veces consecutivas.

Por otro lado el argumento de que San Martín era extraño en España, es de lo más peregrino. En

efecto su nacimiento se produjo en la lejana Paponia en la actual Hungría. De soldado del Imperio

Romano, en su juventud, a obispo de la ciudad francesa de Tours, vivió una larga vida que le

convirtió en uno de los hombres más venerados de la cristiandad. También en nuestro país donde en

el volumen PARROQUIAS DE ESPAÑA de Editorial EDICE, hemos podido contabilizar más de

900 parroquias dedicadas a este santo. El número de iglesias, ermitas, capillas, altares y otros

edificios o lugares de peregrinaje u homenaje a San Martín es incalculable. Su presencia es mucho

mayor en las comarcas de influencia de los caminos de Santiago procedentes de Europa que en el sur

de España. Por poner algún ejemplo en, la provincia de Álava de donde era originario Juan de Garay

hay 28 parroquias y en la de Burgos, donde se crio, existen 87. Hemos elegido precisamente esas dos

provincias por estar íntimamente relacionadas con la niñez y juventud de Garay.

Pensemos ahora en la presencia del santo en el mundo rural. A pocos se les mencionará tanto como a

él debido a que se le relaciona con la matanza del cerdo en la primera quincena de Noviembre. De

ahí el dicho, a cada cerdo le llega su San Martín. Es habitual que en los pueblos y aldeas se nos diga,

para San Martín…esto o lo otro.

De todos es conocido el cuadro del Greco en que se representa a San Martín de Tours, soldado

romano aunque con vestiduras mucho más modernas, a punto de compartir su capa con el mendigo

que al borde del camino está helado de frío.

Y también Cervantes, por aquella misma época, pone en boca de Don Quijote el texto siguiente, al

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ver una imagen del Santo que le enseñan unos labriegos:

“Este caballero también fue de los aventureros cristianos, y creo que fue más liberal que

valiente, como lo puedes echar de ver, Sancho, en que está partiendo la capa con el pobre, y

le da la mitad; y sin duda debía de ser entonces invierno; que si no, él se la diera toda, según

era de caritativo”

No, se me hace imposible aceptar que aquel grupo de cristianos españoles rechazaran a un santo tan

cercano y venerado como era el Señor San Martín.

Me cuesta menos imaginar que el capitán general, teniente de gobernador y justicia mayor impusiera

su voluntad pues así era normalmente y a nadie se le pasaría por la cabeza discutir su decisión que,

como mucho habría consultado con los clérigos que le acompañaban.

También puedo seguir imaginando, que en esta ciudad de Medellín, una niña correteaba con sus

amigos cerca de los muros de la iglesia en la que los domingos asistía a misa con sus padres, quizás

la de San Martín. La imagino también observando muy seria la procesión del Cristo que tanto la

impresionaba y cuya memoria conservaría en América después de aquel viaje con Doña Mencía de

Calderón que se convertiría en una epopeya increíble.

Puedo imaginar que esta joven tendría la influencia de su madre y de la amiga de esta, Doña Mencía,

devotas del Cristo de La Misericordia y seguramente del santo de la parroquia.

Y sostengo que mucho más creíble que el cuento del sombrero, esa mujer con un carácter forjado en

durísimas pruebas y convertida en la esposa del hombre que ostentaba toda la autoridad, bien pudo

influir en su marido, el fundador, para que favoreciera al santo de su infancia y sus recuerdos con el

patronazgo de la nueva ciudad.

Muy grande debió de ser la devoción por San Martín en el Medellín de la época. El personaje más

admirado por los metellinenses era sin duda Hernán Cortés, cuyo padre llevaba el nombre del Santo,

y también dos de sus hijos, el que tuvo con La Malinche, Doña Marina, Martín Cortés, y Martín

Cortés y Ramírez de Arellano, 2º marqués del Valle de Oaxaca, habido con su segunda esposa Doña

Juana Ramírez de Arellano. Seguro que tampoco esto responde a la casualidad.

La desaparición total de la memoria escrita de Medellín en las guerras de la Independencia y Civil,

nos hace imposible por el momento darle a esta teoría un soporte documental, pero mientras

buscamos en otras fuentes lejos de aquí, propongo como más creíble que nuestra querida Isabel de

Becerra y Mendoza, esposa de Garay, “nombró” patrono de Buenos Aires a San Martín, obispo de

Tours y titular de la iglesia de su pueblo, Medellín.

5. Final de un largo viaje en Buenos Aires. Bien, hemos cerrado el bucle. En Buenos Aires

comenzamos, y aquí acabamos nuestro viaje. Nos hemos movido a través de 7 siglos y hemos

recorrido más de 50.000 Km. Y sin embargo, hemos tocado una mínima parte de los territorios en los

que la presencia de España fue decisiva.

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Nuestro viaje

Nuestra nación ha sido una de las grandes potencias del mundo. Envidio a otras grandes naciones

que celebran con orgullo sus victorias y con dignidad y honor sus derrotas y espero que superemos

nuestros complejos y recuperemos el orgullo que nos distinguió en otras épocas.