coco, inés y blanca, una historia de amistad
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Editado por eMe Comunicación y CuentosDiciembre 2016
Coco, Inés y Blanca: una historia de amistadRedacción y revisión: Mireia Corachán
Autora: Paloma Tormo MontagudIlustración y maquetación: Kris Varela
Este cuento está hecho a medida para Inés y Blanca.
Redactado e ilustrado especialmente para ellas porque, aunque se han portado muy bien,
deben aprender a compartir. Encargado con mucha ilusión
a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente por sus papás José y Paloma.
Había una vez dos hermanas que se querían muchísimo y se divertían a lo grande jugando juntas. Vivían con sus papás, José y Paloma, y les encantaban los animales y viajar en coche todos juntos para conocer playas y parques de atracciones.
La mayor de las hermanas se llamaba Inés y tenía 6 años.
Aunque ambas se sentían afortunadas de tener una compañera de juegos, muchas veces acababan peleándose por los juguetes, ya que siempre querían jugar con el que en ese momento tenía la otra.
La pequeña era Blanca y acababa de cumplir los 4 añazos.
Uno de tantos días en los que Inés y Blanca estaban jugando juntas, discutieron porque una no quería dejarle su juguete preferido.
Entonces Inés se enfadó muchísimo y tomó una decisión que iba a pesar a las dos hermanas durante años: Inés decidió no jugar nunca más con ella.
Crecieron separadas, sin apoyarse la una en la otra y aunque ambas estaban tristes ninguna daba su brazo a torcer.
Blanca le quitó a Inés su muñeco Coco y lo escondió para que no pudiera jugar.
¿Lo recordáis?
Pasó el tiempo y las niñas se hicieron mujeres.
Cada una se independizó y se marchó a vivir a su propia casa.
Por la noche, cuando nadie las veía, se entristecían recordando los viejos momentos de alegría que habían compartido de pequeñas,
cuando intercambiaban su Barbie preferida o su muñeco Coco.
Coco (conocido como Grover en inglés y Archibaldo en Latinoamérica) es uno de los personajes más populares creados por Jim Henson. Aparece en el programa de Barrio Sésamo (Plaza Sésamo en Latinoamérica) y es muy conocido por sus esfuerzos para enseñar a los niños lo que es lejos y lo que es cerca, para lo cual recurre a alejarse y acercarse sucesivamente a la cámara a la carrera hasta que cae agotado al suelo.
¿Sabías qué..?
Inés se convirtió en una exitosa veterinaria amante de los animales. Como le gustaban tanto los perros, tenía un Dálmata, un Bulldog con la carita arrugada, y otro más pequeñito que era un Chihuahua… Tres perros ni más ni menos.
El bulldog o bulldog inglés —en inglés: English
Bulldog— es una raza canina originaria de Gran
Bretaña, que inicialmente fue utilizada para
apostar en peleas de perros durante el siglo
XVII, aunque en 1835 esta práctica fue
prohibida en Reino Unido. En la actualidad
este perro es uno de los símbolos de Inglaterra.
El bulldog es una raza que se caracteriza por
tener gruesos hombros y una cabeza grande en
proporción a su cuerpo. Por lo general gruesos
pliegues de piel en su frente, seguidos de unos
negros, redondos y grandes ojos. Tiene un hocico
corto con pliegues por encima de la nariz, con
una papada colgante bajo el cuello, junto con
unos labios caídos y unos dientes
puntiagudos. Su pelaje es corto, liso
y elegante con colores rojo, beige,
blanco,o atigrado.
¿Sabías qué..?
El dálmata es una raza canina que debe su nombre a la histórica región de Dalmacia. Su característica principal es su singular pelaje moteado de color negro o hígado. Al nacer, las crías carecen de manchas, las cuales van apareciendo por todo su cuerpo durante el primer año de vida. La hiperu-ricemia es común entre los dálmatas, por lo cual suelen ser considerados los únicos mamíferos uricotélicos. Otro rasgo de origen genético propio de la raza es su alta predisposición a la sordera.Se utilizó para hacer compañía a los carruajes de la aristocracia, ya que era un símbolo de estatus para la nobleza que un perro de este tipo corriera junto a los caballos que tiraban de su carruaje. Sin embargo, antes de ser empleado por los aristócratas en Inglaterra, se estima que acompañaba a los carruajes sirviendo como perro guardián.
El chihuahueño (también denominado
chihuahua fuera de México) es una raza de
perro originaria de México. Recibe su nombre
del estado mexicano de Chihuahua, lugar donde
fue descubierto. A diferencia de la creencia que
existe en algunos países de que el perro le dio el
nombre al estado, la palabra Chihuahua significa
‘lugar árido y arenoso’ en la lengua del pueblo
rarámuri. Aunque es conocido en muchos lugares
fuera de México como chihuahua, el nombre
oficial de la raza es chihuahueño y es
considerado la raza de perro más pequeña del
mundo. Chihuahua es el nombre comúnmente
adoptado en Estados Unidos para la
raza, debido a que en el inglés no
existe la letra ni sonido de la “ñ”.
¿Sabías qué..?
¿Sabías qué..?
En cambio, a Blanca le gustaban los gatitos, y tenía uno de color blanquito muy mono, de nombre Pink.
El gato común europeo, como su nombre indica, es originario de Europa. Fue reconocido como raza el 1 de enero de 1983. Es fuerte, tiene un sólido sistema inmunológico y se adapta fácilmente a cualquier ambiente.
Blanca pasaba mucho tiempo con Pink, dormían juntos, veían la tele en el salón mientras él ronroneaba tumbado entre los brazos de su ama…En sus ratos de actividad jugaban mucho juntos, con ovillos de lana y pelotitas.
¿Sabías qué..?
Un día jugando con el gatito, se cayó desde la ventana y se rompió una patita. No podía caminar, pero Blanca no quería acudir a ver a su hermana a que le curara la pata a Pink.
Inés sanó al gatito Pink enfermo de su hermana, que se recuperó totalmente y volvía a ser el mismo gatito juguetón de siempre. Blanca estaba tan agradecida porque Inés había salvado a su gatito que recapacitó. Llegó a la conclusión de que la mejor forma de pagarle era pidiéndole perdón por lo que sucedió en el pasado.
Finalmente decidió ir a casa de Inés porque observó como la patita cambiaba de color y empeoraba. Si no lograba curarse, nunca más podría volver a caminar.
Inés se emocionó mucho y con lágrimas en los ojos exclamó:- ¡No quiero estar peleada contigo nunca más!En ese preciso instante Blanca le guiñó un ojo y sonrió mientras sacaba de su bolsillo el gastado juguete que le había escondido de pequeña.- Ha llegado el momento de que compartamos y volvamos a jugar juntas.
Sin pensarlo dos veces corrió a abrazar a su hermana, que lejos de rechazarla abrió bien los brazos para recibirla. Las caras de ambas cambiaron y el color tiñó sus caras llenándolas de alegría. Los ojos brillantes y una gran sonrisa reflejaban en sus rostros la felicidad completa que estaban experimentando.
Desde entonces, nunca más se enfadaron. Muchos días se juntaban con los perritos de Inés y el gatito de Blanca y jugaban con los animales como buenas hermanas que eran, compartiendo desde entonces todas las cosas. Sus padres José y Paloma estaban orgullosos porque aunque a veces las cosas llevan su tiempo, por fin sus hijas habían comprendido la importancia del amor entre hermanas y ahora toda la familia podía disfrutar de esta alegría y volver a viajar juntos como siempre. Ese mismo fin de semana, Inés, Blanca, sus mascotas y sus padres fueron a celebrar la reconciliación a Algemesí con la abuela y los tíos.
Fue tan celebrado que hasta vino a verlas la otra abuelita y les preparó un arroz con tomate delicioso, como siempre. Todos tomaron un helado de postre y las hermanas estuvieron después pintando juntas algo muy simbólico que después colgaron en la casa de la abuela.
Aquel juguete se convirtió en un símbolo que les recordaba que más allá de las diferencias, lo más importante era dejar que prevaleciera el amor. Y todos cuidarían con cariño al muñeco Coco y mirarían su alegre cara en aquel retrato que descansaba en la pared del comedor de casa de la abuelita.