cómo llegó la habana a convertirse en una gran ciudad

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Cómo llegó La Habana a convertirse en una gran ciudad Armando Rodríguez Ruidíaz

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Ensayo sobre el desarrollo de la ciudad de La Habana desde el Siglo XVI al XIX. Essay about the development of the city of Havana from the 16th century to the 19th century.

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Cómo llegó La Habana a convertirse en una gran ciudad

Armando Rodríguez Ruidíaz

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2 Cómo llegó La Habana a convertirse en una gran ciudad

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Descubierta por Cristóbal Colón durante su primer viaje, el 27 de octubre de

1492, la isla de Cuba fue llamada Juana en honor al primer hijo varón de los reyes

católicos, Isabel y Fernando.

Durante casi 300 años, desde el siglo XVI al XVIII, la colonia de Cuba tuvo una

señalada importancia para España debido a que fue el punto de encuentro donde se

reunían todas las naves españolas que participaban en el comercio con Las Américas. Los

barcos, que partían de Sevilla, seguían una ruta preestablecida llamada “Carrera de

Indias”, con el propósito de protegerse contra posibles ataques de piratas y corsarios. Una

vez recopilados los bienes y mercancías que serían transportados de regreso, las flotas

españolas se reunían en La Habana, donde permanecían de dos a tres meses antes de

partir hacia España de nuevo.1 Es por eso que el puerto habanero fue considerado como

Llave del Nuevo Mundo y Antemural de las Indias Occidentales, según consta en una

cédula real de 1634.2

Por supuesto que las ciudades de La Habana y Santiago de Cuba se beneficiaron

grandemente del trasiego comercial y de su condición de proveedoras de bienes y

servicios a las flotas españolas. Particularmente La Habana, en su privilegiada condición

de Llave del Nuevo Mundo, creció y se transformó tomando como base las zonas

relacionadas con el puerto y los astilleros, donde se construyeron navíos de la más alta

calidad para la armada española desde el siglo XVI.

Puerto de la Habana en el siglo XVIII.

La larga estadía de las flotas, compuestas por más de mil personas, en el puerto habanero

propició la creación de una importante infraestructura dedicada a su servicio. Podemos

afirmar que la vida socio-económica de la ciudad se movía al ritmo que le imprimía la

1Lucena Salmoral, Manuel: Organización y defensa de la Carrera de Indias, Edición original: 2003, Edición en la

biblioteca virtual: Noviembre, 2005, Consultado: Agosto 25, 2010,

http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/lucena/orgca/indice.htm.

2 Sorhegui, Arturo: La trascendencia de la legislación en la evolución del puerto de la habana (1520 –

1880,. Consultado: Agosto 25, 2010, http://www.estudiosatlanticos.com/aehe_files/Arturo_Sorhegui.pdf.

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presencia de las flotas. Los habaneros debían proporcionar hospedaje, abastecimientos

para la estancia y el avituallamiento, la construcción y el carenado de los navíos,

protección contra posibles ataques, así como también solaz y entretenimiento para los

marinos y soldados.3

Plaza vieja de La Habana en el Siglo XVIII.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII la situación económica y social de la isla sufre

un cambio drástico. Sostenida hasta ese momento por una economía de subsistencia y

sujeta a numerosas restricciones comerciales por la metrópoli española, Cuba se dirige

entonces por un sendero de desarrollo, encaminado al establecimiento de una economía

basada en el cultivo extendido de diversos productos destinados a la importación, como el

azúcar de caña, el tabaco y el café. Ese cambio es impulsado por dos factores, la toma de

la Habana por la corona inglesa en 1762, y el reinado de los Borbones en España.

Entrada de la flota inglesa en el puerto de La Habana.

3 Sorhegui. La trascendencia de la legislación en la evolución del puerto de la habana (1520 – 1880).

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4 Cómo llegó La Habana a convertirse en una gran ciudad

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Al tomar el control de La Habana, los ingleses dispusieron inmediatamente el libre

comercio con Inglaterra y sus colonias, lo que dio lugar a que durante el año que duró la

dominación inglesa llegaran a La Habana más de setecientos barcos con toda clase de

mercancías, una gran diferencia en comparación con los cinco o seis que entraban durante

el gobierno español. En ese período de tiempo los cubanos pudieron vender y comprar

libremente a precios razonables, lo que les proporcionó una ganancia sustancial.4

Cuando Cuba retorna al dominio español en 1763, las regulaciones relativas al comercio

se mantienen en un nivel de tolerancia mucho más amplio que el existente antes del

control inglés, y esa situación facilita el fortalecimiento de la economía. También en esa

época la capitanía general adquiere mayor importancia y eficiencia, son asignadas más

tropas españolas a la isla y se crean las milicias locales. En cuanto a La Habana, la

industria azucarera se beneficia por un notable incremento de la mano de obra esclava

traída por los ingleses, y los astilleros, que habían sido parcialmente destruidos durante la

toma de La Habana, son reconstruidos y mejorados.5 En las últimas décadas del siglo

XVIII, Cuba emprendió una profunda transformación que la convertiría en el mayor

exportador de azúcar del mundo en esa época.6

Según Julio Le Riverend,

durante el último tercio

del siglo XVIII La

Habana “se transforma

radicalmente: de plaza

fuerte se cambia en urbe

comercial e industrial, de

escala y tránsito deviene

solar de arraigo y

tradición; del grupo de

casas y bohíos en torno a

la Plaza de Armas, nacen

mansiones y palacios

que se alinean en

numerosas calles y no Teatro Principal, del Coliseo o de La Alameda.

caben dentro de La Habana Vieja… La Habana adquiere la categoría de acontecimiento

fundamental dentro de la historia de la región: va dominar en todo el territorio como

4 Ramiro Guerra: Historia elemental de Cuba. Capítulo XIII, Consultado: Agosto 25, 2010,

http://www.guije.com/libros/historia01/c13/index.htm.

5 Naranjo Orovio, Consuelo y González-Ripoll, María Dolores: Perfiles del crecimiento de una ciudad,

Dptos. de Historia de América e Historia de la Ciencia, Centro de Estudios Históricos (CSIC), Madrid,

Consultado: Agosto 25, 2010, http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=555907

6 Maluquer de Motes, J: Nación e Inmigración. Los españoles en Cuba (siglos XIX y XX), Gijón 1992

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dueña y señora.”

Entre los gobiernos del Marqués de La Torre y Luis de Las Casas (1771 a 1796) se

construyen nuevas fortalezas como La Cabaña, El Príncipe y Atarés, los fuertes de La

Chorrera y Cojímar, y el Torreón de San Lázaro. Nace la Plaza de Armas, la cual

contenía el Palacio del Segundo Cabo y el de Los Capitanes Generales, y se procede a la

instalación de la Parroquia Mayor, que posteriormente pasa a ser la Catedral de La

Habana. Entre 1792 y 1794 se edifica el Teatro Principal, también llamado del Coliseo o

de la Alameda, la Casa de Beneficencia y la Alameda de Paula.7

Durante el siglo XIX

continúa el extraordinario

desarrollo comercial que

había comenzado en el

XVIII, y aumenta

notablemente la emigración

de trabajadores

provenientes de las

regiones del norte de

España, principalmente

Galicia y Asturias.

Los emigrantes,

generalmente de origen Emigrantes gallegos.

muy humilde, llegaban para realizar trabajos de menor categoría, y a base de enorme

esfuerzo y dedicación lograban alcanzar una mejor situación económica y social. Los que

tenían mayor éxito traían en ocasiones a miembros de su familia o amigos con el

propósito de hacerles compañía y ayudarles en el trabajo. A continuación citamos un

fragmento de una carta de Tomás Trueba, residente en la Habana, que escribe en 1829 a

su primo en Santander:

“Estimado primo: con fecha de 15 de diciembre ultimo te escribí anunciándote me

mandases a tus dos hijos y mis sobrinos, el mayor para tenerle a mi lado en la ayuda de

mi giro porque mi salud quebrantada no permite tareas afiladas y el otro para darle un

destino que le ofrezca mayores ventajas que las que promete ese país miserable

(refiriéndose a España)…”.8

7 Sorhegui, La trascendencia de la legislación en la evolución del puerto de la habana (1520 – 1880).

8

Archivo General de Indias. Sección Indiferente General, legajo 2149. Carta privada 1829.

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6 Cómo llegó La Habana a convertirse en una gran ciudad

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Puerto de La Habana en el Siglo XIX.

A mediados del siglo XIX, un emigrante asturiano, Antonio de las Barras, expresaba la

siguiente opinión sobre la ciudad de La Habana:

“Llegué a esta capital

preocupado, con la idea que

vamos todos los españoles de que

este país esta por civilizar, y no

fue poca mi sorpresa cuando me

encontré con una hermosa ciudad

que nos llevaba cincuenta años

de ventaja en toda clase de

adelantos”… y añadía, “En

general el ornato público está

muy bien atendido en la Habana,

sus principales calles y vías de

comunicación se han adoquinado

y los paseos y jardines se

conservan con esmero. Las calles terrizas, que se estropean con las lluvias torrenciales y

el gran paso de los carruajes, van siendo cada vez en menor número. El extranjero que

llega a esta población no echa de menos en ella nada de lo que constituye un pueblo

civilizado. Buen teatro, el de Tacón, tal vez el mejor de América, buenos cafés como el

de la Dominica,

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Escauriza y el Louvre.

Restaurantes, circos

lujosos y elegantes

como el Chiarini y el de

Nixon, en los que

mucha parte del año

hay espectáculos,

bailes, exhibiciones

diversas de fieras,

fenómenos de la

naturaleza y panoramas

gigantescos. En fin,

todo lo que puede exigir

un pueblo adelantado en

cuanto a diversiones y

distracciones se Puerta de Montserrate. La Habana, Siglo XIX.

encuentran en la Habana con profusión, con esplendidez y grandeza, en los cuatro meses

frescos del año, es decir de noviembre a febrero”.9

Palacio de los Capitanes Generales, Plaza de Armas. La Habana, Siglo XIX.

© por Armando Rodríguez Ruidíaz, 2013. Todos los derechos reservados.

9 De las Barras y Prado, Antonio: La Habana a mediados del siglo XIX. Memorias de Antonio de las

Barras y Prado, Madrid 1926