Octubreazulclarito

Ha venido mi tormento en lo más oscuro de la noche,

como si fuera una estrella naranja en el horizonte.

Y le dije: tú me has iluminado, mi gran huésped,

pero… ¿no has temido a los guardianes de los caminos?

Y ella me respondió con lágrimas en sus ojos,

quien cabalga por el mar, no tiene miedo

de hundirse.

Ibn Al-Jatib

Quedan aquí reflejadas las palabras de las miradas

de unos guerreros tan valientes que tenían miedo

de que esa vez la despedida

fuera de verdad.

No sé que día, de que mes, ni de que año

No recuerdo el tiempo físico, pero recuerdo lo más importante;

Como me sentía, que día hacía y

como olía tu cuello.

Entré a tu vida como un ladrón, con todas las luces apagadas,

con el flash del móvil activo, golpeándome con toda tu inocencia

El viento iba termoregulandome, ya que cumplías la norma de:

que por cada mirada mi temperatura aumentava

un grado centígrado. Y es que no parabas de

buscarme, moviendo hipnóticamente

las pupilas.

Nos sentamos en la arena, contando historias

que no nos importaban, mientras nos íbamos

hundiendo el uno en el otro

- Coffee time

Permanezco sentado

donde tu solías hacerlo, tu espera es equivalente

a la cola para comprar el café de la 01:00 AM en una noche

de exámenes.

Eligiendo mi cortado apareces entre las mesas

pintarrajeadas con promesas de amor finitas.

Presiono +5 en la opción de azúcar, que más da ya mi cuerpo

si contigo mi mente vuela.

Se me derraman todas las caricias que poseo pero mantengo firme el café

por el que he tenido tanto que esperar.

Me balanceé por tus labios mientras iba cayendo la ropa al suelo, con los ojos cerrados memoricé todas las curvaturas de tu cuerpo.

Caímos uno sobre el otro al mismo tiempo que se cerraba la persiana, había tanta luz en esa oscuridad.

Jugué al escondite entre todos los recovecos de tu cuerpo y acabé encontrándome a mi

Nos odiaban los árboles, por consumir con nuestra llama todo el oxígeno que habían producido. Cuatro perdidas teníamos del CERN, se habían acelerado partículas y no a causa de sus experimentos.

Tu ombligo era la entrada al mundo y yo tenía dos opciones; Descender como por un tobogán o tirarme de cabeza.

Tu respiración entrecortada me partía en siete trozos, y después me recomponía en tu pecho.

El éxtasis siempre envidiará el momento en el que de un escalofrío mi sistema nervioso quedó obsoleto.

Adiós, muy buenas.

Al final lo único que te queda es el poder inventarte que habría pasado

si la puerta hubiera estado atrancada y no hubieras podido salir por ella.

Me he inventado tu nombre, tu forma de caminar, tus labios carnosos y la manera de tu mirar.

No me queda ya nada por tergiversar, ya que tu reír era cierto, al igual que tu pensar, o no sé,

eso llegué a creer tras tantas noches soñando entre tus brazos poder estar,

Al fin y al cabo solo me queda la idea, la idea de tu y yo,

ideando ideales de nuestro ideado mundo ideal, ideando conciertos que nunca pudimos tocar,

ideando caricias que nunca jamás provocaran escalofríos, ideando discusiones que nunca podré ganar

e ideando la muerte;

La muerte, que nunca nos separará.

Autor: Octubreazulclarito Imágenes: Google Imágenes.