comunidad de madrid | - 20/20 consejero de sanidad 23.01.20 … · 2020-02-17 · Úlcera bucal...
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DICTAMEN del Pleno de la Comisión Jurídica Asesora de la
Comunidad de Madrid aprobado por unanimidad en su sesión de 23
de enero de 2020, emitido ante la consulta formulada por el consejero
de Sanidad al amparo del artículo 5.3 de la Ley 7/2015, de 28 de
diciembre, en relación con la reclamación formulada por Dña. ……, (en
adelante “la reclamante”) por los daños y perjuicios derivados de un
supuesta error de diagnóstico de unos abscesos amigdalinos en el
Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Severo
Ochoa (HUSO).
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- La reclamante presentó el 3 de octubre de 2017 en el
registro electrónico del Servicio Madrileño de Salud un escrito en el
que formula una reclamación por la atención sanitaria prestada en el
HUSO.
El 18 de octubre de 2017 la jefe de Área de Responsabilidad
Patrimonial y Actuaciones Administrativas dirige un escrito a la
reclamante solicitando que concrete los daños y la cuantía económica
indicando los criterios que utilice para ello acompañando cuanta
documentación considere necesaria.
Dictamen nº: 20/20
Consulta: Consejero de Sanidad
Asunto: Responsabilidad Patrimonial Aprobación: 23.01.20
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Afirma que el escrito presentado no lo ha sido por medios
electrónicos por lo que debe presentarlo conforme exigen los artículos
14 y 68 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas (LPAC).
Consta que la reclamante presentó el escrito de forma telemática
el 9 de noviembre de 2017.
En el citado escrito expone que el 5 de abril de 2014 acudió a
Urgencias del citado hospital por un fortísimo dolor de garganta que le
afectaba al oído, siendo ingresada y dada de alta el día 8 de abril con el
diagnostico de flemón amigdalino derecho.
El 19 de abril acudió nuevamente a Urgencias con los mismos
síntomas siendo ingresada y dada de alta el 29 de ese mes con el
diagnóstico de absceso periamigdalino derecho recurrente.
Acudió de nuevo el día 6 de mayo de 2015 recibiendo el alta al día
siguiente con el diagnóstico de úlcera bucal.
Nuevamente acude el 20 de septiembre de ese año siendo dada de
alta con el diagnóstico de amigdalitis aguda. Acude otra vez el 2 de
diciembre recibiendo el alta el 9 de diciembre y con la recomendación
de inclusión para amigdalectomía. De nuevo acude a Urgencias el 5 de
enero de 2016 con alta el 11 de enero.
El 24 de febrero de 2016 ingresa para amigdalectomía
programada que se suspende al presentar amigdalitis pultácea en
tratamiento con spectracef.
Ingresa para la realización de esa intervención el 8 de marzo y se
realiza al día siguiente siendo dada de alta el 11 de marzo. Se realiza
un estudio histológico informado como amigdalectomía bilateral con
hiperplasia linfoide reactiva inespecífica. Constan los documentos de
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consentimiento informado de Anestesia y de Otorrinolaringología (ORL)
(folios 97-104, 360-361)
Pese a ello tuvo que acudir a Urgencias por los mismos problemas
los días 12 de marzo (alta el 16 de marzo) y 21 de marzo.
El 22 de julio de 2016 se le realizó un TAC de cuello que muestra
hallazgos sugerentes de proceso inflamatorio-infeccioso del pilar
amigdalino derecho con pequeño absceso de 7 mm.
El 29 de julio acudió a consulta externa de Otorrinolaringología
(ORL) diagnosticándose absceso periamigdalino derecho en paciente
amigdalectomizada.
El 10 de agosto de 2016 acudió al Servicio de Cirugía Maxilofacial
del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles donde se le
recomendó la extirpación de las 4 muelas del juicio que se programó
para el 10 de octubre, indicándose que los cordales inferiores
presentaban pericoronaritis.
El 8 de septiembre de 2016 se realizó una resonancia magnética
por indicación del Servicio de ORL del HUSO a raíz de la cual se le
indicó que debía ser intervenida de nuevo. La reclamante les indicó
que tenía programada la extracción de cordales y que podía tener
relación con los abscesos pero se le indicó que debía ser intervenida lo
antes posible por lo que se programó para el 5 de octubre debiendo
suspender la extracción de las muelas.
El 5 de octubre se realizó la exéresis de resto amigdalar y apertura
de absceso amigdalino siendo dada de alta el 13 de octubre.
El 3 de noviembre acudió a un centro privado odontológico por
fuerte dolor e inflamación en la parte derecha del maxilar. Se realizó
una ortopantografía que mostró una gran caries tenebrante con
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afectación pulpar en pieza impactada, por lo que fue remitida a un
Servicio de Cirugía Maxilofacial debiendo acudir lo antes posible.
El 7 de noviembre de 2016 acudió a Urgencia del HUSO por el
citado dolor y fue dada de alta con remisión a Maxilofacial.
Fue citada a consulta del Servicio de Cirugía Maxilofacial del
HUSO el 17 de noviembre de 2016. Por ello la reclamante decidió
acudir a un centro privado donde el 11 de noviembre le fueron
extraídas dos muelas del juicio y el 13 de enero de 2017 otras dos. En
los informes consta que presentaba pericoronaritis con exudado
purulento en zona 4.8 y radiológicamente se observaba retención
dentaria de piezas 1.8, 2.8, 3.8 y 4.8.
El 29 de noviembre acudió a revisión al Servicio de ORL del HUSO
indicando que desde la extirpación de las muelas estaba asintomática
por lo que “pensaba” que los abscesos se debieron a las muelas del
juicio. El Servicio de ORL hizo constar en el informe “seguir consejos
maxilofaciales”.
Según la reclamante tras la extirpación de las muelas ha dejado
de tener abscesos pero las intervenciones realizadas por el Servicio de
ORL le han producido un abombamiento en la región posterior del
paladar blando derecho del que, cada cierto tiempo, le sale un líquido
amarillo y fétido.
Considera que de todo ello se desprende un error de diagnóstico
inicial con infracción de la lex artis ya que debería haberse descartado
la existencia de problemas con las muelas del juicio especialmente en
la segunda cirugía cuando ya tenía programada la extracción de las
muelas del juicio.
Solicita una indemnización de 120.000 euros y que como pruebas
se incorpore la historia clínica, se recabe declaración testifical de los
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facultativos que le prestaron asistencia sanitaria y se emita informe
por la Inspección Sanitaria.
Designa a un abogado colegiado a los efectos de notificaciones y
aporta copia de su DNI y diversa documentación médica.
SEGUNDO.- En relación con el contenido de la reclamación, la
consulta del expediente administrativo al que se han incorporado la
historia clínica del HUSO, del Hospital Universitario Rey Juan Carlos y
del Hospital 12 de Octubre ha puesto de manifiesto los siguientes
hechos.
El 5 de abril de 2014 la reclamante, nacida en 1991, acudió al
HUSO al presentar un cuadro de “Flemón Periamigdalino”. Con ese
diagnóstico ingresó al día siguiente. Al no mejorar tras realización de
drenaje se efectuó un TAC el 7 de abril que mostró “Absceso
amigdalino/periamigdalino derecho de aproximadamente 3,3 cm de
diámetro máximo”. Recibe el alta el 8 de abril de 2014.
En fecha 19 de abril de 2014 la reclamante acudió a Urgencias del
HUSO al presentar una tumefacción en pilar anterior derecho con
inflamación y caseum en amígdala derecha. Se decide de nuevo el
drenaje sin salida de contenido purulento en la zona del flemón e
ingresa de forma urgente para tratamiento con antibiótico y
antiinflamatorios. Con diagnóstico de “Absceso periamigdalino derecho recurrente” recibe el alta en fecha 29 de abril.
El 6 de mayo de 2015 acudió a Urgencias de HUSO al presentar
una odinofagia de aproximadamente un día de evolución. Se le pautó
el tratamiento correspondiente haciéndose constar como juicio clínico
el de “Úlcera bucal (Afta)”.
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En fecha 20 de septiembre de 2015 la reclamante acudió al HUSO
al presentar un cuadro de “odinofagia” pautándose tratamiento y
emitiéndose un juicio clínico de “amigdalitis aguda”.
En fecha 2 de diciembre de 2015 acudió al Servicio de Urgencias
de HUSO al presentar “Disfagia. Antecedentes de absceso o flemón periamigdalino derecho, odinofagia y fiebre desde ayer. No tto
antibiótico. Tolera líquidos. Hoy acude por trismus y disfagia absoluta.
Las pruebas complementarias muestran: “Amigdalitis aguda con exudado pultáceo predominante en lado derecho. Abombamiento de
paladar blando y desplazamiento de la amígdala a línea media. Trismus
importante”.
Se procede al ingreso por sospecha de absceso periamigdalino
derecho se decide y se efectúa drenaje extrayendo 2 cc de contenido
purulento. Una vez resuelto el absceso recibe el alta el 9 de diciembre
de 2015 con la recomendación de inclusión para amigdalectomía.
El 4 de enero de 2016 la reclamante acudió a Urgencias del HUSO
al aquejar “Disfagia”. Con el diagnóstico de absceso periamigdalino
derecho se decidió el ingreso con drenaje de 2 cc de contenido
purulento. Se pauta tratamiento intrevenoso y obtiene de Anestesia la
conformidad para cirugía. Recibe el alta el 11 de enero de 2016.
El 24 de febrero de 2016 ingresó en el Servicio de ORL del HUSO
para cirugía programada de amigdalectomía pero se suspende al
presentar una amigdalitis pultácea en tratamiento con Spectracef y se
programa de nuevo en 15 días.
Ingresa en el Servicio de ORL del HUSO el 8 de marzo de 2016
siendo intervenida quirúrgicamente de amigdalectomía al día siguiente.
El estudio anatomopatológico realizado ofreció un diagnóstico de
“amigdalectomía bilateral con hiperplasia linfoide reactiva inespecífica”.
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El 12 de marzo de 2016 acudió a Urgencias del HUSO al
presentar “Trismus, odinofagia y disfagia severa. No fiebre. No mejoría
con paracetamol y enantyum oral”. Permanece ingresada en el Servicio
de ORL del HUSO hasta el día 16 de marzo de 2016 indicándosele que
debía acudir a Urgencias en fecha 21 de marzo de 2016.
Ese día se apreció que el lecho amigdalino presentaba buen
aspecto y se decidió reducir la analgesia.
El 22 de julio de 2016 se realizó un TAC de cuello que
mostróhallazgos sugerentes de proceso inflamatorio infeccioso del pilar
amigdalino derecho con pequeño absceso de 7 mm.
Acude el 29 de julio de 2016 a las Consultas Externas de ORL de
HUSO al presentar “absceso periamigdalino anterior derecho en paciente operada de amigdalectomía”. Se realiza incisión con drenaje
de abundante material y mejoría del trismus.
En fecha 10 de agosto de 2016 es valorada en el Servicio de
Cirugía Maxilofacial del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de
Móstoles de su cuadro de “dientes incluidos” y se decide “exodoncia de
4 cordales en 2 sesiones”.
El 8 de septiembre de 2016 se procedió a realizar una resonancia
con protocolo de cuello que ofreció una imagen compatible con absceso
amigdalino de 23,1 mm en el lado derecho, bien delimitado, con
adenopatías reactivas cervicales altas ipsilaterales.
El 5 de octubre de 2016 es intervenida en el Servicio de ORL del
HUSO efectuándosele “exéresis de resto amigdalar. Apertura del absceso peramigdalino” con alta el 13 de octubre de 2016. El estudio
anatomo-patológico fue informado como “Resto amigdalar derecho:
Tejido amigdalar sin alteraciones histológicas relevantes”.
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El 7 de noviembre de 2016 la reclamante acudió al Servicio de
Urgencias del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles al
presentar desde una semana antes odontalgia de predominio derecho
en relación con cordal final. Se hace constar que había sido indicada
para extracción de cordales pero que se ha retrasado por intervención
de amígdalas por lo que es citada de nuevo para el día 17 de noviembre
de 2016.
La reclamante decidió acudir a un centro odontológico privado
donde el 11 de noviembre de 2016 se procede a la exodoncia de las
piezas 1.8 y 4.8 y el 13 de enero de 2017 a la de las piezas 2.8 y 3.8.
El 29 de noviembre de 2016 fue valorada en Consultas Externas
de ORL del HUSO apreciándole el lecho amigdalar derecho algo
inflamado y se recomendó seguir “consejos maxilofaciales”.
En fecha 21 de septiembre de 2017 la reclamante acudió al
Servicio de Urgencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid “por volver
a notar estar deglutiendo un líquido maloliente, sensación de ocupación
faríngea, sin fiebre, le recuerda a episodios previos de absceso periamigdalino”.
Se diagnosticó como “colección orofaríngea a estudio” y se pautó
amoxicilina/ácido clavulánico.
Con fecha 27 de noviembre de 2017 ingresó de modo programado
en el Servicio de ORL en donde se le efectuó “bajo anestesia general
apertura cavidad absceso, toma de muestras para estudio AP y marsupialización cavidad”. Recibió el alta hospitalaria ese mismo día.
El estudio histopatológico se informó como: “A y B.- Biopsias de
amígdala con hiperplasia linfoide reactiva. C.- Biopsia de pilar anterior con inflamación aguda y crónica”.
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TERCERO.- A raíz de la formulación del escrito de reclamación se
ha instruido el correspondiente procedimiento de responsabilidad
patrimonial y se han solicitado los informes que se consideraron
pertinentes, de los que se destacan los siguientes particulares.
El 29 de enero de 2018 la jefe de Área de Responsabilidad
Patrimonial y Actuaciones Administrativas dirige un escrito a la
reclamante indicando que ha de acreditar que ha otorgado su
representación al abogado al que designa para la recepción de
notificaciones.
Por escrito en cuya presentación telemática en la Comunidad de
Madrid no consta fecha alguna (folio 88) se aporta una justificación
notarial de apoderamiento de la reclamante (poder para pleitos) a favor
de varias personas. La justificación permite que la Administración
obtenga una copia del poder mediante un código seguro de verificación
(folio 90).
No consta en el expediente remitido a esta Comisión copia de
poder alguno.
Consta un informe sin fecha (folios 458-459) del Servicio de ORL
del HUSO en el que se describe la asistencia prestada a la reclamante
y se recogen una serie de conclusiones: a) la reclamante fue tratada
con arreglo a la lex artis ya que el diagnóstico fue de absceso
periamigdalino al presentar absceso unilateral en región
periamigdalina y paladar derecho de carácter repetitivo e infeccioso
con episodios de amigdalitis recurrentes; b) dicho diagnóstico exige la
realización de una amigdalectomía y el drenaje de las zonas con
absceso para evitar complicaciones mayores; c) a lo largo de dos años
la reclamante no ha presentado molestias de patología maxilofacial; d)
se ha buscado la etiología de su sintomatología infecciosa mediante
TAC y resonancia que no han aportado sospecha de otras causas; e) la
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reclamante puede haber tenido dos procesos concomitantes, tanto el
absceso periamigdalino como una pericoronaritis que evolucionan de
forma paralela pero no necesariamente sinérgica. De hecho, la
reclamante ha presentado pericoronaritis en el resto de las piezas
intervenidas pero solo ha presentado absceso en la fosa amigdalina
derecha.
El 19 de junio de 2018 emite informe la Inspección Sanitaria,
Tras exponer la atención prestada a la paciente y una valoración
de los hechos, destaca que:
-Se considera plenamente acreditada la existencia de absceso
periamigdalino en el cuadro clínico que presentaba la reclamante.
-En todo momento la reclamante fue atendida en base a un
Diagnóstico de “Absceso periamigdalino” al presentar un cuadro de
absceso unilateral en región periamigdalina y paladar derecho de
carácter repetitivo e infeccioso con episodios de amigdalitis
recurrentes. Dicho diagnóstico preceptúa obligatoriamente a la
realización de una amigdalectomía y un drenaje de las zonas
abscesificadas, a fin de evitar complicaciones mayores de tipo
infeccioso de carácter loco-regional y/o general.
-En ningún momento desde el inicio (5 de abril de 2014 ) de sus
molestias consta en la historia clínica la existencia de síntomas que
hubiesen podido sugerir la existencia de un cuadro máxilofacial hasta
el 5 de octubre de 2016 cuando notifica que iba a ser intervenida
quirúrgicamente en otro centro sanitario de un cuadro de cordales
incluidos ; intervención que, además, tuvo que posponerse debido a
que presentaba sintomatología infecciosa grave, compatible con
absceso en lecho quirúrgico y pilar amigdalino y resultaba obligado
revisar el lecho amigdalino y drenar el absceso.
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-En todo momento se efectuaron las exploraciones y pruebas
complementarias (incluyendo TAC y resonancia nuclear magnética)
necesarias, no generándose en ningún momento sospechas de otras
causas etiológicas.
-Al igual que recoge el informe del Servicio de ORL, la Inspección
considera que, con toda probabilidad, la reclamante ha podido sufrir
dos procesos clínicos concomitantes, el absceso periamigdalino y una
pericoronaritis, que evolucionaron de forma paralela pero no
obligatoriamente sinérgica. De hecho la reclamante muestra
pericoronaritis en el resto de las piezas intervenidas pero solamente
presentó sintomatología de absceso en la fosa amigdalina derecha.
Concluye que la atención recibida se adecuó a la lex artis ad hoc.
El 7 de septiembre de 2018 el abogado de la reclamante solicita
una copia completa del expediente que le es remitida el 10 de octubre
de ese año.
Consta un nuevo informe del Servicio de ORL del HUSO fechado el
28 de septiembre de 2018 en el que, respecto a la existencia de restos
amigdalinos tras las intervenciones, afirma que en ningún momento en
la exploración del Hospital 12 de Octubre se alude a restos
amigdalinos.
En la intervención del 29 de noviembre de 2017 tampoco se hace
referencia a tales restos sino que se refiere a apertura de cavidad de
absceso, toma de muestras para estudio de anatomía patológica y
marsupialización de cavidad.
En el estudio de anatomía patológica se hace referencia a biopsia
de amígdalas pero refiriéndose a la localización de la muestra. En sus
resultados tampoco se alude a restos amigdalinos sino hiperplasia
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linfoide reactiva. Es más, el fragmento analizado es muy pequeño
(1,7/1,2/0,7 cm) y de existir restos amigdalares la muestra seria
mayor. Las muestras son obtenidas en el desbridamiento de un
absceso (tejido reactivo en el contexto de una infección aguda con gran
participación de linfocitos y macrófagos) lo que justifica el diagnostico
de hiperplasia linfoide reactiva.
Destaca que la evolución natural en la mayoría de las
intervenciones quirúrgicas de amigdalectomía es su colonización a
largo plazo de restos linfoideos, que o bien vienen de tejido de la
amígdala lingual por vecindad o motu propio, por pequeños restos
linfoideos intramucosos.
De todo ello se deriva que el diagnóstico de "hipertrofia linfoide
reactiva" en este caso y con toda seguridad no es secundario a un resto
amigdalar activo.
El 23 de octubre de 2018 emite informe el jefe de Servicio de ORL
del Hospital Universitario 12 de Octubre en el que relata la asistencia
prestada a la reclamante que fue intervenida el 27 de noviembre de
2017 por un absceso periamigdalino procediéndose al drenaje,
extirpación y marsupialización. Las muestras de las paredes del
absceso fueron remitidas a Anatomía Patológica correspondiendo a
tejido amigdalar. Posteriormente ha sido revisada (la última fecha el 19
de abril de 2018) sin presentar más patología.
El 6 de febrero de 2019 emite informe complementario la
Inspección Sanitaria en el que se ratifica en su anterior informe y
considera que la referencia a “Biopsia de amígdalas” que se efectúa en
el estudio anatomo-patológico del Hospital Universitario 12 de Octubre
debe entenderse en referencia a la localización de la muestra de tal
forma que en su resultado no se hace referencia a “restos amigdalinos”
sino a “hiperplasia linfoide reactiva”. Afirma que es bien conocido que
la evolución natural en la mayoría de las intervenciones quirúrgicas de
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amigdalectomía es su colonización a largo plazo de restos linfoideos y ,
en este caso, el diagnóstico de “hipertrofia linfoide reactiva” no se
considera en modo alguno secundario a un resto amigdalar activo.
El 29 de abril de 2019 se concede a la reclamante trámite de
audiencia por medio de correo certificado con acuse de recibo.
El 22 de mayo de 2019 el abogado de la reclamante presenta un
escrito de forma telemática al que acompaña las alegaciones
presentadas por Correos el 21 de mayo al no haber podido
presentarlas de forma telemática al no funcionar la web.
En dicho escrito considera que existió una mala praxis toda vez
que a pesar de dos intervenciones quedaron restos de amígdalas que
obligaron a una tercera intervención en el Hospital Universitario 12 de
Octubre y se reitera en su petición de 120.000 euros.
Finalmente, la viceconsejera de Sanidad formuló propuesta de
resolución, de 25 de noviembre de 2019, en la que propone al órgano
competente para resolver, desestimar la reclamación al no haberse
vulnerado la lex artis basándose en el contenido del informe de la
Inspección Sanitaria.
CUARTO.- El consejero de Sanidad formula preceptiva consulta
por trámite ordinario que ha tenido entrada en el registro de la
Comisión Jurídica Asesora el 17 de diciembre de 2019,
correspondiendo su estudio, por reparto de asuntos, al letrado vocal D.
Carlos Yáñez Díaz, que formuló y firmó la oportuna propuesta de
dictamen, siendo deliberada y aprobada, por unanimidad, en el Pleno
de la Comisión en su sesión de 23 de enero de 2020.
El escrito solicitando el informe preceptivo fue acompañado de la
documentación que se consideró suficiente.
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A la vista de tales antecedentes, formulamos las siguientes
CONSIDERACIONES DE DERECHO
PRIMERA.- La Comisión Jurídica Asesora emite su dictamen
preceptivo de acuerdo con el artículo 5.3.f) a. de la Ley 7/2015, por ser
la reclamación de responsabilidad patrimonial de cuantía superior a
15.000 euros y a solicitud de un órgano legitimado para ello a tenor del
artículo 18.3 del Reglamento de Organización y funcionamiento de la
Comisión Jurídica Asesora de la Comunidad de Madrid aprobado por
Decreto 5/2016, de 19 de enero (ROFCJA).
El presente dictamen se emite en plazo.
SEGUNDA.- La reclamante ostenta legitimación activa para
promover el procedimiento de responsabilidad patrimonial al amparo
del artículo 4 de la LPAC en relación con el artículo 32.1 de la Ley
40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público
(LRJSP) en cuanto es la persona que recibió la asistencia sanitaria que
supuestamente le causó un daño.
Actúa representada por un abogado que dispone de un poder al
efecto pero cuyo contenido no consta en el expediente, cuestión a la
que aludiremos posteriormente.
Se cumple, por otra parte, la legitimación pasiva de la Comunidad
de Madrid, en cuanto la asistencia sanitaria se prestó por el HUSO que
forma parte de la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid.
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Por lo que se refiere al requisito temporal, las reclamaciones de
responsabilidad patrimonial tienen un plazo de prescripción de un
año, a tenor del artículo 67.1 de la LPAC.
En este caso, la actuación sanitaria relacionada con la
reclamación finalizó con el alta hospitalaria del Hospital Universitario
12 de Octubre el 27 de noviembre de 2017 por lo que la reclamación
presentada el 3 de octubre de 2017 está dentro del plazo legal puesto
que se presentó antes incluso de la total estabilización de las secuelas.
Respecto a la tramitación del procedimiento ha de estarse a lo
establecido en la LPAC. En concreto, se solicitó el informe del servicio
al que se imputa la producción del daño conforme el artículo 81 de la
LPAC, se admitió la prueba documental aportada por el reclamante y
se evacuó el trámite de audiencia de acuerdo con el artículo 82 de la
LPAC. No se ha practicado la prueba testifical de los facultativos que
atendieron a la reclamante si bien la misma puede considerarse
sustituida por la emisión de los informes preceptivos teniendo en
cuenta, además, lo recogido en el artículo 381.4 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
Igualmente se recabó el informe de la Inspección Sanitaria.
No obstante, se han de realizar algunas precisiones sobre los
requerimientos efectuados a la reclamante por la Administración.
El artículo 14.1 de la LPAC establece que las personas físicas
pueden elegir si se comunican con las Administraciones públicas de
forma electrónica o no salvo que estén obligados a ello bien de acuerdo
con el apartado 2º de dicho precepto o bien por disposición
reglamentaria en los términos del apartado 3º.
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En el presente caso, la reclamante presentó el escrito en nombre
propio como se infiere de la primera página de la reclamación en la que
afirma comparecer bajo la asistencia letrada de un abogado y firmando
el escrito de reclamación. Por ello estaba ejerciendo su derecho a
presentar el escrito de forma física ya que lo presentaba ella y no su
abogado. De esta forma no procedía el requerimiento al abogado para
que lo presentase de forma electrónica puesto que no era este quien lo
había presentado sino la reclamante que podía presentarlo de forma
física. La cuestión no es baladí por cuanto el artículo 68.4 de la LPAC
establece que, en los casos de subsanación de la presentación
electrónica de escritos, se considerará como fecha de presentación
aquella en que se realice la subsanación lo cual puede tener
importantes consecuencias en el plazo de un año para reclamar la
responsabilidad patrimonial.
El segundo requerimiento que se efectúa es para que el abogado
acredite la representación de la reclamante. Es cierto que en el
segundo otrosí del escrito de reclamación la reclamante designa al
abogado para su “defensa y representación” pero, habiendo presentado
la solicitud la propia reclamante, podía entenderse perfectamente
sobre la base de lo dispuesto en los artículos 5.3 y 53.1g) de la LPAC
que la representación se refería a los restantes actos de trámite y por
ello se presumía conforme lo dispuesto en la ley. Por tanto tampoco era
necesario que se requiriese la representación.
A mayor abundamiento no es de recibo que, aportándose un
justificante de apoderamiento expedido por un notario que faculta a la
Administración para la obtención de una copia electrónica del poder,
no se haya descargado dicho poder e incorporado al expediente. Es
decir se pide un poder pero, posteriormente, se hace caso omiso de su
contenido.
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Esta Comisión no puede sino reprobar estas formas de tramitar
que chocan contra los derechos que asisten a los ciudadanos en el
procedimiento administrativo.
TERCERA.- El instituto de la responsabilidad patrimonial de la
Administración, que tiene su fundamento en el artículo 106.2 de la
Constitución y su desarrollo en la actualidad tanto en la LPAC como en
la LRJSP, exige, según una constante y reiterada jurisprudencia, una
serie de requisitos, destacando la sentencia del Tribunal Supremo de
28 de marzo de 2014 (recurso 4160/2011) que es necesario que
concurra:
a) La efectiva realidad del daño o perjuicio, evaluable
económicamente e individualizado en relación a una persona o grupo
de personas.
b) Que el daño o lesión patrimonial sufrida por el reclamante sea
consecuencia del funcionamiento normal o anormal -es indiferente la
calificación- de los servicios públicos en una relación directa e
inmediata y exclusiva de causa a efecto, sin intervención de elementos
extraños que pudieran influir, alterando, el nexo causal.
c) Ausencia de fuerza mayor.
d) Que el reclamante no tenga el deber jurídico de soportar el
daño cabalmente causado por su propia conducta.
Igualmente exige la jurisprudencia el requisito de la
antijuridicidad del daño que consiste, no en que la actuación de la
Administración sea contraria a derecho, sino que el particular no tenga
una obligación de soportar dicho daño (así sentencias de 1 de julio de
2009 (recurso 1515/2005) y de 31 de marzo de 2014 (recurso
3021/2011)).
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CUARTA.- La reclamación inicialmente consideraba que había
existido un error de diagnóstico ya que se atribuyeron los abscesos
amigdalinos a un problema de amígdalas cuando, en realidad, existía
un problema de pericoronaritis de tal forma que, cuando se extrajeron
las muelas del juicio, desaparecieron los abscesos. Posteriormente, en
el trámite de audiencia la reclamante se centra en que las
intervenciones de amigdalectomía realizadas en el HUSO dejaron
restos de amígdala de tal forma que en el Hospital Universitario 12 de
Octubre tuvieron que eliminar los restos que habían quedado.
Han de examinarse ambos reproches sobre la base del material
probatorio contenido en el expediente administrativo.
En las reclamaciones sobre responsabilidad patrimonial el criterio
determinante es el cumplimiento o no de la lex artis, en cuanto buena
práctica médica. La sentencia del Tribunal Supremo de 19 de junio de
2008 (recurso 2364/2004) define este concepto indicando (FJ 4º), que:
“según jurisprudencia constante de esta Sala, un acto médico respeta la
lex artis cuando se ajusta al estado de conocimientos de la comunidad médica en ese momento y, así, realiza lo que generalmente se considera
correcto en el tipo de situación de que se trate.”
La carga de la prueba de la vulneración de esa lex artis
corresponde en principio a quien reclama el reconocimiento de la
responsabilidad patrimonial conforme lo establecido en el artículo 217
de la Ley de Enjuiciamiento Civil si bien teniendo en cuenta lo
dispuesto en ese precepto legal en cuanto a la facilidad probatoria. Así
como recuerda la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de
Madrid de 14 de diciembre de 2017 (recurso 39/2015):
“Así, este Tribunal en la administración del principio sobre la carga
de la prueba, ha de partir del criterio de que cada parte soporta la
carga de probar los datos que, no siendo notorios ni negativos y teniéndose por controvertidos, constituyen el supuesto de hecho de
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la norma cuyas consecuencias jurídicas invoca a su favor (por
todas, sentencias de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del
Tribunal Supremo de 27.11.1985 , 9.6.1986 , 22.9.1986 , 29 de enero y 19 de febrero de 1990, 13 de enero , 23 de mayo y 19 de
septiembre de 1997 , 21 de septiembre de 1998 ), todo ello, sin
perjuicio de que la regla pueda intensificarse o alterarse, según los casos, en aplicación del principio de la buena fe en su vertiente
procesal, mediante el criterio de la facilidad, cuando hay datos de
hecho que resultan de clara facilidad probatoria para una de las partes y de difícil acreditación para la otra (Sentencias Tribunal
Supremo (3ª) de 29 de enero , 5 de febrero y 19 de febrero de 1990,
y 2 de noviembre de 1992 , entre otras)”.
La reclamante no aporta ningún elemento probatorio de tal forma
que ha de estarse a los informes obrantes en el expediente, tanto de los
servicios implicados como de la Inspección Sanitaria.
En este sentido, el informe del Servicio de ORL del HUSO pone de
relieve que no existió ningún error de diagnóstico sino que la
reclamante padeció las dos patologías de forma simultánea. El
tratamiento de los abscesos amigdalinos recurrentes que padecía
exigía el drenaje de los mismos y la posterior amigdalectomía que se
realizaron de forma correcta.
Este criterio es asumido por la informe de la Inspección por lo que
al ofrecer los servicios sanitarios una explicación razonada de su
actuación que es respaldada por la Inspección sin que sea desvirtuada
en ningún momento por la reclamante ha de considerarse que la
actuación fue conforme a la lex artis.
De igual forma, en cuanto a que quedasen restos amigdalares que
tuvieran que ser objeto de una tercera intervención en el Hospital 12
de Octubre, tal afirmación es negada por el informe del Servicio de ORL
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que destaca que en las intervenciones de amigdalectomía es frecuente
su colonización a largo plazo de restos linfoideos. Por ello, en los
resultados de Anatomía Patológica del Hospital 12 de octubre se alude
a hipertrofia linfoide reactiva y no a restos amigdalinos. Cuando en el
informe de Anatomía Patológica (folio 531) se alude a “biopsia de amígdala con hiperplasia linfoide reactiva”, la expresión “amígdala” se
refiere a la zona donde se ha extraído la muestra de tejido lo que se ve
confirmado cuando en la exploración física se alude a “abombamiento en región posterior de paladar blando derecho, fluctuante a la palpación
que drena a la digitopresión exudado purulento fétido” (folios 503 y
505).
Esta explicación es también compartida por la Inspección y no
puede considerarse contradicha por la referencia contenida en el
protocolo quirúrgico del Hospital 12 de Octubre (folio 517) a que se
objetivó “tejido de aspecto posible resto polo amigdalar superior” puesto
que no deja de ser una apreciación visual del cirujano sin confirmación
histológica posterior y sin que la reclamante haya incidido en este
aspecto en el trámite de audiencia a lo que se suma que no puede
considerarse necesariamente como mala praxis el que pudiese
eventualmente quedar algún resto de tejido tras la amigdalectomía.
Esta Comisión viene recordando que el valor del informe de la
Inspección Sanitaria en este tipo de expedientes es fundamental, tal y
como recuerda la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de
Madrid de 26 de julio de 2018 (recurso 768/2016).
Es por ello que no puede considerarse que se haya acreditado la
existencia de una vulneración de la lex artis en la asistencia prestada a
la reclamante.
En definitiva ha de indicarse que no concluyen los requisitos de la
responsabilidad patrimonial de la Administración.
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CONCLUSIÓN
Procede desestimar la reclamación de responsabilidad patrimonial
al no acreditarse la existencia de infracción de la lex artis.
A la vista de todo lo expuesto, el órgano consultante resolverá
según su recto saber y entender, dando cuenta de lo actuado, en el
plazo de quince días, a esta Comisión Jurídica Asesora de conformidad
con lo establecido en el artículo 22.5 del ROFCJA.
Madrid, a 23 de enero de 2020
La Presidenta de la Comisión Jurídica Asesora
CJACM. Dictamen nº 20/20
Excmo. Sr. Consejero de Sanidad
C/ Aduana nº 29 - 28013 Madrid