conflicto religioso en oaxaca

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PRIMERA PARTE 1926 - 1929

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Ensayo sobre el conflicto religioso en Oaxaca

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Page 1: Conflicto Religioso en Oaxaca

PRIMERA PARTE

1926 - 1929

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I. PRELUDIO

OAXACA DE 1910 A 1926

No disponemos de una buena sociología religiosa de Oaxacadesde la Independencia que nos permitiera pintar el estado

de las convicciones y de las prácticas religiosas de los oaxaqueñosen vísperas del gran enfrentamiento entre el Estado y la Iglesia,durante ese Kulturkampf mexicano que duró 15 años, como el ale-mán (1873-1888). Es demasiado temprano para plantear la situa-ción, la implantación, la fuerza, la debilidad de la Iglesia católica enOaxaca para esa fecha.

De todos modos la sociología religiosa es más modesta que hace50 años y sabe que le es difícil ir más allá de los signos exte-rioresde la “práctica” que se presten a la estadística: bautizos, matrimo-nios, sepultura religiosa, asistencia a misa, comunión, etc. Al nodisponer de esa base, es imposible caliicar al catolicismo de losoaxaqueños, en 1926, como un catolicismo omnipresente según loscensos del Porfiriato y de la Revolución, administrado por una Igle-sia en situación de casi monopolio religioso; los lugares comunesoscilan entre la denuncia de una Iglesia omnipotente y de un cato-licismo superficial, delgado barniz sobre un paganismo indestruc-tible; lo que daría por resultado un pueblo embrutecido y fanático,indiferente a los valores morales del cristianismo. En síntesis unasituación denunciada por el liberalismo del Porfiriato y de la Revo-lución: “El clericalismo: ¡éste es el enemigo!”.

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Pero hay que remarcar primero que Oaxaca ocupa un lugaraparte en la Revolución mexicana, que Oaxaca fue porfirista y nofue nunca maderista; que no era una tierra de grandes plantacio-nes como Morelos, ni de inmensos latifundios como Chihuahuao Durango sino una región de fuertes comunidades indígenas;que no aceptó nunca el triunfo del carrancismo y se encerró en unaorgullosa secesión en forma de soberanía recobrada entre 1915 y1920, comprándose para muchos años la desconfianza del gobier-no federal.

En cuanto a su gobierno eclesiástico, Oaxaca había vivido 35años bajo la autoridad de un hombre singular que estuvo a puntode ser el primer cardenal mexicano, monseñor Eulogio Gillow(1841-1921). Hijo de un empresario inglés en Puebla, heredó sugran fortuna que hizo prosperar, lo que le permitió realizar gran-des obras y construcciones en Oaxaca. Pasó quince años de sujuventud en Europa y en Roma, muy cerca del Vaticano. Jovenobispo de Oaxaca (1887), luego arzobispo de la misma sede(1891), trabaja sin descanso en “modernizar” y “reformar” sudiócesis, después de haber reconstruido un templo. El siglo XIXhabía sido muy duro para el estado de Oaxaca y para la Iglesiacatólica. Cuando Gillow recibió su diócesis, habia 52 curatos sinpárroco. Uso su inmensa fortuna para pagar sacerdotes, dotarparroquias, restaurar templos y edificios, y eso que en 1903, delos 7 arzobispados de la república, Oaxaca era el sexto más pobre,justo antes de Monterrey.

En 1891 se erige el obispado de Tehuantepec y más tarde el deTehuacán (que sale también de Oaxaca) y el de Huajuápam5 quepertenecía a la arquidiócesis de Puebla pero cuyo distrito civil eraOaxaca. De hecho, a lo largo del conflicto religioso, los contactosentre la arquidiócesis y las tres diócesis serán estrechos y constantes.6

Hasta 1913, bajo la dirección de Gillow, la Iglesia en Oaxaca vi-vió una época fasta; el arzobispo tenía excelentes relaciones conlas élites locales, nacionales e internacionales, además de la amis-tad del presidente Porfirio Díaz. Contribuyó en cuanto pudo a lallamada “política de conciliación”, que rigió las relaciones entrela Iglesia y el Estado durante el Porfiriato. Ni él ni su clero, ni losoaxaqueños, se alegraron de la caída de Díaz; que Benito JuárezMaza fuese gobernador del estado no era mucho consuelo parauna Iglesia que recordaba con amargura las Leyes de Reforma delBenemérito, su padre.

En vísperas de la revolución de 1910 y durante de la Revoluciónmexicana, el alto clero (y también el bajo) se dividió sobre el asun-to de la participación de los católicos en la lucha política. Todosestaban de acuerdo en la necesidad de cambiar la situación jurídicade la Iglesia, pero ¿cómo? Los prudentes, por ejemplo Gillow, invi-taban a gozar de la “conciliación”, pero la caída de don Porfirio lesquitó el argumento; la nueva generación de obispos ultramontanos,calificados de “romanos” (todos habían pasado por las escuelas deRoma) había abrazado el catolicismo social de León XIII, con sulógica prolongación en el campo político: la formación de partidoscatólicos en Bélgica, Alemania, Italia. En los últimos meses del Por-firiato, se hizo sentir la necesidad de hacer algo, un algo que resultóser el Partido Católico Nacional (1911). Frente a las reticencias deGillow, el arzobispo de México, Mora y del Río, le reclamó: “Sinduda alguna que debemos ir con prudencia, pero desentendernoscompletamente de todo sería un fracaso y nos expondría a graví-simas consecuencias, más cuando la inexperiencia de nuestro pue-blo fiel debe ser suplida por los que estamos obligados a indicarleel camino que debe seguir”.7

El 14 de junio, Gillow le contestó una larga carta explicativa desu conducta para señalar que, desde la guerra de Independencia,la participación del clero en política había sido nefasta:

«Durante la época de la Reforma el héroe de la fiesta fue don BenitoJuárez inspirado en gran parte en sus disposiciones por el estado queguardaba el clero secular y regular, y ¿cuáles fueron las conse-cuencias para toda la República? Las lamentamos hasta la fecha... Enlas presentes circunstancias, el candidato forzoso para gobernadorconstitucional de este Estado, es don Benito Juárez (Maza) y por lotanto, y vistos los antecedentes indicados tuve que ponerme a ladefensiva, habiendo dado tal resultado que varias personas en vistade la situación me han felicitado.

Comencé por publicar en La Voz de la Verdad del 14 de mayo elsiguiente párrafo: “EL CLERO EN POLÍTICA. – No toméis parte en dis-cusiones políticas; de ningún modo os mostréis apasionados comolos hijos de los hombres por intereses extraños a la misión espiritualque se os ha encargado. Nuestro ministerio, según sabéis, es inse-parable del espíritu de dulzura y paz: el celo mismo no es más quela caridad en acción.» (Circular del Arz. de Tours).

5 Ahora se escribe Huajuapanpero en las décadas de 1920 y

1930 se conservaba latradicional m al final:

Huajuápam.

6 Manuel Esparza, EulogioGillow y el Poder, Oaxaca,

Carteles editores, 2004: 70-87.

7 Mora a Gillow, 12 de juniode 1911, en ManuelEsparza, Eulogio Gillow y elPoder, Oaxaca, 2004: 41. Delmismo autor: Gillow duranteel Porfiriato y la Revolución enOaxaca, 1877-1922, Tlaxcala,Gobierno del Estado, 1985.

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Continúa diciendo que el obispo de Puebla también habíaescrito contra la implicación del clero en política y así, animado,escribió su circular.

«En cuanto al PCN que ha surgido, lo bendigo con todo mi alma yalabo a Dios por haber permitido que el primer fruto de la Revo-lución sea la libertad que en adelante tendrán todos los ciudadanospara formas sus programas y sostener sus ideales; aun el partidosocialista ya publicó su programa. Como nosotros tenemos la verdadde nuestro lado, claro está que si los católicos se mueven, comoconviene en las circunstancias, muchísimo ganaremos y espero quela opinión pública, fundada en la razón y en la justicia, llegará alpunto que sean derogadas todas esas leyes tiránicas contra la Iglesiaque lamentamos, hasta que se disfrute de la verdadera libertadreligiosa, que es la primordial en una sociedad, ya que se relacionacon lo más íntimo del hombre que es la conciencia. Que en La Vozde la Verdad “sin que aparezca el clero tratamos del programa delPCN: ahí mismo se resaltan las palabras de Madero del 24 de mayoen el Paso, Texas, a favor de la organización del PCN.»8

En Oaxaca, el Partido Católico Nacional no prosperó porqueMadero era su candidato a la presidencia, fuera de Huajuápam,pequeña ciudad cuyo obispo, Rafael Amador, era ferviente após-tol de la doctrina social de la Iglesia y de su brazo político: logróimplantar al PCN en 6 de sus parroquias; caso excepcional en unestado que transfirió su porfirismo sobre Félix Díaz. La caída y elasesinato de Madero fueron recibidos con entusiasmo por la élitede Oaxaca, y con indiferencia por el pueblo. Oaxaca no participó,o muy poco, en la revolución constitucionalista contra el general-presidente Victoriano Huerta. A su caída, el arzobispo Gillow, te-meroso frente a un anticlericalismo carrancista que bien podía re-clamarle su amistad con Porfirio Díaz, prefirió huir a EstadosUnidos, inaugurando un exilio que duraría hasta 1921. A la muer-te del vicario general Anastasio Santaella, en 1915, el canónigoCarlos Gracida (38 años), arcediano del cabildo, asumió durantetodo ese tiempo las funciones de vicario general y mantuvo unacorrespondencia constante con su prelado, menos durante la lar-ga temporada del “bloqueo”. Como Oaxaca no había sido made-rista y no había luchado contra Huerta, fue tratado como enemigopor los carrancistas, quienes a su vez fueron vistos como inva-

sores. La ruptura de relaciones entre un estado de Oaxaca queproclamaba la recuperación de su soberanía por causa de la vio-lación al pacto federal y el carrancismo, el 3 de junio de 1915,llevó a un cerco completo del estado. En las actas de cabildo9 selamenta la «falta de comunicación total desde junio con nuestroarzobispo ausente, buscado y perseguido por los jefes de larevolución carrancista [...] a lejanas tierras (San Antonio, Texas)».Por lo tanto el cabildo nombró a Carlos Gracida gobernador de laMitra. Entre 1910 y noviembre de 1915 es la segunda mención,en sesiones del cabildo, de un tema político. El 17 de enero de1912 se apuntó que frente a las «dificultades puestas por el actualGobernador del Estado» era «prudente suspender las obras delatrio de la Catedral [...] esperando que, convencido el mismoGobierno indicaría su consentimiento». En 1915 los problemaseran mucho más serios.

Parece que la soberanía oaxaqueña tuvo apoyos en gran partede la sociedad: el cabildo se preocupó cuando el 3 de julio de1915 varios seminaristas se unieron a esa causa. Manuel Esparzacita una «comunicación personal de Luis Castañeda Guzmán»,quien le dijo, cuando los soberanistas tuvieron que abandonar laciudad en 1916: “varios curas van con la tropa”.10 Sin embargo, enOaxaca, el anticlericalismo carrancista no hizo tantos estragos co-mo en el Centro del país; nada de fusilamientos de sacerdotes,quema de santos o confesionarios, ni profanación de templos. Omuy poco. Quizá porque los generales —gobernadores carrancis-tas— se sintieron siempre amenazados por el soberanismo, prefi-rieron no maltratar a la Iglesia; no es más que una hipótesis peroel hecho de su “buena conducta” está comprobado. Tan es así queel cabildo expresó el comentario siguiente sobre la Carta Colec-tiva del Episcopado (en exilio casi total) que en 1917, en sucapítulo I «fulmina pena de excomunión contra todos aquellosque directa o indirectamente presten auxilios a favor de la Consti-tución para hostilizar a los sacerdotes, exclaustrar a las monjas,profanar templos» [...] El gobernador del Estado de Oaxaca, ge-neral Jesús Agustín Castro, no ha hecho acá lo que otros gober-nantes han hecho en otros Estados atropellando a la Iglesia [...]En Oaxaca se practica el culto en el interior de los templos, sinlimitaciones [...] es porque no han podido cimentar su gobierno,no porque sean buenos».11

8 Manuel Esparza, EulogioGillow y el Poder, Oaxaca,

2004: 41-42.10 Manuel Esparza, Gillowdurante el Porfiriato y laRevolución en Oaxaca,1887-1922, Tlaxcala, 1915:15.

9 Archivo HistóricoArzobispado de Oaxaca(AHAO), Actas de Cabildo,sesión del 5 de noviembrede 1915.

11 AHAO, Actas de Cabildo,sesión de 23 de febrero de1917. Más adelante, comocandidato a la gobernaturade Durango, el mismogeneral Castro pidió alarzobispo de Oaxaca unaconstancia de buenaconducta.

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Las actas de Cabildo, los archivos de la Mitra, la correspon-dencia de Carlos Gracida con monseñor Gillow, todo muestra queel anticlericalismo muy moderado de los débiles carrancistas per-mitió a la Iglesia vivir con bastante normalidad, sin sufrir perse-cución como en Guadalajara, ni conocer, por lo mismo, una granmovilización católica capaz de derrotar a un gobernador (otra vezel caso de Jalisco con la retirada del gobernador Manuel Dieguez,frente a los católicos de Anacleto González Flores). Es más, a par-tir de 1918, la Iglesia de Oaxaca logra la devolución de templos ycapillas. Por eso el 25 de enero de 1918 el cabildo entrega el in-ventario de Catedral al Jefe de Hacienda. En enero de 1919, elpresidente Carranza ordena la devolución de todas sus propiedadesa Mons. Gillow (27 de enero de 1919). Hasta el palacio episcopal,construido por Gillow, le fue devuelto (es el actual edificio deCorreos y sede del PRI) y también la casa de Clavería. A prin-cipios de 1921, el arzobispo Gillow hizo una entrada triunfal enOaxaca con Te Deum en catedral. Siguió activo hasta el últimodía: murió el 18 de mayo de 1922, en plena visita episcopal, enEjutla. Le rindieron exequias casi nacionales.12

Roma le había otorgado como coadjutor al oaxaqueño José OtónNúñez y Zárate, quien se había hecho famoso como obispo deZamora, Michoacán (de 1909 a 1921), por su catolicismo social,su defensa de los obreros y campesinos, la organización de laGran Dieta de Zamora en 1913. Su episcopado duró hasta 1941,todo el tiempo del gran enfrentamiento. Como su predecesor,tuvo que tomar el camino del exilio, de 1926 a 1929, cuando losobispos fueron expulsados por el gobierno mexicano; como supredecesor, dejó el gobierno de la arquidiócesis en manos deCarlos Gracida. En la segunda etapa del conflicto, volvió al exilioen los Estados Unidos, como casi todos sus colegas.

12 AHAO, Actas de Cabildo.

13 Alcance al No. 29 delPeriódico Oficial de Oaxaca,17 de julio de 1927.

14 Periódico Oficial... No. 22,28 de mayo de 1927.

II. LA TORMENTA

(1926-1929)

No es el momento de contar de nuevo los vaivenes de las rela-ciones entre la Iglesia católica y los gobiernos de Obregón y

Calles; basta recordar que después de la escalada de 1925 (intentode crear una Iglesia cismática por parte de ciertos elementos delgobierno; creación en reacción de la Liga Nacional de Defensa delas Libertades Religiosas por parte de los católicos radicales), elgobierno federal expide, el 21 de junio de 1926, la Ley «que re-forma el Código Penal para el Distrito y Territorios Federales, so-bre delitos del fuero común y para toda la República sobre delitoscontra la Federación. De los delitos y faltas en materia de cultoreligioso y disciplina externa. Artículo I...»13. Esa Ley completa laofensiva emprendida en enero de 1926 con la publicación de laLey Reglamentaria del Artículo 130 de la Constitución Federal,cuyo artículo I afirma: «Corresponde al Poder Ejecutivo Federal,por conducto de la Secretaria de Gobernación, ejercer en materiade culto religioso y disciplina externa, la intervención que estaLey concede».14 Muchos artículos de ambas leyes son inacep-tables para la Iglesia —Roma da instrucciones en ese sentido— ypor lo tanto el episcopado mexicano decide tomar una medidainaudita: la suspensión del culto publico. Había mandado al papaPio XI el cable siguiente:

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16 Jean Meyer, Historia de laRevolución Mexicana, 1924-1928, Tomo II, México, ElColegio de México, 1977:175-200.17 Fideicomiso archivosPlutarco Elías Calles yFernando Torreblanca,Archivo Joaquín Amaro,expediente 302, legajo20/41; exp. 306, leg. 48/66;exp. 227, leg. 88/98.

18 AHOA, Correspondencia,28 de enero de 1920.

«La mayoría del Episcopado Mexicano pretende suspender el cultoen las Iglesias de la república antes del 31 del corriente [julio], nopudiendo ejercitar culto conforme cánones, entrando en vigor lanueva ley el 31 de los corrientes. El Episcopado pide aprobación a laSanta Sede. La persona encargado [sic] espera respuesta».

El referido Excelentísimo señor delegado (apostólico en MéxicoJorge José Caruana) obtuvo la siguiente respuesta de Su Santidad:

«SANTA SEDE CONDENA LEY Y A LA VEZ TODO ACTO QUE PUE-

DA SIGNIFICAR O SER INTERPRETADO POR EL PUEBLO FIEL COMO

ACEPTACIÓN O RECONOCIMIENTO DE LA MISMA LEY.

A TAL NORMA DEBE ACOMODARSE EL EPISCOPADO DE MÉXICO

EN SU MODO DE OBRAR, DE SUERTE QUE TENGA LA MAYORÍA Y A

SER POSIBLE LA UNIFORMIDAD Y DAR EJEMPLO DE CONCORDIA».

Cardenal Gasparri, Julio 22.”15

Lo que sigue es bien conocido. A la suspensión del cultopúblico, el Estado responde con la prohibición del culto y de laadministración de los sacramentos en privado, con el cierre tem-poral de los templos para realizar su inventario, lo que en algunaspartes del país provoca motines; la sangre corre, brotan en formaespontánea levantamientos que convencen a los directores de laLiga de que es posible organizar un levantamiento al estilo Maderopara derrocar el gobierno del presidente Calles. Esa guerra, que sellamaría después la Cristiada, dura hasta junio de 1929, cuando“ambas majestades” encuentran un modus vivendi, los “arreglos”que permiten la reanudación del culto público y el final inmediatode la guerra.

¿Qué sucede en Oaxaca? Antes de dar respuesta, presentaremosa los actores más visibles: el gobernador del estado y el encargadode la arquidiócesis.

1. Los actores1.1. Del lado del gobierno

Entre 1924 y 1925 el gobierno de Oaxaca cambió rápidamente demanos; el general Manuel García Vigil, en el cargo desde 1924,fue fusilado en 1924 por participar en la rebelión de De la Huerta;el interino, general Isaac Ibarra, deja pronto la silla al generalOnofre Jiménez, supuesto ganador de las elecciones contra JoséVasconcelos. Debe su victoria al general Álvaro Obregón, quien le

agradece su apoyo contra el movimiento delahuertista en Oaxaca.Dura poco en un ambiente de agitación agraria; sus adversariosaprovechan el nombramiento de Gustavo E. Rodríguez (fundadorde la Acción Católica de Jóvenes Mexicanos) como su secretarioparticular, para denunciarlo como clerical. México decide elimi-narlo y el presidente Calles encarga al joven diputado federal porOaxaca, Genaro Vásquez, la deposición del general y gobernadorpor medio de un “camarazo”. El “camarazo” contra Onofre Jimé-nez se sitúa en el marco de una ofensiva sistemática del centrocontra los gobernadores; en 1925 son depuestos los gobernadoresde Colima, Nayarit, Nuevo León, Morelos, Aguascalientes, Oaxa-ca, San Luis Potosí, y el de Zacatecas renuncia (en orden crono-lógico). En 1926 los de Aguascalientes, Morelos, Jalisco, Puebla yGuanajuato. En 1927, los de Nayarit, Morelos, Chihuahua, Jalisco,Puebla, Veracruz, Chiapas.16 El 8 de noviembre de 1925 GenaroVásquez (1890-1967) es nombrado gobernador interino, puestodurante los tres años del conflicto religioso, sin organizar las elec-ciones previstas por la constitución local.17

Genaro Vásquez tiene 33 años cuando asume la gobernaturade su estado natal. En 1920 había sido secretario particular delgobernador interino, el general Alfredo Rodríguez. El canónigoCarlos Gracida describía entonces a Monseñor Gillow como «unoaxaqueño joven, abogado y buen amigo del P. Agustín Espi-nosa». El canónigo Espinosa será el brazo derecho de Carlos Gra-cida durante 1926-1929, cuando aquél asuma la dirección de laarquidiócesis.18 Es cuando el gobierno del estado devuelve elportal de Clavería a la Mitra y los bienes de la Iglesia en la dióce-sis de Tehuantepec. Esas buenas relaciones antiguas entre elcanónigo Gracida y el licenciado Vásquez cobrarían su impor-tancia a partir de 1925. En los documentos oficiales del goberna-dor, en el Archivo del Estado (hoy llamado Archivo General delPoder Ejecutivo del Estado de Oaxaca, AGEPEO), uno puede leerlos dos lemas escogidos por Genaro Vásquez: “Carreteras y Escue-las “ y “Hay que darle la razón al indio aunque no la tenga”.

Su gobierno hábil y prudente se caracteriza por un agrarismomoderado y por un gran esfuerzo en materia educativa: desarrollalas “misiones culturales” inauguradas por José Vasconcelos cuan-do era secretario de Educación de Obregón; asiste personalmentea sus actividades y se lleva consigo a los diputados para evitar un“camarazo”. «La tendencia educativa cobró aspectos izquierdis-

15 AHAO, Correspondencia,Obispo Pascual Díaz a

Arzobispo J. O. Núñez yZárate, 4 de agosto de 1926.

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22 Manuel Esparza, EulogioGillow y el Poder: 125

tas, aunque sin implicaciones en la cuestión religiosa, no obstanteque coincidió el régimen del licenciado Vásquez con el conflictoreligioso».19

En 1926 hace aprobar una Ley de Educación en la perspectivavasconcelista, lo que no le impide ser un fiel partidario delpresidente Calles, apreciado como tal por el sonorense. Sostienenuna correspondencia intensa durante esos años, sin tocar, curio-samente nunca, los temas religiosos. Historiadores posteriores localificaron de “socialista romántico”, dedicado a promover lacanción oaxaqueña; eso es verdad pero no disminuye sus grandescualidades políticas. «Durante el gobierno de Genaro Vásquezsucedió el movimiento cristero, que si bien no tuvo en Oaxaca lasrepercusiones que en Zacatecas, Jalisco, Colima, Guanajuato, Que-rétaro y Michoacán, sí creó tensiones y sinsabores».20 En esosaños, Oaxaca fue duramente castigado por terribles temblores y“las catástrofes de la naturaleza imprimieron en las creenciaspopulares un sentido de lo sobrenatural como una respuesta delmás allá a los malos comportamientos. Y como a río revuelto ga-nancia de pescadores, la Iglesia volvió a convocar a los creyentesa su seno materno y volvió a recibir a sus feligreses promocio-nando las manifestaciones religiosas”.21 Eso lo denuncia el maes-tro Policarpo T. Sánchez, director de educación del gobierno deGenero Vásquez, editor de Revista Pedagógica y presidente de laConfederación de Partidos Socialistas de Oaxaca, fundada por elgobernador en 1926.

A fines de 1928 Genaro Vásquez deja el gobierno del estadopara ocupar una senaduría en México, pasa a ser secretariogeneral del Partido Nacional Revolucionario fundado en 1929, yprosigue una brillante carrera: director de Derechos Agrarios delDepartamento de Asuntos Agrarios y Colonización, jefe del departa-mento central (Distrito Federal), fundador del Departamento deAsuntos Indígenas, ministro de la Suprema Corte, Procurador gene-ral de la República en tiempos del presidente Cárdenas, organizadordel primer congreso Indigenista Interamericano... Obviamente sufalta de entusiasmo anticlerical no dañó su carrera. De formacióncatólica, como casi todos los mexicanos, había mantenido su amis-tad con muchos sacerdotes oaxaqueños, en especial con los canó-nigos Espinosa y Gracida.

1.2. El canónigo Carlos Gracida (1867 -1948)

Oaxaqueño de nacimiento, es ordenado sacerdote a los 23 años; alos 28 funda y dirige el Colegio Católico del Espíritu Santo y segana la estima de monseñor Gillow, quien lo promueve al cabildoen 1901; en 1910 es arcediano del mismo, en 1915 con 38 años,asume el cargo de vicario general en ausencia de su prelado y en1918 es gobernador de la Mitra. Entre 1915 y 1920 tiene que lidiarcon una serie de generales-gobernadores carrancistas que piensanque todo el clero es felicista (partidario de Félix Díaz, sobrino dedon Porfirio) y “soberanista”. En 1917 va a dar un tiempo a lacárcel, lo que vive tranquilamente. Evita hasta donde puede quela animadversión carrancista se convirtiera en persecución abier-ta, como en otros estados. Sabe también tratar con los jefes sobe-ranistas sin comprometer a la Iglesia. En 1918-1920 logra resol-ver de manera positiva la confiscación en los templos, bieneseclesiásticos y propiedades personales de moneñor Gillow: gene-rales, gobernadores, hasta el Presidente Venustiano Carranza, leconceden la devolución. Estimado de la clase alta en tiempos dedon Porfirio, lo es también de la nueva élite revolucionaria: asícomo era el casamentero de la primera, lo sigue siendo para lasegunda; en 1922 casa a la hija del general Elizondo, quien «semanejó muy bien con nosotros y fue muy querido y estimado detodos». Es lo que escribía a moneñor Gillow el 1 de marzo...22

2.- El año 26

A principios de 1926 el gobierno de Oaxaca recibe, instruccionesde cumplir con una orden de la Secretaría de Gobernación (fe-deral), en aplicación de la Ley reglamentaria del artículo 130constitucional, publicada el 18 de enero en el Diario Oficial de laFederación y que dice en su artículo I: «Corresponde al PoderEjecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Gobernación,ejercer en materia de culto religioso y disciplina externa, la inter-vención que esta ley le concede». Así se abre la gran crisis. Des-pués de pensarlo bien, la Mitra indica a todos los párrocos que lospresidentes municipales deben aplicar el 130 constitucional y que,por lo tanto, hay que «remitir la lista de 10 personas encargadas deltemplo con sus domicilios [...] una lista para cada teplo» y tambiénla lista de los sacerdotes por cada templo. El clero de Oaxaca cumple

20 Margarita Dalton, BreveHistoria de Oaxaca, México,Fondo de CulturaEconómica, 2004: pp240.

21 Idem: 242 y AnselmoArellanes Meixueiro, et. al;Diccionario Histórico de laRevolución en Oaxaca,México, INHERM/UABJO,2000: artículo GenaroVasquez.

19 Jorge Iturribarría, Oaxacaen la Historia, México,Ediciones Stylo, 1955: 425.

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24 AHAO, Correspondencia,2 de agosto, 7 de agosto de

1926.

26 AHAO, Correspondencia,Actas de Cabildo, 1926

25 Idem. 2 de septiembre,del P. S. Ramírez enCacahuatepec al Cgo.Agustín Espinosa, secretariode Cámara y Gobierno.

con su parte. En julio el vicario general entrega la lista de todos lossacerdotes, con copia de sus actas de nacimiento. El único incidenteseñalado entre febrero y julio, en los archivos de la Mitra, es laprotesta del rector del seminario, Andrés Corrales, quien escribe algobernador para decir que no es cierto que disimula una escuelaprimaria en el recinto del seminario.23

El 2 de marzo el arzobispo convoca a todos los sacerdotes dela ciudad para “asuntos de importancia”; el 24 de abril ordena«que mañana se lea en todas las misas la Carta Colectiva delEpiscopado Mexicano con fecha del 21»; el 14 de junio la Mitrada a conocer la carta de Pío XI, al arzobispo de México, expresandosu apoyo a los fieles mexicanos en ese momento de prueba.

Como en Puebla y en muchas partes, el arzobispo Núñez optapor la defensa jurídica, multiplicando las representacionesmoderadas al gobierno, lo que le valdrá ser calificado por la Liga(organización casi inexistente en Oaxaca) de “espantosamentetibio”, cuando no de “traidor”. No deja de recomendar “pruden-cia, paciencia”, palabras que encontramos en toda su corres-pondencia. Así, antes de la suspensión del culto público, aceptadar la lista de los 10 laicos encargados de los templos, segúndisposición del Estado, así como la lista de sus sacerdotes, deci-sión que no toman todos los obispos.

A medianoche, el 31 de julio de 1926, se suspende el cultopúblico en Oaxaca como en toda la república. La entrega ulteriorde los templos a las juntas de diez vecinos y su inventario ocurrensin incidentes mayores: hay que señalar, un conato de motín enTlaxiaco, agravado por los asesinatos el 6 de agosto de Rafael Ace-vedo y su hijo Vicente, a manos de soldados (por repartir propa-ganda católica) y otro en la ciudad de Oaxaca, en el templo de losSiete Príncipes, rápidamente controlado por el canónigo CarlosGracida. El aislamiento de muchas parroquias en un estado tanvasto como mal comunicado con una orografía muy tormentosa,explica que varios párrocos, como Francisco Castellanos, de Can-delaria Loxicha, se sorprendan de la suspensión y pregunten si escierta la noticia, o si se trata de una provocación.

Al día siguiente de la suspensión, curas y arzobispos multi-plican las peticiones a las autoridades locales, para suplicar secelebre de nuevo «el santo sacrificio de la misa en el templo pa-rroquial»; los curas escriben a la Mitra “para que si a bien lo tienese levante la orden de suspensión de los cultos [...] con lo que harárenacer la alegría en los corazones de estos pobres feligreses”.24

Otro sacerdote escribe al vicario general: «Espero que Ustedesresuelvan la “Huelga” Como estamos tan retirados, nos encontra-mos como en limbo, sin poder contestar a multitud de preguntasque cuando se resolverá».25

En agosto y septiembre se realiza, sin violencia ni resistencia,la entrega de los templos por parte de los curas, así como elinventario. Cuando mucho el sacerdote se niega a firmar el acta,pero se ve claramente que preside a la realización del inventariocumpliendo así la voluntad del Gobierno, algo que no se hace entodas las diócesis. De todos modos, muchos firman y ningunoasumen una actitud beligerante; los fieles tampoco. En el ArchivoHistórico del Poder Judicial (AHPJ) que revisamos distrito pordistrito, no hay nada acerca del conflicto religioso, ningún pleitoventilado entre el Estado y la Iglesia, o en relación con algún sacer-dote. En el Archivo Histórico del Estado (AGEPEO), en el fondoRevolución 1910-1930, ramo Asuntos eclesiásticos, se encuentrantodos los inventarios, parroquia por parroquia, templo por templo,las listas de los diez vecinos encargados del templo, eso repetido en1927 y 1928, así como la entrega de los templos a los sacerdotes enel verano de 1929, después de la firma de los “arreglos”, con inven-tario otra vez. La lista sería interminable.

Saldo: ninguna resistencia, ni pasiva, por parte del clero o delos fieles; ninguna violencia por parte del gobierno, con la solaexcepción de los “mártires de Tlaxiaco” asesinados por los solda-dos, crimen que no aparece en los archivos del estado pero que hamotivado la apertura de una beatificación en Roma, con la docu-mentación correspondiente en los archivos del arzobispado. Esacalma explica que la situación religiosa en Oaxaca a fines de 1926sea singular si la comparamos a la de las regiones que no tardaríanen ser el teatro de la Cristiada: los sacerdotes hacen su labor pas-toral sin ser especialmente molestados (lo que va en contra de lasinstrucciones federales); así el P. Ramón J. Calderón, cura deTeposcolula, informa el 26 de octubre que ha bautizado a 112 in-fantes, casado a 21 parejas y auxiliado a varios enfermos; otroreporta las entradas del trimestre; el cabildo se reúne normalmen-te, la Mitra funciona como siempre, hasta el seminario que hareabierto su local, trabaja sin problemas.26

Por su parte el gobierno no tiene nada que señalar; informaperiódicamente a México de la buena marcha de la aplicación dela “Ley Calles” y acusa recibo a los presidentes municipales “de

23 AHAO,Diocesano/Gobierno/Mandat

os 1920-1940 yCorrespondencia, 4 de

marzo de 1926.

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29 AHJP, Huajuápam,Criminal 1927, leg. 520 y521, una violación por partede un subteniente del 53 deCaballería en Miltepec; unproceso contra dos arrierosque extraviaron uno de losburros que conducíamuniciones al 53 Rto. enHuajuápam. El coronelFernando Franco Franco lossospecha de complicidadcon los rebeldes fanáticos.Pero el expediente revelaque los soldados mataron alos otros tres arrieros, suscompañeros.

los cuadros estadísticos que contienen los datos relativos al tem-plo de su población”; a veces añade: «Le recomiendo, por encargodel C. gobernador del estado, que informe a esta Secretaría, a lamayor brevedad, si el sacerdote Francisco Vidrio que se mencionaen el citado cuadro, dio cumplimiento a las prevenciones lega-les». Como es el caso, lo dejan en paz.27 Se le da importancia sóloa dos casos, el del «joven Mario Cervantes, alumno del Institutode Ciencias y Artes del Estado [que] ha hecho labor hostil a lasinstituciones que nos rigen, con exhortaciones en términos sub-versivos en el interior del templo de San José de esta ciudad, a loscreyentes y asociaciones religiosas concurrentes en él, actos enque fue sorprendido ayer (8 de octubre 1926) y el del “joven Ale-jandro Ruiz, alumno de la Escuela Normal Mixta para profesores delEstado pensionado por el Gobierno [que] toma también parte activaen propagandas de esa índole [...] contra la efectividad de lospreceptos contenidos en el artículo 130 de la Constitución». Los dosalumnos quedan expulsados para hacer un ejemplo y evitar el «pel-igro de contaminación de sus malas inclinaciones entre los alum-nos» y «el ejemplo de prácticas indebidas».28 La medida se publicaen el Periódico Oficial del Estado.

3.- Sin embargo hay algo de Widerstand en Oaxaca

Oaxaca participa muy poco en la guerra cristera; es cierto que losbatallones de serranos y de juchitecos, soldados federales, par-ticipan en la campaña contra los cristeros de Jalisco y Colima,bajo las órdenes del famoso general Heliodoro Charis, pero esotra historia. La información oficial no es siempre clara al hablaren general de “bandoleros”, “malhechores”, “gente armada”, “re-beldes”, sin más precisión. Por eso el autor prefiere no insistir enlas actividades de tal gente en el Istmo, entre Tehuantepec y Ju-chitán, y en el Suroeste, en los límites de Guerrero, porque no hapodido encontrar la motivación de sus andazas o el color de subandera. En los archivos del Estado, tanto AGEPEO como AHPJ, sibien hay un material enorme sobre el periodo, no abunda, mejordicho escasea la información sobre “rebelión” o “revolución” deelementos católicos. El enorme trabajo de búsqueda ha sido casivano y no ha aportado mucho a lo que ya se había publicado enLa Cristiada (Siglo XXI,1973-5, 3 vols). A saber que hay sólo dosfocos “cristeros” en el estado de Oaxaca, uno en la arquidiócesis.

Se trata de la región de Huajuápam, al Noroeste, sede de la dió-cesis del mismo nombre, y de “la Montaña”, la región de Mia-huatlán-Juquila, al suroeste, dos regiones montañosas aisladas delcentro, que se comunican entre sí por el rumbo de Tlaxiaco, otrofoco católico, aunque más bien de resistencia pasiva. Los insur-gentes de Miahuatlán, Juquila y Huajuápam resultan indomablesa lo largo de esos tres años, si bien no representan nunca una seriaamenaza para el ejército federal. Vale la pena señalar que losúnicos casos encontrados de violencias y crímenes cometidos porlos soldados en el archivo judicial, corresponden a la zona deHuajuápam.29

Un expediente criminal señala que el 1 de agosto de 1926 hubofiesta patronal en Tlaxiaco. Curiosamente no menciona los hechossangrientos del 6 de agosto con el asesinato de los Acevedo, padree hijo.30 El 9 /10 de agosto un grupo armado ataca a los policías deMiahuatlán y el gobernador pide la intervención del ejército: elgeneral Matías Ramos, jefe de las Operaciones Militares en Oaxacaenvía parte del 56 Regimiento.31

A principios de octubre, el 5 o el 7, según los documentos, unas“fuerzas revolucionarias” toman la plaza de Huajuápam al gritode “!Viva la Religión, Muera el mal gobierno!” Alparecer un díadomingo. Según la historia oral, registrada en 1969, al principio haycomo antecedente al levantamiento, un motín aislado, no planea-do: Un delegado del gobierno, especialmente arrogante o impru-dente o inconsciente, para revisar el inventario del templo, entróal edificio sagrado con el sombrero puesto, quiso correr a la genteque rezaba el rosario, prohibir el uso de las campanas y, paracolmo, cerrar el templo. Todo eso iba en contra de las instruc-ciones del gobierno de Oaxaca, que siempre facilitó la devociónen los templos. Parece que dicho delegado fue salvado de serlinchado por una multitud enardecida, gracias a la intervencióndel sacerdote Jesús Zamora. Ofendido, el delegado regresó con undestacamento militar; entonces la gente huyó al monte sinesperar y el obispo Luis María Altamirano tuvo que salir para noregresar, en tanto el seminario y el obispado se convirtieron en cuar-teles. Sacerdotes y canónigos huyeron o fueron escondidos por lagente. Huajuápam, ciudad muy católica, organizada desde todauna generación por el catolicismo social, el Partido Católico Na-cional, la Acción Católica y desde 1925 por la Liga, se encontrabade repente sin el freno de la autoridad eclesiástica, y confrontado

28 Periódico Oficial, 9 deoctubre de 1926: 484-485.

30 AHJP, Tlaxiaco, Criminal,1926, leg. 86-149

31 AGEPEO, Revolución,leg. 212, esp. 12,Miahuatlán, 1926

27 AGEPEO, FondoRevolución, ramo Asuntos

eclesiásticos, distritoOcotlán, 1926. (26 denoviembre, el Jefe del

Departamento de Estado alpresidente municipal de

Magdalena Ocotlán)

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33 AHJP, Huajuápam,Criminal 192, leg. 522,

1927...

41 AGEPEO, Revolución,ramo Asuntos Eclesiásticos,leg. 224, exp. 22, 1927...42 CESU, Informe de R.Ávila a la Liga, 28 dediciembre de 1928...

34 AGEPEO, Revolución,leg. 199, exp. 16, 1926,

Huajuápam...35 Idem, leg, 197, exp 9.

38 Idem, leg. 197, exp. 10,1926, Jamiltepec...

37 Idem, leg. 196, exp. 8,1926, Miahuatlán...

39 Memoria de la Secretaríade la Defensa Nacional,México 1927-1928,Oaxaca...

36 Idem, leg. 196, exp. 9,1926, Juchitán.

40 AGEPEO, Revolución,leg. 224, exp. 32, 1927,Huajuápam...

en una agresión nada común en el estado. Fue cuando decidieronlevantarse en armas Ismael Guzmán, un joven oficial federal dellugar y Cruz Vidal López, un veterano maderista, orfebre de Igle-sia.32 Los mismos informantes señalaban que, después de este fu-nesto incidente, no hubo persecución religiosa en los años siguien-tes, pero el foco de rebelión de Huajuápam siguió en el mapa hastael final, lo que le valió a la población sufrir a manos de los militaresun tratamiento poco frecuente en el resto del estado.

Es el momento de presentar un valiente Juez de Distrito (deOaxaca): el licenciado L. Bazdresch. En 1928, Lorenzo Contreras,vecino de Huajuápam, había solicitado un amparo, después dehaber sido arrestado y entregado al general Jerónimo Olarte, jefe deOperaciones Militares de la Zona. Parece haber tenido contacto conla gente de Ismael Guzmán y lo acusaron, falsamente, de haber ro-bado una yunta de bueyes. Lo interesante es la reacción del generalOlarte cuando el juez Bazdresch otorga el amparo solicitado yordena el día 7 de noviembre de 1928 que el Sr. Contreras sea in-mediatamente conducido a Oaxaca y puesto a disposición del go-bierno del estado: el general protesta contra la decisión y telegrafía:«Individuo refiérese venía consignado disposición Cuartel general(...) en consecuencia, lamentando su obstrucción labor pasificacióndesarrollase, suplico remitir a este individuo amparado para agotarinvestigación síguesele como rebelde» (ortografía original).33 Esejuez salvó la vida del tal Lorenzo Contreras, posible simpatizantede los rebeldes católicos. De todos modos en Oaxaca el ejército nopracticó la represión indiscriminada que asoló el Bajío, Michoacán,el Occidente del país.

Cerca de Huajápam, en octubre, el expresidente municipal deTezoatlán, José I. Salazar se levanta en armas para unirse a IsmaelGuzmán; señalan la presencia de unos 50 a 90 rebeldes entreZimatlán y Teposcolula “a favor de la religión”.34 El 18 de octubreel ejército recupera la plaza de Huajuápam y confirma que “el mo-vimiento es religioso”.35 En las mismas fechas Laureano Pineda,desde Juchitán, se queja de la incursión de “bandoleros” en el Ist-mo y el gobierno da parte al ejército sobre un “incipiente foco derebelión”.36 El 26 de octubre arrestan a cuatro hombres, todos deapellido Ramírez, en San Mateo Río Hondo (Miahuatlán), y de-nuncian incursiones de “bandoleros” en la zona.37 En noviembre,señalan «algunos individuos bien armados en número de 80, conel rebelde Epitafio Macayo, por los confines de Guerrero y de

Putla, Oaxaca». La jefatura de Operaciones Militares respondeque no es cierto.38

En enero de 1927 la Secretaría de la Defensa reporta un levan-tamiento católico (¿?) en el Istmo, en el cerro del Veladero, conlos jefes Joaquín Villatoro, Rafael Soto, Pedro Domínguez,Onésimo Escobar, Hipólito Guzmán.39 En mayo, el presidentemunicipal de Huajuápam participa de su inquietud frente a laimpunidad de la que gozan los rebeldes. Pide «destruir ese núcleorebelde porque si se siguen dejando, se dará lugar a que sigacreciendo». Dice que su jefe es Anselmo (será Ismael) Guzmán yque se opone a las obras de la carretera.40 Efectivamente Ismael, yno Anselmo Guzmán manda a todas las autoridades locales lacarta siguiente, con fecha 20 de abril de 1927:

«Al recibo de la presente suspenda Ud. los trabajos del caminocarretero que prepara únicamente por la ley del abuso continúa Ud.explotando la cobardía de estos mixtecos envilecidos. Sois demasia-do canaya al traficar con la esclavitud de estos ignorantes en venefi-cios de emprezas particulares amparado por la mazcara de un bienpúblico, conozco buestras artimañas. Me equivoqué al creer queescarmentarían perdonando al delegado. Ya seré inexorable y ajusta-remos bonitas cuentas. Constitucion y Reformas. El jefe de Bandole-ros, Ismaél Guzmán».

El presidente municipal de Huajuápam, Antonio Castillo, ex-tremadamente preocupado, escribe al gobernador para solicitar laprotección de las fuerzas federales y decir que efectivamente, lospueblos se niegan a trabajar (posiblemente en faena no pagada)en la carretera. El asunto llega hasta México y la Secretaría deGobernación registra la actividad militar del “C. Ismaél Guzmán(quien defiende y se opone a las obras de la carretera) “.41

En junio de 1927 un “general”, Jesús Sánchez, es denunciado,arrestado y fusilado en Tlaxiaco.42 Es difícil saber si los motivosdel rebelde Pedro Méndez y sus parientes eran religiosos. El Mercu-rio, diario de Oaxaca, menciona sus actividades a fines de sep-tiembre de 1927, y su muerte en combate cerca de Ojitlán, el 28de septiembre (edición del 31 del mismo mes). En cuanto a Is-mael Guzmán, tarda hasta el 5 de octubre de 1927 para volver aatacar la plaza de Huajuápam; no sucede gran cosa hasta el 23 defebrero de 1928, cuando Guzmán, ya con el grado de general,

32 Pablo Herrera Reyes yRafael Cruz Vidal López, a

Jean Meyer, en Huajuápam,1969. En parte confirmado

por AHPJ, Criminal, leg.516, Huajuápam ff7

Rebelión: “los levantados deHuajuápam... alzarse

públicamente y en abiertahostilidad para separar de

su cargo al Presidente de laRepública”

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46 AHPJ, Criminal, 1928/1-96, Juquila...

45 El corrido de David C.Rodríguez fue grabado porla Sra. Adela RodríguezAvendaño (90 años de edad)hermana de DavidRodríguez. Santo DomingoTojomulco, Oax. 31 deoctubre de 1990. Recopiladopor José Rentería Pérez.Comunicado al autor porAnselmo ArellanesMeixueiro...

47 AHPJ, Criminal, leg. 131-185, 1928. Miahuatlán...

ataca al 3 Regimiento en Yucunduchi, entre Chila y Huajuápam,en compañía de los jefes Trinidad Cisneros, Trinidad Aragón yNicolás Herrera.43 El 26 de abril de 1928 se menciona por primeravez el nombre de David C. Rodríguez, como jefe rebelde en laregión de Juquila, acompañado de 40 hombres armados. Aquelguerrillero empieza, si no es que desde antes, una larga carreraque duraría hasta fines de los años 1930.44

10. El Teniente Castellanoshasta allí sí nos dejópues la Virgen de Juquilafue la que se lo llevó.

11. David puso su emboscadacomo lo acostumbrabagritó al teniente Menesesvámonos que nos acaban.

12. Dicen que me han de matara orilla de un Camposanto

mentiras, no me hacen nada,yo estoy curado de espanto.

13. Dicen que me han de matarcon una daga bonitamentiras, no me hacen nada,yo cargo mi medallita .

14. Dicen que me han de matara la orilla de un esteromentira, no me hacen nada,que yo soy puro cristero.

15. Dicen que me han de matarpero en medio de una plazamentira, no me hacen nada,son perros de mala raza.

1. Mil novecientos veintiochoPresente lo tengo yoeste David C. Rodríguezen armas se levantó.

2. Me fui rumbo a la montaña donde andaban los cristerosy a diez días de incorporadoyo andaba por Cinco Cerros.

3. Al llegar a ese Juquilaun nueve por la mañanaviva Cristo Rey muchachosy la Virgen Guadalupana.

4. Luego tomé por asaltocomo todos lo diránque el día seis de octubreyo estaba hasta Zimatlán.

5. En San Juan Elotepeccomo si fuera ahoritaallí fuimos derrotadospor el Mayor Cesar Dita.

6. En Zapotitlán del Ríodonde fue el tercer ensayoya andaban los federalescomiéndose sus caballos.

16. Adiós cerros y montañasadiós llanos del esteroadiós laderas y cuevasdonde anduve de cristero.

17. Ya con esta me despidoya me voy a descansarpero si de mí se acuerdana Dios por mí han de rogar.

18. Adiós mi tierra adoradaadiós mi madre queridapor no atender tus consejosme quita el traidor la vida.45

7. En el Chivato mentadopresente lo tengo yoDaniel Cárdenas BarrazaAllí sí que se estrelló.

8.Gritaban los Federalesahora lo verán “cristitos”hemos peleado en el Norteno digo en estos cerritos.

9. Al comenzar el combatelos cristeros se carcajeabande ver a los Federalesque tiro a tiro se rodaban.

En agosto, la Secretaría de la Defensa menciona un levanta-miento en Putla y otro cerca de Tlaxiaco, que relaciona con la in-surgencia católica; se trata de poca gente mal armada. Lo mismoen San Jerónimo, en el Istmo y cerca de Tehuantepec dondemerodea un tal Pedro Castillo.

El 9 de septiembre el “rebelde” Raymundo Ávila asalta Juquila.El informe dice que no fueron muchas las pérdidas económicasaunque sí los destrozos dentro del palacio municipal.46

El asalto a Juquila, sede del santuario venerado por todo Oaxa-ca, hace tal ruido hasta México, que el gobernador ordena la re-concentración de todos los sacerdotes en Oaxaca, para dar gustoa México, y luego los deja regresar a sus pueblos. El levantamien-to de Miahuatlán, unos días después, el 1 de octubre de 1928,recibe una cobertura excepcional en la prensa local y da lugar aun expediente en el ramo criminal. Luego de varias horas de tiro-teo, los rebeldes se posesionan de todo el pueblo, toman los 575pesos de la fiesta patronal y otros fondos de las oficinas públicas(el informe no indica el monto, tampoco el nombre de los asal-tantes ni de los muertos).47 Uno de sus jefes, Lucio Sánchez, es li-quidado poco después por el jefe de la Defensa Social del lugar,Genaro Ramos.

El gobierno debe haber recibido avisos sobre la preparación deesos golpes, porque el 19 de septiembre, el gobernador Genaro Vás-

43 AGEPEO, Revolución,leg. 242, exp. 5, 1928,

Huajuápam. Y AHPJ,Criminal, leg. 526, 1928,

Huajuápam...

44 AGEPEO, Revolución,leg. 1928/1-96, Juquila...

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50 AGEPEO, Revolución,leg. 248, exp.18, 1928,Teposcolula...

49 CESU, Informe deRaymundo Ávila a la Liga,diciembre 28 de 1928. YAGEPEO, Correspondencia,Ayuntamiento de San PedroM., 20 de noviembre de1928...

51 CESU, Informe deRaymundo Ávila a la Liga,diciembre 28 de 1928...

acto de provocación o un acto de bandolerismo disfrazado decausa religiosa.49

En diciembre los rebeldes atacan Teposcolula. Lo interesante delcaso es que se podría relacionar con los hechos siguientes: hubodenuncia a la Procuraduría General de la República (México) sobreviolaciones a las leyes de culto religioso en Teposcolula; la orden dela PGR el 1 de octubre al agente del Ministerio Público adscrito alJuzgado de Distrito en el estado de Oaxaca, de ir a Teposcolula paraponer fin a tal situación. El 22 del mismo mes el agente informó ala PGR, al Secretario de Gobernación y al Presidente de la Repúblicaque el presidente municipal y «un grupo de fanáticos se han demos-trado descontentos de mi actuación y no han faltado de buscarmedios para conseguir mi remosión [sic], dirigiéndose a varias auto-ridades [...] Por no contar con garantías, por no tener esa plaza res-guardo de Fuerzas Federales, no es posible ni cumplir con lo que seme tiene ordenado...» Pide en el mismo oficio “que se mandara undestacamento”. Gobernación solicita al Gobernador “que se im-partan las debidas garantías al C. Agente del Ministerio PúblicoFederal”. El ataque ocurre a los pocos días.50

Un legajo en el fondo Aurelio Acevedo, del CESU (Centro deEstudios Sobre la Universidad) permite de pronto documentar lasactividades de los grupos de “la Montaña”, de octubre de 1928hasta junio de 1929. El informe detallado del 28 de diciembre vadirigido a la Liga y lo redacta con buena letra y buena plumaRaymundo Ávila, que firma «organizador militar del Estado deOaxaca». Su correspondencia va siempre en nombre de “L.N.D.L.R.,Ejército Libertador, Brigada Santa María de Guadalupe”. Losprincipales jefes “libertadores” que menciona son David Rodrí-guez, mayor en 1927, y teniente coronel en 1929; Amador Sala-zar, capitán Maximiliano González.

El 10 de octubre de 1928 los libertadores emboscan una par-tida del 56 Rto. en Elotepec; el 8 de diciembre 21 hombres matana otra partida (de 36 soldados) del mismo regimiento, y el 18 dediciembre otros 12 matan al grueso de la tropa; el 22 de diciembrelos “libertadores” proceden a una “disolución temporal” paraevitar la ofensiva consecuente del general Manuel Maldonado,quien entra a la Montaña con gente de los regimientos 56 y 58.51

«Después de los triunfos del 8 y del 18 de diciembre hubo acáun gran entusiasmo» y un grupo de nueve personas salió deOaxaca para “llevar elementos, 1500 cartuchos y 100 pesos” a los

quez había mandado el oficio siguiente al general Manuel Maldo-nado, jefe del 58 Batallón:

«tengo el honor de informar a usted que con fecha 13 del corrientegiré instrucciones telegráficas a los presidentes y agentes munici-pales de los distritos de Juquila, Sola de Vega, Jamiltepec, Pochutla,Tlaxiaco, Putla y Nochixtlán, previniéndolos que deberán prestarauxilio inmediato a las fuerzas federales que por cuestiones de alte-ración del orden público tengan que recorrer la jurisdicción de lasmencionadas autoridades».48

En su Informe de Gobierno por el año 1928, el gobernadorseñala:

«La cuestión religiosa, nada de importante había ofrecido con ante-rioridad, pero en los últimos meses notáronse actividades por partede elementos católicos fanáticos, y ello se pone de manifiesto con laactividad del sacerdote Eugenio Martínez que, encabezando un gru-po de gente armada, incursionó en la Mixteca y especialmente porHuajuápam, y con la abierta propaganda sediciosa del sacerdote Epig-menio Hernández en la región de Pochutla, Jamiltepec y Juquila, encompañía de un ingeniero de nombre Arnulfo Viveros y de otroselementos.

Para contrarrestar esa labor de quienes tratan de provocar unestado de desorden, tal vez en conexión con otros grupos de fanáti-cos de otras Entidades federativas, la jefatura de operaciones Milita-res y este propio Gobierno han dictado ya las medidas conducentes yespérase que en poco tiempo sea conjurado todo peligro. En cambio,los sacerdotes Miguel Guillermo Hernández y Maximino Amador, sehan dirigido al Gobierno, solicitando autorización para ejercer su mi-nisterio”, en Juchitán y Pochutla, lo que les fue concedido».

El año de 1928 se termina el 26 de octubre con el combate deCafetal Oriental (Pochutla) en el que muere el “general brigadier”Ingeniero Arnulfo Viveros, jefe “libertador” y atacante sobre elpueblo de San Pedro Mixtepec, el 20 de noviembre. El informedice que se trata de gente armada de San Juan Mixtepec(Miahuatlán) y de Quioquitani (Yautepec), con algunos militares,al grito de ¡Viva Cristo Rey! Asesinan a varias personas, roban,incluso, en el templo. Al leer el documento, uno piensa en un

48 AGEPEO, Revolución,Asuntos Eclesiásticos, leg.

232, exp. 42...

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55 CESU, David Rodríguez aR. Ávila, 7 de marzo de

1929...

59 CESU, R. Ávila al Jefe delCE, 27 de abril de 1929...

56 AGEPEO, Revolución,leg. 258, exp. 6, 1929,

Centro. Oficio del 25 demayo...

58 Idem.

57 AHPJ, Criminal, 1929/1-9,Juquila. Según la fuente

cristera el fusilado sería otroy el motivo preciso...

60 CESU, D. Rodríguez (enla ciudad de Oaxaca) a laLiga (D. F.), 14 de julio de1929...

libertadores. Un traidor, «Pedro, el que se regresó ‘con el tarro dechocolate’, advirtió los federales que pusieron una emboscada.Hubo varios muertos y presos, dos escaparon y también el viejodon Tomás quien resultó bien herido. Torturado por la gente delgeneral Maldonado, Felix Martínez no habló y “se ganó la palmadel martirio». Fue ejecutado en Oaxaca el 28 de diciembre.52

En los primeros días de enero de 1929, el general Claudio Foxse hace cargo de la 22ª Jefatura Operaciones de Oaxaca, y la pren-sa local anuncia la rendición de «los rebeldes en el Istmo al gene-ral Alejandro Mange, jefe de las operaciones en esa jefatura. Conello queda pacificada esa región que los cabecillas rebeldes Ro-mero y Aquino habían convertido en teatro de sus hazañas».53

Una vez más la información no permite conocer la afiliación delos guerrilleros.

El 25 de febrero de 1929, Raymundo Ávila ordena a Sabás Ra-mírez Miranda: «organice Ud. un núcleo armado que operará enla región de Chilapa, E. de Guerrero, bajo sus órdenes y quesostendrá el programa y las aspiraciones de la Liga [...] bajo elmando militar supremo del General Enrique Gorostieta.»54

Del 12 de enero de al 11 de junio el jefe “libertador”, David Ro-dríguez, se mueve sin descanso con unos efectivos que integrande 30 a 200 hombres. Recorre toda la Montaña el 27 de febrerocon 95 soldados y 100 “auxilios voluntarios” empieza a sitiar los75 hombres del 53 Rto. atrapados en Zapotitlán. Nos separamosel 5 de marzo por falta de parque”. ”Así mismo he logrado con-quistar gran parte de la Mixteca y más pueblos de la Montaña”.55

En abril y mayo el incremento de actividades por parte de losinsurgentes en la zona de Tlaxiaco, confines con Nochixtlán,lleva al general Fox a autorizar al general Manuel Maldonado, jefedel 58 Batallón, a organizar defensas sociales en la región, «parala campaña de gabillas [sic] de rebeldes fanáticos y salteadores de laregión».56 Por su lado, en la región de Juquila, David Rodríguezsigue haciendo de las suyas; el 19 de abril manda fusilar al «jovenFrancisco García, de profesión labrador, sin motivo aparente. Estapersona no pertenecía a la población de Yolotepec, lugar del fusila-miento, sino que los rebeldes lo traían preso desde Juchatengo».57 El26 de abril está en Juchatengo y quema las propiedades de la señoraDionisia Díaz, esposa de Epitafio Silva que fue jefe de la defensasocial del lugar. El 4 de junio le dirige una carta a la señora en la quepide mil pesos para dejarla en paz.58

En abril, David Rodríguez se acerca a las goteras de Tlaxiaco,toma Santa María Yutanduchi, que tiene una defensa social hostil alos “libertadores”, “que ha cometido toda clase de atropellos con losvecinos, amigos nuestros de Teozacoalco, Sindihui, Potrero, Zapoti-tlán, San Felipe, San Miguel Peras”. Entra el 16 de abril a Zimatlán,va a Tlaxiaco, fusila a Benito Jiménez, quien había entregado al jefeJesús Sánchez. A consecuencia de sus golpes «el enemigo llegó a laMontaña. Se ha dedicado al amedentramiento [sic] de los pueblos”»mediante el desarme, lo saqueos, “fusilamientos de los que sondenunciados por la defensa de Yutanduchi”. David Rodríguez sequeda con 30 hombres:

«el resto de nuestros voluntarios ha regresado a sus pueblos a poneren seguridad sus ganados y familias ante la política de terror del generalMaldonado. Nuestra existencia de pertrechos es excesivamente precariacontándose con un promedio de 15 cartuchos para 80 hombres.

La recolección de donativos es casi nula en la Ciudad de Oaxaca.La labor desanimadora de algún elemento eclesiástico no ha cesadoy nos resta elementos [...] Nuestras fuerzas se componen de un pieveterano y constante de 40 hombres, recibiendo el auxilio intermi-tente de voluntarios que acompañan a una expedición o combateregresando luego a sus hogares. [...] Abandono la Montaña por 30días pues es grande el pánico que hay en la región y la lealtad de lospueblos y sus autoridades está vacilando».59

El 5 de junio estaba de regreso y bajaba hasta Puerto Escondidocuando se le rindió el día 8 sin resistencia. Luego remontó aMiahuatlán, Sola de Vega, Juchatengo. El 14 de junio se salvó de lamuerte: “Arcadio Rodríguez que iva pagado por los federales medisparó por la espalda a medio metro, tocó la bala en el escapulariode la Santísima Virgen”. Gravemente herido, se salvó y “después de22 días llegé a esta ciudad en muy malas circunstancias.”60

Para esa fecha la guerra había terminado con los “arreglos” y lareanudación del culto público. En Oaxaca ningún “rebelde”, nin-gún “libertador” se tomó la pena de presentarse para recibir unsalvoconducto.

Era necesaria esa aburrida enumeración cronológica para com-probar a la vez la existencia muy localizada de una resistenciaarmada (Widerstand) —esa localización periférica no deja de serinteresante—, y su poca importancia sobre la marcha de los acon-

54 CESU, Raymundo Ávila aS. Ramírez, 25 de febrero de

1929...

52 CESU, Informe desdeOaxaca a R. Ávila, enero 19de 1929...

53 Mercurio, 8 de enero de1929...

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tecimientos en el conjunto del estado. Es imposible presenciarcifras serias, pero si uno piensa que ninguna banda pasa de 90hombres y que operan generalmente en grupos de 20 a 40, sepodría hablar de 400 rebeldes, en las Mixtecas, cuando mucho,sin contar los mencionados pero no identificados. En Michoacán,en 1929, los cristeros se cuentan por miles... Esos “rebeldes faná-ticos” si bien no ponen en peligro al gobierno, se mueven comopeces en el agua, están en su casa, no los atrapan nunca porquegozan de amplias complicidades. Al no representar una verdaderaamenaza militar le ahorran a Oaxaca los horrores de la guerra, yel círculo vicioso levantamiento-represión-más levantamientos,llega a ser demasiado conocido en otras regiones del país. Eso mis-mo le permite al gobernador mantener su línea política conci-liatoria y a la Iglesia local impartir sus servicios espirituales ysacramentales, lo que a su vez mantiene a la gran mayoría de loscatólicos en una tranquila y pacífica Resistenz: visita a los templos,práctica religiosa, apoyo al clero, peticiones, peregrinaciones ...

III. EL MODUS VIVENDI ENTRE EL GOBIERNO

Y LA IGLESIA DE OAXACA

Así como escasea el material informativo sobre los católicoscombatientes, sobra la documentación que demuestra el fun-

cionamiento casi normal de la institución eclesiástica; eso permiteexponer indirectamente la existencia de un “gentlemen’s agreement”entre “ambas majestades”, pacto tácito que dos o tres documentosponen de repente una luz meridiana.

1. La estrategia de la arquidiócesis

En los archivos eclesiásticos hay tres ausencias notables en cuan-to a la temática: no se critica nunca al gobierno; no se mencionaa la Liga Nacional de Defensa de las Libertades Religiosas, ni a loscatólicos levantados en armas. En cambio no deja de ser impre-sionante la cantidad de oficios dirigidos por las autoridades mu-nicipales a la Mitra, en un tono de absoluto respeto, para tratar detemas como la celebración de las fiestas religiosas, el pago del diez-mo, la petición de sacerdotes. Si uno piensa que Oaxaca, excepcio-nal en este punto, tiene mas de 500 ayuntamientos, eso deja a laIglesia beneficiarse de una red extraordinaria de complicidades.

El arzobispo Núñez y Zárate organizó la defensa de los interesesde la Iglesia, a partir de marzo de 1926, de manera firme pero pru-dente, buscando siempre contactos y diálogo con el gobierno local,

Distritos Afectados

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63 AHAO,Diocesano/Gobierno/Parroquias 1925-1929, 24 deseptiembre de 1926...

62 Idem, 7 de agosto de1926...

«reuniendo a los elementos intelectuales y formando con ellos doscomisiones, una que se llama ejecutiva y otra de estudio; la comisiónejecutiva tiene por oficio hacer las representaciones ante el Gobier-no, ante los tribunales; la otra se ocupa de estudiar lo que se debehacer en cada caso.»

Cuando el Gobierno pidió la lista de sacerdotes y la de los 10 laicosque se debían encargar de cada templo, el arzobispo optó porcumplir con el requisito.61

A la hora de la suspensión del culto público, dio instruccionespara que la realización y entrega de los inventarios no fuesemotivo de enfrentamiento. Tardó dos meses en definir una nuevapastoral adaptada a las circunstancias, quizá inspirado por lalectura de las cartas angustiadas de sus sacerdotes. Va como botónde muestra la del P. Everardo Gracida, desde Zoquitlán, con fechaagosto 7 de 1926:

«Pongo en el honorable conocimiento de V. S. I y Rma. que, en unade las conferencias tenidas últimamente con las autoridades localesme suplicaron me dirigiera a mi superior pidiendo se celebre denuevo el santo sacrificio de la misa en el templo parroquial. Y pidenesto para poder dar contestación a varias circulares venidos del Cen-tro en donde se les pregunta si han sido abandonados los templospor los sacerdotes juntamente con las casas curales. Ellos quierendecir que no ha habido suspensión de cultos ni abandono para evitarcuanto se ordena en las circulares por lo que me han pedido mi perma-nencia en el curato y además la celebración de los oficios divinos enel templo. Y lo comunico a V. S. I y Rma. para que si a bien lo tienese levante la orden de suspensión de cultos con lo que hará renacernuevamente la alegría en los corazones de estos pobres feligreses quebastante han llorado en estos días de luto para nuestra madre la san-ta iglesia».62

Además de demostrar las estrechas relaciones entre lasautoridades locales y los párrocos, esa carta manifiesta la angustiade los sacerdotes, apenas después de una semana de suspensióndel culto público. El arzobispo respondió con una circular 40 díasmás tarde:

«Nuestro Ilmo. y Rmo. Prelado ha tenido a bien dictar las siguientesnormas a las que deberán sujetarse para la celebración de la SantaMisa, mientras dure la suspensión del culto en los templos. Los Sres.sacerdotes residentes o transeúntesPrimera.- Ninguno podrá hacer uso de la facultad de binar.Segunda.- Cada quien deberá tener casa fija y en ella oratorio provi-

sional para la celebración, con aprobación del vicario.Tercera.- Sólo en casos excepcionales y con causa grave y autoriza-

ción del mismo Vicario se podrá celebrar en casas distintas de lasaprobadas para la celebración fija.

Cuarta.- Los sacerdotes transeúntes celebrarán en alguna de las casasaprobadas para la celebración, y sólo que así conviniere, a juiciodel Sr. Vicario podrán hacerlo en su propia residencia».63

Como la Iglesia había suspendido el culto público, el gobiernofederal señaló a todos los estados que los sacerdotes no podían ce-lebrar ni impartir los sacramentos en casas particulares; en mu-chos lugares del país, la severa aplicación de esa consigna llevó ala Iglesia a la clandestinidad y varios sacerdotes y muchos laicospagaron con su vida las infracciones a esa regla. No fue el caso enOaxaca: tener en las oficinas de la curia la lista de las casas apro-badas para la celebración hubiera sido una imprudencia criminalde existir por parte del gobierno local una voluntad persecutoria.

En Oaxaca, la Iglesia no abandonó el camino de la legalidad yconfió a los laicos la resistencia cívica (Resistenz). Además demantener a sus sacerdotes en sus parroquias respectivas æconmuy pocas excepcionesæ, apoyó el desarrollo de todas las moda-lidades de actividad espiritual, sacramental y cultual, lo que fueposible gracias a la existencia de la red de cofradías, hermandadesy mayordomías. Se debe señalar que lo primero, mantener la pre-sencia sacerdotal en todo el estado, fue posible sólo porque el Go-bierno lo permitió; en otros estados, las autoridades obligaron alclero a concentrarse en la capital o en las principales ciudades. Enbuena parte lo hicieron para prevenir o derrotar los levantamien-tos, con la creencia de que los sacerdotes eran los promotores ylos líderes de la rebelión. Quizá una fuerte insurgencia católica enOaxaca hubiera provocado la misma reacción. Así el levantamien-to de Huajuápam provocó la expulsión del obispo, de su cabildoy de los sacerdotes.

61 AHAO, Correspondencia,15 de marzo de 1926...

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65 AHAO, FondoDiocesano/Gobierno/Inform

es matrimoniales, 1926-1929...

66 AHAO, Correspondencia,P. Andrés Corrales al VicarioGeneral Gracida, 5 de mayode 1927...

64 AHAO, Actas de Cabildo,libro 1901-1948...

El rechazo a la violencia, el recurso a la legalidad, la moviliza-ción de las redes de simpatías y complicidades en todos los nive-les del gobierno, y finalmente, el desarrollo de una pastoral quemovilizaba a los fieles y aumentaba su actividad religiosa, tal fuela estrategia diseñada por el arzobispo y aplicada por el Cgo. Car-los Gracida, quien dirigió la arquidiócesis de 1927 hasta el 2 dejulio de 1929. Nadie como él para asumir esa responsabilidad: suexperiencia en los años 1915-1920, mucho más álgidos en Oaxa-ca que los de 1926-1929, le sirvió mucho. En esa ocasión no tuvoque esconderse nunca y no fue detenido ni una sola vez.

Entre 1926 y 1929, el arzobispo no redactó ninguna carta pas-toral, sólo edictos de cuaresma y algunas circulares de tema litúr-gico. En cuanto al cabildo, se reunió de manera normal; monse-ñor Núñez asistió por última vez el 28 de octubre de 1926, antesde su exilio. Los asuntos tratados fueron siempre de rutina, hastala sesión del 24 de junio de 1929 «para comunicar al cabildo losarreglos para la reanudación de los cultos». En dicha sesión sepreparó «la apertura de la Santa Iglesia Catedral para recibirsolemnemente a nuestro Exmo. y Rmo. Prelado».64

El cabildo se reúne, monseñor Carlos Gracida despacha en lacuria, en sus oficinas de siempre, en plena luz del día y a unos me-tros del palacio de gobierno, donde despacha su amigo, el gobernadorGenaro Vásquez, amigo también del canónigo Agustín Espinosa,secretario del cabildo catedralisimo El seminario funciona sin elmenor problema, organiza los exámenes cada diciembre «para reci-bir órdenes del sudiaconado, diaconado, presbiterado», acepta nue-vos alumnos; a un lado de catedral las secretarias de la Mitrapreparan los informes matrimoniales65; por cierto, hay la mismacantidad de matrimonios religiosos año tras año, y se tramitan lasdispensas, como siempre. Toda la documentación que espera hoy alhistoriador está redactada en papel oficial, membretado, cada asun-to tiene sus formas impresas, el sello no falta para los expedientesmatrimoniales ni para el diezmo. Ahí está también el papeleo derutina de Tehuacán, vicaría foránea del estado de Puebla, depen-dencia eclesiástica de Oaxaca. Es más, los presidentes municipa-les escriben oficialmente y cristianamente a «Monseñor CarlosGracida, Gobernación Eclesiástica», para defender a sus curas,presentar peticiones al gobierno, pagar el diezmo. Año tras año,los sacerdotes renuevan sus licencias en la curia. La vida continúanormalmente, salvo por la ausencia del arzobispo y la celebración

de la misa en casas particulares. Pero los templos siguen abiertosy plenos; incluso, a veces un sacerdote celebra en el templo; pocasveces, pero se da el caso.

¿Cómo es posible tal situación?

2.- La estrategia del Gobierno

«En esta mañana se me olvidó advertir a su Señoría la circuns-tancia en que está el Seminario funcionando, por si acaso no sehaya fijado en ella. Oficialmente está clausurado el Seminario eneste lugar y sólo funciona por la tolerancia de Don Genaro [Vás-quez] y su Gobierno. Ahora él mismo nos aconseja que salgamosde aquí para no comprometerlo y para evitarnos atropellos.Dificultades a él por corroborar, si nos hallan aquí, las asevera-ciones de los anticlericales; dificultades a nosotros al ser declaradosculpables por haber roto los sellos sin autorización y reanudado elseminario clausurado. De esta culpa y sus penas no tenemos ni elrecurso del amparo (que creo no se concede ya) pues se consideraofendida la misma autoridad que lo ha de conceder».66

Tres meses más tarde es el propio vicario general, monseñorCarlos Gracida escribe al arzobispo Núñez; después de mencio-nar las «circunstancias anormales y penosas en las cuales nos en-contramos sumergidos», evoca «dos amenazas, la escasez de llu-vias y la epidemia [de paludismo]». No menciona ni la guerra queasuela otras regiones del país, ni la persecución religiosa que nose da en Oaxaca, sino ruega al prelado «pedir a Dios las lluviasque serían un poderoso auxilio contra esos males». Luego escri-be: «La disposición de las autoridades civiles y militares continúabenigna para el Clero. El culto en la forma semipública en que seviene ejerciendo se sigue tolerando por unas y otras y no sonmolestados ni los sacerdotes ni los fieles».67

Por eso el arzobispo puede informar a su colega Pascual Díaz:

«En carta del 6 del corriente, recibida con retardo, me dice el Sr.Vicario que el plazo para la presentación [de los sacerdotes] termi-naba el 10 del mismo mes, que él la juzgo lícita pero que temiendoque los sacerdotes padecieran perjuicios por la presentación o la nopresentación, los dejó en liberad y que acudieron casi todos.

A los de la ciudad, dice textualmente, se da un boleto que certifi-ca la presentación y expresa en algunos casos que no ejercen el minis-

67 AHAO, Correspondencia,6 de agosto de 1927...

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69 AHAO, Correspondencia,a Vicente Medina, 20 de

enero de 1928.

70 Idem. P. Cuevas al vicariogeneral, 5 de febrero de1928.

68 AHAO, Correspondencia,Núñez y Zárate a Pascual

Díaz, 14 de agosto de 1926.

terio (siendo que la Jefatura es sabedora de lo contrario) y que sededican a tal o cual profesión. A los de fuera se da un salvo-con-ducto para que no sean molestados conteniendo los mismos concep-tos y precediendo un certificado de las autoridades locales sobre noejercicio del ministerio y completa abstención de la política y de larevolución. Todos los que se han presentado han sido tratados concortesía.

De estos informes y de los hechos referidos por mis diocesanosque consultan (de cuyo escrito tengo copia) resulta cierto que no seha pedido ni exigido a los sacerdotes nada, absolutamente nada; queen consecuencia, ellos no se han comprometido a nada. Continúantodos trabajando como antes de la presentación.

Creo que en el caso no es aplicable la circular del Sub-Comité (epis-co31pal), pues mis sacerdotes no pidieron permiso a las autoridadespara ejercer el ministerio [...] Creo, pues, que no es necesario sometera la deliberación del Sub-Comité este asunto, sino que debe contestarsea los que consultan que pueden recibir los Santos Sacramentos de lossacerdotes mis diocesanos [...] porque no están comprendidos en loscasos que trata la circular del Sub-comité».68

Se ve que la situación de Oaxaca no era del gusto de todo elmundo, ni de todos los obispos:

«Te felicito por la felicidad de que gozaste y de la que gozas,escribe desde la ciudad de México alguien que firma “Paco” a suhermano en Oaxaca; porque según informes fidedignos Uds. no hansabido lo que es sufrir y todo ha sido condecendencias de los jefes ymilitares para todos Uds. Que sea así por toda la temporadita [...] Hesabido cosas referentes al culto público que por allí se da en las igle-sias o quasi iglesias que por cierto ha hecho pésima impresión en loscírculos que no están influenciados por el miedo, chismitos, digo, enlos cuales andas tú metido y con muy pocos favorables comentarios,ojalá te persuadieras de que estos tiempos son de prueba y que enellos se esta escribiendo la historia de la Iglesia de México y la deOaxaca y quizá la estamos escribiendo muy manchada [...] Decismáticos no les bajan de un pelo a todos los de por allá.»69

Así como los católicos beligerantes de la Liga y sus aliados eclesiás-ticos sospechaban de la ortodoxia de la Iglesia oaxaqueña, los anticle-ricales sospechaban de la fe revolucionaria del Gobierno de Oaxaca:

«El diputado Arturo Flores López estaba acostumbrado a hacer suvoluntad aquí en los pueblos vecinos. El actual ayuntamiento y enespecial el Presidente municipal no lo dejan disponer como antes yse han enemistado de muerte. El diputado está apoyado por Obre-gón y el Pte. por el Gobernador y se han puesto a luchar con positivoencono. No encontrando el Diputado arma mejor, tomó la del Cultoy acusó ante el Sr. Calles y Tejeda (Secretario de Gobernación), alPresidente, al Jefe de Armas, al Jefe de oficina Federal y a dos agentesque viven aquí y como tiene buenas cuñas en México su denuncia yacusación prosperó y fue consignado al Juez de esta, quien llamó adeclarar a los antes citados. Yo me temí que íbamos a ser los chivosexpiatorios, pero gracias a Dios, que la indignación de los acusadosse fue contra el Diputado y a mi sólo me suplicaron que suspendié-ramos toda actividad mientras pasa la tempestad. Así lo pedí a loshermanos y lo hemos hecho por la buena porque al fin tendríamosque hacer por la fuerza. [...] Entretanto no se ve claro quién triunfa,si el Diputado o los acusados, estaremos quietos».70

Nunca faltaron las denuncias contra el modus vivendi; tampo-co fueron muy numerosas y no parecen haber tenido muchoefecto. Así el maestro Graciano Benítez denuncia, en mayo de1928 al ministerio publico que el P. Vicente Muñoz oficia envarios pueblos de Nochixtlán:

«Es bien sabido que en los pueblos donde reina la ignorancia yreina el fanatismo, y es ahí donde actualmente el clero pulula infri-giendo las leyes en materia de cultos y, a ponerle coto a aquellas ac-ciones antipatrióticas, antihumanas y de criterio tan erróneo comoes bien sabido por todo hombre culto, he venido disponiendo de misexfuersos intelectuales; pero lugares donde la peste fanática está tanarraigada que resulta muy débil mi exfuerso individual, y es por ellocomo me dirijo a esta Superioridad de su muy digno cargo, por ellaa quien le compete este asunto.” Señala luego las actividades del P.Muñoz en el noroeste del distrito de Nochixtlán, “y así como este,individuos varios hay que vagan en la misma forma por aquellaregión (Mixteca) cuyos resultados, si a dichas acciones no se lessomete al debido orden, serán idénticos a los que se han venidoregistrando en los Estados de Jalisco y Guadalajara». (Transcripciónliteral, N. de J. M.).71

71 AGEPEO, Revolución,Gobierno. Oficio 3211,Departamento de Estado, 29de junio de 1928. Al Agentedel Ministerio Público deNochixtlán.

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73 Idem, Benjamín Cuevas alCanónigo A. Espinosa, 3 de

marzo, 8 de junio, 14 dejulio de 1929.

74 AHAO, Correspondencia,Nochixtlán, 10 de abril de 1926.

75 AHAO, Correspondencia,Tlaxiaco, 11 de marzo de1926.

76 AHAO, Diocesano/Gobierno,circular del general Ramos, 26de mayo de 1927.

72 AHAO, Correspondencia,Carlos García al Gobernador

de la Mitra, 17 de octubrede 1928.

No le pasó nada al P. Vicente Muñoz, mientras que su colegaCarlos García, de la parroquia de Usila, tuvo que ausentarse untiempo:

«Padre, las dificultades por mi parroquia no terminan y los maloselementos buscan pretextos para acusarme y así lo hizo formalmenteel presidente municipal de Usila, formó un extenso escrito y lomandó a la Secretaría de Gobernación en México, dando informes dedonde me encontraba yo, mi verdadero nombre y mis ocupacionesinstando para que se me apresara; gracias a Dios pude escapar porhaber sabido con anterioridad del citado escrito. [...] Hablando conclaridad lo que buscan es que les dé dinero, pues así lo han hecho aotros compañeros cercanos y validos de la autoridad que representancometen muchísimas injusticias.»72

En cambio, el cura de Coxcatlán, Benjamín Cuevas, no tuvonunca problemas, siempre bautizó, casó, celebró la misa, como sinada: «No he notado hostilidad por parte de las autoridades, alcontrario. Me avisan “Váyase” cuando es necesario, son hombresde fe». Daba el catecismo a los niños, el domingo, en el temploparroquial, informaba de la buena marcha de las asociaciones, delas hermandades. Después de los “arreglos”, escribe una vez mása la Curia para confirmar que todo funcionó perfectamente du-rante esos tres años.73

3.- La conducta del ejército

En los nutridos archivos de la Mitra se ha podido encontrar unasola queja contra el Ejército Federal, y eso antes de la suspensiónde los cultos; Ignacio Colmenares, cura de Nochixtlán reporta que

«casi al diario tenemos invadido el atrio por los soldados quevienen hacer instrucción y equitación, destruyendo totalmente el atrioy llenando de tierra la Iglesia. Y como sus ejercicios comienzan a las 6a.m. hasta las 8 reanudándose después, en esas horas por orden deellos no se pueden tocar las campanas ni llamar a misa [...] Un día quemandé al sacristán a tocar la misa a las 6. le disparó el mismo tenientecoronel con su pistola [...] A raíz de esto último me mandó pedirdispensa, haciendo mil protestas de adhesión a la Iglesia y de que él esmuy católico, que sólo procede así por la nesecidad.»74

Pero por las mismas fechas, el cura de Tlaxiaco, Celso Castro,gran amigo del canónigo Carlos Gracida, se felicitaba por sus bue-nas relaciones con el general Claudio Fox (futuro jefe de opera-ciones militares en Oaxaca): «Hasta hoy salió de acá el Sr. GeneralFox y quedé muy satisfecho de él porque hasta última hora semanifestó mi amigo y lo creo sincero. Dios quiera que su influen-cia me sirva de algo en algún caso».75

Después de la suspensión del culto público, las autoridadesmilitares siguieron la misma línea que el gobernador Genaro Vás-quez, dando aparente satisfacción al gobierno federal, sin moles-tar a la Iglesia. El 26 de mayo de 1927, por instrucciones desdeMéxico, el general J. O. M. Matías Ramos publicó una circular enesos términos: «El Presidente de la República ordena reconcen-tración de todos los párrocos a esta capital por la labor sediciosaque ha estado desarrollando cura Benito Vásquez de Mixtepec ylos de Cuilapam, Tepelmeme, Silacayoapan y de cuya labor noson agenos los demás que residen en el Estado».76 Corrió la vozentre los sacerdotes de que «hay una disposición del Gobiernopara que el sacerdote que entre a la Ciudad ya no se le deje sa-lir».77 No sólo el general retrasó el plazo fijado del 25 de juniohasta el 10 de agosto, sino que transformó la reconcentración conasignación a residencia (como se hizo en toda la zona cristera) ensencilla visita; explicó al vicario general: «Tengo orden superiorde tener aquí a todos los Padres, pero considero que los de fuerapueden pasar la vida mejor en sus pueblos y por eso los dejo; perocomo ya están anotados, si surgiera aquí un movimiento rebelde,luego los llamaría a todos».78 El vicario comentó a su superior, elarzobispo en el exilio: «el General, persuadido de que el clero nofomenta la revuelta y de que su concentración podría ocasionarla,ha optado por solo la presentación».79 El general ganó su apuesta,y con él el gobierno civil de Oaxaca: la revuelta no prosperó nun-ca, gracias a la permanencia de un clero que pudo atender las ne-cesidades espirituales de los fieles. Por su parte el vicario generalhabía, inteligentemente, dejado a su clero libre de presentarse ono dándole, sin embargo, buenas razones para hacerlo:

«Remito a Ud. la adjunta circular y si ya le han comunicado estomismo por conducto de las autoridades civiles o militares, me parececonveniente el que se presente, por supuesto sin que se lo impongade mi parte. La presentación es lícita en sí y por lo que se ha visto

77 AHAO, Correspondencia,P. Antonio Valencia a Cngo.Espinosa, 3 de julio de1927.

78 Idem. C. Gracida a Mons.Núñez, 6 de agosto de 1927.

79 Idem. yDiocesano/Gobierno, C.Gracida a A. Espinosa, 20de julio de 1927-1928.

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82 AHAO, Mandatos,circular 540 del general

Ildefonso Castro.

84 AHAO, Mandatos, 18 deagosto de 1928.

83 AHAO, Correspondencia,Tte. Coronel Clicerio

Torres, 3 de septiembre de1928.

85 AHAO, Correspondencia,Putla 15 de septiembre de

1928.

86 Idem. sin lugar, 1 deoctubre de 1928. El autortiene cuidado en nomencionar ni lugares, niapellidos; habla deConsuelo, Rafael,Hermelindo, Miguel.

80 AHAO, Parroquias, alcura de Juquila, Ausencio

Canseco, 23 de julio de1927.

81 AHAO, Cabildo,Informes, 1926-1929.

hasta el presente no trae ningún perjuicio a los que se han presen-tado. Todo esto me hará favor de comunicarlo a los sacerdotesresidentes en esa Foranía».80

Él mismo dio el ejemplo y se puede leer en una hoja de papelmembretado, de la 22ª Jefatura de Operaciones Militares, el acuer-do del 29 de julio de 1927: «Se presentó en este Cuartel generalel Sr. Sacerdote del Culto Católico Carlos Gracida con domicilio[...] que ejerció su ministerio en la cátedra. El Capitán I de Caba-llería del estado Mayor».81

Un año después, el 14 de julio de 1928, las autoridadesmilitares ordenaron «que se presenten los sacerdotes de la Ciudadel 17 de septiembre para tratar asuntos relacionados con su pro-fesión», y no pasó nada. De la misma manera el 24 de julio avi-saron que «los sacerdotes deberán solicitar autorización cuandotengan que salir de esta Plaza en el concepto de que serán consi-derados como rebeldes los que no cumplan con esta disposi-ción.»82 No pasó nada. Así «El Sr. Carlos Gracida quien estádomiciliado en esta Ciudad, tiene que salir constantemente a lahacienda de Noriega y Soledad para la atención de sus ne-gocios».83 Y son las mismas autoridades militares que avisan alvicario general, el 18 de agosto de 1928 que «han recibido órde-nes de intensificar la vigilancia para evitar y castigar el culto enlas casas, lo que conviene tener presente para evitar una sorpresa».84

Sólo cuando tuvieron que enfrentar un levantamiento, lasautoridades civiles y militares, de común acuerdo, y tal como lehabían dicho al vicario general, obligaron a los sacerdotes a salirde su pueblo, en septiembre de 1928:

«El Presidente Municipal de este lugar [Putla] me ha notificadopor orden del Gobernador del Estado que se reconcentren todos lossacerdotes que residan en esta población a esa Capital, motivandoesta disposición a los levantamientos de católicos en varias partesdel estado [...] De ser cierto tales levantamientos no se nos debeculpar por que bien sabemos las grandes responsabilidades quehabría sobre el caso; por acá todo está en completa calma yesperamos en Dios que no se registrará ningún desorden».85

Tenía razón el cura de Putla, Jacinto Martínez, de modo que lamedida no fue ejecutada.

Con este motivo un clerigo de cierta autoridad, que firma sólo“Santiago”, escribía a un tal Vidal: «Lamento mucho que por elmovimiento armado que me dicen hubo por Juquila, se veanobligados los PP a dejar sus parroquias [...] Entiendo que sóloobligados por la fuerza dejarían a sus feligreses [...] Está Ud.acertado en juzgar que no pudiendo muchas personas recibir la S.Comunión en la mañana, puede facultar a los sacerdotes para quela distribuyan a horas en que los fieles no pueden guardar elayuno».86

Para terminar con el Ejército federal: el P. Ramón J. Calderón,de Miahuatlán, de la agitada Miahuatlán, escribía el 18 de mayode 1929 al secretario de la Mitra, Cngo. Agustín Espinosa: «El día3 estuve en el pueblo de Cuixtla, pues tenía verdaderos deseos deconocer esta fiesta que estuvo concurrida. Hasta estos momentoshe tenido buena acogida con los habitantes de la población y, porlo que toca a las autoridades, no he encontrado ningunadificultad para mi permanencia, pues el Sr. Ramos, que es aquí elTodo, me ofreció darme garantías. Traía para él una carta derecomendación DEL GENERAL BREÑA» [subrayado mío].87

No se ha podido encontrar en los archivos un solo caso de vio-lencia ejercida contra un sacerdote, o contra la población civil cuan-do participaba en actos religiosos; tampoco casos de destrucciónde templos o de objetos religiosos, mucho menos de sacrilegio.No todo está registrado en los archivos, ciertamente, pero tantoesta ausencia masiva, como las pruebas contundentes de la bene-volencia de los generales y de la oficialidad para con la Iglesia,obligan el autor a matizar su primera tesis según la cual el ejércitoera un actor y un factor importante en el anticlericalismo revolu-cionario. No siempre, no en todas partes, no todos sus miembros.

87 AHAO, Correspondencia,Miahuatlán, 18 de mayo de

1928. Se trata del generalEnrique Brena. La “ñ” figura

en el documento original.

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IV.- EL PUEBLO CRISTIANO:

SACRAMENTOS Y PASTORAL

Unido a su clero, protegiendo y presionando a sus sacerdotes,con la tolerancia de las autoridades superiores y la complici-

dad activa de las autoridades locales, muy numerosas y fracciona-das en Oaxaca, el pueblo cristiano vivió esos años de manera muyintensa. Los no muy numerosos anticlericales atribuyeron en sumomento tal rebote de religiosidad a los graves y permanentessismos que castigaron al estado durante esos años, pero no to-maban en cuenta las poderosas organizaciones tradicionales ymodernas, desde las cofradías hasta la Acción Católica, y el hechode que el clero tuvo que delegar mucho a los laicos, entregarles laadministración de los templos, la celebración de numerosos actosreligiosos, la distribución de la eucaristía, etc. Un resultado para-dójico del conflicto religioso fue esa promoción de los laicos.

Unido, movilizado, pacífico, el pueblo católico pudo conservarsus sacerdotes y su cristianismo comunitario, antiguamente com-batido por el clero, se reveló un poderoso factor de resistencia que lodejó inmunizado contra la propaganda anticlerical. Todos los in-formes nos pintan templos llenos en domingo, los días festivos (yhay muchos en el calendario litúrgico tradicional), a la hora delRosario.

El testimonio casi unánime de los sacerdotes es que “la gentese porta muy bien”, como lo dijo el P. Ignacio Colmenares cuandofue detenido corto tiempo en mayo de 1927, porque unos hombresse habían levantado en Mixtepec. Rápidamente liberado gracias ala intervención de Mons. Gracida con las autoridades, le escribió

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91 Todos los documentoscitados: AHAO,Correspondencia, y los quecorresponden a la entregacorren del 15 de julio al 18de diciembre. TambiénAGEPEO, Revolución,Asuntos Eclesiásticos, 1929-1930.

que «la gente de esta parroquia cada día más adicta a su indignopárroco, me cuida con más esmero. Mi gratitud va a mis Supe-riores por sus atenciones y oraciones y a toda esa gente que seporta muy bien.»88

Durante esos tres años, los pueblos no dejaron de presentar pe-ticiones, de reunir cientos de firmas para defender a sus sacer-dotes, para lograr la vuelta de su cura o el nombramiento de unpárroco. El P. Estanislao Rodríguez, desde Tehuacán, escribe el 19de noviembre de 1926, al Cgo. Espinosa: «Vinieron mis inditos asuplicarme mucho, mucho, que les celebrara el día de mañana oque por lo menos fuera a bendecidles agua y a rezarles unosresponsos y ver si es posible instalarme en la casa parroquial sinhacer acto de culto alguno en la iglesia». Se rinde a sus razones.89

El 15 de marzo de 1927 el ayuntamiento de San AntoninoOcotlán presenta al “Bicario General” una petición firmada por elcomún de los habitantes:90

«atendiendo que todos los habitantes somos católicos de corazóny que nunca nos habíamos quedado sin la misa Dominical. Actual-mente por las difíciles circunstancias, los habitantes todos sentimosprofunda tristeza y acudimos a S. Señoría nos conceda que uno delos sacerdotes recidentes en Ocotlán venga a decir misa el Domingoen alguna casa particular, ofreciendo que esto será en secreto; que estepueblo es muy unido».

El 6 de junio de 1927 es el “alcalde constitucional” de Santa AnaZegache quien pide al vicario general «en nombre de nuestro Señory de mi pueblo en general que deis nuestras súplicas para que vuel-va el amado Padre Narciso Olivera, pues muy tristes nos encon-tramos sin él, nos parece estar sin sombra, sin sol y casi sin vida,porque él es que nos da el pan de la fortaleza de nuestras almas,el pan de la vida eterna» (siguen firmas).

Emocionado por el apoyo de su grey, el P. Filiberto Alcázar, deSanta María Zaachila, escribe el 9 de septiembre de 1927 a mon-señor Gracida: «Verdaderamente a Ntro. Buen DIOS se debe el queesta pobre gente corresponde al llamado, que su inescrutable Provi-dencia ha deparado a la Nación Mexicana, en los actuales tiempos,para la depuración de su Fé y práctica de las virtudes cristianas.Hubo siempre una conformidad tan hermosa en todos los órde-nes que no pude menos que...».

En mayo de 1928, es el presidente municipal de Jaltepec, No-chixtlán quien pide un sacerdote de tiempo completo. El 6 de abrilde 1929, el presidente municipal de Juquila Mixes suplica «a fin deque reservadamente pueda el cura José María Hernández prestarauxilio a sus feligreses, ministrándoles algunos sacramentos comoson casamientos y bautizos, es decir pasando los interesados a reci-birlos.» (El cura había tenido que retirarse después de las incursio-nes de los rebeldes católicos).

El 4 de julio de 1929, «los que suscribimos, miembros de la Juntavecinal de la Villa de Teposcolula, y demás particulares con su firma[varios cientos] calzamos la presente, nos permitimos la libertad dedistraer su múltiples ocupaciones con la lectura de la misma, paramanifestarle respetuosamente lo siguiente:

«El pueblo de Teposcolula, católico en su totalidad, envía a suIlustrísima la felicitación más grande y sincera, por haber logradoNuestra Santa Madre la Iglesia católica, Apostólica y Romana, pormedio de sus Ilustres Prelados la solución feliz del doloroso con-flicto religioso, que por cerca de tres años nos había privado denuestras santas prácticas religiosas». Luego piden al ArzobispoNúñez y Zárate la renovación del nombramiento de «nuestro que-rido Cura Señor Presbítero Don Ramón J. Calderón», quien nuncalos abandonó. Es la primera de una larga serie de peticiones pre-sentadas por pueblos grandes y chicos, cuando todos manifiestansu deseo de seguir con el mismo párroco. Así ,el Ayuntamiento deCaltepec hace memoria el 9 de julio de cómo «durante la sus-pensión del culto nosotros procuramos unánimemente ayudar connuestro cuidado al Sr. Cura Samuel Ramírez y nos cabe la satis-facción que no hubo que lamentar esa privación pues nuestrosacerdote trabajó libremente en todas las Iglesias que son a su car-go; de lo que nunca olvidaremos la vondad que tuvo el SupremoAcedor con estos sus hijos».

A partir del 28 de junio de 1929, las autoridades empezaron laentrega de los templos a los sacerdotes, en los términos de la LeyReglamentaria del artículo 130 Constitucional. El 3 de julio la Mitraremitió a su vez la lista de los sacerdotes designados para recibirlas iglesias y, gracias a la intervención de Don Carlos Gracida, elGobernador despachó las órdenes para la entrega de los templosen las diócesis de Huajuápam y Tehuantepec.91

88 AHAO, Correspondencia,Nochixtlán, 29 de mayode 1927.

89 Idem. Tehuacán.

90 Idem. San AntonioOcotlán.

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93 AHAO, Correspondencia,P. A. Canseco a Vicariogeneral, 15 de enero de1928.

94 Idem. P. AureoCastellanos al Secretario dela Mitra, canónigo A.Espinosa, s.f.

Nota Bene:

En su Informe de 1928, el gobernador mencionó a cuatro sacer-dotes, a Epigmenio Hernández y a Eugenio Martínez, acusados dedirigir a los rebeldes de Pochutla, Jamiltepec y Juquila el primero, alos de Huajuápam el segundo. Ambos fueron liberados de toda sos-pecha. A Miguel Guillermo Hernández, de Juchitán, y a MaximianoAmador, de Pochutla, para felicitarse de su registro oficial. No en-contré el expediente del primero, pero sí el del segundo, y tambiénel del P. Aureo Castellanos, cura de Teotepec; los tres habían ga-nado la fama de ser cismáticos. Maximino Amador fue rápidamente“perdonado” cuando presentó la defensa siguiente:

«Encontrándome de residencia en Pochutla, el cura F. LópezCastellanos al ser perseguido por las autoridades militares [despuésdel levantamiento. N. de J. M.], tuvo que salir violentamente en el mesde julio [1928] y me dejó encargada la parroquia según documentoque obra en mi poder [viene el documento]. Algunos vecinos del lugar,tomando mi nombre, se dirigieron al Ministerio de Gobernación so-licitando licencia para que los cultos se celebrasen en el templo dePochutla, sin que nadie me consultara. La licencia les fue concediday me resolví a ejercer el ministerio en el templo, sin que esto fuerami ánimo desconocer al Romano Pontífice, a mi prelado y demás auto-ridades eclesiásticas [...] Si por error mío di lugar a que se me tuvierapor cismático como lo publicó la prensa de esos días, pido a S:S:I. yR. me perdone...».92

El caso del cura de Teotepec, Aureo Castellanos fue más com-plicado: el 15 de enero de 1928, Ausencio Canseco, enviado porel vicario general como investigador, le escribió el informe si-guiente después de pasar varios días en el lugar y de entrevistar alas autoridades municipales, a los vecinos y al «sospechoso en ma-teria de cisma”. Resulta que el P. Castellanos había manifestado almunicipio “que estaba dispuesto a acatar las leyes actuales [...] yasí la Autoridad Municipal lo comunicó al Gobierno del Estado».A. Canseco vio al cura celebrar varias veces en el templo, es decirrealizar actos de un culto público suspendido por los obispos. Elcura le explicó que:

«6.-Los Sres. Obispos y Arzobispos no deben ser tan exigentespor lo que toca a la suspensión del culto en las parroquias lejanas de

la capital; y que está bien en las parroquias importantes y cercanas a lacapital.

7.-Los Sres. Obispos al principio del conflicto religioso debieronhaber usado de una política muy delicada con el Gobierno en vezde haber lanzado excomuniones.

8.- Ha celebrado públicamente en los templos para que no decaigala Fé en los pueblos de su parroquia.

9.- Habiéndole rebatido los puntos vulnerables me contestó, con-vencido, que si ha delinquido [...] prometía enmendarse en adelante.

10.- Al preguntarle porque no se había presentado en el mes deagosto cuando fuimos al llamado de la J. O. M, me contestó que paraque no se fuera a sospechar que los párrocos habían ido a la Sda. Mitraa tratar de política con los superiores eclesiásticos.» 93

Con la carta del investigador viene otra del P. Castellanos:

«Mi lucha siempre ha sido muy opuesta a la que mis acusadores me incul-pan y que ellos mismos practican. Mi labor es de unión y mis enemigoslaboran por la desunión sembrando discordia. Mi labor es de hermandady ellos destrullen y con actividad eficaz la solidaridad. Mi labor es la uni-ficación de esas dos potencias conflictos para que cuanto antes vengana descansar sobre bases de Unidad Nacional en franca armonía para biende sus mutuos intereses. Esta es mi labor, Sr. Srio y si ella merece elepíteto de apóstata y cismática bien se me puede sentenciar a las penasque me preparan aunque sea sumariamente».94

El cura de Teotepec no fue sentenciado y su nombre no salió enpúblico.

92 AHAO, Correspondencia,M. Amador al Arzobispo,

27 de octubre—15 denoviembre de 1929.

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SEGUNDA PARTE

El conflicto religioso en los años 1930

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Oaxaca vive la misma hora que el resto del país, es decir, co-noce un respiro religioso entre 1929 y 1932, en tiempos del

presidente Pascual Ortiz Rubio, antes de sufrir la recaída ligada alos conflictos internos a la “familia revolucionaria”: el Maximato,la sucesión presidencial, la llegada a la presidencia de Lázaro Cár-denas, la eliminación consecuente de Plutarco Elías Calles, de losaños 1932-1937 y la batalla de la “educación socialista”. El bieniode 1935-1936 es, posiblemente, el más difícil para los católicos ypara su Iglesia que sigue la línea de resistencia pacífica, ordenadapor Roma, y condena, por convicción propia y por obediencia a lalínea romana, toda lucha armada (Widerstand).

En junio de 1929 esa línea ha triunfado con los “arreglos” yRoma la mantiene firmemente hasta demostrar, con el regreso a laaplicación de los arreglos, que su “ciencia de ganar perdiendo” sífunciona. Mientras tanto, para prevenir toda recaída en la luchaarmada, Roma y sus agentes en México, los obispos rectores de laIglesia mexicana, satanizan los elementos duros de la Liga Nacionalde Defensa de la Libertad Religiosa, desmantelan la ACJM y lasBrigadas Femeninas Santa Juana de Arco (organizaciones que habíanparticipado con entusiasmo en la Cristiada) y canalizan las energíascatólicas hacia una Acción Católica controlada por la jerarquía. Elarzobispo de Oaxaca, José Othón Núñez y Zárate, sigue fiel y exacta-mente la línea romana, entre 1929 y 1938 y hasta el triunfo final. Apartir de la nueva ola anticlerical que empieza en 1932, ese prelado,

I.- EL MARCO GENERAL

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armada es peor que el mal y que ese aventurerismo de unos pocospuede abrir la caja de Pandora. Esa estrategia no significa el fin delconflicto religioso, puesto que después de unos escasos años detregua, el Estado pasa de nuevo a la ofensiva en todos los terrenos:limitación del número de los sacerdotes hasta casi desaparecer lapresencia sacerdotal y la administración de los sacramentos, lo quele vale a México una condena por parte de la Sociedad de las Nacio-nes; batalla escolar de la “educación socialista” para “apoderarsedel alma de la juventud”, “sábados rojos”, lucha contra el “fana-tismo”. Por su parte, la Iglesia utiliza todos los medios a su alcancepara conservar y desarrollar su base social y movilizarla, así comola ayuda internacional que tiene un papel importante en esa bata-lla: la diplomacia vaticana es efectiva, así como la actividad de loscatólicos del mundo entero, tanto de América Latina como de Euro-pa, de los Estados Unidos y de Canadá, especialmente de Québec.98 98 De 1932 a 1937 el papa

dedica varios textos aMéxico y aludeprecisamente a México en laencíclica DiviniRedemptoris de 1937, en laque condena el comunismo.

como los demás obispos, pide a los católicos hacer presión sobreel los gobiernos federal y local por todos los medios legales y pací-ficos; organizarse en el seno de la Acción Católica, de la UniónNacional de Padres de Familia, etc. Prohíbe, y su clero lo sigue enesa determinación con la sola excepción del P. Manuel García (esun seudónimo, el personaje existió pero no se ha logrado identi-ficarlo), la lucha armada, repitiendo sin descanso las prohibicionespontificales. Así se establece una interesante dialéctica entre la pro-moción de los laicos encargados de defender a su Iglesia, y un cle-ricalismo imperativo y eficiente, puesto que son los obispos y lossacerdotes los que dictan la conducta positiva (Resistenz) y negativa(nada de Widerstand) de los católicos.

Esa línea está resumida en las declaraciones del arzobispo deMorelia, Leopoldo Ruiz y Flores, en su calidad de delegado apos-tólico, el 28 de diciembre de 1929:

«La jerarquía y el clero católico en caso de cualquier movimientoarmado o de carácter revolucionario, no tomarán jamás parte en elfuturo, como tampoco lo hicieron en el pasado, ni permitirán que losrelacionen, conecten o identifiquen con tales actividades revolucio-narias»95

La Iglesia, en ese momento, le apuesta al fortalecimiento delgobierno federal y trabaja para aplacar a los católicos disidentes,especialmente a la facción de los ligueros inconformes con losarreglos (junio de 1929). El presidente de la república, Pascual OrtizRubio, trabaja con sinceridad en la reconciliación: explica a losenviados de la Iglesia católica de los Estados Unidos, el P. Burke yWilliam Montavon, secretario de la poderosa National CatholicWelfare Conference, que él es católico y está orgulloso de ser el pri-mo del difunto Ortiz, arzobispo de Guadalajara.96 La Iglesia va muylejos en ese sentido, puesto que el P. Miguel Darío Miranda, primerasistente eclesiástico de la nueva Acción Católica Mexicana, afirmael 24 de diciembre de 1929 que los católicos están «dispuestos acooperar con el partido revolucionario en cualquier programa bue-no para el progreso moral y económico del pueblo mexicano».97

Que la Iglesia haya dictaminado de una buena vez que la violen-cia no era el medio para defenderse o para lograr la transformaciónsocial de México no significa que haya abandonado sus posicioneso se haya entregado al Estado. Calcula que el remedio de la lucha

95 Leopoldo Ruiz y Flores,declaraciones del 28 de

diciembre de 1929.

97 William Montavon,citando al P. M. D. Miranda,

septiembre 1 de 1930(Ortoll, op. cit: 110) y

declaración del papa enaudiencia a católicos

mexicanos, del 2 de junio

de 1931: «La Acción

Católica también en México,y a pesar de todo lo

acontecido allí desufrimientos y

persecuciones tremendas,no hace, no debe hacer, no

hará política. Su objetivo esun objetivo religioso: ella

quiere siempre más, siempremejor formar cristianamente

las conciencias». Domenico

Bertetto Ed.- Discorsi di PioXI, Torino, Societa EditriceInternazionale,1960, tomo

II: 556.

96 William Montavon, enero24 de 1930, citado por

Servando Ortoll.- “CatholicOrganizations in Mexico´s

Nacional Politics andInternacional Diplomacy(1926-1943)”, Doctoral

thesis (inédita), ColumbiaUniversity, 1987: 106.

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1.- 1929-1932: el modus vivendi respetado

En Oaxaca, como en toda la república, la noticia de los arreglos dejunio 1929 fue recibida con alegría y repiques de campana. La buro-cracia no perdió sus derechos, y el 15 de julio el gobierno del es-tado precisaba al «Sr. Doctor Don José Othón Núñez, Arzobispo deOaxaca», las disposiciones legales

«que rigen en esa materia, con motivo de la entrega de templosdedicados al culto católico que de acuerdo con lo dispuesto en la cir-cular telegráfica número 24 de la Secretaría de Gobernación del 28de junio último y a solicitud de usted, se ordenó por este Gobiernose hiciera a los señores sacerdotes del culto católico que propuso ensus atentas notas sin número y fecha 1 de los corrientes».99

Los archivos respectivos de la Arquidiócesis (AHAO) y del Es-tado (AGEPEO) están llenos de los expedientes de la entrega delos templos, parroquia por parroquia, municipio por municipio.La operación se efectuó sin problemas, si bien con un multiplicadopapeleo por las exigencias de la administración. Cientos de vecesse puede leer oficios como el fechado el 22 de julio en MagdalenaOcotlán, dirigido al Secretario General del Despacho del SuperiorGobierno del Estado:

II.- LA MARCHA DE LOS ACONTECIMIENTOS EN OAXACA

99 AHAO, AutoridadesCiviles, oficio 4158, 15 dejulio de 1929.

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«De conformidad con la parte final de su muy respetado oficionúmero 3925 girado por el Dep. de Edo. Sección de Gob. de fecha de 4de julio del año actual, me permito el honor de remitir por paquete se-parado y certificado el acta e inventario que se formó con motivo de laentrega que se hizo del templo católico de esta localidad al ciudadanoFrancisco Vidrio sacerdote del culto católico [...] SUFRAGIO EFEC-TIVO NO REELECCION, Carreteras y Escuelas, El Presidente Muni-cipal Pedro González»100

Se observa claramente, en toda la documentación, que los pre-sidentes municipales y las juntas de vecinos, ni tardos ni perezo-sos, se apresuran a entregar los templos a los sacerdotes tan prontocomo se sabe la noticia de los arreglos. En julio, agosto y septiembre,el Departamento de Estado pide más documentos, con “copia certi-ficada por duplicado” de esto y de aquello, pero no se adviertenmala voluntad ni sabotaje de la entrega. En las diócesis periféricasde Huajuápam y Tehuantepec, la operación tarda más, en su di-mensión legal, no en la práctica, quizá por el alejamiento o por elhecho de que esas regiones habían conocido levantamientos arma-dos, en especial la primera.101 El 15 de febrero de 1930, el encargadodel Despacho telegrafía al obispo de Tehuantepec Genaro Méndez,todavía en San Andrés Tuxtla,Ver.

«Enterado designación sacerdote Alejo Hernández como párrocoTehuantepec. A fin girar órdenes entrega templos, sírvase indicar lugarresidencia permanente dicho sacerdote y precisar poblaciones cuyostemplos va oficiar mismo […] Hágale notar Gobierno está proce-diendo estricto apego Ley materia y prevenciones relativas giradaspor Secretaría de Gobernación, debiéndose dificultades respecto al-gunos templos esa diócesis a falta cumplimiento requisitos ley […]cambiase párroco sin previa propuesta ni órdenes entrega templosdebe girar ese Gobierno».102

En una segunda etapa, los católicos oaxaqueños presentan unapetición al Congreso local, el 15 de octubre 1929, para pedir se dero-ge del decreto del 30 de enero del mismo año que limitaba el númerode sacerdotes a uno por cada 10,000 habitantes. Cada parroquia enviócentenares, cuando no millares de firmas de “señores” y “señoras”por separado, en formas impresas. Eso tanto para la arquidiócesisde Oaxaca como para las diócesis de Huajuápam y Tehuantepec.103

Esa petición no fue recibida, como era de esperarse, sino quecontribuyó a la redacción del oficio 7-092 del Departamento deEstado, sección Gobernación, con fecha 18 de diciembre de 1929,dirigido al Arzobispo de Oaxaca:

«En vista de que la entrega de los templos […] se hizo a virtud dela circular número 24 de 28 de junio último, procedente de la Secre-taría de Gobernación, sin haberse tenido en cuenta las prevencionesque la propia Secretaría comunicó en su circular 33 de 15 de agosto[…] manifiesto a Ud. que procede desde luego normalizar esa entregaajustándola a las prevenciones de la referida circular 33»

Entre el 15 de agosto y el 18 de diciembre, el Estado no se habíapreocupado, pero la petición de los católicos debió molestar, puestoque el mismo oficio continua así:

«Por lo que respecta a los templos de esta ciudad, debo manifes-tarle, que por disposición del propio Primer Mandatario, que comoconforme a las reglas comunicadas por la mencionada Secretaría deGobernación en su circular 33 aludida, sólo podrá haber un mismosacerdote encargado de dos templos, por tener una población que nollega a 40,000 habitantes.»104

Sin embargo esa manifestación de mal humor es pasajera y losaños 1930 y 1931 son tranquilos para la Iglesia y sus fieles. Elcambio de clima vendría de fuera y los políticos locales no haríanmás que adaptarse a la novedad, sin tomar iniciativas. Así, en abrilde 1931, el Comité Ejecutivo de la Confederación de PartidosSocialistas de Oaxaca, la trigésima tercera Legislatura Local y laConfederación de Ligas Socialistas, manifiestan su apoyo y se soli-darizan «con la actitud anticlerical tomada por el general PlutarcoElías Calles, Secretario de Guerra y Marina».105 Empezaba la tor-menta que se llevaría al presidente Ortiz Rubio y a su política deconciliación religiosa.

2.- 1932-1937: tiempos de pruebas para la Iglesia

A fines de 1931, en el estado de Oaxaca los párrocos tuvieron queentregar de nuevo los templos al cuidado de laicos106, y a principiosde 1932, con la nueva política de no aplicación de los “arreglos”,

100 AGEPEO, Revolución,Asuntos Eclesiásticos,Ocotlán. El presidente

municipal de MagdalenaOcotlán al Gobierno, 22 de

julio de 1929.

102 AGEPEO, Revolución,leg. 213/5, Tehuantepec, 15

de febrero de 1930.

101 AGEPEO, Revolución,leg. 213/15, Tehuantepec,1930, telegrama del 14 de

febrero de 1930. AHOA.Correspondencia, LuisAltamirano, obispo de

Huajuápam al arzobispo deOaxaca, 9 de agosto de

1929.

103 AHAO, Diocesano,Parroquias, peticiones del

15 de octubre de 1929.

104 AHAO, Diocesano,Autoridades Civiles, oficio7-092 de Gobernación alarzobispo Núñez, 18 dediciembre de 1929.

105 Archivo Plutarco ElíasCalles, FideicomisoArchivos Calles–Torreblanca, inventarionúmero 496, abril-mayo1931, 4 telegramas.

106 AGEPEO, AsuntosEclesiásticos, distrito deEtla.

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hubo rumores de levantamientos católicos. Precisamente para pro-testar contra la nueva ofensiva del gobierno mexicano y paraprevenir una nueva Cristiada, el papa Pío XI publicó, el 29 de sep-tiembre de 1932, la encíclica Acerba Animi. Si los “arreglos” habíanobligado a la Liga a resignarse frente a los hechos consumados, elcambio de política del gobierno en 1931-1932 daba la oportuni-dad a la minoría radical de volver al combate. Por eso el papa, antesde prohibir firmemente a los católicos recurrir a las armas, comienzapor protestar contra la violación del acuerdo por parte del gobier-no; recuerda que fue el Estado quien expresó el deseo de llegar aun acuerdo para poner fin a la guerra; que Roma, confiada en susinceridad, ordenó levantar la suspensión de los cultos (lo que des-armó a los insurgentes); que el gobierno violó «abiertamente lascondiciones estipuladas en la conciliación» […] al desatar una «per-secución totalmente criminal» cuya meta es “destruir por completola Iglesia católica”; ve en esto un «positivo avance de esa revolu-ción que el ateísmo, enemigo de Dios, realiza por todos los medios».No obstante el fracaso de los arreglos, reafirma que aquellos eranjustificados para que el clero pudiese atender a la vida espiritualde los católicos. En conclusión remite a los católicos a su deber deseguir en la línea pacífica y en la Acción Católica bajo la direcciónde sus obispos.107

La encíclica es difundida en Oaxaca como en el resto del paísy la primera reacción del gobierno federal es la expulsión del dele-gado apostólico, Ruiz y Flores, a petición expresa del Congreso.En Oaxaca, Huajuápam y Tehuantepec, los obispos pronto tienenque retirarse y el número de sacerdotes autorizados a trabajar esdrásticamente reducido.

El 1 de abril de 1933, en su Informe anual de gobierno, el go-bernador Anastasio García Toledo (1932-1936) puede decir:

«De acuerdo con las disposiciones de la Constitución General dela república en materia de cultos, el Gobierno, es decir las Autori-dades del Estado, actúan como auxiliares de la Federación vigilandopor el estricto cumplimiento de la Ley. Actualmente se está llevandoa cabo una investigación minuciosa para localizar a los sacerdotes delculto católico que se encuentran diseminados por el extenso territo-rio del Estado a fin de impedir que ejerzan su ministerio aquellos queno están inscritos en el registro respectivo, ni han satisfecho los requi-sitos reglamentarios del caso.»108

(Como las limitaciones estadísticas cerraban el ejercicio de suprofesión a muchos sacerdotes, aquellos tuvieron que ejercer ile-galmente, protegidos por la población, o exiliarse.) El gobernadorcontinúa:

«En vista de las condiciones especiales que prevalecen en las re-giones de Sola de Vega, Juquila y Jamiltepec, creadas por las incur-siones del individuo David Rodríguez y por tener sospechas fundadasde ayuda moral y material de parte de los elementos católicos de esazona a favor de esta agitación, entretanto se conoce el resultado de lainvestigación mandada practicar se ha suspendido en el ejercicio de suministerio el sacerdote católico de Teojomulco, distrito de Sola de Vega.Se hizo también necesario a virtud de numerosas quejas que se reci-bieron en contra del sacerdote Rafael J. Hernández, Párroco de Lachixio,distrito de Sola de Vega, la cancelación del registro de ambos. En lamisma forma se procedió con el sacerdote de Cacahuatepec, distritode Putla […] Se impusieron multas a varios párrocos por infringirlos artículos 2 y 3 de la Ley Reglamentaria del artículo 130 cons-titucional que prohíben la celebración de matrimonio religioso sin lapresentación de la constancia de haber obtenido el lazo matrimonialcivilmente»109

En cuanto al «individuo David Rodríguez», cristero de la Mon-taña en los años 1927-1929, merece una segunda mención en elInforme:

«El orden y la tranquilidad pública se conservan inalterables, puesaun cuando en la región de Sola de Vega, Juquila y Jamiltepec merodeaun grupo de hombres armados que encabeza el individuo David Ro-dríguez, reconocido desde hace tres años como bandolero puesto alservicio de los enemigos de la Revolución, estas circunstancias no pue-den afectar la situación general de tranquilidad que está disfrutandoel Estado».110

Sin embargo las autoridades tienen que pedir la intervención delejército federal, bajo el mando del general J. O. M. en el estado,Federico R. Berlanga. En 1932, en esa región occidental de Oaxaca,la misma afectada por los levantamientos de la Cristiada en 1927-1929, hay católicos para tomar las armas, ahora contra las ins-

107 Acerba Animi, 29 deseptiembre de 1932, en ActaApostolicae Sedis, 24, 1932:

321-332.

108 AGEPEO, Informe delgobernador A.García Toledo,

1932-1933: 9.

109 AGEPEO, Informe delgobernador A. GarcíaToledo, 1932-1933: 10 y 16.

110 AGEPEO, Informe delgobernador A. GarcíaToledo, 1932-1933: 5.

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trucciones eclesiásticas. Están alentados y convocados por una Liga,reducida a su más sencilla expresión, más pobre e impotente quenunca. Aislados en foquitos dispersos por toda la república, esos“libertadores” —así se llaman ellos a sí mismos— no pueden in-vocar como su causa la defensa de la religión, porque la Iglesia,empezando por el papa, se los prohíbe. En esas condiciones el mo-vimiento no podía prosperar, menos aún en un estado como Oaxaca,que no había conocido una verdadera Cristiada en la fase anteriordel conflicto entre la Iglesia y el Estado.

El inspector militar nombrado por la Liga puede, con razón,exclamar: «El clero ahí, como en casi todas partes cuando no nosataca, hace por lo menos una resistencia pasiva».111 Esa realidad pa-rece desconocida por las autoridades: así como el gobernador creeque la suspensión del cura de Teojomulco acabará con el “bandido”David Rodríguez, el inspector del Departamento de EducaciónPública explica que «el P. Aureo Castellanos denigra a las Insti-tuciones, sus gobernantes y a la Escuela Federal […] [dice que es]preferible dejar sin educación a la niñez, antes que se les eduqueen una escuela sin Dios»; anexa una copia de «la proclama sediciosalanzada por el rebelde David Rodríguez quien se encuentra levan-tado en armas. Supongo que el redactor de dicha proclama es el cura.Los sediciosos asaltaron dos veces la escuela de Tataltepec».112

3.- La batalla escolar

Cuando los minúsculos focos guerrilleros se están apagando, enOaxaca y en todas partes, la “educación socialista” viene a echarleña en la hoguera y a darle cierto vigor a los levantamientos en1935.113 El famoso “Grito de Guadalajara” del Jefe Máximo Calles,en julio de 1934, para «apoderarse de las conciencias de la niñez»es una clarinada para los radicales de los dos bandos y la Liga puedepensar que le llega la posibilidad de recobrar la fuerza conseguidaen 1925-1926. Por lo pronto hay escalada en la tensión; desdemarzo de 1934, Pascual Díaz, arzobispo de México, uno de los ar-tesanos de los “arreglos”, un hombre especialmente odiado por losligueros, ha invitado a los católicos a luchar en contra del esta-blecimiento de esa educación estatal en forma de monopolio yantirreligiosa en su contenido; pero los invita, como siempre, ausar sólo medios lícitos como no enviar los niños a la escuela. LaUnión Nacional de Padres de Familia, la Asociación Nacional

Pro-Libertad de la Enseñanza y otras organizaciones trabajan coneficacia para propagar el boicot a la escuela pública; de todosmodos el antecedente de la “educación sexual” en dicha escuelaque, para la gente del pueblo, se confunde con la “educación socia-lista” y “racional” (es decir vigorosamente atea), pesa mucho yen contra de la escuela pública: el ausentismo escolar, mejor dichola huelga escolar golpea duramente la educación pública.

Si bien los católicos no logran evitar la reforma constitucionaldel artículo 3, que introduce la necesidad, para la enseñanza, de pro-porcionar una visión “racional” del mundo, en noviembre de 1935,el episcopado nacional publica una pastoral colectiva, inspirada porla encíclica Divini illius magistri.114 La última de las seis “conse-cuencias y aplicaciones” presentadas en la pastoral reza así:

«6.- Mientras sea obligatoria la enseñanza socialista según lareforma del artículo 3 de la Constitución, no es lícito [es decir, es pe-cado] a los católicos abrir y sostener escuelas públicas que en cualquierforma deban estar o estén sujetas a dicha ley, ni acudir o enviar a sushijos a las mismas, sean oficiales o particulares […] y a los padres quetengan a sus hijos en tales escuelas les advertimos que están cometiendoun gravísimo pecado mortal, y que no pueden ser absueltos en confe-sión mientras no retiren a sus hijos de dichos establecimientos».115

Por su parte el gobierno de Oaxaca, como el de todos los es-tados de la república, sigue la línea oficial. Así, en su Informe de1935, el gobernador le dedica 7 páginas al tema:

«Sin falsas aptitudes pero con una clara conciencia de nuestra res-ponsabilidad, hemos creado también en relación con la escuela socia-lista un Comité desfanatizante cuyo programa de acción se enderezapreferentemente sobre los aspectos de la escuela religiosa, dentro dela aplicación práctica de nuestro medio. Para que pueda justipre-ciarse el programa que estamos desarrollando en nuestras escuelas yfuera de ellas, me permitiré citar en seguida algunos de sus temas: lareligión, las supersticiones, la personalidad de Cristo, la historia yla filosofía; los milagros y su inconsistencia ante la verdad científica;las indulgencias como medio de explotación de la credulidad; losllamados sacramentos y la inmoralidad de la confesión auricular; elculto de las imágenes como manifestación idolátrica, las gavelas reli-giosas como demostración de la avaricia clerical; las erróneas virtudes

111 CESU, Fondo AurelioAcevedo (AA), el inspector

militar D. Nieto a la Liga,16 de julio de 1936.

112 AGEPEO, Gobierno,Asuntos Eclesiásticos,

Juquila, memorando delDepartamento de Educación

Pública, a 13 de julio de1933.

113 Para la “escuelasocialista”, ver Victoria

Lerner, Historia de larevolución Mexicana, periodo

1934-1940, vol.17 Laeducación socialista, México,Colegio de México, 1979. G.

Monroy Huitrón.- Políticaeducativa de la Revolución1910-1940, México, SEP.,1975; A. Bremauntz.- La

educación socialista enMéxico, México,

Rivadeneyra, 1943; J. BravoUgarte.- La educación en

México, México, Jus, 1966;David L. Raby.- Educación y

revolución social enMéxico,1921-1940, México,

S.E.P, 1974. GilbertoGuevara Niebla, recop.- La

educación socialista enMéxico, 1934-1945, México,

SEP, Caballito, 1985.

114 Encíclica Divini IlliusMagistri, citada por elepiscopado mexicano en supastoral colectiva publicadaen Christus, núm. 1,diciembre de 1936.

115 Idem: 32.

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atribuidas a los “abogados celestiales”; el sarcasmo del celibato ecle-siástico; la imposibilidad de la justicia de Dios frente a las injusticiasde la vida y de los explotadores del hombre»(pp 52-53)

A consecuencia de esta actitud, numerosas escuelas se vacíany muchos profesores, muchas maestras, puesto que la profesiónera bastante femenina, prefieren renunciar. El gobernador lo señalacon asombro en su Informe de 1935:

«Debe informarse que los métodos tomados por el Gobierno paraimplantar la educación socialista provocaron en algunos pueblos unasituación desconcertante. Algunos centenares de padres y madres defamilia reunidos últimamente en la población de Huajuápam giraronun ocurso al Ejecutivo de mi cargo a fin de que no se implantara laescuela socialista y que se permitiera el libre funcionamiento de lasescuelas particulares. Va más allá la pretensión de estos padres de fa-milia y es la de que ellos propondrán el personal que atenderá lasescuelas de la región, con la amenaza, que de no conseguir lo que ellospretenden en desacuerdo con el precepto constitucional, mantendránun estado de huelga en todos los establecimientos de la región. Laactitud observada por los pueblos tiene su razón de ser si recordamosque Huajuápam fue la sede de un obispado católico [...] y que es elclero quien ha puesto en juego para sus fines particulares todos losmedios para que las grandes masas permanezcan en el obscurantismoy puedan ser de este modo mejor explotadas por la burguesía capita-lista […] El Gobierno de mi cargo ha dictado ya las medidas que elcaso demanda y procederá con toda energía, puesto que una con-quista revolucionaria tal es la escuela socialista, no debe hacer vacilara los que tenemos la responsabilidad ante la historia de hacer patriaverdadera conquistando para los muchos que han vivido vejados, elderecho y la felicidad a que son acreedores.»( pp. 53-54)

Para esa fecha, el gobierno estatal había cerrado todas las esculasparticulares que no llenaban los preceptos legales, a saber, casi to-das, y creado centros culturales nocturnos para «modificar tenden-cias y hábitos indeseables, principalmente destruir las supersticionesy las ideas fanáticas abundantes en la generalidad de las poblacio-nes indígenas» (pp. 55). Obviamente, el gobernador AnastasioGarcía no piensa como su predecesor Genaro Vásquez (1925-1928),que al indio hay que darle la razón aunque no la tenga. El resultado

es una prolongada y muy seguida “huelga escolar”, no sólo en Hua-juápam, sino en todo el estado.116

En tal ambiente no es sorprendente que el 3 de septiembre de1934 todos los sacerdotes del estado de Oaxaca hayan sido con-vocados por el Gobierno117 y que el día 11 haya sido publicado eldecreto 213, fijando para el estado la proporción de presbíteroscatólicos a 1 por 60,000.118 En virtud de dicho decreto, el 27 dediciembre de 1934, todos los presidentes municipales recibieronun telegrama sobre la «cancelación del registro de sacerdotes quevenían ejerciendo en el territorio del Estado».119 Por lo mismo,todos los sacerdotes tienen que «reconcentrarse en la capital. Elarzobispo está fuera del país, expulsado, sin posibilidad de regre-sar a México, como el delegado apostólico y otros 16 prelados. Ensu “Carta Abierta” al Presidente Cárdenas (2 de febrero de 1935)Monseñor Ruiz y Flores, en su calidad de delegado apostólico,apuntaba que «Estado hay como Oaxaca en el que sólo se admiteun sacerdote y éste únicamente puede ejercer en la catedral, ha-ciéndose imposible por lo tanto que sean debidamente atendidosun millón doscientos mil habitantes que son los que integran lapoblación»120

En febrero de 1935 quedaban 333 sacerdotes para todo el paísy sus más de 18 millones de habitantes; en diciembre eran 197 yen mayo de 1936, 293.121 ¡Qué diferencia con los años 1926-1929!cuando la curia, el cabildo, el seminario, la administración de lossacramentos funcionaban sin problemas en Oaxaca.

En 1934 y en los años siguientes, «en esta ciudad Capital, elGobierno y el Partido Nacional Revolucionario se unen para orga-nizar y desarrollar los “Sábados Rojos” que se efectúan en el TeatroMacedonio Alcalá»122 y se vigilan «los abusos de los sacerdotes,testimonio de esta estrecha vigilancia lo es la cancelación delregistro de los sacerdotes Ignacio Colmenares y Aurelio Bautistaque oficiaban en Nochixtlán y Pochutla; la cancelación tambiéndel registro de los sacerdotes obispos de Tehuantepec y Huajuápam[…] En circular número 10 del 6 de junio último (1934) se giraronprevenciones terminantes a las referidas Autoridades Municipa-les, imponiéndoles obligación de no permitir por ningún motivoel ejercicio de ministro alguno que no esté expresamente autori-zado por el Gobierno».123

En su Informe de 1935, el gobernador subrayaba:

116 Archivo Histórico de laSecretaría de EducaciónPública, datos comunicadospor Cayetano Reyes en1987. En Huajuápamaproximadamente 5,000alumnos, sólo 391 asisten aclase en 1935-1936.117 AGEPEO, Gobierno,Asuntos Eclesiásticos,distrito de Etla, distrito deJuquila, 1934.118 AGEPEO, Gobierno,Asuntos Eclesiásticos, Etla,1935.119 AGEPEO, Gobierno,Asuntos Eclesiásticos,Juquila, recibo del telegramadel 27 de diciembre 1934sobre la cancelación delregistro de todos lossacerdotes (decreto 213 del11 de septiembre).

120 Carta abierta del Excmo.Señor delegado Apostólicoal Sr. general LázaroCárdenas, Presidente de larepública, San Antonio,Texas, 2 de Febrero de 1935(volante en poder delautor). Carlos MartínezAssad.- El laboratorio de laRevolución. El Tabascogarridista, México, SigloXXI, 1979: 51.121 AGEPEO, Informe deGobierno para el año 1934:68.122 Idem: 9 a 11.

123 Idem: 7-8.

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La ofensiva del Estado reanima las esperanzas de los irreducti-bles y escasos ligueros, tanto más que en 1935, el gobierno de

Oaxaca tiene que enfrentar serios problemas políticos surgidosentre los grupos revolucionarios: «Esta labor de agitación ofreciócaracteres especiales en la región del istmo a causa de que malosoaxaqueños soliviantados por elementos extraños pretendieroncrear una situación anormal al declararse en abierta rebeldía [...]con las armas en la mano». El movimiento, sin embargo, es rápi-damente controlado por el Ejército federal. (32)

En los archivos del Comité especial (CE) de la Liga, se ve clara-mente que los católicos de Oaxaca no decidieron tomar el caminode la lucha armada y siguieron la estrategia diseñada por el papay los obispos: resistencia por todos los medios legales y pacíficos,sin pretensiones políticas de lograr un cambio de gobierno, y muchomenos de llegar al poder (sueño liguero). Llama la atención laausencia total de movimiento armado en la región de Huajuápam,que había sido un serio foco insurgente en los años 20, y que ahorase encuentra a la vanguardia de la lucha pacífica contra la escuelasocialista.125

La correspondencia entre el Comité Especial (CE) de la Liga,escondido entre México y Toluca, y sus representantes locales, esgeneralmente críptica, aunque fácil de descifrar. Por ejemplo, el 8de abril de 1935, en carta del CE a Margarita Nava, se puede lee:

«Cinco años atrás fue reglamentado en el Estado el ejercicio de lossacerdotes, mas la transformación ascencional que imponen las nuevasfuentes ideológicas de la Revolución, exigen la adopción de determi-naciones cada vez más drásticas para nulificar los intentos de prepon-derancia clerical.

Por esta razón el Ejecutivo de mi cargo, respondiendo a una verda-dera necesidad social, no tuvo inconveniente en sancionar el Decreto213 del 11 de septiembre del año próximo anterior, por el que quedóreducido el número de sacerdotes católicos o de cualquiera otra reli-gión a un ministro para cada 60,000 habitantes. Consecuencia de estaLey fue la cancelación del registro total de los sacerdotes que veníanejerciendo […] Lo expuesto da la convicción de que el Ejecutivo demi cargo, en materia de cultos, responde al momento y a la ideologíarevolucionaria, no limitándose tan sólo a la aplicación de la ley, sinotambién desarrollando un vasto plan de desfanatización [...] paracombatir en todos sus reductos al fanatismo, valladar que trata dedetener a toda costa la marcha progresista de la República, hasta conpeligro de su libertad y autonomía».124124 AGEPEO, Informe de

Gobierno para el año 1935:3-4.

125 CESU, Fondo AurelioAcevedo (AA) Oaxaca,1932-1939.

III.- EL EJÉRCITO POPULAR LIBERTADOR

(WIDERSTAND)

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La Liga Nacional Defensora de la Libertad, como un ejército cívicoy la Guardia Nacional, regida por un Comité Especial [Comité deGuerra], como organización Bélica, están haciendo esfuerzos supremospor encausar [sic] el MOVIMIENTO POPULAR LIBERTADOR.

Nuestros valientes soldados, que operan en los Estados de: Duran-go, Zacatecas, Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Sinaloa,Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Puebla, Tlaxcala,Veracruz, etc.. inspirados por el ideal cristiano, amantes de la liber-tad y dignos hijos de la Patria, no han vacilado al enfrentarse con elnefasto Partido Nacional Revolucionario; porque ellos tienen concien-cia en su deber y porque saben estimar la libertad como un magníficodon del cielo y como fruto de veinte siglos de civilización. Estos vale-rosos hermanos y compañeros de lucha esperan que todos los hombresde nuestro glorioso Estado y todos los que habitan el sur del país,sepan dar una evidente prueba de que son dignos de la fama prover-bial de los prohombres surianos que en los conflictos más grandes dela Patria han cumplido su deber ciudadano y cuando ha sido nece-sario, han escrito su nombre con caracteres de fuego bajo el cielo de susrespectivas Entidades Federativas; y la Historia Nacional ha impresoen sus anales esas brillantes proezas de nuestros heroes con caracteresde gloria.

Hemos sabido la triste verdad de que os habéis desalentado grande-mente porque las actividades bélicas del Estado se han suspendido.Aunque este desaliento es a primera vista razonable, tened en cuentalas circunstancias que han obrado: la falta de implementos de guerra yla carencia de un Jefe prestigiado que dirigiera el movimiento armadohan motivado la suspensión de la lucha y han sido su causa inmediata.

Ya el Jefe, gracias a Dios, lo tenemos. Tenemos algunos elementosque utilizaremos para reanudar la suspendida lucha. Ahora necesi-tamos contar con el apoyo moral y material de la sociedad.

Por último, recordamos al pueblo oaxaqueño, que las grandesempresas como la presente exigen tiempo, constancia, fe y heroísmoen todos los órdenes.

La firmeza de convicciones, la conciencia de nuestros deberes anteDios y ante la Patria, y el digno ejemplo de nuestros mayores habránde conducirnos al triunfo definitivo del DERECHO sobre el derecho dela fuerza.

Dios guarde a Uds. muchos años.Oaxaca Sn. Marcial, Septiembre de 1935.

«nuestros negocios en estas plazas [de Oaxaca] casi son nulos [...]hay que pensar en seguir nuevos giros comerciales [...] que sí sepuede formar una cooperativa».126

En noviembre de 1935, se manifiestan “cristeros” en el Istmo:Nicanor Díaz, con 60 hombres entre Tehuantepec y Salina Cruz;Rito Cortés, por Jalapa del Marqués; dos grupos en la zona de Ju-chitán trabajan con José F. Martínez y Avelino Morales, y se diceque opera otro en la sierra de Chimalapa, rumbo a Chiapas. En claroestá el informe presentado por el veterano David Rodríguez, quien sepresenta como coronel jefe de las operaciones militares en Oaxaca.Del 12 de noviembre de 1934 al 8 de abril de 1935, se la pasó co-rriendo con un reducido número de soldados “libertadores” entreJuquila, Juchatengo, Minas, Tlacotepec, Texmelucan y Sola de Vega.Enfrentó varios combates, antes de ser perseguido por 300 fede-rales. El 4 de abril «fucilé en Tlacotepec a Teodoro Agilar por serenemigo de la causa […] el 8 fucilé a Aurelio Escamilla, secretariode Minas porque él pidió el destacamento y malinformó a 20 per-sonas de rebeldes causándoles muchos perjuicios. Me trasladé ala capital de este estado a la compra de elementos».127

En mayo, el corresponsal local informa que contaba con 50 hom-bres armados en el oriente, que en el Sur, Benigno Rodríguez tenía50 armados y Pascual Carrillo otros tantos; que rumbo a la Mixteca,Vicente Orozco Carrillo tenía más de 100. No mencionaba a DavidRodríguez.128 Activos en mayo-junio de 1935, “los libertadores” en-tran luego en receso. Se sabe de pleitos entre los jefes: «el nuevocapataz fue herido por la misma gente nuestra que se supone fue ins-tigada por Carrillo» […] «el asunto es muy embrollado» y las dudascrecen sobre el “nuevo capataz”, alias Juventino Montaño, que sedice general brigadier.129 Surge una desmoralización a grado tal quela Liga se siente obligada a emitir una circular a los oaxaqueños:

Escudo de la LigaDIOS Y MI DERECHOLIGA NACIONAL DEFENSORA DE LA LIBERTADAL PUEBLO DE OAXACA:

Si los que formáis este pueblo de tan gloriosa historia no tenéis cono-cimiento de los heroicos esfuerzos libertarios desarrollados en losEstados del Centro y Norte de la República, acercaos a vuestros jefes enla organización respectiva, para que os muestre ejemplares de los Ma-nifiestos y Boletines de Guerra, de nuestros soldados en campaña.

128 CESU/ AA, M. Mayoral(Oaxaca) al Jefe Supremo de

la Guardia Nacional, 20 demayo de 1935.

129 CESU/ AA, Informe deCampaña número 1,

Ejército Popular Libertador,Oaxaca; cartas del 24 de

junio, 5 y 19 de agosto de1935.

126 CESU/ AA, Oaxaca, delD. F. a Margarita Nava, 8 de

abril de 1935.

127 CESU/ AA, DavidRodríguez al C.E. en Toluca,

15 de abril de 1935

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La situación no se remedia,134 por falta absoluta de recursos porparte de una Liga que no tiene dinero para mandar parque a lospocos “libertadores”, y principalmente por la condena absoluta yreiterada de la lucha armada por la Iglesia. Por lo mismo, la Liga sesiente obligada a declarar que:

[VI] «las disposiciones eclesiásticas no pueden afectar la vida denuestra Institución si se toma en cuenta que ella tiene el reconoci-miento de la SANTA SEDE y del Comité Episcopal, porque nuestrosprocedimientos no se apartan de la moral Cristiana, por más que este-mos dentro de un campo puramente cívico y sólo amparados porinalienables derechos naturales.

VII.- Las opiniones personales de algunos sacerdotes desafectos anuestra Institución no pueden cambiar el curso de ella […]».135

En el verano de 1936 el ejército federal intensifica la batida contralos últimos “libertadores”, y en julio asesina a uno de los dos her-manos Juárez. «No tenemos víveres, están los muchachos sin ropa,unos sin capote, sin guaraches, sin medicinas ni parque, carecemosde todo»136, escribe el capitán A. Morales. Sólo David Rodríguez lo-gra conservar alguna gente armada por el rumbo de Amatengo, pero«las cosas se están poniendo mal porque el gobierno sabe que andala gente de David Rodríguez […] Las muchachas [del apoyo logísti-co de la Brigadas Femeninas Juana de Arco] están muy contrariadasy ya no quieren nada, por tanta mentira y tanto engaño».137

El 1 de septiembre Montaño y Morales, con 42 hombres, de loscuales 26 están armados, toman Ocotlán, pero se pierde el dinerorecogido (5,500 pesos); el 22 de noviembre Montaño entra a Zima-tlán y luego a Santa Cruz Mixtepec. En su Informe del año 1936,el gobernador señala la presencia de “malhechores” en la Costa, elIstmo y Ejutla, y reconoce la toma de Ocotlán: «la región que harequerido constante preocupación de las autoridades civiles ymilitares es la limítrofe del distrito de Jamiltepec, cerca del Estadode Guerrero». En cuanto al culto refiere, «son inscritos y autori-zados 17 sacerdotes del culto católico y 1 del evangélico».138

Entre los sacerdotes autorizados figura ahora el arzobispo, lo quecontribuye a debilitar la lucha armada:

«La Liga [en Oaxaca] apenas está por reorganizarse porque noencuentro elementos, más ahora que ya está cerca el Sr. Arzobispo y

DIOS Y MI DERECHOD. NIETO.

El Delegado Regional de la L.N.D.L El Jefe del Sub. Comité E.PANFILO DIAZ M. MAYORAL130

«Como la gente se me estaba desinflando tuve que moverla. Secomenzó por un jefe rural A. Irápaga de San Juan Chilateca que muriócon sus pistoleros, su esposa y dos hijas, embras de pelo en pecho quese batieron con los nuestros... descabezaron a uno en represalia deque a uno de los nuestros, padre de los atacantes capturaron y corta-ron orejas y pies y lo castraron. Como usted comprenderá no es fácilevitar estos lances tan terribles con esta gente semibárbara... tenemosotros jefes rurales en capilla pues necesitamos quitarnos enemigos dela sierra... pues el valle no es propicio.»131

El inspector militar de la Liga, quien firma D. Nieto, reporta el14 de septiembre que «en el Sur casi no se puede contar con gru-pos armados», en San Miguel Peras el general Montaño tiene 50hombres armados; los hermanos Alberto y Juan Juárez, 100 arma-dos por Ocotlán; Pascual Carrillo (Zimatlán), con 50,(no todosarmados); Raúl Martínez, con 50(no todos armados) por SantiagoMixtepec; Manuel Avendaño de Ixtepeji, Enrique Marcial de Tla-colula, Maximiliano González en Tlaxiaco y Baldomero Díaz, porPeña Larga (Ejutla), andan en las mismas: lo que da un total de400 hombres, no todos armados y casi todos sin parque.132

El 16 de febrero de 1936, el responsable local escribe al inspectormilitar Domingo Nieto (D.F.):

«Cuando Ud se fue, nuestra situación era favorable [principiosde 1935], también un poco cuando llegó el Sr. Rendón [...] pero hoytodo está cambiado que ni uno mismo lo cree, es un indeferentismo[sic] tal que no se sabe a que atribuirse. Creemos que será en qué nadamás se les ha estado engañando, y sólo que vieran algo pudiera serque así llegara a levantarse algo los ánimos. Han estado llegándolesa algunos jefes, anónimos diciéndoles que todos somos una pandillade sinvergüenzas que no basta que el pueblo está tan mal y todavía sele engaña para robarle. Le suplico que pida a Dios por nosotros paraque se remedie la situación».133

130 CESU/ AA, Volanteimpreso.

131 CESU/ AA, 5 deseptiembre de 1935.

132 CESU/ AA, D. Nietoinspector militar, 14 de

septiembre de 1935.

134 CESU/ AA, JustinoMartínez, de Tuxtepec, a C.E., 4 de marzo 1936 y sinfirma de Chilapa, Guerrero,a José Vega, D. F., 16 demarzo de 1936.

135 CESU/ AA, LNDLR al C.Delegado Regional en elestado de Oaxaca,Instrucciones para elfuncionamiento de laOrganización., 27 de marzode 1936.

136 CESU/ AA, EjércitoPopular Libertador, elinspector D. Nieto al C.Gral. J. O. en Oaxaca, 30 dejunio de 1936.

137 M. Mayoral (Oaxaca) 30de julio de 1936 a D. Nieto,México.

138 A. Morales, julio 26 de1936 a Mayoral e informesdel 1 de septiembre, 8 deoctubre, 22 y 28 denoviembre de 1936.AGEPEO, Informe deGobierno, 1936: 4 y 5.

133 CESU/ AA, M. G.Sánchez, Oaxaca, al C. E.,

16 de febrero de 1936.

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Néstor Sánchez Hernández participó en la lucha contra esoshombres y dejó un testimonio de gran valor:

PERSIGUIENDO A DAVID RODRÍGUEZAquella noche misma salí incorporado a una sección formada de dospelotones a ninguno de los cuales yo pertenecía, rumbo al valle[...]

Y así seguí con el resto de la partida. Íbamos a perseguir a las ga-villas de rebeldes que seguían a un cristero llamado David Rodríguez.Éste se hacía llamar “general” David Rodríguez y la gente de toda aque-lla abrupta comarca costera le protegía y aprovisionaba.

Nosotros la tropa federal, realmente íbamos en desventaja.Sin embargo, “órdenes son órdenes” como decían los sargentos o

bien, como nos decían los oficiales con criterio limitadísimo acerca delo humano: “Es tropa y así marcha”. Esta frase la aplicaban siempre quenos lanzaban a difícil empresa y bajo las peores condiciones.

Así nos adentramos en la Sierra Madre del Sur. En la “Y”, más alláde Ayoquezco, empezamos la ascensión [...].

Una noche se presentó David Rodríguez, el fiero guerrillero a Ju-chatengo, es decir allá, en las cimas de las augustas montañas que noscircundaban. Él sabía de seguro que había tropas federales allí y sabíasu plan.

Para nuestro asombro, traía corneta de órdenes y todo.Allá a la distancia, desde la cumbre última para descender el río, se

dejó escuchar el agudo toque de su corneta que tocaba “enemigo al fren-te” (cada toque de corneta tiene su denominación). Nuestro aguerridocapitán Colmenares no salía de su trinchera y fue su mujer la que ordenóa nuestro corneta, el Becerrito, que así le apodábamos, que contestara.

La noche se echaba encima y de pronto vimos grandes fogatas ala orilla del río, pero de este lado; ya estaban pues, a nuestro alcance.

Esperábamos órdenes.El “valiente” capitán Colmenares no apareció. La señora hermosa,

con su pelo suelto, era nuestra jefa y resultaba mejor para nosotros.Empezó el tiroteó dentro de las calles del pueblo, debajo de nues-

tra posición. Los perros ladraban desesperados y un tiro aquí y otroallá de los rebeldes fueron callándolos.

Por fin en nuestras barbas casi, los rebeldes prendieron fuego a lacasa de don Tacho (éste ya había huido por supuesto). La noche seiluminó mientras nosotros escuchábamos el burlón “torito” de la cor-neta enemiga que se alejaba más y más. En la refriega habían matadoa la mujer de don Tacho.

la gente dice que en Oaxaca ya no hay conflicto. Cualquier cosa quese quiera hacer, dicen hasta los mismos sacerdotes que no hay nece-sidad de meterse a trastornar la tranquilidad del Pueblo. Con la salidadel Sr. Arzobispo a los tres días de haber llegado a ésta, hubo algo deagitación entre los grupos católicos, pero luego vino la calma y todoterminó para ellos».139

En los Informes de 1937 y 1938 del nuevo gobernador, Cons-tantino Chapital, ya no hay mención de los “malhechores”: «Aunlas creencias personales que a veces tienen repercusiones colec-tivas fanáticas no han constituido escollos para la Administraciónde nuestra vida orgánica».140 La correspondencia de la Liga en1937 tampoco menciona acción armada alguna y sí nota muchadesmoralización:

«Tube una entrevista con un sacerdote y me dijo que los trabajosde la Liga no son beneficos por que nunca han prosperado los tra-bajos y en fin me dijo que nada de los trabajos eran buenos», por sercondenados por el papa.141

Al terminar el año, el responsable por Oaxaca escribe a Méxicoque «nuestra situación se nos pone muy trabajosa por que noencontramos trabajadores para la obra. Si nuestros compañerossiguen con esta apatía, nos vamos al avismo, hasta las Señoritashan fallado».142 En 1938 se menciona a un solo jefe activo y, de lapeor manera: «El amigo Sixto Fernández se cobija por Zimatláncon nuestra bandera para cometer crímenes y robos, según dijo elSr. Cura de ese rumbo». De México responden que «no estamosdispuestos a tolerar ningún perjuicio causado al pueblo que nosayuda».143

La transcripción que sigue es el colofón de los “libertadores”:

«Se nos pone cada día mas difícil, no hay personas que nos ayuden,nos tiran a lucas, todo por que el pueblo tiene todas las libertades,fuegos, calendas, funciones religiosas en los templos, fiestas profanas,en fin todo lo que el pueblo cree que es libertad. Por el otro lado nues-tros hombres están desesperando de esperar sin ninguna esperanza[…] Acá se han dejado decir que el clero no va de acuerdo con los tra-bajos de la Liga».144

139 CESU/ AA, Oaxaca. 20de agosto de 1937. Datos

del Sub Comité Especial deOaxaca de diciembre de

1936 a septiembre de 1937.

140 AGEPEO, Informe deGobierno, 1937:5.

141 CESU / AA, Oaxaca, F.G.Puerto (Oaxaca) a N.Granados, 7 de julio de

1937.

142 CESU/ AA, F. G. Puertoal C. E. , 15 de noviembre

de 1937.

143 CESU/ AA, DesdeOaxaca, a 22 de septiembre

de 1938 y la contestaciónde México el 3 de enero de

1939.

144 CESU/ AA, Oaxaca,enero 5 de 1939, Antonio

García a J. Vega (C.E.).

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Así acabó David Rodríguez y con ello quedó pacificado el estadode Oaxaca.

Pero el pueblo que forja sus leyendas y canta a sus héroes, compusoun corrido de David Rodríguez del cual apenas esto recuerdo:

En un cerco de nopalesGritaba David Rodríguez:“¡David Rodríguez no pierde,que mueran los Federales!

Encima de un pedregallos dos jefes se encontraron; ¡allí se iban a matary nomás se balacearon!

Cuando Carrillo cayóherido por unas balasdon Tacho Silva gritó;“¡Ni modo, fue la de malas!”

David Rodríguez huyórumbo para San Jacinto,herido también saliópor una “cuarenta y cinco”!

El guerrillero David Rodríguez era hijo del general Juan G. Ro-dríguez, soberanista, ambos amos absolutos del baluarte montañosode Cinco Cerros, al norte de Juquila.

Curioso tipo Rodríguez, en 1928 se levantó en armas enarbo-lando el lema de “Viva Cristo Rey”, que en el fondo era un residuodel zapatismo, del buen movimiento zapatista, del que quería yreclamaba por las armas que la tierra fuera para quienes la traba-jaran con sus manos.

Tenía 25 años y un huracán de inquietudes lo arrastró a echarseal monte cuando ya todo el país estaba pacificado; y Oaxaca era,por la injusticia que siempre ha humillado a nuestras gentes delcampo, lugar propicio.

No es casualidad que David Rodríguez fuera enemigo acérrimode feroces caciques como don Tacho Silva, de Tututepec, acuartela-do, con apoyo de fuerzas del Ejército Nacional, en Juchatengo.

Entonces salió el capitán de su escondrijo todo tembloroso [...].Hermano del guerrillero era Alfonso Rodríguez, mi amigo, tipo sim-

pático enrolado como yo en el 53 Batallón de Infantería.—¿Y si nos cayera aquí David Rodríguez, tu hermano? le pregunté

aquella vez a Alfonso, mi compañero de armas.—¡Me lo echaba, palabra! Me contestó sonriente y burlón. Yo soy

soldado.—Pero si es tu hermano...—Si viene como hermano, lo trataré como hermano, ¡pero si viene

echando bala, yo también le disparo!Esto ocurría cierta vez en un lugar llamado “La Concha”, en las

estribaciones de Cinco Cerros cuando esperábamos el asalto de losrebeldes [...].

Dentro del tiempo de aquella campaña, recuerdo, planeaba deser-tarme con todo y arma y municiones e incorporarme con la gente deDavid Rodríguez. Desde Juquila estuve a punto de hacerlo; ya teníalisto todo y estaba decidido. Ya sabía que me jugaba la vida pero miespíritu rebelde y justiciero más me acercaba a aquellos guerrillerosidealistas que a mis compañeros de tropa, gente mandada por un go-bierno al que no consideraba del todo justo con el pueblo hambrientode mi estado de Oaxaca, lo único que yo conocía hasta entonces.

Diez meses creo duró aquella campaña. Con el tiempo, ya sin laindumentaria militar, puesto que los uniformes se nos habían acabado,vestíamos como podíamos y éramos ya, de hecho, otra gavilla de fa-cinerosos porque con el ejemplo de aquellos jefes no podíamos ser unatropa modelo. Recuerdo cómo nos tenían miedo cuando llegábamosa un pueblo. Claro, pues había tropa que entraba a saquear de maneraviolenta. El pueblo no estaba con nosotros. Había que cambiar losmandos y cuando así fue, tras meses de atropellos, la cosa cambióy las gavillas de los rebeldes fueron siendo aniquiladas u obligadas arendirse.

Cuando llegó la fecha en que teníamos rodeado a David Rodríguezen su madriguera de Cinco Cerros y éste salió huyendo del cerco sólopara ser aniquilado por nuestras tropas, pude advertir en el rostro demi camarada Alfonso Rodríguez cierta amargura, cierto pesar.

Un anochecer en plena sierra le dije:—¡Qui’hubo! ¡Vámonos con David!Y sus ojos negros se le iluminaron, porque después de todo era su

hermano quien estaba a punto de caer en la trampa tendida por el capi-tán Carrillo, se decía.

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Me fui rumbo a la montañaDonde estaban los cristeros, y a diez días de incorporarnosíbamos por Cinco Cerros.

Al llegar a ese Juquilaun nueve por la mañana;¡Viva Cristo Rey, muchachos!¡Viva la Guadalupana!

Y la tomé por asalto, como todos lo dirán, pero el mero seis de octubre andaba por Zimatlán.

En San Juan Elotepectal como si fuera ahorita, allí fuimos derrotadospor el Mayor César Dita.

Y en “El Chivato” mentado, presente lo tengo yo,Daniel Cárdenas Barrasa con nosotros se estrelló.

Dicen que me han de matarA orillas del camposanto. Mentira, no me hacen nadaya estoy curado de espanto.

Adiós cerros y montañas, adiós llanos del Estado, adiós laderas y cuevas, donde anduve levantado.145

Tengo una deuda enorme con Anselmo Arellanes Meixueiro,quien me hizo descubrir ese testimonio generoso. A él debotambién la boleta de bautizo de David C. Rodríguez:

Todavía lo recuerdo, a David Rodríguez lo protegían los campe-sinos de la gran comarca serrana entre Sola de Vega, Juquila, Jamil-tepec e Ixtlayutla. Durante años, las fuerzas federales lo persiguieronsin éxito y había de ser una mujer, una tal Leonarda, quien lotraicionara.

Nuestro hombre no era un impreparado; había estudiado en laNormal, fue administrador de la Hacienda de Candiani y, dadas susinquietudes sociales, anduvo con la gente de Erasto Flores, porSanta Ana Tlapacoyan y Ayoquezco.

Nativo de Teojomulco, David aparte de la influencia de su padre,tuvo la de Fidel Baños y Francisco Baños, zapatistas costeños, con-temporáneos del guerrerense silvestre Castro el Ciruelo (cabe hacerla aclaración que José Baños fue carrancista).

Era un tipo muy astuto levantado en armas y perseguido feroz-mente por las fuerzas federales, se escabullía por veredas y cumbrespara llegar a la Ciudad de Oaxaca a proveerse de armas y parquey cuántas veces sus propios perseguidores hablaron con él sin saberde quién se trataba.

Mentira que lo hayan aniquilado en el Cerro de la Neblina losdel 53 Batallón al mando del Capitán Carrillo.

Este no fue sorprendido en su madriguera sino que herido, pudollegar, auxiliado por sus partidarios, hasta la ranchería de la Sole-dad, Ixtlayutla, distrito de Jamiltepec, donde murió y donde estáenterrado.

Yo todavía conservo en mis manos un “corrido” escrito por elpropio David quien, con su hermano Alfonso y no “José” comodijo un escritor, que eran de espíritu alegre, componían corridosrevolucionarios. He aquí algunos pasajes.

Voy a cantar un corridocompuesto por mi sentidoy en él les voy a explicarlo que en Oaxaca ha ocurrido.

Mil novecientos veintiocho,Presente lo tengo yo,Este David C. RodríguezEn armas se levantó.

145 Néstor SánchezHernández, Un mexicano enla guerra civil española yotros recuerdos, Oaxaca,Carteles Editores, 1997. p.45-61.

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La acción se registró en la municipalidad de Soledad Ixtlayutla,de la jurisdicción del exdistrito de Jamiltepec. El cadáver de Rodrí-guez fue debidamente identificado por el exjefe de la Defensa Socialde Jamiltepec.

Las tropas federales siguen persiguiendo tenazmente a los cris-teros fugitivos [...] Entre los fugitivos se cuenta un sacerdote llama-do Tereso Pazos [...] También se cuenta una señorita cuyo nombreaún no se conoce, que fue profesora del pueblo de Zenzontepec yque por sus ideas se unió a los cristeros conviviendo con ellos susaventuras.”146

ARCHIVO PARROQUIALSto. Domingo Teojomulco, Oax.Libro de Bautismos FE DE BAUTISMO DE:Libro No. 11 (1899-1903) DAVID C. RODRIGUEZPag. 199 Pda. 84

En la Iglesia de Santiago el Menor Teotlasco (hoy Xochiltepec, Sola de Vega, Oax.), a los

siete días del mes de marzo de 1901, yoel cura encargado bautice solemnemente a DavidCiro de un mes seis días de nacido en el mismopueblo, hijo natural de Juan Rodríguez y Juana

Avendaño. A. P. Bacilio Rodríguez y Brígida Cruz.A. M. Felipe Avendaño y Luz Reyes. Padrinos:

Valentín Velazco y Adelaida Vazquez.Conste: Vicente González

Y el parte de su último combate:

“EL CABECILLA DAVID RODRÍGUEZ, MUERTO.

Oficialmente fuimos informados en la Comandancia de la ZonaMilitar que ayer en la tarde las tropas federales libraron un en-cuentro armado con las chusmas cristeras del fanático David Ro-dríguez que, como se sabe, habían venido merodeando desde hacealgunos meses por las zonas correspondientes a los exdistritos deSola de Vega y Juquila, sugestionado por elementos fanáticos yaun por el clero de aquella región, pues cuando hace cosa de unmes en una acción de armas Rodríguez perdió su archivo, le fue-ron encontradas algunas cartas comprometedoras y propagandareligiosa.

Las incursiones que David Rodríguez hizo en varias pobla-ciones de Sola de Vega y Juquila determinaron cierta inquietud yalarma en la región, constituyendo un obstáculo para el libre desen-volvimiento del comercio, dando margen a que se provocara unasituación de desconfianza entre los hombres de iniciativa.

[…] Según los informes de la Comandancia Militar, durante elencuentro armado realizado ayer con las fuerzas de Rodríguez, laschusmas fueron completamente dispersadas y muerto el cabecillacristero.

146 El Oaxaqueño, 8 deagosto de 1933, p.1

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IV.- LA OTRA RESISTENCIA (RESISTENZ)

Alo largo de esos años 1930, el pueblo católico sigue las instruc-ciones de Roma y de los obispos el arzobispo Núñez y Zárate

pertenecía al grupo de los moderados que nunca vio con buenosojos la lucha armada, ni en 1926-1929. La resistencia según la lí-nea romana tiene como meta mantener a toda costa el culto, lavida sacramental, la formación espiritual de los católicos de todaslas edades y de todas las condiciones sociales; la Acción Católica,a través de todas sus ramas, y sin entrar nunca en actividades po-líticas ni sindicales, es el instrumento designado.147 La vía legal esla única admitida y los católicos la usan permanente y masiva-mente. En todo esto, el papel de los laicos es decisivo, especialmen-te cuando el gobierno desautoriza la actividad de casi todo el cleroen Oaxaca.

La resistencia se desarrolla en varias direcciones, según las cir-cunstancias, para responder a las diversas ofensivas del gobierno.Las peticiones primero, la huelga escolar cuando aquellas fuerondesechadas, tal es la contestación a la “escuela socialista”; la mul-tiplicación de las actividades religiosas y de catequesis por partede las mujeres responde a la cancelación del registro del clero casien su totalidad, así como una gran actividad litúrgica en los temploscon rezos, rosario, misas “blancas”, es decir lectura de todo el oficiosin consagración del pan y del vino; sin hablar de las misas clan-destinas, bautizos, matrimonios celebrados por los sacerdotes encasas privadas y escondites.

147 AGEPEO, Revolución,Gobierno/AsuntosEclesiásticos, 1926, Oaxaca.Varios folletos, volantes,periódicos publicados por laAcción Católica Mexicanaentre 1933 y 1937, como“Cultura Cristiana, Semanaleditado por la ComisiónCentral de InstrucciónReligiosa de la A. C. M.”José Miguel Romero de Solísdocumenta que los obispos“dieron como su únicaprioridad la vida diocesanay la regeneración moral desus comunidades,guardando por lo generalsilencio en las cuestionesconflictivas o de dimensiónnacional, papel reservado al“Comité EjecutivoEpiscopal”; da estadísticasdel Oficio Catequístico quemuestran como los centrosde catecismo duplican en1936, como las asociacionespiadosas surgen por todoslados. En El aguijón delEspíritu . Historia de laIglesia en México 1895-1990, México, IMDOSOC,1994: 371-373 y 390-391.

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Cuando en 1934 el gobernador limita a tres el número de sacer-dotes autorizados en la diócesis de Huajuapam y decreta la desa-parición de las escuelas católicas, lo que ocurre es la aparición dela vieja fórmula de la Nueva España (y de todo el imperio español):«obedézcase pero no se cumpla». Pues el obispo puede, con laayuda de la población, mantener en actividad a 60 sacerdotes y uncentenar de escuelas clandestinas; la huelga escolar pone en jaquea la escuela socialista; la gente mantiene y aumenta la práctica re-ligiosa, hace repicar las campanas como nunca, canta a toda horaen los templos oficialmente clausurados. Ese mismo obispo prohibea los fieles participar en la lucha armada y fomenta el desarrolloimpresionante de una Acción Católica que será poco después labase de la oposición política, la base del PAN en 1938.148

La petición presentada por las autoridades municipales es la ac-tividad de resistencia más documentada en los archivos del estado.Esas peticiones cubren todos los aspectos del conflicto religioso,desde la protesta contra la supresión de las mayordomías hasta lasolicitud de un sacerdote para celebrar la fiesta del pueblo, pasandopor la batalla escolar y el registro de los presbíteros. De 1933 a1938 el Archivo Histórico del Estado (AGEPEO) está repleto conestos documentos que provienen de todos los distritos, de todas lasparroquias, de todos los pueblos de Oaxaca. Eso explica la molestiade los gobernadores que denuncian la antigua y nefasta connivenciaentre las autoridades municipales y el clero.

Si uno hojea en el ramo Revolución, Asuntos Eclesiásticos (oCatólicos), para el exdistrito de Villa Alta, encontrará abundantedocumentación. En 1933 las autoridades locales defienden al sacer-dote Epigmenio Hernández, párroco de Camotlán, acusado pormaestros rurales del lugar. Este asunto termina de curiosa maneracon un «avenimiento, con el objeto de proceder en el futuro decomún acuerdo». El pacto firmado por ambas partes preveía:

«I.- Que el Sr cura continuará prestando sus servicios que corres-ponden a su misión, con la condición de que supriman las malas cos-tumbres y supersticiones y demás gastos superfluos que con el pretextode festividades tanto profanas como religiosas se hacen con el alcoho-lismo».149

En 1934, Tlahuitoltepec, Atitlán y Zacatepec de Choápam de-fienden a su sacerdote contra los maestros rurales que habían

denunciado que «el 4 de los corrientes a las nueve de la mañanagran número de hombres, mujeres, niños y niñas guiaba el Sr. ÁngelMartínez con un “fetiche” que llevaba con tanta humillación afueradel “templo católico”. La denuncia tenía “el objeto de que los sa-cerdotes no continúen explotando en forma tan absurda a la razamixe de nuestro Estado que existe en medio de tantos engaños».El sacerdote había sido inmediatamente convocado por el goberna-dor «para un asunto de carácter administrativo» y «una minuciosainvestigación” ordenada “sobre los hechos que se denuncian a efectocomprobarlos o desvirtuarlos».

Las autoridades municipales contestan que «el profesor I. buscaahora la forma de perjudicarnos sorprendiendo a esa Superioridadcomo a la Secretaría de Gobernación con un informe de todo puntotransversal. En esta población como en toda la región hay perso-nas adictas a la religión católica, pero estos creyentes celebran susCultos sin traslimitarse de las Leyes vigentes».150

En 1935, en el marco de la guerra escolar, abundan las denun-cias por parte de los maestros sobre la complicidad entre sacerdotesy autoridades municipales para violar las leyes, celebrar fiestas yprocesiones, mantener las mayordomías «no obstante las disposi-ciones prohibitivas al respecto que se han dado en varias ocasiones,a fin de abolir esta clase de actos tan perjudiciales para los propiospueblos […] Por acuerdo del C. Gobernador Constitucional pre-vengo a usted impedir con energía [...] se continúen celebrandolas referidas “mayordomías” que ocasionan la ruina económica dequienes son designados par hacer tan infructuosos, además de quese infringen las disposiciones antes aludidas».151

En todo el año los maestros no se cansan de denunciar las«violaciones a la Ley de Cultos» y la presencia de «sacerdotes sinautorización»; en forma paralela los pueblos no se cansaban depresentar peticiones multifirmadas, solicitando al gobierno un sa-cerdote, cuando el conocido decreto 213 del 11 deseptiembre de1934 permitía sólo 1 sacerdote por cada 60,000 habitantes. Así enEtla, la petición presenta 1,200 firmas de mujeres152. Ciertas de-mandas resultan imposibles de rechazar: cuando el vecindario ylos comerciantes de Juquila piden que el sacerdote José CaoRomero sea autorizado a ejercer su ministerio en el santuario, elmás conocido del estado, durante la fiesta. Gobernación otorgael permiso, limitándolo al periodo del 4 al 13 de diciembre de1935.153

148 Comunicación inédita deBenjamin Smith,

“Anticlericalism, Resistanceand the Birth of the PAN inthe Diocese of Huajuapam

de León, 1930-1950”,Belfast, 14 de octubre de

2005.

149 AGEPEO, Revolución,Asuntos Eclesiásticos, Villa

Alta, mayo-julio de 1933.Expediente formado con

motivo de la acusaciónpresentada contra el

sacerdote EpigmenioHernández.

150 AGEPEO, AsuntosEclesiásticos, legajo 218/01,Villa Alta, y 219.3/03,denuncias el 10 de junio de1934 contra el señor ÁngelMartínez; otra contra elpresidente municipal deComatlán [sic, debe serCamotlán] por el PartidoNacional Revolucionariodesde México D. F. a 1 deagosto de 1935.

151 AGEPEO, AsuntosEclesiásticos, Del Gobiernode Oaxaca al presidentemunicipal de Camotlán,Villa Alta, para que con todaenergía impida lacelebración de Mayordomíasen esa jurisdicción a sucargo, 16 de mayo de 1935.

152 AGEPEO, AsuntosEclesiásticos, Etla, 1935,denuncia en el mes dejunio. Petición firmadapor 1,200 mujeres,presentada el 9 de agostode 1935. El gobiernorecuerda la supresión delas mayordomías el 17 defebrero de 1935.

153 AGEPEO, AsuntosEclesiásticos, Juquila,telegrama del 5 dediciembre de 1935:«Comenzó a ejercer suministerio el sacerdote…»

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En los legajos correspondientes a los exdistritos de Etla, Juquila,Ocotlán, Nochixtlán, Sola de Vega, Zimatlán, Huajuápam, Tepos-colula, Tlaxiaco, Putla, Pochutla, Miahuatlán y Tlacolula, se repitende manera incansable las mismas peticiones, sean de un permisolimitado en el tiempo para que celebre el sacerdote, sean de «li-cencia para que las procesiones de dichas imágenes se efectúen enel cementerio», sean que «depositamos ocursos solicitando confundamento Ley Cultos autoricese Ministro Católico para oficiarzona comprende dichos Pueblos por estar dentro prevenciones Ley»13 pueblos de Ocotlán, mayo 10 de 1935.

CONCLUSIONES

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Serán tan breves como inciertas, al grado de que desembocarán enmás preguntas e invitaciones.1.- El conflicto religioso de 1926-1938 es una cosa y el gran levan-

tamiento armado de los católicos, que pasó a la historia como“la Cristiada”, es otra. La Cristiada es una resistencia en formade Widerstand, tal como es una parte muy importante de la con-ducta de los católicos frente al gobierno del presidente Calles.Pero no es todo; a su lado o en su lugar, incluso en su contra,hay esa otra forma de resistencia, Resistenz, sin violencia. Laofensiva anticlerical de los años 20 que se vuelve antirreligiosaen los 30 tiene una dimensión nacional y es continua; así, comoestaba presente en todas las regiones del país, provoca la resis-tencia, bajo formas variadas, en todas partes. Como la lucha ar-mada es más visible y espectacular, hemos subestimado la fuerzade la piedad popular. El uso que ahora sabemos hacer de la me-moria colectiva local permite reparar ese error. Así los mayosde Sonora recuerdan la destrucción de sus imágenes en 1934;en Chiapas hablan de «cuando quemaron los santos» y en Ota-titlán, Veracruz, celebran una segunda fiesta de su Cristo Negro,en el día de aniversario de su decapitación por los iconoclastas.154

2.- En Oaxaca, la Resistenz fue casi general y permanente, mien-tras que la Widerstand se quedó marginal en cantidad y periféricaen calidad. Impresionante fue la manifestación de identificaciónde la gente con la institución cleriga y con la religión católica.Fueron pocos los casos de desbordamiento incontrolado de

154 Comunicación inédita deAdrian Bantjes, “MakingSense of Iconoclasm”,Belfast, 14 de octubre de2005.

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dalajara, Francisco Orozco y Jiménez luchaba, primero paraconvencer a sus colegas de no suspender el culto, segundo,después del 31 de julio de 1926, para impedir el levantamientode sus fieles. Ambos hombres fracasaron y en Jalisco triunfó engrande la línea Widerstand. Ahí entran en consideración los otrosfactores mencionados; en el apartado de los “antecedentes”, adiferencia de Oaxaca, Jalisco había conocido puros revolucio-narios jacobinos entre 1914 y 1924 y sus católicos se habíanorganizado y fogueado en esas duras luchas.

7.- En cuanto al ejército, el factor personal de los jefes es impor-tante, ciertamente, pero generales humanos, respetuosos de lavida de los civiles y hasta de los combatientes enemigos, comoManuel Ávila Camacho o Lázaro Cárdenas, en Jalisco y Michoa-cán, no pudieron evitar la gran guerra que asoló el Occidente;el general Espinosa y Córdoba hizo la guerra en Michoacánantes de dirigir la J. O. M. de Oaxaca en 1928, como un hombreconciliador. Claudio Fox, quien lo sustituyó en Oaxaca despuésde su muerte accidental, no tenía fama de ser muy suave: enOaxaca lo fue. ¿Será que los militares se portan bien cuando nolos atacan? ¿Por qué su anticlericalismo «a lo menos el de al-gunos» fue tan visible y odiado en la zona cristera, mientrasque no se manifestó en Oaxaca?

8.- El anticlericalismo está por estudiarse. En Oaxaca, en los ar-chivos del estado y de la Iglesia, no parece ser muy fuerte y susportavoces son todos maestros de primaria. Pero habría queprofundizar.

9.- Después de comparar Oaxaca con otros estados “sosegados”,habrá que volver a la pregunta de su especificidad. ¿Qué tantopesó en la conducta del gobernador el hecho de dirigir un estadocon una población indígena en su gran mayoría, viviendo en unamultitud de pequeñas comunidades fuertemente estructuradas?¿Cómo logró ser un perfecto “callista”, en excelentes términoscon el presidente de la republica, y al mismo tiempo el hombredel modus vivendi con la Iglesia local? ¿Será una prolonga-ción del “soberanismo” oaxaqueño y también la consecuencia desu teoría: “Hay que darle la razón al indio, aunque no la tenga?”Cambie el lector la palabra “indio” por la de “católico” y verá.

Muchas autoridades locales tuvieron la misma actitud queGenaro Vásquez y no aplicaron, o aplicaron a medias, las órdenesoficiales. “Darle la razón al indio” es, sabiamente, reconocer la

“religiosidad popular”. Encontré solamente dos. El primero,de poca monta, ocurrió en 1926, antes de la suspensión de loscultos, pero ya en la tensa espera de una catástrofe, en el pue-blo de Itundujia, Tlaxiaco: «una indita que ni hablaba castellanodijo que Dios le habló diciéndole que debían adorar una piedraque estaba en el campo [...] y ahora tiene Ud. las grandes pere-grinaciones de los pueblos hasta lejanos que van a ver el mila-gro».155 Edward Wright-Rios estudia las apariciones en una grutade Ixpantepec, [Juquila], desde noviembre de 1928 hasta 1934.156

Primero fueron aceptadas por el cura y luego descalificadas.3.- Lo que conduce a una pregunta que no puede tener respuesta

en el marco limitado del presente estudio, a saber ¿el triunfo dela Resistenz hace de Oaxaca la excepción que confirma la regla,o bien nos lleva a otras preguntas?

4.- Para poder dar respuesta, habría que estudiar a todos los es-tados, todas las diócesis en las cuales no hubo levantamientoscatólicos importantes.

5.- Y realizar, después, una comparación, punto por punto entrelas regiones de Widerstand y las de Resistenz: los antecedentesdel Porfiriato, de la Revolución entre 1910 y 1925; entre 1926y 1938, la conducta respectiva del gobierno local (que tiene quever con sus relaciones con el gobierno federal), de la Iglesia lo-cal, del ejército, de la sociedad (análisis de clases, cultura, viven-cia religiosa, geografía: comunicaciones y/o aislamiento, factorétnico...) Así, en el caso del estado de Oaxaca, la existencia delfoco “cristero” de Huajuápam puede llevar a interesantes parale-los con los Altos de Jalisco. La zona persistió en su situaciónde deviant case y abrazó el sinarquismo, luego la militancia enel P.A.N. En 1962 vivió un levantamiento “cristero” duramentereprimido y poco conocido. El vecino estado de Puebla parecehaber vivido una Resistenz semejante y uno está tentado a com-parar la moderación del gobernador Tirado a la de su colegaGenaro Vásquez, y la del arzobispo de Puebla, Mons. Vera yZuria, con la de José Othón Núñez y Zárate.

6.- Lo anterior conduce una vez más al tema de las personalidades,de los actores en la historia. ¿Cómo ponderar ese factor? Jaliscotuvo en 1926 un gobernador interino, Silvino Barba González,personaje de buena voluntad, que intentó abrir los ojos al presi-dente Calles sobre el peligro de exasperar, desesperar al pueblocatólico de Jalisco. En el mismo momento, el arzobispo de Gua-

155 AHAO, FondoDiocesano, Gobierno,

Correspondencia, P. Castroal Canónigo Agustín

Espinosa, 8 de mayo de 1926.

156 AHAO.Correspondencia, el cura de

Juquila, A. Canseco, 16 deenero de 1929.

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fuerza de la resistencia silenciosa de los pueblos y de la élitelocal; es también tener conciencia de la debilidad del Estado.El silencio del presidente Calles en su correspondencia con elleal Genaro Vásquez ratifica ese conjunto de simulaciones. Nose puede hacer nada, tal es la matriz. ¿Sabiduría o impotencia?La impotencia es una forma de sabiduría y eso permite, al nivelnacional, primero los “arreglos” de 1929, después, progresiva-mente, su aplicación en tiempos de Cárdenas, entre 1936 y 1938.Cuando no surge un gran movimiento armado, el Estado no seatreve a exigir la ejecución de sus directivas, se frena antes derecurrir a la violencia.

10.- Con sobrada razón la Federación Regional de Obreros y Cam-pesinos de Juquila podía quejarse en 1936 de que «en aquellaregión todavía se ejerce el fanatismo a ciencia y paciencia delas autoridades pues que constantemente se celebran fiestas demayordomías en abierta pugna contra los postulados de la re-volución».157 En Juquila y en todo el estado.

Curiosamente el arzobispo José Othón Núñez y Zárate, yade regreso en Oaxaca, manifestaba un paralelo pesimismo:

«Con inmensa tristeza consideramos que los avances del malen sus diversas manifestaciones ha llegado a un grado tal que pa-rece realizar la apostasía general. Y no es que desconozcamos queson aún numerosos los que cumplen sus deberes de católicos; peroal mismo tiempo es una pavorosa realidad que son legión los queviven en completa indiferencia religiosa, entregados a la inmorali-dad en sus formas más odiosas»158

Uno puede preguntarse por qué se lamentaba el arzobispo.Cuando escribía, el conflicto religioso estaba a punto de terminary el presidente Lázaro Cárdenas había multiplicado las señales(y los actos concretos) en ese sentido; los católicos recuperaban,estado tras estado, parroquia tras parroquia, sus templos y susoficiantes. En Oaxaca habían ganado la batalla, o estaban ter-minando de ganarla, de la manera más ortodoxa del mundo.No habían escuchado los llamados a la lucha armada; como en1926-1929 habían preferido, en unión con su clero, la Resistenzal Widerstand, la larga paciencia de la lucha cívica y de la vidareligiosa redoblada, al recurso de las armas. Hasta podría unopensar que sus méritos fueron mayores en la segunda etapa del

157 AGEPEO, AsuntosEclesiásticos, Juquila, queja

del 14 de enero de 1936.

158 J. O. Núñez y Zárate,Carta pastoral número 13,

del 18 de enero de 1937, enChristus núm. 17 (1937):

311.

conflicto, puesto que en los años 30s, la Iglesia no pudo con-tar con el modus vivendi respetado por el gobernador GenaroVásquez en los años 1920. La Cristiada no se había propaga-do entonces a Oaxaca, en buena parte porque la vida religiosano había sido seriamente afectada; en los años 30, Oaxaca nopudo repetir esa buena experiencia ni gozar de un régimen es-pecial: en un momento dado se quedó oficialmente sin sacerdo-tes y sometida a la misma embestida que el resto de la república.Sin embargo, los llamados a la insurrección de los ligueros noencontraron eco y los laicos, como los eclesiásticos, optaron porla larga paciencia y el duro taladrar de la lucha cívica. Salieronganando y confirmados en la justeza de su apuesta.

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FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

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1.- Archivos- Archivo Histórico del Arzobispado de Oaxaca (AHAO): Cabildo, Fondo

Diocesano, Autoridades Civiles, Informes, Sacerdotes, Parroquias,Mandatos, Correspondencia.

- Archivo General del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca (AGEPEO),antes Archivo Histórico del Estado: Fondo Revolución 1910-1930;Ramos: Asuntos Eclesiásticos, Asuntos Católicos, Gobierno, Infor-mes de Gobernadores.

- Archivo Histórico del Poder Judicial (AHPJ): Un fondo espléndida-mente organizado y catalogado con un personal muy eficiente yamable.

- Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca(México, D.F.).

- Fondo Joaquín Amaro- UNAM, Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU): Fondo

Aurelio Acevedo.

2.- Periódicos- El Mercurio (Diario de la ciudad de Oaxaca).- Periódico Oficial del Estado de Oaxaca.

3.- Libros-Anselmo Arellanes Meixueiro. La Confederación de partidos socia-

listas de Oaxaca. Oaxaca, I.A.P., 1985.———— Oaxaca, reparto de la tierra, alcances, limitaciones y respues-

tas. Oaxaca, Proax Carteles Editores, 1994.- Anselmo Arellanes Meixueiro et al. Diccionario histórico de la Revo-

lución en Oaxaca. México-Oaxaca, INEHRM-Universidad BenitoJuárez, 2000.

- Juan Bustamante. Diario de un oaxaqueño, en Testimonios de Oaxaca,Oaxaca, Gobierno del Estado, 1992.

- Luis Castañeda (manuscrito). Sobre(1926-1938) los mártires deTlaxiaco.

- Francie Chassin López. From Liberal to Revolutionary Oaxaca 1877-1911. Pennsylvania State University, 2005.

————, et al. La Revolución en Oaxaca, 1910-1930. Oaxaca, IAP,1985.

- Manuel Esparza. Eulogio Gillow durante el Porfiriato y la Revoluciónen Oaxaca. Tlaxcala-Oaxaca, Secretaría de Administración, 1985.

————. Eulogio Gillow y el Poder. Oaxaca, Carteles editores, 2004.

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J E A N M E Y E R

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-Lecturas Históricas del Estado de Oaxaca, vol. IV, 1977-1930. México,INAH, 1990.

-Víctor Raúl Martínez Vásquez, et al. La revolución en Oaxaca, 1900-1930. México, Instituto de Administración Pública de Oaxaca, 1985.

-Jean Meyer. La Cristiada. (3vols). México, Siglo XXI, 1973-1975.(Reeditado hasta la fecha de hoy).

————-. Pro domo mea. La Cristiada a la distancia. México, SigloXXI, 2004.

-Francisco José Ruiz Cervantes. La revolución en Oaxaca. El movimientode la soberanía, (1915-1920). México, Fondo de Cultura Econó-mica, 1985.

- Néstor Sánchez Hernández. Un mexicano en la guerra civil españolay otros recuerdos. Oaxaca, Carteles Editores, 1997.

4.-Inédito-Coloquio internacional, Queen’s University, Belfast, 14-15 de octubre

de 2005: God’s Revolution? Faith and Impiety in RevolutionaryMexico, 1919-1940. En particular las ponencias de Adrian Bantjes:“Making Sense of Iconoclasm: Popular Responses to the Destruc-tion of Religious Images”. Benjamin Smith: Anticlericalism, Resis-tance and the Birth of the PAN in the Diocese of Huajuapam de León,1930-1950.

-Edward Wright-Rios: A Revolution in Local Catholicism: Faith or Fraudin Oaxaca, 1928-1934. Jean Meyer presentó el borrador de la pri-mera parte del presente libro.