conflicto social

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En virtud de la animosidad que expresamos la mayora de los venezolanos, en las actuales circunstancias de conflictividad social, creo necesario hacer algunas consideraciones personales, desde la teora del conflicto y la movilizacin para entender y apreciar, buscando con ello que la discusin pas del estado anmico-confrontacional a una condicin ms analtica y crtico-comprensiva.

Debo comenzar por indicar que el conflicto social, por s mismo no es negativo. Tal cmo lo sealan los chinos, las crisis dan muestras de agotamiento pero tambin son una oportunidad de creacin. En el caso venezolano, hay elementos que tanto en trminos histricos como culturales deben ser precisados. Lo primero, es que la conflictividad en la historia social y poltica de Venezuela no es nueva. La historia republicana ha estado signada por la confrontacin. Durante la etapa de la democracia conciliadora (1958-1998) esos conflictos no desaparecieron, cmo pretenden afirmar algunos sectores ligados a la socialdemocracia.

El conflicto adquiri diversas formas e intensidades, estando presentes desde la instauracin misma del sistema de conciliacin de clases. Hay momentos en los cuales el conflicto (social, poltico, econmico) aflor con mayor intensidad y visibilidad, cmo por ejemplo las luchas guerrilleras entre 1959-1968, o la etapa de alta movilidad y protestas entre 1983-1996. Dicho esto cmo una forma de desmentir la inexistencia de conflicto y violencia. Afirmaciones cmo antes no existi una confrontacin tal como sucede hoy, no hace sino tergiversar la realidad social e histrica.

Debe si decirse, que los mecanismos de control institucional, principalmente a travs de la democracia conciliadora (los partidos y otras instituciones) hizo posible el control social del conflicto. La crisis institucional de las identidades polticas del venezolano, que se reflej en el incremento de la abstencin electoral y la desalineacin partidista, eclosionaron la capacidad de minimizar el conflicto y est adquiri un carcter ms confrontacional-popular.

La irrupcin del fenmeno Chvez, gener un proceso de movilizacin social y poltica importante. Particularmente creo que el problema no es la polarizacin existente, ni el incremento de la politizacin ciudadana, el problema esencial es la inexistencia de canales respetuosos de deliberacin. Hay una negacin recproca que pasa por la deshumanizacin del otro a partir de etiquetas (esculido, hordas chavistas). Todo ello en una lgica binaria muy restringida. Insisto en una idea central de mi planteamiento: el conflicto es inherente al tipo de sociedad rentstica y capitalista que caracteriza la sociedad venezolana. Con todo el esfuerzo de reduccin formal de la pobreza realizado, los elementos culturales de la conflictividad y la confrontacin en el pas no han sido desmovilizados.

Hay una cultura de la violencia, implcita en mltiples formas sociales y comunicacionales, que son reproducidas intensamente da a da. En otras palabras, la necesaria cultura cvica de respeto recproco est an lejos y con ello, vienen acompaadas de intolerancia, irrespeto, desprecio e insulto hacia el otro. En esto no hay la pregunta de quin es primero, el huevo o la gallina? El problema es por igual. Tan responsable es el Estado desde sus canales institucionales, como lo son los dems actores sociales que niegan las lgicas democrticas. Claro est, que son las instituciones del Estado las llamadas a canalizar institucionalmente la violencia implcita de nuestra estructura societal.UNA TIPIFICACIN DEL CONFLICTO Y LAS PROTESTASLos estudios que hemos revisado, de diversa fuentes catalogan las motivaciones de los conflictos en tres grupos: 1) demandas por condiciones sociales o de reproduccin social (salud, educacin, empleo), 2) demandas institucionales (que buscan mejora de la capacidad de accin del Estado y los actores sociales y polticos) y 3) demandas surgidas por conflictos estratgicos o ideolgicos (proyectos de pas diversos).

Cundo analizamos esas motivaciones para el caso venezolano, hay observaciones interesantes. En lo que respecta a las demandas por condiciones de reproduccin social, nos encontramos indicadores cmo el coeficiente de Gini, inversin social en salud o educacin, que se enmarcan en las denominadas metas del milenio, que sealan un esfuerzo de bsqueda de equidad, pero que son disminuidos al observar datos sobre violencia o delincuencia. En este sentido, insistimos que existen altos ndices de criminalidad que nos indican la existencia de una cultura de la violencia, que debe ser combatida ms all de la simple estrategia de represin policial y mayor nmero de efectivos en la calle.

Tomando cmo ciertas las afirmaciones de determinados sectores de la sociedad venezolana (PROVEA y otros) existen un nmero alto de muertes que atenta contra la vida y la necesaria tranquilidad de los venezolanos. He ah una de las demandas de buena parte de los sectores que se encuentran protestando hoy en da. Sin embargo, as como decimos que esas demandas son ciertas, se debe sealar que la expresin de esa demanda, a travs del cierre de calles y ejerciendo una violencia coercitiva, equivalente a la violencia que produce la queja desvirta la accin colectiva.

Es justo que yo proteste por la inseguridad y la violencia existente? Claro que lo es, no tengo dudas, pero es justo que la expresin de mi derecho de protesta cause una violencia implcita en mi entorno, al impedirle circular, trabajar o divertirse? La respuesta es no. La exigencia del derecho que tengo a justicia, equidad, se tergiversa cundo al ejercerlo afect en la misma proporcin la vida social del otro. No han causado las protestas (cierre de calles, bloqueos de avenidas, colocacin de obstculos) muertes, accidentes y percances? Sin duda que s. Con ello, se desvanece la fuerza del planteamiento justo acerca de las condiciones de inseguridad. Para explicarme mejor dira lo siguiente, o mejor ejemplific.

Soy docente universitario, mis autoridades se han negado a reformar el reglamento electoral para estar en concordancia con el reconocimiento de derechos a obreros, administrativos y estudiantes. Ello ha conducido al hecho cierto e innegable, que las autoridades universitarias tienen sus perodos vencidos, lo que hace rritos todos sus actos. Siendo eso as, yo tengo derecho de poner un candado, secuestrar en sus oficinas a las autoridades o impedir el desarrollo normal de las actividades, ante el hecho que las mismas son el producto de una accin ilegal? Creo que no. O s lo hago, entr en el mismo plano de deslegitimacin que yo mismo cuestiono.

Es esa una lgica binaria que est presente en estas circunstancias. Las autoridades universitarias se manifiestan a favor de los pacficos estudiantes, pero indican que no hay condiciones para el desarrollo de las actividades docentes. Por qu no hay condiciones, s son pacficos? Ser por el hecho que hay una violencia (real e implcita) que tcitamente es reconocida por las autoridades, pero no de manera pblica pues sus posiciones personales (a las que tienen derecho) se lo impiden?Eso nos conduce a un segundo tipo de demandas, las institucionales. No puede negarse que el Estado venezolano ha generado una inversin importante en salud y educacin, pero en trminos econmicos otra es la realidad. El denominado Socialismo del Siglo XXI, tiene la particularidad de ofrecerse como una alternativa a las lgicas del capital, y la superacin por lo tanto de las contradicciones y roces que genera la lucha de clases (entre poseedores y no poseedores). En Venezuela, las lgicas rentsticas del Estado siguen siendo articuladas y conectadas con las formas de intercambio desigual de la economa-mundo.

Hay s una diferencia: la renta que produce la explotacin del petrleo y con ello, la explotacin del trabajo del obrero, del tcnico, del profesional ligado a la actividad extractiva que genera lo que en trminos marxista se denomina plusvala, siguen estando intactas, slo que ahora el Estado no la dedica al disfrute de los sectores privilegiados, sino que lo distribuye en forma de polticas sociales, con las que podemos estar o no de acuerdo, pero que han generado efectos reales en trminos de la reduccin de la desigualdad. A pesar de ello, la explotacin persiste y la incapacidad en el manejo de los recursos tambin.

Segn datos recopilados, la dinmica institucionalizada por el Gobierno de Chvez en el otorgamiento de los dlares derivados de la actividad rentstica, produjo que los activos privados en el extranjero pasaran de 53.072 millones US$ en 2003 a 164.414 millones US$ en 2013. Esa cifra, es producto de una legitimacin de capitales otorgados para importaciones de productos varios (alimentos, industriales, agrcolas, etc) pero que no fueron dedicados a ello, sino desviados para el enriquecimiento ilcito. En este proceso hay doble responsabilidad.

De parte del Estado, que no ejerce un control de la asignacin (o s la ejerce es deplorable y permisiva) y de parte de los privados (que entran en el juego especulativo, en vez de traer la produccin). Como sea el resultado, es una fuga de capitales, una carencia de divisas y el ensanchamiento de un mercado paralelo, que contribuye a una ola especulativa e inflacionaria que afecta por igual a todos. Es deplorable el hecho, de no haber cambiado para nada las lgicas especulativas y rentsticas de la economa venezolana.

El Estado, depende de la permanente sobreevaluacin de la moneda, de forma tal que el cambio dlar/bolvar le permita siempre contar, a travs del BCV y otros organismos de mayores bolvares por dlar. Eso causa una lgica primaria especulativa, que se proyecta a cada uno de los niveles de la sociedad venezolana por igual. Detrs hay un problema tico. Tanto de los funcionarios del Estado que entran en ese juego (la denominada derecha endgena o boliburguesa), como de los privados que se favorecen de esta dinmica, pero en su doble moral (pues se enriquecen a costa del Estado) critican al Gobierno.

Las irregularidades administrativas, la excesiva burocracia, los funcionarios o servidores pblicos que dicindose militantes del socialismo ejercen formas y dinmicas propias de acumulacin capitalista, son una fuente constante de contradiccin que est causando una debacle ideolgica, que debe ser atendida. Conozco cantidad de dirigentes, colectivos de base del PSUV, PCV y otras organizaciones con caractersticas honestas, trabajadores, solidarios, pero tambin s de dirigentes parroquiales, municipales, regionales y nacionales cuya agenda no es el socialismo, sino otra muy personal. En momentos como estos, uno se da cuenta del significado y alcance de la figura de Chvez, que impona cierto orden interno.

Es imperativo, que est demanda institucional sea canalizado. As como digo esto, debo sealar un error histrico de quienes protestan. Para ello debe entenderse, que la base de la lgica democrtica liberal est la relacin entre mayoras y minoras. Rousseau, en el Contrato Social indicaba que la forma de discernir qu proyecto poltico tena o no la razn, es a travs de discernir quin es la mayora y quin no, as sea por poco. Usted puede no estar de acuerdo con Nicols Maduro, por considerar en una perspectiva clasista y excluyente- que no es digno de ser presidente, por no ser sino un conductor de autobs, tal como han manifestado cantidad de lderes de oposicin y militantes. Es un derecho de pensarlo, pero lo cierto es que le guste o no, Maduro es presidente de la repblica, as haya ganado con menos del 2%.

El problema institucional, en el caso venezolano no se resuelve a travs de la violencia, pues caeramos en un ciclo interminable, que sera el preludio de una Guerra Civil. Hay canales establecidos, que pueden emplearse, tal como los referendos revocatorios, que tienen todo un proceso o dinmica. Ac observamos las contradicciones en los discursos. Buena parte de quienes protestan asumen ser mayora, s es cierto no deben temer la eleccin para demostrarlo. Pueden alegarme se hace trampa.

Pregunto yo tantas elecciones y la trampa es constante, con observadores, con mayores testigos? S es cierto que se hace trampa en el sistema, porque aceptar los resultados s favorecen y negarlos s no? S le han hecho trampa todo este tiempo, el gobierno es muy vivo y la oposicin bien estpida? Es una consecuencia de la lgica binaria y es muy peligrosa su existencia. Debemos respetar la existencia de las normas y movilizarnos en los casos que creamos necesario cambiarlas, pero el tan ansiado cambio la salida de la que hablan Lpez y Mara Corina- no puede llegar cmo expresin de una violencia sin sentido.

En honor a la verdad, debo decir tambin que en las motivaciones institucionales el PSUV y la dirigencia parlamentaria ha sido excesiva. La oposicin, les gust o no, tiene una representacin y en un juego parlamentario deben tener acceso a ciertas reas de decisin, como las comisiones. El negarles el acceso a la presidencia de ciertas comisiones, cierra canales de intercambio y relacionamiento poltico, haciendo la intolerancia y la exclusin un valor que ser replicado y que insisto, puede conducir a una elevacin del conflicto. Algunos estudios sealan que las causas de la conflictividad estn relacionadas con la denominada crisis de expectativas, eso es que un grupo social o poltico asume que su posicin no mejorar, sino que adems puede llegar a una situacin pero de lo que siente actualmente.

Hay sectores de la sociedad poltica venezolana que sienten frustracin de expectativas y actan violentamente, pues ac entra otro factor- los medios de comunicacin, con un discurso irresponsable basado en la libertad de expresin y de pensamiento actan con total libertinaje. Yo tengo derecho de pensar como quiero, tambin tengo derecho de expresarlo, pero s lo que expreso no corresponde con la verdad, debo asumir la responsabilidad de lo dicho. Ac en Venezuela estamos en un momento donde a travs de las redes se dice de todo, en forma ligera e irresponsable y no se asume la consecuencia de ese acto. Un elemento que sealan los analistas, es que cuando los conflictos llegan a situaciones de violencia extrema como las que vivimos, es a travs de los medios de comunicacin donde se produce una batalla pica, para construir marcos interpretativos, que son grandes conceptos y categoras, desde la cual se llama a la movilizacin y que indican una forma de compartir el mundo vvido.

Finalmente, estamos en presencia de un conflicto estratgico o ideolgico. Chvez triunf claramente-, Maduro mantuvo la plataforma poltica y gan, con la base propositiva del Programa de la Patria. En l, hay un conjunto de afirmaciones e ideas en torno al Estado, que estn siendo propuestas. Puede decir con razn la oposicin que no voto por ello, pero hay una mayora que s lo hizo. Eso significa la potesta de llevar adelante ese proyecto, sin duda. Pero he ac el quid del asunto, se trata de la forma en que puede llevarse a cabo. Debe haber una progresividad y una transparencia para no ir hacia una estructura ortodoxa, que emulando los errores del socialismo real (sovitico) generen caos y temor.

S quienes votaron por Capriles o creen en Lpez, se oponen a ello, tienen el derecho constitucional de crear plataformas polticas para organizarse y oponerse, a travs de mecanismos formales a las implicaciones del Plan de la Patria, pero jams escudados en que el derecho a la protesta les da derecho a exacerbar la violencia al lmite. Hay sin duda un conflicto ideolgico, que debe ser dilucidado a travs de mayor democratizacin, para demostrar que la tesis extendida de ver el socialismo como anti-democrtico no se corresponde con esta etapa, no hacerlo es otorgarle la razn ante los extremismos y exclusiones que algunos sectores en el PSUV adelantan.

Mi buen amigo y maestro Enrique Dussel habla de mandar-obedeciendo, entendido como una relacin donde la poltica es un ejercicio de consulta y dilogo, pero tambin respeto entre el elector y el elegido. El mandatario no tiene una patente de corzo, no ejerce una libertad absoluta, tiene la restriccin de responder tica y prcticamente- a un mandato imperativo, proveniente de sus electores, que lo lleva a cumplir con la agenda poltica para la cual fue electo. El ejercicio tico de la poltico, debe llevar a Nicols Maduro a burcar y presentar ante la justicia- a los responsables de una accin poltica corrupta, es el momento de hacerlo, sera una muestra de conviccin y seriedad, que es necesario pase ms all de una simple declaracin.

Como sucintamente he mostrado, las protestas tienen motivaciones basadas en demandas, pero esa legitimidad de la accin, tambin tiene lmites que es necesario explicar.EL MARCO LEGAL DE LAS PROTESTAS EN VENEZUELAEl derecho a la protesta, es en la historia poltica del mundo un elemento consagrado y siempre negado, desde las esferas del poder. Hay una constante tensin entre las lgicas naturalmente represivas- del Estado (instituciones dixit) y el ciudadano. En el caso venezolano, la protesta estuvo seriamente limitada en el siglo XX, aspectos que no trataremos ac, pero que es importante tenernos en mente al momento de plantear una discusin ms seria.

La Constitucin de 1999, estableci en derecho a la protesta en el artculo 68, que expresa: Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a manifestar, pacficamente y sin armas, sin otros requisitos que los que establezca la ley. Se prohbe el uso de armas de fuego y sustancias txicas en el control de manifestaciones pacficas. La ley regular la actuacin de los cuerpos policiales y de seguridad en el control del orden pblico. (subrayado nuestro). Como se observa, se reconoce en los trminos de la ley, tanto para los protestantes cmo para los aparatos policiales y del orden. Qu leyes rigen la protesta? La respuesta es doble: la rige la Ley de partidos polticos, reuniones pblicas y manifestaciones (LPPRPM), que establece algunas condiciones bajo las cuales se ejerce el derecho.

Esta Ley, en su artculo 36 ratifica el derecho constitucional establecido en 1999, ya sealado, pero y esto es significativo, indica en su artculo 38, que los organizadores de reuniones pblicas o manifestaciones, debern participarlo con veinticuatro (24) horas de anticipacin. Eso en que se traduce, pues sencillamente que nosotros todos podemos protestar, pero al hacerlo en un sitio pblico (las calles lo son o no?), deber solicitarlo por escrito a la autoridad y alguien (particular u organizacin) debe hacerse responsable. El Art 41 de esa ley, indica que las autoridades (Gobernadores) deben fijar los sitios donde se puede o no realizar los actos o manifestaciones. Esas mismas autoridades indica el artculo 41- pueden autorizar la realizacin de las protestas o manifestaciones en los sitios prohibidos cuando no afecten el orden pblico, el libre trnsito u otros derechos ciudadanos.

Es decir, aceptemos que la manifestacin es un derecho, pero sin dudas REGLAMENTADO. No hay libertinaje en el ejercicio de los derechos, sino en el marco de la Ley. La pregunta obligada s la manifestaciones es porque el estado viola la ley (derecho a la vida, la seguridad, el abastecimiento), la protesta misma se justifica al violar la propia Ley que lo permite? No es contradictorio exigir justicia y la aplicacin de la Ley, cuando yo mismo la violento de entrada? Cul es el valor moral de mi protesta (otorgndole la razn por los motivos o demandas) s con ella violento los derechos de otros?

El artculo 44 de la Ley de partidos Polticos, reuniones pblicas y manifestaciones, seala contundentemente que s la manifestacin o reunin no cuenta con el permiso respectivo, las autoridades deben actuar, deteniendo a los infractores, incluso quienes hayan tomado la palabra. S los medios publicitan esas reuniones no permisadas, tambin son objeto de sancin segn est artculo. En su artculo 46, indica Las autoridades procedern a disolver las aglomeraciones que traten de impedir el normal funcionamiento de las reuniones de los Cuerpos Deliberantes, polticos, judiciales o administrativos. As como tambin aquellas que traten de fomentar desordenes u obstaculizar el libre trnsito. Los aprehendidos infraganti sern penados con arresto de quince a treinta das, sin perjuicio de las acciones a que pudiere haber lugar.

Se traduce este articulado en una accin que pretende suprimir o prohibir la protesta? La respuesta es no. Se trata de ponerle un punto de control. Hay controles para todo. Ejemplifiquemos el alegato de los opositores en una posicin extrema. Usted aprendi a manejar, pues su padre le enseo desde que tena 14 aos, sabe perfectamente hacerlo, pero la Ley establece que usted debe tener 18 aos. Usted quiere ejercer el derecho de circular manejando, pero para ello decide no esperar a tener la licencia y circula, sin papeles en regla durante ese tiempo. Es legal su accionar? S usted atropella a alguien, por impericia o abuso, que pasa? usted puede ejercer sin lmites el derecho a la circulacin? La respuesta a todo tiene sus lmites. Igual sucede con la protesta social en estos momentos.

Los vecinos que en Chacao (Plaza Altamira), El Hatillo, Valencia (edo Carabobo), San Cristobal (Tchira), Maracaibo (Edo Zulia), deciden protestar por las demandas sociales, institucionales o ideolgicas que son vlidas, tal cmo hemos indicado, estn ejerciendo un derecho pero al hacerlo se extralimitan afectando a otros y lo ms grave, violando la Ley que dicen defender (La Constitucin y dems reglamentos). Cundo deciden cerrar las vas, bloquear el trnsito incurren en una alteracin de las normas (Ley de partidos, reuniones y manifestaciones). Indudablemente, el ejercicio del derecho constitucional pierde su valor tico y poltico, pues violenta a otros.

Vayamos a ms. Hay otro instrumento jurdico que tambin regula las manifestaciones. Es el Cdigo Penal( CP). Ese instrumento establece detalles para aquellos que desobedezcan las Leyes establecidas. Interesa citar lo relativo al captulo II, denominado Instigacin a delinquir y establece en su artculo 283: Cualquiera que pblicamente o por cualquier medio instigare a otro u otros a ejecutar actos en contravencin a las leyes, por el solo hecho de la instigacin ser castigado. Pero que entendemos por instigar, segn el DRAE del latn instigare, que significa incitar, provocar o inducir a alguien a que haga algo. Eso se aplicara a los medios, a las personas que insisten en el derecho a la protesta y que la protesta es pacfica (ignorando que hay tipo de protestas, sobre las cuales haremos algunas aclaratorias). Por si fuera poco, el artculo 285 establece: Quien instigare a la desobediencia de las leyes o al odio entre sus habitantes o hiciere apologa de hechos que la ley prev como delitos, de modo que ponga en peligro la tranquilidad pblica, ser castigado con prisin de tres aos a seis aos..

En este sentido, cuando actores sociales, polticos y medios insisten que quienes protestan cerrando calles, lo hacen en forma pacfica y ejerciendo un derecho, estn mintiendo por omisin o ignorancia- pues lo que hacen es una violacin jurdica innegable. El propio Cdigo penal se hace ms explcito.

Al salir a protestar sin permiso, el conjunto de ciudadanos que lo hacen pueden entrar en la tipificacin del artculo 286 (Del agavillamiento) y 287, que dice si se asocian dos o ms personas con el fin de cometer delitos, sern penadas y ms si llevan armas (de cualquier tipo). Asimismo, aquel vecino solidario, que le da agua, le facilita los muebles viejos para cerrar las calles, le otorga cobijo incurre en lo establecido en el artculo 289 (El que, fuera de los casos previstos en el artculo 84, d a los agavillados o a alguno de ellos, amparo o asistencia, o les procure subsistencia, ser castigado con prisin de tres a seis meses)

Creo debemos ser explcitos. Su vecino, indignado con razn con el gobierno por las demandas sociales, institucionales e ideolgicas, procura con otros (casos urbanizaciones en diversos estados) el cierre de calles, avenidas, quema de cauchos, elaboracin de bombas molotov (armas ) para protestar, pues es su derecho, lo que hace es desvirtuar la naturaleza de ese derecho, pues lo hace sin las mediaciones a que da lugar la Ley. Me pueden alegar que no se puede protestar, pero han evitado las marchas acaso?. En todos y cada uno de los casos? Creo que no. Aunque las autoridades tienen esa potestad de hacerlo, segn la norma. Pero usted vecino, se siente identificado con el marco interpretativo de la protesta. Usted cree no hay canales, que debe quebrantar la Ley y amenaza la vida social de los dems ciudadanos, sin distingo s es chavista u opositor, Entonces usted, es cmplice en el acto de agavillamiento e incumple las formas de convocar la protesta y debe hacerse responsable por eso.

El CP, adems establece otras limitaciones que aplican. Veamos de nuevo. Captulo IV (De los que excitan a la Guerra Civil, organizan grupos armados o intimidan al pblico). El art 293 es claro sobre lo que est prohibido (El que haya ejecutado algn acto que tenga por objeto exponer alguna parte de la Repblica a la devastacin o al saqueo, ser castigado con prisin de dieciocho meses a cinco aos. Si la tentativa se efectuare, siquiera en parte, se impondr la pena de presidio de cinco a nueve aos). No han saqueado edificios pblicos, incendiado vehculos pblicos o privados, daado parques o avenidas, es eso devastacin o no?. Asimismo esto aplica, a aquellos motorizados armados. El Estado, debe velar por la aplicacin de la Ley, pues les da un motivo adicional a quienes protestas y con ello no hacen sino incrementar la violencia y conducirnos al enfrentamiento.

Los sealamientos sobre grupos armados son incesantes y deben ser esclarecidos, pues ya se est llegando a demonizar incluso a las Unidades de Batalla Electoral Hugo Chvez (UBCH) que son estructuras electorales, empleadas por el PSUV para movilizar durante los procesos comiciales.

A pesar de esto, usted insiste en el carcter legtimo y legal de su protesta, aun cundo ignor que el creciente uso de bombas molotov, como parte del arsenal defensivo, es un delito tipificado en el artculo 296, ante lo que ha sido sin dudas un exceso de uso de la fuerza por parte de los cuerpos policiales, incurriendo en violaciones de derechos humanos que tambin deben ser atendidas y sobre las cuales dedicaremos un aparte de este intento de aproximacin.

Asimismo, todo el Ttulo VII, del CP, denominado De los delitos contra la Conservacin de Intereses Pblicos y privados, seala entre los artculos 343 hasta el 372, formas de delitos contra edificios pblicos, transporte, infraestructura, distribucin de alimentos, etc.

En resumidas cuentas, el derecho a la protesta tiene sus lmites y han sido ms que desbordados, sin recurrir a los canales legales.

SOBRE LAS FORMAS DE PROTESTAS

Un alegato frecuente, en medios de comunicacin es que la protesta es pacfica, a pesar de la quema de cauchos, cierres de vas, bloqueo, etc. Sin embargo eso implica ignorar que las protestas han sido clasificadas como convencionales, violentas o confrontacionales. Las protestas convencionales son formas legales (en el marco de la Ley). Las marchas permisadas, son un ejemplo de ello. Las protestas violentas, son aquellas que utilizan medios de accin que generan daos a la propiedad pblica o privada y/o daos a la integridad fsica de las personas. Las protestas confrontacionales, son aquellas pacficas que despiertan grados de aprehensin y sentimientos de desafos (cierre de calles, toma de edificios).

Est clasificacin, acepta en los estudios de movimientos sociales en el campo de las ciencias sociales, indica claramente que las violentas y confrontaciones no son pacficas en la mayora de las veces.

Cabe preguntarse: la marcha que permisada (pacfica) termina en el cierre (confrontacional) de una avenida principal y luego, cuando acta la polica, estalla en enfrentamiento y quema de edificios o vehculos, sigue siendo pacfica? Claro que no. Y quin insista en ello, tendra que desmontar millones de lneas de anlisis de cientficos sociales como Margarita Lpez Maya, Charles Tylly, Sidney Tarrow entre otros.

De nuevo eso nos lleva a las normas de la protesta y los pasos legales y las restricciones que tiene. No queda duda que en Venezuela, hay una extralimitacin del derecho a la protesta, que ha sido impulsado adems por la accin equivoca de los cuerpos de seguridad, que con sus excesos, arrestros brutales, uso de fuerza extralimitada, presunta tortura (hasta que se demuestre), detencin sin cumplir las normas, han incrementado la indignacin y otorgado razones para movilizarse.LA RESPONSABILIDAD DE LOS CUERPOS POLICIALESNo tengo dudas, y quizs caigo en una generalizacin imperdonable, que ha habido excesos policiales. Hay funcionarios, particularmente de la Polica Bolivariana y de la Guardia nacional, que en su actuacin han excedido sus funciones, amenazando la integridad fsica de los manifestantes, estn o no permisados. La inexistencia del permiso, no justifica bajo ninguna manera el uso de fuerza excesiva. Debe imponerse el orden, pero manteniendo los procedimientos y la proteccin del debido proceso, de otra manera la actuacin para restituir el orden, cae tambin en la paradoja que su accionar es ilegtimo.

Sealaba la Fiscal, que hay 46 funcionarios detenidos, con averiguaciones por maltrato, exceso y supuesta tortura. Es urgente que se lleve al extremo este procedimiento, pues la sensacin de impunidad puede incrementar la conflictividad social.

Finalmente, insisto en la necesidad de retomar el dilogo a travs de la Conferencia de Paz, convocada por el Presidente Nicols Maduro. La prepotencia de la MUD puede conducirnos a repetir, 200 aos despus las condiciones de Guerra Civil que caracterizaron la repblica en 1814. Esperemos no sea as.El anlisis del conflicto social y el ordenamiento jurdico en Venezuela.En los ltimos tiempos, Venezuela ha sufrido una serie de cambios, en su estructura tanto poltica, social y econmica, no escapando de tal proceso de transformacin el sector judicial. Estos cambios se evidencian con la promulgacin de una nueva Constitucin Nacional, que condujo al nacimiento de una nueva posibilidad de administrar justicia, como lo es la justicia alternativa a travs de los Medios Alternos de Solucin de Conflictos.

En este anlisis se pretende evaluar la adecuacin del contexto institucional para la solucin de conflictos en la sociedad venezolana. Para ello examinamos a grandes rasgos el modelo existente de regulacin de la conflictividad social, empleando la legislacin vigente como caso particular de anlisis. A pesar de que los conflictos de justicia social revisten una naturaleza especial, dado el enfoque ideolgico de las relaciones en este campo, es posible extender las conclusiones que aqu se presentaran a otros sectores y actividades sociales que causan las desigualdades jurdicas.

Advertimos desde ahora que en buena medida las ideas que vamos a desarrollar descansan en un hecho obvio cual es el notable incremento de la conflictividad social que se esta produciendo en Venezuela. En el curso de este proceso preocupante, las instituciones actualmente diseadas para canalizar los conflictos aparecen cada vez ms inoperantes, aletargadas e ineficientes para dar solucin antes los conflictos existentes. En todo caso, pese a esta limitacin, estamos convencidos de la utilidad de la reflexin que pretendemos desarrollar, que trata sobre la ausencia de canales apropiados de regulacin de los conflictos sociales en Venezuela.

Nuestra deduccin es que las actuales instituciones creadas para canalizar el conflicto son inoperantes pues su diseo no responde a las necesidades econmicas y polticas que demanda actualmente la sociedad venezolana. Como resultado, tanto el incremento de la conflictividad social como la radicalizacin de sus formas de expresin son cada vez ms significativos. Al mismo tiempo, sin embargo, las instituciones existentes, fundamentalmente, los tribunales, cada vez aparecen menos legitimados pues no son percibidos como vas eficientes de solucin de conflictos. Igualmente, salvo en materia laboral, tampoco existen canales alternativos, o extrajudiciales, de composicin, como consecuencia de que hasta hace relativamente poco tiempo no han sido necesarios.

Luego, se requiere un cambio en las reglas, instituciones y procesos existentes a fin de atender los conflictos sociales de manera efectiva. De este modo estaremos en capacidad de, finalmente, elaborar una propuesta de modificacin del modelo venezolano de solucin de conflictos sociales.

Para ello, hemos de advertir desde ahora que como quiera que el orden institucional y la solucin de conflictos sean materias singularmente amplias, no caben recetas de aplicacin general. As, lo que puede valer en materia mercantil o comercial puede no funcionar en controversias de orden laboral.

Las razones por las cuales es deseable la regulacin del conflicto social pueden encontrarse en dos niveles distintos de anlisis:Dimensin social del problema: La existencia de instituciones capaces de regular y racionalizar los conflictos sociales, es un factor esencial en el desenvolvimiento de la "normalidad" democrtica, en tanto que condicin necesaria para la interaccin pacifica de los distintos factores e intereses que coexisten en toda sociedad plural, quienes deben contar con vas a travs de las cuales expresar, y eventualmente solventar, sus naturales diferencias y antagonismos. Se trata, pues, de una pieza clave en el mantenimiento de la paz y de la cohesin social.

As mismo, un modelo funcional de solucin de conflictos es un elemento crucial para el desarrollo econmico. El orden econmico de mercado solo es posible si sus participantes conocen con certeza el alcance de sus respectivas asignaciones (derechos) sobre los recursos sociales as como las condiciones de su transmisin a terceros.

En otras palabras, si los individuos cumplen lo que prometen y conocen anticipadamente su acceso a los recursos sociales. Ello reduce la incertidumbre acerca del futuro que de otro modo inhibira la interaccin humana pues impedira a los individuos predecir cuando sus expectativas pueden coincidir con las de los dems, y de ese modo intentar el intercambio. Las instituciones, por tanto, se crean para eliminar costes de transaccin y la incertidumbre que impiden el intercambio.

El acomodo de tales expectativas genera el marco referencial en el cual los agentes econmicos se ven animados a destinar sus esfuerzos y realizar inversiones productivas. Por otra parte, las expectativas se ven defraudadas si los individuos desconocen que acceso tienen a los recursos sociales, las consecuencias que se derivan del incumplimiento de las promesas hechas, o cual es el alcance de los derechos de que disponen. Es fcil convenir entonces que la existencia de reglas claras de actuacin as como de medios fiables para dilucidar las controversias que generalmente se generan de la aplicacin e interpretacin de tales reglas a las expectativas de cada quien, son un requisito necesario para el desarrollo econmico.

En consecuencia, desde un punto de vista sustantivo, la construccin del entramado social necesita de tanto de normas estables como de mecanismos de solucin de conflictos. De este modo es posible asegurar a los individuos la certidumbre necesaria para animarlos a participar en el juego social.

En ningn caso, es preciso que normas y mecanismos sean "oficiales": Por el contrario, tales normas pueden estar completamente disociadas de las necesidades sociales. Como explica North, "las instituciones son entramados complejos integrados no solo por reglas dictadas por autoridades oficiales (leyes, reglamentos, etc.), sino tambin por normas informales (convenciones, costumbres, etc.) las cuales suelen suplir las primeras cuando aquellas son incapaces de proveer eficazmente las expectativas e intereses individuales en sociedad." Las reglas de solucin de conflictos interesan para proveer estabilidad a tales instituciones.

En esencia, lo que se requiere es asegurar que las expectativas creadas no sean defraudadas por vas inaceptables por ineficientes. Una sociedad que permite el robo o el fraude como prctica social ordinaria no es viable, pues llevara a sus miembros a atesorar su riqueza en vez de intercambiarla en sociedad.

En este contexto, la solucin de conflictos permite la supresin de vas de fuerza que de otro modo acabaran con las expectativas individuales en sociedad.

Desde otra perspectiva, la solucin de conflictos refuerza el sentido de solidaridad social de los individuos pertenecientes a una colectividad dada. En esta vertiente, la satisfaccin de las expectativas de los individuos asegura su compromiso con el cuerpo social. Dicha satisfaccin puede o no coincidir con los intereses privados que se reclaman; a todo evento, lo esencial es que los individuos perciban como "justa" la solucin que se les aplica, con base en reglas socialmente compartidas, a pesar de que pueda eventualmente no serles favorable.La lgica del conflicto: Desde esta segunda perspectiva, la necesidad de dar regulacin al conflicto, viene dada por el hecho de que la violencia, que es junto con la intensidad una de las dos dimensiones que se pueden estudiar en el fenmeno conflictivo, esta esencialmente condicionada por el grado de regulacin a que este se ve sometido.

De este modo, cuando no existen cauces para la expresin del conflicto su funcin poltica puede ser desempeada por actos de rebelin. Segn (Dahrendorf, 1971: 205): "los conflictos no desaparecen al ser regulados. Donde hay sociedad hay tambin conflictos. Pero el modo de regularlos tiene consecuencias sobre su violencia. El conflicto regulado queda en cierto sentido descargado: aun cuando continua existiendo inalterablemente y puede ser de extraordinaria intensidad, se desenvuelve dentro de unas formas que se avienen con una estructura social en continua transformacin".Adicionalmente, conviene tener presente que existen en el conflicto distintas energas que lo modulan, incluso de signo contradictorio. De una parte, contiene elementos claramente negativos, en tanto que factores de perturbacin y de negacin del consenso, pero, de otra parte, tambin tiene una cara positiva, en cuanta dinmica de transformacin que motiva en el entorno. Por ello, se justifica el reconocimiento del conflicto a travs de frmulas que den salida a sus aspectos positivos y, al mismo tiempo, drenen los que no lo sean. De lo que se trata, en definitiva, es de hacer que las controversias se expresen dentro de unas determinadas coordenadas de racionalidad. Lo cual, pasa necesariamente por la institucionalizacin del conflicto, es decir, por su regulacin.En el caso venezolano: De la sociedad regulada a la sociedad autoregulada. El modelo "regulador" o "sistema populista de conciliacin"

El sistema poltico-econmico-social imperante desde 1958 reviste diversas caractersticas que conviene examinar para comprender la dimensin del problema planteado en este anlisis. La inadecuacin de las instituciones venezolanas, particularmente su incapacidad ontolgica para resolver los conflictos producidos en el seno de la sociedad de hoy, se produce luego de un lento pero creciente proceso de desgaste del modelo "regulador" vigente desde entonces.

En efecto, hasta hace relativamente poco tiempo, la sociedad venezolana desconoca la nocin del "conflicto" en su sentido propio. Esto no era producto de la casualidad; antes por el contrario, era la consecuencia obligada de un modelo populista hbilmente estructurado sobre la base de un "sistema de negociacin y acomodacin de intereses heterogneos, en el que los mecanismos de tipo utilitario desempean un papel central en la generacin de apoyos al modo de produccin capitalista y, por consiguiente, en el mantenimiento del mismo." De esta manera, ajeno a toda valoracin de orden normativo y movido por motivos estrictamente estratgicos, se instalo en Venezuela un "Sistema Populista de Conciliacin" que permiti superar la heterogeneidad de intereses diversos existentes para el momento de iniciacin de la democracia.

El xito de este modelo regulador, as como del sistema de conciliacin impuesto fue posible merced al ingente ingreso de divisas provenientes de la explotacin petrolera. En efecto, la formula de financiamiento del desarrollo mediante el Gasto Publico explica la ausencia de conflictos sociales en Venezuela en el periodo 1958-1989, ya que el Estado, mediante el control efectivo de la principal fuente de ingresos del pas, pudo obviar todo conflicto distributivo o redistributivo de la riqueza, conciliando los antagonismos sociales.

Igualmente, la articulacin de un modelo poltico semicorporativo fue factor determinante para atenuar cualquier expresin de descontento, cuando menos hasta que el desgaste del modelo fue ya evidente. La presencia social de actores slidos y bien organizados permiti contener las presiones sociales. La consolidacin en el poder de partidos "multiclasistas" y la influencia de estos en grupos sociales (empresariado, sindicatos, colegios profesionales), establecieron un sistema de solucin de conflictos paralelo al institucional formal, donde las demandas de los ltimos eran canalizadas en los rganos internos de los primeros.

Las frmulas de conciliacin se expresaron en un complejo sistema de consultas y participaciones que comprendieron cuando menos, dos tipos de pactos: En primer lugar los estrictamente polticos, protagonizados por los principales partidos, que en algunas ocasiones fueron acuerdos formales, como los conocidos "Pacto de Punto Fijo" y "Programa Mnimo de Gobierno" que fueron suscritos en 1958.

En segundo lugar, se produjeron una serie de pactos que involucraban al Estado y a actores sociales no partidistas (CTV, Fedecamaras, Iglesia Catlica, Fuerzas Armadas), estableciendo as un traidor sistema informal de consenso para adoptar las decisiones gubernamentales fundamentales; pero que no contemplaban el sentir de las bases populares.

De esta manera, los conflictos podan perfectamente ser resueltos al margen de la legalidad formal. De hecho, desde el punto de vista de los rganos encargados de resolver las controversias sociales, el resultado de este proceso ha sido doble: Por un lado, las instituciones formales, esencialmente los tribunales, han quedado relegadas y percibidas como ilegitimas por la colectividad, dada su inoperatividad. De hecho, no excepcionalmente han sido empleadas para alcanzar fines ajenos a la institucionalidad misma, lo que ha contribuido a su corrupcin y "deslegitimacin" ulterior.

Al mismo tiempo, otras vais formales de solucin de conflictos tales como son los distintos mecanismos de arbitraje, conciliacin o mediacin que en muchos pases son extraordinariamente eficientes solventando disputas entre particulares o grupos sociales, en Venezuela o bien sencillamente no han existido, o donde han sido creadas, incluso con soporte especial, como en materia laboral, no han tenido mayor incidencia.

Desde el punto de vista de las reglas aplicables al conflicto, la duplicidad es tambin evidente. Los mecanismos de resolucin de conflictos han estado frecuentemente divorciados de las reglas formalmente anunciadas para regir la legalidad y las expectativas de las personas.

Un elemento clave para explicar el xito de este "Sistema Populista de Conciliacin", fue la indudable habilidad de sus protagonistas para crear un clima favorable al consenso. As, mediante un complejo sistema de valores compartidos y estmulos eficientemente dirigidos, fue extendindose, como suerte de pauta cultural, una visin del conflicto y del antagonismo social como comportamientos indeseables, tanto en lo individual como en lo colectivo, que conviene mediatizar.

La ausencia de una "cultura del disenso" en Venezuela ha conducido a problemas funcionales severos, que se enumeran mas adelante, si bien estos no fueron demasiado importantes mientras el estado mediador tuvo recursos para seguir lubricando el modelo.

Es tambin importante advertir que, en este orden de cosas, el Derecho ha jugado un papel esencial, si bien desde una perspectiva estrictamente positivista; esto es, como instrumento de cambio social completamente desprovisto de contenido normativo. Es por ello que no sorprende la interpretacin tenida de los derechos individuales, los cuales han sido constantemente desplazados por motivos de "inters publico".

Desde luego, la determinacin de cuales son tales motivos de inters pblico ha quedado a cargo de las "elites hiperorganizadas" que han administrado el modelo poltico, no de la sociedad en conjunto. Es as que los mecanismos de solucin de conflictos existentes, como las instituciones en general, han sido empleados en beneficio de estos actores privilegiados, mediante una perversa lgica "clientelar".Insuficiencia del modelo "regulador": Como es sabido por todos, con la cada del ingreso petrolero se hicieron visibles las fallas inherentes al modelo poltico y social. Aunque este es un proceso histrico complejo, largo y, por otra parte, suficientemente documentado, tan solo diremos ahora que si bien el desgaste del Sistema Populista de Conciliacin comenz a ser visible hace mas de veinte aos, sigui funcionando con imperfecciones, hasta que aproximadamente en 1989 colapso.

Como quiera que la solucin de conflictos se hace principalmente por mediacin de grupos sociales, mientras pudo financiarse el modelo mediante el Gasto Publico las diferencias no se notaban, pero al disminuir los ingresos aquellos grupos con menor capacidad de cabildeo para obtener rentas quedan desfavorecidos.

Llegado este punto se producen una serie de fallas en cuya explicacin es til la Teora de la Escogencia Publica, la cual, empleando el anlisis econmico, sugiere que los mercados polticos tienden a sacrificar los beneficios del largo plazo representados por la colectividad en general, por los intereses de corto plazo que reporta en trminos polticos la satisfaccin de intereses privados de los grupos de presin con mayor poder de cabildeo social. Este fenmeno es aun ms visible en los pases en vas de desarrollo, donde el Estado es intrnsecamente dbil. Es lo que coloquialmente conocemos como "correr la arruga".

En pocas palabras, con el desgaste del modelo han quedado evidenciadas las grandes insuficiencias del modelo "regulador", al no poder ofrecer, en ausencia de soporte econmico, un mecanismo alterno al consenso para dilucidar las controversias sociales y de esta manera contribuir a la justicia social.

En este sentido, puede decirse que las fallas de gobierno evidenciadas en la experiencia venezolana no solo son sntomas de un desgaste evidente, indicando con ello la necesidad de instituciones nuevas, sino que han corrompido la estructura institucional formal existente, llevndola a cumplir funciones para las cuales no haba sido creada.

Tal situacin resulta especialmente dramtica cuando, al mismo tiempo, la conflictividad social se expresa ahora por medio de nuevas coordenadas: de manera generalizada pero esencialmente desorganizada y anrquica; con escaso control por parte de organizacin alguna; nula vertebracin en trminos de proyecto poltico; dificultad en la mediacin; resurgimiento de intereses particulares y alto grado en la intensidad de la protesta. Por lo tanto, ante la necesidad de una definicin mas precisa de los derechos, que reduzca las fuentes de incertidumbre en las expectativas individuales, sea necesaria la instrumentacin de mecanismos adecuados para la canalizacin efectiva de los conflictos que se derivan del normal ejercicio de esos derechos y expectativas individuales.

Mas aun aumenta cuando, como en el caso venezolano, el agotamiento del modelo conciliador ha revelado la complejidad del entreverado social, lo que confronta las instituciones actuales a la difcil prueba de confrontar intereses encontrados y difciles de conciliar, sin disponer de otro mecanismo que el consenso, a veces forzoso.

Por vez primera se hace necesario en Venezuela contrastar la diversidad de intereses, sin poder satisfacer a plenitud las aspiraciones de todos los participantes.

Mientras mas complejos y disimiles, los intereses son mas difciles de confrontar y conciliar bajo mecanismos de consenso. En este punto, la Teora de Juegos afirma que las soluciones cooperativas son ms factibles cuando es mayor la certidumbre respecto de los dems: "Cuando los jugadores tienen informacin completa de los dems jugadores, el numero de jugadores es reducido, y el juego es repetido". Si los intereses son diversos, la sociedad crece y se hace mas compleja, los jugadores sociales son menos conocidos, la informacin es menor y el juego es instantneo y nico (Endgame), existen todos los incentivos para que los jugadores defrauden los dems (Situaciones de Dilema del Prisionero) (Dixit and Nabeluff, 1991). Nuevamente aparece la certidumbre como elemento determinante del xito institucional.

En esta ecuacin, la nica solucin posible es la sujecin voluntaria del cuerpo social a normas consideradas "justas" por todos. Ello implica la participacin activa del Estado en la identificacin y ejecucin de las reglas aceptadas por la sociedad, lo que lejos de contradecir el deslastre de funciones y cometidos anteriormente atribuidos a la accin colectiva, habra de reformularla para hacerla dinmica, efectiva y operativa en el nuevo contexto que exige la autorregulacin social.

En otras palabras, si el Estado asume el monopolio de la fuerza, debe ser para reforzar las soluciones que la sociedad escoge, no para contradecirlas.

Las funciones esenciales del Estado Social coinciden el Estado de Derecho, los pactos, tratados y convenios suscritos por Venezuela. Su finalidad radica en crear, conservar y comprometerse a materializar esos derechos para satisfacer las demandas y necesidades de sus habitantes para lograr el bienestar general.

Por ello, la justicia, la educacin, la salud, la seguridad social, el propender a un desarrollo integral de la sociedad y del individuo, el establecimiento y la proteccin de los derechos humanos, siendo funciones indelegables del Estado.

Aquellas que pueden acometer con mayor eficacia y eficiencia en la medida en que podramos decir que son inherentes a la persona humana, es decir funciones que cuadran al estado en virtud de los fines y medios que estn a su alcance, as como la mejor preparacin de sus actores gubernamentales para ejecutar las tareas que la Constitucin y las leyes de la Repblica le emanan. Por lo tanto, el Estado venezolano en tiempos de la modernidad, estimula a sus conciudadanos a fomentar el espritu de solidaridad, responsabilidad y ponderacin en sus acciones ante otros organismos que no se inscriben en la funcin social.

En este sentido, el cumplimiento de su funcin debe avocarse a orientar y apuntalar a la sociedad hacia la proteccin de los derechos humanos. No basta establecer bases tericas y leyes para el entendimiento de estos derechos, sino que debe ir ms all, hasta llegar a la funcin de educar, proteger, asistir y colaborar con aquellos ciudadanos y ciudadanas a quienes les han sido conculcados sus derechos humanos.Funcin Social del Estado: Estado social de derecho en nuestros das, tiene relacin con el estado democrtico, en efecto, el estado social de derecho ha experimentado las luchas ideolgicas y polticas del siglo XIX.

Sin embargo, este concepto fue desarrollado en el siglo XX. El nacimiento del concepto de Estado de Derecho segn sus consecuencias es producto de las crticas a la ideologa liberal, tal como se haba impuesto a partir de la revolucin burguesa, y a su expresin jurdico-constitucional, con las primeras Declaraciones de Derecho (Virginia de 1776 y la Declaracin Francesa de 1789), y las constituciones, norteamericana de 1787 y revolucionaria francesas, a partir de 1791; es fundamentalmente desde la segunda mitad del siglo XIX que surge el cuestionamiento de la concepcin liberal originaria.

La transicin desde la formalizacin o "positivacin" del Estado de derecho, articulado al positivismo imperante desde el siglo XX hasta el presente, se identifica con la lgica formal (legalidad) producto de los actos parlamentarios en forma de ley, descartando las concepciones iusnaturalistas que le haban definido los paradigmas racionalista-iluministas.

Al reinterpretar el concepto de Estado de Derecho, en ste concurre una gama de corrientes ideolgicas, como el socialismo premarxista, la social democracia clsica, el catolicismo social, entre otras.

Hacia 1949 el Estado Social de Derecho, es prescrito por la Constitucin de la Repblica Federal Alemana en su Art. 20 y 28. De ese modo, el Art. 20 consagra que la R.F.A es un Estado Federal, democrtico y social. Es as como la Constitucin de 1999, en el articulo 2 consagra que "Venezuela se constituye en un Estado democrtico y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurdico y de su actuacin, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la tica y el pluralismo poltico". Esta constitucin democrtica compromete su existencia axiolgica en el privilegio que le asigna a los derechos humanos como derechos fundamentales caracterizados por la universalidad de sus titulares. Esta doctrina ha venido a sustituir al Estado Liberal de derecho como estructura de la convivencia occidental, con un nuevo contenido Estado Social de Derecho, esta vez positivo de la libertad individual.

El bienestar social y la realizacin de la justicia, en su ms alto y cabal sentido, aparecen, junto a la planificacin, como funciones del Estado. Y esto no es incompatible con el mantenimiento del principio del imperio de la ley.

El Estado Social de Derecho: (sozialer Rechtsstaat) se propone obtener la procura existencial (Daseinvorsorge) a travs de la llamada administracin "Prestacional" su nota definitoria es lo social y sus objetivos se encaminan hacia el bien comn y la participacin justa en la riqueza social. El intervencionismo del Estado social de Derecho es positivo, el Estado social de derecho fomenta la racionalidad del proceso poltico-econmico-social por medio del Plan.

La idea de democratizacin debe incorporase al Estado de Derecho, adems de ser usado como mtodo de designacin de gobernantes, debe materializarse en el seno de la sociedad, es decir, la democratizacin (democracia social), se convierte as en un componente indispensable de la nueva concepcin del Estado de Derecho, el Estado Social de Derecho se transforma en un concepto ms extenso, al incorporar en su interior otras lneas: poltica, ideolgica, jurdica.

En sntesis, el Estado es el garante de la satisfaccin de las necesidades bsicas para una vida digna (necesidades vitales) de todos los ciudadanos, independientemente de las formas y modos de su relacin con la economa, ms o menos intensa, directa o indirecta (se incluye tambin la privatizacin de las empresas industriales y de servicios) invariablemente es imprescindible salvaguardar el rol del Estado como ltima instancia de garanta de la ejecucin de la procura existencial, gracias a la proteccin y fomento de los derechos sociales y econmicos. Es fcil entender que el Estado Social de Derecho, es un concepto material, el cual demanda actos concretos o hechos sociales con contenidos valorativos en la praxis social, al asignarle obligaciones de hecho en el mbito legislativo y administrativo.

En la Constitucin descansa la norma jurdica, por lo tanto es el instrumento jurdico preeminente al que se remite como principio de base y razn de ser, en otras palabras es el complejo normativo del Estado.

Las transformaciones del Estado que muchos autores identifican como el Estado en crisis, exige un poder capaz de ejecutar con eficacia las reformas necesarias en donde ese Estado se desempee en su verdadero rol para la sociedad actual, en ese sentido, "a pesar que en el campo doctrinario algunos consideran intil la expresin o la incorporacin del Estado Social, por estar comprendido en el trmino democrtico"De acuerdo a la posicin del autor, ste discurre sobre la incorporacin de esta acepcin "Estado Social" ya que fortalece el principio fundamental y la responsabilidad que tiene el Estado de brindar respuestas concretas y objetivas a la poblacin en general, sobre asuntos que se vinculan con los elementos axiolgicos que se han convertido en reconocimiento de esos derechos y que se incorporan a las normas jurdicas.Sin embargo, estos derechos como se dijo anteriormente son producto de las luchas y la bsqueda de esos derechos para el logro de reivindicaciones de tipo econmico, social y poltico.

En este sentido, el fortalecimiento del Estado Social de Derecho es fundamental para la plena insercin de los pases a la comunidad de naciones del mundo, como para alcanzar la paz, proteger a la poblacin, reforzar la legitimidad del Estado, alcanzar un desarrollo humano sostenible, y asegurar la eficacia de las polticas pblicas en general.La responsabilidad del Estado en materia de derechos humanos:Referente a la responsabilidad del Estado en materia de derechos humanos como lo afirma Melndez Florentn tiene su asiento como fuente el mbito constitucional, pero tambin tiene su fuente en el derecho internacional pblico general y en el derecho internacional pblico privado, es decir en el derecho internacional de los derechos humanos, en el derecho internacional humanitario, en el derecho internacional de los refugiados, en el derecho penal internacional y el derecho internacional del trabajo.

Respecto a todo lo anterior, el presidente de la Repblica Bolivariana de Venezuela Hugo Chvez Fras, el da 22 de noviembre del ao 2009, anuncio en cadena nacional lo siguiente: "Convirtamos este trienio 2010-2011 y 2012 en la nueva Campaa Admirable, porque admirable va a ser en su ejecutoria, en sus resultados y en su avance, para que nos admiremos todos con esta campaa estratgica que permitir consolidar el Socialismo del Siglo XXI", expres Chvez Fras.

Asimismo, invit a prepararse a la otra campaa que ser ms larga que ir desde el 2013 hasta 2019 que ser una campaa de vida total, de batalla de construccin ideolgica y que la llamar la nueva Campaa de Angostura."Para 2019 ya Venezuela debe ser un pas socialista, en un primer espacio, un primer horizonte, si no lo fuera as seremos mrtires", indic. Ante ese sealamiento parafrase unas palabras de Fidel Castro "en tal fecha o seremos libres o seremos mrtires. Yo lo quiero poner en estos mismos trminos en el 2019 o Venezuela es un pas socialista ya o nosotros seremos mrtires".

En ese sentido, el Presidente Chvez reconoci que la lucha ser muy dura pero tambin ser hermosa y buena, haciendo necesario que todos y todas luchen con toda el alma, con los huesos y la vida entera para el bien de la revolucin, de la justicia social para todos los venezolanos y de la construccin del Socialismo del Siglo XXI.

En el 2010 sigamos golpeando la inseguridad, al oposicionismo aptrida que viene a ser lo mismo. Los "Falsos Positivos" creados por Uribe y su banda, es una de las ms terrorficas ideas generadas en los laboratorios de guerra sucia de la CIA, aplicados en Colombia con el nico propsito de desacreditar a las Farc y su lucha.

Consisten stos, en propiciar la muerte de compatriotas colombianos, como el que se conoci a finalesde 2008, sobre la aparicin de los cadveres de 19 jvenes, que haban desaparecido en el municipio de Soacha, de la localidad de Ciudad Bolvar al suroccidente de la ciudad de Bogot, los cuales fueron mostrado en los medios de comunicacin como guerrilleros muertos en combate, por partedel ejrcito en el Norte de Santander, las investigaciones posteriores demostraran la falsedad de los hechos.

El 7 de enero de 2009, un documento desclasificado de la CIA, publicado por el National Security Archive revel que los nexos entre las fuerzas militares y los grupos paramilitares eran conocidos por el gobierno de Estados Unidos desde el ao 1994 y que los falsos positivos son una prctica usual dentro del ejrcito colombiano. Un antecedente, en nuestro Pas, que bien vale recordar sobre estas prcticas asesinas, que la CIAinculc a nuestros militares y policas, lo constituy el caso del Amparo, all HenryLpezSisco, "perseguido poltico" del rrrgimen y actualmente prfugo de la justicia venezolana, reclut un grupo de 16 jvenes de la zona, invitndoles a un sancocho a la orilla del ro; pues bien, apenas llegaron en lancha, les esperaban militares y Disip del Cejap, quienes los acribillaron, les sembraron armas y colocaron uniformes de guerrilleros, con esta accin pretendan justificar la existencia de ese cuerpo civil-militar; todo esto se puso en evidencia, ya que dos de los pescadores se echaron al ro y salvaron sus vidas. Le aguaron ese "falso positivo".

Los hechos estn magistralmente descritos en el libro de Walter Mrquez: "Comandos del Crimen. La Masacre del Amparo". Finalizando el 2009, el Comandante Presidente, Hugo Chvez, denunciaba la intencionalidad del imperio, de crear un "falso positivo", matar unos colombianos, sembrar sus cadveres en territorio venezolanos, sembrar carpas y armas, bombardeando luego nuestro territorio, de esa forma justificaran una confrontacin blica entre pases hermanos y la implantacin de sus bases militares en su portaviones colombiano.

Pero, esto tendr algo que ver con el tema de la inseguridad, ya se estarn preguntando ustedes? Aunque no pareciera, los hechos que se han venido desencadenando durante esta ltima dcada confirman que s; la ofensiva meditica opositora (prensa, radio, tv e internet), centrada en resaltar los hechos producto de la delincuencia, al menos as lo confirman. Ver un noticiero, leer un peridico u or las noticias por la radio, es como estar en Colombia o Mxico. El oposicionismo aptrida, repite incansablemente que la inseguridad nos agobia y, por supuesto, el gran responsable es: el Presidente Chvez. De all que podamos afirmar, sin ningn titubeo, que la inseguridad es una estratagema oposicionista, para desestabilizar al Gobierno; los creadores de la inseguridad no son otros que, quienes diariamente la exaltan y colocan al delincuente como un hroe, cuyas hazaas son reivindicadas por los polticos opositores y sus medios de comunicacin, y detrs de ellos, claro est, la burguesa pro imperialista.

El ejemplo ms pattico de lo aqu afirmado, lo constituye Manuel Rosales, el gran delincuente, hoy refugiado en su guarida: Per.

La inseguridad es la nefasta herencia que la cuarta repblica y sus malos gobiernos burgueses, nos dejaron y hoy son ellos quienes exigen al Gobierno Revolucionario que resuelva en una dcada, lo que ellos construyeron en medio siglo.

No obstante, las polticas desarrolladas por la Revolucin Bolivariana para desmontar este mal, consistentes en dignificar las condiciones de existencia de nuestra poblacin, implementadas del 2004 en adelante, con las Misiones, apenas comienzan a dar sus frutos en salud y educacin, la deuda es muy grande, pero la Revolucin avanza a pasos agigantados. Eso explica por qu en el 2009, el Gobierno Revolucionario se avoc de lleno al tema de la inseguridad, y los resultados son elocuentes: "cerca de 60 mil 164 kilogramos de distintas sustancias estupefacientes y psicotrpicas fueron incautadas en Venezuela, durante el 2009, de acuerdo a las estadsticas de la oficina nacional antidrogas (ONA). Adicionalmente, a la cifra contabilizada por al ONA, fueron decomisados 12 mil kilos de diferentes materiales qumicos que pretendan ser desviadas a la Repblica de Colombia, para la produccin de cocana. As mismo fueron destruidos 26 laboratorios y deportados a sus pases de origen 12 jefes de organizaciones criminales, que se dedicaban al trfico de drogas en territorio venezolano" (YVKE Mundial, 21-12-2009).

Estas cifras indican un incremento de casi 7 Toneladas de drogas incautadas, de distintos tipos, con relacin al 2008, logro que, sin duda alguna, tiene que ver en mucho con lo que refiere el Director de la ONA: "Reverol sostuvo que desde que el Estado decidi soberanamente cesar las relaciones con Estados Unidos en materia de lucha contra el narcotrfico, las autoridades nacionales venezolanas han incrementado notoriamente la incautacin y destruccin de estupefacientes, hecho que demuestra que el Gobierno estadounidense tena una poltica de obstruccin para impedir que este flagelo social disminuyera". (YVKE Mundial, 21-12-2009).

Menos drogas en nuestras calles, son menos enfrentamientos entre bandas por el control del territorio, menos compatriotas asesinados, fundamentalmente, en nuestros barrios. Lo clave a resaltar, de este flagelo, es su procedencia: Colombia; y la pregunta sera: que est haciendo el gobierno de Uribe para que esa droga no llegue a nuestro territorio?, sembrar de bases norteamericanas el territorio Colombiano, ser esa la solucin?, o por el contrario fomentara mas conflictos en nuestro territorio.

Otro flagelo que azota nuestra poblacin, son los secuestros, al respecto Flores Trosel, Director del CICPC, nos arroja datos bien contundentes para el 2009: "Este ao hemos rescatado 102 personas que se encontraban en cautiverio y han sido liberadas 490 personas debido al cerco policial desplegado.Asimismo, inform que en 2009 se conocieron 616 secuestros entre los denominados express y prolongados, se detuvieron a 740 secuestradores que fueron puestos a la orden del Ministerio Pblico y mediante la promulgacin de la nueva Ley contra Extorsin y Secuestro sern sometidos a las largas penas que oscilan entre 20 y 30 aos de prisin. Flores Trosel destac que hubo mayor nmero de secuestrados en los estados Zulia, Anzotegui, Carabobo, Tchira y Aragua" (ABN, 24-12-2009).

Obsrvese que de los 5 Estados donde ocurren ms secuestros, 3 son gobernados por el oposicionismo aptrida (Zulia, Tchira y Carabobo), por supuesto esta informacin no la dicen sus medios de comunicacin.

En Zulia, es conocido por todos y todas, que en muchos de los secuestros que all ocurren, aparecen involucrados agentes de la polica regional, esto se debe a la pasada por ese cuerpo policial de Henry Lpez Sisco, como asesor de seguridad, quien mont en dicho cuerpo una industria del secuestro, que debi haberle dejado muchsimo dinero mal habido, tanto a l como su socio millonario Manuel Rosales.

En entrevista con Jos Vicente, Gian Carlo Di Martino lo defina en estos trminos: ""Ellos han desarrollado un vnculo directo con el paramilitarismo y a partir del 2002 hasta la fecha el ndice de secuestros en el pas y fundamentalmente en el Estado Zulia, es inmenso, alarmante. Eso tiene que ver con crear esa sensacin de inseguridad y crear inseguridad para poder desestabilizar" (Jos Vicente Hoy, 09/09/07).

Aseverando ms adelante, en la entrevista: "Cuantific Di Martino en 52 el nmero de personas que han sido secuestradas y ubic al Zulia como el Estado con mayor ndice de secuestros en funcin y a partir de la creacin de sa polica paralela, que ha venido creando la sensacin de inseguridad. "fundamentalmente en los comerciantes, en las colonias extranjeras ha hecho que el Zulia se convierta en todo un paraso para poder delinquir y poder crear una polica que hoy se ha dedicado al sicariato y al secuestro."

Sin duda, como afirma Di Martino, hacer oposicin y crear inseguridad, es una estratagema que, en el Estado Zulia, y durante la gobernacin de Manuel Rosales y Lpez Sisco como asesor de seguridad, se instrument con mayor nfasis, mientras, los medios de comunicacin resaltaban los secuestros y casos de sicariato sin indicar los lugares donde ocurran, el objetivo era crear un estado de desasosiego generalizado, en todo el Pas. As como Catia es la Parroquia ensayo de la Polica Nacional Bolivariana, Zulia fue el Estado ensayo de la inseguridad para la oposicin.

De all la alianza con el paramilitarismo colombiano y el gobierno de Uribe, ambos tambin interesados en desestabilizar al Gobierno Revolucionario y ganarse con ello, las simpatas del imperio norteamericano. El antecedente que, confirmaba esta hiptesis, fue la detencin en el 2004, de 130 paramilitares en la finca Daktari, ubicada en El Hatillo, en el estado Miranda. Una finca propiedad de Robert Alonso, hermano de la actriz cubana-venezolana Mara Conchita Alonso, residente en Miami. Hecho que evidenciaba de lo que es capaz el oposicionismo aptrida, con tal de derrocar al Gobierno Revolucionario.

Este 2009 que termina, ha dejado al descubierto que desde aquella incursin paramilitar en nuestro territorio, el oposicionismo aptrida no ha dejado de infiltrar delincuencia colombiana en nuestro territorio a fin de reforzar la matriz de la inseguridad. Apenas iniciado, en enero 18, El vicepresidente de la Repblica, Ramn Carrizlez, informaba la detencin por el CICPC: "de seis presuntos paramilitares en Maracay, estado Aragua, encabezados por Manuel Salvador Giraldo, Alias "Don Omar", que a su vez pertenece al bloque de alias "Don Perna" (YVKE).

Acotando en su declaracin: "en la medida que se hacen capturas producto de la investigaciones que se van llevando a cabo van apareciendo estos grupos que tambin actan como delincuencia comn, por lo que hemos presenciado unos niveles de violencia nunca vistos en el pas, como el sicariato".

Esta primera detencin, marcara la pauta de un conjunto de capturas de capos paramilitares, como el de Oscar Jos Ospina Pacheco, jefe paramilitar de las supuestamente desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia, a quien se le imputa la responsabilidad de 300 asesinatos en Colombia; Magali Yaneth Moreno Vera, apodada dentro de las Autodefensas de Colombia (AUC) como "La Perla", esta mujer direccionaba procesos asociados al paramilitarismo y trabajaba en conjunto con otra ciudadana llamada Ana Mara Flores, quien se encuentra actualmente en prisin, ambas eran funcionarias de la Fiscala General de Colombia en los aos 2002 y 2003, los vnculos entre paramilitarismo (narcotrfico) y gobierno es una realidad inocultable en Colombia; adems de bandas organizadas que se dedicaban a actividades delictivas en nuestro Pas, como: "La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) captur este viernes a cinco ciudadanos, cuatro colombianos y uno venezolano, quienes integraban un grupo paramilitar que se dedicaba a la extorsin de productores y comerciantes de la frontera colombo-venezolana"(VTV, 30-10-2009).

Son evidencias de duros golpes que el Gobierno Revolucionario dio en el 2009, al do Oposicin-Paramilitarismo, en su empeo de llenar la Repblica Bolivariana de Venezuela de inseguridad y desestabilizacin. Nuestro reconocimiento a la Guardia Nacional Bolivariana, la PM, el CICPC, a Tareck El Aissami, Ministro del Poder Popular de Relaciones Interiores y Justicia, en quien reconocemos el decidido combate que ha librado en el 2009 el Gobierno Revolucionario contra el flagelo de la inseguridad, la creacin de la Polica Nacional Bolivariana, su despliegue a todo el territorio nacional, son hechos que nos hacen ser optimistas.

La inseguridad puede ser derrotada, as como lo fue el golpe de Estado de 2002, el paro petrolero, la desestabilizacin financiera de 2009, y otros muchos intentos que esa oposicin aptrida, siguiendo los libretos que los organismo de inteligencia del imperio les provee, para que hagan poltica contra la Revolucin Bolivariana y el pueblo venezolano.

Respecto a estos temas, el Jefe de Estado venezolano culmin su participacin en el encuentro, que se llev a cabo en Cochabamba, Bolivia expresando la siguiente frase: "Sin goce de la libertad y la justicia es intil la emancipacin de Amrica"

"Cuando Amrica ha derramado su sangre para afianzar la libertad entendi que lo haca por la justicia, compaera inseparable. Sin el goce absoluto de ambas, la libertad y la justicia, habra sido intil su emancipacin", deca el Gran Mariscal Sucre, citado por el presidente de la Repblica Bolivariana de Venezuela, Hugo Chvez Fras, al finalizar la VII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Amrica (Alba).

El Presidente quiso citar tanto a Antonio Jos de Sucre, como a Simn Bolvar, como prceres que conocieron y amaron mucho a Cochabamba.

El Jefe de Estado expres: "Sin igualdad, de qu vale la libertad, porque entre el dbil y el fuerte, la libertad oprime, porque es la libertad del fuerte para oprimir al dbil, por eso, slo la igualdad libera los pueblos".

El Presidente venezolano rese: "Bolvar quiso tanto a Cochabamba y la conoci tanto, que lleg a manifestar, el 4 de agosto de 1826, ante el congreso deliberante, en Chuquisaca, Bolivia, que quera colocar la primera piedra de Cochabamba, como capital de la nueva Repblica que naca con su nombre, Bolvar, que fue la primera denominacin que tuvo Bolivia, es decir, el Libertador ya pensaba geopolticamente.

"Para el Libertador, Cochabamba reuna condiciones, como ciertas comodidades y su cercana la mar, adems de encontrarse en el centro del pas, con clima agradable, como para ser la capital de la Repblica.

"Bolvar vio bajo este aspecto a la comarca de Cochabamba y no tena noticias de que otra de Bolivia se le igualara, incluso le encomend al Mariscal Sucre que le buscara una casa en Cochabamba".

Chvez Fras tambin refiri que Sucre escribi un cdigo, que actualmente se podra considerar socialista, el 1 de mayo de 1825, en La Paz, en una nota dirigida a la municipalidad de Cochabamba.

"En ese tiempo, Sucre ya senta las presiones de quienes se queran aduear de la nueva Repblica para su propio beneficio, quienes no queran libertar a los esclavos, ni a los indios, de hecho, el mariscal propuso entregar tierras a los indios, lo que decret con un gran sentido de justicia, as como el mariscal consolid los primeros caminos de Bolivia hacia Buenos Aires, Argentina, e inaugur el primer puerto de la nacin boliviana", rese el Mandatario venezolano.

De esta manera, Chvez Fras manifest su agradecimiento a Bolivia, a su pueblo, a Cochabamba, al presidente, Evo Morales, por su recibimiento con motivo de esta cumbre y quiso, a manera de reflexin, citar al Gran Mariscal Sucre, as como al Libertador Simn Bolvar, quienes amaron mucho a esta ciudad que sirvi de escenario al encuentro regional. El Mandatario Nacional llam a trabajar en el tema de la moneda nica para la regin, el Sucre, y record el compromiso asumido por el Alba de presentar un proyecto piloto para comenzar 2010 dndole vida a esa moneda, como uno de los grandes pasos que ha dado el mecanismo de integracin regional.

Hoy el proyecto de pas plasmado en la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela, ha rescatado el espritu revolucionario y anti-hegemnico del bolivarianismo, se nutre de lo mejor del pensamiento humanista universal, y reconoce los elementos multitnicos y pluriculturales presentes en este conjunto de valores culturales intangibles. A esta nueva figura de la subjetividad corresponde una economa con un alto contenido social, incluyente, colectivo, y una tica de la solidaridad y del deber social. Todo ello, por definicin, se antepone a la unipolaridad propugnada por la potencia imperial dominante, con su carga ideolgica avasalladora de culturas.

A este proyecto de pas, atae la elaboracin de nuevos conceptos, mtodos y estrategias que posibiliten la construccin de nuevas realidades societales, es decir, una sociedad anti-hegemnica internacionalista, colectiva, pluricultural, que prevea las participaciones activas de todos, civiles y militares, en labores defensivas. Estas nuevas estrategias defensivas, son de carcter integral y tendr como amenaza un espectro ms amplio que lo estrictamente militar o blico, que comprende la necesidad de imponer la justicia social y la bsqueda de la mayor suma de felicidad para nuestro pueblo. Al tiempo que considera como hiptesis de conflicto la guerra popular o de resistencia contra cualquier imperio o potencia que pretenda dominarnos, o contra aquellos Estados o grupos que se presten a secundar intereses hegemnicos, grupales o particulares.

En este contexto manejaremos el concepto de defensa popular, (trabajado desde las aulas de nuestra Universidad (UBV); la cual se desprende de nuestra carta magna y de la Ley Orgnica de Seguridad de la Nacin. Con esta conceptualizacin establecemos claras diferenciaciones con el trmino de guerra asimtrica, que aunque pudiesen conllevar a discusiones de ndole poltico y epistemolgico que no es el fin de este analisis, sin embargo, es necesario dejar claro que el concepto de asimetra han sido trabajado principalmente por las escuelas de defensa norteamericana, partiendo del supuesto que muestra la cosificacin del oponente, la desvalorizacin dimensional planimtrica que supone una mirada desde los vencedores a los vencidos. En tanto, el trmino de defensa popular supone un pueblo vivo que se organiza, que se constituye en redes sociales para luchar de manera integral por procurarse una mejor calidad de vida en un pas democrtico y participativo.

Es conveniente sealar que el basamento terico legal que usarmos para hacer la siguiente reflexin se encuentra principalmente en la Constitucin y en la Ley Orgnica de Seguridad de la Nacin que expresan en forma clara y precisa una visin de seguridad y defensa integral, asociadas al desarrollo sustentable y a el aumento de la calidad de vida, promoviendo el cambio social y la evolucin poltica.

La nocin de seguridad y de defensa integral, est asociada a desarrollo sustentable y calidad de vida convertida en eje transversal del conjunto de polticas pblicas, y en mecanismo de concertacin, articulacin y accin poltica entre el Estado y la sociedad.

As vemos como la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela seala en su Art. 322.

La seguridad de la nacin es competencia esencial y responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo integral de esta y su defensa es responsabilidad de los venezolanos y venezolanas; tambin de las personas naturales y jurdicas, tanto de derecho pblico como de derecho privado, que se encuentren en el espacio geogrfico nacional.

Tambin cuando la ley Orgnica de Seguridad de la Nacin en su Art. 2 define la Seguridad como: "Es la condicin, estado o situacin que garantiza el goce y ejercicio de los derechos y garantas en los mbitos econmico, social, poltico, cultural, geogrfico, ambiental y militar de los principios y valores constitucionales por la poblacin, las instituciones y cada una de las personas que conforman el Estado y la sociedad, con proyeccin generacional, dentro de un sistema democrtico, participativo y protagnico, libre de amenazas a su sobrevivencia, su soberana y a la integridad de su territorio y dems espacios geogrficos"

Defensa Integral: Es el conjunto de sistemas, mtodos, medidas y acciones de defensa, cualquiera que sean su naturaleza e intensidad, que en forma activa formule, coordine y ejecute el Estado con la participacin de las instituciones pblicas y privadas, y las personas naturales y jurdicas, nacionales o extranjeras, con el objeto de salvaguardar la independencia, la libertad, la democracia, la soberana, la integridad territorial y el desarrollo integral de la nacin. Art.3 LOSN

El Desarrollo Integral: El desarrollo integral, consiste en la ejecucin de planes, programas, proyectos y procesos continuos de actividades y labores que acordes con la poltica general del Estado, y en concordancia con el ordenamiento jurdico vigente, se realicen con la finalidad de satisfacer las necesidades individuales y colectivas de la poblacin, en los mbitos econmico, social, poltico, cultural, geogrfico, ambiental y militar. Art.5 LOSN

Estos tres conceptos involucran una nueva dimensin y un cambio de paradigma de gran complejidad ya que, al viejo binomio indisoluble de la Seguridad y Defensa que se vinculaba principalmente al contexto militar; se le ha sumado un nuevo concepto que es el de desarrollo integral y el do, no solo se ha convertido en una triada, sino que el contexto de adscripcin de los asuntos que le competen se ha ampliado hacia siete mbitos: econmico, social, poltico, cultural, geogrfico, ambiental y militar.

Todo esto nos ubica en una difcil situacin que supone el reflexionar sobre los nuevos espacios, mtodos y estrategias para darle vida a estos nuevos conceptos, de all que nace la definicin de la Defensa Popular que:

Expresa la relacin directa entre lo civil y militar para asumir la defensa integral de la nacin a travs de las redes y organizaciones sociales y comunitarias (misiones, grupos de reservistas, batallones socialistas, organizaciones indgenas, polticas, artsticas, laborales, etc.) que encarnen de manera eficiente, eficaz y efectiva el principio de corresponsabilidad. (Zambrano, 2005)

Asimismo, entendemos que estos nuevos espacios y estrategias para la seguridad, defensa integral y desarrollo integral solo pueden construirse a travs de las redes sociales que deben ser entendidas como las relaciones que estructuran los actores sociales que toman (la imaginaria) forma de redes, a travs de tejidos muy finos y complejos de alianzas, que por lo general suele subsistir an despus de que los actores cumplen los objetivos comunes.

Las redes sociales que hoy se estn conformando en Venezuela particularmente (batallones socialistas, comits de tierras, grupos de reservistas, contraloras sociales, mesas tcnicas de agua, asociaciones indgenas, etc.), comienzan a constituir una nueva ciudadana que esta redefiniendo los lmites de la comunidad poltica en la que se haba organizado con anterioridad (partidos polticos y cuerpos colegiados, etc.) una sociedad civil global, en la cual desaparecen algunos y surgen nuevos y distintos actores sociales.

Tenemos que entender entonces, que estas redes sociales actuarn en la defensa popular continuamente, para atender los problemas de sus comunidades en forma integral, en su da a da, y muy especialmente cuando se decreten Estados de excepcin o para prevenirlos. Todo esto de acuerdo al Artculo 338 de la CRBV.

Podrn decretarse el estado de alarma cuando se produzcan catstrofe, calamidades pblicas u otros acontecimientos similares que pongan seriamente en peligro la Seguridad de la Nacin, o de sus ciudadanos y ciudadanas. Dicho estado de excepcin durar hasta treinta das, siendo prorrogable hasta por treinta das ms.

Podr decretarse el estado de emergencia econmica cuando se susciten circunstancias econmicas extraordinarias que afecten gravemente la vida econmica de la Nacin. Su duracin ser de hasta sesenta das prorrogables por un plazo igual.

Podr decretarse el estado de conmocin interior o exterior en caso de conflicto interno o externo, que ponga seriamente en peligro la Seguridad de la Nacin, de sus ciudadanos y ciudadanas, o de sus instituciones. Se prolongar hasta noventa das, siendo prorrogable hasta por noventa das ms.

La aprobacin de la prrroga de los estados de excepcin corresponde a la Asamblea Nacional. Una ley orgnica regular los estados de excepcin y determinara las medidas que pueden adoptarse con base en los mismos.

Las amenazas a nuestra seguridad: Otro de los conceptos bsicos a definir es el de amenaza, que puede ser entendido como "Factor externo de riesgo, con respecto al sujeto o sistema expuesto, representado por la potencial ocurrencia de un suceso de origen natural o generado por la actividad humana, que puede manifestarse en un sitio especfico, con una intensidad y duracin determinada" (Lares, 2004).

El concepto de amenaza, lejos de ser solamente militar, se identifica con la percepcin de que la potencialidad de otro pas, puede llegar a influir o alterar las condiciones de seguridad propias. Esto hace evidente la necesidad de establecer los medios y capacidades necesarias para el logro de los objetivos de cada Estado, tanto en lo nacional como en lo internacional.

Por tanto, se establece un cambio de concepcin de las amenazas, puramente militares, hacia unas nuevas amenazas convencionales y no convencionales a la seguridad que obligan girar la mirada hacia lo interno de cada nacin y coloca en la agenda sobre los problemas de seguridad, temas tales como: pobreza, narcotrfico, crimen organizado, VIH, endemias, terrorismo, problemas ambientales, etc.

Por amenazas convencionales se entiende: Los conflictos entre Estados. En los ltimos aos, se ha consolidado en el continente americano una tendencia a la disminucin de estas amenazas. No obstante, sera prematuro sostener que la conflictividad inter-estatal ha desaparecido. Claro esta que actualmente existen conflictos internos en estados donde los gobernadores o alcaldes son de tendencia derechistas o no pertenecen al sector oficialista. Ejemplo de estos estados podemos observarlos en Zulia, Tchira, Carabobo, etc...

Y como riesgos y amenazas no convencionales: aquellas que han emergido durante el proceso de globalizacin afectan de manera diferente a los Estados; de aqu que corresponda a cada pas definir soberanamente la percepcin de amenaza, as como las polticas e instrumentos que se emplearn para encararlas.

* Las amenazas para nuestro pas han sido decretadas soberanamente como:

La pobreza extrema y la exclusin social

La desercin escolar y el bajo nivel educativo

Los desastres naturales y calamidades publicas

Las endemias y otros riesgos a la salud publica

El deterioro del medio ambiente

La corrupcin

La dependencia agroalimentaria

El narcotrfico y la delincuencia organizada

Los latifundios y la inequidad en la tenencia de las tierras

La violencia social

El contrabando de gasolina en zonas fronteriza

La confrontacin entre Estados

El mundo unipolar

El terrorismo

Mecanismos para la corresponsabilidad: Si entendemos, entonces como lo seala la Constitucin que la Seguridad y la Defensa Integral se fundamentan en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, es posible deducir que esta corresponsabilidad se materializa a travs de la Defensa Popular, que como ya definimos; es la unin de lo civil y militar expresada en acciones que permitan prevenir que se produzcan catstrofes o calamidades pblicas, estados de emergencia econmicas y conmociones internas o externas, a travs de las redes y organizaciones sociales y comunitarias (misiones, grupos de la reserva, batallones socialistas, organizaciones indgenas, polticas, artsticas, laborales, etc.)

Ahora bien cmo se operacionaliza esta corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil? Cules serian las estrategias o los mecanismos para su ejecucin? En primer lugar, hay que visualizar como lo hace el Prof. Cnel. Garca Becerra; la Defensa Integral de la Nacin como un sistema integral conformado por tres niveles; el nacional, el estadal y el municipal dichos niveles a su vez integrado por diferentes subsistemas. De all que al pensar en la corresponsabilidad y en las redes sociales para la defensa popular estar hablando principalmente del nivel municipal, fundamentalmente porque es ah donde se expresa lo local y lo comunitario.

Ha sido una constante la prdica y accin del presidente Chvez de transferir el poder al pueblo. Observamos que el presidente est bastante consciente que es la mejor garanta de que la revolucin avance y se desarrolle el proceso de construccin del socialismo. Discutiendo cmo se avanza y avanzando.

Se ha observado a lo largo de los ltimos meses un acentuamiento del esfuerzo del presidente Chvez para que se transfiera el poder a los Consejos Comunales. En Al presidente del 24 de enero de 2010 fue insistente, enftico, en que eso se haga y en la construccin de las comunas. Inform adems, a sus ministros y otros colaboradores la necesidad de trabajar integradamente y quien no sienta que puede estar en ese esfuerzo pues se le comprende y se le acepta. El presidente da evidentes muestras de comprender que si la revolucin depende de un hombre, est en peligro; en cambio, si est en manos del pueblo, es muy difcil que la derroten. Y nosotros debemos estar conscientes y activar para que eso se cumpla y, adems, comprender que al principio, habr muchos problemas en manejar el poder del pueblo pues no hay costumbre, no hay experiencia, no hay conocimiento; pero iremos aprendiendo y lo haremos cada vez mejor. Importante tenerlo en cuenta para evitar desazn o pesimismo.1.1.1. FUNDAMENTACION JURDICA.La fundamentacin jurdica del proyecto "Anlisis Social de la Justicia" se basa en los siguientes instrumentos pertenecientes a el ordenamiento vigente:

(CRBV) De los Derechos Civiles: Artculo 47. El hogar domstico, el domicilio, y todo recinto privado de persona son inviolables. No podrn ser allanados, sino mediante orden judicial, para impedir la perpetracin de un delito o para cumplir de acuerdo con la ley las decisiones que dicten los tribunales, respetando siempre la dignidad del ser humano.

Las visitas sanitarias que se practiquen, de conformidad con la ley, slo podrn hacerse previo aviso de los funcionarios o funcionarias que las ordenen o hayan de practicarlas.

Artculo 55. Toda persona tiene derecho a la proteccin por parte del Estado a travs de los rganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad fsica de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.

La participacin de los ciudadanos y ciudadanas en los programas destinados a la prevencin, seguridad ciudadana