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CONFLICTOS AMBIENTALES EN TIERRAS REGADÍAS
EVALUACION DE IMPACTOS EN LA CUENCA DEL RIO TUNUYAN,
MENDOZA, ARGENTINA
Compaginación: Marta Núñez (INA-CRA)
Diseño de cubierta e interior: A. Drovandi – G. Bozzo (INA –CRA)
Primera Edición: Mendoza, Argentina, Junio 2002
Impreso en Argentina Editor: UNCuyo – Coeditores: FONCYT - INA ISBN: 987-1024 – 17 - 7
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CONFLICTOS AMBIENTALES EN TIERRAS REGADÍAS
EVALUACION DE IMPACTOS EN LA CUENCA DEL RIO TUNUYAN,
MENDOZA, ARGENTINA
Mendoza, Argentina
Junio 2002
FONCYT
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PREFACIO
En la provincia de Mendoza se encuentra el río Tunuyán, uno de los cinco ríos que
atraviesa su territorio. Este cauce, tiene un caudal promedio de 30 m3/s y ha permitido el
desarrollo del oasis centro de la provincia. Este territorio se encuentra dividido en dos
subcuencas, la superior con una superficie regada de 54.000 ha y la inferior con 81.000
ha. En el trabajo que aquí se presenta se ha tratado de evaluar el impacto ambiental que se
producirá en la subcuenca inferior por el desarrollo de la subcuenca superior. Para ello se
ha supuesto un incremento en la superficie cultivada de unas 20.000 hectáreas de viñedos
de uvas finas usando exclusivamente el recurso hídrico subterráneo. Esta situación traería
como consecuencia la reducción de los niveles de los acuíferos subterráneos y el
agotamiento de los arroyos y vertientes, afluentes del mismo aguas abajo del dique
derivador. Esta reducción de los caudales traerá aparejada una menor oferta de agua de
riego, un deterioro de las condiciones productivas y un aumento de la concentración salina
y de la contaminación del agua de riego del oasis inferior.
La metodología usada en este trabajo consistió en la formación de seis grupos de trabajo
que evaluaron las características físicas de la zona, la calidad química y biológica del
agua de riego, las condiciones sociales en las que se desarrolla el modelo agrícola
productivo, los aspectos administrativos y de gestión del agua de riego, el desarrollo
económico del lugar y los impactos originados a partir del crecimiento de la subcuenca
superior al disminuir la oferta de agua de riego y aumentar la contaminación del recurso.
El equipo estuvo integrado con investigadores de las Facultades de Ciencias Agrarias y de
Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo y del Instituto Nacional
del Agua (INA-CRA). Durante los dos años en que se desarrolló el proyecto se relevaron y
extrajeron muestras de agua en el ingreso a la cuenca y en cuatro arroyos que dejan la
subcuenca superior. Se realizó el barrido del área cultivada de la subcuenca superior con
el objeto de muestrear las condiciones en las que se desarrolla la agricultura, los
agricultores, la economía de las empresas agrícolas, los aspectos sociales y lo atinente al
manejo administrativo del agua de riego. Por último, reunida la información, el grupo
ambientalista definió la matriz ambiental y calculó el impacto que produciría en la
subcuenca inferior, con el desarrollo de la superficie bajo riego de la subcuenca superior.
El principal logro del proyecto, a nivel general, fue el de demostrar con hechos la
necesidad de una administración única en la cuenca y no dividida en dos subcuencas tal
como se lo hace en la actualidad. De igual forma se llegó a la conclusión que el impacto
más importante está focalizado en la distribución del agua entre la zona alta y la baja,
teniendo sólo en consideración una división proporcional y equitativa de los caudales en
base a superficie regada, sin tener en cuenta en esta división la calidad del agua.
Otro logro importante fue la organización del estudio y la metodología de investigación
transdisciplinaria que permitió llegar a la evaluación del impacto ambiental de un caso
muy complejo con todas las responsabilidades técnicas asociadas a cada caso.
Ing. Agr. Jorge L. Chambouleyron
Director del Proyecto
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AGRADECIMIENTOS
El Director y cada uno de los integrantes del grupo de investigadores del Proyecto desean agradecer a
todos aquellos que, de una u otra forma. contribuyeron a la realización del presente trabajo en sus
distintas etapas (desde la presentación del proyecto para su evaluación hasta la discusión de las
recomendaciones finales).
Merecen aquí una especial mención el Sr. Subdelegado del río Tunuyán superior, Ing. Hugo
Dalmasso y los Sres. Mario Boni y Angel Calabrigo; el Presidente y Gerente de las Asociación de
Inspecciones de Tupungato, Sres Julio César Aguado y Víctor Tejera y el Ing. Agr. Carlos Foressi por
su amable predisposición para compartir su experiencia y conocimiento sobre la zona regada por el
río Tunuyán inferior.
De igual forma se desea agradecer la colaboración de los Inspectores de cauce del río Tunuyán
superior en la realización de las encuestas a campo y del cuerpo de tomeros de ambas cuencas que,
debido a su profundo conocimiento de las particularidades de cada zona, permitieron identificar los
problemas más frecuentes de esa compleja tarea que es la administración eficiente del agua de riego.
No ha sido menos valiosa la colaboración puesta de manifiesto por los agricultores (pequeños y
medianos productores y empresarios) del área de influencia del río Tunuyán superior dado que sin sus
oportunas apreciaciones, información y consejos nos hubiera sido muy difícil calificar el estado de las
múltiples actividades agrícolas de la zona del estudio.
Al Ing. Agr. Gerardo Pereyra, funcionario del Departamento General de Irrigación por su
asesoramiento y colaboración en la sistematización de la información hidrológica e hidroquímica
obtenida a campo en las distintas estaciones de aforo de los ríos y arroyos del área del Proyecto.
A los Ing. Jorge Hernández y Nicolás Martinis, del INA-CRA, por la autorización para utilizar
conceptos y citas textuales de sus trabajos de balance hídrico y bombeo de agua para riego en el río
Tunuyán superior y por su colaboración desinteresada frente a la consulta permanente sobre temas de
su especialidad.
Al Contador Luis T. Fornero, investigador del INA-CRA, por su permanente asesoramiento en la
confección de bases de datos e interpretación estadística de los resultados.
A la encuestadora, Lic. Amalia Jaime, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo
por su dedicación en el ordenamiento y clasificación de la información con que se confeccionó la base
de datos socio-económico-administrativos utilizada en el Proyecto.
A la Sra. Marta Núñez, de INA-CRA, por su paciente ordenamiento y prolija revisión del informe
final y por su constante preocupación para que el estilo del trabajo interpretase fielmente –a través de
la armonización de los textos de los distintos autores- el espíritu de la investigación.
Por último, a los colaboradores anónimos de cada una de las Instituciones intervinientes en el
Proyecto, cuya silenciosa tarea ha hecho posible la materialización de este esfuerzo.
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CONFLICTOS AMBIENTALES EN TIERRAS REGADÍAS
EVALUACION DE IMPACTOS EN LA CUENCA DEL RIO TUNUYAN,
MENDOZA, ARGENTINA
CONTENIDO
INTRODUCCION .................................................................................................... 1
1.1. Breve historia del desarrollo del oasis .......................................................... 1
1.2. Caracterización de los oasis superior e inferior del Río Tunuyán ................ 2
2. EL MEDIO FÍSICO DE LA CUENCA DEL RÍO TUNUYÁN SUPERIOR .... 11
2.1. DESCRIPCIÓN Y BALANCE HÍDRICO SALINO ................................. 11 2.1.1. Uso regional del recurso hídrico (descripción del área) ................................. 11 2.1.2. Conformación de los suelos ............................................................................ 12 2.1.3. Caracterización de la superficie cultivada ...................................................... 14 2.1.4. Hidrología, red de riego y drenaje .................................................................. 17 2.1.5. Hidrología del recurso subterráneo ................................................................. 19 2.1.6. Balance hídrico del río Tunuyán superior (manejo de la infraestructura de
derivación y embalse) ............................................................................................... 23 2.1.7. Material y métodos ......................................................................................... 26 2.1.8. Evaluación física. Resultados ......................................................................... 27 2.1.9. Situación actual y escenarios posibles de evolución de la salinidad en el área
.................................................................................................................................. 45 2.1.10. Situación en los próximos años .................................................................... 52 2.1.11. Impacto de la calidad del agua en los rendimientos de los cultivos del área
baja del Río Tunuyán................................................................................................ 55 2.1.12. Conclusiones................................................................................................. 59 2.1.13. Bibliografía ................................................................................................... 60
2.2. CONTAMINACIÓN QUÍMICO-BIOLÓGICA DEL RECURSO
HÍDRICO .......................................................................................................... 62 2.2.1. Introducción .................................................................................................... 62 2.2.2. Materiales y métodos ...................................................................................... 67 2.2.3. Resultados y discusión.................................................................................... 70 2.2.4. Conclusiones................................................................................................... 89 2.2.5. Bibliografía ..................................................................................................... 91
3. MEDIO SOCIO ECONOMICO CULTURAL ................................................... 93
ii
3.1. Sustentabilidad y actores sociales .............................................................. 93 3.1.1. Introducción .................................................................................................... 93 3.1.2. Objetivos ........................................................................................................ 96 3.1.3. Metodología .................................................................................................... 96 3.1.4. Resultados ...................................................................................................... 99 3.1.5. Conclusiones................................................................................................. 108 3.1.6. Bibliografía ................................................................................................... 111
3.2. La administración y los administradores del agua .................................... 113 3.2.1. Introducción .................................................................................................. 113 3.2.2. Material y método ......................................................................................... 114 3.2.3. Resultados .................................................................................................... 114 3.2.4. Montos del canon de riego y componentes. Año 1999 ................................. 118 3.2.5. Gestión de los recursos financieros. Destino obras ...................................... 121 3.2.6. Discusión de los resultados e impactos detectados ....................................... 126 3.2.7. Conclusiones................................................................................................. 130 3.2.8. Bibliografía ................................................................................................... 132
3.3.Caracterización de la producción y de los productores del Valle de Uco . 133 3.3.1. Introducción .................................................................................................. 133 3.3.2. Resultados .................................................................................................... 134 3.3 3. Caracterización de los modelos productivos del río Tunuyán Superior ....... 138 3.3.4. Tecnología empleada .................................................................................... 148 3.3.5. Modelos de baja sustentabilidad ................................................................... 149 3.3.6. Impacto del desarrollo de la zona alta del río Tunuyán sobre la zona irrigada
por el río Tunuyán Inferior. .................................................................................... 150 3.3.7. Conclusiones................................................................................................. 153 3.3.8. Bibliografía ................................................................................................... 154
4. EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL ............................................ 155
4.1. Introducción.............................................................................................. 155
4.2. Resultados de la Evaluación de Impacto Ambiental ................................ 159
4.3. Interpretación de la cuantificación de los impactos .................................. 164
4.4. Evaluación económica de los impactos .................................................... 168 4.4.1. Evaluación económica del impacto sobre el medio físico-natural ................ 168 4.4.2. Evaluación económica del impacto en el medio socio-económico-cultural . 170
4.5. Mitigación de los impactos ....................................................................... 173 4.5.1. Adecuación tecnológica. ............................................................................... 174 4.5.2. Componentes de la infraestructura ............................................................... 175
4.6. Bibliografía ............................................................................................... 180
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ............................................... 183
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INTRODUCCION
1.1. Breve historia del desarrollo del oasis
El río Tunuyán, situado en el centro de la Provincia de Mendoza, da origen a
dos oasis, el superior y el inferior. Ambos se encuentran bajo riego desde hace
aproximadamente 200 años. Estudios de historia citan que la zona fue colonizada
en el siglo XVIII derivándose el agua del río Tunuyán para sembrar extensos
potreros de alfalfa. Éstos servían de pastoreo a miles de cabezas de ganado que se
traían a pie desde Buenos Aires, Córdoba y San Luis con el objeto de engordarlas y
luego pasarlas a Chile para su comercialización. En esa época Mendoza exportaba
miles de cabezas de ganado en pie a la Capitanía General de Chile, generándose
con este intercambio un importante polo comercial en la región.
Se desarrolla así, en pleno desierto, una estratégica cadena de pastoreo que
comienza en San Luis y se prolonga hacia la Cordillera de los Andes colonizando
las faldas de la montaña y los valles intermontanos hasta llegar a Chile. La
extensión del fenómeno permitió, en Mendoza, el desarrollo de localidades como
La Paz (luego del cruce del río Desaguadero, en el límite con la provincia de San
Luis), La Dormida y Santa Rosa llegando, por último, al hoy Departamento San
Martín (el oasis de mayor superficie y actividad en esas épocas), Tunuyán, San
Carlos, Tupungato y Las Carreras (hasta que la distancia que los separa con el
destino final se achica a unos pocos días de travesía), con oasis separados a no más
de 50 km. Tan importante es esta cadena de pastoreo que, a mediados del siglo
XVIII se menciona a Mendoza exportando al vecino país más de 20.000 cabezas de
ganado al año.
Este mecanismo de desarrollo comercial se ve frenado con la creación del
Virreinato del Río de la Plata en 1776. Los malones de mediados de siglo y el
desarrollo de los saladeros van disminuyendo el intercambio este-oeste de
hacienda, rápidamente suplantado por la siembra de cereales, en especial trigo. Ya
en el siglo XIX se instalan numerosos molinos harineros iniciándose una actividad
industrial vinculada con la agricultura.
Este modelo de desarrollo así como su diseño estratégico comercial recibe
un nuevo impulso a fines del siglo XIX con la construcción de los Ferrocarriles
Trasandino y Buenos Aires al Pacífico. Con este último llegan a Cuyo miles de
inmigrantes europeos que traen consigo la tradición del modelo mediterráneo
(cultivo de vid, olivos y frutales). Se cambia así el modelo ganadero por el de una
viticultura y agricultura de zonas áridas.
Debido a esta nueva alternativa de desarrollo y a la tradición en el trabajo de
la tierra que aportaron los inmigrantes, se colonizó rápidamente todo el este de
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Mendoza y los campos que en un momento fueron verdes alfalfares y luego
dorados trigales se transforman en hermosas fincas con vides y frutales. La nueva
actividad industrial de la zona se desplaza de los molinos a las bodegas y a los
secaderos de frutas.
A raíz del crecimiento de la actividad agrícola, la infraestructura de riego del
oasis del río Tunuyán se hace más compleja. La cadena de pastoreo antes descripta
determina dos importantes zonas de riego: la zona alta -cercana a la Cordillera- que
constituye el oasis superior del río Tunuyán y la llamada zona baja, enclavada en la
gran Llanura de la Travesía hasta el límite con San Luis, que corresponde al oasis
inferior del río Tunuyán. El desarrollo de ambas zonas trae como consecuencia una
división del uso del río Tunuyán, que se completa a partir de la construcción del
dique derivador Valle de Uco para el riego de las tierras altas y del dique derivador
Gobernador Benegas, para el de las zonas bajas. Acompañando este proceso surge
un modelo de administración del riego descentralizado y participativo a partir de
organizaciones de usuarios llamadas “Inspecciones de Cauce”, que poseen rango
constitucional.
La actividad agrícola del oasis superior (unas 17.000 ha con derecho
definitivo de riego) se dedica a los frutales de pepita ( manzano y peral) mientras
que el fuerte del oasis inferior lo hace con frutales de carozo, viñedos y olivares,
abarcando unas 75.000 ha.
En el oasis superior se han desarrollado cinco ciudades importantes
(Tunuyán, San Carlos y la Consulta, en el sector pedemontano y Tupungato y San
José en el sector intermontano). Por su parte, en el oasis inferior del río Tunuyán
importantes centros urbanos como San Martín, Rivadavia, Junín y Palmira,
concentran en la actualidad -aproximadamente- unos 250.000 habitantes y exhiben
un importante desarrollo agroindustrial.
1.2. Caracterización de los oasis superior e inferior del Río Tunuyán
En la década de los sesenta, se construyó entre ambas zonas el dique de
embalse El Carrizal, de 360 hm3 de capacidad. Éste sirve para almacenar los
caudales derivados desde el oasis superior más las crecidas de verano producidas
por fusión nival. El manejo establecido por el Departamento General de Irrigación
(D.G.I) indica al respecto que se deriva para el oasis superior sólo el 17 % del
caudal del río mientras que el oasis inferior se queda con la diferencia. El
panorama del uso de los recursos hídricos en la zona se hace más complejo si se
tiene en cuenta que en las décadas de los 60-70 se construyeron en la zona Alta –
aproximadamente- unas 2.500 perforaciones para extraer agua subterránea de los
acuíferos profundos. En esos años, tanto la calidad del agua superficial como la
subterránea eran aptas para todo uso y la base del progreso regional.
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La división del oasis por el emplazamiento del dique de embalse determinó
una situación muy particular en relación al impacto negativo que, poco a poco, se
va percibiendo en el oasis inferior, a causa del crecimiento explosivo de los últimos
cinco años del oasis superior. Así, el crecimiento urbano industrial acompañado de
una demanda de agua cada día mayor, el desarrollo de una agricultura intensiva día
a día con mayores requerimientos (recursos hídricos, fertilizantes, biocidas, etc.) y
la actividad urbana no siempre eficiente en la depuración previa de las aguas
servidas (vuelcos al río o a sus afluentes), están ocasionando un impacto negativo
de gran magnitud sobre la calidad el agua del río Tunuyán. A esto debe sumarse el
intenso uso del recurso que se lleva a cabo en el oasis superior, el que está
produciendo la lenta contaminación del agua almacenada en el dique El Carrizal:
serios problemas de eutroficación manifestados por la excesiva proliferación de
algas impiden una ajustada operación de la red de riego que sirve al oasis inferior
del río . En efecto, en los meses de verano, y dado el incremento de la temperatura,
se produce el fenómeno de elevación de los tirantes hídricos de la red de canales
debido a la importante biomasa que en ellos prolifera, con los siguientes problemas
de manejo y distribución (Chambouleyron, Morábito, Bustos y colaboradores.
1995).
Por último, el uso y reuso intensos tanto del agua superficial como del agua
subterránea en el oasis superior ha traído como consecuencia la salinización del
recurso con notorios perjuicios para el oasis inferior del río Tunuyán. A esta
situación hay que agregar el efecto negativo de numerosos desagües que, a través
del dique El Carrizal, llegan a la zona perjudicándola a causa del incremento de la
contaminación hídrica (restos de fertilizantes, plaguicidas, materia orgánica, etc.) y
complicando el panorama ambiental.
Los problemas de contaminación, así como los derivados de la desigual
distribución del recurso y los conflictos que ésta genera, tienen que ver con un
estilo de control centralizado -impuesto desde el D.G.I. por sobre las decisiones de
los usuarios- que debilita el efectivo control de las organizaciones de usuarios
(Inspecciones de cauce, Asociaciones) sobre la equidad de la distribución y la
calidad del recurso hídrico. Todo esto afecta a la población en general
restringiendo los usos del recurso, deteriorando la calidad de vida y generando un
estancamiento en el proceso de desarrollo de la zona afectada, a causa del impacto
negativo sobre las expectativas económicas de la gente.
En 1995, Chambouleyron y otros presentan los resultados de una
investigación financiada por el Consejo de Investigaciones de la Universidad
Nacional de Cuyo: “La eficiencia de riego y la participación de los usuarios en el
manejo y control de la calidad del agua en Mendoza, Argentina. (Un caso
ambiental). 1995”. En ella se rescata la importancia del parámetro conductividad
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eléctrica (C.E.) del agua para indicar el total de constituyentes en forma ionizada, a
través de una determinación rápida y precisa que arroja valores perfectamente
comparables puesto que se expresan a una temperatura standard de 25°C. Dado que
el área de influencia del río Tunuyán inferior es recorrida por una red de canales
secundarios que nacen del canal matriz y se distribuyen en forma de abanico
(Figura 1.1), los puntos de muestreo se distribuyeron a lo largo de la red de manera
de tomar para cada canal valores en cabecera, medio y pie. La necesidad de
incrementar la superficie cultivada determinó la construcción de unas 1.500
perforaciones que -al igual que las del oasis superior- tienen, en su mayoría, más 30
años.
Figura 1.1. Area de influencia del río Tunuyán Inferior con los puntos de muestreo
Fuente. Referencia bibliográfica citada
Según este estudio la zona del río Tunuyán inferior se ha estado regando
durante estos últimos años con agua que en cabecera del sistema posee 1.300
micromhos de conductividad eléctrica (C.E.) lo que está produciendo un serio
deterioro tanto de los suelos como de la calidad del agua subterránea que, a la
larga, será de muy difícil solución.
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En base a este planteo y tendiendo a identificar zonas con diferente
peligrosidad salina, se elaboraron curvas isolíneas de utilidad para alertar sobre el
manejo de los distintos cultivos.
El mencionado estudio cita textualmente “si se categorizara a esta agua
según los valores de conductividad eléctrica y al balance de cationes y aniones,
corresponderían –en general- a la categoría de “grado de restricción ligero a
moderado” (Ayers y Wescott, 1985). De acuerdo a los niveles de bicarbonato y
siempre de acuerdo a los mismos autores, las aguas de los canales de riego caerían
–en general- dentro del rango de “problema creciente” en caso de que se utilizaran
en riego con aspersión y sobre cultivos susceptibles”.
Los valores de conductividad eléctrica más altos obtenidos
experimentalmente en el estudio correspondieron a los meses de setiembre, octubre
y noviembre. En diciembre, los valores disminuyen para después mantenerse
constantes y en mayo, volver a disminuir (Figuras 1.2 y 1.3).
Figura 1.2. Isolíneas de conductividad eléctrica actual en el área
del río Tunuyán Inferior. Setiembre de 1992.
Fuente: referencia bibliográfica citada
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Figura 1.3. Isolíneas de conductividad eléctrica actual en el área
del Río Tunuyán Inferior. Noviembre 1992.
Fuente: referencia bibliográfica citada
En cuanto a los resultados de evolución de la salinidad del agua a medida
que recorre el trayecto desde la cabecera al pie del canal secundario -siguiendo a
Chambouleyron y colaboradores en el trabajo antes citado- se afirma que tanto los
valores medios como los mínimos y máximos absolutos resultaron similares en la
cabecera y pie de la mayoría de los canales muestreados. Los valores encontrados
(1100 a 1300 scm-1
a 25°C) permiten catalogar a las aguas como de restricción
“ligera a moderada” para riego (Figura 1.4).
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1000
1100
1200
1300
1400
1500
CE
A (u
mho
s/cm
)
SetOctNovDicFebMarAbrMaySet
Meses
CEA en canales de riegoValores máx, mín y medios (CABEZA)
600
800
1000
1200
1400
1600
CE
A (u
mho
s/cm
)
SetOctNovDicFebMarAbrMaySet
Meses
CEA en canales de riegoValores máx, mín y medios (PIE)
Figura 1.4. Valores máximos, mínimos y medios de CEA en canales de riego
(cabeza y pie) del área del Río Tunuyán Inferior
Fuente: referencia bibliográfica citada
Estas variables –que hoy se encuentran relativamente bien estudiadas- son
indicadores certeros de un mecanismo dinámico de contaminación progresiva,
solapada y silenciosa que, de no tomarse las medidas adecuadas para su control,
podría -en el tiempo- resultar explosivo.
Según los expertos, el acuífero del norte de Mendoza es de gran potencia y
se calcula que es la mayor acumulación de agua dulce en esta parte desértica del
país. En la actualidad se piensa que en sus 600 m de profundidad se almacenan más
de 50.000 hm3 de los que una cuarta parte se encuentra en franco proceso de
contaminación a causa del bombeo descontrolado. Las zonas de recarga de los
acuíferos así como el área Alta del río evidencian a una profundidad de 150 m -
que corresponde al promedio de profundidad de bombeo en la zona-
concentraciones cercanas a los 1.500 scm-1
.
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Si bien los acuíferos locales se han formado en el devenir de los tiempos con
la infiltración del río, en la actualidad parte de la recarga en el acuífero libre se
hace desde la parcela cultivada. El agua que queda en el perfil del suelo como
producto de la ineficiencia de riego más las sales que se acumulan en él,
necesariamente percolan en profundidad. Este mecanismo de recarga puntual ha
determinado -en los últimos veinte años- un deterioro evidente de la calidad del
agua subterránea. Hace treinta años, en los comienzos de la etapa de construcción
de las perforaciones, a una profundidad de 100 metros el agua tenía una
conductividad eléctrica casi igual a la del río y se la podía beber sin riesgo alguno.
En la actualidad y para la misma profundidad, la concentración salina es cinco
veces mayor y los agricultores se han visto obligados a profundizar las
perforaciones del acuífero confinado a más de 250 m para extraer agua de calidad
similar.
A su vez, los problemas de salinización de suelos -si no son oportunamente
corregidos- producen una disminución de la producción y calidad de los cultivos,
especialmente de aquellos denominados “sensibles” que se traduce en menores
ingresos para el productor, con la repercusión social que esto implica.
Todo lo dicho conduce a concluir que el deterioro ambiental del oasis del río
Tunuyán inferior es un problema irreversible de no adoptarse políticas que
aseguren el control de las Organizaciones de Usuarios y, sobre todo, el manejo
integral de la cuenca como unidad hídrica ambiental. El tema ha sido preocupación
del grupo de investigación transdisciplinaria conformado entre la UNCuyo ( a
través de sus Facultades de Ciencias Agrarias y Ciencias Políticas y Sociales) y el
Centro Regional Andino del INA (ex-INCYTH) y compuesto por especialistas en
riego y drenaje, químicos, sociólogos, administrativistas, economistas,
bromatólogos y ambientalistas. Dicho grupo ha trabajado desde 1993, apoyado con
subsidios del Consejo de Investigación de la UNC (CIUNC) y fondos provenientes
del INCYTH (propios o derivados de convenios con instituciones como el ILRI de
Wageningen) en el diagnóstico de la mencionada problemática. La investigación ha
estado focalizada en el uso eficiente del agua, los problemas de manejo,
distribución, contaminación y participación de los usuarios que deberán tener en
cuenta los futuros modelos de administración descentralizada para asegurar la
sustentabilidad del recurso. Sus resultados han sido puestos a disposición de las
autoridades provinciales del Departamento General de Irrigación y de los diversos
Organismos de Usuarios involucrados en el estudio. Asimismo han sido sometidos
a la consideración pública, a través de su presentación en foros nacionales e
internacionales (congresos, seminarios, workshops, etc.) y reseñados en diversos
“papers” publicados y en preparación.
Entre las conclusiones del trabajo “La eficiencia de riego y la participación
de los usuarios en el manejo y control de la calidad del agua en Mendoza. (Un
caso ambiental)”, Mendoza (1995) se cita que las principales víctimas de los
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grandes cambios operados en la sociedad en los últimos cien años fueron: la
pérdida de calidad del recurso (valores elevados de carga orgánica, altos recuentos
microbianos e importantes cargas salinas entre otros), la baja eficiencia del riego a
nivel zonal ( 39%) y a nivel de finca (59% para vid y 30% para cultivos hortícolas),
la casi desaparición de la participación de los usuarios en el manejo y control del
agua de riego y de otros usos (observándose claras tendencias de su caída a medida
que aumenta la superficie de la propiedad) y la crisis de la administración originada
en los permanentes cambios en las reglas del juego (falta de una adecuada
estructura organizativa, falencias de capacitación referidas a la gestión misma y/o
al adecuado manejo integral del recurso).
En resumen, el impacto ambiental que recibe la cuenca baja del río Tunuyán
se manifiesta en:
la salinización paulatina de los suelos y su consecuente pérdida de
aptitud agrícola
la disminución del rendimiento potencial de los cultivos (en función
de su sensibilidad a la salinidad)
el incremento de los indicadores de contaminación (referidos al agua
superficial o subterránea) a causa de los usos urbano-industriales y
agrícolas.
la aparición de conflictos entre usos y usuarios del recurso
los bajos niveles de eficiencia de la gestión de los organismos de
usuarios (en particular bajos niveles de recaudación)
la disminución de las posibilidades de desarrollo regional
Sin lugar a dudas, todos los determinantes de este impacto se traducirán en
un deterioro de la calidad de vida de los habitantes de la zona y en el estancamiento
del potencial productivo del área, aspectos sobre los que el Estado no puede
delegar responsabilidades y para los que necesita respuestas válidas, rápidas y
factibles de alcanzar. Es en este marco en el que se inscribe el presente proyecto de
investigación como una forma de contribución a las posibles futuras soluciones del
problema.
En base a todo lo señalado, el presente trabajo de investigación persiguió el
objetivo de evaluar el impacto ambiental -producto de los cambios resultantes de
las distintas actividades humanas desarrolladas en la cuenca correspondiente al
oasis superior del río Tunuyán- sobre los medios físico, biológico y
socioeconómico del oasis inferior del sistema y sus consecuencias en las políticas,
la gestión y las prácticas de riego y producción.
Los objetivos específicos con relación al medio físico-natural fueron:
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Organizar y alimentar un banco de datos sobre calidad físico-química
y microbiológica del agua de las cuencas correspondientes a los oasis
superior e inferior del río Tunuyán.
Medir el Impacto Ambiental a través del análisis y la evaluación de la
variación de la calidad del recurso.
Cuantificar en términos económicos los impactos ambientales sobre
el medio físico-natural y los costos de restauración, mitigación o
prevención de los impactos.
Los objetivos específicos con relación al medio socio-económico-cultural
fueron:
Analizar, a partir de los ingresos y gastos de los distintos organismos
de usuarios (O. de U.), la problemática de la administración del agua
en las cuencas alta y baja del río Tunuyán.
Comparar la eficiencia de cada administración a partir de: los
recursos disponibles y las necesidades que la satisfacen; el costo del
servicio; los saberes de los administradores; la participación de los
usuarios y la existencia de redes de solidaridad en la comunidad local.
Detectar la existencia de conflictos por el uso del agua, en relación
con su cantidad y calidad (pago del servicio, limpieza de cupos,
abusos, robos, vertido de efluentes y otros) a nivel de las
organizaciones de usuarios y entre las mismas, en los niveles políticos
superiores del Departamento General de Irrigación
Cuantificar en términos económicos los impactos ambientales sobre
el medio socio-económico-cultural y los costos que deberá afrontar la
administración del recurso para la restauración, mitigación o
prevención de los impactos.
11
2. EL MEDIO FÍSICO DE LA CUENCA DEL RÍO TUNUYÁN
SUPERIOR
2.1. DESCRIPCIÓN Y BALANCE HÍDRICO SALINO
Jorge Chambouleyron, Santa Salatino, Alejandro Drovandi, María F. Filippini
2.1.1. Uso regional del recurso hídrico (descripción del área)
La región en estudio se encuentra ubicada entre los paralelos 33º y el 34º 58’
de latitud sur y los meridianos 68º 55’ y el 69º 47’ de longitud oeste. La superficie
total de la cuenca del río Tunuyán (alta, media y baja) es de 14.040 km2.
La cuenca del río Tunuyán (D.G.I.,1996) abarca una vasta superficie de la
región central de la Provincia de Mendoza en la que su cauce corre a todo lo ancho
de su territorio (desde las nacientes en los glaciares de la cordillera principal, hasta
el río Desaguadero, en el límite con San Luis). En su recorrido oeste-este traspone
las sierras de Las Huayquerías para finalmente extinguirse después de beneficiar
con su caudal a nueve Departamentos: Tunuyán, San Carlos, Tupungato, Luján de
Cuyo, Rivadavia, Junín, San Martín, Santa Rosa y La Paz (Figura 2.1).
Tomando como base su recorrido se puede dividir a la zona de influencia del
río Tunuyán en dos regiones o cuencas: alta y baja (excluyendo la parte de cuenca
alta hasta el denominado Valle de Uco, que constituye la zona montañosa). Esta
región comprende la extensión del pedemonte andino (cuenca media) cuya
superficie es de unos 6.500 km2. Limitan la región por el oeste, los cordones
montañosos andinos (Cordón del Plata, Cordón del Portillo, y la Cordillera de las
Llaretas) que forman la Cordillera Central; al norte la divisoria de aguas del río
Mendoza y al sur la divisoria de aguas del río Diamante. Pertenecen a esta cuenca
los departamentos San Carlos, Tunuyán, Tupungato y parte de Luján de Cuyo. A
esta región se la denomina Tunuyán Superior.
La segunda región sería la cuenca inferior del río, constituida por la Llanura
de la Travesía del Este que se extiende desde las Huayquerías hasta el
Departamento de la Paz, en el límite con San Luis. A ella pertenecen los
departamentos de Junín, Rivadavia, San Martín, Santa Rosa y La Paz.
12
2.1.2. Conformación de los suelos
Los suelos están formados por rellenos aluvionales y/o eólicos (D.G.I 1996)
provenientes de materiales madre, originados en los diferentes tipos de rocas de la
cordillera desintegradas y paulatinamente descompuestas por intensos procesos de
meteorización. Los detritos resultantes edafizados “in situ” formaron suelos
primarios o fueron arrastrados y acumulados en otros lugares para dar lugar a los
suelos secundarios que dominan el área.
Las condiciones climáticas de aridez determinan que en la zona no se
encuentren perfiles desarrollados puesto que los procesos de maduración del perfil
son prácticamente nulos. Predominan los suelos sueltos, estratificados con texturas
franco arenosas y arenosas en profundidad. En general tienen buena permeabilidad
con una capacidad de almacenaje de agua que puede calificarse como media. En
algunas zonas es importante la presencia de perfiles arenosos, lo que disminuye el
almacenaje y la fertilidad natural de los suelos.
La reacción química corresponde a la de los suelos de zonas áridas y por lo
tanto su pH va desde los 7,5 a los 8,2. No obstante las condiciones de aridez
existen pequeñas singularidades geográficas en donde por efecto de la presencia de
agua cercana a la superficie (freática) se encuentran valores de materia orgánica
que pueden llegar al 1%.
13
Figura 2.1. Red hídrica del río Tunuyán Superior
14
2.1.3. Caracterización de la superficie cultivada
La zona del río Tunuyán superior ha ido variando con el tiempo su modelo
de cultivos, desde la presencia masiva de alfalfares para el pastoreo directo de la
hacienda vacuna (etapas coloniales) hasta el actual modelo mucho más complejo.
Se ubica en el pedemonte, con una altura que oscila entre los 1.200 y 1.600
m.s.n.m. Debido a su altitud los veranos son más cortos y la precipitación es mayor
que en llano. Las lluvias son de verano y se calculan en unos 310 mm al año (100
mm más que la precipitación del llano mendocino). No obstante, debido a su
despareja topografía es difícil obtener un valor medio anual representativo.
Sus veranos de temperaturas suaves y noches templadas permiten el
desarrollo de cultivos de pepita, en especial, peras y manzanas. Estos cultivos
caracterizaron a los departamentos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos. Su
expansión se produjo cuando el país tenía una economía cerrada por lo que la zona
se especializó en el mercado nacional al que proveía de las variedades que
satisfacían la demanda del momento.
En la última década la superficie total cultivada en el Valle de Uco ha
sufrido muy pocas variaciones. La fruticultura fue ganando importancia relativa en
desmedro de la vid y –fundamentalmente- de las pasturas. A partir del año 1998 la
vid comienza a recuperar su importancia relativa y la superficie con frutales si bien
experimenta una caída se mantiene en un nivel superior al alcanzado en 1998, por
lo que los únicos cultivos que disminuyen su superficie cultivada son las pasturas y
los cereales (Tabla 2.1).
Tabla 2.1. Evolución de la superficie cultivada en el Valle de Uco
EVOLUCIÓN DE LA SUPERFICIE CULTIVADA (ha)
VALLE
DE UCO
1988 1996 1998 1999 (*)
ha % ha % ha % ha %
Total 54.169 100 54.370 100 54.226 (1)
100 54.085 100
Frutales 17.304 32 22.599 42 23.622 44 19.192 35
Vid 10.526 19 8.129 15 8.401 15 10.972 20
Forestales 6.224 11 s/d s/d s/d s/d 6.053 11
Hortalizas 11.359 21 s/d s/d 14.363 26 15.225 28
Forrajes y
cereales 8.756 16 s/d s/d s/d s/d 2.695 5
Referencias: (s/d) sin datos, (1) Estimado, (*) INA
Fuente: Caracterización Económica de Mendoza 1998 y Censos Agrícolas
15
Complementariamente, las zonas con singularidades edáficas (suelos
turbosos y freática no salina cercana a la superficie) se dedican a la producción de
maderas blandas -álamo y sauce- para el abastecimiento de la industria carpintera
local y la fabricación de cajones destinados a la exportación de fruta fresca.
Con el pasar de los años y frente a las repetidas crisis de los productores
frutícolas, la zona fue cambiando su perfil productivo. Muchas de las pequeñas
propiedades se transformaron en productoras de hortalizas de calidad. Este sector
tiene un importante crecimiento con la creación del Mercosur y su demanda masiva
de ajo, cebolla y tomate de exportación con destino a la industria conservera. Esta
actividad, sumada a la frutícola, determinó la radicación de modernos galpones de
empaque y plantas procesadoras de hortalizas. La zona alcanzó así un interesante
ritmo de actividad agroindustrial y un relativo buen nivel de vida para los
agricultores progresistas.
En cuanto al uso del suelo, la Tabla 2.2 permite tener una idea de la
distribución de la superficie cultivada para cada uno de los departamentos que
comprende el área en estudio. La información está dividida según el origen del
recurso (agua superficial, subterránea y uso conjunto).
Tabla 2.2. Superficie cultivada bajo riego vs. fuentes de agua de riego
Departamento Total cultivado
(ha)
Agua superficial
exclusiva (ha)
Agua subterránea
exclusiva (ha)
Uso conjunto
(ha)
Tunuyán 20.314 7.746 5.902 6.665
San Carlos 15.769 8.889 4.397 2.483
Tupungato 18.287 5.264 8.474 4.548
TOTAL 54.370 21.899 18.773 13.696
Fuente: INA (1996)
Considerando el actual empadronamiento de tierras con derecho de riego del
río Tunuyán Superior más el de arroyos y vertientes, la superficie cultivada
exclusivamente con el agua del río Tunuyán, puede verse en la Tabla 2.3.
Tabla 2.3. Empadronamiento actual en el área del estudio
DERECHOS DE RIEGO SUPERFICIE EMPADRONADA (ha)
Río Tunuyán 17.400
Arroyos y vertientes 48.000
Tupungato 26.000
TOTAL 74.000
Fuente: Departamento General de Irrigación
16
Recientemente el estallido sucesivo de las crisis del sur este asiático y del
Mercosur originó un fuerte estancamiento del crecimiento del sector hortifrutícola
que todavía no se termina de superar.
En los años 1993/94 la industria vitivinícola empieza a descubrir las
bondades agroclimáticas del área del estudio. En efecto, las uvas tintas que en ella
se cosechan tienen superlativamente más color que las de la zona este (llana) de
Mendoza, dado que las bajas temperaturas de las noches favorecen la
concentración del mismo.
Esta noticia determina que en poco tiempo se produzca una verdadera
explosión de plantación de vides de variedades finas de vinificar protagonizado no
sólo por los industriales mendocinos sino, además, por la radicación de importantes
empresas extranjeras. Éstas, poco a poco, han ido comprando y/o fusionándose con
las principales bodegas locales para incorporarse al negocio del vino de
exportación. Este fenómeno está ocurriendo –fundamentalmente- en el
Departamento de Tupungato y el recurso utilizado –casi en exclusividad- es el agua
subterránea. Según un relevamiento realizado en 1999 por el INA (a través de un
convenio con el DGI), la superficie cultivada regada exclusivamente con agua
subterránea se ha incrementado sólo en 697 ha, la superficie regada haciendo uso
conjunto en 906 ha y la superficie cultivada con agua superficial disminuyó en
1.889 ha (Tabla 2.4).
Tabla 2.4. Superficie cultivada bajo riego vs fuente de agua en el Valle de Uco
AÑOS 1996 1999
Valle
de
Uco
Total Superficie cultivada ha 54.370 54.082
% 100 100
Superf. cultiv. c/ agua superficial exclusiva
ha 21.899 20.010
% 40 37
Superf. cultiv. con agua subterránea
exclusivamente ha
18.773 19.470
% 35 36
Superf. cultivada con uso conjunto ha 13.696 14.602
% 25 27
Fuente: INA (Convenio con D.G.I.) (1999)
La Tabla anterior permite resumir que un 40 % de los cultivos son regados
con agua superficial exclusiva, un 35% con agua subterránea y el 25 % restante,
con uso conjunto.
17
Desde la perspectiva del presente estudio interesa destacar que este súbito
crecimiento de la superficie implantada con vid en el valle se ha producido
utilizando - en gran parte- agua subterránea, debido a que en los nuevos
emprendimientos predomina el riego presurizado (localizado). Esto hace que día a
día disminuya de manera significativa el caudal de los arroyos y vertientes que
egresan de la zona de riego. Esos cauces (afluentes del río Tunuyán aguas abajo del
Dique Valle de Uco y aportantes del Dique El Carrizal para el riego de la zona del
Tunuyán inferior) son responsables de la paulatina reducción del nivel estático de
los acuíferos subterráneos de la zona alta.
2.1.4. Hidrología, red de riego y drenaje
Según el DGI (1996), el río Tunuyán y su sistema de arroyos y vertientes,
nace en los faldeos meridionales de la Cordillera del Límite en los ventisqueros del
Cerro Tupungato que incluyen los depósitos de hielo permanente que se asientan
en las crestas y estribaciones de los cerros Tupungato (6.800 msnm), Bravard
(5.913 msnm) y los Ventisqueros de San Juan (6.000 msnm). Los afluentes más
importantes de este río nacen en el Cordón del Límite y son los ríos Palomares,
Salinillas y Colorado. Otros tributarios menores hasta la confluencia de los ríos
Tunuyán y Colorado provienen de las vertientes occidentales del Cerro Negro y de
los cerros El Portillo (4.833m), Tres picos (5.553 m), Pirquitas (5.350 m ) y
Veteado (4.800 m ), pertenecientes al Cordón del Portillo. La superficie total de la
cuenca es de 14.040 km2.
Desde su nacimiento el río Tunuyán corre en su mayor parte fuertemente
encajonado y luego de su confluencia con el río Salinillas fluye hacia el este por un
estrecho cañón granítico y atravesando la Sierra del Melocotón se desvía hacia el
N-E para alcanzar la Estación de aforos Valle de Uco. Continua su curso y al
ampliarse el valle, llega 8 km aguas abajo, al Dique derivador Valle de Uco. En
éste se realiza la primera partición de las aguas para el riego de la zona alta del
Tunuyán (una superficie empadronada con derechos de riego de 17.000 has). De
esta obra de partición se alimenta la red de riego para Campo Los Andes, La
Consulta, Vista Flores, San Carlos, Eugenio Bustos y Tunuyán. Unos 4 km al sur
de la ciudad de Tunuyán el río recibe el aporte del Arroyo San Carlos que, a su vez,
colecta las aguas de los arroyos Aguanda, Yaucha, Del Rosario, Alvarado y del
Cepillo, provenientes de las estribaciones de la Sierras de las Llaretas. Otros
afluentes como los Arroyos Manzano y Grande se originan en el Cordón del
Portillo. Los ríos Las Tunas y Santa Clara descienden, respectivamente, de las
estribaciones orientales del Cordón del Portillo y del Cordón de Santa Clara. Los
arroyos Chupasangral, La Carrera y Anchayuyo drenan las aguas provenientes de
los faldeos correspondientes al Cordón del Plata y contribuyen a aumentar los
aportes hídricos de la región. Existen en la zona en estudio otros arroyos que hacen
18
aportes al río Tunuyán pero -a diferencia de los antes mencionados- nacen de las
pérdidas por percolación de aquellos.
Los mecanismos de pérdidas de los ríos y arroyos de la región han formado
poderosos acuíferos subterráneos los que, colmada su capacidad de almacenaje,
afloran a la superficie en forma de numerosos cauces que escurren por la llanura
hasta ingresar como afluentes al río Tunuyán superior. Entre los arroyos más
importantes se encuentran el Arroyo Claro, Guiñazú, La Estacada y Salas Caroca.
A raíz de este mecanismo de carga- descarga de la cuenca alta se computa el aporte
de 21 arroyos y vertientes al río Tunuyán y al acuífero subterráneo.
Aguas abajo, en los últimos contrafuertes de la Cordillera de los Andes y en
la localidad homónima perteneciente a los departamentos de Luján de Cuyo y
Rivadavia se encuentra ubicado el Dique de embalse El Carrizal. Éste tiene una
capacidad de almacenaje de 390 hm3 con sólo 353 hm
3 útiles. ( Es importante
comentar que unos pocos kilómetros aguas arriba del dique de embalse ingresa al
río Tunuyán el Arroyo El Carrizal que nace de las pérdidas del sistema del río
Mendoza y por pertenecer a otra cuenca no será tomado en cuenta en este trabajo)
A sólo 5 km aguas abajo del dique de embalse se encuentra el Dique
derivador Tiburcio Benegas, desde donde se distribuye al agua de riego para la
zona del Tunuyán inferior (con 81.714 ha empadronadas con derecho de riego).
La compleja cuenca hidrológica del río Tunuyán superior y sus sectores de
carga y de descarga, se puede dividir en cuatro zonas. La primera es la zona norte
(5.360 km2) y en ella se concentra el mayor número de cauces, destacándose por su
importancia los Arroyos Villegas y Anchayuyo y el río Las Tunas. A este último
corresponde la zona de riego del departamento Tupungato. La segunda zona (2.380
km2) es la del río Tunuyán y ya ha sido descripta. La tercera es la zona sur (3.490
km2) que riega el Departamento de Tunuyán junto a los arroyos San Carlos,
Yaucha y Aguanda. Por último, la cuarta zona (3.490 km2) está formada por los
cauces secos de la Sierra de Las Huayquerías que sólo poseen agua cuando ocurren
lluvias torrenciales en el verano. La superficie total de las distintas subcuencas en
estudio es de 14.040 km2.
Sistema hidrológico del área del Proyecto
Debido a las limitaciones económicas impuestas por los fondos disponibles
para el Proyecto, se tuvieron en cuenta sólo cuatro ingresos y cuatro egresos a la
cuenca alta del río Tunuyán. Los primeros computan el agua que ingresa a la
cuenca a través de ríos y arroyos (la que es derivada para riego) más la pérdida por
percolación profunda producida en los cauces de estos emisarios. Los egresos,
tienen en cuenta los caudales de los arroyos que se forman por el reflujo del
acuífero y -de alguna u otra forma- también son afluentes del río Tunuyán. De
acuerdo a los datos aportados por la estación de aforos del DGI, se puede indicar
19
que el caudal medio del río es de 0,6 m3/s con un aporte volumétrico a la cuenca de
954 hm3 anuales (sólo quedan en la cuenca 162 hm
3 (17 %).
El segundo río de importancia que ingresa al sistema es el río Las Tunas
aunque con un caudal muy inferior al primero ya que su módulo es de 2,5 m3/s y su
aporte volumétrico a la cuenca 33 hm3.
Entre los arroyos considerados como aportantes está el Aguanda cuyo
módulo es de 4m3/s medidos en la estación de aforo en cabecera de dique y cuyo
aporte a la cuenca es de 49 hm3.
El cuarto aporte es efectuado por el Arroyo Yaucha con un módulo de 6,7
m3/s y un volumen aportado a la cuenca de 81 hm
3. (El resto de los arroyos que
ingresan al sistema constituyen un caudal muy pequeño. Muchos de ellos se
pierden por percolación a poco de ser aprovechados en la llanura aportando a la
recarga natural del acuífero subterráneo).
Con respecto a los arroyos que egresan de la zona y que son alimentados por
el acuífero subterráneo, los más destacados son el Arroyo Claro con un caudal de
2,7 m3/s y un volumen anual de 32 hm
3, el Arroyo Salas Caroca (2,9 m
3/s y 35 hm
3
anuales), el arroyo Guiñazú (2,6 m3/s y 32 hm
3 anuales) y, por último, el Arroyo La
Estacada (1,7 m3/s y 21 hm
3 anuales).
La suma de todos los ingresos a la zona del estudio es de 1.891 hm3
y la de
los egresos (arroyos y vertientes) de 242 hm3. En este balance provisorio hay que
computar que el río Tunuyán sólo deriva a la zona alta el 17% de su caudal ya que
el resto del agua continúa por el cauce hasta el Dique de embalse El Carrizal para
regar el área de influencia del río Tunuyán inferior.
Debido a que la suma de todos los egresos que se producen en la zona Baja -
aguas arriba de Carrizal (teniendo en cuenta arroyos, caudal pasante del río y
Arroyo San Carlos) es de 1145 hm3, la diferencia respecto de lo ingresado que
queda a disposición de la zona Alta de la cuenca, es de 746 hm3 (1891 – 1145 =
746). Este volumen, en su gran mayoría, es usado para riego, uso poblacional e
industrial
Los detalles del balance hídrico de la cuenca se discuten en el punto
correspondiente.
2.1.5. Hidrología del recurso subterráneo
La cuenca de agua subterránea está considerada como una cubeta en forma
de abanico, con la parte más angosta en la zona de descarga y la más ancha
recostada en el sector oeste, cercano a las altas cumbres. El esquema
geomorfológico de la cuenca condiciona el movimiento del agua subterránea en
20
forma radial y convergente hacia el ángulo nororiental en la confluencia del arroyo
La Estacada con el río Tunuyán (INA, 1998 )
De oeste a este se distinguen en la cuenca subterránea (Figura 2.2) las
siguientes áreas: la primera o área de infiltración (subzona Alta) con acuífero libre,
situada en el pedemonte andino caracterizada por una infiltración rápida. La
segunda, (subzona-intermedia), definida como área de conducción o tránsito, es un
reservorio con menor tamaño de granulometría de sedimentos que posee un
acuífero libre y otro confinado, con un techo impermeable que permite, en ciertos
lugares, generar presión y/o surgencia. La tercera o área de descarga, da nacimiento
a los arroyos y vertientes que permiten el egreso del agua subterránea desde el
acuífero libre por desnivel topográfico (Figura 2.3).
La mayor explotación del recurso subterráneo se encuentra concentrada en la
zona intermedia donde en la actualidad existen unas 2.250 perforaciones, de las
cuales hay activas unas 1500 que extraen agua de profundidades que oscilan entre
los 80 m (acuífero libre) y los 250 m (acuífero confinado). En este último se han
encontrado zonas de surgencia con presiones que superan los 15 m de altura.
Además, en algunas regiones se han encontrado acuíferos más profundos (superan
los 250 m) con surgencias que alcanzan los 60 m de altura.
Hasta el presente, la explotación del agua subterránea estuvo concentrada en
la subzona intermedia en la que las perforaciones extraían el agua del acuífero libre
o de la zona de freática. Este mecanismo de bombeo desde el nivel freático sumado
a la percolación salina del área regada trajo como consecuencia la salinización
paulatina del acuífero, generando contaminación salina en los caudales de los
arroyos y vertientes. En la actualidad, debido al crecimiento de la nueva zona
destinada a la plantación de vides finas, la explotación del agua subterránea se ha
expandido a la subzona alta o área de recarga de los acuíferos, acción que
intensificará la recarga salina del acuífero libre. Se producirá así el incremento de
la salinidad de los arroyos y vertientes del área y con ello un incremento de la
salinidad del agua del río Tunuyán.
21
Figura 2.2 Areas de carga y descarga del río Tunuyán Superior
22
Esquema de uso del agua en el Tunuyán Superior
1) Caudales de aporte
a) Arroyos y vertientes 314 Hm3 = 10 m
3/s (INA)
Arroyos y vertientes 242 Hm3 = 8 m3/s (CRA)
b) Pasante río Tunuyán 609 Hm3 = 19 m
3/s
suma entre 15 a 30 m3/s
Ref:
1. Llanura pedemontana regada (percolación salina)
2. Ríos que aportan agua al Tunuyán
3. Arroyos y vertientes
4. Acuífero subterráneo confinado, con techo impermeable
5. Acuífero freático, alimenta arroyos y vertientes
6. Area regada
7.- Nacimiento de ríos
8. Río Tunuyán en Costa Anzorena
9. Embalse Carrizal
10. Red de riego Tunuyán Inferior
11. Perforación que bombea del acuífero
Figura 2.3. Esquema de uso del agua. Río Tunuyán Superior
23
2.1.6. Balance hídrico del río Tunuyán superior (manejo de la infraestructura
de derivación y embalse)
De acuerdo a lo anteriormente manifestado, hasta el momento el balance
hídrico (Figura 2.4) del área en estudio es positivo: sumados los ingresos y
deducidos los egresos (evapotranspiración de los cultivos y vegetación autóctona),
hubo recarga de acuíferos. La misma se puso de manifiesto a través de los caudales
erogados por los distintos arroyos y vertientes que descargan hacia la parte baja del
río Tunuyán. (Hernández, J., INA, 1998).
Figura 2.4. Componente de los balances hidrológicos del Valle de Uco
Fuente: Aspectos hidrológicos del Valle de Uco,.Pcia. de Mendoza. J. Hernández
24
Tal como surge de la Figura 2.4 el área de estudio presenta caudales de
ingreso y de egreso que hacen posible el cultivo de las hectáreas empadronadas
bajo riego. Entre los primeros se encuentran los caudales superficiales y
subsuperficiales de ríos y arroyos más las precipitaciones. Entre los egresos
computados se encuentran los producidos por la evapotranspiración de los cultivos
y de las plantas autóctonas más los caudales que salen del área sea por
escurrimiento subsuperficial o por bombeo de los acuíferos subyacentes. El
mecanismo de elaboración de estos balances indica que el agua que queda en la
zona es la diferencia entre lo entrado (caudales de ingreso) menos lo salido
(caudales de egreso).
Siguiendo el modelo de balance hídrico de Hernández (INA, 1996) se puede
sintetizar el movimiento del agua en el área del estudio diciendo que el consumo de
los cultivos menos la precipitación es el 60% del suministro de agua en parcela,
producido por el bombeo:
%6060,0)parcela(bombeoagua
iónprecipitaccultivospiraciónevapotransientoAprovecham
Esto está indicando una eficiencia de aplicación del agua subterránea del
60%. Si se tiene en cuenta, además, el agua distribuida por la red de riego (uso
conjunto), la ecuación de balance sería la siguiente:
%4242,0
bombeoriegodeagua
iónprecipitaccultivospiraciónevapotransientoAprovecham
Este valor nos indica que la eficiencia de aplicación para uso conjunto es del
42%. Si se tiene en cuenta que, como se ha dicho, el río Tunuyán está dividido en
dos cuencas (Alta y Baja) y que en la cuenca Alta se realiza el manejo tanto del
agua superficial como el del agua subterránea se podría ensayar el siguiente
balance (INA, 1996):
25
hm3 hm3
I. Total ingresos
río Tunuyán
arroyos y vertientes
precipitaciones
954
535
402
Total: 1.891
II. Total egresos
río Tunuyán
flujos aluvionales + Aº San Carlos
arroyos y vertientes
609
294
242
Total 1.145
Diferencia ingresos-egresos 746
III. Almacenaje en la cuenca alta
- Ingresos
infiltración río Tunuyán
pérdidas (arroyos)
pérdidas Valle de Uco
precipitaciones
127
180
271
2
Total 580
- Egresos
drenaje por vertientes
bombeo cuenca alta
504
119
Total 623
Diferencia en la cuenca subterránea -43
Como se observa, el balance entre ingreso y egreso del acuífero subterráneo
resulta negativo. Este resultado podría indicar que el bombeo se hace a costa de los
caudales de los arroyos y vertientes que dejan la zona Alta para luego regar parte
del oasis y terminar como afluentes del río Tunuyán.
De acuerdo a estos resultados se estaría castigando indirectamente a los
usuarios del río Tunuyán inferior a través de la disminución de los caudales
ingresados a El Carrizal y por lo tanto de una menor distribución de los mismos a
la zona regadía. Esta situación se agravaría aún más en función de los contenidos
salinos del agua de los diferentes cauces poniendo en riesgo la sustentabilidad de la
agricultura en la zona baja del oasis.
26
2.1.7. Material y métodos
Para desarrollar la tarea de investigación prevista en el proyecto, se hizo
necesario organizar la temática que abordaría cada uno de los cinco grupos de
investigadores involucrados en él.
Evaluación física - integrada por los aspectos suelo, relieve, recursos
hídricos, balances hídrico y salino- por investigadores de la cátedra de
Hidrología Agrícola de la Facultad de Ciencias Agrarias y del INA.
Evaluación de la calidad del recurso hídrico la realizaron investigadoras
de las cátedras de Bromatología, Microbiología y Química Agrícola
(Facultad de Ciencias Agrarias)
Evaluación de los aspectos sociales, administrativos y económicos del
uso y gestión del agua fue tarea de las cátedras de Administración
Ambiental y Sociología (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales) y de
Economía Agraria (Facultad de Ciencias Agrarias)
La evaluación del impacto ambiental recayó en investigadores del INA
(previa realización de varias mesas de discusión interactiva entre todos
los integrantes del proyecto para ajustar y consensuar las valoraciones
positivas y/o negativas de cada variable y de cada acción analizadas).
Dada la mecánica de grupos no hubo una única metodología de estudio del
problema sino que cada grupo de investigación desarrolló la suya: el grupo de
economía se propuso el estudio de la agricultura de la zona Alta (incremento de la
superficie cultivada basado en el uso de agua subterránea) a través de medición
directa de variables (encuesta a campo) y de utilización de información secundaria
e histórica existente (propia y de terceros). El grupo de sociología propuso evaluar
y caracterizar -por medio de encuestas- a los distintos actores sociales involucrados
(participación del sector en el manejo del agua, conocimientos, rentabilidad, etc.) y
el grupo de administración, evaluar la gestión del agua en cada una de las trece
Inspecciones de Cauce que comprenden el área cultivada de la zona Alta.
En este punto se procederá a la descripción metodológica correspondiente a
la evaluación física, comenzando por una descripción general:
Como ha sido comentado a la zona de estudio ingresan 21 cursos de agua de
los cuales el más caudaloso es el río Tunuyán. La importancia del asunto radica en
que ninguno de estos cursos posee la misma concentración salina, los hay con
elevadas y con bajas concentraciones, con picos estacionales o durante todo el año.
En base a esta realidad - y considerando las limitaciones económicas del
proyecto- se decidió realizar un muestreo de la calidad del agua y de sus caudales,
en cuatro puntos de ingreso a la zona Alta y otros cuatro de egreso del acuífero,
27
que aportan al caudal del río Tunuyán en su parte media (aguas arriba del Dique de
embalse El Carrizal, Figura 1.1) Los puntos de ingreso muestreados fueron,
considerando su importancia, los siguientes:
(1) Río Tunuyán superior en el Dique derivador Valle de Uco
(2) Río Las Tunas, en el dique derivador del mismo nombre
(3) Dique Yaucha, en el dique derivador del mismo nombre
(4) Dique Aguanda, en el cruce del Arroyo Aguanda con la Ruta 40 (Paso de las
Carretas)
Los puntos muestreados como egresos del acuífero correspondieron a
arroyos aforados sobre los puentes de la ruta 40, antes de su incorporación al río
Tunuyán, y fueron:
(1) Arroyo Claro.
(2) Arroyo Guiñazú.
(3) Arroyo Salas Caroca
(4) Arroyo la Estacada
Sobre el río Tunuyán se obtuvieron muestras en Costa Anzorena (sobre el
puente de acceso), unos 10 Km aguas arriba del Dique de Embalse El Carrizal y en
el Dique derivador Tiburcio Benegas, punto de ingreso del agua de riego a la zona
del río Tunuyán inferior.
Al muestreo arriba descripto se sumaron los registros existentes en el D.G.I.
y en el INA (pertenecientes al ex –CRAS), con el objeto de aumentar la base de
datos para hacer más exactos los resultados. Resulta interesante destacar que de
todos estos valores los obtenidos en la década de los 90 estarían correspondiendo a
una serie hidrológicamente “seca” tanto para el río Tunuyán como para el Río
Mendoza (Figuras 2.5 a 2.8) y Tablas anexas.
2.1.8. Evaluación física. Resultados
Balance salino de la zona
La hipótesis de trabajo fue la de tener un número suficiente de muestras para
el estudio sistemático y cuali-cuantitativo del recurso agua que permitiera una
satisfactoria regresión de la correlación caudal/salinidad de los ríos y arroyos de la
zona (a medida que disminuye el caudal aumenta la concentración salina del agua
del cauce). Este supuesto permite vislumbrar que un potencial incremento de la
superficie cultivada y/o de la actividad económica del oasis del río Tunuyán
superior, podría producir la disminución de los caudales de egreso de las vertientes
que desaguan la cuenca subterránea, ocasionando un incremento de la salinidad
aguas arriba de El Carrizal. En los arroyos y vertientes de la zona se observa que a
caudales de 5 m3/s corresponde una salinidad de 1350 Scm
-1 y a 10 m
3/s sólo
28
1270 Scm-1
, es decir, a grandes variaciones de caudal se registran contenidos de
salinidad más estables.
La situación podría generar un impacto ambiental muy severo con
consecuencias negativas para la zona Baja del río ya que, como respuesta al
incremento de la salinidad, debería operarse una reducción de la actual superficie
cultivada para, de ese modo, destinar esa cantidad de agua al aumento de la cuota
de lixiviación. Se estaría así evitando la pérdida de calidad de los suelos y la
disminución de la productividad de los cultivos.
Como se ha comentado, el mecanismo de carga y descarga de agua de la
zona Alta del río Tunuyán es muy complejo. Por esta misma razón es también
complejo el mecanismo que determina su salinidad. Para analizarlo, se realizaron
12 extracciones de agua en primavera, verano otoño e invierno durante los ciclos
98-99 y 99-00.
La Figura 2.5 permite explicar - de manera sintética- el mecanismo de carga
y descarga de la oferta superficial y de recarga de los acuíferos. En ella puede verse
cómo el agua generada en la montaña, que llega a la zona en forma de cauces
superficiales, es aprovechada con fines de riego.
29
Figura 2.5 Hidrograma y variación de acuífero libre. Río Tunuyán
30
Figura 2.6. Variación del almacenamiento y derrame del río Tunuyán
31
Figura 2.7. Hidrograma y variación del almacenamiento en el acuífero. Río Mendoza
32
Figura 2.8. Correlación-regresión acuífero libre, cuenca oasis norte
33
Las pérdidas (percolación de agua aplicada como riego más pérdidas de los
cauces naturales) alimentan al acuífero subterráneo que, una vez alcanzado un
determinado nivel, vuelca los excedentes al río Tunuyán en la figura de arroyos y
vertientes. Es importante comentar que parte de este caudal es aprovechado en el
área intermedia del sistema, a través de tomas directas (particulares) para riego.
Esto hace muy aleatoria la medición de dichos caudales en el punto de su
incorporación al cauce del río. A su vez, la casi totalidad de los arroyos del área
trabaja como colectores de drenaje en determinadas épocas del año. Este manejo de
los cauces explica la concentración salina de sus aguas y su variabilidad en el
tiempo.
Las figuras 2.5 y 2.7 presentan los hidrogramas históricos de los ríos
Tunuyán y Mendoza (años 1973-1999) acompañados por los valores de almacenaje
en el acuífero libre. En ambas puede verse una tendencia general negativa dentro
de la variabilidad de los volúmenes almacenados, con excepción de los valores
correspondientes a 1982/83 y a 1986/87 y 1987/88.
Si se toma sólo la década de los noventa, la situación de sequía es mucho
más evidente. En este período se observa que la tendencia hacia la baja se hace más
importante en los dos ríos que conforman el oasis norte provincial. Esto está
indicando que una menor oferta hídrica superficial determina una recarga muy
pobre en los acuíferos y un descenso en el almacenaje.
A modo de ejemplo, en la figura 2.5, correspondiente al río Tunuyán, para
una oferta de 637 hm3 (años 1998/99) la variación del almacenaje fue de –113 hm
3.
Lo dicho se corrobora analizando la figura 2.6 en la que la curva de correlación
indica los mismos valores de variación negativa del almacenaje. Una situación
similar se presenta en el río Mendoza: cuando -para el mismo año de observación
98/99- la oferta se reduce de 1600 hm3 (media anual) a sólo 1.014 hm
3, la variación
del almacenaje del acuífero es de -300 hm3 (Figura 2.8).
Desde la perspectiva del objetivo de la presente investigación esta situación
constituye un severo llamado de atención sobre la actual utilización del acuífero
subterráneo como fuente de abastecimiento del agua destinada al riego. Un
desarrollo ilimitado de la agricultura regadía o de la actividad económica del oasis
superior del río Tunuyán podría poner en serio riesgo la sustentabilidad del
acuífero local, responsabilidad que recaería directamente sobre los encargados del
manejo del mismo. Todo esto se agudizaría si a ese desarrollo se le suma la
coyuntura de un ciclo prolongado de sequía en la cuenca.
El desarrollo explosivo de la agricultura en la zona alta del río Tunuyán
superior, producto de la radicación de las más importantes empresas locales y
extranjeras, comenzó a principios de los 90. Grandes emprendimientos destinados a
la implantación de uvas finas para vinificar determinaron un rápido crecimiento del
área cultivada y un uso masivo del agua subterránea. Este último debido a la
34
ocupación total de los derechos de agua superficial y al requerimiento de los
sistemas de riego presurizado, incluidos en el paquete tecnológico utilizado en la
mayoría de las nuevas propiedades agrícolas. Según el último relevamiento de
INA, (Hernández, 1998) en el área existen en funcionamiento unas 1.500
perforaciones que extraen del acuífero 119 hm3. Se piensa que a medida que la
extracción de agua subterránea se haga más intensa, disminuirá el caudal de los
arroyos y vertientes y por lo tanto el aporte al caudal del río Tunuyán. Esto ha sido
comprobado en estudios del INA (ex–CRAS) y puede afirmarse que cuando ocurre
una baja del almacenaje del acuífero la zona eroga un menor caudal en su sistema
de arroyos y vertientes.
Atendiendo a esta variación de los caudales superficiales y de la alteración
del almacenaje de agua en el acuífero es importante determinar qué pasa con la
salinidad del agua subterránea y su variación en función de los aportes.
Las determinaciones de salinidad en las aguas de los cauces muestreados
indicaron que a medida que se reduce la oferta de caudal se incrementa la salinidad
del agua, llegándose a valores muy elevados. Para corroborar esta afirmación se
confeccionaron tres gráficos que vinculan caudales con salinidad: la Figura 2.9
corresponde a los valores encontrados en el ingreso a la cuenca, la Figura 2.10
representa los valores medidos en el punto de convergencia (Costa Anzorena) de la
salida de la cuenca, inmediatamente antes de su ingreso al dique de embalse y, por
último, la Figura 2.11 muestra la correlación encontrada para la suma de los
caudales de los arroyos y vertientes. Si bien los coeficientes de correlación resultan
algo bajos debido a la cantidad de puntos de aforo considerados, es importante
analizar las tendencias de los resultados encontrados.
35
Relacion Salinidad - Caudal
Ingreso a la cuenca
y = -22,634x + 1567,5
R2 = 0,5026
800
900
1000
1100
1200
1300
1400
1500
1600
0 10 20 30 40
Caudal (m3/s)
CE
(m
icro
mh
os)
Figura 2.9. Relación salinidad-caudal (ingreso a la cuenca)
Relacion Salinidad - Caudal
Costa Anzorena
y = -17,486x + 1669,9
R2 = 0,5946
800
900
1000
1100
1200
1300
1400
1500
1600
10 15 20 25 30 35
Caudal (m3/s)
CE
(m
icro
mh
os)
Figura 2.10. Relación salinidad-caudal (Costa Anzorena)
36
Relacion Salinidad - Caudal
Tiburcio Benegas
y = -20,008x + 2071,8
R2 = 0,6217
1000
1100
1200
1300
1400
1500
1600
30 35 40 45 50
Caudal (m3/s)
CE
(m
icro
mh
os)
Figura 2.11. Relación salinidad/caudal en Tiburcio Benegas
Relacion Salinidad - Caudal Arroyos y
vertientes
y = -19,948x + 1483,8
R2 = 0,2203
1000
1100
1200
1300
1400
1500
1600
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
Caudal (m3/s)
CE
(m
icro
mh
os
)
Figura 2.12. Relación salinidad-caudal (arroyos y vertientes)
37
Relacion Kc - Salinidad
y = -0,0001x + 1,002
R2 = 0,9795
0,5
0,55
0,6
0,65
0,7
0,75
0,8
0,85
0,9
0,95
1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 2750 3000
CE (micromhos)
Kc
Figura 2.13. Relación salinidad-caudal (factor Kc-salinidad)
En las figuras 2.9, 2.10, 2.11 y 2.12 se observa una pendiente negativa de la
recta que correlaciona salinidad con caudal, especialmente en la que representa a
los caudales de ingreso al área de estudio. Esto permitiría apreciar el grado de
sensibilidad de la ecuación experimental encontrada.
Para el análisis estadístico de las correlaciones CE/Q se utilizó el programa
StatGraph Plus 4.0. Los resultados obtenidos mostraron una buena respuesta del
modelo lineal que resultó estadísticamente significativo para un nivel de confianza
del 99%.
En el punto de muestreo Costa Anzorena, los valores fueron:
CE = 1669.92 – 18.4861 x QCA
R2 = 59.4634% 59,5%
P (varianza) = 0.0020 (< 0.01)
El mismo ejercicio se realizó para la cuenca inferior del río Tunuyán, en el
punto de muestreo correspondiente al ingreso a la cuenca (dique Tiburcio
Benegas). Los valores obtenidos fueron:
CE = 2071.8 – 20.0084 x QTB
R2 = 62.1661%
P (varianza) = 0.0039 (<0.01)
38
En ambos casos el coeficiente de correlación indicó una relación entre
variables moderadamente fuerte.
En todas las figuras se verifica, además, que una determinada reducción de
caudal produce una variación de la calidad del agua, incrementando su salinidad.
Este efecto se hace más evidente en la figura que corresponde a los caudales de
ingreso al área del estudio, dado el peso relativo del caudal del río Tunuyán frente
al de los otros afluentes y cauces menores. Por ejemplo, con un caudal de 10 m3/s
la salinidad del agua es de 1.280 scm-1
/cm, con 5 m3/s la salinidad es de 1.380
scm-1
/cm. Esto está diciendo que cualquier pequeña variación de caudal tiene una
respuesta inmediata en la elevación del tenor salino del agua. Por el contrario, las
pendientes de las rectas obtenidas para el punto de convergencia Costa Anzorena
(Figura 2.10) y para la suma de los arroyos y vertientes (Figura 2.12) que egresan
de la zona son menores. Para un caudal de 30 m3/s la salinidad del agua fue de
1.250 scm-1
/cm y cuando aquél se redujo a la mitad (15 m3/s) la salinidad
aumentó a 1.400 scm-1
/cm. Es decir, a una variación del 50 % del caudal
correspondió un incremento del 11 % en los tenores de salinidad del agua. Esto es
debido a que en este punto de muestreo así como en el egreso de la cuenca de los
distintos arroyos y vertientes se produce una mezcla de aguas de distintas calidades
que arroja una menor variación de la salinidad frente a los cambios de caudal.
Dado lo acotado del muestreo (ajustado a las disponibilidades
presupuestarias del proyecto) y atendiendo a los índices de determinación
obtenidos hay que tomar estos resultados sólo como tendencias generales de un
proceso continuo de degradación ambiental. Investigaciones futuras deberán
profundizar los actuales resultados ampliando la base de datos del muestreo de
modo de permitir un análisis con mayor grado de certeza. No obstante ello las
tendencias encontradas están indicando la necesidad de un manejo regional más
prolijo de los recursos en el que deberá tenerse en cuenta a los distintos balances
hídrico-salinos al tiempo de efectuar su asignación por zonas.
Con la información relativa a caudales y calidad de agua (salinidad) se ha
intentado realizar un balance salino para la cuenca en estudio. Para ello el punto de
partida será la Tabla 2.5.
39
Tabla 2.5. Caudales medios anuales de los principales arroyos y vertientes
Río Tunuyán Superior, Mendoza
Nombre Caudal (m3/s) Caudal (hm
3)
Arroyo Claro 2,06 65
Arroyo Salas Caroca 2,24 71
Arroyo Guiñazú 2,09 66
Arroyo Estacada 1,27 40
TOTAL 7,66 242
Fuente: Hernández, J. 1998 (INA)
Como puede verse, el aporte de arroyos y vertientes no supera los 8 m3/s. En
la realidad ocurre que dichos caudales se reducen en el invierno (estiaje) y crecen
en el verano, con una oscilación que puede estar entre 3-10 m3/s.
Sumando los caudales de arroyos y vertientes al caudal pasante del río
Tunuyán y a los aportes del Arroyo San Carlos (conformado por la unión de los
Arroyos Yaucha y Aguanda) se tiene -en Costa Anzorena e inmediatamente antes
de su incorporación al embalse El Carrizal- un caudal total que oscila entre10 y 30
m3/s.
Hernández (1998), en su propuesta de balance hídrico afirma - analizando la
serie correspondiente a las décadas del 70/80 para el río Tunuyán superior- que de
los 1.891 hm3 de oferta hídrica computada sólo llegan a Costa Anzorena 1.145 hm
3
(60 % del total). (Conviene aclarar que el río Tunuyán aporta el 50 % del total de la
oferta hídrica de la zona alta).
La Tabla 2.6 muestra diferentes valores correspondientes a la oferta hídrica
de la cuenca resuelta a partir de aforos en el Dique Valle de Uco. Los caudales
mínimo y medio fueron obtenidos de las estadísticas elaboradas por la consultora
EVARSA (1997) para una serie de 43 años de registro. El caudal observado
corresponde al promedio de aforos correspondiente al período en que se desarrolló
la presente investigación. En la tabla se presentan tres (3) caudales especialmente
seleccionados de acuerdo al siguiente criterio: el primero corresponde a una serie
de 10 años (década de los 80) caracterizados por una abundante oferta de agua (30
m3/s), el segundo, a una serie corta (5 años) representativa de una oferta hídrica
restringida (25 m3/s) y el tercero de una situación de sequía (22 m
3/s).
40
Tabla 2.6. Oferta hídrica del Río Tunuyán Superior
Años de la serie Aporte del río Total cuenca Volumen en Costa Anzorena
(50%) (hm3) hm
3 hm
3 m
3/s
10 832 1.664 998 32
5 779 1.550 930 29
3 681 1.362 817 25
1 (1999) 637 1.274 764 24
Caudal mínimo 473 946 568 18
Caudal medio (*) 896 1.792 1.075 34
Caudal observado --- --- --- 22
Ref: (*) para una serie de 42 años
Fuente: INA (1998) y EVARSA (Estadística Hidrológica 1997)
Si se observan las curvas que relacionan caudal y salinidad en el egreso de la
cuenca intermedia se comprueba que los tenores salinos del agua de los arroyos y
vertientes son más estables que los del río, como se dijo, debido a que las mezclas
se realizan en el acuífero con mayor lentitud. En la estación de aforos de Costa
Anzorena la variación de la salinidad en función de los cambios de caudal es de
1.130 Scm-1
(para 30 m3/s) a 1400 Scm
-1 (para 15 m
3/s). En este punto de la red
los cambios de salinidad son más evidentes debido a que se realiza una mezcla de
aguas y sales más activa que en resto del sistema.
La Tabla 2.7 presenta los valores de volumen, caudal y salinidad del agua
del río Tunuyán (expresada como conductividad eléctrica) que permiten corroborar
este balance:
Tabla 2.7: Volúmenes medios, caudales y concentración salina
del agua del río Tunuyán
Cauce Volumen
(hm3)
Caudal
(m3/s)
C.E. (Scm-1
)
a 25 °C
Río Tunuyán (pasante) en Dique Valle de Uco 609 19 1.100
Río Tunuyán (desagües) 294 9 1.270
Arroyos y Vertientes 242 8 1.300
Costa Anzorena 1.145 36 1.187
El balance hídrico-salino (relación caudal-salinidad) propone que el
producto entre caudal y concentración salina medidos en Costa Anzorena debe ser
igual a la suma de los productos parciales (caudal por salinidad): río Tunuyán
pasante, desagües y arroyos y vertientes: Si se lo quiere expresar en letras se
tendrá: caudal en Costa Anzorena (Qca) por conductividad eléctrica en Costa
Anzorena (Cca) igual a caudal pasante (Qtp) por conductividad pasante(Ctp) más
41
caudal de desagües (Qdes) por conductividad de desagües (Cdes) más caudal de
arroyos y vertientes (Qav) por conductividad de arroyos y vertientes (Cav). Es
decir:
(Qca x Cca) = (Qtp x Ctp) + (Qdes x Cdes) + (Qav x Cav)
Reemplazando las letras por los valores de la tabla 2.7 se obtiene:
(36 x 1,187) = (19 x 1,1 ) + (9 x 1,27 ) + (8 x 1,3 )
42.73 = (20.9 + 11.43 + 10.40) = 42.73
Estos valores estarían indicando que realmente se produce en el área del
estudio un balance de sales (lo que entra a la cuenca es igual a lo que sale de ella).
Teniendo en cuenta los valores arriba citados, puede plantearse distintos
escenarios partiendo de un caudal medio de 36 m3/s en Costa Anzorena (para una
serie de 20 años).
Para evaluar el posible impacto del actual manejo del recurso hídrico de la
zona Alta sobre la zona Baja del río Tunuyán se pensó en definir dos escenarios. El
primero de ellos pretende evaluar la pérdida de producción en la zona Baja con la
ganancia de salinidad del agua medida en Costa Anzorena y el dique derivador
Tiburcio Benegas y producida por la disminución de los caudales a raíz del
aumento de la superficie cultivada. A partir de la Figura 2.1.10 se pueden obtener
los siguientes valores: para un caudal de 30 m3/s una salinidad de 1.130 Scm
-1,
para 25 m3/s 1.250 Scm
-1 y para 22 m
3/s 1.300 Scm
-1. (Corresponde aclarar aquí
que no se pudo seleccionar como escenario un caudal mayor a los 30 m3/s valor
que corresponde al caudal más alto aforado durante el desarrollo de la presente
investigación).
El segundo escenario está pensado como una posible disminución de los
caudales que llegan a Costa Anzorena. Esta disminución podría obedecer a un
doble origen, una intensiva explotación del agua subterránea a causa del aumento
de la superficie en la zona Alta o una disminución de la oferta hídrica provocada
por un período de sequía más o menos largo (igual o mayor al de la década de los
90). Para una mejor comprensión del escenario se propone el desarrollo del
siguiente ejemplo:
Supóngase que la actual corriente de inversiones inmobiliarias que se
observa en la zona incremente la actividad económica (población, industria,
comercio, agricultura, etc.) equiparándola a una superficie tal que duplique la
actual superficie cultivada (con viñedos regados con agua subterránea y riego
localizado). Esto supondría un aumento de 20.000 ha sobre las ya empadronadas
con este uso (18.773 ha). El ejercicio tratará de evaluar el posible impacto sobre la
producción de la zona Baja a causa del incremento de la salinidad y de la
42
contaminación del agua dada la disminución de los caudales que llegan a Costa
Anzorena (ocasionada por la explotación intensiva del acuífero).
Si se considera que, en la zona, la evapotranspiración potencial de referencia
(ETo) de un viñedo moderno (calculada por Penman Montheith) es de 1.041
mm/ciclo agrícola y se selecciona un coeficiente de cultivo (Kc = 0,85) se tendrá
que para una máxima producción, la evapotranspiración potencial del cultivo
(ETm) será de 884 mm/ciclo agrícola. Como la precipitación promedio (Ppt) de la
zona es de 350 mm y la precipitación efectiva (Ppe) 200 mm, la necesidad de riego
(Nr) será de 684 mm ( 884 – 200 = 684 mm ).
Por otra parte, teniendo en cuenta que se regará con riego localizado (alta
eficiencia) grandes superficies se estima que las pérdidas del sistema será bajas,
pudiendo computarse, para toda el área, una eficiencia global del 70 %. Afectando
a las necesidades de riego calculadas por la eficiencia se llega a un valor bruto de
consumo de aproximadamente 1000 mm/ciclo agrícola (684 / 0.70 = 977), 1000
m3/ha ó 0.01hm
3/ha.
Si se piensa que - en el futuro- es factible que se produzca un incremento de
la actividad económica equivalente a una superficie cultivada (utilizando agua
subterránea) de 20.000 ha, el volumen anual necesario sería de 200 hm3 que
equivalen a un caudal medio de 6.34 m3/s. En base a este cálculo deberá restarse
200 hm3 (20000 ha x 0.01 hm
3/ha) a los 242 hm
3 (7.67 m
3/s) que - en promedio-
erogan los distintos arroyos y vertientes para volcarlos al pasante del río Tunuyán.
Así, el volumen que llegará a Costa Anzorena será de sólo 42 hm3 (1,5 m
3/s). Para
calcular la salinidad potencial que podría registrarse en el segundo escenario se han
seleccionado tres caudales correspondientes a una oferta hídrica rica (30 m3/s),
moderada (25 m3/s) y pobre (22 m
3/s). A cada uno de ellos debería restárseles 6.34
m3/s (a los fines prácticos se toma como valor 6 m
3/s). Se tiene así los nuevos
caudales y valores de salinidad que se registrarían en Costa Anzorena (Tabla 2.8):
Tabla 2.8.Caudales y salinidad del agua en Costa Anzorena para un aumento
estimado de 20.000 ha bajo riego (escenario optimista)
Caudal
(m3/s)
Salinidad
(scm-1
)
30 1.130
25 1.250
22 1.300
24 1.250
19 1.320
16 1.400
43
Como puede verse hay un incremento de la salinidad del agua que egresa de
la cuenca alta y va a incorporarse al dique de embalse - del que se alimentará luego
el río Tunuyán inferior- con un tenor salino de 1.400 Scm-1
. Estos resultados
permiten corroborar la hipótesis de salinización progresiva del agua del río
Tunuyán inferior. En el ítem correspondiente al estudio de la contaminación del
agua se hacen correlaciones similares analizando el comportamiento de variables
como DQO, DO, Sólidos totales, Sólidos solubles, etc. encontrándose las mismas
tendencias que las obtenidas para la salinidad.
Si, en cambio, se propone un escenario más conservador, el aumento de sólo
10.000 ha cultivadas utilizando agua subterránea, el volumen anual necesario sería
de 100 hm3 equivalentes a un caudal medio de 3.17 m
3/s. En base a este cálculo
deberá restarse 100 hm3 a los 242 hm
3 (7.67 m
3/s) que - en promedio- erogan los
distintos arroyos y vertientes para volcarlos al pasante del río Tunuyán. Así, el
volumen que llegará a Costa Anzorena será de 142 hm3 (1,5 m
3/s). Para calcular la
salinidad potencial que podría registrarse en este segundo escenario para los tres
caudales (oferta hídrica rica, 30 m3/s, moderada 25 m
3/s y pobre 22 m
3/s), a cada
uno de ellos debería restárseles 3.17 m3/s, valor que a los fines prácticos se toma
como 3 m3/s. La Tabla 2.9 presenta los nuevos caudales y valores de salinidad que
se registrarían en Costa Anzorena para este escenario:
Tabla 2.9. Caudales y salinidad del agua en Costa Anzorena para un aumento
estimado de 10.000 ha bajo riego
Caudal
(m3/s)
Salinidad
(scm-1
/cm)
30 1.130
25 1.250
22 1.300
27 1.190
19 1.330
Como puede verse en este segundo escenario, la salinidad potencial en el
último punto de la zona Baja, inmediatamente anterior al ingreso al dique de
embalse alcanza los 1.330 Scm-1
, valor que si bien es algo inferior a los 1.400
Scm-1
de la Tabla 2.8, a los fines de alertar sobre la problemática de la
sustentabilidad integral del recurso hídrico del río Tunuyán, plantea, a los
administradores del recurso, la necesidad ineludible de atender a su manejo,
anticipándose en el tiempo para prevenir posibles deterioros irreversibles de
calidad. Paralelamente, estos valores son coincidentes con los observados en el
dique derivador Tiburcio Benegas (aguas debajo del embalse El Carrizal).
44
Dado que los únicos caudales aforados con regularidad son los que ingresan
a la cuenca y no así los que egresan de ella (como se adelantara, los arroyos y
vertientes son –simultáneamente- canales de riego y colectores de drenaje y, por lo
tanto, presentan un régimen muy irregular), las variaciones diarias y/o estacionales
que normalmente registra el río están indicando que el flujo de sales a la zona Baja
puede tener picos de mayor peligrosidad salina, especialmente cuando los caudales
invernales se hacen mínimos.
La seriedad de esta afirmación obliga a que se tenga presente –de modo
especial- que los caudales y valores de salinidad aquí considerados son valores
puntuales que resultan de mediciones diarias en estaciones de aforo que aún
requieren pequeños ajustes operativos para asegurar la precisión de las lecturas. De
todo esto surge como prioritaria la recomendación de la necesidad de una toma de
datos de manera sistemática. Cuando se disponga de una información calificada se
podrán confirmar las proyecciones aquí comentadas a través de un período de
registro lo suficientemente largo para un mayor aval estadístico de los resultados.
Calidad del agua de riego
La calidad del agua de riego puede definirse a través de tres criterios
fundamentales: salinidad en sentido restringido, sodicidad y toxicidad. El primero
de ellos permite evaluar el riesgo potencial - por efecto osmótico- del uso de aguas
con altas concentraciones de sales y su consecuente efecto de disminución del
rendimiento de los cultivos. El segundo, analiza los riesgos de que un alto
porcentaje de sodio en el agua de riego modifiquen los valores de PSI (porcentaje
de sodio intercambiable) del suelo afectando su estructura y por lo tanto su
potencial productivo. El criterio de la toxicidad se refiere a problemas específicos
causados en el cultivo por la falta o la presencia de determinados iones (cloruros,
boro, etc.).
En cada caso lo que se valora es el riesgo potencial de utilizar agua de riego
con una determinada calidad. La mayoría de las aguas que ostentan la calificación
de peligrosas tienen un contenido de sales que –por sí mismo- no es demasiado
perjudicial para los cultivos. El problema se presenta cuando el agua se pone en
contacto con el suelo. El riego es un importante factor de salinización del suelo
cuando en su manejo no se tienen en cuenta las necesarias precauciones para evitar
su concentración por encima de los valores tolerados por el cultivo.
Todas las aguas de riego tienen un determinado contenido de sales solubles.
Así, por ejemplo, una hectárea regada con agua de buena calidad (C.E. = 750
scm-1
/cm, salinidad equivalente a 0.5 g/l) recibirá un volumen anual de 5
toneladas de sales a través de los 10.000 m3/ha que significa el requerimiento
hídrico estacional del cultivo (vid). En condiciones adecuadas de riego (lámina de
reposición que incluya un porcentaje destinado a la lixiviación de las sales del
45
perfil de suelo que se quiere humedecer) y de drenaje esas sales serán
oportunamente lavadas y eliminadas de la zona de influencia de las raíces,
neutralizando su efecto negativo. Cuando esto no ocurre, la evapotranspiración del
cultivo reduce la humedad y concentra las sales a medida que el suelo se seca. Se
presenta además, otros fenómenos asociados con los iones (cationes y/o aniones)
presentes en las distintas sales. El más significativo para la zona resulta de la
presencia – en los suelos- de sales de calcio de baja solubilidad (carbonatos y
sulfatos) que, al concentrarse, precipitan, aumentando los tenores de sodio y el
porcentaje de sodio intercambiable de la solución edáfica, con el consiguiente daño
para los cultivos.
2.1.9. Situación actual y escenarios posibles de evolución de la salinidad en el
área
Para la realización de este ejercicio el punto de partida lo constituye el
análisis completo de agua (salinidad (C.E.), aniones y cationes, RAS y pH). La
metodología utilizada comprendió el cálculo de la conductividad eléctrica efectiva
(CEE): (este paso necesita cálculos adicionales):cálculo del factor interpretativo de
concentración (FIC), cálculo del sulfato potencialmente activo, cálculo de las sales
de calcio y magnesio y del sulfato de calcio inactivo y el cálculo de la relación de
lixiviación (RL).
Se procederá a continuación a la definición de cada uno de los parámetros
involucrados en la metodología:
La Conductividad Eléctrica Efectiva (CEE) es la diferencia entre la C.E. del
agua de riego problema y la Conductividad Eléctrica Inefectiva (CEPI), que es la
que corresponde a los miliequivalentes de sulfato de calcio que exceden a los
potencialmente activos ( diferencia entre los miliequivalentes por litro de sulfato de
calcio presentes y los potencialmente activos).
El Factor Interpretativo de Concentración (FIC) se define como el cociente
entre el valor de la C.E. del extracto de saturación (que se supone corresponde al
suelo en equilibrio con el agua de riego) y la C.E. del agua de riego. Para establecer
este factor Nijensohn (1972) admitió que la interpretación de peligrosidad salina
para cada una de las cinco clases de aguas de la clasificación de Riverside
modificada, puede ser correlacionada con la escala de Scofield para juzgar un suelo
en función de su extracto de saturación. (Figura 2.14)
El cálculo del Sulfato de Calcio Potencialmente Activo corresponde a los
miliequivalentes de SO4Ca provenientes del agua de riego que podrán mantenerse
en solución en el extracto de saturación que se considera en equilibrio. Su valor se
determina dividiendo la solubilidad del yeso en me/L (30.5) a 25ºC, por el valor del
FIC.
46
Para el cálculo de la RL, el planteo propuesto por Nijensohn (1972), se basa
en la siguiente fórmula:
)CECE(CE
)CECE(CERL
bdydd
bryrr
s
donde:
RLs: relación de Lixiviación para peligro salino
CEyr : C.E. correspondiente a los me/L de SO4Ca del agua de riego
(Figura 2.15)
CEd: CEes adoptada.(Si se conocen los valores de Ws (capacidad de saturación),
Wc (capacidad de campo) y Fl (factor de eficiencia de lavado), se
determina su valor real:
CEd = Cees . Fl . Ws/Wc).
La CEyd: Conductividad eléctrica del yeso en el agua de drenaje, se
determina de la siguiente manera:
r
dyryd
CE
CE.CECE
donde:
CEd/CEr = FIC (su valor debe ser igual o menor de 2200 µScm-1 (solubilidad del
yeso)
CEbr : Conductividad eléctrica correspondiente a los me/L de (HCO3)2Ca y Mg en
el agua de riego, determinada mediante la Figura 2.16., asimilando
hipotéticamente similares valores a ambas sales.
CEd : Conductividad eléctrica de Ca(HCO3)2 y Mg en el agua de drenaje se
determina así:
r
dbrbd
CE
CE.CECE
Su valor será igual o menor de 870 µScm-1
Se puede observar que para la estimación de los valores de CEyd y CEbd, se
tiene en cuenta el efecto de concentración del agua de riego, que es el fundamento
del FIC, al multiplicar por el factor CEd/CEr.
47
El valor de la CEd, (CEes adoptada), se basa en la tolerancia a la salinidad
de los cultivos que serán regados con el agua problema. Por lo tanto el FIC deja de
ser un factor de un equilibrio hipotético para adquirir un valor real, el del equilibrio
salino al cual se desea llegar.
Figura 2.14. Peligrosidad salina de las aguas de riego con relación a la salinidad del
extracto a satuación hipotéticamente en equilibrio (Nijensohn, 1961)
48
Figura 2.15. Conductividad eléctrica de soluciones de SO4Ca 2H2O
Figura 2.16. Conductividad eléctrica de soluciones de (CO3H)2Ca
49
A continuación se desarrollará un ejemplo de cálculo para la situación actual
y para un caudal de 30 m3 seg
-1, el cual corresponde a una CE de 1150 S cm-1.
Datos:
Análisis de agua correspondiente al punto de muestreo Costa Anzorena
CE: 1150 S cm-1
Ca2+
: 8.0 me/L CO32-
: 0.0 me/L
Mg2+
: 1.9 me/L CO3H- : 1.9 me/L
Na+ : 2.8 me/L Cl
-: 2.6 me/L
K + : 0.12 me/L SO4
2- : 8.4 me/L
: 12.82 me/L : 12.9 me/L
RAS : 1.26 PH : 7.8
En el desarrollo previsto por la metodología se comienza por el
* Cálculo de la conductividad eléctrica efectiva:
Cálculo del FIC (curva Figura 2.14)
FIC = 4.55
Cálculo del Sulfato Potencialmente Activo
55.4
5.30= 6.70 me L
-1 de SO4Ca activos
Combinación de las sales de Ca y Mg y cálculo del SO4Ca
inactivos
95.02
Lme90.1
2
HCOCO 133
2133
2 CadeLme05.795.000.8:)2HCOCO(Ca
SO4Ca que posee el agua de riego = 7.05 me L-1
La Conductividad Eléctrica Potencialmente Inactiva (CEPI) es la
correspondiente, en el agua de riego en cuestión, a los me de SO4Ca que exceden a
50
los potencialmente activos (la diferencia entre los me/L de SO4Ca presentes y los
potencialmente activos).
SO4Ca inactivo = 7.05 - 6.70 = 0.35 me L-1
(precipitan)
Cálculo de la CEPI: (Figura 2.15): para 0.35 me L-1
SO4Ca = 30 S cm-1
* Cálculo de la Conductividad Eléctrica Efectiva:
CEE = 1150 - 30 = 1120 S cm-1
Como puede verse en la Figura 2.17, la CE del agua prácticamente no ha
cambiado por lo que se la puede clasificar como agua de categoría C3 (Riverside ) o
C4 (Wainstein ) que significa agua medianamente salina.
Figura 2.17. Diagrama para la clasificación de agua para riego
(según Riverside, modificado por Thorne y Petersen)
51
* Cálculo de la relación de lixiviación (RLs) por salinidad:
Cálculo de la RLs de acuerdo a los criterios propuestos
CE del yeso (CEyr) y de los bicarbonatos (CEbr) en el agua de riego:
CEyr correspondiente a 7.05 me L-1 de SO4Ca = 690 S cm-1
CEbr correspondiente a 1.90 me L-1 de CO3H- = 180 S cm-1
CE del yeso (CEyr) y de los bicarbonatos (CEbr) en el agua de
drenaje:
0.31150
3450FIC
SO4CA D = 690 X 3.0 = 2070 < 2200
CO3H-D = 180 X 3.0 = 540 < 870
33.0840
280
)5402070(3450
180690(1150RL s
Se ha calculado una RLs necesaria, para alcanzar un equilibrio de salinidad
en la solución edáfica de 3450 S cm-1
(considerando 3 veces la CE del agua de
riego). Para esta Ces, en el caso de la vid, el rendimiento esperado es del 81% de su
máxima capacidad productiva relativa..
Si se considera que en Mendoza el requerimiento hídrico para la vid
conducida en espaldero es de 7000 m3 ha
-1 año
-1e el volumen de riego resultante
será:
113
s
añoham1044733,01
7000
RL1
VcVr
Con un agua de esta calidad es posible obtener buenos rendimientos, en
suelos con muy buena permeabilidad y sin problemas de drenaje. En caso
contrario deberán mejorarse estas condiciones del suelo o disminuir la RLS y, en
consecuencia, será dable esperar una disminución del rendimiento. La Relación de
Lixiviación sódica no se ha calculado ya que el agua presenta una RAS muy baja
(1,26).
Si se calcula una RLs que permita alcanzar un equilibrio de salinidad en la
solución edáfica de 2300 S cm-1
(considerando 2 veces la CE del agua de riego),
52
el rendimiento esperado del cultivo sería del 90% de su máxima capacidad
productiva relativa..
0.21150
2300FIC
SO4Ca d = 690 x 2.0 = 1380 < 2200
CO3H-d = 180 x 2.0 = 360 < 870
5.0560
280
)3601380(2300
)180690(1150RL s
El volumen de riego resultante será:
113
s
añoham1400050,01
7000
RL1
VcVr
Se observa claramente que, al disminuir la Cees, todo aumento del
rendimiento implica aplicar un mayor volumen de agua.(Recordar que esto es para
suelos de textura arenosa con excelente drenaje).
2.1.10. Situación en los próximos años
Considerando la hipótesis que prevé una disminución a 16 m3/s en el caudal
del río Tunuyán en Costa Anzorena, el valor de la salinidad será de 1410 S cm-1
.
El análisis tipo de un agua con dicha CE sería:
ANÁLISIS DE AGUA - COSTA ANZORENA
CE: 1410 S cm-1
Ca2+
: 10.1 me/L CO32-
: 0.1 me/L
Mg2+
: 2.9 me/L CO3H- : 2.8 me/L
Na+ : 4.78 me/L Cl
-: 3.1 me/L
K + : 0.18 me/L SO4
2- : 9.4 me/L
: 17.96 me/L : 15.4 me/L
RAS : 1,88 PH : 8.0
53
* Cálculo de la conductividad Eléctrica Efectiva
FIC = 4.20
1Lme26.720.4
5.30 de SO4Ca activos
CO3= + CO3H- = 2.9 me L-1 = 1.45
Ca2+
- (CO3=
+CO3H- / 2 ) : 10.1 - 1.45 = 8.65 me L
-1 de Ca
2+
SO4Ca en el agua de riego = 8.65 me L-1
SO4Ca inactivo = 8.65 - 7.26 = 1.39 me L-1
(precipitan)
CE para 1.39 me L-1 SO4Ca = 200 S cm-1
CEE = 1410 - 200 = 1210 S cm-1
La CE del agua prácticamente no cambia por lo tanto se la puede clasificar
como C3 (Riverside ) o C4 (Wainstein ) = agua medianamente salina.
* Cálculo de la Relación de Lixiviación (RL) por Salinidad
a) RLS = CEr - (CEyr + CEbr)
CEd - (CEyd + CEbd)
CE de riego:
8.65 me L-1 de SO4Ca CE = 780 S cm-1
2.9 me L-1 de CO3H- CE = 275 S cm-1
CE de drenaje:
0.31410
4230FIC
SO4Ca d = 780 x 3.0 = 2340 2200
CO3H- d = 275 x 3.0 = 825 870
29.01205
355
)8252200(4230
)275780(1410RLs
Se ha calculado una RLs necesaria, para alcanzar un equilibrio de salinidad
en la solución edáfica de 4230 S cm-1
es decir, considerando 3 veces la CE del
agua de riego. En el caso del cultivo de la vid, para esta CES , el rendimiento
esperado es del 74% de su capacidad máxima productiva relativa.
54
El volumen de riego resultante será:
113
s
añoham1026829.01
7290
RL
VcVr
Con un agua de esta calidad es posible obtener rendimientos medios, en
suelos con buena permeabilidad y sin problemas de drenaje. En caso contrario
deberán mejorarse estas condiciones o disminuir la RLS y en consecuencia
disminuirá el rendimiento. Si los suelos lo permiten (textura arenosa) se podría
incrementar el requerimiento de lixiviación y así mejorar el rendimiento probable.
Si se calcula una RLs , para alcanzar un equilibrio de salinidad en la solución
edáfica de 2820 S cm-1
es decir, considerando 2 veces la CE del agua de riego, el
rendimiento esperado sería del 88% de su capacidad máxima productiva relativa..
0.21410
2820FIC
SO4Ca d = 780 x 2.0 = 1560 < 2200
CO3H-
d = 275 x 2.0 = 550 < 870
43.0830
355
)5501440(2820
)275780(1410RL s
El volumen de riego resultante será:
113
s
añoham1489443.01
7000
RL
VcVr
La relación de lixiviación sódica no se ha calculado ya que la RAS es muy
baja (1,88).
La Tabla 2.10 muestra el rendimiento probable de la vid (cultivo) y
duraznero (cultivo) en función de la variación de la conductividad eléctrica del
agua de riego.
55
Tabla 2.10. Rendimiento probable vs. conductividad eléctrica del agua de riego
Cultivo Q
(m3 seg
-1)
CEr
(S cm-1
)
Ced (*)
(S cm-1
)
Rendimiento
probable
(%)
RLs
Vid 30 1130 3390 81 0.33
16 1410 4200 74 0.29
Duraznero 30 1130 3390 63 0.33
16 1410 4200 46 0.29
(*) CEd aprox. igual a 3 veces la CEr ºº
CEr: CE del agua de riego
Ced: CE del agua de drenaje en equilibrio con el suelo
RLs: Requerimiento de Lixiviación salino
2.1.11. Impacto de la calidad del agua en los rendimientos de los cultivos del
área baja del Río Tunuyán
La hipótesis original planteada en la presente investigación sostiene que -
una vez demostrado el aumento de los tenores salinos en el agua para riego a raíz
ya sea de un probable aumento de la superficie cultivada o de la actividad
económica en general en la zona Alta, a expensas del agua subterránea- éste podría
afectar en mayor o menor grado la productividad de los cultivos regados con esa
agua.
Para tratar de evaluar la magnitud del impacto económico que podría sufrir
el área de riego se ha pensado en la utilización de dos parámetros: funciones de
producción (Fussi, 1995) y conductividad eléctrica (Mass y Hoffmann, 1997).
El primero de ellos se basa en la modificación del coeficiente de cultivos o
producción relativa (Kc) teniendo en cuenta la salinidad del flujo freático. Estas
funciones de producción relativa fueron calculadas en 1995 por Fussi, para la zona
del río Tunuyán inferior. En ellas se relaciona la producción obtenida en los
viñedos del área con aguas con diferentes tenores salinos y a diferentes
profundidades del agua freática. Metodológicamente, una vez conocida la
producción y la lámina neta de agua aplicada al cultivo se evaluó la eficiencia de
riego de cada propiedad y se calculó su producción relativa (Kc) teniendo en
cuenta la evapotranspiración potencial de referencia (Etm). Los resultados
56
obtenidos –si bien insuficientes desde el punto de vista estadístico para la
profundidad de suelos deseada (1,50 m)- muestran una clara tendencia de
disminución de la producción frente a la salinidad del agua freática (Figura 2.13),
expresada a través de la ecuación:
2857,0Ce
57608,6Pr
donde Pr = 6,57608 / Ce ^ - 0,2857 donde :Pr es el factor de producción y Ce la
concentración del agua de riego, expresada en Scm-1
a 25 °C. Por otro lado, si se
toman las funciones de producción experimentales obtenidas para vid por
Chambouleyron y colaboradores (1985) y se asigna al agua de riego el mismo valor
de conductividad eléctrica del agua freática, el valor de Pr pasará de 0,85 a 0,83:
usando la ecuación de disminución de producción:
83,01400
57608,6Pr
2857,0
la Epc sería en este caso: 1.045 . 0,83 = 867 mm. Ingresando al gráfico de
funciones de producción (Figura 2.18) con este valor de lámina (Etm) se obtiene un
rendimiento de 220 Qm/ha. Esto sería equivalente a una reducción de la oferta de
agua de riego del cultivo (parral de vid var “criollas”) de 880 a 867 mm/ año y a
una producción de 220 Qm/ha, sobre un potencial de 250 Qm/ha (12% de
reducción de la producción). Si esta reducción se proyecta a todo el oasis cultivado
generaría una sensible disminución de la producción y -por lo tanto- un impacto
económico importante.
Téngase presente que este cálculo se ha realizado con caudales promedio
pero si se tiene en cuenta que hay momentos en que la concentración salina del
agua en Costa Anzorena es mayor a los 1.400 mmhos /cm del ejemplo, las pérdidas
en producción podrían ser aún mayores. Esta sería la consecuencia del impacto que
la salinidad, debida al aumento de la superficie cultivada del alto Tunuyán,
produciría en la producción de no tenerse en cuenta la relación entre carga salina
del agua y caudal.
57
Figura 2.18. Funciones de producción para diferentes sistemas de conducción
y variedades de vid. Mendoza, Argentina
El mismo cálculo puede hacerse utilizando el método propuesto por Maas y
Hoffmann (1997) que calcula la probable reducción de la producción en función de
la conductividad eléctrica de la solución del suelo y expresada en la siguiente
ecuación:
Valor de la Producción = 100 – [b ( CE - a )]
En esta ecuación (b) es un parámetro que para la vid toma un valor de
9,26:(a) es la pendiente de la curva, cuyo valor es de 1,5 y CE es la conductividad
eléctrica equivalente para la solución del suelo expresada en scm-1
/cm. Para el
cálculo se acepta que la CE del suelo es dos veces mayor que la CE del extracto de
saturación del suelo y tres veces mayor que la del agua de riego.
58
Aplicando la ecuación descripta para un valor de CE de agua de riego de 1,4
scm-1
/cm (4,2 Scm-1
en la solución edáfica), se estaría produciendo una
reducción del 22% en la producción. En base a estos resultados se puede afirmar
que, en ambos casos hay disminución de la producción en el primero un 12 % y en
el segundo un 22 %. Esto permite concluir que un bombeo exagerado de la zona
alta del río Tunuyán pondría en serio riesgo la producción del oasis inferior.
Todos los razonamientos utilizados están señalando importantes porcentajes
de pérdida de producción para la zona baja (entre un 12 y un 22 %). A esta
evaluación de disminución de la producción habría que sumarle, desde el punto de
vista del recurso, una disponibilidad extra para mantener estable la salinidad en el
perfil del suelo explorado por las raíces (relación de lixiviación (RL). En la
práctica, parte del agua requerida por esta relación de lixiviación (50-60 %) se
obtiene, en mayor o menor medida, de las “ineficiencias” con que se riegan los
cultivos (Chambouleyron y colaboradores, 1989).
El incremento de la salinidad del río, sumado a la disminución de caudales
determinaría la necesidad de incrementar la lixiviación de las sales acumuladas en
el suelo. Este requerimiento extra de agua produciría, necesariamente, una
reducción del área cultivada y un impacto negativo adicional al ya calculado como
disminución de la producción. En efecto, si se tiene en cuenta el cálculo de la
relación de lixiviación (RL) necesaria para mantener el estado del suelo en un
determinado nivel productivo (14.000 m3/ ha) la superficie actualmente regada por
el río sufrirá una disminución (Tabla 2.10).
Se ha tomado el valor de 14000 m3/ha considerando que no varía
significativamente con aguas de riego cuya concentración salina oscile entre 1130
y 1410 Scm-1
.
Así, si se considera una eficiencia del sistema de aproximadamente 50%,
eficiencia de conducción (80%) y eficiencia de aplicación (60%) en cabecera de
dique derivador, la dotación por hectárea para una propiedad con riego tradicional
y alimentada por una red de tierra será: 14.000 m3/ha.
Si a este volumen se le suma la pérdida por conducción (20%), el volumen
final necesario, sería igual a 14000 . 0,2 = 2800 m3; lo que sumado a los 14000 del
requerimiento se transforman en 16.800 m3 en el dique (en la práctica 17.000
m3/ha). Esto asegura el pasaje de una lámina extra de agua para mantener estable la
salinidad del suelo y equivale a una dotación de 0,55 l/s/ha. (17.000.000 l/s
divididos por los 31.536.000 segundos del año). Este valor resulta algo superior a
los 0.32 l/s/ha programados para el riego de la zona Alta del río Tunuyán e incluso
a los 0.50 l/s/ha con que el D.G.I. programa la entrega a nivel provincial.
59
La Tabla 2.11 muestra la superficie factible de riego obtenida a partir de esta
nueva dotación (0.55 l /s /ha) en función de los caudales que ingresan a Costa
Anzorena y se distribuyen a través del dique derivador Tiburcio Benegas:
Tabla 2.11. Escenarios de superficie factible de riego
CAUDALES (m3/s) SUPERFICIE (ha)
30 54.545
25 45.454
22 40.000
19 34.545
16 29.090
Como puede verse la superficie empadronada con agua superficial de la zona
baja del río Tunuyán se reduciría -en el mejor de los casos un 33% (de 81.714 ha -
dato actualizado relevado directamente del D.G.I. - a 54.545 ha.) y en la situación
más desfavorable en un 64%.
Por último, a lo dicho se debería sumar la pérdida de calidad del agua
subterránea producida por la percolación y recarga de acuíferos con agua de mayor
salinidad, deterioro que, a lo largo del tiempo, afectaría la sustentabilidad del
modelo productivo -hoy exitoso- de la zona alta del río Tunuyán Inferior.
2.1.12. Conclusiones
Los resultados presentados en este capítulo permiten la proyección –si bien
sólo a nivel de tendencia- del proceso de deterioro al que se encuentra sujeto la
cuenca inferior del río Tunuyán frente al fuerte crecimiento experimentado en los
últimos años por la cuenca alta del mismo río. Debido al grado de confiabilidad y
precisión de los resultados se hace difícil predecir el tiempo en el que podría
alcanzarse el total deterioro. No obstante, es seguro que se trata de un proceso
lento, silencioso, casi imperceptible por lo que se hace necesario dar curso
inmediato a las siguientes grandes líneas de acción, tendientes a revertir los efectos
negativos del fenómeno.
La primera de ellas consiste en organizar una única administración de la
cuenca del río Tunuyán, incluyendo a toda la superficie cultivada, en lugar de
administrar dos subcuencas como se hace actualmente. Esta acción permitirá a los
encargados de administrar el recurso tener una visión global sobre los problemas de
manejo del mismo y sobre el marco de coyuntura (factores económicos de la
producción) y una mejor comprensión de éstos.
Esta administración única permitirá definir modelos de manejo del recurso
acorde a las recomendaciones que se desprenden de los resultados de esta
60
investigación y a los modernos criterios internacionales vigentes en la actualidad
en materia de uso sustentable del recurso hídrico. Una ventaja adicional de esta
política sería la sensible reducción de los gastos burocráticos de gestión y la
posibilidad de volcar esos recursos financieros al mantenimiento, mejora y
modernización de la infraestructura de la red de riego y drenaje del área.
La segunda recomendación se refiere concretamente a la asignación del agua
de riego en función de su calidad y no sólo de su caudal en toda la cuenca del río
Tunuyán. Esta política ya ha sido implementada en la provincia de Mendoza en el
manejo del río Colorado y últimamente está siendo aplicada con éxito en Australia
en el río Murray Darling. A través de esta herramienta podrán conseguirse muy
buenos resultados al impedir en el largo plazo la transformación del oasis cultivado
en una planicie árida y salina y la caída de la sustentabilidad del área.
Por último, será de vital importancia para el desarrollo armónico del área la
generación de una política de saneamiento que programe la activa construcción,
donde sean necesarios, de los drenajes parcelarios y que realice la rehabilitación y
ampliación de los drenes y colectores locales existentes así como la construcción
de nuevos. De esta forma podrá llevarse a cabo la modalidad de evacuación de las
sales a las “zonas de sacrificio” estratégicamente ubicadas y se impedirá la vuelta a
la red de conducción del flujo salino y su reuso para riego en otro sitio del oasis
2.1.13. Bibliografía
1. Alvarez, Amilcar. 1998. Control de la Salinidad de la Cuenca del Valle de
Uco. Instituto Nacional del Agua, Centro Regional de Aguas Subterráneas,
San Juan.
2. Alvarez, Amilcar. 1993.- Evaluación Hidroquímica de los Recursos
Hídricos del Valle de Uco, Mendoza. Instituto Nacional del Agua, Centro
Regional de Aguas Subterráneas, San Juan.
3. Comellas, E. Barone, R. 1999. Evaluación Hidrológica de Ríos y Arroyos
que Ingresan y Egresan a las Cuencas Centro Oeste del Río Tunuyán,
Mendoza. Instituto Nacional del Agua, Centro Regional de Aguas
Subterráneas, Mendoza
4. Chambouleyron Jorge.1998. La cultura del agua, de la acequia colonial a
los grandes embalses en la Provincia de Mendoza. - Fascículo 11 de
“Historia del Desarrollo Económico de Mendoza”, Diario Uno, Mendoza.
5. Chambouleyron, Jorge, Marre M. 1996. Evaluación y control de la calidad
del agua de riego en Mendoza. Facultad de Ciencias Agrarias y Ciencias
Políticas UNC. Instituto Nacional del Agua, Centro regional Andino,
Mendoza.
61
6. Departamento General de Irrigación. 1999. Plan Hídrico para la Provincia
de Mendoza.
7. Departamento General de Irrigación. 1996. Descripción Preliminar de la
Subcuenca del Río Tunuyán Superior. Mendoza
8. Hernández Jorge. 1998. Balances de Agua – Suelo- Vegetación en el Valle
de Uco, Mendoza. Instituto Nacional del Agua, Centro Regional de Aguas
Subterráneas, San Juan.
9. Hernández Jorge. 1998.- Aspectos Hidrológicos del Valle de Uco, Mendoza.
Instituto Nacional del Agua, Centro Regional de Aguas Subterráneas, San
Juan.
10. Martinis N. Robles J. 2000. Cuenca hidrogeológica del oasis norte de
Mendoza variación del almacenamiento en el acuífero libre. 1969 – 1999.
Instituto Nacional del Agua, Centro Regional Andino. Mendoza. (Inédito)
11. Pazos J. Martinis N. Robles J. 2000. Análisis de la evolución de los
recursos hídricos subterráneos en base a las mediciones de la red de
monitoreo de la cuenca centro. Instituto Nacional del Agua, Centro
Regional Andino, Mendoza. ( Inédito)
12. Pizarro Fernando. 1996. Riegos Localizados de Alta Frecuencia. (RLAF) ,
3ª Edición , Ediciones Mundi Prensa, Madrid España.
62
2.2. CONTAMINACIÓN QUÍMICO-BIOLÓGICA DEL RECURSO
HÍDRICO
Rosa Medina, Mónica Zimmermann, Norma Nacif, Cora Dediol, Alejandra
Camargo, Susana Campos y Dora Genovese
2.2.1. Introducción
La intensidad de uso de los recursos naturales hace necesario prestar especial
atención a la evolución de los recursos hídricos, en la perspectiva de garantizar un
desarrollo sostenible (Peña Torrealba, 1993).
El documento del Comité Preparatorio sobre Protección de la Calidad y
Disponibilidad de Recursos Hídricos, realizado por la ONU en 1992, apunta al
manejo holístico de la gestión de los recursos hídricos, integrados al proceso de
gestión ambiental, como una estructura básica que determina el rumbo de las
propuestas políticas, económicas y sociales. De esta forma, es imposible disociar
los problemas ambientales resultantes del modelo agrícola, que ocurren en las
propias áreas de cultivo, con los daños resultantes en la calidad del agua.
La acumulación de sedimentos en los ríos es resultado de la erosión, la
contaminación por agrotóxicos es consecuencia del desequilibrio biológico en el
manejo agrícola, la eutroficación del agua es resultado de fertilizaciones
desequilibradas (Andreoli, 1993).
La contaminación del agua puede provenir de dos tipos de fuentes: puntuales
y no puntuales. Estas últimas son la principal causa de contaminación dispersa de
la escorrentía proveniente de la actividad agrícola y ganadera, las calles urbanas, la
minería y la construcción, y sobrepasan en la actualidad, a la contaminación de
fuentes puntuales. Se ha identificado a la agricultura como la mayor fuente de
contaminación no puntual (Burt, 1993).
Por otra parte, la calidad del agua no puede ser juzgada en forma completa
sin considerar los usos específicos de la misma. En base a lo dicho, puede definirse
la polución como “la presencia de materiales en el agua que interfieren de forma
sensible con uno o más usos benéficos de la misma” (Lamb, 1985).
Los efectos de un contaminante están determinados por tres factores:
toxicidad, concentración y persistencia. En su descomposición total o parcial,
intervienen procesos naturales físicos, químicos o biológicos, en donde influye la
temperatura, el suelo, el pH del agua y el contenido de humedad del medio
circundante (Tyler Miller, 1994).
Los principales contaminantes del agua son:
63
Salinidad y peligrosidad sódica: El proceso de salinización de los suelos está
íntimamente ligado al manejo de la irrigación y a la mayor o menor cantidad de
sales disueltas que contienen las aguas subterráneas y/o superficiales. La
composición de estas últimas depende de los materiales geológicos con los
cuales han estado en contacto.
Un agua de riego es considerada de buena calidad, cuando posee un
contenido de sales solubles de 0.5 g/dm3, equivalente a una CE aproximada de 750
S/cm (Livingstone, 1961, citado por Pizarro, F., 1996). En condiciones adecuadas
de drenaje, esas sales serán lavadas y eliminadas de la zona radical. Cuando no
ocurre así, el contenido de sales de suelo aumenta progresivamente hasta alcanzar
niveles que hacen antieconómica la explotación y el suelo pierde paulatinamente su
capacidad productiva.
Dos de los principales criterios que definen la calidad del agua son la
salinidad y la sodicidad. A través de la salinidad se evalúa el riesgo que ocasionaría
el uso de agua salina en el perfil del suelo. El criterio de sodicidad considera el
riesgo probable que un alto contenido de sodio en el agua, induzca a un aumento
del porcentaje de sodio (Na) intercambiable (PSI) del suelo, con la consecuente
pérdida de estructura del mismo (Avellaneda, 1990). La relación de absorción de
sodio (RAS) es otro parámetro que permite evaluar este peligro en las aguas y los
suelos.
Existe una estrecha relación entre la peligrosidad sódica y la concentración
salina del agua (Avellaneda, 1990).
Desechos de origen orgánico que requieren oxígeno para ser descompuestos
por las bacterias aerobias: Grandes poblaciones microbianas, soportadas por
estos residuos, pueden agotar el gas oxígeno disuelto en el agua. Sin oxígeno
suficiente, muere la vida acuática. La cantidad de este tipo de sustancias puede
determinarse midiendo el contenido de oxígeno disuelto y la demanda química
de oxígeno.
Contaminación microbiana: Además de las bacterias autóctonas, que tienen
su hábitat propiamente dicho en las aguas y que sólo pueden desarrollarse
óptimamente en ellas, hay otras, en mayor o menor número, que proceden de
otros nichos ecológicos. Algunas de éstas son ubicuas, porque se encuentran
prácticamente en todas partes y crecen en los medios más diversos, por
consiguiente, también en el agua. Otras, en cambio no pueden permanecer
vivas más que un tiempo limitado en ella, a éste último grupo pertenecen
algunas bacterias patógenas para el hombre como las causantes del cólera, el
tifus y la disentería. El agua dulce de ríos y lagos y/o embalses puede actuar
como vehículo de éstas, que son causantes de enfermedades por medio de su
contaminación con efluentes de aguas residuales que contienen materia fecal
humana y/o animal. Estos organismos generalmente no se multiplican en los
64
ríos y los lagos, pudiendo hallarse presentes en cantidades muy insignificantes,
pero no por ello menos importantes, resultando difícil poner de manifiesto su
presencia por métodos directos. Es habitual deducir la posibilidad de la
presencia de tales microorganismos buscando una especie de bacteria que
siempre se halle en grandes cantidades en las heces humanas, que no es
probable que se multiplique en el agua dulce, pero que, cuando menos,
sobrevivirá como patógeno durante algún tiempo. A este organismo se le
conoce con la denominación de "organismo indicador" y la especie que se elige
como tal en los climas templados es Escherichia coli. ( Burgeois, 1994; Adams,
1997).
Sedimento o materia suspendida: Partículas insolubles de suelo y otros
materiales sólidos inorgánicos y orgánicos que quedan en suspensión en el
agua, en términos de masa total, son la mayor fuente de contaminación. La
materia particulada suspendida enturbia el agua, reduce la aptitud de algunos
organismos para encontrar alimento y la fotosíntesis por plantas acuáticas,
altera las redes de riego y transporta plaguicidas, bacterias y otras sustancias
nocivas. Los sólidos sedimentables destruyen los terrenos o sitios de
alimentación y desove de peces, obstruyen y rellenan lagos, estanques o
embalses artificiales, canales de riego. (Tyler Miller, 1994).
Plaguicidas: En los últimos años comenzó a evaluarse la exposición a
pesticidas, lejos de la fuente de aplicación. Esto ocurre por la traslocación de
las sustancias aplicadas en un determinado sitio a otro, mediante varios factores
del medio ambiente, como vientos, lluvias, temperatura, humedad, etcétera. La
intensidad de este fenómeno depende en gran medida de las propiedades físico-
químicas del plaguicida. Uno de los factores más importantes, es el tiempo y
grado de descomposición del mismo a formas no tóxicas. A menor posibilidad
de degradación, mayor será la persistencia. Si se ordenan los diversos tipos de
plaguicidas según un orden decreciente de persistencia se obtiene lo siguiente:
metales pesados, plaguicidas organoclorados, ciertos herbicidas, plaguicidas
organofosforados, plaguicidas carbámicos y otros herbicidas. Muchos
plaguicidas organoclorados y metales pesados son muy persistentes y sufren
traslocación y biomagnificación, que es el proceso mediante el cual una
sustancia persistente se va concentrando a través de la cadena alimentaria
(Silvestri, 1995).
Metales pesados: Constituyen un problema serio, porque las propiedades
tóxicas pueden afectar tanto a los sistemas biológicos de los ríos donde se
vierten estos productos, como también a los sistemas de tratamiento de
desechos. Los elementos seleccionados para este seguimiento son algunos de
los considerados constituyentes peligrosos para la salud, que entran en
65
categoría II de los parámetros sugeridos por la OMS en su guía GEMS /
WATER ( APHA, AWWA, WPCF, 1992).
Cromo: El potencial cancerígeno del cromo hexavalente es una razón
importante para proteger el suministro de agua de su presencia. Las sales de
cromo son frecuentemente agregadas a aguas refrigerantes para control de la
corrosión.
Plomo: Es un tóxico acumulativo, peligroso para el ser humano. Puede
provenir de industrias, de minas, de la disolución de aleaciones de plomo o de
la combustión de las naftas. Actúa desplazando al hierro de la hemoglobina
produciendo anemia.
Mercurio: Es difícil que aparezca en el agua como contaminante en forma de
metal, pero la mayoría de las sales de mercurio, orgánicas e inorgánicas, son
solubles en agua. Se utiliza en ocasiones en compuestos relacionados con el
metil-mercurio, como pesticidas y fungicidas, y la descarga de estos residuos
en las aguas constituye un grave riesgo para el hombre y la ictiofauna. Desde
el punto de vista de la salud ocasionan trastornos neurológicos severos y son
eliminados muy lentamente por el organismo.
Arsénico: Las actividades industriales y mineras pueden contribuir con
arsénico en las aguas superficiales, lo mismo que en escurrimientos
superficiales, a través de terrenos en que se han aplicado insecticidas y
herbicidas arsenicados. Estos compuestos son muy tóxicos y producen
intoxicación crónica, debido a su efecto acumulativo, ya que su eliminación
por el organismo es muy lenta.
Por otra parte en los lagos o embalses la dilución de las sustancias que se
vuelcan es menos efectiva que en las corrientes, debido a que estos cuerpos de agua
contienen frecuentemente capas estratificadas que tienen poco mezclado vertical.
La estratificación también reduce los niveles de oxígeno disuelto, en especial en la
capa del fondo. La depuración y cambio del agua puede tomar de 1 a 100 años, en
comparación con los varios días o semanas que toman las corrientes. Por lo tanto
los lagos son más vulnerables que los ríos a la contaminación por nutrientes
orgánicos o inorgánicos.
La eutroficación es un proceso natural de envejecimiento de los lagos,
progresa sin tener la ayuda del hombre, pero es acelerado por la contaminación.
Implica cambios físicos, químicos y biológicos que tienen lugar después de que un
reservorio de agua recibe el ingreso de nutrimentos. La adición de fosfatos y
nitratos como resultado de la actividad humana favorece este proceso,
especialmente durante las temporadas cálidas.
El vuelco continuo de efluentes industriales cargados de nutrientes favorece
el crecimiento denso de algas, cianobacterias, lirios acuáticos y lentejas de agua,
66
los cuales requieren tenores más elevados de compuestos fosforados que los
normalmente presentes en el agua. La proliferación de algas unicelulares da ciertos
compuestos de olor característico como Anabaena espiroides que produce
geosmina cuyo olor recuerda al gamexane. El oxígeno disuelto en la capa
superficial y en la capa del fondo, es agotado cuando mueren grandes masas de
algas que caen al fondo y son descompuestas por bacterias aeróbicas. Esto puede
matar peces y otros organismos acuáticos que consumen oxígeno. Si los nutrientes
en exceso continúan fluyendo, el agua del fondo llega a quedar putrefacta y casi
desprovista de flora y fauna, cuando las bacterias anaeróbicas toman posición y
producen sustancias en descomposición de olor fétido, como el sulfuro de
hidrógeno y el metano.
Las características áridas de la provincia de Mendoza, la transformación del
modelo de desarrollo agrícola y la gestión del recurso, han generado a lo largo de la
historia, y paralelamente con el aumento de la superficie cultivada, una
disminución de la cantidad y de la calidad del agua.
El relieve montañoso del oeste mendocino y su ciclo hidrológico, determinan
que los tiempos de permanencia de los contaminantes dentro de los cauces, en
general, se pueden medir a lo sumo en horas. Esto implica que los cauces
mendocinos, tanto los naturales como los artificiales, en general sean conductores
de la contaminación, impidiendo prever situaciones que permitan diluciones o
transformaciones a los efectos de provocar fenómenos de autodepuración (Kotlik,
1998).
En esta zona de riego alta, cercana a la cordillera el río discurre por grandes
pendientes ocasionando un torrente abundante. La velocidad de la corriente
depende del desnivel, y del caudal; y de la primera depende, a su vez, el arrastre de
sedimento o partículas en suspensión, las que son portadoras de una flora
microbiana muy variada que tiene gran importancia para la microbiología del río.
A su vez, el caudal experimenta variaciones que a veces son considerables y
que dependen generalmente de las condiciones meteorológicas, es decir, de las
precipitaciones y la temperatura. Las lluvias intensas y el deshielo aumentan el
caudal, disminuyendo en mayor o menor grado en los períodos de sequía.
Las comunidades biológicas que se forman son muy diversas, pues dependen
de las condiciones físicas y químicas. Por eso las aguas que corren a gran velocidad
son poco productivas en cuanto a vida microbiana, teniendo una flora y fauna
pobres en especies, que han de adaptarse a las condiciones extremas determinadas
por la corriente. La cantidad de organismos y el número de especies aumenta
cuando la velocidad desciende a menos de 1 m/s.
La composición de la flora bacteriana del río puede variar según la clase de
agua, dependiendo principalmente de la concentración de sales, de las sustancias
67
orgánicas, del pH, enturbiamiento, temperatura, etc., como asimismo de las fuentes
diversas de contaminación. (Gerhard Rheinheimer, 1987). Siendo a menudo muy
contaminada en las regiones de población, debido a los desagües industriales y
domésticos.
Si bien las aguas del dique El Carrizal se consideran estancadas, no por eso
carecen de movimientos ya que tanto la afluencia de agua como el desagüe
producen corrientes, lo mismo que el viento, que suele ocasionar un oleaje fuerte;
estas corrientes determinan muchas veces zonas marginales donde, por la falta de
movimiento del agua, se producen nichos ecológicos de microorganismos.
Por otra parte, en el sector del bajo río Tunuyán, además de la gran
expansión agroindustrial, han crecido centros urbanos importantes como: San
Martín, Rivadavia, Junín y Palmira, que concentran en la actualidad
aproximadamente a unos 200.000 habitantes.
El desarrollo del oasis en dos sectores, divididos por el emplazamiento del
dique de embalse El Carrizal en el medio, ha determinado una situación muy
particular, por los efectos que tiene el crecimiento de la zona alta en el desarrollo
de la zona baja. Por lo cual el objetivo de este trabajo es evaluar la evolución de los
parámetros físicos, químicos y biológicos que influyen en la calidad del agua,
desde la cuenca alta hasta la cabecera del sistema del Tunuyán Inferior. Con esta
información se pretende contribuir con los responsables de la administración del
recurso y con los usuarios, para promover el uso sustentable del mismo.
2.2.2. Materiales y métodos
El área de influencia del proyecto es la del Río Tunuyán. El estudio de
monitoreo se inició en marzo de 1999. Este abarcó el final del ciclo agrícola 1998-
1999, y el ciclo 1999-2000.
De la extensa red del sistema del río Tunuyán superior, que recibe aportes de
21 arroyos y vertientes, se seleccionaron 4 sitios de muestreo, correspondientes al
río y a sus principales afluentes, en cuyas inmediaciones se han desarrollado los
más importantes asentamientos humanos del Valle de Uco.
La ubicación de los mismos fue:
Dique Valle de Uco (VU), sobre el río Tunuyán.
Dique las Tunas (LT), sobre el río homónimo.
Arroyo Aguanda (AG), en el puente que cruza la ruta nacional Nº 40,
en Paso de las Carretas
Arroyo Yaucha (YA), en el dique Yaucha.
68
A su vez se eligieron 2 puntos más:
Costa Anzorena (CA), aguas arriba del Embalse El Carrizal, donde el
río Tunuyán ya recibió el aporte de toda su cuenca, después de
atravesar las zonas agrícola-industrial y urbana del Valle de Uco.
Dique Tiburcio Benegas (TB), cabecera de la red de riego del
Tunuyán inferior, ubicado aguas abajo del Embalse El Carrizal, sobre
el Canal Matriz Margen Izquierdo.
In situ se realizaron las siguientes determinaciones:
Conductividad Eléctrica (C.E.) con conductivímetro portátil marca
Eijkelkamp.
pH: con pH-metro portátil marca Eijkelkamp.
Temperatura: con termómetro analítico.
Oxígeno Disuelto (O.D.): por método yodométrico (APHA, AWWA,
WPCF, 1992). Los resultados se expresaron como % de saturación.
Caudal diario: datos aportados por el Departamento General de
Irrigación.
En el laboratorio se determinó:
Salinidad y peligrosidad sódica: Se valoró la concentración de los
siguientes iones: Sodio (Na) y Potasio (K) por fotometría de llama;
Calcio (Ca) y Magnesio (Mg), por complexometría con EDTA;
Carbonatos (CO3=) y Bicarbonatos (HCO2
-), mediante volumetría
ácido-base; Cloruros (Cl-), con método volumétrico de Mohr;
Sulfatos (SO4=) por volumetría con clorhidrato de bencidina (APHA,
AWWA, WPCF, 1992). Además se calculó el RAS (Relación de
absorción de sodio).
Fosfato (PO4-3
): por el método colorimétrico del ácido salicílico
(APHA, AWWA, WPCF, 1992 ), en espectrofotómetro HACH
DR/2010, con kit correspondiente. Los resultados se expresaron como
mg PO4-3
/dm3.
Nitrato (NO3-), Nitrito (NO2-) y Amonio (NH4+): se determinaron
por las siguientes técnicas colorimétricas : método del salicilato;
método por reducción con cadmio y método de la diazotización
cromotrófica (APHA, AWWA, WPCF, 1992), respectivamente,
empleando kits del laboratorio HACH. Las lecturas se realizaron en
espectrofotómetro de la misma empresa y se expresaron en mg/dm3.
Para el análisis de los resultados, las distintas formas nitrogenadas se
transformaron en nitrógeno (N- NH4+, N-NO3-, N-NO2-) y la suma de
las mismas se consideró como nitrógeno inorgánico (N- inorgánico)
expresado en mg/dm3.
69
Sólidos Sedimentables en 10 minutos y en dos horas: en cono de
Imhoff. (AOAC,1995).
Sólidos Totales, Fijos y Volátiles. Por desecación en estufa a 103 -
105 ºC, y posterior calcinación en mufla a 550 ºC ( APHA, AWWA,
WPCF, 1992). ).
Demanda Química de Oxígeno: por método colorimétrico en
espectrofotómetro Hach, con kits correspondientes.
Bacterias aerobias mesófilas, recuento en agar por standar methods
9215.B ( APHA, AWWA, WPCF, 1992).
Bacterias coliformes totales: técnica del NMP ( APHA, AWWA,
WPCF, 1992).
Bacterias coliformes fecales: técnica del NMP ( APHA, AWWA,
WPCF, 1992).
Pseudomonas aeruginosa: técnica tomada del German drinking water
regulations. Merk.
Plaguicidas Organoclorados: por el método EPA 608, 1979. Los
plaguicidas monitoreados son: -BHC, -BHC, -BHC, Heptacloro,
Aldrin, Heptacloro Epóxido, -Clordano, -Clordano, Endosulfán I,
4-4 DDE, Dieldrin, Endrin, Endosulfan II, 4-4 DDT, Endrín aldehido,
Endosulfán sulfato, Metoxycloro y Endrin cetona.
Plaguicidas Organofosforados: mediante el método EPA 8141 A,
1994 . Se evaluaron: Mevinfos, Diclorvos, Demeton, Ethoprofos,
Nalled, Phorate, Demeton, Disulfoton, Diazinon, Parathion metil,
Fenclorphos, Clorpyrifos, Tricloronate, Fensulfotion, Azinfos,
Coumafos, Fenthion, Metamidofos, Tokuthion y Merphos. El análisis
se realizó mediante cromatografía de fase gaseosa Hewlett Packard
5890 SII, con detectores fotométrico de llama y de captura de
electrones.
Metales Pesados: por espectrofotometría de Absorción Atómica
(APHA, AWWA, WPCF, 1992), sobre las muestras en forma directa,
con Espectrofotómetro de Absorción Atómica, marca SHIMADZU
modelo AA-660, equipado con productor de Hidruros de la misma
marca modelo HVG-1, para determinación de arsénico. Se utilizaron
estándares certificados.
En el primer relevamiento de la zona se prepararon 2 muestras compensadas,
con las recolectadas cada 2 horas, desde las 8 a las 20 horas, en Costa Anzorena y
Tiburcio Benegas. Los resultados obtenidos se compararon con los
correspondientes a los de las 12 muestras individuales de cada sitio de muestreo. Al
no arrojar diferencias significativas, se decidió muestrear ambos puntos sólo a la
70
mañana y a la tarde, mientras duró este estudio, para validar dichos resultados, lo
que finalmente se confirmó.
El análisis estadístico se realizó utilizando el Statgraphics plus 4.0, y
consistió en un análisis de la varianza, en donde se estudiaron los efectos
principales (puntos de muestreo, meses y años). Se realizó una comparación
múltiple de medias con la prueba de Duncan, para un = 0,05. También se realizó
un análisis de regresión, para los puntos de muestreo Valle de Uco y Costa
Anzorena, considerando como variable independiente el caudal, y como variable
dependiente los distintos parámetros estudiados. Este estudio se concretó sólo en
los sitios mencionados debido a que en Valle de Uco se registran los mayores
caudales en la zona alta, y Costa Anzorena es donde el río Tunuyán ha recibido el
aporte de toda la cuenca. Cabe aclarar que dicho análisis no pudo realizarse en
Tiburcio Benegas (cabecera de la red de riego del Tunuyán inferior), ya que se
contó con pocos datos, al coincidir la toma de muestra con la corta en el dique
mencionado.
Se trabajó con una base de datos construida con resultados obtenidos en
estudios anteriores, tanto en el oasis del río Tunuyán inferior, como en el dique
embalse El Carrizal (Chambouleyrón, 1995; Drovandi, 1997; Chambouleyrón,
1998). También se contó con la base de datos de monitoreos llevados a cabo por el
DGI desde junio de 1995 a octubre de 1999, en el oasis del río Tunuyán superior.
2.2.3. Resultados y discusión
Los resultados de los análisis físicos, químicos y microbiológicos obtenidos
hasta el presente en los distintos sitios de muestreo y a lo largo de los ciclos
agrícolas se detallan a continuación:
Salinidad, sales totales, pH y peligrosidad sódica: Para la Conductividad
eléctrica (CE) en el ANOVA, se observaron diferencias significativas entre los
meses de muestreo y los sitios donde se extrajeron las muestras de agua. En la
Figura 2.2.1 se muestra la distribución de los valores obtenidos en los distintos
meses.
En febrero, se obtuvo el valor medio de salinidad más bajo (678 S cm-1
),
siendo un 46,7 % menor que el del mes de agosto. Esto estaría relacionado con los
volúmenes de agua que transportan los ríos y arroyos estudiados, los cuales son
mayores en la época de deshielo, fenómeno que origina una mayor dilución de
sales. Hacia fines del invierno, si bien el agua tiene un menor contacto con el lecho
y las paredes de la cuenca, existe una concentración de sales debido a los menores
caudales.
71
Figura 2.2.1 Conductividad eléctrica (CE)
En cuanto a los sitios de muestreo, se notó una clara diferencia significativa
entre el grupo de cauces de menor caudal, Yaucha (YA), Aguanda (AG) y Las
Tunas (LT), y aquellos tramos del Tunuyán correspondientes a los muestreos
aguas arriba en los Diques Costa Anzorena (CA), Tiburcio Benegas (TB)y Valle de
Uco (VU) (Figura 2.2.2). Estos últimos arrojaron un valor medio superior en 70,2%
respecto al grupo de arroyos y ríos. Como se explicó anteriormente, la altura del
pelo de agua, como así también el tamaño de los lechos de los ríos, favoreció a un
mayor contacto con la roca con la correspondiente disolución de sales.
Figura 2.2.2. Conductividad eléctrica en los distintos sitios de muestreo.
72
Estos resultados quedarían corroborados con el análisis de las sales totales
(mg/dm3) donde se observaron diferencias significativas entre los meses de inicio y
final del ciclo agrícola (mayo, agosto, octubre) con una mayor concentración de
sales, en el resto de las fechas. El mismo fenómeno ocurre si se consideran los
sitios de muestreo; VU, TB y CA, presentan los valores más altos de sales totales
(Figuras 2.2.3 y 2.2.4).
En el VU, por tratarse de un río de montaña superficial, con aporte exclusivo
de precipitaciones níveas o pluviales, este comportamiento estaría relacionado con
su importante caudal y la mayor superficie de contacto que existe ente el agua y el
material rocoso que constituye el lecho del río.
En CA y por consiguiente en TB, el tramo de Tunuyán considerado, no sólo
tendría los aportes de aguas de los ríos de montañas, sino también el de otros
sistemas hidrogeológicos que estarían incorporando distintos tipos y cantidades de
sales.
Figura 2.2.3. Sales totales
73
Figura 2.2.4. Sales totales en puntos de muestreo
Los valores elevados de salinidad total, encontrados en los Diques Valle de
Uco y Tiburcio Benegas y en la Costa Anzorena, superando en todas las fechas de
muestreo los 1000 S/cm. En base a ello se pueden clasificar como C3, según
Riverside. En general, las muestras provenientes del río Las Tunas, y de los arroyos
Yaucha y Aguanda, presentaron C.E. menores a 550 S/cm, calificándolas en la
categoría C2. Esto se observa en la figura 1. En ningún caso alcanza los 8000
S/cm, límite que la torna inadecuada para el consumo humano; no obstante en la
agricultura bajo riego, valores cercanos a 1500 S/cm, pueden producir aumento de
la salinización de los suelos, por mal manejo del recurso hídrico (Ministerio de
Ambiente, 1997).
En cuanto al pH, no se observaron diferencias significativas entre los
distintos efectos principales estudiados. Los valores encontrados, se encuentran
comprendidos entre 8,1 y 7. Los mayores pH están distribuidos en las distintas
muestras y a lo largo del ciclo estudiado, en forma independiente del contenido
total de sales. Sin embargo, dichos pH se presentaron con mayor frecuencia en el
período estivo-otoñal. (ver Anexo). Se observa que en todos los casos los valores
son inferiores a 8,5, máximo admisible para el desarrollo de la vida acuática (Tyller
Miller, 1994).
En relación a la peligrosidad sódica (RAS), el ANOVA dio diferencias
significativas para los meses y sitios de muestreo. El comportamiento de ambos
factores coincide con lo anteriormente descripto (Figuras 2.2.5 y 2.2.6).
74
Figura 2.2.5. RAS
Figura 2.2.6. RAS para los distintos sitios de muestreo
Los valores obtenidos en todos los puntos de muestreo y fechas, se
encontraron entre 0,27 y 2,45, pudiéndose calificar la totalidad de las aguas como
de baja peligrosidad sódica (S1), según las Clasificaciones de Riverside y
Wainstein.
Sólidos: el análisis de la varianza da diferencias significativas sólo para los
punto de muestreo. La comparación múltiple de medias determinó dos grupos
homogéneos (LT-YA-TB-AG y AG-VU-CA). Esto es debido a que el río Tunuyán
75
(dique Valle de Uco) es el que aporta tenores más altos de sólidos sedimentables.
Los restantes cauces estudiados arrastran contenidos que oscilan entre el 1,8 y el
7,2 % de los correspondientes al anterior. No obstante, en la mayoría de los
muestreos, se comprueba que a la altura de Costa Anzorena se superan los valores
obtenidos en la cuenca alta. Los valores obtenidos se muestran en la Figura 2.2.7.
Para el efecto año no se detectaron diferencias significativa. En el mes de febrero
se obtuvieron los valores más
Figura 2.2.7. Sólidos sedimentables en puntos de muestreo
El agua que sale del dique Tiburcio Benegas presenta un contenido medio de
sólidos sedimentables de sólo el 12 % del que ingresa al embalse El Carrizal, lo
que demuestra que en dicho reservorio se produce una considerable sedimentación,
lo que concuerda con otros estudios (Chambouleyron, 1995; DGI, 1999).
Respecto a los sólidos totales, sólo puntos de muestreo son significativos, y
se observan cuatro grupos homogéneos: YA-AG, AG-LT, TB, y VU-CA, lo que
estaría relacionado con el régimen hidrológico de los cauces mencionados. Esto se
pone de manifiesto en la Figura 2.2.8. Al analizar los meses no se observan
diferencias significativas. , pero sí con los años (Figura 2.2.9).
76
Figura 2.2.8. Sólidos totales en puntos de muestreo
Figura 2.2.9. Sólidos totales en 1999 y 2000
77
Oxígeno disuelto: el análisis de la varianza arrojó diferencias significativas
sólo para los puntos de muestreo y los meses. La comparación múltiple de medias
aplicando la prueba de Duncan identifica para los puntos de muestreo, tres grupos
homogéneos, no totalmente diferentes entre sí, (VU- LT-AG-YA, AG-YA-CA y
YA-CA-TB). Los valores obtenidos se observan en el Figura 2.2.10.
Figura 2.2.10. Porcentaje de saturación de oxígeno en los puntos de muestreo
El 44 % de las muestras presentan un tenor de oxígeno igual o superior al
87% de saturación, el 34 % de las mismas oscila entre 73 % y 87 % de saturación,
y sólo el 11 % posee valores próximos al 50 %. Según Tyller Miller, un agua a 20
ºC es de buena calidad cuando presenta tenores de oxígeno superiores a 8 mg/dm3
(100 % de saturación = 9,2 mg/dm3) y está gravemente contaminada si posee
menos de 4 mg/dm3 (44 % de saturación).
Con respecto a los meses se observan dos grupos. En febrero y marzo se
registran los mayores porcentajes, lo que estaría dado por el aumento de la
escorrentía de los cauces y como consecuencia una mayor incorporación de
oxígeno (Figura 2.2.11).
78
Figura 2.2.11: Porcentaje de saturación de oxígeno
Materia orgánica oxidable: el ANOVA muestra que años y puntos de
muestreo son estadísticamente significativos. La comparación múltiple de medias
separa a los años en dos grupos, siendo más elevada la carga orgánica en 1999 que
en 2000 (Figura 2.2.12). Esto se debería a la disminución actividad agroindustrial.
Con respecto a los puntos de muestreo se observan dos grupos homogéneos, uno
correspondiente a la cuenca alta y el otro a Costa Anzorena y Tiburcio Benegas
(Figura 2.2.13). Lo que se atribuye a que la materia orgánica aportada por los
distintos cursos de agua de la cuenca alta es muy baja con respecto a la que ingresa
en el sistema de riego del Tunuyán Inferior, lo que demuestra que la misma se
incorpora a lo largo de su recorrido.
79
Figura 2.2.12. DQO en 1999 y 2000
Figura 2.2.13. DQO en los puntos de muestreo
Si bien estadísticamente no se observan diferencias entre los valores
correspondientes a la entrada del embalse El Carrizal y la salida del Dique Tiburcio
Benegas, en este último se han determinado tenores medios de materia orgánica
algo superiores (alrededor del 30 %), a los que ingresan al embalse. Esto significa
que el lago El Carrizal presenta una carga de materia orgánica aportada por la
80
actividad antropogénica del perilago, que no logra diluirse con el ingreso de agua
menos contaminada; lo que permite presuponer que puede haberse iniciado un
proceso de eutroficación del reservorio. Las poblaciones microbianas, soportadas
por estos residuos, puede agotar el gas oxígeno disuelto en el agua. Sin oxígeno
suficiente, muere la vida acuática y se desarrollan procesos anaeróbicos (Tyler
Miller, 1994).
Relación Q-DQO en Costa Anzorena: En la Figura 2.2.14.se presenta la relación
entre los valores de caudal y la demanda química de oxígeno (DQO) obtenida, en
el sitio de muestreo Costa Anzorena, para las distintas fechas a lo largo de los dos
ciclos estudiados. En el gráfico puede apreciarse que los valores más altos de DQO
correspondieron a los menores caudales y coincidieron con la época de elaboración
de diversas agroindustrias predominantes en la zona (marzo-mayo). Para el resto de
las fechas concordantes, con los mayores caudales registrados en el ciclo, se
observan valores menores de DQO. Esto, sin analizar en detalle otros factores
físico-químicos que pudieran influir en dicho comportamiento. estaría indicando
una importante dilución de los contaminantes a causa de los caudales iguales o
mayores a 80 m3 seg
-1.
De lo expuesto no es posible extrapolar valores para el escenario de máximo
desarrollo previsto en la cuenca alta del río Tunuyán, pero sí anticipar que los
menores caudales generados por el aprovechamiento intensivo aguas arriba
derivarán en una mayor concentración de contaminantes en las aguas que se
desplazan hacia el embalse El Carrizal y, luego, hacia la cuenca baja. Ello
seguramente significará una creciente problemática y un permanente desafío sobre
la preservación y control de la calidad del agua en el dique para los distintos usos.
Del mismo modo deberá ejercerse un efectivo control de los usos no agrícolas del
agua de riego en el río Tunuyán Inferior.
81
Relación Q - DQO en Costa Anzorena
May´00
Mar´00
Abr´00
Feb´00
Dic´99
Oct´99
Ago´99
y = -0,4572x + 66,966
R2 = 0,7789
0
10
20
30
40
50
60
0 20 40 60 80 100 120
Q (m3.seg
-1)
DQ
O (
mg
.dm
-3)
Figura 2.2.14 Relación entre contaminación orgánica (DQO) y caudal
en Costa Anzorena, durante el período de muestreo
Fosfatos: El ANOVA realizado para este parámetro arrojó diferencias
significativas ( = 0.05) en todos los factores principales. Así en el ciclo 1999 el
valor medio fue un 37,5 % superior al del año 2000 (Figura 2.2.15). En cuanto a los
meses de muestreo, el valor medio más elevado fue significativamente mayor en
marzo (0.073 mg/dm3), seguido por el mes de mayo, respecto a febrero en el cual
no detectó presencia de fosfato, mientras en agosto el tenor encontrado fue un 89%
más bajo que en marzo. Esto podría deberse al volcado de algunas sustancias
empleadas en actividades agroindustriales, utilizadas durante la época de
elaboración de ciertos productos agrícolas primarios, o bien desechos de origen
domiciliario (detergentes).
82
Figura 2.2.15. Fosfatos
En cuanto al sitio de muestreo, los valores fueron significativos (=0.05)
aguas arriba (CA) y aguas abajo (TB) del Embalse Carrizal y en el río Tunuyán -
Dique Valle de Uco (Figura 2.2.16), respecto al resto de los ríos y arroyos, de la
cuenca alta.
Figura 2.2.16. Fosfatos en los sitios de muestreo
83
Es interesante destacar que si bien no hay diferencias significativas entre CA
y TB, el agua que pasa por Costa Anzorena, presentó un tenor medio 63,5 % mayor
que el encontrado aguas abajo del Carrizal. La menor concentración hallada en el
incio del tramo del Tunuyán Inferior estaría indicando la existencia de procesos de
eutroficación en el embalse.
Analizando la totalidad de los valores de fosfato encontrados en los distintos
muestreos, los tenores hallados en algunos casos superan ligeramente el valor
máximo tolerable (0.70 mg/dm3), según la Reglamento General para el Control de
Contaminación Hídrica (Res. Nº 778), del Dpto. General de Irrigación de la
Provincia de Mendoza.
Nitrógeno Inorgánico: Nitratos, Nitritos y Amonio: El ANOVA del
Nitrógeno inorgánico (N-inorgánico) no dio diferencias significativas para ninguno
de los efectos principales. Los valores más elevados se encontraron en Costa
Anzorena, Tiburcio Benegas y Aguanda. En este último caso, este valor estaría
relacionado con la muestra tomada en un momento en el cual, probablemente, haya
existido aguas arriba algún tipo de deposición de origen orgánico. En TB los
valores encontrados, si bien resultaron estadísticamente significativos, fueron
menores a los de CA lo que estaría indicando algún tipo de eutroficación (Figura
2.2.17).
Figura 2.2.17. Nitrógeno inorgánico en los puntos de muestreo
84
Analizando los valores según los meses de muestreo, también se observa una
tendencia a encontrar los valores más elevados de N-inorgánico en el mes de
marzo, coincidente con la actividad agroindustial característica de la primavera.
Figura 2.2.18. Nitrógeno inorgánico
Al realizar el análisis estadístico de cada uno de los componentes del N-
inorgánico se observaron diferencias significativas. En el caso de nitratos (NO3),
las mismas se detectaron en los puntos de muestreo. El valor medio más alto se
encontró en Costa Anzorena y resultó significativamente mayor al del arroyo
Aguanda (0,350 mg/dm3) en un 79,2%. El resto de los ríos de la cuenca alta,
aportaron contenidos muy similares entre si y con el Tiburcio Benegas . Es
importante destacar que comparando los valores promedios obtenidos a la entrada
y salida del Embalse Carrizal, se encontró que aguas abajo del mismo la
concentración de nitratos fue casi 3 veces menor al de Costa Anzorena ( 1,684
mg/dm3).
En nitritos (NO2), el ANOVA arrojó diferencias significativas entre los
distintos meses, siendo el valor medio más alto el encontrado en mayo (0.044
mg/dm3), y el menor en agosto (0.010 mg/dm
3). Si bien en entre los puntos de
muestreo no hubo diferencias significativas, se mantuvo la misma tendencia
encontrada para NO3, respecto a la entrada y salida del embalse; la concentración
más alta de NO2 se encontró en Costa Anzorena, siendo un 42% mayor que en
Tiburcio Benegas.
85
En cuanto al amonio (NH4), no se encontraron diferencias significativas.
Los valores encontrados para NO3 están muy por debajo del límite máximo
tolerable (45 mg/dm3), el NH4 también se hallaría dentro de los máximos
permitidos y tolerables, 1.5 y 5 mg/dm3 respectivamente, según la Res. Nº 778 del
Departamento General de Irrigación.
En el caso de NO2, las concentraciones encontradas superarían las impuestas
por Reglamento General para el Control de Contaminación Hídrica (Res. Nº 778),
del Departamento General de Irrigación de la Provincia de Mendoza pero no al
límite máximo de 3 mg/dm3 permitido por el EPAS (1996), para provisión de agua
potable.
Bacterias aerobias mesófilas: el análisis de la varianza da significativo para
los efectos años y meses. La comparación múltiple de medias determinó dos
grupos homogéneos, uno para el año 1999 y otro para el 2000. Para este último los
valores son del orden de 103 más bajos. Esto puede deberse a la menor actividad
agroindustrial en la región. Los valores obtenidos se muestran en la Figura 2.2.19.
El mes de marzo presenta valores mayores que los restantes, lo que se relacionaría
con una mayor actividad en la zona por la cosecha.
A medida que se avanza en la cuenca en el sentido de la corriente, los
valores aumentan, alcanzando su máximo en Costa Anzorena, lugar donde
converge toda la cuenca del Tunuyán superior que recibe el aporte de la actividad
del Valle de Uco. En el Dique Tiburcio Benegas los recuentos generalmente son
menores que en Costa Anzorena, con excepción del correspondiente al mes de
marzo. Esta disminución se debe a la decantación del agua que se produce en el
dique El Carrizal y por la oxigenación de la misma.
En general no puede inferirse una relación entre el ciclo agrícola y el
contenido de bacterias aerobias mesófilas, salvo al inicio del ciclo en el mes de
agosto, en que se registran los menores valores.
El 47 % de las muestras sobrepasan el valor límite dado por el Código
Alimentario Argentino para agua potable (500 U.F.C/cm3).
86
Figura 2.2.19. Bacterias Aerobias Mesófilas
Bacterias coliformes totales: Se observa un incremento de bacterias
coliformes totales a medida que se avanza en la cuenca, alcanzando los máximos
valores en Costa Anzorena, posteriormente desciende en el Dique Tiburcio
Benegas debido a la decantación que ocurre en el Dique de El Carrizal.
Sólo el 1,6 % de las muestras no sobrepasa el valor límite dado por el
Código Alimentario Argentino para agua potable (NMP= 2 bacterias/100 cm3).
Cabe aclarar que dentro de este grupo de bacterias se incluyen géneros propios del
suelo.
Bacterias coliformes fecales: el ANOVA da altamente significativo sólo
para años. La comparación múltiple de medias determinó dos grupos homogéneos,
uno para 1999 y otro para 2000. Para este último los valores son más bajos, tal vez
por la menor actividad agroindustrial de la cuenca. Los valores medios obtenidos
se muestran en la Figura 2.2.20.
87
Figura 2.2.20. Coliformes fecales
Sólo en dos muestras se sobrepasa el valor límite de agua de riego para
cultivos categoría A- vegetales que comúnmente se consumen crudos, campos de
deportes, parques públicos- (EPAS, Resolución 35/96); pero la mayoría de las
muestras (60 %) sobrepasa el límite fijado por el Código Alimentario Argentino,
para agua potable –ausencia en 100 cm3 - (C.A.A., 1998). Las bacterias coliformes
fecales muy esporádicamente pueden causar enfermedades, y se encuentran
siempre presentes en las heces, su aparición en agua indica una descarga de
materia fecal a la misma, y su presencia supone que junto a ellas pueden
encontrarse microorganismos patógenos (Stocker, 1981). El agua de riego puede
eventualmente usarse para consumo humano (sin tratamiento previo) por los
obreros rurales y por asentamientos inestables a la orilla del río, lo que señala el
peligro potencial del curso de agua como transmisor de enfermedades de origen
fecal (hepatitis A, cólera, fiebre tifoidea). De la misma forma pueden trasmitirse
estas enfermedades al regar con agua contaminada cultivos como lechugas,
espinacas, etc, cuyas hojas quedan en contacto directo con el agua y pueden
consumirse crudas sin una higiene adecuada.
Los valores altos hallados, tanto de coliformes totales, como de coliformes
fecales se deben probablemente a la deposición de animales cerca del punto de
muestreo. Coincidiendo los mismos con los meses fríos, en los que el ganado
desciende de la montaña a los valles (invernada), aumentando de esta forma la
contaminación fecal del río.
88
Pseudomonas aeruginosa: Hubo ausencia en el 100% de las muestras.
Pseudomonas es ubicua, se encuentra ampliamente distribuida en la naturaleza:
suelo, agua, animales y plantas. Pseudomonas aeruginosa puede ser la causa de
muchas infecciones del tracto urinario, oído y heridas. Es capaz de sobrevivir y
multiplicarse en el agua. Es necesario su control en aguas de consumo y de piletas
de natación.
Plaguicidas: hasta el momento no se ha hallado evidencia cierta que indique
su presencia por encima de los límites de detección alcanzados por la metodología
analítica. En los cromatogramas de algunas muestras aparecen picos, cuyos
tiempos de retención no corresponden a los de los patrones ensayados. Estos
resultados podrían atribuirse a la ubicación de los puntos seleccionados para el
muestreo.
Las muestras de los afluentes Aguanda, Yaucha, Valle de Uco y Las Tunas,
no se hallan altamente influenciados por cultivos aledaños. Sin embargo al realizar
los análisis de las muestras de Costa Anzorena y Tiburcio Benegas, los
cromatogramas evidenciaron una mayor presencia de picos que no pudieron ser
identificados por no tener correspondencia con los tiempos de retención de los
plaguicidas patrones utilizados.
Los perfiles cromatográficos correspondientes a las muestras tomadas
durante los meses de primavera-verano, acusan una mayor presencia de picos
cromatográficos, que los obtenidos de las recolectadas en los meses invernales.
Esto pone de manifiesto que no se han producido los fenómenos de traslocación o
sea que no han llegado a través de factores ambientales (viento, lluvia, humedad)
sustancias aplicadas en otros sitios, ni de biomagnificación, al menos en los
plaguicidas ensayados.
Metales pesados: a lo largo del ciclo agrícola y en todos los puntos de
muestreo, y para los cuatro metales pesados analizados (cromo, plomo, mercurio y
arsénico), no se detectaron valores superiores a los establecidos para agua potable
(EPAS, 1996). En arsénico, si bien se observan algunos valores superiores a 0,001
ppm, estos no resultan peligrosos y se atribuyen a la composición natural de los
suelos.
No se encontró correlación entre los distintos parámetros estudiados y el
caudal. Esto podría deberse a la variabilidad de los datos y al tamaño de la muestra.
Comparando los resultados de este estudio con el efectuado a los datos del
DGI, tampoco se encontraron correlaciones, aunque el número de datos
disponibles, en algunos casos, fue mayor
89
2.2.4. Conclusiones
Una visión integral sobre los resultados obtenidos en el presente estudio
respecto del contenido de sales totales y la peligrosidad sódica de las aguas
permiten calificar a las del río Tunuyán superior como aptas para el riego de todo
tipo de cultivos y de suelos. No obstante, en aquellos casos en que la concentración
salina del agua –expresada en función de su conductividad eléctrica- supere los
1500 µS/cm, deberá tenerse en cuenta mínimas precauciones de manejo. En la
práctica éstas consisten en el cálculo de una lámina extra de riego para asegurar la
lixiviación profunda de las sales, fuera del perfil explorado por las raíces.
Desde el punto de vista de la presencia de sedimentos que – en el tiempo-
contribuyan a acortar la vida útil del dique de embalse El Carrizal, puede afirmarse
que, en verano, el contenido de sólidos solubles y totales es mucho mayor que en
invierno. Esto se debe tanto a la naturaleza misma de la cuenca (pendiente,
texturas, etc.) como al régimen hidrológico que la caracteriza (ríos de montaña, de
origen nival). El contenido de sedimentos es –en este momento- muy notorio en la
presa, demandando adecuados tratamientos de decantación y filtrado para asegurar
el consumo humano e industrial del agua.
Con respecto a la variable contaminación con materia orgánica del agua del
río Tunuyán Superior, puede afirmarse que se observa un incremento de la misma a
lo largo del recorrido del curso de agua. Los resultados obtenidos demuestran una
mayor contaminación en el sitio de muestreo Costa Anzorena, justo en el ingreso
del agua al embalse El Carrizal. Se pone así de manifiesto que el sistema recibe
aportes orgánicos, fosfatos y diversas formas de nitrógeno inorgánico a lo largo de
su recorrido. Será entonces conveniente controlar el vertido de los efluentes
urbanos e industriales de los asentamientos poblacionales existentes en el área de
influencia del curso de agua para evitar una progresiva eutroficación de las aguas
del embalse por encima de los valores actualmente existentes. De cumplirse la
hipótesis que plantea un escenario de aumento importante de la actividad
productiva en el área del río Tunuyán superior que originaría la disminución de los
caudales superficiales disponibles para su incorporación a la cuenca inferior, las
medidas de control antes propuestas cobran una especial dimensión y no podrán ser
omitidas cuando se planifique el manejo futuro de la cuenca.
Si se analiza el contenido de oxígeno disuelto puede afirmarse que, aún en
las condiciones más desfavorables, la concentración de este elemento no sólo no
impide la vida acuática sino que contribuye a la autodepuración de la materia
orgánica presente en el agua de riego.
Desde el punto de vista de los parámetros microbiológicos el agua del río
Tunuyán Superior es apta para el riego de cultivos de hoja que se consumen
crudos, así como para frutales regados por aspersión y pasturas en general (estos
90
cultivos se denominan “tipo A” en las directrices sobre calidad microbiológica de
las aguas residuales empleadas en agricultura para riego restringido (ACRE)). Esta
afirmación se basa en que el 100% de las muestras analizadas estuvo por debajo de
los mil coliformes fecales por centímetro cúbico (1000 coliformes fecales/cm3). Sin
embargo, resulta importante resaltar que la misma agua de riego no es apta para
uso doméstico, bebida de animales ni recreación.
Por último, del análisis de aquellos metales pesados y plaguicidas – a nuestro
criterio- más importantes en función de las características agronómicas del área del
estudio, se puede concluir que dichos componentes no representan riesgo alguno
para la salud de la población de usuarios del agua. Los valores encontrados
estuvieron siempre por debajo de los límites permitidos para agua potable. No
obstante, se recomienda una necesaria prudencia en la interpretación de los
resultados, atendiendo a una posible presencia, en el agua de riego, de otros
componentes distintos a los aquí analizados cuya peligrosidad no ha podido ser
evaluada.
Los parámetros de calidad analizados en este capítulo están indicando que el
ciclo 98-99 presenta valores de calidad de agua de riego menos problemáticos que
los del ciclo 99-2000. Si bien se trata de determinaciones puntuales puede
interpretarse que esta tendencia a la disminución de la contaminación del recurso
hídrico esté asociada a los menores niveles de actividad agroindustrial (que se
vienen registrando en los últimos años) y, fundamentalmente, al esfuerzo realizado
en la incorporación de nuevas plantas de tratamiento de efluentes urbanos en el
área de influencia del río Tunuyán Superior.
La actividad antropogénica es la principal causa de contaminación del
sistema por lo que una eficiente policía del agua que haga cumplir toda la
reglamentación destinada al vuelco de efluentes de particulares, industriales y
municipalidades del área y una oportuna planificación del mantenimiento,
adecuación y construcción de plantas de tratamiento de efluentes, evitará que los
cauces de riego se transformen en colectores de aguas salinas y/o contaminadas. Se
logrará así, impedir numeroso procesos degradativos anaeróbicos que no sólo
contaminen el ambiente del oasis sino que, además, podrían poner en peligro la
sustentabilidad del/los modelo/s productivo/s.
Luego de haber completado este trabajo se sugiere, que en posteriores
estudios que pretendan profundizar esta temática, el muestreo se realice con mayor
frecuencia sólo en Valle de Uco, Costa Anzorena y Tiburcio Benegas. Esto surge
como consecuencia de las observaciones realizadas en las que se comprobó que los
afluentes de la cuenca, si bien aportan contaminantes, por sus menores caudales no
influyen significativamente en forma aislada. Su efecto total se puede evaluar en
Costa Anzorena.
91
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93
3. MEDIO SOCIO ECONOMICO CULTURAL
3.1. Sustentabilidad y actores sociales
Rosa M. Bustos
3.1.1. Introducción
El oasis del río Tunuyán en la provincia de Mendoza se encuentra bajo riego
desde hace aproximadamente 200 años pasando de un sistema pastoril en el siglo
XVIII a la formación de una sociedad compleja en el siglo XIX, coincidentemente
con la llegada de los inmigrantes y la implantación de cultivos de vid y frutales
como esquema dominante del oasis agrícola.
La gestión colectiva del recurso como la sostenibilidad del sistema y su
mantenimiento en el largo plazo, requieren de un determinado modelo de
desarrollo agrícola que sea capaz de generar empleos e ingresos adecuados y de un
sistema de normas de acceso y conservación de los derechos de agua creados para
el aprovechamiento del recurso. Surge una sociedad moderna con una gestión
político-administrativa de riego agrícola.
Sustentabilidad social e impacto social
Para evaluar el impacto social en el oasis del río Tunuyán inferior, hay que
evaluar cómo se realiza el aprovechamiento del agua en el río Tunuyán superior.
De acuerdo a los datos analizados, la oferta de agua depende del
aprovechamiento del agua superficial y subterránea, que forman un mismo paquete,
una misma “torta” a repartir, con características limitantes.
A partir de esta problemática, el foco de atención se instala en la discusión
de la posibilidad de lograr un desarrollo sustentable, lo suficientemente inclusivo
de categoría sociales. En el mismo sentido que sea capaz de satisfacer las
necesidades presentes sin que sus actuales demandas sobre los recursos puedan
comprometer la capacidad de distintos grupos sociales y de las generaciones
futuras para el logro de la reproducción cultural en la regiones afectadas por estos
procesos.
La capacidad d acumulación del actor y el tamaño de la explotación,
condicionan las alternativas de aprovechamiento de los recursos naturales
(Galafassi, 1993). Finalmente, como consecuencia de esto, aparecen diferentes
tipos de intervención y apropiación de los elementos naturales para cada unidads
socio-cultural.
94
Por otro lado, el proceso de diferenciación social que afecta a los distintos
sujetos sociales agrarios, responde a la penetración de un nuevo modelo de
acumulación capitalista en las zonas rurales. Actualmente se considera
indispensable analizar la modernización de la agricultura bajo las condiciones que
impone el proceso de globalización de la economía.
El análisis muestra que el deterioro ambiental no está ajeno a este proceso y
se produce como consecuencia de la diferenciación social. El ciclo de degradación
ambiental caracterizado por la disminución de la productividad, la rentabilidad y
finalmente el abandono de la propiedad, está asociado a la pobreza. Esta afecta a
los actores que están en desigualdad de condiciones con relación al acceso y
aprovechamiento de los recursos naturales (Fogel, 1994).
En base al análisis e interpretación de los datos aportados por Braceli (1980),
Nafman (1981) y Bustos (1995) se puede plantear la siguiente hipótesis.
a) El oasis del Tunuyán inferior nace con un desarrollo agrícola
caracterizado por una fuerte capitalización que se manifiesta en la
cantidad de perforaciones de agua subterránea que se construyeron en la
década del sesenta y que son indispensables frente a la oferta limitada
del agua superficial. Es decir, en la cuenca baja del río Tunuyán, la
estrategia del productor consiste en complementar la oferta de agua
superficial que recibe a través de los canales, que nunca alcanza para
regar toda la propiedad tal como se ha comprobado en tabajos anteriores
(Bustos, Chambouleyron, et al. 1998).
b) El oasis del río Tunuyán superior, en cambio, no tiene el mismo nivel de
capitalización y la oferta de agua no tiene las mismas limitantes. La
construcción de perforaciones ha respondido, en términos generales, a
una estrategia de acumulación de un grupo de productores en base a la
ampliación de la superficie cultivada por encima de la empadronada, con
derechos de riego en base al uso exclusivo de agua subterránea.
c) Las estrategias de acumulación de los pequeños minifundistas frente a la
limitante de suelo y agua, consisten en cultivar toda la propiedad en base
al uso exclusivo de agua superficial. Lo mismo se puede afirmar
respecto a productores pertenecientes al intervalo de 0 a 5 hectáreas del
río Tunuyán inferior, ya que en el 100% de los casos, su superficie total
coincide con la regada en el último ciclo agrícola (Bustos, 1995)
Por lo tanto el aumento del bombeo y extracción de agua subterránea, que
responde a un nuevo modelo de acumulación capitalista, caracterizado por la
trasnacionalización de la agricultura y el protagonismo de los complejos
agroindustriales (Teubal, 1999), con fuertes insumos tecnológicos, va a impactar
fuertemente en el área de influencia del río Tunuyán inferior, que es una zona
95
mucho más dependiente del agua subterránea, verá disminuido el caudal y calidad
del agua superficial y subterránea.
El presente trabajo plantea conocer las transformaciones agrícolas que se
están produciendo en el área de influencia del río Tunuyán superior y el impacto
que se produce en la cuenca del Tunuyán inferior, a través del agravamiento del
proceso de diferenciación social, como resultado del acceso desigual al recurso
hídrico de un grupo importante de actores sociales.
Sustentabilidad social y participación social
La gestión colectiva del recurso hídrico se realiza a través de una
organización de usuarios cuyo poder político se sustenta en la participación de los
regantes a través de la elección de su representante, el Inspector de Cauce. Estas
organizaciones de usuarios de tipo descentralizado y participativo se denominan
Inspecciones de Cauce y nuclean a los usuarios de riego de cada canal. Esta es una
característica que comparte con todos los oasis de riego de la provincia de
Mendoza.
Las Inspecciones de Cauce son organizaciones de usuarios que legitiman su
gestión a través de la participación de sus usuarios, y de esa manera, en
representación de sus intereses realizan una gestión eficiente. La participación
social sobre la que se estructura el sistema, permite definir a estas instituciones
locales como sistemas solidarios, donde los usuarios se ubican como iguales frente
a un sistema de intereses, que por definición, es un sistema de desigualdades en
relación a sus necesidades de agua y a su posición en el canal. Por lo tanto los
criterios de justicia dependen de la deliberación, característica fundamental de las
democracias.
La participación de los usuarios en la toma de decisiones es un indicador de
la existencia de este debate y de la construcción de consensos respecto a la fijación
de un criterio de equidad en la distribución del agua. La participación, entonces, no
puede quedar de lado. La existencia de Inspecciones de Cauce supone la existencia
en la sociedad civil, en este caso en el conjunto de usuarios un perfil de
participación real y no simbólica, activa y no pasiva. Por lo tanto es indispensable
evaluar si este proceso, estuvo acompañado de la existencia de procesos
deliberativos y de participación, del fortalecimiento de una identidad que le
permitiera al usuario establecer lazos de pertenencia con este gobierno local del
agua, en síntesis de un ejercicio político de la solidaridad social.
La administración del riego en Mendoza, como sistema descentralizado y
participativo, se fundó en el protagonismo de un actor social, el productor
minifundista familiar capitalizado. Los procesos de transformación capitalista en el
campo, están afectando principalmente a los pequeños y medianos productores. Por
96
lo tanto las Inspecciones de Cauce pueden ver resentidas sus bases de
representación.
El proceso de diferenciación social afecta la organización política. Las
Inspecciones de Cauce pierden capacidad para controlar el uso del agua y revertir
la degradación de este recurso, al perder peso como poder local. Uno de los
indicadores de este proceso es la disminución de la participación social de los
regantes. Como consecuencia, la capacidad de gerenciamiento de la administración
de este recurso, que se ve limitado sólo a la distribución y mantenimiento de la red.
Los saberes que caracterizan esta gestión local del recurso hídrico aparecen
restringidos a esta área y no han podido desarrollarse para afrontar la problemática
tan compleja que supone la diferenciación de actores y los distintos usos del agua,
como así, la apropiación de un capital cultural y tecnológico, que podría acompañar
a un proceso de autonomización de la práctica social de gestión local del recurso.
De acuerdo a la legislación vigente en la provincia de Mendoza, el uso del
agua subterránea no está sujeto al control de las Inspecciones de Cauce de la zona,
sólo es necesario el permiso de perforación que se gestiona en el Departamento
General de Irrigación.
En el presente trabajo se trata de descubrir si la crisis de las organizaciones
político-administrativas que tienen a su cargo la distribución del agua para riego en
la cuenca alta, contribuyen a la desaparición de la equidad en la que se basaba el
sistema de normas de acceso al agua en la cuenca del Tunuyán inferior.
3.1.2. Objetivos
Para evaluar el posible impacto sobre el oasis del río Tunuyán inferior hay
que conocer en profundidad los mecanismos de aprovechamiento del agua en la
cuenca del río Tunuyán Superior. El objetivo del presente trabajo plantea conocer
las transformaciones agrícolas que se están produciendo en el área de influencia del
río Tunuyán Superior, asociadas a los procesos de diferenciación social que se
producen en las cuencas alta y baja del río y al impacto que, el desarrollo
expansivo de la cuenca superior, ocasione a la cuenca inferior sobre la cantidad y
calidad del recurso hídrico.
3.1.3. Metodología
Con el objeto de conocer cómo se manifiestan los procesos de
transformación y modernización de la agricultura bajo riego en la zona de estudio
del río Tunuyán Superior, se diseñó una encuesta que permitió identificar cantidad
y características de los productores del área a través de una tipología de actores
sociales rurales.
97
La unidad de muestreo fue el productor y no la propiedad. El universo de
productores correspondió a nueve (9) Inspecciones de cauce pertenecientes al oasis
del Tunuyán Superior, seleccionándose las más representativas de las distintas
problemáticas del área con relación a la oferta de agua. El marco muestral inicial
fue de 5160 usuarios, cifra que se redujo ya que muchos aparecían en los padrones
de riego como propietarios de más de una propiedad, por lo que fue necesario
contabilizarlos una sola vez, en función del total de hectáreas. Se diseñó una
muestra probabilística y al azar, estratificada según el tamaño de la propiedad que
comprendió 150 casos. La encuesta se realizó en los primeros días del mes de
enero del 2000 abarcando los departamentos de Tupungato (localidades de
Tupungato, Los Árboles, Colonia las Rosas), Tunuyán (localidades de Tunuyán,
Villa Seca y Vista Flores) y San Carlos (localidades de Chilecito, Eugenio Bustos,
San Carlos, Tres Esquinas, Pareditas y La Consulta).
Las primeras impresiones de los encuestadores hacían referencia a la
desaparición de pequeños propietarios, descapitalización de propietarios
correspondientes a la categoría “familiar” y a la desactualización del padrón de
usuarios
Con relación a la información correspondiente a la cuenca del río Tunuyán
Inferior, se utilizaron datos relevados de encuestas propias pertenecientes a
estudios anteriores sobre una población de 1012 usuarios integrantes del padrón de
riego de la Inspección Rama Montecaseros unificada, representativa de la mayoría
de las Inspecciones que administran ese río. De ese universo se seleccionó una
muestra (100 casos) probabilística y al azar, estratificada según la cantidad de
hectáreas empadronadas para riego. Complementariamente se utilizó el análisis de
fuentes de datos secundarios sistematizados de acuerdo a una similar división en
estratos, según el tamaño de la propiedad.
La metodología previó -para la clasificación de los productores del Río
Tunuyán superior- la construcción de una tipología de los distintos actores sociales.
Ésta se construyó en base a dos variables, la primera, la asalarización completa,
parcial o inexistente de las relaciones del trabajo (a partir de la presencia de
distintas formas de organización social y de la posibilidad de acumulación
capitalista). La segunda, las distintas formas de control sobre el proceso
productivo. Se distinguieron a los actores sociales agrarios en función de las
relaciones entre tecnología y tierra disponible y según su resultado: la
productividad y el tipo de control que se realiza sobre la fuerza de trabajo,
reduciendo el riesgo de la estacionalidad. (Miranda, O., 1999). Se seleccionaron, en
primer lugar, los siguientes indicadores: tipo de mano de obra utilizado en la
explotación agrícola (se combinaron distintas posibilidades: mano de obra familiar,
temporaria y permanente, diferenciando así a los actores sociales) y exclusividad o
no del productor en relación a la planificación de las tareas de la explotación (la no
exclusividad se asocia - en Mendoza- con formas de contratación del trabajo muy
98
tradicionales y con pertenencia a distintos circuitos multisectoriales y
ocupacionales (combinación de fuentes de ingreso).
Como puede verse no se utilizaron otras variables como el tamaño de la
propiedad y el nivel de capitalización relativo a la inversión para la extracción de
agua subterránea, bajo el supuesto de que estas características están altamente
asociadas a la variable “tipo de mano de obra” y “control del proceso productivo”.
De esta manera resultaron siete tipos sociales agrarios:
1) Campesino (CAMP): sólo utiliza mano de obra familiar, la forma de
manejo está a cargo exclusivo del propietario.
2) Productor familiar capitalizado ( PFC): utiliza mano de obra familiar y
temporaria, la forma de manejo está a cargo exclusivo del propietario.
3) Productor familiar capitalizado en transición (PFCT): utiliza solo mano
de obra temporaria, la forma de manejo está a cargo exclusivo del
propietario.
4) Rentista (REN): utiliza sólo mano de obra familiar, la forma de manejo
no está a cargo exclusivo del propietario.
5) Empresario (EMP): utiliza mano de obra familiar y temporaria, la
forma de manejo no está a cargo exclusivo del propietario.
6) Empresario en proceso de capitalización (EPN): utiliza sólo mano de
obra temporaria, la forma de manejo no está a cargo exclusivo del
propietario.
7) Fuera del ciclo productivo o abandono (ABD): no utiliza mano de obra
familiar ni a temporaria, puede o no estar a cargo exclusivo del
propietario.
Esta enumeración supone un orden respecto al grado de asalarización y a las
formas de control del trabajo y este orden un desigual acceso al recurso hídrico (los
tres primeros presentan las mayores limitantes).
La tipología utilizada para la clasificación de los productores de la cuenca
del río Tunuyán inferior se basó en el tamaño de la propiedad puesto que la
información disponible estaba clasificada de esa manera. Se trató entonces de
establecer equivalencias entre tamaño de propiedades y tipos sociales (Tabla 3.1.1).
Tabla 3.1.1: Tipología de productores de la cuenca del río Tunuyán inferior
TAMAÑO DE LA PROPIEDAD (ha) TIPOLOGIA SOCIAL
0.1 – 5 CAMP – PFC – REN – PFCT – ABD
5.1 – 25 EMP – PFCT – EPN
25.1 – 50 EPN
50 y más PFCT
99
3.1.4. Resultados
Distribución de productores por estrato de superficie
Tanto en la cuenca alta como en la cuenca baja del río Tunuyán se observa
un alto grado de diferenciación social según la variable “tamaño de la propiedad”
Tabla 3.1.2. Porcentaje de productores de la cuenca del Río Tunuyán superior
según tipo social de pertenencia y tamaño de propiedad:
Tamaño propiedad (ha)
TIPOLOGIA SOCIAL (%)
PCF EMP CAMP REN PFCT EPN ABD TOTAL
0,1 a 5 ha. 28,57 13.33 54.17 50.00 46.67 20.00 67.74 43.80
5,1 a 10 ha. 21.43 26.67 20.83 21.43 0.00 20.00 3.23 15.33
10,1 a 25 ha. 14.29 33.33 16.67 14.29 26.67 30.00 9.68 18.25
25,1 a 50 ha. 21.43 13.33 4.17 14.29 6.67 20.00 12.90 13.14
> 50,1 ha. 14.29 13.33 4.17 0.00 20.00 10.00 6.45 9.49
TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100
Fuente: Elaboración propia en base a datos de encuesta.
En la Tabla 3.1.3 se observa el grado de diferenciación social de la cuenca
del río Tunuyán inferior según tamaño de la propiedad:
Estudios realizados por Chambouleyron y otros (1988) en la zona de
influencia del canal Montecaseros demuestran que el 70% de las propiedades están
comprendidas entre 0 - 10 hectáreas y el 30% restante entre 10 - 50 y más de 50 ha
(20% corresponde a propiedades entre 10 - 25 ha).
100
Tabla 3.1.3. Porcentaje de productores de la cuenca del río Tunuyán inferior
(correspondientes a las Inspecciones Rama Montecaseros unificada y
Viejo Retamo), según tamaño de la propiedad
TAMAÑO DE LA PROPIEDAD (ha)
PRODUCTORES (%)
Rama Montecaseros Canal Viejo Retamo
0.1 – 6 68.4 79
6.1 – 12 18 12
12.1 – 22 8.3 4.8
más de 22 5.5 4.4
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos obtenidos en Morandi, J. Encuesta a
productores de los canales Viejo Retamo y Montecaseros SAGYP, PROSAP, Mendoza,
septiembre de 1994
Las Tablas 3.1.2 y 3.1.3 muestran el predominio -en los estratos de 0 a 5 ha-
de campesinos, rentistas, productores en las categorías abandono (ABD) y
productores familiares capitalizados (PDCT) en transición. Estos tipos sociales se
caracterizan por su baja productividad (Bos, M. y Chambouleyron, J., 1998) y son,
en general, pequeños productores que pertenecen a la sociedad local, hacen de la
actividad agrícola su único medio de vida y su racionalidad productiva los muestra
como un sector de baja tecnología y capitalización (menores niveles de
productividad). Para disminuir los riesgos de la producción utilizan como estrategia
el control del recurso agua de riego a través de relaciones clientelistas de prestigio
y lealtad. (Bustos, R.M. y Chambouleyron, J., J. Morábito, J.., 1995.)
En el estrato de 5 a 10 hectáreas, predominan las tipologías EMP y EPN. A
diferencia de otros actores sociales sólo buscan la rentabilidad de su producción y
su medio de vida no depende exclusivamente de la actividad agrícola.
En el estrato de 10 a 25 ha se verifica la tendencia al aumento de las
tipologías EMP y PFCT que se diferencian de los que aparecen en los estratos
anteriores por estar en proceso de ampliación de la superficie cultivada.
En el resto de los estratos ninguno de los tipos sociales identificados hasta
ahora aparecen en forma predominante. Es probable que los actores sociales de este
segmento -característicos de estratos mayores a las 100 ha- aparezcan fuera del
oasis de riego, utilizando exclusivamente agua subterránea. Por esta misma razón
no son usuarios de agua superficial pero compiten por el recurso desde afuera del
sistema.
En las zonas rurales de Mendoza, el propietario de un predio agrícola no
necesariamente vive en él o en una zona cercana. De hecho, muchos de ellos viven
101
lejos de su propiedad, generando la figura del propietario ausente. Los productores
de la Inspección Rama Montecaseros unificada (cuenca del río Tunuyán Inferior)
que pertenecen al estrato de hasta 10 hectáreas, viven (en ese orden) en la ciudad
de Montecaseros, San Martín y Gran Mendoza (la zona metropolitana cercana a la
capital provincial). Sin embargo, los productores que dedican todo su tiempo a la
actividad agrícola viven -en forma mayoritaria- en la propiedad y un porcentaje
importante de los que viven en la zona metropolitana dedican menos del 50% de su
tiempo a la actividad agrícola.
Con respecto a la lógica productiva también se encuentran diferencias entre
el sector que vive en su propiedad y el resto de los productores. El 82% de los
primeros no consulta a las oficinas de extensión gubernamentales (INTA) ubicadas
cerca de su propiedad mientras que entre el 40 - 60% de los productores que viven
lejos de la propiedad (incluso en las zona metropolitana) sí lo hacen.
Los únicos productores que presentan niveles de capitalización son los
comprendidos en la tipología “empresarios”. El hecho de poseer una perforación
para riego se constituye en una alternativa ya sea para incrementar la superficie
cultivada por sobre la empadronada para riego o para solucionar los problemas
derivados de las restricciones de la oferta de agua para riego. La perforación
permite el aumento de la productividad y la toma de decisiones respecto de una
forma de producción más autónoma.
Tabla 3.1.4. Porcentaje de productores según tipo social y acceso al agua subterránea
RECURSO TIPOLOGIA SOCIAL (%)
TOTAL PFC EMP CAMP REN PFCT EPN ABD
Con perforación 28,57 40,00 16,67 21,43 33,33 27,27 12,90 23,91
Sin perforación 71,43 60,00 83,33 78,57 66,67 72,73 87,10 76,09
TOTAL 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00
Degradación de la condición social originaria de los productores
Si bien “a priori” se podría pensar que la tipología “empresario”
correspondería a usuarios satisfechos respecto a cantidad, calidad y frecuencia con
que reciben el agua de riego, por el contrario, y de acuerdo al análisis de los
resultados (Tabla 3.1.5), los productores más insatisfechos son los “rentistas”.
Éstos -dentro de una escala productiva de hasta 5 hectáreas- tienden a cultivar toda
la superficie empadronada para el riego como única salida para elevar su
productividad (arriendan la propiedad o parte de ella). Por último, los productores
que dicen recibir una oferta de agua excesiva, son los que se encuentran
comprendidos en la tipología PFCT. Éstos tienen –generalmente- una importante
102
proporción de la propiedad inculta debido a la imposibilidad de cultivar toda la
superficie empadronada.
Tabla 3.1.5. Porcentaje de productores según tipo social y cantidad de agua
que recibe en el turnado
AGUA
DISPONIBLE
TIPOLOGIA SOCIAL ( %) TOTAL
PFC EMP CAMP REN PFCT EPN ABD
Insuficiente 39,29 14,29 33,33 57,14 33,33 27,27 26,67 33,09
Suficiente 60,71 78,57 66,67 42,86 53,33 63,64 70,00 63,24
Excesiva 0,00 7,14 0,00 0,00 13,33 9,09 3,33 3,68
TOTAL 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00
La degradación social asociada a las diferentes posibilidades de acceso al
recurso agua de riego, observada en cada uno de los tipos sociales agrarios
considerados para la cuenca del río Tunuyán superior (Tabla 3.1.6), está expresada
en el porcentaje de superficie abandonada, oportunamente relevado a campo. (A
los fines del estudio se consideró como superficie abandonada aquella superficie
potencialmente cultivable, es decir, la suma de la superficie con derecho de riego
más la superficie con derecho exclusivo de agua subterránea).
Tabla 3.1.6. Tasa de degradación según tipo social agrario para la cuenca del río
Tunuyán superior (porcentaje de ha)
TASA DE
DEGRADACIÓN (*)
%
TIPOLOGIA SOCIAL TOTAL
PCF EMP CAMP REN PFCT EPN ABD
6.00 2.14 13.69 14.32 0.45 11.10 15.41 7.44
Sup. aband. (ha) 68 9 35.5 25.4 3 43.5 82.4 266.50
Sup. total (ha) 1134.25 420.48 259.38 177.4 665.5 392 532.83 3581.84
(*) Tasa de degradación = superficie abandonada/ superficie potencialmente cultivable =
(superficie con derecho de riego más superficie con derecho exclusivo de agua subterránea) x
100
Como puede verse, la no-utilización de los recursos está alrededor del 7 % y
dentro de un intervalo que va desde el 6 –15%. Expresado en función de la
superficie cultivada total ese porcentaje arroja un valor de 5000 ha menos en el
oasis.
Del mismo modo se compararon estos resultados con los obtenidos de
fuentes secundarias para la cuenca del río Tunuyán inferior (Tabla 3.1.7):
103
Tabla 3.1.7. Superficie abandonada y problemas derivados del riego según tamaño de
la propiedad. (Cuenca del río Tunuyán Inferior, 1993)
Tamaño de la
propiedad (ha)
Porcentaje de superficie
abandonada
Problemas derivados del riego
(%)
Debidos a
salinidad
Debidos a
revenición
1 – 6 3.19 16 26
6.1 – 12 0.7 29 29
12.1 - 22 y más 4 9 9
Nota: el % de problemas derivados del riego está referido al total de fincas del área.
Fuente: elaboración propia en base a datos de encuesta a productores de los canales
Viejo Retamo y Montecaseros (septiembre 1994). En Morandi, J.L. 1994.
La Tabla 3.1.7 muestra que los problemas asociados a la degradación
ambiental están afectando a los pequeños productores de hasta 12 hectáreas,
aquellos que están fuera del circuito productivo y no pueden aumentar su superficie
cultivada por carecer de una perforación. Contribuye a esta situación el hecho de
que la mayoría de estos productores están ubicados en el área de descarga del
acuífero subterráneo de la zona alta.
En la cuenca alta las mayores tasas de degradación están afectando a
campesinos y rentistas (aproximadamente 14%). Los menos afectados, en cambio,
son los productores familiares capitalizados en transición y los empresarios
tradicionales (aproximadamente 2%). Como puede verse, los productores que se
sienten satisfechos con el servicio (recibir agua en forma suficiente) tienen valores
más bajos de degradación mientras que tanto los que reciben agua en forma
insuficiente como los que dicen agua en exceso presentan valores de degradación
más altos.
A continuación se presentan los resultados obtenidos en la cuenca del río
Tunuyán superior respecto de la distribución de la tipología social y la zona de
pertenencia de la Inspección de cauce en función de la oferta hídrica (Tabla 3.1.8).
Se considera zona alta a Tupungato (Inspección Matriz Este Unificada,
Inspección El Peral unificada, Inspección Canal Manzano, Inspección Canal
Rincón), zona media a Tunuyán (Inspección Canal Vista Flores, Inspección Arroyo
Villegas) y zona baja a San Carlos ( Inspección Yaucha-Aguanda, Inspección
Arroyo Salas Caroca). Asimismo la zona alta es la zona de ingreso del agua a la
cuenca, la zona media es la zona de ingreso-egreso y la zona baja es la zona de
egreso del agua.
104
Tabla 3.1.8 Porcentaje de productores según tipo y zona de pertenencia en
función de la oferta de agua en la Inspección (cuenca del río Tunuyán Superior)
Zona de pertenencia de
la Inspección
TIPOLOGIA SOCIAL (%)
TOTAL PFC EMP CAM REN PFCT EPN ABN
ALTA 25.0 66.6 22.2 42.8 33.3 27.2 32.2 26.2
MEDIA 7.1 13.3 25.9 --- 40.0 9.0 12.9 15.6
BAJA 67.8 20.0 51.8 57.1 26.6 63.6 54.8 51.0
TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100
Si se analizan los datos de las Tablas 3.1.8 y 3.1.5 se puede concluir que se
debe relativizar el análisis de la disponibilidad de agua de cada Inspección en
función de su zona de pertenencia. Es decir, resulta más rico analizar la cantidad de
agua recibida por cada usuario de la tipología social predominante, en función de
su percepción de la oferta hídrica y de sus posibilidades de aprovechamiento de la
misma.
Si a lo antes expuesto se le suma el hecho de que la gran mayoría de los
productores no cuenta con una perforación de agua subterránea, se puede afirmar
que las limitantes para las zonas media y baja contribuirán a agravar el proceso de
degradación social y el aumento del porcentaje de abandono de tierras. En efecto,
los usuarios pertenecientes a estas Inspecciones son –fundamentalmente-
productores en proceso de ampliación de su superficie cultivada como estrategia de
acumulación y su única fuente de agua es el agua superficial. La misma situación
se presenta con los nuevos productores o empresarios que se incorporan al sistema.
Se analiza a continuación la percepción de los usuarios sobre la cantidad de
agua que recibe cada una de las Inspecciones de cauce representativas de la zona
alta, media y baja del río Tunuyán superior (Tabla 3.1.9). Los resultados muestran
que en la Inspección de cauce del Yaucha-Aguanda los productores dicen recibir
“insuficiente” cantidad de agua (en la zona baja de la cuenca la satisfacción del
usuario es baja porque en ella prevalecen los nuevos empresarios y los productores
familiares capitalizados, cuya estrategia es aumentar la superficie cultivada). En la
Inspección del Canal Vista Flores, perteneciente a la zona media, los productores
dicen recibir “excesiva” cantidad de agua revelando un indicador de insatisfacción
respecto a la gestión en la entrega del agua del organismo de usuarios. En la zona
alta la satisfacción del usuario es buena y responde a que en ella prevalecen los
empresarios que tienen acceso al agua subterránea.
Con respecto al perfil de participación del conjunto de usuarios la pregunta a
responder es cómo se participa. Los resultados obtenidos muestran que el usuario
no esta “participando” sino solo “colaborando”. Su nivel de ingerencia en el
organismo de usuarios se limita al voto anual para la elección de las autoridades del
canal (el Inspector y los Delegados que lo acompañan) y su participación se puede
105
definir como la de aquél que “ vota y limpia el cauce”. Esta última característica
responde a que tradicionalmente los usuarios colaboran participando directamente
en la “limpieza de los cupos”. No se observan intervenciones de los usuarios en los
procesos de toma de decisiones autónomas o que respondan a sus propios intereses
como regantes del canal. La participación es –entonces- restringida, no se oferta a
los usuarios el resto de los niveles de aquélla (información, consulta, toma de
decisiones, y control de gestión).
Tabla 3.1.9. Cantidad de agua que reciben los productores según Inspección de
pertenencia (cuenca del río Tunuyán Superior)
Inspección de Cauce Agua disponible (% productores) TOTAL
Insuficiente Suficiente Excelente
ZONA BAJA:
Yaucha- Aguanda
A° Salas Caroca
57,14
2.04
34.41
10.75
25.00
25.00
41.78
8.22
ZONA MEDIA:
Canal Vista Flores
A° Villegas
0.00
0.00
18,28
1,08
25,00
0.00
12,33
0,68
ZONA ALTA:
Matriz Este Unificado
El Peral unificado
Canal Manzano
Canal Rincón
28,57
0.00
12.24
0.00
24,73
2.15
7.53
1.08
25,00
0.00
0.00
0.00
26.03
1.37
8.90
0.68
TOTAL 100 100 100 100
Fte. Elaboración propia en base a datos de encuestas
Con respecto a la representatividad de las autoridades de la Inspección
elegidas como ejercicio de la participación de los usuarios es necesario responder a
la pregunta ¿quiénes participan?. Clasificando a los usuarios del río Tunuyán
inferior de acuerdo a la cantidad de hectáreas regadas en el último ciclo agrícola
(Bustos, 1994) y a la residencia del productor y su lógica productiva, se puede
afirmar que el grupo de productores entre 0-10 ha (que representan al 70% del total
de los usuarios) residen en el área local, la actividad agrícola es su único medio de
vida y hoy se encuentran en un proceso de desplazamiento. Su racionalidad
productiva lo muestra como un sector de baja tecnología y capitalización con bajos
niveles de productividad, alta participación y alto grado de identificación con su
Inspección de cauce.
106
El grupo de productores comprendidos entre 10-25 ha y más de 25 ha, no
pertenece a la sociedad “local” (son empresarios que tienen otras actividades,
inversionistas extranjeros, etc.), se caracteriza por un mayor nivel de capitalización,
tecnología y productividad y se constituye como “extraños” al espacio de
solidaridad de las Inspecciones de Cauce. Su participación es muy baja o
inexistente (no les interesa participar en este espacio deliberativo).
Los usuarios que poseen más de 50 ha desarrollan, en general, acciones que
desbordan los límites territoriales de la Inspección de cauce, no pudiendo ser
controlados en su accionar por aquella (uso de perforaciones, contaminación de
agua de riego, etc.).
Como puede verse, la participación parece variar en función del tamaño de la
propiedad y de las características que definen a cada grupo o tipología de
productores que componen la Inspección.
En la cuenca del río Tunuyán Superior, caracterizada por el predominio de
pequeñas propiedades, la participación se plantea por el estar -o no- en el ciclo de
la producción. Todos los tipos sociales descriptos manifiestan un interesante nivel
de participación a excepción de los campesinos y los grandes productores (Tabla
3.1.10) La explicación de este fenómeno debiera buscarse en la presencia de una
variable étnica particular de la zona. En efecto, en ella se asienta un importante
porcentaje de población boliviana que pudo tener acceso a la tierra o que la trabaja
en calidad de “medieros” o peones rurales. Sin dudas, esta condición está
influyendo en la participación de estos usuarios y resultaría interesante profundizar
en el mecanismo de la misma. La Tabla 3.1.11 permite analizar la participación de
los usuarios en la administración del agua a través de la asistencia a reuniones
convocadas desde la Inspección de cauce. Así puede observarse que los
campesinos con una –en general- baja participación mantienen con el organismo de
usuarios y sus autoridades relaciones de tipo clientelísticas. Entre los motivadores
de la participación señalados en el Tabla 3.1.11 se encuentra -en primer lugar- la
elección de las autoridades del cauce. A partir de este capital social los usuarios
sienten que controlan el acceso al recurso agua de riego y -en general- tienen
niveles altos de satisfacción de su requerimiento ya que afirman recibir una
cantidad de agua “suficiente”.
Otro sector que no participa en la administración del agua es el que
representa a los productores que han salido del circuito productivo (abandono).
Posiblemente por la misma razón que los campesinos el único motivo de la
participación es la elección de las autoridades del cauce. En las Inspecciones de la
zona baja y media (donde estos tipos sociales predominan) no se concretan
procesos de toma de decisiones basados en la participación. En consecuencia se
produce la pérdida de la autonomía del gobierno local y de la posibilidad de una
mejor distribución del agua así como la posibilidad de fijación de reglas más
107
equilibradas para la determinación del valor del canon de riego. Esta tipología de
productores está entre los más afectados por el valor del canon de riego y por los
cortes de agua a causa de la mora en el pago del mismo.
Tabla 3.1.10. Porcentaje de productores según tipo social que asisten a las reuniones
ASISTENCIA A REUNIONES TIPOLOGIA SOCIAL (%) TOTAL PFC EMP CAMP REN PFCT EPN ABD
Siempre-frecuentemente 46,43 61,54 33,33 50,00 66,67 62,50 16,13 42,11
Rara vez – nunca 53,57 38,46 66,67 50,00 33,33 37,50 83,87 57,89
TOTAL 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00
Tabla 3.1.11. Porcentaje de productores según tipo social y Motivos para participar
citado en primer lugar
MOTIVOS DE
PARTICIPACION
TIPOLOGIA SOCIAL (%) TOTAL PFC EMP CAMP REN PFCT EPN ABD
A 31,82 15,38 6,25 30,00 66,67 50,00 20,00 30,43
B 4,55 30,77 0,00 10,00 13,33 16,67 0,00 9,78
C 31,82 15,38 43,75 10,00 6,67 0,00 50,00 25,00
D 0,00 0,00 6,25 0,00 6,67 16,67 0,00 3,26
E 0,00 0,00 12,50 20,00 6,67 16,67 10,00 7,61
F 0,00 7,69 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 1,09
G 4,55 0,00 6,25 0,00 0,00 0,00 0,00 2,17
H 9,09 0,00 6,25 0,00 0,00 0,00 10,00 4,35
I 13,64 15,38 12,50 10,00 0,00 0,00 10,00 9,78
J 0,00 15,38 6,25 10,00 0,00 0,00 0,00 4,35
K 4,55 0,00 0,00 10,00 0,00 0,00 0,00 2,17
L 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
TOTAL 100,00% 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00 100,00
Ref.
A: Elaboración del presupuesto G: Propuesta de obras
B: Discusión de Actividades anuales H: Control sobre la entrega de agua
C: Elección de autoridades del Cauce I: Morosidad
D: Elaboración del cuadro de turnos J: Control del cumplimiento del presupuesto anual
E: Limpieza del canal por cupos K: Contaminación
F: Fijación del canon de riego L: Asociación de usuarios
El grupo de empresarios, que prevalecen en la zona alta, tiene un alto grado
de participación y de satisfacción como pudo verse en la tabla 3.1.11. El tipo
productor familiar capitalizado en transición, no cuenta con disponibilidad de tierra
ni de agua subterránea, no usa mano de obra familiar para incrementar la superficie
cultivada, tiene el control sobre la planificación de la producción en su propiedad y
tiene predominancia en la zona media. Este grupo exhibe un alto grado de
participación puesto que le interesa sobremanera la discusión sobre el presupuesto
108
de la Inspección de cauce. Generalmente su grado de satisfacción en cuanto
usuarios no es bueno (varía -según el tamaño de la propiedad- entre una percepción
de agua recibida que califican de “insuficiente” o “excesiva”).
Los nuevos empresarios y los productores familiares capitalizados aparecen
mayoritariamente localizados en la zona baja. Estos productores utilizan la
estrategia del aumento del área cultivada. Se trata de un grupo altamente
participativo que demanda otros niveles de participación distintos a los referidos a
la elección de las autoridades de la Inspección como lo son la elaboración del
cuadro de turnos y la discusión del presupuesto de la Inspección.
3.1.5. Conclusiones
Para evaluar el impacto en el oasis del río Tunuyán Inferior, hay que conocer
cómo se realiza el aprovechamiento del agua en el río Tunuyán Superior.
De acuerdo a los datos analizados, la oferta de agua depende del
aprovechamiento del agua superficial y del agua subterránea, que forma un mismo
paquete limitado.
A modo de síntesis se podría afirmar que los dos orígenes del recurso hídrico
con que se cuenta en el oasis del río Tunuyán superior están asociados a la
tipología social de los distintos actores y a sus diferentes estrategias. Así, los
productores comprendidos entre 0-5 ha dependen del uso y aprovechamiento del
agua superficial y elaboran una estrategia de acumulación que se basa en el cultivo
de la totalidad de la superficie empadronada con derechos de riego de su propiedad.
El resto de los tipos sociales, con propiedades por encima de las 5 ha, tienen
acceso al agua subterránea (en términos generales poseen por lo menos una
perforación en su propiedad) y su estrategia de acumulación está basada en el
aumento de la superficie cultivada por sobre la superficie empadronada con
derecho de riego superficial, o bien, al uso exclusivo de agua subterránea.
Es decir, frente a la limitante de agua superficial, se evidencia una tendencia
a incrementar la superficie cultivada a través del riego con agua subterránea,
posibilidad que no es accesible para los pequeños productores (entre 0-5 ha). Éstos
están saliendo del circuito productivo o, si aún persisten en él, lo hacen en una
situación de degradación social, evidenciado los porcentajes más altos de abandono
y liberando volúmenes de agua de riego que debieran tenerse en cuenta cuando se
calcula la demanda de la cuenca del río Tunuyán superior.
El impacto de esta situación sobre la oferta de agua del Tunuyán inferior
debiera buscarse en la resolución de la incógnita que permita develar si la cantidad
de agua superficial que se libere como producto de la salida del circuito de los
pequeños productores (0-5 ha) será igual, menor o mayor al agua subterránea que
109
sería usada por los grandes propietarios y los nuevos inversores responsables del
importante crecimiento y desarrollo de la actividad agrícola en la cuenca alta del
río Tunuyán.
Para contestar a la pregunta cuál será la relación entre ambos usos
(superficial y subterráneo) y su impacto en la oferta de agua del Tunuyán inferior
convendría partir de la hipótesis de que un aumento del bombeo generará una
disminución de la oferta de agua superficial, lo que traerá como con secuencia que
los pequeños productores no puedan poner en práctica su única alternativa de
acumulación: el cultivo total de su propiedad.
El conflicto por el uso del agua tendrá ganadores y perdedores, estos últimos
(los pequeños productores) saldrán del circuito productivo en el mediano y largo
plazo (10-20 años). A la limitante de agua de riego debe agregársele una mayor
vulnerabilidad a su contaminación por salinidad y su lógica consecuencia en la
disminución de su ya baja productividad. Esta situación acarreará -en el corto
plazo- un aumento de la pobreza y en un plazo más largo, la expansión de la
frontera agropecuaria con el protagonismo de otros actores sociales a expensas de
la desaparición de los viejos pequeños productores comprendidos entre 0-5 ha que
configuraban una realidad socio-histórica particular del oasis que no se podrá
reproducir sino en un muy largo plazo. Esto supone un alto impacto social desde el
enfoque de un desarrollo sustentable y puede ser medido a través de un índice de
vulnerabilidad social de la cuenca, como es el porcentaje de productores de 0-5 ha
y el índice de aprovechamiento.
Si se toma en cuenta el porcentaje de pequeños productores de Tupungato
(46,96%) y la superficie que representan (516 ha y 25,7% ) y se lo compara con la
cuenca del río Tunuyán inferior con un 57,8% de pequeños productores (dedicados
solamente al cultivo de la vid) que representan 11.866 has (17,92%) puede verse
que la tierra cultivada en la cuenca baja presenta una mayor subdivisión. Del
mismo modo ocurre con el índice de aprovechamiento (sup. cultivada / sup. total)
que en río Tunuyán inferior corresponde, según datos del Instituto de Desarrollo
Social del Gobierno de Mendoza (IDR) a un 96%. Al mismo tiempo, la tasa de
degradación para el Tunuyán inferior sería del 0,06% ( superficie no sistematizada
más superficie abandonada /superficie empadronada bajo riego). Ésta es el
resultado de una tendencia en ascenso ya que la superficie inculta y no
sistematizada aumento entre 1990 y 1993 de 3,9% a 5,71% ( 1,81% en tres años).
Otro parámetro es la parte de la propiedad que se riega con un turno: en
Tupungato (Río Tunuyán superior) el 75% de las Inspecciones riegan toda la
propiedad; en el Tunuyán Inferior: sólo el 40%.
El desplazamiento del sector agrícola de estos propietarios pequeños
denominados “familiares capitalizados”, ya sea por la pérdida de su condición de
productores, o por su desplazamiento hacia abajo (campesinos), necesariamente
110
producirá cambios o crisis en la gestión de los sistemas de riego como ahora los
conocemos. Estos cambios podrían significar elreemplazo o abandono parcial de la
zona cultivada con riego superficial, a la vez que el crecimiento de la regada con
agua subterránea,lo que implicaría una expansión de la frontera agrícola
Las Inspecciones de Cauce, como organizaciones de usuarios han sufrido el
impacto de este proceso a través de la disminución de la participación de los
productores en estas instituciones locales de gobierno del agua y se ha resentido su
base de representación. Los actores sociales que venían participando en el proceso
de gestión del recurso hoy están en franca decadencia o van a desaparecer.
Por lo tanto se sugiere tomar como parámetros de evaluación el porcentaje
de participación de los productores comprendidos entre las cero y las cinco
hectáreas el nivel de satisfacción de los usuarios con respecto a la cantidad de agua
recibida.
Los procesos de transferencia han estado orientados a aumentar la eficiencia
económica adecuándose a la dirección que tomó la Reforma del Estado en la
Argentina. Sin embargo hasta el momento este proceso no ha tenido impactos en
los aspectos relativos al fortalecimiento de la sociedad civil y por ende en un
aumento de la participación, ni sus beneficios se vieron reflejados en un aumento
de innovaciones tecnológicas, ni administrativas, ni tampoco en una mayor
distribución de la cuota de poder dando lugar a un proceso de autonomización de
las Inspecciones de Cauce.
Para resolver estos dilemas habría que plantear el problema del
fortalecimiento de la sociedad tal como se manifiesta en las Inspecciones de Cauce
tomando en consideración, como lo plantea Rosanvallon, que la supervivencia de
estas Instituciones supone reinventar la nueva cuestión social, y las formas de
solidaridad frente al actual derrumbe del Estado-providencia. Es necesario volver a
establecer los vínculos entre la eficacia y la solidaridad, entre lo social y lo
económico.
La profundización del proceso de diferenciación social rompe con la equidad
en la que está basado el derecho de riego y el sistema de gestión del riego como
organización político administrativa..Esta organización sociopolítica de usuarios o
regantes de un mismo canal, nació hace aproximadamente 100 años, como un
sistema solidario basado en cierta homogeneidad de actores que tienen igual acceso
al agua y supone un conjunto de obligaciones. El proceso social de deslizamiento
hacia debajo de un conjunto de actores sociales, los pone en desventaja ya sea
porque no pueden pagar el canon de riego y limpiar los cupos debido a que sus
producciones reciben pagos precios y su forma de riego no les permite aumentar su
productividad. En el largo plazo el sistema de riego se degradará.
111
Si el sistema de riego no responde a las nuevas demandas respecto a la
disponibilidad de agua generadas por la incorporación de tecnología o por la
adopción de estrategias defensivas aun de los sectores clasificados como
productores familiares capitalizados que están tratando de incorporarse a los
procesos de capitalización y de adopción de nuevas tecnologías, ellos no podrán
generar mayor productividad y oportunidades de empleo generando pobreza y por
lo tanto poniendo en peligro la viabilidad social del esquema actual de gestión
participativa y descentralizada a través de la cual se distribuye el agua de riego
según un criterio de equidad que corresponden a sistemas de producción basados
en tecnologías de riego menos complejas.
3.1.6. Bibliografía
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113
3.2. La administración y los administradores del agua
Mirta Marre
3.2.1. Introducción
El trabajo que aquí se presenta trata de evaluar el posible impacto que se
produciría en el oasis del río Tunuyán inferior por el crecimiento del oasis del
Tunuyán Superior. La estrategia que ha desarrollado el grupo que estudió la
Administración del Agua para esta evaluación ha consistido en el análisis de los
presupuestos de gastos y cálculo de recursos de las Inspecciones de Cauce de la
zona del Tunuyán superior y definir con ello cuáles son los ingresos y cómo se
encuentran distribuídos los gastos en los distintos rubros que los componen. El
objeto de esta estrategia es evaluar si por una mala distribución de las partidas
presupuestarias de las Inspecciones y en el largo plazo se puede llegar a
comprometer el normal manejo del río, de la red de canales o de la zona en
particular y este manejo impactar de manera negativa el normal funcionamiento de
la administración del agua en el oasis del Tunuyán Inferior.
El objetivo del estudio es conocer si hay algún impacto que pueda
identificarse como "propio" (o estrictamente derivado) de la administración de la
cuenca del río Tunuyán superior sobre la administración de la cuenca del Tunuyán
Inferior.
La estrategia que se ha desarrollado para entender este impacto consistió en
la técnica de las encuestas individuales y en profundidad, que se elaboraron de
modo de poder analizar todos los rubros de los presupuestos y de igual modo poder
comparar los resultados con los resultados obtenidos de trabajos anteriores en el
Tunuyán Inferior, tal como se mostrará en estas páginas.
Para ello se procedió a estudiar la administración del agua en la cuenca del
río Tunuyán superior a partir del análisis de los quince organismos de usuarios que
funcionan actualmente y que pueden considerarse Inspecciones en sentido estricto,
(legal o formal), porque recaudan sus propias rentas y formulan Presupuesto, lo que
es propio de la autogestión que las tipifica de acuerdo con la legislación vigente.
No se tomaron para el estudio cuatro Inspecciones que tienen Inspector pero no
formulan Presupuesto; ni otras once que poseen código de cauce pero no formulan
Presupuesto ni tienen Inspector; todas ellas totalizan una superficie de 6861
hectáreas, lo que representa el 15,8% de la superficie empadronada de toda la
cuenca. Estos cauces se encuentran algunos en proceso de organización como
Inspecciones, o bien corresponden a algunas zonas cuyas propiedades riegan con
derechos de aguas privados, los que aún no tienen un status legal claro para el
Departamento General de Irrigación (DGI).
114
3.2.2. Material y método
La metodología utilizada fue el análisis organizacional comparado
(Sumpsi Viñas, José María et al, 1998) tomando como unidades de análisis las
Inspecciones de Cauce. El estudio se basó en el empleo conjunto y combinado de
las técnicas de análisis documental y entrevistas en profundidad con los
administradores de aguas de la cuenca.
Análisis documental: tomando como fuentes de datos los
Presupuestos de Gastos y Cálculo de Recursos y los Balances sobre
ingresos y gastos correspondientes a los años 1997 y 1998. No
pudieron tomarse los del año 1999 porque al momento de realizar el
estudio no estaban disponibles los resultados, ya sea porque no
habían sido presentados aún al Departamento General de Irrigación o
estaban siendo evaluados.
Entrevistas individuales en profundidad (Monsalvo Velázquez,
Graciela; 1999) en la Subdelegación del Río Tunuyán Superior con el
Subdelegado, el Secretario Técnico y el Secretario Administrativo.
En las Asociaciones con los Presidentes y en las 15 Inspecciones con
los Inspectores de Cauce. Para la realización de las entrevistas se
utilizó un instrumento de recolección de datos "tipo", de carácter
semiestructurado con preguntas cerradas, de opción múltiple y
abiertas a fin de recoger la mayor cantidad de información genuina
correspondiente a los siguientes aspectos: datos técnicos del área;
conocimientos requeridos para la operación y manejo de los canales;
dominio de los aspectos más relevantes que la gestión exige por parte
de los administradores, tales como, otros usos del agua distintos de
los agrícolas y empleo de aguas subterráneas; recursos que
administran de carácter financiero, humanos y materiales; existencia
de conflictos entre los usuarios; cuestiones que resultan más difíciles
para la administración, etc.
Se realizó la contrastación de toda la información obtenida para determinar
la existencia de similitudes y diferencias en la administración de los organismos y
detectar las restricciones que están condicionando la gestión a nivel de la cuenca.
3.2.3. Resultados
Desde que se iniciaron los estudios preliminares se fue detectando que la
variable "nivel de recaudación" alcanzado por los organismos de usuarios
condicionaba fuertemente la características y los problemas de la gestión. Esto
115
había ocurrido también en los trabajos anteriores sobre la cuenca inferior del río
Tunuyán. Entonces se había definido el nivel de recaudación, siguiendo la
metodología de Carlos Garcés Restrepo y Luis Alberto Mora en un estudio
publicado en 1997, mediante un “parámetro” o cociente entre la Recaudación real
alcanzada por derechos de agua en el ejercicio y la Recaudación Proyectada por
derechos de agua para el mismo ejercicio . A este parámetro también se lo ha
denominado bajo la designación genérica de Desempeño de la Prorrata de Cauce.
(Chambouleyron J. y otros. 1999).
El estudio ha permitido advertir que, en principio, el nivel de recaudación
parecía obedecer , por lo menos, a dos grandes causas:
1- El horizonte productivo de la zona que está bajo la jurisdicción del
organismo y por ende la mayor o menor capacidad de pago de los
agricultores.
2- El monto del canon de riego que, como se ha dicho, está
compuesto por dos partes, una destinada a solventar los gastos de
la administración del canal y otra a solventar los gastos de
funcionamiento del Departamento General de Irrigación.
A su vez, se observaba que el bajo nivel de recaudación parecía tener
impacto en dos aspectos:
1- En lo interno porque acarrea dificultades para el Inspector en lo
que hace a la gestión financiero-contable del organismo, función
central de carácter administrativo.
2- En lo externo, porque supone la insuficiencia de recursos para
mantener en buenas condiciones la red de distribución, lo que
repercute negativamente en las posibilidades de satisfacer las
necesidades de los regantes en forma eficiente.
Se procedió a indagar, mediante el procedimiento de comparación, si los
niveles de recaudación en la cuenca del Tunuyán inferior eran menores a los de la
cuenca superior y en qué magnitud para determinar con ello la existencia o no de
un impacto.
Esto es lo que se hizo a partir de los datos obtenidos, según se mostrará en
las páginas siguientes.
Combinando los datos obtenidos de los Presupuestos de Gastos y Cálculo de
Recursos de los organismos de usuarios que administran la cuenca del río Tunuyán
Superior. con la información proporcionada por los propios Inspectores y la
Subdelegación se pudo observar que las quince Inspecciones podían agruparse en
tres grandes categorías, según el nivel alcanzado de recaudación (recaudación real)
y la zona donde están ubicados:
116
1) ZONA ALTA. Funcionan 5 Inspecciones de Cauce, que están asociadas bajo el
nombre de Inspecciones Asociadas de Tupungato, que corresponden al área
geográfica del departamento del mismo nombre, totalizan una superficie de
4983 hectáreas y tienen un promedio de recaudación del 74% (Tabla 3.2.1.) En
esta zona no se observa la existencia de superficies abandonadas y el canon de
riego alcanza en promedio los 105 $ por hectárea y año, con la sola excepción
de la Inspección Hijuela Gualtayarí a la que se hará referencia en otro apartado.
2) ZONA MEDIA. Funcionan 7 Inspecciones de las cuales una no se encuentra
asociada (Inspección Canal Rincón) y las seis restantes están asociadas bajo el
nombre de Inspecciones Asociadas de Cauces de Tunuyán. Corresponden en su
mayor parte al área bajo riego del departamento de Tunuyán y en proporción
menor al de San Carlos. Constituyen lo que se denomina hidrológicamente:
a) Sistema del río Tunuyán: Inspecciones Canal Manzano, Canal Vista
Flores, Canal Valle de Uco Margen Derecha y Canal Rincón.
b) Zona de Vertientes del Tunuyán: Inspección Manantiales de Tunuyán
Centro-Unificadas y Arroyo Salas Caroca. También se encuentra en esta
Zona media la Inspección Arroyo Claro que riega con aguas de vertientes
pero tiene además refuerzo de verano del río Tunuyán. En esta zona la
recaudación promedio alcanza al 45,8 %. Aquí hay que hacer la salvedad de
la Inspección Canal Manzano que recauda el 70 %, elevado nivel de
recaudación para la zona, que según el Inspector obedece al bajo monto de
la prorrata de 8 $ por ha y por año, y que es la segunda Inspección con el
menor canon de riego de la Cuenca después del Canal Rincón que tiene sólo
3 $ por ha y por año. En esta Zona se encuentra el mayor porcentaje de
superficie abandonada de todo el Valle de Uco, véase en la Tabla 3.2.1. que
alcanza al 18, 30 y 40 % según la Inspección y que dos de los Inspectores
han respondido que desconocen cuál es la magnitud del abandono de
propiedades que existe actualmente en su área. También es precisamente la
zona que presenta un mayor nivel de deterioro y obsolescencia en la red de
distribución.
3) ZONA MEDIA SUR. En ella se encuentran 3 Inspecciones que no están
asociadas: Canal Matriz Yaucha-Aguanda de alrededor de 8.100 hectáreas
empadronadas; Canal Valle de Uco Margen Derecha de casi 11.000 hectáreas y
la Inspección Arroyo Villegas de aproximadamente 1.400 hectáreas.
Corresponden geográficamente a la superficie irrigada del departamento de San
Carlos. Su promedio de recaudación ronda el 66 % de los montos esperados;
aunque en realidad alcanza sólo alrededor del 60 % (Tabla 3.2.1.) si se evalúa
por separado la situación de la Inspección Arroyo Villegas. Esta última tiene la
particularidad de contar con sólo 41 usuarios agrícolas de los cuales hay dos
propiedades de gran superficie, las de San Pablo y los Holandeses. En síntesis,
117
la prorrata del canal alcanza un promedio de 13 $ y el canon total de 44 $ por
hectárea y por año, que pueden considerarse medios en relación con los
observados en las otras dos zonas; el nivel de recaudación puede considerarse
medio y la superficie abandonada es irrelevante si la comparamos con la de la
Zona media.
Tabal 3.2.1. Niveles de recaudación del canon de agua por zonas dentro de la cuenca
del río Tunuyán Superior
INSPECCION
Sup.
Padrón
Inspec.
Prorrata
Canal
$/Ha/año
Prorrata
DGI
$/Ha/año
Total
Canon
$/Ha/año
%
recaud.
1998
%
recaud.
1999
Zona alta- Tupungato
Asociadas
Hijuela Gualtayarí
56
150
182
332
76
76
Cwanal El Peral 352 42 78 120 70 70
Hijuela La Pampa 564 36 66 102 75 75
Canal Esquina 1084 36 59 95 70 65
Canal Matriz Este Unific 2927 36 68 104 80 80
Promedio 105 74 74
Zona media. Tunuyán
No asociadas
Canal Rincón 875 3 26 29 50 45
Asociadas
Arroyo Grande
1299
17
39
56
45
45
Manantiales de Tunuyán
Centro-Unificado
2015
16
35
51
40
40
Canal Manzano 2369 8 31 39 70 70
Canal Vista Flores 2415 15 55 70 55 55
Canal Salas Caroca 3282 19 38 57 45 45
Arroyo Claro 3289 19 43 62 40 40
Promedio 14 52 45,8
Zona Sur. San Carlos
No asociadas
Arroyo Villegas 1397 11 32 43 85 85
Canal Matriz Yaucha-
Aguanda
8097
17 36
53
60 60
Canal Valle de Uco
Margen Derecha 10790 12 25 36 55 55
Promedio 13 44 66 66
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos obtenidos en el Departamento General de
Irrigación, en las Inspecciones de Cauce y obtenidos de los Presupuestos de los años 98 y 99
118
3.2.4. Montos del canon de riego y componentes. Año 1999
Cuenca del río Tunuyán Superior
En ninguna zona se advierte relación entre el tamaño del Organismo -
superficie en hectáreas de la Inspección- y el monto del canon en ninguno de sus
dos componentes: Prorrata del Canal y Prorrata del Departamento General de
Irrigación. Salvo en el caso de la Hijuela Gualtayarí, la de menor superficie de toda
la cuenca, que tiene sólo 56 hectáreas empadronadas con derechos definitivos de
riego. En este caso el Canon del DGI, supera en casi el 300 % al más elevado de la
cuenca. El canon correspondiente al canal es también muy elevado y esto no
responde a la construcción de obras.
Como se advierte, las Inspecciones de la Zona Alta correspondientes al área
de Tupungato son las que tienen el canon más alto del Valle de Uco (105$ en
promedio por hectárea y por año) lo que supera en más del 100 % al promedio del
canon de las otras dos zonas. También en ellas se observa el nivel más alto de
recaudación, que alcanza en promedio al 74 % de lo proyectado en los respectivos
Presupuestos.
En las Inspecciones de la zona media el peor comportamiento de la
recaudación se observa en las que se ubican en el área de manantiales y vertientes
con sólo el 40 y 45 %, ellas son Manantiales de Tunuyán Zona Centro, Salas
Caroca y Arroyo Claro. Mientras que el promedio de recaudación de toda la zona
alcanza apenas un valor cercano al 46% y, sin embargo, se advierte que el canon
que cobran no supera en promedio los 52 $ por ha. y año y la prorrata del canal,
destinada a sostener a la administración local, es de sólo 14$ en promedio.
En la Zona Media Sur el promedio de la prorrata de las Inspecciones alcanza
también un monto reducido con 13$ por ha y por año, mientras que el canon
promedio total es el más bajo del Valle de Uco con 44$ por ha y año. En este caso
la recaudación llega a un promedio de 66% de lo proyectado en los Presupuestos,
sin embargo debe considerarse que no superaría el nivel del 60% si no se considera
a la Inspección Arroyo Villegas. Esta última tiene la particularidad de contar con
sólo 41 usuarios, entre los cuales se encuentran algunos correspondientes a grandes
propiedades como San Pablo y Los Holandeses.
En la Tabla 3.2.2. se han relacionado los datos correspondientes a la
recaudación real lograda por las Inspecciones en los años 1998 y 1999, según datos
obtenidos de los propios Inspectores, con el nivel de recaudación estimada alcanzar
según los Presupuestos.
Se han incorporado los datos sobre tamaño de la propiedad en cada
Inspección, en porcentaje y por estrato de 0 a 10 has, de 10 a 25 y de 25 hectáreas y
119
más. Se ha consignado también la superficie abandonada que los Inspectores
mencionaron, en porcentaje del total de la superficie de la Inspección.
Tabla 3.2.2. Niveles de recaudación. tamaño de la propiedad según estrato y superficie
abandonada estimada por los inspectores
TAMAÑO PROP. RECAUDACION
INSPECCION
Sup. en
Hectáreas
(s/ Padrón)
0-
10%
10-
25%
+ 25
%
SUPERF.
ABAND.
%
ESTIMADA
EN
%
REAL
EN %
‘98–‘99
Zona alta-
Tupungato Asoc.
Hijuela Gualtayarí 56 30 10 60 0 75 76-76
Canal El Peral 352 80 10 10 2 75 40-40
Hijuela La Pampa 564 ---- ---- ---- - 75
Canal Esquina 1084 5 80 15 0 78 70-65
Canal Matriz Este
Unificado
2927 60 30 10 0 80 80-80
Total 4983
Zona media.
Tunuyán No asoc.
Canal Rincón 875 60 15 25 NS/NC 70 50-45
Asociadas
Arroyo Grande 1299 40 40 20 NS/NC 75 45-45
Manantiales de
Tunuyán Centro-
Unificado
2015 55 0 20 18 55 40-40
Canal Manzano 2369 20 20 60 0 70 70-70
Canal Vista Flores 2415 80 10 10 0 85 55-55
Canal Salas Caroca 3282 65 10 20 30 55 45-45
Arroyo Claro 3289 50 30 20 40 55 40-40
Total 15544
Zona Sur. San
Carlos
No asociadas
Arroyo Villegas 1397 60 10 30 0 90 85-85
Canal Matriz
Yaucha-Aguanda 8097 70 25 5 5 70 60-60
Canal Valle de Uco
Margen Derecha 10790 80 10 10 5 55 55-55
Total 20284 100
Total Valle de Uco 40811
Fuente: Elaboración propia sobre datos obtenidos de las entrevistas a los Inspectores de Cauce
120
Como se observa en la Tabla 3.2.2 el 57% de las Inspecciones de la zona
media, recaudan menos del 50% del canon teórico, aunque sus estimaciones
oscilan entre el 75 y el 55%. No hay relación entre el nivel de recaudación y el
tamaño de las propiedades prevaleciente en cada Inspección. Sí hay correlación
entre zonas: la zona alta presenta el porcentaje de recaudación más elevado y la
media el más bajo.
Asimismo la zona alta no presenta superficie abandonada, mientras que,
nuevamente, es la zona media la que tiene el porcentaje más elevado. En este caso,
en dos de las siete Inspecciones los administradores no conocen la importancia
relativa del abandono ni del rol que éste juega en la recaudación. En tres
Inspecciones se ha mencionado un porcentaje importante de abandono (20 y 40%)
y sólo en dos casos se ha indicado que no hay superficie abandonada, de los que
merece destacarse la Inspección Canal Manzano que tiene buen nivel de
recaudación (70%) y en la que prevalecen las propiedades de más de 25 ha
Cuenca del río Tunuyán Inferior
Para las Inspecciones de la cuenca del río Tunuyan inferior los índices de
recaudación encontrados fueron:
Año % recaudación Observaciones
1994 58 valor promedio (Chambouleyron y otros, 1997)
1995 49
1996 96 Chambouleyron y otros, 1999
Cabe señalar que para el año 1995, en el 55% de las Inspecciones se recaudó
un porcentaje menor del 50% de los ingresos teóricos calculados en sus
presupuestos -que surgen de multiplicar el monto de la prorrata del cauce por el
total de la superficie empadronada en la Inspección-. Con respecto al nivel de
recaudación alcanzado en 1996, que es el más alto que se ha encontrado, se advirtió
que “el 45 % de las Inspecciones duplicaron la recaudación alcanzada en 1995 y
que ello obedeció a que 1996 fue un año de altos ingresos para el sector agrícola,
especialmente en los rubros fruticultura y uvas finas, que tuvieron buenos precios
en el mercado. Esto se vio reflejado en los organismos de usuarios que
incrementaron su recaudación, tanto de cuotas del ejercicio corriente como de
períodos atrasados para los cuales tenían planes de pago” (Ibidem)
121
3.2.5. Gestión de los recursos financieros. Destino obras
Se estudió la composición de los presupuestos de la totalidad de las
Inspecciones de la zona, poniendo énfasis en los gastos relacionados con el
mejoramiento de la infraestructura y con el sostenimiento de los costos
burocráticos, reflejados entre otros, en el rubro viáticos del inspector.
Por el lado del mejoramiento de la infraestructura se tuvo en cuenta los ítems
de Obras Menores y de Mantenimiento y Limpieza de los canales. Estos reflejan lo
que cada organismo destina a es importante función, condicionante de la eficiencia
del uso del agua y de su optimización.
Por el lado de los gastos burocráticos y administrativos sólo se tomó el ítem
viáticos por ser el más relevante en todos los casos y el que permanece a lo largo
del tiempo en todas las Inspecciones. Luego se elaboró una tabla resumen en la
que se muestra, en forma sintética, el comportamiento de ambos rubros y se lo
compara para los ejercicios 1997 (Tabla 3.2.3) y 1998 (Tabla 3.2.4.).
Para el ejercicio 1997 sólo dos Inspecciones de la Zona alta tienen
inversiones importantes en obras menores, que alcanzan el 34 y el 53% del total de
los presupuestos. En la Zona media todas tienen menos del 18 % de sus ingresos
destinados a este rubro y dos de las siete Inspecciones no tienen ninguna inversión
en esto (0%).
En la zona sur sólo la Inspección Arroyo Villegas, de la que se ha señalado
algunas particularidades, entre ellas el buen nivel de recaudación de 85%, tiene el
30% de su Presupuesto invertido en obras mientras que las restantes dos grandes
Inspecciones tienen menos del 9%.
Debe tenerse presente que este rubro refleja la posibilidad que tiene cada
Organismo de Usuarios de realizar trabajos de mantenimiento de relativa
importancia, que consisten básicamente en arreglo de compuertas, puentes,
reparaciones de cauces, etc. En ningún caso se está hablando de obras en el sentido
estricto o de relevancia mayor, como impermeabilizaciones, construcción de
nuevos canales, etc.
122
Tabla 3.2.3. Inversiones de los rubros mantenimiento de la red y obras menores en el
total de los presupuestos AÑO 1997
Inspección Superf. Presupuesto Total
Presup. Obras. Menores
% Incidencia
Mantenimiento y limpieza
% Incidencia
Viáticos Inspector
% Incidencia
Zona Alta-Tupungato
Asociadas
H. Gualtallary 56 7953,34 0 0,0% 500,00 6,3% 1200,00 15,0%
El Peral 352 17854,52 6053,76 33,9% 680,00 38,0% 2500,00 14,0% H. La Pampa 564 20472,72 10948,85 53,5% 700,00 3,4% 1800,00 9,0%
Canal Esquina 1084 40278,47 3080,35 7,6% 9913,44 24,6% 3360,00 8,0%
Canal Matriz Este
2927 123850,65 16757,67 13,5% 30000,00 24,2% 15600,00 13,0%
Unificado
Promedio 21,70% 19,20% 11,8%
Zona Media-Tunuyàn
No asociadas
Canal Rincòn 875 8200,00 1000,00 12,2% 2000,00 24,4% 0,00 0,0%
Asociadas Arroyo
Grande
1299 43616,00 0 0,0% 12408,00 28,4% 8400,00 19,0%
Manatiales de
Tunuyán
Centro
2015 62932,00 10132,00 16,1% 9900,00 15,7% 15840,00 25,0%
Unificado
Canal
Manzano
2369 39800,00 6900,00 17,3% 9900,00 24,9% 4800,00 12,0%
Canal Vista
Flores
2415 74972,00 0 0,0% 24000,00 32,0% 11840,00 16,0%
Canal Salas Carocas
3282 112586,00 8000,00 7,1% 43834,00 38,9% 15840,00 14,0%
Arroyo Claro 3289 92439,00 9000,00 9,7% 30100,00 32,6% 15840,00 17,0%
Promedio 8,9% 28,2%
17,2%
Zona Sur San Carlos
No asociadas
Arroyo
Villegas
1397 19900,00 6000,00 30,2% 11100,00 55,8% 500,00 2,0%
Canal Matriz
Yaucha
8097 264337,63 21600,00 8,2% 156500,00 59,2% 10500,00 4,0%
Aguanda
Canal Valle
de Uco
10790 189294,25 10000,00 5,3% 77000,00 40,7% 12000,00 6,0%
Margen Derecha
Promedio 14,6% 52,0% 4,0%
Fuente: Elaboración propia con datos de los Presupuestos de Gastos y Cálculo de Recursos de
las Inspecciones de Cauce del Río Tunuyán Superior. Año 1997
123
Para el ejercicio 1998 el comportamiento de este rubro de los presupuestos
es similar: en la Zona media las inversiones en obras menores apenas rondan en
promedio al 8% y en la Zona sur -exceptuando la Inspección Arroyo Villegas- sólo
alcanza en promedio el 5,6% del total.
En cuanto al rubro "Mantenimiento y limpieza de los canales" su
participación en los presupuestos no varía significativamente entre los dos
ejercicios. Para la Zona media representa en promedio sólo el 21% del total de las
inversiones, siendo la más baja con 14,7% la de Manantiales de Tunuyán que es
una de las Inspecciones con más dificultades de funcionamiento y recaudación más
baja. Sin considerar esta última, el promedio de inversión en mantenimiento y
limpieza de esta zona media ronda el 30%. Esto es un índice muy bajo si se
considera que se trata de una función esencial de las Inspecciones, casi se puede
afirmar que este rubro junto con las obras menores constituyen la razón de la
existencia de los organismos de usuarios y la condición esencial de que puedan
prestar un servicio eficiente a los usuarios de la red de distribución.
124
Tabla 3.2.4. Inversiones de los rubros mantenimiento de la red y obras menores en el
total de los presupuestos AÑO 1998
INSPECCION Superf. Presupuesto Total
Presup. Obras.
Menores
% Incidencia
Mantenimiento y limpieza
% Incidencia
Viáticos Inspector
% Incidencia
Zona Alta-Tupungato
Asociadas H. Gualtallary 56 10658,55 100.00 0,09% 700,00 6,6% 7000,00 66,0% El Peral 352 18690,24 2000,00 10,7% 2850,00 15,2% 2500,00 13,0% H. La Pampa 564 23908,22 8844,05 37,9%
2700,00
11,3% 2450,00 10,0%
Canal Esquina 1084 64857,08 5312,40 8,2% 11050,00 17,0% 23500,00 36,0% Canal Matriz
Este 2927 165125,82 18820,08 11,4% 61119,12 37,0% 22600,00 14,0%
Unificado
Promedio 13,60% 17,40% 27,8%
Zona Media-Tunuyàn
No asociadas Canal Rincón 875 8200,00 1000,00 12,2% 2000,00 24,4% 0,00 0,0%
Asociadas Arroyo Grande 1299 45717,00 0,00 0,0% 16231,00 35,5% 5500,00 12,0% Manatiales de
Tunuyán Centro 2015 74928,60 7908,00 10,6% 1150,00 14,7% 12100,00 16,0% Unificado Canal Manzano 2369 41900,00 3900,00 9,3% 14900,00 35,6% 5500,00 13,0% Canal Vista
Flores 2415 81965,00 11000,00 13,4% 27200,00 33,2% 8000,00 10,0%
Canal Salas Carocas
3282 11820068,32 7500,00 6,3% 51815,00 43,8% 18300,16 15,0%
Arroyo Claro 3289 92439,00 4500,00 4,9% 32386,00 35,0% 12840,00 14,0%
Promedio 8,1% 21,0% 13,3%
Zona Sur San Carlos
No asociadas Arroyo Villegas 1397 21861,20 6000,00 27,4% 11561,20 52,9% 1000,00 5,0% Canal Matriz
Yaucha 8097 261337,00 17600,00 6,7% 162737,00 62,3% 10500,00 4,0%
Aguanda Canal Valle de Uco
10790 2115867,11 10000,00 4,6% 97500,00 45,2% 12000,00 5,0%
Margen Derecha
Promedio 12,9% 53,4% 4,6%
Fuente: Elaboración propia con datos de los Presupuestos de Gastos y Cálculo de Recursos de
las Inspecciones de Cauce del río Tunuyán Superior. Año 1998
125
En la zona sur la participación de este rubro del presupuesto, supera en
promedio al 53% lo que es significativamente superior y habla de una orientación
clara de la gestión hacia la prestación de las funciones básicas.
En el rubro viáticos y movilidad del Inspector, tal como muestran las Tablas
3.2.3 y 3.2.4. los porcentajes oscilan entre 13% y 17% del total de gastos realizados
en cada año, lo que es muy superior a lo invertido en obras menores. Esto está
mostrando un verdadero desequilibrio en la gestión financiera en toda la zona
media, justamente donde el problema de la escasa recaudación es más acuciante.
Los rubros que sostienen funciones medio y los gastos en administración -o
burocráticos- como viáticos, gastos bancarios, honorarios por servicios, aporte a la
Asociación, publicidad y difusión, bienes de uso, etc. tienen una participación que
supera el 50% en promedio del total de los prespuestos, lo que está indicando que
los organismos tienen poco margen para realizar las funciones básicas y satisfacer
la demanda delos usuarios.
El rubro mantenimiento y limpieza de los canales no alcanzael 20% en
ambos ejercicios, como se observa en las Tablas.3.2.3. y 3.2.4.
En la zona alta el rubro viáticos trepa desde el 12% en 1997 a casi el 28% en
1998. En este caso prácticamente duplica a los montos destinados a obras menores.
Por su parte, el rubro mantenimiento y limpieza de los canales no alcanza al 20%
en ambos ejercicios, como se observa en las Tablas 3.2.3. y 3.2.4.
A obras menores se destina entre el 14 y el 22%, lo que también está
indicando bajos porcentajes de participación en los presupuestos. Dados los buenos
niveles de recaudación encontrados, se puede concluir que en esta zona los gastos
destinados a funciones administrativas y de apoyo a la gestión de los Inspectores
son muy superiores a los destinados a obras, mantenimiento y limpieza (funciones
fines) y más estrictamente vinculados a la satisfacción de las necesidades de los
usuarios.
En el rubro “viáticos” las tres Inspecciones de la zona sur muestran los más
bajos niveles de participación, con un promedio de alrededor del 4% del total de
los presupuestos. Si bien en el rubro de obras menores la inversión también es baja
(13 y 14%), hay que destacar la significativa participación de los gastos en
mantenimiento y limpieza de los canales que supera el 50% de los presupuestos.
Teniendo en cuenta los datos de la totalidad de la cuenca del Tunuyán superior en
este último rubro, las Inspecciones de la zona sur duplican lo invertido en las otras
dos zonas. Esto es importante por cuanto refleja la orientación clara de los
administradores hacia la prestación de los servicios "fines" de distribución y
mantenimiento, frente a los menos productivos de carácter burocrático o de apoyo
administrativo.
126
3.2.6. Discusión de los resultados e impactos detectados
De los datos precedentes se puede concluir que no se detecta un nivel menor
de recaudación en la cuenca del río Tunuyán inferior en términos generales, sino
más bien que se verifican notables variaciones entre los organismos y que esta
variable está muy relacionada con la situación productiva de la zona. En
consecuencia, los promedios de recaudación no permiten señalar ningun impacto
derivado de la administración de una cuenca sobre la otra, en función del nivel de
recaudación.
Bajo el supuesto de que los Inspectores cortan el agua a los regantes que no
pagan, se puede deducir que los porcentajes de canon no recaudado corresponden a
agua que los regantes no utilizan, es decir hectáreas que no se riegan. Entonces, se
puede tomar al índice de recaudación como equivalente al índice de uso del agua (o
de ocupación efectiva del agua) que resulta del siguiente cociente
100xaempadronadtotalSuperficie
canonelpagaqueSuperficie
El índice de recaudación responde al siguiente cociente:
100xaempadronadhaporcobrarateóricocanondeMonto
cobradonteefectivamecanondeMonto
De todo lo expuesto se deduce que el índice de ocupación efectiva del agua
es muy bajo en la subcuenca media (46 %) y es bajo (60%) en la sub-cuenca media
sur del Tunuyán Superior. La subcuenca media abarca todo el departamento de
Tunmuyán (Vista Flores, el Manzano, Villa Seca, Las Pintadas, Campo Los Andes
y otras localidades) y sólo una pequeña parte del departamento San Carlos. La
subcuenca media sur corresponde a los Organismos de Usuarios del departamento
de San Carlos, La Consulta y Eugenio Bustos.
En el supuesto de que se incremente la demanda de agua en esta cuenca, tal
como lo plantea el escenario proyectado, el impacto sobre el volumen de agua
disponible en la cuenca del ríoTunuyán inferior podría llegar a ser muy importante
siendo previsible el aumento de conflictos por escasez y baja calidad de aguas,
generando serios problemas de sustentabilidad y de distribución a la
Administracion de la Cuenca Inferior.
En relación al problema del mantenimiento y mejoramiento de la red de
distribución también la zona media, que es la que ha mostrado mayores dificultades
en orden a la sustentabilidad, presenta el más bajo porcentaje de inversión en obras
menores (8,9% para 1997 y el 8,1% para 1998) lo que muestra una participación
insignificante de este rubro en el marco de los gastos totales de los organismos.
127
Ello agrava la situación de obsolescencia de la red de riego, su falta de
mantenimiento y las crecientes dificultades para los administradores en orden a
distribuir en forma eficiente y equitativa el agua para el riego.
También las inversiones en mantenimiento y limpieza en esta zona oscila
entre 21 y 28 % del total de los presupuestos. Este índice bajo refuerza los datos
obtenidos sobre los problemas económicos y el deterioro de esta sub-zona de la
cuenca del río Tunuyán Superior y determina la existencia de un impacto
importante sobre la gestión de distribución que deben realizar los administradores
del agua de la cuenca inferior del río Tunuyán.
Sobre la existencia de problemas de contaminación en los datos obtenidos de
las entrevistas a los Inspectores de Cauce surge que el 73% dice no tener problemas
en este sentido y sólo el 27 % señala que conoce la magnitud y el lugar exacto en
que se produce algún tipo de contaminación. En todos los casos se trata de la
presencia de industrias en el área de influencia de la Inspección. Asimismo, los
administradores manifiestan que no hay posibilidad de evaluación y control de la
calidad del agua, salvo en cuanto a la detección de la fuente, de lo que ponen en
conocimiento a la Subdelegación. Recuérdese, sin embargo, que la Ley provincial
Nº 6405 en su artículo 9º inc h) faculta explícitamente a los Inspectores de Cauce
para "adoptar todas las medidas para prevenir, impedir o reducir la contaminación"
¿Tiene en su inspección problemas de
Contaminación?
0
5
10
15
SI NO
Serie1
Figura 3.2.1
Fuente: Elaboración propia sobre la base de los datos obtenidos de las entrevistas a
los Inspectores de Cauce del río Tunuyán Superior
Con respecto al uso de aguas subterráneas, sólo 3 de los 15 Inspectores sabe
cuántos turnos adicionales dan a las propiedades utilizando esta agua. Señalan no
tener conocimiento de este uso alternativo, ni control sobre un recurso tan
importante, funciones que están de hecho a cargo de la Subdelegación. También
128
debe recordarse en este punto que la citada Ley 6405 señala entre las facultades y
funciones de las Inspecciones las de "tener actualizado el plano catastral con
demarcaciones e identificación del uso de aguas subterráneas".
Conoce Usted ¿Cuántos turnos
adicionales se dan los agricultores
en la finca usando el agua
subterránea?
S
20%
N
80%
Figura 3.2.2
Fuente: Elaboración propia sobre la base de los datos de las entrevistas a los
Inspectores de Cauce del río Tunuyán Superior
Con respecto al nivel de información que poseen sobre la adecuación de las
dotaciones de agua recibidas por los agricultores señalan:
Que riegan toda la propiedad en cada turno: en el 75% de las Inspecciones
de Tupungato y en el 50% de las ubicadas en Tunuyán y San Carlos.
Que riegan sólo la mitad de la propiedad en cada turno en el 50% de las
Inspecciones de la zona del río Tunuyán y que en la zona de vertientes y
manantiales esto es altamente variable según las condiciones de cada lugar y la
época del año. En general sostienen tener dificultades para una adecuada
distribución y para que ésta sea sustentable en el tiempo. En este aspecto se
improvisa mucho por la falta de un modelo de distribución del agua que tiene que
ser acordado por los propietarios de la zona con el respectivo Inspector.
En las Inspecciones de la zona sur, San Carlos, el 50% de los Inspectores
sostiene que el agua disponible en la red no les alcanza para regar la totalidad de
las propiedades empadronadas en cada turno planificado, por lo que tienen que dar
turnos adicionales, usar refuerzos, etc. según la época del año y las condiciones
prevalecientes en el lugar. Como se advierte todo esto requiere de una gran
capacidad y dedicación de los Inspectores, para hacer frente a las situaciones
129
enormemente cambiantes del contexto local, del tipo de cultivos prevaleciente y de
los volúmenes de agua disponible en cada momento del año. En el caso de San
Carlos la gran extensión de la red de riego hace onerosas las actividades de
mantenimiento y control, lo que es un agravante adicional de la gestión que se
suma y potencia frente a las condiciones de insuficiencia de recursos financieros y
materiales, así como también de insuficiencia de obras por los bajos niveles de
recaudación.
El 50% de los Inspectores no puede verificar la cantidad de agua que usan
esos usuarios. En general lo que se advierte es que, dadas las condiciones en que se
desenvuelven, tienen muy pocas posibilidades, de conocer con exactitud cuántos y
cuáles son los otros usuarios, en consecuencia el aspecto del control sobre el agua
que usan es muy deficitario.
Con respecto al conocimiento y al control que poseen los Inspectores sobre
otros usos y usuarios distintos del agrícola, señalan en todos los casos que todos los
usos están igualmente empadronados y que son absolutamente irrelevantes en
relación con el agrícola. Esto responde a que en la zona de estudio hay pocas
industrias, el uso recreativo es poco significativo y sólo el uso urbano tiene alguna
relevancia.
¿Puede verificar Usted la cantidad de
agua que usan estos usuarios?
S
50%
N
50%
S
N
Figura 3.2.3
En relación con el problema de la capacidad de gestión y las falencias acerca
del control de los usos del agua por parte de los administradores, se ha retomado lla
información relevada sobre la cuenca del río Tunuyán inferior a partir del trabajo
"La eficiencia de riego y la participación de los usuarios en el manejo y control de
la calidad del agua en Mendoza, Argentina" de Chambouleyron, Jorge y otros;
UNCuyo-INCYTH, 1995. Los datos han sido comparados con los obtenidos en
este estudio (consignados en las páginas anteriores) lo que ha permitido llegar a las
siguientes conclusiones:
130
- la capacidad de gestión de las Inspecciones es similar en términos generales
en ambas cuencas del río Tunuyán;
- el problema de la identificación y empadronamiento de otros usos y
usuarios distintos al agrícola es similar en ambos casos, si bien podría
señalarse que tiene mayor relevancia en la cuenca inferior por cuanto hay
más centros urbanos y mayor presencia de industrias que compiten por el
uso del recurso;
- de igual modo, en ambas cuencas los Inspectores no tienen a su cargo el
relevamiento, registro y control del uso del agua subterránea. Este aspecto,
inexistente en la gestión de los administradores de los canales, podría
producir un impacto significativo de la administración de la cuenca alta
sobre la cuenca baja en la medida en que se produzca un uso creciente del
recurso subterráneo en la primera, tal como se ha señalado a lo largo de este
trabajo.
3.2.7. Conclusiones
Como puede verse a tavés de los expuesto en el ítem 3.2. la variable
“Recaudación de la Administración” no sólo no ha revelado diferencias
significativas sino que, además, ha mostado grandes variaciones en las distintas
Inspecciones de cada cuenca. Asimismo han mostardo similitudes en cuanto a su
vinculación con las condiciones económicas y/o productivas de cada zona.
Lo que sí podría afirmarse, teniendo en cuenta las tendencias observadas en
los resultados de la investigación, es que el funcionamiento del sistema no es
óptimo y que, al agravarse algunos de los componentes y/o relaciones estudiados,
el sistema como un todo y por ende su administración -que es producto del mismo-
tenderían a ser menos eficientes con el transcurso del tiempo. De igual modo la
organización creada para satisfacer las necesidades de los usuarios (Inspecciones
de Cauce), no podrá dar respuesta favorable a las mismas en la medida en que no
obtenga en forma genuina los recursos necesarios para su funcionamiento.
En lo que hace a las posibilidades de ejercer un efectivo control de otros
usos y usuarios del agua que no sean los agrícolas, así como al conocimiento y
control del uso del agua subterránea, las dos administraciones, la de la cuenca
superior y la de la inferior, presentan los mismos problemas. Los Inspectores no
controlan estos aspectos, lo que es una falencia seria de la gestión. Esta situación,
si se acentúa la tendencia de crecimiento de la cuenca superior, va a tornar cada vez
más compleja la administración de la cuenca inferior y a requerir mayores
esfuerzos, capacitación y recursos a los administradores de los canales que la
conforman.
131
En síntesis, de mantenerse un escenario igual al actual, en cuanto a
superficie cultivada y requerimientos por el agua, la administración no tendrá que
afrontar demandas muy superiores a las actuales por parte de los usuarios. Sin
embargo, en un escenario posible de incremento de la superficie cultivada en la
cuenca alta (de alrededor de 20.000has.) las demandas de los usuarios serán
crecientes, especialmente los de la cuenca inferior que verán acrecentados sus
problemas por la escasa disponibilidad del recurso y la pérdida de su calidad por la
salinización. En este segundo caso es previsible que se produzca un importante
impacto en la administración de la cuenca inferior, debido al uso del agua en la
cuenca superior. Este impacto se traducirá en:
- mayores demandas de control sobre el uso del recurso en la cuenca alta,
especialmente en lo que hace a la posibilidad de incrementar la extracción
de agua subterránea, tema que las Inspecciones no controlan en forma
efectiva tal como se ha señalado.
- demandas crecientes y específicas de asistencia técnica y de capacitación
con el objeto de transformar y/o reconvertir zonas productivas que no son
sustentables debido a las nuevas realidades económicas y comerciales que
condicionan fuertemente las posibilidades de crecimiento y supervivencia
de los productores.
En ambos supuestos los organismos de usuarios tendrán que mejorar su
situación presupuestaria incrementando la recaudación, lo que en el presente es
imposible según lo señalan los distintos factores que han sido considerados en esta
investigación.
Todo lo expuesto lleva a plantearse la necesidad de un nuevo enfoque para la
administración del agua, enfoque que está siendo utilizado en la mayoría de los
países avanzados del mundo: la gestión por cuencas. La cuenca debe funcionar
como un verdadero sistema, esto implica una concepción integral donde la
administración -por lo menos en los niveles de adopción de políticas y
planificación- debe estar unificada en un organismo superior que sea responsable
por la gestión integral del recurso hídrico y que tenga en cuenta la participación de
la totalidad de los usuarios, no sólo los agrícolas, así como los intereses y
necesidades de los que utilizan agua superficial y subterránea. En el sistema de
administración local del agua la Subdelegación del río Tunuyán, transformada en
un solo organismo, y con algunos ajustes de organización y funcionamiento, podría
hacerse cargo de tan importantes cuestiones. Dentro de la cuenca funcionarían de
modo más coordinado las distintas Inspecciones, respetando las problemáticas
derivadas de su ubicación geográfica e hidrológica, de su estructura productiva, de
su particular composición social y de su estado de desarrollo tecnológico.
132
3.2.8. Bibliografía
Atchabaian, Adolfo y otros. Régimen Jurídico de la Gestión y del Control en la
Hacienda Pública. Buenos Aires, Ed. Depalma, 1996.
Chambouleyron, Jorge y otros. Evaluación del Uso del Agua a través de
Parámetros de Desempeño en el Oasis del Río Tunuyán Inferior. Mendoza,
Universidad Nacional de Cuyo-INA, 1998.
Chambouleyron, Jorge y otros. La Eficiencia del Riego y la Participación de los
Usuarios en el Manejo y Control de la Calidad del Agua en Mendoza.
Argentina. UNCuyo-INCYTH, 1995.
Marre, Mirta y otros. Análisis del canon de aguas en la administración
descentralizada y participativa del riego en Mendoza. en Chambouleyron,
Jorge y otros. Evaluación del Manejo y Control de la Calidad del Agua de
Riego en Mendoza. UNCuyo-INCYTH, 1996.
Monsalvo-Velazquez, Gabriela. Sostenibilidad Institucional de las Asociaciones
de Riego en México. International Water Management Institute (IWMI), Serie
Latinoamericana Nº 8, México D.F., 1999.
Vargas, Pedro. Agua, Vida y Desarrollo. Tomo 3. UNESCO, Uruguay, 1999.
(Biblioteca virtual: www.unesco.org.uy)
133
3.3.Caracterización de la producción y de los productores del Valle de Uco
Ester R. Antoniolli3.3.1. Introducción
El objetivo fundamental de este trabajo fue identificar el/los impacto/s que
se producen y se producirán en la cuenca del Tunuyán inferior con el desarrollo
económico de la cuenca superior del río Tunuyán.
Para poder cumplir con este objetivo fue necesario realizar una encuesta en
la zona productiva regada por este río en la cuenca superior con el fin de
caracterizar a los productores y a la producción de esta zona para luego hacer un
análisis del o los impactos en esta zona y en la zona irrigada por el Río Tunuyán
Inferior. Para medir el impacto en esta última se tomará como base los datos
generados en estudios anteriores realizados para la cuenca inferior (IWMI, 1999).
Con esta información se podrá cuantificar y cualificar los primeros impactos, cuyo
análisis permitirá hacer proyecciones hacia el futuro
Actualmente en el Valle de Uco (regado por el Tunuyán superior) se
encuentran como cultivos permanentes frutales y vid, como ya se detalló al hablar
del uso del suelo en el punto 3.1.2. Además hay que destacar la existencia de
cultivos hortícolas, algunos forrajeros y también forestales (DEIE e INDEC.
Censos agrícolas y estadísticas departamentales, varios años).
La especie frutícola predominante es el manzano y el modelo vitícola que
predomina posee una proporción elevada de variedades finas de vinificar.
Como parte de la metodología se hizo una revisión de la información
disponible de censos y estadísticas (nacionales y provinciales) para caracterizar la
zona en años anteriores. Para analizar la situación actual se realizó una encuesta
con el objeto de identificar los modelos productivos de la zona, calcular los
ingresos que producen acorde a la tecnología utilizada lo que permitió hacer un
diagnóstico de la situación actual en la zona del Valle de Uco irrigada con agua
superficial y una comparación de modelos productivos entre la cuenca alta y la
baja.
La metodología para muestrear es la descripta al comienzo de este capítulo,
ya que se trabajó en conjunto con el sector social .Sólo se muestreó la zona irrigada
con agua superficial.
El área irrigada por el río Tunuyán superior comprende a los departamentos
del Valle de Uco: Tupungato, Tunuyán y San Carlos. La encuesta se realizó sobre
una muestra de 150 productores distribuidos en todos los estratos de superficie, en
los tres departamentos.
Para identificar cada modelo productivo se consideró:
134
Modelos puros frutales: a) los que producen sólo vid (vitícolas)
b) los que producen sólo frutales
(frutícolas);
c) los que producen sólo hortícolas
Modelos mixtos: a las combinaciones de cultivos
Para el cálculo de ingresos por modelo se tomó en cuenta la información
relevada en la encuesta referida a superficie ocupada por cultivo, rendimientos y
precios de los mismos.
La combinación de especies de los modelos surgió también de los datos de la
encuesta.
Para el análisis de impacto se tomó como variable principal la pérdida de
ingresos producida por un deterioro en el uso del recurso hídrico, en la simulación
de un posible escenario futuro.
3.3.2. Resultados
Régimen de tenencia de la tierra
La superficie relevada ascendió a 3.490 hectáreas de las cuales el 59% se
encuentra bajo el régimen de propiedad personal, es decir que la propiedad de la
tierra la tienen personas físicas, el 29% se encuentran en sociedad y el restante 12
% están en régimen sucesorio. (Tabla 3.3.1.).
Tabla 3.3 1. Régimen de tenencia
Régimen Porcentaje
Propiedad personal 59%
Sociedad 29%
En sucesión 12%
Total 100 %
135
Forma de manejo de la explotación y mano de obra
Si bien la tenencia es mayoritariamente personal, la forma en que se dirige la
explotación y se toman las decisiones a nivel predio refleja algunas
particularidades. El 70% de los encuestados son propietarios que administran su
predio pero existe un 15% de éstos que lo hace junto a otras formas que incluyen a
las figuras del administrador, contratista o mediero. Se debe destacar que si bien
los propietarios se ocupan de sus fincas, sólo el 47% de ellos lo hace en forma
exclusiva mientras un 42% trabaja además en otro lugar.
El 18% restante ha delegado las funciones de dirección en administradores
y/o contratistas, quedando un 3% de los mismos que mantienen relaciones
informales de manejo. (Tabla 3.3.2.)
Tabla 3.3.2. Forma de manejo
Forma Porcentaje
Propietario solo 55%
Propietario con otras formas 15%
Administrador solo 5%
Contratista solo 8%
Mediero solo 5%
Otras formas 3%
No contestan 9%
100%
Ocupación de mano de obra permanente
Los datos obtenidos en cuanto a la cantidad de mano de obra permanente
ocupada en el sector encuestado, han permitido calcular un índice que vincula la
superficie trabajada por cada trabajador permanente cuyo valor para el Valle de
Uco es de 5,8 hectáreas por trabajador, que comparado con las 12,8 hectáreas por
trabajador obtenidas para la zona sur de Mendoza, (Departamento de Ciencias
Económico, Jurídico y Sociales, 1999), permite suponer que en el Valle de Uco hay
mayor contención de la población rural; mientras que en la zona sur ha habido
expulsión.
Otro indicador de expulsión de mano de obra del campo, es el de superficie
cultivada/poblador rural obtenido para la provincia que presenta una caída de un
48% desde el año 1900 a la fecha y un 27% desde el año 1970 a la fecha. En 1900
el índice era de 1,37 ha/poblador rural, en 1970 0,97 ha/poblador rural y en 1998
0,71 ha/poblador rural (Censos agrícolas y de población).
136
Este índice tiende a ser menor, ya que en los países más desarrollados el
valor es de 0,56 ha/poblador rural. Es decir, que mientras más se tecnifique el agro
habrá menos necesidad de mano de obra, y por lo tanto menos habitantes en la zona
rural.
Relación entre superficies
Sólo el 67% de la superficie encuestada se encuentra cultivada, proporción
que se mantiene respecto a 3 años atrás. Comparando la superficie cultivada total
actual con la correspondiente a hace 3 años, se detecta un crecimiento del 8,5%,
aunque la superficie abandonada se ha incrementado en 5% debido
fundamentalmente a problemas económicos y a disponibilidad de agua (Tablas
3.3.3 y 3.3.4.).
Tabla 3.3.3. Relación entre superficies con distintos derechos de riego
Superficies Actual
(ha)
Porcentajes 3 años atrás Actual
(ha)
Variación (ha)
Total sup. encuestada 3419,45 100 3127,3 100 292,15
Con Derecho de riego definitivo 2259,61 66% 2148,11 69% 111,5
Con Derecho de riego eventual 37,09 1% 37,09 1% 0
Con Derecho de riego transitorio 60 2% 60 2% 0
Con Derecho de riego privado 283 8% 285,5 9% -2,5
Cultivada 2280,51 67% 2090,51 67% 190
Inculta, abandonada y no sistematizada 1138,94 33% 1036,79 33%
Tabla 3.3.4. Variación de la superficie cultivada actual con respecto a 3 años atrás
Superficies Actual (ha) 3 años atrás Variación (ha)
Cultivada 2280,51 2090,51 190
Con Frutales 943,75 1009,5 -65,75
Con Vid 331 276 55
Con Hortalizas de
invierno
361,675 220,3 141,375
Con Hortalizas de verano 360,685 310,31 50,375
Otros cultivos 297,9 308,9 -11
Inculta 479,57 422,07 57,5
No sistematizada 39,05 33,55 5,5
Abandonada 301,6 158,6 143
137
Estratificación sobre superficie cultivada
Existe una marcada concentración de propiedades en los estratos inferiores
(Tabla 3.3.5.). El 53% de los encuestados se encuentra en los estratos que poseen
una superficie inferior a las 10 hectáreas, el 17% posee superficies de 10 a 25
hectáreas, el 11% alcanzan las 25 a 50 hectáreas y un 7% supera las 50 ha.
Consultados aquellos que tienen esta posibilidad acerca de la intención de
ampliar la superficie de cultivo, el 74% respondió en forma negativa y sólo el 26%
afirmó que sí lo haría. Estos últimos piensan hacerlo con vid (26%), con frutales
(23%), con hortalizas (13%), con combinaciones de vid y frutales o vid y hortalizas
o vid con hortalizas y frutales (17%). El resto no tiene una perspectiva clara. En
cuanto a las razones de NO ampliar, las de baja rentabilidad del sector agrícola y el
acceso al financiamiento fueron las más nombradas (29% y 24% respectivamente).
En contraste a la hipótesis previa al estudio la oferta de agua fue reconocida como
limitante a la ampliación sólo en un 5%, mientras que la calidad de los suelos no
fue mencionada.
Tabla 3.3.5. Distribución de los productores por estrato de superficie cultivada
Estrato (ha) Cantidad Porcentaje
Sin cultivar 20 12%
0 a 5 ha 60 40%
5 a 10 19 13%
10 a 25 25 17%
25 a 50 16 11%
50 a 100 6 4%
más 100 4 3%
Mecanización
Tractores
En el área encuestada encontramos que el 66% de los tractores se encuentran
en el rango de menos de 50 HP de potencia siguiéndole el 27% que está entre 51 a
75 HP y el 7% entre 76 a 100 HP. En cuanto a la antigüedad, el 83% tienen más de
15 años, mientras que los restantes se distribuyen de la siguiente forma: 4% con
menos de 5 años, 6% comprendido entre 5 a 9 años y 7% entre 10 a 15 años. Sólo
el 23% de los encuestados afirma contratar tractor para realizar las labores
mecanizadas.
138
Pulverizadoras
El 84% de las propiedades poseen maquinarias para hacer protección
fitosanitaria de los cultivos, esta proporción se reparte en un 63% que poseen
pulverizadora y un 21% que cuentan con atomizadora. Se encuentran maquinarias
como espolvoreadoras (9%), micronizadoras (4%) y otras (3%) que completan los
elementos necesarios. La antigüedad se distribuye así: el 57% tienen más de 15
años, mientras que los restantes se distribuyen de la siguiente forma: 30% con
menos de 5 años, 1% comprendido entre 5 a 9 años y 12% entre 10 a 15 años. Sólo
el 14% afirma contratar maquinaria.
Se puede afirmar que el 83% de las propiedades posee tractor y maquinaria
para efectuar pulverizaciones preventivas y realizar las labores mecanizadas en
forma oportuna, siendo relativamente bajo el porcentaje de alquiler de ambos
elementos. El parque de tractores se encuentra prácticamente amortizado y se
refleja un bajo ritmo de renovación del mismo. En el caso de pulverizadoras se
presenta un menor porcentaje de elementos amortizados y un mayor ritmo de
renovación.
3.3 3. Caracterización de los modelos productivos del río Tunuyán Superior
Según datos relevados con la encuesta realizada a 150 productores de la
zona, los modelos productivos que predominan son los denominados "puros", es
decir, aquellos que tienen solamente vid o frutales en todas sus combinaciones,
sólo hortalizas o sólo forestales.
En el estrato de 0 - 5 ha es donde se encuentra el 42% de los modelos puros.
A partir del estrato de 10 – 25 ha empiezan a predominar los modelos mixtos en
todas sus combinaciones. (Tabla 3.3.6.)
En los modelos puros los cultivos que sobresalen son los frutales y en
especial los de manzano, en todos los estratos, menos en el de 5 a 10 ha en el que
predomina el modelo puro de vid y en el de más de 50 ha, donde los modelos puros
están repartidos en proporciones iguales entre los frutícolas, los hortícolas y otros
como los forestales y forrajeros. (Tabla 3.3.7.)
Una vez identificados los modelos puros y mixtos se determinó cuál era la
composición de los cultivos en los mismos, conforme a la encuesta relevada en la
zona. (Tabla 3.3.8. y 3.3.9.).
Se pudo establecer cuáles habían sido los rendimientos logrados por cultivo,
por modelo y por estrato, como así también los precios logrados por cada producto.
De esta forma se llegó a obtener el valor de la producción para cada modelo
productivo, en la temporada 1999-2000.
139
Los valores de producción encontrados para cada caso permitieron suponer
cuáles serían los modelos que económicamente no pueden permanecer en el
sistema. En general los modelos vitícolas puros, han tenido un ingreso/ha que
osciló entre los $3.780 y los $7.507, dependiendo de la proporción de uvas tintas,
que, en la zona del Valle de Uco, es muy elevada, donde las variedades finas de
vinificar superan en todos los casos el 50% del total de uvas producidas.
Según informantes calificados se habrían implantado en la zona regada por
el río Tunuyán superior entre 3.000 y 5.000 ha correspondientes a modelos puros
de vid en propiedades cuyo tamaño promedio oscilaría entre las 50 y 100 ha. Estos
modelos altamente tecnificados podrían aportar un ingreso/ha cerca de los $
10.000, considerando rendimientos de 150 qq/ha y un precio de la uva de
0,50 $/kg, que es el precio promedio que se pagó en la zona en la última temporada
por uvas tintas finas. Estos mismos informantes declaran que no todos los
emprendimientos podrán lograr estos rendimientos ya que muchos se han
implantado sobre pedregales.
El sistema económico se debilita cuando se analizan los modelos puros de
frutales (especialmente en los que predomina el manzano) que en general no
alcanzan los 2.000 $/ha de ingreso, excepto en el estrato de 5 – 10 ha y de 25 – 50
ha, donde los ingresos alcanzan los 2.882 $/ha y 3.619 $/ha, debido a la influencia
del nogal, los ciruelos y durazneros. En general los modelos puros de frutales
tienen una alta proporción de manzanos envejecidos (44% más de 20 años) y con la
variedad Red Delicius que tiene precio muy bajo en el mercado.
El valor de ingreso por hectárea más bajo en frutales es de $ 1.169 y lo
encontramos en el estrato de menos de 5 ha, donde el 64% de los frutales es
manzano con un rendimiento promedio de 11.157 kg/ha. (Tabla 3.3.8.).
Este bajo rendimiento se debe a lo ya expresado en párrafos anteriores a lo
que se suma la baja tecnología aplicada (sin raleo, sin defensa contra heladas y con
poca o nada de aplicación de agroquímicos). (Tablas 3.3.10 a 3.3.15.)
Tabla 3.3.6
Estrato
(ha)
Nº de propiedades con cultivos Modelos puros Modelos Mixtos
Nº % Nº % Nº %
< 5 61 100 55 90 6 10
5 - 10 20 100 13 65 7 25
10 - 25 25 100 7 28 18 72
25 - 50 16 100 7 44 9 56
50 – 100 6 100 2 33 4 67
> 100 4 100 1 3
Total 132 100 85 64 47 36
Incultos 18 100
140
Tabla 3.3.7. Modelos puros
Estrato
(ha)
Total Frutícola Vid Hortaliza Otros
Nº Sup Nº % Sup % Nº % Sup % Nº % Sup. % N % Sup %
0-5 55 118 30 55 64,7 54 4 7 8 7 20 36 45,3 38 1 2 0,9 1
5-10 13 120 4 31 38,4 32 6 46 46,5 39 2 15 25 21 1 8 10 8
10-25 7 111 5 72 80 72 0 0 0 0 1 14 16 14 1 14 15 14
25-50 7 229 5 72 154 68 1 14 40 17 0 - 0 0 1 14 35 15
50-100 3 251 1 33 80 31 0 0 0 0 1 33 120 49 1 34 51 20
> 100 0 0 0 0 0 0 0 0
Total 85 829 45 53 417,1 50 11 13 94,5 11 24 28 206 25 5 6 111,9 14
Tabla 3.3.8. Valor de la producción por modelos puros y por estratos de superficie
Estrato Modelo
puro
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
0 a 5 ha Vid 14,28 11790 0,50 84443,76 5913,43
Finas 9,78 12000 0,65 76284,00 7800,00
Comunes 4,5 11333 0,16 8159,76 1813,28
Frutales 44,37 8618 0,14 51857,95 1168,76
Manzano 28,18 11157 0,08 25152,3408 892,56
Peral 2,5 4000 0,05 500 200
Cerezo 2,9 1858 1,05 5657,61 1950,9
Duraznero 3,29 10000 0,35 11515 3500
Ciruelo 1,3 8000 0,18 1872 1440
Nogal 6,2 1500 0,77 7161 1155
Hortalizas 46,96 8612 0,15 61391,93 1307,32
Ajo 16,88 13883 0,13 30464,8552 1804,79
Orégano 12,7 821 2,16 22521,672 1773,36
Papa 4,38 3000 0,11 1445,4 330
Zapallo 5,5 13000 0,04 2860 520
Choclo 4 5000 0,05 1000 250
Tomate 1 30000 0,07 2100 2100
Zanahoria 2,5 10000 0,04 1000 400
141
Estrato Modelo
puro
Sup. (has) Rendim.
(kg/ha)
Precio ($/kg) Valor de la producción
($) ($/ha)
5 a 10 ha Vid 59 16655 0,45 442949,64 7507,62
Finas 35 17333 0,6 363993,00 10399,80
Comunes 24 15666 0,21 78956,64 3289,86
Frutales 22,6 35546 0,08 65133,13 2882,00
Manzano 15,1 33333 0,04 20133,132 1333,32
Peral 7,5 40000 0,15 45000 6000
Cerezo 0 0 0
Duraznero 0 0 0
Ciruelo 0 0 0
Nogal 0 0 0
Hortalizas 24 10000 0,10 25050,00 1043,75
Ajo 3 12000 0,05 1800 600
Orégano 6 1500 1,5 13500 2250
Papa 0 0
Zapallo 15 13000 0,05 9750 650
Choclo 0 0
Tomate 0 0
Zanahoria 0 0
Estrato Modelo
puro
Sup.
(has)
Rendim.
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
10 a 25 ha Vid 3 18000 0,21 11340,00 3780,00
Finas 0 0,00 0,00
Comunes 3 18000 0,21 11340 3780
Frutales 80 26104 0,07 139232,47 1740,41
Manzano 37 33333 0,07 86332,47 2333,31
Peral 1 40000 0,04 1600 1600
Cerezo 0 0 0 0 0
Duraznero 20 27500 0,04 22000 1100
Ciruelo 5 19000 0,04 3800 760
Nogal 17 10000 0,15 25500 1500
Hortalizas 28 16571 0,11 50800,00 1814,29
Ajo 14 20000 0,14 39200 2800
Orégano 2 2000 2 8000 4000
Papa 12 15000 0,02 3600 300
Zapallo 0 0 0 0 0
Choclo 0 0 0 0 0
Tomate 0 0 0 0 0
Zanahoria 0 0 0 0 0
142
Estrato Modelo
puro
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
25 a 50 ha Vid 40 34400 0,22 304000,00 7600,00
Finas 8 12000 0,5 48000,00 6000,00
Comunes 32 40000 0,2 256000 8000
Frutales 115 24688 0,15 416298,94 3619,99
Manzano 53 18333 0,06 58298,94 1099,98
Peral 45,5 35000 0,1 159250 3500
Cerezo 0 0 0 0 0
Duraznero 5 25000 0,35 43750 8750
Ciruelo 3,5 20000 0,5 35000 10000
Nogal 8 10000 1,5 120000 15000
Hortalizas 0 0 0 0 0
Ajo 0 0
Orégano 0 0
Papa 0 0
Zapallo 0 0
Choclo 0 0
Tomate 0 0
Zanahoria 0 0
Estrato Modelo
puro
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
50 a 100 ha Vid 0 0 0 0 0
Finas 0 0 0 0,00 0!
Comunes 0 0 0 0 0!
Frutales 135 36111 0,22 1068250,00 7912,96
Manzano 90 35000 0,13 409500 4550
Peral 5 25000 0,15 18750 3750
Cerezo 0 0 0 0 0
Duraznero 40 40000 0,4 640000 16000
Ciruelo 0 0 0 0 0
Nogal 0 0 0 0 0
Hortalizas 0
Forestal 35 0,03 0,00 0,00
143
Estrato Modelo
puro
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
más de100 ha Vid 0 0 0 0 0
Finas 0 0 0 0,00 0
Comunes 0 0 0 0 0
Frutales 0
Manzano 0 0 0 0 0
Peral 0 0 0 0 0
Cerezo 0 0 0 0 0
Duraznero 0 0 0 0 0
Ciruelo 0 0 0 0 0
Nogal 0 0 0 0 0
Hortalizas 180 15267 0,13 363600,00 2020,00
Ajo 120 20000 0,1 240000 2000
Orégano 40 1200 2,2 105600 2640
Papa 0 0 0
Zapallo 20 15000 0,06 18000 900
Choclo 0 0 0
Tomate 0 0 0
Zanahoria 0 0 0
Forestal 51
Tabla 3.3.9. Valor de la producción por modelos mixtos y por estratos de superficie
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
Estrato
0 a 5 ha
Vid 5,5 9909 0,40 21900,00 3981,82
Finas 4 8000 0,6 19200,00 4800,00
Comunes 1,5 15000 0,12 2700 1800
Frutales 4,25 5521 0,47 11087,73 2608,88
Manzano 0 0
Peral 0 0
Cerezo 0,25 1858 1,05 487,725 1950,9
Duraznero 2 10000 0,35 7000 3500
Ciruelo 0 0
Nogal 2 1500 1,2 3600 1800
Hortalizas 10 7011 0,21 14926,80 1492,68
Ajo 3 20000 0,09 5400 1800
Orégano 5 821 2,16 8866,8 1773,36
Papa 2 3000 0,11 660 330
Zapallo 0 0
Choclo 0 0
Tomate 0 0
Zanahoria 0 0
144
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
Estrato
5 a 10 ha
Vid 6 15000 0,60 54000,00 9000,00
Finas 6 15000 0,6 54000,00 9000,00
Comunes 0 0
Frutales 28 11112 0,26 81183,75 2899,42
Manzano 9,5 15000 0,12 17100 1800
Peral 3 40000 0,15 18000 6000
Cerezo 5,5 3750 1,35 27843,75 0
Duraznero 0 0
Ciruelo 2 8000 0,24 3840 0
Nogal 8 1500 1,2 14400 0
Hortalizas 16 14284 0,08 18312,50 1144,53
Ajo 5,5 12500 0,11 7562,5 1375
Orégano 2 400 2 1600 800
Papa 0 0
Zapallo 3 20000 0,05 3000 1000
Choclo 1,5 6000 0,05 450 0
Tomate 2 35000 0,07 4900 0
Zanahoria 2 10000 0,04 800 0
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
Estrato
10 a 25 ha
Vid 41 19640 0,41 332905,00 8119,63
Finas 33,5 19000 0,47 299155,00 8930
Comunes 7,5 22500 0,2 33750 4500
Frutales 96,8 25321 0,26 635439,00 6564,45
Manzano 45,5 32000 0,17 247520 5440
Peral 20,5 35000 0,14 100450 4900
Cerezo 16,5 8666 1 142989 8666
Duraznero 1 40000 0,4 16000 16000
Ciruelo 0,3 12000 0,3 1080 3600
Nogal 13 7000 1,4 127400 9800
Hortalizas 81,5 15595 0,14 181025,00 2221,17
Ajo 28,5 15000 0,2 85500 3000
Orégano 18 2000 1,3 46800 2600
Papa 9 25000 0,05 11250 1250
Zapallo 7 15000 0,06 6300 900
Choclo 0 0
Tomate 11,5 35000 0,07 28175 2450
Zanahoria 7,5 10000 0,04 3000 400
145
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
Estrato
25 a 50 ha
Vid 47 18896 0,43 378756,25 8058,64
Finas 41,5 18750 0,45 350156,25 8437,50
Comunes 5,5 20000 0,26 28600 5200
Frutales 128 17441 0,14 321762,50 2513,77
Manzano 60,5 22500 0,09 122512,5 2025
Peral 20,5 22500 0,04 18450 900
Cerezo 15 10000 0,6 90000 6000
Duraznero 20 7000 0,22 30800 1540
Ciruelo 12 10000 0,5 60000 5000
Nogal 0 0
Hortalizas 96 22861 0,19 421451,72 4390,12
Ajo 46 29666 0,27 368451,72 8009,82
Cebolla 9 0 0
Papa 9 20000 0,09 16200 1800
Zapallo 22 15000 0,06 19800 900
Choclo 0 0
Tomate 4 35000 0,07 9800 2450
Zanahoria 6 30000 0,04 7200 1200
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
Estrato
50 a 100 ha
Vid 7,5 17667 0,32 42250,00 5633,33
Finas 3,5 15000 0,5 26250,00 7500,00
Comunes 4 20000 0,2 16000 4000
Frutales 100,5 14542 0,34 489750,00 4873,13
Manzano 38 25000 0,15 142500 3750
Peral 0 0 0 0 0
Cerezo 18 8000 1,5 216000 12000
Duraznero 5 40000 0,4 80000 16000
Ciruelo 32 5000 0,25 40000 1250
Nogal 7,5 1000 1,5 11250 1500
Hortalizas 99,5 22538 0,08 182675,00 1835,93
Ajo 17 15000 0,3 76500 4500
Arveja 10 4000 0,05 2000 200
Papa 36 25000 0,04 36000 1000
Zapallo 0 0
Cebolla 3,5 25000 0,05 4375 1250
Tomate 20 35000 0,08 56000 2800
Zanahoria 13 20000 0,03 7800 600
146
Superficie
(has)
Rendimiento
(kg/ha)
Precio
($/kg)
Valor de la producción
($) ($/ha)
Estrato
más de
100 ha
Vid 140 20000 0,22 616000,00 4400,00
Finas 0 0 0 0,00 0
Comunes 140 20000 0,22 616000 4400
Frutales 144,5 40076 0,18 1052750,00 7285,47
Manzano 92 40000 0,15 552000 6000
Peral 33 50000 0,17 280500 8500
Cerezo 4,5 8000 1,5 54000 12000
Duraznero 10 40000 0,4 160000 16000
Ciruelo 5 5000 0,25 6250 1250
Nogal 0 0
Hortalizas 60 18333 0,18 200000,00 3333,33
Ajo 40 15000 0,3 180000 4500
Cebolla 0 0
Papa 20 25000 0,04 20000 1000
Zapallo 0 0
Choclo 0 0
Tomate 0 0
Zanahoria 0 0
Tabla 3.3.10. Resumen defensa y raleo
Especies Hacen defensa
%
hace raleo
%
Manzano 47 41
Cerezo 50 5
Ciruelo 61 67
Duraznero 56 50
Membrillo 66 0
Nogal 11 0
Peral 52 0
Tabla 3.3.11. Utilización de fertilizantes
Cultivo Sí
%
No
%
Ns
%
Vid 64 34 2
Frutales 63 36 1
Hortícolas 73 22 5
Otros 6 94 0
147
Tabla 3.3.12. Veces que utilizan fertilizantes
1 vez 2 ó 3 veces Más de 3 veces Ns/Nc
Cultivo % % % %
Vid 78 6 0 16
Frutales 73 4 10 13
Hortícolas 63 16 11 10
Otros 0 0 100 0
Tabla 3.3.13. Pulverizaciones contra enfermedades y plagas
Cultivo Sí
%
No
%
Ns
%
Vid 82 18 0
Frutales 67 29 4
Hortícolas 43 50 7
Otros 11 89 0
Tabla 3.3.14. Número de veces que se realizan tratamiento fitosanitarios
Cultivo 1 vez 2 ó 3 veces Más de 3 veces Ns/Nc
Vid 29 27 39 5
Frutales 28 7 36 30
Hortícolas 60 19 13 9
Otros 50 0 0 50
Tabla 3.3.15. Aplicación de herbicidas
Cultivo Sí
%
No
%
Ns
%
Vid 6 94 0
Frutales 10 84 6
Hortícolas 9 83 8
Otros 0 94 6
148
3.3.4. Tecnología empleada
Raleo en frutales
De los encuestados que poseen frutales a los cuales se les debe practicar
raleo para mejorar la calidad de fruta, solamente el 31% respondió
afirmativamente, quedando un 64% de productores que no lo practican y el resto
contestó que no sabía.
El manzano es la especie en que mayormente se practica (48% de los que
respondieron que sí lo hacen), siguiendo el ciruelo en un 24%, el duraznero en
18%, 8% en peral y cerezo en un 2%. En el resto de las especies no se practica
usualmente.
La forma más usual es hacerlo manualmente y se consumen: 5 jornales/ha en
manzano, 9 jornales/ha para ciruelo y 11 jornales/ha para duraznero.
Hacen raleo: 31%
No hacen raleo: 64%
No sabe: 5%
¿En qué especies se hace raleo?
Hacen raleo en :
Manzano 48 %
Cerezo 2 %
Ciruelo 24 %
Duraznero 18 %
Membrillo No ralea
Nogal No ralea
Peral 8 %
Considerando que la realización de defensa contra heladas y raleo en frutales
son condicionantes para la obtención de cosechas completas y con calibre
adecuado a las exigencias actuales de mercado se observa que en manzanos ambas
prácticas se realizan en proporciones similares pero en menos del 50% de las
parcelas, este porcentaje sube en el caso de ciruelas (61 y 67% respectivamente)y
durazneros (56 y 50%). (Tabla 3.3.10)
Uso de agroquímicos
Para clasificar la información disponible acerca del uso de fertilizantes y
agroquímicos (fungicidas, insecticidas, acaricidas y herbicidas), se han considerado
149
las veces en que se utilizan estos productos en los cultivos tradicionales de la zona.
Los resultados son:
El uso de fertilizantes está ampliamente extendido pero la frecuencia puede
resultar baja en cultivos frutales y hortícolas. (Tablas 3.3.11 y 3.3.12).
Tratamientos fitosanitarios
La realización de los tratamientos preventivos y curativos están extendidos
en un número mayor de aplicaciones, de acuerdo a los esquemas de protección
usualmente practicados en el medio. (Tablas 3.3.13 y 3.3.14)
Utilización de herbicidas
Esta es una práctica aún no generalizada, debido a un mayor grado de
reticencia por parte del productor por cuanto su uso requiere capacitación y
cuidados específicos de acuerdo al cultivo que se trate. (Tabla 3.3.15)
3.3.5. Modelos de baja sustentabilidad
Indudablemente los modelos más susceptibles a ser expulsados son los
frutícolas puros con menor tecnología aplicada y en consecuencia con menor
productividad. Esto ocurrirá no sólo por el desarrollo de nuevos modelos más
rentables, sino también porque el ingreso/ha no permitirá su subsistencia.
Si se considera una finca media ubicada en este estrato de hasta 2,5 ha, el
ingreso anual sería de aproximadamente $ 3.000. Deducidos los gastos operativos
mínimos por hectárea ($900), quedaría $ 2.100/año para la familia, lo que indicaría
un ingreso mensual de 175 pesos, que lo hace no sustentable.
Si se tiene en cuenta que la superficie cultivada en el Valle de Uco se ha
mantenido más o menos constante en varias décadas (DEIE, varios años) el cultivo
de las 3.000 a 5.000 hectáreas con viñedos de uvas finas desplazaría a otras áreas
cultivadas, algunas con vid, frutales u hortalizas, otras con pastura y también
algunas plantaciones realizadas sobre terrenos vírgenes (Hernández, J. Fornero L.,
2000) según lo relevado en el censo del INA y Departamento General de
Irrigación.
Para completar este análisis se elaboró un cuadro con el valor de producción
por Inspección de regantes, por estrato y por modelos. De las inspecciones
encuestadas, una de las menos afectada es la del Matriz Este Unificado que
corresponde a la zona alta con sólo ingreso de agua. Por el contrario, la más
afectada es la Inspección Canal Vista Flores, (con ingreso y egreso de agua) sobre
todo en los estratos más chicos.
150
3.3.6. Impacto del desarrollo de la zona alta del río Tunuyán sobre la zona
irrigada por el río Tunuyán Inferior.
-. Modelos puros
Si se comparan los modelos puros del río Tunuyán superior con los modelos
puros aguas abajo del Carrizal puede verse que en este último caso, los cultivos de
vid están compuestos fundamentalmente por variedades “rosadas” (comunes).
Según un trabajo realizado en la zona irrigada por el Canal Montecaseros, el valor
de la producción por hectárea, actualizado para la cosecha 2000, osciló entre los
3.300 $/ha para los modelos de uvas rosadas y 4.500 $/ha para los modelos con
uvas blancas y tintas finas.(Tabla 3.3.17).
Considerando que la mayor proporción corresponde a uvas rosadas el
ingreso por hectárea alcanzaría los $ 3.500 en los modelos vitícolas puros. Si como
se prevé,en el escenario propuesto en presente estudio, el desarrollo de la zona del
Tunuyán superior provoca salinización aguas abajo, aquel valor se vería
disminuido por la baja en los rendimientos, con lo que estos modelos podrían,
también, desaparecer.
Si se analizan los modelos frutícolas puros en todas las combinaciones de
especies y teniendo como base el trabajo de parámetros realizado para la
Inspección Montecaseros (Morandi, J. L., 1994, IWMI Serie Latinoamericana Nª5,
1999), los rendimientos promedios son bastantes bajos (Tabla 3.3.18) con un
ingreso por ha de 3.000 $/ha (si se tiene en cuenta que la salinidad afectaría
especialmente a los frutales de carozo, este valor podría ser bastante menor,
dependiendo de la salinidad extra que aportarían las aguas destinadas al riego
superficial).(Tabla 3.3.19).
En conclusión, los modelos puros de frutales, especialmente los que poseen
frutas de pepita, regados por el río Tunuyán superior y ubicados en los estratos de
0-10 ha tienden a desaparecer del sistema, reemplazados por modelos de vid en
estratos superiores. Las propiedades regadas por el río Tunuyán inferior, sobre todo
las más pequeñas, también verían comprometida su productividad y por tanto su
permanencia en el sistema, por efecto de la salinización del agua de riego..
- Modelos mixtos (Tabla 3.3.20)
Los modelos mixtos de la zona del Tunuyán superior son menos importantes
que los modelos puros, en los estratos de menor superficie, pero adquieren
importancia a medida que las propiedades se hacen más grandes. El valor de la
producción/ha de estos modelos, es bajo en los estratos pequeños y va aumentando
con el tamaño de la propiedad cultivada.
En este caso es claro que los modelos mixtos más propensos a desaparecer
son los que se encuentran en las propiedades más pequeñas y se corresponden con
los niveles de menor tecnología aplicada.
151
La situación en el Tunuyán inferior y medio no es diferente ya que aunque la
composición de cultivos es distinta, con mayor cantidad de frutales de carozo y
uvas rosadas, los rendimientos podrían bajar debido a una mayor concentración de
sales, haciendo que modelos que hasta hoy son sustentables, dejen de serlo en un
futuro próximo.
Tabla 3.3.16. Valor de la producción por inspección de regantes
del río Tunuyán Superior ($/ha)
Estrato
0 - 5 5 - 10 10 - 25 25 - 50 > 50
Inspec.
M.P. M.M. M.P. M.M. M.P. M.M. M.P. M.M. M.P. M.M.
V. F. H. V F H V F H V F H V F H
Matriz
unific.
Aguanda
1951 1915 5260 5100 1044 3799 7324 6975 2257 2924 1783
Manzano 9489 1680 5000 1469 1044 3780 3149 4559 1467
Vista
Flores
720 1500 1200 1926 6240 1946 6148 4121
Yaucha
Aguanda
1320 2458 1521 2596 6402 844 2143 3529 1520 2907 3000 4843
Salas
Caroca
1988 970 1423 1000 2294 1783
Tabla 3.3.17. Valor de la producción vitícola para la zona irrigada por el río Tunuyán
Inferior
Variedades Producción
(kg) $/kg
Valor de la producción
($)
Tintas finas 16.570.000 0,40 6.628.000
Tintas comunes 22.295.000 0,30 6.898.500
Blancas finas 3.250.000 0,30 975.000
Blancas comunes 27.495.000 0,30 8.248.500
Rosadas 119.298.000 0,15 29.894.700
Total 306.883.000 45.746.200
$/ha 3.654
Fuente: Parámetros de desempeño de la agricultura de riego de Mendoza,
Argentina. IWMI, Serie Latinoamericana: N°5.
152
Tabla 3.3.18. Rendimientos
Especies Kg/ha
Ciruelo 12.000
Duraznero 15.000
Peral 20.000
Damasco 12.000
Olivo 5.000
Fuente. Proyecto: Parámetros de desempeño de la agricultura de riego de
Mendoza, Argentina. IWMI, Serie Latinoamericana: N°5. Rehabilitación de los
sistemas de riego del río Tunuyán inferior
Tabla 3.3.19. Producción total y valor de la producción frutícola
Especie Ciruelo Durazno Peral Damasco Olivo Total
($)
Producción (kg) 6.845.000 10.801.000 2.486.000 1.986.000 762.000 13.160.000
Px/($/kg) 0,17 0,25 0,15 0,10 0,35 -
Valor producción ($) 1.163.650 2.700.250 372.900 198.600 266.700 4.702.100
$/ha (considerando 1.564 ha c/frutales) 3.000
Fuente: Parámetros de desempeño de la agricultura de riego de Mendoza,
Argentina. IWMI, Serie Latinoamericana: N°5.
Tabla 3.3.20. Resumen valor de la producción en modelos mixtos
Estrato 0 a 5 ha 5 a 10 10 a 25 25 a 50 50 a 100 más 100
Superficie Total 19,75 58 224,3 313 207,5 344,5
Valor total($) 47,914,53 153,496,25 1,149,369,00 1,121,970,47 714,675,00 1,868,750,00
Valor/ha ($/ha) 2,426,05 2,646,49 5,124,25 3,584,57 3,444,22 5,424,53
153
3.3.7. Conclusiones
- En la zona del Valle de Uco regada por el río Tunuyán un poco más del
50% de las empresas tiene como régimen de tenencia la propiedad
personal.
- Si bien el 59% de las empresas tiene como régimen de tenencia la
propiedad personal, un porcentaje más elevado (70%) corresponde a las
propiedades que son dirigidas por sus propietarios. Esto indica la
importancia de la figura del propietario en el manejo de las fincas.
- La ocupación de mano de obra permanente en la zona rural tiende a ser
cada vez menor, debido a la mayor tecnificación con que se aplica el agua
(general para toda la Provincia).
- No existe un aumento significativo de la superficie cultivada irrigada con
agua superficial entre 1997 y el año 2000.
- Al igual que en el resto de los oasis irrigado, más del 50% de los
productores están ubicados en el estrato de superficie cultivada inferior a
las 10 ha.
- De los productores que tienen superficie disponible para ampliar su área
cultivada total, una gran mayoría no lo hará debido a problemas financieros
y de rentabilidad del agro.
- Las propiedades tienen en su mayoría un tractor y maquinarias para
tratamientos fitosanitarios, pero, también en su mayoría, éstos están
obsoletos.
- Los modelos productivos imperantes en la zona son los modelos puros de
vid o frutales y los mixtos (combinación de vid y frutales) y
correspondiendo el 64% para los puros y 36% para los mixtos. Dicha
proporción es similar a la de los otros oasis irrigados en la provincia.
- El frutal predominante en la zona es el manzano y con respecto a la vid,
hay una gran proporción de variedades aptas para vinos finos.
- Esta composición de los modelos productivos está variando por la
presencia de fuertes inversiones en modelos puros de vid y de frutales con
propiedades que superan las 50 ha, con riego tecnificado y extracción de
agua por bombeo.
- La tecnología aplicada en frutales es muy pobre (menos de la mitad ralea y
hace control de heladas, labores que son determinantes para la obtención
de buenos rendimientos y calibres adecuados).
154
- Los modelos puros de frutales y en especial los de manzanos con baja
tecnología, ubicados en los estratos de menos de 5 ha tienden a desaparecer
debido a los ocasionados por bajos ingresos y bajos rendimientos.
- Una de las zonas más afectadas es Vista Flores (sobre todo las fincas
ubicadas en los estratos de menor superficie).
- Una de las zonas con mayores ingresos por hectárea corresponde a lo
Inspección Matriz Este Unificado (zona alta).
- En la zona regada por el río Tunuyán Inferior, los modelos que tienden a
desaparecer son los modelos puros de frutales, especialmente duraznero
(muy sensible a las sales).
- En la misma zona también verían comprometida su productividad y por lo
tanto su ingreso/ha, las propiedades con variedades vitícolas
moderadamente sensibles a la salinidad.
- En general la zona cultivada del río Tunuyán inferior se vería cada vez más
comprometida a medida que aumenta el contenido de sales del agua de
riego y del suelo.
3.3.8. Bibliografía
DEIE e INDEC, Censos Agrícolas y Estadísticas Departamentales, varios años.
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS ECONÓMICO-JURÍDICO Y SOCIALES.
Trabajos inéditos.
DEPARTAMENTO GENERAL DE IRRIGACIÓN (DGI). Planificación
hídrica de Mendoza. Informe de Avance, agosto 1999.
HARZA HISA U.T.E. Aprovechamiento Integral del Río Grande. Trasvase del
río Grande al río Atuel. Contrato Nº Res. 327 – ADP – 1999.
Hernández, J. y L. Fornero. “Evaluación hidrogeológica de la Cuenca del Valle
de Uco – Mendoza. Convenio Departamento General de Irrigación, Instituto
Nacional del Agua y del Ambiente. Centro Regional Andino. (Versión
preliminar sujeto a revisión), julio 2000.
INSTITUTO DE DESARROLLO RURAL (IDR). Caracterización económica
de Mendoza, 1999.
IWMI Serie Latinoamericana Nª5, “Parámetros de desempeño de la agricultura
de riego de Mendoza, Argentina”. 1999
Morandi, J. L., “Proyecto: Rehabilitación de los sistemas de riego del río
Tunuyán Inferior”. Informe final. Setiembre 1994.
155
4. EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL
Alejandro Drovandi y Ester R. Antoniolli4.1. Introducción
Como se ha explicado precedentemente, el principal objetivo perseguido con
este estudio es el de evaluar el impacto ambiental producto de los cambios
resultantes del desarrollo producido en la cuenca alta del Río Tunuyán Superior
sobre los medios físico, biológico y socioeconómico de la cuenca baja del mismo
río.
Ello resultará en un diagnóstico que permitirá, posteriormente, cuantificar
los bienes económicos que la sociedad debería destinar para prevenir y/o revertir el
progresivo deterioro de los recursos afectados.
Además de ello, se podrán delinear estrategias y pautas de política hídrica y
ambiental, tendientes a la recuperación y preservación del área de estudio, para
asegurar su desarrollo sustentable.
Previo a esto, se introducirán brevemente algunos conceptos relacionados
con la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA).
Conviene para ello hacer referencia a algunas definiciones de reconocidos
especialistas en el tema. Primeramente se debe recordar que el Medio Ambiente
“es el entorno vital, o sea el conjunto de factores físico-naturales, estéticos,
culturales, sociales y económicos que interaccionan con el individuo y con la
comunidad en que vive. El concepto de Medio Ambiente implica directa e
íntimamente al hombre, ya que se concibe no sólo como aquello que lo rodea en el
ámbito espacial, sino que además incluye el factor tiempo, es decir, el uso que de
ese espacio hace la humanidad referido a la herencia cultural e histórica” (V.
Conesa Fernández-Vítora, 1993).
También conviene recordar que el Medio Ambiente es la fuente de recursos
que abastece al ser humano de las materias primas y energía que necesita para su
desarrollo sobre el planeta. Ahora bien, sólo una parte de esos recursos es
renovable y se requiere, por tanto, un tratamiento cuidadoso para evitar que un uso
anárquico de aquellos conduzca a una situación irreversible.
Las acciones humanas afectan de manera ostensible a multitud de
ecosistemas, modificando la evolución natural del globo. Es para ello que se han
desarrollado las denominadas Evaluaciones de Impacto Ambiental, que constituyen
una de las más sólidas bases técnicas con vistas a evitar abusos directos y/o
indirectos que sobre el Medio Ambiente acarrean las acciones humanas.
Estas evaluaciones pretenden, como principio, establecer un equilibrio entre
el desarrollo de la actividad humana y el Medio Ambiente, sin pretender llegar a
156
ser una figura negativa u obstruccionista, ni un freno al desarrollo, sino un
instrumento operativo para impedir sobreexplotaciones del medio natural y limitar
al desarrollismo negativo y anárquico. Cada proyecto, obra o actividad ocasionará
sobre el entorno en el que se ubique una perturbación, la cual deberá ser
minimizada sobre la base de los estudios de impacto ambiental, que con motivo de
la ejecución de las mismas, se llevará a cabo por los técnicos pertinentes.
Se dice que hay impacto ambiental cuando una acción o actividad produce
una alteración, favorable o desfavorable, en el medio o en alguno de los
componentes del mismo. Esta acción puede ser un proyecto de ingeniería, un
programa, un plan, una ley o una disposición administrativa con implicancias
ambientales.
Hay que hacer constar que el término impacto no implica negatividad, ya
que éstos pueden ser tanto positivos como negativos.
El impacto de un proyecto sobre el medio ambiente es la diferencia entre la
situación del medio ambiente futuro modificado, tal y como se manifestaría como
consecuencia de la realización del proyecto, y la situación del medio ambiente
futuro tal como habría evolucionado normalmente sin dicha actuación, es decir, la
alteración neta (positiva o negativa) resultante de una actuación.
En términos generales, la EIA es una herramienta necesaria para paliar
efectos forzados por situaciones que se caracterizan por:
Carencia de sincronización entre el crecimiento de la población y el
crecimiento de la infraestructura y los servicios básicos que a ella han
de ser destinados.
Demanda creciente de espacios y servicios consecuencia de la
movilidad de la población y el crecimiento del nivel de vida.
Degradación progresiva del medio natural, con incidencia especial en
contaminación y mala gestión de los recursos atmosféricos,
hidráulicos, geológicos, edafológicos y paisajísticos; ruptura del
equilibrio biológico y de las cadenas tróficas, como consecuencia de
la destrucción de diversas especies vegetales y animales;
perturbaciones imputables a desechos o residuos, tanto de origen
urbano como industrial y deterioro y mala gestión del patrimonio
histórico-cultural.
157
En general, las EIA responden al siguiente esquema:
Fig. 4.1. Esquema general de una EIA
Debido a las particularidades del presente estudio, no se ha cumplido con el
desarrollo de la totalidad de las etapas delineadas en la figura anterior, sino que se
ha adaptado la información disponible, en el marco de un proyecto de desarrollo no
planificado sino de evolución espontánea, a una metodología de análisis de impacto
ambiental para así prever la problemática futura.
En el caso del estudio que nos ocupa, el esquema seguido ha sido el
siguiente:
158
1. Análisis de la información (realizado en los ítems precedentes)
2. Determinación del área (realizado en los ítems precedentes)
3. Estudio del medio (realizado en los ítems precedentes)
4. Análisis del proyecto de desarrollo (en parte ya iniciado y también
realizado en los ítems precedentes)
5. Identificación de impactos ambientales
6. Predicción de impactos ambientales (encadenamiento de efectos)
7. Evaluación del impacto ambiental (valoración cualitativa de los impactos
ambientales identificados y valoración cuantitativa de los mismos)
8. Medidas correctoras y de mitigación
Tal como se desprende del listado anterior, una vez identificados los
impactos y elaborado el encadenamiento de efectos ambientales, se efectúa una
valoración cualitativa de los mismos. Ello se ha realizado por medio de la
denominada "matriz de importancia", la que permite obtener una primera
valoración (de tipo predominantemente cualitativa) de los impactos identificados.
Cada casilla de cruce en la matriz, da una idea del efecto de las acciones sobre los
diferentes factores ambientales impactados. Estas casillas de cruce estarán
ocupadas por la valoración correspondiente a siete símbolos: Signo, Intensidad,
Extensión, Momento, Persistencia, Reversibilidad, Medidas Correctoras y
finalmente, mediante un algoritmo, se obtendrá la Importancia en cada caso. La
cuantificación para los diferentes factores que permiten calcular la Importancia de
los impactos ambientales, ha sido realizada por el ó los especialistas
correspondientes en cada tema.
Para realizar una diferenciación entre los impactos negativos obtenidos en la
mencionada Matriz de Importancia se aplicó un valor umbral de –25, el que
permite separar los impactos considerados menos y más importantes. Estos últimos
serán presentados en la Matriz Depurada y serán los que se considerarán para
continuar el análisis.
Posteriormente se utilizará un modelo matricial para la cuantificación de los
impactos ambientales. El objetivo del mismo es llegar a establecer, en primer lugar
y a través de los factores ambientales considerados, los indicadores capaces de
medirlos, la unidad de medida y la magnitud de los mismos.
Una vez hecho ello se presentará una valoración económica de los
principales impactos negativos resultantes del análisis ambiental anterior.
Posteriormente, una vez cuantificados los impactos ambientales resultantes,
se identificarán las posibles medidas correctoras y de mitigación previstas para
evitar ó reducir impactos negativos significativos.
159
4.2. Resultados de la Evaluación de Impacto Ambiental
Matriz de identificación de Impactos Ambientales
En la siguiente matriz se identifica con X en donde existe interacción entre el
proyecto y el factor ambiental correspondiente.
160
Predicción de impactos ambientales (encadenamiento de efectos)
161
Valoración cualitativa de impactos ambientales (Matriz de Importancia)
162
En la matriz que sigue se presentan los valores que toma la Importancia de
los impactos identificados de acuerdo a los factores que lo componen. El resultado
de la importancia surge del algoritmo siguiente:
RPMEIaImportanci 23
Matriz depurada
En la siguiente matriz se presentan las interacciones cuya importancia supera
el valor umbral fijado (-25) y que por lo tanto serán consideradas en el resto del
análisis de impacto ambiental.
163
Valoración cuantitativa de impactos ambientales
164
4.3. Interpretación de la cuantificación de los impactos
Interacción 15: afectación del factor “cantidad de agua superficial”
Tal como se refiere en el apartado que trata sobre los resultados de la
evaluación física, los valores de oferta hídrica del Río Tunuyán Superior medidos
en Costa Anzorena, (punto inferior de registro en la cuenca alta) muestran que el
máximo caudal promedio registrado fue algo más de 30 m3/seg. Por otro lado, se
explica que el desarrollo de unas 20.000 ha en la cuenca del Tunuyán Superior
implicará una disminución de dicho caudal, el que se situaría en valores de
alrededor de 16 m3/seg. Esto implica que la diferencia de caudal entre las dos
situaciones sería de 14 m3/seg. Este valor puede alcanzarse en el futuro con el
desarrollo explicado.
Interacción 16: afectación del factor “calidad del agua superficial” como C.E)
En este caso y en un todo de acuerdo con lo explicado en la interacción 15,
una disminución de los caudales aportados desde la cuenca superior implicará
cambios de la calidad del agua que llega a Costa Anzorena, en este caso en
términos de su salinidad. Así, pues, el valor de Conductividad Eléctrica del agua
para el caudal de máximo mencionado de 30 m3/seg es de 1130 mmhos/cm,
mientras que para el caso del máximo desarrollo anticipado en la cuenca alta, con
la consiguiente disminución del caudal medido en Costa Anzorena, la salinidad
tomaría valores del orden de los 1400 mmhos/cm. Esto quiere decir que se
producirá un aumento neto en los valores de CE de 270 mmhos/cm.
Interacción 17: afectación del factor “cantidad de agua superficial en cuerpos de
agua”
Aquí se hace referencia a la disponibilidad de agua que llega a el embalse El
Carrizal, desde donde se regulan los caudales a entregar al sistema de riego de la
cuenca Inferior del Río Tunuyán. En este caso, en forma similar a lo explicado para
la interacción 15, existirá una diferencia negativa de 14 m3/seg en los aportes al
embalse.
Interacción 18: afectación del factor “calidad del agua superficial en cuerpos de
agua”
La interacción analizada aquí se refiere a un aumento relativo de la materia
orgánica (en términos de la Demanda Química de Oxígeno, DQO) en el embalse El
Carrizal. Los valores medidos en Costa Anzorena durante el período de estudio
muestran una DQO promedio de 171 mg/dm3, mientras que con el menor caudal
resultante del desarrollo esperado, dicho valor alcanzaría valores estimados en 262
165
mg/dm3. Ello implica una ganancia neta, en términos de materia orgánica, de 91
mg/dm3.
Interacción 19: afectación del factor “sedimentación en cuerpos de agua”
En este caso se presenta la diferencia en el aporte de sólidos (sólidos
sedimentables en 2 horas) entre el escenario actual y el futuro. Los valores
promedio de sólidos sedimentables para la cuenca alta del Río Tunuyán es de 0,066
cm3/dm
3. El incremento que puede anticiparse en este caso es que dichos valores
lleguen a 0,13 cm3/dm
3. Ello significa principalmente una acelerada reducción de la
vida útil del embalse.
Interacción 20: afectación del factor “salinidad del agua subterránea”
En este caso puede anticiparse una segura afectación del recurso subterráneo
en términos de su CE aunque no ha sido posible anticipar valores de CE para un
escenario futuro luego del desarrollo comentado en la cuenca del río Tunuyán
superior. De todas formas se ha podido estimar que la influencia del arribo del agua
subterránea a la zona cultivada del río Tunuyán inferior con nuevos valores de CE,
mayores que los actuales (1200 micromhos/cm para el nivel III de explotación)
llevará un tiempo importante si se estima ello en función de la porosidad y la
conductividad hidráulica de los suelos en la zona. Sin embargo, una vez que este
proceso se desarrolle y se instale la problemática, la calidad del agua en los
acuíferos (actualmente muy deteriorados en sus primeros dos niveles de
explotación) disminuirá sensiblemente, lo que tendrá graves implicancias para las
actividades productividades en la zona.
Interacción 21: afectación del factor “cantidad de agua subterránea”
Como puede apreciarse en la matriz anterior, la extracción de agua
subterránea en la cuenca alta del río Tunuyán ascienden a cerca de 188 hm3,
mientras que en un escenario de gran desarrollo en dicha zona puede estimarse que
dicho valor se aproximará a los 388 hm3. Esto pone de manifiesto que entre una y
otra situación se producirá un aumento de agua extraída de aproximadamente 200
hm3. Las implicancias de esto están analizadas en diversos puntos a lo largo de esta
investigación.
Interacción 33: afectación del factor “diferenciación social”
Analizando los antecedentes disponibles sobre “superficie abandonada” y
superficie “no sistematizada” a nivel del sistema del río Tunuyán inferior, puede
elaborarse un índice de “tasa de degradación” en la zona. Los valores para dicho
índice muestran que el mismo se ha duplicado desde comienzos de la década de los
´90 (6,28 %) hasta la actualidad (13 %). Considerando dichos valores y planteando
166
la hipótesis de desarrollo en la cuenca superior, con todas las implicancias que ello
tendrá, puede estimarse que el valor de degradación puede duplicarse durante la
próxima década, llegando así a valores del 26 %. Ello representará una diferencia
del 13 % con respecto a los valores presentes de degradación, lo que significa que
ese porcentaje de productores ingresarán a categorías sociales inferiores,
diferenciándose de los más prósperos.
Interacción 35: afectación del factor “participación en la Inspección de cauce”
Para cuantificar la afectación sobre este factor se ha considerado la categoría
de productores ABD (abandonado) que asisten “rara vez – nunca” a las reuniones
de la Inspección de Cauce. Actualmente el valor para dicha categoría asciende a
casi un 84 %, lo que se considera ya en un estado terminal. Es por ello que los
valores de proyección futura, de continuar la degradación en la zona de la cuenca
inferior se acercaría al 100 %. La diferencia, pues caerá en un 16 %.
Interacción 41: afectación del factor “tasa de inversión en mejoramiento de la
red”
Este indicador expresa el cambio en la inversión en Operación y
Mantenimiento en la red de riego. Los valores correspondientes a este rubro (en %
del presupuesto de la Inspección) señalaban una cifra promedio del 49 %. Para
estimar el valor futuro una vez que se desarrolle la cuenca alta del Río Tunuyán, se
ha utilizado el valor correspondiente a la subcuenca Media de la misma cuenca (la
más degradada dentro de la cuenca alta) que ascendió al 29 % en el año 1998. La
diferencia resultante, pues, será del 20 %.
Interacción 49: afectación del factor “grado de insatisfacción de los usuarios”
El indicador utilizado se estima útil para medir la posibilidad de
desencadenamiento de conflictos, en este caso en cuanto a la cantidad de agua
recibida y/o a su insatisfactoria calidad. Para la situación actual se ha utilizado el
valor 45 %, el que surge de estudios realizados por el INA en la zona del Tunuyán
Inferior, lo que se estima podría elevarse al 85 %. La diferencia, pues, será
entonces de un 40 % de aumento en la insatisafacción de los usuarios.
Interacción 54: afectación del factor “estilos de vida”
La variación de la mano de obra permanente ocupada en las explotaciones
agrícolas respecto de la superficie cultivada es un índice que permite explicar los
aumentos de los índices de pobreza en el campo y con ello la gente que queda
marginada del sistema productivo tradicional con el consiguiente cambio en el
estilo de vida. Para valorar esto se considera que, actualmente, a nivel de la cuenca
del Tunuyán Inferior existe un valor de 5,8 ha/E.H. (hectáreas por Equivalente
Hombre). Para estimar el impacto sobre el factor en análisis se ha utilizado la
167
relación que existe actualmente en la zona de riego del río Atuel, al sur de la
Provincia de Mendoza. En dicho sistema, con serios problemas de salinización de
agua y suelos, la relación es de 12,8 ha/E.H. de mano permanente. Esto implica que
la variación estimada entre una situación y otra existirá una variación de 7 ha/E.H.
Interacciones 56: afectación del factor “% disminución de rendimientos en vid”
y 57: “% disminución de rendimientos en frutales de carozo”
Estos indicadores sirven para marcar la problemática descripta sobre los
rendimientos de los principales cultivos de la cuenca inferior del río Tunuyán. En
cuanto a la vid, analizando los datos de rendimiento en función de la CE para la
situación actual y la resultante del desarrollo en estudio, los % ascienden a 81 y 74
respectivamente, alcanzando una diferencia en rendimientos de 7 %. Para el caso
del duraznero (el frutal de carozo más representativo de la zona) dichas cifras
alcanzan valores de 63 y 46 %, respectivamente, marcando una diferencia mayor
en los rendimientos esperados de durazneros, la que alcanzaría en este caso un
17 %.
Interacción 58: (afectación del factor “superficie factible de riego”
Para esta interacción se debe considerar que el nuevo panorama de menor
disponibilidad de recurso hídrico superficial y con valores de CE mayor,
aumentarán los requerimientos de lixiviación con respecto a los valores actuales,
con lo que la oferta de agua para las casi 80.000 ha actuales se reduciría a la
posibilidad de irrigar en esas condiciones solamente a 30.000 ha, es decir que la
disminución en tales condiciones sería de unas 50.000 ha con respecto a los valores
actuales.
Interacción 59: afectación del factor “recaudación de la administración”
El %porcentaje de recaudación actual en la cuenca inferior del río Tunuyán
asciende a un valor de 65 %. En el marco de una degradación física y social futura,
dichos valores disminuirían, estimativamente, al 45 %. Este último valor
corresponde al % de recaudación de la sub-zona media de la cuenca superior del río
Tunuyán, la que es actualmente la más degradada. La diferencia entre una y otra
situación será, entonces, del 20 %.
Interacciones 60 y 61: afectación del factor “pérdida de ingresos productores de
vid” y “pérdida de ingresos productores de durazneros”
Como se explicará con mayor detalle a continuación en el apartado
“Evaluación económica del impacto” considerando los efectos físicos ya
descriptos, se estima que le la pérdida anual de ingresos de productores de vid y
durazneros será, respectivamente, de $ 17.000.000 y $ 13.500.000.
168
4.4. Evaluación económica de los impactos
4.4.1. Evaluación económica del impacto sobre el medio físico-natural
Impacto de la salinización de los suelos
Si se intenta una proyección futura del o los posibles impactos que generaría
la hipótesis que se ha venido manejando en este estudio, es decir, un fuerte
crecimiento de la cuenca del río Tunuyán superior a expensas del recurso hídrico
actual (superficial y -fundamentalmente- subterráneo), se podría afirmar que, en un
comienzo, la disminución del recurso agua para riego afectaría la productividad de
las tierras bajo riego. Esto se debería al deterioro de la calidad del recurso y a las
mayores demandas de los cultivos para compensar el requerimiento de lixiviación
de sales del perfil de suelo explorado por las raíces. Si se deja avanzar el fenómeno
de la salinización en el tiempo, sin tomar los recaudos necesarios para su control,
se vería comprometida la actual composición de los modelos productivos. Los
cultivos más sensibles a los efectos nocivos de la salinidad (tanto a la
concentración de sales como a sus iones), serán los primeros en salir del circuito
productivo. En el caso del río Tunuyán inferior desaparecerán las plantaciones de
durazneros actualmente existentes, por tratarse de cultivos muy sensibles a la
presencia de sales en el suelo.
Se completa la idea de magnitud del impacto futuro si se tiene en cuenta que,
actualmente, los productores están obteniendo por sus cultivos márgenes de
beneficio muy reducidos. Con la disminución de sus ingresos, desaparecerán las
posibilidades de financiamiento de cualquier tipo de reconversión del modelo de
cultivos. Esto provocará un abrupto desmejoramiento de las condiciones actuales
de los montes frutales, lo que traería aparejado un empobrecimiento generalizado
de la zona.
A continuación se esbozan algunos números que pretenden cuantificar los
diferentes impactos sobre uso del suelo y pérdida de la productividad:
En la actualidad se riegan por el río Tunuyán inferior 4.500 ha de durazneros
(Censo frutícola, Mendoza, 1992). Si se considera un valor promedio de la
producción de $3.000/ha.año, la pérdida del ingreso bruto de la zona podría
estimarse en $ 13.500.000 (item 2.3).
A esto se debería agregar la pérdida de rendimientos en vid, cultivo
moderadamente sensible a la salinidad. De acuerdo a lo calculado (item 1.1) esa
pérdida oscilaría alrededor del 22% de la producción y alcanzaría a un valor de $
17.000.000/año (calculado en base a un rendimientos promedio para variedades
“mezcla” de 108 qq/ha).
169
108 qq/ha x 0,22 x 71.300 ha = 1.700.000 qq / año
1.700.000 qq /año x 10 $/qq = 17.000.000 $/año (item 2.3)
Desde el punto de vista del uso del recurso hídrico el deterioro de la calidad
del agua incrementa la salinidad en la solución del suelo lo que se traduce en un
requerimiento de lixiviación creciente que puede alcanzar hasta tres veces la actual
demanda de agua (item 1.1). Considerando que se trata de un recurso limitado y
teniendo en cuenta el uso consuntivo de los cultivos y la tecnología de riego actual,
lo que ocurrirá en la práctica es que la oferta disponible de agua alcance sólo para
regar un tercio de la superficie actual (algo más de 80.000 ha). Es decir que, en el
peor de los escenarios, quedarían sin regar aproximadamente 50.000 ha, cifra por
demás elocuente. Estas 50.000 ha sin dotación de riego superficial sufrirían una
pérdida de valor inmobiliario ya que en los oasis de las zonas áridas la tierra sin
agua para riego pierde –prácticamente- todo su valor agrícola. Como ejemplo, se
puede citar que -en la actualidad- las tierras con derecho de riego se cotizan entre 4
a 6000 $/ha y sin derecho de riego (y sin posibilidad de extraer agua de calidad de
las napas subterráneas), no existe mercado de tierras. Si se quisiera cuantificar esta
pérdida se tendría un valor estimado de alrededor de 250 millones de pesos. A ésto
se debería agregar la suma de efectos negativos secundarios que seguirían a la
desvalorización de la tierra.
(50000 ha x 5000 $/ha = $ 250.000.000)
Impacto de la contaminación del recurso hídrico
Se considera que uno de los componentes más importantes de contaminación
del agua de riego, de importancia para la salud humana, es la contaminación
causada por el uso urbano del agua de riego que practican las nueve (9) ciudades de
la cuenca alta y baja del río Tunuyán y otros asentamientos poblacionales de
importancia dispersos en el área (aproximadamente 250.000 habitantes).
Se ha pensado que una forma sencilla de evaluar el impacto de la
contaminación del recurso hídrico con efluentes provenientes del uso urbano del
agua de riego podía obtenerse a través de la cuantificación de volúmenes y de la
asignación de un determinado valor al costo de tratamiento de los mismos. Se ha
considerado que aquéllos debieran dejar el agua en condiciones de aptitud para el
riego y el uso doméstico secundario (lavado de utensilios, cocción de alimentos,
etc.). Si se asume que la provincia tiene un consumo bruto medio de 500 l
/día.persona y uno neto de 200 l/día persona el volumen de las aguas residuales de
origen doméstico alcanzaría a los 18,2 hm3/año.
170
Los especialistas en ingeniería sanitaria aconsejan, para las condiciones
predominantes en nuestro medio, el tratamiento de las aguas residuales a través de
lagunas de oxidación, convenientemente ubicadas y de diseño racional. Éstas
pueden ser impermeabilizadas o sin impermeabilizar y sus costos de construcción
varían alrededor de 30 centavos/m3 para el primer caso y 5-10 centavos/ m
3 para el
segundo. En base a estos cálculos una primera estimación del costo mínimo del
tratamiento de los volúmenes liberados por el uso urbano del Tunuyán arrojaría un
valor de $ 1.820.000.
día/m000.50000.1
000.000.50d/l200xhab250000 3
33
hm2,18000.000.1
año/día365xdía/m000.50
18,2 hm3 = 18.2000.000 m
3 x $ 0,10 = $ 1.820.000
Otros criterios de valoración del impacto de la contaminación sobre el
recurso hídrico podrían buscarse en la pérdida de la natural potencialidad del
embalse El Carrizal en función de los distintos usos: energético, paisajístico,
recreativo, etc., todos ellos de gran importancia al momento de considerar el
desafío de la preservación de la calidad del agua, a la par que generar un modelo de
desarrollo sustentable para la sociedad de la que es beneficiaria.
4.4.2. Evaluación económica del impacto en el medio socio-económico-cultural
- Impacto sobre el ingreso de los agricultores
A medida que se produzca la pérdida de ingresos arriba cuantificada, en la
zona afectada van a ir desapareciendo unidades productivas, aquellas que
corresponden a productores con menos de 10 ha, caracterizados como CAMP ó
PFC (ver Item 2.2), y/o aquellas cuyo modelo productivo responda a la
caracterización “ modelo puro” de durazneros.
Para estimar la cantidad de productores que podría quedar fuera del sistema,
se considera que en la zona regada por el río Tunuyán inferior hay 3.600
explotaciones frutícolas (Censo Frutícola, Mendoza, 1992), de las cuáles el 61%
está comprendido en el estrato de superficie menor a 10 ha (2.200 explotaciones).
De éstas el 50% corresponde a modelos frutícolas puros, es decir 1.100 productores
(ítem II.3). Si se tiene en cuenta que el 26% de la superficie frutícola del área está
ocupada por durazneros, se podría inferir que una igual proporción de productores (
1.100 x 0.26 = 285), es decir, 285 serían los primeros en salir del sistema
171
productivo. La salida de este circuito costaría a la provincia –como mínimo- un
equivalente en subsidios para desocupados de $684.000 /año.
( 285 productores x 200 $/mes x 12 meses/año = $ 684.000/año).
A estos 285 productores le seguirían otros 650 que corresponderían a
aquéllos cuyas propiedades están comprendidas en el estrato de superficie superior
a 10 ha y cuyos modelos productivos sean “modelos puros” o “mixtos”, pero que
poseen plantaciones de durazneros.
- Impacto sobre la capacidad contributiva.
Se ha considerado como capacidad contributiva a la cuota parte del canon
que se destina al pago de los costos de mantenimiento del Departamento General
de Irrigación (cuota de sostenimiento). A valores actuales esta cuota sostenimiento
equivale al 23% del canon por lo que la pérdida de la capacidad productiva de los
usuarios ascendería a $ 293.020
(30000 ha x $ 42.47 / ha.año = 1.274.000 $ / año
1.274.000 $ /año x 0.23 = 293.020 $ / año).
- Deterioro de la red de riego y drenaje
Los costos ocasionados por el deterioro de la red de riego y drenaje estarían
representados por la participación del rubro Limpieza y Mantenimiento de canales
en el Presupuesto de las Inspecciones de cauce que, en función de los valores
relevados oportunamente, oscila alrededor del 37%. Si se considera un promedio
de $17.7/ha.año como Prorrata de la Inspección el monto de la disminución de la
inversión en este rubro alcanzaría a $ 327.450
( 50.000 ha x $ 17.7 /ha. año = $ 885.000)
- Pérdida de la capacidad de inversión
Se considera una expresión de la pérdida de la capacidad de inversión a la
sumatoria de los aportes destinados a obras mayores, obras menores y dique en el
Presupuesto del DGI de la cuenca del río Tunuyán inferior. El valor promedio
obtenido es de $ 24.7 /ha.año y la sumatoria de rubros enunciada equivale al 10%
del Presupuesto del DGI para la cuenca en estudio. Por lo tanto, la pérdida de la
capacidad de inversión alcanza los $ 123.500
(50.000 ha x $ 24.7 /ha.año = $ 1.235.000
$1.235.000 x 0.10 = $123.500)
172
- Impacto en la población rural (emigración por falta de oportunidad de empleo)
Teniendo en cuenta la evolución del índice que relaciona hectáreas
cultivadas con población rural en la Tabla 3.2.1 puede verse que los habitantes de
la zona del estudio tienen –para su sostenimiento- cada vez menor superficie
cultivada. Se explica así el aumento de pobreza de la zona rural y el éxodo
poblacional, agudizado a partir de la década del 70.
Los resultados que se derivan de la tabla se complementan con el índice
obtenido en el Valle de Uco sobre equivalentes hombre y superficie de manejo.
Mientras en el Valle de Uco cada equivalente hombre (mano de obra permanente)
maneja 5,8 ha, en el sur de la provincia (zona de influencia del río Atuel) -con
serios problemas de salinización de suelos y agua este número se eleva a 12,8 ha
(HARZA-INISA, 1999).
Tabla 4.4.1. Evolución de la superficie cultivada en relación a la población rural
Años Superficie
Cultivada
Población
rural ha cultivada/ poblacion rural
1900 160.000 116.137 1.38
1920 256.293 187.075 1.37
1950 270.536 256.630 1.05
1970 323.028 332.154 0.97
1998 268.477 378.137 0.71
Fuente: Censos agrícolas y de población de la provincia
Como puede verse cada vez hay menos mano de obra de carácter
permanente en las explotaciones agrícolas. Relacionando los dos índices antes
mencionados se podría concluir que cada vez hay menos mano de obra de carácter
permanente ocupada y más habitantes rurales que deben vivir con las mismas
remuneraciones, es decir, más desocupados y/o empleo precario y menores
ingresos por poblador rural.
Si se intenta cuantificar este razonamiento, el valor actual de la producción
en el río Tunuyán inferior es de $ 430 / ha E.H. (2495 $/ha, valor de la producción,
y 5,8 ha/E.H.). Si la situación de deterioro siguiera hasta alcanzar niveles cercanos
al valor de la zona sur de la provincia, el valor de la producción se reduciría hasta
un 55% (195 $/ha.E.H.). Queda así demostrado el menor ingreso en concepto de
trabajo permanente que generaría cada hectárea cultivada.
173
4.5. Mitigación de los impactos
Los criterios de racionalidad se inclinan por recomendar la aplicación de la
mayoría de las medidas de mitigación propuestas en las primeras fases de
ocurrencia del/ los impactos (ver punto 3. de Predicción de impactos ambientales).
En efecto, si se decidiera tomar las medidas de mitigación y control al momento de
producirse los impactos primarios, sería recomendable realizar, en primer lugar, un
estudio técnico que permita prever la disminución del nivel de los acuíferos como
consecuencia del crecimiento y desarrollo anárquico e intensivo de la zona alta.
Dicho estudio debería determinar con qué cultivos y en cuánta superficie sería
posible expandir la actual área cultivada de la zona alta sin producir ningún efecto
negativo significativo sobre el área de influencia de la zona baja de la cuenca.
Estos efectos negativos se refieren tanto a la calidad y cantidad del recurso hídrico
disponible en aquélla como al impacto socio-económico que involucraría a toda la
zona baja. Este estudio debería tomar como punto de partida la situación actual
planteada en la presente investigación, donde ya se manifiestan los primeros
efectos de la brusca expansión de la superficie cultivada y de los nuevos modelos
productivos que han elegido como destinataria a la zona alta del río Tunuyán
superior. A partir de aquí, el estudio aconsejado debería poner énfasis en las
medidas mediatas e inmediatas a tomar por los distintos responsables de la
administración para evitar que el fenómeno siga avanzando sin control y no
produzca mayores deterioros ni consecuencias irreversibles.
Las medidas mencionadas deberían estar orientadas hacia la puesta en
práctica de un ordenamiento territorial apoyado con normativas legales que
protejan a las zonas afectadas (las ubicadas aguas abajo en la cuenca). Ese
ordenamiento deberá, además, asignar responsabilidades a los diversos organismos
de control existentes. Un ejemplo de esto sería la asignación de responsabilidades
como la policía del agua y la financiación de aquellas inversiones que –
indefectiblemente- deberán hacerse para mitigar los impactos negativos generados
por el crecimiento de la zona alta.
El costo de un proyecto de esta índole, sin incluír gastos de capacitación y
seguimiento a campo, puede estimarse alrededor de $ 100.000 (si se lo equipara a
un proyecto de consultoría de base) y sus resultados deberían ser la base para el
cálculo del costo de implementación del mismo.
Si, por el contrario, las medidas de mitigación y control se tomaran después
de producidos los impactos primarios, el impacto se haría sentir mucho más
directamente sobre el ingreso bruto de los productores de la cuenca baja. Éstos se
verían afectados por importantes disminuciones de rendimientos de sus cultivos
(Item 1.1).
174
4.5.1. Adecuación tecnológica.
Se ha pensado en sistematizar las medidas de mitigación de los impactos que
podrían generarse a raíz del crecimiento y desarrollo descontrolado de la zona alta
del río Tunuyán superior en función del siguiente esquema a partir de dos ejes
fundamentales identificados en el estudio:
a) Componentes de la infraestructura
Mejoramiento de la red de canales
Rehabilitación de la red de drenaje
Recuperación y tratamiento de efluentes
Recarga de acuíferos
b) Componentes del mejoramiento de la gestión
Unificación de la administración de la cuenca
Registro integral de usos y usuarios
Capacitación y asistencia técnica para administradores
Fortalecimiento del sistema de control de usos y usuarios (agua
superficial y agua subterránea)
Aplicando tecnología se podría aumentar la eficiencia de riego actual
mediante dos efectos, mayor disponibilidad de agua y mayor productividad. Para
poder lograr estos resultados serán necesarias inversiones dentro y fuera de las
propiedades. Dentro de las parcelas habría que instalar sistemas de riego modernos,
que permitan mejorar la eficiencia de conducción y aplicación del agua como riego
localizado (goteo y microaspersión), riego presurizado (aspersión, pivote, etc.),
riego por pulsos, etc. sin olvidar que todos ellos requieren, por parte de sus
operadores, de una capacitación específica intensiva y de una capacitación general.
Esta última deberá involucrar al fenómeno productivo desde la siembra hasta la
etapa final de la cadena productiva.
Asimismo, por fuera de las parcelas la introducción de tecnología adecuada
debería permitir la modernización y ampliación de la actual red drenaje, la
modernización de la gestión y administración del agua y el control y la
neutralización de los efectos nocivos de la contaminación del agua (tanto para riego
como para otros usos). Un ejemplo de esto sería la planificación oportuna y
técnicamente correcta de plantas de tratamiento de aguas residuales y/o la
intensificación del control del volcado de efluentes que actualmente se realiza en el
curso del río. De esta manera se estaría ejerciendo una real policía del agua y se
aseguraría el eficiente cumplimiento de las normas actualmente vigentes.
175
4.5.2. Componentes de la infraestructura
Red de canales
La actual red de conducción de la cuenca del Río Tunuyán inferior es de
tierra. De los 1700 km de canales secundarios, terciarios y cuaternarios que
atienden la superficie cultivada sólo están impermeabilizados 150 km. Esta
situación determina que las pérdidas por conducción, que en general representan el
20% de los volúmenes erogados, generen elevación de los niveles freáticos y a su
vez salinización de los suelos. Teniendo en cuenta esta situación, una política de
impermeabilización de la red de conducción será de gran trascendencia en la
mitigación de este problema ya que por un lado impedirá las pérdidas y la
salinización y por otro dejará ese gran volumen de agua, hoy perdido, a disposición
de los cultivos.
Si se considera que la cuenca del Tunuyán superior se queda con el 17% de
la oferta hídrica global y si la oferta de agua para la cuenca inferior fuera de 817
hm3 la pérdida del sistema de conducción sería aproximadamente de 250 hm3. Si
se lo compara con el Embalse El Carrizal cuya capacidad es de 340 hm3, se observa
que el volumen de agua que podría ahorrarse con la impermeabilización de la red
de riego sería equivalente a otro embalse en la cuenca y pondría inmediatamente a
disposición de la misma este significativo volumen de agua, con el que se podría
aumentar la actual superficie cultivada y/o satisfacer el requerimiento de los
cultivos que en ella se riegan. Esta situación atenuaría, en alguna medida, la
disminución de caudal originada por el crecimiento de la cuenca superior del río
Tunuyán y podría mejorarse aún más, a través de la presurización de la red de
conducción. De lograrse esta inversión, el volumen de agua adicional que podría
contabilizarse como ganancia del sistema permitiría reducir notablemente el
impacto negativo causado por la salinización de las aguas, en la zona inferior de la
cuenca.
Demanda hídrica = 7.000 m3/ha/año
Oferta hídrica (para una serie de 3 años) = 817 hm3
año/hm572000.000.1
año/ha/m000.7xha714.81 33
817 – 572 = 245 hm3 250 hm
3 (pérdidas por conducción)
176
Rehabilitación de la red de drenaje
El área regadía ubicada en la cuenca inferior del río Tunuyán posee en la
actualidad una red de colectores de drenaje de –aproximadamente- 300 km . La
misma se encuentra en su mayor parte abandonada debido a que los mecanismos
administrativos destinados a la recaudación de dinero para su operación y
mantenimiento no funcionan eficientemente. Esta situación determinó en los
últimos años un acelerado crecimiento de la salinidad de los suelos y de la
contaminación salina en los acuíferos subyacentes.
Una medida muy eficiente para mitigar el problema de la elevación de
niveles freáticos consiste en facilitar el libre drenaje de los suelos. Ello permitiría
no sólo la recuperación de los colectores actuales, sino también el trazado de una
nueva red que asegure la racional evacuación de las pesadas láminas de lixiviación,
necesarias para mantener un balance salino positivo en el perfil de suelo. Deberá
implementarse, además, una red de drenaje parcelario eficientemente diseñada para
facilitar el lavado de los suelos a nivel de propiedad. La evacuación de los caudales
de lavado que se requieran para lixiviar sales dentro de la propiedad deberán
conducirse hacia áreas denominadas “zonas de sacrificio”. Éstas deberán estar
estratégicamente ubicadas fuera del sistema de riego y conectadas entre sí por
medio de una red de colectores troncales. (Esta metodología se ha utilizado con
éxito en la zona de influencia del río Murray, en Australia, con una problemática
similar a la planteada en el área del estudio).
Recuperación y tratamiento de los efluentes
Una forma de mitigar el impacto negativo sobre la calidad del recurso
hídrico, producido por el rápido crecimiento de la cuenca superior del río Tunuyán,
es el activo reciclado del agua destinada al uso urbano e industrial. En el área de
influencia del río viven –aproximadamente- doscientas cincuenta mil personas,
distribuidas en 9 ciudades (zona alta y baja). En la actualidad sólo algunas de esas
ciudades poseen plantas de recuperación de aguas residuales, en otras las plantas
que existen han quedado obsoletas, están colmatadas, son poco eficientes o
directamente no existen. Planificar el tratamiento y posterior reuso de estas aguas
podría ayudar a satisfacer, en parte, la actual demanda de agua para riego.
Si se asume un consumo bruto de –aproximadamente- 500 l/día.persona y un
consumo neto de 200 l/día persona, la recuperación de aguas residuales de origen
doméstico podría incorporar, al año, unos 18,2 hm3 al volumen disponible. A ésto
habría que adicionarle los 250 hm3 recuperados a raíz de eliminar las pérdidas por
conducción del sistema de distribución. El volumen resultante podría ser usado
para reducir el nivel de la demanda hídrica de la zona baja.
177
Recarga de los acuíferos
En la actualidad, en la subcuenca baja del río Tunuyán superior, los
acuíferos subterráneos se recargan por diversos mecanismos. Uno de ellos es a
través de la zona natural de carga en el área cercana al dique derivador Tiburcio
Benegas, otro, a través de las pérdidas de la extensa red de riego no
impermeabilizada y un tercero, a través de la percolación producida en la parcela
regada, a nivel de propiedad. La única recarga realmente útil es la originada por el
primer mecanismo, que permite la incorporación de agua no contaminada, de
mediana calidad, en los acuíferos libres y confinados, en la cabecera de la zona
regada. La recarga producida por la red de riego lo mismo que la debida a la
percolación de agua y sales en la parcela regada, lo hacen al acuífero libre y no al
confinado. Además, la carga se hace -en general- con aguas contaminadas por
salinidad lo que ocasiona la pérdida paulatina de de calidad del recurso de aquellos
estratos. El recurso perdido a causa de los dos últimos mecanismos arriba
descriptos es el que, en general, recarga la freática y saliniza los suelos de la zona
baja del río Tunuyán.
Para mitigar el daño producido a la calidad del agua subterránea lo ideal es
que la recarga se realice sólo en áreas naturales cercanas al dique derivador ya que
de este modo se incorpora al acuífero sólo agua de buena calidad. Si se
impermeabilizara la red de conducción, se terminaría con la recarga de la freática.
Esto, sumado al control del drenaje parcelario, podría generar un manejo
sustentable del recurso hídrico subterráneo que asegurara la preservación sin
menoscabo de su calidad.
Es evidente que todas las medidas estructuralistas que aquí se recomiendan
para mitigar el impacto negativo de la hipótesis propuesta, deberán ser
implementadas desde la gestión de la administración del agua, tanto a nivel central
( DGI ) como a nivel de los organismos de usuarios (Inspecciones de cauce).
Una visión integral del manejo del recurso que incluya agua superficial y
subterránea, suelos, tenencia de la tierra, actores sociales, aguas residuales, manejo
de la salinidad, etc. acompañada de una moderna discusión de los beneficios y los
perjuicios obtenidos de un único manejo de toda la cuenca, asegurarán un
crecimiento futuro armónico acorde con los requerimientos actuales y futuros de la
sociedad, que será altamente sustentable.
Componentes del mejoramiento de la gestión
Muchas de las medidas de acción que se proponen en este punto han sido
enunciadas en el marco del Plan Hídrico para la Provincia de Mendoza, elaborado
por el Departamento General de Irrigación en el año 1999.
Unificación de la Administración de la Cuenca
178
En este aspecto y de acuerdo a los resultados alcanzados en este estudio, se
propone la administración del río Tunuyán como una unidad, administrativamente
concentrada en una sola Subdelegación del DGI.
El manejo y la administración del agua por cuenca y el uso conjunto de los
recursos. fundamentalmente suelo y agua (superficial y subterránea), son
instrumentos imprescindibles para una administración del recurso hídrico
sistemática y ordenada que tenga en cuenta los múltiples usos y su
interdependencia. Este enfoque supone cambios necesarios en la actual
administración, entre los que podría mencionarse:
obviar la tendencia a la visión parcial por zonas o sub-zonas de la
problemática
aspirar a la gestión conjunta del agua superficial y subterránea (en
cantidad y calidad) y de la totalidad de las fuentes existentes en la
cuenca.
aumentar la eficiencia en el uso del recurso hídrico utilizando los más
modernos instrumentos técnico-económicos y los conocimientos más
avanzados y adaptarlos a las necesidades y requerimientos de cada caso.
La necesidad de promover la creación de Organismos de cuenca capaces de
afrontar las tareas propias de una administración eficiente que atienda a las
necesidades de todos los sectores de la comunidad ha sido reconocida en la gran
mayoría de los países del mundo (el caso del río Murray, en Australia, es sólo uno
de los ejemplos más exitosos). En la provincia de Mendoza, ya desde los primeros
pasos del Plan Estratégico elaborado por el DGI en 1998, se incorporó como línea
estratégica primaria el manejo integral de cada cuenca.
Capacitación y fortalecimiento de la administración descentralizada
Con el fin de efectivizar el principio de administración descentralizada del
agua a nivel de la red secundaria de canales, tal como lo marca la ley, se propone:
el fortalecimiento de los organismos de usuarios y su impulso y
orientación desde el DGI para la búsqueda de una verdadera autonomía y
para la determinación de sus propios objetivos. Esto, sin contrariar los
criterios de equidad y eficiencia en la asignación del agua para los que
fueron creados y consagrados por la legislación provincial.
la capacitación de los Inspectores y del personal todo de las Inspecciones
de Cauce, entendiéndolos como interlocutores primarios en la relación
administración del agua-usuarios. Esta capacitación deberá ser
planificada y realizada como una forma de apoyo al fortalecimiento de la
imagen del organismo de usuarios y, por ende, de la Administración del
agua de la Provincia.
179
la actualización y simplificación de las normas de procedimiento
administrativo
el incremento y profundización, por parte de las Inspecciones de cauce,
de la función de brindar información a los usuarios.
Creación y actualización permanente de un Sistema de Registro Integral de Usos
y Usuarios
Esta herramienta de gran utilidad para la administración de la cuenca,
permitirá completar y mantener actualizada toda la información existente referida a
la asignación del recurso hídrico (empadronamientos de aguas superficiales, de
usuarios de aguas superficiales no empadronados, identificación y
empadronamiento de perforaciones y de usuarios de aguas subterráneas). Una base
de datos interactiva y de fácil acceso tanto para el personal de las Inspecciones
como para los usuarios posibilitará, entre otras cosas realizar el balance hídrico de
la cuenca del río Tunuyán en cualquier momento y tomar oportunamente las
decisiones que correspondan para corregir cualquier desfasaje. Otro de los
objetivos perseguido por las modernas administraciones de riego es el de lograr, en
el mediano plazo, mediciones periódicas, precisas, que puedan guardarse en
soporte magnético para su análisis y comparación y que tiendan a la entrega
volumétrica del recurso. Vinculado a este objetivo está el brindar asistencia
técnica, información y capacitación específica a los usuarios destinada tanto a la
modernización de las técnicas de riego como a la elevación de la productividad
volumétrica del agua.
Fortalecimiento del sistema de control de usos y usuarios del agua superficial y
subterránea
Un moderno y eficiente control y monitoreo requiere, entre otras cosas:
Ordenamiento de la información sobre los usos y usuarios del agua
Inversiones y mejoras operativas en los sistemas de control acompañadas
de adecuados mecanismos de regulación y distribución del agua en
puntos críticos de la cuenca (comprende al agua superficial como
subterránea).
Cambios en la conducta de los usuarios del agua (a través de adecuados
instrumentos e incentivos) tendientes al ahorro y al uso racional y
sustentable del recurso.
Asignación de la responsabilidad de la medición, entrega y monitoreo de
la calidad del recurso hídrico superficial y subterráneo a los usuarios del
mismo.
180
Riguroso control de los procesos de degradación del agua y recursos
asociados causados por las acciones humanas, particularmente el uso de
los cauces como depositarios y/o vehículos de desechos orgánicos e
inorgánicos de la actividad agrícola, urbana e industrial. La
administración, en todos sus niveles, debe vigilar en forma permanente la
calidad del agua y evaluar los impactos que sobre ella ocasionan los
distintos usos.
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183
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El trabajo realizado ha puesto en evidencia que una sociedad moderna no
puede administrar el agua de sus cuencas sólo pensando en la distribución
proporcional y equitativa. La complejidad de la situación exige que el recurso
hídrico, en estos momentos el elemento más importante y dinámico de la economía
local, sea administrado en la cuenca teniendo en cuenta el complicado mecanismo
de interrelación de todas las variables intervinientes. Tanto para la previsión de la
demanda como para el cómputo de la oferta deberán considerarse los recursos
superficiales sumados a los subterráneos, los ciclos climáticos e hidrológicos, la
magnitud de las pérdidas y sus distintos orígenes, la dinámica de la economía y su
vinculación a los períodos de expansión o retracción, los modelos productivos, la
movilidad social de los actores, etc. La administración deberá, además, considerar
aquellos conceptos estructurales y no estructurales que apoyen, para la región, la
posibilidad de la generación de un desarrollo sustentable. A pesar de los esfuerzos
realizados puede afirmarse que, tal como están planteadas las cosas con el sistema
actual, no será posible lograr estos objetivos.
Las principales conclusiones obtenidas en el presente trabajo indican que,
como consecuencia de actual aprovechamiento del recurso hídrico proveniente del
río Tunuyán superior, se producirá - a corto y/o largo plazo- la contaminación
salina del área inferior de la cuenca. Esta situación traerá como consecuencia no
sólo la degradación de los suelos de la región sino además el empobrecimiento de
la población sea esta agrícola o no. Se generará así una permanente migración de
población hacia otras zonas pobladas de la provincia, con consecuencias por ahora
difíciles de prever y se asistirá a la desaparición de una pujante zona agroindustrial
como es en la actualidad la zona este de la provincia.
De no tomar a tiempo las providencias del caso encarando un intenso control
sobre la contaminación del agua y sus distintas causas, la degradación del recurso
se irá profundizando en el tiempo y a la contaminación salina se le irá agregando la
proveniente de las aguas servidas, la industria, la minería, etc., con consecuencias
difíciles de evaluar para un futuro no muy lejano. Al deterioro de la calidad del
agua se sumará, en este caso, la inutilidad del embalse El Carrizal que, como se ha
comentado, tiene ya serios problemas de eutroficación y sedimentación, lo que está
disminuyendo rápidamente su vida útil. Como puede verse, las inversiones en
recuperación y reuso de aguas servidas serán a corto plazo de gran importancia
para detener el avance de estos procesos.
Con respecto a la administración del recurso ha quedado en evidencia que
tomando en consideración la complejidad de usos y usuarios del agua y los
impactos por ellos generados, no tiene sentido la división de la cuenca en dos
(Tunuyán superior y Tunuyán inferior). Se hace necesario enfatizar la necesidad de
184
la toma de conciencia de todos los actores sobre la unificación de la administración
del recurso en una sola cuenca. Ello permitirá una visión global del uso del agua y
de sus distintos impactos basada en la realidad de los mecanismos físicos de carga
y recarga y de su particular interrelación.
Otro criterio de gran importancia que se considera necesario incorporar al
manejo moderno y sustentable del recurso hídrico de la cuenca es la distribución
del agua de riego en función de la concentración salina tal como se viene haciendo
en el río Colorado al sur de Mendoza. Se trataría de una forma de prevenir futuros
impactos negativos (técnica que se alinearía al manejo antes comentado que se
realiza en Australia para el río Murray).
Desde el punto de vista de los organismos de usuarios se recomienda la
necesidad de organizar el área bajo una única administración a la que se incorporen
Inspecciones con un tamaño que les asegure economía de escala y autosuficiencia
económica. Ésto permitirá una administración más eficiente del agua, la posibilidad
de inversiones de peso en la red y generará una necesaria modernización de las
estructuras y un criterio de ordenamiento del uso del agua, largamente esperado y
reclamado por los usuarios. El ejercicio de una efectiva policía del agua que
permita el control de la contaminación que afecta a la cuenca aguas abajo deberá
acompañar a los cambios propuestos.
La nueva organización aconsejada debería estar habilitada para ejercer un
mayor control de la totalidad de los empadronamientos no solo agrícola sino
fundamentalmente industrial lo que le permitirá un mayor grado de autonomía. La
administración pondrá énfasis en políticas de desarrollo sustentable basadas en el
manejo eficiente del agua superficial y subterránea y no sólo en los problemas
cotidianos del manejo del agua ( limpieza de cupos, aprobación de viáticos, etc.).
A partir de los estudios sociológicos ha podido comprobarse que, en el área
de influencia del río Tunuyán superior, tanto el agua como las tierras están
cambiando de manos. En este proceso de gran dinamismo se observa tanto la
quiebra del productor unifamiliar que trabaja pequeñas superficies suficientes sólo
para su sustento como el crecimiento de grandes unidades empresarias (nacionales
o foráneas). El crecimiento explosivo de la zona alta del río Tunuyán está basado
en inversores que usan agua subterránea (a veces unida al recurso superficial
disponible) y tecnología de punta para la sistematización, riego y producción,
desplazando a los agricultores locales en el uso del agua y la tierra. Esta situación
está generando un gran impacto sobre la población rural de la zona alta de la
cuenca: generalización de la pobreza, migración rural, desocupación de tierras y
difícil competencia por el uso del recurso. Como se ve, se trata de un conflicto de
intereses no resuelto que denuncia la falencia de mecanismos capaces de establecer
nuevos criterios de equidad acordes con los nuevos escenarios previstos y sus
nuevos actores sociales.
185
La valoración económica realizada en el estudio permitió evaluar las
actividades de ambos oasis (el superior y el inferior) y el impacto que se produciría
a corto y/o mediano plazo en los escenarios propuestos sobre la calidad del agua
del río Tunuyán. Un prolijo relevamiento del nivel de desarrollo del oasis superior
(agricultura, crecimiento y modelos de cultivos, industrias, urbanización) permitió
evaluar en profundidad los impactos que se producirán en el oasis inferior si no se
toman a tiempo las medidas que permitan controlar el incremento de los
contaminantes del recurso hídrico disponible, generados por la cuenca alta.
Por último, el trabajo presenta una evaluación económica de las pérdidas
probables que ocurrirían en el tramo inferior del río de persistir las tendencias
observadas. Se han evaluado, además, los costos de los distintos impactos y las
acciones de mitigación, lo que servirá para apoyar a los tomadores de decisiones.
De todo lo actuado resulta evidente que la no puesta en marcha de los principios de
manejo recomendados en el estudio traería como resultado una profundización de
la actual degradación de la cuenca baja del río Tunuyán con las graves
consecuencias ya analizadas en este trabajo.
186
Esta 1era Edición se terminó de imprimir
en EON ARGENTINA. Mendoza, Junio 2002
ISBN: 987 – 1024 – 17 - 7: UNCuyo – FONCYT - INA
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Este libro responde a la necesidad de difundir los resultados del Informe final correspondiente al Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica (PICT 97) identificado con el número: 13 – 00000 - 02193, desarrollado en la provincia de Mendoza durante los ciclos agrícolas 1998 –2000. Los autores pertenecen a las Facultades de Ciencias Agrarias y Ciencias Políticas y Sociales (UNCuyo) y al Centro Regional Andino del Instituto Nacional del Agua (INA – CRA). En él confluyen el esfuerzo de financiamiento conjunto de la Agencia Nacional de Promoción Científico y Tecnológica a través del Fondo Nacional de Ciencia y Técnica (FONCYT), la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Cuyo (SECYT) y el Instituto Nacional del Agua (INA) y una original propuesta de trabajo transdisciplinario llevada a cabo por un numeroso grupo de investigadores locales bajo la dirección del Ing. Agr. Jorge L. Chambouleyron (UNCuyo). La evaluación del impacto ambiental que sufriría la subcuenca inferior del río Tunuyán a consecuencia del marcado desarrollo agrícola de la subcuenca superior -casi exclusivamente en base a la utilización de agua subterránea- constituía, a no dudarlo, un importante desafío de investigación. La pronunciada tendencia de los últimos cinco años de la década del 90 de instalación en el área de influencia del río Tunuyán superior (Departamentos Tupungato y Tunuyán, Pcia de Mendoza) de numerosos emprendimientos productivos de origen extranjero y/o nacional y la propuesta de un modelo productivo exitoso -que aunaba la elección de un bien exportable (uvas finas para vinificación de calidad) con la adopción de tecnologías de punta relativas al cultivo y a los métodos de riego (presurizados localizados)- suponía un seguro aumento del requerimiento hídrico subterráneo que traería aparejada una menor oferta de agua de riego y un deterioro de la calidad del recurso derivado a la cuenca inferior del río Tunuyán. La metodología propuso la evaluación del impacto ambiental sobre los medios físico-natural (balance hídrico-salino y contaminación del agua de riego) y socio-económico-cultural (sustentabilidad y actores sociales, caracterización económica y administrativa de la producción y de los productores), y la cuantificación, evaluación económica y mitigación de los impactos. La investigación aporta -a modo de conclusiones-algunas recomendaciones destinadas a los responsables de la gestión del recurso hídrico. Entre ellas se destacan: la necesaria unificación de la cuencas superior e inferior enfatizando la toma de conciencia de todos los usuarios sobre esta necesidad y la distribución moderna y sustentable del agua de riego en función de la calidad de la misma (concentración salina).