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Contenido

Escenarios energéticos: futuros posibles ................................................................... 3

Introducción ............................................................................................................ 3

Energía, demasiado importante para no abrir el debate ......................................... 6

Escenarios energéticos ........................................................................................... 7

Del debate local al escenario nacional .................................................................... 8

¿Para qué sirven los escenarios? ......................................................................... 10

De un escenario nacional a una política nacional ................................................. 11

Resumen del ejercicio “Plataforma Escenarios Energéticos Argentina 2030” .......... 14

Definiciones para el Desarrollo de los Escenarios ................................................ 15

Algunas Condiciones de Borde Consideradas ...................................................... 16

Visión del escenario energético 2030 de Los Verdes ............................................... 19

Consideraciones sobre emprendimientos hidroeléctricas ..................................... 20

Consideraciones sobre la energía nuclear ............................................................ 21

Gas Natural y Recursos “No Convencionales” ...................................................... 23

Otras consideraciones .......................................................................................... 25

Plan de Obras y resultados obtenidos ...................................................................... 27

El Plan de Obras ................................................................................................... 27

Importación ........................................................................................................... 28

Suministro de gas propuesto ................................................................................ 28

Algunos resultados ............................................................................................... 30

Costos ................................................................................................................... 32

Reducción de emisiones ....................................................................................... 32

Algunas resultados comparados ........................................................................... 33

Conclusiones y Recomendaciones ........................................................................... 36

Anexo I: Proyecto de ley (metas 2020) ..................................................................... 38

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Escenarios energéticos: futuros posibles 1

Por Juan Carlos Villalonga

Presidente de la Junta Directiva Los Verdes - Foro de Ecología Política

Introducción

El modo en que producimos, distribuimos y consumimos la energía es un indicador clave del modelo de desarrollo económico y social que un país posee. Ese modo de producción, distribución y consumo de energía lleva implícitas premisas tales como la forma de utilización de los bienes naturales, el propio vínculo con la naturaleza y la priorización y fortalecimiento de ciertas áreas de la ciencia y la técnica en detrimento de otras. Esa ecuación producción-distribución-consumo, define además, como si fuese el ADN en un organismo vivo, aspectos vitales en cuanto a la sostenibilidad de una sociedad. La cuestión energética es un aspecto central en cualquier análisis y crítica que se quiera realizar sobre las cualidades de los modelos de desarrollo. Por esta razón, para el movimiento ecologista éste ha sido un aspecto central en su agenda y que le ha permitido catalizar debates más amplios y profundos. Sobre esta cuestión también han girado buena parte de las principales polémicas ambientales. Un caso emblemático es el actual debate en torno al cambio climático, que ha colocado a la esfera de la energía como protagonista principal en el escenario global. Para evaluar el futuro de la actividad energética, se han utilizado, desde siempre, proyecciones sobre la disponibilidad de los recursos energéticos y sus potenciales impactos futuros, esencialmente económicos. Por lo general, estos impactos económicos se vinculan tanto con la suba de los costos debido a la disminución en la disponibilidad de los recursos así como por una mayor dependencia de suministros externos. Hacia finales del siglo pasado, con la notable expansión de la oferta tecnológica en materia energética y las crecientes controversias en torno a los impactos de algunas de ellas, se hizo evidente que ya no era necesario, ni tampoco deseable, continuar por el mismo camino. Así, al existir diferentes alternativas tecnológicas y opciones se hizo posible y evidente la factibilidad de optar por diferentes modos de acceder a los servicios energéticos. Es por esto que, cuando se discute el “futuro energético”, ya no es suficiente con realizar una simple proyección de las actuales actividades, con las mismas tecnologías y modos de producción. Por el contrario, las urgencias ambientales exigen cambiar lo existente. Es por eso que debemos y podemos discutir otros posibles “futuros energéticos” que tenemos a disposición, en función de la sociedad que deseamos. 1 La versión original de este artículo fue publicada en el “Informe Ambiental Anual 2012”, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).

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Hace pocos meses se realizó en Rio de Janeiro la Cumbre Río+202. Esa reunión nos recordó no sólo los 20 años transcurridos desde la Cumbre de Río en 1992, donde el “desarrollo sostenible” quedó adoptado como aspiración de la comunidad internacional; sino que además nos recuerda también los 40 años desde Estocolmo (1972)3, punto de inicio de la discusión global sobre la necesidad de alcanzar un desarrollo con inclusión y sin destrucción ambiental. A lo largo de esas cuatro décadas, más allá de los escasos resultados alcanzados hasta ahora, la comunidad internacional ha ido focalizando el debate en el “modelo” de desarrollo y en las componentes -económica, social y ambiental- del “desarrollo sostenible”. Ya sobre el final de estos 40 años, la discusión ha comenzado a girar alrededor de los valores y prácticas que deberían configurar una “economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza”4. Dentro de ese pilar fundamental del desarrollo sostenible, el económico, es clara la trascendencia de la dimensión energética como componente sustancial y determinante del desarrollo. En el contexto nacional, más allá de las consideraciones globales que también nos caben, la actividad energética atraviesa un período clave para adoptar decisiones trascendentales. Un claro ejemplo es el agotamiento acelerado de los recursos fósiles convencionales disponibles. Situación que nos obliga a iniciar un proceso urgente de reemplazo de los mismos. Esto implica tomar decisiones clave sobre opciones excluyentes entre sí, como es el desarrollo de combustibles y tecnologías alternativas o incrementar la importación de hidrocarburos, o iniciar la explotación masiva de otros recursos fósiles, como el gas y petróleo no convencional, el carbón y recursos off shore. Para dimensionar la implicancia que tiene el final de los recursos fósiles hoy en explotación, debemos recordar que la matriz de energía primaria de la Argentina es hoy dependiente en un 90% de los combustibles fósiles.

2 Se conoce como Rio+20 a la “Conferencia de Naciones Unidas Sobre el Desarrollo Sostenible” realizada en Rio de Janeiro el 20-22 de junio de este año. Esta conferencia se realizó a los 20 años de la Cumbre de Rio en 1992 que se denominó “Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo”. 3 La Conferencia de Estocolmo fue una cumbre internacional convocada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y fue celebrada en Estocolmo, Suecia, en el mes de junio de 1972. Fue la primera cumbre de la ONU sobre cuestiones ambientales internacionales. 4 Río+20 tenía dos temas como focos principales: (a) “una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza; (b) “marco institucional para el desarrollo sostenible”.

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A su vez, si observamos la relación entre reservas probadas y extracción de gas y petróleo, podemos ver cómo ha ido decayendo el horizonte temporal de dichas reservas.

Tanto el contexto global, como la propia coyuntura nacional, hacen que sea apropiado proponer una discusión sobre los posibles escenarios futuros en materia energética para la Argentina. Es necesario que las opciones que tenemos por delante cobren un carácter público y se aliente una mayor participación ciudadana en la etapa de planificación. De otro modo, a la ciudadanía sólo le cabe el rol de discutir o confrontar con proyectos energéticos que son decisiones ya adoptadas o inversiones ya en marcha. Así, la participación social se ve restringida, en la mayoría de los casos, a intentar minimizar impactos, no pudiendo incidir nunca en las etapas en las que es aún factible promover un cambio de rumbo.

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Energía, demasiado importante para no abrir el deba te

La actividad energética entraña múltiples impactos y compromisos de diferente índole para la sociedad. Cada una de las decisiones que se adoptan hoy en este sector posee efectos que se trasladan en el largo plazo, de allí que tales decisiones tienen una gravitación estratégica. La energía tiene un papel protagónico en todo proceso productivo, en la economía y en la política. La estabilidad económica de un país depende de la disponibilidad de energía y el costo económico de la misma. A su vez, el sector es una componente importante en la economía nacional por el costo que representa sostener la propia producción y distribución de la energía. Recordemos que uno de los temas más candentes en la agenda política actual es el volumen de subsidios que el Estado Nacional ha venido colocando anualmente, y de manera creciente, para sostener la actividad energética. Se estima que durante el 2011 los subsidios en esta área rondaron los $ 50.000 millones. Durante ese mismo año se destinaron más de 9.000 millones de dólares en importación de energía y esa cuenta se elevará durante el presente año para pagar las importaciones necesarias de gasoil, GNL, gas natural y electricidad. Durante el último año, Argentina perdió el autoabastecimiento en materia de hidrocarburos.

Subsidios Presupuestados y Erogados (millones de $)

Fuente: revista Proyecto Energético nro93, IAE

Por otro lado, hay una dimensión crucial de la cuestión energética en relación a la propia disponibilidad de recursos energéticos , como los fósiles -petróleo, gas y carbón- y la disponibilidad de los recursos naturales renovables posibles de ser utilizados como fuente de energía. A su vez, deben sumarse los múltiples impactos ambientales que se generan en la explotaci ón de tales recursos . Este último aspecto tiene una de sus máximas expresiones en el calentamiento global, producto de la quema de combustibles fósiles. A pesar de las ventajas excepcionales con las que cuenta, Argentina está muy lejos de cumplir con la parte que le toca en el esfuerzo global para revertir esta situación, de la cual son víctimas en particular los sectores menos privilegiados de la sociedad.

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La actividad energética nos obliga, además, a tomar decisiones acerca de los riesgos que, como sociedad, estamos dispuestos a asumir. Por ejemplo, el desarrollo de la energía nuclear implica convivir con residuos altamente radiactivos por siglos, del mismo modo, al volcarnos a los combustibles fósiles, se asume un determinado nivel de emisiones de gases de efecto invernadero y sus potenciales e imprecisos impactos climáticos. Todas estas decisiones conllevan una enorme dosis de incertidumbre e implican un potencial alto riesgo. Una componente vital en materia energética es la seguridad en el suministro, tanto sea por su continuidad y disponibilidad por razones técnicas y de la existencia de recursos suficientes, como por aquellos casos en que el suministro es de origen importado. La seguridad y continuidad en el suministro energético es, obviamente, un valor de extrema importancia que requiere de evaluaciones de los potenciales recursos, viabilidad tecnológica y seguridad política para el caso de las importaciones. Finalmente, una cuestión estructural clave es que la actividad energética, determina en qué grado una sociedad se configura co n un alto nivel de concentración económica y cuánto estimula, o no, un desarrollo equilibrado de su territorio. Una matriz energética fuertemente basada en recursos renovables, que hacen un uso intensivo de recursos de acceso libre (sol, viento) configura un modelo social y económico muy diferente al de otra fuertemente basada en plantas atómicas o centrales de carbón. La transición hacia un modelo descentralizado debilita las concentraciones de poder en manos de c orporaciones y países que hoy detentan el dominio de la economía fósil y nucl ear.

Escenarios energéticos

La realización de escenarios energéticos ha sido una práctica usual en círculos gubernamentales, empresarios y agencias especializadas y en las últimas décadas se ha impuesto como una forma muy eficaz para facilitar la participación pública en el diseño de la política energética5. Este tipo de ejercicio permite evaluar y estimar

5 Se destacan en este sentido los escenarios realizados por Fundación Vida Silvestre Argentina sobre escenarios de eficiencia energética (2006) y los escenarios energéticos denominados “[r]evolución

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costos, disponibilidad de recursos y analizar qué medidas políticas serán necesarias para cumplir con determinados objetivos, ya sean éstos ambientales o económicos. Una “proyección energética”, como ya se señaló, es un intento de pronosticar cómo será el futuro en base a una serie de premisas que suelen ser las tendencias en curso. Esto es, como sería la matriz energética en caso de continuar vigentes determinadas condiciones que se juzgan prevalecientes. Por el contrario, un “escenario energético” no es un pronóstico, sino una descripción plausible de lo que puede ocurrir en cumplimiento de otras condi ciones (económicas, ambientales, tecnológicas, etc.). Este tipo de ejercicio tiene una enorme importancia en la actualidad, dado el intenso debate climático en curso y la necesidad de transformar rápidamente la matriz energética de modo que poder cumplir con metas estrictas de reducción de emisiones.

Un escenario energético nos permite evaluar qué medidas políticas y económicas deberán ponerse en marcha para que el cambio de matriz se produzca en la escala y en los tiempos apropiados de modo de alcanzar el resultado esperado. Para el caso de buscar objetivos climáticos, será la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero establecida como meta y de allí determinar qué acciones e inversiones serán las necesarias.

Del debate local al escenario nacional

La polémica y la protesta social, por ejemplo, en torno a una nueva planta de carbón o una hidroeléctrica, aparecen, por lo general, cuando la comunidad local reacciona

energética” (2009 y 2011) realizados por Greenpeace Argentina. Asimismo, debe destacarse el actual proceso liderado por el CEARE, ITBA, FARN y AVINA “Escenarios Energéticos Argentina al 2030.”

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frente al proyecto que se pretende iniciar o que ya está en marcha. El debate suele iniciarse cuando el emprendimiento está ingresando en su etapa de ejecución y los compromisos contractuales del proyecto están avanzados, es decir, cuando la decisión ya está tomada. Resulta poco probable, entonces, que la población logre que se adopte un cambio de rumbo. En el mejor de los casos, lo que puede lograrse es un retraso en el proyecto o su desplazamiento geográfico. Difícilmente se logre revertir la decisión de largo plazo, por ejemplo, la decisión de utilizar el carbón como fuente de energía. Esta “resolución” de conflictos, caso por caso, no representa en sí misma una mejora en el plan energético, sólo pone a prueba los niveles de resistencia y movilización de las diferentes com unidades frente a un plan en marcha. Energía: Presente y Futuro Han sido muchas las ocasiones en que proyectos de expansión de la actividad nuclear, por ejemplo, generaron fuertes reacciones en la opinión pública en nuestro país. Sin embargo, la decisión por profundizar la opción nuclear no parece estar cuestionada en la esfera política. Lo mismo ocurre con los grandes proyectos hidroeléctricos.

Es necesario que las organizaciones sociales y políticas comiencen a discutir la política energética atendiendo a la lógica de los plazos en los que este debate debe ser realizado. Esto no sólo significa atender los plazos de elaboración y ejecución de los proyectos sino también sus consecuencias en el tiempo. Si una planta de carbón, como la de Río Turbio, inicia su operación el año próximo y va a estar emitiendo 2 millones de toneladas de CO2 anuales hasta más allá del año 2040, debemos analizar qué representan también

económica y ambientalmente esas emisiones futuras para el país. Por supuesto que el debate energético de largo plazo existe, pero ocurre en ámbitos acotados, dentro de la órbita de las secretarías específicas y las empresas del rubro. También es cierto que ese debate no pasa de ser una pugna entre algunos lobbies, grupos empresarios con llegada a los niveles de decisión, con el objetivo de lograr alguna porción en la participación de la oferta energética. Lo realmente necesario es que los gobiernos expliciten sus planes energéticos de largo plazo para que puedan ser contrastados antes de su implementación con otros escenarios posibles. No vamos a construir una matriz energética sostenible haciendo más de lo mismo ni esperando resolver los conflictos sociales uno a uno, a medida que éstos se presentan. Es un desafío para la dirigencia social y política trascender el cortoplacismo en esta materia. Perman ecer en ese enfoque es, sencillamente, quedar limitados al plan de largo pl azo que nos propone el modelo vigente, que dista mucho de ser sostenible. Debemos discutir escenarios energéticos posibles y deseables.

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¿Para qué sirven los escenarios? ¿Por qué debatir en torno a escenarios energéticos? Hay diversas razones técnicas y políticas para hacerlo. Podemos destacar tres aspectos cruciales:

a) Democratiza el proceso de toma de decisiones Es necesario que más actores sociales y políticos accedan a la discusión a través de una planificación energética. Democratizar el proceso de toma de decisiones en materia energética, no implica banalizar un debate naturalmente complejo. Antes bien, procura tornar más sencillo el acceso a la información y diversificar los actores que pueden hacer oír su opinión al respecto. Debe procurarse que los grandes trazos que emergen de cada escenario puedan facilitar la comprensión de las implicancias de cada opción y brinden un paisaje que pueda ser fácilmente reconocido como un futuro deseable o no. Contrastar escenarios significa ampliar el hoy estrecho círculo técnico-político que debate el futuro energético; significa que más actores, más técnicos, más decisores, más dirigentes sociales sean parte de ese debate. El contraste sirve para explicitar que existen caminos alternativos e identificar los impactos y costos de cada uno de ellos. Este ejercicio no es bien visto por quienes históricamente han estado en el eje de las decisiones energéticas. Siempre es más sencillo para las fuerzas del status quo exponer que la actividad energética “tiene estos costos” ambientales y sociales y deben aceptarse como tales. La diversidad tecnológica que hoy disponemos y los desafíos ambientales que estamos enfrentando nos permiten y nos reclaman que evaluemos que la energía puede tener “otros costos”, otros impactos sociales y ambientales. b) Obliga a explicitar la política energética Explicitar la política energética es algo que los gobiernos, por lo general, aborrecen hacer. Primero, porque significa adelantar al conocimiento público aquellas obras y desarrollos que suelen generar controversias. Siempre es preferible presentar las obras más polémicas cuando la situación y el contexto prácticamente no dejan margen, cuando las alternativas debieron haberse puesto en marcha mucho antes. Es entonces cuando se brinda la opción entre lo “malo” y lo “peor”: la obra energética en cuestión o la falta de suministro. Esa es la trampa de la que los escenarios nos deben ayudar a salir. c) Obliga a adoptar un compromiso con los impactos inmediatos y

futuros

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Desarrollar una política energética en base a un escenario dado significa comprometerse con un determinado nivel de impactos y consecuencias climáticas y ambientales locales. Por lo general, se prefiere que esa responsabilidad sea diferida y asociada a “las tendencias del mercado”, a la “evolución tecnológica”, a la percepción de “los costos asociados al progreso” u otras circunstancias que la hagan difusa, antes que asumirla como una decisión política. Esto significa pasar de ser simples administradores a asumir la plena responsabilidad por las decisiones que hoy se adoptan.

De un escenario nacional a una política nacional

Cuando se adopta un escenario y se logra un consenso básico sobre el mismo, es posible establecer aquellas políticas necesarias para que pueda ser desarrollado a lo largo de los años. El resultado esperado debe ser la adopción de un conjunto de medidas políticas que vayan en la misma dirección, esto es, que hagan posible que el escenario se ejecute. En definitiva, una política de Estado, con objetivos precisos y metas concretas. La adopción de metas y objetivos cuantitativos en las políticas públicas es un ejercicio de política de Estado muy poco frecuente en Argentina, donde prima mayoritariamente el corto plazo. En política energética los plazos en juego representan décadas y algunas de sus consecuencias pueden ser de más largo alcance aún. Un valioso antecedente en relación a la adopción de metas en la Argentina ha sido la discusión acerca de establecer un primer objetivo de inserción de renovables en el sistema eléctrico nacional. Como resultado de un proceso global surgido en la Cumbre de Johanesburgo (2002), en el año 2004, Argentina adoptó por primera vez una meta de transformación de su matriz eléctrica. En ese año el Gobierno Nacional expuso la meta voluntaria del 8% de electricidad en base a energías renovables en un plazo de 10 años. Esa meta luego se plasmó en la Ley Nacional 26.190 (2006), hoy en vigencia6. Por efecto de esa Ley Nacional se han dado algunos pasos para impulsar de manera sostenida proyectos de energías renovables. La existencia de una meta nos permite evaluar la eficacia de tales medidas y, en caso de ser necesario, corregir las políticas aplicadas7.

6 La primera vez que la Argentina explicitó un compromiso voluntario en materia de generación eléctrica en base a renovables fue en Junio de 2004 en el marco de la “International Conference for Renewable Energies”, en Alemania. Esa conferencia fue resultado de una convocatoria realizada por una coalición de países que se conoció como Johannesburg Renewable Energy Coalition (JREC) iniciada en la Cumbre de Johannesburgo (2002). 7 La Ley 26.190 inspiró la creación del programa GENREN (2009) con el objetivo de licitar unos 1.000 MW de potencia en fuentes renovables en un esquema de contratos de compra de energía a precios fijos por 15 años. A pesar de las expectativas y cantidad de proyectos presentados, lo hasta ahora ejecutado es muy poco. Se adjudicaron 895 MW en base a 32 proyectos, la mayor parte de ellos están aún sin fecha de inicio.

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Ese primer paso dado con la Ley 26.190 tuvo su correlato en otra, la que estableció la meta del corte de biocombustibles para los combustibles destinados al transporte. Si bien esta ley tiene la desventaja de promover el uso de biocombustibles en base a cultivos energéticos de baja eficiencia y con potenciales impactos negativos, es un buen ejemplo de la adopción de metas claras que orientan la política del sector. Posteriormente, la prohibición de las lámparas incandescentes, Ley Nacional 26.473, fue otra decisión que mostró que es posible establecer metas y plazos perentorios en materia de política energética y, de ese modo, conducir la marcha del mercado. Pero los anteriores son sólo pasos iniciales. Es necesario mucho más. Para eso es imprescindible contrastar diferentes escenarios que nos permitan ir comprobando la factibilidad de adoptar mayores desafíos, con nuevas metas y nuevas políticas que permitan transformar la actividad y colocarle en un sendero de sostenibilidad. A pesar de esos pasos iniciales, la política energética macro no se ha modificado. El Gobierno Nacional ha venido desarrollando en los últimos años un escenario de su matriz de generación eléctrica hacia el año 2030 que, de acuerdo a sus versiones preliminares, mantiene la participación de las energías renovables en un 8% hasta el año 2030. Eso resulta insuficiente como meta de acompañamiento nacional de una política climática global y es, al menos, discutible acorde a los abundantes recursos renovables disponibles.

Matriz de generación eléctrica según las últimas presentaciones hechas por la Secretaría de Energía de la Nación de su Escenario Eléctrico 2030

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El punto anterior es un buen ejemplo de cómo las políticas adoptadas quedarían explicitadas si tal escenario fuera dado a conocer. La Argentina ya debería estar debatiendo una próxima meta en materia de penetración de renovables en el sector eléctrico; evaluando el destino del plan nuclear, sobre el cual debe ser posible pensar su final dentro de la próxima década, y adoptando metas de disminución en el crecimiento de las emisiones, entre otras tantas medidas. Para sacar estos temas del terreno teórico o hipotético, es imprescindible que el Gobierno Nacional haga público y oficial su escenario energético y que exista la posibilidad de contrastarlo y enriquecerlo desde otras miradas. Es necesario que se expresen diferentes visiones traducidas en escenarios energéticos, tomando como horizonte el año 2030, dado que ese es el horizonte temporal con el que viene trabajando el Gobierno. Es de esperar que el Plan Energético Nacional sea público durante este año. Debemos evitar que se continúen realizando obras e inversiones sin haberse explicitado hacia dónde se dirigen los esfuerzos y hacia dónde nos llevan esas decisiones. No podemos continuar con una política energética qu e involucra a la sociedad sólo con los hechos consumados. Debemos procurar mayor participación en la etapa del diseño del plan y el ejercicio de comparación de escenarios es el mejor instrumento para facilitar e sa participación.

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Resumen del ejercicio “Plataforma Escenarios Energé ticos Argentina 2030” Durante el año 2011, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), el Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética (CEARE) de la UBA y Fundación Avina, acordaron desarrollar y convocar a un ejercicio de planteo y análisis de escenarios energéticos de mediano y largo plazo en Argentina. De esta forma se configuró la “Plataforma Escenarios Energéticos – Argentina 2030” . Estas instituciones, conformaron el Comité Ejecutivo de la Plataforma, encargado de poner en marcha el trabajo y cuyas funciones centrales fueron:

• Crear las condiciones marco para el desarrollo de los escenarios. • Convocar a las instituciones para que realizaran los escenarios. • Sostener el proceso de diálogo entre los participantes. • Asegurar la visibilidad del proceso y de las posiciones de los distintos

escenarios elaborados. Se constituyó luego un Comité Técnico encargado de definir los aspectos metodológicos y técnicos para la realización del ejercicio, constituido por especialistas designados por cada una de las organizaciones convocantes. Paralelamente, se inició un proceso de convocatoria a organizaciones que, en el marco de las “reglas de juego” establecidas por el Comité Técnico, pudieran asumir el desafío planteado. La búsqueda realizada tuvo como objetivo la selección de actores con miradas e intereses diversos, para contar con soluciones múltiples que enriquecieran el análisis. Se optó por contar con seis instituciones y que representan a asociaciones empresarias, organizaciones no gubernamentales (ONG) e instituciones académicas, todas ellas fuertemente vinculadas a la temática energética.

Las instituciones que tomaron el reto: • Asociación de Generadores de Energía Eléctrica de la República Argentina

(AGEERA) • Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) • Comité Argentino del Consejo Mundial de Energía (CACME) • Grupo Ambiente y Energía de la Facultad de Ingeniería de la UBA (GEA-UBA) • Foro de Ecología Política (Los Verdes-FEP) • Fundación Vida Silvestre (FVS)

Esta convocatoria tuvo como antecedente una experiencia realizada en Chile a partir del año 2009, que fue motorizada por un grupo de instituciones que entendieron la necesidad de potenciar el debate energético a través de la formulación de diferentes escenarios que mostraran la amplitud de visiones hoy existentes. El resultado

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logrado en Chile tuvo un alto impacto político y ha sido muy satisfactorio, tanto desde el punto de vista académico como técnico8.

Definiciones para el Desarrollo de los Escenarios

La primera definición adoptada para este ejercicio fue convocar a cada institución “escenarista” a desarrollar su visión sobre la composición de la matriz eléctrica nacional hacia el año 2030. Cada escenario se conformó por un “plan de obras” necesario para cubrir la demanda esperada de energía eléctrica desde la actualidad hasta el año 2030. Dicho plan se constituyó por un conjunto de centrales de generación, indicando tecnología, tamaño, opciones de combustibles a utilizar y su incorporación en el tiempo al Sistema Interconectado Nacional (SIN). La selección de las centrales a incluir en el “plan de obras” fue condicionada en términos tecnológicos y económicos, a fin de crear un marco coherente en el que las distintas visiones pudieran desarrollarse y de modo que la comparación de los resultados fuera posible por tratarse de ejercicios homologables entre sí. Dada la fuerte complementariedad existente en nuestro país entre el sector eléctrico y el de gas natural, se amplió la cobertura del escenario en forma parcial hacia este último sector. Para ello, se planteó un escenario de evolución de la demanda de gas natural del país, exceptuando la originada en el sector eléctrico, de modo tal que cada uno de los escenaristas tuviera que explicitar con qué opciones de suministro cubriría la demanda total de gas natural (del sector generación más la del resto de consumidores) a lo largo del período evaluado. En esta primera etapa, se procuró una parametrización inicial básica con la rigurosidad necesaria para generar resultados que pudieran ser comparables entre escenarios, y que permitiera exponer a cada uno de ellos su estrategia energética, sentando las bases para una futura evolución del ejercicio9.

8 “Plataforma Escenarios Energéticos – Chile 2030” es la iniciativa chilena, que generó una gran repercusión pública y política transformándose en una plataforma de debate sobre la coyuntura y el futuro energético de ese país. Ver http://escenariosenergeticos.cl 9 Para mayor información sobre estos aspectos se puede consultar “Escenarios Energéticos Argentina 2011-2030. Metodología para la Elaboración y Evaluación de Escenarios Energéticos” en www.escenariosenergeticos.org

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La metodología suministrada a los escenaristas no incluyó un examen de viabilidad económica de los escenarios planteados ni la optimización de cada una de las inversiones por parte del Comité Técnico, sino que se les demandó la justificación de las decisiones adoptadas10. De modo similar, no se establecieron pautas o restricciones para la expansión de las redes de transmisión, de modo de no limitar las opciones consideradas, y asumiendo la adecuación de la red para soportar el “plan de obras”.

Algunas Condiciones de Borde Consideradas 11

A modo de resumen, las principales condiciones de borde consideradas para el desarrollo de los escenarios son las siguientes:

• Se tomó como punto de partida el parque eléctrico existente conectado al SIN (año 2010).

• Las obras de generación eléctrica actualmente en ejecución se integraron como línea de base del plan de obras de los escenarios (ver listado al final del capítulo).

• Se consideró una proyección de costos de gas natural y combustibles líquidos

para todo el periodo12.

• Se adoptaron dos escenarios de “Proyección de la Demanda Eléctrica”: - Proyección “Bussines as Usual” (BAU): crecimiento de la demanda:

3.4% a.a. - Proyección “Uso racional de la energía” (URE) -asumiendo una fuerte

política de eficiencia energética-: Crecimiento de la demanda: 1.9% a.a.

La diferencia entre ambos o “ahorro” por eficiencia energética acumulada al 2030 es del 25%13.

• Los escenaristas debían presentar dos planes de obra de modo de satisfacer los dos escenarios de demanda planteados.

10 Ver en los anexos del “Informe de Síntesis. Aportes para un debate energético nacional” con las justificaciones presentadas por cada escenarista respecto a la viabilidad económica. www.escenariosenergeticos.org 11 Por “Condiciones de Borde” se entiende a aquellas condiciones que delimitan el alcance del ejercicio, definen las presunciones básicas comunes que serán adoptadas por todos los escenaristas y de ese modo hacen factible que cada ejercicio responda, con diferentes criterios y lógicas, a un mismo conjunto de requerimientos. 12 Ver “Metodología para la Elaboración y Evaluación de Escenarios Energéticos” en ww.escenariosenergeticos.org 13 La demanda BAU surge de aplicar tasas de crecimiento previstas por la Secretaría de Energía en sus escenarios preliminares al 2030. La demanda URE surgió de la discusión con los distintos escenaristas sobre el potencial de ahorro, el cual se estimó en un 25% para el año 2030.

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• Se estableció un escenario de crecimiento de demanda de gas natural del 3.6% a.a. para la demanda de gas natural, excluida la derivada de la generación de energía eléctrica, cuyo aporte surgirá de cada escenario. Cada escenarista debió definir el modo de abastecer el consumo total de gas natural.

• Se utilizó un esquema simplificado de despacho de las opciones de conformación de la oferta de energía eléctrica indicada por cada escenarista y se utilizó como herramienta en el proceso de planificación y evaluación de los escenarios, el modelo Long-range Energy Alternative Planning (LEAP)14.

• Se incorporó un costo por emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el año 2020 de U$S 20 la tonelada de CO2eq y alcanzando los U$S 30 la tonelada para el 2030, valores alineados con estimaciones internacionales acerca de cuál podría ser una posible contribución que deberían comprometer a países como Argentina.

• La caracterización de las tecnologías y combustibles propuestos, en cuanto a

sus parámetros económicos, tecnológicos e impactos ambientales, se realizó a través de un proceso de intercambio y discusión abierta con todos los escenaristas, priorizándose el uso de referencias de información de organismos internacionales como la Agencia Internacional de Energía (AIE), Energy Information Administration (EIA) y el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), CAMMESA, Secretaria de Energía, EBISA, entre otros. Este enfoque, basado en el uso de información avalada, tiene la virtud de constituir una adecuada base para asegurar que se alcanzaría consenso entre los participantes en el ejercicio. Sin embargo, se reconoció la necesidad de adecuar algunos de los parámetros económicos o técnicos para

14 Ver descripción de uso y material disponible para la creación de su propio escenario energético en www.escenariosenergeticos.org

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actualizarlos o para que reflejen con más precisión las particularidades climáticas y geográficas de la Argentina.

Nota 1: En el caso de la generación hidráulica se utilizaron diversos relevamientos disponibles de potenciales obras hidroeléctricas, a partir de los cuales se elaboró el listado de proyectos o módulos de expansión factibles de ser utilizados por los escenaristas en sus planes de obra. Nota 2: Cada escenarista debió indicar los combustibles utilizados por cada una de las centrales del parque actual y de cada proyecto propuesto.

Listado de Obras predefinidas (en ejecución)

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Visión del escenario energético 2030 de Los Verdes La proyección BAU supone satisfacer una demanda eléctrica excesiva y representa un escenario en el que no se pueden poner en práctica mayores y mejores medidas de eficiencia en la demanda de electricidad y de gas natural. Esta curva está basada en la demanda tendencial estimada por la Secretaría de Energía de la Nación. En cambio, el escenario de demanda URE es aquel que concebimos más compatible con nuestra visión. Implica una fuerte política de uso eficiente de la energía y de mejoras tecnológicas que resulta consistente con algunos estudios preliminares realizados por organizaciones ambientalistas15.

Para Los Verdes, en el largo plazo hacia el 2050, la matriz de generación eléctrica debe basarse en casi un 100% en fuentes renovables. Este objetivo atiende a minimizar los impactos globales y locales. Entre los primeros, centralmente las emisiones GEI, entre los segundos, los generados en el ciclo del combustible nuclear y por las grandes represas. En el corto plazo, es una premisa el cumplimiento de la Ley Nacional 26.190 que establece la meta de un 8% de renovables para el 2016. Para el año 2020, nos proponemos alcanzar entre el 20-25% de renovables, la eliminación de la generación nuclear y la reducción del uso de carbón. De este modo ingresamos en un período de clara transición hacia un futuro energético renovable.

15 En el ejercicio se adoptó una curva de eficiencia tomando como referencia los escenarios presentados por Fundación Vida Silvestre, “Escenarios de Eficiencia Energética” (2006), y Greenpeace Argentina, “[r]evolución energética” (2009).

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En cuanto a los cambios del uso del suelo, se da prioridad al criterio de garantizar soberanía alimentaria y equidad social en el uso de la tierra. Al final del ejercicio (2030), el suelo debiera mostrar mejores indicadores que al inicio (2010). En el mediano y largo plazo se procura garantizar seguridad de suministro y producción de alta integración nacional. Se da prioridad a la generación descentralizada. El escenario supone una fuerte ampliación del SIN y una integración a escala regional del mismo, lo que facilita los intercambios energéticos de modo de aprovechar con los países vecinos los potenciales de energías renovables. En tal sentido, la exportación e importación de electricidad es parte constitutiva de nuestra visión en el mediano y largo plazo. Para el escenario, se ha tenido en cuenta que algunas tecnologías carecen aún de una base empírica para planificar su uso masivo (geotérmica, marina) y que en la segunda década deberá darse prioridad a la diversificación de la paleta de renovables para facilitar su curva de aprendizaje local.

Consideraciones sobre emprendimientos hidroeléctric as

Las grandes represas hidroeléctricas, desarrolladas a lo largo de todo el planeta, fueron consideradas por mucho tiempo como una fuente de energía renovable, y por lo tanto de bajo impacto ambiental. Esta perspectiva cambió a partir de la publicación en el año 2000 del Informe de la Comisión Mundial de Represas, cuyo objetivo fue revisar el desempeño de las grandes represas y formular directrices para proyectos futuros, fruto del diálogo y negociaciones con representantes del Movimiento de Afectados por Represas, Agencias Bilaterales y Multilaterales, Agencias Gubernamentales, ONG, académicos y la industria de construcción de represas16 17. Entre las conclusiones de este informe, figura que las grandes represas provocan la pérdida de hábitats naturales y de poblaciones de especies, la degradación de las cuencas debido a la inundación de la zona de los embalses; la pérdida de la biodiversidad acuática, de las pesquerías y de los servicios brindados por las planicies de inundación río abajo y los ecosistemas de las riberas y estuarios adyacentes; impactos acumulativos en la calidad del agua, en las inundaciones naturales y en la composición de las especies, cuando en el mismo río se construyen varias represas.

16 Las grandes represas, según los criterios del Registro Mundial de Grandes Represas de ICOLD son las que cumplen alguno de estos requisitos: una altura superior a 15 m; las represas de 10 a 15 m de altura cuya longitud de coronación sea superior a 500 m o que embalsen más de 1hm/3 de agua, o aquellas con capacidad de aliviadero superior a 2000 m3/s. 17 “Represas y Desarrollo. Un nuevo marco para la toma de decisiones”, Comisión Mundial de Represas, (CMR, 2000). Publicado en su versión original en Inglés en el Reino Unido y Estados Unidos en el 2000, por Earthscan Publications Ltd.

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Además de las poblaciones que son directamente desplazadas, con sus consecuentes impactos sociales, la población que vive río abajo de las represas -en particular aquellas que dependen de recursos de las planicies de inundación como la pesca– ven sus medios de subsistencia seriamente dañados. Nuestro país cuenta con un caso paradigmático en cuanto a graves impactos sociales y ambientales, -además de un elevado costo económico-, que es la represa de Yacyretá sobre el río Paraná. El nivel de conflictividad en torno a la construcción de una represa es cada vez mayor, justificado por cantidad de ejemplos, y por lo general la población más cercana es la que no percibe ningún beneficio, por el contrario su vida empeora. Por estas razones excluimos a las grandes represas como fuente energética, ya que no las consideramos una energía limpia, si no una fuente generadora de nuevos problemas debido a los impactos sobre el ambiente antes mencionados.

Consideraciones sobre la energía nuclear

La energía nuclear es el modo más caro y peligroso para producir electricidad. No existe una central nuclear ni ciclo del combustible y residuos nucleares que estén exentos de riesgos, y éstos están siempre asociados a situaciones que entrañan un impacto significativo para la salud de las personas. Un reactor nuclear opera en un delicado equilibrio dentro de márgenes muy precisos. Sólo es posible sostener su funcionamiento dentro de esos márgenes por medio de una compleja ingeniería y haciendo uso de múltiples sistemas de control y seguridad. Esta ingeniería de los reactores es extremadamente cara y es el precio a pagar en el intento de reducir los peligros de la energía nuclear. Sólo es posible disminuir esos riesgos ampliando las barreras ingenieriles, pero esto representa incrementar los ya de por sí elevados costos de la energía nuclear. Aún así, los riesgos nucleares no pueden ser mitigados a niveles aceptables para la población. El mayor accidente posible, como lo sucedido hace poco más de un año en los reactores de Fukushima, Japón, es un riesgo inaceptable para la población. Los altísimos costos económicos, los riesgos en la operación en todo el ciclo del combustible nuclear, ya sea minería, fabricación de combustibles, operación de reactores, el legado de residuos altamente radiactivos, los que deben ser protegidos

Dos Casos Históricos Represa de Corpus La población de la provincia de Misiones mediante un plebiscito vinculante votó mayoritariamente por el "No a la Construcción de la Represa Hidroeléctrica de Corpus cualquiera sea su lugar de emplazamiento sobre el Río Paraná". La votación se llevó a cabo el 14 de abril de 1996, y votó el 62,85% de los electores de la provincia. El 88,63% (es decir 9 de cada 10 ciudadanos) dijo NO a Corpus. Represa de Paraná Medio El proyecto de la represa de Paraná Medio, reflotado en el año 1996 (había sido realizado en la década del 70), fue rechazado mayoritariamente por las localidades ribereñas de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. Un resultado de la expresión de la ciudadanía, fue la sanción en la provincia de Entre Ríos en setiembre de 1997, de la Ley 9.092, conocida como la ley “Anti-Represas”, que declara a la provincia libre de nuevas obras de represamiento sobre los ríos Paraná y Uruguay.

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de por vida ya sea por sus riegos radiológicos como por su potencial desvío hacia fines militares o terroristas, convierten en una verdadera insensatez producir electricidad por medio de reactores nucleares. La Argentina no está exenta de los riesgos que entraña la actividad nuclear. Tanto las plantas de Embalse y Atucha I, así como otras instalaciones, registran en su historia incidentes que han afectado a operarios y pudieron derivar en accidentes mayores. Argentina, como sucede en el resto del mundo, no tiene ningún plan de gestión de los residuos altamente radiactivos que por ahora permanecen alojados en las propias plantas de Atucha y Embalse. Las minas de uranio han dejado un pasivo ambiental en diferentes puntos del país que aún no sido resuelto, a pesar de esto, hoy se quiere reactivar este tipo de minería. Lamentablemente, en estos últimos años se está reviviendo el viejo plan nuclear de la dictadura militar, un plan ambicioso, que fue diseñado con una fuerte componente militarista: el Gobierno Nacional promete inaugurar Atucha II (después de 30 años en construcción), proyecto de la primera junta militar iniciado en 1981; se han reabierto los laboratorios de enriquecimiento de uranio en Pilcaniyeu, el proyecto secreto que piloteaba el Contralmirante Castro Madero, a la cabeza de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) durante la dictadura; se pretende construir el reactor CAREM que deriva del proyecto de construcción de un submarino nuclear y que, modificado, se ha intentado vender desde la década de los 80 como “mini-central” para el cual no existe aún un mercado cierto. El Gobierno Nacional ha llegado a plantear la construcción de navíos propulsados por reactores atómicos. Todos estos proyectos sólo pueden existir mediante los abultados subsidios del Estado. Cada peso gastado en energía nuclear es un peso gastado en incrementar el riesgo nuclear y por otro lado, un peso menos destinado al desarrollo de fuentes energéticas limpias, renovables y económicamente más eficientes. La opción nuclear, debemos decirlo con claridad, es una opció n ideológica que no tiene nada que ver con la cuestión energética. No tiene ningún sentido correr los riesgos que implica ni pagar el costo económico que representa. La apuesta a la energía nuclear ha desviado y continúa desviando fondos que son necesarios para realizar el urgente cambio de matriz energética que debemos realizar en los próximos años, urgidos por el desafío del cambio climático y la necesidad de asegurar un suministro independiente, seguro y sustentable. Por eso Los Verdes no consideramos a la tecnología nucleoeléctrica como una opción aceptable y procuramos se desmantele de manera urgente las actuales

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plantas nucleares en un calendario realista, sin realizar inversiones en la extensión de la vida de las mismas y desistir de toda nueva planta de energía nuclear. Asimismo se debe concentrar la tarea de la Comisión Nacional de Energía Nuclear en la centralización de las actividades nucleares permitidas: reactores de investigación, bajo el debido control internacional y de la comunidad científica argentina; asegurar la remediación ambiental de los sitios en que se ha desarrollado minería y procesamiento del mineral de uranio, garantizar la plena aplicación de todas las normas municipales, provinciales y constitucionales que regulan las actividades nucleares. Por el contrario, Los Verdes entendemos que se debe apostar fuertemente a las energías renovables, de las que podemos hacer un uso masivo dado la enorme disponibilidad de recursos y las modernas tecnologías actualmente aprovechables. El volumen de inversiones necesarias en el sector nuclear por parte del Estado son una barrera al despegue de las renovables a gran escala. La apuesta por las energías renovables no sólo nos garantiza un suministro energético ambientalmente seguro, sino que además nos permite generar una matriz energética soberana, con seguridad en el suministro, dependiendo de recursos abundantes, de libre acceso, que permiten una mejor distribución y descentralización, además de generar una enorme cantidad de empleos “verdes” y movilización de inversiones.18

Gas Natural y Recursos “No Convencionales”

El gas natural proveniente de reservas convencionales posee una intensidad de carbono mucho más baja que el carbón y el petróleo y puede, por lo tanto, servir como combustible de transición hacia el escenario que Los Verdes proponemos. El progresivo y urgente abandono de los combustibles fósiles debe iniciarse eliminando aquellas aplicaciones que utilizan los perores combustibles, o sea derivados del petróleo y el carbón. El gas natural plantea la convivencia más coherente con los objetivos que nos propusimos de reducción de GEI. Por esta razón, en este escenario se utiliza casi exclusivamente, entre las opciones de combustibles fósiles, gas natural proveniente de reservas de gas convencionales. El gas natural proveniente de reservas “no convencionales” (conocido como “shale gas”, “gas de esquisto” o “gas compacto”) requiere que la roca del yacimiento sea fracturada utilizando un proceso denominado “fractura hidráulica” o “fracking”. Este proceso de extracción está asociado a una serie de impactos ambientales, algunos de los cuales no son aún completamente conocidos y abundan las incertidumbres.

Además, diversos estudios indican que la “huella de carbono” del shale gas es significativamente mayor que la del gas convencional e incluso algunos señalan que se acerca a la del carbón.

18 Ver “Terminemos con la adicción nuclear”, Los Verdes-FEP, abril 2011. http://losverdes.org.ar/nuevo/terminemos-con-la-adiccion-nuclear/

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Dado que algunos yacimientos o reservas de gas natural que no pueden ser explotadas utilizando métodos convencionales debido a estar el gas atrapado en cuerpos de roca o esquistos. De este modo apareció el método de la fractura hidráulica que consiste en la perforación vertical de un pozo profundo hasta el yacimiento y luego girarla en forma horizontal dentro del depósito. Arena, agua y químicos son inyectados a fuerte presión en la capa rocosa, creando grietas que permiten que el gas filtre hacia afuera. Estas grietas pueden extenderse hasta algunos cientos de metros en la roca desde el pozo de inyección. Los problemas asociados a la fractura hidráulica han sido motivo de gran preocupación en EEUU y diversos países donde se intentó comenzar con su uso. En los Estados Unidos es donde la explotación del shale gas se ha estado llevando a cabo más intensivamente y las experiencias allí han incrementado el conocimiento acerca de sus impactos ambientales.

El proceso de fractura hidráulica consume enormes cantidades de agua. Se ha estimado que son necesarios entre 9.000 y 29.000 m3 de agua para las operaciones de fractura en un solo pozo. Esto podría causar problemas con la sustentabilidad de los recursos hídricos y sumar a las presiones por demanda de este recurso en zonas áridas, como ya ocurre con las actividades mineras. Los peligros ambientales asociados a los químicos agregados a los fluidos de fractura – que constituyen aproximadamente el 2% de su volumen – son muy poco conocidos. De hecho, en EEUU están exentos de la regulación Federal y/o la información acerca de ellos está protegida debido a secreto comercial. Se sabe que al menos 260 químicos están presentes en alrededor de 197 productos y algunos de ellos son conocidos por ser tóxicos, cancerígenos y mutagénicos. Estos químicos pueden contaminar las aguas subterráneas debido a fallas en el aislamiento del pozo y la migración de contaminantes a través de vías subterráneas. Entre un 15% y un 80% del fluido fracturante inyectado retorna a la superficie como agua de reflujo, el resto permanece bajo tierra. Estos líquidos contendrán aditivos y sustancias disueltas de la formación de esquisto durante la fracturación tales como metales pesados, hidrocarburos y elementos radioactivos naturalmente. Se ha registrado que el vapor que se eleva de los “pozos de evaporación” donde el agua residual de la fractura hidráulica es almacenada, contiene benceno, un poderoso cancerígeno. Las fugas en los pozos de gas y ductos también pueden contribuir a la contaminación atmosférica y a las emisiones de gases de efecto invernadero (metano). El enorme número de movimientos de vehículos necesarios y la operación de la planta generadora también puede provocar una contaminación muy significativa.

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Las operaciones de perforación de pozos pueden causar una severa degradación del paisaje y contaminación acústica como resultado de las operaciones rutinarias y éstas pueden impactar en la biodiversidad local a través de la degradación del hábitat. La contaminación de los acuíferos subterráneos y aguas superficiales puede ocurrir a causa de las operaciones de fractura hidráulica y por medio de la eliminación de las aguas residuales, ya sea a través de instalaciones de tratamiento o directamente vertidas en aguas superficiales. Estos químicos pueden, por lo tanto, ser liberados en acuíferos y recursos de agua subterránea. Los Verdes consideramos al gas natural convencional como la opción “menos mala” para la transición en cuanto a uso de combust ibles fósiles. Puede ser visto como un “combustible puente” entre las actual es fuentes de generación de energía convencional y un futuro suministro de e nergía 100% renovable, para ser utilizado cuando la demanda por electricid ad no pueda ser satisfecha a través de una combinación de eficiencia, conserva ción y fuentes renovables tales como la eólica y la solar, o cuando las fluct uaciones en el suministro de renovables deban ser suavizadas. Sin embargo, el de sarrollo del gas natural no debe desplazar el desarrollo de las tecnologías de energía renovable y eficiencia energética, y nos oponemos a todos los s ubsidios a la exploración de gas natural.

Otras consideraciones

La electrificación progresiva de la matriz energética implica que habrá ahorros en combustibles fósiles en otros sectores, por ejemplo, en transporte y en climatización residencial. Por tal motivo es de esperar una sustitución mayor por electricidad a la propuesta por el escenario de demanda. Sin embargo, este aumento se verá contrarrestado por políticas y medidas más ambiciosas en uso eficiente, basadas en la gestión de la demanda y la incorporación de redes inteligentes. Las aplicaciones de solar térmica para climatización residencial, calor industrial y la cogeneración a partir de biomasa también reducirán el consumo de gas natural. En suma, tendremos una disminución relativa del consumo de gas sin un aumento proporcional de la generación eléctrica. La generación eléctrica descentralizada de renovables (cercana a los centros de consumo o en zonas residenciales) evita pérdidas en la transmisión y ayuda a mantener la tensión en punta de línea. El uso creciente de almacenamiento está apoyado en la innovación tecnológica en baterías, incluyendo las de vehículos eléctricos y en el manejo inteligente de la demanda. De este modo los picos de demanda diarios (y nocturnos) pueden ser atendidos con la generación de renovables en otro momento del día. La adecuada planificaron de la incorporación de fuentes intermitentes y variables reduce la necesidad de energía de respaldo (firme). Por tal motivo, es de esperar una normativa e incentivos económicos que garanticen que las fuentes renovables,

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en particular la energía eólica, estén ampliamente distribuidas geográficamente y que el sistema de transmisión sea adecuadamente diseñado para optimizar la incorporación de estas fuentes. Una política firme que brinde la seguridad de que se cumplirán los objetivos de incorporación de renovables promoverá la difusión y la innovación local de modo tal que la integración nacional será creciente con el tiempo, lo cual implica menores costes y un mayor retorno social (Ej. empleos de calidad), además de una dependencia externa decreciente. La incipiente, pero destacable, industria nacional en energía eólica, aún con el casi nulo desarrollo del mercado interno, muestra el extraordinario potencial industrial latente. Una tasa de interés que corresponda a una política de largo plazo deberá tener tenga en cuenta la equidad intergeneracional y la responsabilidad climática del país. Las condiciones de financiación de la provisión energética, por ende, no pueden ser similares a las de proyectos comerciales sin objetivos de interés público, como ha sido el caso hasta el presente. Una vez amortizadas las inversiones de capital, las energías renovables ofrecen costes más bajos que cualquier otra fuente. Los costes esperados en el futuro, como los usados en este ejercicio, suponen curvas de aprendizaje que no se han correspondido con la experiencia internacional. Por ejemplo, la solar fotovoltaica, merced a la inversión en producción e innovación en el sector, ha caído muy por debajo de los valores estimados por organismos internacionales como la Agencia Internacional de Energía (IEA). Por esta razón hacia el 2030 la energía solar desplazará progresivamente la eólica en virtud de su mayor flexibilidad y menores costes, por lo cual consideramos necesario que en la próxima década se introduzca masivamente, aun antes de ser competitiva con las demás. En cuanto a la energía eólica, la producción nacional en gran escala también permitirá desarrollar ventajas competitivas que ya se muestran en el cluster recientemente establecido, de modo de reducir los costes más allá de lo previsto en este escenario. Es conveniente que otras fuentes menos maduras sean apoyadas a fin de garantizar la diversificación necesaria, teniendo en cuenta la buena dotación natural y los impactos ambientales relativamente bajos en los casos de energía oceánica y geotérmica. Dada esta situación, ambas tecnologías tienen muy bajo protagonismo en nuestro escenario hasta el año 2030. La total sustitución por fuentes renovables es técnicamente posible hoy en día en Argentina. Sin embargo, dado que se parte de una participación muy baja de las mismas, tanto en la matriz eléctrica como en la producción de combustibles, el escenario 2030 es una base compatible como para llegar a esa meta hacia 2050. Así lo confirman los escenarios mundiales propuestos por el GICC (IPCC) en el informe especial elaborado en 2011 (SRREN). De este modo, las emisiones de GEI, debidas al sector energético, llegarían a cero y Argentina cumpliría con su parte en el esfuerzo global para revertir el cambio climático.

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Plan de Obras y resultados obtenidos 19

El Plan de Obras

Se diseñó un “plan de obras” en base sólo a fuentes de energías renovables no convencionales, con una mayor participación de la energía eólica terrestre y la energía solar, en menor medida biomasa a partir de residuos y mini-hidro, y un incipiente desarrollo en geotérmica y mareomotriz.

Nueva Potencia Instalada Tipo de fuente MW instalados 2030 Proyecto Eólico Terrestre 19.430 Proyecto Solar Fotovoltáico 5.401 Proyecto Solar Concentrada 2.689 Proyecto Biomasa Residuos 2.000 Proyecto Mini Hidro (<30MW) 480 Proyecto Geotérmica 150 Proyecto Mareomotriz 105 Total MW incorporados 30.255

No se prevén salidas de servicio del parque térmico existente. Sin embargo se plantea el cierre, hacia el año 2020, de las centrales nucleares. En tanto las plantas de carbón se consideran sólo como potencia de reserva (no entran en operación en todo el periodo), quedando sólo como reserva para aquellos años en que pueda haber baja nivel de disponibilidad de hidroelectricidad. Dicho plan de obras fue aplicado tanto para el escenario URE como en el BAU.

19 La definición del Plan de Obras, sus estimaciones y el ajuste del escenario ha estado a cargo de Roque Pedace y Martín Orecchia, ambos miembros del equipo de Energía y Clima de Los Verdes-FEP.

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En concordancia con el “plan de obras”, el despacho propuesto prioriza el uso y la incorporación de renovables, por ello se opta por orden de merito por mínima emisión de GEI, luego, por mínimo coste.

Importación

En cuanto a la importación de energía, en ambos escenarios, propusimos una disminución de la misma (respecto de la del 2010) a lo largo de todo el periodo, sin llegar a una eliminación completa, ya que consideramos que el sistema eléctrico debería reforzar los intercambios con países vecinos para ganar resiliencia. Por tal motivo, nuestro escenario contempla algunas importaciones, en el entendimiento de que también habrá exportaciones compensatorias.

Caso URE

Suministro de gas propuesto

El gas convencional deberá disminuir en el escenario URE, por ahorro tanto en el sector eléctrico como en el total y deberá ser progresivamente sustituido por electricidad y aplicaciones bioenergéticas. Por otro lado es de esperar que continúe la caída de las reservas convencionales aunque estimamos que es posible recuperar la productividad de los yacimientos convencionales hoy en explotación, retrasando su declive comparado a de los últimos años. El biogás será un combustible de transición importante y la generación de biomasa de pequeña escala podrá sustituir parte de la función de respaldo de las centrarles de ciclo combinado. Los biocombustibles de primera generación serán eliminados y

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en su lugar se introducirán progresivamente estas dos opciones y, eventualmente, biocombustibles de segunda generación. En todos los casos el límite estará dado por el impacto de la producción primaria de biomasa. La superficie utilizada será siempre menor a la que hoy ocupa el cultivo de soja para biodiesel. El uso de biogas en ductos se hará con extrema precaución para cumplir con requisitos sociales y ambientales, en particular los referidos a uso del suelo, ya que se espera un creciente componente de cultivo energético a lo largo de los gasoductos ya instalados. En el escenario BAU es posible que sea necesario un uso mayor, pero en cualquier caso se espera que sea sólo transicional, devolviendo el suelo para otros usos al final del período con balance positivo de nutrientes y de carbono. Con estas condiciones se espera un uso creciente, con tasas de crecimiento algo menores a las de otras renovables y a las que se presentan en otros países, como Alemania. El alto costo que se le imputa al biogás en este ejercicio permite cubrir en exceso todos los requisitos sociales, ambientales y de soberanía alimentaria. La importación se verá limitada a los ductos actuales desde Bolivia y no se ampliará el uso del GNC ni GNL por razones ambientales globales y locales y de seguridad de suministro. Por razones ambientales no se explotan yacimientos de gas no convencional.

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022 2023 2024 2025 2026 2027 2028 2029 2030

Gas Natural Convencional Gas Natural Bolivia Gas Natural No Convencional GNL Biogas

FEP

Gas Natural

Convencional

62%

GNL

0%

Gas Natural Bolivia

8%

Gas Natural No

Convencional

0%

Biogas

30%

Composición del suministro de gas al 2030 propuesto en ambos escenarios

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Algunos resultados

Como resultado de dicho plan de obras, en el escenario URE no fue necesario incorporar ninguna otra fuente de energía para satisfacer la demanda planteada, en cambio en el escenario BAU fue necesario incorporar, 6.400 MW en centrales de Ciclo Combinado (CC), principalmente con el fin de mantener los márgenes de reserva necesarios para garantizar la estabilidad del sistema. La necesidad de incorporar CC disminuirá en la medida que podamos incrementar la velocidad de generación descentralizada por biomasa. La capacidad instalada total en la matriz eléctrica al 2030 alcanza 70.000 MW en el escenario BAU, y 63.600 MW en el escenario URE. Respecto al año base del ejercicio, esto significa un crecimiento de un 130% del escenario BAU y un 100% del escenario URE. Vale la pena destacar la rápida incorporación de la energía eólica, con una tasa anual de alrededor del 40% durante el periodo 2010 a 2020, para luego disminuir su tasa de incorporación al 20% el resto del periodo. En contrapartida, las demás fuentes aumentan o mantienen su grado de penetración durante todo el periodo. La participación de tecnologías fósiles (gas natural, carbón o diesel) tienden a mantener o disminuir su participación relativa hacia el 2030, en cuanto a la tecnología nuclear, como se comento anteriormente, se planteo su abandono hacia el año 2020, las centrales de carbón se consideran solo como potencia de reserva (no entran en operación en todo el periodo) y por otro lado, no fueron parte del plan de obras las centrales hidroeléctricas, salvo las que entran en la categoría de mini-hidros (hasta 30 MW). Como resultado, se alcanzo una participación de las energías renovables en la matriz 2030 del 58% para el escena rio BAU y del 67% para el escenario URE.

Hidráulico; 36%

Térmico; 58%

Renovable; 0%

Nuclear; 6%

Matriz año base 2010

Matriz 2030 BAU

Renovable; 58%

Térmico; 24%

Hidráulico; 18%

Nuclear; 0%

Matriz 2030 URENuclear;

0% Hidráulica; 23%

Térmico; 10%

Renovable; 67%

31

En los gráficos siguientes se puede observar, para cada uno de los dos escenarios, la generación de energía (GWh) a lo largo del periodo según el tipo de fuente.

URE

-

50,000

100,000

150,000

200,000

250,000

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022 2023 2024 2025 2026 2027 2028 2029 2030

Nuclear Hidráulico Térmico Renovable

BAU

-

50,000

100,000

150,000

200,000

250,000

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022 2023 2024 2025 2026 2027 2028 2029 2030

Nuclear Hidráulico Térmico Renovable

Otro punto a destacar es la notable la diversificación lograda en la matriz 2030 con respecto a la matriz del año base 2010.

2030

Eólica GN Hidro Solar Biogas Biomasa Liq. Fósil

Import. Geot. Mareo

29% 22% 17% 12% 9% 6% 2% 1% <1% <1%

2010

GN Hidro Liq. Fósil

Nuclear Import. Carbón

41% 35% 13% 6% 2% 2%

Caso: escenario BAU

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Costos

En relación a los costos medios se llegaron a los siguientes valores; 114 US$/MWh para el escenarios BAU y 109 US$/MWh para el URE. Los valores mencionados poseen una alta participación de los costos de inversión, los cuales resultaron relativamente altos, por lo que es importante aclarar que son este tipo de inversiones (aumento de potencia en energías renovables) las que no permiten pensar en el mediano y largo plazo en una eliminación definitiva de los costos permanentes que representan las combustibles de las tecnologías tradicionales. Por otro lado, vale la pena recordar que en nuestro plan de obras no se incluyeron centrales hidroeléctricas debido a sus altos impactos socio-ambientales, a pesar de que en el presente ejercicio es considerada como una fuente de energía de relativamente de bajo costo de inversión. También los costos de la energía nuclear estaban estimados en valores teóricos muy por debajo de los valores reales de los proyectos realmente existentes. Reducción de emisiones Gracias a la combinación de obras seleccionadas se logro disminuir notablemente las emisiones de CO2eq, logrando pasar de 33.006.464 Tn CO2eq del año base (2010) a 7.049.365 Tn CO2eq para el año 2030 en caso URE. Ello representó, en el caso del escenario URE, una reducción del 80% de la s emisiones de gases de efecto invernadero por unidad de energía producida.

-

5,000,000

10,000,000

15,000,000

20,000,000

25,000,000

30,000,000

35,000,000

40,000,000

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022 2023 2024 2025 2026 2027 2028 2029 2030

BAU URE

Costos Emisiones

Costos Impuestos + tasas

Costos Capital

Costos Combustibles

Costo O&M

Costo Importacion

FEP

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

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En el desarrollo del escenario se planteó la minimización de líquidos fósiles y su sustitución por bio-oil y, en mayor medida, por biogas, esto último a más largo plazo. La entrada del uso de biomasa descentralizada permite la sustitución de centrales térmicas ineficientes (turbovapor) y que queman fuel oil en invierno. El carbón de las centrales actuales sustituido por biomasa. En los primeros años puede ser necesario incluir centrales de ciclo combinado (CC) para garantizar reserva, principalmente en el escenario BAU, en la medida en que no pueda incorporarse con la velocidad necesaria la generación descentralizada por biomasa. El sistema eléctrico debiera reforzar los intercambios con países vecinos para ganar resiliencia. Por tal motivo, nuestro escenario contempla algunas importaciones, en el entendimiento de que también habrá exportaciones compensatorias. El despacho debe priorizar el uso y la incorporación de renovables, esto debe tener en cuenta intermitencia y variabilidad del parque eólico y solar. Por ello se opta por orden de merito por mínima emisión de GEI, luego por mínimo coste.

Algunas resultados comparados

El objetivo de un ejercicio como el desarrollado por la Plataforma Escenarios Energéticos es poder comparar resultados y poner a prueba la performance de las distintas visiones. Con el fin de mostrar los diferentes puntos de vista que existen sobre el tema energía, a continuación se encuentran algunos gráficos comparativos entre el escenario desarrollado por Los Verdes-FEP y los otros cinco escenaristas del ejercicio. Para realizar esta comparación utilizamos los resultados obtenidos para el escenario BAU ya que resulta este escenario el más exigente para todos los escenarios ya que deben satisfacer una mayor demanda. Matriz de generación En el siguiente grafico, se observan la composición de la matriz de generación de energía de cada escenarista en sus escenarios BAU junto a la composición de la matriz del año base (2010), con el fin de poder comparar las diferentes evoluciones que desarrollan cada uno de los escenarios. La matriz de generación de Los Verdes-FEP se destaca por la alta participación de las energías renovables (58%), la nula participación de la energía nuclear y de centrales de carbón. Al no haber incremento del sector hidroeléctrico por medio de grandes represas es la matriz con menor participación de esta fuente.

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Costo de la energía En el siguiente grafico podemos observar el costo medio de la energía al que llega al final del período cada uno de los escenarios. Aquí es importante detenernos y analizar algunos resultados. A pesar de que el escenario de Los Verdes-FEP es que más exigente en materia de inversiones al proponer un cambo radical en la matriz de generación, por lo tanto debe realizar fuertes inversiones a lo largo del período, entre otras razones para reemplazar las plantas nucleares que son sacadas de servicio., se llega con un costo similar al resto de los escenarios. Este es un punto realmente importante, ya que el costo es casi similar al desarrollado por AGEERA y CADER. Recordemos que el escenario de AGEERA fue diseñado pensando en un escenario con alta probabilidad de ocurrencia, con lo cual resulta una buena comparación para estimar cuánto costará sostener una tendencia sin mayores cambios (alta probabilidad) con un escenario de cambio radical.

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

AGEERA CACME CADER FEP FVS UBA Año 2010

Escenario BAU -Año 2030

Hidráulico Térmico GN Termico Liquido Renovable Nuclear Carbon Importacion

35

-

20.00

40.00

60.00

80.00

100.00

120.00

FEP BAU AGEERA BAU CADER BAU CACME BAU FVS BAU UBA BAU

Costo Medio Total (U$S/MWh)

En el siguiente grafico se muestra la composición porcentual del costo medio en cada uno de los escenarios. Se puede ver que las mayores inversiones de capital, como en energías renovables, como es el caso de Los Verdes-FEP, se compensan con una fuerte disminución de los costos de combustibles. Esta compensación explica en buena medida los precios comparables que se llegan al final del período.

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AGEERA CACME CADER FEP UBA FVS

Costos Emisiones

Costos Impuestos + tasas

Costos Capital

Costos Combustibles

Costo O&M

Costo Importacion

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Conclusiones y Recomendaciones Este primer ejercicio realizado por la “Plataforma Escenarios Energéticos Argentina 2030” ha sido un hecho inédito y de extraordinario valor, tanto por sus resultados obtenidos, como por el marco de trabajo de cooperación que se logró establecer entre las diferentes instituciones, tanto las convocantes como las encargadas de desarrollar sus escenarios. Son muchas las conclusiones y enseñanzas que se puede extraer de este ejercicio y las mismas esperamos que se puedan ir aprovechando durante los meses venideros. También, todos, quienes hemos sido parte del mismo, reconocemos el valor de este primer paso dado y que es, además, de enorme valor para pensar en cómo mejorar futuros ejercicios similares. No dudamos que este primer paso será un gran aporte para el debate energético argentino y nos ha otorgado a cada uno de los participantes, y a la sociedad en general, mejores herramientas para diseñar y discutir acerca del futuro energético. En materia de recomendaciones políticas que surgen de nuestro escenario y que están implícitas en su diseño, podemos destacar las siguientes:

• Se deben eliminar los subsidios al uso intensivo de electricidad. Esto requiere un nuevo marco tarifario en todos los sectores que incentiven fuertemente el uso eficiente de la energía y, en particular, en algunos sectores industriales, como es el caso de la producción de aluminio.

• La incorporación de renovables intermitentes requiere de una extensa distribución geográfica para optimizar el uso del sistema eléctrico minimizando el riesgo de déficit de energía de respaldo estacional y de reserva de corto plazo. Esto implica el mejoramiento de normas como las ya existentes tanto a nivel nacional como provinciales.

• Es preciso planificar la transición. Para ellos debemos transformar en política de estado metas precisas de transformación de la actividad eléctrica. En el Anexo I se puede ver el Proyecto de Ley presentado en el 2011 por Los Verdes.

• Se espera que el manejo de demanda incorpore alternativas de almacenamiento eléctrico, como baterías en el parque automotor. La cogeneración descentralizada con uso de biomasa (ej. en biorefinerías) podría aumentar la oferta eléctrica renovable por encima de lo estimado en este ejercicio. El uso de bombas de calor y de energía solar térmica (colectores) en sector residencial disminuirá el consumo de gas total y proveerán uso eficiente de la electricidad en área urbana.

• La descentralización se verá favorecida por el uso de redes inteligentes que hará más económica la difusión de solar fotovoltaica en medio urbano. Para el año 2020 deberá promoverse fuertemente el uso de generación residencial de electricidad mediante fuentes renovables.

• Se optimizará el uso de residuos rurales y urbanos para que el ciclo de nutrientes y balance de carbono cumplan con requisitos de uso de suelo. Se desalentará el transporte a larga distancia de biomasa no procesada.

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• La inversión en plantas piloto y de demostración en solar de concentración con almacenamiento y en otras tecnologías de almacenamiento eléctrico (uso de aire comprimido, baterías) debiera actuar como reaseguro en el largo plazo.

• Las políticas activas de promoción deben incluir normativas específicas (ej. derecho al sol, prioridad a renovables) y retribución en plazos largos como en los esquemas “feed-in-tariff” (FIT). Políticas industriales activas deben garantizar tasas de financiación de largo plazo, que tengan en cuenta retorno social y no tasas de mercado, para lo cual deben terminarse los subsidios a fósiles y definir cómo se pagará la transición justa con política fiscal (impuesto a emisiones y al uso suntuario).

El cambio de matriz de fósiles–nuclear-megahidroeléctricas a renovables es factible antes de 2030 con la aplicación sostenida de medidas durante el período que apunten a la previsibilidad y a la incorporación de las externalidades de todas las fuentes. La demora en adoptar el cambio implicará costes crecientes y riesgos crecientes de crisis ambientales y de suministro, como la que actualmente atravesamos.

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Anexo I: Proyecto de ley (metas 2020) Este proyecto fue presentado por Los Verdes al Congreso nacional como una iniciativa particular y fue presentado luego formalmente por el Diputado nacional Carlos Como (Coalición Cívica). Expediente: 5589-D-2011 Publicado en: Trámite Parlamentario nº 174 Fecha: 16/11/2011

ENERGIA ELECTRICA BASADA EN FUENTES RENOVABLES: SE DECLARA DE INTERES NACIONAL SU GENERACION Y DISTRIBUCION PARA EL AÑO 2050; DEROGACION DE LA LEY 26566.

FIRMANTES: COMI, CARLOS MARCELO COALICION CIVICA SANTA FE

GIRO A COMISIONES EN DIPUTADOS:

ENERGIA Y COMBUSTIBLES

RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO

PRESUPUESTO Y HACIENDA

Metas Nacionales de Generación Eléctrica Sostenible 2020 Art.1. Se declara de Interés Nacional el objetivo de alcanzar un sistema de generación y distribución de energía eléctrica enteramente basada en fuentes de energía renovables para el año 2050. Art.2. Para alcanzar el objetivo planteado en el Artículo 1 de la presente ley, el Estado Nacional deberá establecer programas de eficiencia energética, generación mediante fuentes de energía basadas en recursos renovables, tal lo establecido en la Ley Nacional 26.190, y una progresiva eliminación de la dependencia de fuentes de energía nuclear y de combustibles fósiles. Art.3. Acorde a las definiciones y al régimen establecido por la Ley Nacional 26.190 se establece el objetivo de alcanzar una contribución de las fuentes de energía renovables del 25% del consumo de energía eléctrica nacional para el año 2020. Art.4. Queda derogada la Ley 26.566 Art.5. El Poder Ejecutivo Nacional deberá establecer un programa de reducción progresiva de la generación de electricidad mediante reactores nucleares de modo tal de alcanzar su completo abandono no más allá del 31 de diciembre de 2020. Art.6 El Poder Ejecutivo nacional, a través de la Secretaría de Energía de la Nación y a través de los diferentes entes regulatorios eléctricos, deberán generar los instrumentos legales y técnicos apropiados para que todos los usuarios de servicios de distribución eléctrica puedan ser generadores de energía eléctrica en base a fuentes renovables y puedan volcar esa energía a dicha redes. Estos instrumentos deben estar en plena vigencia en todas las jurisdicciones provinciales para el 31 de diciembre de 2020. En las jurisdicciones que corresponde al Ente Nacional Regulador Eléctrico (ENRE) estas normas deben estar en plena vigencia al 31 de diciembre de 2015. Art. 7. De forma