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  • por Boris Groysberg, Ashish Nanda y Nitin Nohria

    El alto riesgo de contratar estrellas

    Mayo 2004Reimpresin r0405f-e

  • El alto riesgo de contratar

    por Boris Groysberg, Ashish Nanday Nitin Nohria

    estrellasestrellas

  • i usted es como la mayora de los CEO que conoce-mos, entonces est en la trinchera, liderando desde el frente la batalla de su empresa por talentos. La lucha

    por los mejores y ms brillantes puede ser menos feroz que hace cinco aos, pero, al igual que la economa esta-dounidense, est reactivndose. Seguramente, durante la recesin usted ha seguido contratando a personas de alto desempeo dondequiera que las haya encontrado, por-que es una tarea demasiado importante para postergarla o delegarla. Y cuando se cruza con un talento de primera, est dispuesto a ofrecerle casi cualquier cosa con tal que se venga a trabajar con usted: grandes salarios, bonos por rma de contrato, opciones sobre acciones de la empresa, lo que sea necesario.

    Despus de todo, usted est seguro de que las empresas pueden derrotar a sus rivales en la economa global del conocimiento desarrollando mejores talentos en todos los niveles. Slo los mejores pueden hacer frente al ac-tual mundo de los negocios, donde los ejecutivos tienen que anticipar el cambio, adaptarse rpidamente y tomar

    decisiones en condiciones de incertidumbre, no es as? Adems, los jugadores A son ambiciosos, inteligentes, di-nmicos y carismticos. Si contrata talento fuera de la organizacin, lo que es inevitable ya que desarrollar per-sonas dentro de la rma requiere tiempo y dinero, por qu conformarse con jugadores B? Suba a su barco a una estrella y las utilidades de la empresa se irn a las nubes.

    sta es una idea poderosa, popularizada con diferentes matices por varios libros y gurs del management durante la ltima dcada. De hecho, es la piedra angular de las estrategias de gestin de recursos humanos de muchas empresas. Slo hay un problema. Al igual que muchas ideas populares, no funciona.

    A pesar de todo el revuelo que rodea a las estrellas, los expertos en recursos humanos raramente han estudiado su desempeo a lo largo del tiempo. Hace seis aos, co-menzamos un seguimiento a CEO, investigadores y crea-dores de software de alto vuelo, as como a profesionales lderes en banca de inversin, publicidad, relaciones p-blicas, consultora de gestin y derecho. Observamos que

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    Copyright 2004 Harvard Business School Publishing Corporation. All rights reserved. Todos los derechos reservados. 3

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    Es muy probable que esas superestrellas que usted contrat con tanta avidez, y por tanto dinero, brillen mucho menos en su empresa que con su empleador anterior.

    Una investigacin muestra por qu ocurre esto, y tambin por qu es mejor cultivar estrellas que comprarlas.

  • los ejecutivos de alto desempeo en todos esos grupos eran ms bien cometas que estrellas. Tenan un xito ful-gurante por un tiempo, pero se desvanecan rpidamente cuando dejaban una empresa por otra. Como no estaba muy claro por qu las estrellas eran incapaces de replicar sus logros en otras empresas, decidimos analizar ms a fondo el fenmeno.

    Recientemente completamos un estudio en profundi-dad de 1.052 analistas estrellas de mercado que trabaja-ron en 78 bancos de inversin en Estados Unidos desde 1988 hasta 1996. Para los propsitos del estudio, denimos como estrella a cualquier analista que hubiese integrado el listado de la revista Institutional Investor de los mejores del sector en cualquiera de esos nueve aos. Como lo ex-plica el recuadro sobre nuestra metodologa (vea Una metodologa para mirar a las estrellas), elegimos estudiar el jet-set de Wall Street, en parte porque encontramos datos tanto de su desempeo como del movimiento de analistas entre empresas. Sin embargo, el estudio fue limi-tado a ese grupo y es necesario ser cuidadoso al generali-zar demasiado sus conclusiones. Aun as, nuestros descu-brimientos fueron sorprendentes, por decir lo menos.

    Cuando una empresa contrata a un ejecutivo estrella, el desempeo de ste se desploma, hay una brusca cada en el funcionamiento del grupo o equipo con el que trabaja, y el valor de mercado de la empresa cae. Es ms, las estrellas no permanecen en una misma organizacin por mucho tiempo, a pesar de los salarios astronmicos que las em-presas pagaron para quitrselos a sus rivales. Por esto, las empresas no pueden obtener una ventaja competitiva al contratar estrellas fuera de la organizacin. En su lugar, deberan enfocarse en cultivar el talento internamente y hacer todo lo posible por retener a las estrellas que han creado. Como mostraremos en las pginas siguientes, las empresas no deberan pelear la batalla por las estrellas, porque ganarla podra ser lo peor que les puede pasar.

    Cuando las empresas contratan estrellas Tres cosas pasan cuando una empresa contrata a una es-trella, y ninguna de ellas presagia nada bueno para la organizacin:

    El brillo de la estrella se opaca. El desempeo de la estrella decae abruptamente y se mantiene muy por de-bajo de sus anteriores niveles de logro. Nuestros datos muestran que 46% de los analistas de mercado tuvo un mal desempeo en el ao siguiente a dejar una empresa por otra. Despus de mudar sus lealtades, su desempeo

    Boris Groysberg ([email protected]) es profesor asistente, Ashish Nanda ([email protected]) es profesor asociado y Nitin Nohria ([email protected]) es Richard P. Chapman Professor de Administracin de Empresas en Harvard Busi-ness School, en Boston.

    cay cerca de 20% y no ha vuelto a subir a los anteriores niveles incluso cinco aos despus. De manera que la baja en el desempeo de las estrellas fue ms o menos perma-nente. Ejemplos no faltan: James Cunningham, calicado como el mejor analista del sector de productos qumicos entre 1983 y 1986, baj al tercer lugar en cuanto dej F. Eberstadt por First Boston. De igual forma, Paul Mlotok, especialista en el mercado internacional del petrleo, cay del nmero uno en 1988 al tres el ao siguiente, cuando se cambi de Salomon Brothers a Morgan Stanley.

    Por supuesto, una estrella no se hace menos inteli-gente o pierde una dcada de experiencia de la noche a la maana al cambiar de empresa. Aunque la mayora de las empresas pasa por alto este hecho, el desempeo de un ejecutivo depende tanto de sus competencias personales como de las capacidades de la empresa en que trabaja, por ejemplo, sus sistemas y procesos. Cuando ste deja una empresa, no puede llevarse consigo los recursos es-peccos de la empresa que contribuyeron a sus logros. Como resultado, es incapaz de repetir su desempeo en otro lugar. Al menos no hasta que aprenda a trabajar en el nuevo sistema, lo que puede llevar aos.

    Al cambiarse a una nueva empresa, los ejecutivos de de-sempeo estelar descubren que las transiciones son ms difciles de lo que anticiparon. Cuando una estrella in-tenta aprender sobre los procedimientos, personalidades, relaciones y subculturas de una organizacin, es obstacu-lizada por las actitudes de sus nuevos colegas. Los otros ejecutivos resentidos con el recin llegado (y con su salario) lo evitan, le ocultan informacin y se niegan a cooperar. Eso daa el ego de la estrella, junto con su ca-pacidad de accin. Adems, debe dejar atrs las prcticas antiguas mientras aprende otras nuevas. Pero las estrellas son inusualmente lentas para adoptar nuevos enfoques de trabajo debido a sus xitos pasados, y no estn dispuestas a adaptarse fcilmente a la organizacin. Slo despus de darse cuenta de que su desempeo est decayendo, se vuelven ms receptivas al cambio. Para entonces, han desarrollado una reputacin de ser difciles de cambiar.

    No sorprende que las estrellas no permanezcan mucho tiempo en una misma empresa. Cerca de 36% de los ana-listas de bolsa dej el banco de inversin que los contrat dentro de 36 meses, y otro 29% renunci en los 24 meses siguientes. Es una tasa de reduccin alta, incluso para los estndares de Wall Street. Una vez que las estrellas co-mienzan a cambiar de trabajo, continuarn yndose a las empresas que les hagan las mejores ofertas, en lugar de permitir a sus empleadores construir negocios a su alre-dedor. De hecho, el estudio mostr que, con cada nuevo trabajo, los analistas aumentaban sus probabilidades de dejar la empresa.

    El desempeo del grupo cae. La mayora de los ejecuti-vos se dan cuenta de que el nombramiento de una estrella daar la moral de la gente con la que va a trabajar, pero subestiman las consecuencias. La llegada de un ejecutivo

    El alto r iesgo de contratar estrel las

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  • El alto r iesgo de contratar estrel las

    n 1998 comenzamos a seguir a las estrellas de los negocios en EE.UU.,

    como los CEO de empresas Fortune 100, grandes desarrolladores de software y ases de la banca de inversin, as como estrellas de la publicidad, la consultora y el derecho empresarial. Las estrellas tenan dos caractersticas: tenan un de-sempeo superior y eran tratados como tales por sus empleadores. Con el paso de los aos, comenzamos a notar que muchas estrellas no se desempeaban tan bien despus de dejar la empresa donde haban ganado esa reputacin. All fue cuando comenzamos a preguntarnos si el desempeo de los ejecutivos es tan fcilmente transportable como creen los empleadores (y los empleados).

    Para analizar el desempeo de es-trellas durante un perodo largo de tiempo, decidimos enfocarnos en analis-tas de bolsa estrellas en Estados Unidos. Hay varias razones por las que nos enfo-camos en ese grupo competitivo, de alta visibilidad y altas remuneraciones (los analistas estrella ganaban entonces entre US$ 2 millones y US$ 5 millones al ao).

    Primero, podamos obtener datos conables sobre el desempeo de estos analistas estrella y de su movilidad entre empresas. Usamos un criterio aceptable para medir su desempeo. Desde 1972, la revista Institutional Investor publica un ranking anual de los mejores analistas de bolsa. La revista les pide a los gestores de dinero institucionales que hagan un ranking con los analistas que le han sido ms tiles a usted y a su institucin para analizar los valores estadounidenses en los ltimos 12 meses. Los gestores evalan a los analistas con base en seis criterios: estimaciones de ganancias, accesibilidad y respuesta, calidad de ser-vicio, seleccin de valores, conocimiento del sector e informes escritos. Otorgan a cada analistas un puntaje e Institutional Investor pondera las puntuaciones de acuerdo al tamao de las rmas votantes.

    La revista selecciona a los cuatro mejores analistas en cada sector. Este ranking es aceptado tanto por Wall Street como por acadmicos como un indicador conable del desempeo de los analistas. Varios estudios han mostrado que las estima-ciones de los analistas incluidos en el ranking son superiores a las de analistas no incluidos. Los analistas del ranking generan estimaciones ms exactas y con mayor frecuencia, y sus informes tienen un mayor impacto en el precio de las acciones. En 1996, menos de 5% de todos los analistas en EE.UU. estaba en el ranking o, de acuerdo a nuestra deni-cin, eran estrellas.

    Segundo, decidimos enfocarnos en analistas de bolsa porque sufren pocas distracciones cuando se cambian de em-presa. La mayora vive en el rea de Nueva York y cuando mudan de empleo, generalmente no tienen que reubicarse. Tampoco cambian los sectores que estu-dian porque las empresas los contratan por su conocimiento especializado. Es ms, los clientes de los analistas no cam-

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    Una metodologapara mirar a las estrellas

    bian porque los inversionistas institucio-nales usan como referencia un promedio de 24 informes por sector antes de tomar una decisin. Entonces sera lgico para nosotros atribuir los cambios en el de-sempeo de un analista estrella princi-palmente al cambio del ambiente organi-zacional.

    Tercero, sospechamos que la mayora de las empresas y ejecutivos crea que el desempeo de los analistas de bolsa, y es-pecialmente de los analistas estrella, de-penda de su talento. Por ejemplo, 85% de las personas que entrevistamos en Wall Street crea que el desempeo de los ana-listas era independiente de la empresa en la que trabajaban. Si ramos capaces de establecer que el desempeo de los ana-listas de bolsa no era transportable, po-dramos concluir que el desempeo tam-poco es transportable para la mayora de los ejecutivos y profesionales.

    De Institutional Investor obtuvimos informacin sobre nombre, sector industrial, tipo de anlisis (renta variable vs. renta ja), ranking, ao de guracin y aliacin a la empresa tanto de los analistas de renta variable (que son clasicados cada octubre) como de renta ja (clasicados cada agosto), entre 1988 y 1996. Durante ese perodo de nueve aos, encontramos 4.200 combinaciones de analistas-aos (3.514 de renta variable y 686 de renta ja). Si cada analista que apareci en el ranking se contabilizaba una sola vez, la lista inclua 798 analistas de renta variable y 254 de renta ja. Esto sum 1.052 analistas estrella que trabajaron para 78 bancos de inversin. Al comparar su ranking con sus movimientos entre empresas en el tiempo, pudimos determinar los cambios en el desempeo cuando cambiaban de empresa. Para completar la investigacin, estudiamos 24 bancos de inversin en profundidad, realizando 167 horas de entrevistas con 86 analistas de bolsa y sus supervisores.

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  • de alto vuelo resulta en conictos interpersonales y en un quiebre de la comunicacin en el grupo. Como resultado, el desempeo del grupo es perjudicado por varios aos. A veces, el equipo (o lo que queda de l) vuelve a la normali-dad slo despus que la estrella ha dejado la empresa.

    El dinero que ganan las estrellas no es el nico problema. Sus compaeros de trabajo a menudo se desmotivan por-que sienten que tienen que buscar fuera de la organiza-cin si desean crecer u ocupar posiciones de liderazgo. Sus sospechas son alimentadas por el hecho de que los altos ejecutivos entregan ms recursos a una estrella recin con-tratada que a un miembro del elenco estable de la empresa, incluso si ambos se desempean igualmente bien. Las em-presas estn ansiosas por complacer a las estrellas y a me-nudo ofrecen una serie de recursos como parte del paquete de contratacin. Pero esto amarga a los empleados leales, que sin recursos no pueden desempearse tan bien como los nuevos refuerzos. Los ejecutivos novatos ven la llegada de la estrella como una seal de que la organizacin no est interesada en explotar su potencial. Esto a menudo resulta en desmoralizacin dentro del grupo.

    En un banco de inversin, el jefe del departamento de estudios nos dijo: Aprend dolorosamente que contratar a un analista estrella se parece a un trasplante de rga-nos. Primero, el nuevo cuerpo puede rechazar el valioso rgano que operaba tan bien en otro cuerpo En algu-nas ocasiones, el nuevo rgano daa las partes sanas del cuerpo al demandar cantidades de sangre desproporcio-nadas Otras partes del cuerpo comienzan a resentirse, a tener dolores y... exigir atencin... o amenazan con dejar de funcionar. Se debe pensar con mucho cuidado antes de hacer (un trasplante) en un cuerpo sano. Se puede tener suerte, pero el xito es raro.

    El valor de mercado de la empresa disminuye. A pesar de la publicidad positiva que recibe una empresa al con-tratar estrellas, los inversionistas perciben los nombra-mientos como acontecimientos que destruyen valor. Por ejemplo, en 1994, cada anuncio de contratacin de Bear Stearns, Merrill Lynch y Salomon Brothers result en la cada del precio de sus acciones. Descubrimos que los pre-cios de las acciones de los bancos de inversin que estu-diamos cayeron 0,74% en promedio, y los inversionistas perdieron un promedio de US$ 24 millones cada vez que las empresas anunciaron la contratacin de un ejecutivo estrella. Es irnico, porque las empresas generalmente en-gancharon a las estrellas cuando los precios de sus accio-nes estaban por debajo de la media del sector.

    Aparentemente, muchos inversionistas creen que si bien la compensacin de una estrella con larga permanencia en una empresa es ms o menos proporcional a su desem-peo, las empresas rivales se deslumbran por el estatus de la estrella y pagan de ms para conseguirla. Segundo, los accionistas aparentemente suponen que la mayora de las estrellas se va cuando estn casi en la cima de sus carreras y que su desempeo empeorar cuando ingresen a una

    nueva rma. Tercero, los inversionistas astutos interpretan el reclutamiento de una estrella como seal de que la em-presa se ha embarcado en una ofensiva de contrataciones. Por ejemplo, un banco de inversin contrat 20 ejecutivos en los seis meses siguientes a la contratacin de un analista estrella, y les pag demasiado a muchos de ellos. El mer-cado de valores anticipa el impacto de todas las contrata-ciones futuras en la hoja de pagos de la empresa y empuja el precio de sus acciones a la baja.

    Claramente, cuando las empresas tratan de crecer con-tratando estrellas, no funciona. En las ltimas dos dca-das, varias instituciones nancieras han intentado entrar a la banca de inversin de EE.UU., quitndoles a sus riva-les los mejores analistas de bolsa. Ninguna de ellas logr grandes progresos y la mayora desisti despus de perder millones de dlares en el proceso. Por ejemplo, en 1987, Prudential Securities lanz el Proyecto 89, con la espe-ranza de convertirse en uno de los principales bancos de inversin estadounidenses dentro de los siguientes cuatro aos. En los primeros cinco meses, la empresa contrat 30 altos banqueros de inversin y 12 analistas estrella. Prudential ofreci mejores salarios y bonos que cualquier otra empresa en Wall Street y, a diferencia de otras rmas, no los condicion al desempeo. Pero la empresa pronto comenz a registrar prdidas y debi abandonar su plan de accin. Prudential no slo dej de contratar ms ana-listas en 1988, sino que despidi 25% de las estrellas que haba contratado.

    Algo similar ocurri cuando el banco de inversin Dre-xel Burnham Lambert colaps en febrero de 1990. Arthur Kirsch, entonces jefe de su operacin de renta variable, escogi con pinzas a 70 ejecutivos y los llev con l a County NatWest Securities, lial en EE.UU. de National Westminster Bank, un banco britnico que intentaba cre-cer. En menos de dos aos, la mayora de las estrellas haba desertado ante la incapacidad de reconstruir sus franqui-cias. En diciembre de 1992, Kirsch tambin renunci y County NatWest abandon la idea de convertirse en un jugador poderoso en Wall Street. Otro ejemplo es Barclays de Zoete Wedd (BZW), la lial de inversiones de Barclays Bank, que se llev 40 analistas y vendedores estrella de Drexel en 1990. Menos de un ao despus, BZW le pidi a Howard Coates, jefe de la divisin de renta variable, la renuncia, porque las prdidas de la operacin haban aumentado. Su sucesor, Jonathan Davie, cancel el intento de BZW de crecer coleccionando trofeos y pidi la salida a muchos de sus costosos nuevos empleados.

    Los motores del desempeo estelar La mayora de nosotros tiene una fe instintiva en el ta-lento y el genio, pero no son slo las personas las que hacen que una organizacin se desempee mejor. La or-ganizacin tambin hace que stas se desempeen mejor.

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  • De hecho, pocas estrellas cambiaran de emplea-dor si entendieran el grado en que su desempeo est ligado a la empresa en la que trabajan. Un indicador: cuando los investigadores estudiaron el desempeo de 2.086 gestores de fondos mu-tuos entre 1929 y 1998, encontraron que 30% del desempeo del fondo poda ser atribuido al individuo y 70% a la institucin del ejecutivo.1

    Nuestro estudio conrm que las competen-cias especcas de una empresa impulsan el de-sempeo de una estrella. Trazamos una distin-cin entre los seis mayores bancos de inversin (Credit Suisse First Boston, Goldman Sachs, Leh-man Brothers, Merrill Lynch, Morgan Stanley y Salomon Brothers) y las otras 72 empresas que estudiamos, ya que el primer grupo ofreca a los empleados muchos ms recursos que el segundo. De los analistas que estudiamos, 57% se cambi entre empresas con capacidades similares, un cuarto dej uno de los seis grandes bancos de inversin por otro ms pequeo y 18% se cambi de uno pequeo a uno de los grandes. Como sos-pechamos, la cada en el desempeo fue ms pronunciada en analistas que se cambiaron de una empresa grande a una pequea, perdiendo los recursos especcos de sta. Cuando las estrellas se cambiaron entre empresas con capacidades similares, sus desempeos declinaron slo por dos aos. A partir del tercero, se desempearon tan bien como los analistas que no se cambiaron de empresa, probablemente porque fueron capaces de adquirir algu-nas de las habilidades especcas de la nueva rma. El de-sempeo de los analistas que migraron de empresas ms pequeas a otras mayores no decay con tanta frecuencia, quizs porque adquirieron nuevos recursos, aunque tam-poco se desempearon mejor que antes de cambiarse. Ms an, las estrellas que llevaron consigo equipos de analistas, vendedores y operadores se desempearon mejor que las estrellas que se cambiaron solas. As, la empresa es en gran parte responsable de que los ejecutivos se conviertan en estrellas y se mantengan como tales.

    Todo el mundo est familiarizado con los factores indi-viduales que contribuyen al desempeo: las habilidades innatas, la educacin (incluyendo la capacitacin profe-sional) y las redes sociales externas de la persona (contac-tos en el sector y algunos clientes). Pero la mayora de las empresas subestima el grado en que el xito de las estrellas depende de los siguientes factores especcos de la empresa:

    Recursos y capacidades. Slo despus que una estrella renuncia se da cuenta de que la reputacin de la empresa, como tambin sus recursos humanos y nancieros, le permitan hacer las cosas que realmente importaban. Un analista estrella que dej Merrill Lynch por un banco de inversin menor nos dijo: Pas tres das tratando que la gente de relaciones con inversionistas de la empresa me

    entregara una informacin que a mi asistente en Merrill le habra tomado una hora obtener. Luego trat de llenar una hoja de clculo con algunos datos sectoriales que en Merrill estaban disponibles inmediatamente, pero que no existan en la nueva empresa.

    Sistemas y procesos. Aunque con frecuencia las es-trellas se quejan de ellos, los procedimientos y rutinas de la empresa contribuyen de muchas maneras al xito individual. Cuando el departamento de estudios de Leh-man Brothers se ubic primero en el ranking, en 1990, sus analistas estrella slo tenan elogios para el proceso de anlisis en equipo que les permita trabajar intersecto-rialmente, y para el proceso de comit de inversin que les ayudaba a evaluar rigurosamente sus anlisis. Tambin hicieron mencin especial de los sistemas de TI de Leh-man, que les permitan entregar los informes antes que sus rivales, y del sistema de evaluacin que los mantena actualizados en cuanto a su propio desempeo.

    Liderazgo. En la mayora de las empresas, los jefes dan a los empleados talentosos los recursos y el apoyo necesa-rios para convertirse en estrellas. En las rmas que estu-diamos, los directores de estudios decidan cmo los ana-listas deban distribuir su tiempo, qu empresas deban cubrir, el nmero de informes que deban escribir, cun-tos clientes visitar y cuntas llamadas telefnicas realizar. Los directores tambin determinaban qu proporcin del presupuesto del departamento se destinara a cada ana-

    El desempeo de un ejecutivo depende tanto de sus competencias personalescomo de las capacidades dela empresa en que trabaja.

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  • lista y cul deba ser su compensacin. Era imposible que los analistas sobrevivieran sin buenos supervisores. Entre 1990 y 1992, cuando el departamento de estudios de renta variable de Lehman Brothers era nmero uno en Wall Street, sus analistas estrella atribuyeron gran parte de su xito a la direccin y gua de sus jefes, Jack Rivkin y Fred Fraenkel. Tambin encontramos que los ejecutivos que trabajaban con el mismo jefe por largo tiempo permane-can ms tiempo que aquellos que deban ajustarse cons-tantemente a nuevos supervisores.

    Redes internas. Al incentivar a las personas a esta-blecer relaciones interfuncionales e interdisciplinarias, las empresas les ayudan a entregar mejores resultados. Por ejemplo, los informes generados por la rma de in-versiones Sanford C. Bernstein pusieron a la empresa en el mapa, pero sus analistas eran capaces de competir gracias al apoyo de un fuerte equipo de ventas. Los repre-sentantes de ventas comunicaban las recomendaciones de los analistas a los clientes, a la vez que informaban las decisiones de los clientes a los analistas. Tambin mante-nan al equipo de analistas en contacto con los gestores de dinero de los clientes. Consciente de que los clientes nunca conoceran el talento de sus analistas si los ven-dedores eran dbiles, la rma incentiv a los analistas a aliarse con la fuerza de ventas y cre una cultura que foment esas relaciones.

    Capacitacin. Aunque asistir a programas de capaci-tacin internos puede no agregar valor de mercado a las estrellas, s les ayuda a desempearse mejor dentro de la organizacin. Las empresas inte-ligentes usan este tipo de progra-mas para informar a los ejecutivos sobre los recursos disponibles y la mejor forma de usarlos. De hecho, la manera en que los ejecutivos po-tencian las capacidades de la em-presa muchas veces decide quin se convierte en estrella y quin no. Por ejemplo, las estrellas de Leh-man Brothers valoraron mucho un programa de capacitacin de 13 semanas que la empresa cre para ensearles, entre otras cosas, cmo estructurar y formatear los infor-mes. Uno de los analistas describi el programa como el cohete que nos llev al estrellato.

    Equipos. A pesar de sus egos, las estrellas saben que una de las cosas que los distingue de sus competidores es la calidad de sus compaeros de trabajo. Por ejemplo, los analistas estrella incluyen frecuentemente en sus informes los anlisis de los estrategas de inversin, y sienten que la calidad de esos anlisis es crucial para su desempeo. Muchas estrellas tambin reconocen

    que trabajar con colegas inteligentes gatilla ideas que es-timulan la productividad. Con frecuencia, los compaeros de trabajo ayudan a las estrellas con consejos, coaching o sirviendo como ejemplo. A veces tambin se necesita un poco de estmulo. Para inculcar una mentalidad de equipo en la organizacin, Lehman Brothers estipul en 1992 que todas las presentaciones de los analistas deban hacer referencia al menos a dos colegas. El legendario codirector de Goldman Sachs entre 1976 y 1985, John Whitehead, ad-virti una vez a una analista: En esta rma, nunca usamos la palabra Yo.

    Aunque muchas empresas tienen amplios recursos, buenos sistemas y gente inteligente, los ejecutivos y profe-sionales a menudo olvidan que toda organizacin trabaja a su propia manera. Los sistemas informales a travs de los cuales los ejecutivos obtienen la informacin y reali-zan su trabajo son nicos para cada empresa. Cuando una estrella ingresa a una nueva organizacin, debe familiari-zarse con sus redes informales y ganarse la conanza de otras personas para que el sistema funcione a su favor. Sin embargo, las estrellas no se toman el tiempo suciente para adaptarse a nuevos ambientes por una cuestin de ego. Tambin invierten en habilidades que pueden usar en diferentes empresas y no se preocupan de cultivar co-nocimientos especcos para esa rma, porque las empre-sas los tratan como agentes libres.

    Algunas son mejores que otras para integrar a las es-trellas, pero es ms importante que las empresas cultiven sus propias estrellas, aun cuando el proceso sea lento, caro

    y riesgoso. Las estrellas hechas en casa no slo tienden a desempearse mejor que las importadas, sino que tambin son ms leales. Se dan cuenta de que superan a sus rivales en otras empresas gracias a las capa-cidades de su rma, de manera que sta slo debe desarrollar esas com-petencias para retener a su talento es-trella. Como mostraremos, empresas como Sanford Bernstein y Lehman Brothers han sido capaces de cultivar muchas estrellas, pero sin consentir-las demasiado, ya que tanto la estrella como la organizacin saban que de-pendan de la otra. Es interesante notar que empresas como Goldman Sachs, que retuvieron la mayor parte

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    En los negocios, la nica estrategia viable es reclutar buenos individuos, desarrollarlos y conservar la mayor cantidad posible de estrellas.

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    del talento que crearon, tambin fueron capaces de absor-ber a las estrellas cuando s las contrataban.

    Cmo las empresas cultivan estrellas Las empresas nunca lo discuten abiertamente, pero por lo general adhieren a una de tres losofas de desarrollo del personal. La mayora de las empresas contrata perso-nas que trabajan duro, pero no invierte demasiado en de-sarrollarlas o conservarlas, sino que se concentra en rete-ner a las estrellas de alto nivel tradas desde fuera. Algunas empresas contratan a personas inteligentes y convierten a algunas de ellas en estrellas, sabiendo que pueden per-derlas a manos de la competencia. Slo algunas empresas reclutan personas brillantes, las convierten en estrellas y hacen todo lo posible por retenerlas. Los equipos de bisbol norteamericanos son iguales: algunos contratan a los mejores jugadores independientes y prestan poca atencin a sus divisiones inferiores; otros tienen grandes divisiones inferiores, pero no retienen a los jugadores de alto vuelo, y unos pocos tienen buenos equipos en la liga menor que alimentan al equipo principal. Cualquiera de estos enfoques podra llevar a un equipo a ganar una vez la Serie Mundial, pero en los negocios la nica estrategia viable es reclutar buenos individuos, desarrollarlos y con-servar la mayor cantidad posible de estrellas.

    Parece difcil, pero no es imposible, como lo demostra-ron empresas como Sanford Bernstein y Lehman Brothers en los aos 90. Ninguna us trucos elaborados o atajos para cultivar estrellas; fueron pacientes al momento de es-coger a las personas y las entrenaron concienzudamente para que sobresalieran. Por ejemplo, Sanford Bernstein se tomaba todo el tiempo necesario para encontrar a la persona adecuada para un puesto. Una vez que la em-presa decida que necesitaba monitorear un sector, pa-saba como promedio dos aos buscando un analista. Si no lograba encontrar un candidato satisfactorio, dejaba el puesto vacante. Aunque Sanford Bernstein usaba varias empresas de bsqueda de ejecutivos, ninguna de ellas era una rma de cazatalentos de Wall Street, porque la em-presa prefera candidatos de las reas de administracin o consultora. Como regla, evitaba contratar ejecutivos de empresas rivales, porque crea que aun los jvenes ms inteligentes no seran capaces de cambiar sus hbitos y hacer las cosas a la manera de Bernstein.

    Para cada posicin de analista, Sanford Bernstein re-visaba 100 currculos y entrevistaba rigurosamente a 40 50 personas. Cada candidato visitaba la empresa entre cuatro y seis veces y se reuna con 20 a 30 personas. Los entrevistadores trataban de identicar gente brillante, cre-ativa y simptica; evaluaban su intelecto, sus habilidades de anlisis cuantitativo, su empuje y su capacidad para adecuarse a diferentes audiencias. Su CEO, Lisa Shalett, nos dijo: El caso que suelo plantear a los candidatos es:

    Los Rolling Stones van a dar un concierto en el parque. Cmo estimaramos cunta gente asistir? Importa que sea un concierto gratuito? La respuesta no es tan impor-tante como el proceso del candidato para llegar a ella. Trato de evaluar cun tenaz es el candidato. Se da por vencido fcilmente? Es capaz de resumir su respuesta en una sola palabra?. Despus de las entrevistas, un experto en relaciones humanas y un psiclogo se reunan con el candidato para evaluar su motivacin y capacidad para insertarse en la cultura de la empresa. Alrededor de 20% de los postulantes era descartado, porque no lograba la aprobacin de los expertos. Contratar a cada analista cos-taba a la rma entre US$ 500.000 y US$ 1 milln.

    El departamento de estudios de Lehman Brothers tam-bin usaba un enfoque de equipos para la contratacin. Varias personas del departamento entrevistaban a los ana-listas potenciales. Fred Fraenkel, director de investigacin global de la rma entre 1990 y 1995, nos cont: Trataba de determinar si el candidato tena la capacidad intelectual y la tica de trabajo para convertirse en experto en el sector... El tercer punto era si el entrevistado era capaz de represen-tar esas dos cualidades frente a los clientes, en forma oral y escrita, de forma de ganar reconocimiento. El cuarto era el factor clave. Me preguntaba si el entrevistado caera bien a los dems. Si no era as, lo dejaba ir. Jack Rivkin, director de estudios de Lehman Brothers en esa poca, era enftico en relacin a los que no contratara. Tengo una poltica de cero imbciles. Para m, un imbcil es alguien difcil de manejar, que marcha a su propio ritmo, que no est interesado en lo que pasa en el departamento o en la em-presa. No vamos a aceptar ese tipo de personas aqu. Los entrevistadores generalmente decidan el destino del can-didato por consenso. Nadie poda imponer su rango y no se contaban los votos. Si algn entrevistador tena dudas insalvables, la empresa descartaba al candidato.

    La capacitacin y los mentores eran tan importantes como la seleccin. Por ejemplo, los participantes del pro-grama de capacitacin de 13 semanas de Lehman Brothers incluan desde recin graduados de MBA hasta analistas de 50 aos, que llevaban 25 en la empresa. Los principales analistas de la rma ofrecan charlas sobre temas como el anlisis de balances generales, dar un toque diferenciado a los informes y cmo lidiar con la banca de inversin. Tam-bin entregaban recomendaciones prcticas sobre cmo conducir reuniones individuales o grupales, cmo interac-tuar con distintos tipos de clientes en una reunin y cmo no decir cosas estpidas a la prensa. Adems de reconocer a los expertos de la empresa, el programa haca sentir a los nuevos analistas que haban ingresado a una fraternidad, y reforzaba la sensacin de que Lehman Brothers era un lugar entretenido para trabajar.

    Sanford Bernstein y Lehman Brothers no slo logra-ron crear estrellas, sino que tambin se las arreglaron para retener a muchas de ellas. Las compensaciones que ofrecan eran competitivas, pero retener a las estrellas

  • 10 harvard business review

    El alto r iesgo de contratar estrel las

    requiere ms que un buen salario. Conscientes de que las estrellas desean expandir sus habilidades, las rmas las incentivaban a hacerlo. Por ejemplo, invitaban a sus ana-listas estrella a representar a la empresa en conferencias y les permitan desarrollar relaciones con los clientes. Adems reconocan pblicamente sus contribuciones, porque las estrellas necesitaban tener una sensacin de logro. Ambas empresas aliviaron las tensiones trabajo/vida familiar, dndoles exibilidad a las estrellas. Rivkin, de Lehman Brothers, incentivaba a sus analistas estrella a establecer ocinas en sus casas para pasar ms tiempo con sus familias. A los analistas les gustaba tanto trabajar para Rivkin que Lehman Brothers consigui retenerlos a pesar de pagar entre 25% y 30% menos que sus competi-dores, una brecha que Wall Street bautiz como el des-cuento Rivkin. Cuando el ambiente de trabajo cambi tras la partida de Rivkin en 1992, la empresa sufri una fuga de talentos. En un perodo de 15 meses que termin en junio de 1995, 30 de 72 analistas, incluyendo 15 es-trellas, dejaron la empresa. Ms recientemente, el actual director de estudios, Steve Hash, reintrodujo muchas de las prcticas anteriores y su departamento alcanz el primer lugar en el ranking de Institutional Investor en 2003.

    Si tuviera que contratar estrellas... Deberan las empresas contratar alguna vez estrellas? Entre 1988 y 1996, slo tres de 24 bancos de inversin que estudiamos fueron capaces de integrar estrellas a sus or-ganizaciones. Nuestra respuesta es, por tanto, predecible.

    Aun as, repasemos los datos. De las estrellas contratadas por bancos de inversin, 37% lleg para generar nuevos negocios, 26% reemplaz a analistas estrella que haban renunciado, 20% fue contratado para ocupar las vacantes de analistas comunes y 17% tena como misin reforzar los actuales equipos de estudios. Las estrellas que bajaron ms su desempeo fueron aquellas contratadas para conseguir nuevos negocios o reforzar equipos. A nuestro juicio, las primeras no pudieron con el desafo, porque haba pocas capacidades complementarias que podan usar, y las segun-das tenan que pelear contra el sistema, es decir, contra los equipos existentes. El desempeo de los reemplazantes o sustitutos no declin, ya que supieron ocupar el espacio dejado y aprendieron a usar los recursos de la organizacin. As, las empresas pueden lograr ms de las estrellas exter-nas cuando las contratan para reemplazar estrellas que se fueron o para elevar los estndares.

    No es fcil integrar a las estrellas en las organizaciones. Descubrimos que las empresas inteligentes identican los atributos de las estrellas que han creado y se aseguran de que las contratadas tengan las mismas cualidades. Como gran parte de la ecacia de una estrella depende de su conocimiento de la organizacin y de sus relaciones al interior de ella, estas empresas buscan estrellas en rmas

    similares o identican a aquellas cuyo desempeo ha sido impulsado por habilidades generales. Los mejores reclu-tadores no miran slo su entorno inmediato. Van mucho ms all, en busca de promesas y de estrellas relativamente desconocidas en empresas locales, escudriando incluso en mercados pequeos o extranjeros.

    Slo las empresas que elaboraron planes detallados fueron capaces de asimilar a las estrellas. Tome el caso de Goldman Sachs, que integr con xito a muchas de las es-trellas que contrat. La empresa recopilaba gran cantidad de informacin sobre cada analista estrella que reclutaba, desde el desempeo de las acciones que recomend hasta la calidad de sus informes escritos. Tomaba sus decisiones de contratacin tras consultar con otras funciones de la rma, como ventas institucionales y corretaje de valores. Tras enterarse de que el departamento de estudios haba contratado a una estrella, los otros departamentos comen-zaban a reforzar su presencia en el rea de experticia de la estrella antes de su llegada, incluso si esto implicaba contratar ms personas. Finalmente, la fuerza de ventas de Goldman Sachs ayudaba a las estrellas en la presentacin de sus informes y aprovechaba sus lazos con inversionistas institucionales para que los clientes aceptaran las reco-mendaciones rpidamente.

    Al mismo tiempo, las empresas inteligentes, conscien-tes de que toma tiempo para que las estrellas se adapten al nuevo ambiente, disean metas de desempeo a largo plazo. Es importante que el contrato se estructure de tal forma que recompense a la estrella por su desempeo y ayude a sus colegas a lidiar con su llegada. Las empresas deben encontrar un equilibrio entre la compensacin ga-rantizada y otros incentivos. Por ltimo, no deben olvidar nunca a las estrellas que ya poseen. Por ejemplo, Goldman Sachs evit desmotivar a las estrellas hechas en casa y a las contratadas anteriormente, ofrecindoles el mismo rango de remuneracin que a las recin llegadas.

    Es triste decirlo, pero muchas empresas no se dan cuenta de que sus losofas de recursos humanos dictan cun exitosas son, o no son, en desarrollar estrellas. Entre 1988 y 1996, Sanford Bernstein fue capaz de convertir en estrella a uno de cada cinco analistas. La tasa en Merrill Lynch fue de uno en 30. Adems, a los analistas de Merrill les llev como promedio 12 aos llegar a la cima, mientras que en Sanford Bernstein lo hicieron en slo cuatro aos. Fue mera coincidencia que Sanford Bernstein se enfo-cara en cultivar estrellas, mientras que Merrill Lynch arre-bat tantas como pudo a otras empresas? Creemos que no. Si las empresas quieren, pueden desarrollar estrellas. De hecho, el primer paso para ganar la batalla por el talento es no contratar estrellas, sino que cultivar las propias. 1. Klass P. Baks, On the Performance of Mutual Fund Managers, manuscrito indito, Noviembre 2001.

    Reimpresin r0405fe

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