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Consejo editorialJorge Rodríguez GómezFelipe SaldiviaGustavo Borges Revilla

direCtoraMercedes Chacín

editor jefeCarlos Cova

direCtora de arteEdarlys Rodríguez

Coordinador de fotoGrafÍaJesús Castillo

asesor editorialReinaldo González

Coordinadora 2.0Yanira Albornoz

Web y redesJoseph CastellanosGaizka Orta

redaCCiónNathali Gómez MoscosoGustavo MéridaAnder De TejadaMarlon Zambrano

diseñoLisbeth MontellCarlos HernándezVicmairis Aguilera

ilustradorAlfredo Rajoy

fotoGrafÍaMichael MataEnrique HernándezMaryori Cabrita

CorreCtorRodolfo Castillo

loGÍstiCaIdania BracamonteDaniela FernándezEdi Cordero

Colaboran en esta ediCiónClodovaldo Hernández, Mercedes Sanz, Freddy Fernández, Rummie Quintero, Indira Carpio, Víctor Villasmil, Pedro Delgado, L. “Razor” Balza, Jessica Mena y Neptalí Segovia. Archivo Ciudad CCS.Fotografía de portada: Enrique Hernández.

impresión Complejo Editorial Alfredo ManeiroImprenta Nacional.

www.epaleccs.info [email protected] @epaleccs @epaleccs

Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribución: 0212-8085843 Depósito Legal: pp201202dc4166

Una publicación de la

29 — la bitáCorade amón-ra

28 — el rumor de las bolas

Contenido

Revista GRatuita CirCula los domingos Con el diario Ciudad CCs búsCala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jaCinto, edif. gradillas “C”, piso 1, al lado de la taquilla úniCa de serviCios muniCipales

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014 y 2015.Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.

02 — perfilFrancisco de Miranda

05 — el menjurje Mancheta y demás

07 — Ciudad Venezuela Digital por Caracas

10 — CróniCaspeatonales

12 — músiCaEl Caribe en flauta

18 — sexodiversidadConciencia trans

20 — GastronomÍaPichones de sibarita

21 — entrevistaOtro héroe de La Vega

06 — mitos La revolución que pudo ser

11 — filo y borde Muy raro

14 — miradasEn el río la vida es más sabrosa

19 — para vivirLa obesidad y el fraude de las dietas

24 — CrÍtiCa y mediaTelevisión y oralidad

25 — miniCróniCasLos pequeños seres

27 — CruCiCulturaCrucigrama

26 — poesÍao nada

PERFIL02

POR CLodovaLdo HERnándEz • [email protected] / IlUSTRacIóN L. “RazoR” baLza

Pocas figuras históricas han dejado tras de sí tanta documentación disPonible Para investigar. el archivo

mirandino tiene más de 18.000 Páginas. Pese a ese cúmulo de información (Política, militar y hasta erótica),

el Precursor sigue siendo Poco conocido Por los vene-zolanos, salvo Porque, desPués de tanto luchar y rodar Por el mundo, murió en una terrible mazmorra esPañola

Dos escenas vienen a la memoria de cualquier venezolano cuan-do oye hablar de Francisco de Miranda: una de ellas es la imagen, recreada por el pintor Arturo Michelena, en la que el héroe vene-zolano está recluido en la prisión de La Carraca, en Cádiz. La otra escena es más bien sonora: se trata de la expresión “¡Bochinche, bochinche, esta gente no es capaz de hacer sino bochinche!”, que se supone dijo Miranda cuando sus propios compañeros fueron a increparlo por haber capitulado en San Mateo, hecho que significó el final de la breve experiencia de la Primera República.

Sobre la representación pictórica hay que poner en contexto que fue una versión hecha por Michelena en 1896, es decir, 80 años después de la muerte del Precursor. Para pintar este extraordinario cuadro (que hoy sigue causando impacto en la Galería de Arte Nacional), el artista valenciano utilizó como modelo a Eduardo Blanco, el escritor de la epopeya Venezuela heroica. Según la historiadora Carmen Bo-hórquez, una de las mirandólogas más calificadas, ese cuadro, pese a su hermosura, le ha hecho daño a Miranda, porque lo muestra en su peor faceta. “La gente tiene en la cabeza a un Miranda derrotado, preso, y no sabe por qué está recluido. En las escuelas no te enseñan bien quién es Miranda y su trayectoria”, dice la experta. Además, ase-gura, Blanco no se parecía en nada a Miranda.

Bohórquez recomienda sustituir esa imagen pictórica de Miranda preso y derrotado por la que pintó otro gigante de la plástica vene-zolana, Martín Tovar y Tovar, en su reconstrucción de la firma del Acta de Independencia: “Allí se ve a un Miranda orgulloso, con-

templando su obra, porque se siente autor intelectual de ese 5 de julio de 1811, ya que había luchado cuarenta años para lograr ese momento”.

Con la frase (¡Bochinche, bochinche!) ha ocurrido algo parecido: fue tal vez el producto de una rabieta del genial caraqueño, dicha con justificación si se considera el momento en que la pronunció, pero ha pasado a ser, quizá, su cita más socorrida. Esto tampoco es justo porque Miranda fue autor de muchas reflexiones políticas de mayor calado, que han estado a la disposición de los investiga-dores, pues tomó la precaución de registrar prácticamente todo lo que dijo e hizo en su existencia en un archivo que tomaría también una vida entera leer y analizar: la Colombeia.

Ciertamente, en los papeles que acumuló quedó registrado su paso por este mundo con un nivel de detalle que alucina a los historia-dores. Mientras en otros casos hay escasez de documentos, en el de Miranda hay una profusión que, en sí misma, ofrece información acerca de este titán de la libertad. Inés Quintero, autora de una de sus muchas biografías, afirma que “el hecho de que él haya tenido la disciplina de recoger su archivo, de recolectar toda la huella de su propia existencia, da cuenta de un sentido de trascendencia”.

abuELo dE La PatRIaLa idea de la Historia que el sistema escolar contribuye a formar es bastante difusa. La mayoría mira hacia los días de la Indepen-dencia y ve a un grupo, formado más que nada por jovenzuelos

Francisco de Miranda

más aLLá dE La CaRRaCa (…y dEL boCHInCHE)

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Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPaLE CCsCaracas, 26 de marzo de 2017.

mantuanos que, repentinamente, decidió alzarse contra el rey de España. Pero claro que no fue así: lo ocurrido en Caracas en 1810 fue el resultado de una larga serie de eventos internos y externos. Muchos de esos acontecimientos previos fueron protagonizados por personas que no pertenecían a la clase social de los blancos criollos: indígenas, negros, pardos. En lo que se refiere a Miranda, no era mantuano, sino un blanco de orilla, pues su padre había ve-nido de las islas Canarias, es decir que, para los códigos de la época, su sangre no era totalmente limpia.

Para 1810, tampoco era joven. Hay que fijarse muy bien en las fe-chas para entender el rol que jugó este hombre en la gesta del 19 de Abril. Miranda nació en 1750, es decir que tenía dos décadas más que la generación de libertadores a la que perteneció Simón Bolí-var. Para los estándares de la época, era un anciano cuando llegó a incorporarse al movimiento emancipador iniciado en el cabildo caraqueño. Tenía 59 años y una trayectoria en materia de lucha por la libertad que no podía exhibir (por razones cronológicas) ningu-na otra de las figuras de esa primera declaratoria de independencia. En aquel grupo de padres de la patria, Miranda cuadraba mejor como un abuelo.

“La historia de la Independencia de América no puede entenderse sin Bolívar, pero tampoco puede entenderse sin Miranda”, resume la idea Fermín Goñi, un periodista e historiador español que ha escrito libros sobre ambos próceres venezolanos.

Aparte de haber luchado en la Revolución Francesa y por la inde-pendencia de Estados Unidos, además de sus andanzas por Rusia, Miranda era alguien que tenía credenciales para mostrar, militar-mente hablando, en la lucha propiamente venezolana. En 1806 había encabezado un intento emblemático de iniciar la guerra de Independencia al invadir el territorio con su legendaria expedición del Leander.

La tentativa fracasó rápidamente, pues era apenas un puñado de hombres que pisaron tierra en La Vela de Coro, donde Miran-da izó por primera vez la que sería luego la bandera patria. No resultó mayor problema para el Ejército monárquico aplastar la asonada y Miranda tuvo que huir por donde mismo había venido, por el mar Caribe.

El gesto quedó debidamente registrado, no solamente en su detalla-da bitácora vital, sino también en las mentes de quienes abrigaban ideas de liberación del yugo colonial. Y, de la misma manera, en los expedientes del poder imperial, donde apareció como uno de los más buscados, un enemigo de cuidado, un viejo revoltoso que andaba merodeando los territorios de ultramar con sus peligrosas ideas de libertad, importadas de Francia y de Estados Unidos. La inquina que le tenía la monarquía española se puso en evidencia luego de su captura, del traslado a Cádiz e, incluso, después de su fallecimiento, pues sus restos mortales fueron tratados sin ninguna

dignidad y sepultados en fosa común, de manera que no se ha po-dido lograr su recuperación.

En cambio, sí se consiguió el rescate del archivo, que pasó muchos años en Inglaterra. El mérito fue del destacado historiador y diplo-mático Caracciolo Parra Pérez, quien logró ubicarlo a principios del siglo XX y consiguió que el gobierno de Juan Vicente Gómez pagara una importante suma para indemnizar a quien lo poseía.

El archivo reúne información de lo que pasó en el mundo en aque-lla fulgurante época: en Rusia, en Francia, en Estados Unidos, en Venezuela. “La mejor biografía de Miranda es su archivo”, repetía siempre la historiadora Gloria Henríquez, quien trabajó durante años en la tarea de recopilar, ordenar y poner la Colombeia a dispo-sición del público. Henríquez, quien falleció en 2014, formó parte de un equipo en el que también participaron Josefina Rodríguez y Miren Basterra, a quienes llamaban “las edecanas del Genera-lísimo”, pues prácticamente consagraron sus vidas a cuidar de la preciosa herencia de Miranda.

En la Colombeia se cuentan episodios de su vida de luchador por la libertad, guerrero y amante apasionado. En más de 18.000 páginas de sus propios escritos y otros documentos, cuenta sus viajes por varias naciones de Europa, su participación en la vida política y militar de Rusia, Francia y Estados Unidos y sus esfuerzos por li-berar a Venezuela del dominio español. Revela que fue un hombre con muchas identidades, pues cambiaba de nombre en cada uno de los países donde pasaba algún tiempo. También incluye relatos del tipo no apto para niñas, niños y adolescentes, pues en el plano eró-tico, era claro que al gran Precursor sí que le gustaba, para decirlo con sus más célebres palabras, hacer bochinche.

En Lo quE sE REFIERE a mIRanda, no ERa mantuano, sIno un bLanCo dE oRILLa, PuEs su PadRE Había vEnIdo dE Las IsLas CanaRIas, Es dECIR quE, PaRa Los CódIgos dE La ÉPoCa, su sangRE no ERa totaLmEntE LImPIa—

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Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPaLE CCs Caracas, 26 de marzo de 2017.

el menjurje 05

Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPAle CCSCaracas, 26 de marzo de 2017.

Hoy, a las 11 am en la sala 8 del MAC (Museo de Arte Contemporáneo), en Par-que Central, se inaugura una muestra de 26 trabajos de seis personas que tienen algo buenísimo: son gente joven que está haciendo "eso" que se aleja tanto de lo "otro". Según nota de prensa de la Fun-dación Museos Nacionales, "la muestra, cuya curaduría corresponde a Rommel Hervez, propone y responde diversas incógnitas sobre la escultura contempo-ránea venezolana y destina la piel como esa frontera de lo corporal desde la que el cuerpo transita hacia «algo»". Estará abierta hasta el 21 de mayo.

Saluda al Gran Hermano

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Los Límites de La CorporaLidad

Que cuando nos besemos no dure lo suficiente como para que palpite

Salir sonriente en la foto del carnet de la patria

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Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPALE CCS Caracas, 26 de marzo de 2017.

MITOS

la revolución que pudo ser

El editor de Épale CCS inició la investigación antes, para responder porqué la fecha de inicio del Mayo Francés es, en realidad, en mar-zo. Efectivamente fue el 22 de ese mismo mes, cuando una mani-festación en la Universidad de Nanterre, en protesta por la Guerra de Vietnam, en la que el Estado francés estaba implicado, acabó con estudiantes detenidos. Esto sucedía al tiempo que Charles de Gaulle, el presidente, ensayaba sus pasos sobre uno de los lodos más movedizos para un primer mandatario: el fin de un período próspero, que dejaba saldos de perjudicados por el desempleo, por la cancelación de programas de seguridad social y por la dificultad creciente por las nuevas medidas de acceso a la universidad.

A esto se le sumaron otros factores, que se unieron como un caldo de químicos inflamables. Se trataba de una sociedad polarizada, recién salida de las guerras de Indochina y Argelia y dentro de un contexto obrero y estudiantil cada vez más permeado por las ideas de las crecientes experiencias socialistas. Kerosén más gasolina y alguna otra vaina. Lo de Nanterre fue el fósforo.

La Universidad Sorbona se solidarizó con la de Nanterre y sus estu-diantes protestaron por ello. La respuesta del gobierno fue la clausu-ra. Los primeros sujetos del conflicto, los estudiantes, se colocaron de frente en la sublevación y llamaron a una huelga general.

El conflicto se intensificó, específicamente, el 10 de mayo, con algo conocido popularmente como “La noche de las barricadas”.

POR AndEr dE TEjAdAILUSTRACIÓN jESSICA MEnA

Como lo sugiere el nombre, la sublevación estudiantil levantó barreras para refugiarse de las amenazas de los órganos represi-vos. El Barrio Latino, en ese momento, se convirtió en una zona libre de la presencia estatal. París, en cierto modo, se quemaba en ambos sentidos: metafórica, como una llama revoluciona-ria, y con los conflictos que se daban en sus calles. Todo cogió cuerpo cuando los obreros se solidarizaron con los estudiantes. La fuerza productiva del país se unía a la gruesa y futura fuer-za intelectual. París se detuvo: no había instituciones abiertas, la gasolina y la comida escaseaban y la calle era un campo de batalla. Además, en el plano simbólico, la imagen general de la autoridad temblaba.

Algunas opiniones le adjudican el fin de la masiva protesta a la di-ferencia de lucha entre estudiantes, obreros y algunos movimientos sindicales. Los estudiantes y gran cantidad del movimiento obrero tenían pretensiones radicales; sin embargo, otro sector sindical se movía por ansias reformistas.

Charles de Gaulle, junto a la burguesía, contraatacó mediante acuerdos burocráticos después de no haber podido dominar el terreno urbano. Los “Acuerdos de Grenelle” se firmaron el 27 de mayo. En ellos se acordaban reivindicaciones laborales como la re-ducción de la jornada y el aumento salarial. Con la división de las partes se debilitó el movimiento, que fue desvaneciéndose junto a la revolución que pudo ser.

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Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPALE CCSCaracas, 26 de marzo de 2017.

CIUDAD

venezuela digital camina

por caracassáquele la pila a su celular, desenchufe el televisor.

asegúrese de que nadie lo espíe y conecte su cerebro al de-bate que habrá en la ciudad sobre la comunicación digital

POR nAthALI gómEz • @laesPeRgesia

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visto cómo las informaciones falsas sobre la situación venezolana se han propagado a través de las redes sociales, sin dejarnos mucho tiempo para responder y resarcir los daños de la difamación. Todo ocurre en tiempo real y viral.

El Big Brother, y su hija, la Big Data, no nos son ajenos y, por eso, el Estado tiene en cuenta las alternativas para proteger a los venezolanos. La alfabetización tecnológica de la población, el uso del software libre en sus instituciones y los equipos humanos y tecnológicos que dan la batalla virtual día a día, a pesar de que no nos demos cuenta,

Enchufados o no, estamos expuestos a la mirada de Big Data. foto MaRYoRi caBRita

La fantasía distópica del Big Brother pare-ciera no quedar tan lejos, en tiempo y es-pacio, de la casa. Desde años atrás, distintas voces nos han alertado de la posibilidad de ser espiados a través de los artefactos que forman parte de nuestra cotidianidad. Basta hacer memoria y recordar cuántas pregun-tas aparentemente inofensivas respondimos mientras navegábamos por la red, cuántos aparatos “inteligentes” tenemos y qué tan delineadas están nuestras huellas digitales cada día. Susto.

La reciente noticia extraída de los cables de Wikileaks sobre el espionaje hecho por la Agencia Central de Inteligencia esta-dounidense (CIA para más señas) a través de aparatos de uso doméstico nos lanzó la realidad en la cara y disipó las dudas sobre la veracidad de las advertencias hechas por los mal llamados “paranoicos” y “conspira-noicos”, quienes creen que todo lo malo es fraguado desde la agencia gringa.

La advertencia que le hacen a Gene Hack-man, un espía que termina siendo espiado en la película de Francis Ford Coppola La conversación, se instala en nuestro cerebro: “Sabemos lo que usted sabe, míster Caul. Por su propio bien, no se involucre más. Estaremos escuchándolo”.

Y es que aunque digan que las víctimas del espionaje suelen ser personajes importantes de la política o del star system, las informa-ciones que se filtran cada vez nos ponen más cerca de los micrófonos, de las cámaras y del interés del otro por saber quiénes so-mos en nuestra intimidad: cuáles cosas nos gustan, cuáles son nuestros valores, despla-zamientos, sentimientos y hábitos de con-sumo. Nuestro perfil en las redes sociales es una fuente inagotable para el mercadeo, el enriquecimiento de las grandes empresas y las campañas electorales.

EL ASEDIoEn el país también hemos padecido del espionaje y la acción de los hackers que han intentado desestabilizar al gobierno, mediante sabotajes a páginas oficiales en momentos coyunturales. Además, hemos

son algunas de las estrategias para detener la avanzada enemiga cibernética. No son pocos los ataques que tratan de vulnerar-nos por todas las vías.

VEnEzUELA DIgItALConscientes de esa realidad, se llevará a cabo el encuentro Venezuela Digital, don-de especialistas y usuarios de la áreas de comunicación digital reflexionarán sobre “el efecto, importancia y alcance futuro de la comunicación digital y las redes socia-les, tanto en la formación del pensamiento crítico como en el comportamiento políti-co y social”, reseña su página web.

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Papers, comunicación digital y soberanía, entre otros.

Además, habrá espacio para dar a conocer los avances tecnológicos a favor del pueblo, que puede acceder a las herramientas para garantizar su soberanía tecnológica.

Los asistentes, además, tendrán la oportu-nidad de participar en talleres, conferen-cias, clínicas, foros, demostraciones, expo-siciones, actividades lúdico-tecnológicas, performances y presentaciones musicales.

A este encuentro, cuya disponibilidad está relacionada con el aforo de cada sala, están invitados comunicadores, blogueros, youtu-bers, igers, interesados en las redes sociales, activistas, estudiantes y público en general.

Para inscribirse, es necesario ingresar a la pagina http://venezueladigital2017.com.ve/vzla-digital-2017

La ubicua tecnología de las ciudades permite el gran entramado digital. foto MaRYoRi caBRita

Los ejes temáticos abarcan: Entretenimien-to y comunicación digital; política, sobera-nía y comunicación digital; conocimiento y comunicación digital; y periodismo y co-municación digital.

Este evento, que se hará del 29 al 31 de mar-zo, se realizará en Caracas, específicamente en el Teatro Teresa Carreño.

La ciudad, donde diariamente vemos a per-sonas con celulares, tabletas, computadoras y mucha interacción a través de las redes sociales, también se presenta como un lu-gar para debatir sobre las nuevas tecnolo-gías que corren a velocidad frenética para ganarnos la partida.

Entre los temas que analizarán los exper-tos se encuentran: riesgos y amenazas de las redes sociales, protección de datos, uso consciente de la tecnología, Big Data, psi-cometría, filtraciones, WikiLeaks, Panamá

confErEncia PoLiTica, SoBErania Y coMUnicaciÓn

30 de marzo9 am. aspectos legales de las redes sociales: protección de datos y uso consciente de la tecnología. carmen ferré Pavia – españa9:30 am. Huella digital y capacidad predictiva de las redes sociales en tiempos electorales. Pedro santander – chile10 am. las redes sociales, armas de protesta. twitter y facebook en las protestas de movimientos sociales en españa y Brasil. Geane c. alzamora – Brasil10:30 am. el desarrollo de la comunicación digital desde la óptica de la seguridad y defensa de la nación. General de Brigada Morales Márquez – Venezuela11:30 am De la demografía a la psicometría. jorge Rodríguez – Venezuela

POR ander de tejadaILUSTRACIóN henry rojas

anónimos en ruedas

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Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPaLe CCs Caracas, 26 de marzo de 2017.

CrÓnICas PeatonaLes

ENVíE SU HISTORIA A [email protected]

Quien camina por Caracas sabe que es una ciudad complicada, con una dinámica que hace imposible que ese ejercicio sano y puri-ficador sea motivo de placer. Salir a caminar causa angustia. Salir a caminar es una bata-lla contra el tiempo. Significa planificar y ver al cielo pero no para buscar a Dios, sino al ser que parece cuidarnos más efectivamen-te: el Sol. Sin embargo, puede estar la pepa amarilla encandilando y entorpeciendo la motricidad de los peatones y también estar la angustia presente. Cada vez las causas de la inseguridad (esa que nos hace temblar, que nos hace desconfiar, que nos hace ver al otro como si fuera un paria) se burlan más de la luz natural y comienzan a dejarnos en una eterna noche.

Una de las cosas que ha proliferado más en los últimos días son aquellos individuos, empleados por alguna institución del Esta-do, que emplean su vehículo como si este fuera un tractor de deforestación y el pa-vimento fuera la selva misma. El otro, esa figura que va en progresivo desdibujo, se convierte en un vulgar animal.

¿Qué hacen los animales cuando escuchan venir los motores de un tractor? Pues huyen. Solo huyen.

Este no es un señalamiento individual. La desconsideración con los demás es una práctica que se ha naturalizado entre los conductores de Caracas. Lo óptimo se-ría hacer una denuncia que calara en to-dos los que manejen algún vehículo. Sin embargo, la cosa se vuelve espeluznante cuando se trata de funcionarios públicos, supuestamente regidos por uno de los po-deres de regulación más importantes de la sociedad. Todos sabemos cómo son: los vemos por ahí, comiéndose las flechas o parando el tráfico para que uno de los su-yos circule sin dificultad. A veces van en

motos inmensas y a veces en camionetas intimidantes. A veces van identificados y, a veces, son seres anónimos.

El tema de las placas es aterrador. Uno de los principales problemas es ese: muchos funcionarios en las calles no suelen estar identificados. Solo circulan a la par de sus anonimatos. El problema, en este caso, no es si abusan o no, sino que un ser sin iden-tidad es un inocente perpetuo. Un ser sin nombre no se rige bajo ninguna ley. El es-tar fuera del alcance de la denuncia hace que la posibilidad de hacer cumplir la ley frente a un hipotético abuso se convierta en un simple anhelo.

Pareciera entonces que la calle se divide en un sistema de seres ciegos que se de-

voran, como en una cadena alimenticia: una casta de clase alta con escoltas identi-ficados; una conformada por funcionarios sin identificación; y otra en donde figura el resto de los mortales regidos por la ley. En ese resto estamos nosotros, a la merced de la depredación. También cabe destacar que somos el grupo mayoritario. Serlo no evita la sensación de soledad. Serlo no nos protege de las posibilidades que da el po-der, se encuentre este en una carrocería, en una chapa o en la fusión casi trágica de ambos.

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FILO Y BORDE

Quizá se deba a la ley de la conservación de la energía, ese conocimien-to que explica por qué el agua corre hacia abajo o por qué el estaciona-miento se llena primero por el nivel en cual se accede a él, pero si usted está leyendo esta revista, es un ser raro de este planeta. Leer exige más recursos del cerebro humano que el acto de ver. Los lectores son siem-pre parte de una minoría.

Si ha llegado hasta este párrafo, usted es una persona todavía más rara. Dicen quienes nos estudian que nuestra sociedad produce seres huma-nos que, en general, no fijan su atención por más de ocho segundos. El cerebro les da apenas para un tuit. No sé qué le parece, pero me da la impresión de que eso explica cómo es que mucha gente parece andar haciendo zapping con la vida.

Seguro que usted pudo ver a los muchos idiotas de Argentina o Brasil diciendo que querían un “cambio” porque sí, solo por tener un gobier-no nuevo. Quién sabe si muchos de ellos son los protagonistas ahora de las movilizaciones que intentan frenar las “nuevas” medidas y los “cambios” que impulsan esos “nuevos” gobiernos. La correspondencia de esa percepción de corto alcance y tiempo por supuesto que entra en contradicción con cualquier cosa que dure. Parece que toda la sociedad se ha cargado de unos patrones de consumo que no admiten que exista historia. La obsolescencia inmediata pareciera ser añorada.

Igual le pasa a la verdad, que ha perdido su contundencia porque ahora aparenta haber dejado de ser una. Se imponen supuestas verdades. Rá-fagas de supuestas verdades que duran muy poco tiempo, que se susti-tuyen la una a la otra, todas apocalípticas y determinantes. Después ya no importan. Fueron urgentes Afganistán, Irak, Egipto, Túnez, Ucrania y Libia. Después de las muertes de decenas de miles de seres humanos, qué importancia tiene qué era verdad y qué era falso. Casi nadie se per-cata de que su opinión sirvió para justificar un genocidio.

Si usted todavía se preocupa de los crímenes que se cometen hoy en Libia y sabe que el país con más alto nivel de vida de África fue reducido a la barbarie, entonces usted puede considerarse una rareza de este mo-mento. Eso sí, dada su rareza, usted seguramente sabe que hasta el Re-nacimiento a los pueblos se les dominaba con propaganda audiovisual, que la lectura fue un privilegio de los poderosos y que la adaptación, realizada por Gutenberg, de la técnica de impresión para ser usada con el alfabeto latino permitió romper con el monopolio de propaganda de la Iglesia católica y democratizar el conocimiento. Tal vez por eso Chávez se empeñó en imprimir libros por millones, para que los vene-zolanos ejercitáramos nuestro cerebro. Ahora bien, si usted llegó hasta este punto de lectura y ha leído en su vida más de diez libros, usted es raro, sospechosamente raro.

POR FREDDY FERnánDEz@filOybORde

ilUSTRACiÓN ALFREDO RAJOY

Muy raro

MÚSICA

El CaribE En flautaHay instrumentos que Han ayudado al crecimiento

de la música caribeña, y quizás ese papel queda solapado por diferentes razones. Hoy comenzamos

esta serie con la flauta

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POR MErCEdES SAnz • @JazzMeRcedes

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El pasado 8 de marzo los flautistas del mundo estuvieron de duelo en honor a Dave Valentin, reconocido músico en el manejo de este instrumento dentro del jazz latino y la salsa. Tantos buenos ejecutantes han partido dejando su imborrable huella, comenzando por Richard Egües, de la orquesta Aragón y de los más longevos. Pero hagamos un paréntesis y viajemos más atrás.

La flauta está asociada con orquestas de salón, big bands y música académica. Si revisamos su desarrollo, los indígenas (África, América y todas partes) han construido las suyas con variedad de nombres. También la vemos en culturas milenarias como la china, egipcia, griega y pare de contar. Por donde revisemos hay vestigios del uso de este instrumento de viento, de tal forma que ha estado presente en la historia de la música. Y es que entre sus bondades está su sencillez en la fabricación y transportación. Es una herramienta muy accesible y adaptable a cualquier tipo de música, y en la caribeña ha hecho sus aportes.

“En la música caribeña, se populariza en Cuba a través de la contradanza, el danzón y el chachachá. Es el instrumento que habla todo el tiempo, va cantando sobre las letras”, dice el flautista José Leonardo Pérez, de Bailatino.

Por su parte, el coleccionista y melómano mexicano Carlos Estrada expone: “El principal aporte de la flauta se dio en las orquestas de formato de charanga francesa, que interpretaban minuet, valses y contradanzas. Dentro de la música cubana, la flauta y el piano se volvieron tan importantes que adquirieron dentro de la formación en las orquestas un carácter

central como solistas. Posteriormente, ello daría lugar a una verdadera saga de grandes flautistas, entre los que sobresalieron Antonio Arcaño y Richard Egües, por solo mencionar a los dos más conocidos de épocas pasadas. También, claro está, es un gran aporte la definición de la paila o timbales, instrumento de percusión creado en el interior de este tipo de formación”.

El musicólogo cubano Helio Orovio afirma sobre la charanga en su Diccionario de la música cubana: “Surge en los primeros años del siglo XX, como derivación de la orquesta típica o de viento. Interpreta principalmente danzones, aunque a partir

de la irrupción del chachachá (1951) es vehículo idóneo para este nuevo género. Originalmente estuvo formada por flauta, violín, piano, contrabajo, timbal o paila criolla y güiro; se le han incorporado la tumbadora, otros dos violines y tres cantantes”.

Mientras que el investigador venezolano José Guevara señala en La charanga en Venezuela (2016): “Si hacemos un viaje mental a la Cuba de finales del siglo XlX, nos encontraremos con charangas sin piano, que fueron aquellas que sustituyeron a las llamadas orquestas típicas y cuya instrumentación estaba compuesta por clarinete o flauta de madera de cinco llaves, violín, contrabajo, timbalito y güiro”.

La contribución de la flauta en la música caribeña está en su papel determinante dentro del danzón y el chachachá, con la aparición de figuras como Enrique Jorrín, José Fajardo, Félix Legarreta, Johnny Pacheco, en futuras orquestas que siguieron el estilo aunque no el formato original: Broadway, muchas con los nombres de Típica (siendo la 73 muy famosa), Charanga 76 con su flautista Andrea Brachfeld, entre otras. Y en Venezuela las charangas no tuvieron auge; no obstante, Natividad “Naty” Martínez es quien más ha trabajado la flauta en la salsa. La Orquesta Clásica Latina Simón Bolívar es un proyecto venezolano actual que incorpora en su repertorio danzón y chachachá.

Y ni hablar del jazz latino, aunque es otra vertiente musical con influencias cubanas. De tal manera que no ha cesado el uso de la flauta en la música del Caribe. Ella sigue danzando y cantando como lo ha hecho desde que nació.

Natividad "Naty" Martínez

Orquesta AragónEl flautista Antonio Arcaño creó en 1937la agrupación danzonera instrumental

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Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPALE CCSCaracas, 26 de marzo de 2017. Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPALE CCS Caracas, 26 de marzo de 2017.

En El río la vida Es más sabrosa

MIRADAS

ALREDEDoR DE LoS RíoS SE tEjIó LA CIvILIzACIón. Hoy Son CEntRo DE ACoPIo DE LA fELICIDAD. En GuAtIRE HAy vARIoS, PERo uno RECIbE CADA fIn DE SEMAnA

A unA CofRADíA DE ADoRADoRES quE SE REúnEn En SuS RIbERAS PARA LA REfRIEGA DEL SAnCoCHo y LA GuAtACA, A LA quE uStED EStá InvItADo

POR MARLon zAMbRAno • @maRlOnzambRanO / fOtOgRafías EnRIquE HERnánDEz

“Guatire tiene dos cosas que no las tiene otro pueblo: la rica conserva ’e cidra y la Parranda de San Pedro”, dice uno de los versos de la manifestación cultural, Patrimonio Inma-terial de la Humanidad, que repiten a coro parranderos, turistas, fotógrafos y entusias-tas cada 29 de junio en el fragor de la fiesta popular.

Lo que no tiene Guatire es una plaza Bolí-var. Este hecho, extraordinario, le otorga una singularidad que le permite diferenciarse del resto, por lo que muchos guatireños y gua-tireñas expresan un orgullo pretensioso al referirse a sus hitos históricos, a los que le otorgan importancia casi mitológica.

Cuentan, y así lo registran los cronistas for-males y aficionados y una profusa literatura local, que este hecho es producto de un acto de resistencia: Guatire, castigado por el go-bierno del general Juan Vicente Gómez por haberse enfrentado a un despiadado jefe civil durante un alzamiento en 1929 que ocasio-nó varias muertes, incluyendo la del propio representante del gobierno, no fue incluido en el presupuesto nacional para dotar a los pueblos del país de plazas Bolívar frente al primer centenario de la muerte del Liber-tador, por alzaos. Cuenta el cronista oficial, Luis Martus, testigo imberbe de aquella ges-ta, que el pueblo, instituido en una especie de junta patriótica, organizó una batida mul-titudinaria con rifas, vacas y templetes para mandar a hacer una efigie del padre de la patria. Recogieron Bs. 30.281,67 y pagaron por la elaboración de una estatua pedestre de Bolívar que erigieron para establecer la plaza que denominarían 24 de Julio, a secas.

Otra cosa que tiene Guatire, 30 kilómetros al este de Caracas, es un brazo largo del par-que nacional Waraira Repano, donde nacen al menos cinco ríos que contribuyeron a la gesta civilizatoria de esta región, desde la eta-pa prehispánica de donde proviene infinidad de petroglifos antropomorfos y zoomorfos regados por sus laderas, y toda la empresa fundacional a los pies de los cursos de agua cristalina que dieron origen a los pueblos fundados en nombre de la corona española.

Entre otros, Norte, Pacairigua y Guatire, este último, para bien y para mal, llamado El Ingenio y devenido en centro recreacio-nal superviviente de la razia que va acaban-do, poco a poco, con el patrimonio natural a raíz de las invasiones y la consiguiente contaminación urbana, son los principales reservorios que atenazan como largos dedos de vida a esta porción de tierra que fue fér-til para producir caña de azúcar, llegando a contar con más de 90 haciendas o fundos de caña dulce a comienzos del siglo XX.

un PASEoSe llega por la autopista Gran Mariscal de Ayacucho en una desviación que serpen-tea hacia el urbanismo El Ingenio. Tras una larga y ancha avenida hacia la Planta de Llenado y Suministro de Combustible de PDVSA, con sus imponentes tanques de almacenaje como robustas perlas, se toma una desviación a la izquierda que conduce hacia el conjunto residencial La Muralla y de allí, cruzando el puente, el río, feliz puerto al que arribará tras varias alcabalas de venta de guarapita, bebida que por su proximidad (a las emociones y al bolsillo) se ha convertido en patrimonio sentimen-tal de esa extendida, comprometida y va-riopinta logia de adoradores del río.

El balneario es, sin muchos calificativos, una larga franja de agua bordeada por un espeso manto arbolado de jabillos, buca-res, ceibas, acacias, cedros y apamates, que bombardean sin miramientos sus semillas letales y crean sombras oportunas y espa-ciadas que asoman, desde cualquier ángulo, el quieto verdor del parque nacional, bor-dado sorpresivamente por los parapentistas que se lanzan desde las alturas para caer en la explanada de un terreno de softbol aga-zapado en un extremo.

Si no sabe a dónde llegar, lo más recomen-dable es que llegue a La Caroreña, el quios-co de Yaita Díaz, una simpática guara que junto a su marido, Carlos Salas, autodeno-minado “El Papá de los Helados”, y Eudelina “La Nena”, despachan de viernes a domingo licores, sopas, pollo, pescado y tostón servi-

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dos sobre unas mesitas dispuestas para que la corriente del río te acaricie los pies.

Les privilegia uno de los dos escasos puntos electrónicos para tarjetas de débito de todo el paraje y dos inmensas cornetas que manan la música más estridente y guapachosa que tenga sentido para ir hilando el ambiente festivo en ese breve pero cargado ecosiste-ma, que además integran otros quioscos cer-canos: el primero es el de la difunta Antonia, pasando el puente, con más de 30 años; el de Servidea, treintañero también; el de Ana, que atiende “El Mocho”, un defensor espon-táneo del patrimonio natural, y otros que se van dibujando en la medida en que el visi-tante se adentra en el follaje compacto que en un punto se vuelve misterioso, cuando termina la hilera de construcciones civiles, ranchitos de bahareque y funestos ensayos de cubículos turísticos para darle paso a los pórticos de la santería y el espiritismo que encuentran, entre la enramada, puentes ade-cuados para conectarse con el más allá.

Nosotros, en faenas más mundanas, nos man-tenemos en las riberas compartiendo los ges-tos sencillos: algunos locales han habilitado sobreanchos con banquetas de madera y esta-cas con rejillas y distribuyen querosén, leña y fósforo para encender la mecha del sancocho o la parrilla que en esta época, casi siempre, termina siendo de sardinas. No es que hay un estricto control de las operaciones, pero hay cestas con bolsas negras para la basura y todo el que puede está pendiente de no dejar fogo-nes encendidos y restos desperdigados, por lo que el ambiente mantiene cierta asepsia.

Los niños, entre tanto, encuentran diversión en los innumerables pozos que se hilvanan con la corriente, que a ratos parece olvidar su vocación recreacional-turística, científi-co-educativa para volver a su estado salvaje, como la vez, en 2005, en que unas lluvias de Semana Santa desbordaron el río que arra-só con locales y viviendas, desdibujando su apacible perfil.

LA montAñA“Uno, que ha estado afuera, sabe que los elementos naturales se utilizan como prin-cipal atractivo, y a su alrededor se organiza toda una infraestructura”, dice Oscar Mu-ñoz, directivo del Centro de Excursionismo Manuel Ángel González (Cemag), con casi 50 años de existencia en Guatire. Hace el se-

Río Guatire

Hacienda de caféSanto Cristo

UrbanizaciónLa Muralla

Sector Valle Verde

UrbanizaciónMucuchiesLa Esperanza

Río Guat ire

CARACASCementeriode Guatire

Av. Andrés Eloy Blanco

El Ingenio

Planta de distribuciónPDVSA Guatire

Calle El Rosario

QuioscoLa Caroreña

Puente

Estadio de SoftbolParque El Ingenio

Conjuntoresidencial

VTVRío Guatire

Conjunto residencial

Villas del Ingenio

ConjuntoresidencialVTV

ConjuntoresidencialVTV

SECTOR ZAMURITO

Petroglifos

Lanzamiento de parapente

Hacienda de caféSanto Cristo

Infografía: JIMWERUSKA CENTENO

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Los amantes del riesgo se atreven. foto Silvino CaStrillo

No hay edad ni oficio que limite la felicidad en sus orillas

ñalamiento para advertir lo que denuncian todos los ambientalistas en torno al poten-cial natural de la región: sufre un deterioro progresivo.

El Cemag, el colectivo Las Niñas que Siem-bran y Ecosenderos, por nombrar algunas de las agrupaciones ambientalistas y deportivas dedicadas a visibilizar y preservar el entorno, se quejan del poblamiento descontrolado de la media montaña y el estado de inseguri-dad que vive pese a su intrincada geografía. También del deterioro de las nacientes de los ríos y el uso muchas veces inadecuado de sus riberas para fines recurrentes e irracionales como lavar carros y verter aguas residuales.

Uno de los parajes más hermosos al ascen-der por una carretera de tierra, solo apta para vehículos de doble tracción, es el sec-tor denominado Zamurito, donde se enclava la hacienda Santo Cristo, a 2.050 metros de altura, que alguna vez fue un próspero cen-tro de producción de café y cítricos y hoy sobrevive milagrosamente enfrentando los ataques cada vez más virulentos de la delin-cuencia, que no conforme con arrebatarles la cosecha, se roba bienes materiales de los agricultores y han amenazado sus vidas.

Sin embargo, es una ruta permanente de caminadores, fotógrafos, ciclistas, estudio-sos de las civilizaciones prehispánicas que, en grupo, caen rendidos por la belleza de los paisajes, la profundidad de sus pozos, la variedad de los petroglifos, el sabor de sus mandarinas.

Para Oswaldo Gómez, del grupo Ecosende-ros, lo que corresponde es darle a Guatire una vocación ecoturística, dado el potencial de la montaña que la atraviesa de Oeste a Este a lo largo de más de 13 kilómetros hasta la vecina parroquia Araira, ofreciendo en lí-nea horizontal una amplísima gama de bon-dades naturales a través de antiguos caminos indígenas casi vírgenes.

Los adoradores, entre tanto, se dan cita sin previo acuerdo cada fin de semana, con la emoción intacta de los primeros morado-res que tejieron la civilización alrededor de las aguas de la vida, donde sabe mejor que en ningún otro lado un trago de ron y un plato de sopa en tapara en medio del com-padrazgo fácil y emotivo que le da sentido a la venezolanidad.

El paisaje en su conjunto es un bálsamo

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SOBERANÍAS SEXUALES

En el año 2010 me di la oportunidad de proponer que una persona trans femenina estuviera en un programa de TV, sobre todo en el de corte feminista que para aquel momento se me había convoca-do construir desde el poder popular con la producción de Ávila TV, lo cual aceptaron en gran medida por mi compañera de luchas y hermana espiritual Gioconda Mota.

Allí duré al aire hasta principios de 2013, pero con la muerte de “El Arañero de Sabaneta” se fueron muchas propuestas vanguar-distas debido a una serie de procesos sistemáticos de desarticu-lación y debilitamiento de los liderazgos populares. La invisibili-zación y la sustracción de nuestros(as) líderes naturales de base en esos espacios comunicacionales alternativos han producido lo que el egoísmo y la avaricia requieren mantener... el poder con-densado en unos pocos y pocas, porque se han adjudicado el rol de “encaminar y dominar nuestras vidas” pensando que nosotros y nosotras no tenemos la capacidad, formación, conciencia y pa-triotismo para ocupar espacios de poder, toma de decisiones y apropiarnos del cogobierno. Seguimos combatiendo en espacios radiales y en medios escritos como este, que creen y practican la inclusión, más allá de la crítica y la reflexión, porque como decía Marx, la dialéctica es necesaria para conocer la realidad concreta. Se hace impostergable progresar hacia los y las menos incluidas, como las personas trans, gays, lesbianas o aquellas personas heterosexuales que han decidido vivir solas y que en algunos espacios les niegan su derecho a la alimentación (bolsa CLAP), entre otros.

Este año se han enaltecido las figuras de la Negra Matea, Apacua-na e Hipólita llevándolas al Panteón Nacional; no obstante, urge seguir reactivando mecanismos incluyentes, donde el poder popu-lar feminista y organizado, con ética, transparencia y respetuoso de los derechos humanos, esté unido a los cuerpos de seguridad del Estado, en conjunto con servidores y servidoras públicas, que cumplan con el pueblo venezolano, brindándonos la suprema fe-licidad que tanto nos merecemos. Porque combatimos la guerra económica, la mediática y la psicológica, pero, al unísono, hay que ¡seguir depurando y denunciando a los y las falsas revolucionarias que actúan como sanguijuelas, que solo piensan en su bienestar individual!

POR RUmmiE QUiNtERO@Rummieactivista

iLustRaciÓN L. “RAZOR” BALZA

CONCIENCIA TrANs

PARA VIVIR

La obesidad y la diabetes van de la mano, tienen las mismas causas originarias, que son los altos niveles de glucosa causados por la ingesta abundante de carbohidratos. Esta glucosa hace que el páncreas produzca mucha insulina para metabolizarla y esta constante producción causa que los receptores de las células se in-sensibilicen y creen resistencia ante la abundancia de la hormona. De este modo el organismo no metaboliza la glucosa, situación que genera su profusa presencia, una célula desnutrida y debili-dad en el cuerpo.

Pero como la insulina también es una hormona anabólica que tiene la función de transformar la glucosa sobrante en grasa para alma-cenarla, lo que le queda es cumplir con esa función de conversión, almacenando además otras grasas que se encuentren producto de los alimentos ingeridos. ¿Resultado? La persona comienza a engor-dar sin saber cuál es la razón exacta que origina su condición y que es la adicción e ingesta excesiva de carbohidratos.

Los carbohidratos, como drogas que son, estimulan la produc-ción de endorfinas y como el azúcar es una droga y un carbo-hidrato refinado, se siente además esa especial ansiedad por los dulces. Adicionalmente, si la persona consume pocos vegetales se incrementa la falta de nutrientes y la debilidad, deteriorando el metabolismo y generando un sistema inmunológico débil y con propensión a enfermarse.

Si a esta situación añadimos una dieta, se restringe aún más el consumo de nutrientes y el deterioro del metabolismo. ¿Resulta-do? El organismo se estresa y se debilita mucho más, socavando la producción de energía. Esto hace que se vea obligado a obte-nerla de sus reservas, por lo que se empieza a bajar de peso pero de una manera costosa, inadecuada y forzada.

El caso es que bajar de peso con una dieta es como tener una goma estirada, se logra y se mantiene con esfuerzo pero en

POR VíctoR [email protected]

LA OBESIDAD Y EL FRAUDE DE LAS DIETAS

REcOmEnDAcIOnEScon las dietas lo único que de verdad se pierde es la autoestima. Lo que funciona es un cambio de estilo de vida en el cual se restaure el metabolismo, dejando de ingerir ali-mentos agresores que lo ralentizan y atacan, como lo son los carbohidratos refinados, bebidas azucaradas, drogas, etc., y consumiendo a la vez los nutrientes y elementos que este requiere (minerales, vitaminas y abundante agua). ¿más simple? coma abundantes vegetales crudos, proteínas, poquísimos carbohidratos y tome mucha agua.

algún momento se tiene que soltar. Al principio da resultados, pero es algo temporal que produce ansiedad y estrés, lo que a su vez ocasiona que cuando la persona no aguanta más, abandona. Sobreviene de inmediato el efecto rebote: se siente una necesidad incontrolable de comer, volviéndose a recuperar y hasta de más los kilos perdidos.

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Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPALE ccSCaracas, 26 de marzo de 2017.

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GASTRONOMÍA

la luz al final del túnelPOR ANdER dE TEjAdAFOTOGRAFÍAs MARyORi CAbRiTA

Boulevard de Sabana Grande

Av. Francisco Solano Lopez

1era calle

calle

los a

pamate

s

Bar - Rest.El Coliseo

metro sabana grande

M

PICHONES DE SIBARITA

Debido a mi corta edad y a mi poca expe-riencia laboral, no he tenido que comer en la calle como un ejercicio cotidiano. Por eso me gusta optar por la recomendación de los mayores, que en Épale CCS suelen ser co-nocedores de los rincones gastronómicos que guarda la ciudad. Esta vez fue gracias a Maryori Cabrita. Ella, en sus años de estu-diante, solía almorzar en este restaurante por el respeto de una relación que es, quizás, la que más valora un pichón de sibarita: precio-calidad. Ahí radica todo, en comer bien sin sentir que se te fue, junto con el pago, un pe-dazo de tranquilidad.

Por eso vinimos a El Coliseo, a pesar de que Maryori no lo visitara desde hacía mucho tiempo. Caminamos por el bulevar de Sa-bana Grande. Yo seguía su andar. Cruzamos hacia un edificio y nos encontramos con un pasillo largo y oscuro. Al final del túnel, en un patio interno que ahueca el edificio, se co-laba un haz de luz que iluminaba el espacio adyacente al restaurante. Como si fuera un mensaje del más allá, como si fuera una señal divina, vimos El Coliseo.

El sitio tiene una decoración peculiar. Uno se sienta y el año cambia. Es, en estos tiempos, que no son los mismos cuando uno está sen-tado ahí, otra alternativa para viajar.

Las paredes tienen patrones de relieve en to-das sus esquinas y, en una parte amplia, al fondo del salón, un papel tapiz gigante ador-na todo. Es una pintura de un paisaje. Más hacia la cocina, continuando ese camino por la pared, se puede encontrar un cuadro de El Coliseo, el de Roma. Siguiendo, una neve-ra. Más allá, una puerta con un agujero, por donde una mano misteriosa entrega los pla-tos de comida. Al lado, un aparato de emer-gencia en caso de incendios, cuyo aspecto recalca el juego del tiempo.

Nos atendió el señor Giovanni, uno de los que dirigen el local. Nos explicó que lleva 20 años a cargo, pero que comenzó como mesonero. Después nos dirigió a nuestra mesa y se acercó un rato después, con una carta en la mano. Me dijo que si quería co-mer algo bueno pidiera la Scalopa de res a la pizaiola, pero que me la iba a poner

con pasta. Asentí porque soy indeciso. Y no hay nada que un indeciso ame más que una recomendación.

Maryori pidió un Cordon Bleu.

Los platos llegaron. Comimos. Cruzamos las manos. Le di una probada al plato de Maryori. Ella dijo que el suyo estaba mejor. Yo los pongo en tablas. Pasamos la comida con las dos bebidas naturales que ofrecie-ron, además de los refrescos: un papelón y un jugo de guayaba.

Falta hablar de un tema importantísimo: la relación precio-calidad convierte a este sitio en algo que vale la pena. Todos sabemos de las consecuencias de la crisis, sabemos que ir a comer a la calle es un tema delicado y que ahora supone una especie de alteración de la normalidad del trabajador. Por ende, si hay un dinero extra o una emergencia famé-lica, esta es una buena opción.

Ambiente

Calidad

Atención

A su rie

sgo

Se puede ir

Impelab

le

HORARiOS

PRECiOS

FORMAS dE PAGO:

Lunes a sábadode 12 m a 5 pm

Sopas y cremas en Bs. 2.600 Pasticho y espaguetis a Bs. 3.500 Scalopa de res y Cordon Bleu a Bs. 4.000

Efectivo Débito

Cesta Ticket Crédito

✓✓

Tarjeta de alimentación✓

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ENTREVISTA

otro héroe de la vega

aunque no conoció a alí gómez garcía, américo morillo, quien fotografió al presidente chávez trotando en río de

janeiro a las 5 am, habla de alí como que sí

POR guSTAVo mÉRIdA • @gusmeRida1 / FOtOgRaFía jESúS CASTILLo

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Antes, en la plaza Miranda lo que había era peleas de borrachos, algunas san-grientas. Cuánto tiempo antes, en estos tiempos, ya no importa tanto, porque se satisface una necesidad y surge otra tan rápido que nos atrapa la desmemoria del orgullo y todo lo demás.

Pero ahora, en estos tiempos, uno puede entrevistar a un fotógrafo de Ciudad CCS mientras los niños juegan en el parque y la gente se sienta en los bancos de la plaza y la tarde transcurre como transcurren las tardes cuando uno siente que todo va a salir bien.

Lo que pasa es que así sentían los sirios antes que empezara la guerra. O los ira-quíes, o cualquier persona de esos pue-blos tan lejanos y que también fueron, aunque nunca lo fueron, una amenaza in-usual y extraordinaria. Y esos pueblos no estaban en una organización cuya vocería está en un tipo como Almagro.

Estamos en la plaza Miranda y transcurre la tarde.

—¿quIÉN ES AmÉRICo moRILLo?—Es un carajo que nació en un pueblo que llaman Niquitao, en el estado Trujillo. Se crió en Valera y de Valera, como a los 22 años, viendo que Trujillo era uno de los es-tados más pobres de Venezuela porque solo había tres alternativas...

—¿dE quÉ Año ESTAmoS hAbLANdo?—Del año 78, 79. Te decía que entonces o te metías a policía o a guardia nacional, bus-cabas trabajo en la única fábrica que era la Owens Illinois, una transnacional, o te me-tías a malandro. Entonces me vine a Caracas, a buscar otro tipo de vida. Cuando llego aquí empecé a trabajar la herrería y me fue muy bien (es técnico metalúrgico). Aquí vivía mi hermana y desde que llegué, a los 22 años, hasta ahorita, que tengo 57, vivo aquí en La Vega, donde he hecho mi vida.

Hizo pechos de paloma y santas marías has-ta que una vez que fue a sacar la licencia le

dijeron: “Tú no ves bien, no te puedo dar el certificado médico”.

Ahí, entre miopia y cataratas (el médico le dijo:“Y si sigues soldando...”), tomó la deci-sión de dedicarse a la fotografía, que la tenía como un hobby.

“Cuando llegué había un grupo popular en La Vega que se llamaba Asociación Civil Terepaima y allí fui a hacer unos cursos de fotografía en blanco y negro y me gustó. Me acuerdo que compré una camarita Ze-nit, de esas soviéticas, y empecé a colabo-rar con un periódico que llaman La Vega dice, creo que es el primer periódico al-ternativo que nació en Venezuela. Ese pe-riódico surge en medio de las luchas que se daban en esos años, por el tema de la educación, por el medio pasaje estudiantil, por el cupo en la universidad... entonces, todos esos cursos de fotografía me sirvie-ron a mí para ver otra realidad del mundo que yo desconocía y que es luchar por una sociedad más justa”.

A Américo Morillo, descuidado, se le sale el acento gocho. Rememora con facilidad y es esquivo, pero con esa rapidez amable que da la experiencia de ser un reportero gráfico (“hay que conocer ese momento: el momento exacto”) y hacer una pauta re-donda. Posa y se atraviesa en la Baralt para que Jesús Castillo cuente el cariño que nos hace falta, porque a una necesidad satisfe-cha (la plaza Miranda, por ejemplo) surge otra nueva. Y así. A veces parece que no va a terminar nunca, pero si usted se pregun-ta de quién depende, y responde bien, hay esperanzas.

“Estudiando fotografía me gustó la cuestión y empecé a colaborar —y voy a nombrarlo porque es así— con una revista que se lla-maba Bohemía, que la dirigía una señora muy linda, Rossana Ordóñez. Me pagaban por fotografía publicada"

—hábLAmE dE LA VEgA—La Vega se fue transformando. Los que estaban ahí nacieron ahí y vivieron ahí, pero mucha gente emigró y vino gente del inte-rior y ya es muy raro conseguir las familias que se criaron ahí y vivieron ahí. La Vega se llenó de todo: ecuatorianos, colombianos, peruanos. Bolivianos no hay casi porque el boliviano no es emigrante. También gente del interior del país. Es muy raro conseguir gente de La Vega.

—¿hAS VIAjAdo?—Por mi cuenta nunca pude viajar, viajé con el Presidente, con el Comandante Pre-sidente Chávez. Trabajaba en una agencia de noticias y me empezaron a mandar en sus viajes para nuestras relaciones interna-cionales: Brasil, Argentina, Bolivia, Bielo-rrusia, Argelia, Colombia...

“¿Qué recuerdo de él? Un tipo especial, un tipo de otra galaxia vale. Un visionario. Ha-blar de Chávez es como que si tú le pregun-taras a un carajo, 200 años después, que te hable de lo que dijo Bolívar hace 200 años. Un carajo humilde, visionario, y cuando tú hablas de humildad puedes hablar de revo-lución, porque cualquiera no es revolucio-nario. Hay que apartarse de todos los vicios

“PoR mI CuENTA NuNCA PudE VIAjAR, VIAjÉ CoN EL PRESIdENTE, CoN EL ComANdANTE PRESIdENTE CháVEz. TRAbAjAbA EN uNA AgENCIA dE NoTICIAS y mE EmPEzARoN A mANdAR EN SuS VIAjES PARA NuESTRAS RELACIoNES INTERNACIoNALES: bRASIL, ARgENTINA, boLIVIA, bIELoRRuSIA, ARgELIA, CoLombIA...”—

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que da el capitalismo, hay que apartarse de querer tener el teléfono o el carro último modelo”.

—¿yA Tú TE APARTASTE?—¡No! Yo tengo vicios capitalistas. Unas cervezas, por ejemplo, aunque ahora esta-mos tomando cocuy, pero claro que tengo vicios capitalistas, unos los ve. Por eso es que esos discursos a veces de políticos...no, mi hermano. Si aquí hubiesen... vamos a poner, de cinco millones de militantes duros del PSUV, y digo duros porque en medio de una crisis terrible de la comida y la vaina salieron a votar, si de esos cinco millones hubiesen 500, o 200 que pensaran como pensaba Chávez este país sería otro. El revolucionario tiene que dar. Entonces vienen las contradicciones, y a lo mejor esto no va a salir publicado pero hay que decirlo: cuando tú ves a un ministro, o un viceministro o un diputado con tres ca-mionetas Tahoe con tres escoltas en unas V-strom y vas pa un barrio con todas esas cuestiones, a mi me molesta porque digo: “Bueno, si este dice que es revolucionario

¿por qué no viene en un carrito Chery o en una motico Bera?”. A lo mejor estoy equi-vocado, no sé, es posible, pero lo veo de esa manera.

—¿TE ChoCA?—¡Claro, es eso! Si hablamos de humildad, la humildad parte de eso, de ver al obrero igual que tú, independientemente del cargo. Por ejemplo Chávez, yo me acuerdo...

Y ahí Américo rememoró llamados de atención de Chávez. “Y eso es el revolucio-nario, el que ve los problemas y les bus-ca solución, no es aquel que anda en tres camionetas de esas que son imposibles de comprar y entonces llegan a un barrio con esa algarabía”.

Reitera, Américo. Que yo lo transcriba me pone de su lado. Que esto salga publicado aumenta el grupete: la dirección de esta revista avala la crítica. Lo obvio no lo es tanto, porque nuestro discurso es difuso. Y claro que es cómodo criticar sentado fren-te a una computadora. En cambio, Mori-

Todas las fotos son de Américo Morillo

llo anda en la calle. “Lo que yo le critico a nuestros medios es que no tienen pegada a la hora de contrarrestar la guerra mediá-tica. Por ejemplo: si hay basura en Petare, aquí también hay sectores con basura. En-tonces, ¿por qué no criticar la basura que hay en el municipio Libertador para que el alcalde la mande a limpiar? Porque el al-calde no puede estar pendiente, él solo, de todo lo que pasa en Caracas, es mentira. Así la gente se va a sentir comprometida con una gestión de gobierno que le está resolviendo sus problemas, ¿entiendes?”. Américo tiene muchas fotos inéditas del Comandante Chávez en sus giras. Son unas tres mil quinientas y la idea es que, luego de una selección de 40 o 50 fotos, propia de un curador experto (Félix Gerardi), montar una galería llamada “Chávez, el amigo”. Pero Morillo no quiere museos ni embajadas “porque la mayoría del pueblo no va”. Es en el teatro Alí Gómez García, en La Vega, donde quiere empezar. “Es llevar la exposiciones a los barrios. Es un teatro bellísimo y Alí Gómez es un héroe de La Vega. Murió combatiendo en Nicaragua”.

crítica y media24

Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPaLe ccS Caracas, 26 de marzo de 2017.

Hermanos a la obra (Property Brothers) encierra un secreto. Siete temporadas suman ya sus emisiones a través de Dis-covery Home & Health y tan campantes. Dedicados a la ardua tarea de conseguir casa a los eventuales propietarios, los hermanos Drew y Jonathan Scott —ge-melos para más señas— configuran una suerte de tándem sublime. Si uno se de-dica al trabajo sucio, demoler y remode-lar la edificación, el otro hará por deduc-ción lógica el trabajo “limpio”, es decir, descifrar las necesidades inmobiliarias de los candidatos y ofrecerles un menú de opciones.

Quien esto escribe —que tiene tan poco de albañil como de agente inmobiliario— se incluye entre sus entusiastas seguido-res, dejándose embelesar por la premisa ilusoria: ¿existe la casa ideal? o, quizá, ¿puedo acceder a ella convenientemente asesorado? Sin embargo, y tras el visiona-do de varias entregas, la faceta de hadas inmobiliarias que estos hermanos encar-nan queda soslayada por un más fasci-nante descubrimiento. Lo que seduce de este particular programa de telerrealidad

está asociado entonces con un impulso de la especie humana que la ha llevado por siglos a destruir lo que antes cons-truyó. Un quehacer de raigambre psico-lógica y cultural, definida con el término potlach, aflora durante el momento cul-minante, consistente en destrozar el vie-jo mobiliario provistos, albañiles y pro-pietarios, de una monstruosa mandarria.

El éxtasis destructivo de los derbis de demolición, invitados fijos en los pro-gramas deportivos de los 70, o su va-riable ochentera, las competencias de monster trucks, alcanza ahora una pro-yección sutil y políticamente correcta. No hay que dejarse engañar por el re-sultado. Menos que obtener las llaves de una casa nueva, lo que en el fondo muchos de nosotros queremos es te-ner la oportunidad de devastar una por nuestras propias manos, invocación pa-radojal de la prosperidad y abundancia vedadas a los hombres de buena volun-tad desde tiempo inmemorial.

Por Carlos Cova@CarlosCobero

A golpe de control

manos al martillodicho tontoquien Calla, otorga. escribir esta sección, específicamente, es lo mismo que la catarsis; lástima que la "cuota de improperios" mensual haya sido cubierta por reinaldo gonzález en su texto publicado en Épale CCS nro 216, porque lo que provoca decir a quien osa interpretar un silencio íntimo, o privado, o necesario, se parece bastante a lo que él escribió que quería decirles a quienes osen decir "tú que todo lo sabes o si no lo inventas". Más allá de algún diente roto (Marlon Zam-brano, Épale CCS nro 221), callar mientras se piensa, o no, es una decisión que no regala nada ni otorga ningún beneficio: a usted tienen que preguntarle primero. no asuman, no den por sentado, no se sientan dueños o dueñas de un silencio que no les pertenece ni de una interpretación que no es suya y que les es ajena. Humana, pero ajena. alguien esgrime este dicho tan tonto para justificar el abuso de tomar una decisión por usted por el simple he-cho de callar unos segundos mientras estaba distraído, supongamos, viendo un par de bien formadas tetas, aclarando, por supuesto, que lo de "bien formadas" es un criterio muy sub-jetivo que no necesariamente se asocia a las formas convencionales de las tetas operadas, pero que no pasa nada si sí se asocia, porque hay tantas tetas como silencios en este mundo tan lleno de nosotros mismos. así que no acepte que otros decidan por usted cuando se quede callado por cualquier razón.a menos que usted vaya a votar.ahí sí es verdad que, quedándose callado, us-ted lo otorga casi todo. recuerde diciembre de 2015. es más, en cualquier domingo de estos que llamen a elecciones de, supongamos, la asamblea nacional, usted lo que tiene que hacer es acordarse qué fue lo que otorgó en diciembre cuando se quedó callado (o callada) y no fue a votar. Y si se vuelve a quedar callado, el dicho no es tan tonto como usted.

el dicho tonto de la próxima entrega, si es que esta sucediere, será "Fiao hasta un bombillo quema’o", cortesía de nues-tro buen compañero de fotografía y de chistes malos enrique Hernández.

gustavo Mérida@gusmerida1

minicrónicas 25

Edición Número Doscientos veintiuno. Año 05. ÉPaLE ccsCaracas, 26 de marzo de 2017.

La indebida costumbre de quedarse con un libro prestado es común que le ocurra a al-guien en algún momento de la vida; y si es obra de un escritor preferido, es casi que jus-tificable. A mí me pasó el día que llegó a mis manos un ejemplar que no tenía en mi bi-blioteca, autoría del escritor de quien poseía otros libros, pero no ese que había buscado sin encontrar. Me refiero a Los pequeños se-res, de Salvador Garmendia.

“Es increíble que haya muerto —dijo y en seguida advirtió que la voz se quedaba flo-tando en el aire del cuarto como si nadie la hubiera absorbido, porque sin duda Amelia ya no estaba allí”. Así comienza la novela en cuestión, publicada en 1959, que a decir de los entendidos, “es señalada por la crítica como el lindero por el cual la narrativa vene-zolana cruza hacia la modernidad”, palabras

del escritor Juan Carlos Santaella, prologuis-ta del ejemplar que ahora poseo (editorial Monte Ávila)

Es la historia de un hombre (Mateo Mar-tán) que vive asediado por la necesidad de pensar y estar en la búsqueda de un mo-mento de tranquilidad y soledad, en un ambiente urbano como Caracas, masifi-cada y en un proceso de cambios estruc-turales. Es una obra innovadora en el tra-tamiento de la ciudad como elemento que afecta al hombre, existiendo una estrecha relación entre la presentación del espacio (calles, avenidas, casas, edificios, etcétera) y la construcción del personaje. Una obra altamente recomendable.

A Salvador Garmendia (Barquisimeto, 1928 - Caracas, 2001) lo encontré una vez

Los pequeños seres

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bajando las escaleras de la estación Capi-tolio para abordar el tren vía Palo Verde; yo subía con la idea de salir de la estación. No encontrando otras palabras con que dirigirme a tan distinguido narrador, opté por gritarle: “¡Oiga, poeta, allá en mi casa le manda recuerdos Mateo Martán!”. Fue cuando escuché una voz salida por entre la espesura de su barba y la cascada de sus cabellos diciéndome: “¡Llévale saludos, vale. Jajaja!”.

Estando a tono con lo ocurrido con el libro, también lo hice apropiándome del nombre del personaje de la novela. Ahora lo uso para acuñarlo cuando mando mis correos electrónicos.

POR pedro deLgado

atiende:si mi hijosi nuestro hijofuera naciera sol oluna homosexual poetao guerrillero ah si crecieraguerrillero o usurero al tanto %o asesino oficinista vendedor depeines en el subte o suicida floro cardo violador de tumbas o impasibleespectador del mundo comprensible [padre defamilia actor de cine Rita Hayworth [Tyrone Powersacerdote verdugo militar terrorista puta [carceleroen la exacta mitad de tu ombligo te [explico Manés quesi nuestro hijo recoge la bandera que [dejamos o porel contrario un ejemplo la olvida la [traiciona laveja la vende a razonable precio [entendemesi nuestro hijo mañana es muerto por ir [másallá de donde fuimos o por menos o porerror o por justicia o por lo que sea silos muertos somos vos o yo o losdos y él quien nos fusila de todosmodos Manés habremos ganadoporque la libertad es lo único quedebemos legarle lo demáscompañera amiga míano tiene mayorrelevancia

De Jesús Urzagasti (Bolivia)

De Jorge Money (argentina)

Un tiempo vendráen el que, con gran alegría,te saludarás a ti mismo,al tú que llega a tu puerta,al que ves en tu espejoy cada uno sonreirá a la bienvenida del [otro,y dirá, siéntate aquí. Come.Seguirás amando al extraño que fuiste [tú mismo.Ofrece vino. Ofrece pan. Devuelve tu [amora ti mismo, al extraño que te amótoda tu vida, a quien no has conocidopara conocer a otro corazónque te conoce de memoria.Recoge las cartas del escritorio,las fotografías, las desesperadas líneas,despega tu imagen del espejo.Siéntate. Celebra tu vida.

Derek Walcott (Santa Lucía)

EL AMOR DESPUÉS DEL AMOR

EL GUARDIÁN

ATIENDE

Antaño anduve feliz por el monte con un perroque vino a pedirme que le pusiera un nombre.Esa vez salimos de la casa a dibujar mariposasy un día recorrimos el último sendero de la vida para mirarnos como corresponde a la es-pesura de los animales en tránsito de tempestad a luna.Mientras acezaba con la lengua colorada afueraSentado sobre el tronco de un antiguo algarro-bo yo resbalaba hacia el fondo de un idioma claro sin letras memorables en sus sonidos invictos.Quedamos en rastrear nuestras huellas finales.En los rumores arbitrarios de la llanura salvaje.Al verlo brincar embrujado por extraños árboles comencé a echarlo de menos antes de perderlo.Así confundí el inaudible llanto de mi almacon el ladrido de quienes nos antecedieron.

po

es

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“Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural de los neutrales maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”.

(Gabriel Celaya)

Juanro@JuanroJo_tf:

TRINOS

@indira_carpioPOR INDIRA CARPIO


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POR NePtalí SegOvia

1. Piloto venezolano de Fórmula 1. 6. Contracción de “are not”. 11. Animal que se está criando. 12. El más alto de los cielos. 14. Interno, personal, interior. 16. Búfalo salvaje de las montañas de la India y Malasia. 17. Nota musical.

18. Sierra de…, sierra de Argentina en La Rioja. 20. Gran dios solar del antiguo Egipto. 21. Interrupción momentánea de una acción, de un discurso, etc (inv.).23. Vasija de barro de boca ancha, con asas. 25. Acrecentad, prosperad, progresad. 27. Duodécima letra del alfabeto español. 29. Adora, quiere, aprecia.

31. Malestar que se siente tras una borrachera. 33. Reina legendaria de Tebas, transformada en roca por Zeus (inv.).35. Pieza dentaria lateral para triturar los alimentos. 37. Nota musical (inv.). 38. Persona que aconseja o guía a otro (inv.). 40. Símbolo del molibdeno.

41. Nombre propio femenino.43. Mancha que aparece en las mejillas. 45. Relativo a la aorta (inv.). 47. El presidente de Cuba. 49. El …, centro penitenciario de Venezuela, en el estado Miranda. 50. Interrupción colectiva de la actividad laboral.

1. Computadora personal. 2. Primer signo del zodíaco. 3. Dios-Luna entre los asirios (Mit.). 4. Sinónimo de dibujar, grabar. 5. Mueve una embarcación a remo. 6. Apócope de papá (inv.). 7. Extremo o último término al que pueden llegar las cosas. 8. Lugar donde se trillan las mieses. 9. Relativo al sistema nervioso. 10. Libro de la ley judía. 13. Los …, archipiélago al norte del golfo de Venezuela. 15. Conjunto importante de territorios que dependen de un mismo gobierno. 17. Etnia, casta, linaje. 19. Conocido oasis del oeste de Libia. 22. Siglas de universidad venezolana. 24. Cobra …, serpiente venenosa más grande del mundo. 26. Eje, foco, núcleo. 28. Moneda europea. 30. Galeno, doctor, cirujano. 32. Tomaré determinado alimento. 34. Demente, loco, chiflado. 36. Fruto del guamo (inv.). 37. Propiedad organoléptica de la materia. 39. Noé, en inglés.42. Nido, en francés. 44. Igual, parecido, semejante.46. Matrícula vehicular internacional de Rumania. 48. Artículo determinado femenino singular.

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Ya es tarde. Metió la pata hasta lo más hondo y solo le queda sacarla y seguir caminando. La culpa, ese invento judeocristiano, lo acompañará en forma del temible y silencioso ratón moral.

1. Ya la puso. Sépalo.2. Trate de perderse de las redes sociales y sitios donde pudieran señalarlo. Ojos que no ven...3. Un rostro lo recriminará, otro lo mirará lleno de dudas y otro se hará el pendejo.4. Si la cosa fue después de beber alcohol, está 75% perdonado.5. No deje que el ratón moral se transforme en chigüire.6. Todo lo que puede recriminarse siempre terminará con: ¿por qué soy así?7. Trate de ponerle el cascabel al gato de su ratón moral.8. Hágase el pendejo. Nunca falla.9. Al menos recuerde los momentos agradables.10. Piense en ser un ratón de biblioteca o de ferretería.

MiniManual para afrontar el ratón Moral

tuit De

ImagInarIoCuando el ratón moral

no es lo más importante

@laespergesiaPOR NATHALI GÓMEZ

Ilustración: L. "Razor" Balza


Mentilibros

narra la vida llena de lujos y placeres de un burócrata

rumbero.

la fiesta Del chivo

coordinador de fotografÍa - ciudad...

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