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LA RUTA SOCIAL DE LA RAZÓN

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Cortés R. - La Ruta Social de La Razón. Ensayo Sobre La Universidad

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  • LA RUTA SOCIAL DE LA RAZN

  • Francisco Corts Rodas, 2014

    LA RUTA SOCIAL DE LA RAZN

    Ensayo sobre la universidad

    Francisco Corts Rodas

    Instituto de FilosofaUniversidad de Antioquia

  • CONTENIDO

    Presentacin 9 1. Fundamentos filosficos de una propuesta de reforma de la educacin superior 18 1.1 Universidad y autonoma1.2 Es posible crear en Colombia universidades de investigacin?1.3 La universidad y el humanismoReferencias bibliogrficas

    2. La contienda entre las dos culturas 43 2.1 Los retos de la poltica en Amrica Latina ante el poder econmico global2.2 La irrupcin de una nueva poltica cientfica2.3 Ciencia, la frontera sin lmites2.4 Apuntes crticos al modelo de universidad de investigacin2.5 De nuevo: la idea de universidadConclusinReferencias bibliogrficas

    3. La ruta social de la razn en la universidad 773.1 Introduccin3.2 La universidad como el espacio de la razn3.3 La democracia en la encrucijadaReferencias bibliogrficas

    4. El derecho a la educacin como derecho social fundamental en sus tres dimensiones: educacin primaria, secundaria y superior 93

  • 4.1 La educacin no es un derecho4.2 La educacin es un derecho fundamental4.3 La Constitucin y la educacinReferencias bibliogrficas 5. La democracia y el problema de la representacin en la universidad pblica 116 5.1 La poltica en la universidad pblica5.2 Universidad y violencia5.3 El poder democrtico en la universidad5.4 El gobierno en la universidad y la representacin5.5 La designacin del rector por el Consejo Superior y la consulta a los estamentos tienen el mismo valor como mecanismos democrticos?5.6 Representacin5.7 Representacin universitariaConclusin: La poltica como lucha de la comunidad universitariaReferencias bibliogrficas

    6. La autonoma universitaria y sus lmites: la vigilancia administrativa, el rgimen disciplinario y la intervencin policial 1446.1 El Estado de derecho y la universidad6.2 Autonoma6.3 La autonoma y sus lmites. Orden pblico, procesos disciplnarios6.4 La poltica disciplinaria6.4 Qu poltica debe implementarse ante los formas violentas de la lucha poltica?Referencias bibliogrficas

    Para Teresita

  • PRESENTACIN

    La ruta social de la razn. Ensayo sobre la universidad presenta una reflexin sobre la idea de la universidad y sobre el papel que debe tener en ella una educacin cientfica, humanstica, tica y po-ltica, la cual es necesaria hoy en la Universidad de Antioquia y en Colombia para enfrentar los serios problemas que se producen como resultado de una crisis de valores, de la democracia y de la educacin.

    Es un libro que contiene, adems, un conjunto de ideas centrales que se presentan a la comunidad universitaria como una propuesta rectoral para la Universidad de Antioquia, 2015-2018.

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    Las consecuencias negativas de una sociedad sin valores, sin edu-cacin tica ni poltica, se manifiestan de forma dramtica en la co-rrupcin de las lites econmicas (casos actuales como los de Agro Ingreso Seguro e Interbolsa, por ejemplo), en la instrumentalizacin de las instituciones polticas al servicio de los intereses de unas mi-noras (Consejo de Estado, Consejo Superior de la Judicatura, Par-lamento) y en el aumento de actitudes centradas en la violencia, la fuerza, el afn de ganancia y de lucro (mafias de la droga, bandas cri-minales). Estos hechos negativos se presentan ocasionalmente, pero de forma dramtica, en la Universidad de Antioquia: destruccin de

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    bienes pblicos, intimidacin a profesores y directivos, vandalismo, plagio, niveles preocupantes de consumo de alcohol y drogas.

    La prdida de las orientaciones valorativas bsicas con las que debe contar todo universitario tiene una causa fundamental: defi-ciencias en el tipo de educacin que se imparte en las instituciones de educacin superior.

    A propsito, el problema central que plantea el texto es la crisis de la educacin en las universidades, determinada, en gran parte, por un cambio en su misin bsica, que se produjo desde el mo-mento en que tanto estas como las agencias gubernamentales del Estado dieron mayor prioridad a los proyectos de ciencia, tecno-loga e innovacin y promovieron especialmente los valores de la competitividad y la productividad, dejando de lado el cultivo de la ciudadana, de la persona, y la formacin en valores sociales, ti-cos y culturales. Cuando en la universidad se sobredimensiona una cultura como la de ciencia y tecnologa, en comparacin con otras como las ciencias sociales, las humanidades y las artes, se limita su sustancia espiritual.

    La relevancia econmica de la investigacin cientfica convence a numerosos dirigentes de que la ciencia y la tecnologa son funda-mentales para el crecimiento de los pases. Esto es inobjetable. Lo problemtico es que otras capacidades, igualmente fundamentales, corran el riesgo de perderse en la concurrencia del mercado; ca-pacidades vinculadas con las humanidades y referidas al conjunto de disciplinas que corresponden a las llamadas artes liberales, que deben servir, en el contexto de la formacin universitaria, para el cultivo del ideal de la sabidura humana.

    ***

    Colombia, al igual que otros pases, est buscando soluciones de fondo para aumentar el crecimiento econmico y combatir la po-breza mediante el aseguramiento de la paz, la consecucin de la equidad social y la formacin de las capacidades humanas como cimientos esenciales de la poltica de desarrollo econmico y so-cial. En este contexto, el sistema de educacin superior colombiano se enfrenta a nuevos problemas y realidades determinados por los cambios producidos por la globalizacin econmica y las transfor-maciones en el orden internacional, que inciden en modificaciones de forma y misin de las instituciones de educacin superior.

    Frente a estas situaciones, es necesario proponer una nueva idea de universidad, ya que estamos ante el momento de decidir entre una concepcin de universidad centrada en el conocimiento cien-tfico, la innovacin, la renta y el crecimiento econmico, y otra en la que se conjuguen el avance de la ciencia, la investigacin y la tec-nologa con el cultivo de las humanidades, las ciencias sociales y las artes.

    Teniendo esto en cuenta, es necesario plantear una visin estra-tgica de largo plazo de la universidad en el contexto de los grandes lineamientos de la poltica nacional, regional y mundial. Hay que superar las concepciones de corto plazo de la poltica educativa que conciben la universidad en funcin de intereses y problemas loca-les, para proponer la idea de la universidad como un proyecto de la sociedad que se realiza en el largo plazo, en reas de las ciencias, las humanidades y las artes, y se extiende a las regiones, educando y formando a ms estudiantes de acuerdo con las necesidades y ca-ractersticas locales. Una universidad como la Universidad de An-tioquia tiene que pensar y anticipar el futuro del pas y las regiones,

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    de su poblacin y sus necesidades, para poder ofrecer soluciones a los distintos problemas de nuestra sociedad.

    Por esto, se requiere una reestructuracin de la educacin supe-rior a nivel nacional, en la que se conformen modelos educativos que desarrollen un nuevo proyecto de educacin terciaria para el pas, en el cual se articule: a) un sistema universitario orientado a la produccin de conocimiento mediante investigacin de frontera en universidades e institutos de investigacin; b) un grupo numeroso de universidades centradas especialmente en docencia, y c) subsis-temas regionales de educacin superior que den respuesta a la edu-cacin de un pas de regiones.

    ***

    Igualmente, la Universidad de Antioquia debe abordar los proble-mas del clima, el medio ambiente y la energa, pues uno de los temas claves del siglo XXI es cmo puede un nmero mucho mayor de individuos hallar un medio de vida digno en el futuro, en un mundo con recursos naturales escasos? Buscar respuestas a esta pregunta le exige a la universidad ir ms all de una investigacin individual o de pequeos grupos, y articular investigadores de la biologa, la me-dicina, la salud pblica, las ciencias sociales, etc., en torno a grandes proyectos con investigadores de otras universidades. Es necesario que la Universidad participe en la creacin de grandes institutos na-cionales de investigacin en los que se les d prioridad a ciertos te-mas relevantes para el desarrollo del conocimiento y el crecimiento de la economa (ciencias naturales, ingenieras, medicina); pero es fundamental el fomento y la financiacin de otras disciplinas inves-tigativas de las ciencias sociales, las humanidades y las artes.

    La Universidad de Antioquia debe fortalecer de mejor manera

    sus programas relacionados con los procesos de crecimiento de la economa (ciencias naturales, medicina, ciencias econmicas, inge-nieras, veterinaria y zootecnia y llegar a triplicar o cuadruplicar el nmero de graduados en estas reas) y ampliar su participacin en proyectos tecnolgicos y de innovacin, puesto que la innova-cin, la creacin de empresas, la utilizacin de nuevas bases tecno-lgicas, podra ganar un impulso aun mayor y ms articulado desde la universidad.

    Es necesario emprender procesos de investigacin sobre el im-pacto de las instituciones econmicas globales en nuestras econo-mas. A partir de estos anlisis, se podra plantear cmo es posible una transformacin de las relaciones de poder en el orden econmi-co y poltico internacional que permita la defensa y la proteccin de las economas latinoamericanas frente a los efectos negativos de la crisis del capitalismo contemporneo, que debilitan hoy a Europa y pueden llegar a afectarnos.

    Colombia est ad portas de terminar un proceso de negociacin con las guerrillas, de ponerle fin a una larga poca de violencia y terror y de iniciar una etapa de reconstruccin de la sociedad me-diante la puesta en juego de una serie de mecanismos de justicia transicional y de polticas de posconflicto. La Universidad tiene que jugar un papel fundamental en este contexto: contribuyendo con la preparacin de las personas que lideren los procesos de reconstruc-cin de la memoria histrica, que moldeen los procesos de repara-cin y reconciliacin, y que formen a los nuevos ciudadanos que surjan de la terminacin del conflicto. Por otro lado, la Universidad tambin debe emprender los desarrollos de la ciencia, la tecnologa y la innovacin de una forma equilibrada con la naturaleza, y al ser-vicio de una sociedad cada vez ms equitativa e igualitaria.

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    Igualmente, la Universidad de Antioquia debe encontrar un equi-librio entre los procesos formativos propios del pregrado y los pro-cesos investigativos ms especficos de la maestra y el doctorado. En los ltimos aos, se ha dado cierta desatencin de la docencia en el pregrado, determinada especialmente por la reduccin del nme-ro de profesores vinculados al pregrado y las difciles condiciones de trabajo de los profesores de ctedra. Una razn que puede expli-car la disminucin del nmero de profesores vinculados al pregra-do radica en la poltica universitaria de investigacin, que busca el incremento de la produccin cientfica, el aumento del nmero de doctorados y el fortalecimiento de las estructuras de investigacin para las maestras y doctorados. Esto, por supuesto, no est mal, pero se ha llevado a cabo descuidando la docencia en los primeros aos de la formacin superior. Y aunque esto no ha sucedido en al-gunas facultades, puede decirse que se trata de un problema general.

    En la medida en que la investigacin presupone una descarga en el plan de trabajo de los profesores, el porcentaje de docencia en el pregrado se disminuye, por esto la Universidad se ve obligada a en-cargar estas actividades bsicas a los profesores ocasionales y de c-tedra, lo cual tampoco est mal, pero se ha hecho sin la atencin que merece la docencia que debe impartir un profesor ocasional o de c-tedra. As, el pregrado ha quedado, en muchas facultades, escuelas e institutos, bajo la orientacin de profesores con menor preparacin acadmica y cientfica, y sin vnculos institucionales fuertes.

    Otro asunto que debe ser discutido en este momento en la Uni-versidad es qu debe significar la poltica democrtica: El gobierno universitario se construye mediante mecanismos representativos;

    sin embargo, en algunas universidades pblicas, particularmente en la Universidad de Antioquia, existen serias deficiencias de represen-tacin y participacin en los consejos universitarios, especialmente en el Superior y el Acadmico. Durante varios aos, algunos acad-micos han criticado con vehemencia esta situacin, y han sealado que las reglas que definen hoy la representacin en las universidades pblicas no son claras y permiten una utilizacin puramente ins-trumental del poder. Para superar y corregir esto es necesario de-sarrollar los mecanismos de participacin democrtica que hagan posible establecer la vinculacin de cada uno de los representan-tes con sus representados no solamente para la eleccin de aque-llos, sino para poder determinar sus responsabilidades polticas y controlar su gestin. En la universidad pblica, entonces, se deben crear las condiciones para que se d una forma verdadera, autntica y transparente de la representacin poltica; para ello, tambin es necesario desarrollar todos los mecanismos adecuados para que la administracin universitaria sea transparente y libre de cualquier tipo de corrupcin.

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    Otro aspecto que se debe seguir fortaleciendo es la relacin de la universidad con la sociedad y la cultura. Para esto, la Extensin como funcin misional de la Universidad de Antioquia debe hacer posible la interaccin entre el conocimiento sistemtico de la acade-mia, y los saberes y las necesidades de la sociedad, y de las organiza-ciones e instituciones que hacen parte de esta.

    Asismismo, el ambicioso proyecto de regionalizacin que se ha desplegado en los ltimos aos debe avanzar hacia la consolidacin de universidades regionales autnomas, desarrollando programas

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    en consonancia con las particularidades especficas de las regiones. Es fundamental la interlocucin con las instancias educativas del Departamento con el fin de articular Antioquia la ms educada con el programa de regionalizacin de la Universidad. Pero la Univer-sidad tambin debe ampliar su proyeccin internacional mediante la suscripcin de convenios con universidades de otros pases, la participacin en redes y grupos de investigacin, y a travs del in-tercambio profesoral y estudiantil.

    En cuanto a la relacin Universidad-Empresa-Estado, se debe de-cir que gracias a ella la Universidad ha conseguido un acercamiento con el sector productivo, que ha servido para apoyar el desarrollo de la Universidad. Aunque esta relacin es valiosa, sera muy im-portante considerar su ampliacin a la relacin Universidad-Socie-dad-Estado, que asumira la empresa como parte de la sociedad. En esta nueva formulacin, los empresarios contribuiran en la defini-cin de los sectores prioritarios de la economa que deben ser objeto de investigacin, de acuerdo con las exigencias de competitividad nacional y mundial; pero se debe limitar su intervencin en las di-rectrices de la investigacin y la docencia.

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    En los captulos que componen este libro se exponen de mane-ra amplia los anteriores temas y otros adicionales. El pensamiento bsico es presentar una idea de universidad en la que se articulen el avance de la ciencia, la investigacin y la tecnologa con el cultivo de las humanidades, las ciencias sociales y las artes. Como se men-cion, esta idea constituye el ncleo de la propuesta rectoral para la Universidad de Antioquia, 2015-2018, que se presenta en este libro a la comunidad acadmica.

    En esta presentacin se han expuesto algunas ideas y propuestas desarrolladas por un grupo de profesores de diferentes dependen-cias acadmicas, a quienes nos une el inters comn de presentar a la comunidad universitaria una propuesta rectoral basada en el estudio de una serie de temas que afectan la vida universitaria y de alternativas y cursos de accin para enfrentarlos. Estos anlisis, ideas y proyectos los hemos construido en un proceso de discusin con profesores, estudiantes, egresados y trabajadores en reuniones y claustros, con la intencin no solamente de ofrecer una argumenta-cin razonada y fundamentada para ser discutida con la comunidad acadmica, sino tambin de servir as al crecimiento e ilustracin de la Universidad de Antioquia.

    Algunas versiones previas de estos captulos han sido publicadas y corresponden a distintos aos y situaciones. Contienen, por tanto, repeticiones que ameritan la comprensin del lector. Este libro es resultado del trabajo de investigacin desarrollado en el marco del proyecto de investigacin Repensar la democracia: reflexiones en torno a los criterios de legitimacin del poder poltico en el contexto de un mundo globalizado, aprobado por el Centro de Investigacin de la Universidad de Antioquia CODI. Aprovecho esta oportunidad para expresarles mi agradecimiento a las directivas de la Univer-sidad de Antioquia por haberme brindado en todos estos aos las condiciones institucionales y materiales que han hecho posible mi trabajo de docencia e investigacin.

    Finalmente, quiero tambin agradecer a muchos colegas que me han animado a escribir este libro: a Mara Teresa Uribe, Bea-triz Restrepo, Carlos Vsquez, Jos Luis Villacaas, Miguel Giusti, Joao Carlos Salles, lvaro Corral, Adriana Gonzlez, Marta Lore-na Salinas, Camilo Morales, Sergio Orozco, Jairo Alarcn, Eufrasio

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    Guzmn; con quienes he discutido estos captulos, quienes han sido muy buenos crticos y me han advertido sobre problemas de mi ar-gumentacin. Asimismo, he aprendido mucho en foros, claustros y simposios de las crticas y sugerencias que me han hecho estudian-tes y profesores.

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    FUNDAMENTOS FILOSFICOS DE UNA PROPUESTA DE REFORMA DE LA EDUCACIN SUPERIOR(1)

    La propuesta de reforma del sistema de educacin que present el gobierno del presidente Juan Manuel Santos en 2011 fue rechazada por un movimiento estudiantil que la consider contraria a la idea de universidad pblica. Los puntos fundamentales del desacuerdo con el proyecto del gobierno fueron: a) la propuesta de crear univer-sidades con nimo de lucro, b) la idea de aumentar los recursos para las universidades pblicas mediante la entrada del capital privado, c) las muy limitadas polticas de financiamiento para las universida-des pblicas. Despus de tres aos del fracaso de esta propuesta de reforma, el sistema universitario de educacin superior debera ser objeto de un cambio radical mediante una nueva propuesta de ley de educacin.

    Cuando la estructura universitaria definida por una ley no sir-ve ya a los propsitos para los que fue creada, cuando cambian las circunstancias econmicas, cientficas, culturales y sociales de la co-munidad universitaria en las que esa institucin cumple sus fines, esa estructura debe ser modificada, reformada o reinventada y la comunidad universitaria debe poder participar en los debates que sean necesarios para hacer una nueva ley de educacin superior y, por ende, otra universidad.

    La universidad que requiere Colombia tiene que plantearse de nuevo sus fines y misin para poder ir ms all de la universidad

    (1)Este artculo fue publicado en la revista Co-herencia, Vol. 10, N.o 20, enerojunio, De-partamento de Humanidades, Universidad EAFIT, Medelln, 2014, pp. 215-233. Agradezco a la revista la autorizacin para publicarlo en este volumen.

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    definida en la mencionada ley. Para encontrarle respuesta a los pro-blemas nacionales (el post-conflicto, la reconciliacin, la pobreza, una educacin con muchas deficiencias y bajos ndices de cobertura en los niveles secundario y universitario, un deplorable sistema de salud, la ausencia de polticas de desarrollo rural y minero) es ne-cesaria una mejora educativa que implique profundas transforma-ciones en la produccin del conocimiento. Por ello se requiere una reestructuracin de la educacin superior en la que se conformen modelos educativos que desarrollen un nuevo proyecto de educa-cin terciaria para el pas, en el cual se articule un sistema univer-sitario orientado a la produccin de conocimiento con subsistemas regionales de educacin superior que den respuesta a la educacin de un pas de regiones. La universidad tiene que avanzar ms all de lo planteado en los planes de desarrollo y de accin actuales, y proponerse la consolidacin de una comunidad investigadora, for-madora y educadora, tal como la plante el alemn Wilhelm von Humboldt (1767-1835), quien se ocup de la reforma de la adminis-tracin en Prusia y, en relacin con la universidad, propuso una idea fundamental hasta el da de hoy: es necesario aunar la enseanza y la investigacin, colocndolas en pie de igualdad.

    La Constitucin de 1991 considera la educacin como un dere-cho fundamental, que debe ser garantizado por el Estado. La Corte Constitucional ha reconocido el carcter fundamental del derecho a la educacin, afirmando que esta se constituye como un valor del Estado social de derecho,(2) lo cual determina que el Estado debe comprometerse a una adecuada financiacin de las universidades, para permitirles la materializacin de ese derecho fundamental. Para exponer algunas ideas sobre una propuesta de reforma de la educacin superior en Colombia presentar primero la relacin en-

    tre universidad y autonoma, luego desarrollar la relacin entre la investigacin y la docencia y, finalmente, mostrar la importancia del humanismo en la formacin universitaria.

    1.1 Universidad y autonomaEn las sociedades contemporneas se requieren instituciones del

    saber para formar a su poblacin mediante programas de cualifica-cin avanzada e investigacin, con el fin de promover los cambios sociales y el progreso que deben conducir a una sociedad del cono-cimiento. La universidad debe responder a la idea de formacin de la persona y del avance del conocimiento para fortalecer las diversas profesiones intelectuales; buscar que con la investigacin cientfica y la preparacin de futuros investigadores, profesionales y humanis-tas se encuentren soluciones a muchos de los problemas de la socie-dad; producir un conocimiento sensible a los problemas ecolgicos globales; promover la cultura para la consolidacin de la sociedad, en programas de pregrado y posgrado mediante procesos educati-vos de aprendizaje, investigacin y extensin solidaria; preparar a los estudiantes en las competencias de la vida poltica y ciudadana.En trminos polticos, a la universidad no le corresponde realizar actividades polticas de tipo partidista relacionadas con el proble-ma del poder, ni puede convertirse en un campo de batalla en la

    (2)La Corte Constitucional en la Sentencia T-543 de 1997 asever: Adems de su catego-ra como derecho fundamental plenamente reconocido como tal en el ordenamiento jurdico superior y por la jurisprudencia reiterada de la Corte Constitucional, la educacin constituye una funcin social que genera para el docente, los directivos del centro docente y para los educandos y progenitores, obligaciones que son de la esencia misma del derecho, donde el Estado se encuentra en el deber ineludible e impostergable de garantizarla realmente como uno de los objetivos fundamentales de su actividad y como servicio pblico de rango consti-tucional, inherente a la finalidad social del Estado no solamente en lo concerniente al acceso al conocimiento, sino igualmente en cuanto respecta a su prestacin de manera permanente y eficiente para todos los habitantes del territorio nacional, tanto en el sector pblico como en el privado.

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    lucha por el poder. Esto niega su autonoma. La dimensin poltica universitaria tiene que ver con los procesos administrativos y de go-bierno, con las respuestas que debe dar la comunidad universitaria frente a proyectos del gobierno o de otros actores externos, o frente a amenazas y otras formas de violencia externas o internas contra la universidad (Hoyos L, 366, 2009).

    Esta idea de universidad, que no es otra que la de la bsqueda de la verdad, prctica de la libertad y ejercicio de la razn en la perspec-tiva de la realizacin del bienestar individual y colectivo, de la con-secucin de la equidad y la realizacin de los derechos individuales y de los dems bienes y valores de la cultura, es un ideal regulativo y normativo para los universitarios. Para Humboldt, el sentido de autonoma universitaria es el que determina las relaciones entre la universidad y el Estado. As, considera que la ciencia y las institu-ciones dedicadas a su cultivo constituyen una esfera autnoma que requiere libertad para su propio desarrollo. Pero tambin entiende que solo el Estado puede institucionalizar esta libertad y garantizar la autonoma de la universidad, e insiste en que la poltica educativa del Estado debe partir del reconocimiento de que la vida cientfica descansa en s misma y slo en esa forma debe ser potenciada por el Estado (Humboldt, 1903).

    Humboldt y Kant entienden la autonoma como el espacio de libertad que el Estado le otorga a la universidad para que desarro-lle todo tipo de investigacin sin interferencia de ninguna clase. La universidad debe cumplir con su fin fundamental que es la produc-cin del conocimiento cientfico, tecnolgico y social de calidad, y el Estado debe garantizar las condiciones financieras para que la universidad funcione, sin intervenir en sus asuntos acadmicos o investigativos. La universidad debe tener por misin principal el de-

    sarrollo de la ciencia: el cultivo de las ciencias bsicas y aplicadas, las artes, las humanidades y las ciencias sociales. Y el desarrollo de estas disciplinas posibilitado por la investigacin es uno de los centros de la actividad en la universidad (Humboldt, 1903).

    Para los fundadores de la universidad moderna, la poltica educa-tiva del Estado debe partir del reconocimiento de que la vida cien-tfica descansa en s misma y solo en esa forma debe ser potenciada por el Estado. La autonoma de la universidad necesita ser mereci-da y justificada debido a su dependencia del dinero pblico. Aceptar subsidios implica aceptar la responsabilidad de gastarlos de mane-ra acertada, eficiente y transparente. Una de las consecuencias es que las universidades deben comprometerse ellas mismas con una administracin financiera cuidadosa y que esa administracin est bajo el control pblico (Oosterlinck, 2004: 119).

    Frente a la crisis de la universidad y la sociedad que se dio despus de la segunda guerra mundial, el filsofo alemn Karl Jaspers propo-ne renovar la Idea de universidad alemana planteada por Humboldt, que comprende la idea de autonoma:

    La universidad desempea [dice Jaspers] la tarea de buscar la verdad en la comunidad de investigadores y alumnos. Es un organismo con autonoma propia: bien por deber los medios de su existencia a fundaciones, a antiguas propiedades o al Estado. Esta vida propia, cuya libertad autoriza el Estado, se basa en una idea imperecedera, supranacional y mundial: La universidad reivindica para s la libertad acadmica. Esto implica que debe ensear la verdad al margen de deseos o mandatos que pretenden restringirla desde dentro o desde fuera (Jaspers, 2013: 17).

    Los defensores de la universidad moderna consideraron que para desa-rrollar una investigacin bsica, libre y autnoma, lo ms conveniente en

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    un Estado de derecho es el sistema de educacin pblica. La existen-cia de tal sistema quiere decir que el Estado debe financiar la uni-versidad para que esta genere productos cientficos, tecnolgicos, sociales, artsticos y culturales.

    La autonoma de la universidad reclama para s, como un derecho esencial, la libertad acadmica. Esta incluye el derecho inalienable a decidir sobre el contenido de investigacin que cada investigador busque y de expresar su propia opinin en el saln de clase; la nica limitacin es el estndar del mtodo cientfico en general y de la disciplina particular en la que cada uno es activo.

    La libertad acadmica no existe por s misma. Ella existe para servir al gran propsito de la universidad, que es la creacin, acumulacin y diseminacin del conocimiento. La libertad acadmica no es por tanto absoluta. Es una libertad con un propsito particular. Por consiguiente, la libertad acadmica incluye automticamente la responsabilidad acadmica por la universidad como una totalidad y del profesor individual o investigador. La libertad acadmica es lo que nos otorga el Es-tado bajo la condicin de que nos la merecemos, es decir que nosotros cumplimos con las expectativas de quien nos apoya: el Estado y la sociedad (Oosterlinck, 2004: 120).

    Ahora bien, la libertad acadmica no puede ser nunca una excusa para un pobre cumplimiento o para refutar los controles a la calidad acadmica internos o externos. La libertad acadmica comprende el derecho a equivocarse, pero no el derecho a un desarrollo mediocre.

    La idea de autonoma se plasm en el artculo 69 de la Constitu-cin de 1991: Se garantiza la autonoma universitaria. Las universi-dades podrn darse sus directivas y regirse por sus propios estatutos, de acuerdo con la ley. Esto quiere decir que las universidades, en ejercicio de su autonoma, tienen libertad para determinar cules

    habrn de ser sus estatutos, definir su rgimen interno, estatuir los mecanismos referentes a la eleccin, designacin y periodos de sus directivos y administradores, entre otros. Pero el constituyente no concibi la autonoma de forma absoluta, y en la Ley 30 de 1992 estableci precisamente el marco general que determina los lmites que restringen la autonoma universitaria, que son: el orden pblico y los principios y valores del Estado de derecho, el respeto a los dere-chos fundamentales, el inters general y las exigencias provenientes del mandato constitucional de inspeccin y vigilancia que tienen a cargo los diferentes entes gubernamentales de control.

    1.2 Es posible crear en Colombia universidades de investigacin?En el sistema de la educacin superior, las universidades de in-

    vestigacin desempean un papel fundamental en la formacin de cientficos e investigadores que los pases necesitan. En Colombia, como en otros pases de Amrica Latina, se est planteando la nece-sidad de transformar algunas universidades en instituciones de ran-go mundial con desempeo destacado en investigacin de punta. Voy a discutir los alcances, lmites y consecuencias de este proyecto de transformacin de la universidad para el caso de Colombia.(3)

    En la idea de universidad que se impone en nuestros tiempos de globa-lizacin y mundializacin, universidad de investigacin, se plantea como aspecto fundamental la necesidad de centrar los esfuerzos de la universi-dad en el trabajo de investigacin y en la labor educadora de cientficos. Pero en los aos ms recientes se han dado en el mundo tres fuertes cambios que afectan el futuro de la universidad de diversas maneras:

    a) El dominio del mercado: las universidades en Europa, Esta-dos Unidos y Amrica Latina han perdido una parte importante

    (3) Asunto que se presentar de manera ms amplia en el captulo 2 del libro, La contien-da entre las dos culturas.

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    del apoyo proveniente del sector pblico y de fundaciones privadas como consecuencia de la ltima crisis econmica del capitalismo. Esto ha tenido como consecuencia que, por una parte, las univer-sidades han tenido que recurrir al mercado para conseguir los re-cursos para sostener la calidad y asegurar la estabilidad y, por otra, se ha generado una comercializacin de muchos bienes acadmicos y servicios que la universidad produce. Comparados los recursos de investigacin de las universidades con los que pueden generar las compaas multinacionales en investigacin, los presupuestos univer-sitarios para la investigacin son muy pocos, especialmente los que provienen del gobierno.

    b) La cambiante naturaleza de la investigacin: el proceso de crear nuevo conocimiento ha evolucionado rpidamente en los ltimos aos, pasando del investigador solitario a los grupos de investigacin, los cuales se extienden sobre un nmero de disciplinas y una variedad de universidades. El tiempo del investigador solitario no se ha acaba-do del todo, pero la investigacin se ha convertido definitivamente en un trabajo de grupos (Oosterlinck, 2004: 122). La investigacin sobre el cambio climtico global, las nuevas nanotecnologas, la ingeniera mecatrnica, la ingeniera bioqumica, las enfermedades tropicales, la violencia, la justicia transicional, por ejemplo, requieren amplios equipos de investigacin de diversas disciplinas, que en muchos casos tienen su sede en diferentes universidades. Esto tiene implicaciones en la forma de organizacin de la universidad, en la medida en que la organizacin por facultades tiene que dar paso a una organizacin ms flexible que haga viable el crecimiento de la investigacin inter-disciplinar.

    c) El impulso de las nuevas tecnologas electrnicas: el mundo ha sido transformado por la tecnologa digital que se desarrolla a una

    velocidad exponencial. El nmero de personas vinculadas a travs de tecnologas digitales crecer en los prximos aos de millones a billo-nes en la medida en que actuarn en el comercio digital, el gobierno digital y en el aprendizaje digital. El impacto de esas tecnologas en la universidad ser profundo, rpido e ininterrumpido tal y como ha sido y continuar siendo en la economa y en el conjunto de institu-ciones que hacen parte del Estado (Zemsky, Duderstadt, 2004; 20).

    Estos elementos han producido un cambio fundamental en la universidad, uno de los cuales es la necesidad que tienen hoy las universidades de conseguir ingresos recurriendo al mercado. Esto es resultado de reconocer que los ingresos obtenidos a travs de im-puestos no pueden ser suficientes para sostener las universidades en economas orientadas por el conocimiento y para satisfacer las demandas de una creciente proporcin de la poblacin que aspira a un grado universitario. En este sentido, muchos rectores y estudio-sos de asuntos educativos en Europa y Estados Unidos afirman que el modelo convencional de universidades financiadas con fondos pblicos, con nfasis en subsidios y bajas matrculas, es insostenible (Zemsky, Duderstadt, 2004: 23).

    La suma de estos elementos el dominio del mercado, la cri-sis de la economa, la cambiante naturaleza de la investigacin, el impulso de las nuevas tecnologas electrnicas y digitales, y la necesidad de las universidades de recurrir al mercado para garantizar su funcionamiento ha determinado que lo que se debe hacer como poltica universitaria es una fundamental reinvencin de las universidades hacia lo que ha sido denomi-nado universidad de investigacin. Para realizar esta propuesta de universidad, hay que hacer, primero, una divisin y dife-renciacin en el sistema universitario, estableciendo en cada

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    pas que unas pocas universidades deben ser universidades de investigacin o de rango mundial como mnimo, un 10% y las dems instituciones deben satisfacer la amplia gama de ne-cesidades de formacin y educacin que se espera del sistema de educacin superior. No parece conveniente, argumentan los defensores de esta idea, esperar que todas las instituciones de educacin superior, ni siquiera todas las universidades, tengan que participar activamente en trabajos de investigacin. En Co-lombia, en el Plan Decenal de Educacin 2006-2016 se propona la meta de crear hasta 30 centros de excelencia distribuidos a travs del sistema universitario. Adems, en los ltimos aos se ha expre-sado el deseo de transformar algunas universidades en instituciones de rango mundial con desempeo destacado en investigacin de punta (Salmi, 2009: 9).

    El segundo supuesto es que estas instituciones deben tener no so-lamente una poltica de investigacin, sino tambin una estructura de investigacin que las soporte; es decir, que la universidad misma est definida para la investigacin y no para la docencia. Muchos acadmicos abogan por una separacin radical entre universidades de investigacin y universidades de docencia. Esto se traduce en la pretensin, por parte de los defensores del modelo de universidad de investigacin, de que los recursos de la universidad deben ser direccionados prioritariamente hacia el desarrollo de la investiga-cin cientfica como la principal actividad de la universidad. En este sentido, afirma un terico de esta tendencia: Setenta aos despus de Hiroshima, y ms de un siglo despus de que General Electric fund el primer laboratorio de investigacin industrial es casi obvio destacar que son las ciencias naturales las que estn tan estrechamente in-tegradas con las estructuras de poder y de riqueza y, no sus pobres

    primos intelectuales (las ciencias sociales). Es la ciencia la que tiene la capacidad de desarrollar los bienes que requiere la industria y las fuerzas armadas, y no la sociologa o la historia (Shapin, 2008: 436).

    De esto concluyen que en la medida en que hay una falta de ade-cuacin entre las metas cuantitativas de incremento de la produc-cin cientfica y los recursos disponibles para lograr este objetivo, es necesario redefinir las metas en trminos del nmero de los es-tudiantes en el pregrado, del nmero de estudiantes en el nivel de maestra y doctorado y de produccin cientfica de las universida-des. Con base en estos clculos y en redefinicin de metas, se deben emprender acciones y justificaciones para movilizar los recursos que sean suficientes para la investigacin cientfica, pues las univer-sidades de investigacin requieren amplios recursos econmicos, un nmero importante de los ms destacados investigadores y una adecuada poltica de gobierno universitario: La abundancia de re-cursos es un elemento fundamental que caracteriza a la mayora de las universidades de rango mundial, como respuesta a los enormes costos asociados con el funcionamiento de una compleja universi-dad dedicada a la investigacin intensiva (Salmi, 2009: 9).

    La propuesta de tener cientficos centrados solamente en el co-nocimiento y la idea de universidad de investigacin, son llamati-vas pero desconocen aspectos importantes de la universidad. Una poltica de Estado para la investigacin no debera fomentar en Colombia la disociacin entre docencia e investigacin ni permitir el conflicto entre la visin que defiende solamente la investigacin y la que defiende la docencia. Los profesores deben ser investiga-dores para poder ser capaces de transferir la actitud investigativa a sus estudiantes, especialmente en el nivel de postgrado. Desde el primer da, los estudiantes necesitan estar expuestos al espritu de

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    innovacin y a una actitud crtica, las cuales resultan de la experien-cia investigativa, escribe el investigador en medicina y rector de la Universidad de KU Leuven, Andr Oosterlinck (2004: 122).

    La educacin en el pregrado est relacionada con la investiga-cin, y una educacin de buena calidad en este nivel es el mejor camino para garantizar el xito de la investigacin en el futuro. Por eso el alto e insustituible principio de la universidad es la vinculacin entre investigacin y docencia. As lo afirm Humbol-dt: es necesario aunar la enseanza y la investigacin, colocndolas en pie de igualdad, y as lo dice el presidente de la Universidad de Michigan, James Duderstadt: Quizs es el tiempo para integrar la misin educacional de la universidad con la investigacin y las ac-tividades de servicio de las facultades a travs de sacar el adiestra-miento fuera del saln de clase y ponerlo ms bien en el ambiente de descubrimiento del laboratorio, o en el estudio, o en el ambiente de la experiencia de la prctica profesional (Zemsky y Duderstadt, 2004: 80).

    Si la universidad del siglo XXI en Colombia tiene que ser refor-mada o reinventada en consonancia con los nuevos problemas y realidades del conocimiento y la sociedad, esto debe hacerse de ma-nera diferente a la propuesta en el modelo de universidad de inves-tigacin desarrollado en las dos ltimas dcadas en Estados Unidos y Europa, sino a travs de una mejor articulacin de la educacin en el pregrado con la investigacin en el posgrado. Tenemos una situacin de hecho: Colombia ocupa posiciones secundarias en los indicadores de publicaciones en revistas indexadas, patentes y n-mero de doctores. La escasa inversin en las actividades de inves-tigacin y desarrollo, que son las que indican el estado real de la investigacin reflejada en un total del 0,19% del PIB, muestra que el

    desarrollo cientfico no es prioridad real para el pas. En este senti-do, la posibilidad de un desarrollo sostenible y equilibrado basado en el conocimiento es muy limitada. Por esto es imprescindible ha-cer cambios fundamentales en la poltica universitaria, que hagan posible la creacin del conocimiento cientfico.

    La historia de la universidad moderna que se inici a finales de la edad media, la cual pas por la universidad alemana que impuls Humboldt y que influy en la formacin de las universidades euro-peas, norteamericanas y latinoamericanas desde el siglo XIX hasta el XXI, solamente podr continuarse bajo la siguiente idea: sin un equilibrio entre ciencia, investigacin e innovacin, educacin y humanismo no puede haber universidad. Lo que est en juego son aquellos valores y tradiciones nucleares que le han dado a la univer-sidad moderna su posicin. Quiere la universidad continuar con la preparacin de jvenes estudiantes para que se conviertan en profe-sionales y ciudadanos responsables? Quiere que su investigacin en la bsqueda de la verdad contine siendo un reto para la sociedad? O la universidad quiere convertirse en otro grupo de inters defini-do por las fuerzas del mercado?

    Las universidades en Colombia deben producir conocimiento cien-tfico, tratar de desarrollar investigacin de punta y ser innovadoras, pero en un sentido que corresponda a nuestras realidades y particula-ridades. La ciencia y la investigacin cientfica juegan un papel decisivo en el desarrollo social y han sido centrales para el desarrollo humano. A travs del estudio de Aristteles sobre la filosofa natural, del mtodo cientfico de Francis Bacon, de la unificacin de las ramas del cono-cimiento realizadas por Alexander von Humboldt y de numerosas otras contribuciones, la ciencia ha creado el camino para el progreso humano. La investigacin acadmica, natural y social, es claramente la base de las universidades modernas.

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    La investigacin como la practicamos tiene un fin personal y social. Investigamos porque queremos un desarrollo per-sonal, fuera de la curiosidad personal y porque queremos contribuir al progreso de la ciencia y la sociedad. La inves-tigacin acadmica moderna tiene un doble aspecto. Hay la investigacin bsica, de un lado, sin mayor preocupacin por la relevancia externa o por la aplicabilidad econmica; y hay la investigacin aplicada que se orienta por la relevancia econmica. La investigacin bsica y aplicada no estn sin embargo separadas en gran medida. Las dos estn claramente vinculadas y ninguna puede existir sin la otra (Oosterlinck, 2004: 121).

    Una universidad que busque un desempeo destacado en inves-tigacin y que sea tambin educadora y humanista tiene que reunir hoy una serie de caractersticas bsicas: a) alta concentracin de ta-lento de sus profesores y estudiantes, b) recursos suficientes para ofrecer un buen ambiente de aprendizaje y para llevar a cabo inves-tigaciones avanzadas, c) prcticas de buen gobierno que fomenten una visin estratgica y que permitan la toma acertada de decisiones y la buena administracin de los recursos (Salmi, 2009: 5). Ahora bien, si la reforma de la universidad se hace debilitando elementos bsicos que la definen: escuela profesional, mundo de la cultura o humanismo, se afecta lo que denomino la sustancia espiritual de la universidad. En la universidad del siglo XXI es necesario conjugar el avance de la ciencia, la investigacin y la tecnologa, con el culti-vo de las humanidades, las ciencias sociales y las artes, y tratar de aportar a los estudiantes una formacin integral. Es muy claro que si pensamos en una educacin para la produccin y pasamos por alto el acceso a la tradicin acadmica irremediablemente la edu-

    cacin para la produccin degenera en entrenamiento para tareas especficas (entrenamiento que por lo dems tiende a volverse obso-leto en un tiempo cada vez ms corto) (Mockus, 2012: 69).

    En nuestras universidades se requiere que todo este conjunto de disciplinas se promocione y cultive con excelencia, y este cultivo universal de las disciplinas constituye un reto financiero y adminis-trativo muy importante para el Estado y la sociedad. Para responder a este reto financiero debe subrayarse que el gobierno debe mante-ner adecuados niveles de financiacin, especialmente para permitir a las universidades que puedan continuar sus programas de inves-tigacin bsica. Es igualmente importante que a las universidades se les d la libertad necesaria para involucrarse en investigacin aplicada, porque esto les da acceso a unos recursos extras necesa-rios (Oosterlinck, 2004: 122). Y tambin hay que considerar cmo el sector privado puede cumplir una funcin complementaria para apoyar el desarrollo de las universidades, en el sentido de la relacin Universidad-Empresa-Estado. La misin de la universidad se desa-rrolla hoy en una relacin estrecha con el sector productivo, como motor que acelera el crecimiento econmico y la transformacin social (Patio, 2013: 11).

    Esta relacin debe hacer posible el proceso de crear y transferir conocimiento e impactar de forma definitiva en la sociedad. Las universidades deben ser hoy capaces de competir en el mercado, gestionar sus asuntos con mtodos cercanos a la empresa, cobrar por sus servicios, hacer alianzas con la industria y ampliar su car-tera de proyectos. A travs de la valorizacin de sus resultados de investigacin, las universidades se pueden comprometer en ciertos tipos de actividades econmicas, por ejemplo revitalizar compaas existentes, introducir nuevas tecnologas y nuevas aproximaciones

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    al mercado, y tambin es muy importante la creacin de spin-offs, de tal manera que ellas puedan competir mejor en el mundo inter-nacional (Oosterlinck, 2004: 124).

    En Colombia se puede constatar una debilidad de las relaciones de la educacin superior con la empresa y con el sector productivo y social. Esto radica, principalmente, como ha sido diagnosticado por varios estudiosos de asuntos educativos, en las dinmicas endgenas que muchas universidades tienen frente al tema de la innovacin y la empresa. Es importante aclarar que no se trata de introducir len-tamente elementos privatizadores en la universidad, sino de actuar creativamente ante la situacin que se ha creado y que es cada da ms fuerte sobre una disminucin de la financiacin por parte del Estado. La universidad puede conseguir algunos recursos mediante la vinculacin de grupos de investigacin que desarrollen proyectos de investigacin en relacin con las necesidades de las empresas.

    Para terminar este fragmento, otro problema importante que quiero sealar de la concepcin de universidad de investigacin, es que produce un profundo desequilibrio con los otros componentes que definen a la universidad. Cuando digo que hay que poner en pie de igualdad a la ciencia, la tecnologa y la innovacin con las ciencias sociales, las humanidades y las artes, lo afirmo en el sentido de que se debe promover el cultivo universal de las disciplinas en la forma de un equilibrio diferenciado entre los saberes que se practi-can en la universidad; un equilibrio delicado entre las tres funciones bsicas de la universidad: educacin, investigacin y humanidades, requiere constante atencin. Un desequilibrio puede causar que la universidad se convierta en un instituto de investigacin, o en una escuela vocacional especializada, o en un actor econmico o en un lugar de lucha por el poder poltico. Aunque cada uno de estos com-

    ponentes tiene su razn de ser, ninguno de ellos puede definir a una universidad. Sin un equilibrio entre estas tres actividades funda-mentales no puede haber universidad.

    Por estas razones considero que es necesario entender que los presupuestos econmicos requeridos por las distintas disciplinas son diferentes y que si se afirma, por ejemplo, que los gastos para las reas de las ciencias naturales, mdicas y la ingeniera son mayores, es porque cuesta mucho ms la investigacin en estas debido a que es necesario invertir en laboratorios, en desarrollos tecnolgicos, en procesos de innovacin. Esto tiene una idea complementaria: los costos de la investigacin para las ciencias sociales y humanidades deben ser garantizados e incrementados de acuerdo con las deman-das de investigacin de estas reas, con las exigencias financieras y con las inversiones en laboratorios o procesos de innovacin que propongan sus respectivos grupos e investigadores. Y los costos del fomento de las artes tambin tienen que estar garantizados.

    A modo de conclusin de este apartado es importante preci-sar que con lo afirmado no estoy defendiendo una concepcin reduccionista de la Universidad centrada en la ciencia y en la privatizacin. En primer lugar, sostengo que el gobierno debe asegurar una financiacin suficiente que haga posible a las uni-versidades sostener sus programas de docencia e investigacin bsica en el pregrado y el posgrado. Segundo, que las univer-sidades deberan tener la libertad necesaria para involucrarse en investigacin aplicada que les produzca recursos. Esto debe hacerse preferiblemente en aquellas reas del conocimiento de las ciencias naturales, la medicina, la salud pblica, ingeniera y sociales, y por los grupos de investigacin que tengan las capacida-des estructurales y organizativas para hacer investigacin aplicada;

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    no por todas las facultades. En tercer lugar, el involucramiento de la universidad en investigacin aplicada debe reglamentarse de forma clara y precisa, de manera que quienes hagan este tipo de investiga-cin no terminen creando una institucin paralela a la universidad. La falta de normatividad al interior de las universidades en temas relacionados con la creacin y la difusin del conocimiento es un factor que dificulta unas relaciones fluidas con el sector productivo. Esta vinculacin de la universidad con el sector privado puede arti-cularse con la idea de una universidad con una formacin humanis-ta, como ser desarrollada en el siguiente apartado.

    1.3 La universidad y el humanismo La universidad es la base sobre la cual la sociedad y el Estado pue-

    den dar lugar a la ms clara conciencia de la poca. All pueden reu-nirse profesores y alumnos con la nica funcin de buscar la verdad. Pero, al mismo tiempo, los poderes del Estado y la sociedad se ocu-pan de la universidad, ya que es all donde se adquirirn los princi-pios bsicos para el ejercicio de las profesiones pblicas, que exigen capacidad cientfica y formacin espiritual. El que la bsqueda de la verdad traiga consigo consecuencias favorables para el ejercicio de estas profesiones es algo pocas veces discutido. No solo por los resultados de la ciencia, sino sobre todo por la formacin espiritual de aquellos que pasaron por la universidad (Jaspers, 2013: 19).

    La universidad, se ha dicho varias veces, es necesaria para la for-macin profesional de los jvenes, para reproducir la cultura y para la creacin de conocimiento cientfico. En este sentido escribe Or-tega y Gasset, La sociedad necesita de buenos profesionales jue-ces, mdicos, ingenieros y por eso est ah la universidad con su enseanza profesional. Pero necesita antes que eso y ms que eso asegurar la capacidad en otro gnero de profesin: aquella que cree

    de nuevo en la universidad la enseanza de la cultura o sistema de ideas vivas que el tiempo posee. Esa es la tarea universitaria radical. Eso tiene que ser antes y ms que ninguna otra cosa en la universi-dad (Ortega, 2010: 38).

    Para el autor de La rebelin de las masas era necesario reformar la universidad de su tiempo volviendo al revs toda la universidad, partiendo del principio opuesto. Formar primero al hombre como un hombre culto, es decir, como aquel que no solamente conoce las particularidades de su profesin o de su ciencia, sino que adems conoce la idea del cosmos fsico, del mundo biolgico y del mundo histrico que habita; o en trminos ms contemporneos, un hom-bre formado en valores para la solidaridad y la democracia. No hay remedio: para andar con acierto en la selva de la vida hay que ser culto, hay que conocer su topografa, sus rutas o mtodos; es decir, hay que tener una idea del espacio y del tiempo en que se vive, una cultura actual (Ortega, 2010: 40).

    El profesional inculto es aquel que en la universidad se ha ocupa-do del aprendizaje exclusivo de sus competencias especficas como ingeniero, mdico, socilogo, abogado, cientfico, etc. descuidan-do el conocimiento del sistema vital de ideas sobre el mundo y el hombre correspondientes a su tiempo. Este profesional inculto lo ha producido un tipo de universidad cuya nica finalidad es la ciencia y que ha puesto en un segundo plano la formacin profesional y espiritual de los estudiantes.

    Cuando en la universidad se sobredimensiona una esfera de ac-cin social como la ciencia, en comparacin con las humanidades o las artes, o con la docencia en el pregrado, se limita su sustancia espiritual. Esto es lo que sucede en nuestro presente en aquellas universidades que consideran innecesario o secundario el estudio de las humanidades, que les ofrecen a los estudiantes de manera muy pragmtica la posibilidad de formarse en determinada profesin y

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    les adornan su formacin con cursos sueltos de humanidades y de tica. Esto constituye, simplemente, una ridiculizacin de las huma-nidades, pues para muchos dirigentes educativos, polticos y em-presarios la educacin debe enfatizar en el conocimiento cientfico centrado en la innovacin, la renta y el crecimiento econmico, y dejar de lado las humanidades y las artes, porque es una prdida de tiempo el ocuparse de ellas.

    La relevancia econmica de la investigacin cientfica convence a numerosos dirigentes de que la ciencia y la tecnologa son funda-mentales para el crecimiento de los pases. Esto es inobjetable. Lo problemtico es que otras capacidades, igualmente fundamentales, corran el riesgo de perderse en la concurrencia del mercado; ca-pacidades vinculadas con las humanidades y referidas al conjunto de disciplinas que correspondan a las llamadas artes liberales, que deban servir, en el contexto de la formacin universitaria, para el cultivo del ideal de la sabidura humana. En la vertiente educativa, formativa, de la nocin de humanitas, el animal humano debe ser moldeado, cultivado, por medio de prcticas, disciplinas, artes que desarrollen la palabra, la vista, el odo, el saber, de manera que pueda obtenerse y afinarse progresivamente un ideal de vida humana que sirva de referente normativo, en el sentido que hemos visto aparecer la voz humanitas como humanidad, humanitarismo, philantrophia (Giusti, 2010: 41).

    Formar al hombre para que cultive sus sentidos en la direccin de alcanzar un ideal de vida humana debe servir para enfrentar situa-ciones crticas de la sociedad como la guerra, el terror, el genocidio, el desplazamiento forzado, la pobreza. En muchas sociedades, estas situaciones han terminado privando, hasta a los hombres ms sensi-bles, del sentimiento de compasin. En este sentido, escribe Cicern refirindose a cmo la cruenta guerra civil en Roma ha terminado

    produciendo una impiedad con los mismos conciudadanos: Vien-do y escuchando constantemente que ocurren acontecimientos te-rribles, corremos el riesgo, todos, hasta los ms sensibles, habitua-dos ya al sufrimiento, de perder el sentimiento de humanidad (el sensum humanitas) de nuestro corazn (Cicern, 2006). El sensum humanitas tiene que ver con la apelacin a un sentimiento de piedad y de compasin hacia los otros, por el solo hecho de ser humanos, el cual se forma mediante la paideia, educacin.

    Preservar el sentido de las humanidades de las mltiples formas de tergiversacin que padecen y de las maneras de instrumentaliza-cin a que se ven sometidas, solo se podr lograr si el cultivo de la humanidad se garantiza por la libertad y la autonoma en el culti-vo de las humanidades. El ejercicio de esta libertad es el que hace posible el desarrollo del espritu crtico, el florecimiento de la crea-tividad, la revisin continua de las verdades establecidas (Giusti, 2010: 44). A esta conclusin llega, por ejemplo, Kant en su obra La contienda entre las facultades de filosofa y teologa.

    El asunto de la contienda entre las facultades universitarias es una cuestin antigua. Kant, uno de los ms importantes filsofos de la era moderna, lo vivi como miembro de la Facultad de Filosofa, cuando intent publicar unos escritos sobre religin. El obstculo oscurantista de una negativa por parte de una censura gobernativa que, adems, slo aleg que el escrito caa enteramente en el campo de la teologa bblica, provoc en Kant una estrategia de respuesta en favor de su libertad como acadmico. Busc, en primer lugar, de-fender el foro universitario frente al gubernativo; en segundo lugar, dentro del universitario, que fuera considerada la filosofa y no slo la teologa. Puede decirse que el texto de Kant es una apologa de la filosofa, es decir de las humanidades. La filosofa, entendida como

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    ejercicio de la razn, que no se atiene a intereses sino que busca la verdad, y que, por tanto, genera y exige libertad. Los cuatro trmi-nos: filosofa, razn, verdad, libertad, recurren continuamente en estas pginas y remiten el uno al otro con equivalencia. En su texto, Kant denomina a la filosofa Facultad inferior, que es realmente una facultad de humanidades y Facultades superiores a aquellas que sirven a los intereses del poder poltico: teologa, derecho y me-dicina. Sin embargo, aunque la filosofa sea considerada inferior no pierde la libertad, la cual deben sacrificar las denominadas Fa-cultades superiores por aceptar su subyugacin al poder poltico.

    La filosofa es, entonces, bsqueda de la verdad, prctica de la libertad y ejercicio de la razn. Hacer filosofa o humanidades se relaciona con el hecho de que la universidad debe tener una facultad de estudios humansticos bsicos, por la que deben pasar todos los estudiantes antes de ingresar a las facultades superiores, que tienen un carcter profesionalizante. En esto consiste, segn Kant, la divi-sin de tareas entre las facultades y la justificacin de la existencia de las humanidades en la universidad.

    De esto se puede concluir que la universidad no es exclusivamen-te el lugar de la ciencia, la medicina, las ingenieras, es decir, no es el dominio de lo que Kant denomin las Facultades superiores; es tambin el lugar de las humanidades. La universidad es un hogar para el conocimiento, un espacio en el que se preserva y ampla una tradicin de aprendizaje, y donde se ha reunido todo lo necesario para la bsqueda del conocimiento (Oakeshott, 2009, 135). La uni-versidad consiste pues en un grupo de personas dedicadas a una tarea cooperativa, a saber: argumentar con razones. Y en esta tarea cooperativa las humanidades deben ser una gua, portadoras de la antorcha. De esta explicacin sobre el conflicto entre las grandes fa-

    cultades, Kant deduce que es ilegtima la posicin de aquellos ide-logos de la universidad que a partir de criterios del mercado des-conocen la importancia de una facultad como la de humanidades.

    La educacin enfocada en el florecimiento de las diferentes capa-cidades del hombre permite que la sociedad pueda alcanzar un fin ms humano. Un fin en el que los aspectos de la calidad de vida no estn vinculados con el crecimiento econmico y el lucro, sino con el hecho de que la poblacin en su totalidad tenga acceso a la salud, la educacin, los beneficios sociales del trabajo y la seguridad social.

    Los tres componentes bsicos que definen la universidad se de-ben articular en el sentido de que la educacin sintetiza, por un lado, el desarrollo material de la sociedad con base en la ciencia, la tcnica y la tecnologa, y por otro, el autntico progreso cultural de la nacin en la profundizacin y ampliacin de la democracia, en la consecucin de la igualdad y la justicia social y en la formacin de la imaginacin humanista donde lo central en los primeros semestres de la vida acadmica de un estudiante sean el cultivo de la literatura, la msica, la pintura, el teatro y el fomento de la interculturalidad con base en el reconocimiento del multiculturalismo.

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    Referencias bibliogrficas

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    LA CONTIENDA ENTRE LAS DOS CULTURAS

    Al igual que otros pases, Colombia est buscando soluciones de fondo para aumentar el crecimiento econmico y combatir la pobre-za mediante el aseguramiento de la paz, la consecucin de la equi-dad social y la formacin de las capacidades humanas como cimien-tos esenciales de la poltica de desarrollo econmico y social. En este contexto, el sistema de educacin superior colombiano se enfrenta a nuevos problemas y realidades determinadas por los cambios pro-ducidos por la globalizacin econmica y las transformaciones en el orden internacional, que inciden en las instituciones de educacin superior y provocan modificaciones en su forma y misin.

    Frente a estas situaciones es necesario proponer una nueva idea de universidad, ya que estamos ante el momento de decidir entre una concepcin de universidad centrada en el conocimiento cien-tfico, la innovacin, la renta y el crecimiento econmico, y otra en la que se conjuguen el avance de la ciencia, la investigacin y la tec-nologa con el cultivo de las humanidades, las ciencias sociales y las artes.

    La divisin entre estas dos concepciones de universidad y de cul-tura es ms o menos reciente: se plante en la poca de la Ilustracin y de la reaccin que produjo el movimiento romntico contra la re-volucin industrial, y se ha repetido en Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Rusia etc. Para el escritor y cientfico ingls C. P. Snow, la vida intelectual de la sociedad occidental entera se est polarizan-do: en un extremo estn los literatos intelectuales, y en el otro, los cientficos. Y entre ambos un abismo de mutua incomprensin a

    veces (especialmente entre los jvenes) de hostilidad y desagrado, pero ante todo falta de comprensin. Cada cual tiene una ima-gen curiosa y deformada del otro. [] Los no cientficos tienen la impresin de que los cientficos son falsamente optimistas, sin con-ciencia de la condicin humana. Por otra parte, los cientficos creen que los intelectuales literarios carecen totalmente de visin (Snow, 2006: 21).

    Para superar esta tensin entre las dos culturas y propiciar, en la medida de lo razonable, un mayor acercamiento entre estos mundos, es necesario reinventar o recrear en las nuevas condicio-nes de nuestra sociedad la idea moderna de universidad, como la concibieron Kant, Hume, Humboldt, Jaspers y Habermas, no como una institucin, ni como una realidad, sino como una idea para ir realizndola en la prctica, como una idea para redefinir en la uni-versidad las relaciones y tensiones entre sus tres funciones bsicas: educacin, investigacin y humanidades. En la universidad como una idea es necesario entender que ella se construye por medio de la comunicacin y el lenguaje; que la universidad es una esfera p-blica de la razn y, en este sentido, ella es primero procesos de aprendizaje y luego procesos de investigacin. En los procesos de aprendizaje se forma el profesional, el ciudadano, el sujeto solidario y racional, y se ofrece un mbito de reflexin y orientacin previo al asunto de los procesos de investigacin, de la creacin de conoci-miento nuevo y de especializacin. Estos procesos vienen despus, a partir de las elecciones consolidadas que cada uno haga sobre un proyecto de vida.

    En un nuevo planteamiento de la universidad se debe partir de reconocer el estatus particular de cada una de las culturas: las cien-cias naturales, las ciencias sociales y las humanidades, as como de

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    las artes, y se debe recuperar desde los primeros semestres la forma-cin humanista donde lo central sea la comunicacin, el cultivo de la literatura, la msica, la pintura, el teatro y el fomento de la inter-culturalidad con base en el reconocimiento del multiculturalismo. En esta concepcin de universidad, hay que poner en su contexto los supuestos de la sociedad del conocimiento, para poder entender la ciencia, la tecnologa y la innovacin bajo la comprensin de la sociedad, sus problemas y contradicciones.

    Sobre esto escribi el filsofo escoces David Hume, Es evidente que todas las ciencias se relacionan en mayor o menor grado con la naturaleza humana. [] Incluso las matemticas, la filosofa natural y la religin natural dependen de algn modo de la ciencia del HOM-BRE, pues estn bajo la comprensin de los hombres y son juzgadas segn las capacidades y facultades de stos (Hume, 1981: 79).

    En el marco de esta idea general, la universidad en Colombia debe fortalecer de mejor manera sus programas relacionados con los procesos de crecimiento de la economa: ingenieras, medicina, ciencias naturales, tcnicas en todas las reas (y llegar a triplicar o cuadruplicar el nmero de graduados en estas reas) y ampliar su participacin en proyectos tecnolgicos, puesto que la innovacin, la creacin de empresas, la utilizacin de nuevas bases tecnolgicas, podra ganar un impulso aun mayor y ms articulado desde la uni-versidad.

    La universidad tambin debe abordar los problemas del clima, el medio ambiente y la energa. Las polticas gubernamentales bsicas: profundizar la industrializacin y ampliar la explotacin y expor-tacin de recursos limitados no renovables (petrleo, gas natural, carbn mineral etc.), no deben considerarse nicamente como me-dios para conseguir el desarrollo econmico, el crecimiento y au-

    mentar los niveles de consumo; sino que deben plantearse tambin en el contexto de una poltica de sostenibilidad socio-ambiental. Igualmente, tras los acuerdos de paz, la universidad debe jugar un papel fundamental, colaborando en la formacin de los nuevos ciu-dadanos que surjan de la terminacin del conflicto, investigando y difundiendo los elementos bsicos de la justicia transicional y con-tribuyendo a la creacin de las condiciones que hagan posibles la reconciliacin y la solidaridad.

    Pero antes de considerar las transformaciones que se deben ha-cer en la universidad, que le permitan al pas dar un paso ms en el proceso de constituirse como una sociedad democrtica, justa, incluyente e igualitaria, es importante plantear cmo sera posible una transformacin de las relaciones de poder en el orden econmi-co y poltico internacional, en pro de la defensa y la proteccin de las economas latinoamericanas frente a los efectos negativos de la crisis del capitalismo contemporneo, que debilitan hoy a Europa y pueden llegar a afectarnos.

    2.1 Los retos de la poltica en Amrica Latina ante el poder econmico global

    En Amrica Latina se ha planteado muchas veces y de distintas formas el asunto de la reestructuracin del orden poltico interna-cional para cambiar las posibilidades de participacin poltica de los pases menos desarrollados de este continente en instituciones de gobernanza global como la Organizacin de Naciones Unidas (ONU), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organizacin Mundial del Comercio (OMC) y el Banco Mundial. El asunto de la desigualdad en las relaciones econmicas internacionales fue un factor determinante para que lderes de estos pases hicieran reclamaciones

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    en estas instituciones por una mayor participacin en la distribu-cin de las riquezas y el poder poltico entre las naciones del mundo desarrollado y Amrica Latina; especialmente, se alude a transfe-rencias de recursos, trminos preferenciales de comercio e inver-sin, mejor distribucin de las oportunidades en educacin, ciencia y tecnologa, y polticas para la inversin extranjera. Esas demandas, basadas en percepciones de injusticias y desigualdades, han cambia-do de forma en las ltimas dcadas, de acuerdo a las circunstancias de cada pas y a las caractersticas de los lderes de los diferentes Estados. Algunas veces estas demandas han sido radicales, como las planteadas en aquellos pases que han adoptado polticas populis-tas; en otras ocasiones, han sido formuladas en los trminos de una transformacin progresiva del orden internacional y de sus institu-ciones polticas y econmicas, por pases con democracias liberales y representativas.

    A continuacin sustento por qu en Amrica Latina se debe im-plementar una serie de polticas para enfrentar el poder impuesto por las grandes potencias y las grandes multinacionales a los pases de esta regin. Es importante considerar, en primer lugar, que estu-dios empricos de socilogos, politlogos y economistas muestran que, en el contexto global actual, los pases ms poderosos del mun-do han impuesto, mediante su participacin en las instituciones de gobernanza global como el FMI, la OMC, y el Banco Mundial, re-gulaciones econmicas globales cuyos efectos han sido devastado-res para muchos habitantes de los pases ms pobres sujetos a estas normas (Stiglitz, 2002; Pogge, 2002: caps. 4 y 5; Bauman, 2001). El diseo de estas instituciones de gobernanza global puede explicarse en trminos de lo que Daron Acemoglu y James A. Robinson, en el libro Por qu fracasan los pases, denominan instituciones polticas inclusivas e instituciones polticas extractivas:

    Denominaremos instituciones polticas inclusivas a aquellas que estn suficientemente centralizadas y que son pluralistas. Cuando falle alguna de estas condiciones, nos referiremos a ellas como instituciones polticas extractivas. [] Las institu-ciones polticas extractivas concentran el poder en manos de una lite reducida y fijan pocos lmites al ejercicio de su poder. Las instituciones econmicas a menudo estn estructuradas por esta lite para extraer recursos del resto de la sociedad. Por lo tanto, las instituciones econmicas extractivas acompaan de forma natural a las instituciones polticas extractivas (Ace-moglu, Robinson, 2012: 103 ss.).

    Siguiendo esta tesis de Acemoglu y Robinson, se puede afirmar, en segundo lugar, que en el espacio creado por la globalizacin de los mercados, Estados Unidos, sus ms poderosos aliados europeos y Japn han utilizado su poder poltico para imponer un conjunto de instituciones econmicas con las que han conseguido grandes riquezas a costa del resto de la poblacin de sus propios pases y de los habitantes del mundo entero. Para precisar mejor esta tesis, veamos cmo se articulan las instituciones polticas y econmicas extractivas en el orden internacional actual.

    Las instituciones polticas de gobernanza global (la ONU, la Or-ganizacin Internacional del Trabajo [OIT], la Organizacin del Tratado del Atlntico Norte [OTAN]) han sido diseadas por una lite perteneciente a los pases ms desarrollados, que concentra el poder en sus manos y que ha actuado sin ningn lmite porque no hay instituciones supranacionales que puedan regularla.

    Las instituciones econmicas (el FMI, la OMC, el Banco Mun-dial) han sido funcionales a los intereses de las grandes potencias y de las multinacionales en el proceso de extraer riquezas y recursos

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    tanto de los pases emergentes como de los ms pobres, de varias formas: como lo expresa la OMC, a travs de la firme proteccin de los derechos de los operadores econmicos privados, mientras per-miten que las polticas sociales o pblicas dependan de estndares flexibles de regulacin; a travs de crditos usurarios, de la protec-cin de sus propias industrias mediante subsidios, de la exigencia impuesta por el FMI de liberalizacin y flexibilizacin en los merca-dos de los pases ms pobres y en los emergentes, de las polticas de subsidios a los productos agrcolas en los pases desarrollados, del sostenimiento de monopolios en el sistema de patentes en funcin de los intereses de empresas de los pases ricos, de las imposiciones del capital inversionista de las grandes multinacionales a los pases emergentes y pobres para contratar a los trabajadores sin las garan-tas sociales mnimas; y, en el caso de la minera, la inversin de los pases industrializados se ha dado bajo el supuesto de los bajos costos de la fuerza de trabajo y de la existencia de un marco nor-mativo y regulador completamente laxo en lo social y en el control ambiental (Stiglitz, 2012).

    En este sentido, puede afirmarse que estas instituciones econmi-cas son complementarias de las mencionadas instituciones polticas que legitiman este proceso. As, podemos decir que en el orden in-ternacional actual hay una implicacin de las instituciones polticas extractivas supranacionales con las instituciones econmicas extractivas globales en el mantenimiento de las estructuras de poder existentes y en su perpetuacin, pues los recursos que han producido estas instituciones econmicas han hecho posible no so-lamente el aseguramiento del dominio poltico de las grandes po-tencias, sino tambin la creacin, especialmente en Estados Unidos, de nuevos ejrcitos y fuerzas de seguridad para defender el mono-polio absolutista de su poder poltico (Mnkler, 2006).

    Si la globalizacin de los mercados, respaldada por los intereses de un capitalismo depredador, condujo a una globalizacin desequi-librada en la que Estados Unidos, el Reino Unido, Japn y algunos pases de la zona del euro impulsaron la liberalizacin del comercio como una nueva manera para que los pases ms ricos y podero-sos explotaran a los asalariados y afectaran el empleo y el ahorro de millones de personas, una nueva poltica propuesta por y desde Amrica Latina debe plantear, a travs de una profundizacin de la revolucin democrtica, social y de la educacin, una redefi-nicin de las reglas de financiacin de la inversin extranjera y de negociacin comercial, de las normas que definen los derechos de propiedad intelectual como las patentes y copyrights, de las reglas para definir una nueva poltica de empleo a nivel mundial, de las normas de la poltica monetaria internacional, de unas condicio-nes para renegociar los tratados de libre comercio ya firmados, de las normativas para articular el crecimiento de la economa con el desarrollo sostenible del conjunto del planeta. Adems, en Amrica latina, a diferencia de la manera como se est afrontando en Eu-ropa el nuevo neoliberalismo, es necesario implementar otro tipo de medidas polticas y econmicas que sirvan para enfrentar la depresin econmica, aumentar la productividad de las empresas, incrementar el empleo, eliminar la desigualdad y la pobreza, aca-bar con el analfabetismo, ampliar y mejorar la educacin en todos sus niveles y desarrollar un sistema de educacin superior capaz de generar conocimiento fundamental, con posibilidades de aplicarlo para resolver los graves problemas sociales y dar respuesta as a las necesidades de la sociedad.

    Los anteriores son algunos de los asuntos prcticos que en el mo-mento actual se deben plantear en las polticas econmicas, sociales

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    y educativas en Amrica Latina. Sin embargo, no van en la misma lnea de lo que estn proponiendo ahora los ms importantes polti-cos y lderes educativos de esta regin. De un lado, los representantes de la nueva izquierda estn impulsado una poltica en contra tanto del proceso de racionalizacin econmica que tienen los procesos sociales actuales, como del Estado constitucional de derecho. De otro lado, los representantes del nuevo neoliberalismo afirman que lo que se debe hacer es impulsar una poltica de crecimiento econmico mediante la ampliacin de la industrializacin y la explotacin de los recursos naturales no renovables; poltica que debe ir acompaada por una radical transformacin de la educacin superior en los trmi-nos conceptuales de la sociedad del conocimiento. Los asuntos rela-cionados con la pobreza y la desigualdad se irn superando a travs de un proceso continuo de inclusin, pues para estos autores, la pobreza extrema y la miseria en los pases ms pobres del mundo no es algo de por s injusto. Ni se puede deducir de esto que el orden internacional deba restructurarse en trminos de una dimensin global de la idea de justicia distributiva (Nagel, 2005: 121).

    Las concepciones de democracia, economa y sociedad que de-fiendo, plantean un desafo a la supremaca de la globalizacin neo-liberal, por medio de una radicalizacin de la democracia. Esta ra-dicalizacin de la democracia en el mbito nacional se debe orientar a la garanta de los derechos liberales, sociales y econmicos de to-dos los ciudadanos; y en el mbito internacional, al enfrentamiento poltico contra el poder hegemnico de la globalizacin neoliberal. Frente al sistema del capitalismo liberal, concentrado solamente en la defensa de los intereses de sus asociados, la ley internacional debe darle cabida a los movimientos sociales y polticos de Amrica La-tina y de otros pases del Tercer Mundo, para que apelen a los es-

    tndares de derechos humanos como una estrategia de resistencia frente a la hegemona global de un imperio gobernado por la ley econmica privada (Koskenniemi, 2011: 231).

    Dicho de otra manera, la profundizacin de la democracia que se debe buscar tiene que conseguir el cambio de un orden global en el que se da una articulacin de las instituciones polticas ex-tractivas con las instituciones econmicas extractivas en funcin del mantenimiento de las estructuras de poder de las multinacionales y las grandes corporaciones financieras y comerciales, por un orden global con instituciones polticas inclusivas e instituciones econ-micas inclusivas, nacionales y supranacionales, que haga posible la construccin de sociedades ms justas, democrticas, educadas e igualitarias.

    2.2 La irrupcin de una nueva poltica cientficaPlanteadas estas consideraciones sobre el papel que puede jugar

    Colombia en el orden econmico y poltico mundial, debemos in-dagar con el mismo sentido crtico cmo debe ser reinventada la educacin superior para poder articular el desarrollo de la inves-tigacin cientfica, la tecnologa y la innovacin con el fomento de las ciencias sociales, las humanidades y las artes, y cmo ella pue-de contribuir a que Colombia se pueda convertir en una sociedad ms educada y con mayor nivel de conocimiento. El supuesto de la sociedad del conocimiento segn el cual el conocimiento se con-vierte en el activo ms importante para las sociedades que buscan mayor bienestar, debe ser planteado en el marco de problemas que pueden surgir del anlisis histrico, econmico y poltico sobre la articulacin de nuestra sociedad en la modernidad y en la socie-dad global. No hacer esto puede conducir a que quienes defienden

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    el concepto de sociedad del conocimiento propongan un ideal no realizable de sociedad y de educacin en las condiciones concretas de nuestra comunidad poltica. Siguiendo el dictum de Maquiavelo, siendo mi intencin escribir algo til para quien lo lea, me ha pare-cido ms conveniente buscar la verdadera realidad de las cosas que la simple imaginacin de las mismas (Maquivelo, 1995: 129), y con el fin plantear una visin realista y estratgica de largo plazo de la universidad en el contexto de las realidades de la poltica nacional, regional y mundial, se expondr en este fragmento el modelo de universidad de investigacin, planteado recientemente en la discu-sin pblica universitaria, en el cual se busca crear o transformar algunas universidades del pas con el fin de convertirlas en univer-sidades con alto nivel de desempeo en la investigacin de frontera. Posteriormente sern presentadas unas tesis, a manera de propues-tas, sobre los cambios que se deben llevar a cabo en la universidad.

    Un grupo de cientficos, acadmicos y empresarios colombianos de la Universidad de Antioquia, la Universidad Nacional de Colom-bia y la Direccin de Fomento a la Investigacin de Colciencias, ha presentado a la discusin pblica universitaria el borrador de un proyecto de ley sobre poltica pblica para el fomento de la inves-tigacin en Colombia.(4) All, como estrategia para transformar la universidad, plantean que Colombia est en el momento coyuntu-ral para establecer universidades de investigacin de rango mundial con alto nivel de desempeo en la investigacin de frontera, y afir-man que la posibilidad del crecimiento econmico de una sociedad

    depende del progreso cientfico y tcnico. Los autores consideran que la generacin y el uso intensivo del conocimiento es un elemen-to central de los procesos econmicos y sociales que conducen a establecer una sociedad basada en el conocimiento:

    En este contexto una Economa del Conocimiento es aquella que utiliza el conocimiento como motor clave del crecimien-to econmico; es una economa donde el conocimiento es ad-quirido, creado, diseminado y usado de forma efectiva para incrementar el desarrollo econmico. Por tanto, nos encon-tramos frente a un nuevo paradigma econmico-productivo en el que el factor ms importante no son ya la disponibilidad de mano de obra, los recursos naturales, las fuentes de ener-ga o el capital financiero, sino el uso intensivo de la informa-cin y la capacidad para convertirla en conocimiento (Patio, 2014: 7).

    En este sentido, afirma Pablo Patio que esto ha conducido a que en el pasado reciente muchos pases, en particular de la regin del Asia pacfico, hayan creado las bases de su desarrollo econmico en procesos de ciencia, tecnologa e innovacin. El conocimiento, gracias a su complejidad y caractersticas particulares, se convierte en el activo ms importante para las sociedades que buscan mayor bienestar, lo que da origen al paradigma de la sociedad del conoci-miento.

    Ese paradigma de la sociedad del conocimiento se plantea como pregunta fundamental: cmo incrementamos en las universidades e institutos de investigacin el capital cientfico? En primer lugar debemos contar con muchos hombres y mujeres formados en la ciencia, porque de ellos depende tanto la creacin de nuevo co-nocimiento como su aplicacin a finalidades prcticas. Segundo,

    (4) Ideas generales para proponer un Proyecto de Ley que garantice un apropiado fun-cionamiento a largo plazo de las universidades y de la investigacin cientfica pblica en Colombia, agosto, 2014, documento borrador. Universidades participantes: Universidad de Antioquia, Universidad Nacional de Colombia, Direccin de Fomento a la Investigacin Col-ciencias. En adelante, Proyecto de Ley 2014.

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    debemos fortalecer los centros de investigacin bsica que son prin-cipalmente las facultades, escuelas e institutos de investigacin. [] Slo ellas dedican casi todos sus esfuerzos a expandir las fronteras del conocimiento (Bush, 1945: 7).

    A partir de esta idea general de la sociedad del conocimiento, el mencionado grupo de cientficos, acadmicos y empresarios, ase-sorados por Jamil Salmi, experto en educacin superior y excoor-dinador de educacin superior del Banco Mundial, proponen, en la perspectiva de una reforma de la educacin superior, tres escenarios posibles para el desarrollo de universidades de rango mundial en Colombia:

    a) Creacin de universidades de rango mundial y/o centros de excelencia. Es la mejor opcin pero es mucho ms costosa. En varios pases se han creado universidades tecnolgicas al estilo del Massa-chusetts Institute of Technology (MIT) en Estados Unidos. Esto es algo que han reproducido varios pases como Corea, China, Israel y Japn.

    b) Seleccin de una o ms universidades existentes como reci-pientes de recursos pblicos adicionales para transformarse en uni-versidades de investigacin.

    c) Lanzamiento de una iniciativa de excelencia competitiva para estimular la creacin o el fortalecimiento de centros de excelencia dentro de las universidades existentes.

    Para Colombia, lo ms aconsejable seran los escenarios b y c. En el marco de esta idea, proponen la necesidad de distinguir entre los diferentes tipos de instituciones de educacin superior que hay en el pas, en funcin de sus misiones bsicas: universidades con alta in-tensidad de investigacin y universidades dedicadas principalmente a la enseanza y preparacin para la vida profesional.

    Se requiere, afirman los cientficos y empresarios, una diferen-ciacin ms contundente entre los diferentes tipos de universidades que operan en Colombia, en cuanto a sus contribuciones respectivas en trminos de educacin, investigacin y servicio a la comunidad, y no parece conveniente esperar que todas las instituciones de edu-cacin superior, ni siquiera todas las universidades del pas, tengan que ser universidades con una orientacin bsica en investigacin. De este modo, si se introduce una fuerte diferenciacin entre las universidades tendremos, entonces, las universidades de investiga-cin y las universidades de docencia.

    Los autores afirman que el problema ms complicado del actual sistema de educacin superior es que presupone que todas las uni-versidades del pas deben ser universidades con una orientacin bsica en investigacin. Este problema fue creado por la Ley 30 de 1992, mediante su concepcin de la universidad y la investigacin. A partir de esta Ley se estableci como criterio esencial para que una institucin fuera reconocida como universidad, que la investigacin figurara entre sus funciones misionales. Segn Patio, esto condujo a que un nmero exagerado de instituciones de educacin superior, si se compara con lo que ocurre en el resto del mundo, concentrara gran parte de sus esfuerzos y talento humano en actividades de in-vestigacin cientfica. Por tanto hoy se tiene en el pas todo tipo de instituciones de educacin superior que declaran la investigacin como uno de sus aspectos misionales (Patio, 2014: 38).

    En la Ley 30 de 1992 no hay claridad acerca del papel de la uni-versidad para la ciencia, la tecnologa, la innovacin o la docencia, ni se propusieron criterios que permitieran establecer diferenciacio-nes y especializaciones entre los distintos tipos de instituciones de educacin superior. Contra las polticas que derivan de esta norma,

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    estos autores proponen emprender una diferenciacin ms contun-dente entre los diferentes tipos de institucin que operan en Colom-bia, con el fin de poder determinar con total claridad qu debe ser una universidad de investigacin y cuntas debera tener el sistema educativo superior. En este sentido, Patio afirma que no es conve-niente esperar que todas las instituciones de educacin superior, ni siquiera todas las universidades, tengan que participar activamente en trabajos de investigacin, como lo consideraba el Plan Decenal. De la misma manera, todas las instituciones no deberan tener el mismo papel en cuanto al aumento de la cobertura. Los dos obje-tivos no son necesariamente compatibles en cuanto al uso ms efi-ciente de los escasos recursos disponibles (Patio, 2014: 57).

    En el pas hay serias dificultades para tener verdaderas universi-dades de investigacin. Por un lado, la masa crtica de investiga-dores en muchas, sino en todas las reas del conocimiento, sigue siendo muy baja o al menos est demasiado dispersa como conse-cuencia de la fragmentacin institucional de la investigacin (Pa-tio, 2014: 40). Las universidades de investigacin deben hacer in-vestigacin bsica y aplicada en todas las reas del conocimiento