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    Con el fin de propiciar la reflexión política y social sobre la situación por la que actualmente atraviesan diversas comunidades étnicas de Colombia, como las indígenas, el Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana, con el apoyo de la Diócesis y Pastoral Social de Montelíbano y el Grupo de Trabajo por Colombia GTC (conformado por diversas Cáritas adscritas a la organiza-ción Cáritas Internacionalis), presenta el caso de la población indígena embera katío, perteneciente al resguardo Quebrada Cañaveral del Alto San Jorge, en Córdoba, departamento de la región Caribe colombiana.

    Nos aproximamos a su realidad a partir de los diálogos con la comunidad y la escucha consciente de sus diversos testimonios, para tratar de clarificar su problemática y algunas de sus causas y afectaciones, así como su búsqueda del reconocimiento político y social de su comunidad, el restablecimiento integral de sus derechos y el logro de mayores garantías para preservar su cultura, iden-tidad y opciones de bienestar y calidad de vida.

    En un contexto de conflicto armado persistente y de problemas sociales y po-líticos de orden estructural como el que aún sufre Colombia, el esfuerzo con-tinuo de esta comunidad por rescatar la esencia de su pueblo y territorio, de sus familias, valores y tradiciones, y por recomponer su tejido social a partir del diálogo y reconocimiento mutuo del otro, es un ejemplo de reconciliación con la vida, con el futuro y con la época en que vivimos.

    Que este sencillo documento no solo represente una herramienta de trabajo, sino también un homenaje a las comunidades étnicas que en Colombia persis-ten en la búsqueda comprometida de la paz desde sus territorios, así como un llamado fraterno a las instituciones locales, regionales y nacionales para avan-zar en condiciones estructurales a favor de ellas; una exhortación a los grupos armados y en conflicto a promover el diálogo y la reconciliación desde el respe-to a la dignidad de estos pueblos, y una invitación a la comunidad internacional a proseguir con su acostumbrada solidaridad con ellos, en uno de los momen-tos más cruciales y sensibles para la búsqueda de la paz y la reconciliación en Colombia.

    Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana

    Introducción

    1. La información presentada en este documento es tomada de los diálogos con la comunidad descrita, y del Plan de Salvaguarda del pueblo embera katío del Alto San Jorge, resguardo quebrada cañaveral, realizado por los lideres indígenas con la asesoría de la Organización Indígena de Colombia ONIC en diciembre 2012. También recoge la información suministrada por algunos líderes de la junta directiva del Cabildo Indígena Mayor del resguardo Cañaveral Alto San Jorge.

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    ContenidoI. Características del territorio: ¡Colombia,

    país pluriétnico y multicultural!…5

    II. Problemáticas: ¡Conflicto armado, exclusión y crisis humanitaria persistente en el territorio!...7

    III. Algunas causas del problema…12

    IV. Afectaciones a la vida digna y demás derechos indígenas...14

    V. Experiencia de incidencia política del Cabildo Mayor Indígena frente a su problemática...16

    VI. Papel de la Iglesia...19

    Fotografías y texto:Secretariado Nacional de Pastoral Social / Caritas Colombiana

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    Los afrodescendientes se ubicaron en la zona cos-tera, y los indígenas, en la zona del alto Sinú y del San Jorge, donde también habitan mulatos (mez-cla de negro y blanco), zambos (mezcla de negro e indio) e indígenas embera katío y Senú.

    Córdoba aún conserva tres municipios con igual número de resguardos indígenas, aunque no hay registro de territorios colectivos de comunidades afrodescendientes.

    Los indígenas Embera: ¡sabiduría, tradición y riqueza ancestral!

    Los Embera o ẽpẽrá, también llamados Chocó, son un pueblo amerindio que habita algunas zo-nas del litoral Pacífico colombiano y zonas adya-centes, el este de Panamá y el noroeste de Ecuador. Se conocen como Emberá Katío a los que habitan en el alto Sinú y el alto río San Jorge, en el departa-mento de Córdoba y en Urabá; como Emberá Cha-mí a los que viven en las cordilleras Occidental y Central de los Andes colombianos, en los departa-mentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío y Valle; como Chocoes o simplemente Emberá a los que habitan las cuencas del río Baudó y del bajo San Juan, los municipios de Istmina, Alto Baudó y Pizarro, el río Curiche, el municipio de Juradó en el Chocó y la comarca Emberá-Wounaan en el Darién (Panamá); y como eperara siapidara o epená a los de la Costa Pacífica, en los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño, en Colombia.

    I. Características del territorio: ¡Colombia, país pluriétnico y multicultural!

    En medio de sus problemas y conflictos, Colombia aún es un país pluriétnico y multicultural. A nivel continental, ocupa el tercer lugar en número de comunidades indígenas (con aproximadamente 90 comunidades) y el noveno en población indí-gena.

    Sin embargo, debido a su gradual proceso de ex-tinción cultural, hoy los indígenas solo represen-tan el 3,43% de la población nacional, con apro-ximadamente 1.392.623 habitantes agrupados en alrededor de 71 organizaciones, similar propor-ción de mujeres (49,5%) y hombres (50,5%) y de-mográficamente muy joven (40% son menores de 15 años), con presencia importante en regiones como el Caribe colombiano.

    En la región del Caribe se encuentra el depar-tamento de Córdoba, conformado por un 76% de mestizos y blancos, 13% de afrodescendien-tes (aprox. 192.051) y 10% de indígenas (aprox. 141.064). Es, además, un territorio de fuerte voca-ción ganadera y, en segundo lugar, agrícola. Cuen-ta con industrias como la pesquera, hidroeléctrica, maderera, manufacturera, y otras en estado de crecimiento, como la minera, a partir de la explo-tación de ferroníquel y carbón.

    Los indígenas zenúes que habitaron la región en la época precolombina, los negros traídos del África durante la Colonia, los inmigrantes, especialmen-te del Líbano y Siria, y los colonizadores españoles aportaron elementos genéticos, históricos y folcló-ricos al deparamento. Los mestizos se encuentran en mayor proporción en la zona del medio y bajo Sinú, mezclados con inmigrantes sirio-libaneses.

    “Somos Embera y venimos de la naturaleza. Somos hijos del agua, del okendo, de nuestra madre tierra, por eso la defendemos. Somos

    pueblos indígenas con historia y cultura propia. Somos del territorio, de la naturaleza, tenemos gobiernos propios, lengua propia y

    tradiciones ancestrales. Nos alimentamos de la selva, de la montaña y de lo que cultivamos. Somos verdaderos y auténticos Embera”.

    I Congreso Nacional del Pueblo Embera -2006

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    En Panamá se acostumbra llamarles Emberá (con tilde), que significa “La gente del maíz”, y en Ecua-dor son llamados Épera y habitan en la provincia de Esmeraldas, concretamente en el cantón Eloy Alfaro, parroquia Borbón, y en las cuencas de los ríos Cayapas y Santiago.

    La región del alto San Jorge se ubica en el sur del departamento de Córdoba y abarca los valles de los ríos Sinú y San Jorge, donde se ubican mayo-ritariamente los asentamientos indígenas y de co-lonos. El territorio indígena tiene 2.815 hectáreas y se caracteriza por un sistema de serranías y va-lles medianamente estrechos. Fue constituido res-guardo indígena el 19 de febrero de 1985, pero no solo es un territorio colectivo, sino que conserva tierras de propietarios y poseedores individuales, con presencia permanente de colonos desde la década de 1970.

    Son 15 asentamientos dispersos, con una pobla-ción estimada de 684 indígenas pertenecientes a 164 familias, conformadas estas por un 49% de mujeres y 51% de hombres, mayoritariamente en edades infantil y juvenil. Muchos de ellos están ex-cluidos del sistema de salud (aprox. 394 indígenas) y carecen de documentos legales (aprox. el 13% de ellos). Están distribuidos así:

    a) Sector Ibudó: Comprende las comunidades asentadas en la vereda Tres Playitas o Ibudó: Ba-rranco, Origuiadó y Egorobadó, Soledad o Bidua-dó, San Felipe y Rogero; este último es un predio campesino por reconocer. Estas comunidades son los lugares más próximos a los límites del resguar-do, habitados por grupos de familias.

    b) Sector Dochama: Comprende las comunidades de Dochama, Batatado y El Bosque.

    c) Sector Narindó – Mongaradó: Comprende las comunidades de Mongaradó, Narindó, Candelaria, Nueva Estación y la comunidad Santa Elena. Estas comunidades están compuestas por pocas fami-lias.

    d) Sector Nejondó – Dopawara: Comprende las comunidades de Nejondó y Dopawará.

    e) Sector casco urbano y dispersos: Se incluyen aquí las familias que habitan en el casco urbano de los municipios Puerto Libertador, Montelíbano y San José de Uré y en el departamento de Antio-quia. También, los indígenas que no se incluyen en los anteriores sectores y cuyas familias recien-temente se han desplazado a estos sitios, y los ubicados en Tarazá, Riosucio y Puerto López, en Antioquia, y Río Verde y Tierra Alta, en Córdoba. a.

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    “Así mismo la actividad minera ha afectado el acce-so a tierras cultivables junto con prácticas como fu-migaciones y contaminación generada por la explo-tación de recursos naturales, afectando su seguridad alimentaria y situación de empobrecimiento, por lo que el 70% de los niños indígenas sufren de malnu-trición crónica y entre enero y julio de 2012, la ONIC reportó la muerte de 15 de ellos debido a desnutri-ción infantil y falta de atención en salud. En materia de educación la tasa de analfabetismo se eleva a un 14,4% para la población indígena, por encima del promedio nacional (6.3%)”

    “Aquí no podemos sembrar, pasamos mucha hambre, no podemos salir al

    monte a cazar por que podemos pisar una mina, no podemos beber agua, ni

    pescar, ni cocinar con esta agua por que baja muy sucia por la minería.”*

    Sobre esta problemática son reiterados los fallos, conceptos y recomendaciones de la Corte Consti-tucional colombiana, así como de organismos de los sistemas interamericano y universal de dere-chos humanos y de organizaciones de la sociedad civil, como la Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC y Autoridades Indígenas de Co-lombia AICO.

    (Ver Mapa , siguiente página)

    II. Problemáticas: ¡Conflicto armado, exclusión y crisis humanitaria persistente en el territorio!

    Según el informe de derechos humanos 2013 de TECHO COMÚN (una de las plataformas nacionales de la sociedad civil de la que hacen parte algunas organizaciones indígenas), los pueblos indígenas aún son víctimas de ataques por parte de distintos grupos armados. Por lo menos 34 pueblos indíge-nas se encontrarían en peligro de extinción, y el número de asesinatos de indígenas aumentó 9% entre 2010 y 2011 y entre enero y julio de 2012, con el asesinato de 54 indígenas.

    “Hace seis años mataron a mi hijo mayor. Lo acusaron de ser guerrillero.

    Dicen que murió en un enfrentamiento, pero no fue así. Tengo miedo de

    denunciar porque también le pueden hacer daño a mi esposa e hijos.”*

    El desplazamiento continúa afectando de manera desproporcionada a los pueblos indígenas debido a factores como la exclusión, presiones generadas por proyectos mineros y deficiente protección jurídica de sus territorios colectivos. La ONIC reporta que entre enero y junio de 2012 se produjeron 24 desplaza-mientos masivos, lo que representa un total de 8.845 personas indígenas desplazadas “como consecuen-cia de combates entre la fuerza pública y grupos ar-mados insurgentes, acciones violentas por parte de grupos paramilitares, bombardeos, presencia y acci-dentes de MAP/MUSE, restricciones a la libre movili-dad, estigmatización e incursiones armadas”.

    Cuando un pueblo indígena desaparece, se extingue para siempre todo un mundo, con su cultura, cosmovisión, idioma, conocimientos

    ancestrales y prácticas tradicionales que contribuyen al desarrollo sostenible y equitativo y a la ordenación adecuada del medio ambiente.

    La pervivencia digna de los pueblos indígenas de Colombia está en las manos de todos. ¡¡Reaccionemos!!

    Organización Nacional Indígena de Colombia –ONIC

    * La identidad de las personas que brindaron los testimonios que se citan en este documento ha sido reservada por razones de seguridad.

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    Mapa 2. Detalle del territorio de ampliación del Resguardo Embera Katío del Alto San Jorge, aún en concertación entre el Cabildo Mayor, las comunidades y PNN Paramillo, desde el año

    2007. Tomado de IGAC Y PNN Paramillo.

    Resguardo Cañaveral Alto San JorgePropuesta de Ampliación del Resgurado

    Tierralta

    Taraza

    Montelíbano

    PNN PARAMILLO

    Puerto LibertadorAmpliación Resguardo Cañaveral

    Zona de ampliación del ResguradoMunicipio ColombiaPNN ParamilloLímite del PNN Paramillo

    Tierradentro

    Narindó

    Santa Elena

    Nueva Estación

    Candelaria

    Dopawará

    Versalles

    El Bosque

    Dochama

    Batatado

    SAN JOSÉ-URE

    MONTELIBANO

    Mongaradó

    Villa Nueva

    La Rica San Juan

    NegondóSoledad -Biduadó

    Juan José

    Egorobadó

    Barranco-Origuiadó Rogero-Platanera

    Tres Playitas -IbudóSan Felipe

    Resguardo Quebrada Cañaveral

    PUERTO LIBERTADOR

    Mapa 1. Mapa a mano alzada de la ubicaciòn actual de las comunidades

    Rio San Pedro

    Rio San Jorge

    Rio San Jorge

    LA APARTADA

    Cabecera municipalCorregimientoComunidadResguardoCarreteraLímiteRioSector 1Sector 2Sector 3Sector 4

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    a. Continúan el conflicto armado, las infracciones al Derecho Internacional Humanitario y la crisis por el desplazamiento forzado.El conflicto armado en la zona no permite a la po-blación indígena gozar de sus derechos territoria-les. Los enfrentamientos armados entre las FARC y las AUC por el control territorial y el narcotráfico desde finales de los noventa hicieron que los em-bera katío del Alto San Jorge se desplazaran hacia zonas cercanas a los ríos San Jorge y Uré y cerca de los cascos urbanos. Cuando la población decidió retornar a su resguardo en el 2002, se encontraron con que aproximadamente un 60% de sus tierras habían sido sembradas con minas antipersona y se habían perdido las semillas tradicionales. Muchas familias se desplazaron entonces a departamentos como Antioquia, Chocó y Risaralda, y otras fueron recibidas en predios o parcelas individuales, don-de viven en situación de hacinamiento.

    Junto con el Gobierno, se elaboró un estudio so-cioeconómico con el fin de ampliar el territorio, solicitud que cursa actualmente en el Ministerio del Interior.

    b. Prosiguen el involucramiento de la población en el conflicto armado y la ausencia de medidas de protección, prevención y reparación integral para la comunidad.Este involucramiento se da mediante el señala-miento y persecución a miembros de la comuni-dad; el asesinato selectivo de líderes indígenas; las amenazas; el confinamiento de familias y co-munidades por las guerrillas y los paramilitares; la presencia de minas antipersona; los controles a la movilidad y circulación de personas, bienes y ali-mentos; la ocupación de escuelas y viviendas, y las

    infracciones al DIH y a los derechos individuales y colectivos de la población Embera, que han sido sistemáticas y recurrentes.

    c. Se consolidan, sin diálogo con la comunidad, los intereses económicos sobre el territorioPersisten en el territorio las fumigaciones de culti-vos ilícitos sin que se llenen los requisitos de con-sulta previa y la ocupación por actores armados ilegales y por mestizos dedicados al cultivo de la coca y a la extracción ilegal y selectiva de maderas finas y de fauna.

    Así mismo, los grupos armados ilegales extraen oro ilegalmente en zonas como Riosucio, Las Claritas, la quebrada San Antonio en Dochama y San Juan Nejondó, lo cual limita el acceso de la comunidad a opciones de subsistencia a partir de la caza, la pesca, el agua, la madera y otros. Esto genera con-flicto social, económico y armado entre los grupos que defienden sus intereses de controlar el territo-rio, así como procesos de recolonización abrupta e impuesta.

    “Los grupos armados ejercen autoridad en nuestro territorio, como si fueran

    autoridades legales, y nos han forzado ha salir y a cambiar de costumbres y cultura

    viviendo fuera del territorio Embera.”*Cerca al territorio hay empresas que generan contaminación (Cerromatoso, Carbón Caribe, GE-CELCA) y los afectan en términos de movilidad y acceso a sus tierras. Estas empresas, que no han realizado ejercicios de consulta previa a pesar de que conocen su presencia en el territorio, afectan a sus niños, su agua y sus cultivos.

    Varias son las dinámicas que afectan la vida de la comunidad embera katío del Alto San Jorge en el territorio:

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    Jaibana asesinado que dejó cuatro huerfanas. Se perdió un lider importante de la medicina tradicional indígena.

    Gobernador Mayor del Resguardo Cañaveral y fue docente, asesinado.

    Coordinador de Salud, asesinado.

    Desplazamiento masivo del Resguardo Quebrada Cañaveral hacia los predios de Egorobadó y Biduadó.

    Gobernador Mayor del Resguardo Cañaveral, asesinado.

    Fue miembro de Tierra Alta, Asesinado.

    Fiscal del Cabildo Mayor Resguardo Cañaveral, asesinado.

    Promotor de salud, asesinado.

    Desplazamiento masivo Embera de las últimas familias que se habían quedado en el resguardo Cañaveral

    Retención con amenazas de los paramili-tares a dos horas de camino en corregi-miento Tierradentro. En el año 2001, Miguel* fué detenido en Juan José por Paramilitares. Se desplazó al casco urbano.

    Menor de 12 años asesinado. Este hecho es uno de los resultados de las cuatro retenciones que tuvo el lider Feliciano en su comunidad.

    Lesiones por arma de fuego a la menor.

    Herido por enfrentamientos.

    Herido por enfrentamientos.

    Lesión por minas antipersonal al menor, en Chimuarro, en Tamana a una hora de tres playitas al otro lado del rio.

    Fumigación de cultivos ilícitos, rastrojos y montañas en las comunidades del alto Uré.

    Fumigación de cultivos en recuperación de las comunidades del alto Uré. Cementerio, rastrojeras, potreros, montaña.

    Amenaza y orden de desalojo a las comunidades Embera y campesinos. Mando de territorio de los mismos paramilitares -aguilas negras y paisas, entre Antioquia y Córdoba.

    Alberto*

    German Bailarín Domicó

    Comunidad y familias

    Luís Sapia Domicó

    Wiliam Domicó

    Cirilo Enrique Domicó

    Armando Domicó Domicó

    Familias

    José Yomar Jumi Jumi

    Miguel*

    María*

    Juan*

    Luisa*

    Pedro*

    Todas las familias

    Todas las familias

    Todas las familias

    Cronología de la comunidad Embera Katio del Alto San Jorge, sobre violaciones históricas a la vida, libertad e integridad contra su resguardo

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    Siembra de minas antipersonales.

    Fumigaciones de áreas que afectaron varios cultivos de Pancoger.

    Fumigaciones de áreas que afectaron varios cultivos de Pancoger.

    Enfrentamientos, lanzas morteros en la escuelas y los predios.

    Una esquirla de un mortero que cayó en la comunidad, hirió al menor en la pierna al rozarlo al momento del impacto.

    Bombardeo con artefactos.

    Murió al pisar una mina antipersonal.

    Murió al pisar una mina antipersonal.

    Asesinado como falso positivo.

    Menor de edad asesinado.

    Lesiones por arma de fuego. 3375571 20 de febrero 1979.

    Asesinado

    Lesiones por arma de fuego

    Lesiones por arma de fuego

    Lesiones por arma de fuego al menor

    La guerrilla asesina un lider Embera, en Bosque Alto Uré.

    Muerto por desconocidos (fecha por con�rmar)

    Fumigación de una hectárea de plátano y una de ají

    Afectaciones a las familias.

    Jóven desaparecido a la edad de 15 años cuando se movilizaba de Taraza Antioquia hacia el municipio de Puerto Liberador, en la comunidad de Soledad. Nació en 1993. Existe denuncia de desaparición del muchacho en la personería.

    Dochamá en la parte del filo y Nejondó

    Narindó

    La Comunidad

    Dochama, Batatadó y el Bosque

    Nejondó

    Guillermo Jarupia Domicó

    José Sapia

    Luis Angel Majoré Domicó

    José Ramiro Sapia Majoré

    Luisa*

    Elias Domicó

    Carlos*

    José*

    Manuel*

    Manuel Guasaruca Chiniwa

    Wilson Manuel Majore Jumi

    La Comunidad

    Dopawara

    Jóven de la comunidad

    Daniel*

    *Seudónimos

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    III. Algunas causas del problema:

    El resguardo indígena está ubicado en una zona de interés estratégico para colonos y grupos armados ilegales (corredor para el paso del narcotrá�co, recursos naturales renovables y no renovables).

    Ausencia histórica de la oferta social del Estado en los territorios indígenas, evidenciado en falta de programas de prevención y atención en salud, alimentación, apoyo al fortalecimiento organizativo y protección de las tradiciones y la cultura indígena.

    Ausencia de políticas públicas articuladas (nacional, departamental y local) y de priorización presupuestal para ofrecer a la comunidad un entorno protector y de acceso a derechos.

    No se evidencia articulación entre las instituciones públicas del orden local, departamental y nacional, para atender la problemática de esta comunidad.

    No son claras las políticas integrales, concretas y con enfoque étnico para prevenir las violencias contra la comunidad, evitar la revictimización, el abandono, el aumento de la impunidad, y crear entornos protectores para disminuir su vulnerabilidad familiar, cultural, social y económica.

    Lo comunidad no evidencia la existencia de un plan integral para el reco-nocimiento y reparación de los daños individuales y colectivos generados contra ellos.

    No es clara la existencia canales de dialogo interinstitucional, para promover la participación de la comunidad en espacios de participación y formulación de política pública a nivel local, departamental y nacional.

    No es claro el cumplimiento y observancia institucional a los fallos, concep-tos y recomendaciones de la Corte Constitucional Colombiana y organis-mos de los sistemas interamericano y universal de derechos humanos en materia de prevención, protección y reparación a derechos de las comuni-dades indígenas, como tampoco la atención a las solicitudes que organiza-ciones de la sociedad civil como la Organización Nacional Indígena de Colombia –ONIC, y Autoridades Indígenas de Colombia han venido hacien-do frente a este tipo de problemáticas.

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    “Cuando nos enfermábamos podíamos curarnos con las plantas del monte, pero no se encuentran aquí. No contamos con dinero para comprar las medicinas cuando se enferman los niños y tampoco para viajar a un centro de salud en Montería.”*

    “Mis hijos no están estudiando, ya no hay maestros en la comunidad. Lo que gano jornaleando es para la comida y no me alcanza para darles educación.”*

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    IV. Afectaciones a la vida digna y demás derechos indígenas

    Los Embera Katío han sido expulsados de forma sistemática y violenta de sus territorios y viven en situación de desarrai-go, abandono permanente, exclusión social y política, y desconocimiento de su identidad y derechos.

    Se ha perdido la gobernabilidad y cohesión comunitaria, las familias se van por imposibilidad de volver con garantías de protección y no repetición a su territorio, generando dispersión de su población, debilitamiento de su proceso organizativo y extinción cultural.

    La vida antes y después del despojo ha cambiado dramática-mente. Se vive con temor y descon�anza, se han debilitado los liderazgos y la dinámica de una vida en comunidad y se ha perdido la capacidad de resiliencia.

    Situación actual de hacinamiento, sin espacios para su recreación, integración comunitaria, prácticas ancestrales ni posibilidad de acercarse a sus lugares sagrados.

    Cuentan con un fallo de tutela para acceder al derecho a la etnoeducación, escuela y docentes que no se ha cumplido en su totalidad, y por ello la infancia y jóvenes no se están educando de forma permanente bajo sus propios saberes ancestrales y enfoque étnico-cultural.

    No se conocen condenas penales por los asesinatos presentados durante el despojo… sensación permanente de impunidad.

    Aun no hay un plan claro del gobierno para la restitución de su territorio, o para la ampliación y asignación del sitio donde se han instalado.

    En sus tierras ahora hay campesinos y ganadería, así como cultivos de uso ilícito controlados por las FARC.

    Las FARC solo los deja ingresar al resguardo despojado, bajo sus condiciones de movilización.

    Los grupos armados enamoran a sus mujeres para tratar de utilizarlas de muchas formas. Por la falta de políticas, progra-mas y un entorno protector de la mujer, hay riesgo de perder el tejido familiar, la protección a las nuevas generaciones y los valores culturales que ellas protegen.

    Estigmatización y discriminación permanente, acusados de forma reiterada de pertenecer a uno u otro grupo armado o ser informantes.

    Carecen de espacios permanentes de participación, diálogo y concertación con instituciones locales, departamentales y nacionales,

    En los predios despojados aún viven cuatro familias totalmen-te expuestas al con�icto, y se evidenció que en esa zona están haciendo exploraciones y haciendo concesiones. Se evidencia la presencia de viudas y huérfanos en situación

    de vulnerabilidad física y socioeconómica, así como de ancianos abandonados, hay riesgo de perder la sabiduría de los mayores y su tradición oral por falta de políticas, progra-mas y un entorno protector para ellos y las familias.

    Existe riesgo de extinción jurídico-cultural, pues siendo menor el número de indígenas en la zona por su situación de disgregación y el desplazamiento forzado, temen que se les despoje de su reconocimiento como comunidad indígena autóctona.

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    “La paz será posible en nuestra comunidad cuando no haya desplazamiento forzado y asesinatos, cuando se respeten los derechos indígenas y su territorio. La paz será posible cuando la minería no afecte la pesca.”*

  • 16

    V. Experiencia de incidencia política del Cabildo Mayor Indígena frente a su problemáticaPese a que no ha habido una atención estatal articulada, integral y permanente, la comunidad embera katío empieza a lograr apoyos y acompañamientos, especial-mente de algunas organizaciones no estatales. En este sentido, el Cabildo Indígena Mayor ha sido partidario de seguir dialogando e incidiendo en diversas institucio-nes, para avanzar en la búsqueda de soluciones a su problemática.

    1. Los diálogos con el Ministerio del Interior para avanzar en la protección para la restitución colectiva o la reasignación ampliada de su territorio, aun no logran concretar compromisos reales de apoyo.

    2. El dialogo con el Programa Presidencial de Acción contra Minas Antipersonal – PAIMA para tratar de avanzar en un proceso integral de desminado del territorio, procesos de formación y sensibilización sobre el tema y la orientación y atención a sus víctimas de mina antipersonal, aún debe clari�-car las acciones de seguimiento y atención integral a esta problemática desde las necesidades de su comunidad.

    3. El acercamiento al sistema judicial colombiano ha podido avanzar con fallos judiciales para cuatro (4) familias de indíge-nas asesinados, pero no con el resto de las familias victimizadas.

    4. A pesar de la insistencia del cabildo, aún no se logra que la Fiscalía General de la Nación avance plenamente frente a las nuevas denuncias e investigaciones de indígenas asesinados, por la situación de indocumentación de las víctimas a raíz de su desplazamiento forzado.

    5. La búsqueda de dialogo con empresas como Carbón Caribe, para analizar el tema del respeto ambiental al territorio, no ha logrado respuesta de su parte.

    6.Con la o�cina regional de la Unidad de Tierras ha habido algunos acercamientos, pero aún deben conducir a compromi-sos claros frente a su problemática de restitución y reparación integral, así como de orientación y acompañamiento integral.

    7. Con las entidades municipales de Puerto Libertador y Departamentales de Córdoba se han dado algunos diálogos que aun no generando compromisos para tratar de buscar soluciones de fondo a su problemática.

    DIFICULTADES PRESENTADAS:

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    1. Con la asesoría de la Organización Indígena de Colombia –ONIC, se ha logrado la formula-ción del plan de salvaguarda para pueblos en riegos de exterminio cultural, de acuerdo a lo ordenado por la Corte Constitucional y se espera continuar con este apoyo.

    2. Se han empezado a sumar algunas solidarida-des con acciones externas de países como Holanda en el tema de seguridad alimentaria, OXFAN Alemania con la donación de alimentos y mercados, CICR con algunas brigadas de salud, la organización “Desarrollo y Paz” de Canadá con asesoría en el tema gobernabilidad y apoyo a algunos gastos de movilización de la comuni-dad, así como con Organizaciones nacionales de carácter no gubernamental como CINEP y participar de la mesa “Tierra y Territorio” para documentar su caso, la organización Pensamien-to y Acción Social y la iglesia Católica a través de Cáritas Colombiana.

    3. La interacción con la Defensoría del Pueblo – Regional Córdoba, ha facilitado participar de algunos procesos de formación y orientación sobre el tema de concesiones y exploraciones minero-energéticas en el Caribe, así como de algunas orientaciones frente a su problemática social.

    4. Se logró tutelar el derecho a la etnoeduca-ción, ahora se espera la implementación total del fallo por parte del gobierno, en términos de apoyo presupuestal, físico, didáctico, logístico, de infraestructura y talento humano (docentes) para avanzar.

    OPORTUNIDADES SURGIDAS:

    “Yo sueño con un territorio más amplio; con un maestro indígena; con que un niño que uno vio crecer sea un médico tradicional; y creo que es posible si hay ayuda y unión”.*

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    PENDIENTES URGENTES:

    1. El acatamiento y observancia concreta según el caso, tanto de los fallos judiciales y normas nacionales, como de los reiterados fallos, conceptos y recomendaciones de organismos de los sistemas intera-mericano y universal de derechos humanos, para garantizar la etno-reparación colectiva e integral, y por ende avanzar hacia:

    a. El desminado integral del territorio, con medidas efecti-vas para evitar la siembra de minas antipersonal.

    b. Restitución del territorio despojado en condiciones de retorno seguro y digno, o la entrega y ampliación del terri-torio que ocupan actualmente.

    c. Garantías de protección y reconocimiento político y cultural, para promover sus liderazgos, cohesión social y procesos organizativos.

    d. Inclusión en espacios de construcción de políticas públi-cas articuladas (nacional, departamental y local) con enfo-que étnico, para evitar nuevas violencias y exclusiones, y para crear entornos protectores en términos socioeconómi-cos y culturales

    e. Superación de la impunidad con condena efectiva de los actores involucrados en las violaciones a sus derechos, recuperación de su memoria y la verdad, incluyendo la memoria cultural.

    f. Garantía del derecho a la consulta previa como forma de evitar la repetición de daños y proteger el territorio indíge-na de intereses externos de orden económico.

    g. Mayor articulación de los gobiernos, local, departamental y nacional, para brindar una oferta social coherente y una priorización efectiva de la inversión social, mediante progra-mas permanentes de prevención y atención en salud, segu-ridad alimentaria, agua y medio ambiente, así como de apoyo a sus procesos organizativos y de protección a la cultura indígena.

    2. La realización de un plan de manejo de medios para propiciar el cubrimiento imparcial e integral de los medios de comunicación a su problemática, como parte de su contribución social a la verdad, la recuperación de su memoria y el reconocimiento como comunidad.

    3. El seguimiento de su problemática por parte de la comunidad internacional y organismos de los sistemas interamericano y univer-sal de los derechos humanos para avanzar hacia mayores solidarida-des frente al problema.

    4. El fortalecimiento del trabajo en red con otras comunidades indígenas, actores y sectores sociales, así como plataformas locales, regionales, nacionales de derechos humanos.

    (Ver Mapa 2 página 8)

  • 19

    “Dar a conocer la situación del

    pueblo Embera a las instituciones nacionales

    e internacionales es abrir una puerta para

    que se reconozca nuestro territorio y sea posible para las comunidades

    índigenas recuperar sus costumbres y vivir

    con dignidad.”*

    Con el apoyo de las organizaciones Cáritas que ha-cen parte del Grupo de Trabajo por Colombia GTC, la Diócesis y Pastoral Social de Montelíbano y el Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombia, se viene haciendo un acompañamiento a la comunidad, que se complementa con aportes de otras organizaciones. Se focalizan prioritaria-mente en:

    VI. Papel de la Iglesia

    Orientación y acompañamiento para la preparación de acciones de incidencia política y en la opinión pública frente a su problemática.

    La participación de la comunidad en espacios de dialogo nacional como el Congreso Nacional de Reconciliación, y con plataformas internacionales como el Grupo de Trabajo por Colombia – GTC.

    Fortalecimiento del trabajo en redes para incidir en el diseño del plan de reparación colectiva de estas comuni-dades indígenas.

    Orientación jurídica para la actuación de la comunidad en el marco de disposiciones legales.

    Formación para la mayor comprensión de la legislación en materia de restitución de tierras y medidas de etnoreparación.

    De esta manera, se busca promover pastoralmen-te el bien común, la defensa de la dignidad huma-na, el goce integral de los derechos humanos, el cuidado de los bienes de la Creación y el desarro-llo humano integral y solidario, a partir del diálogo permanente con las comunidades y con las insti-tuciones que pueden aportar a la transformación de estas realidades.

  • 20

    El Secretariado Nacional de Pastoral Social / Caritas Colombiana es un organismo eclesial, sin ánimo de lucro, dependiente de la Conferencia Episcopal de Colombia que busca la ver-dad, la reconciliación, la justicia y la caridad en las relaciones y estructuras básicas de nuestra sociedad.

    Hacemos parte de la red “Caritas Internationalis”, confederación mundial que trabaja des-de1950 en la lucha contra las estructuras que originan situaciones de pobreza y opresión, para fomentar una sociedad basada en la solidaridad y la justicia social.

    El Grupo de Trabajo por Colombia -GTC-, acompaña el proceso construcción de la paz, for-talecimiento de la democracia y la reconciliación en Colombia, a través de la definición de objetivos y promoción de estrategias y prácticas comunes entre los miembros* para animar el fortalecimiento de la labor de la Cáritas Colombiana.

    El GTC desarrolla en estrecha relación con los diferentes órganos de la Iglesia Católica y con otras instituciones nacionales e internacionales, estrategias de sensibilización, incidencia polí-tica, educación y movilización para aportar a la transformación social de la realidad colombiana.

    Para mayor información y para mantenerse al tanto de nuevas publicaciones y noticias del Secretariado Nacional de Pastoral Social/ Caritas Colombiana, por favor registrarse en: www.pastoralsocial.org

    Cr. 58 N° 80-87. Barrio Entre Ríos.Bogotá, C.P. 111211 - ColombiaTel: +571 4377150 412 Fax: +571 4377171Email: [email protected]

    *Cáritas miembro de GTC