crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

40
Año \ I . - N ú m . 2-56 7 Octubre l934 30 céntimos. 'Meditación''. Estudio ae mujer, por Batlles. Revisla de la semana itedacdon Admon Hernu»/*i- UaJ5. MadU'id Direclror ANTONIO O. »r. LINARJES "Redáciror-leFe LViS Cr. DC LlNAltES. ^ ^

Upload: balldediables-delariera

Post on 26-Mar-2016

247 views

Category:

Documents


6 download

DESCRIPTION

Xiquets de Valls - pàg. 14

TRANSCRIPT

Page 1: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

Año \ I . - N ú m . 2-56 7 Octubre l934 3 0 c é n t i m o s .

' M e d i t a c i ó n ' ' .

Estudio ae mujer, por Bat l les .

Revisla de la semana itedacdon t¡ Admon

Hernu»/*i-UaJ5.

MadU'id Direclror

ANTONIO O. »r. LINARJES "Redáciror-leFe LViS Cr. DC

L l N A l t E S .

^ ^

Page 2: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

d homenaje de £jspa£La a don Miguel de tlnatnttno, con motivo de sit jubilación.

Conquista

S. E. el Presidente dz la República, y, a su lado, el insigne don Migueí de Unamuno, dirigiéndose hacia la Universidad de Salamanca, en la mañana del domingo último, en ocasión de explicar el señor Unamuno la última lección de su vida de catedrático. Jubilado como tal catedrático, el glorioso profesor ha sido nombrado rector vitalicio de la Universidad

salmantina.

hombre que odiaba el maquiiiaie

Al verle la primera vez presintió hallarse frente al hombre de sus ensueños, pero él parecía indiferente. —Alguien la aconsejó que dejara de pintarse los labios... y comenzó a usar Tangee,— que no pinta, porque no es pintura.

DE ANARANJADO CAMBIA A ROSA

Tangee cambia de color en sus labios.—En la ba­rrita es anaranja­do, pero aplíque-selo y verá cómo adquiere el tono rosa que mejor armoniza con su rostro. Tangee, a base de co ld cream, suaviza los labios, los em­bellece y no los agrieta. Además Tangee es per­manente y no se reseca. Si desea un tono más obs­curo pida el Thea-trical—especial para uso de no-chey para artistas.

SIN RETOQUE: Los labios >in retoque cui siempre parecen marehttos y avejentan el rostro. PINTADOS: Evite el parecer pintarTajeada. A los Kombrcs les desagrada este as­pecto. C O N TANGEE: Se ariva el color natural, realza la belleza y evita U apariencia de pintora

Sr. O. FEDERICO B O N E T - A p a r t a d o ^ O á Madrid-Incluyo en sellos de correo: Ptos. 2,50 pora estu­che completo (6 artículos), o Ptos. 1,50 para mues-tros de láptz, rouge, compacto y polvos.

Nombre DomictMo , Población

Don Miguel de Unamuno leyendo, en el Paraninfo de la Universidad da Salamanca, el magnífico discurso que cons­tituyó su última lección. ¡Fots. Alfonso)

crónsca

A h o r a se v e n d e m á s b a r a t a l a " S a l d e F r u t a " E N O *

Los nuevos precios son:

Frasco corriente ^

Pesetas ^ " l F r a s c o g r a n d e ^ 5O Pesetas

¡ T I M B R E

Concesionario; FEDERICO BONET

I N C L U I D O )

• Apartado 501 • Madrid_

SAL DE FRUTA

Page 3: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

t i n a fotografía de arte» por BatUes. crónica

•uta modelo española.

Page 4: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

tXkOS

vele­ros del

Me­dite-

Aun quedan en todos los mares infinidad de veleros que, lentamente, como hace muchos siglos, transportan mercancías de un puerto a otro. La vida de sus tripulaciones es extraordinariamente dura y peligrosa. Son los últimos marineros de verdad.

neo M a r m e r o s le ver­

dad.

c OMO hace cinco siglos, unas velas blancas recorren perezosa-

I mente las costas del Medi­terráneo. Son barcos de ca-

, botaje, que llevan mercan­cías de Alicante a Valencia o de Almería a Barcelona. Desde los vapores de línea se los ve en a l ta mar Im-lando sobre las olas. A ve­ces van tan cargados, que únicamente parecen sobre­salir del agua las velas ten­didas bajo el viento. Nave­gan con cualquier tiempo, luchan bravamente con to­dos los temporales y es un milagro que no den con la quilla en el fondo del mar cada vez que hay mar gruesa. Sus tripulaciones están compuestas de marineros de verdad. Ellos mismos lo dicen.

—En un trasatlántico no hay más que tres personas que pueden calificarse de ma­rineros: el capitán, el piloto y el primer oficial. Los demás son mecánicos que per­manecen durante toda la travesía encerrados en las entrañas del buque: electricis­tas, camareros, cocineros, mozos; en fin, gentes que lo mismo podrían trabajar ahí que en otro lugar. Nosotros somos los últimos marineros auténtictw. Conocemos el mar mucho mejor que ellos, porque estamos infinitamente más cerca de él, porque aun no lo hemos vencido.

Es a bordo de un tres palos de cabotaje anclado en el puerto de Alicante donde unos marineros me hablan de su existencia, tan dura. Dos días van a permanecer aquí, y en cuanto el barco haya descargado meterán lastre en la cala y pondrán proa a Barcelona.

Las escalas no significan descanso. Se aprovechan todos los momentos para, re-paRir el velamen, pintar, calafatear, arrancar algas, limpiar la cala... Al atardecer, los hombres saltan a tierra y se meten por las callejuelas sórdidas del puerto en busca de diversiones baratas.

La codna se hace sobre cubierta, y a veces, en alta mar, una ola de|a sin comida a la tripulación. Pero ni estos percances, ni la continua labor de subir y bajar a los pa* los para arreglar las velas, hacen perder la sonrisa a esos rudos marineros levantinos

(FoU. Edk)

cronsca

Page 5: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

Vean ustedes, a la izquierda, ei piloto de un velero alicantino, para quien las bruscas tormentas del Mediterráneo ya no tienen secretos.—A la derecha: la escotilla que da acceso al dormitorio común, donde, por turnos, descansa la tri­pulación. Es un lugar sin luz ni ventilación, amueblado con unas estrechísimas literas duras e incómodas; pero donde

los hombres, rendidos de cansancio, duermen como en la cama más blanda y confortable del mundo.

Se ha anclado en un puerto. Durante unos días, mientras dura la descarga, los marineros van a gastarse alegremente el poco dinero que han podido ahorrar, en aventuras amorosas, en vino y en tabaco. Pero antes de saltar a tierra hay que borrar las huellas de todas las fatigas del viaje. Y sobre cubierta, ante unos trozos de espejo, se lavan, se afeitan

y se cortan el pelo. (Fots. Erlk)

viaje, un paquete de mar se metió dentro del barreño donde sacábamos un magnífico arroz, que todo el equipaje había olido ya. Fué el día más triste que re­cordamos de nuestra vida de marineros.

L a esperanza d e l a a v e n t a r a m a r a v i ­l l o s a . Cuando el barco está anclado en algún puerto, los

marineros se levantan al amanecer. En el mar duer­men, turnándose, muy pocas horas. Y en los momentos difíciles, cuando hay temporal, entonces no duerme nadie.

—Así—me dice el piloto—^hemos pasado, en algunas ocasiones, tres días. Setenta y dos horas sin dormir y luchando con el mar, ya es una buena paliza.

Hay un dormitorio común para todos. Con objeto de que no reste lugar a las mercancías, es de un tamaño tan reducido que de cada litera a la de encima cabe justo el ctierpo de un hombre tendido. No tiene más fuente de luz y de ventilación que la escotilla por donde se entra.

La tripulación de este velero no está a sueldo, sino a tanto por ciento. Si el viaje ha sido feliz y la mercancía se vende bien, cobran algún dinero; cuando ocurre lo contrario, han trabajado de balde.

Algunos tienen novia en un puerto. Su ilusión enton­ces es reunir algún dinero para comprar una lancha de pesca y abandonar la embarcación. Pero son los menos. Casi todos han renunciado a un hogar en tierra firme. Desean vivir así toda la vida, y morir en el mar. Además, no hay uno que no tanga en su imaginación una aventura sorprendente en la que aparecen tesoros enterrados y misteriosas islas exóticas. Con un tras­atlántico se sabe siempre adonde se va y a la hora en que se llegará. Con un velero no hay nada seguro, y lo inesperado, lo maravilloso puede sui^ir a cada ins­tante.

—Vivimos pobremente—me dicen—. Somos los últimos vagabundos del mar. Pero sabemos que la aventura puede presentarse algún día, y esta esperan­za nos hace más felices de lo que ustedes, los hombres de tierra, pueden suponer.

L. G. BE L.

Hay sobre el puente una diminuta cocina, metida en una especie de garita tan reducida que el cocinero tiene que salir de ella para pelar el caldero de patatas.

—Los días de temporal—me dice—las olas se estre­llan contra los tabiques de la cocina, y algunas veces nos hemos quedado sin comida. Durante el último

crdiiíca

Annncie usted en C R Ó N I C A y verá prosperar su wkeíocio.

Page 6: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

Pá¿uia ¿e Federico Ribas . ^ 99 "Mañana d« Octabre, o el primer frío erantes

Page 7: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

A.calya d e ser b o t a d o a l a ¿ a a eai O y d e b a n k ( I n g l a t e r r a ) e l m a ­y o r t r a s a t l á n t i c o ¿ e l m u n d o .

Dos aspectos del nuevo gigante de los mares, Cunarder 534, al qae se ha dado el nombre de «Queen Mary». Des­plaza 74.000 toneladas, tiene 311 metros de largo y 42 metros de alto, y se espera que bata todos los «records» de veloci­dad establecidos basta ahora por los trasatlánticos, realizando la travesía desde Inglaterra a los Estados Unidos en

menos de cuatro días. (Poti. p. Orifio)

PELO SIN CASPA Mantener el pelo sin caspa, medíante el uso periódico del Pe t ró leo Gal : he ahí el primer cuida­do para con­servarlo sano y para darle vigor y belleza

PETRÓLEO GAL FRASCO, 2,50 T I M B R E A P A R T E

Page 8: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

CRÓNICA preéii]i.ta a don Pedro Ricos

Sen. ilcaldi de M a -enor aicaiae» ^4ue retormasi ae drid prepara el AyiiiiLtamieitto para

esita temporada? Obras Hue contribuirán a mitigar el paro obrero^Planes del Ayunta­

miento en orden a la Asistencia Social y al problema de la mendicidad.

Lo 4tte se bará para mitigar la carestía de las sabsistencias.-Cón&o se

preocupa el Ayuntamiento de las cuestiones de Ensc&anga.

DON Pedro Rico ha tenido para CEÓNICA la genti­leza de contestar amable y ampliamente a to­das las preguntas que ha querido hacerle el

reportero. De la importancia de sus manifestaciones, la mayor parte de las cuales revelan planes y proyec­tos hechos públicos hasta este momento, puede juzgar el lector a continuación. Oigamos lo que dice don Pedro.

Las relormas obrera.

de Madrid y la crisis

—La proximidad de la estación invernal, en estos instantes de aguda crisis obrera—dice don Pedro— constituye una honda preocupación para la Alcaldía madrileña.

Con el fin de mitigar los estragos que ocasiona el paro y, por otra parte, inspirándose en el propósito de realizar aquellas obras que exigen de modo más apremiante su pronta ejecución, si se quiere afrontar el problema de la reforma de Madrid—que nos halla­mos planteado—, hay en estudio diversos planes, que en breve se pondrán en marcha.

Entre las obra? que primeramente han de empren­derse, figuran las siguientes: el plan de reforma inte­rior, cuj'o trabajo está próximo a terminar y se halla pendiente de que se formulen unas Ordenanzas, y el trazado general, para presentarlo al Gobierno y solici­tar la reforma de la ley de 1895, de modo que permita poder empezar las obras inmediatamente.

Al Ayuntamiento le preocupa también iniciar obras de acuerdo con el Estado, para lo cual, en la última reunión celebrada en el Ministerio de Obras Públicas se ha acordado llevar a la práctica la construcción de un gran paseo a lo largo del A broñigal y de la Caste­llana, con arreglo a ios proyectos municipales. Las obras a realizar en el primero son la construcción de una calzada central y aceras; simultáneamente, el Ayuntamiento irá" haciendo las expropiaciones de las fajas laterales, que permitan la realización del pro­yecto en su totalidad, lo que conducirá a una avenida del tipo de la Castellana, que será una de las grandes arterias Norte-Sur del futuro Madrid.

Próximamente se hará la inauguración oficial de las obras del Viaducto, ya comenzadas. Se está constru­yendo una pasarela con el fin de que no quede inte­rrumpida la circulación durante el curso de los tra­bajos. Dichas obras coincidirán con el anuncio de la subasta de la vía San, Francisco-Puerta de Toledo.

También en breve se dará comienzo a las obras de instalación de las Estaciones de Depuración que tantos beneficios habrán de reportar en orden a la higiene pública.

En estos instantes están a punto de resolverse Jas gestiones entabladas entre el Instituto Nacional de Previsión, el Ayuntamiento y la Empresa adjudica-taria de la construcción de 2.700 viviendas, que es de esperar se resuelvan pronto favorablemente, lo que consentirá dar comienzo a las obras con rapidez.

Además, existe en preparación un proyecto para ampliarlas obras de saneamiento del subsuelo, el cual, una vez aprobado por el Ayuntamiento y por el Mi­nisterio de Obras Públicas, se pondrá en marcha se­guidamente. Otra de las obras a ejecutar en el próximo invierno es la construcción de una Estación de inci­neración de basuras, pendiente sólo de algunos trá­mites que se solventarán rápidamente.

En el Ensanche se acometerá en breve la urbaniza­ción completa de la primera y tercera zonas del mismo.

L a s s u b v e n c i o n e s ^ n e o t o r g a e l A y u n ­t a m i e n t o p a r a l i n e s b e n é f i c o s y d e A s i s t e n c i a S o c i a l .

—Independientemente de tales obras—continúa el ilcalde—, el Ayuntamiento se preocupa de contri-juir al sostenimiento de diversas Sociedades obreras.

El popular alcalde de Madrid, don Pedro Rico.

destinando a ello sumas de consideración. A saber:

445.000 pesetas entre So­ciedades obreras que tie­nen establecido el socorro de paro forzoso por causa involuntaria; 30.000 pese­tas ent re Mutual idades obreras que tienen estable­cido los socorros de enfer­medad y accidente del tra­bajo; 50.000 pesetas entre Sociedades benéficas que tienen establecidos los au­xilios médico-farmacéuti­cos, y 30.000 pesetas de subvención a la Mutuali­dad Obrera.

Para atenciones benéfi­cas, destina también las si­guientes cantidades:

20.000 pesetas a la Aso­ciación de la Prensa, con destino a fines benéficos; 10.000 pesetas al Montepío de Serenos, para iguales fines; 1.500 pesetas a la Unión de Maceros, Porte­ros y Ordenanzas del Ayun­tamiento, y 10.000 pesetas al Patronato de Homenajes a la Vejez, para pensiones a mayores de se ten ta y cinco años.

Esto aparte de las con­siderables cantidades des­t inadas para el raciona­miento de los necesitados, el importe de las cuales se viene consignando men^ sualmente en notas perio­dísticas.

En orden a la Asistencia Social y al problema de la mendicidad, el Ayunta­miento tiene en estuoio—y a este fin se ha designado una ponencia—un plan que permita atender a imo y otro aspecto de ese comple­jo problema.

L a c a r e s t í a ¿Le l a s s u b s i s t e n c i a s . — L l A y u n t a m i e n t o s e p r o p o n e i n t e r v e n i r d i r e c t a m e n t e e n l a s o p e r a c i o n e s de c o m p r a - v e n t a .

—Con respecto a la carestía de las subsistencias, la Corporación proyecta reorganizar el funcionamiento de los mercados centrales, con el fin de intervenir di­rectamente en las operaciones de compra-venta; estudiar un plan básico y completo de mercados de distrito, para suprimir la venta en la vía pública; construir una lonja de contratación para aquellos artícu los alimenticios que no se expendan en los mercados centrales; conslnür un mercado central de leche, que reglamente el comercio de este producto alimenticio, con las máximas garantías sanitarias que exige. Y otra serie de medidas relativas a la instalación de cámaras frigoríficas y su reglamentación; creación de un Cuerpo de inspectores de Abastos, la expedición de papeletas de tránsito y la centralización en el negociado de Abastos de todos aquellos asuntos que se relacionan con la venta de artículos de consumo.

L o s g r u p o s e s c o l a r e s . — S e v a n a i n a u g u ­r a r Z8 n u e v o s c o m e d o r e s » c o n c a p a c i ­d a d p a r a 3 . 0 0 0 n i ñ o s .

Y, finalmente, este Ayimtamiento, como es del do­minio público, viene preocupándose desde su consti­tución, con especial interés, de las cuestiones de Ense­ñanza. Próximamente se inaugurarán 28 nuevos come­dores, en otros tantos grupos escolares; y se propor­cionará comida sana y abundante a cerca de 3.000 ni­ños, 'téngase en cuenta que en la actualidad vienen a ser unos 4..500 los que disfrutan de este beneficio en los grupos escolares en que se halla instalado el servicio de cantinas. Además, hay en ejecución diver­sas obras de reforma y ampliación en 10 grupos esco­lares, en los que el próximo año se inaugurará la ma­trícula y se establecerán diversos servicios complemen­tarios, «tales como comedores, roperos, etc.

I.asta aquí las palabras de don Pedro Rico. Por nuestra parte no tenemos que añadir más que nuestro deseo es que tan bellos propósitos se conviertan cuanto antes en benefif iosa realidad para los madrileños.

RAMÓN M A R T O R E L L

DESECHAD LAS CREMAS INERTES

¿Qué mujer no suspira por esto radiante lo­zanía y esta tez ju­venil que maravillan?

Mas no son de es­perar tan envidiables resultados con cre­mas i ne r tes , , sino usando una que seo sano, activa y admi­rablemente equil ibra' do " en sus compo­nentes, al por que delicadamente perfu­mada.

Esta es la

CREME SIMOH

«^«•S^DET<Mt ciu Henar

crónica

Page 9: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

R i c a r d o H a u p t -maitn» acusiado de ser uno de los rap«-tores y asesinos del k i j o de l g l o r i o s o aviador Lindbergli, ve aproximarse la silueta pavorosa de

la silla eléctrica*

£1 niño dormía bajo un cielo Ae cuento lit-' fautiL-La escalera por donde subieron los ase-» sinos. Hauptn&ann de­latado por el oro—'La silueta desvaída del

vagabundo Tisb.

LA detención en Norteamérica del alemán Ricardo Hauptmann—acusado de ser uno de los secuee-tradorcí? y asesinos del hijo de Lindbergh—da una

dramática actualidad a este sensacional suceso, acae­cido la noche del 3 de Marzo de 1932 en la casita de campo—blanca como el sueño del niño—del glorioso aviador en Hopewel!, Estado de Nueva Jersey.

Pocas veces la tornadiza fortuna ha tenido para un hombre tan mtéticas alternativas como las tuvo con el famoso aviador. La suerte sometió a Lindbergh a su trágico juego elevándolo en un instante a las cimas, casi inaccesibles, de la notoriedad universal y de la gloria, para hundirlo poco después en la desespsra-<i(')n y la tristeza. Y es que la fortuna, cuando vuelca con exceso sus favores sobre un homljre, parece que sp arrepiente de su prodigalidad y trata, sañuda y taimada, de rescatar lo i{ue le pertenece. .

El 3 de Marzo de 1932, Lindbergh—glorioso, admi­rado y rico—descansa de sus afanes, al lado de su espo-í a, en su casa de campo en Hope.vell. Su hijo—un frío rubio y sonrosado que es la gracia y ei encanto del hogar—-duerme en su cunita, jtinto a la ventana abierta del cuartito, bajo un cielo de cuento infantil, donde titilan las estrellas y donde el buen Dios—se­gún las leyendas hogareñas—cuidfv y prot«ge los sxie-ños de los niños. El baby estaba solo en su ¿pequeña habitación del piso alto, en tanto sus padres, abajo, leían tranquilos los periódicos, después de cenar. Y en osTOs momentos dulces y apacibles, cuando quizá los padres hicieran, entre lectura y lectura, algún co­mentario acerca de las gracias del f)equeñuelu, las ííombr<¿s siniestras y abominables de unos bandidos subían, como sucias sabandijas, por una escalera, agarrando con sus manos codiciosas y brutales el forpezuelo del crío, qué era un.tesoro para los padres y otro para los desalmados. La fortmiade Lindbergh era la desgracia do sti hijo.

l.,a noticia del rapto de la criaturita llena de horror a ia« (rentes. 8c moviliza íin ciército politíacío. se

Bemard Richard Hauptmann, detenido como presunto autor aei rapto del hijo de Lindbergh, aparece pálido y temblo­roso al través de tos barrotes de la cárceL Niega su partídpadón en el aunen; pero cada día la Polída acumula más

pruebas en contra suya, y la sombra de la silla eléctrica se proyecta trágicamente en los muros de su celda.

He aquí al «baby Lindbergh», víctima inocente de la infinita crueldad de los hombres. El pobre níno, que se asomó a la vida rodeado de mimos y cuidados, y al que paretía esperar una infancia feliz, apareció muerto en un campo pró«

ximo a la casa de sus padres. (Fou. Prtasa Critica)

crdnsca

Page 10: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

£ste es el dinero que ha delatado a Hauptmann. Los cincuenta mil dólares entregados por Lindbergh para rescatar a su hijo fueron señalados por la Policía, con ob|eto de descubrir luego a sus poseedores.

La esposa de Ricardo Hauptmann ha sido también detenida para que explicara la procedencia de esos 13.000 dólares que pertenecen a la serie entregada por Lindbergh a los raptores de su hijo, y que han sido hallados en poder de su marido. Véanla conducida por los agentes. En el ángulo inferior derecho: el más reciente retrato dé Hauptmann, ob­

tenido por la PoÚda norteamericana.

SEÑORA: Recuerde que las famosas

Perlas ' ' F E M I ' ' hacen reaparecer rápidamente y sin peligro

LA REGLA S U S P E N D I D A

por cualquier motivo

Sólo Perlas " F E M I " evitan molestias mayores de lamentables consecuencias

PRODUCTO MODERNO Y ÚNICO. DE ACCIÓN SE6ÜR*

RECHAZAR IMITACIONES QUE APROVECHAN LA FAMA DE ESTE CELEBRE PRODUCTO

Venta en Farmacias y Centros de Específicos

De no bailarlo en su localidad, se remite por correa certi­ficado y reservado, mandando so imparte, Ptat. 14*50, al

Concesionario B A S T A R D

Calle Fivolier, 48 • B A R C E L O N A

(Fots. Prcasi Gráfica)

excita a las autoridades, se hacen infinitas cabalas y se escriben alegatos tan sentimentales como inútiles. Una oleada de emoción recorre el país del dólar, en donde el negocio y el afán de dinero seca a veces el sentimiento, convirtiendo en mercancía publicitaria hasta las más íntimas tragedias. Un periódico norte­americano, el Daily Nexos, ofrece 50.000 dólares a quien descubra a los autores de la fechoría. Los más hábiles agentes escudriñan los campos, buscan entre la hez de los suburiños y de los puertos, persiguen y encarcelan a muchos 'jav/jskrs y buscan el apoyo de los delincuentes para esclarecer el delito. Los más za-horíes—que siempre .se equivocan—suponen que los bandidos que han raptado al niño no le harán daño. Aquello no es más que irnos de esos formidables ckan-tages, tan numerosos en Norteamérica. Los bandidos exigen 50.000 dólares por restituir a sus padres ei niño, y el coronel Lindbergh se apresura a entregarlos' IWas después aparece el cuerpo del bahf) destroisado en. un matorral cercano a la casa. El aviador extraor­dinario que había salvado todas las alturas caía víc­tima de su elevación social. El símbolo del Gólgota se bacía realidad en el héroe, pues todo aquel que re­base la mediocridad y la supere, forzosamente será crucificado.

Pero el dinero que arma el brazo de los criminales los delata. Los númerors de los biUotes e».tregadob a los malhechores han quedado en poder de las autorida­des y agentes. Y comienzan a aparecer en el condado de Bronx los billetes delatores. Un día el encargado de un garaje—a quien HauptmaJín compró cinco galo­nes de gasolina y le dio para el pago un certificado oro por valor de diez dólares—sospecha del comprador y lo delata. Porque Hauptmann. con esa escupida fanfarria y petulancia que da la posesión del dinero a muchos hombres, dice al encargado del garaje que él posee un centenar de billetes de aquéllos. Esta jac­tancia, en la que incurren con frecuencia los ladrones, le señala a Hauprmann el camino de su perdición' Junto a la figura del secuestrador surge la silueía des­vaída del desdichado Fish, un vagabundo que pase» sus hambres por los paseos y calles como perro famé­lico. Pero la Policía estima que Fish no es culpable, «pues lejos de poseer dinero, .se vio obligado a dorm"" en los bancos públictw antes de regresar a Alemán)»' donde murió». Y es que para la Policía norteamericana es siemjjre sospechoso el hombre de dinero, al revés que para la Policía europea, para la cual todo el q"* no posee un cuarto es un presunto delincuente.

Hauptmann, pálido y tembloroso, rechaza todas l»- pruebas acusadoras que lo abruman y conspiran con­tra él, Pero los billetes cogidos por el rescate del fx'-^ adquieren una trágica corporeidad para el secuestra­dor. Es la cotlicia brutal, bruja de garfios de hierro y de ojos hundidos y fosforescentes, que convirtió e' verdugos a los secuestradores del infeliz niño de Lin"' bergh, los que al dejar vacía una cuna no sospecha­ban que llenarían con sus cuerpos el hueco terrible' mente siniestro de I.T .silla cléflrjca.

.rULIO ROMANO

crónica

Page 11: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

Bajo el si^no del ^^polissioir"» a la Itora bruja dLe la media noclte**.

•••o d e c ó m o l a pr ix icesa M a r i n a d e Grrecia consiguió» con itn a r d i d muy f emeniíto, 4ue el príncipe Jor^e de In-'

¿laterra le declarara siit amor. III (Véase el principio de esta información en el anterior nú­mero de CRÓNICA, corres­pondiente al 30 de Septiem­bre último.)

TERMINABA el capítulo anterior en el momento en que, después de haberse conocido en Londres, de haber bailado juntos en las solemnes fiestas

de la corte inglesa, y de haber sido, asiduamente, ca-maradas deportivos en las mañanas dedicadas al tenis, al golf o a la equitación, la princesa Marina de Grecia y el príncipe Jorge de Inglaterra se habían sentido ligados por una gran simpatía mutua... Y así como para el príncipe esta simpatía no pasaba de tal Qi aparecía como prólogo de futuro amor, para la princesa, en cambio, semejante cordialidad era ya dulce esperanza de un idilio, de una promesa y, al cabo, de una boda.

Guardó la princesa Marina el secreto de su amoroso ensueño, pero lo guardó lo bastante mal para que una dama de la alta aristocracia inglesa—kdy C , dama de edad avanzada y de gran perspicacia—pudiera darse pronto cuenta del verdadero alcance que para

la joven princesa tenia la amistad existente entre ella y el príncipe.

Lady C. goza en la corte inglesa de gran prestigio por su inteligencia y por sus extraormnarias dotes diplomáticas; y es una de las personas a quienes más quiere y respeta el príncipe Jorge.

Al descubrir el secreto de la princesa Marina, Lady C. reflexionó. Pasó mentalmente revista a las prince­sas casaderas que aún quedan en las cortes europeas, o en el grato refugio de desterrados que es París. Y llegó a la conclusión de que, en verdad, la princesa Marina se lleva la palma de las buenas cualidades: belleza, bondad, inteligencia, cultura, salud... Sólo le falta, para ser lo que en sociedad se llama mn buen partido», la riqueza. Después del segundo destrona­miento del rey Constantino de Grecia, su tío, la prin­cesa Marina pasó con sus padres a París, vivió en un piso alquilado, eso sí, en una casa de vecindad del aristocrático barrio de Passy, y se educó y estudió en colegios y en aulas frecuentadas por la legión de muchachas, tanto francesas como de todos los países del mundo, que forman su espíritu en la Villa Luz... Pero gracias a esta modestia la princesa Marina se libró del ambiente de asfixia espiritual que crean a los príncipes en los regios palacios los preceptores y los profesores escogidos. Y vivió y creció en contacto con la vida y con la realidad, aprendiendo a ser mu-

La princesa Marina de Grecia saliendo de una gran casa de modas de la parisiense Rué de la Paix, después de reali­zar compras, sonríe amablemente a los «reporters» gráficos y a los operadores de cine.

(Fot. P. GtáHca)

crónica

Recordando sus tiempos de estudiante en París, la prin­cesa Marina ha ido a visitar a sus buenos amigos los ds-nes de! Bosque de Boulogne, y les ba dado de comer,

como cuando era niña-. (Fot. P. GtáHca)

jer, que es mucho más importante que ser princesa. Todo esto recordó y pesó en la balanza de sus deci­

siones la excelente y perspieaz Lady C. ¿F-ortuaa per­sonal?... ¿Para qué la necesita la esposa de un prínci­pe de Inglaterra, que es uno de los hombres más ricos del mimdo?...

No... No era una esposa multimillcriaiia lo que el príncipe Jorge necesitaba... Era una mujer capaz de enamorarle, primero, y de hacerle feliz, después. Era una mujer que le apartara de esa vida de soltero irreductible, de gran corredor de «farras» y de hombre poco serio, a través de la cual está llegando al prólogo de la vejez su ilustre y pintoresco hermano el prín­cipe de Gales. Y jqué princéta mejor dotada que la princesa Marina para desempeñar ese papel?

Lady C. resolvió, al término de estas meditaciones, poner toda su influencia y toda su diplomacia al ser­vicio de los secretos anhelos de la princesa Marina. Y en la primera ocasión en que el príncipe Jorge se acercó a ella para saludarla, Lady C , que ya contaba con la venia de su rey y de su reina, llevó la conver­sación a terreno propicio, y en momento oportuno preguntó al príncipe:

—^Vuestra Alteza, ¿no ha pensado nunca en casar­se?... ¿No halló en su camino alguna princesa lo bas­tante bonita y atractiva para renunciar, por ella, a la existencia un poco triste, a la larga, del soltero?...

El principe rió de buen grado; reconoció, gentil­mente, que en la vida del hombre hay un límite pa­sado el cual la soledad pesa, y acabó examinando «n poco en broma sus recuerdos de las princesas conoci­das, no para encontrar entre ellas a la esposa futura, en la que aún no había pensado, sino para distraer a su vieja y buena amiga Lady C. AI llegar al té. mino de su revista crítica el príncipe no había hablado de la princesa Marina. Lady C. juzgó que esto era sínto­ma de buen augurio, y se aventuró a insinuar:

—^Vuestra Alteza se ha dado cuenta, seguramente, de las excepcionales cualidades que atesora la prin­cesa Marina de Grecia...

—Sí...—^respondió el príncipe, y añadió, tras de una pausa—... y creo que sería la única con quien me casaría si al cabo decidiera casarme...

Sonrió Lady C , y cambió hábilmente de conversa­ción. Pero aquella misma noche sabían los reyes de Inglaterra lo que el príncipe había dicho, y Lady C. informaba también del asunto al príncipe Pablo de Yugoeslavia, casado con una hermana de la prin^sa Marina y huésped, en aquellos días, de los soberanos ingleses.

Al abandonar Londres, el príncipe Pablo invitó al príncipe Jorge a pasar las vacaciones del verano úl­timo en Yugoeslavia. Y, naturalmente, la princesa Marina y sus padres fueron invitados igualmente.

En Agosto pasado, e! príncipe Nicolás de Grecia y su esposa, la princesa Helena, padres de la princesa Marina, se instalaron en la residencia veraniega de

Page 12: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

Señora PERLASFEMI

• EL PERIODO lUIPENDIDOt VOLVERÁ RÁPIDAMENTE

• y $IN PELIGRO CON, I PRODUCTO MODERNO DI' I ACCIÓN SEGURA \

VENTA EN FARMACIAS •

Un grupo familiar, obtenido en el castillo de Balmoral, residencia de los soberanos británicos. De izquierda a dere­cha: la princesa Helena, madre de la princesa Marina; el rey Jorge V de Inglaterra, la princesa Marina de Grecia, el principe Jorge de Inglaterra, la reina Mary de Inglaterra y el príncipe Nicolás de Grecia, padre de la princesa Marina.

(Fot P. Orifica)

los reyes de Yugoeslavia. Y la princesa Marina fué a pí^ar el vertm con su hermana en el «castillo» que al pie de los Alpes Julianos posee el príncipe Pablo. A esta misma residencia fué a veranear el príncipe Jorge de Inglaterra.

Ya están los futuros novios reunidos, y en un am­biente familiar, más propicio al deseado idilio que el de la rígida y protocolaria corte inglesa. Pasan juntos todas las horas del día; son, de nuevo, camaradas in­separables en las excun-iones y en los campos de tenis

y de golf; y en las veladas son compañeros ante la mesa de juego, o retirados a un extremo del salón sos­tienen largas conversaciones... Pero los días pasan y el príncipe no se declara... Parece encantado; se mues­tra afectuoso y atentísimo; permite, por su actitud, abrigar la esperanza que todos persiguen y que anhela con toda su alma la bella princesa...; pero no se de­clara...

Una noche en que en el gran salón del «castillo» 1» velada se prolongó hasta cerca de las doce, había lle­gado el momento de recogerse y cada cual se disponía a retirarse a sus habitaciones. Despidiéndose ya, e' príncipe Jorge indicó su deseo de que temprano, en la mañana siguiente, se avisara a una manicura para remediar el descuido en que tenía sus manos... En­tonces la princesa Marina tuvo el momento de inspi­ración que toda enamorada tiene a la horc de jugar la carta decisiva, y reteniendo al príncipe, le dijo:

—Esperad un instante... Yo soy tan buena mani­cura como las muchachas que ganan su vida con ese oficio... Voy a buscar mi «caja de uñas» y yo misma os arreglaré las manos...

Dos minutos después el príncipe entregaba sus ma­nos a la priiictísa. y la princesa limaba y pulía las uñas del príncipe con tai;''o cuidado que, dando las doce campanadas de la hora bruja de media noche, el prin­cipie se apoderó, primero, del polissoir que la princesa manejaba, y después de las manos finas y un poco temblorosas ya de la princesa, y balbució las don o tres eternas palabras que unen para siempre dos co­razones y dos vidas...

Radiante de felicidad, la princesa recogió sus útiles de manicura y fué a arrojarse on brazos de su herma­na... Y el príncipe, aquella no^lic, en la soledad de su habitación, contempló largamente sus uñas pulidas, brillantes y bien talladas, y sonrió pensando que el fino acero esgrimido por la princesa bella le había cortado también las alas..

A. G;

R E S U R G I M I E N T O

Neurastenia general

Sr. 0. M/lff DO KWOÜilL Mata Un^inaona, j^ggS^r: - -•^—•'~"^-~-'--'--—.'.~-—""-"""" •*•' - ^

Remítonm« «n sofar* corrfvntft, y i ín ***"5||[ll5^' ém nlnBwnti tim%; «I folUto cianfffico »«br« **

Nombre y apel l idos

Pobioción y calle

Pfovíncío

Page 13: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

(|xtraord¡i\ai1o de Otoáo ^ Ipcscfa SOttni/.

«'oble portadla» a todo color* pintadla por el maestro de dibiuantes españoles Federico Ribas, para el Extraordinario de Otoño, de CRÓNICA. (Fot. Vide.)

E I próxixuLO miérco l e s9 d í a lO del mes actual» Se p o n d r á a l a v e n t a

e l t e r c e r

fyXtraoi-diiiL£Lrio

CRÓNICA dedicado a los ú l t imos d íAs d e l v e r a n e o y a l i*eitacer de la v i d a CÍH'-4 a d a n a e n el comienzo

del Otoño* ^n este E^xtraordinairio se publica» ' Án las fotografías de las más he^ *las bañistas en "máíUot*'» presen­

tadas» dorante este verano, al

QUAN CONCURSO OR­GANIZADO POR "CRÓ­NICA" EN LAS PLAYAS

ESPAÑOLAS. t o s l ec tores d e C R Ó N I C A d e s í ^ '^arán, por votación efectuada nue»

«En la noche de luna, el baño sin «maillot», en la playa desierta». Una de las magníñcas fotografías que a toda plana se publican en el Extraordinario que CRÓNICA de­

dica al fín del veraneo y al comienzo del Otoño.

diante «nipones especdalesa cuál de estas bañistas es la más bella y n&e-jor presentada, siendo, por t»Ato,

naereeedora del premio de

MIL PESETAS otorgado por C R Ó N I C A .

DoMe portada a todo color, pinta­da por Federico Ribas.

Magníficas fotoj^rafías de arte, iKr-ntadas por Manassé, D*Ora, Woli% Perckkanan&er, Bat l l e s y Van de FoU, los seis mejores fotó^afos de

arte del mnndo.

Tres apuntes, a toda plana, de mu­jeres en la playa, por Ribas.

M a g n í f i c o s d i b n j o s d e P e n a g o s , E s ­t e b a n , A - f t e c b e , B e l l ó n , G a r r i d o ,

A n t e ^ n e r a A z p i r i , e t c , etc .

R e p o r t a j e s , a r t í c u l o s l i t e r a r i o s , crónicas bcin&orísticas» y siempre

textos interesantes y an&enos.

Ciea pááinas. Precios lySo ptAsi.

Page 14: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

He aquí dos muestras de los castillos humanos que, desde la Candelaria a la Merced, levantan, para admiración y solaz de las muchedumbres, estos atletas sorprendentes, que practican d deporte de más puro Unaje catalán, y que hoy son de nuevo, como en días pretéritos, la mayor atracción de cualquier festejo.

CRÓNICA en Catalana.

Los ''Xiüuets de Val l s* ' l e v a n t a n ya» por toda la t¿e«-rra c a t a l a n a , stás asontl>rosos easiti-'

l í o s Imn&anos. "iRecord!**—"Amateora" y prof e s i o n a -

lc«»—{Fneron l o s i>elaa^os?

L A Colla Nova de Valls acaba de levautar en To-rredembarra el tres de vutt. Como la hazaña no se realizaba desde principios de siglo, sus reso­

nancias han estremecido a todas las poblaciones «castelleras» del Panadas y del Campo de Tarragona. En esta modalidad de los castillos de tres o cuatro hombres por piso, el más alto que se había conse­guido montar en los últimos tiempos era el de siete píaos, erigido hace cuatro años en la plaza de Villa-franca. Lo que ha hecho la Colla Nova ha sido, pues, batir un record.

Hasta no hace mucho, si quería verse actuar a estas collas de xiquets, era preciso marchar a la parte baja de Cataluña y coincidir con la celebración de la, festa major. Ahora se ha operado un renacimiento y las cuadrillas se desparraman por toda la tierra catalana. Las hemos visto en Barcelona, en Vila-rrodona, en Vendell; han hecho sus forzudos ejerci­cios en Villafranca, Tarragona y Valls, y los seguirán haciendo por todc» los pueblos que aun no han cele­brado sus festejos anuales. •

El que toca la «gralla» es un auxiliar indispensable para los «Xiquets de Valls». Sin esa música primitira flaquea-

ría el ánimo de los «castellers»_ (Fots. ToncaU)

crdnsca

Desde la Candelaria a la Merced no paran de en­caramarse unos sobre otros estos atletas admira­bles que practican el deporte de más puro linaje catalán. Y, claro, la cosa ha tenido que industriali­zarse. Los casteUers eran antes amateurs. Hoy son profesionales, con la excepción de Villafranca, qu® por lo menos hasta hace poco mantenían la pureza de la tradición, que consiste en divertir a la gente sin cobrar un céntimo por ello.

Desde luego, aquí los conceptos de amateur y pro­fesional no implican, como en otros juegos, un senti­do de calidad. Unos y otros atletas conocen su ofici£ a fondo y lo practican con perfección idéntica. ^ no sólo esto, sino que las collas de Villafranca ayW" dan con frecuencia a los profesionales de Valls, con los que tienen establecida una especie de alianza eD pugna con los de Vendrell y Tarragona.

Los hombres sesudod han estudiado a fondo c* origen de estos castillos, sin que naturalmente lo­graran ponerse de acuerdo. Para unos se trata de W juego importado por los romanos a Tarraco; otros afirman que fueron los invasores quienes lo apreW dieron de los nativos del país, que ya lo practicaban desde el tiemí» de los pelasgos. La duda, en verdad» es terrible. ¿Fueron los pelasgos o no fueron los p?' lasgos los que implantaron la singular costumbre d^ levantar castillos humanos? ¡Misterio! Y como do» José Echegaray aJ misterio le llamaba arcano y } ^ arcano siempre nos ha parecido una cosa muy seo»' vamos a hacer como que no hemos oído ni habí»' de los pelasgos.

L<M d e l a MaSxcirra y lo» dLc l a R o s C ' T ' I<i]>ci-alcs y car lú ta* .—El « « p i r i t a ** " c o l l a " .

¡Aquellas contiendas famosas en la plaza del BI»^ de Valls entre la colla de la Muixerra y la del Roser-No había nada tan apasionante en todos los ft^*^" jos de !a comarca, ni nada, tampoco, que provocar más ciscos. Las dos cuadrillas rivales se plantaba una frente a otra, y al son de la gralla empezaba» levantar .sus asombrosas torres. Primero se forro»" un anillo de tres o cuatro hombres, con lew brazo

Page 15: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

enlazados. Sobre éstos se encaramaban otros tan­tos, que a su vez aguantaban el peso del tercer ani­llo. Y encima se- colocaba un cuarto y un quinto, hasta lograr que el castell tuviera de siete a ocho pisos, en los que las piernas hacían de pilares y los brazos sustituían el vigamen. A medida que la com­petición avanzaba, las figuras se cambiaban y los ejercicios se tornaban cada vez más difíciles. Era una pugna «aferrisada», como se dice aquí. Si los de la Muixerra hacían el tres de set, los de la Roser debían llegar al tres de vuit, si no querían perder su prestigio.

Como puede suponerse, la lucha no se reducía a la atlética de las collas. Mientras los xiquets trepaban en busca del triunfo, sus partidarios se partían el pecho cantando coplas feroces o insultando clara­mente a los del bando contrario. AI vencer uno de ios grupos, los gritos de victoria resonaban por toda la plaza, «¡Visca la Muixerra!» í<¡Visca la Ro.«er!'> Y la ensalada de palos venía enseguida. Una ensalada en la que participaba todo el pueblo, dividido en dos mitades: la mitad liberal y la mitad carlista, re­presentadas por las collas en competencia.

Cada cuadrilla .se reunía en una tab.'írna distinta y distante. Una en «cala Xata», otra en «cala Amada». Jja presencia de un castelhr en el punto de reunión fie! grupo enemigo indicaba que e! cuerpo le pedía bronca, y los otros se ocupaban de que el cuerpo se fuera satisfecho.

No había manera de conciliarios. Cuando un cas­telhr—un héroe popular, como un buen pelotari o wn buen «cantaor» flamenco—de la Mui.\;erra se enamoraba de la hija de uno de sus competidores, no tenía más que dos caminos: o marcharse a la <^oUa de la Roser o renunciar para siempre al amor de la muchacha. Es verdad que ella podía casarse con el amado, si tan fuerte le había dado la cosa. Pero 9[Ue no contara con el consentimiento de los suyos, que desde entonces se considerarían deshonrados.

Ya han muerto los hombres que integraban los grupos famosos de fines de siglo; han muerto. Isidre •je Rabassó y Antón de l'Escolá, considerados como "Os símbolos por los amantes del tipismo; pero el espíritu de los castdlers se mantiene intacto. Las '^llas. que antes se reunían en «cala Xata» y en «cala :^niada», y que se llamaban de la Muixerra y de la jf oser, ahora son la Colla Nova y la (olla Vella, y ^azan sus planes en la taberna del Bota o en el "ar Modern. El recuerdo de Antón y de Isidre, que, .Va octogenarios, sabían imponer entre sus hombres "Ua disciplina férrea y sujetar ellos solos una torre ' e siete pisos, manticíuc vivo el espíritu de cuadrilla, lue es en realidad lo que informa esta competencia

sui solución posible.

-E.1 **enxaiieta" y l a £ l "tres de vu i t" . "áralla".

oe les llama Xiqmts de Valls, aunque sean de Ta­rragona, porque ,1. A. (Jlavé dedic() a los casteUers ''Ha composición con esto título.

No hace todavía un mes que los vimos en la plaza de Torredembarra, cuando se di.sponían a le­vantar el tres de vuit. Tres hombres se afianzaron ^'i el centro de la plaza, enlazando sus brazos con' los del vecino. Inmediatamente se formó en su tonio wna muralla de espectadores para apuntalarlos, como hace la tierra con los cimientos de un edificio. Lue­go, otros hombres—pie descalzo, calzoncillo blanco, camisa roja—saltaron sobre el compacto grupo y se clavaron en los hombros del primer círculo. Entre­mezclaron también los brazos que habían de sujetar los pies del tercero, y éste hizo lo propio con el cuar-"'O. Se cimbreó la torre, como si hubiese de venirse al ' Uelo. Pero no. La multitud se apiñó aún más, los liúsculos se hincharon bajo las ropas, los hombros laudaban, jadeaban, hincaban los pies en tierra o en as espaldas de los otros, y la torre, después del ba­

lanceo, volvió a quedar firme, ¡ün esfuerzo más! ytros tres hombres se encaramaban. Otros dos—los aom.s—más tarde. Y, por último, el aixecador y el p-xaneta trepaban como gatos para coronar el edi-ticio. El enxaneia, que no debía tener más de ocho *ftos, al llegar a lo alto levantó un brazo y se echó ^ reír. Entonces la gralla tocó en falsete." como si "e derritiera de gusto. La cosa lo merecía. Se había Conseguido, después de treinta años, manttíner firme 1 tres de vuit.

Esta grall/i es esencial a los Xiquets de Valls. Sin Ha parece que f/aquearía el ánimo de los castdkrs

l'^ando construyen el quatre de «e/—siete pisos: cua-''o de cuatro hombres en cada uno, uno de dos, el ai-.^cador y el enxaneta—o el pilar de sis—nn obelisco ^ Seis hombres—. El que toca la gralla va anuncian-^ el pa.so de los atleta.s y luego se detiene junto a '«>s sin dejar de tocar. Es una música primitiva y

^erviosa, cortada a trechos. Como sí quisiera imitar '^ esfuerzo violento de los trepadores. Cuando el '^'•Kiineta levanta su brazo en señal de triunfo, las

En la construcción de los «castells >, lo más importante es disponer la base, que ha de estar constituida por hom­bres capaces, no sólo de resistir el peso de la torre huma­

na, sino de caminar soportando ese peso. (Fot. Torrents)

notas de la gralla se tornan más ágiles y más alegres. Luego se hacen graves y caen como una ducha sobre las espaldas de los casiellers al desmoronarse el edi­ficio.

H a y une nacer e n V a l l s . — L a destreza juega u n gran pape l . — Los objet ivos i n m e d i a t o s . jAh, pero no es suficiente con ser forzudo para con­

tarse entre los buenos casteUers! ¡Qué fuerza podían tener Antón de l'Escolá o Isidre de Rabassó—a quien Xenius dedicó una glosa— con sus ochenta años! Sin embargo, sus castillos ha­cían Ihnya—se venían aba­jo—pocas veces. Es que ellos sólo vivían para le­vantar aquellos formida­bles pilares que abrían la marcha en la procesión y que, en ocasiones, subieron la escalinata de la Catedral de Tarragona. El jefe de la cuadrilla—el cwp de colla— debe conocer a fondo a su gente y saber el pun to exacto en que ha de colo­car a cada xiquet, clasifica­do de antemano por su es­tatura y sus pulmones. Es cuestión do infundir con­fianza. Si los hombres tie­nen la seguridad de que los de abajo se mantendrán firmes no vacilarán en rea­lizar las más estupendas proezas.

—¿Qué es preciso—pre­guntaba yo el otro día— para ser un buen castelkr?

—Haber nacido en Valls. —Algo más se necesitará. —Que el cap de colla sepa

lo que lleva entre manos. Y es que si esto se ob.ser-

va con un poco de atención parece que realmente la fuerza no os el elemento primordial. Porque no to­do consiste on que un círcu­lo se encarame sobro otro, haciéndose éste escabel a su vez; existe también el pilar donde el sentido del equilibrio marcha parigual a la potencia muscular. He­mos visto pilares en los cir­cos; tres o cuatro acróba­tas, subidos uno encima del otro, dan la vuel ta a

la pista, y el público aplaude. Los Xiqíiets de Valls alzan pilares de seis y siet« individuos, y marchan oscilando sobre el empedrado irregular de una calle. Aun hay más. A veces se hace un castillo en el que el primer círculo que se forma es el que quedará en la parte más alta. Se suspende a plomo y se coloca sobre las espaldas del siguiente?. Luego se levantan en igual forma los dos grupos para que descansen encima del tercero, y asi sucesivamente. Es claro que esto no es sólo cuestión de fuerza; se precisa destreza y agilidad, y confianza y una predisposición especial. Cada pueblo tiene unas características que se manifiestan en sus juegos más claramente que en cualquier otra actividad. Los chavales de Madrid nacían sabiendo jugar a los huitos; los de Valls venían al mundo comiendo coca y construyendo castells.

Las cuatro plazas castelleras más importantes ac­tualmente son Valls, Villafranca, Tarragona y Ven-drell. En estos lugares es donde el renacimiento de los xiqmts se ha evidenciado con más fuerza, tal vez por la abundancia de practicantes. También ha sido aquí donde en los últimos años se han levantado las torres más difíciles. En Villafranca se consiguió formar, durante las fiestas de 1930, el cuatro de siete con el pilar de la misma altura en el hueco que de­jaban los hombres que componían el castillo. Desde 1908 no se había podido hacer otro tanto. La proeza realizada por los xiquets en Valls, Tarragona y Ven-drell, al levantar tres veces consecutivas el tres de set, quedaba pálida ante la llevada a cabo en Valls por la Colla Nova, que por lo visto se ha propuesto atacar todas las marcas.

Ahora, después de construido el tres de vuit en Torredembarra, las cuadrillas competidoras tienen como objetivo inmediato el quatre de vuit y el impo­nente quatre de non, del que se habla como de algo mitológico.

Y esta rivalidad deportiva, en la que juega tan importante papel la honrilla del pueblo y quizá el número de los contratos, ha logrado que los xiquets tornen a ser, como en días pretéritos, la mayor atrac­ción de cualquier festejo. Con el envelat y el ball de bastons han formado el triángulo imprescindible de las diversiones populares que este año hemos visto en Barcelona y en algunos puntos del Panados.

G. TRILLAS BLAZQUEZ

a g u a d e c o l o n i a f lores de l campo

M Nk «• í"^* ». *.. V

frasco grande, 1 2 , 5 0

p e q u e ñ o , 2 . 2 5

^é%Má^ '

concentrada • fresca • persistente para el tocador, el lava­bo Y el baito • todos los u s o s de una c o l o n i a , una loción y un perfume.

p e r í u . m e r í a í l o r a l i a . m a d r i d . m é j i c o

crónica

Page 16: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

He aquí uoa fotografía de Paul Laborie, en compañía de una de sus amantes, que fué, por lo tanto, una de sus vícti­mas^. El tal Laborie, que teniendo en la casa de comercio de su madre trabajo honrado a su disposición prefirió vi-Tír, lo mismo en Franda que en España, del inmundo oficio de rufián, podrí ser o no ser el asesino a quien busca la'Policía de su país; pero, en todo caso, otras cabezas más dignas de mejor suerte que la suya cayeron segadas

por la cuchilla de la guillotina—

D '^hiOtickh: os ex^itomores««. P a u l Laborie» el rufián 4iie iiie¿a kaber asesinadlo» pero títie no teme a la ¿«tillo-tina» porgue sahe basta q[ite punto es abyecta y s in V a l o r a lguno sn v i J a

entradas a l Ivainrio. - L «

AGUAFUERTE dei Bam'o Chino, con sus callejones retorcidí» como cepas negras y sus jKjbres mu­jeres acorraladas. Marinos de pnertos distan­

tes, tra£icaiices de polvo blanco y de placeres» obscú-

• » • '

ros, efebos ojerosos. En los recodos, huérfanos de sol, las niñas juegan a llamar a los niños desde los porta­les. Hay mujeres de edad indefinible, muchachos de sexo incierto,, viejas abandonaditS, suciedad, miseria. El vicio del Barrio Chino es el vicio triste del hambre. Un hambre fría, que va hundiendo lentamente, hasta que el barro ahc^a y los pulmones estalltn.

El Barrio Chino es monótono. Las calles de Santa

Madrona, Tapias, Cirés, Mediodía, Cid, tienen una fi­sonomía idéntica. En todas, las mismas tiendas de ropa vieja, los mismos puestos de verdura en los por­tales, las casas de dormir tenebrosas, las tascas, la prostitución, la miseria.

En el Barrio Chino se falsifica habita el aliento. El tabaco rubio es de colillas, la 'oocó» es ácido bórico, las mujeres no son mujeres, los hombres no son hom­bres, los invertidos son tipos alquilados para fingir que lo son ante las caras «babiecas» de los turistas que llegan a Barcelona con salacof y Kodak.

En el Barrio Chino vive gente honrada que no pue­de adaptarse al clima tropical del barrio, y, sin embar­go, sigue en aquellas calles gelatinosas, ennegrecidas por t«Klos los dolores y todas las truculencias.

Faroles agazapados en las esquinas invisibles. Cer­ca de ellos, pero fuera de la zona de luz, hay siempre ima mujer o un «especial» que llaman.

En el Barrio CJiino se puede comer y dormir por una peseta. Claro que la comida es de cart<5n y la cama de piedra.

Pero el hombre se adap ta a todo. Cuando uno desciende a la trágica situación de tener que vivir con una peseta diaria, y cuando le es imposible pro­curarse esta peseta, está ya en el dintel del crimen estúpido, de la aberración monstruosa. De estos des­graciados se nutre el Barrio Chino. De éstos y de los bandidos internacionales, que buscan en su obscuri­dad un refugio seguro.

Al corazón del Barrio Chino le cercan la Rambla, la calle Nueva, el Paralelo, el mar. Del mar llegan *los embarcados», borrachos de horizontes y de cer­veza; maquereaux de la Argentina, tipos siniestros de Argelia y de Marsella. Les que entran por el Pa­ralelo son los domadores de mujeres gordas, con fal­das cortitas y caras despintadas. Los de la Rambla, valientes de jd amb tomaiecs, chulos hambrientos, snobs, turistas. De la calle Nueva vienen los artis­tas fracasados, los cocainómanos, los asesinos.

Paul Laborie vivía en la calle Nueva, y antes de que le acorralaran, arrastró su miseria por las tapias desconchadas de Atarazanas.

Paul Laborie, después de su detendón en Barcclo»*f aguarda, esposado, el primer interrogatorio a que I« '^' metió el señor Baquer„ Es hombre de rostro ángulos» y duro, al que el cinismo y la indignidad han aplica""

una careta de indiferencia— (Fot». Te>rr«»**'

erdiitcd

Page 17: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

"OS aspectos bien diferentes de la francesa María Délage, residente en Barcelona, donde usa como nombre de «guerra» el de Nelly A'onso, y que fué amante y «protectora» de Paul Laborie, a quien pagaba ei hospedaje en la pensión de la calle Nueva, donde ambos vivían últimamente...—A la izquierda: María Délage aparece tal como es, al ser deteni­

da por la Policía.—^A la derecha: un retrato de María Délage, hábilmente maquillada y disfrazada de española de pandereta. (Fots. Tonents f CeotelU)

. — C u a t r o i n --Si m e g u i l l o -

' l^anlo- les-bel lesodents* terrogatorios aeíniAoa.-t i n a n , m e e« igua l . Tipo de perfil duro este del supuesto asesino de

monsieur Dufrenne. Paul Laborie es alto, fuerte, mo­reno, joven, frío. Tiene la cara juanetuda; la nariz, gruesa; la boca, sensual; los ojos, alegres; la mandíbula dura; la frente, ancha, adornada con unas guedejas negras y onduladas y abundantes. Tiene, además, un magnífico apodo de apache punt«ro. Los del milieu le llaman Panlo-ks-belles-dents. Y quizá le conoce con este nombre Prancis Careo, de quien él se llama ami­go. Con todos estos aditamentos de ficha policíaca, l»aborie ha vivido veintitrés años arbitrarios, ahitos ue obscuridades y de amores inconfesables.

Le hemos visto cuatro veces. Una sin que él pu­diera percibirnos. Parecía tranquilo. 8e recostaba «n la pared, con los ojos fijos en el techo y balcinceando las piernas. De tanto en tanto sacudía la cabeza en Un gesto ambiguo y se echaba hacia atrás un mechón de pelo.

En el primer interrogatorio a que le sometió el se­ñor Baquer—que con tant-o éxito ha dirigido este ser­vicio—, Paulo era el hombre sereno, de vida espesa, que sabe ser correcto y hacerse el desdichado.

—^Todo esto pasará. Bf, soy Paul Laborie. Lo de Robert Philippi era para evitarme molestias. Me en­contré los documentos en el bulevar Clichy. ¿A Du­frenne? Ni le conozco, ni le vi jamás. De todas formas, si me llevan a la guillotina, me tiene sin cuidado. ¡Es­toy tan cansado de vivir!...

Cuando salía del despacho del jefe dibujaba una sonrisa tranquila. Los que estábamos allí sacábamos a relucir nuestro francés «Berlitz».

—Pardon, monsieur... —Oui, oui. Oh, pardon! Sí, sí. ¿Me tengo que po­

ner aquí? Paulo sonreía. Miraba a los fotógrafos.' A todos los

que tenían en la mano las inútiles cuartillas. Después perdió la sonrisa. Tras dos interrogato­

rios seguidos, en los que la dialéctica policíaca le cer­caba, cerrándole todas las salidas, Paulo se abatió. Paulo se fatigó enormemente. Pero, a pesar de las

contradicciones que le pinchaban, siguió diciendo que -a Dufrenne no le había visto en su vida.

U n o s a ñ o s b i e n aprovecluadLos. cabrimiento de los dientes.—

- E l des. "Alfon.

s i n a ' No ha perdido el tiempo este Pablo, «el de los bellos

dientes». El mismo explica su vida con gesto amargo y palabra aceda. Hasta los catorce años estuvo con sus padres, que tenían una peletería en Castillón, en el departamento de la Gironde. Mañanas de cristal estas de los catorce años para cualquier muchacho. Pero Paulo ha conocido ya el amor. 8ient« la irrefre­nable atracción de las noches densas, y se marcha de casa. A Burdeos. Desde allí, a Nueva York, enrolado como telefonista en un barco.

Nueve meses trabajando en los hoteles de Manhat-tam. Pocas ocasiones halló en su juventud audaz para desenvolverse libremente en aquellos medios. Kabía que esperar todavía. Volver a Francia. Prepararse. Cuando desembarcó en El Havre lo metieron en la cárcel por hacer el viaje sin pasaje. Saldó la cuenta con un mes de calabozo. Y retomó a la peletería. Lue­go se marchó a Perigueux. Más tarde, a Liboume, para abandonarlo enseguida y hacer rumbo a París.

En París, Pablo descubre que sus dientes son una cosa seria. Y los exhibe en cualquier terraza del fau-bourg Saint-Denis. Con quince días tuvo bastante. Al que hacía diez y seis ya le llamaba Paulo-les-belles-dents, y una muchacha se encargaba de comprarle las corbatas y de vestirle. Por cuenta de ella, desde luego.

Pero ¡las madres!... La de Laborie le o b l i ^ a volver a la peletería para que él desande el camino rápida­mente y no se detenga hasta La Habana.

Ya iba bien él, ya. Su objetivo era Buenos Aires, la ruta de Buenos Aires, con sus «franchuchas» y sus casas de planta baja con puertas de cristales y corti­nas rosadas. Cuando dio vista a las Antillas se puso enfermo, y lo desembarcaron en La Habana. Barrio de Jesús María. Maracas, güiros, rumbas de cajón, con negros majos y rumberas pingües.

Poco tiempo después, Línoume otra vez. Y Bur­deos. Y París.

cr«»nica

En todos los viajes precisa compañía para que le alegre la existencia y le mantenga. Hasta ahora, la compañía fué femenina. Pero él quiere probar suerte con un individuo conocido por el nombre de Alfon­sina. Viviendo con él, en un hotel de la calle Lepic, Paul cumple diez y siete años. Empieza a sentirse viejo.

Casant ientos . -a &rrcelona.

P r i s i o n e s . — P a u l o l l ega - L a " G i l l e t e " .

Los tres años que van de 1928 a 1931 están amaza­cotados de lances, de aventuras. Paulo cambia de re­sidencia con más frecuencia que un viajante de co­mercio. Liboume, la cárcel. Burdeos: se casa con Jeanne Borgier, y al mes se separa. Túnez: volunt-a-rio del sexto escuadrón de carros blindados.

Y otra vez en París, y en Liboume, y en Bourdeos. Y otra vez después.

Su papel de mantenido lo alterna con algún servi-CÍO de chófer y con la venta de «coco». Luego decide descansar y vivir del trabajo de María Wolmacq. Milieu. Terrazas de Montm&rtre. Más figuras geo­métricas por el mapa de Francia.

María Wolmacq era la piedra en el camino. El tro­pezón inevitable. C uando la pobre madre de Paulo consiguió nuevamente llevarle a su lado, María, que acababa de salir de la prisión, le llama imperiosa­mente.

En Septiembre del año pasado la Policía encontró a monsieur Dufrenne envuelto en la alfombra de su despacho del «Palace». Lo habían asesinado.

El 5 de Noviembre del mismo año Paulo entra en España y se encuentra con María Wolmacq en Bolta-ña (Huesca). De allí saltan al número 28 de la calle de la Luna, en Madrid. Más tarde entran y salen de España, y laborie hasta se permite el lujo de inter­pretar un papel en el teatro Eduardo VII y de dejar­se detener por traficar con estupefacientes.

A Barcelona llegó el 14 de Septiembre. Un día, en el bar de la calle de San Andrés, 209, y dos noches dur­miendo en La Única, en la calle del Este, en el Ba­rrio Chino ya.

Claro está que Paulo necesitaba dinero, neoesit-aba

Page 18: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

vdvjr. María Delage, que usa el nombre de guerra de Nelly Alonso, fué la elegida por los ojos lánguidos del doncel.

¡Qué amorosa esta Nelly Alonso! Se lo llevó a la Pensión Sabina, donde ella vivía, en la calle Nueva. Allí no le faltaría nada, porque Nelly pagaría la pen­sión. Y allí había ido a vivir también el agente de la policía del Estado don Francisco Oliva. Su cuarto estaba precisamente jxmto al de los dos amantes.

Paulo era un hombre que sabía hacerse cargo de las cosas.

— Me alegro de que viva aquí un agente de policía. Así estaremos más seguros.

El agente estaba también tan seguro, que cinco días después detuvo a Paulo. Hasta entonces ambos se habían dedicado esas atenciones de casa de hués­pedes de alargarse el cestillo de pan.

Todavía dura en la Pensión Sabina el dramatismo del momento cuando podemos hablar con Nelly.

—^Es inocente. ¡Oh, estoy locamente enamorada de Paulo! Mon amour! Que voulez-vous! Le amo.—

Y luego, sin transición:— Si usted publica ini nom­bre en el periódico será una gran reclame para mí.

Se comprende perfectamente este enamoramiento frenético de cinco días. Nelly Alonso es—¿cómo lo diríamos?—una mujer que habla siete idiomas, que ha vivido en los cinco continentes, que dejó recuer­dos en Persia y en El Cairo, y en Londres y en todo el mapa.

Es claro, con estos viajes pasan los años. Nelly tiene ya los suyos, y Paulo no cuenta más que con veintitrés, adornados por su estupenda ejecutoria de hampón...

Mujeres al principio de la vida de Laborie. Amores negros más tarde. En esta transición, que puede ser definitiva, han jugado un papel importantísimo hom­bres y mujeres de los fondos más obscuros. Por las Ramblas nocherniegas paseaba su garbo la Gillette. Ella conocía los días tenebrosos de su ex amante. Y ella, quizá, tenía noticias de la Alfonsina, el invertido despechado, que pudo ser muy bien el que facilitó la fotografía de Paulo a la Policía.

••• ir Ctienne M a a r y Combesiy el pobre diablo 4ue se acitsió de ani crimen cíue ito íkSk coiii.etido, e inventó una novela policíaca» para tener seguro 9 durante al^unosi días» el rancbo de la cárcel... U n kontbre pe^nefio.—Lo m a t é y o .

¡Qué diferencia entre Pattlo-les-belles-dents y este hombrecito con cara de pez, que aseguraba haber ma­tado al magistrado Prince!

Etienne Maury Combes, de Nimes, treinta y seis años, pequeñito, delgadito, poco pelo, rojo; la nariz, grande; los ojos, más grandes que la nariz; la boca, como una raja; las orejas, como un soplillo. Va tan mal vestido y es tan minúsculo, que parece un mon-toncito de ropa sucia en un rincón. Y, sin embargo, decía muy sereno que él era el asesino de M. Prince.

Cuando le pregxuitamos su oficio, nos mira fija­mente con sus ojos mansos. Asegura que no ha tenido tiempo de trabajar. Entre robar, incendiar, hacer tram­pas en el juego, vivir en la cárcel y administrar el traba­jo de las mujeres que caían a su alcance, se le han pasa­do los años. ¿Peripecias? Muchas. Una vez en África le condenaron a muerte... Si hay que hacerle caso, se trata de un criminal sin ninguna clase de escrú­pulos .

—Pues sí, yo maté a M. Prince—dice con una se­riedad pasmosa cuando termina la primera etapa de su autobiografía.

—jPero no iría u.sted solo? —No; iba conmigo Jo-les-cheveux-blancs, que fué

el que me propuso el negocio. Resulta que Etienne Maury dice que era muy ami­

go de Jo-les-cheveux-blancs. Tenían amistad desde muy jóvenes. Pero en África se hicieron aun más amigos. Suponiendo que esto hubiera sido cierto, le hacía un flaco favor, porque Jo-lés-cheveitx-blancs es el famoso Jo-fe-te«-eMr, complicado en el asunto Stavisky que, por lo visto, dispone de varios apodos más.

—Jo-les-cheveux-blancs, ¿qué motivos tenía para asesinar a M. Prince?

—Supongo que los mismos que yo. —¿Cuáles? —^La necesidad de dinero. —¿No conocía usted a M. Prince? —^Ni había oído hablar de él. Maury me dice que andaba mal de fondos cuando

en Febrero último se encontró con su amigo. Este le llevó al «Frolie's», un círculo de juego de baja estofa. Y allí le presentó al dueño, M. Tiboult. Los tres ha­blaron con los señores Tardieu, Boulloix-Lafont y Bonnaure de la necesidad de suprimir al magistrado,

—¿Qué dice usted? ¿A qué Tardieu se refiere? Maury recalca con una calma imperturbable: —^André Tardieu, Boulloix-Lafont y Bonnaure nos

ofrecieron cien mil francos a cada uno si asesinába­mos a M. Prince...

Etienne no se altera. Ha soltado la bomba como si tirara una colilla, y para demostrar que tiene buena memoria y está seguro de lo que dice, añade;

—Esta propo.?ición la hicieron ellos Ih, noche del 13 al 14 de Febrero.

Desde aquel día — dice Etienne Maury—los dos presxmtos asesinos siguieron a M. Prince por todo París.

U n a p u ñ a l a d a en el corazón .—Veint i ­c inco m i l f rancos y u n pasaporte . ^ P o r 4 n é se entregó en E s p a ñ a .

Y este hombre pintoresco sigue inventando su tru­culento folletín,

A M. Prince no había manera de encontrarle solo. Hasta que prepararon el truco de Dijon. Madame NoUin reclamó por teléfono la presencia del magis­trado. Lo demás fué muy fácil.

—¿Cómo fué? —Yo y Jo-hs-cheveux-blancs subimos al mismo

tren en que viajaba M. Prince. Recorrimos el pasillo dos veces, hasta que nos cercioramos de que el vagón del magistrado estaba casi vacío. Entonces entramos en el departamento. Jo-les-cheveux-blancs se echó en­cima de M. Prince y le cogió los brazos; yo le di una puñalada en el corazón.

—¿En el corazón precisamente? —En el costado izquierdo. Si no en el corazón,

muy cerca. Etienne Maury no se inmuta. Me cuenta todo esto

en e! ángulo de la cárcel de Lérida como si me con­tara una peh'cula que a él le tuviera sin cuidado. Si­gue diciendo que registraron el cadáver de M. Prince, que le quitaron el dinero—unos cuatro mil francos— y los documentos, y que, por último, le arrojaron a la vía, junto con el cuchillo y la servietie.

—Con los documentos se quedó Jo-les-cheveux-blancs para entregárselos a Bouilloux-Lafont.

—¿Y después? —^Después nos apeamos.' —¿En Dijon? —¡Cá! Antes de entrar en la estación estaban repa­

rando la vía, y el tren aminoró la marcha. Nosotros aprovechamos.

Etienne y Jo-les, etc., estuvieron en Dijon hasta la madrugada. A las seis tomaron un autocar en la plaza Wil&on, que los dejó en la de Austerlitz, de Pa­rís, alas dos de la tarde. Cuando empezaba a anoche­cer, Maury fué al «Frolie's», y M. Tiboult le entregó 25.000 francos y un pasaporte falso para entrar en España. Aquí, a Barcelona, llegó el día 29 de Diciem­bre. Vivió en la calle de las Flores, frecuentó—¿cómo no?—el Barrio Chino, y no tardó en quedarse sin dinero.

—Las últimas i)e8etas las gasté en un billete de ferrocarril, el día 25 de Agosto. No pude pasar de Lé­rida. Seguí andando, andando, hasta que me di cuen­ta de que había pasado la frontera y estaba próximo a Luchon. Entonces me apresuré a regresar a España y a presentarme a la Policía de Viella, que es la que me trajo aquí.

—Le voy a decir a usted una cosa, Etienne. No creo ni una sola palabra de lo que usted me ha dicho.

—¿Y a mí qué me importa, monsieur? Conozco el asunto Stavisky y Prince mejor que usted. Si hubiese querido inventar una historia, lo hubiera hecho per­fectamente. Pero lo que le he dicho es verdad.

crónica

Etienne Maury Combes, el pobre diablo francés que, para tener .seguro el rancho de la cárcel, se entregó a la Policía española, acusándose del crimen más sensacional come'

tido recientemente en Francia. (Fot. Fawán)

U n a n u e v a entrev i s ta . — L o 4 n e p a s ó a **Zi-Áometr** es 4 u e t en ía u n íttktnhr^ c a n i n a . Hoy, a las cuatro de la tarde, hemos vuelto a ver a

Etienne; esta vez én la Comisaría del Estado de Bar­celona.

—Qué, Combes, ¿sigue creyendo de verdad que es el asesino de M. Prince?

—Oui, monsieur. Poco después entró en acción el comisario francés.

M. Abdon Bringé, llegado expresamente de París para interrogar a este candidato a la guillotina. Antes de que empiece le preguntamos:

—¿Qué opina usted, M. Bringé? —Nada. Que este chico debía estar en un mani­

comio. Y enseguida: —A ver. Combes, ¿cómo fué eso? C'ombes empieza su relato mucho ihás azorado que

cuando nos lo hizo a nosotros en la cárcel de Lérida. —Yo—balbucea—acusé a Tardieu porque asi uie

lo aconsejó Vaillant Couturier. —¿Y cómo es Vaillant? Combes no lo sabe. Ni sabe cómo es Vaillant, nJ

cómo es Tardieu, ni siquiera cómo era el magistrado Prince.

M. Bringé se desencadena. Es un huracán de pala­bras en francés, en catalán, en castellano.

—¿Por qué dices que tomaste el tren en la estación del Quai d'Orsay si no es posible? Nos estás engañan­do miserablemente... Y un torbellino de interrogacio­nes anonada a Etienne, que se hunde en la butaca como si se estuviera ahogando.

¡Bien trabaja el comisario Bringé cerrando tod»S las salidas 3' cazando al ^nielo las menores contradiC' cienes! Este comisario francés es la única persona en el mundo que conoce a fondo y con una precisión asoJM" brosa el inconmensurable lío provocado por la muerte de Stavisky y la del magistrado Prince.

Combes se agita en la butaca cuando M. Bringé ss le acerca como si se le fuera a comer la nariz. Ya n^ sabe qué hacer, y, por fin, se decide:

—No, sé, no sé—murmura—. Yo tenía hambre... El comisario se yergue entonces como un polic'*

de película. —Mais, alors, dis done que c'est une blague. Y este pobre Combes, que hace cuatro noches q " '

no nos deja dormir, ya aplastado por el vozarrón del policía, abre su boca de pato para decir:

—Sí, es una broma. Ya ven ustefles que Etienne nos ha tomado el pej"'

Es verdad que es más ladrón que Charpas. Pero nada--Aparte de algún robo y de algún incendio de po"* importancia, Etienne no ha joto un plato en su vida-Es un pobre ladrón de novela por entregas que des­pués de cada fechoría dejaba un papel con su firi»*' *Zigomar». Ahora, ya un poco viejo, «Zigomar» ^^\, hambre y quería verse, aunque no fuera más que i"i* vez, retratado en los periódicos. Por eso armó este í^^' tástico cisco, al que M. Bringé llama una broma.

G. T. B-

Page 19: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

MáiS de cita-renta niil

extran j ero is reisidLeit eit Barcelona.

D entro de la ciudLadL eispa^ ñ o l a Kay otra ciudad^ prin^'

c i p a l m e n t e alemana^ cuya po1^1a€i6n eis s u p e r i o r a l a d e Grranada^

m e r i a « León o Burdos Liom a l e m a n e s e n B a r c e l o n a .

el. jefe de la Delegación de la Policía del Estado en Barcelona, señor Carraras Pons, levanta la vista de unos papeles que inundan ,su meta.

—Residen en Cataluña—rae dice—unos cincuenta ^ i l extranjeros. En Barcelona solamente, alrededor *ie cuarenta mil.

Aquí un paréntesis: el Negociado de Extranjeros en isarcelona es una Delegación que depende directa­mente de la Dirección General de Seguridad de Ma­drid, y todo el personal con que cuenta—^agentes, em­pleados, jefes, etc.—son nombrados por la citada Di-''ección. jniasta que filé creado este servicio, Cataluña y Barcelona ignoraban todo lo que a la inmigración«e Relacionaba, hace dos años tuve necetidad de un da-^^ tan sencillo como importante para una ciudad cos-''lopolita. «¿Cuántos ext ranjeros viven en Barcelo-•la?», pregunté en la Jefatura de Policía, en la Ge-•^^ralidad y en cien titios más. *jY quién sabe eso!», ^^ contestan, asombrados, sin duda, por una curiosi-^^d tan incongruente. , En el espacio de mases el Negociado de Extranjeros .'•a logrado que se inscriba el noventa por ciento de *'*s atamanes, francotes, polacos, ital.anos, etc., que J*ísiden en Cataluña. Y ha comenzado un barrido *^1, que todos los maleantes cuya conciencia no anda-

Nunca había albergado Barcelona un porcentaje de extranjeros tan importante como ahora. Pasan de cincuenta mil los establecidos eo Cataluña, y de cuarenta mir los que habitan Barcelona. Socialistas y judíos alemanes perseguidos por Hitler, o bien arios puros que simplemente acuden al eispejuelo de una vida más fácil y más amable que la de otros países.» Por una razón o por otra, el hecho es que, a ciertas horas y en determinados barrios, la capital de Ca­taluña parece una ciudad teutona que, por un error de la Naturaleza, se hubiera llenado de sol mediterráneo. Las mu­jeres del Norte, como la que reproduce esta fotografía, altas, rubias, esbeltas y con unos ojos de color de cielo, rivali­zan en belleza con las muchachas de ojos negros, un poco latinas y un poco orientales, que florecen en las tierras de

Cataluña. (Fot WoU. Wicacr Photo-Kuricr;

ba muy tranquila han preferido decir adiós al bello

puerto mediterráneo que durante tantos años ha sido para ellos el refugio más amable, más acogedor...

—Cincuenta mil extranjeros—crepite el jefe de la Delegación—. No es un dato exacto, porque aun no hemos tenido tiempo de establecer las estadísticas necee ariat, pero sí aproximado. Una verdadera ciu­dad dentro de la ciudad española. Y más importante que capitales como Almería, León, Burgos o Grana­da, que no se aproximan a esa cifra de población.

No deja de producir asombro este dato, pero explica el espectáculo de la calle. Desde hace un par de años venía observando que las mujeres catalanas se ha­bían vuelto rubias y tenían los ojos azules. Lo del rubio ya sé que se contigue fácilmente; pero lo de los ojos azalcfc me dejaba perplejo. Además, a los hombres le.s pasaba lo mismo. ¿Sería la moda aquí, entre los ca­balleros, el platino?, me preguntaba, sorprendido. La respuesta está en los veinte o treinta mil alemanes que habitan Barcelona, y que a determinadas horas y en

cr^ntcsi

ciertos barrios transforman a la capital catalana en una ciudad prusiana que por un capricho celeste se iriera inundada de sol mediterráneo.

—Y esa enorme cantidad de extranjeros, ¿por qiié ha abandonado sus países? ¿Qué vienen a buscar en Barcelona?

El señor Carreras Pons se acomoda bien en su si­llón, como para emprender un largo relato.

Y me dice:

]!,4>« t raba jadores y e l kan&pa.

—Hay dos clases de extranjeros: los que vienen a trabajar honradamente y los otros. A los primeros los dejamos vivir en paz. A los segundos, a tipos como Laborie, el presunto asesino de Dufrenne, no los de­jamos vivir. Tarde o temprano caen en nuestras manos y son expulsados definitivamente de España... Apun­tada esta diferencia, vamos a hablar de los primeros.

Page 20: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

Una cervecería en la Rambla de las Flores, donde muchos extranjeros se reúnen a mediodía y después de cenar. (Fot. Erik)

Todos los días llegan a Barcelona, por la estación de Francia, centenares de extranjeros. Muchos se instalan definiti-vamente en la dudad.

(Fot. TotTínls)

El señor Carreras Pons, jefe de !a Delegación de la Policía del Estado en Barcelona, y organizador de la misma, expli­cando a nuestro compañero Luis G. de Linares el funcionamiento de los diversos servidos por ¿1 creados.

(Fot. Torrent»)

crónica

de los que vienen a trabajar. Estos son, en general, gentes que se vieron obligadas a abandonar su patria por razones económicas o políticas. La vida en Espa­ña, y especialmente en Barcelona, es mucho más fácil que en el resto de los países. Casi me atrevería a com­pararla con un remanso a la orilla de un torrente cre­cido por las lluvias. Llegan aquí los extranjeros, y no salen de su pasmo: *jUnas medias de seda, tres pese­tas?... ¿Y un sesteo de seis u ocho horas en una ofi­cina, con el sueldo seguro a fin de mes? ¡Esto es la gloria!» Además de todos los que acuden al espe­juelo de una vida amable, llegan otros buscando un refugio, porque les niegan el derecho de existencia en sus países. 8on los judíos y los socialistas-alema­nes que huyen de la amenaza nazi; son los antifas­cistas i t a l ianos ; son los austríacos perseguidos por su adhesión al marxismo... Nosotros no establecemos diferencia entre los unos y los otros. Las diferencias polí t icas o los odios de raza que les hicieron la vida imposible en sus paísr-s no nos importan, si en España se jKjrt-an bien. Ellos lo saben porque se lo hemos repetido por medio de la Prensa tantas veces como ha sido necesario para convencerios. A cambio de esto, vienen a inscribirse, es decir, a entregarse en nuestras manos.

—¿Y los otros? —Los otros son cada día menos numerosos. Ante las

batidas de nuestros agentes—batidas que lo mismo se dan en las casas de dormir del Barrio Chino que en los mejores hoteles—se lian marchado a otros países o se han escondido en otras poblaciones espa­ñolas. Muchos están en Madrid. Para vigilarlos tal vez creen en la capital una brigada de extranjeros como ésta que hemos organizado en Barcelona.

U n a car iosa es tadís t ica . La mayor cifra de inmigración corresponde a Ale­

mania. Siguen Francia e Italia. Las cifras que repro­duzco a continuación no indican la .suma de extranje­ros residentes en Barcelona, sino los inscritos durante algunos meses. No sirve, por lo tanto, más que para establecer la proporción en que cada país ha contri­buido a formar ese asombroso núcleo de extranjeros:

Alemanes 4.255 Franceses 2.248 Italianos L165 ingleses 862 Suizos 798 Polacos 685 Argentinos 586 Austríacos 523 Norteamericanos 493 Cubanos. 427 Diversas naciones europeas 2.(X)0 Diversas naciones americanas. . . . 1.236

Otros datos eoriosos son las cifras registradas eri las fronteras, puertos y aeródromos. Por Port-Bou pasan más de 100.000 extranjeros anualmente; por Puigcerdá, unos 25.000: por La Yunquera, 7.0UO, .y por La Seo de Urgel, 5.000.

Los aviones que at«rTÍzan en el Prat del Llobregat traen unos 20.000 extranjeros, y bastante menos los hidroaviones (Marsella-Génova).

Por mar llegan a Barcelona unos 2.600 extranjeros. que permanecen durante algún tiempo o ne establecen definitivamente en la ciudad. Además, destmlarca» unos 10.000 turistas, cuya estancia no aue\e prolon­garse más de cuarenta y ocho horas.

Por hoy, quedémonos en estos datos, con los cuales queda demostrado que Barcelona es, no solamente la ciudad más cosmopolita de España, sino una de las más cosmopolitas del mundo. En un próximo re­portaje les haré asistir a una batida dada por los agentes de la brigada de extranjeros en las posadas del distrito quinto y en algunos hoteles de las Ram­blas, a lo largo de la cual desfdan una serie de persona­jes, unos pintorescos, otros odiosos, así como los des ejércitos de mujeres—el francés y el polaco—que >'<-* disputan la supremacía amoifisa <le la ciudad.

Lcis G. üE LINARES

Eln nuestro próximo número se paBlícará la segunda par" te de este reportaje aohre lo» extranjeros en Barcelona» S^

titulas

Una noche de redada*

Page 21: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

i%<! Cinc sonoro X a casa de R.otKschild'*, en el c ine A v e n i d a .

PARA mañana limes se anuncia esta sensacional película, que llega avalada por el más ilsonjero

éxito. Es, sin duda. La casa de Rothschil'l

•a película c|ue despertará gran expee ta«ión. Llega catalí.gada como el film ^e más elegante factura que ha produ­cido la cinematografía. Presentación tastuosa, realización perfecta, argumen­to excepcional, por lo interesante, e in-^rpretado de forma admirable por Worge Arliss, Tx)retta Young, Boris ívarloff y Robert Young.

A a m á x i m a d i s t inc ión e n V e -necia -pacta n n f i lm ing lés . Ha Sido publicado el veredicto de

'"s películas premiadas en el gran Cer-. "^ínen internacional celebrado en Ve-leoia con motivo del Biennale. La má­xima distinción, o sea, el Premio de ^^p, concedido por Muísolini para pre-í uar el mejor film presentado al con-^i'so, ha sido otorgado a la documental "jroes y monsirttos («La vida inverosí-"íjl de ios hombres de Aran»), produc ÍJ"' Gaiunont-British, distribuida en "España por Atlantic Films. ., La diVección de esta maravillosa pe-"'cula es debida a Robert Flaei-l.y, ya ^onocido por su acertada dirección de ^anooh; Moana y Tabíi. . La cinta se desarrolla en las pequeñas '*|as de Aran, al este de Irlanda, y por «Ha vivimop la vida inverosímil de sus «abitantes, vida primitiva, diríase pre-¡iifítórica; vida de privaciones, de con­tinuo sobresalto; vida heroica, expues-^^ a mil peligros para ganar su mísera ''•"mentación. Islas desiertas, y que, pe-"^r de tantas desventajas, son para ellos ®* Paraíso: tanto es el cariño entraña-^'^ a sus peñascos.

X a Dolorosa*' . Esta cinta representa un positivo

^vance de la producción nacional. Sus Valoraciones y envergadura dicen mu-''«o en favor de sus editores, que no '^"litieron sacrificio alguno para («n-^eguir una cinta de gran empaque es-l^etacular y artístico. .Basta un sólo dato como asevera-

• lon: Para orgamzar una fiesta de jota ^^ el pintoresco pueblo de Albarracín 'leron contratadas las mejores ronda-

' as de Valencia, Teruel y Celia, toman-^^ parte los mejores cantadores, resul-ando una escena de gran visualidad

^ grandeza. Hay gran expectación por conocer

**ta cinta nacional, que será estrena-^ en breve en Madrid.

*^ntidad ed i tora . La entidad productora Inca Film,

j'^tablecida en ésta, Rambla de Cata-'liia, 66, desde hace un año, ha cam­biado su razón social, siendo desde pri-•Jieros de Septiembre Inca Film, Sooie-"ad Anónima.

Begún información recibida, sabemos H ie los fundadores y anteriores gercn-¡• s, señores Gr. PoUatschik y E. Danns-^ d t e r , seguirán al frente de dicha ^f>ciedad anónima, ocupando los mis-''los puestos de gerentes y fundadores. , E l e Consejo de Administración cuen-j > entre otros, con los señores Vidal '^uardiola y Tarruella Ríu.

La Inca Film, S. A. rueda actual-"iiente su primera producción española " tt los estudios C. E. A. de Madrid.

BERNABÉ DE ARAGÓN

PRENSA Lunes, sensacional estreno

de la producción FILMOFONO

C A R L O M A G N O la más divertida historia, interpretada

por MARIE QLORY y RAIMU, pareja

suprema de la gracia.

C A R L O M A G N O es la más genial y graciosa realización

del cinema francés.

Marie Glory y Raimu en un momento escénico de «Carlomagno», la superproducción Filmófono que se estrena el prójdmo lunes

b CAPÍTOL LUNES E, STRENO

MOdlCA y ROSITA MORENO

Amparíto Bosch y Ramón Cebrián, en Un momento cómico de la gran producción es­pañola «La Dolorosa».

cr^nsca

M A Í r T A MAGNÉTICA

Espiritismo. Espejos mágicos. Li­bro cuiioso. 7,50pesetas. Prospec­tos gratis, L I B R E R Í A S. PONS. Buenavista, i i . Barcelona (G.)

Page 22: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

'4.^..4Í¿

Roberto Rey y las bailarinas vienesas y españolas que actúan en la Zarzuela y en «Luna de Mayo», con clamoroso á i t o .

Al c o m e n z a r l a i e m i i o r a d i a .

LA temporada teatral ha dado co­mienzo bajo los mejores auspicios artísticos. Exis te , al parecer, un

loable propósito de dignificación escé­nica muy digna de t.enerse en cuenta. Ent re los varios teatros abiertos a la sazón es tán en mayoría los que ofre­cen en sus carteles obras, escritas no tan sólo pensando en la taquilla; dí­ganlo si no las carteleras de la Zarzue-el, Colisevn, Chueca, Eslava, Calderón, Victoria y Puencarral . Y cuenta, lector, que aun no abrieron sus puertas Fon-ta lba ni Lara. Y que todavía no llega­ron ni la sevillanísima Carmen Díaz ni esa magnífica pareja de ilustres acto­res que se l laman Josefina Díaz de Ar­tigas y Manuel Collado.

Examinemos brevemente algunos de estos espectáculos como demostración plena de lo que decimos al afirmar que existen aste año nueva.* corrientes ar­

tísticas, (le las que no será el menos beneficiado el art« de Talía.

Exi la Zarzuela, hombres de tan buen gusto y reconocida capacidad como Fe­derico Romero, Guillermo Fernández Shaw y SlaHínez Penas han tomado so­bre sus hombros la enorme responsabi­lidad de hacer honor con sus obras a sus palabras, que nos anunciaron una verdadera campaña de ar te . Y jus to es decir que bien pronto han dado prue-ba.s de que aquéllas no han de ser pa­labras que lleva el viento. Han co­menzado por remozar de ta l manera el viejo caserón de 1». Zarzuela, que a! entrar se recibe la impresión de que penetra en un local de nueva p lan ta , se lleno de lujos y comodidades. Y en este soberbio marco nos han ofrecido una magnífica opereta—Luna de Mayo—, en la que el tr iunfo alcanza por igual a los libretistas y al másico, y en la que triunfan de un modo destacado la es­cultural y seductora Aurorita 8áiz, Ro­

berto Rey. con su art« alegre y vivaz y el tenor J u a n Roldan, con su deliciosa y grata voz, y ese magnífico conjunto de bailarinas vienesas que sirviendo de fondo dan un magm'fico realce a las primeras fis^uras. Luna de Mayo, ope­reta cien por cien—como se dice aho­ra—, ha levantado con todos los hono­res el telón de la Zarzuela.

Como contraste, elijamos ahora un teatro do verso y además de ambiente popular: el Teatro Chueca. En él, la Empresa S. A. G. E. , con-una certera visión de lo qxie debe ser ima temporada en un teatro popular, nos ha ofrecido en el espacio de unos mescí^—C^hueca no ha cerrado sus puertas durante el verano—una variedad de obras tan há­bilmente seleccionadas, que el cartel del Chueca, constantemente remozado, era uno de los que más atrat tivos ofre­cía a l espectador. Y ha culminado este acierto con el estreno de 20.000 dnroa, la ya celebre comedia popular de To­

rrado y Navarro, que es la obra justa, apropiada, a aquel ambiente y par* aquel público. Campaña popular, sí; pero también campaña art íst ica, qu^ no quiere decir espectáculo inferior, si no espectáculo claro, sencillo, sin com­plicaciones, para que ¡legue más fácil­mente al gran público.

Y con estos dos botones de muestra basta por hoy.

ZARZUELA Todo* los AiuM i - í Tarde y no«I»e

LUNA DE MAYO La maravillosa opereta. Deliciosa música de Rosillo. Libro de Romero

Y Fernández Shaw É X I T O - É X I T O - É X I T O

RebEili l e i - lm ra Sáiz-tsnAa Baiielo - Roldií

CREMA LÍQUIDA DE PEPINOS G e m e y :

Frasco, Ptas. 8

POLVOS Gemey: Caja, Ptas. 5 (TIMBRE APARTEl

mMttctr*»

Así es como las señonílas que cuidan su belleza, pasan a sen señoras q •l-riunfan en sociedad. Sigo usled el ejemplo. Consérvese joven; fresca y hermosa cuidando su cu+is

con lo exquisila CREMA LIQUIDA DE PEPINOS

&emey

H U D NU T

El próximo miércoles, día 10 de Octubre, se celebrará en la Plaza de Toros de Tetuán una becerrada a bene­ficio del Montepío del Sindicato de Actores Españoles. Matarán — o intentarán matar — dos becerros, las aplaudidas artistas Soledad Míralles y Marina Muñoz Heredia, que aparecen en el grupo con otras conoci­das actrices.—A la derecha: Conchita Constanzo, que pedirá la llave luciendo insospechadas habilidades de

amazona. (Pot. s««)

Page 23: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

^ la puerta de un parque de bomberos de Madrid. Los hombres de guardia pasan el rato charlando o leyendo... Pero todos están cerca de los carros y dispuestos a saltar a ellos tan pronto como suene el timbre fatídico...

C R Ó N I C A pregunta a los citáe^ por su Profesióiiy liacen cont inuo alarde de Valor: — iCuándo ka sentido usted más

ni.iedo? C^ara los homherost, el Peor rato es desde q(ue Suenan los t imbres en el ParqLue Kasta ^iie l l egan ^1 lu^ar d e l i n c e n d i o .

UNA de las cosas que más miedo dan es, sin duda, el fuego. Ante el imponente elemento pierden la serenidad hasta las personas más valientes

J más ecuánimes. Probablemente la Humanidad tiene '•s nto terror al Infierno por eso. Porque allí se arde '^''emamente. Si en aquellas profundidades se emplease " tro tipo de castigo, por teirible que fuera, es casi se-S iro que Pedro Eotcro tendría más simpatizantes.

'" in embargo, hay en el mundo una clase de hombres *)}'« no temen al fuego o, por lo menos, que tienen ofi-'l'a'lmentí» la obligación de no tenierle. kemos nombra-''^ a los bomberos.

Estos hombres, que se meten entre las llamas y .sal-^n h. la gente de perecer en elJa.s, son una cosa grande. } ^ los admiro muchísimo. Tanto admiro a estos hom-,'''<'« que exponen su vida a canibio de un modesto '"••nal, que estoy tentada de entonarles aquí un canto 5* «sos impresionantes, y si no lo hago es por compa-

mis loctoros. que también tienen lo suyo los po-"•('citOK. ' -, Ahora bien: los bomberos, aunque heroicos a prue-'"• fie bomba (nunca mejor empleada esta expresión). " n, al fin y al cabo, hombres de carne y hueso, y yo foo que alguna vez..., alguna vez habrán .sentido mie-'o ante las llamas devastadoras. Voy a preguntárselo.

lie ido a un parque de barrio, y me he encontrado '^ lf)s bornbei-os (;n reposo. Unos charlaban apacible' '"'lile. Otros estaban entregados al «parchís». Otro^ ''baba)i tangos. Pero todos estaban muy cerca de los ¡i'ToH y dispuestos a saltar a ellos tan pronto comen-

. i e ;i sonar el timbre fatídico Les he disfrazado nn pX'o la prcguntita impertinente, y ellos me han con-"'í^fíido as í ;

Miedo..., lo fjuc se dice niieido, no si<!nte uri<>; por-J"' si uno fuera miedo.so, f)iieH no sería bond)ero.,. ''t'o (1 fuego díi rcHjM'to algunas veces.

Otro bombero interviene: —Ya va uno preparado a lo que sea. Además, se

trabaja tan de prisa, se tiene tanto afán por sofocar el fuego, por vencerle, que no hay tiempo a tener miedo. Eli miedo es una cosa nerviosa, y a los nervios ya se sa­be que castigándolos un poco y no dejándolos tiempo de respirar, se están quietos. ¿Sabe usted cuál es el rato

Hay días tranquilos, en los que ni siquiera arde el hollín de una chimenea... En tales lomadas apacibles, los bombe­ros organizan grandes partidas de «parchís»... (Fots, videa)

Page 24: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

¡Se acataron la charla, la lectura y el «parchís»™! Ha sonado el timbre de aviso, los bomberos ocupan sus puestos en ios carros automóviles, y éstos salen, a toda velocidad, tiacia el lugar donde ha surgido el incendio.» Este es el peor momento para estos hombres^. Luego, cuando comienzan a luchar contra el fuego, jugándose muchas veces la vida,

no tienen—dicen ellos—tiempo de pensar en nada.„

peor para nosotros, el rato en que algunas veces se siente algo parecido al miedo?

—iCuái? —^Pues el rato que va desde que empiezan a sonar

los timbres hasta que llegamos al lugar del siniestro. Una vez allí, ya no nos da tiempo a pensar en nada. Para los toreros, lo peor de todo es el paseíllo, según dicen. Pues bien: eso mismo nos ocurre a nosotros...

Erl lM>m1>ero q[«ie g r a c i a s a s « s e r e n i d a d n o p e r d i ó l a v i d a e n e l fuego d e l a s S a l e s a s *

El segundo jefe del Parque Central de Bomberos de Madrid, persona amabílMma y de una gran simpatía, me IiaMaba esta mañana del val<3T y herofemo de 1 ^ bomberos a sus órdenes.

—^Aqui—^me decía—^tenemos vm jefe de zona que antes fué un simple bombero y que se ha visto en si­tuaciones apuradas. Cuando el incendio de las Sale­sas, en el año 1915, él se quedó solo, en un pico del tejado, y tuvo que tirarse desde la comisa, porque no hubo tiempo a ponerle la escala.

Hemos ido a verle. Es un hombre como de cuarenta y cinco años, fuerte, moreno y con un miagníficq aire de hombre cabal. Se llama Julián Martíiiez.

—jY qué? ¿Pasó usted mucho miedo en las Salesas? —Si hubiera tenido miedo, lo que se llama miedo,

hubiera perecido allí. Pero sí confieso que las pasé muy negras..., negrísimas. Verá cómo fué... Habíamos subido otros dos compañeros y yo, y estábamos tra­bajando en el tejado, cuando de pronto oímos lamentos cerca de los guardillones. Mis compañeros bajaron, por si era alguien a quien había que salvar. No bien me había quedado solo, vi que las llamas venían hacia mí a una velocidad increíble. Me fui replegando hacia el último pico del tejado; y comprobé que no tenía más remedo que tirarme á la lona. Si caía bien..., eso me encontraba-. Si no..., ]pacieneia!; todo era mejor que quedarse allí y perecer carbonizado. A todo esto, el público que llenaba la calle y ios balcones de las casas vecinas ya seliabía dado cuenta de lo que me pasaba, y comenzó a gritar, espantado: «¡No te tires! jNo te tires,

qué te matas!...* Pero yo, como es natural, no hice caso, y me tiré... Aun suena en mis oídos el grito de espanto con que acompañó mi descenso toda aquella gente-Me llevaron a la Casa de Socorro; pero apenas tenía unos ligeros magullamientos. Mi momento más terri­ble fué cuando vi que las llamas iban a envolverme; luego, no. Los segundos que duró el descenso estuve sereno; tan sereno, que me acordé de poner en prác­tica las regias gimnásticas que yo había practicado, ec previsión de un caso así.

I / a n o c l i e t r á g i c a d e ^ o - r e d a d e s »

T51 jefe de guardia, don LuisíVespo, <}ue aos acom­paña, también sabe de fuegos un rato largo. Ya es sa-bido que los Jefes también salen en el camión igual qu^ los bomberos rasos y que actúan entre las llamas BIO limitarse a dar órdenes. Don Luis Crespo, en ¿^^ años que lleva en el Cuerpo, ha intervenido en una cantidad de fuegos enormes.

—^Llegó un momentt en que pensé que yo era ^^ gafe. Día que me tocaba de guardia, día que habí» ^ incendio de importancia... '

Don Luis Crespo también se ha visto en momeflto^ terribles. Especialmente una vez. Ahora ha hecho años. Todo Madrid, toda España, se estremeció a^te aquella terrible catástrofe.

Era im domingo de Septiembre. Don Luis CreapO' el jefe que me habla, estaba de guardia aquel día. Al final de la jomada, y cuando todo hacía sospecba/f que ésta terminaría felizmente, sonó el teléfono...

—^Pronto..., ¡los bomberos! Está ardiendo el TeatriJ de Novedades lleno de público... ¡Vengan enseguid»'

El señor Crespo hizo sonar enseguida los timbreB' que estremecieron el parque y pusieron a la gente « movimiento. El mismo subió al primer carro que s»»" a la calle.

—^Aquello fué espantoso. En mi vida he visto rD^' chas escenas desgarradoras; pero como aquélla, niP' gima. La trágica escalera, llena de montones de caO^ veres crispados espantosamente, no se me ha olvidao aún, ni creo que se me olvide mientras viva. Cre usted que lo que más nos asusta a nosotros, lo que a" produce miedo, y pánico, y terror, y desesperación, ^ sentimos impotentes como aquella noche. Tardar", en avisamos. Por no alarmar al público, por ver ' podían evitar lo inevitable, perdieron unos moment", preciosos. Eso es lo terrible para nosotros: pensar llegaremos tarde. Por el contrario, cuando llegamos tiempo, la satisfacción de ser útiles, la alegría de B^ var a la gente que nos pide auxilio, no nos deja sent eso que llaman miedo.

JOSEFINA

CARABIAS

Nuestra colaboradora Josefina Carabias escuchando los relatos que le hacen don Julián Mart&eE y don Luís que estuvieron en el incendio de las Salesas, el primero, y en el terrible incadio del Teatro de Novedades, el seg<^

(FoU. vida)

cndufca

Page 25: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

' primer aeródromo casi serio de Bilbao fué éste. En Sondica, tras Archanda, con ton horizonte despejado de obstáculos y un ampüo espacio uamaoie. La foto está sacada en el mismo día de su inauguración. El general Vitla-Abrille y el que fué Comisario del País Vasco, señor Cahriño, aparecen en ella, tras de un ala de la avioneta.

extenso arenal de lamiaco, antes hipódromo y ahora un poco de aeródromo y otro poco de campo de polo. Al fondo, la colina que encauza provechosamente los vientos; ... y el eterno «pero» de las cosas: el tendido de cables del ferrocarril eléctrico y, más arriba, la linea de alta tensión.

Ci, Sada a Bilbao de los primeros viajeros que hemos recibido por vía aérea. En dos avionetas inglesas entraron en lamiaco cuatro turistas del país del turismo: de Inglaterra.

u CRÓNICA en BilWo

n pi&eMo en 1>«tsca de i&ii aeropuerto* ^a Galea» el aeropuerto sobre el mar; Xamiaco» I refugio junto a la ría; Sondica» el campo entre

^ s montes**. ¿Acataremos por tener tres» o por n o tener ninguno?

c O&to en nuestra tierra la Geología se ha melto loca, resulta que nos ha dejado juntos y re­vueltos todos los montes que le sobraban de un

rreno Uano hemos de acudir a la rabdomancia o a. cualquier ciencia mágica para encontrarlo.

Hace c(wa de siete años que andan las Corporacio­nes esperando hallar, con el auxilio de una varilla aná­loga a la que se usa para descubrir tesoros ocultos y f V ueiLus (JUUUH lUB uiuiiuis que Jie suurauan ue uu lug» » i» que BB "»» ¡tara ucsüuuru- wjBoru» IKIIUIAJU y

Parto. Así es que cuando queremos un palmo de te- corrientes subterráneas, un lugar amplio y despejaw)

eri&ntcd

de obstáculos donde instalar el aeropuerto que a Viz­caya le hace falta. En este tiempo, la población ha asistido, ilusionada unas veces, decepcionada las más, a periódicas apariciones y desapariciones del tema sobre el tapete de la actiialidad.

Hay en litigio, ahora, tres terrenos, tres posibles campos de aviación, a uno de los cuales le ha sido conferida una primacía sobre todos los demás por la Dirección General de Aeronáutica Givil, que le atribuye méritcw que no todos cistán conformes en reconocerle.

Se trata del campo llamado de La Galea, sobre el mar. Bajo ese campo, sobre la roca desollada, la ma­rea o la tempestad asestan, día a día, siglo tras siglo, sus 2ar|»zos inútiles. Allí se deshace la ira del mmis-truo en espumas de rabia. Encima se pretende em­plazar el nido de águilas. Gran extensirái, horÍ2»nte sin obstáculos, vientos (»si constantes en una direc­ción, un conato de Observatorio meteorológico ya instalado, buenas comunicaciones con Bilbao, del que dista 19 kilómetros por buenas carreteras...

Page 26: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

Junto al mar están los terrenos de La Galea, a los que la Dirección General de Aeronáutica Civil asigna las mayores virtudes. La Marina tiene aquí un semáforo, algo d observatorio y un faro. El Ejército tiene, también, un fuerte, sobre cuya fortaleza no nos atreveríamos a decir nada.

Estas son las ventajas. Los técnicos extraoficiales ponen freno a est« optimismo y no recatan las obje­ciones. La proximidad al mar—dicen—da a los vien­tos intermitencias en su intensidad, cuando no en su dirección, que pueden ser enormemente peligrosas para el aterrizaje o despegue en caso de temporal. El cantil en que termina el campo origina una repentina corriente de ascenso cuando el viento sopla del mar, y capaz de encabritar peligrosamente el aparato, y cuando sopla de tierra, a la inversa, se produce una corriente descendente. El terreno necesita, además, una costosa explanación.

Los terrenos en cuestión son propiedad de una fa­milia millonaria. Ahora va a ser consultada sobre una cuestión básica: el precio.

II

Otro terreno es el de Lamiaco. Tiene ventajas^ al­guna de las cuales, como las medallas, tienen su re­verso.

Está en el mismo corazón de la zona que pudiéra­mos llamar de los «docks». Un bosque de mástiles, grúas y chimeneas le circunda como una guardia per­manente. A unos diez kilómetros de Bilbao. Magní­ficamente comunicado con la villa. A un lado, el tren eléctrico; a otro, la carretera, con sus tranvías y —¡oh, decepción!—con sus cables, como el ferrocarril, constituyendo un obstáculo, en el que hace unos días se enredó el tren de aterrizaje de una avioneta, que se fué a la ría llevando dentro a los notables aviado­res hermanos Gaztañondo, que salieron, como se sue­le salir del agua: mojados.

El campo no es muy grande, y, por añadidura, tie­ne esa guardia de lanzas que son las chimeneas, los mástiles y las gnías. Pero, en cambio, gracias a una colina que hubiera podido ser otro inconvenient«, tiene unos vientos casi constantes en la dirección del eje longitTidinal del campo de unos 1.100 metros. Además, el piso es magnífico, de arena, hasta el ex­tremo de poderse decir que es, en este aspecto, el me­jor de España, pues no hay un solo momento en que esté encharcado, a pesar de las lluvias.

Antiguamente fué emplazamiento de un hipódro­mo, cuya existencia no recuerda apenas Bilbao, y hoy es campo de polo y de aterrizaje. En él han tomado tierra los primeros turistas aéreos que ha tenido Bilbao.

Debido a su privilegiado emplazamiento—ya está aquí el «cara y cruz» de la cuestión—, el precio que se le asigna es casi astronómico.

Dicen que se va a preparar el terreno para que den­tro de unos meses tengamos un poquito de aeropuerto con miras particulares. Quizá el establecimiento de una línea con Barcelona, acaso un servicio de aero-taxis con la cercana playa de Laredo. Vamos a ver.

I I I

Aquí está Sondica. En el magnífico valle de Asúa. Es el primer emplazamiento que se atribuyó al nido de águilas en cuanto se pensó seriamente en la avia­ción Antes hubo un intento en la cima del monte Ar-chanda, y antes aún, otro en la llamdadaCampa de los Ingleses, tradicional vivero de futbolistas.

El terreno puede ser de gran extensión, de tanta más extensión cuanto más dinero se tenga para com­prarlo y explanarlo. El horizonte está despejado de

Junto al aparato del señor Pombo posa un grupo de deportistas. Descuella la gracia joven y femenina de la señorita Lafont, a cuya diestra divaga su padre sobre temas motoristas, acaso sobre el «Touríst Trophy», que se acaba de correr en la villa y del que es principal pro­motor. El señor Pombo (padre) y sus dos hijos, expertos aguiluchos, completan el grupo con el periodista y moto­

rista señor Picaza.

obstáculos; pero las obras de explanación y sanea­miento serían costosísimas y, desde luego, sería muy difícil evitar su constante estado de embarramiento, debido a la naturaleza del piso y a la frecuencia de las lluvias.

En estos terrenos se hizo adulta la aviación bilbaína con los vuelos del aviador y aristócrata santanderino señor Pombo, cuyos hijos trazaron en el cielo plomizo de la villa los caracteres firmes y graciosos de una interesante página de la historia aérea local.

En estos terrenos perdió el Ajiintamiento de Bil­bao sus buenas ochenta mil pesetas, que había entre­gado a los propietarios, como opción de compra, cuan­do se comenzó a pensar, por la Corporación anterior a la aotual, en hacer allí la estación aérea.

En estos terrenos, se dice, se hará en breve un co­nato de aeropuerto.

IV

En definitiva, ¿cuántos aeropuertos vamos a tener? Uno, el oficial, en La Galea. Ese llegará el último,

en caso de que llegue, porque para eso es oficial. Otro, particular, en el borde de la ría. En Lamiaco. Otro, particular también, e/i Asúa, monte Archan-

da por medio, a unos seis kilómetros rodeando el monte.

Quizá esta diversidad sirva para todo lo contrario. Es decir: para que se retrase más, hasta la eternidad, la construcción del más elemental carnpo de vuelos.

Y, sin embargo, nos es muj' necesario. Tenemos aquí una industria aviatoria que ha lan­

zado al mercado hus primeras pruebas que necesita el campo. Nada artificial, ni desplazada tal industria, porque se ha montado junto a otras industrias afluen­tes que ya funcionaban de antiguo. Una de aceros finos, otra de aleaciones metálicas ligeras, otra de tableros especiales y otras derivadas de la metalur­gia y en contacto con la construcción de aeronaves.

Hay en proyecto la creación de servicios aéreos de transporte de pescado a plazas del exterior, de trans­porte de flores desde el Medir,erráneo.

er«nica

Ha>' la necesidad de acabar de una vez con este lamentable aislamiento en que está Vizcaya con el resto del Norte de España, pues hoy es casi una auda­cia atreverse a pensar en ir a Galicia, y aun al mism" Asturias.

Ha}' que incorporarse al nudo que en las comuni­caciones aéreas internacionales significa Barcelona.

Y hay que acabar con la dificultad, casi medieval' que para el comercio de la villa significa tener Madr!<* a diez horas de distancia, cuando se puede tener a do* por vía aérea.

Vamos a ver qué hacen las Corporaciones para salif menos parsimoniosamente de este marasmo en qw® está la cuestión del aeropuerto.

Lo decimos recordando que todavía estamos coiiS' truyendo un puente que en planearlo, resolver si h^' bía de ser fijo o móvil y tramitarlo, nos costó algo ui"' de io que va de siglo.

BENJAMÍN N U Ñ E Z B P A V O

Mal A l i e n t o

Una Gran Verdad: Muchos hombres y mucha*; mujeres q'i*'

mantipnen limpios sus dientes y tratan con cuidado su bo­ca, sufren, a pesar de esto, de mal aliento.

Más Aún: Muchas personas sufren de mal aliento sin dar­

se cuenta y desgracia'! amen te nada es más molesto a aque­llos con quienes se habla.

Lo Razón: La razón es que casi siempre el nial aliento pro­

viene de la acumulación de impurezas y de fermentaciones tóxicas en el estómago y los intestinos.

El estómago puede estar sucio sin que uno se d6 cuenta >' aun cuando uno piense estar en perfecta salud.

No basta tratar bien los dientes y la boca. ¡No basta! Para evitar y curar el rnjl aliento es también indispensa­

ble tratar con todo cuidado el estómago y los intestinos. Hoy dia, tantos fuman—hombres y niujeres—y esto con

el tiempo causa daño al estómago. Se recarga el estómago y los intestinos, de comidas indi­

gestas, mal masticadas y tomadas de prisa; de licores y be­bidas tomadas ya calientes, ya heladas

Sobrevienen entonces desarreglos internos, y los restes ali­menticios estancados en el estómago y Ira intestinos produ­cen materias peligro^rs que pasan a la sangre, hacen gra'> daño a l.j salu<l y cansan a la vez el mal aliento

Para evitar eso, usj Ventra-LiTr*. VeBtraXivre es un remedio do entera confianza para

evitar y tratar el mal aliento, porque limpi;* el estómago y los intestinos de los impurezas, substancias infectadas y fer­mentaciones que dañan la sangie.

Todas las noches, al acostarse, tome dos o tres cuchara-ditas {de las de té) de Ventre-Llvr» en medio vaso de agua-

Asi se trata el estómago sucio. Sólo así se evita y se trata el mal aliento.

Use V«oar«-Llvf« DE VENTA EN LAS FARMACIAS

Agentes exclusivos: J. URIACH y CÍA., S, A.

BARCELONA

Page 27: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

t - conferenciante es uno de los ciento cincuenta mil espiritistas que—según él dice—^hay en Madrid. Esta fotografía ^do obtenida durante un discurso pronunciado recientemente ante un público constituido, casi en su totalidad por

señoras... Las mujeres son, por lo visto, quienes más sienten la inquietud del más all£~ (Fot. vida)

C n e l « i m 1 » r a l d e l m i s t e r i o .

^os espiritisitas» el coitferenciaiite y itn Ikomhre ¿alapando siolbire una si l la.

I ^^L más allá me atrae como una mujer demasiado ^^^ , fatal. ¿Por qué nacemos? ¿Por qué morimos? 1 El hombre tiene miedo de enfrentarse con cier-^^ Biisterios, que, pese a la opinión de los médicos, .j »n todavía sin explicación. ¿Quién puede, por ejem-¡j°' explicarnos satisfactoriamente los sueños? Está ^j^^ida la materia, tenemos los ojos cerrados y, sin •ftbargo, vemos, oímos, experimentamos sensacio-

i *• Hay, indudablemente, algo sobrenatural que nos ftoe ver. Algo que imo se imagina inmaterial, fluídi-

i > etéreo... Algo espirita. Sí. Yo—^no me causa ru-^ "• confesarlo—propendo a creer en el espiritismo y ^^I velador de tres patas.

j ^ nadie, pues, debe extrañarle que mi curiosidad • «aya sentido atraída por el anuncio de »ina confe-6h *• ®*''" ^ «Fenomenología espirita» a pronunciar

^1 local de cierta Hermandad madrileña, i Acompañado por Videa, que es hombre que siente (i^bién la inquietud del más allá, hemos llegado ante j^ portal viejo y grande de la calle de Malasaña. {tW, según nuestros datos, está el domicilio de la u^fotiandad. Indagamos corea de una mujer que ha-

* Con otra en el portal, y nos dice que sí, que allí es. j) T^ ' stedes buscan a lo¡8 \(cha]aos» eso» del princi-

¿ Suban, suban... 1Q¡, espiritismo nunca ha sido tomado en serio por f profanos, y la pequeña ofensa de esta mujer igno-

^te no debe ser tenida en cuenta.

Subimos con cierto temor. Después de todo, es la primera vez que nos vamos a aproximar un poco al misterio. Cuando el hombre está nervioso, enciende un cigarrillo. Esto hacemos nosotros.

He aquí la puerta. Está entornada. —¿Se puede? —^Adelante, hermanos. —Buenas noches. —Buenas noches. ¿Vienen a oír la conferencia? —Claro. Es decir, si es posible... —Salgan a la escalera a tirar los pitillos. Aquí no

se puede fumar. —Perdón, no sabíamos... —Es preciso. El humo aleja lo» espíritu.s.

Tenemos nuestro tiempo contado; y aunque está prohibido salir hasta que la conferencia ha terminado, la amabilidad del presidente nos permite sentamos fuera del salón, junto a la puerta, para que podamos marcharnos a la hora que nos convenga, sin que los espíritus se enojen. Junto a nosotros, una señora que nos asegura ser médium y a la que al entrar hemos visto manipulando en la cocina. En otra silla, un joven con gafas nos mira sonriente. Cuando empieza la con­ferencia, el joven se quita las gafas. Unos instantes después se queda dormido. Pienso que como lo vea el orador se va a enfadar un poco. Le digo a la médium:

—Dele un codazo. Pero a este joven no se le puede tocar. —¿No? —Ño. Está obsesado. —¡Ah! ¿Se le ha metido un espíritu d,entro? —Eso es. —-Pobre muchacho! De pronto, el pobre muchacho se agita un poco y se

pone a soplar de un modo especial, como los trenes cuando parten de las estaciones.

Dos minutos después, un ruido de infierno, en el que se mezclan golpes de sillas y gritos a boca cerrada, nt« liace saltar de nuestros asientos. El joven obsesado se agita en su silla con un galope de mil diablos.

—¡Que se va a romper la cabeza contra la pared! —No pasen cuidado. La médium le da eso que los espiritistas llaman unos

pases; pero el joven sigue galopando como si tal cosa. Interviene el presidente:

—No le des más pases, hermana. Déjalo. Resulta que esta señora se ha librado de un gran

peligro. Con los pases se consigue que el espíritu deje en paz al obsesado; pero con frecuencia no se puede evitar que se meta dentro del que prodiga el remedio. Es decir, la médium ha estado a punto de galopar también.

El obsesado se queda, al fin, tranquilo, y el confe­renciante prosigue su charla, ante un público consti­tuido casi exclusivamente por señoras. Hace el elogio del velador, «tan calumniado por los incultos», y habla del misterio de la radio, de los rayos infrarrojos y ul-travioletas, del fluido vital, de las moléculas, del cam­bio celular, del periespíritu, de la reflexión, de la ma-sa, déla conciencia y del espiritismo como ciencia rar cional. En resumen, no se entera uno de nada; pero saca la impresión de que cuando lo dice tan serio es que es verdad.

No obstante, apresuramos nuestra marcha, por si acaso el obsesado siente nuevo.s deseos de galopar.

Salimos al pasillo. Hay una tabla con avisos y anun­cios, 'lodos vienen a decir lo mismo: «¡Hermano! Si de verdad crees en el espiritismo, contribuye a nuestra obra con una aportación mensual.» Hasta para los es­píritus se necesita dinero en estos tiempos de crisis.

—¿Podríamos asistir a una sesión de espiritismo? —Haceos socios, hermanos. Abonad una cantidad

todos los meses, y podréis comunicar con los espíritus, —Pero una vez, por favor especial-... —Terminantemente prohibido. Sólo para los socios. Ya lo saben ustedes. Prohibidas las entradas de

favor.

Preguntamos antes de marchamos definitivamente: —¿Cuántos socios hay aquí? —Unos doscientos. Y eso que nuestra Hermandad

sólo tiene catorce meses de vida. —¿Quién la fundó? —Nuestro actual presidente., que acaba de llegar

de Barcelona, del Congreso Espiritista. —¿Ka habido un Congreso? —¿No lo estás oj'endo, hermano? Un Congreso al

que han asistido cien delegados y quinientos congre­sistas de todas partes. Este Congreso se celebra cada tres años.

—¿C'uántos grupos o sociedades espiritistas hay en Madrid?

—Ocho o diez. Aparte existen infinidad de grupos familiares.

—¿Qué ciudades e.spañolas dan mayor número de espiritistas?

—Barcelona, Valencia y Madrid, por este orden. —En tota), ¿cuántos espiritistas habrá en Madrid? — ITnos ciento cincuenta mil. —¿Y en España? —De dos y medio a tres millones. —¿Y en el mundo? —í ien millones. Realmente, esta ciencia, religión o lo que sea, del

espiritismo, con cien millones de adeptos, entre los que figuran ilustres personalidades mundiales de laCiencia y de las Artes,tienc hoy una importancia que no hemos de esquivar aquí, pese al tono de este reportaje. En esta creencia salimos al rellano de la escalera. Nuestros cigarrillos, sin consumir, han desaparecido. Se conoce que por la escalera han pasado espíritus de los otros, de los qué no les molesta el humo.

RAFAEL MARTÍNEZ GANDÍA

E l anuncio máts eficaac es el puUicado en

C R Ó N I C A cri6n;ca

Page 28: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

La hoja mas m o d e r n a y de m e j o r c a l i d a d .

Afei-tarse con I B E R I A es co­menzar el día con una sensa c lon agradable.

VALE MAS DE LO aU E CUES TA

BLENORRAGIA ( P U R G A C I O N E S )

en todas sus manllesiaclones U R S T R I T I S . PROSTATITIS, ORQUITIS, CISTITIS,

GOTA MILITAR, CK., en ei hombre y VULVITIS. VAGINITIS, METRITIS, C I S T I T I S . A N E X I T I S , FLUIOS, ele. en la miyc" por crónicas y rebeldes <3ue .-ican se combaten de una mdnera c ó m o d a r&(>\áa v e d c a » c o n 'os

[ A d l E n DEl DI. SOIVIIE <;ue depuran la sangre y ios humores, comunican a la orina sus mara­villosas propiedades antisépticas v microbictdas; sus admirables resul­tados se experimentan a las primeras lomas, la ipejorla prosigue hasta al completo y perfecto restableclmtento de todo el aparato génlto-urt-hario. curándose el paciente por si solo sin inyecciones, lavadoj.apll-caclones de sondas, bujías, etc., tan peligroso siempre por las compli­caciones a que exponen v nadie se entera de su e n f e r m e d a d SiSf* Basta tomar una ca |a p a r a c o n v e n c e r s e d e e l l o . 6xlgld siempre los legítimos C A C H E T S D E L D r S O I V R É y no admitir sustituciones Interesadas de escasos o nulos resultados.

Venta a 5 ,60 ptas, cajá en las principales fonnadas Agentes. — New- yorla Drug Imponin? C. 179, Adain» Street Brookiyn. ~ 5 . /osé Costa Rica I. Carreras, Bazar París , Avenida Centra I.;.-5. ¡uaa Puerto Pico: | . C o m b a s Peyork, Tetuán, lá.—Cuba: |. Carlos Guasch. Apartado 2293 , Haliana

LOS ESTABLECIMIENTOS « M A D A M E X» PRESENTAN El NUEVO APARATO DE G I M N A S I A

ItlIMlllilMIIIII' «JÚNIOR» Propio para hacer los ejercicios que embellecen el cuerpo , recobrando todos, no importa sexo ni edades,

AGILIDAD, ESBELTEZ y

JUVENTUD

El complemento de una Faja cMADAME X» es hacer diariamente los ejercicios gimnásticos que nosotros recomendamos

EL APARATO « J Ú N I O R » NO DEBE FALTAR EN NINGÚN HOGAP

S O L O V A L E 2 5 P E S E T A S

Demostraciones en todos los EsUblecimientos «MADAME X» de Eepaüa

Se envían prospectos a cuantos los soliciten : - : : - : Se expide a provincias ; -': : - :

"MADAME X" -Travesía del Arenal, 2 - MADRID

SUCURSALES en: Barcelona, Bilbao, La Coruña, Málaga, San Sebastián, Santander, Sevilla, Valencia, Vigo.

BORRACHOS C U R A C I Ó N S E G U R A D E L V I C I O

N O S E E N T E R A N N I P E R J U D I C A . M A N D A M O S I N F O R M A C I Ó N R E S E R V A D A G R A T I S . C L Í N I C A

B A S T É . P L A Z A R E P Ú B L I C A , 2, B A R C E L O N A

¡¡Felicidad para las mujeres guapas!!

Amor, riquezas, agasajos, atenciones; todo ello y más aún será para Vd. si se decide a embellecerse el cutis con

ESMALTE MILLAT No es crema, no es leche, ni loción, es algo mejor y más

moderno. Haga un ensayo con un frasco. Lo hallará en las perfumerías en tres calidades:

E i m a l t e N o r t e a m e r i c a n o H i l l a t embellece CD CI acto toda clase de cutís . . p t a s . S

E s m a l t i n a Mil iat , Acabado porcelana . . . > 10 E s m a l t e N i lo Mi l la t . Gran belleza . . . . > 12

SI desea auiiieotar aun uiáa su atractivo aplique.^e deapuO- ilel ' Estnalte, polvosdeSuper-tíelíexu Kilo, ptaHla!.eui)erfiiiueria8

LA REGLA suspendi.da volverá ráp ida­mente y sin peligro

con PERLAS FEMI. De venta: Dr. Andreu, Sególo y Far­macias. Exigir PERLAS FEMI. Rechazar imitaciones. Se manda reserv. certificado enviando pesetas 14,50 al con­cesionario BASTARD, calle Fivalier, 48, BARCELONA.

El coles, día lO de Oc-tttlyre, compre vís-^ ted el Ex-ti*aoi*di'-i tar io de crónica, dedicado al Otoño.

PECHOS Firmes, Bellos y Desarrollados

en dos meses, con las salutíferas

PILDORAS G I R O A S I A B S No dañan. Farmacias, 6 jítas. frasco. Mande 6,5*' pesetas Giro postal, a M. Pous, Apartado 481. Barcelona, y las recibirá con toda reserva, certifi­

cadas. Muestras gratis, si envía s. 0,30.

LA PROCREACIÓN HUMANA p a r e l d o c t o r C A M P O S . Contiene: Losórj^anos <le la generación maseullnos y feíuenlnog. La virginidad. Esterilidad, Impotencia y cas­tración. Higiene sexual del matrimonio. Embarazo, aborta y parte-Maternidad consciente. La ciencia de tener hijos sanos y hermosos >' la de no tenerlos. Cn tomo de 400 págs., con 27 grabados, lujosamente

encuadernado. DOCE PESETAS.

MEDIOS PARA EVITAR EL EMBARAZO d e l d o c t o r S T AMM. Libro Ilustrado con consejos claros, senclllosi orácUeos. 5 PTAS. Pedidos a l.SDICE. Lope de Rueda, 17. MAUKI»-

Reembolso, 0,50 gastos.

•i .°—Una sola aplicación se mantiene durante todo el dia,

•2.°—Suprimen completamente el brillo,

•3.—Proporcionan u n aspecto mate y aterciopelado y una belle­za natural, sin formar manchas,

•4.''--^No los altera el viento, ni la lluvia, ni el sudor,

• • 5-°—^Aprietan los poros di latados .—No rese­can !a piel. •

Esta nueva y asombrosa idea está aplicada a los Polvos Tokalón, los famosos polvos parisienses, en los cuñales la «Espuma de Cremas está científica­mente mezclada con finísimos polvos aerificados. Deliciosamente suaves, refrescan y estimulan los tejidos fatigados, tonifican la piel y proporcionan a la cara, por fea qué sea, un aspecto mate de ma-

Por los cuales

los Polvos de Arroz deberian contener

Espuma de Crema ravillosa belleza. Los Polvos Tokalón son los úni­cos genuinos polvos de arroz con espuma de crema-Una sola aplicación dura cuatro veces más tiempo que la de los demás polvos ordinarios.

Los compactos Tokalón contienen ahora espuma de crema. Los polvos y el rojo son ambos muy ad-herentes. Algo nuevo, diferente y mejor.

Page 29: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

La venerada imagen de la Virgen del Pilar.

A n t e el tZ de Octubre.».

del Pilar* ^

üN cuando no quiera el Ayuntamiento, las fiestas que se organizan en Zaragoza durante

t unos días del mes de Octubre serán siempre j^tejos en honor de la Virgen del Pilar. Ya pueden (j/'es el nombre que quieran, bien sea Fiestas de ^ " fio, o Fiestas de Octubre, o el nombre que le bus-í ^tt más o menos acertado, pero la tradición no po­li *• borrarse. Los forasteros que vienen a las fiestas, i ^Hdo sean visitados en sus residencias, nos dirán ^«•riablemente: "^Ya nos veremos para el Pilar, en Zaragoza.

I **¡1 Pilar» son las Fiestas de Octubre, llámense como -Quieran.

(,j * a fe que en el año actual las fiestas de Zaragoza fc anuncian extraordinarias. Ha influido en ello la lIjMencia de la cosecha, base fundamental para la (] yor afluencia de forasteros, y por esta avalancha (^^nimadores que se espera, tanto de los pueblos {3o de las demás provincias, pueden calificarse de ?aordinarias las fiestas del Pilar.

L^Wo es que también la Comisión organizadora de K f" **J08 ¿* echado el resto. Por esta causa y por el K. 'io que se avecina, vamos a permitimos dar un

de lo que se prepara este año de los días 11 al 'le Octubre.

k *^ Komenaje a Ccltegaray y Caballero»

y ^ Comisión organizadora de las fiestas ha prepa-\^^ un homenaje a los autores de la popular zar-c '* , eminentemente aragonesa. Gigantes y Cabe-^»> Miguel Echegaray y el maestro C!abaUero. homenaje merecidísimo que Aragón debía a los

Vista parcial de Zaragoza, tomada desde un avión. En primer término, a orilla del Ebro, el templo de Nuestra Señora del Pilar.

El puente de piedra, sobre el Ebro, con el templo del Pilar al fondo. En este lugar, marco elegido por don Migue! Echegaray y el maestro Caballero para situar el célebre «Coro de repatriados» de su inmortal obra «Gigantes y cabe­zudos», se celebrará el homenaje a dichos autores, cantando el referido coro el Orfeón Zaragozano y actuando como

solista el gran tenor aragonés Miguel Fleta. (FOU. Haiía CUMU)

ilustres autores de la zarzuela que mejor canta, en­salza y elogia el carácter de esta tierra. Homenaje que consistirá en la interpretación del «Coro de repa­triados» de la inmortal obra, en el marco auténtico donde lá acción se desarrolla, en el puente de piedra, sobre el río Ebro.

Vn centenar de voces del Orfeón Zaragozano actua­rá de coro, y figurará como solista el eminente tenor baturro Miguel Fleta, gigante en su magnanimidad y en su gentileza, cabezudo en el querer a su tierra, propagandista de las virtudes de la raza, del carácter aragonés, por todas las latitudes y todos los meri­dianos.

Miguel Fleta, acompañado por los orfeonistas zara­gozanos, dejará oír su melodiosa y potente voz en el puente del Pilar cantando aquella maravillosa letrilla de los repatriados de Gigantes y Cabezudos, que dice:

crdnsca

Por fin te miro, Ebro famoso; eres él más ancho y el más hermoso...

P a r a k o n r a r a l c a n ó n i c o Pi í tnate l l i .

Otro homenaje prepara duranto las fiestas la Comi­sión organizadora, y está dedicado a honrar la memo­ria del canónigo Pignatelli, el hombre de tesón inven­cible, de voluntad recia, de cabezonada, si se quiere, que luchó y trabajó hasta conseguir la construcción del Canal Imperial dé Aragón, esa vía fluvial que tan­tos beneficios dio a la huerta zaragozana.

Para honrar su memoria, para festejar aquel rasgo baturro se preparan ilnniinaiiones en las poéticas orillas del Canal, fiestas acuAticaíi, desfile de lanchas y góndola» engalanadas, fiesta literaria, música, can­tos...

Page 30: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

La tradicional comparsa de «Gigantesc que, con sus diarios paseos por la dudad durante las fiestas, causa el regoci|o del público zaragozano y forastero...

Y los populares «Cabezudos»; que son el terror de los nifios pequeños y la diversión de los.muchachos.

Las orillas del Canal, ahora casi olvidadas, se ve­rán ei «Día de Pignatelli» concurridísimas, porque Za-r a ^ z a , Aragón entero, le debe este homenaje de desagravio al canónigo Pignatelli.

O t n M fes te jos .

También Madrid tendrá un homenaje de los zara­gozanos en estas fiestas del Pilar en la persona del director de la Banda municipal de la capital de la Re­pública, ilustre maestro Villa.

Bste gran músiíjo, invitado por la Comisión de fes­tejos, acudirá a Zaragoza para dirigir su maravilloso «Canto a Madrid», que interpretará la Banda muni­cipal de Zaragoza, de reciente creación, y cantará el Orfeón Zaragozano.

Habrá una fiesta de aviación, que se repetirá va­rios días, con acrobacias y viajes sobre la ciudad.

Habrá una quema o varías de fuegos artificiales

especialmente encargados a los pirotécnicos valen­cianos.

Habrá cinco corridas de toros con los ases de la baraja taurina.

Habrá la tradicional retreta, en la que toma parte toda la guarnición de Zaragoza, llevando los soldados de a pie y de a caballo centenares de farolillos.

Habrá otros festejos que ya son tradicionales, como las jotas de ronda; los festivales de canto regional, en los que toman parte las primeras figuras, y habrá la extraordinaria Feria de Muestras, exposición de los productos 4^ la tierra, de la fabricación, del co­mercio aragoneses, que promete ««.tr uii verdadero acontecimiento.

L o 4«te l a l t a . ¡Y es una verdadera lástima para la economía ara­

gonesa, mejor dicho, zaragozana! Ix) que falta es la popularLsima procesión y el tradicional Rosario. Estos

crónica

Estatua del canónigo Pignatelli, el hombre que en fuíf de voluntad consiguió la construccióti del Canal Itapi^. de Aragón, y cuya memoria se honrará, también, con" homenaje durante las próximas fiestas. (Fots. Marfn ctí''!

dos acontecimientos eran esperados por miles y ^ de forasteros, que hoy se ausentan de la ciudad fiestas al terminar la última corrida de toros;

Falta el Rosario, que por sí sólo daba un extraol nario contingente de familias enteras de los V^.ú y de las demás capitales españolas; falta la procef.,^ que era única en Aragón, como lo son, por su tradi^' j y sus bellezas, las de la Semana Santa de Sevilla! y tan ambas manifestaciones de aragonesismo, c» cuales ponían todo su fervor, todo su entusia"'^ millares de españoles. A

Y hemos dicho que esta ausencia es una lástim"' P j[. la economía zaragozana, porque conocemos el s^" f la opinión de cuantos contribuyen con sus fond*' financiar las fiestas de Octubre en Zaragoza. jj¡

Ei elemento mercantil zaragozano mantie»'^ criterio firmísimo, y dice en su mayoría: i

—Mientras no salga el Rosario, no darenJO*' céntimo para las fiestas del Pilar. yí'

Y al no entregar cantidad alguna para la cel*; J ción de estos tradicionales festejos de Octubre, ^f) no pueden tener el esplendor, la grandiosidad fl \f fiestas para cuya celebración sobra el dinero. ^ mentamos por Zaragoza.

TA» ttue s o b r a . ,| Y en estas fiestas que van a comenzar esf*! IM1

sobra algo que nos parece extraordinariamente flg'j

é

lo, y que esperamos que a última hora se irap*? f<i' criterio de las realidades.-Sobra ese deseo de »"^¿J que ha impuesto, o al menos mantiene, dentro ^^ Comisión alguno de sus componentes. Sobra <'* ^^t[ rer que desfilen los cabezudos, los simpáticos y 4' caturizados personajes, tan conocidos, en pij»'"' las calles de la ciudad. y'

Eso, además de que no tiene gracia, es M ^í ridículo, que no merece la pena de que

hablemos ; de ello. Esperamos que la Comisión rectifique * terio en este punto. qí

Y este es el avance de las fiestas de Octubre-j^jí aun cuando no se quiera, serán siempre las tra** nales fiestas del Pilar de Zaragoza. -A

MARIO ALEOPJ

Page 31: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

'Magnifica pareja de «mañicos», hermosa de verdad ella y buen mozo de verdad él, y con todo esto, excelentes cantadores de jotas.

^as jotas; ^ue el pueblo ara^ donéis canta a SVL venerada

De brillantes y coronas y de mantos, muchos más, está llena mi Patrona, que es la Virgen del Pilar.

IAI Patrona de Aragón canta encima de un Pilar, «pa* que ningún otro canto le gane al cielo a Uegar,

Aragón siempre fué grande, lo está siendo y lo será, mientras tenga por Patrona a la Virgen del Pilar.

O estas otras coplas intencionadas, llenas de sabor regional, en las que se compagina el sentimiento reli­gioso con el aragonesismo, con la jota:

La Pilarica llegó por el Ebro a Zaragoza, y dicen que se quedó al oír cantar la jota.

De Zaragoza «pu'abajo» lleva el Ebro agita bendita, porque le lavan los maños los pies a la Pilarica.

¡ Bendita sea la Virgen! ¡ Bendito sea el Pilar! Y bendito Zaragoza y su canto regional.

En mi pueblo no bendicen el agua «paf> bautizar, porque la cogen del Ebro después que besa el Pilar.

Y con la jota y la Virgen expresa el enamorado su sentir y su querer, y lo dice en verso y lo dice can­tando así:

Entré a adorar el Pilar y detrás de ti besé; ¡que me perdone la Virgen el beso que le robé!

Tengo un novio tan granuja que cuando me va a besar me dice que soy la piedra que se oidora en el Pilar.

Las flores de Zaragoza se riegan con el Canal; se cogen con el rocío para adorar el Pilar.

¡Qué pena tienen las torres de La Seo y del Pilar! Se miran, se hablan, se adoran ¡y no se pueden besar!

La musa popular ha tenido indudables aciertos al componer las coplas que hemos anticipado y otras que son del dominio público. La musa popular ha sentido, mejor aún que los literatos y los poetas, este amor que merece la Virgen del Pilar.

Pero los poetas, los literatos de todas las regiones,

€€ Pilarica 55

Lo que me / gusta es ia tj calidad que ios singulariza

^ ^ sentimiento religioso aragonés tiene dos ma-N»" nifestaciones extemas bien conocidas: la visita %^ diaria de los fieles para besar el pilar de piedra ^ ' istenta la imagen de la Virgen Patrona de Ara-\\ ^ la jota. Esas jotas que, como oración sentimen-"C^^n dirigidas o dedicadas a la Virgen, a la imagen

k^^^ hay con todos los variadísimos estilos del canto y ' al y con todas las intenciones. '^: Se esta jota patriótica:

Patria y Virgen es mi lema; Patria y Virgen, mi cantar; mi patria es España entera; mi Virgen, la del Pilar.

O esta otra, sentimentalmente filial:

No llores más, madre mía, aunque me veas matar; tú te quedarás rezando a la Virgen del Pilar.

O estas otras, orgullosas, llenas de majeza y de alarde:

Es la Virgen del Pilar la que más altares tiene, y no hay pecho aragonés que en su fondo no la lleve.

crónica

Elaborados expresamente para evitar los males de garganta.

C I G A R R I L L O S de Virginia

CRM^ENA CON BOQUILLA DE CORCHO

Fabricados por Carreras. Un nombre español con una

reputación internacional por la calidad de sus productos

W^,

Page 32: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

de todas las naciones, han dedicado en alguna ocasión unajota a la Virgen, y así hemos podido recopilar algu­nas de ellas.

El académico de la Lengua don Gregorio García Arista, buen literato y mejor poeta, ha compuesto algunas coplas dedica<ks a la Patrona de Aragón. De él son las siguientes:

La jota es canto divino que los ángeles crearon, y a ntiestro Aragón trajeron con la Virgen que escoltaron.

La jota es himno a h Patria, y ala mujer, madrigal, y fiero grito de guerra y tierno rezo al Pilar.

Y el gran «coplero» aragonés don Emilio Ester Ru-bira ha compuesto cientos y cientos de jotas baturras, de canciones dedicadas a la Pilanca, que formarían un amplio volumen.

El espacio que pódeme» dedicar a esta información es muy relativo, y por ello entresacamos únicamente algunas, halladas al azar:

Con la jola te saludo. Virgen del Pilar hermosa, que la jota es para ti la oración más caññosa.

A claveles hoy, mañica, olía el santo PiUtr; se conoce, que tus labios lo avahaban de besar.

Tan grande como es el mar, y envidia le tiene al Ebro, porque pasa apoh Pilar, y él, en cambio, no «pué» hócelo.

Agustín Paraíso, el conocido poeta del siglo pasado, ^coia de las letras aragonesas, mejor diríamos espa­ñolas, publicó muchas coplas en los extraordinarios que hacía Heraldo de Aragón, y de ellas repetimos las siguientes:

Como la perla en su concha y el sol en la inmensidad.

asi en Zaragoza reinas, Virgencica del Pilar.

Lamiendo tu santo Alcázar pasan las aguas del Ebro. y al pasar van murmurando: M.¡Desde Zaragoza, al cielo!»

Mellada está tu columna por besos de ardiente fe. ¡Madre bendita del alma! ¡ Cuántos en eUa grabé!

' Y Casañal, este diminuto y simpático Alberto Casa-ñal Shakery, poeta andaluz que se ha transformado en aragonés y canta como nadie la nobleza baturra y las cosas de la tierra con lenguaje eminentemente po­pular, ha sido uno de los que con más anhelo ha pues­to de relieve su amor a la Pilarica, casi más grande que el que pueda sentir por la Macarena; ¡andaluz-aragonés!, sin distingos, y si acaso los tiene, en benefi­cio de esta su nueva tierra, hizo, sigue y seguirá ha­ciendo jotas y jotas dedica«ias a la Virgen.

Una de ellas, la más pronto encontrada, es un poe­ma de ternura, de satisfacción, de amor filial, y con su gracejo popular y agradable nos.decía en ella hace unos cuantos años:

No hi venido a Zaragoza por ver al «GaUo» toriar, que vengo por dale un beso a la Virgen del Pilar.

Y finalmente, por aquello de que los últimos serán los primeros, hemos de dedicar unas líneas al poeta zaragozano, al «coplero» de todos, al literato de la tie­rra, que recientemente ha fallecido en un accidente de automóvil, a don Femando Soteras, el popular Me-fisto, cuyas Coplas del día han sido la sección predilec­ta de Heraldo de Ara^gón desde hace veintitantos años. A este hombre, todo corazón, todo delicadeza y senti­miento, que dedicaba su musa a cantar el suceso dia­rio, internacional, nacional o local, y que ponía el corazón en las jotas de su tierra. Como homenaje pos­tumo a, su memoria, como delicada ofrenda al que dejó de ser, como corona de flores que Prensa Gráfica de­dica al genial vate aragonés que sabía dar el tono de actualidad a cuantos asuntos merecía la pena dedi­car un mínimo de ateción, publicamos estas jotas suyas.

dií

Esta primera, escrita y publicada con motivo de uBj fiestas en las que para desgracia de los forasteros U vio en abundancia:

Agua nos mandó la Virgen en el día de su santo. ¡Es que escuchó la plegaria de la gente de secano!

Y esta otra jovial, intencionada, castiza, que

/ Virgen del Pilar hermosa, tan santa y tan milagrera; a ver si haces el milagro de que mi suegra me quiera.

O ésta dedicada a una ronda típica, que can*" ^ motivo de otras fiestas de Octubre, y que decí»-

El Ebro desde Reinosa viene a besar tu Pilar. Lo mismo llega la ronda a ofrecerte su cantar.

Y mil más, que podríamos ofrecer a los lectores este poeta popular y de otras figuras de renombre cional y aun internacional. ..

Pero hemos de terminar el artículo, y par» |^| —a tal señor, tal honor—publicaremos una del mortal Rubén Darío, facilitada al periodista arago don Marcial Buj, con motivo de los festejos 0Tg&^ ¡ dos para conmemorar el Centenario de los Sitios, P año 1908, que publicamos con su autógrafo, y *

frotUi. ^ ZccrA4.

£i Ja CoróHíí murq/.

Por la recopilación,

MAMO ALEGRÍA

Para lucir unos labios encendi­dos y adora ­bles basta una sola aplicación diaria del mo­dernísimo

R O J O

Para el perfecto d e m a -

qui l lage d e su rostro

crema dermoid al j ugo de limo i

V E N T A E N P E R F U M E R Í A S Laboratorios A. Puig, Valencia, 293 - Barcelona

PERMANENTE De venta en perfumerías,

Ptas. 3.50 estuche

(Tonos: cloro, mediano y oscuro)

GRATIS: Remitiendo 0.50 ptas. en sellos de co­rreo pora cubrir franqueo a Laboralorios A. Puig, Valencia, 293, Barcelona, recibirá Vd . un tubito de muestra gratis. (Indicar

tono deseado

Page 33: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

¡^^9ñña Desgraciada me dice que tuvo relaciones con un rauchaclio, con el que Lj ^e terminar porque resultó muy «calavera», y me pregunta qué hará para en-

•'ar el cariño de un hombre formal y bueno. [Señorita, ya sabe usted que Diógenes buscaba un hombre con una linterna en 1*> día, y no lo encontró, y eso que igoraba las cualidades que usted reclama. Pero lyez de la linterna, Diógenes tuviese unos ojos de mujer luminosos y puros, tal

'•í fuera más fácil hallar lo que buscaba. .g^'isted posee esos ojos, y además están iluminados por la luz interior de un alma I ^ y limpia, encontrará usted lo que busca, y antes de lo que usted misma supone.

o o

. "' 'xíwíaco conoció no hace muchos días a una señora, de la cual no sabe si es fg 1 ^ o viuda, pues la conoce sólo de verla en un paseo acompañando a unos niños 'jj 'lanian mamá. Andrómaco la mira y adopta con ella la actitud de rendido ado-jj^' sin que la señora le muestre disgusto por tales demostraciones, y me pregunta L '''lacho qué conducta debe seguir, según sea casada o viuda la señora en cues-

*4 fá ^'^^^^^ *1"^ debe usted hacer es entablar conversación con ella, lo que le jg p i l poniéndose a jugar con los nenes. No es original el truco; pero, en cambio,

lo má« seguro en eficacia. Y una vez en amistad con la señora, y después de unos n « "^^rlas cordiales, cuando se haya enterado de todo lo que desee saber respec-

^ vida privada, entonces proceda Como a usted le parezca dentro de lo que ella

o o

Ijgj ''í^íía Desesperada tuvo un novio del que estuvo, y aun lo está hoy, enamo-w , ^! pero de la noche a la mañana el muchacho, que parecía adorar a Blanquita, «aei relaciones, aunque sin devolver cartas ni fotos, y cuando ella le pidió ex-6 éi° ®^ ^e su conducta, le respondió que hay un misterio que los separa, pero i fg "^ puede decirle lo que es. La muchacha le pidió entonces la devolución de j ^ lerdos, pero el muchacho se negó siempre a esta protensión de Blanquita, ^\n^^ ella deduce que algún interés tendrá cuando no se desprende de ellos. Quie ^^* alguna que tiene interés en conservar esas cosas, lo que demuestra que tó""-« toda^'a; pero eso no puede impedir la existencia del secreto de que él le

i(jg s.^ie no le aconsjo averiguar, pues a veces más vale ignorar las causas de nues-'^ha, por si de su conocimiento se desprendiese otra desdicha nueva y mayor.

V

,^0m I O S enfermos del estómago, incluso los L que t ienen uno úlcera y están sujetos a régimen de leche solo, pueden curarse con el ESTOMACAL BOLGA, descubierto por un eminente farmacéut ico español. El ESTOMACAL BOLGA, no es ni polvo, ni el ixir, ni ja rabe, son comprimidos purí­simos o bose de 8 ingredientes en estado

^?'<^idal, 33 veces mes eficaces que ningún otro producto. ', ísted sufre de digestiones pesadas, dolor, ardor o peso en el estómago,

bí^seas, bil is, vómitos, etc. empiece a tomar dos comprimidos de ESTOMACAL . ^ L G A después de las comidas y al poco t iempo se encontrará completa-li^nte sano; J^'o más detal les consulte al grupo de especialistas que se hal lan al frente de ^^stro Laboratorio, dir igiéndose a Laboratorios BOLGA, Ar ibau, 90 , Barcelona

ESTOHÁCALBOLGÁ /^JA (S) PESETAS (timbres incluidos). En farmacias y centros de específicos

32 dientes blancos y sanos

gracias al

Chiorodont P R O D U C T O NACIÓ N A

Dos amigas aburridas dicen que viven en un pueblo, pero que de vez en cuando hacen excursiones a la capital. Van a bailes, a cines, a teatros, pasean mucho, hacen labores de gancho, atienden los quehaceres domésticos; pero, con todo, se aburren muchísimo. Por si esto era poco, se han enamorado de umos muchachos que no se han dignado fijarse en ellas, y me preguntan qué han de hacer para vencer el aburri­miento y atraer a los muchachos de sus preferencias. En fin, una doble consulta.

Para combatir el aburrimiento, incomprensible en vidas tan activas, no hay otro medio que ocupar la imaginación. Lean, estudien, den a sus vidas una noble finalidad. Pero más que aburrimiento, ¿no será su estado de ánimo descontento de la vida porteneralgunaapetenciainsatÍ8fecha?Siasífuera, piensen y vean el modo de lograrla, ya que, como dice el adagio vulgar, «nunca falta un roto...»

En cuanto a los muchachos que han llamado la atención de ustedes, procuren que les sean presentados, logren su amistad, háblenles de cosas que les pueda inte­resar, y poco a poco, con un poquito de coquetería de buena ley y un mucho de co­razón, les irán conquistando.

o «=>

Arlequín, Grumete, Marisol, Maribel y Jungla piden también correspondencia. Pero como no han enviado sus direcciones respectivas, no puedo complacerles. Repitan la carta subsanando esta omisión, y tendrán sus corresponsales.

o o Alma me pregunta cómo hará para dedicarse a la cria de pollitos en su propia

casa. A. Custodio, a cuántos y cuales delitos alcanzó la última amnistía. Andarax, qué fué de unos duros que envió a un señor para la suscripción en favor del poeta Villaespesa. S. Molí me envía unos versitos para que le dé mi opinión sobre ellos. Y, por último—¡el colmo!—, J. Mayor me pide vaya al Ministerio de Instrucción y averigüe en qué pueblo está cierta maestrita que le interesa.

Aparte de la desfachatez de Mayor, que me toma por recadero honorario o agen­te de investigaciones privadas gratuito, los demás, como se vé, me preguntan cosas que en nada tienen que ver con las del corazón.

No sé ya cómo decir a los señores y señoras consultantes que esta Estafeta cordial, como su nombre indica, no contesta más que a las cuestiones «cordiales» del «cor...-azón», del coeur o del core, como lo prefieran.

Cordial, lo demás pueden pr^untarlo a uno de esos consultorios amables y com­placientes enciclopédicamente, que responden a todo lo que se les consulta, pues aquí el área és limitada al terreno del AMOK. EVA

crdntca

Page 34: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

J U V E N T U D Supres ión a b s u r d a .

€11 imo de nuestros húmeros anteriores Tiicimos un rápido examen del nuevo plan del Bachñle^ato. Ya entonces señalamos la omisión de asigna­

tura tan importante, en un país eminentemente agrí­cola, como es la de Agricultura. Tampoco se ha incluido la Tecnología Industrial. Ambas disciplinas son ab­solutamente imprescindibles en un plan de estudios encaminado a dotar de cultura general suficiente para ulteriores trabajos de especialización. Ningún médico, abogado o licenciado en Letras puede ni debe ignorar los rudimentos de la Agricultura, su desarrollo en nuestro país, sus arduos y vitales problemas... No son necesarios muchos argumentos para que resulte evi­dente lo absurdo de la peregrina omisión.

Invest í^ac ión Ae jmotivos. jSe ha considerado inútil por los autores del nue­

vo plan la inclusión en el mismo de esas materias? No es concebible que personas capacitadas para ela­borar un proyecto de ta,l importancia padezcan seme­jante equivocación. En un país como el nuestro, cuyos más hondos problemas se relaci<»an con el cultivo y aprovechamiento de la tierra, el conocimiento de la Agricultura es inexcusable. Lo ha sido siempre y lo es ahora por razones que a todos se nos alcanzan. No creemos, pues, que se haya estimado superflua la asignatura «olvidada».

Más bien nos inclinamos a atribuir la omisión a un concepto equivocado de lo que es actualmente la asignatura en nuestros Institutos. Por fortuna, en la evolución de los procedimientos pedagógicos se ha progresado con rapidez que honra por igual a profe­sores y alumnos: a aquéllos, por el noble esfuerzo que han aportado, junto con su competencia, y a éstos, por el interés que ponen en asimilar conocimientos, que nada se parecen al antiguo afán de «sacar asignaturas», sabiendo o sin saber.

U n l a b o r a t o r i o d e I n s t i t a t o . Con amabilidad que CRÓNICA y nosotros agradece­

mos, el catedrático del Instituto del Cardenal Cis-neros nos ha invitado a visitar el laboratorio de Agri­cultura y Técnica Industrial de dicho Centro. Viene tal invitación a proporcionamos la oportunidad de confirmar nuestras noticias sobre lo que es el estudio de tales materias en nuestros Institutos de Segunda Enseñanza.

El laboratorio es amplio, con mucha luz. No es ya aquel cuartucho maloliente y angosto en el que hace años penetrábamos los alumnos un par de veces en todo el curso para oír una explicación apresurada y preseneiar un experimento cuya finalidad no se nos aparecía muy clara. No. Este laboratorio es cómodo, pulquérrimo, atrayente. Se nota en su aspecto el di­ligente cmdado de un profesor amante de su misión y de unos alumnos deseosos de aprender, ordenados y laboriosos.

En el local pueden trabajar a un tiempo hasta cua-.Knta..a.lumBos, «ómodaaaeHte. I«« instalaciones son muy completas. Hay estufa de cultivos, para determi­nación de agentes microbiológicos; autoclave, homo de Pasteur, balanza de precisión, colorímetros, aci-dímetros, aparato para establecer el poder panificable de las harinas, centrifugadoras, baño de maría eléctri­co y demás accesorios para análisis e investigaciones prácticas.

Ixw reactivos, aUneados en sus estantes, se hallan a disposición de los escolares para múltiples trabajos de ]^ñm<Htiial importancia: determinación de grado d© acidez de las tierras; de acidez y de alcohol de los vinos; del extracto seco de la leche; de la acidez de los aceites; de la mixtificación de vinagres...

_ Vemos también los aparatos precisos para la obten-ciÓQ de mantequilla y queso, y accesorios diversos para otras intaDesantísimas producciones industriales.

Finaimmilse, hay una sección dedicada al análisis de los abonos. Todo en orden perfecto.

En cada sección, sobre tablillas de madera muy ma­nejables, están las instrucciones para el buen empleo de los utensilios y las escalas, reacciones, etc. ^ Con I n t i m o orgullo, el profesor Bustinza nos ense­ña un montón de cuadernos de prácticas de sijs alum­nos. Hay algunos ejercicios que, además de sü valor científico, encierran verdaderas maravillas de dibujo. Máquinas, plantas, mapas de producciones agrícolas e industriales, etc.

Hay relatos, ilustrados con fott^rafías, ^ e las visi­tas colectivas a fábricas, talleres, minas, etc. No se limita, p u ^ , la enseñanza a la repetición estéril de textos más o menos útües.

Final. jSabe el señor ministro de Instrucción Pública

-cómo-se esludían en nuestros^nstitatosia Agricultiu-a y la Técnica Industrial? ¿Está, como nosotros, seguro de que es imprescindible tal estudio en xm plan enca­minado a dotar de cultura general a los escolares?

Pues subsane inmediatamente ese lamentable error, antes de que se comience a discutir en la Cámara su proyecto. Así evitará oír cuanto llevamos dicho... y algunas cosas más.

Lms HERNÁNDEZ ALFONSO

P a r a ser p i l o t o a v i a d o r c i v i l -Según anunciamos en el número anterior, hoy indi­

camos cómo se obtiene en España el título de piloto aviador civU.

Los ejercicios pueden hacerse en cualquier aeródro­mo que tenga escuela debidamente autorizada. En España existen pocas, y casi todas están bajo la direc­ción del Aeroclub de España, entidad que pertenece a la F. A. I. (Federación Aeronáutica Internacional). Dicho Club tiene Escuelas de pilotaje en Madrid, Sevilla y Valencia. También el Aero Popular de Madrid tiene escuela, donde cursan el aprendizaje de pilotos los socios de aquél a quienes corresponda por sor­teo; sólo los socios, entiéndase bien.

En el Aero Club de España cuesta obtener el título de dos mil a dos mil quinientas pesetas, y el tiempo que se necesita para ello depende de diversas circuns­tancias, tales como material, estado atmosférico, etc.

Para mayores detalles, pueden los lecíores que lo deseen dirigirse al Aero Club de España, quien re­solverá sus consultas; o bien a nosotros, que con mu­cho gusto realizaremos las oportunas gestiones.

L. H. A.

C 3 o r r e s p o i i d e n c i a . X. Y. Z. (Madrid).—^ITsted, que, por lo que nos co­

munica, es una muchacha habituada al estudio, debe emprender esa carrera, librándose de prejuicios que, créanos, carecen de fundamento lógico.

U N ESTUDIANTE (Madrid).—Padece usted un error. No necesita esos documentos para matricularse. Nada tiene que agradecemos; estamos a su disposición.

FRANCISCO LÓPEZ SAAK (BarceloTia).—En efecto, están convocadas oposiciones a médicos de la Marina civil. El plazo de presentación de instancias expira el 15 de Noviembre próximo. Tiene, pues, tiempo so­brado. No podemos indicarle lo que nos pide; podría in­terpretarse como propaganda del Cfentro <jue ftiere. Puede ponerse en relación con cualquiera de los esta­blecidos en Madrid. Agradecemos sus palabras.

XuÁN (Sin indicación de residencia).—Inténtelo, si está «plenamente decidido», como dice; pero nuestro consejo leal es que se abstenga de ello.

L. H. A.

La niña Isabelita Pérez Urcoia, pequeña y notable actriz, que alcanzó un éxito notable en la Compañía Li >e Ríras Cacho, al intervenir en la interpretadón de la obra de

don Carlos Arnkbes, «Las doce en panto».

crenica

mflOÍ. MUJERES. AHClAHé recobran

SALUD. FUERZA VIGOR

tomando el

VINO de Quina, Substancial extrat'W

de la carne y Urtofo»»"! i de Cat.

Por .u acertad;, '°f"J"¡!i-es el más potente oe tifiantes y mejor ' ° " " ° ,, deben lomar todas I » V

débi l* , y delicad»'

Poderoso reparador de «J| , fa. el V I N O Oí V ^

desarrolla, fortifica, « « la y sostiene-

vi4

Vvndwe •«<

Oípotir*"®

1.1

liUTOBAT La batería perfecta de

« mayor duración. ECONÓMICA/ porque está

construida en España. FUERTE y POTENTE, porque está construida según normas

Standard americanas.

AUTO ELECTRICIDAD, S. A. Prado, 27, Madrid

Barcelona-Valencia-La Coruíia-Palnia Bilbao-Sevilla-Alicante-Vitoria

A W O S i>teARANTIA E F E C T I V A

/ W A R / \ V I L L O y O CIÍONOTAQUÍMETRO PULSER* COH HORASrMINUTOS ot SAlTO lAÚLTíMA PALABRA DE LA CIENCIA RELOJERA SUIjy*

EXiOOELEfi/WTESÓUW' , PReCIOSACAJADEPtATINOH IN*LTlR«BU.Cl)ISTU. IRBOMPIBLE-

, PULSERA METÁiiCA INOXIDABLE-, INDISPENSABLE A TODO» pon SU ECONOMÍA Y U T I L I D » "

'^ COMOPfiOMQANWiOREHiTiMOS z' / ^ / i i A TOlaSPARTESCONTPA REEMBOLSO

I Dt5ÓPTAS.S0LAMENTE_

if\(T^i:iJ.:i-iM:míf>a

Page 35: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

J /7)a pordehíró if^ pap<2¿porjPaeré?

^ _ . ^ ^ V* .-#>•« « o * . ^ ^ .^v

-j/TajTuen aíieJov i Tífe choco/alé, y TaA

'^ofOn am//óacif ^¿^ fo7i peras,:

Uhn= %r<7 no ha-9as cóTTiosi esTaria 9^of fiaóJanch ac y^cUi¿ais/„7cL^a-f^ corrw Je' rw 2e YPor7ar¿3p ni ur?

m>iXb-}Tanria>,^ y^,S&p ¿osdidc^

SporTán?... \

^t¿s//7w (¿ms/Te '^o Q¿¿e /w/íaUíííi

riúoS.

^uecücer/

uUn=: Far^uerm' mama ha c¿¿- BohUó=r¿ Y/(^p^^^^J-m-

doTE^ra <r¿¿e na lof^ cgi¡iamír laha^/rh^ c/ertar /?aaaman /loJÓ/ros, t/je le, Aa oli/iaado,^ ^A l4íffj//7 ¿¿A /?ac£f midi.

Loli'nr / MírdíoS cómo Scm /aJj P<¿r-ccojof cíe/ co/or rffe rosa o ¿bdóf

Q ¿oj colora ^Qb'úó=^/\nc¿á c¿¿a/t¿ds/

fcWr» 03T(iJnáál¡ÍQ\\n)-/yj¿epn¿ m¿ 'namá d¿Oí 9ue no beñna <aá!Z¿¿er

i-oJín^ Akjora poTúimaf /é é^- ^^úb~yesl¡(i*,.¿nonosld^ d¿/a donde, eslaáa.ff f^^ camas me/nar lo/in^.^ . _

Page 36: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

T A K Y T A K Y -A K Y T A K Y T K Y - T A K Y T A Y T A K Y T A K T A K Y T A K Y A K Y - T A K Y KY-TAKY Y-TAKY-T T A K Y AKY-TA KY-TAK Y T A K Y T A K Y A K Y-T/ KY-TA Y T A K T A K Y ' AK Y T KY-TA Y-TAKY-T TAK Y-TAK Y AKY-TAK Y-T K Y - T A Y-TAL T A K A K ''¡^9 K V-Y-T TA ki K' Y-T

TA KY-TA KY-TA KY-TAK Y A K Y-TA K Y T A K Y-T A K Y-T K Y T A K Y T A K Y T A K Y-TA Y-TAJIV-TA K Y-TA K Y-TA K

TAK Y-TAKY ; K Y-TAKY-T

Y-TA KY-TA AKY-TAK

•TAKY AKY-T KY-TA Y-TAK T A K Y AKY-T KY-TA

-TAK A K Y

TAK Y-T 4 KY-TA

c AMA VD.? dice Alice FIELD

la célebre estrella de cine emplee entonces TAKY. No se exponga ¡amas ante la mirada del hombrea quien quiera agradar sin haber previamente usado Taky. El hombre ena­morado se fija en las imperfecciones de su persona j siente Vd. en ese momento, - ¡ya demasiado fardel- la primera sombra que se interpone entre los dos. Taky sirve para corregir esa falta de la naturaleza: el pelo y el vello que son la pesadilla de muchas mujeres. Una sola aplicación basta y produce su efecto en pocos minutos. Pida a su proveedor la crema Taky perfumada, blanca y untuosa como una verdadera crema de belleza, o el agua Taky que se emplea tal como se presenta. Encontrará la Crema y el Agua Taky en todas las perfumerías al precio de Ras. 4,75 el tubo y Ptas. 5,20 el frasco. Pida el nuevo frasco modelo grande con aplicador, al precio de Ptas. 6,70. Para el sudor cmplie Takodor. Sus vestidos perma­necerán intactos y de su persona no emanará ningún olor desagradable. Frasco modelo único : Ptas. 5.

Concesionario Plaza Letamendi, 3

Para adelgazar

SABELIN Composición de hierbas medicinales. No. deja señales de la OBESIDAD, conservando las carnes fuertes y sin arrugas. NUNCA P E R J U D I C A . ¿Quiere convencerse? Pruebe tan sólo una caja o pida folleto a Casa Segalá,

Rambla de las Flores, 14 Barcelona.

Venta en principales farmacias,

D E P Ó S I T O S ; Madrid, Gayóse; Valencia, Gamir; Bilbao Barandiarány C.*; San Sebastián, Unión Farmacéutica Guipuz-

coana; Santander, Pérez del Molino.

¡OREJAS CAÍDAS...! Para evitar que las orejas pierdan su fomia y ex­cedan de su tamaño prudencial, es conveniente usar •HimiK.t sin ofrecer molestias y de uso su­mamente práctico para niño?, señoras, caballeros. Pida folleto (gratis), adjuntando sello correo 0,50, a

Establecimientos del INSTITUTO ORTOPÉDICO « S A B A T E » , Canuda, 3, 5. 7, BARCELONA.

H O R Ó S C O P O G R A T U I T O

USTED NO DEBE IGNORAR SU DESTINO El célebre Profesor KEVOOJAH, el gran Astrólogo científico in­

dio, afirma que cada uno puede mejorar su suerte y esperarla feli­cidad conociendo su porvenir.

Fiel • la tradic ión de naw antepaandost ofrece durante sn paa» por Enropa ayudar le s i^rstnitamente. Sus maravi­

llosos conocimientos de ciencias astroló­gicas le harán descubrir los secretos de su porvenir. Le informará exactamente sobre las personas que le rodean, le indicará si tendrá suerte y éxitos en las empresas y el camino que debe seguir para conseguir sus deseos:' amores, casamientos, heren­cias, negocios.

Conoce i^aa lmente i o s secretos de la IiKlla mis ter iosa que iiaccii hacerse amar de la persona que uno quiere.

Le sorprenderán las grandes revelacio­nes que le hará, que pueden proporcionar-ie en su vida la prosperidad y la felicidad, alejándole de los disgustos pasados.

Si Vd. desea aprovecharse de este ofrecimiento gratuito, envíele en­seguida su nombre, dire<-ción % fecha de nacimiento, si es Señora, Se­ñorita o SeBor, y .<t;u!rá discretamente, bajo sobre, un estudio de su destino que le encantará. Incluya 80 cts. para gastos de escritura.

Profesor KBVOUJAH. Sección V. I.—80, rué du Mont-Valénen, SURESNES (Seine), FRANCE.— (Franquear con 40 céntimos).

pii. pimtUBG iDiit, u iiiii m

ím k m n li UTElllil? LA ASTSOLOGÍA Ic ofrece la RIQUEZA. Indique ia fecha de su nacimiento y recibirá GRATIS «EL SECRETO DE LA FORTUNA», que le indicará los números de su suerte pa­ra GANAR A LA LOTERÍA v otros (UEGOS y triunfar en AMORES, NEGOCIOS y de­más empresas de la vida. Miles de agradeci­mientos prueban mis palabras. Remita 0,30 céntimos en sellos de correo de su país, a

R O S A R I O (S. Fe' Rep. Argentiua

I redentes

' crónicas. LMORRANAS: POMADA ANEMA SMITH Curación segura. Basta un tubo. No lo dude, 5 ptas. caja, farmacias. Mande 5,50 giro postal o reembolso, a M. Pous. Apartado 481, Barcelona. Envío certificado. Muestra gra­

tis, si envía t. 0,30.

PELUQUERÍA Jb^ JTÍL JML ^S^

SEÑORA

CONFORT A LOS CLlENt COMODIDAD AL O P E R A D O J

Ultimo modelo TRIUMPH n. i'

BASE O PIE REGISTRADO. NUNCA MOtÉ^ COLORES BLANCO, AZUL-CIELO

O VERDE CLARO

SILLONES

PERMANENTES

SEGADORES

Precios bajos -t- Largos p lazos

TOCADORES

PALANGANAS

RAYOS VIOLEN* \

. Píd».»**'1 A . S O L É P A L O U i

Notariado. 3, 5 y 7. - BARCENO] F a l t a n agentes en a lgunas poblaciones*

E e a n s í e d « í e m p r e C R O N l ^

200 .000 personas leen C R Ó N I C A todas la« semanas.*. Por eso» el anuncio publicado en CRO* NICA es producti­

vo sien&pre.

XHFMDMOGRAFO TAQUIMETRO SUIZO DE PULSERA-PERMITE MEDIR TIEMPOS HASTA '/i?Ot SEGUNDO Y VELOCIDAEÍES HORAS DE SALTO •CAJA<ROn^ DA mALTERASLE-tRISTflLWRím PIBLC -riHA PULSERA DE CUERO

mOOZO^-PULSEBñhCañSDíSALTOCfíOMADO. fiw 3 5 mXUOb-SEnOPAHOlfMSDfSairOCfHmADO. P M S 2 2 MOB.21O'BOlS/H0£rmiíPl»flOCROMADO- Pml^ ffíJD.nO-SlñOBAPtCTAHíÜ^AIÍCffqHÁDO. Pr«.35

U l ' . PASE n o s M O V M I S M O , • sursiiiwDopf WDO 1BW<*«D0 tSU PfHtÓDKDÍ

fifl05>.

Pt&s

28

WR0N0HtTi!05

' 09UEND0.2<^ AN SEBASTIAN

UReENTEMENTE casariase señorita millón pesetas viuda 20 duros diarios. Apartado

9040. Madrid. .¿

FOTOS galantes , ra­ras , curiosas,

a© escogidas, lo ptas. en sellos; contra reembolso, I I . Escribid: a EXVEIiSIOB, Poste restante

Ltinoices. Francia.

llinKAKIAS (AMBOS SEXOS)

LO MAS EFICAZ, CÓMODO, RÁPIDO,

RESERVADO Y E C O N Ó M I C O

Sin lavajes, mycccionEs ni otras molestias, y sin que nadie se entere, sanará rápidamente de la blenorragia, gonorrea .gota müitan, cistitis, prostatitis, lemorrea :fiujos blancos fie las señoras) y demás enfermedades de las vías urni irias, en ambos sexos, por anticuas y rebeldes qne sean, tomando, dnrante unas semanas, cuatro o cinco CACHKTS COLLAZO por día. Calman los dolores al momento y evitan complicaciones y recaídas. Pidan folletos

gratis a Farmacia Collazo. Hortaleza, 2. Madrid. Precio: 17 pesetas.

crónica

Page 37: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

STos eran unos papas que tenían tres hijos y que V- un día, porque vino una enfermedad que se I , llama la gripe, pues se fueron los dos al cielo, "'ismo día, y los tres hijos, Pepín, Luisito y Niño, l^iedaron solos y sin papas. Entonces fué a su casa

:'^cretario del alcalde y les dio ima carta que su í* había dejado escrita para ellos. Decía en la carta

J' Como se quedaban muy solos y no tenían perras ^ a vivir, que se fueran andando, andando, hasta el ' Mo donde vivía el abuelito, que era riquísimo y plleria mucho y era muy bueno. oiique una mañana los tres hermanitos echaron

i\i ki ' por un camino, muy contentos porque iban al .'blo donde vivía su abuelito. En un zurrón Ueva-J onzas de chocolate, y pan, y ciruelas, y hasta

torta muy grande que les había regalado el pana-j ^ - Se llevaron andando tres días y tres noches, sin ü K*** ' ^ entonces llegaron a un pueblo. -«jEalta ^fto para llegar al pueblo donde vive nuestro abue-¡j '*' preguntaron. «Mucho, muchísimo. Todavía te-j,^ ?' e andar muchos días y muchas noches sin pa-íitk ^ í** ^ viejo muy viejo, más viejo que San irVí'*' ^^^ tenía unos zapatos muy grandes y unas lie^* Qiuy largas. Entonces los tres hermanitos si-,/'^tt andando. Luisito y Niño ya se iban cansando

*nto andar, y hasta le dijeron a Pepín: <(Mira que ^ apiles de tanto andar no encontramos al abuelito. . ^alía quedarse por aquí, por el mundo, como esos 1 " s malos que se suben a la trasera de los autos y J^ peras y no van a la escuela»... Conque en esto

1 ' on a otro pueblo que había un circo muy bonito, j . j °oes y elefantes y monitos como esos que en el ij ^ se comen los «cacagüetes» que les tiran los chi-jg' ^ ^^ujeres con trajes de colores, y «tontos» de esos

*o les duelen las bofetadas. Y el amo del circo { , 'có a Niño y le dijo que se quedara con ellos. ig ^ ííino y se quedó, y eso que Pepín le había dicho ás'*' se quedara. Pero Niño creía que no iba a hacer L??^ ®i" funciones de circo. Luego le dijeron que

fco quedado para limpiar las cuadras y barrer el )(,; y hasta pelar las patatas, igual que hacen las

1 gí^^ y Luisito siguieron andando, andando; pero lamino se encontraron con un tío que vendía

'<^a-v

S^'t.

£.riid>is^zCoU¡é t e ,

' Yo te voy a dar estas botitas de oro—dijo la víe-íedta„.

Pepín anduvo todavía machos días y muchas noches con sus botas de oro, su panedto de plata y su vaso de dia­

mante^.

piruKs, y polos, y sultanas de coco y huevo, y les dijo que si se quedaban con él les daría muchos dulces. Conque Luisito, que iba muy cansado, le dijo que sí, y se subió al carro. Pepín no quiso hacer igual y si­guió su camino más solo que la una, pensando que al pueblo de su abuelito no iba a llegar nadie más que él. Y anduvo mucho, mucho, por el día y por la noche. Una mañana se encontró en la carretera a un perro muy grandote, muy grandote, igual que una cabra, que le dijo: «Pepín, eres de lo ínás tontísimo que he visto. De tanto andar te morirás un día en el camino y no llegarás al pueblo de tu abuelito. ¿No me ves a mí cómo vivo soló y no hago nada y no me muero de hambre, y estoy todo el día tendido y no me impor­ta que digan que soy un perro?» Pero el niño no hizo caso y siguió su camino. Más adelante se sentó un poquito a descansar, debajo de un árbol, y un jilguero que estaba en las ramas le dijo: «Pepín, te digo que nunca llegarás al pueblo de tu abuelito, y si llegas serás ya tan viejo como tu abuelo, y te faltará poquito para morirte, porque el pueblo está muy lejos, muy lejos, detrás de todas las montañas que se ven. Mejor sería que no anduvieras más. Mira, yo no bago nada; me pasíj el día cantando y paseándome de rama en rama, y üomo higos y penis y hasta fresas». Pero Pe­pín tamj)Oco hizo caso y siguió su camino. Ya iba muy cansadito y se le habían roto los zapatos, que eran unas sandalias, y casi andaba con los pies des­nudos. Pero seguía adelante, y no pensaba siquiera en quedarse en un circo ni con un tío que vendiera dulces,' como habían hecho sus hermanos. Conque cuando había andado ya más de tres semanas y no tenía zapatos, y llevaba hasta como quemaduras en los pies, se encontró con una viejecita que tenía la nariz como el pico de un loro. «Buenos días, Pepín». «Buenas días, viejecita», le dijo el niño. «¿Adonde vas?» «Al pu( blo de mi abuelito». «No llegarás nunca. Está m •< lejos que Francias—le dijo la vieja. Y él res-po dio: .Puesllegaré, viejecita. Llegaré,llegaré, abue-lita, no le quepa a usted duda. Ya verá usted cómo llego. Yo sé muy bien que voy a llegar». «¿Y qué has hecho con los zapatitos?» «Se me han roto, abuela», «pues yo te voy a dar unas botitas de oro», dijo 1P vieja. «¿Cómo se llama usted, viejecita?», preguntó e

crdnica

niño. «Yo me llamo la Fe», le contestó la vieja, mientras que se iba por en medio de los árboles, lo mismo que si fuera el viento. Conque Pepín se puso las botitas de oro, y andaba tan ricamente que pare­cía que iba en una patinette. Y como ya no le do­lían los pies, iba tan contento como cuando sn papá le llevaba al cine. Pero de pronto le entró mucha ham­bre, un hambre que hasta le dolía la tripa y todo. Y en esto se le apareció otra vieja que parecía hermana de la de las botitas de oro. «Buenos días, Pepín. ¿Adon­de vas?», le preguntó. «Al pueblo de mi abuelito». «No llegarás nunca. Falta mucho. Tanto como has andado y otro tanto, y todavía tendrás que andar un año». «Pues llegaré, abuelita. porque quiero llegar, porque t«ngo que llegar». «Está bien. ¿Y no quieres nada, Pepín?» El niño dijo: «Querría comer un poquito, que tengo muchísima hambre, tanta como cuando me acostaban sin cenar». Conque la viejecita sacó de su faltriquera un panecito de plata y le dijo: «Toma este pan. Cuando tengas hambre té lo acercas a la boca y se te quitará enseguida». Pepín lo hizo y le pareció que se había comido tres pavos y dos sandías y lo me­nos seis flanes de los que le gustaban a él. ((Muchas gracias, viejecita. ¿Cómo se llama usted?» «Yo me llamo la Voluntad», respondió la vieja. Y se fué mon­tada en una hoja que se-llevó el viento. Pepín siguió andando, andando; pero como se había comido aque­llos pavos y aq'xellos flanes lé dio una sed que casi no podía andar. Y no había ni un río, ni siquiera un char-quito. Y en esto se le presentó otra vieja, que le dijo: «Buenos días, Pepín. ¿l'odavía no te has cansado?» «No, señora. Ni me cansaré. Además, que ya faltará poco para llegar al pueblo de mi abuelito». «1 odavía falta mucho. No llegarás hoy». «Pues llegaré mañana», dijo el niño. «Ni tampoco mañana», volvió a decirle la vieja..«Pues entonces pasado, o al otro, o al año que viene. No tengo prisa. Lo que tengo es una sed igual que cuando como sardinas». «Pues toma este vasito de diamante. Con que hagas como que bebes se te quitará la sed siempre que la tengas». Y la viejecita le dio un vasito de diamante que era como un dedal. «Muchas gracias, viejecita. ¿Cómo se llama usted?» «Yo me llamo la Paciencia». Y nada más decir esto se leyantó un remolino y se llevó a la vieja... , Pepín anduvo todavía muchos días y muchas no­ches, tantas que cuando llegó se había hecho tan alto, tan alto, que ya era un hombre y hasta tenía que afei­tarse porque le había salido la barba. En el pueblo de su abuslito se encontró un palacio de mármol blanco y rosa, donde le esperaban un señor que era el admi­nistrador de su abuelo y seis doncellas vestidas de plata y otras seis vestidas de oro. Una le echaba vien­to con un abanico de plumas de colores; otra le lle­vaba brevas y manzanas y peras y melocotones en una bandeja de nácar, y otra le presentaba una bote­lla de vino riquísimo, que no se podía beber mucho porque se emborrachaba uno, en una preciosa bande­ja de oro.

Conque en esto llegaron las tres viejecitas que se llamaban la Fe, la Voluntad y la Paciencia, y le dije­ron a Pepín:

—Dame mis botitas de oro. —Dame mi panecito de plata. —Dame mi vasito de diamante, por si lo necesita

otro niño tan bueno como tú. Pepín les dio las tres cosas y las viejecitas se fue­

ron volando en una nube blanca...

ENEIQTTE MORENO

SEÑORITAS, SEÑORAS: iUn buen consejo qn< agradeceríis! No pre­tendáis embelleceros sólo con prodoctos de tocador; debtis también re-constitwir vuestro organismo; para ello precisa toméis EUPARTOL, vigo-

rizador único para el sexo iemenino. Con el EUPAR­TOL desaparecerán manchas, rojeces, espinillas, arm-fas prematuras; obtendréis un cutis limpio. EUPAR-

OL endurecerá vuestros senos, desapareciendo la tla-cídei y caimiento de éstos. ¡EUPARTOL, secreto de vuestra belleza! EUPARTOL cura molestias y desarre­glos mensuales, devolviéndoos salud y hermosura. Ma­dres, no abandonéis la edad critica... la pnbertad de vuestras hijitas; ayudadles con EUPARTOL. Futuras madres.debéis tomar EUPARTOL desde el qsinto mes; tendréis un rápido y feliz parlo, hijos sanos y robustos

(mejorareis ia raza). Muchas ya conocéis innnmerabics servicios presta­dos por este gran preparado; si lo ignoráis, probadlo y os convenceréis.

Page 38: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

I Mujeres! ¿ Qu e ré is dedicar unas pesetas a

vuestra persona? ®

¡Cuánta diferencia por tan poco dinero! Unas pesetas—no muchas—bastan para señalar

un punto decisivo de la vida de usted. Hoy día, el mundo clama por !a juventud—¡la juventud, la eterna juventud! Una estrella de cine pierde 75 por ciento de sueldo si parece vieja. Pierde el 50 "/o en cuanto se le marchítala tez. El Profesor Dr. Stejs-kal, de la Universidad de Viena, ha extraído, de animales jóvenes, una maravillosa substancia de be­lleza denominada Biocel, que alimenta y rejuvenece rápidamente la piel. En las experiencias de alimen­to de la piel, practicadas por el Dr. Stejskal en mu­jeres de 55 a 72 años, las arrugas desaparecieron eo seis semanas. (Véase el informe completo en la Revista Médica de V'iena). Con frecuencia, al caho de ocho horas produce una transformación de la tez Verdaderamente sorprendente—como si se die­ra una buena comida a una mujer hambrienta y medio muerta de inanición. Lo primero que un hombre observa en usted es la tez. Si ésta es fea, quizás no vuelva a mirarla a usted.

Una joven pobre y sin dote que se casó con un millonario dice que si no hubiera sido por su ma­ravillosa tez, no cree que su marido se habría fijado en ella entre tantas y tan bellas jó­venes.

La notable substancia de belleza descubierta por el Profesor Dr. Stejskal está contenida ahora en la Crema Tokalón, Color Rosa, la famosa crema pari­siense. Debería aplicarse por la noche al acostarse. Nutre y rejuvenécela piel durante el sueño. La Cre­ma Tokalóa, Coloi Blanco (sin grasa) debería em­plearse por la mañana. Contiene crema fresca y aceite de oliva predigeridos. Almentará la piel du­rante todo el día. Contiene, asimismo, un ingre­diente tónico que aprieta los poros dilatados, blan­quea la piel y la vuelve fresca y firme.

Nota; La Crema Tokalón Blanca, sin grasa, se vende ahora en tubos al precio de pesetas 2,65, ta-mañogrande, y pesetas 1,90, tamaño pequeño (tim­bre incluido).

LA VERDADERA ECONOMÍA EN EL AFEITADO

Esta ffliquin«, construida espe-eialnmle para la* nuevas hojas acanaladas ofre­ce notables no­vedades en su trazado.

Ueva dos nuevas hojas G i l l e t t e

r . T ? ^ ^ ¿ ° i I son el último y mayor adelanto en la fabr ica ­ción de hojas da

^ BinT.»j>.wo.r5oqet

afeitar.

El elegante estu­che de metal est< ricamente, aca-

1} bado en esmalte azul y por su re-ducido tamaño resulta muy |>ric-Heo.

Máquina de afeitar Gillette, en

estuche azul esmaltado. Ptas. 3,95

Contiene cios de las nuevas hojas acanaladas Gillette, que señalan una nueva etapa en el confort del afeitado, y el último modelo de la máquina Gillette, que, utilizado junto con las nuevas hojas acanaladas, hacen del afei­tado un placer además de una economía. Otros juegos Gillette Sesde pesetas 3,95 a pesetas 50.

QMette - • M A R K

Pastillas COMPOSICIÓN

cm:¡> m í K g . ; .

Aspaime CURAN RADICALMENTE LA

TOS PORQUE COMBATEN SUS CAUSAS; Catarros, ronqueras, anginas, laringitis, bronquitis, tuberculosis pulmonar, asma Y todas las afecciones en general de la

garganta, bronquios y pulmones

Las PASTILLAS ASPAIME superan a todas las conocidas por su cctnposicióD, que no puede ser más racional y cientf' hca, g'usto agradable y el ser las únicas en que está resuelto el Irascendaat»! problema de los medicamentos balsámi'

eos y volátiles, que se conservan indefinidamente y mantienen ínteg-ra» sus mar»' Ttllosas propiedades medicinales para combatir do m a manera constante, rápida .v eficaz las enfermedades de las rías respiratorias, queson causade TOS y sofocació»-

Las PASTILLAS ASPAIME son las recetadas por los módicos. La* PASTILLAS ASPAIME aon las preferidas por los pacientes. Exigrid siempre las leg-iliraas PASTILLAS ASPAIME y no admitir sustituciones

interesadas de escasos o nulos resultados. Las PASTILLAS ASPAIME se venden a UNA PESETA CAJA en las principales

farmacias y droguerías, entregándose al mismo tiempo gratuitamente una O* muestra, muy cómoda para llevar en el bolsillo.

Especialidad farmacéutica del Laboratorio SOKATARG, Oficinas: calle del Ter, 16 - Teléfono 50791 - BARCELONA.

Nota Importantísima.-Para demostrar y convtncer que los rápidos y satisfactorios resulta­dos para curar la TOS, mediante la» PASTILLAS ASPAIME, no son posibles con sus similares, y que no tuy actualmente otras pastillas que puedan superarlas, el Laboratorio Sókatarg, manda gr-ws ana cajíta muestra de «Pastillas A5paime> a los que le envíen el recorte de este anuncio acompaftado de un sello de cinco céntimos, todo dentro de sobre Iranqueado con dos céntimos

¡NERVIOSOS! Basta de «ufrir inúHImenle gracias a l a s acreditadas

GRAGEAS POTENCIALES DEL Dr. SOIVRÉ que combaten de una manera c4moda, rápida y efleaz la Nr>l1r*£«&f ^ n i » Impotencia {en todas sus manlfesttcionas), l'Nli^UI CX^l<C\ua, dolor decabe2a,cansancio mental, pírdlda de metnorla, vértigos, fatiga corporal, temblores, dispepsia nerviosa, palpitaciones, nlsterismo y trastornos nerviosos en general de Iti mujeres y todos los trastornos orgánicos que tengan por cauta u origen agotamiento nervioso.

us Grageas potenciales del Dr. Solvré, más que nn medicamento son un alimento esencisi del cerebro, medula y todo el sistema nervioso, regenerando el vigor sexual

propio de la edad, conservando la salud y prolongando la vida; indicadas especialmente a los ago­tados en iu juventud por toda clase de excesos, a los que verifican trabajos excesivos, tanto físicos como morales o intelectuales, esportistat, hombres de ciencia, financieras, artistas, comerciantes, inantlriales, pensadores, etc., consiguiendo siempre con las Qrageas potenciales del Dr. Sol-vr<, todos los esfuerzos o ejercicios fácilmente y disponiendo el organismo paia reanudarlos con frecuencia y máximo resultado, llegindo i la extrema vejez y sin violentar ai organismo, con ener­gía* propias 6t li Juventud. Basta tomar ua frasco para convencerse de ello. Vinti I 6 ' 6 0 plii. tfitw, w tttit IH ll81 ^ ^ Urai»lit it Eifiñi, Ptrlipil y *BÍflM

NOTA.—fiíntoiV/irf«« y tmtando 0'2S pin. tn stihí d* coma para ti franquta a Oficinas Laboratorio Sdkatarg, Calle del Ter, 16, Barcelona, rtclblrin gralli un ¡Ibrlto txpílcatb'o sobre el erigen, desamlh ¡/ tratamiento dt tilas enfermedades.

Al notar el primer síntoma de infección

Toine el

Jarabe del Profesor

Ernesto- .-. letiinles (CiMiLNartí,^)^ y detendrá en seguida el 3 B _ ^ ^ ^ curso de la enfermedad.f í | | T 9 1 k

Es un depurativo m a - \ i ^ v ^ ravilloso a base de ' raví plantas que obra di­rectamente sobre el intestino. Cura el es­treñimiento y regula las funciones del hí­gado, ríñones, apa­rato digestivo, etc.

Uiriii • PMt - tHwWtn Aficntn para Ettvaña:

J. URIACH í C •, S. A. Bnich. 49.&arccloria

-IMPORTANTE Í H A P R O B A D O U S T E D EL

E* la nueva forma de preparación del terdadero lARABE de! PRÓF. ERNESTO PA' conrertido en tis liquidó límpido, de buen gusto e indoloro

F r a s e e - p a r a 1 «loaáa, tjoo peseta

6^^

crónica

Page 39: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

EVA svts capricltoy,

sus elegskikciskx,

sus extravar^axtciai/*...

luevo modelo para la elegancia de noche.—Vestido de encaje negro, laqueado, con volantes del mismo encaje. Capa corta, de brocado negro y oro, con cuello de crespón negro, laqueado. (Pot winurfeid)

tejidois de ¡seda en la moda de oto fio. tejidos de seda, como en los de lana que bujados en relieve, ya sea con rizados, ya con estrias, sido objeto de una crónica anterior, el rayas o lunares favor de la moda es para loa géneros di

Fajas cauchoiina livianas. El nuevo caucho

M A D A M E X TRAVESÍA DEL ARENAL 1. - MADRID

Se llevan también mucho en esta temporada los terciopelos de seda, y ello con tanto mayor motivo cuanto que los fabricantes han logrado., al fin. crear tejidos de esta clase que no se arrugan y en los que no se marcan las rejillas de los asientos.

Algunos de estos terciopelos de seda llevan hilos

cr^ntca

¡SEÑORA..! UN CUTIS NACARADO YFINO LO OBTENDRÁ USANDO

AGMVISNO Producto es¡iañot, no superado por ningún similar extranjero, es im­prescindible en el tocador de toda

mujer celosa de su belleza.

Borra del rostro las pecas, manchas, huellas de erupciones, viruelas, y os defenderá de las arrugas y evitará

el uso de cremas y pinlmns.

El próximo miércoles» d ía lO» com« pre nsted el Extraordinario de

CRÓNICA de oro entretejidos, y para la elegancia de noche sus­tituyen con ventaja a las lamas cuando la toiktte no requiere una suntuosidad excesiva.

En este capítulo la gran novedad de la temporada está constituida por el terciopelo tornasolado, en el que parte de las hebras rizadas que forman el «pelo» tienen color distinto de el del fondo y que contrasta con él. De este modo, el color del tejido cambia por zonas al ondular con los movimientos del cuerpo y a exponerse, en planos diversos, a !as incidencias de la luz. Otro género nuevo es el llamado pizzicati, que es un terciopelo de seda, liso, en color negro, oro viejo o gris acero, y sembrado de raechoncitos blancos.

¿as fallas de seda ofrecen también sus novedades en esta temporada. La falla sing-sing, por ejemplo, es lisa, con rayas muy espaciadas, mareadas jwr lulos metálicos levemente rizados. La falla picpu^, eo ma­tices degradados, es copia, a lo que parece, de un gé­nero de seda muy en moda en 1868.

En cuanto a los coloridos, no es fácil establecer normas fijas, porque cada día surgen ensayos o capri­chos nuevos. Dominan desde luego, en los tejidos de seda, el negro y el blanco; pero pueden señalarse como favoritos, del momento al menos, el violeta, marrón el rojo-burdeos, el verde-esmeralda, y en los crespo­nes de raso y en los terciopelos de seda, el malva.

L o s n n e v o s abr igos . Si juzgáramos de la prosperidad o de la miseria del

mundo por la moda femenina, habría que pensar, viendo las colecciones de nuevos abrigos, que la tan traída y llevada crisis económica no es ya más que un maf recuerdo.

En efecto, casi todos los modelos aparecen guarne­cidos de zorro plateado, de astracán, de vison o de armiño, pieles de gran lujo... y de gran precio.

Muchos abrigos presentan un efecto envolvente, acentuado por el cierre, cuyos ojales y botones están colocados en línea inclinada, al bies, que va desde el extremo del hombro hasta el punto medio de la cin­tura.

El estilo de la indumentaria rusa ha inspirado a los modelistas en buena parte de sus creaciones. Los efec­tos de túnica muy amplia en el busto, y ceñida, en cambio, a la cintura, y de cuello alto y ajustado, se ven en incontables modelos de abrigos.

En los abrigos negros, la guarnición obligada es el renard argenté; pero esta guarnición no se aplica al nivel del cuello, sino un poco más baja, dibujando efectos de capa, de puntas o de capucha por detrás para cruzarse por delante.

Se ven muchos abrigos trota qimrts amplios o ajus­tados. Estos abrigos han de acompañar a un vestido o a una falda del mismo tejido, por lo que más bien que como tales abrigos se los clasifica como elemento de los ensembles o conjuntos.

Los abrigos de piel son más cortos que en el invier­no pasado. Las capas, que se llevan ahora bastante, pasarán de moda pronto, ya que no son prácticas cuándo hace verdadero frío.—^H. L.

ALICANTE iiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiriiinriiiiriiii

VICTORIA HOTEL = — : =^ T - n — = < E L O I U } I )

Frente • ! mmr. 9 0 babl tac ione* . 4i 1>B3<M>

Page 40: Crónica (madrid 1929) publicat el 7/10/1934

Xlltima Itora de -portiva.

Comentando el momento. £ 1 c a m p e o n a t o e s p a ñ o l d e h o y .

A pesar de que el tiempo pasa, todavía hay po­lémicas-—más atenuadas sin duda—respecto a la mejor fórmula para dar un campeón espa­

ñol de ciclismo. La fórmula de lucha contra el cronó­metro no llega a satisfacer a muchos, que ven en ella una serie de disparates. Nuestro criterio, muy mo­desto, se inclina más a ella que a la antigua de una sola carrera en línea para liquidar una victoria de este fuste. —El campeonato está—en nuestra opinión—entre ios dos qué se vienen repartiéndolo en estos años. Entre Mariano Cañardó, el completísimo rmitier, y Luciano Montero, que bien recientemente, en el Gran Premio de_ las Naciones, de Parts-Soir, luchando contra los mejores especialistas de esa fórmula se revalidó en la capacidad de serio aspirante al título nacional que se ventila de Madrid a Buitrago y regreso.

L o s c a m p e o n a t o s s a p e r r e ^ i o n a l e s . Los dos gallitos de la zona vasca cruzarán sus ar­

mas, muy iguales, en el campo de los areneros. El que venza será quien quede por delante mientras no lle­gue San Juan—el campo, no el santo—con la rebaja. Los de Guecho deben aplicarse los puntos por la ra­zón de actuar en su campo. Cosa igual les debe ocurrir a los baracaldeses, de contextura parecida a los de Irán, que en Lasesarre no tienen por qué cambiar por puntos una actuación que hasta el presente es de escasa estima.

Match que puede influir en la cla&ificación. Pero cuando la competición vaya al desenlace es el de Ato­cha, porque el Donostia y el Athletic, en la segunda vuelta, pese a que ahora no estén al comienzo, serán los que abrirán entonces la marcha. Si decimos que tememos por la victoria donostiarra, es porque admi­timos en el grupo bilbaíno un valor de reacción deci­sivo.

33e nueve en la mancomunidad galaica-astur hay peleas mixtas. Al Molinón y a Buenavista acuden célticos y ferrolanos. Y a Riazor va el Aviles. Presun­tos ganadores nos parecen los que se quedan en su casa.

En el Grao tiene el Betis que probar que es más que el Sevilla. Tal como está el Levante, nos parece que la probatura quedará en intención. En Alicante, el Hércules, robustecido por tantas cosas, bi no le muerde la confianza, precisamente por esas circuns-tencias que tan favorablemente le asisten, podrá ba ir al Murcia. Y el Valencia, que se ahoga en el ténome-nismo de algunos «nuevos» hombres, tendrá que pa­gar en El Patronato el tributo que exigirá un Sevüla que vuelve de Levante muy escocido.

Un encuentro capitalísimo para el grupo catalán, el que tienen bsreelonistas y españolistas en Las Corts. Una vez más el clásico encuentro tiene caracteres transcendentales, ya que con él se gana o se pierde, con la puntuación, la clasificación. Que el Español pierda, aunque viene mostrándose mejor que el Bar­celona, no es de extrañar. Las Corts exigen estas de­rrotas, porque lo que no va en el equipo va en el pu­blico: en el ímpetu fortificador que transciende de los grádenos al field.

El campeonato de los castellanos. Veremos de lo que son capaces los maños en To­

rrero. Si vencen a los vallisoli taños, y no por artes de brusquedad exclusivamente, harán que el terreno za­ragozano tome tinte de amenaza. Para el once caste­llano—como provecho propio—es conteniente que no llegue ese caso. Un tanteo ligeramente favorable pue­den obtener los del Pisuei^a en la orilla del Ebro. Y un tanteo también grato puede lograr en Las Gaunas el bando del Parral.

Encuentro de todo vigor, de todo color el de Valle-cas. Si siempre una pugna athlético-madridista abre a la afición matritense las espitas de la pasión, en este día mucho más, por cuanto que los athléticos se creen en posesión del once que les conducirá a las posiciones más altas. Tienen los blanquirrojos una ligera van­guardia que a veces larga fácilmente el disparo y a veces—véase el domingo—se le rompe, por imperi­cia, el arma. Pero tienen una retaguardia en la que la defectuosidad es normal. Si el Madrid contiende serenamente, que no tranquilamente; si sus medios no son apabullados por los que Marculeta dirige; si su delantera responde al valor global y no a éxitos aisla­dos de sus hombres, entonces no damos al Athletic otra ganancia que la estrictamente metálica. Y esa sí que va a ser de abrigo.

A. CRUZ Y MARTIN

ere ni O - ) ^ ^ £ ^ j ' % H f Ett Madrids Koy, domingo 7 J c ^ á J Í T L I T 1 1 t O O i ¿ <«We.enelcampodeVallecaé. , í^ mmssmss^ssss^s^sssmssBismssssssms^ d r í d F . C c o n t r a A t l & l e t í c Clj xnadrile£<UM Y el próadn&o viernes , d í a 12 , Cl«l> Valladlol id Dcporii^

cotttra Clul> D e p o r t i v o N a c i o n a l m a d r i l e ñ o .

Ei equipo del Madrid F. C. que lleva tantas victorias alcanzadas en eí campeonato superregional como partidos). dos. Esta tarde juega el Madrid F. C contra su tradicional adversario, el Athletic Club madrileño, el sexto y ^\ encttentro de la primera vuelta del torneo. Zamora (1), guardameta; Griaco (2) y Quesada (3), pareja defensív >'|, dro Regueiro (4), Valle (5) y León (6), terceto central; Eugenio (7), Luís Regueiro (8), Sañudo (9), «Hilario» (*, Lazcano (11), quinteto de ataque. Números (12), (13) y (14), respectivamente, Alonso, defensa; Pablo López, i»^'

Y «Emiiín», extremo, que también han colaborado al buen éxito del bando madridista.

El equipo del Club Vaüadoltd Deportivo, que tan bríUante partido jugó el pasado domingo contra el Athletic Ctti ' sido designado para jugar nuevamente en Madrid el próximo día 12, festividad de la Raza, esta vez co"''/; Deportivo Nacional. Irigoyen (1), guardameta; Lozano (2) y Juan Ros (3(, pareja zaguera; Weber (4), ViUanuevaJ' Fernando (6), trío medio; Stisaeta (7), Barrios (8), Kohut (9), San Emeterio (10) y Emilio Sánchez (11), quinte»''

lantero. Número (12), Vadilio, suplente. (Fot». Al'

TALLERES DE PRENSA GRÁFICA. S. A. Hermosilla, 7 3. M A D RI í'