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La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género Selma Tijerino - Anja Taarup Nordlund - Omar de Atrip Serie Cuadernos de Género para Nicaragua Banco Mundial Banco Interamericano de Desarrollo (BID) 5 Cuaderno # 5

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La función del marco jurídico en la promoción de la

equidad de géneroSelma Tijerino - Anja Taarup Nordlund - Omar de Atrip

Serie Cuadernos de Género para Nicaragua

Banco Mundial

Banco Interamericano de

Desarrollo(BID)

5

Cuaderno # 5

© 2008

Banco Mundial1818 H Street, NWWashington, DC 20433, EE.UU.Teléfono: +1-202-473-1000Internet: www.worldbank.orgE-mail: [email protected]

Banco Interamericano de Desarrollo1300 New York Avenue, NWWashington, DC 20577, EE.UU.Telefono: +1-202-623-1000Internet: www.iadb.org

Todos los derechos reservadosEsta publicación fue preparada con el apoyo del Banco Mundial. Los resultados, interpretaciones y conclusiones en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de sus autoras y de ninguna manera pueden ser atribuidos al Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, a sus organizaciones afiliadas o miembros de su Directorio Ejecutivo, o a los países que ellos representan.

El Banco Mundial no se hacen responsables de las consecuencias que resulten de la utilización de la información y datos aquí contenidos.

El material de esta publicación se encuentra registrado como propiedad intelectual.

Créditos

Impreso » en Nicaragua por PRINTEXDiseño, diagramación y foto portada: » Atma Comunicaciones | [email protected]ón: » Ivonne Siu - Patricia Ardila

Serie Cuadernos de Género para Nicaragua

3La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

1. Introducción

2. Marco conceptual y contexto

3. Marco jurídico

Convenios, tratados, convenciones e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos de la mujer

Los derechos económicos de las mujeres en el marco jurídico nicaragüense

Constitución Política (Carta Magna)

Legislación ordinaria en materia de derechos de familia, propiedad y acceso a crédito

Derechos de familia

El matrimonio y su disolución

Unión de hecho estable

Ley de alimentos

El patrimonio familiar

Derechos de propiedad

Acceso a la tierra y leyes de reforma agraria

Propiedad mancomunada

La propiedad en ciertas normas del Código Civil

Acceso a crédito

Las microfinancieras: una opción crediticia

Una iniciativa legislativa clave pendiente de aprobación

Anteproyecto de Código de la Familia

4. Conclusiones

5. Recomendaciones

Recomendaciones generales

Recomendaciones específicas

Bibliografía

Anexos

Indice

Presentación

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2 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Para acelerar los procesos de desarrollo en América Latina, es importante establecer igualdad de oportunidades y capacidades entre hombre y mujeres. Diversos estudios demuestran que cuando ambos reciben las mismas oportunidades y pueden desarrollar su potencial, la calidad de vida de toda la sociedad mejora, el crecimiento económico se acelera y la gobernabilidad democrática se fortalece. En este contexto, la igualdad de género se convierte en un tema clave que merece atención tanto por el lado de la investigación analítica como por la implementación de iniciativas de desarrollo consistentes con dicha investigación. En este sentido, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, se complacen en presentar los Cuadernos de Género para Nicaragua, un trabajo conjunto realizado en coordinación con el Instituto Nicaragüense de la Mujer, INIM. Esta serie de diagnósticos de género contribuye a avanzar en el conocimiento sobre la relación entre género y el desarrollo del país, así como también identificar temas prioritarios para las mujeres que se deberían tomar en cuenta en las estrategias y programas de desarrollo que apoyamos.Los temas que se presentan responden a una consulta amplia con el Gobierno, la sociedad civil, expertas de género en Nicaragua, y otras agencias de la cooperación internacional. Como resultado de estas consultas, los estudios elegidos tienen como objetivo aumentar la disponibilidad de datos cuantitativos e información cualitativa sobre temas prioritarios de género tanto en el ámbito económico como en el social. El BID y el Banco Mundial reconocen que la mujer tiene un papel cada día más protagónico en la construcción de la democracia y en el desarrollo de los países de la región. Estamos comprometidos a apoyar al Gobierno de Nicaragua en sus esfuerzos para cerrar las brechas de género y ampliar las oportunidades de desarrollo para las mujeres Nicaragüenses.

Agradecemos al equipo coordinador de este trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo, conformado por Anne-Marie Urban de la Unidad de Género y Diversidad del Sector Social como líder del estudio; Estela Monroy de la misma unidad y Carolina López-Aragón de la representación del BID en Nicaragua. Agradecemos también a la colaboración de Miguel Manzi, antiguo coordinador de país para Nicaragua, y al apoyo financiero de los fondos de cooperación técnica de Transversalización de Género y de Inclusión Social del Banco Interamericano de Desarrollo.

El equipo coordinador por el Banco Muncial estuvo liderado por María Beatriz Orlando del Grupo de Pobreza y Género para America Latina; Lucia Fort y Ana María Muñoz Boudet de la misma unidad; y Coleen Littlejohn e Ivonne Siu por parte de la Oficina de País en Nicaragua y de la Unidad de Coordinación de Centroamérica del Banco Mundial. Agradecemos también al apoyo financiero de Danida y DFID quienes hicieron posible esta publicación.

Junio de 2008 - Managua, Nicaragua

Joseph Manoharan Owen Representante del Banco Mundial

Mirna Liévano de MarquesRepresentante del BID

Presentación

3La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

La Vicepresidencia Legal del Banco Mundial, a través de su contribución a la implementación del Plan de Acción de Género del Banco Mundial (Gender Action Plan, GAP World Bank, 2006a) gestionó y obtuvo fondos fiduciarios del Gobierno de Dinamarca y de la Asociación Financiera Internacional para realizar un trabajo analítico de aspectos seleccionados del marco legal de Nicaragua. El propósito de este esfuerzo es determinar en qué medida el marco puede favorecer o limitar el empoderamiento económico y legal de la mujer en ese país. Es así como este trabajo incluye un estudio de las normas de la legislación interna nicaragüense y los marcos institucionales que, vinculados a prácticas sociales o soportados en ellas, tienden a generar actitudes, prácticas y efectos discriminatorios por razones de género.

La integración transversal de la equidad de género en todas las actividades humanas es una prioridad global, y por ello, de conformidad con el GAP, se plantea su inclusión consistente y efectiva en los programas de apoyo al desarrollo, especialmente en los sectores económicos (mercado laboral, financiero, tierra y productos). En tal sentido, el análisis efectuado es relevante y oportuno, ya que con él se busca proponer una plataforma mínima de derechos que conduzca al reconocimiento jurídico requerido para potenciar económicamente a la mujer nicaragüense.

Durante la realización del presente trabajo se produjeron extensos informes con voluminosos anexos documentales y comentarios de expertos, todo lo cual fue valorado y consultado por diversas personas A través de esta publicación se intenta ofrecer al lector un breve resumen del trabajo, en la cual se refleja de manera sucinta la recopilación, análisis y valoración de diferentes instrumentos jurídicos del orden interno e internacional. Con ello se busca identificar aquellos vacíos sustantivos y procesales, deficiencias, contradicciones e incoherencias reales que existen entre unos y otros, y que obstaculizan la implementación de verdaderas estrategias y políticas públicas con enfoque de equidad de género. Asimismo se aspira a sensibilizar a los responsables de la toma de decisiones, a las organizaciones que financian la estrategia de desarrollo en Nicaragua, a las organizaciones de la sociedad civil, y en especial a las instancias del Gobierno nicaragüense, sobre la urgencia de propiciar e impulsar reformas legislativas y promover acciones que mejoren la implementación efectiva de las normas existentes, en relación con aspectos prioritarios para las mujeres nicaragüenses como son el derecho de propiedad, el derecho de acceso a la tierra y a crédito, y los derechos de familia. Existe una evidente necesidad de avanzar en la actualización e incorporación al derecho interno de todas aquellas obligaciones contraídas por el Estado nicaragüense en el ámbito internacional.

Para el presente trabajo se analizó abundante bibliografía, complementada con entrevistas, foros y talleres de diálogo, en los que participaron representantes de la sociedad civil e instituciones del Gobierno en general, incluyendo representantes del Poder Legislativo, para abordar el tema de los derechos humanos de las mujeres. Asimismo se recogieron insumos de estudios auspiciados por la comunidad donante internacional acreditada en Nicaragua, especialmente por el Gobierno de Dinamarca, que también ha contribuido generosamente al desarrollo de este trabajo.

El presente estudio, auspiciado por la comunidad jurídica del Banco Mundial, no es un producto acabado ni pretende abarcar todo el marco legal nicaragüense. Por el contrario, se limita a abordar únicamente algunos de sus aspectos, así como los obstáculos de orden jurídico que atentan contra la promoción y defensa de los derechos económicos de las mujeres en áreas temáticas claramente delimitadas. En tal sentido, se recomienda tomarlo como un diagnóstico preliminar, y como una instancia positiva de diálogo, que seguramente permitirá seguir avanzando y profundizando el tema mediante estudios y análisis de mayor rigor y envergadura.

El documento está organizado en cuatro partes, además de la introducción. La primera comprende una breve reseña del marco conceptual y el contexto social en que se examina el marco jurídico de Nicaragua. Este último constituye

1. Introducción

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Con recursos de este fondo fiduciario fueron contratados los consultores Anja Nordlund y Omar de Atrip.1. Con recursos de los fondos fiduciarios dirigidos a promover la contratacion de consultores de países en desarrollo de la Asociación Financiera Internacional, 2. fue contratada Selma Tijerino Roque.Talleres de diálogo nacional realizados en Managua, Nicaragua, en junio de 2006 y marzo de 2007.3. Representantes del Instituto Nicaragüense de la Mujer (INIM), de la Procuraduría Especial de la Mujer de la Procuraduría de Derechos Humanos y de la 4. Procuraduría General de la República de Nicaragua.

4 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

El Estado de Derecho se encuentra en la base misma de la teoría política y jurídica moderna según la cual el Estado sólo puede funcionar si sigue las leyes establecidas y aprobadas de conformidad con procedimientos consignados típicamente en la Constitución del Estado (Rodríguez Zepeda, 2005). Por ello, uno de los requisitos fundamentales del Estado de Derecho es que las acciones del gobierno sean regidas por el derecho, sin excepciones, siguiendo el principio de la legalidad, garantizando las funciones estatales e impidiendo el abuso del monopolio del poder estatal (Rytter, 2004: 36). Sólo dentro de un marco de respeto al Estado de Derecho se pueden crear condiciones estables y favorables para que las personas que viven dentro de su territorio tengan la oportunidad de desarrollarse y crecer económica, social y culturalmente de una manera no discriminatoria, plena y libre. El Estado de Derecho presupone un marco jurídico sistematizado, coherente y vinculante en lo que se refiere a la actividad de las autoridades estatales. Implica asimismo reglas consistentes que garanticen una convivencia pacífica en el seno de una sociedad que respete la dignidad y los derechos humanos (United Nations, 2004) .

Para el Banco Mundial, el respeto por el Estado de Derecho implica un alto grado de confianza y cumplimiento de las reglas sociales por parte de los actores y depende de principios complementarios de justicia, equidad, transparencia y gobernabilidad. Estos últimos deben asegurar el funcionamiento adecuado y no arbitrario de los órganos del Estado y el ejercicio efectivo de los derechos humanos (World Bank, 2006b).

En el ámbito internacional no hay una definición homogénea del concepto de Estado de Derecho, pero se reconoce que existen por lo menos ocho elementos o componentes que lo conforman: (i) respeto por los derechos humanos y acceso a la justicia; (ii) monopolio por parte del Estado del ejercicio de la fuerza; (iii) la separación de los poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial); (iv) el principio de la legitimidad en la administración; (v) un Poder Judicial efectivo, funcional e independiente; (vi) igualdad para todos los ciudadanos ante la ley; (vii) evitar la arbitrariedad y asegurar la transparencia jurídico-legal; y (viii) garantizar la seguridad jurídica (United Nations, 2004).

Actualmente se están desarrollando nuevas normas sobre la gobernabilidad en todo el mundo. En los países en desarrollo se observa un incremento de las exigencias ciudadanas por una mejor gobernabilidad, al tiempo que se reconoce que su ausencia implica un alto costo político, económico y social para el desarrollo. Un mejoramiento en la gobernabilidad de un país puede en ciertos casos aumentar significativamente (hasta tres veces más) su ingreso per cápita en el largo plazo (World Bank, 2006a). El hecho de que se reconozca cada vez más la interrelación entre una buena gobernabilidad y un desarrollo exitoso ha generado la necesidad de monitorear la calidad de la primera en los países.

2. Marco conceptual y contexto

El principio de la legalidad es un principio que regula el derecho público y tiene como objetivo garantizar la seguridad jurídica (Rytter, 2004: 36).5. Es importante subrayar que la Constitución nicaragüense (Art. 130) hace referencia al Estado Social de Derecho, es decir, un Estado con compromisos sociales 6. para con su ciudadanía. Para una definición más elaborada del Estado social, véase Durán. (2001). El hecho de que Nicaragua utilice una definición diferente de Estado de Derecho no tiene relevancia para el análisis de este informe, cuyo propósito es establecer si este país cumple o no con sus obligaciones legales internacionales y regionales relativas a la mujer, y cómo lo hace.

el tema de la segunda parte y núcleo del presente trabajo. Allí se reseña la legislación interna que gobierna los derechos de la mujer, a la luz de las obligaciones internacionales asumidas por el Estado nicaragüense a través de su adhesión a convenios, tratados, convenciones y otros instrumentos de derecho internacional, tanto en el ámbito regional como universal. Los temas que se han considerado prioritarios son los derechos de familia, de propiedad, y de acceso a crédito. Se identifican las inconsistencias que existen entre la legislación interna vigente y las leyes internacionales a las cuales se acoge Nicaragua, y cuya sincronización podría ayudar a potenciar el desarrollo económico, político y social de las mujeres en el país. En la tercera sección se registran las conclusiones del análisis de los marcos jurídicos nacional e internacional, para proceder a ofrecer, en la cuarta y última sección, una serie de recomendaciones generales y específicas que apuntan a consolidar y a potenciar la posición de la mujer en la sociedad nicaragüense.

Los autores esperan que este trabajo sea de interés y utilidad para todos aquellos comprometidos con el fortalecimiento del papel de la mujer en la sociedad moderna, teniendo como referente el caso específico de Nicaragua.

Agradecemos especialmente a quienes participaron en entrevistas, foros y talleres de diálogo en Nicaragua, así como a quienes a través del Banco Mundial y el Gobierno de Dinamarca apoyaron de manera decidida esta iniciativa.

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5La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

El Banco Mundial define gobernabilidad como el conjunto de tradiciones e instituciones mediante las cuales se ejerce la autoridad en un país (World Bank, 2006b). Para el Banco Mundial, la dimensión política, económica e institucional de la gobernabilidad se mide a través de seis indicadores: (i) Estado de Derecho; (ii) voz y rendición de cuentas; (iii) estabilidad política y ausencia de violencia; (iv) efectividad gubernamental; (v) calidad regulatoria; y (vi) control de la corrupción (World Bank, 2007).

Por otra parte, el concepto de desarrollo equitativo establecido a partir del Informe sobre el Desarrollo Mundial de 2006 (Banco Mundial, 2006) identifica a las mujeres, sin distinción de regiones, como “atrapadas” por la desigualdad, y con un acceso limitado a los beneficios del desarrollo. Para lograr una solución que permita salir de estas trampas, deben existir sistemas económicos y legales que ofrezcan las mismas oportunidades para todos los individuos sin distinción de raza, sexo, credo y/o lugar de nacimiento. La Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de las Naciones Unidas reafirma este compromiso de los Estados con la igualdad a través de marcos normativos equitativos, consistentes con el derecho internacional, y respetuosos de los derechos humanos fundamentales de la mujer.

Como se indicó al principio, el trabajo realizado documenta la existencia de serios obstáculos de orden técnico-jurídico que se interponen al avance y logro de la igualdad por parte de la mujer en Nicaragua. Tales obstáculos se originan precisamente en la falta de coherencia y sistematización del marco legal del país, especialmente en lo que se refiere al acceso a la tierra y a la propiedad, a crédito y a los derechos de familia. Todo ello agrava los niveles de inseguridad jurídica y limita una efectiva consolidación del Estado de Derecho. Es necesario instrumentar una estrategia nacional que logre resultados tangibles a partir de los esfuerzos encaminados a la promoción, defensa y reivindicación de los derechos humanos en general, y de los derechos económicos de las mujeres en particular. En este sentido, el avance hacia la consolidación de la gobernabilidad democrática debe ser la principal motivación e inspiración para los legisladores y para los responsables por la toma de decisiones en su afán de promover y generar verdaderas reformas jurídicas que permitan ampliar e incorporar efectivamente el tema de la equidad de género. Una de las formas de consolidar dicha gobernabilidad es a través del mejoramiento del Estado de Derecho a través de reformas a la estrategia nacional de desarrollo.

En el caso de Nicaragua, se han identificado inconsistencias entre la legislación interna y los postulados de convenios, tratados y convenciones internacionales enfocados en la promoción de la equidad de género y el respeto por los derechos humanos de las mujeres, como los establecidos claramente por la CEDAW.

En este estudio se pone de manifiesto que una parte significativa de los postulados de la CEDAW, específicamente los que protegen los derechos económicos de las mujeres, no han sido incorporados --hasta la fecha-- en la legislación ordinaria interna, aun cuando algunos derechos están reconocidos por la Constitución Política de Nicaragua. La situación se agrava al comprobarse que el derecho interno que regula temas de orden civil, financiero y laboral es muy disperso, complejo y, en el caso de los Códigos Civil y de Comercio, prácticamente obsoletos. Lo cierto es que estos instrumentos no responden en muchos casos a las realidades y necesidades socioeconómicas de la ciudadanía nicaragüense.

La falta de incorporación efectiva de los preceptos y normas del derecho internacional en materia de derechos humanos de las mujeres en la legislación interna evidencia una desprotección de sus derechos fundamentales. No existe un marco jurídico que facilite su empoderamiento económico; por el contrario, el marco jurídico actual caracterizado por su alta complejidad, dispersión, ambigüedad y antigüedad, es discriminatorio y poco comprensible para una gran mayoría de la población. Es precisamente ahí donde falla el precepto de la igualdad efectiva de todos los ciudadanos en las instancias de aplicación de la ley que propugna la Carta Magna, lo cual a su vez impide que se pueda hablar de la consolidación del Estado de Derecho.

En virtud de lo anterior, se hace necesario implementar estrategias y acciones tendientes a que las normas del marco jurídico nacional sean sometidas a un proceso de sistematización y coherencia interna en términos eminentemente teóricos, y que a su vez incorporen el enfoque de equidad de género. Esto puede llevarse a cabo mediante una estrategia que incluya mecanismos adecuados de participación, discusión y generación de consenso, así como la

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Se entenderá por sistematización y coherencia limitada del marco legal la existencia de vacíos (sustantivos y/o procedimentales) y/o la falta de claridad jurídica, 7. es decir, la ausencia de componentes básicos, características y técnicas jurídicas que debe poseer todo marco jurídico congruente, comprensible, justo y equitativo.Adoptada y abierta a la firma y ratificación o adhesión por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante resolucion 34/180 del 18 de diciembre de 8. 1979. Entró en vigor el 3 de septiembre de 1981 de conformidad con el Art. 27.

6 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

3. Marco jurídico

Convenios, tratados, convenciones e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos de la mujer

Dado que la demanda por el respeto a los derechos humanos es universal, existen sistemas para protegerlos en los ámbitos nacional, regional e internacional. Tales sistemas están interrelacionados sin que se pueda considerar a alguno de ellos como una entidad aislada. La estructura universal para la protección de los derechos humanos se sustenta en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en dos pactos de las Naciones Unidas (Buergenthal et al., 1990): el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (con su protocolo facultativo) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Por su parte, en el ámbito regional el sistema interamericano se caracteriza por su doble estructura institucional derivada de la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también conocida como Pacto de San José. Por ello se afirma que la protección de los derechos humanos en el sistema interamericano tiene su base en tres documentos fundamentales: (i) La Carta reformada de la OEA, (ii) la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, y (iii) la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Consecuentemente, todos y cada uno de los Estados miembros de la OEA tienen obligaciones legales internacionales derivadas tanto de la Declaración Universal de Naciones Unidas como de la Carta de la OEA.

Aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en Resolución No. 2200 A (XXI) del 16 de diciembre de 1966; vigentes desde el 30 de enero y 23 9. de marzo de 1976, respectivamente.Aprobada en 1969 en una conferencia intergubernamental convocada por la OEA y celebrada en San José, Costa Rica. Entró en vigor en julio de 1978, 10. después de que se recibiera el depósito del instrumento de ratificación número 11.

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voluntad política necesaria para desarrollar procesos de elaboración y aprobación de normas jurídicas caracterizados por un alto grado de calidad técnica, transparencia y consistencia entre sus distintos elementos (derecho constitucional, civil, mercantil, financiero, etc.).

La comunidad internacional que trabaja en los temas del desarrollo, incluyendo al Banco Mundial, valora especialmente las ventajas y beneficios que este proceso de revisión, sistematización y búsqueda de coherencia del marco jurídico interno le aportaría a Nicaragua. Un paso necesario sería la eliminación de normativas discriminatorias hacia la mujer.Por ello, además de instar a la reflexión en tal sentido, se sugiere valorar los beneficios de una exhaustiva revisión y reforma de partes sustanciales del marco jurídico nicaragüense, principalmente de aquellas normas que puedan estar en contraposición al contenido de tratados, convenios y convenciones internacionales ratificados por el Estado nicaragüense.

Cabe señalar, sin embargo, que en Nicaragua el fortalecimiento del Estado de Derecho no depende única y exclusivamente de la revisión y reforma de la legislación vigente. Se trata de un proceso mucho más complejo si se tiene en cuenta que, paralelo a ello, se hace necesario fortalecer la institucionalidad e independencia del los poderes del Estado, especialmente del Poder Judicial, responsable último de la implementación efectiva de las normas. De igual forma, en los demás poderes del Estado se requieren reformas institucionales y administrativas que apunten hacia una mayor eficiencia y efectividad.

En materia de equidad de género en particular, la reforma del marco jurídico interno es importante y necesaria pero insuficiente, dado que la legislación por sí misma no logra inducir cambios de comportamiento en la sociedad. Consecuentemente, además de contar con las herramientas e instrumentos legales que protejan los derechos de las mujeres, es necesario desarrollar estrategias, programas y acciones de sensibilización y capacitación dirigidos, por un lado, a los responsables por la toma de decisiones y a los representantes de los distintos poderes del Estado, y por el otro, a la sociedad civil en general y a las mujeres en particular. Lo anterior con el fin de que tomen conciencia y se involucren en los esfuerzos para erradicar prácticas discriminatorias (de jure y de facto) en contra de la mujer. De igual forma, el Estado debería dirigir esfuerzos adicionales al diseño de políticas públicas con enfoque de equidad de género que recojan los aportes e inquietudes de todos los actores sociales, políticos y económicos del país.

7La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Nicaragua, además de ser miembro de la OEA, es un Estado parte de la Convención Americana, con lo cual sus obligaciones no se limitan únicamente a respetar los derechos reconocidos en ella, sino que además debe garantizar el libre y pleno ejercicio de tales derechos. Cabe destacar que los primeros instrumentos internacionales que abanderaron específicamente los derechos humanos de las mujeres datan de hace 50 años: la Convención Interamericana sobre la Concesión de los Derechos Políticos a la Mujer de 1948 y la Convención Interamericana sobre la Concesión de los Derechos Civiles a la Mujer del mismo año.

En materia de equidad de género y respeto a los derechos económicos de las mujeres, el Estado nicaragüense ha contraído obligaciones legales de carácter internacional derivadas principalmente de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), entre las cuales destacan:

Adoptar medidas adecuadas de carácter legislativo, judicial y administrativo, con sus sanciones correspondientes, • así como medidas de protección jurídica orientadas a eliminar las prácticas discriminatorias por parte de personas, organizaciones y empresas.

Implementar mecanismos y medidas que aceleren la igualdad • de facto.

Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres con el fin de eliminar prejuicios y • prácticas consuetudinarias en relación con los roles de inferioridad o superioridad de hombres y mujeres.

Dar los pasos apropiados para empoderar económicamente a las mujeres, asegurándoles condiciones de • equidad de género en cuestiones como las prestaciones familiares y la consecución de créditos bancarios, hipotecas y cualquier otra forma de crédito financiero.

Priorizar los problemas económicos y específicos de la mujer rural y garantizar la equidad de género, • especialmente en los planes de reforma agraria y de reasentamiento, y facilitarle el acceso a créditos agrícolas, servicios de comercialización y a tecnologías apropiadas.

Reconocer la capacidad jurídica de las mujeres, de modo que gocen de los mismos derechos que los hombres • en el momento de firmar contratos y administrar bienes.

Garantizar igualdad de trato y ejercicio de derechos entre el hombre y la mujer en materia de compras, gestión, • administración, goce y disposición de los bienes, tanto a título gratuito como oneroso.

Lo anterior lleva al Estado nicaragüense a cumplir obligaciones específicas en el sentido de:

Consagrar en su Constitución el principio de igualdad entre hombres y mujeres.•

Adoptar en su legislación interna medidas legislativas y de otra índole, con sus sanciones respectivas, que • prohíban toda discriminación hacia la mujer. Para ello se deberán modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas discriminatorios. Lo anterior se aplica tanto al ámbito público como al privado, de modo que se garantice la erradicación de toda práctica discriminatoria hacia la mujer, independientemente de quien la ejecute o practique, trátese de una persona, organización o empresa.

Establecer la protección jurídica de los derechos de la mujer sobre la base de la igualdad con el hombre y • garantizar, por conducto de los tribunales nacionales competentes y de otras instancias públicas, su protección efectiva contra todo acto de discriminación.

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Convención Americana, Art. 1.11. CEDAW. Art. 2, inc. b, c, e y f. 12. CEDAW. Art. 4, inc. 1.13. CEDAW. Art. 5, inc. A.14. CEDAW. Art. 13.15. CEDAW. Art. 14, inc. 2 e y f.16. CEDAW. Art. 15, inc. 2 y 3.17. CEDAW. Art. 16, inc. 1h18.

8 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

En su conjunto, dichos instrumentos internacionales contienen varios tipos de limitaciones respecto al alcance de los derechos protegidos: por un lado está el concepto de los deberes de cada persona para con la sociedad y los demás individuos; por otro lado se hace referencia a la legislación interna para definir ciertos derechos; y por último están las cláusulas (clawback clauses) que restringen la interpretación de determinados artículos por razones de seguridad nacional y bienestar general (Buergenthal, et al., 1990: 137). Es por ello que no basta con que los instrumentos internacionales --sean estos de carácter regional o universal-- consagren el reconocimiento y respeto a los derechos humanos. Si en realidad se los quiere proteger, tutelar y garantizar de manera efectiva no solamente es necesario que se comprenda el contenido de los instrumentos y se sepa cómo aplicarlos, sino que además se reconozcan sus debilidades y fortalezas y se analice la dinámica de la ley, así como de los marcos institucionales de soporte.

Los derechos económicos de las mujeres en el marco jurídico nicaragüense

De conformidad con los artículos 3 y 24 de la CEDAW, el Estado nicaragüense está obligado a adoptar las medidas necesarias y apropiadas, incluso aquellas de carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo de la mujer, así como el ejercicio y goce efectivo de los derechos y libertades fundamentales reconocidos en dicha convención, en igualdad de condiciones con el hombre.

Para proyectar casuísticamente la falta de coherencia entre la Constitución Política de Nicaragua –que reconoce rango constitucional a la CEDAW y otros Tratados internacionales-- y la legislación ordinaria en materia de derechos económicos de las mujeres, a continuación se hace una breve reseña de la normativa del ordenamiento jurídico vigente en materia civil que regula algunos derechos de familia (el matrimonio y su disolución, la unión de hecho estable, el patrimonio familiar, alimentos), derechos de propiedad, y el acceso a tierra y crédito. De igual forma, y ya que se trata de una iniciativa legislativa que puede representar un avance o un retroceso en materia de equidad de género y de los derechos humanos de las mujeres, se abordará en términos generales el proceso que han seguido algunos anteproyectos de ley.

Constitución Política (Carta Magna)

La Constitución Política es la normativa jerárquica suprema que define el marco jurídico general al cual debe apegarse toda la legislación ordinaria interna de un país en estricto derecho. Su respeto y cumplimiento efectivos marcan la pauta para avanzar hacia la existencia real del Estado de Derecho. Consagra en su título IV los Derechos, Deberes y Garantías del Pueblo Nicaragüense, es decir, los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, entre otros . En materia de igualdad de derechos y equidad de género, cabe destacar que la Constitución Política recoge en sus Artículos 4, 5, 27 y 48 la obligatoriedad del Estado de:

Promover y garantizar los avances de carácter social y político que permitan asegurar el bien común. •

Promover el desarrollo humano de todos y cada uno de los nicaragüenses, protegiéndolos contra toda forma de • explotación, discriminación y exclusión.

Promover y garantizar el respeto a principios de la nación nicaragüense, entre ellos los de libertad, justicia, • igualdad y respeto a la dignidad de la persona humana.

Garantizar la plena igualdad de derechos de todas las personas, del derecho a recibir igual protección de la ley • y prohibir cualquier tipo de discriminación por motivos de nacimiento, nacionalidad, credo político, raza, sexo, idioma, religión, opinión, origen, posición económica y/o condición social.

Garantizar el pleno ejercicio para todos los nicaragüenses de sus derechos políticos, económicos, sociales y • culturales, en igualdad de condiciones entre el hombre y la mujer, así como eliminar cualquier obstáculo que impida de hecho y de derecho la igualdad entre los nicaragüenses y su participación efectiva en la vida política, económica y social del país.

En el Capítulo I se hace mención a los derechos individuales (Arts. 23- 46); en el Capítulo II se habla sobre los derechos políticos (Arts. 47-55); en el Capítulo III 19. se hace referencia a los derechos sociales (Arts. 56-69); en el Capítulo IV se consagran los derechos de la familia (Arts. 70-79), y en el Capítulo V se consignan los derechos laborales (Arts. 80-91).

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9La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Con base en lo anterior se puede afirmar que la Constitución Política de Nicaragua guarda coherencia y una alineación básica con los principios generales de no discriminación reconocidos en la CEDAW , ya que en efecto consagra de forma clara, amplia y coherente el principio de igualdad jurídica formal entre hombres y mujeres, así como el principio de no discriminación. Sin embargo, tal reconocimiento no se ha traducido en una normativa jurídica concreta dentro de la legislación interna que permita y facilite al ciudadano en general, y a la mujer en particular, conocer, promover y defender sus derechos humanos ante presuntas o probables violaciones a los mismos, y frente a prácticas discriminatorias.

Es importante destacar que aun cuando el Estado nicaragüense reconoce expresamente que la CEDAW tiene rango constitucional, todavía no ha adaptado sus postulados en la legislación ordinaria. El reconocimiento expreso del rango constitucional de la CEDAW ha quedado de manifiesto en el informe presentado por Nicaragua al comité de la misma en 2007, de la siguiente manera: “La Constitución Política Nicaragüense consagra que todas las personas gozan de la protección y reconocimiento de los derechos inherentes a la condición humana, así como del respeto de los mismos y la promoción y protección de los derechos consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la Declaración Americana de los derechos y deberes del hombre, en el Pacto Internacional de derechos económicos, sociales y culturales, en el Pacto Internacional de derechos civiles y políticos y en la Convención Americana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA); junto con la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la Convención de Derechos de la niñez y otros tratados de derechos humanos que han sido ratificados por el Estado Nicaragüense”.

Legislación ordinaria en materia de derechos de familia, propiedad y acceso a crédito

El Código Civil de Nicaragua es el instrumento jurídico básico que regula las relaciones entre los sujetos naturales y jurídicos, y entre los sujetos y las propiedades (bienes inmuebles y muebles). Su principal debilidad radica en que, al ser de antigua data, la mayor parte de su normativa no corresponde a las realidades y necesidades actuales de la sociedad. Tal situación genera un desfase natural entre las normas y la realidad, además de que se presta a interpretaciones subjetivas de las cuales se pueden derivar resoluciones inconsistentes, arbitrarias, contradictorias e incongruentes con los compromisos y obligaciones contraídas por el Estado en el ámbito internacional. En ese sentido, puede establecer un vínculo entre la debilidad en la certeza jurídica y un incremento en la debilidad del Estado de Derecho.

Del simple análisis de la legislación civil en materia de derechos de familia y de propiedad, se observa que las normas contenidas en el Código Civil vigente no garantizan en forma consistente el reconocimiento y tutela de los derechos económicos de la mujer consignados en tratados y convenciones internacionales, como tampoco los amparados por la Constitución. Es así como se evidencia una falta de coherencia entre la legislación ordinaria interna y la Constitución Política de Nicaragua que, como ya se dijo, otorga rango constitucional a los principios de la CEDAW. Esto crea un ambiente de limitada seguridad jurídica y dificulta el que la sociedad conozca sus derechos, así como las herramientas jurídicas y procesales requeridas para ejercer de la defensa de esos derechos, o bien para reclamar una reparación, en caso de que se les vulneren. Lo primero que debe destacarse es que las normas que regulan el patrimonio familiar, el derecho de alimentos, los derechos de la mujer en una unión de hecho estable o mediante el matrimonio, los derechos de propiedad y los derechos económicos en general no están sistematizados. Los derechos contenidos en esas normas aparecen igualmente en un sinnúmero de leyes, con lo cual se crea un cierto grado de confusión jurídica. La dispersión y falta de sistematización de la norma, aunadas al alto nivel de tecnicismo jurídico, dificulta el acceso y la defensa en tiempo y forma de los derechos económicos, civiles, sociales y culturales de la mujer, principalmente porque en Nicaragua la jurisdicción es “rogada”, lo cual significa que, en efecto, “derecho que no se defiende es derecho que se pierde”.

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Art. 2, inc. 1 de la CEDAW.20. Informe presentado por el Estado de Nicaragua al Comité de la CEDAW en 2007. Véase http://daccessdds.un.org/doc/UNDOC/GEN/N05/409/10/PDF/21. N0540910.pdf?OpenElementCódigo Civil nicaragüense de 1904. El primer libro se divide en 6 títulos y 11 capítulos; mientras que el libro segundo contiene 34 títulos y 51 capítulos. El 22. primero hace referencia a las personas y sus relaciones familiares, de paternidad y filiación, alimentos, guardas y al registro civil, mientras que el segundo se centra en la propiedad, el modo de adquirirla y sus diferentes modificaciones.En cuanto a la propiedad, hay dos anexos que hacen referencia a la Ley del Patrimonio Familiar, la cual reglamenta el régimen de propiedad horizontal.Esto fue reconocido por la Organización de Estados Americanos en 2000. Véase también la Relatoría Especial sobre Derechos de la Mujer de la Comisión 23. Interamericana de Derechos Humanos. En Meeting of Experts: An Analysis of Access to Justice for Women in the English Speaking Caribbean Countries, Summary of Preliminary Results: Project on Access to Justice for Women, Pág. 2.

10 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Es por ello que se requiere de una sistematización urgente de las normas del ordenamiento interno nicaragüense, de modo que los ciudadanos tengan un mejor conocimiento de los instrumentos jurídicos con que cuentan para ejercer sus derechos. Asimismo, y de forma paralela, se deben diseñar estrategias que permitan a los usuarios tener cada vez mayor seguridad y confianza en el sistema judicial y en su capacidad para hacer que se respeten y se tutelen los principios rectores del derecho como son los de igualdad, equidad y justicia social. En tal sentido, es esencial que se continúe avanzando en la independencia, profesionalización e institucionalidad del Poder Judicial.

Derechos de familia

A continuación se hace un resumen somero del estado actual de los derechos de la mujer según su estado civil y de la manera en que éstos afectan su situación económica y social.

El matrimonio y su disolución

La Ley 38 sobre la Disolución del Matrimonio por Voluntad de una de las Partes es otro ejemplo de la existencia de legislación que de facto discrimina contra la mujer. Esta ley dicta, en su Artículo 22, que: “Para los efectos de esta ley se consideran bienes comunes:

Los adquiridos a nombre de ambos cónyuges, antes o durante el matrimonio.1. Los bienes muebles y objetos de uso familiar que estén en la vivienda, adquiridos durante la vida en común de 2. los cónyuges, antes o durante el matrimonio.Los bienes inmuebles y los derechos sobre los mismos que les fueron otorgados bajo el régimen de núcleo 3. familiar o institución similar.El bien inmueble, sea propiedad o no de cualquiera de los cónyuges o los derechos sobre el mismo, siempre que 4. sea el que habite la familia. Para efectos de este numeral y si el bien era propiedad de uno de los cónyuges, el Juez sólo podrá decidir sobre el uso y habitación del inmueble a favor de los menores. Hasta la mayoría de edad de los menores, la propiedad no se podrá vender, enajenar, ni arrendar y una vez alcanzada ésta, ellos tendrán opción preferencial de compra sobre el inmueble”.

Dado que en Nicaragua típicamente es el hombre quien aparece como propietario de los bienes inmuebles adquiridos por los cónyuges durante el matrimonio, por lo general la ley termina afectando adversamente a la mujer. El Art. 22 de la Ley 38 protege a la mujer en el sentido de que le reconoce el derecho a quedarse viviendo en el bien inmueble (en la casa) aunque el esposo aparezca como propietario, siempre y cuando ella sea responsable de los menores. Sin embargo, en el inc. 3 del Art. 22 se establece que los bienes inmuebles adquiridos durante el matrimonio en nombre del hombre no se consideran como bienes comunes.

Unión de hecho estable

La Constitución Política de la República de Nicaragua consagra la garantía y protección estatal del matrimonio y de la unión de hecho estable, cuando estipula en su Artículo 72 que: “El matrimonio y la unión de hecho estable están protegidos por el Estado; descansan en el acuerdo voluntario del hombre y la mujer y podrán disolverse por mutuo consentimiento o por voluntad de una de las partes.” Así reconoce en forma expresa y clara que las parejas en unión de hecho estable y las que están unidas en matrimonio tendrán los mismos derechos. Sin embargo, esta igualdad jurídica no está claramente reconocida y/o garantizada en la legislación ordinaria interna. En tal sentido es importante destacar que hasta la fecha, la figura de unión de hecho estable no ha sido definida en su contexto de derechos y obligaciones, ni ha sido reglamentada por la legislación ordinaria. Esto evidencia la existencia de omisiones conceptuales y carencia de procedimientos, lo cual limita a su vez la validez jurídica del principio constitucional y amenaza la tutela y defensa de derechos económicos de la mujer que convive en unión de hecho estable. Más aún si se considera que, según un estudio de la FAO, la mayor parte de las parejas en el sector rural

Publicada en la Gaceta No. 80 del 29 de abril de 1988.24. Tema regulado en la Constitución Política, en el Código Civil, en la Ley 143 (Ley de Alimentos) y en la Ley 290 (Ley de Organizacion, Competencia y 25. Procedimientos del Poder Ejecutivo).Unión de hecho estable es la relación singular, estable, continua y notoria constituida por un hombre y una mujer que de forma voluntaria y sin impedimento 26. legal hagan entre sí vida en común. Por singularidad se entiende la convivencia exclusiva entre un hombre y una mujer donde impere el respeto mutuo y la fidelidad de ambos.En el presente informe se entiende como validez jurídica que una norma cumpla con los requisitos formales y materiales necesarios para que tenga efecto 27. vinculante, y que ésta además exista para que pueda ser exigible jurídicamente.

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11La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

de varios países –entre ellos Nicaragua-- convive en unión de hecho estable (Galán, 1999). Sin embargo, algunas leyes reconocen los derechos a la mujer unida en relación de hecho estable. Tal es el caso del Artículo 6 de la Ley de Alimentos, que reconoce el derecho de reclamar alimentos al compañero o compañera vinculados en unión de hecho estable. Es cierto que algunas normas dispersas de la legislación ordinaria reconocen derechos a las parejas en unión libre. Sin embargo, el hecho de que hasta la fecha no se haya aprobado una ley específica que defina y regule adecuadamente el ejercicio de los derechos a las parejas en este tipo de unión resulta muchas veces en discriminación de facto hacia las mujeres que sostienen este tipo de vínculo, con los cual se viola lo consignado en los Arts. 1, 2 y 5 de la CEDAW.

En Nicaragua, es social y culturalmente aceptado que los bienes inmuebles adquiridos por las parejas durante su relación de unión de hecho estable se registren a nombre del hombre, por ser considerado el jefe de familia. Así que cuando la relación finaliza (bien por causa de muerte o abandono de uno de los cónyuges), la mujer queda en estado de indefensión. Consecuentemente, cualquier tribunal ante el cual se ventile un caso de titularidad de la propiedad otorgará el derecho de propiedad sobre el bien inmueble a nombre de la persona que se encuentre en el Registro de la Propiedad como legítimo propietario, salvo que la mujer cuyos derechos estén siendo vulnerados demuestre que existe sociedad de hecho. Cabe señalar que el alegato de unión de hecho estable es un argumento débil frente a la carencia de ley ordinaria específica que regule ese tipo de relaciones, y que el fallo judicial emanará conforme a la ley y a los medios probatorios presentados.

A la luz de lo visto anteriormente, la falta de coherencia entre el principio de unión de hecho estable garantizado por la Constitución Política de Nicaragua y la legislación ordinaria civil da origen a una discriminación de facto que no guarda coherencia con los preceptos de la CEDAW, puesto que amenaza el derecho de las mujeres a la tierra y a la propiedad. Sin embargo, en el informe que el Estado nicaragüense presentó al Comité de la CEDAW en 2005 no se menciona en forma alguna la falta de protección legal de las mujeres que conviven en unión de hecho estable, ignorando así el reclamo de organizaciones y movimientos de mujeres nicaragüenses que en varias ocasiones han enfatizado el tema como un problema central.

En el caso del Código Civil nicaragüense, en principio podría considerarse que mediante el Artículo 3178 Literal C se reconocen indirectamente derechos adquiridos por las parejas en unión de hecho estable: “La simple comunidad de bienes o de intereses, aun resultantes de un hecho voluntario de las partes, no constituye una sociedad. Sin embargo se constituye sociedad de hecho, por juntarse dos personas de diferente sexo y hacer completa vía marital común, con comunidad de bienes o intereses”. Incluso en aquellos casos en que esta norma pueda alegarse en un juzgado civil, la contraparte puede perfectamente alegar que esto no es así puesto que en ningún lugar de la norma se menciona de forma expresa que las parejas en sociedad o unión de hecho estable tendrán derecho a los bienes muebles e inmuebles adquiridos durante el tiempo que duró dicha relación. Finalmente, será el Poder Judicial el que decida, de conformidad con la norma jurídica invocada y con los medios probatorios presentados.

Las opiniones que defienden la línea de interpretación jurídica acerca de que implícitamente el Artículo 3178 Literal C está reconociendo la unión de hecho estable mediante la utilización del término “sociedad de hecho” implican que, desde una estricta perspectiva de técnica jurídica, se pueda cuestionar como una seria deficiencia el que la Constitución de Nicaragua utilice el término “unión de hecho estable” y el Código Civil el de “sociedad de hecho” para regular el mismo tipo de relación. Existe jurisprudencia nicaragüense que sustenta una interpretación diferente respecto al Artículos 3178 Literal C. Conforme a la misma, la vida marital es indispensable para poder establecer la sociedad de hecho, pues se considera que solamente pueden constituir sociedad de hecho “(...) las personas que (...) se hallan siempre en aptitud legal para contraer matrimonio (...) y que no puede existir una sociedad de hecho (...) si el demandado/a prueba que es casado”, dándose por terminada la sociedad como resultado del matrimonio de uno de los socios (Ramos, 1993: 45). Con esta interpretación se limitan los derechos derivados de la sociedad de hecho, pues los únicos que podrían hacerlos valer serían personas solteras que demuestren la existencia de la condición indispensable señalada, lo cual puede ser demostrado mediante pruebas documentales y/o testificales.

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Véase también la Ley de Probidad de los Servidores Públicos http://www.oas.org/juridico/spanish/mesicic2_nic_anexo22.pdf 28. Esto es así dado que en su Art. 2 (inc. c) la CEDAW establece la obligatoriedad de los Estados hacia “la protección jurídica de los derechos de la mujer sobre 29. la base de igualdad con los del hombre y garantizar, por conducto de los tribunales nacionales o competentes y de otras instituciones públicas, la protección efectiva de la mujer contra todo acto de discriminación”.Informes presentados por los Estados partes en virtud del Art. 18 de la CEDAW (2005). Sextos informes periódicos de los Estados partes, Nicaragua, punto 30. 203.Entre otros documentos se pueden consultar el estudio de Ramos (1993); el diagnóstico financiado por PNUD y ASDI, y las páginas del Comité de América 31. Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer en Internet (www.cladem.org).

12 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

La Ley 612, que enmienda la Ley 290, sienta un importante precedente sobre cómo se podría avanzar hacia la sistematización y reforma de las leyes, de conformidad con el principio constitucional de igualdad de derechos, es decir, incorporando un enfoque de equidad de género y derogando normativa que conlleve discriminación de jure o que pueda dar lugar a discriminación de facto contra los derechos económicos de las mujeres. En tal sentido, cabe resaltar que mediante la Ley 612, Ley de Reforma y Adición a la Ley 290 (Ley de Organización, Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo) , se reformó el Art. 29 de la Ley 290. Tal artículo era evidentemente discriminatorio, dado que en su inciso (d) concebía la unión de hecho estable como un paso previo al del matrimonio, en la medida en que estipulaba que una de las obligaciones del Ministerio de la Familia era “Proponer y ejecutar políticas y acciones para facilitar a las parejas en unión de hecho estable, formalizar su relación por medio del matrimonio”.

Con la mencionada reforma se contrarresta cualquier interpretación que existiera acerca de que para el Estado nicaragüense el matrimonio representaba un valor superior, o un régimen de derechos más definido o beneficioso que aquel de la unión de hecho estable.

Ley de alimentos

Otro cuerpo de normas que reconoce expresamente la unión de hecho estable es la Ley 143 o Ley de Alimentos, cuyo Artículo 6 reza: “Se deben alimentos en el siguiente orden (el subrayado es nuestro): a) a los hijos; b) al cónyuge; c) al compañero en unión de hecho estable”. Es así como se reconoce que el compañero en unión de hecho estable tiene el derecho a reclamar alimentos pero no en el mismo orden de preferencia o nivel de prioridad que el cónyuge en matrimonio. El Artículo 6 no guarda entonces coherencia con el principio de igualdad de derechos consignado en la Constitución Política y su contenido implica una evidente discriminación de jure hacia las personas que viven en unión de hecho estable. Asi mismo genera un efecto discriminatorio de facto hacia las mujeres pues, como ya se señaló, en Nicaragua es práctica consuetudinaria que, al figurar los hombres como dueños en los títulos de bienes inmuebles en las uniones de hecho estable, sean normalmente las mujeres las que reclamen pensión alimenticia a sus compañeros. Por ende, esta ley también viola el Artículo 2 de la CEDAW.

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Aprobada el 24 de enero de 2007.32. Ley 143 del 22 de enero de 1992. Publicada en La Gaceta No.57 del 24 de marzo de 1992.33. Aprobada por la Asamblea Nacional el 24 de enero de 2007.34. http://legislacion.asamblea.gob.ni/Normaweb.nsf/d0c69e2c91d9955906256a400077164a/60aed1fbbc3ae648062571c50051b9c6?OpenDocument.35.

El Ministerio de la Familia

El Ministerio de la Familia (MIFAMILIA) es la instancia del Poder Ejecutivo encargada, entre otras funciones, de diseñar propuestas de políticas y acciones relacionadas con el desarrollo de la familia, la promoción de la equidad de género y la atención y protección de la niñez y la adolescencia. Es a este ministerio al que por mandato legal le compete regular figuras como la unión de hecho estable. Lo anterior ha sido refrendado por la Ley 612 o Ley de Reforma y Adición a la Ley 290 (Ley de Organización, Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo), la cual en su Art. 3 reforma el Art. 29 de la Ley 290 y establece las competencias y obligaciones del Ministerio de la Familia. En materia de equidad de género, corresponden a MIFAMILIA las siguientes funciones:

Aprobar o reformar las políticas públicas que contribuyan al desarrollo de la familia, la promoción de la equidad de • género, y la atención y protección integral de la adolescencia y niñez.Dirigir, a través del Instituto Nicaragüense de la Mujer (INIM), el Programa Nacional de Equidad de Género.• Formular políticas, planes y programas que garanticen la participación efectiva del hombre y la mujer en condiciones • de igualdad de oportunidades en el ámbito político, económico y social del país.Impulsar proyectos y programas de promoción de equidad de género, atención y protección integral de la niñez y • adolescencia.Promover la participación de la sociedad civil en el proceso de desarrollo de la familia, la equidad de género, y la • atención y protección integral de la adolescencia y la niñez.Proponer anteproyectos de ley, decretos, reglamentos, resoluciones de acuerdo con los procedimientos • establecidos por la Constitución de la República y demás leyes para fomentar la equidad de género, así como la atención y protección integral de la adolescencia y la niñez en los ámbitos de su competencia.Las demás que le asignen las leyes o el Presidente de la República en el ámbito de su competencia.•

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13La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

El patrimonio familiar

El patrimonio familiar es la institución jurídica que asegura el dominio de una casa de habitación o de pequeñas propiedades rurales a los miembros de una familia con hijos menores de edad, a fin de dotarlos de seguridad económica. Tal seguridad deriva del hecho de que las propiedades constituidas en patrimonio de familia se convierten en inalienables, indivisibles, inembargables y trasmisibles por herencia. Típicamente, los bienes más adecuados para la constitución del patrimonio familiar han sido bienes inmuebles como casas de habitación, instalaciones de una pequeña explotación agrícola o instalaciones de una pequeña industria.

En Nicaragua, el Artículo 71 de la Constitución reconoce el derecho de todos los nicaragüenses a que se les garantice el patrimonio familiar, que se considera inembargable y exento de toda carga pública. Como en el caso de los demás derechos reconocidos por la Constitución, se requiere de una ley específica que regule la materia y haga operativa la norma constitucional, pero actualmente se carece de ella. En consecuencia, Nicaragua no cuenta con normas sustantivas y procesales en la legislación ordinaria que garanticen el derecho de las mujeres al respeto de su patrimonio familiar. Este vacío jurídico, que se agudiza por la falta de un Código de la Familia, evidencia una vez más la falta de coherencia entre la Constitución y la legislación ordinaria. Lo anterior ha sido confirmado por las personas que asistieron a los talleres y entrevistas que tuvieron lugar durante la realización del presente estudio, para quienes la falta de reglamentación del patrimonio familiar constituye un serio obstáculo legal que limita el ejercicio de los derechos de las mujeres.

Como antecedente, cabe mencionar que la Ley Orgánica del Patrimonio Familiar y de las Asignaciones Forzosas y Testamentarias, aprobada en 1956, definía el patrimonio familiar como “todos aquellos bienes inmuebles que se separan del patrimonio particular de una persona y se vinculan directamente a una familia de escasos recursos económicos, con el fin de asegurarle la mejor satisfacción de sus necesidades” (Art.1). Asimismo distinguía entre dos clases de patrimonio familiar, urbano y rural, dependiendo de la localización de los bienes. De igual forma, el reglamento para la Administración de Viviendas, aprobado en la década de los años ochenta, definió a la familia y el patrimonio familiar literalmente en los mismos términos que la Ley Orgánica del Patrimonio Familiar y de las Asignaciones Forzosas y Testamentarias: Artículo 1. “Familia: Es la constituida por una pareja y los hijos comunes de ambos, menores de edad y mayores incapacitados y la constituida por la madre y sus hijos menores incapacitados que vivan con ella.

También formarán parte de la familia los hijos de cualquiera uno de los miembros de la pareja, que convivan bajo el mismo techo, con los otros miembros anteriormente especificados, y sean igualmente menores de edad o mayores incapacitados. Patrimonio Familiar: Son los bienes inmuebles que se separan del patrimonio particular de una persona y se vinculan directamente a una familia de escasos recursos económicos, con el fin de asegurar la mejor satisfacción de sus necesidades”. En sus Artículos 70 y 71 la Constitución Política de Nicaragua define a la familia como el núcleo de la sociedad y reconoce tanto el derecho de los nicaragüenses a constituir una familia como la obligación del Estado de protegerla. De igual forma, y como se mención más arriba, garantiza el patrimonio familiar considerándolo como inembargable y exento de toda carga pública.

A inicios del año 2002 tuvo lugar un debate público en torno a la importancia de que el Poder Legislativo asumiera como prioridad impostergable la promulgación de una ley específica que regulara el patrimonio familiar. Los principales

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http://www.fao.org/DOCREP/U5615s/u5615s03.htm#P615_10121536. Véase, por ejemplo, el Art. 84 del Código de Familia de Honduras y los Arts. 470-473 en el Código de la Familia de Panamá, Ley 3 del 17 de mayo de 1994, 37. publicada en La Gaceta Oficial 22,591 del 1º de agosto de 1994.Constitución Política de Nicaragua, Art. 71: “Es derecho de los nicaragüenses constituir una familia. Se garantiza el patrimonio familiar, que es inembargable y 38. exento de toda carga pública. La ley regulará y protegerá estos derechos”.Anteriormente existía una ley que regulaba el patrimonio familiar, la Ley Original del Patrimonio Familiar y de las Asignaciones Forzosas y Testamentarias 39. establecida por el Decreto 415 de La Gaceta, Diario Oficial No. 86 del 21 de abril de 1959. Esta Ley tenía 28 artículos que regulaban el patrimonio familiar. Reconocido en el informe presentado por el Estado de Nicaragua al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) con fecha 5 de 40. julio de 2005.Es importante subrayar que el informe no ha identificado propuestas concretas sobre la manera de reglamentar el patrimonio familiar, como tampoco estudios 41. específicos sobre el tema. Decreto 415. Ley Orgánica del Patrimonio Familiar y de las Asignaciones Forzosas y Testamentarias. Aprobada el 12 de marzo de 1956 por la Cámara de 42. Diputados y la Cámara del Senado de la República de Nicaragua y publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 86 del 21 de abril de 1959. Esta ley fue derogada, dado que algunas de sus partes se oponían a ciertos artículos de la Constitución y que únicamente podían constituir patrimonio familiar las personas de escasos recursos, la gran mayoría de las cuales no tienen propiedades.Reglamento para la Administración de Viviendas. Acuerdo Ministerial No. 49 del 28 de mayo 1981. Publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 131 del 16 de 43. junio 1981.Establecido a partir de las reformas constitucionales de 1995.44.

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argumentos para ello se originaban, en primer lugar, en la necesidad de definir de forma clara y precisa el concepto de familia (hasta qué grado de consanguinidad y afinidad) y de describir de manera clara y amplia los bienes que podrían considerarse e integrarse como patrimonio familiar y en segundo lugar, en la necesidad de hacer operativo y efectivo el mandato constitucional consignado en el Art. 71 de la Constitución anteriormente citado.

Cuando el Estado garantiza legalmente el patrimonio familiar, se le está garantizando al núcleo familiar una estabilidad económica y social. Al reconocerse el derecho de los cónyuges de registrar el patrimonio familiar (bienes muebles e inmuebles) a nombre de todos los integrantes del núcleo familiar, se evita que cualquiera de los dos disponga individualmente de éstos sin el consentimiento del otro (Katz y College, 1999: 5). En razón de ello, y sobre la base de una ley específica, el núcleo familiar en Nicaragua podría gozar de beneficios económicos y sociales, como por ejemplo el que las casas de habitación integradas al patrimonio familiar quedaran exentas de pagar tributo alguno, o la exoneración, por mandato constitucional, del pago de aranceles de inscripción registral. Así se protegería jurídicamente la propiedad de todo el núcleo familiar, la cual se convertiría en una propiedad mancomunada y conjunta de madre, padre e hijos sin que ningún miembro de la familia pudiera disponer de forma unilateral de esos bienes.

Una reglamentación adecuada del patrimonio familiar contribuiría desde todo punto de vista a proteger a la mujer contra los riesgos derivados de la inexperiencia, el desconocimiento de sus derechos y la falta de empoderamiento legal frente a casos de irregularidad de la conducta o abuso de su esposo. Es importante que la reglamentación del patrimonio familiar acoja principios y conceptos que no sean extremadamente rígidos, y que se ajusten a la realidad del país y a las necesidades de los nicaragüenses. Asimismo, el diseño de esta normativa deberá respetar los propósitos que el patrimonio familiar persigue en la Constitución, así como la letra de tratados y convenios internacionales suscritos por el Estado nicaragüense en materia de equidad de género.

Cabe recalcar que el patrimonio familiar puede limitar el acceso de las mujeres a crédito bancario, ya que por ser “inembargable y exento de toda carga pública” no puede emplearse como respaldo para obtener préstamos.

http://archivo.elnuevodiario.com.ni/2002/enero/18-enero-2002/opinion/opinion8.html45.

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La vulnerabilidad jurídica de la mujer nicaragüense en uniones de hecho: un caso en Chontales

El señor MAR estableció una relación en unión de hecho estable con la señora JR por espacio de diez años. Durante ese lapso procrearon dos hijos y una hija, todos de apellido RR. El señor MAR estuvo simultáneamente casado con la señora DM, con quien también tuvo tres hijos, menores que los anteriores. En 2004 el señor MAR decide terminar la relación conyugal en unión de hecho estable con la señora JR. Dos años después de la separación, y debido a la dura situación económica que enfrentan JR y sus tres hijos menores, ella decide demandar por la vía civil la pensión alimenticia para sus tres hijos. Se cita al señor MAR y a la señora JR cuatro veces al trámite de mediación, sin que el señor MAR comparezca y se pueda lograr un acuerdo. Durante todo este tiempo el señor MAR se negó a cumplir con la Ley a la Pensión de Alimentos. Finalmente el juez emitió una orden de captura y allanamiento de morada. En lo penal se condenó al señor MAR a dieciocho meses de cárcel por omisión deliberada de alimento. En agosto 2006 el señor MAR continúa en libertad, trasladándose de un lugar a otro sin restricción alguna.

Durante los dos años desde que se iniciara el proceso, el demandado aprovechó para vender la casa donde vivían la señora JR y sus hijos. Si bien la casa fue adquirida con el trabajo de ambos, en la escritura pública aparece él como dueño. El señor MAR le vende la casa a su hermano, que inmediatamente reclama la propiedad y pretende desalojar a la señora JR, sin que ésta ceda a sus pretensiones. Así transcurre un año hasta que finalmente el hermano del señor MAR lesiona a la señora JR con un machete, causándole heridas graves e invalidez total de la mano derecha. El hermano del señor MAR fue condenado a la pena de cuatro años de prisión. En agosto de 2006 la causa seguía en proceso en el juzgado local.

Fuente: Expediente/causa N° 50. 2006. Radicado en juzgado de Chontales.

Derechos de propiedad

Como en otros países del mundo, en Nicaragua las mujeres han tenido dificultades para acceder a la titularidad de la tierra, ya sea por desconocimiento de sus propios derechos o debido a la existencia de legislación poco equitativa o de una práctica administrativa de quienes no proceden a proveerle a la mujer de una oportunidad concreta de efectivamente reclamar y lograr el reconocimiento de sus derechos.

15La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Históricamente, en Nicaragua las posibilidades de las mujeres de acceder a la tierra, a la propiedad y al crédito han sido limitadas. Razones de orden técnico-jurídico han llevado a aprobar legislación civil que conlleva discriminación de jure y de facto hacia ellas. El marco jurídico que regula estos temas se caracteriza por su alta complejidad , su difícil comprensión y acceso por parte de los derechohabientes --lo que les impide articular, tutelar y promover el respeto de los derechos--, y por no reflejar las realidades socioeconómicas nicaragüenses. Todo ello afecta la consolidación del Estado de Derecho, en la medida en que incrementa la falta de certeza jurídica y limita de forma específica y particular el ejercicio de los derechos económicos de la mujer. Esto es así porque la legislación interna de Nicaragua no incorpora adecuadamente las obligaciones internacionales contraídas por el Estado mediante la suscripción de tratados y convenios internacionales en materia de derechos humanos.

El problema de la complejidad y adaptación limitada del marco jurídico interno a las realidades socioeconómicas de Nicaragua y a los compromisos asumidos en el ámbito internacional se aborda en el presente estudio desde dos perspectivas jurídicas: (i) la que permite el análisis de las normas sobre el acceso a la tierra y las leyes de reforma agraria, y (ii) y la que arroja el estudio de las normas sobre acceso a crédito.

Acceso a la tierra y leyes de reforma agraria

Los datos estadísticos del Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR) muestran que cerca del 30% de las familias nicaragüenses son hogares con jefatura femenina y que las mujeres conforman el 40% de la población rural. Aun así, no existe coherencia ni proporcionalidad entre los niveles de acceso a la tierra de las mujeres y su responsabilidad como proveedoras, lo cual conduce a que se vean obligadas a buscar alternativas de ingreso en otros países (migración) o en el sector informal. En Nicaragua, la legislación que regula la tierra y la propiedad, y el acceso de las mujeres a ésta, ha evolucionado en tres etapas: período somocista (1934-1979), período sandinista (1979-1990) y período de gobiernos liberales (1990-2006).

En cada período se han implementado diferentes enfoques y marcos jurídicos de reforma agraria. Mientras que la reforma agraria de 1973 fue considerada como la menos beneficiosas en términos de equidad de género --no contenía elemento alguno que promoviera los derechos de las mujeres en la distribución de la tierra ni las reconocía explícitamente como beneficiarias en las titulaciones de tierras (Cesi, 2005: 89)--, la de 1981 fue en cambio destacada como la más progresista en América Latina. Esta reforma fue específicamente diseñada con una perspectiva de equidad de género y su prioridad fue garantizar el acceso equitativo de mujeres y hombres a la tierra, además de reconocer por primera vez a las mujeres como beneficiarias (Cesi, 2005). Con todo, existe evidencia de que solamente un 8% de las personas beneficiadas por ella fueron mujeres (Agurto et al., 2003) y que la figura jurídica a través de la cual éstas accedieron a la tierra fue la de las cooperativas.

En 1990 se aprobaron tres leyes (La ley de Transmisión de la Propiedad de Viviendas y otros Inmuebles pertenecientes al Estado y sus Instituciones , la Ley Especial de Legalización de Viviendas y Terrenos, y la ley de Protección a la Propiedad Agraria) cuyo objetivo era el de garantizar que las personas que habían recibido tierra a través de la reforma agraria de 1981 obtuvieran sus correspondientes títulos de propiedad . En agosto de 1991 se aprobó la Ley 133 o Ley de Restablecimiento y Estabilidad del Orden Jurídico de la Propiedad Privada, Estatal y Municipal.

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En este informe, por “complejidad” se entiende la dificultad que enfrentan los operadores de la justicia y la ciudadanía para saber con seguridad cuál es 46. la legislación que está en vigencia. El término también abarca la complejidad en los textos normativos causada, por ejemplo, por descripciones técnicas o lenguaje complejo que son difíciles de comprender para el ciudadano común. Marco de política de la Tierra (MAGFOR), documento en consulta. p.20. www.magfor.gob.ni47. Op. cit. www.magfor.gob.ni48. “Durante el período sandinista las mujeres accedieron a la tierra principalmente bajo la modalidad de cooperativas; en 1984 alrededor del 7% de los beneficiarios 49. de las cooperativas eran mujeres. En 1989 la cifra había llegado al 11%” (Cesi, 2005: 90).Ley 85. Ley de Transmisión de la Propiedad de Viviendas y otros Inmuebles Pertenecientes al Estado y sus Instituciones. Publicada en La Gaceta, Diario 50. Oficial, No. 64 del 30 de marzo de 1990.Ley 85. Ley de Transmisión de la Propiedad de Viviendas y otros Inmuebles Pertenecientes al Estado y sus Instituciones. Publicada en La Gaceta, Diario 51. Oficial, No. 64 del 30 de marzo de 1990.Ley 88. Publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 68 del 5 de abril de 1990.52. Preámbulo de Ley 85: “Que a lo largo de los últimos años se han dictado medidas para transferir el dominio de viviendas propiedad del Estado y de otras 53. instituciones públicas, a numerosos grupos de pobladores y que es indispensable ampliar la protección legal a los ocupantes que hasta ahora no han sido incluidos en los anteriores programas de transferencias de la propiedad de viviendas”. Ley 133. Ley de Restablecimiento y Estabilidad del Orden Jurídico de la Propiedad Privada, Estatal y Municipal. Aprobada el 23 de agosto de 1991. Publicada 54. en el diario La Prensa del 27 de marzo de 1992.

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16 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Allí se reconocía que si bien era cierto que un porcentaje de las donaciones de tierra efectuadas al amparo de las Leyes 85 y 86 beneficiaba a nicaragüenses de escasos recursos económicos, la mismas habían sido utilizadas para “encubrir abusos injustificables como la repartición de viviendas de lujo, fincas agrarias, muebles, acciones y dineros públicos que fueron a parar a manos de miembros del Partido derrotado y sus familiares y a Asociaciones adscritas a dicho partido”. Algunos artículos de la Ley 133 entraban en contradicción con la Constitución Política (Galán, 1998; OEA, 2003). Ejemplo de ello es que por su intermedio, se pretendía establecer una Comisión Nacional de Revisión de la Propiedad en lo referente a los casos en que involucraba intereses particulares contrario cuando, según la Constitución, es al Poder Judicial al que le corresponde conocer y realizar cambios retroactivos de titulación de propiedad (Galán, 1998; Cesi, 2005).

Actualmente en Nicaragua se registran irregularidades respecto a la titulación y/o problemas registrales en un 74% de las propiedades rurales y urbanas. Se estima, por ejemplo, que el 40% de la propiedad tiene múltiples títulos y que el 75% de los productores (alrededor de 200.000 personas) no posee documentos legales que acrediten su dominio .

El marco jurídico nicaragüense que regula el acceso a la tierra es bastante complejo, disperso y contradictorio, básicamente por el origen de la legislación, que ha respondido a factores políticos y coyunturales, y a las prioridades de los diferentes gobiernos. Es común que se sacrifique la técnica jurídica, la claridad y coherencia que deben primar a la hora de legislar. Esta alta complejidad de la norma en materia de acceso a la tierra ha sido reconocida en el estudio “Análisis de género en la legislación, políticas e instituciones ejecutoras del programa de ordenamiento de la propiedad-PRODEP (Ocón Núñez, 2004).

En Nicaragua existen 13 instrumentos jurídicos vigentes (Constitución Política, Código Civil, 10 leyes ordinarias y un Decreto Ejecutivo) que regulan el acceso a la tierra, a saber: (1) Constitución Política de Nicaragua ; (2) Código Civil de Nicaragua (Arts. 151, 152, 153, 1001 C); (3) Ley de de Transmisión de la Propiedad de Viviendas y otros Inmuebles Pertenecientes al Estado y sus Instituciones (Ley 85); (4) Ley Especial de Legalización de Viviendas y Terrenos (Ley 86); (5) Ley de Protección a la Propiedad Agraria (Ley 88); (6) Ley de la Estabilidad de la Propiedad (Ley 209); (7) Ley Sobre Propiedad Reformada Urbana y Agraria (Ley 278 ); (8) Ley del Régimen de Propiedad Comunal de los Pueblos Indígenas y Comunidades Étnicas de las Regiones Autónomas de la Costa Atlántica de Nicaragua y los ríos Bocay, Coco, Indio y Maíz (Ley 445); (9) Ley de Reforma de la Ley Reforma Agraria (Ley 14); (10) Ley de General de Cooperativas; (11) Ley General del Ambiente y los Recursos Naturales (Ley 217); (12) Ley General de Catastro Nacional (Ley 509); y (13) Decreto de Creación y Funcionamiento de la Oficina de Ordenamiento Territorial (Decretos 35-91).

En el momento en que se concluía este estudio, se gestionaban en el seno de la Asamblea Nacional dos anteproyectos de ley pendientes de discusión y aprobación: el Anteproyecto de Ley de Regularización de la Tenencia de la Tierra y el Anteproyecto de Ley General de los Registros Públicos. Algunos casos ilustrativos de la complejidad de la norma que regula la propiedad de la tierra se reflejan en el contenido de los Artículos 1, 2, 3, 6 y 12 de la Ley sobre Propiedad Reformada Urbana y Agraria. En su Artículo 1, por ejemplo, cuando establece el objetivo y define el ámbito de aplicación de la ley, obliga al demandante, a las autoridades judiciales y a funcionarios de gobierno encargados de dirimir el conflicto a conocer, interpretar y armonizar las otras seis leyes que complementan la Ley 278. Asimismo,

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Ley 133. Considerando II.55. Por ejemplo, hay inseguridades respecto al tamaño de las propiedades y sobre quiénes son los legítimos dueños.56. PND-O, Op.Cit., pág. 28.57. Constitución Política de 1987 incluyendo la Ley de Reforma Parcial de la Constitución Política de la República de Nicaragua - Ley 192 del 1 de febrero de 58. 1995.Ley 85 publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 64, del 30 de marzo de 1990.59. Ley 86 publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 66, del 3 de abril 1990.60. Ley 88 publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 68, del 5 de abril 1990.61. Ley 209 publicada el 1 diciembre 1995.62. Ley 278 publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 239 del 16 diciembre 1997.63. Ley 445 publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 16 del 23 de enero 2003.64. Ley 14 publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 8, del 13 de enero 1986.65. Ley 499 aprobada el 29 de septiembre del 2004 y publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 17 del 25 de enero de 2005.66. Ley 217 publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 105 del 2 de mayo 1996.67. Ley 509 publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 11 del 17 de noviembre 2004.68. Decreto 35-91 publicado en La Gaceta, Diario Oficial No. 157 del 23 de agosto 199169. “La presente Ley regula la tenencia, ejercicio, cargas y extinción del derecho adquirido sobre bienes en posesión del Estado, al amparo de o mediante las 70. Leyes 85 y 86 del 29 de marzo de 1990, la Ley 88 del 2 de abril de 1990; la Ley 209 Ley de Estabilidad de la Propiedad del 30 de noviembre de 1995, y la Ley de Reforma Agraria y sus reformas; los contratos de venta o de promesa de venta, o de arriendo o administración con opción de compra, celebrados entre la Corporación Nacional del Sector Público con los antiguos trabajadores de las Empresas Estatales, licenciados del Ejército, del Ministerio de Gobernación y desmovilizados de la Ex-Resistencia Nicaragüense (...)”.

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17La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

en el análisis de esta ley se observa que en 17 de sus artículos se remite, relaciona o hace referencia a otras 11 leyes y 5 decretos. Frente a este nivel de complejidad y limitada accesibilidad de la norma, es necesario reconocer una discriminación de facto y de jure. Cabe preguntarse cómo podría una mujer campesina con escasa educación invocar los derechos que le otorga la ley sobre Propiedad Reformada Urbana y Agraria. Evidentemente enfrentará no solamente dificultades para leer y comprender el texto, sino que además se verá forzada a encontrar e interpretar las más de diez normas adicionales relevantes.

Propiedad mancomunada

En América Latina, África, Asia y Europa Oriental se han implementado numerosos programas de titulación y registro como medidas necesarias para garantizar los derechos a la propiedad de los pequeños propietarios y aumentar su acceso a otros factores de producción como el crédito. Sin embargo, una de las grandes críticas que han despertado estos programas de titulación, y las instituciones formales de derecho a la propiedad --tales como registros de propiedad-- es su tendencia a otorgar los títulos de propiedad (de tierra o vivienda) de una familia a uno solo de sus miembros, generalmente al hombre cabeza de familia (Lastarria-Cornhiel et al., 2003: 6) La equidad en el acceso a la titulación y al registro de la tierra debería garantizar que las demandas de los pequeños propietarios y de otros grupos marginados como las mujeres tengan el mismo peso y se les proporcione la misma protección legal que a los otros propietarios. Esta protección es especialmente crítica en situaciones de conflicto, de cambio social o económico acelerado o cuando aumenta precipitadamente el valor de la propiedad.

Los programas de titulación no se centran en las mujeres por razones originadas en su diseño e implementación (Lastarria-Cornhiel et al., 2003). Nótese, por ejemplo, que las leyes sobre adjudicación y registro de propiedades a menudo son redactadas sin explicitar a las mujeres, utilizando terminología como la de “jefes de familia” empleada por el Código Civil nicaragüense en la legislación atinente al derecho, la posesión y administración de la propiedad. Al respecto, el Artículo 151 del Código Civil establece que: “El marido es el representante de la familia y en su defecto, la mujer”. En muchos casos esto tiende a favorecer a los hombres, quienes en efecto acceden al uso o goce de la tierra. Por el contrario, las mujeres deben enfrentar serias limitantes basadas en normas y costumbres socioculturales que no las conciben ni perciben como participantes plenas e igualitarias en la economía. Así, la propia implementación de los programas de titulación y acceso a la tierra puede dar lugar a obstáculos adicionales, dado que por lo general se trata de actividades a cargo de funcionarios hombres, quienes integran a su función de gestión conceptos discriminatorios preexistentes, lo cual termina por impedir esa titulación favorezca a las mujeres. Cabe recordar igualmente que las mujeres a veces carecen de los recursos, el conocimiento y la confianza para acercarse a instituciones que han sido dominadas tradicionalmente por hombres (Lastarria-Cornhiel et al., 2003).

Durante el período 1994-1995, el Gobierno implementó programas encaminados a promover la equidad, así como políticas de género y de respeto a los derechos de las mujeres sobre la tierra en el sector agrario. Mediante la Ley 209 (Ley de Estabilidad de la Propiedad de 1995) se introdujo el concepto de titulación de la tierra de forma “mancomunada”. Por mancomunidad se entiende la propiedad conjunta y compartida del bien inmueble. Esto significa que el título de propiedad se emitiría a nombre del hombre y la mujer –unidos por una relación de hecho estable o por matrimonio-- y que ninguno de ellos podría disponer unilateralmente del bien. “Esto permitió incrementar el porcentaje de mujeres con títulos de tierra de un 12% en 1992-1993 al 42% en 1997. Según el INIM, incluso con estos logros en 2005 solamente el 13% de la tierra total estaba a nombre de mujeres individuales o en forma mancomunada con su esposo/pareja” (Gobierno de Nicaragua, 2006).

El Código Civil vigente no regula la propiedad mancomunada; únicamente hace alusión a los términos “comunidad de bienes” (Art. 2897 C), reglas de mancomunidad (Art. 3555 C) y obligaciones o deudas mancomunadas (Artículos. 882, 1254, 1945, 2160, 2877, 2897, 3555, 3573, 3691 C), con lo cual el Código Civil tiende a confundir al operador de justicia, ya que no define en sí qué significa el término “mancomunidad”. Éste se utiliza más bien para referirse a derechos compartidos sobre arrendamiento, paredes medianeras, derechos de servidumbre y/o responsabilidades compartidas en caso de deudas.

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La Constitución Política de Nicaragua, la Reforma Agraria, el Código Civil, el Código de Procedimiento Civil, la Ley de Excusas, las leyes 14, 84, 85, 86, 88, 209 71. y los decretos específicos 35-91, 36-91, 48-92, 51-92, 11-90.Art. 32 de la Ley 209. Ley de Estabilidad de la Propiedad: “Por el solo ministerio de esta Ley, los títulos de Reforma Agraria extendidos a nombre del jefe de familia 72. se entenderán extendidos también a nombre de la cónyuge o compañera en unión de hecho estable.” El contenido de este artículo fue incluido (con mínimas modificaciones) en el Artículo 49 de la Ley 278 de 1997.http://www.ies.wisc.edu/ltc/live/sl0301joi_s.pdf (Pág. 7)73. Código Civil. Art. 2897.74. Código Civil Art. 1650.75. Código Civil. Art. 158376.

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18 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Por su parte, el Código de la Familia de 1959 estipula que toda la propiedad comprada o adquirida durante el matrimonio debe ser mancomunada, incluyendo el ingreso generado por esas propiedades. En caso de separación o de divorcio, la propiedad y el ingreso se dividen en partes iguales entre los cónyuges y, en caso de muerte, la mitad permanece con el cónyuge sobreviviente.

A partir de la Ley sobre Propiedad Reformada Urbana y Agraria de 1997 se aborda en forma más directa el tema de la distribución y titulación mancomunada y se establece que: “Por el solo ministerio de la presente Ley, los Títulos de Reforma Agraria extendidos a nombre del jefe de familia se entenderán extendidos también a nombre del cónyuge o compañera o compañero en unión de hecho estable”. Esta norma evidencia desde su redacción una preocupación por la igualdad de género e intenta asegurar que, en la titulación de tierras, ambos cónyuges o compañeros de unión de hecho estable se entiendan como propietarios, independientemente de que solamente uno de ellos aparezca como propietario en el título del bien. La norma también busca asegurar que en caso de que la relación afectiva finalice, la tierra otorgada bajo titulación mancomunada se distribuya equitativamente entre las partes.

Aun cuando la norma jurídica intenta garantizar que las mujeres accedan a la tierra, su efecto ha sido obstaculizado por deformaciones prácticas o razones de facto. Es así como se observa que las instancias de justicia no aplican esta norma, y que en el caso de que el hombre quiera disponer de la tierra/propiedad titulada a su nombre, como dueño, tiene el derecho de hacerlo libremente sin necesidad de contar con el consentimiento de la mujer (Lastarria-Cornhiel et al., 2003: 21-22). Es por ello que se considera que el contenido del Artículo 49, además de tener un efecto discriminatorio de facto contra las mujeres, no refleja el principio establecido por la CEDAW, cuyo Art. 14 (inc. g) obliga al Estado de Nicaragua a no discriminar a las mujeres en la reforma agraria.

En los casos de herencia, la norma tampoco se aplica puesto que se considera dueña a la persona que aparece en el título de propiedad. Así pues, si bien la mujer hipotéticamente es dueña de la mitad de la tierra, su derecho sobre esa parte corre el riesgo de que no ser respetado si el título no la registra como propietaria. Obviamente tendrá oportunidad de defender su derecho si cuenta con medios económicos para contratar un buen abogado que la represente.

Los datos estadísticos del Proyecto de Ordenamiento de la Propiedad (PRODEP) evidencian que en las zonas urbanas las mujeres figuran en pareja en el 50% de las titulaciones de las tierras y propiedad (a través de cooperativas y de manera individual y colectiva), mientras que en las zonas rurales ese porcentaje desciende al 38%. Un estudio realizado en 2003 indicaba que solamente en un 7,8% de los casos se les había otorgado titulaciones mancomunadas a parejas en matrimonio o en unión de hecho estable, de lo cual se puede deducir que el 92,2% de las titulaciones mancomunadas fueron otorgadas a personas en otro tipo de relaciones familiares, como por ejemplo padre/hijo, excluyendo específicamente a las mujeres (Lastarria-Cornhiel et al., 2003: 20).

No se conocen estudios sobre el impacto de la titulación mancomunada en la relaciones de pareja, pero para el PRODEP las titulaciones así realizadas han resultado en algunos casos en discriminación de facto contra la mujer. Asimismo, se considera que este tipo de titulación ha contribuido al incremento de la violencia en las relaciones de pareja, provocando en ciertos casos que el esposo/compañero haga uso de la violencia hacia su esposa/compañera para obtener su consentimiento oficial y poder disponer libremente de la tierra para su propio beneficio.

A comienzos de 2008, la Intendencia de la Propiedad se encontraba liderando el proceso de negociación de una propuesta de ley conocida como Ley de Regularización de la Propiedad. Con ésta se pretendía legalizar la propiedad que fue transferida por el Estado a ciudadanos sin que éstos hayan logrado, por diferentes razones, obtener la legalización del traspaso. En dicha propuesta se aspira a incluir una disposición que complemente el Art. 49 de la Ley 278 y que facilite el otorgamiento de títulos de forma individual, beneficiando especialmente a las mujeres.

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http://www.ies.wisc.edu/ltc/live/sl0301joi_s.pdf (Pag. 7)77. Entrevista realizada con la Lic. Patricia Hernández del Proyecto de Ordenamiento de la Propiedad (PRODEP) el 19 de marzo de 2007. PRODEP es un proyecto 78. ejecutado por el Estado de Nicaragua, bajo el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, que trata de legalizar la tierra y asegurar la participación de todos actores relevantes en ese proceso, incluyendo las mujeres.Entrevista realizada con la Lic. Patricia Hernández de PRODEP el 19 de marzo de 2007.79. El Banco Mundial está apoyando el proceso.80. La Ley regula estrictamente propiedad y tierra del Estado, excluyendo conflictos entre personas privadas sobre propiedad y tierra.81.

19La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

La propiedad en ciertas normas del Código Civil

Aunado a lo anterior, existen disposiciones jurídicas de orden civil que abordan y regulan el acceso de la mujer a la tierra. En este estudio se abordan algunas disposiciones del Código Civil que por su contenido se consideran discriminatorias de jure y de facto, ya que no respetan los derechos humanos de la mujer en general, y sus derechos económicos en particular. Siendo así, tales artículos se contraponen igualmente a algunas disposiciones constitucionales y del derecho internacional de protección de los derechos humanos, razón por la que deberían ser derogados:

El Artículo 151 del Código Civil consagra explícitamente que “El marido es el representante de la familia y en su 1. defecto, la mujer”. Con ello se evidencia una expresa discriminación de jure hacia las mujeres que les limita sus oportunidades de acceder a tierra, propiedad y crédito, al tiempo que justifica que sea el hombre quien aparezca como el propietario de los bienes inmuebles. Este artículo es contrario a “la igualdad absoluta de derechos y responsabilidades entre el hombre y la mujer” consagrada en el Art. 73 de la Constitución Nacional y a lo estipulado en los Arts. 1, 2, 5 y 15 y 16 de la CEDAW.

En la misma línea de discriminación de jure, el Art. 152 del Código Civil establece, entre otras cosas, que la mujer 2. debe seguir al marido donde quiera que traslade su residencia. Esto atenta contra el Art. 73 de la Constitución Nacional y contra el Art. 15 (inc. 4) de la CEDAW, que establecen el derecho de las personas a circular y a elegir libremente residencia y domicilio. Es importante destacar que para el Comité de la CEDAW, “Toda ley que hiciere depender el domicilio de una mujer del domicilio de su marido se consideraría discriminatoria, al igual que toda ley que restringiere el derecho de una mujer (inclusive una mujer casada) a elegir el lugar donde vivir” (Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, 1993; American Bar Association, 1992: 52-53).

El Artículo 153 del Código Civil regula el tema de de las capitulaciones matrimoniales, una figura jurídica que 3. se refiere a contratos debidamente notariados e inscritos en el Registro Público de las Personas, mediante los cuales los cónyuges establecen de común acuerdo la separación o comunidad de bienes. Este artículo establece que cada cónyuge es dueño y dispone libremente de los bienes que tenía al contraer matrimonio, y de los que adquiera durante su duración a cualquier título. En el cuerpo de esta norma se abre la posibilidad de alterar tal régimen mediante capitulaciones matrimoniales al momento de contraer nupcias, o con posterioridad, mediante escritura pública. Cabe notar que en Nicaragua el uso de las capitulaciones matrimoniales es limitado. Esto por cuanto normalmente esta figura jurídica es usada por cónyuges de altas esferas económicas y sociales para proteger el patrimonio heredado de su familia ascendente, y porque generalmente son los hombres los que aparecen como propietarios de los bienes inmuebles y muebles. De modo que las capitulaciones matrimoniales son usadas sólo de forma extraordinaria para acordar la separación de bienes, ya que por regla general los bienes adquiridos durante el matrimonio forman parte del patrimonio familiar. Por ello, en caso de disolución del matrimonio, este artículo limita especialmente las posibilidades de las mujeres de acceder a la tierra y a la propiedad, y consecuentemente su contenido no guarda coherencia con el Artículo 16 (inc. 1.h) de la CEDAW , pues constituye discriminación de facto contra la mujer.

El Artículo 1001 del Código Civil estipula el orden de prioridad que debe de seguirse en caso de la sucesión 4. intestada y/o de la distribución de la herencia intestada, y que ubica al cónyuge sobreviviente como heredero en séptimo lugar. Esta norma de orden civil implica una discriminación de facto hacia la mujer, si se considera que en Nicaragua típicamente el hombre aparece como propietario de los bienes muebles e inmuebles adquiridos por los cónyuges durante su vida en común. Así pues, ante el fallecimiento del marido la mujer tendrá pocas posibilidades de recibir la herencia de su cónyuge, dado el orden de preferencia estipulado por este artículo. Si no se deja estipulado mediante testamento que la principal heredera es la cónyuge, este artículo viene a limitar seriamente sus oportunidades de acceder a la tierra y a la propiedad, en clara oposición al contenido de los Arts. 1, 2, 3, y en especial el 16 (inc. 1.h) de la CEDAW.

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Establece la obligación del Estado de garantizar condiciones de igualdad entre hombres y mujeres en materia de propiedad, compras, gestión, administración, 82. goce y disposición de los bienes, tanto a título gratuito como oneroso.Se entenderá por sucesión intestada el proceso judicial que siguen los herederos del difunto para repartirse los bienes cuando el difunto no dejo testamento 83. disponiendo expresamente de los mismos, cuando se declara nulo el testamento o por cualquier otra causa.

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Sobre la base de lo anterior es evidente que parte del articulado del Código Civil de Nicaragua no solamente contiene disposiciones discriminatorias de jure y de facto que limitan la tutela y protección de los derechos de las mujeres por parte del Estado, específicamente en lo relacionado con el acceso a la tierra, sino que tampoco guarda coherencia con la CEDAW. Lo anterior fue reconocido por el mismo Estado nicaragüense en el cuerpo del informe presentado por el gobierno de entonces al Comité de la CEDAW en 2005. Allí se hacía énfasis en la necesidad de armonizar la legislación civil con las disposiciones constitucionales mediante la adopción de un Código de Familia (Gobierno de Nicaragua, 2005).

Acceso a crédito

Como en otros países del mundo en desarrollo, el acceso al crédito en Nicaragua ha sido tradicionalmente limitado a determinados sectores, principalmente porque las políticas crediticias y financieras de las instituciones bancarias exigen garantías reales, y porque estas últimas conceden préstamos bajo determinadas condiciones y requisitos que no toda la población puede satisfacer. Por un lado, el marco jurídico nicaragüense facilita la aplicación de estas políticas, mientras que por otro lado la carencia de normas jurídicas que expresamente faciliten a las mujeres el acceso a la tierra y a la propiedad, en igualdad de condiciones frente al hombre, afecta en forma negativa su oportunidad de conseguir crédito con facilidad. En suma, se restringe el acceso de las mujeres a fuentes crediticias, pues carecen de garantías reales y/o bienes inmuebles que las respalden.

Durante el período 1998-2002, las mujeres representaron el 42% y el 53,9% respectivamente de los beneficiarios de crédito. El monto promedio de los préstamos recibidos por las mujeres fue muy inferior al de los hombres. Mientras que en 1998 recibieron sólo el 15,4 % del crédito total, en 2002 había alcanzado el 28,4 %(Espinosa González, 2004; ASDI, 2006: 28). Cabe mencionar que solamente 14% de las mujeres ha conseguido crédito a través del sistema bancario formal, en comparación con el 62% de los hombres (Gobierno de Nicaragua, 2006: 28). Estas estadísticas evidencian que las políticas crediticias aplicadas por el sistema financiero nacional nicaragüense (sistema bancario privado) conducen a que se otorguen préstamos solamente a las personas que son propietarias de bienes raíces, poseedoras de estados de cuentas bancarios y/o que tengan determinado nivel de rentabilidad (altos salarios) que respalden su capacidad de pago y reembolso del crédito. Con esto se refuerza la práctica de que a mayor capacidad financiera, mayor disponibilidad de crédito, discriminando así a las personas de escasos recursos económicos y bajo poder adquisitivo, grupo en el que figura la gran mayoría de las mujeres nicaragüenses.

La Ley General de Bancos, Instituciones Financieras, No Bancarias y Grupos Financieros (Ley 561) , es el principal instrumento jurídico para regular las actividades de entidades que presten servicios de intermediación bursátil o servicios financieros con recursos del público --calificadas como tales por la Superintendencia de Bancos--, y de otras instituciones financieras, sucursales de bancos extranjeros, grupos financieros, y representaciones de entidades bancarias y de financiamiento extranjeras. El Artículo 57 de la Ley 561 (inc. 14) establece que: “Queda estrictamente prohibido a todo banco: otorgar, reestructurar o prorrogar créditos sin el avalúo de las garantías reales, en cada caso, donde el valuador dé fe de la tasación realizada”. Esta prohibición impide que personas carentes de garantías reales tengan opciones de crédito, con lo cual este último queda generalmente a disposición exclusiva de productores y empresarios rentables que minimizan el riesgo de los bancos.

Aunado a lo anterior, y como ya se ha señalado, por razones de cultura y tradición es el propietario de los bienes quien ocupa la cabeza de familia, o sea el hombre. Raramente las mujeres se benefician directamente de préstamos vía el sistema oficial bancario en el mismo grado que los hombres. Esto implica que el Artículo 57 de la Ley 561 puede contradecir algunas normas de la CEDAW, especialmente las contenidas en los Artículos 1, 2, 3 y 14 (inc. 2. g). La Ley 561 faculta a los bancos a otorgar créditos, sea en moneda nacional o extranjera, a cobrarlos en la misma moneda en que se otorgaron, y a negociar y acordar libremente con los clientes las tasas de interés, sin limitación alguna. En su Artículo 50 se establece que “En los contratos que los bancos celebren con sus clientes, éstos podrán pactar libremente las tasas de interés. Por consiguiente, quedan derogadas todas las disposiciones legales que se opongan a este artículo”.

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Ley 561. Ley General de Bancos, Instituciones Financieras No Bancarias y Grupos Financieros. Publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 232 del 30 de 84. noviembre de 2005.Las mujeres en general (salvo las empresarias, grandes productoras o aquellas asociadas a cooperativas) enfrentan dificultades para acceder a créditos 85. bancarios, dado que la mayoría no tiene las mismas posibilidades que tienen los hombres de ofrecer garantías reales.

21La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Igualmente se prohíbe el incremento de la tasa de interés de un préstamo o la disminución de la de un depósito cuando se haya pactado la tasa fijada durante el término del mismo. Los préstamos o depósitos con tasa variable deben sujetarse a un punto de referencia específico que deberá determinarse en el contrato. Con ello se establece la obligatoriedad de que en los contratos quede claramente definido si el préstamo o depósito es pactado a tasa fija o a variable. Respecto a las tasas de mora, el límite se fija en no más del 50% de la tasa de interés pactada, y el Art. 51 faculta a los bancos e instituciones financieras para que así lo hagan.

La liberación de las tasas de interés puede dar lugar a su aumento a medida que crece la demanda de crédito, con lo cual se estarían incrementando las barreras para que la mayor parte de la población esté en capacidad de asumir tal costo. En la práctica, esto significa que el acceso al crédito queda restringido solamente a aquellas personas que cuenten con garantías de respaldo y cuyo nivel de rentabilidad les permita asumir su costo.

En los mercados de crédito, normalmente las tasas de interés aplicadas a las mujeres son altas, primero porque se sobrestiman los riesgos de prestarles, y segundo porque las instituciones crediticias formales subvaloran los beneficios que para ellas y la sociedad tiene su inserción en la economía productiva (Espinosa González, 2004: 25). Esta situación se evidencia en Nicaragua (Espinosa González, 2004: 28), una sociedad en donde persisten prejuicios y prácticas consuetudinarias que contribuyen a que las mujeres tengan menos posibilidades que los hombres para poder obtener crédito en el sistema bancario formal: “a la mujer muchas veces se le pide que firme el esposo, el padre e incluso el hijo, como si ella fuese minusválida o ciudadana de segunda categoría”. En suma, se puede afirmar que a las mujeres se les dificulta el acceso al crédito más que a los hombres, ya sea porque carecen de garantías reales o por las altas tasas de interés que pactan las instituciones del sistema financiero formal. Por ello, corresponde al Estado nicaragüense diseñar políticas y estrategias crediticias que mejoren las condiciones de acceso para las mujeres. Esto con el fin de dar cumplimiento a compromisos asumidos internacionalmente en materia de sus derechos humanos, y en especial a los consignados en el Artículo 14 (inc. 2 g) de la CEDAW, que obligan al Estado de Nicaragua a garantizar el derecho de las mujeres a obtener créditos bancarios.

Las microfinancieras: una opción crediticia

Una investigación a cargo del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural de la Universidad Libre de Ámsterdam recomendó trabajar en dos líneas estratégicas principales para avanzar hacia el empoderamiento económico de la mujer nicaragüense mediante micro créditos: una financiera, centrada en la consolidación del sector, con el fin de brindar un servicio más eficiente y barato que ofrezca productos financieros ajustados a las necesidades de las mujeres, y otra, de tipo social, que busque la articulación de los servicios financieros y no financieros, el control de las mujeres sobre el préstamo otorgado y su empoderamiento, y los mecanismos necesarios para asegurar un impacto positivo como resultado de los servicios financieros.

A partir de la década de los años noventa surgen las primeras microfinancieras como opciones de crédito para importantes sectores de la economía nicaragüense, las cuales se proponen brindar atención a productores y microempresarios que no eran sujetos de financiamiento de la banca formal. Éstas registraron su mayor auge en 1997-1998, principalmente a raíz de la desaparición de la banca estatal, lo cual permitió a las microfinancieras consolidarse fuertemente como opción alterna de financiamiento para un determinado nicho de mercado. Desde entonces se ha venido observando un dinámico crecimiento de este sector en el ámbito nacional. Incluso se afirma que en la última década Nicaragua ha sido catalogada como el país de mayor expansión de las microfinancieras en la región de Centroamérica y de América Latina en general.

Es importante destacar que el crecimiento del sector de microfinanzas no se ha dado sólo en número, sino también en calidad de servicio y cobertura. Se estima que en Nicaragua existen entre 100 y 300 microfinancieras de diferentes tamaños, dos de las cuales –FINDESA y Financiera FAMA-- han logrado tal nivel de consolidación económica que están tramitando su conversión en instituciones bancarias con la anuencia de la Superintendencia de Bancos, como fue el caso de PROCREDIT.

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Exposición de Ximena Ramírez, Presidenta del Congreso Permanente de Mujeres Empresarias Nicaragüense en el diálogo regional del Banco Mundial en 86. octubre 2006 en Managua, Tegucigalpa, Ciudad de Guatemala y Washington.Véase http://www.cedla.uva.nl/20_events/PDF_files_news/wto/microkrediet/Microfinanzas%20y%20g%C3%A9nero%20en%20Nicargua.pdf87. Véase “Microfinancieras cuesta arriba.” Artículo del diario La Prensa del 27 de junio del 2007. Pág. 3C88. Microfinancieras sin fines de lucro, microfinancieras privadas y cooperativas de ahorro y crédito que ofrecen una amplia cartera de micro créditos a diferentes 89. sectores de la economía formal e informal. Veinte de ellas están afiliadas a la Asociación Nicaragüense de Instituciones de Microfinanzas (ASOMIF).

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22 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

El capital operado por las microfinancieras en Nicaragua ha ascendido aceleradamente, lo mismo que su cartera de clientes. En tal sentido se registra que en 1999 la cartera global de las microfinancieras era de casi US$37 millones distribuidos entre unos 85.000 clientes. Para finales de 2006 la cartera de las 20 microfinancieras afiliadas a ASOMIF ascendía a US$180 millones, con lo que se atendió a aproximadamente a unos 300.000 pequeños empresarios y productores nacionales . La cartera de clientes de las microfinancieras esta básicamente constituida por sectores ganaderos, agrícolas y comerciales, a diferencia de la de los bancos que forman parte del sistema financiero nacional, y que concentra en su mayoría créditos de consumo de bienes y servicios, hipotecarios y comerciales. A diferencia de los bancos, las microfinancieras no pueden captar recursos financieros del público.

El marco jurídico que regula el sector de las microfinancieras está conformado por la Ley Reguladora de Préstamos entre Particulares; la Ley 147 o Ley General sobre Personas Jurídicas sin Fines de Lucro; y la Ley Especial sobre Sociedades Financieras, de Inversión y Otras. Está pendiente de aprobación el Anteproyecto de Ley Especial de Asociaciones de Microfinanzas. Esta última se considera parte del paquete de leyes complementarias del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, Estados Unidos y la República Dominicana (DR-CAFTA), cuya aprobación está pendiente debido a que existen posiciones encontradas respecto a dos puntos fundamentales: (i) que las microfinancieras puedan captar recursos del público, y (ii) que las tasas de interés fluctúen libremente, al igual que las de los bancos. El espíritu del anteproyecto de la Ley Especial de Asociación de Microfinanzas apunta a garantizar que los clientes de estas entidades no paguen créditos con tasas de usura y también a controlarlas. Allí se pretende dejar claramente establecida la prohibición de que las microfinancieras capten ahorros (recursos) del público. Son únicamente los bancos los que están debidamente autorizados por la Superintendencia para hacerlo .

En materia de micro crédito con enfoque de género, debe destacarse que siete de las microfinancieras existentes en el ámbito nacional han conformado la Red Nicaragüense de Microfinancieras con enfoque de Genero (RENMIFEG). La finalidad de esta alianza estratégica es aplicar un modelo en donde la prestación de servicios financieros esté acompañada de servicios de asistencia técnica y de fortalecimiento institucional y empresarial que complementen la oferta crediticia. En tal sentido, consideran que sus clientes necesitan herramientas como asistencia técnica empresarial y/o comercial y capacitaciones especializadas que les permitan elevar la productividad y la calidad de su trabajo, con lo cual podrían obtener mejores beneficios económicos y avanzar hacia la autosostenibilidad del negocio.

En la Cumbre de Micro créditos, celebrada en Canadá en 2006, se brindaron algunas orientaciones útiles (mejores prácticas) para aquellas microfinancieras que deseen contribuir al empoderamiento de la mujer a través del micro crédito. Entre las restricciones que enfrentan las mujeres figura el hecho de que un alto porcentaje de ellas --principalmente en las zonas rurales-- debe asumir las labores domésticas y de cuidado de los hijos. Por ello es necesario que se diseñen y ofrezcan préstamos con características especiales que permitan dar efectiva respuesta a sus realidades y necesidades, a saber, como procesos de solicitud simples, plazos cortos y bajos costos de oportunidad en donde se agilice el trámite de aprobación y se reduzca el tiempo de espera entre la solicitud del préstamo y la fecha de desembolso.

Otro de los factores a tener en cuenta es que se debe particularizar el tipo de crédito que se ofrece de conformidad a las costumbres, culturas y hábitos propios del país, para lo cual es necesario conocer la manera en los que las mujeres ven su trabajo, administran sus microempresas y gastan su ingreso extra. En ese sentido es recomendable que la institución crediticia ponga a ejecutivas mujeres a cargo de ese tipo de cartera de clientes, pues podría resultar más fácil que éstas diseñen políticas crediticias con enfoque de género y presten una mejor asesoría a las

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Datos del Diario La Prensa del 27 de junio de 2007. Según el Sr. Gabriel Solórzano, Presidente de Financiera para el Desarrollo (FINDESA), las cifras 90. registradas en 2006 indican que se ha brindado servicios financieros aproximadamente al 56% de los micro, pequeños y medianos empresarios del país.Aprobada en 1994 y reformada en 2001.91. Aprobada en 1992.92. Aprobada en abril de 1970.93. Este anteproyecto de ley (con 46 artículos) fue aprobado en lo general por la Asamblea Nacional el 29 de enero de 2004, pero actualmente se encuentra 94. paralizado. Se sabe que se han presentado cerca de 26 mociones adicionales. Incluso hay algunos diputados que están promoviendo una nueva consulta para aprobar dicha normativa.Conforme a declaraciones del diputado liberal Wilfredo Navarro publicadas por el diario La Prensa. Véase http://www.laprensa.com.ni/archivo/2005/marzo/30/95. economia/RENMIFEG es una alianza de siete microfinancieras que trabajan para lograr el posicionamiento del modelo de microfinanzas y empoderamiento de las 96. mujeres en el sector microfinanciero. Participan activamente en ASOMIF y en la Agenda Económica de las Mujeres auspiciada por UNIFEM.Entrevista con la Lic. Patricia Padilla. Directora de ADIM, 22 de junio de 2007.97. http://www.microcreditsummit.org/spanish/newsletter/bestsp5.htm98.

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23La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

prestatarias. Al mismo tiempo, es importante entonces que se capacite a todo el personal --especialmente a hombres en puestos claves-- en temas relacionados con la equidad de género y la necesidad de empoderar económicamente a las mujeres . Finalmente, en cuanto a la recuperación efectiva de los reembolsos, debe entenderse que algunos problemas de esta índole no son provocados por el cliente y/o por el entorno, sino por la administración. Por eso cabe insistir en que se capacite adecuadamente a los gerentes o directores de crédito sobre las metodologías de crédito. Simultáneamente se debe brindar un excelente servicio al cliente para que se comunique eficazmente la política de reembolso de la institución y sus procedimientos. Así el cliente aprenderá a valorar el producto y reconozca la importancia de pagar el préstamo recibido para poder obtener créditos futuros .

Una iniciativa legislativa clave pendiente de aprobación

Como ya se señaló, la equidad de género, es decir, la igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres, es un principio jurídico de carácter internacional y una condición sine qua non para avanzar hacia el desarrollo político, económico, social y cultural del país y erradicar la pobreza. Por ello, y a la luz de los compromisos adquiridos en relación con las Metas del Milenio, el garantizar esta equidad debe ser una prioridad del Estado nicaragüense y un esfuerzo conjunto a ser asumido tanto por los tres poderes públicos como por la sociedad civil y la comunidad internacional. Para avanzar en tal sentido, es indispensable:

(i) hacer esfuerzos serios dirigidos a modificar patrones socioculturales adversos profundamente arraigados en la sociedad nicaragüense;

(ii) desarrollar campañas de sensibilización respecto al tema en los ámbitos familiar, político, social, económico, laboral y cultural;

(iii) avanzar hacia el diseño, implementación y monitoreo de políticas públicas económicas y sociales con enfoque de equidad de género y respeto a los derechos humanos de las mujeres; y

(iv) retomar la discusión y debate sobre iniciativas legislativas estancadas en la Asamblea Nacional y pendientes de aprobación desde hace algunos años.

A continuación se reseña una de tales iniciativas, el Anteproyecto del Código de Familia, cuya podría contribuir a fortalecer la situación económica y social de la mujer en Nicaragua.

Anteproyecto de Código de la Familia

El Anteproyecto del Código de Familia aspira a definir el régimen jurídico de la familia, y a regular las relaciones jurídicas intrafamiliares, así como las de la familia con la sociedad y las entidades estatales vinculadas a ella. Entre sus principios rectores fundamentales destacan: (i) la protección prioritaria a las mujeres madres cuando son las únicas responsables de su familia; (ii) la igualdad y protección del matrimonio y la unión de hecho estable por parte de los poderes públicos; (iii) la protección de los poderes públicos contra la violencia intrafamiliar, sexual y el patrimonio familiar; y (iv) la igualdad de derechos en las relaciones del hombre y la mujer, entre los hijos e hijas y en cuanto a la responsabilidad conjunta de los miembros de la familia. En este anteproyecto destacan los siguientes elementos:

Se reconocen los mismos derechos y obligaciones a parejas que conviven en unión de hecho estable y a los • cónyuges unidos en matrimonio.Se definen la unión de hecho estable, qué debe entenderse por “estabilidad” y los requisitos para reconocer la • condición de unión de hecho estable .Se define el “patrimonio familiar” y, en conformidad con lo estipulado en la Constitución Política, los bienes que • lo constituyen se consideran inalienables, inembargables y exentos de impuestos.

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http://www.microcreditsummit.org/spanish/newsletter/bestsp1.htm99. http://www.microcreditsummit.org/spanish/newsletter/bestsp1.htm100. Véase la nota 50 para la definición de la unión de hecho estable.101. Se entenderá por “estabilidad” el hecho de hacer vida en un domicilio común de forma constante y duradera. 102. Son tres los requisitos mínimos para considerar que una pareja mantiene una unión de hecho estable: (i) convivencia de pareja durante un período no menor 103. de dos años, de forma pública, constante y estable o cuando han procreado hijos; (ii) que hayan observado respeto, consideración social y armonía en sus relaciones de pareja que le demuestre al juez de familia la formación de un hogar; y (iii) ser aptos para contraer matrimonio.Todos aquellos bienes muebles e inmuebles que se separan del patrimonio particular de cada uno de los cónyuges o compañeros o convivientes en unión 104. de hecho estable y que se vinculan de manera directa a una familia, de modo que le permita asegurar la satisfacción de sus necesidades. Si no hubiere capitulaciones matrimoniales, se presumirán comunes los bienes de los cónyuges, mientras no se pruebe que les pertenecen a uno sólo de ellos.

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Se crea jurídicamente la Procuraduría de la Familia como unidad de la Fiscalía, con jurisdicción privativa para • conocer, opinar y dictaminar sobre todos los asuntos de familia que sean sometidos a su consideración.Se incrementa la edad mínima de la mujer para contraer matrimonio sin consentimiento de los padres, fijándose • la misma que para el hombre: 21 años.

Lamentablemente, después de trece años de discusión y negociación en torno al contenido de la propuesta de Código de Familia, aún no se ha logrado un consenso respecto al contenido su articulado en el seno del Poder Legislativo. Tampoco hay señales de que se vaya a aprobar en el corto o mediano plazo.

Entre los temas controversiales de dicho anteproyecto destacan: la necesidad de formalizar la unión de hecho estable ante un juez de familia o ante notario público, pues condiciona el goce de los derechos que confiere la unión de hecho estable. De conformidad con la iniciativa legal en el plenario, deberá existir una declaración previa (verbal o por escrito) de la existencia de la unión de hecho estable ante los jueces de familia o ante un abogado con diez años de ejercicio del notariado. Se establece asimismo que dicha declaración procederá cuando fallezca uno de los compañeros en unión de hecho estable, a la ruptura de la unión o cuando la pareja involucrada en este tipo de unión así lo desee. Otro de los cuestionamientos es que se establecen límites respecto al monto del patrimonio familiar, indicándose que su valor no podrá exceder la suma de setecientos mil córdobas (C$700.000).

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El Estado nicaragüense ha reconocido que los principales problemas que enfrenta en materia de la protección y tutela de los derechos humanos de las mujeres, los cuales han impedido promover de forma efectiva el enfoque de equidad de género, están directamente vinculados a la existencia de marcos jurídicos e institucionales débiles, a la complejidad de las normas jurídicas y a su falta de sistematización y coherencia. Todo ello tiende a incrementar la inseguridad jurídica e impide que se concrete de manera efectiva la equidad de género, con lo cual se vulnera el respeto a los derechos humanos de las mujeres consagrados en convenios y tratados internacionales.

Por una parte, la alta complejidad y limitada coherencia y sistematización del marco legal propician la subjetividad de los operadores de justicia y de los responsables por la toma de decisiones cuando interpretan y aplican la norma a la luz de patrones socioculturales que históricamente han discriminado a las mujeres. Por otra parte, esta complejidad y falta de coherencia incide negativamente en el acceso que pueda tener la ciudadanía a la norma jurídica que le permitirá conocer con certeza sus derechos y obligaciones legales, así como los mecanismos jurídicos para hacerlos valer. Esto conlleva a que en múltiples ocasiones la discriminación por razón de sexo en Nicaragua --constitucionalmente prohibida-- opere de jure y de facto en forma directa a través de normas discriminatorias, e indirectamente mediante procedimientos y tratamientos que aunque formalmente no son discriminatorios, producen consecuencias desiguales.

Se observa una falta de coherencia que en materia de equidad de género entre la Constitución Política y las leyes ordinarias, y entre éstas y las normas de la CEDAW. La falta de sistematización del marco jurídico interno que se ha evidenciado en este estudio debe ser abordada no solamente como un reto nacional sino también como un reto regional. En tal sentido, el Estado nicaragüense debe diseñar estrategias de acción efectivas que permitan, en el corto y mediano plazo, avanzar hacia medidas legislativas coordinadas entre todos los poderes del Estado y la sociedad civil. Éstas deberán dirigirse a fortalecer el Estado de Derecho y la aplicación de los principios del desarrollo equitativo, y a eliminar cualquier práctica y/o conducta discriminatoria que afecte el empoderamiento legal y económico de las mujeres.

4. Conclusiones

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A partir de la declaratoria de existencia de unión de hecho estable otorgada por juez de familia o por un notario público con diez años de ejercicio se expedirá 105. una certificación que indique la fecha probable en que se dio inicio la unión, los las hijos e hijas procreados y los bienes adquiridos durante ella. Tal unión deberá inscribirse a más tardar dentro de los cinco días subsiguiente a la declaratoria en el registro correspondiente.Informe del 5 del julio de 2005, numeral 220106.

25La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Recomendaciones generales

Si se quiere que el Estado nicaragüense avance hacia el cumplimiento efectivo de los compromisos asumidos mediante tratados y convenciones internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres, se hace necesario llevar a cabo un proceso de revisión, sistematización y reforma del marco jurídico nicaragüense desde un enfoque de equidad de género. En el mediano y largo plazo, se debe apuntar a sistematizar e integrar en el derecho interno que regula materias de derechos de familia, y de derechos de propiedad y acceso a crédito, aquellos principios reconocidos en instrumentos jurídicos internacionales. Este esfuerzo deberá ser liderado por el Poder Legislativo, al cual le corresponde la reforma, derogación y aprobación de legislación, aunque se debe concebir como un compromiso conjunto que involucre tanto a las instancias del Poder Ejecutivo a cargo de implementar estrategias de equidad de género, como al Poder Judicial y a representantes de organizaciones de la sociedad civil.

De igual forma, es prioritario que se retomen las iniciativas legislativas que han sido sometidas a la Asamblea Nacional y que pueden contribuir a promover de forma efectiva el enfoque de equidad de género en la legislación interna. En tal sentido, es fundamental que se abran nuevos espacios de discusión y generación de consenso entre las diferentes fuerzas sociales y políticas del país, a fin de revisar, redefinir y aprobar anteproyectos de leyes que desde hace algunos años están estancados por falta de consenso y voluntad política. En torno a temas prioritarios como la ley de igualdad de oportunidades recientemente aprobada, lo sustantivo es que se genere consenso entre los actores, de modo que se puedan consagrar conceptos, procedimientos, sanciones y mecanismos institucionales que garanticen el principio constitucional de igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres. Durante la realización de este estudio se identificaron otras iniciativas que deben ser abordadas como el Código de la Familia, el reglamento de la unión de hecho estable y la Ley Especial de Asociaciones de Microfinanzas .De igual manera –y aunque no han sido materia del presente trabajo--, sería recomendable que se analizara la viabilidad de incluir en este proceso la revisión y sistematización de las normas contenidas en el Código del Trabajo , el Código de Comercio y en la Ley General de Bancos, Instituciones Financieras, No Bancarias y Grupos Financieros (Ley 561) . Esto para que desde allí se apuntalen también los derechos económicos y jurídicos de la mujer en Nicaragua.

Con el fin de asegurar que la legislación interna incorpore plenamente enfoques de igualdad de género y aumente los niveles de certeza jurídica, y que exista una legislación civil en perfecta coherencia con la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos como la CEDAW, algunos representantes de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en favor de la promoción de la equidad de género han propuesto que se evalúe la posibilidad de implantar en Nicaragua una iniciativa similar a la realizada en Honduras, a saber: (i) iniciar un proceso de sistematización de la legislación interna; (ii) diseñar una metodología y técnica de análisis adecuadas previamente a la formulación de nuevas propuestas legislativas; y (iii) diseñar e implementar dentro de la Asamblea Nacional una técnica legislativa eficiente que garantice que la aprobación de la nuevas iniciativas jurídicas incorpore la visión de género y la tutela de los derechos humanos de las mujeres. En el mismo sentido, y sobre la base de que uno de los mayores retos que enfrenta el marco jurídico nicaragüense es la alta complejidad de su normativa, sería recomendable realizar estudios de investigación y de diagnóstico, así como análisis de impacto y beneficios específicamente focalizados en las mujeres antes de someter nuevas iniciativas jurídicas a la Asamblea Nacional.

Paralelamente, debe avanzarse hacia el fortalecimiento de los mecanismos de participación ciudadana y de consulta legislativa llevan a cabo las diferentes comisiones de la Asamblea Nacional. Con ello se estaría implementando, por una parte, un verdadero proceso de democracia participativa a través del cual se reúnan los aportes, opiniones y percepciones de personas y sectores a quienes afectará o beneficiará la iniciativa, lo cual enriquece y legitima su contenido previamente a su presentación ante el plenario. Por otra parte, los funcionarios del Legislativo estarían dando fiel cumplimiento a su función de intermediación entre las demandas ciudadanas y el Estado. De igual forma, las organizaciones de la sociedad civil se involucrarían en el esfuerzo y posteriormente contarían con elementos suficientes para impulsar y monitorear la aplicación efectiva de las leyes, velando principalmente porque en el proceso de discusión y aprobación de las mismas se integre el enfoque de equidad de género.

5. Recomendaciones

Véase el dictamen en: http://www.asamblea.gob.ni/opciones/agenda/2007/I%20SESION/Adendum%20No%202/3.8.doc107. Ley 185. Código del Trabajo con sus reformas, adiciones e interpretación auténtica. Aprobada el 5 de septiembre de 1996 y publicada en La Gaceta, Diario 108. Oficial No. 205 del 30 de octubre de 1996.Publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 232 del 30 de noviembre de 2005.109.

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Obviamente, el diálogo y la consulta entre el Estado y la sociedad civil no deben restringirse al ámbito legislativo. Todos y cada uno de los poderes del Estado deberán abrir espacios de consulta permanente con los diferentes actores sociales, políticos y económicos del país, de forma tal que el enfoque de equidad de género se incorpore transversalmente en todas y cada una de las instancias públicas y en el diseño e implementación de sus planes de acción, programas, proyectos y/o políticas públicas. Todo ello coadyuvará a que el Estado asuma y cumpla con los compromisos contraídos mediante instrumentos jurídicos internacionales.

Recomendaciones específicas

Es importante reconocer que para que el empoderamiento económico de la mujer sea sostenible, se requiere de un empoderamiento jurídico previo. En tal sentido, cualquier esfuerzo encaminado a mejorar las condiciones económicas de las mujer debe estar cimentado en la vigencia y respeto de normas jurídicas que condenen cualquier tipo de discriminación política, económica, social y cultural, y en normas que fomenten y garanticen aquellos principios y derechos básicos de las mujeres reconocidos internacionalmente que son indispensables para generar productividad y desarrollo. Así pues, las normas de la legislación interna deberán fomentar y garantizar una efectiva igualdad de oportunidades y condiciones laborales entre la mujer y el hombre, y eliminar cualquier conducta discriminatoria contra la mujer por razones de matrimonio o maternidad que afecten su derecho al trabajo, la igualdad de prestaciones y remuneraciones respecto al hombre, su derecho a percibir prestaciones familiares, y sus posibilidades de obtener préstamos bancarios, hipotecas y otras formas de crédito financiero, así como facilidades de acceso a la tierra y a la propiedad privada, y derecho a participar en actividades de esparcimiento, deportes, actividades culturales, entre otros.Además de favorecer el mejoramiento de las condiciones de vida de las mujeres, un ordenamiento jurídico con enfoque de equidad de género contribuirá a aprovechar en forma óptima las potencialidades de desarrollo de Nicaragua y por ende ayudará a combatir la pobreza.

Se recomienda entonces avanzar hacia un proceso efectivo de revisión, reforma y sistematización de la legislación interna que permita asegurar la implementación de los principios establecidos en la Constitución Política y en la CEDAW, y eliminar cualquier norma, acción u omisión que conlleve discriminación de facto hacia la mujer en temas cruciales como derechos de familia, unión de hecho estable, derecho de alimento, derechos de propiedad y de acceso a crédito en condiciones de equidad.

En materia de derechos de familia, se recomienda realizar una revisión general del Código Civil vigente en sus partes pertinentes, así como de la Ley de Alimentos y de la Ley de Organización, Competencia y Procedimientos del Poder Ejecutivo, mientras se resuelven los asuntos más controvertidos del Código de Familia. En la esfera del Poder Legislativo se sugiere lo siguiente:

Con el fin de impulsar la aprobación de la legislación que se encuentra pendiente en la Comisión de la Mujer, la • Niñez y la Adolescencia de la Asamblea Nacional, se deben realizar actividades de cabildeo con representantes de las diferentes bancadas parlamentarias. Esto para conocer y medir el nivel de conciencia, sensibilidad y voluntad política que existe para retomar en el espacio legislativo la discusión de iniciativas como el Código de la Familia y la Ley de Igualdad de Oportunidades. Se debe garantizar que en el Código de la Familia se definan de forma clara, expresa y amplia los derechos y obligaciones que se derivan de la unión de hecho estable y los mecanismos de tutela de los mismos. Igualmente se debe asegurar que se incorpore una definición jurídica adecuada del patrimonio familiar, y que se diseñen procedimientos que permitan tutelar y garantizar que los derechos de las mujeres no queden desprotegidos en caso de disolución del vínculo matrimonial o finalización de la relación de hecho estable. Esto también aplica a cualquier otra iniciativa que, aun si todavía no ha sido debatida, tienda a promover y diseñar procedimientos adecuados que viabilicen operativamente la efectiva aplicación de disposiciones constitucionales y leyes ordinarias carentes de reglamentación, como por ejemplo el Reglamento para la Ley de Disolución del Vínculo Matrimonial por Voluntad de una de las Partes.

Se deben desplegar esfuerzos tendientes a impulsar la aprobación de la Ley Especial de Asociaciones de • Microfinanzas, dado que ésta definirá el marco legal regulatorio del sector de las microfinancieras que fijará limites y facilitará condiciones para el otorgamiento de créditos a grupos sociales que no cuentan con garantías reales,

Revisar, reformar o derogar el Art. 22 de la Ley 290.110.

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dentro de los cuales se encuentran micro y pequeñas empresarias rurales y urbanas. Con ello se garantizarán condiciones de acceso a crédito con equidad de género y en condiciones especiales.

Para que los diputados de la Asamblea Nacional logren perfeccionar las técnicas legislativas, se sugiere que en el • proceso eventual de revisión, sistematización y reforma de la actual legislación se incorpore la metodología que para los mismos efectos fue desarrollada en el proyecto Hacia la Consolidación de un Sistema Legal Nacional en Honduras, y que se complemente con la Guía que ha sido creada por el Gobierno de Dinamarca (la Guía Danesa (ver anexo) como instrumento metodológico para identificar aspectos discriminatorios en el proceso legislativo. Para ello es conveniente que se examinen en profundidad la experiencia acumulada, las metodologías y los obstáculos que se han presentado, así como las ventajas, oportunidades e impacto generados. En tal sentido, sería conveniente como primer paso realizar estudios que permitan conocer y valorar en qué medida este proceso ha contribuido efectivamente a incrementar los índices de certeza jurídica e incorporar el enfoque de equidad de género en la legislación interna hondureña.

Para mejorar el proceso participativo de discusión, análisis y aprobación de la legislación pendiente, de la cual • hacen parte el Código de Familia y la Ley Especial de Asociaciones de Microfinanzas, entre otros proyectos de ley, se recomienda abrir, en el seno de las comisiones de estudio de la Asamblea Nacional, espacios participativos amplios. Esto para que la sociedad civil se vincule a la evaluación de las distintas iniciativas presentadas.

Dentro del Poder Judicial, se sugiere iniciar procesos de diagnóstico y evaluar probables apoyos a programas y proyectos de sensibilización de los funcionarios de esa rama en todas las instancias de decisión. Debe reconocerse que si bien es cierto que el Código Civil es de antigua data, existen leyes que facilitan la realización de procedimientos expeditos especiales en materia de derechos de familia . Sin embargo, es necesario perfeccionar el sistema no sólo promoviendo leyes, sino también eliminando aquellos obstáculos y limitaciones institucionales que impiden que se generen impactos positivos en materia de protección y tutela de los derechos humanos de las mujeres reconocidos internacionalmente. En tal sentido, hace falta conciencia y conocimiento del tema por parte de autoridades judiciales, y por ello es necesario sensibilizar e involucrar a los responsables de la toma de decisiones.

En el ámbito de derechos de propiedad se recomienda estudiar en profundidad los esfuerzos que se están realizando a través del proyecto “Cuenta Reto del Milenio” financiado por el gobierno de los Estados Unidos. Mediante esta iniciativa se está apoyando al PRODEP y desarrollando esfuerzos de ordenamiento de la propiedad en los departamentos de Chinandega y León, cuyo enfoque es precisamente el de la equidad de género. Asimismo, se sugiere realizar un diagnóstico sobre la viabilidad de implementar, desde el Poder Legislativo, un proceso de sistematización y armonización de la legislación interna en materia de propiedad en el corto y mediano plazo. Esto con el propósito de facilitar mecanismos y procedimientos legales claros, expeditos y transparentes que brinden soluciones efectivas a este complejo problema de la propiedad, garantizando condiciones de equidad de género.

Para lograr un empoderamiento económico efectivo de la mujer, en primer lugar es fundamental que el Estado reconozca su papel protagónico en la economía nacional, y por ende que se prioricen, promuevan, tutelen y garanticen condiciones de equidad en el acceso al crédito a micro y pequeñas empresarias en condiciones favorables. Para contribuir a este esfuerzo, se sugiere que el Banco Central de Nicaragua o una firma consultora independiente realicen un diagnóstico a través del cual se examinen en profundidad una actualización del Código de Comercio, así como los procedimientos y regulaciones de crédito aplicables, principalmente en el caso de las microfinancieras, a fin de medir su impacto real en la microeconomía nicaragüense, y en especial en el sector de las mujeres.

El empoderamiento de las mujeres rurales es el objetivo estratégico de diversas organizaciones nicaragüenses. Partiendo del supuesto de que efectivamente no existen modelos únicos de desarrollo, es recomendable estudiar las realidades de las mujeres rurales, micro y pequeñas empresarias, sus prioridades y las dinámicas que imprimen a sus procesos de comercio y desarrollo. Existen organizaciones que han formulado programas de crédito destinados específicamente a la mujer, los cuales están acompañados de asistencia técnica. Muchas de esas experiencias

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Es importante tomar en consideración que en otros países de la región se ha encontrado que algunos programas de microcrédito dirigidos específicamente 111. a mujeres son utilizados por hombres para sus propios fines. Por ejemplo, una mujer solicita un crédito pero después es obligada por su esposo a entregarle el dinero. Aunque no hay estudios que den cuenta de esta práctica en Nicaragua, es necesario tenerla en cuenta para garantizar que una posible legislación en el campo de microcrédito trate de solucionar este asunto de antemano (Lastarria-Cornhiel et al., 2003).Por ejemplo, la Ley de Disolución del Vínculo Matrimonial por Voluntad de una de las Partes, la Ley de Alimentos, y la recientemente aprobada Ley de 112. Responsabilidad Paterna y Materna (Ley 623) publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 120 del 26 de junio de 2007.

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han sido sistematizadas mediante estudios y documentos que convendría profundizar. Asimismo se podría hacer un seguimiento puntual a experiencias como la de la Asociación Alternativa para el Desarrollo Rural de las Mujeres (ADIM), el Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua y el Congreso Permanente de Mujeres Empresarias, así como a las desarrolladas por la sección de la mujer de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos de Estelí (UNAG- Estelí).

También será necesario evaluar el impacto que genera este tipo de esfuerzo en favor de un empoderamiento económico efectivo de las mujeres, y si contribuye de forma sostenible a combatir la pobreza en los municipios en donde se ha implementado. Esto permitirá dar a conocer estas experiencias y generar interés en la comunidad donante para brindar apoyo a este tipo de iniciativas.

En relación con el Protocolo Facultativo de la CEDAW, y a la necesidad de que Nicaragua lo ratifique, sería muy importante conocer las consideraciones y sugerencias de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Nicaragua con respecto al tema. En caso de que se pronuncie a favor, sería recomendable que este organismo liderara un proceso de sensibilización ante las autoridades de la Cancillería y la Presidencia de la República que propicie la ratificación del Protocolo de la CEDAW a la mayor brevedad.

Finalmente, no se pueden dejar de lado los procesos de participación ciudadana, pues el papel de la sociedad civil en la promoción de reformas legales que coadyuven al empoderamiento jurídico y económico de la mujer es crucial. Para ello se deben abrir nuevos espacios de análisis y discusión de las iniciativas pendientes en el seno de las distintas comisiones de la Asamblea Nacional, ejercer presión cívica y desarrollar campañas de sensibilización que incidan en los responsables de la toma de decisiones para que incorporen la equidad de género en sus propuestas y anteproyectos de ley.

Paralelamente se requiere realizar campañas informativas dirigidas a educar y sensibilizar a la población acerca de los derechos humanos de las mujeres, y de los mecanismos legales para ejercerlos, con lo cual se podrá ir avanzando hacia la modificación de los patrones socioculturales discriminatorios arraigados en la sociedad nicaragüense. En este esfuerzo deberán forjarse alianzas estratégicas con los medios de comunicación para crear conciencia, modificar patrones culturales, generar opiniones ciudadanas e introducir temas fundamentales en la agenda pública.

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Bibliografía

Legislación interna

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Instrumentos internacionales

Declaración del Milenio de las Naciones Unidas del 18 de septiembre de 2000. Resolución aprobada por la Asamblea General en • el 2000 A/RES/55/2. Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José). Aprobada en 1969 en una conferencia intergubernamental • convocada por la OEA. San José, Costa Rica. Entró en vigor en julio de 1978.

30 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Resolucion 34/180 de las • Naciones Unidas del 18 de diciembre de 1979. Vigente desde el 3 de septiembre de 1981.Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.• Declaración Universal de los Derechos Humanos. Naciones Unidas.• Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en Resolución No. • 2200 A (XXI) del 16 de diciembre de 1966; vigentes desde el 30 de enero y 23 de marzo de 1976.Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en • Resolución No. 2200 A (XXI) del 16 de diciembre de 1966; vigentes desde el 30 de enero y 23 de marzo de 1976.

Otros

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Anexos: Guía Danesa

Esta Guía está compuesta por una serie de herramientas que operan como una lista de verificación. Se puede utilizar en el momento de formular o elaborar las leyes con el fin de hacer una evaluación de la equidad de género de un proyecto de ley determinado, y para dar respuesta a vacíos generales normativos y específicos de género.

Herramienta 1: Elaboración de textos jurídicos

Procedimientos sistematizados previos, paralelos y posteriores a la formulación de los textos jurídicos.

ObjetivosEstandarizar y crear uniformidad en las disposiciones legales.• Localizar vacíos y contradicciones en un estadio previo de la sanción de la ley.• Mejorar la calidad de la producción legislativa.• Simplificar los textos (redacción sencilla y corta).• Incorporar criterio de realidad de las leyes y sus beneficiaria/os (vinculación con la realidad).• Criterios de valoración de la ley para las/los legisladores.• Criterios de articulación de la materia regulada con otras leyes de igual jerarquía.• Integrar criterio de compilación y divulgación.• Concretar e involucrar a todos los sectores organizados de la sociedad en la elaboración, discusión y aprobación de las leyes.•

Pasos previos Se propone una lista con elementos mínimos y disposición o estructura de la normativa:Lista para verificar elementos mínimos

Propósito de la ley• Áreas legales cubiertas• Definiciones• Competencia y procedimiento (referir) • Penas o sanciones• Disposiciones sobre entrada en vigor•

117

Adaptado y traducido de “Ligestillingsvurdering af lovforslag - tjekliste” en la Caja de herramientas “Vaerktoejer:” del Ministerio Danés para la de Igualdad de 117. Género. Este documento fue traducido y adaptado a la realidad hondureña a partir del informe “El rol del marco jurídico en la promoción de la equidad de género”, Banco Mundial, 2005.Considerar si es posible que el procedimiento se formule en una ley complementaria simultánea, para evitar que se introduzcan reformas de la ley cada vez 118. que haya que adecuar o actualizar el procedimiento.

118

32 La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Disposiciones sobre consecuencias inmediatas /o mediatas para otras leyes, incluyendo derogación, modificación o reforma, • abrogación (dejar sin efecto una ley), subrogación (sustitución de la ley), y prórroga Sobre tiempo: disposiciones transitorias y revisión de la ley y su jurisdicción.•

Anexos a la propuesta de ley o su reformaTextos paralelos (de la misma ley) que se afectan cuando se modifica un artículo o capítulo. (Se sugiere diagrama/flujograma /• gráfico). Tratados y recomendaciones consultados provenientes de comités de vigilancia de derechos humanos/OIT.• Consecuencias económicas para los entes públicos.• Lista con preguntas sencillas que permitan a las/los legisladores, y a quienes elaboran las normas, obtener información documentada • sobre los posibles efectos diferenciados de las mismas en las mujeres y los hombres.

Estudio de antecedentesResumen ejecutivo (en lenguaje sencillo no jurídico para posteriores interpretaciones; sirve para indicar los motivos de la ley a • divulgar y no debe tener más de dos páginas).Normativa (leyes de igual, mayor y menor categoría).• Antecedentes legislativos.• Dictámenes, resoluciones e informes jurídicos.• Jurisprudencia nacional.• Jurisprudencia, legislación o derecho comparado regional/internacional.• Bibliografía (documentación y estadística desagregada por género).• Análisis económico, presupuesto y otros documentos por ejemplo porcentajes destinados a capacitación en todos los niveles.• Impacto de diversidad cultural.• Verificación de género• Opiniones de las diferentes organizaciones de la sociedad civil (Anexar para conocimiento de los/las legisladoras).•

Modelo/estructuraJustificación o exposición de motivos.• Considerandos.• Por tanto: base jurídica/fundamento legal.• Articulado principal (se puede dividir en capítulos, secciones y artículos).• Disposiciones preliminares (definiciones).• Disposiciones generales (regulan todo el cuerpo normativo).• Disposiciones especiales (excepciones).• Disposiciones orgánicas o de procedimientos (mandato de instituciones o referencias a otras leyes o reglamentos).• Disposiciones con sanciones (indexar montos/valor económico).• Disposiciones suplementarias (derogaciones, abrogaciones, modificaciones, régimen transitorio de aplicación).•

Algunas preguntas de sentido comúnProblemática: ¿se soluciona con el marco legal?• Alcance: ¿qué pretende?• Demanda social.• Realidad jurídica y realidad de hecho.• Qué consecuencias tiene NO elaborar una norma.• Cuál es la problemática y el marco comparativo en la región (otros países, regional e internacional).• ¿Existen otras normas que regulan la materia?• Instituciones y mandatos.• Responsables de administrar la ley: ¿están preparados, necesitan capacitación en todos los niveles, presupuesto?• ¿Otras formas de solución? ¿Alternativas? ¿Resolución de conflictos?• ¿Cómo se articula lo económico con lo social? ¿Cuál es la articulación entre la parte financiera y la parte social?• ¿Tienen los mecanismos de aplicación (el presupuesto necesario? (Verificar si se duplican los mandatos de mecanismos ya • existentes).Para la aplicación, es indispensable que se sigan los pasos paralelos que aparecen a continuación cuando se trata de leyes • complementarias, incluyendo su procedimiento y reglamentación.

• Pasos paralelosLista de verificación de normas y leyes complementarias y/o subordinadas.

33La función del marco jurídico en la promoción de la equidad de género: el caso de Nicaragua

Reglamentación• Procedimiento*• ¿Reglas, técnicas? ¿Fueron consultadas e informadas las mujeres (y los hombres) sobre opciones tecnológicas?• Leyes complementarias• Leyes subordinadas• Protocolos• Manuales• Circulares• Aplicación a costos y beneficios• Fuente de financiación para su aplicación•

* Vale la pena insistir en la necesidad de desarrollar leyes complementarias a una ley determinada, y de identificar dónde se encuentra el procedimiento para la misma; esto teniendo en cuenta que en Honduras la ley procedimental es insuficiente y que la que existe es anacrónica.

Pasos posteriores

Monitoreo: costos y beneficios de la nueva ley y elaboración de indicadores.• Capacitación técnica para la aplicación.• Estadística desagregada por género/sexo.• Divulgación popular.• Banco de datos, año•

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Hace

r las

med

icion

es d

el ca

so p

ara

esta

blece

r si e

l pro

yecto

de

ley te

ndrá

impli

cacio

nes p

ara

la eq

uidad

de

géne

ro:

Una

repa

rtició

n de

sigua

l no

es si

empr

e se

ñal d

e un

a de

sigua

ldad

de g

éner

o.

o

Una

repa

rtició

n igu

al ta

mpo

co e

s siem

pre

una

seña

l de

equid

ad d

e gé

nero

. o

El h

echo

de

que

exist

a un

a re

parti

ción

igual

entre

am

bos

géne

ros

no s

ignific

a qu

e las

par

tes

tiene

n las

mism

as o

portu

nidad

es y

lim

itacio

nes

en u

n ár

ea

o

conc

reta

. Pr

omov

er y

llega

r a la

equ

idad

de g

éner

o sig

nifica

en

form

a am

plia

que

no h

ay u

n tra

to d

esigu

al de

los s

exos

, de

man

era

direc

ta o

indir

ecta

. o

Es p

osibl

e de

sarro

llar r

egula

cione

s y

regla

men

tos

que

teng

an m

ayor

sign

ificad

o e

impo

rtanc

ia pa

ra u

no d

e los

gén

eros

en

caso

s do

nde

exist

an ra

zone

s o

objet

ivas

para

que

así

sea.

Por

ejem

plo, e

n el

caso

de

los re

quisi

tos

para

obt

ener

cré

dito

y pr

opied

ad, s

e pu

eden

exp

edir

norm

as e

ncam

inada

s a

redu

cir

sesg

os d

e gé

nero

.En

esto

s cas

os e

s im

porta

nte

expli

car l

os m

otivo

s en

anex

os a

djunt

os a

l pro

yecto

conc

reto

de

ley, t

enien

do e

n cu

enta

las c

onsid

erac

iones

y re

flexio

nes q

ue se

reali

zaro

n an

tes d

e fo

rmula

r las

regla

s, co

n el

fin d

e ob

tene

r un

cons

enso

por

par

te d

e los

legis

lador

es.

7. M

arqu

e¿S

e de

ben

regis

trar l

as

cons

ecue

ncias

que

hay

par

a la

equid

ad d

e gé

nero

den

tro d

e la

form

ulació

n de

l pro

yecto

de

ley?

Es im

porta

nte

cons

idera

r cuá

ndo

cabe

inclu

ir la

evalu

ación

de

la eq

uidad

de

géne

ro e

n la

form

ulació

n de

un

proy

ecto

de

ley co

ncre

to.

Tal in

clusió

n te

ndrá

relev

ancia

en

aque

llos c

asos

en

que

el pr

oyec

to d

e ley

mejo

ra o

em

peor

a es

encia

lmen

te la

equ

idad

de g

éner

o.En

caso

s don

de h

ay u

na in

tenc

ión d

e m

ostra

r cuá

les so

n las

impli

cacio

nes d

el pr

oyec

to d

e ley

par

a la

equid

ad ta

mbié

n se

justi

ficar

á su

inclu

sión.

En

aque

llos c

asos

en

que

se p

rodu

cen

cons

ecue

ncias

fund

amen

tales

, es n

eces

ario

expli

car l

as co

ndici

ones

y ra

zone

s que

lleva

ron

a la

form

ulació

n de

l pro

yecto

de

ley

cues

tiona

do.

Es im

porta

nte

que

cuan

do lo

s/las

legis

lador

es to

man

dec

ision

es s

obre

el p

roye

cto d

e ley

teng

an e

l con

ocim

iento

de

la ev

aluac

ión d

e eq

uidad

de

géne

ro a

ntes

de

tom

ar

su d

ecisi

ón.

La e

valua

ción

de e

quida

d de

gén

ero

debe

rá h

acer

par

te d

e los

doc

umen

tos i

nter

nos d

e la

institu

ción

legisl

ativa

, pue

s de

este

mod

o se

pre

serv

a el

cono

cimien

to so

bre

el te

ma

en la

mism

a, a

l tiem

po q

ue se

crea

capa

cidad

insti

tucio

nal.

8. M

arqu

e¿C

uál e

s la

com

pete

ncia

del

Insti

tuto

Nac

ional

de la

Muje

r en

ese

proy

ecto

de

Ley?

¿Qué

esta

blece

al r

espe

cto la

Ley

de

Igua

ldad

de O

portu

nidad

es p

ara

la M

ujer?

Banco Mundial

Banco Interamericano de

Desarrollo(BID)