cualificada y sin expectativas, la juventud árabe pierde la paciencia

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LOLA GARCÍA-AJOFRÍN E l próximo 29 de marzo un joven ingeniero informático de la localidad tunecina de Sidi Bou Said hubiese cumplido 27 años. No lo hará. Porque un 4 de ene- ro de 2011 se cansó de luchar por una oportunidad laboral en un país con una juventud cada vez más cualifi- cada que adolece de expectativas, y se suicidó a lo bonzo en público, en señal de protesta. Se llamaba Tariq Tayyib Mohammed Bouazizi y su biografía es la de un universitario de Túnez que se vio obligado a vender fruta al no encontrar un trabajo acorde a su formación, que era molestado cada jornada por la policía por vender de manera ambulante y que un día, sim- plemente, no pudo más. El final de su historia es el comienzo de un nuevo episodio en toda una Región. Hoy muchos se preguntan cuáles son los factores que han dinamitado en cuestión de semanas las dictadu- ras de varios países del Norte de Áfri- ca y Oriente Próximo. Los que forza- ron la huida del dictador de Túnez, Zine El Abidine Ben Ali, tras la osadía del joven Mohammed Bouazizi y las consecuentes protestas, y aquellos que hicieron perder la paciencia a un históricamente silencioso pueblo árabe. De repente, expertos de todo el mundo miran de reojo a una ju- ventud, cada vez más cualificada y conectada. “Pienso que la educación es la clave de todo esto”, admite tajante el catedrático de origen palestino, Najib Abu-Warda El-Shandoghli, profesor de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias de la Informa- ción de la Universidad Compluten- se de Madrid y gran conocedor del mundo árabe. En los últimos días no separa la vista de los informes de medio mundo que no fueron capa- ces de detectar las revueltas. En su despacho, en la Complutense, explica al detalle que ha recopilado los estu- dios del año pasado de decenas de universidades norteaméricanas sobre zonas en tensión en el mundo y, “en todos, la región árabe figuraba como la zona de mayor estabilidad”. Expo- ne, con dotes de docente, que estas investigaciones se limitaron a anali- zar los factores coyunturales -las dic- taduras permanecían inmóviles- y se olvidaron de los elementos estructu- rales, que podían desembocar en un levantamiento, como: los niveles de democracia, la falta de libertad de ex- presión, de igualdad entre hombres y mujeres, de gestión del Gobierno o la corrupción. Por eso, según el profesor Abu- Warda, “todos estos estudios super- ciales enviaron mensajes falsos”. Mientras, “los elementos estructura- les estaban latentes y podían estallar en cualquier instante”. La pregunta de por qué el mundo árabe explota en este momento, según el especialista palestino, se responde precisamente con esos factores estructurales que no fueron analizados: “Los niveles de formación de los jóvenes árabes, cada vez más cualificados; la comu- nicación, con una formación e in- formación que circula en un espacio abierto y la ausencia de democracia, de derechos y de libertades, se tradu- jo en una población que no solo era consciente de las injusticias, sino que, por primera vez, contaba con la dis- posición y las herramientas para no tolerarlas”. Hace tres años un informe del Banco Mundial ya adelantaba estos ingredientes. Era la investigación El camino no recorrido. La reforma educativa en Oriente Próximo y el Norte de África. Uno de los primeros elementos que señalaba este trabajo es que la Región MENA -como se conoce a la zona, por sus siglas en inglés- “ha invertido fuertemente en educación en las últimas décadas y como consecuencia, ha mejorado el nivel, cantidad y calidad del capital humano”. Sin embargo, esto no se ha traducido en un crecimiento econó- mico de su sociedad, “que en los úl- timos 20 años ha sido relativamente bajo”. Y, “mientras la Región vio un mayor incremento en la inversión en capital humano durante el pe- ríodo de rápido crecimiento en los 60 y 70, que continuó en los 80 y 90; el efecto positivo no se materializó”, según analiza este estudio. Explica, por ejemplo, que en Egipto, en esta época, las cifras de inversión en capi- tal humano se duplicaron, mientras que los factores de productividad total (TFP), disminuyeron en un 25%. Algo similar había ocurrido en Marruecos y Argelia durante los 70. Y nalmente, “el mayor nivel de inver- sión en educación durante las cuatro últimas décadas no estuvo asociado a un mayor crecimiento económico o mayor productividad comparado con el del Oriente asiático y Latino- américa”. El motivo, según esta investiga- ción, es que la Región históricamente contó con empleo en el sector público como forma de absorber el aumento del nivel de educación de los ciudada- nos. Mientras tanto, “el Estado juga- ba un papel significativo en el sector productivo, dejando al sector privado con muy pocas oportunidades para orecer”, por lo que la mayoría de las economías MENA fueron aisladas de la competencia internacional. Y como resultado, la zona no generó el suficiente crecimiento como para crear puestos de trabajo para esa ma- yor población cualificada y cosechar la inversión en educación. En relación a este informe, el 5 de febrero de 2008, un directivo del Banco Mundial, Marwan Muasher, concedía una entrevista a BBC, que publicaba en el artículo ‘La educa- ción árabe se retrasa’ y en la que pa- recía vaticinar los elementos que hoy propiciaron el cambio en la zona: “Es una Región muy joven -60% de la población está por debajo de los 30 años- por lo que harán falta 100 millones de nuevos empleos en el mundo árabe en los próximos 10 o 15 años”. Mohamed Ezzat, de 26 años, original de Puerto Saíd, pertenece a ese generación de jóvenes prepara- dos egipcios de clase media, cada vez superior, que ya no se contenta con los caprichos de la dictadura. Estudia dirección de empresas y le apasionan los idiomas -habla árabe, inglés, ita- liano, francés y español-. En Face- book nos hace una demostración de su dominio del castellano. Las redes sociales también han jugado un pa- pel preponderante en la revolución. “Es el único lugar por el que la mayo- ría de los jóvenes de Egipto pueden declarar lo que desean o quieren para el país, sin el fastidio de la policía”, ase- gura Ezzat. El joven relata cómo en Egipto sucedió un acontencimiento similar al de Túnez, que fue automá- ticamente dinfundido gracias a las redes sociales; otro de los elementos que han otorgado formación, infor- mación y posibilidad de comunica- ción a los jóvenes árabes. En el caso egipcio, cuenta Ezzat que el desen- cadenante fue la muerte de un joven a manos de la policía, que negó lo ocurrido y se excusó en que el chaval había consumido marihuana. Como había ocurrido en Túnez, las redes Cualificada y sin expectativas, la juventud árabe pierde la paciencia Con un 60% de menores de 30 años, el incremento de la demanda de empleo superior, las escasas oportunidades laborales y el avance de las comunicaciones empujan el cambio en la Región 10 de marzo de 2011 30 ESCUELA Núm. 3.897 (414) Especial A pesar de una clase media joven y cualificada que va a la universidad, usa Facebook y es capaz de poner al mundo entero alerta pendiente de lo que ocurre en sus países, las cifras demuestran que la educación media en los países árabes sigue dejando desamparada a una mayoría. Esta es una radiografía de los sistemas educativos del Norte de África (Argelia, Egipto, Libia, Túnez y Marruecos). La educación norteafricana, en números EDUCACIÓN Y CAMBIO EN EL NORTE DE ÁFRICA Y ORIENTE MEDIO Varios jóvenes egipcios celebran la caída del régimen del presidente del país, Hosni Mubarak, el pasado 11 de febrero FOTO: AL JAZEERA ENGLISH País Alfabetización a los 15 años Alfabetización a los 15 -24 años Ratio alumno/ profesor Paso de Primaria a Secundaria IDH Crecimiento entre 1980 y 2010 Posición sobre 169 países Argelia 63,9% niñas/ 81,3% niños 89,1% mujeres/ 94,4% hombres 23 91% 1,4% (del 0.443 al 0.677) 84 Egipto 57,8% niñas/ 74,6% niños 81,8% niñas/ 87,9% niños 27 86% 1,5% (del 0.393 al 0.620) 101 Libia 81,3% niñas/ 94,9% niños 99,7% niñas/ 99,9% niños - 90% (2002) (Del 0.398 al 0.590) 53 Túnez 71% niñas/ 86,4% niños 95,8% niñas/ 98,1% niños 12 82% 1,5% (del 0.436 al 0.683) 81 Marruecos 71% niñas/ 86,4% niños 68,4% niñas/ 84,8% niños 27 79% 1,6% (del 0.351 al 0.567) 114 Fuente: Unesco, 2007 e Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, de 2010

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ESCUELA analiza en este especial cómo un 60% de población menor de 30 años, el aumento de la cualificación y las posibilidadesd e las comunicaciones empujan la transformación.

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Page 1: Cualificada y sin expectativas, la juventud árabe pierde la paciencia

LOLA GARCÍA-AJOFRÍN

E l próximo 29 de marzo un joven ingeniero informático de la localidad tunecina de

Sidi Bou Said hubiese cumplido 27 años. No lo hará. Porque un 4 de ene-ro de 2011 se cansó de luchar por una oportunidad laboral en un país con una juventud cada vez más cualifi -cada que adolece de expectativas, y se suicidó a lo bonzo en público, en señal de protesta. Se llamaba Tariq Tayyib Mohammed Bouazizi y su biografía es la de un universitario de Túnez que se vio obligado a vender fruta al no encontrar un trabajo acorde a su formación, que era molestado cada jornada por la policía por vender de manera ambulante y que un día, sim-plemente, no pudo más. El fi nal de su historia es el comienzo de un nuevo episodio en toda una Región.

Hoy muchos se preguntan cuáles son los factores que han dinamitado en cuestión de semanas las dictadu-ras de varios países del Norte de Áfri-ca y Oriente Próximo. Los que forza-ron la huida del dictador de Túnez, Zine El Abidine Ben Ali, tras la osadía del joven Mohammed Bouazizi y las consecuentes protestas, y aquellos que hicieron perder la paciencia a un históricamente silencioso pueblo árabe. De repente, expertos de todo el mundo miran de reojo a una ju-ventud, cada vez más cualifi cada y conectada.

“Pienso que la educación es la clave de todo esto”, admite tajante el catedrático de origen palestino, Najib Abu-Warda El-Shandoghli, profesor de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias de la Informa-ción de la Universidad Compluten-

se de Madrid y gran conocedor del mundo árabe. En los últimos días no separa la vista de los informes de medio mundo que no fueron capa-ces de detectar las revueltas. En su despacho, en la Complutense, explica al detalle que ha recopilado los estu-dios del año pasado de decenas de universidades norteaméricanas sobre zonas en tensión en el mundo y, “en todos, la región árabe fi guraba como la zona de mayor estabilidad”. Expo-ne, con dotes de docente, que estas investigaciones se limitaron a anali-zar los factores coyunturales -las dic-taduras permanecían inmóviles- y se olvidaron de los elementos estructu-rales, que podían desembocar en un levantamiento, como: los niveles de democracia, la falta de libertad de ex-presión, de igualdad entre hombres y mujeres, de gestión del Gobierno o la corrupción.

Por eso, según el profesor Abu-Warda, “todos estos estudios super-fi ciales enviaron mensajes falsos”. Mientras, “los elementos estructura-les estaban latentes y podían estallar en cualquier instante”. La pregunta de por qué el mundo árabe explota en este momento, según el especialista palestino, se responde precisamente con esos factores estructurales que no fueron analizados: “Los niveles de formación de los jóvenes árabes, cada vez más cualifi cados; la comu-nicación, con una formación e in-formación que circula en un espacio abierto y la ausencia de democracia, de derechos y de libertades, se tradu-jo en una población que no solo era consciente de las injusticias, sino que, por primera vez, contaba con la dis-posición y las herramientas para no tolerarlas”.

Hace tres años un informe del Banco Mundial ya adelantaba estos ingredientes. Era la investigación El camino no recorrido. La reforma educativa en Oriente Próximo y el Norte de África. Uno de los primeros elementos que señalaba este trabajo es que la Región MENA -como se conoce a la zona, por sus siglas en inglés- “ha invertido fuertemente en educación en las últimas décadas y como consecuencia, ha mejorado el nivel, cantidad y calidad del capital humano”. Sin embargo, esto no se ha traducido en un crecimiento econó-mico de su sociedad, “que en los úl-

timos 20 años ha sido relativamente bajo”. Y, “mientras la Región vio un mayor incremento en la inversión en capital humano durante el pe-ríodo de rápido crecimiento en los 60 y 70, que continuó en los 80 y 90; el efecto positivo no se materializó”, según analiza este estudio. Explica, por ejemplo, que en Egipto, en esta época, las cifras de inversión en capi-tal humano se duplicaron, mientras que los factores de productividad total (TFP), disminuyeron en un 25%. Algo similar había ocurrido en Marruecos y Argelia durante los 70. Y fi nalmente, “el mayor nivel de inver-sión en educación durante las cuatro últimas décadas no estuvo asociado a un mayor crecimiento económico o mayor productividad comparado con el del Oriente asiático y Latino-américa”.

El motivo, según esta investiga-ción, es que la Región históricamente contó con empleo en el sector público como forma de absorber el aumento del nivel de educación de los ciudada-nos. Mientras tanto, “el Estado juga-ba un papel signifi cativo en el sector productivo, dejando al sector privado con muy pocas oportunidades para fl orecer”, por lo que la mayoría de las economías MENA fueron aisladas de la competencia internacional. Y como resultado, la zona no generó el sufi ciente crecimiento como para crear puestos de trabajo para esa ma-yor población cualifi cada y cosechar la inversión en educación.

En relación a este informe, el 5 de febrero de 2008, un directivo del Banco Mundial, Marwan Muasher,

concedía una entrevista a BBC, que publicaba en el artículo ‘La educa-ción árabe se retrasa’ y en la que pa-recía vaticinar los elementos que hoy propiciaron el cambio en la zona: “Es una Región muy joven -60% de la población está por debajo de los 30 años- por lo que harán falta 100 millones de nuevos empleos en el mundo árabe en los próximos 10 o 15 años”.

Mohamed Ezzat, de 26 años, original de Puerto Saíd, pertenece a ese generación de jóvenes prepara-dos egipcios de clase media, cada vez superior, que ya no se contenta con los caprichos de la dictadura. Estudia dirección de empresas y le apasionan los idiomas -habla árabe, inglés, ita-liano, francés y español-. En Face-book nos hace una demostración de su dominio del castellano. Las redes sociales también han jugado un pa-pel preponderante en la revolución. “Es el único lugar por el que la mayo-ría de los jóvenes de Egipto pueden declarar lo que desean o quieren para el país, sin el fastidio de la policía”, ase-gura Ezzat. El joven relata cómo en Egipto sucedió un acontencimiento similar al de Túnez, que fue automá-ticamente dinfundido gracias a las redes sociales; otro de los elementos que han otorgado formación, infor-mación y posibilidad de comunica-ción a los jóvenes árabes. En el caso egipcio, cuenta Ezzat que el desen-cadenante fue la muerte de un joven a manos de la policía, que negó lo ocurrido y se excusó en que el chaval había consumido marihuana. Como había ocurrido en Túnez, las redes

Cualifi cada y sin expectativas, la juventud árabe pierde la paciencia

Con un 60% de menores de 30 años, el incremento de la demanda de empleo superior, las escasas oportunidades laborales y el avance de las comunicaciones empujan el cambio en la Región•

10 de marzo de 201130 ESCUELA Núm. 3.897 (414)

Especial

A pesar de una clase media joven y cualifi cada que va a la universidad, usa Facebook y es capaz de poner al mundo entero alerta pendiente de lo que ocurre en sus países, las cifras demuestran que la educación media en los países árabes sigue dejando desamparada a una mayoría. Esta es una radiografía de los sistemas educativos del Norte de África (Argelia, Egipto, Libia, Túnez y Marruecos).

La educación norteafricana, en números

EDUCACIÓN Y CAMBIO EN EL NORTE DE ÁFRICA Y ORIENTE MEDIO

Varios jóvenes egipcios celebran la caída del régimen del presidente del país, Hosni Mubarak, el pasado 11 de febrero

FOTO

: AL

JAZE

ERA

ENGL

ISH

País Alfabetización a los 15 años

Alfabetización a los 15 -24 años

Ratio alumno/profesor

Paso de Primaria a Secundaria

IDH Crecimiento entre 1980 y

2010

Posición sobre 169

países

Argelia63,9% niñas/ 81,3% niños

89,1% mujeres/ 94,4% hombres

23 91%1,4% (del 0.443 al

0.677)84

Egipto57,8% niñas/74,6% niños

81,8% niñas/ 87,9% niños

27 86%1,5% (del 0.393

al 0.620) 101

Libia81,3% niñas/94,9% niños

99,7% niñas/99,9% niños

- 90% (2002)(Del 0.398 al

0.590)53

Túnez71% niñas/

86,4% niños95,8% niñas/ 98,1% niños

12 82%1,5% (del 0.436

al 0.683)81

Marruecos71% niñas/

86,4% niños68,4% niñas/ 84,8% niños

27 79%1,6% (del 0.351

al 0.567)114

Fuente: Unesco, 2007 e Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, de 2010