cuando los mamelucos derrotaron a los mongoles en...
TRANSCRIPT
CUANDO LOS MAMELUCOS DERROTARON A LOS MONGOLES EN 1260 Y LOS DEMÁS ASUNTOS QUE SE SUCEDIERON
FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO
~ 1 ~
Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer
la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho
valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-
formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-
vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de
algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-
juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este
libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse
ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se
reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,
etc.
~ 3 ~
A MODO DE PRÓLOGO
¿ES DE 1260 LA SÍNDONE O SÁBANA SANTA?
Una de las peculiaridades del año 1260 –que fue bisiesto y empezó en jueves– con-
siste en ser presentado como una de las fechas o datación posible de la conocida como
Síndone o Sábana Santa, supuestamente elaborada en este año según confirma o co-
rrobora la conocida como prueba del carbono 14.
¿No se trata entonces de la sábana con la que fue envuelto en su sepultura el cuerpo de
Jesús de Nazaret, según el relato evangélico? (Mc 15, 46).
Es verdad que ahí se refleja, por razones más que supuestas, pero sin ser de certeza
absoluta, la imagen misteriosamente impresa, de un varón flagelado, coronado de espi-
nas, crucificado y alanceado.
Jerusalén, en torno al año 33. José de Arimatea y Nicodemo envuelven el cuerpo de
Jesús, antes de enterrarlo en el sepulcro. Al cabo de dos milenios después, la ciencia
analiza un paño de lino, viejo, amarillento, con marcas que señalan que pudo envolver a
un hombre crucificado y alanceado. Se considera la Síndone o Sábana Santa. ¿Testigo
de la Pasión de Cristo?
“Varón flagelado, coronado de espinas, crucificado y alanceado. Postura del
cuerpo coincidente con la de un hombre clavado en la cruz al que le han bajado
los brazos pero no estirado las piernas, que permanecen flexionadas. Rigidez
cadavérica fuerte, que determina que la imagen analizada se ha producido po-
cas horas después de la muerte y en un cuerpo sin corrupción”.
Esta descripción resultante de análisis lo firma José Delfín Villalaín, doctor en Me-
dicina, especialista en medicina legal y forense, que fue presidente de la Asociación de
Forenses de España. Maneja datos médicos y separa fe y ciencia con tanto rigor que no
duda en hablar de una impronta procedente de un cadáver muerto hace “horas”. Si Je-
sús hubiera resucitado horas después de su muerte, ¿qué hay de aquel “al tercer día re-
sucitó” proclamado en el credo católico? “No son incompatibles, es un dato científico
totalmente independiente del concepto teológico de Resurrección”, aclara Jorge Manuel
Rodríguez, presidente del Centro Español de Sindonología (CES) y organizador del I
Congreso Internacional sobre la Sábana Santa celebrado en Valencia, en 2012.
Entre los ponentes había católicos, judíos, ateos y hasta monjes budistas. ¿Qué tiene
esta tela de casi cuatro metros y medio de largo y poco más de uno de ancho que pro-
voca filias y fobias? ¿Qué hace a ocho científicos del laboratorio estadounidense de Los
Álamos –donde se creó la bomba atómica– dedicar 150.000 horas de estudio –dentro
del grupo de análisis STURP– a un pedazo de lino amarillento, sucio y quemado?
Entre otras cosas, que en ese lino sucio hay una imagen –la parte frontal y posterior de
un cuerpo masculino– con nueve características concretas que escapan a la capacidad
humana. O lo que es lo mismo: según los científicos es imposible reproducir con medios
humanos –es infalsificable– una imagen como la que dejó el hombre de la sábana.
~ 4 ~
En primer lugar, la imagen posee las características de negatividad –es en el negativo
fotográfico donde se entiende– y tridimensionalidad –mantiene relación matemática en-
tre la distancia de la tela al cuerpo y la intensidad de la huella en cada punto–. Así, los
puntos más próximos a la tela se han grabado con más intensidad y los más alejados con
menor fuerza, pero nunca con intensidad cero. “Si fuera una imagen de contacto, ha-
bría zonas en las que no habría impronta porque la tela no ha tocado el cuerpo”. La
Síndone, en cambio, refleja una imagen más parecida a una proyección sobre el lienzo:
“y no se ha encontrado forma de hacer lo mismo”.
Más singularidades: Lejos de ser una mancha burda, como las de los restos de sangre
o la que dejaría una mancha de aceite en un mantel, la impronta de la Sábana es
de detalle fino, permitiendo apreciar rasgos muy concretos. Además, la huella resiste al
agua –estabilidad hidrológica–, por lo que no se vio afectada ni se borró tras ser empa-
pada durante el incendio del siglo XVI y posee también estabilidad química –no se pue-
de eliminar con ningún tipo de decolorante– y estabilidad térmica –mientras que una
pintura sometida al calor del fuego cambia de color, los dos incendios que ha superado
la Síndone no han producido variación alguna en el tono de la imagen–.
Consideremos el examen forense. Sin saber su procedencia, lo que tienen claro los
científicos es que la imagen no es una pintura, puesto que hay ausencia de pigmenta-
ción –séptima característica– y que, además, presenta superficialidad –octava caracte-
rística–, ya que la impronta no ocupa más que las fibras superiores de los hilos –“no
cala los tejidos, al contrario que las manchas de sangre, que los empapan completa-
mente” –. Y, por fin, el trazado de la sábana no tiene direccionalidad alguna –novena
característica–, sino que es como una proyección hacia arriba y hacia abajo del cadáver.
“Al contrario que cualquier dibujante, que pinta dando al color una dirección, la ima-
gen de la sábana se habría proyectado de forma perpendicular al plano de la tela”.
Aclarada la imagen, o más bien determinado su origen desconocido, los estudiosos
centran el interés en quien allí se representa. ¿Es Jesucristo? Parece imposible saberlo;
lo que sí es cierto es que el hombre de la Síndone sufrió un calvario como el que des-
cribe el Evangelio –corona de espinas incluida– y que los documentos históricos ense-
ñan que flagelación y crucifixión no eran castigos conjuntos. O se flagelaba al reo, que
luego quedaba libre, o se le condenaba a morir crucificado. Según los Evangelios, Jesús
fue flagelado y, como el pueblo pidió su muerte, luego fue crucificado.
Junto a las manchas de sangre –derramada antes de la muerte y también después–, la
imagen de la Sábana ofrece una descripción detalladísima y que coincide plenamente
con la que tendría un cadáver muerto por crucifixión: rodillas encogidas, hombro desen-
cajado, manchas de sangre que brota al apoyarse el agonizante sobre los pies para in-
corporarse y poder coger aire...
Nunca hasta el análisis de la Síndone se había representado un Cristo crucificado de
forma acertada. “Ninguno”, explican los responsables del congreso, “pasaría un exa-
men forense”. Ninguno salvo los Cristos sindónicos del escultor e imaginero Juan Ma-
nuel Miñarro, que muestran con todo detalle –y fieles al hombre de la Sábana– cómo
debió de ser el rostro del crucificado y cómo quedó su cuerpo tras el Calvario.
~ 5 ~
Desde que comenzó su estudio, muchos han asegurado haber hecho una copia exacta
de la Síndone, pero ninguno ha querido someterla al análisis –clave– de las caracte-
rísticas singulares –negatividad, no direccionalidad...– de la imagen. “El que diga que
lo puede hacer, que puede copiar la sábana con las mismas nueve características, que
lo haga y si no, que calle para siempre”. Ese es el reto que han lanzado los expertos del
congreso, hartos de ver cómo –sin pruebas que refuten sus afirmaciones– se les tacha de
fanáticos y de personas poco formadas con ansia evangelizadora, crédula, más o menos
embaucadora, de relicarismo, etc.
Lo que sí hay, sin embargo, son pruebas nuevas y orientadas hacia la autenticidad de
la tela. Por ejemplo, la presentada por la botánica Marzia Boi, que señala que el polen
encontrado en la tela, identificado por el palinólogo suizo Max Frei como exclusivo de
plantas de Oriente, pertenece en realidad a otra especie vegetal muy utilizada en un-
~ 6 ~
güentos funerarios antiguos. Su investigación no sólo hace compatible la sábana –en
tiempo y forma con el enterramiento de Jesús, sino que explica uno de los enigmas de la
tela: ¿cómo es posible que se encontrara tal cantidad de polen?
Venerada por el Santo Juan Pablo II y por sus sucesores –sin entrar en cuestiones o
valoraciones científicas–, sí puede decirse que la tela refleja el rostro de Cristo, sin que
se suponga que la Sábana Santa sea pilar fundamental de la fe católica. ¿Pasaría o pasa
algo si se demuestra que es falsa? A nuestra fe, nada en absoluto. Pero sí resulta que la
Síndone es un espejo en el que mirar y contemplar el Evangelio.
He aquí algunos de los argumentos más empleados por quienes quieren desposeer a la
Síndone de su condición de Sábana Santa tildándola de falsa y las respuestas ofrecidas
por los defensores de la autenticidad de la reliquia.
–La prueba del carbono 14 situó a la tela –por edad– más bien en el siglo XIV, hacia
el año 1390, o como mucho en el siglo XIII, hacia el año 1260. En todo caso, un es-
cenario muy alejado de la crucifixión de Jesús.
La muestra analizada –una tira de ocho centímetros de largo por uno de alto para tres
laboratorios– se cortó de la esquina más sucia de la tela, que además había sufrido un
incendio –lo que podría haber aumentado sus niveles de carbono– y había estado ex-
puesta a la contaminación de microorganismos en la celulosa del lienzo. No es, por
tanto, un resultado que pueda calificarse como definitivo y debe seguir investigándose.
Además, quienes sitúan a la tela en el siglo XIV no aciertan a responder cómo podría
haberse fabricado ni de dónde provienen las características de la imagen, cuando en ese
tiempo se representaba la crucifixión de una forma muy diferente.
–La primera referencia histórica de la tela es de 1380 y habla de fraude.
Ya en el año 525 se encuentran referencias escritas a una tela conocida como “Man-
dylion de Edessa” que algunos relatos describen como una “sindon” o como un “tetra-
diplon” (doblado en cuatro) y a cuya imagen denominan “no hecha por manos huma-
nas”.
Hay un error comprometedor en la datación de la edad de la Sábana Santa con el mé-
todo del carbono 14.
En relación con la exposición de la Sábana Santa de Turín, del 10 de abril al 23 de
mayo de 2010, hay que recalcar que hoy en día tenemos la certeza científica de que las
pruebas de carbono 14 (14C) efectuadas en 1988, fueron realizadas a partir de una
muestra de la Sábana Santa en la cual sólo había un 40% del lienzo antiguo original de
lino, mientras que el 60% restante estaba compuesto por hilos de algodón procedentes
de la época medieval, empleados durante la restauración de ese fragmento de la tela.
Una negligencia inadmisible de los especialistas en datación por radiocarbono se con-
virtió en la principal causa para obtener un resultado erróneo en la datación efectuada
en 1988. Este hecho debería haber llegado a la opinión pública, máxime cuando los me-
dios de comunicación de masas no dejan de referirse a los resultados de las investiga-
~ 7 ~
ciones de 1988 como científicamente probados, lo cual constituye una manipulación
evidente y conduce a la gente al error.
Determinar la edad con el método de datación radiocarbónica del isótopo 14C es algo
exacto y preciso, pero a condición de que la muestra recogida como objeto de estudio
esté bien preparada y revisada. Se pueden contar todos y cada uno de los isótopos del
14C que existen tanto en los organismos como en las plantas, ya estén vivos o muertos.
En el caso de la Sábana Santa de Turín se trata de fibras de lino, con las cuales se tejió
el lienzo del Sudario. Mientras la planta, el animal o el ser humano están vivos, el nú-
mero de isótopos radioactivos 14C es estable, puesto que se produce su intercambio
mediante la nutrición. Este intercambio cesa tras la muerte y es entonces cuando en la
materia muerta se inicia un proceso continuo de disminución del isótopo 14C presente.
Cuanto más antiguo es un objeto, menos contiene. Partiendo de la cantidad del isótopo
14C en un organismo dado en el momento de su muerte, y teniendo en cuenta su grado
de descomposición, los investigadores determinan la edad del objeto analizado. El esta-
do actual de la tecnología permite determinar la edad de objetos que no tengan más
de 50.000 años. Para materiales que tengan varios miles de años, el método del 14C re-
sulta el más apropiado.
Como ya aludimos, en 1988 se llevaron a cabo análisis de la Sábana Santa con el mé-
todo de datación por radiocarbono 14C. Con ese fin, se recortó un fragmento del lienzo
de la zona de la cual proviene el trozo de Gilbert Raes, profesor del Ghent Institute of
Tectile Technology, a quien se le permitió recortar una muestra de esa zona para su aná-
lisis. Durante las exposiciones públicas era una de las dos esquinas de la Sábana Santa
por las cuales los obispos sujetaban la tela desplegada, para que los fieles pudieran con-
templarla. Se trataba, pues, de un lugar bastante desgastado.
Una mitad de la muestra de la Sábana Santa recortada en 1988 fue dividida en tres
partes para los laboratorios de Tucson (EE. UU.), Oxford (Reino Unido) y Zúrich (Sui-
za), respectivamente; mientras que la otra mitad se guardó para investigaciones poste-
riores.
La datación de la Sábana Santa con el método del 14C se llevó a cabo en secreto
en los citados laboratorios; no se permitió el acceso a las pruebas de ningún científico
especializado en otro campo de la ciencia, y antes tampoco se había realizado ningún
examen químico, con el fin de determinar las propiedades de la muestra, lo cual supuso
una negligencia inadmisible.
Los resultados de la datación se hicieron públicos el 13 de octubre de 1988. Por ellos
supimos que existe un 95% de certeza de que la Sábana Santa procede de la Edad Me-
dia, del período comprendido entre los años 1260 y 1390. Basándose en estos análisis,
efectuados tan sólo a partir de una muestra extraída de un lugar del Sudario, los labo-
ratorios anunciaron que la Sábana Santa de Turín no es más que una falsificación me-
dieval. Los expertos en el método de datación radiocarbónica del isótopo 14C habían
ignorado los resultados de las investigaciones realizadas hasta ese momento por otros
campos de la ciencia, que de manera unívoca indicaban que la Sábana Santa proviene
de los tiempos de Cristo.
E. P. Hall, de Oxford, quien había desempeñado un destacado papel en la datación
de la Sábana Santa con el método del 14C, después de anunciarse los resultados de las
~ 8 ~
investigaciones, se mostró así de irónico durante una entrevista televisiva: “Hemos de-
mostrado que la Sábana Santa es una falsificación. Cualquiera que no esté de acuerdo
con nosotros debería inscribirse en la Asociación de la Tierra es Plana”.
Los medios de comunicación de masas se pusieron a divulgar a bombo y platillo, y
de forma sensacionalista, la información de que los científicos habían probado que la
Sábana Santa procede de la Edad Media, y que se trata de una falsificación. Y así conti-
núan haciéndolo hasta hoy en día, repitiendo en cada ocasión que se tercie esta informa-
ción tergiversada (según parece).
Las investigaciones científicas llevadas a cabo con posterioridad y más a fondo con
14C sobre la otra mitad de la muestra conservada, demostraron que el fragmento de la
Sábana Santa empleado para la datación por radiocarbono es diferente desde el punto
de vista de su composición química al resto de la parte principal del lienzo. Se trata de
un hecho científicamente probado, que invalida la muestra y pone en entredicho los re-
sultados de los análisis de los laboratorios con el método del 14C, realizados en 1988.
La presencia de hilos de lino entretejidos con hilos de algodón en esa parte del Su-
dario, de la cual se extrajo la muestra para aplicar el método de datación por radiocar-
bono 14C, confirma que en ese lugar la Sábana Santa había sido zurcida. Ese zurcido
debió ser obra de unos costureros muy profesionales, especializados en la así llamada
puntada invisible. El descubrimiento de este hecho puso en un brete a los especialistas
del método del 14C.
En el año 2000, M. Sue Benford y Joseph G. Marino, junto con algunos expertos
en telas analizaron las fotografías de la muestra de la Sábana Santa extraída para la da-
tación por radiocarbono, y todos estuvieron de acuerdo en que sólo hay en ella un 40%
del lienzo original, mientras que el 60% restante es una tela nueva.
Ronald Hatfield, un científico de Beta Analytic, el mayor laboratorio del mundo dedi-
cado a la datación por radiocarbono, basándose en los análisis de los expertos en telas,
quienes afirmaban que en la muestra para el 14C había tan sólo un 40% de los hilos
de lino originales antiguos, y un 60% de hilos de algodón procedentes de la Edad Me-
dia, estimó que debido a estas proporciones en la muestra analizada, se incrementaba
el número de isótopos de 14C, lo cual daba como resultado el error de datación en las
investigaciones de 1988.
Hoy disponemos ya de la certeza científica de que los análisis con el 14C de 1988
se realizaron sobre una muestra de la Sábana Santa en la cual sólo había un 40% del
lienzo antiguo original de lino, mientras que el 60% de tela restante estaba compuesto
por hilos de algodón procedentes de la época medieval.
Una negligencia inadmisible de esos especialistas en el método de datación radiocar-
bónica se convirtió en la principal causa para obtener un resultado erróneo en la da-
tación, que señaló para el origen de la Sábana Santa entre los años 1260 y 1390. Este
hecho debería llegar a la opinión pública, máxime cuando los medios de comunicación
de masas no dejan de referirse sin cesar a los resultados de las investigaciones de 1988
como si fueran una verdad científica, lo cual constituye una manipulación evidente
y conduce a la gente al error.
El famoso científico norteamericano R. N. Rogers (1927-2005) también culpa a las
autoridades eclesiásticas de Turín, por no haber supervisado a los especialistas en da-
~ 9 ~
tación por radiocarbono, los cuales no habían cumplido las normas estándares de la
investigación científica. En una entrevista para la revista mensual Inside the Vatican,
Rogers declaró: “La operación para extraer muestras de la Sábana Santa hubiera de-
bido prepararse de acuerdo y en estrecha colaboración con muchos otros científicos,
procedentes de las diferentes ramas del saber. Si queremos obtener un resultado fide-
digno empleando el método del 14C, hay que tomar muchas muestras”.
Fue crucial el descubrimiento de R. N. Rogers. El 20 de enero de 2005, en la revista
científica especializada para químicos Thermochimica Acta (volumen 425, págs. 189-
194), se publicó el artículo Studies on the radiocarbon sample from the shroud of Turin,
escrito por el profesor Raymond N. Rogers, de Los Alamos National Laboratory de la
Universidad de California (UCLA). Todos los descubrimientos científicos documenta-
dos y confirmados se publican en esta prestigiosa revista. En su artículo, Rogers pre-
senta pruebas evidentes de que el material de la muestra extraída en 1988 de la Sábana
Santa de Turín, para determinar su edad con el método del 14C, no representa la to-
talidad de la tela del Sudario en su conjunto, ya que difiere esencialmente de ella. Su
proveniencia del período comprendido entre los años 1260 y 1390 se refiere tan sólo
a la muestra analizada, y no a la Sábana Santa entera, que en realidad es mucho más
antigua. Desde el punto de vista científico, los resultados del análisis de la Sábana Santa
con el método del 14C son irrelevantes, y por eso afirmar que la datación por radiocar-
bono prueba el origen medieval de la Sábana Santa no se corresponde con la realidad.
El profesor Rogers fue un eminente científico y químico, que trabajó en Los Alamos
National Laboratory y fue miembro honorífico del prestigioso laboratorio de la UCLA.
Publicó más de 50 trabajos científicos de reconocida calidad. Fue uno de los científicos
escogidos para investigar la Sábana Santa en 1978. Rogers confiaba mucho en la data-
ción por radiocarbono 14C. En persona pudo llevar a cabo un vasto análisis de esa
muestra de la Sábana Santa, que había sido extraída en 1988 para aplicarle el método
de datación radiocarbónica, ya que el 12 de diciembre de 2003 había obtenido del pro-
fesor Gonelli un trozo tomado del centro. También disponía de algunos segmentos
de hilo del recorte de Raes, que asimismo lo había obtenido el profesor Gonelli en 1979.
Aparte de esto, y valiéndose de una cinta adhesiva especial, el Prof. Rogers tomó 32
muestras de la superficie entera de la Sábana Santa. Disponiendo de un material de in-
vestigación tan rico, el profesor Rogers descubrió que la muestra tomada para el 14C no
representaba el lienzo entero de la Sábana Santa. Había encontrado en ella hilos de al-
godón, entretejidos con los de lino. Declaró que los hilos están incrustados con una go-
ma de origen vegetal que contiene alizarina, una sustancia colorante. Por el contrario,
en la parte restante y principal de la Sábana Santa no hay en absoluto ni colorante ni
hilos de algodón.
Rogers demostró que la datación de 1988 había sido errónea, ya que la muestra so-
metida a análisis procedía de una parte que en la Edad Media había sido reforzada con
hilos de algodón durante una reparación. La Sábana Santa es mucho más antigua de lo
que sugieren los análisis del isótopo 14C en 1988. En Thermochimica Acta, Rogers es-
cribió: “La evidencia combinada de la cinética química, la química analítica, el algo-
dón contenido y el espectro de masas de la pirólisis prueban que el material procedente
del área de la Sábana Santa para el radiocarbono es significativamente diferente que
~ 10 ~
el de la tela principal. La muestra del radiocarbono no era, por lo tanto, parte de la
tela original y no es válida para determinar la edad de la Sábana Santa” (Thermochi-
mica Acta. Vol. 425, 2005; pág. 193).
Las fibras de la muestra 14C fueron analizadas en el National Science Foundation
Mass Spectrometry Center of Excellence de la Universidad de Nebraska. Esas investi-
gaciones han confirmado que la muestra 14C había sido tomada de la zona restaurada
con hilos de algodón en la Edad Media. Los resultados de estos análisis fueron publi-
cados en Thermochimica Acta.
Como hemos dicho, Rogers halló alizarina en el material analizado. Se trata de una
sustancia colorante roja, extraída de la raíz de una planta que se llama rubia. Fue em-
pleada para teñir los hilos de algodón, para hacerlos similares al lienzo antiguo original
de lino. También encontró en el tejido analizado goma arábiga, que se emplea para
la imprimación con tintes, así como alumbre, una sustancia que se empleaba como mor-
diente en tintorería durante la Edad Media. Los hilos de algodón fueron pintados de tal
manera que no se diferenciaran de los hilos de lino. De esta manera, el arreglo no era
visible a simple vista. Los hilos de algodón reforzaron la tela original de lino desgastada
únicamente en esta punta de la Sábana Santa.
Rogers descubrió que el análisis químico de la lignina en los hilos de lino de la Sá-
bana Santa no reflejaba la presencia de vainillina. Si la Sábana Santa hubiera provenido
de la Edad Media, debería encontrarse en ella vainillina. La vainillina se desvanece con
el paso del tiempo y había desaparecido por completo de toda la superficie de la tela
de la Sábana Santa; sólo está presente en la parte de la cual se tomó la muestra para
el carbono 14. Esto apunta al hecho de que ese fragmento de la Sábana Santa se dife-
rencia desde el punto de vista de la composición química de su parte restante. Si la Sá-
bana Santa proviniera del año 1260, como sugieren los análisis de 1988, entonces de-
bería haberse conservado en su tela cerca de un 37% de vainillina. La conclusión es
obvia: la falta de presencia de vainillina en la Sábana Santa indica el hecho de que es
mucho más vieja que los resultados que arrojó la datación por radiocarbono con el isó-
topo 14C.
Rogers quería una confirmación independiente de los resultados de sus investigacio-
nes, y por eso le entregó parte del material obtenido de la Sábana Santa al eminente
científico John L. Brown, del Georgia Tech Research Institute’s Energy and Materials
Sciences Laboratory en el Instituto de Tecnología de Georgia. Brown trabajó de forma
independiente, valiéndose de otros métodos de análisis diferentes a los de Rogers. Cons-
tató que existían pruebas evidentes de que la tela examinada había sido zurcida. Un te-
jedor medieval había teñido los hilos usados para el zurcido de tal manera que pegaran
con los colores del tejido viejo original de la Sábana Santa.
Los científicos M. Sue Benford y Joe Marino también afirmaron que la muestra em-
pleada para la datación por radiocarbono había sido tomada de una punta de la Sábana
Santa que en ese lugar había sido zurcida gracias a una extraordinaria técnica de cos-
tura, denominada en la Edad Media “zurcido invisible”. Esta manera de zurcir tejidos
caros se aplica hasta hoy en Francia. A petición de Benford y Marino, otros expertos
en productos textiles verificaron a conciencia las fotografías que documentaban las
muestras de la Sábana Santa tomadas para la datación por radiocarbono, y afirmaron
~ 11 ~
que existen pruebas evidentes para el hecho del zurcido de la tela de la Sábana Santa
en ese lugar mediante la técnica del “zurcido invisible”.
En 2004, en la revista científica Journal of Research, editada por el National Institute
of Standards and Technology (US Department of Commerce, NIST, US Government
Printing Office), se publicó un artículo escrito por Lloyd A. Currie, especialista en el
método de datación radiocarbónica. Reconoció que la tela tomada de la Sábana Santa
para los análisis con el 14C no había sido bien examinada antes, cuando evidentemente
se había efectuado sobre ella un zurcido extraordinariamente preciso, invisible a primera
vista. Según Currie, para llevar a cabo un análisis correcto con el método del carbono
14, hubieran sido necesarias muestras extraídas de diferentes partes de la Sábana San-
ta.
Y hubo análisis en el Laboratorio de Los Álamos en 2008. Entonces el profesor de
química Robert Villareal presentó los estudios realizados por el prestigioso Los Alamos
National Laboratory (LANL). Los científicos afirman que la muestra de tela de la Sá-
bana Santa empleada para su datación por radiocarbono con el isótopo 14C, con plena
seguridad contiene algodón, el cual no existe en absoluto en la tela de lino original de la
Sábana Santa. La muestra tomada de la esquina inferior derecha de la Sábana Santa (de
la parte derecha de la imagen frontal del cuerpo) no es representativa para todo el lienzo
y por eso el análisis de 1988 se realizó sobre un tejido que no es original en su totalidad,
sino que fue añadido durante una reparación en la Edad Media. Esta es la causa princi-
pal en el error de datación de la edad de la Sábana Santa. Villarreal recalcó que “en
1988, durante el proceso para determinar la edad de la Sábana Santa, se descuidó una
de las reglas más importantes de la química analítica, que dice que cada prueba debe
ser representativa de la totalidad del material analizado. La parte tiene que representar
el todo. Nuestros análisis de los hilos tomados de las muestras de Raes y el 14C reflejan
que no se cumplió esta norma”.
El ignorar unos hechos que hubieran garantizado una datación correcta con el método
del carbono 14, ocasionó que la datación mediante este método de la Sábana Santa en
1988 sumiera en el engaño a la opinión pública.
Todavía antes de 1988 eran conocidos unos hechos que, si se hubieran tomado en
cuenta, habrían garantizado un resultado correcto en la datación por radiocarbono. Y
de esta manera, por ejemplo, las fotografías ultravioletas y los rayos X efectuados en
1978 indican ya las diferencias existentes entre la composición química de la tela en
la zona de la cual se extrajo la muestra para la datación radiocarbónica, con la parte
principal de la Sábana Santa.
En nombre del Radiocarbon Dating Laboratory de la Universidad de Oxford, Peter
South, quien había analizado una muestra de la Sábana Santa empleando la datación ra-
diocarbónica con el isótopo 14C, encontró en ella fibras da algodón. Se trataba de un
material ajeno. En un artículo titulado Rogue Fibers Found in Shroud (Traducido: Fi-
bras pícaras halladas en la Sábana Santa), que fue publicado en 1988 en Textile Hori-
zons, South escribe sobre su descubrimiento que: “El algodón es una fibra fina, de co-
lor amarillo oscuro […]. Puede haber sido utilizado para reparaciones alguna vez en
el pasado” (Textile Horizons, diciembre de 1988).
~ 12 ~
Concluyendo, hay que subrayar que las últimas investigaciones científicas han desta-
pado unos errores comprometedores, cometidos durante la datación de la edad de la
Sábana Santa con el método del carbono 14 en 1988. No es de extrañar, por tanto, que
Christopher Ramsey, director de la Oxford Radiocarbon Accelerator Unit, quien en
1988 había participado en el análisis de la Sábana Santa con el método de datación ra-
diocarbónica, hablara de la siguiente manera en marzo de 2008: “Existen muchas prue-
bas que indican que la Sábana Santa es mucho más antigua de lo que dicen los resul-
tados del análisis con el método del carbono 14. Por eso con toda seguridad es nece-
sario seguir investigando. Sólo de esta forma la gente podrá conocer una historia co-
herente de la Sábana Santa, que tenga en consideración y aclare todos los resultados
disponibles de los análisis científicos y los hechos históricos”.
Pero en torno a la Sábana Santa de Turín sigue habiendo quienes se muestran de ma-
nera escéptica y crítica, lejos de toda credulidad, aunque se reconozca que tiene todo el
valor de una reliquia que sirva a cuanta fe depositen en ella, o sirviéndose de ella, los
creyentes. No se duda tampoco acerca de que la Sábana Santa de Turín sea un negocio
para Turín, como lo es la Semana Santa en Sevilla, las Fallas en Valencia o los Sanfer-
mines en Pamplona. Pero no pasa nada por decir que la Sábana Santa puede que sea –y
seguramente es– una falsificación medieval.
Los sindonólogos (estudiosos de esta reliquia) –piensan quienes vienen a ser detracto-
res– no son la entidad científica disfrazada de asociación cultural que pretenden (aunque
haya científicos en sus filas) sino de abogados de una causa y, como buenos letrados,
son capaces de decir que la víctima cayó siete veces sobre el cuchillo antes que admitir
que su cliente la apuñaló por la espalda.
En estos momentos sólo existen tres pruebas para pronunciarse sobre la veracidad de
la tela. La primera es el estudio encargado por el STURP (los sindonólogos americanos)
a Walter McCrone en 1979, quien detectó la presencia de distintos productos químicos
utilizados en la pintura que se usaba en la Edad Media. McCrone recibió por su traba-
jo el premio de la Asociación Americana de Química en el año 2000, pero su aportación
ha sido borrada de la historia oficial.
La segunda prueba es la del Carbono14 de 1988, coordinada por el Museo Británico.
Fue realizada por tres de los mejores laboratorios del mundo especializados en radio-
carbono (Oxford, Zurich y Tucson), seleccionados de entre siete por la Academia Pon-
tificia de las Ciencias. Los resultados fueron publicados en Nature: la tela es de la Edad
Media.
La tercera prueba es el primer testimonio escrito que existe sobre el lienzo. Data de
1389 y es una carta que remitió el obispo de Troyes (Francia) al Papa1 para advertirle de
1 El año 1389 hubo cónclave, siendo Urbano VI el Papa difunto y Bonifacio IX el elegido.
He aquí un resumen de la mencionada carta del obispo de Troyes, extraído del libro de Juan Eslava Ga-
lán El fraude de la Sábana Santa y las reliquias de Cristo (2004, Barcelona, Planeta): “El deán de Lirey,
con engaño y maldad, movido por la avaricia, no con fines devocionales sino por codicia, proveyó su
iglesia con un paño pintado con artificio, en el cual, de un modo ingenioso, estaba pintada una doble
imagen de hombre por delante y por detrás, asegurando falsamente que era el sudario mismo en el que
fue envuelto nuestro Salvador Jesucristo en el sepulcro, en el cual la imagen del Salvador con sus he-
ridas había quedado impresa. Y esto fue divulgado no sólo en el reino de Francia sino en el mundo en-
tero, por lo que acudían gentes de todas las partes del mundo. Y aun fingían milagros de curaciones en la
~ 13 ~
que se trataba de una falsificación realizada con “engaño y maldad” por el deán de Li-
rey para tangar a los devotos.
Los detractores, pues, se oponen a los sindólogos, que presumen –dicen– de cientí-
ficos pero que no lo son realmente. Es lo que hay. Pero –añaden– vamos a concederles
un punto a los sindonólogos. O mejor todos: digamos que la tela es un misterio y que
puede ser la prueba que demuestre –como mínimo– que alguien de naturaleza sobrena-
tural y no sólo humana fue envuelto en ella en el siglo I. ¿Podrían demostrarlo más allá
de toda duda?
Por supuesto, pero como saben de sobra que es una falsificación no quieren. Sólo ha-
ría falta un permiso del Vaticano y crear una comisión internacional de científicos. Lue-
go, sus resultados se harían públicos para que el resto de la comunidad científica los va-
lorase. Pero nunca se hará, como tampoco se analizará el Sudario de Oviedo o el Cáliz
de la Catedral de Valencia, porque sólo son “auténticos” desde el punto de vista reli-
gioso y creyente, pero no científico ni histórico. Lo mismo puede decirse de las miles de
reliquias que pululan por el mundo…
Finalmente destaquemos que en el tridentino Misal Romano de San Pío V hay una
Misa de la Sábana Santa: En la que fue envuelto el Divinísimo Cuerpo de Jesús por San
José de Arimatea cuando fue bajado de la Cruz (Mateo 27, 59; Marcos 15, 46). Esta sa-
grada reliquia fue venerada en Jerusalén desde los tiempos apostólicos, pasando a Edesa
en el siglo VI y luego a Constantinopla en el siglo X. Llegó a Europa después de la
Cuarta Cruzada de 1204, permaneciendo en Lirey hasta 1453, cuando pasó a la Casa de
Saboya, custodiando esta reliquia en Chambéry de Francia hasta que en 1694 fue tras-
ladada a la Catedral de Turín. El 25 de Abril de 1506, el Papa Julio II (1503-1513) per-
mitió mediante la bula Romanus Pontifex el culto público a la Sábana Santa como re-
liquia, aprobando Misa y Oficio propios. La fiesta de la Sábana Santa está establecida
para el Viernes de la Segunda Semana de Cuaresma, y como solemnidad el 4 de Mayo.
ostensión del sudario [...]. Finalmente, el obispo de Troyes, tras una diligente investigación, descubrió el
fraude, y cómo dicho lienzo había sido artificialmente pintado, siendo la verdad atestiguada por el ar-
tista que lo había pintado. En suma, que aquélla era obra de habilidad humana y no cosa milagrosa-
mente realizada u obtenida [...]. El deán y sus cómplices [...] viendo descubierto su engaño, ocultaron y
enterraron dicho lienzo [...] manteniéndolo oculto, enterrado cerca de treinta y cuatro años hasta el
presente”.
~ 16 ~
TÚNEZ (IFRIQIYA DE LOS HAFSÍES)
EJECUTADO MUHAMMAD IBN AL-ABBAR
En Túnez, el 6 de enero de este año 1260 fue la ejecución del célebre erudito y di-
plomático valenciano Muhammad ibn al-Abbar, muriendo alanceado. Fue sentenciado a
muerte por el sultán hafsí Muhammad I al-Mustansir, del que era visir (jefe de su can-
cillería). Tenía 61 años de edad. El sultán ordenó más tarde quemar su cadáver y todos
sus escritos (crónicas, poemas, tratados de filosofía y teología…).
Muhammad ibn al-Abbar era originario de una influyente familia yemenita estable-
cida desde mucho tiempo atrás en la andalusí y levantina localidad de Onda.2 Al-Abbar
es el apodo de un antepasado, quizás indicativo de ese oficio, fabricante de agujas. Su
padre, Abd-Allah ibn al-Abbar era destacado erudito, formado en Valencia (Balansiya),
siguiendo luego el hijo sus pasos, logrando una muy completa y esmerada formación en
lo más exquisito del saber, recibido de los mejores maestros. Desempeñó buen trabajo
como secretario del gobernador valenciano Abu Abd Allah Muhammad, y cuando éste
se trasladó a Sevilla, en 1217, le acompañó Ibn al-Abbar. En 1222, estando en Badajoz,
supo de la muerte de su padre en Valencia, de modo que volvió enseguida a esta ciudad,
quedándose en ella bajo la tutela de su maestro Abu-r-Rabi ibn Salim. Entró en esa
época a trabajar de secretario del gobernador Zayd Abu Zayd3 y además se casó con una
mujer de la familia de Ibn al-Wazir, originaria de Paterna.4
2 Provincia de Castellón.
3 Fue, como bien sabemos, el último gobernador almohade de Valencia. A la muerte del califa Abu Ya-
qub Yusuf II al-Mustansir en 1224, se produce una lucha dinástica que permitió a Zayd Abu Zayd gozar
de total autonomía respecto al Imperio Almohade, pero se encontraba rodeado de enemigos, y en 1225
decidió –pues le traía cuenta– hacerse vasallo del rey Fernando III. En 1227 reconoció a Al-Mamún,
anterior gobernador de Córdoba y Sevilla como califa almohade, rompiendo en consecuencia su vasallaje
con el rey Fernando. En 1228 recuperó los castillos de Vistahermosa del Río y Bejís (provincia de Cas-
tellón), que habían ocupado los aragoneses. Pero el recordado Muhammad ibn Hud (muerto en 1238)
conquistó Murcia, proclamándose emir del Califato Abasí de Bagdad, rompiendo así aún más la resque-
brajada unidad almohade andalusí. Conocemos lo que fue sucediendo. En esta situación caótica, agravada
por el hambre y las penurias, ese mismo año (1228) se produjo una revuelta en Valencia, aprovechada por
Zayyan ibn Mardanish (descendiente de Muhammad ibn Mardanis, el conocido como rey Lobo, muerto
en 1172) para sublevarse en Onda. El 24 de enero de 1229 Zayyan entró en Valencia, proclamando
también obediencia al califa abasí, y Zayd Abu Zayd tuvo que huir, largándose primero a Segorbe (Cas-
tellon) y adentrándose luego por Aragón.
En 1229, tras la expulsión de su cargo por Zayyan ibn Mardanish, Zayd Abu Zayd ratificó un acuerdo
de vasallaje con el rey Jaime I, acuerdo por el cual el rey aragonés le dio permiso para conquistar y poblar
cuantos lugares y castillos consiguiera dentro del territorio musulmán valenciano, a cambio de la cuarta
~ 17 ~
Durante su vida en Valencia, Ibn al-Abbar fue un destacado poeta y brilló profesional-
mente en la secretaría de los gobernadores, hasta que sitiada Valencia por el rey Jaime I
marchó a Túnez pidiendo la ayuda de los hafsíes, recitando una qasida famosa ante Abu
Zakariya:
Abierto está el camino. A tus guerreros guía,
¡oh de los oprimidos constante valedor!
Auxilio te demanda la bella Andalucía;
la libertad espera de tu heroico valor…
El emir tunecino decidió enviar ayuda: doce naves con armas y dinero, pero ningún
soldado. Cuando dicha ayuda llegó a Valencia, el puerto estaba bloqueado y se desvió a
Denia.5 La ciudad de Valencia se rindió al rey Jaime I poco después. Zayyan ibn
Mardanish, el rendido gobernador valenciano, eligió a Ibn al-Abbar como mediador en
las negociaciones con el rey aragonés, y el 29 de septiembre de 1238 firmaron el acta de
capitulación. De Valencia, expulsado, fue luego hacia Denia, desde donde volvió a ser
expulsado más tarde, ante el avance cristiano. Después de un nuevo viaje a Túnez, en
1239, para volver a pedir ayuda por cuanto seguían avanzando los cristianos en la re-
conquista, Ibn al-Abbar volvió con Zayyan a Murcia, en 1240, pero poco después emi-
gró de nuevo con su familia a Túnez, ya definitivamente o de por vida, sin dejar nunca
de añorar su querida y perdida Al-Ándalus.
El emir tunecino6 acogió a Ibn al-Abbar con agrado, de manera excelente, haciéndolo
su panegirista y escribano de los documentos oficiales. Pero, al ser sustituido en esta
última función por un escribano oriental, protestó, y el emir lo desterró a Bugía,7 en
1248. En esta ciudad redactó una disculpa, su libro tiyulado El perdón de los secreta-
rios, en cuya introducción pidió al emir y a su heredero que le perdonaran. Fue per-
donado por Abu Zakariya, poco antes de morir.
parte de las rentas. En 1232 ratificaron en Teruel el compromiso adquirido, reconociendo el primero los
favores recibidos y la renuncia a todas las rentas que sobre Valencia y su término se habían reconocido en
1229. En ese año 1232, como bien podemos recordar, Zayd Abu Zayd se hizo cristiano y se bautizó,
tomando el nombre de Vicente Bellvís, pero mantuvo todo esto en secreto hasta la conquista cristiana de
Valencia. Aunque continuó utilizando el título de rey de Valencia hasta que Jaime I entró en la ciudad el
1238, a partir de entonces actuó siempre como un verdadero señor feudal cristiano favorecido por el rey,
con el que firmó un pacto de vasallaje en Calatayud (Convenio de Calatayud –Zaragoza– a 20 de abril de
1229). Al servicio del rey Jaime participó de la conquista del reino: primero desde tierras de Teruel,
después durante la conquista de la capital, y más tarde, llevando sus huestes al sur, donde realizó varias
conquistas…
4 Provincia de Valencia.
5 Aún musulmana entonces, ciudad de importancia, con su buen castillo. Actual provincia de Alicante.
6 Abu Zacariya (1229-1249).
7 Ciudad costera en Argelia.
~ 18 ~
Su hijo y sucesor Muhammad I al-Mustansir, que con el tiempo se convirtió en un
monarca cruel y despiadado, por cuanto tuvo que sofocar constantes revueltas para con-
solidar el sultanato, nombró a Ibn al-Abbar su consejero. Pero en 1252, Al-Mustansir le
desterró de nuevo a Bugía, igual que antes hiciera su padre. En 1259 recibió Ibn al-
Abbar, una carta de perdón, pero ahora en 1260 se vio envuelto en una trama de sus
enemigos contra él, un complot que acarreó su condena a muerte y su ejecución, vio-
lentamente lanceado. Es difícil de averiguar qué pasó. Se cuenta un revoltijo en ver-
siones de acusaciones: que había hecho un horóscopo al príncipe heredero desagra-
dando a su padre, que se le acusaba de practicar la astrología y de ser chií, que había ha-
blado o escrito mal de su emir o que estaba implicado en una gran conspiración. El caso
o resultado fue que el sultán mandó hacer un registro de su casa a sus peores enemigos,
los cuales encontraron allí –mira por dónde– un verso en el que insultaba así a Al-Mus-
tansir: “En Túnez reina un tirano a quien neciamente dicen califa”. Tras morir Ibn al-
Abbar violentamente, el 6 de enero de este año 1260, su cadáver y sus libros acabaron
quemados.8
8 A Ibn al-Abbar (siglo VI de la Hégira) se le valora como excelente escritor. Compuso 45 libros, estando
perdidos en su mayoría. Los asuntos de los que trató fueron: biografías, crítica literaria, poesía, teoría reli-
giosa y ensayos.
Sus obras literarias más destacadas: Kitab al-Hulla as-siyara (Libro de la túnica recamada) y la Takmi-
la, son una colección de biografías de los príncipes y magnates norteafricanos y andaluces, unas magní-
ficas crónicas que documentan la historia medieval del Islam de Occidente. Destacó también como poeta,
especialmente por sus qasidas o piezas dedicadas a la pérdida de Balansiya (Valencia) o describiendo las
para él trágicas circunstancias por las que fue pasando la Al-Ándalus del siglo XIII. “Tabernas donde
antes hubo lugares sagrados, iglesias donde antes hubo mezquitas”.
~ 19 ~
Cuentan algunos de sus enemigos que Ibn al-Abbar se fue volviendo cada vez más
orgulloso, pedante y antipático, que solía irritar con su ánimo inestable al sultán, pavo-
neándose con su erudición y resaltando en exceso sus elogios de Al-Ándalus. No po-
demos descartar que su carácter se hubiera agriado y degradado por los sucesivos exi-
lios que sufrió, sobre todo de Valencia. Ciertamente la población musulmana andalusí
había ido a parar mayoritariamente a Bugía y Túnez, en cuya administración se colocó
bastante gente, lo que provocó la hostilidad de no pocos tunecinos.
Al extinguirse definitivamente el califato de Bagdad en 1258, Al-Mustansir se pro-
clamó califa, y las mismas Medina y La Meca le dieron su reconocimiento. Y pasó lo
del supuesto verso ofensivo que sus enemigos encontraron en su casa.
Ibn al-Abbar le había cantado así a Valencia:
¡Venid hacia Valencia con vuestros jinetes!
Allá, nuestras gentes han caído en desgracia.
En las mezquitas, ahora iglesias, la llamada a la oración
se ha hecho volteo de campanas. ¡Cuánta pérdida!
¿Cómo revivir el pasado?
¡Sólo son ruinas los colegios aquellos donde todos recitaban el Corán!
El jardín que con deleite encantaba nuestros ojos,
las arboledas verdeantes, ya se han secado y endurecido.
Los parajes de los alrededores ya no existen,
aquellos que al viandante invitaban a permanecer o pasear.
Un infiel ha venido a borrar tanta belleza;
designado por el destino para traerle perdición,
deshacerla quiere a pedazos, y ni duerme ni reposa.
¡Venid hacia Valencia con vuestros jinetes!
Para siempre ya adiós a la tierra amada.
Nuestra juventud y los grandes amigos, perdidos.
Todo lo hermoso está ahora deshecho, disperso o lejano.
Sin júbilo ni hogar, vencido y no en paz me siento.
¿Dónde las casas de Valencia? ¿Dónde las voces de sus palomas?
Todo se ha perdido. Se ha perdido el Pont y la Russafa.
Se ha perdido Mislata y Massanassa. Todo se ha perdido.
¿Dónde aquellos prados con ríos y arboledas verdes?
¿Dónde los parajes aromáticos a donde solíamos retirarnos?
¿Dónde el céfiro siempre fresco? ¿Dónde los crepúsculos amables?
¡Ay Valencia!
¿Qué se ha hecho de aquellas mañanas en que el sol jugaba con el mar
corriendo por la Albufera?
Nada puede hacerse cuando el destino trae la pérdida...
~ 20 ~
ABADÍA CISTERCIENSE DE LA CAMBRE
MUERTE DE BONIFACIO DE LAUSANA
El 19 de febrero de este año 1260 murió retirado en la abadía de monjas cistercienses
de La Cambre, cerca de Bruselas,9 quien fuera obispo de Lausana,
10 de nombre Boni-
facio, a la edad de 78 años de edad.
Bonifacio de Lausana11
había nacido en Bruselas. Ejerció la docencia de teológica en
la Universidad de París entre los años 1222-1229. Poco después marchó a Colo-
nia,12
donde siguió impartiendo clases de teología. Fue canónigo en la colegiata de San-
ta Gúdula.13
Ya en 1231, el 11 de marzo, fue nombrado obispo de Lausana. Hizo valer
los derechos de la Iglesia ante los poderosos y sus abusos, lo que le acarreo más de un
disgusto y el odio de los más poderosos, destacándose entre ellos el emperador Federico
II, que mandó soldados a Lausana con la orden de matarlo; se salvó diríase que mila-
grosamente. El 15 de julio de 1239 renunció a la diócesis y se retiró a La Cambre, sir-
viendo como capellán a las monjas. Colaboró con el príncipe-obispo Robert de Thou-
rotte (1240-1246) en la compleja administración de la gran diócesis belga de Lieja. En
1245 fue llamado a participar en el Concilio I de Lyon de ese año.
9 Bélgica (entonces Flandes).
La histórica y preciada Abadía de La Cambre o de Ter Kameren, cisterciense tiene su sencilla iglesia,
ahora parroquial, perteneciente a la Archidiócesis de Malinas-Bruselas. Hay allí una comunidad de canó-
nigos premonstratenses. Se alberga en la mencionada iglesia el cuadro La burla de Cristo de Albert
Bouts, de principios del siglo XVI. En el Museo del Prado de Madrid se muestra una Cabeza de Cristo,
óleo sobre tabla, del mismo autor y de análoga factura.
La fundación de esta abadía se remonta aproximadamente al año 1196. Los edificios actuales (destrui-
dos los anteriores cuando la Revolución Francesa) son del siglo XVIII.
10
Suiza, al norte del lago Lemán.
11
San Bonifacio de Lausana. Fue canonizado en 1702 por el Papa Clemente XI (1700-1721). Se conme-
mora el 19 de febrero. Sus reliquias que habían permanecido en Bruselas fueron transportadas a La Cam-
bre en 1935.
12
Alemania.
13
La que sería luego catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas. Esta Santa es la Patrona de
Bruselas. Murió en los primeros años del siglo VIII, habiéndose dedicado en virginal oración a la caridad
desde su casa. Se conmemora el 8 de enero.
~ 22 ~
SANDOMIERZ (REINO DE POLONIA)
DOMINICOS ASESINADOS
Sandomierz es una ciudad del reino polaco con tradición jacobea. Hubo aquí en este
año 1260, el 2 de febrero, un asesinato martirial de grupo, casi cincuenta, por parte de
los invasores mongoles. Resultaron muertos cruelmente el dominico Sadok y otros
más.14
14
Se conmemoran como beatos el 2 de junio. Fueron beatificados el 18 de noviembre de 1807 por el Pa-
pa Pío VII (1800-1823). El Papa San Juan Pablo II (1978-2005) los mencionó en su homilía pronunciada
en Sandomierz el sábado 12 de junio de 1999.
~ 23 ~
CALATAYUD (REINO DE ARAGÓN)
BODA Y FUNERAL CASI A LA VEZ
Con gran regocijo se casaron en Calatayud,15
a 23 de marzo, el infante Alfonso de
Aragón (primogénito del rey Jaime I y de su primera esposa Leonor de Castilla, muerta
en 1244) y Constanza de Montcada (heredera de su padre el vizconde Gastón VII de
Bearn, sobrina de Jaime I y esposa repudiada del conde Álvaro de Urgel16
). Y pasó en-
seguida, a 26 de marzo, también en Calatayud, que murió el recién casado Alfonso, sin
descendencia.17
Contraviniendo su testamento (de fecha 8 de agosto de 1256, otorgado
en Huesca), el difunto Alfonso recibió sepultura en la capilla de San Bernardo del mo-
nasterio cisterciense de Santa María de Veruela.18
Alfonso había pedido ser enterrado en
15
Provincia de Zaragoza.
16
Que tendrá su muerte en 1267.
17
Por lo que el vizcondado de Bearn pasará a su cuñado el conde de Foix cuando muera Gastón.
18
Cerca de Vera de Moncayo (Zaragoza).
Veruela fue abandonada por los cistercienses en 1835, cuando la desamortización, lo cual propició la
destrucción y el abandono del cenobio. No obstante, una junta de conservación formada por gentes de
Borja y Tarazona impidieron su ruina total y merced a la creación de una hospedería pudieron conservar
el monumento. A dicha hospedería acudieron durante la segunda mitad del siglo XIX la alta sociedad za-
ragozana e ilustres personajes (que ya mencionábamos en su momento) como los hermanos Bécquer,
Gustavo Adolfo (el poeta) y Valeriano (el pintor); ambos encontraron en Veruela un lugar romántico por
excelencia que inspiró muchos pasajes de sus obras, en especial la colección de cartas de Gustavo Adolfo
reunidas y publicadas con el título de Desde mi celda, y buena parte de la colección de grabados de Vale-
riano. Es evidente que la presencia del poeta ha otorgado a Veruela la universalidad de la que hoy dis-
fruta, algo que no consiguieron ni la larga presencia cisterciense entre 1145 y 1835, ni la estancia je-
suítica en el período de 1877 a 1975.
En cuanto a la sepultura del infante Alfonso digamos cuanto sigue. En febrero de 1611, Juan Bautista
Labaña, cosmógrafo de Felipe II, vio en Veruela el sepulcro del infante, y lo describe en su obra Itinera-
rio del reino de Aragón: “En medio de la capilla mayor hay una sepultura rasa de una piedra pequeña,
con dos escudos de las armas de Aragón, como parece aquí, donde dijeron que estaba sepultado un hijo
del rey don Alonso II, y que lo decía Zurita, que se verá”, aunque después rectifica y añade: “Es el infan-
te Don Alfonso, hijo del rey Don Jaime”.
En el año 1633 sus restos fueron trasladados al panteón propiedad de los duques de Villahermosa (de
Villahermosa del Río, provincia de Castellón), sito en el monasterio de Veruela, siendo colocados en una
sepultura de madera blanca, al lado de los sepulcros de Pedro de Atarés (fundador del monasterio, muerto
en 1152) y Lope de Luna (muerto en 1360). Hubo una inscripción que decía: “…Murió en vida del rey su
padre, entre los regocijos de la boda que celebró con Doña Constanza, hija y heredera de Don Gastón,
vizconde de Béarn, en Calatayud, a 23 de marzo de 1260. Ordenó en su último testamento (revocando lo
~ 24 ~
el convento de dominicos de Huesca, que él había fundado. El infante Alfonso tenía 38
años de edad. Había sido designado heredero de la Corona de Aragón en 1228, cosa que
ahora se frustra por haber precedido en la muerte a su padre. Queda ahora como here-
dero su hermanastro el infante Pedro (de casi 20 años de edad),19
cuya madre es la reina
de Aragón Doña Violante de Hungría.
que había dispuesto en otros) que su cuerpo fuese sepultado en Veruela, como se ejecutó, hallándose pre-
sente a su entierro y exequias la reina Doña Leonor, su madre. [Más bien no, pues ésta murió en 1244].
Trasladáronse sus huesos de la grada de la capilla mayor a este sepulcro en el año 1633”.
Sin embargo, en la actualidad se sostiene que los restos del infante Alfonso descansan junto a los de su
esposa Constanza en un sepulcro colocado en la capilla de San Jaime de la catedral de Valencia, una ca-
pilla que construyó el cabildo y clero de la ciudad cuando se fundó la cofradía de San Jaime en diciembre
de 1242. Al parecer, este sepulcro tuvo en el pasado un epitafio y una estatua yacente sobre él, leyéndose
lo siguiente en el epitafio:
HIC IACET ALPHONSUS, E PRIMO REGE IACOBO UNICUS EX PRIMA LEONORA CONIVGE
NATUS QUI CUM INMATURIS REPERETUR MORTE SUB ANNIS. SARCOPHAGO HUIC OSSA,
ANIMAM COMMISIT OLYMPO.
Abreviando y saltándonos más variada documentación sobre la sepultura en cuestión, también respecto
a los dominicos de Huesca, lo que sí parece concluirse es esto: que actualmente en la capilla de San Jaime
de la catedral de Valencia se conserva el sepulcro donde supuestamente se encuentran los restos del in-
fante Alfonso y los de su esposa Constanza, mientras que en el monasterio de Veruela se conserva la lá-
pida que cubrió los restos del infante hasta su traslado al panteón ducal de Villahermosa en 1633.
19
El futuro rey Pedro III de Aragón entre los años 1276-1285.
~ 25 ~
ZARAGOZA (REINO DE ARAGÓN)
MUERTE DE FRAY LOPE FERNANDO DE AYN
A mediados de marzo, con 70 años de edad, murió en Zaragoza fray Lope Fernando
de Ayn.20
Era de Gallur,21
nacido en 1190. Siendo canónigo y superior o rector en la ca-
tedral y basílica de la Virgen del Pilar, se hizo franciscano con los primeros frailes de la
Orden que recalaron en Zaragoza.
Como en Roma se hizo admirable por su predicación y otras dotes virtuosas, fue nom-
brado obispo de Marruecos y legado apostólico de la Santa Sede en el norte de África.
El caso fue que hicieron buena amistad el sultán de turno y él, siendo muy apreciada su
generosidad, además de su sentido desinteresado de servir y ayudar a todos.22
20
El beato Agno o Agnelo de Zaragoza, habiéndole impuesto este sobrenombre el Papa Inocencio VI
(1352-1362) para indicar su bondad, cuando lo beatificó. Se conmemora el 14 de marzo.
21
Provincia de Zaragoza.
22
Nos estamos refiriendo a Tánger (Marruecos), representativa de la presencia de cristianos ya al menos
desde finales del siglo II. Es muy probable que a la Mauritania Tingitana (la parte central y norte del ac-
tual Marruecos) llegara el anuncio del Evangelio desde la vecina Hispania romana, con la cual estaba li-
gada administrativamente. En el año 298 fue martirizado en Tánger el centurión Marcelo.
La vida cristiana pudo ser bien asumida por los bereberes autóctonos y más aún por los habitantes de
origen romano en la Mauritania, a juzgar por el elevado número de obispados en la región en épocas in-
mediatamente posteriores, como los de Tánger (Tingis), Asilah (Zilis), Ceuta (Septem), Larache (Lixus),
Tetuán (Tamudensia), Salé (Salensis), etc. Se dispone de pocos datos acerca del impacto de donatistas y
vándalos sobre aquellos cristianos.
Puede constatarse históricamente que subsistieron pequeñas comunidades cristianas en el Marruecos is-
lámico, al menos en ciertos lugares hasta el siglo XIII, aunque la jerarquía eclesiástica fue desapare-
ciendo poco a poco.
Como podemos recordar, en 1219, viviendo todavía San Francisco de Asís, entraron en Marruecos los
primeros franciscanos. Pocos años después, en 1225, nombraba el Papa Honorio III como obispo en las
tierras africanas bajo dominio almohade al dominico llamado fray Domingo. En 1226 fue nombrado obis-
po de Fez el franciscano Fray Agno o Agnelo.
Del siglo XIV al XVII, los misioneros españoles continuaron ejerciendo el apostolado entre los cautivos
cristianos bajo la autoridad de obispos que residían normalmente en la ciudad de Sevilla, en calidad de
auxiliares del arzobispo de esta capital. En 1630, el obispado de Marruecos fue reducido a la categoría de
Prefectura Apostólica dependiente de Roma y fue encomendada a los franciscanos de San Diego de An-
dalucía, que permanecieron siempre a su servicio. A mediados del siglo XVIII, abolida la esclavitud de
cristianos en Marruecos, se incrementaron las pequeñas comunidades de comerciantes europeos en las
ciudades de la costa. Cuanto se pudo y se puede, Marruecos no tuvo ni tiene nunca desatención de la
Iglesia. A mediados del siglo XX se elevaron a respectivos arzobispados Tánger y Rabat, los que antes
habían sido vicariatos apostólicos dependientes de la Santa Sede. El número de cristianos en Marruecos
~ 26 ~
Volvió a Roma con el fin de obtener ayudar para su labor misionera y obtuvo permiso
para peregrinar a Tierra Santa. Al volver de allí, todavía en 1255, Alejandro IV le en-
cargó, en calidad de legado, delimitar los límites de la diócesis de Cartagena23
y algunas
otras de la Península, con territorios más o menos fronterizos con los musulmanes y con
población mudéjar.
Como estamos contando, acabó su vida en Zaragoza, ocurriendo su muerte en el con-
vento de los franciscanos. Allí recibió sepultura.24
Se conservan algunas cartas sobre el
apostolado en África y algunos sermones, en español, latín y árabe.
ha ido disminuyendo en nuestra época, en la relación a la disminución europea, habiendo actualmente
(año 2018) unos 25.000 bautizados, siendo unos 2.500 de la archidiócesis de Tánger y el resto de la de
Rabat.
23
Provincia de Murcia.
24
En 1286, cuando los franciscanos se mudaron de convento, exhumaron el cuerpo y lo llevaron al nue-
vo, enterrándolo en la iglesia, al lado del Evangelio, en el altar mayor. Pero este convento y los restos
desaparecieron en 1809, destruidos por los franceses.
~ 27 ~
ÁGREDA (REINO DE CASTILLA)
MONARCAS CORDIALES
Pasó en este año, a 27 de marzo, que el rey Alfonso X otorgó fuero real a Ágreda.25
Y
algo más tarde se entrevistó allí con el rey Jaime I, del vecino reino de Aragón. Ambos
monarcas, muy cordiales, confirmaron su amistad y familiaridad. Se tuvo todo ello en la
sentida condolencia tras la muerte del infante Alfonso de Aragón ocurrida por estas fe-
chas como antes notificábamos.
25
Provincia de Soria. Todos los reyes castellanos del Medievo concedieron a la villa de Ágreda numero-
sos privilegios y ventajas a fin de que se mantuviera fiel y conforme a Castilla, sin que echara en falta
ventajas de otros reinos limítrofes.
~ 28 ~
COMARCA DEL ALTO DEVA (REINO DE CASTILLA)
ALFONSO X FUNDA LA VILLA DE MONDRAGÓN
En el lugar de Arrasate (o Arresate), valle del Deva (o Deba), fundó el rey Alfonso X
la villa de Mondragón.26
Es paso obligado entre Vitoria27
y el puerto de Motrico.28
El
rey concedió a la villa recién fundada el fuero de Vitoria, a 15 de mayo. En la carta de
fundación de la villa se lee: que avie ante nombre de Arresate a que nos ponemos nom-
bre de Montdragon.29
26
Provincia de Guipúzcoa.
27
A 33 kilómetros hacia el sur, en la provincia de Álava.
28
A 39 kilómetros hacia el norte, en la provincia de Guipúzcoa.
29
Existe una mítica leyenda muy conocida que atribuye el nombre de Mondragón (derivación del origi-
nal Montdragón) a la existencia antiguamente de un dragón llamado Herensuge que vivía en el monte
Santa Bárbara y que aterrorizaba a los habitantes de Arrasate y de los alrededores. Este dragón fue ven-
cido por los ferrones de la comarca y la villa que nació al abrigo del monte Murugain recibió en su re-
cuerdo el nombre de Montdragón. Los historiadores piensan, sin embargo, que el nombre no fue origina-
do por la leyenda, sino que la leyenda fue inventada a posteriori para tratar de explicar el nombre, y creen
que este evocador nombre fue sin más una ocurrencia poética del rey sabio. El nombre de Mondragón
también puede guardar algún tipo de relación con frey Guillen de Mondragón, comendador de Consuegra
(Toledo), caballero sanjuanista, quien otorgó la carta puebla a Turleque (Toledo) en 1248 y que a su vez
era íntimo amigo del monarca Alfonso X, ya que siendo éste todavía infante le concedió a él, como co-
mendador de la Orden de San Juan la propiedad del castillo y villa de Archena (Murcia) conquistada al
emir Ibn Hud. Es muy probable que ambos volvieran a coincidir durante el proceso del Pacto de Jaén
(1246) y posteriores escaramuzas militares castellanas que coincidirían en el tiempo con la entrega de la
Carta Puebla a Mondragón, dada en algún punto próximo a las jiennenses Santisteban del Puerto o Izna-
toraf.
~ 29 ~
EL MAGREB (NOROESTE DE ÁFRICA)
CAMPAÑA DE ATAQUES
Y PRETENDIDA CONQUISTA CASTELLANA DE CEUTA
Los grandes preparativos de Alfonso X para la conquista del Magreb (bula de cruzada,
construcción de una flota y nombramiento de un almirante mayor de la mar y de los
cargos episcopales de las futuras diócesis) acabaron en este año 1260 reducidos a un in-
fructuoso ataque a Ceuta y a las ciudades benimerines de Arzila y Salé,30
aunque ésta
(que estaba en manos de un sobrino rebelde del sultán31
), entre los días 10 y 23 de sep-
tiembre, fue saqueada por las tropas de Juan García de Villamayor (mayordomo mayor
del rey e hijo de su antiguo ayo), que el rey nombró adelantado mayor de la mar32
para
esta ocasión, propiciando esto que el sultán reforzara la construcción de la muralla. Salé
fue luego recuperada por el sultán, tras un asedio castellano de dos semanas. Y el obje-
tivo principal de esta campaña, que fue la conquista de Ceuta, no pudo alcanzarse.
30
Al norte de Rabat.
31
Al-Murtada (1248-1266).
32
El 27 de julio.
~ 30 ~
BURGOS (REINO DE CASTILLA)
CONSAGRACIÓN DE LA CATEDRAL
A 20 de julio tuvo lugar la consagración de la catedral gótica de Burgos, dedicada a
Santa María. Pero sigue prolongándose su construcción, previéndose aún duradera.33
La primera piedra de esta nueva y gótica catedral se colocó el 20 de julio de 1221 en
presencia de quienes promovieron la construcción: el rey Fernando III y el obispo Mau-
ricio, que ocupó la sede burgalesa entre los años 1213-1238, cuando murió.34
La construcción de la catedral, emplazada justo en el punto donde comienza a em-
pinarse la ladera del cerro presidido por el viejo castillo, se inició por la cabecera y el
presbiterio, lugar éste donde recibió sepultura el obispo fundador, cuyos restos fueron
posteriormente trasladados al centro del coro capitular. Hacia 1240 asumió la dirección
de las obras el llamado Maestro Enrique,35
también de origen francés, que viene traba-
jando también en la catedral de León. Enrique basa mucho su inspiración en la catedral
gótica de Reims, siendo muy semejante el hastial de la catedral de Burgos con la facha-
da de Reims. Las obras en Burgos avanzaron con gran rapidez y para 1238, año de la
muerte del obispo Mauricio, sepultado en el presbiterio, ya estaban casi terminadas la
cabecera y buena parte del crucero y las naves. Y así tenemos ahora la solemne con-
sagración de la catedral, siendo obispo Martín González de Contreras, y no se nos pasa
por alto que la celebración del Oficio Divino o Liturgia de las Horas venía haciéndose
desde 1230.36
33
Básicamente hasta el siglo XVI.
34
Cabe suponer que el primer maestro de obras fue un anónimo arquitecto francés –si bien algunos in-
vestigadores dan el nombre del canónigo Johan de Champagne, citado documentalmente en 1227–, muy
probablemente traído a Burgos por el propio obispo Mauricio tras el viaje que había realizado por Francia
y Alemania para concertar el matrimonio del rey con Beatriz de Suabia, boda que se celebró precisamente
en la vieja catedral románica burgalesa.
35
Muere en Burgos en 1277.
36
Entre la segunda mitad del siglo XIII y principios del XIV se completaron las capillas de las naves la-
terales y se construyó un nuevo claustro. Al Maestro Enrique, fallecido en 1277, le tomó el relevo el
maestro Johan Pérez, de origen hispano. Otros canteros posteriores fueron Aparicio Pérez, activo en 1327,
Pedro Sánchez de Molina y Martín Fernández, fallecidos respectivamente en 1396 y 1418.
~ 32 ~
REINO DE ARAGÓN
UNA ARRIESGADA DECISIÓN
En fecha 20 de julio de este año 1260 tomó el rey Jaime I de Aragón la decisión,
ciertamente arriesgada, de aliarse con el rey Manfredo I de Sicilia,37
muy enemigo del
poder pontificio. Por parte de Jaime I y de Manfredo I (Aragón y Sicilia respectiva-
mente) se firmaron las capitulaciones de la boda de Pedro, ahora primogénito y heredero
de Jaime I, con Constanza Hohenstaufen (o de Suabia), primogénita y heredera de Man-
fredo I,38
el cual se había casado por poderes y en primeras nupcias con Beatriz de
Saboya en 1247, siendo esta Beatriz la madre de Constanza.
37
Hijo de Federico II Hohenstaufen y de Bianca Lancia, reinó en Sicilia entre los años 1258-1266. Como
generalmente todos los Staufen, Manfredo fue enteramente gibilino, política y militarmente opuesto al Pa-
pa. También el Papa era opuesto a Manfredo. Después de 1258, tras hacer correr el rumor de la muerte de
Conradino, como podemos recordar, Manfredo asumió el poder como rey de Sicilia, siendo coronado el
10 de agosto de ese año en Palermo. El Papa Alejandro IV se sintió muy molesto por la alianza de Man-
fredo con los musulmanes, de modo que declaró nula la coronación y le lanzó la excomunión.
Manfredo organizó entonces una coalición con la Italia central y septentrional contra el poder pontifi-
cio. Así, junto a los gibelinos de Siena derrotó a los güelfos de Florencia, el 4 de septiembre de este año
1260. Los florentinos reconocieron a Manfredo como protector de la Toscana. Después, el nuevo Papa,
Urbano IV (1261-1264), solicitó la ayuda de Carlos I de Anjou, hermano de Luis IX de Francia, ofre-
ciéndole la corona de Sicilia a cambio de que expulsase a Manfredo de los territorios pontificios al sur de
Italia. Manfredo, vista la alianza en su contra, publicó el Manifiesto a los Romanos, en donde reclamaba
la autoridad, ya no sólo sobre Italia, sino sobre todo el Imperio.
El 26 de febrero de 1266, en la batalla de Benevento, Manfredo será derrotado y muerto por las tropas
francesas.
38
En 1262, el matrimonio del heredero de la Corona, Pedro, con la que habrá de ser Constanza II de Si-
cilia, dará un impulso definitivo a la expansión mediterránea de la Corona de Aragón, una vez que la re-
conquista en territorio peninsular por parte de Aragón se diera por concluida o de no avanzar más.
Ha de tenerse en cuenta que Pedro III de Aragón, rey de Sicilia también desde 1282, romperá su vasa-
llaje con la Santa Sede, vasallaje histórico y tradicional de Aragón. Ya lo iremos viendo.
~ 33 ~
ALQUERÍA DE ALCANATIF (COSTAS DE ANDALUCÍA)
RENOMBRADA EN ADELANTE SANTA MARÍA DEL PUERTO
La conocida alquería de Alcanatif fue ocupada en este año 1260 por el rey Alfonso X,
renombrándola como Santa María del Puerto.39
Se trata de una alquería que fue de do-
minio musulmán desde aquellos primeros años del siglo VIII, tras la batalla del Guada-
lete, en julio del año 711. Dependió de la vecina Sherish.40
Ahora, con carta puebla, este
lugar pasa a la Corona de Castilla como territorio del reino de Sevilla.41
Se prevé, cier-
tamente, rica historia de este lugar en adelante, y tal vez lo podamos ir apreciando.
39
Posteriormente y en nuestros días es El Puerto de Santa María (Cádiz). Del hecho de llamarse en 1260
Santa María del Puerto se ocupa la alfonsina Cantiga de Santa María nº 328, que forma parte del Cancio-
nero de Santa María del Puerto (CSMP), que es un grupo de veinticuatro Cantigas de Santa María (CSM)
cuyo tema está relacionado con la imagen de Santa María de El Puerto, su devoción, su santuario y sus
milagros. Las cantigas en cuestión son las catalogadas con los números 328, 356, 357, 358, 359, 364, 366,
367, 368, 371, 372, 375, 376, 377, 378, 379, 381, 382, 385, 389, 391, 392, 393 y 398. Santa María de El
Puerto (en las Cantigas, Santa Maria do Porto) era una advocación mariana que radicó en la actual po-
blación gaditana de El Puerto de Santa María, la Alcanatif andalusí. Alfonso X convirtió la mezquita del
lugar (del siglo X) en un santuario para la imagen de Santa María de El Puerto y fortificó el recinto. En la
actualidad se conoce esa imagen de la Virgen como Nuestra Señora de los Milagros y al santuario forti-
ficado con el nombre de Castillo de San Marcos, popularmente el Castillito.
40
La actual y gaditana Jerez de la Frontera.
41
También será pertenencia por breve tiempo de la efímera Orden de Santa María de España, que desa-
parece en 1280.
~ 34 ~
REINO DE CASTILLA
EL AUSENTE DON FADRIQUE
En los inicios del verano hay constancia de haberse ido de Castilla el infante Don Fa-
drique, hermano del monarca Alfonso X (¿o acaso éste lo exilió?).42
42
El caso es que Don Fadrique estará en periplo desde este año 1260 hasta 1272. Se unirá a su hermano
Enrique en Túnez, combatiendo con él como mercenario, al igual que también habrá de luchar en Sicilia y
en el sur de Italia.
Así pues, en algún momento comprendido entre mayo y julio de 1260, y debido a su descontento con su
hermano Alfonso X, el infante Fadrique de Castilla se marchó de Castilla. Se constata, como quiera que
fuera este asunto, que a los pocos meses de la partida de Fadrique el rey comenzó a disponer de sus
bienes.
Fadrique se unió a su hermano Enrique, al servicio del emir de Túnez (Al-Mustansir), permaneciendo
en esto durante varios años. Posteriormente se dirigió a Italia y entró al servicio del rey Manfredo de Si-
cilia, un Hohenstaufen ilegítimo, hijo del emperador Federico II. Fadrique lucho al lado de Manfredo en
la batalla de Benevento (1266), donde las tropas de Manfredo fueron derrotadas por las de Carlos de An-
jou, resultando muerto Manfredo. Existe controversia entre los historiadores sobre los motivos que lleva-
ron al infante Fadrique de Castilla a militar en el bando del rey Manfredo de Sicilia, pues mientras que al-
gunos señalan que lo hizo por ser partidario de los Hohenstaufen, otros argumentan o sostienen que su ac-
tuación, más materialista, se limitó a la de un jefe de mercenarios con ánimo de lucro.
~ 35 ~
SEÑORÍO DE ALBARRACÍN
BODA DESPUÉS DEL FUNERAL
Tras la muerte en Albarracín43
de Álvaro Pérez de Azagra, el IV señor de este señorío,
a mediados de este año 1260, le sucede, como V señora de Albarracín, su hija mayor, de
16 años de edad, Teresa Álvarez de Azagra, que empieza confirmando sus fueros y cos-
tumbres, a 23 de julio, tal como los otorgó su padre y su abuelo. Y no tardó en casarse,
en este mismo año 1260, con Juan Núñez de Lara,44
hijo primogénito de Nuño González
de Lara,45
señor de la Casa de Lara, y de Teresa Alfonso, hija ilegítima del rey Alfonso
IX (muerto en 1230).46
Albarracín. Pintura de Manuel Micó
43
Provincia de Teruel.
44
Apodado el Mayor o el Gordo.
45
Apodado el Bueno.
46
Habrá mucho lío y problemas políticos en el señorío de Albarracín a partir de estos momentos. Ir a epí-
logo I.
~ 36 ~
REINO DE SEVILLA
DONACIONES DEL REY ALFONSO X AL ARZOBISPADO
El rey Alfonso X, a 25 de noviembre, donó al arzobispado de Sevilla, siendo ahora
Don Remondo el arzobispo,47
las villas de Cazalla de la Sierra y Brenes,48
concediendo
a sus pobladores el fuero de Sevilla.
47
Entre los años 1259-1288.
48
Ambas en la provincia de Sevilla.
~ 37 ~
EL TORO (REINO DE VALENCIA)
CONCESIÓN DE PRIVILEGIOS A LA POBLACIÓN DE EL TORO
El rey Jaime I, a 28 de noviembre, otorgó privilegios a la población cristiana y mora
de El Toro,49
un lugar con encanto, con todas las alquerías o masías que existen en su
término, concediéndoles varios derechos y franquicias. Actuaron como testigos su lu-
garteniente Don Ximén Pérez de Arenós y los nobles Don Galcerán de Pinós, Don
García Ortiz de Azagra, Don Carroz (señor de Rebollet) y Don Sancho de Antillón.
49
Provincia de Castellón.
~ 38 ~
SANTIAGO DE COMPOSTELA GALICIA – LEÓN – CASTILLA
SE FUNDA EL CONVENTO DE SANTA CLARA
En Santiago de Compostela,50
Con la dote de la reina de Castilla, Doña Violante, es-
posa de Alfonso X, y con donaciones populares, en este año 1260, quedó fundado el
convento de Santa Clara, de las hermanas pobres de San Damián o clarisas.51
Así queda
registrado en el Libro Tumbo del lugar.
Leamos un poco acerca de las clarisas y su carisma franciscano, remontándonos al
recuerdo de San Francisco de Asís, aquel joven alegre y soñador, a quien podemos re-
ferirnos como “rey de la juventud”. Pertenecía a la naciente burguesía de principios de
de este siglo XIII, en una sociedad de grandes diferencias sociales, guerras y luchas de
poder. Después de una larga etapa de búsqueda, descubrió el camino que Dios quería
para él. Cierto día, mientras oraba ante el Cristo de la ruinosa iglesita de San Damián,
escuchó o resonaron en él estas palabras: “Ve, Francisco y repara mi Iglesia que, como
ves, amenaza ruina”. Inmediatamente puso manos a la obra, pidiendo piedras y dinero
para la misma. Y mientras la restauraba, un día movido por inspiración divina profetizó
acerca de las clarisas lo que más tarde el Señor realizó. En efecto, dicen los escritos,
gritaba a ciertos pobres que vivían a los alrededores: “Venid, ayudadme en la obra del
monasterio de San Damián porque llegará un día que vivirán en él ciertas damas con
cuya famosa y santa vida se dará gloria a nuestro Padre Celestial en toda su santa
Iglesia”.
Clara de Asís, una joven de la nobleza, destacó por su gentileza, cortesía y belleza, por
dentro y por fuera. Desde niña aprendió de su madre cuanto concierne a la fe y destacó
por su caridad y misericordia, en la práctica de la oración y en el ofrecimiento de su vir-
ginidad. Su familia soñaba un rico porvenir para ella, casándola en lo posible con un
joven de su mismo rango y linaje, pero ella ya había decidido en su corazón consagrarse
por entero al Señor. Quedó muy impresionada por la radicalidad y opción de Francisco
cuando éste se despojó de sus bienes y de sus vestidos ante el obispo en la plaza de
Asís, restituyéndolos a su padre. Ella entonces tenía 13 años de edad. Y años más tarde
tuvo la ocasión de oírle predicar varias veces en la iglesia de San Jorge y en la catedral
50
Provincia de La Coruña.
51
El barroco edificio actual se irá construyendo entre los siglos XVII y XVIII. Situado al principio extra-
muros de la ciudad, hacia el norte, este convento fue el primero que tuvieron las clarisas en Galicia. Por
su fundación y desde la misma tiene el título y rango de “Real”. En 1297 habrá de trasladarse el convento
al interior de los muros, evitando lo peligroso de un lugar solitario, difícil y húmedo.
~ 39 ~
de San Rufino en Asís, quedando secretamente conmovida por su palabra simple, di-
recta, ardiente. Esta palabra resonaba en sus oídos como una llamada a la vida evan-
gélica y desde entonces trató de encontrarse con Francisco, deseosa de saber lo que Dios
quería de ella. Percibió en Francisco la originalidad evangélica, comprendió su ideal, le
seducía su pobreza, vivida en testimonio y seguimiento de Cristo, como un camino su-
gerente hacia la verdadera fraternidad, un camino de simplicidad, de paz y de alegría. Y
tomó la decisión de dejarlo todo para seguir a Cristo en la pobreza radical, como Fran-
cisco y sus hermanos.
Como señalan los textos franciscanos,52
“Mientras Francisco y sus hermanos, bajo la
inspiración del Espíritu Santo, eligieron la vida contemplativa y apostólica, Clara y sus
hermanas, enraizando la Palabra en el corazón y el corazón en Dios, eligieron como
tipo particular de vida el testimoniar a Cristo que contempla sobre el monte, solo frente
al Padre en el Misterio de su divina complacencia”.
Después que Clara se desposó con Cristo, San Francisco la guió finalmente a la iglesia
de San Damián, lugar que se convierte en una interpretación de la misión de Santa Clara
y de sus hijas para todos los siglos. La primera respuesta de Francisco al mandato del
Crucifijo “Ve y repara mi Iglesia” eran las piedras y el dinero. Pero la Iglesia del Señor
es una casa viva, construida por el Espíritu Santo con piedras vivas. La respuesta se-
gunda y definitiva viene de la iniciativa personal del Espíritu Santo; la respuesta es esta
joven mujer que deseaba hacer de su cuerpo un templo para Dios sólo, aceptando el reto
de la total oferta de sí misma a través de la caridad escondida, humilde y paciente, per-
maneciendo silenciosamente en el corazón de la Iglesia.
“La Santa Madre Clara fue la primera de las mujeres de clausura. Eligió el desierto
como vida que se nutre únicamente de Dios, que nace del deseo de amar con todas las
fibras del corazón a Aquel que por amor nuestro se ha entregado totalmente”.53
En un
principio se denominaban las “damas encerradas” en el monasterio de San Damián.
Después Clara define el carisma de su fraternidad con el nombre de “Hermanas po-
bres”.
La clausura de Clara comporta un estilo de vida fraterna que la Santa denomina “altí-
sima pobreza y santa unidad”, un don que capacita para acoger y, juntas, construir y re-
construir cada jornada. El ritmo sereno y susurrante de la oración litúrgica y personal,
de la vida sacramental, de la intensidad del trabajo, del servicio recíproco, de los mo-
mentos de encuentro fraterno y del clima penitencial está todo orientado a la transfor-
mación evangélica del corazón para que sea el Espíritu del Señor con sus santas obras
quien lo posea. El modelo concreto que Clara indica a cada hermana es el misterio de la
Virgen María y la Encarnación; la grandeza de la Madre de Dios y la humildad del
Creador que ha querido recogerse en el pequeño claustro de su vientre sagrado. Ahí ve
reflejada Clara su vocación de mujer recluida en un claustro.
Prosigamos haciendo un poco de historia. Cuando San Francisco peregrinó a Com-
postela fue muy bien acogido en todos los pueblos por donde pasaba; el ideal francis-
52
CC. GG.
53
CC. GG.
~ 40 ~
cano cautivó el corazón del pueblo español, desde el cortesano hasta el humilde pastor y
de un extremo a otro de la nación o de aquellos reinos; por eso la Familia Real, ya en
los primeros años del reinado de Fernando III demostró su simpatía hacia la Orden
Franciscana.54
En lo que respecta a Santiago de Compostela, sabemos que es lugar eclesial preemi-
nente. Es un lugar de peregrinaje y viva espiritualidad a la altura de Jerusalén y Roma.
Unido al ideal de peregrinación está el de fundar monasterios y conventos, antes y
después de San Francisco de Asís. Las clarisas de Santiago habrán de iluminar con su
sencillez, soledad, fraternidad y pobreza, en fidelidad al espíritu y a las reglas de los
Santos Francisco y Clara de Asís.55
54
Siguiendo así a través de los siglos.
55
¿Qué puede decir –preguntan propositivamente las clarisas– esta forma de vida a la mujer y al hombre
de hoy, cuando avanza el siglo XXI? ¿Qué profecía puede brotar de “nuestro vivir corporalmente re-
cluidas” como lo fueron Clara y sus hermanas en su tiempo, y a lo largo de tantos siglos? En medio de
esta sociedad postmoderna fragmentada e inestable que sufre la carencia de unas relaciones humanas au-
ténticas, nuestra separación del mundo es signo claro de una vida más humana dado que en ella la rela-
ción fraterna supone un especial cuidado y atención.
Vivimos el día a día bajo la mirada vigilante y amorosa del Padre Celestial. Nuestro ritmo no es en fun-
ción del rendimiento sino en función de nuestro fin último: venimos y vamos hacia Dios. Esto se propone
como alternativa a un ritmo desenfrenado, propio de la vida moderna que está en función de la producto-
vidad.
La vida de clausura, la estabilidad monástica, implican por sí mismas una dimensión que hoy tiene el
riesgo de ser perdida: aquella de la casa, de poder enraizarse y encontrar la seguridad de un espacio es-
table donde vivir. Seguridad necesaria a esta cultura moderna donde la casa no es el lugar donde se ha-
bita, sino tan sólo el lugar donde se duerme o come velozmente con la intención de salir de inmediato.
El monasterio es la casa, “¡qué deseables son tus moradas, Señor!”. Estamos llamadas a recuperar el
valor de la casa frente a lo provisional y efímero de nuestra cultura actual, porque pueden ser custodiados
los valores de la familia, de la fraternidad, del bien común y el sentido de pertenencia. La clausura es tam-
bién una expresión particular de nuestra opción por la pobreza extrema, pues vive e imita a Jesús pobre y
Crucificado actuando la salvación del mundo mediante su muerte y resurrección. Esto puede aportar luz a
la vida humana actual, siempre absorbida por una lectura exclusivamente económica, de éxito, y triunfos
de la existencia.
También pertenece a la cultura contemporánea la aparente exaltación del cuerpo. Nuestra vocación nos
invita a hacer del propio cuerpo un templo sólo para Dios y a ofrecer este mismo cuerpo en unión al sa-
crificio del Cuerpo de Cristo que permanentemente se ofrece por todos.
Estamos llamadas a redescubrir la belleza de nuestra vocación de Clarisas que se caracteriza, en primer
lugar, como llamada a vivir según la perfección del santo Evangelio, con una decidida referencia a Cristo
como único y verdadero programa de vida. En el silencio, en el ocultamiento de la oración, en el trabajo
humilde, en el discreto amor fraterno, en la alegría del sacrificio está la belleza de nuestra vocación y mi-
sión, como incesante himno eucarístico al Padre, por una Iglesia restaurada en la alabanza y en la interce-
sión.
~ 42 ~
ABADÍA CISTERCIENSE DE SOTOFERMOSO
(REINO DE CASTILLA)
CREACIÓN DE UN SEÑORÍO
El rey Alfonso X creó para la abadía cisterciense de Sotofermoso, del siglo XII, un
señorío independiente de Granada,56
originándose así la población que se forma en el
entorno, precisamente denominándose Abadía.57
56
Actual Granadilla (Cáceres). El sitio fue fundado por los musulmanes en el siglo IX como baluarte es-
tratégico de la zona, ya que se sitúa en una colina de pizarra que domina un extenso terreno y es un paso
obligado por la Vía de la Plata. En su parte más vulnerable (el noroeste), los almohades levantaron la al-
cazaba, que más tarde sería castillo cristiano.
En 1160 el rey Fernando II de León (1157-1188) conquistó la aldea, que entonces se llamaba Granada y
hasta ese momento había sido islámica. Fernando II La rehízo y repobló dotándola de murallas, dándole
título y rango de villa en 1170. Su intención era que sirviera de muro de contención contra posibles avan-
ces de los musulmanes que se asentaban y dominaban toda la parte meridional de las Transierras leonesa
y castellana. La villa era una verdadera fortificación situada estratégicamente, al ser paso obligado entre
la Vía de la Plata y la comarca de Las Hurdes, estando rodeada por las vegas del río Alagón, el afluente
más largo del Tajo. Su nombre original fue Granada, si bien, tras la conquista de Granada en 1492 por los
Reyes Católicos, pasó a denominarse Granadilla para evitar confusiones, aunque el nombre de Granadilla
no fue oficialmente utilizado en los documentos del Concejo hasta el siglo XIX. A 31 de agosto de 1191
fue cedida a la Orden de Santiago por el rey Alfonso IX de León (1188-1230).
57
La primera referencia escrita de la abadía, conocida como Sotofermoso, es de una bula pontificia de
Alejandro III (1159-1181), con fecha 7 de agosto de 1168 y recogida en Benavente (Zamora). Ahora, en
este año 1260, el rey Alfonso X creó el señorío que hemos notificado, de donde deriva el actual pueblo
conocido como Abadía, al norte de la provincia de Cáceres. En 1444, con la llegada al lugar del conde de
Alba (todavía no duque) Fernán Álvarez de Toledo (1390-1460), la abadía cisterciense se amplió, dando
lugar también el Palacio de Sotofermoso (o Soto Fermoso), que ya antes había sido castillo probable-
mente templario. Lo que se conoce ahora es un edificio de planta cuadrada, con patio mudéjar y altura de
dos plantas, todo formado por una doble galería de cinco arcos por lado, siendo los arcos inferiores de he-
rradura apuntados (mudéjares del siglo XVI) y escarzanos o caídos los superiores (del mismo siglo); se
muestran los escudos heráldicos de la Casa de Alba en las esquinas.
~ 44 ~
TOLEDO (REINO DE CASTILLA)
SE PODRÁ CONSTRUIR UNA GRAN SINAGOGA EN TOLEDO
Puede destacarse como noticia de este año 1260 en Toledo, reino de Castilla, que
Alfonso X concedió un permiso extraordinario a la comunidad judía del lugar para que
pueda construir una gran sinagoga, sobre la más modesta ya existente, del siglo XII.58
Con gran apertura de ánimo y de convivencia, la construcción la levantarán o edifi-
carán ahora canteros y alarifes musulmanes (mudéjares), en una ciudad de reino cris-
tiano y para la comunidad judía en su aljama, con muchas aportaciones hebreas.
El edificio se plantea con cinco naves que han de erigirse sobre pilares sobre los que
descansen arcos de herradura. Su exterior será despojado y su interior, más cálido, habrá
de caracterizarse por la austeridad, acorde a la tradición oriental de construcción interio-
rizada.59
58
Como podemos recordar, en una viga de la sinagoga figura como año de su construcción el de 1180,
por gracia y consentimiento del rey Alfonso VIII de Castilla. La reconstrucción de 1260 se emprende
porque hubo gran destrucción debida a un incendio en 1250. Alfonso X otorga su permiso en 1260 para
que los judíos puedan construir en Toledo “la mayor y más hermosa sinagoga de España”.
59
La Sinagoga Mayor de Toledo, que es la actual iglesia de Santa María la Blanca. Puede verse algo más
en epílogo II.
~ 45 ~
Sus elementos arquitectónicos incluirán paredes blancas lisas, de ladrillos, arcos de
herradura y pilares octogonales, decorados geométricamente en sus frisos y represen-
tación de vegetales en los capiteles de los pilares.
Las mencionadas características, teniendo en cuenta la distribución de los espacios,
con naves formadas por la sucesión de arcos de herradura soportados por pilares,
tienden a recordar la tipología propia de una mezquita.
~ 46 ~
ESLAVONIA
MURIÓ EL BAN ESTEBAN GUTKELED
Murió en este año 1260 el gobernante o ban de Eslavonia60
Esteban Gutkeled,61
sin
duda alguna pasando a la historia como destacado noble oligarca.62
Era hijo de Dragun
Gutkeled, sobrino de Apaj Gutkeled, ban de Eslavonia (1235-1239) y de Nicolás Gut-
keled, jefe de la Cámara de la Corte Húngara y posteriormente también ban de Es-
lavonia (1239-1241), todos ganando gran influencia bajo el reinado del rey Bela IV de
Hungría.63
Esteban Gutkeled se crió en la corte real húngara y posteriormente estuvo al servicio
del príncipe real húngaro Colomán, muerto en 1241,64
hijo del rey Andrés II de Hungría
(1205-1235). En 1241, asistiendo al rey húngaro, estuvo Esteban Gutkeled en la batalla
de Mohi contra los tártaros o mongoles; tras la derrota sufrida, escoltó al monarca hasta
la isla de Trogir,65
donde el rey se refugió hasta que se fueron los mongoles.
En 1242 fue nombrado maestro de caballerizas del reino de Hungría y años después,
en 1245, fue juez nacional, pasando a ser nádor66
de Hungría y ban de Eslovania a partir
de entonces, sobre todo desde 1246, hasta este año de su muerte, 1260.
60
Eslavonia (que no debe confundirse con el país vecino de Eslovenia), es una región geográfica e histó-
rica en la zona este de Croacia. Es una fértil llanura agrícola, con grandes masas boscosas y algunas mon-
tañas, limitada en parte por el río Drava al norte, el río Sava al sur y el río Danubio al este. Durante casi
medio milenio fue un territorio bajo vasallaje del antiguo reino de Hungría, cuyo monarca confiaba el go-
bierno por lo general a sus nobles más cercanos, al igual que ocurría con la administración vecina de
Moesia.
Históricamente, fueron variando las fronteras de Eslavonia. En los principios de la Edad Media respecto
del reino de Hungría, Eslavonia era vasalla en su parte más occidental. En el período medieval tardío fue
cuando ocupó los territorios antes dichos. En los siglos XVIII y XIX, con cierta modificación territorial,
será una provincia de la imperial Casa de Habsburgo (en lo que ahora no entramos).
61
Sin que sepamos su edad, pues se desconoce la fecha de su nacimiento.
62
Siendo padre del todavía más destacado e influyente Joaquín Gutkeled, de quien ya iremos tratando o
haremos consideración en su momento. Joaquín sobresalió en dominio y en territorios sobre sus herma-
nos.
63
Reinado de entre los años 1235-1270.
64
El 10 de abril, en la batalla de Mohi o del río Sajó, contra los atacantes mongoles, como bien podemos
recordar.
65
En la costa adriática de Croacia, en la región de Split-Dalmacia.
66
Príncipe palatino de altísimo rango en el reino de Hungría.
~ 47 ~
Recordemos cómo tras la invasión de los mongoles sobre los húngaros, el rey Bela IV
fue reconstruyendo su devastado reino, prácticamente refundándolo, siendo este proceso
muy seguido y emprendido por Esteban Gutkeled, centrándose sobre todo en la recons-
trucción del banato de Eslavonia.67
Construyó nuevas fortalezas, convirtiéndose en el
primer noble que las construyó por sí mismo en Hungría (anteriormente eran fundadas
exclusivamente por el rey).
En 1258 los nobles de Estiria68
se alzaron contra el poder húngaro, pero el rey Bela IV
los derrotó, y colocó a su hijo el príncipe real Esteban69
como duque del lugar, permane-
ciendo junto a él, siendo su capitán, Esteban Gutkeled. Sin embargo, el rey Otakar II de
Bohemia70
deseaba apropiarse de esos territorios, y exitosamente consiguió obtener el
apoyo de los nobles locales expulsando al príncipe real Esteban y a Esteban Gutkeled de
Estiria, quedando él como duque de allí.
Esteban Gutkeled podrá ser recordado como ya documentalmente dijo de él Bela IV
de Hungría, siendo, según este monarca: “el hombre digno de nuestros corazones, quien
no es un destructor, sino constructor, no es un derrochador, sino recolector, tampoco
un devastador, sino un gran protector por su gran lealtad y sabiduría”.
Escudo de Armas de la familia Gutkeled
67
Que englobó también Croacia y Dalmacia.
68
Gran territorio austríaco y esloveno (de Eslovenia).
69
Futuro Esteban V de Hungría (1270-1272).
70
De reinado como tal entre los años 1253-1278.
~ 48 ~
SULTANATO MAMELUCO DE EGIPTO
ASESINATO DEL SULTÁN QUTUZ
TRAS LA BATALLA DE AIN YALUT
Saif ad-Din Qutuz al-Mu’izzi, más conocido por el sencillo o abreviado nombre de
Qutuz, sultán mameluco de Egipto en los dos últimos años, 1259-1260, murió asesinado
a poco de vencer a los mongoles en la batalla de Ain Yalut, una batalla de gran im-
portancia y de mucho valor simbólico.71
Qutuz era el principal jefe de los mamelucos fieles al sultán Aibek (muerto en 1257).
Como tal, encabezó el grupo que asesinó en enero de 1254 al rival del sultán y jefe de
los mamelucos Bahri, Faris al-Din Aqtay al-Jamdar. El destacado papel que había te-
nido en la muerte del jefe de los mamelucos Bahri le granjeó el odio de éstos. Cuando
Aibek fue asesinado por esclavos sobornados por su esposa, Shanyar al-Durr (marzo de
1257), Qutuz devino uno de los personajes principales que se disputaban el poder en el
sultanato.
Cuando llegó a Egipto la noticia de la entrada de los mongoles en Siria, en diciembre
de 1259, Qutuz depuso al sultán Al-Mansur al-Din Alí, hijo del difunto Aibek, y se
arrogó el título de sultán. Lo hizo cuando sus principales rivales se hallaban ausentes
de El Cairo. Justificó el derrocamiento afirmando que el sultán era demasiado joven
para dirigir la yihad que se tenía que declarar contra los invasores mongoles. Éstos, tras
ocupar Damasco, se habían apresurado a enviar contingentes para apoderarse de Nablus
(Naplusa) y Gaza. Qutuz, hombre maduro y enérgico, parecía más adecuado para afron-
tar la amenaza mongola.
En el verano de este año 1260, llegó a Egipto una embajada mongola, que exigió la
sumisión de Qutuz y del sultanato, y mostró su desprecio por los orígenes esclavos del
sultán y de los emires mamelucos. En airada respuesta, Qutuz los mandó ajusticiar,
medida que se tornó habitual en los intercambios diplomáticos posteriores entre mame-
lucos y mongoles. El sultán reunió en torno a sí a todas las fuerzas regionales –algunos
ayubíes sirios entre ellas– que deseaban hacer frente a los mongoles, y se decidió a
combatirlos en Siria. Incluso los mamelucos Bahri, acaudillados por Baibars, se recon-
ciliaron temporalmente con el sultán para luchar contra los invasores. Un gran ejército
partió de Egipto hacia Palestina el 26 de julio y a él se unieron tribus beduinas y otras
71
Ir a epílogo III, donde algo se reitera complementariamente a lo que aquí se cuenta y de lo que se ha-
cen anotaciones.
~ 49 ~
fuerzas. El enemigo, sin embargo, se hallaba muy debilitado, pues el grueso de sus tro-
pas se había retirado de la región cuando Hulagu, noticioso de la muerte del Gran Kan
Möngke, se replegó para participar en la lucha por el trono mongol. En Siria apenas
quedaban unos miles de jinetes al mando de un general de Hulagu llamado Kitbuqa. Y
ocurrió la batalla de Ain Yalut, tras la cual, en octubre, fue asesinado Qutuz, suce-
diéndole Baibars en el sultanato.72
72
Véase esta sucesión en el epílogo III, señalando aquí cómo participó en la victoria mameluca de Ain
Yalut sobre los mongoles y cómo resultará el mayor azote contra los cruzados desde los tiempos de Sa-
ladino (1174-1193), siendo realmente quien los elimine. Su muerte será en 1277.
~ 50 ~
YORK (REINO DE INGLATERRA)
ÓBITO DE UN SABIO FRANCISCANO
Murió en este año 1260, en York (reino de Inglaterra), el franciscano conocido como
Tomás de York,73
destacado filósofo y teólogo, perteneciente a la llamada Escuela de
Oxford.74
Tomás de York, al igual que otros, fue discípulo de Roberto Grosseteste en Oxford y
continuó su tradición filosófica-teológica y científica. Enseñó en Oxford entre los años
1253 y 1256, como también posteriormente en Cambridge.
Escribió un opúsculo titulado Manus quae contra Omnipotentem, defendiendo en el
mismo a las órdenes mendicantes contra diversos ataques, incluidos los de aquellos que
rechazan la práctica de la (franciscana) pobreza absoluta en el seguimiento de Cristo.
También deja escrita su Comparatio sensibilium, donde trata de elevar la mente a Dios a
través del estudio y consideración de lo creado, añadiéndose también sus sermones y
cartas. Pero su mejor obra es un Sapientiale,75
un importante tratado de metafísica bas-
ado en la filosofía aristotélica, pero teniendo en cuenta los comentarios árabes de Al-
Farabi (muerto en 950), Avicena (muerto en 1037) y Averroes (muerto en 1198), al
igual que los de los judíos Avicebrón (muerto en 1058) y Maimónides (muerto en
1204). También se sirve de Cicerón, San Agustín, Boecio y San Anselmo, sin descartar
a los más destacados autores posteriores a éstos. Tomás de York pasa a la historia como
quien posee una mente muy abierta y receptiva a las corrientes filosóficas más diversas,
que trata de aunar en una síntesis personal.
73
Parece ser que de nacimiento procedente de York, sin que sepamos la fecha, por lo que no podemos
determinar su edad.
74
Ligada a la orden franciscana en el marco de la escolástica tardía. Dedicados sus representantes a va-
rias ramas del saber, como la filosofía y la teología, son especialmente conocidos por sus aportaciones
en lógica, matemática y física. Durante el siglo XIV introdujeron la interpretación matemática en la física
aristotélica, y propusieron cuestiones y problemas nuevos, adelantándose a los que trató con mayor pro-
piedad la ciencia moderna. Suele señalarse a Roberto Grosseteste (1175-1253) como el fundador de esta
Escuela.
75
Que puede ser calificada (según autores como Longpré o Grabmann) como la primera “Summa” me-
tafísica del siglo XIII, intento de síntesis del saber griego con la sabiduría cristiana. O como la primera
metafísica original de la alta escolástica, construida sobre base aristotélica.
~ 52 ~
EPÍLOGO I
EL SEÑORÍO DE ALBARRACÍN
Albarracín fue durante la dominación musulmana la capital de un fuerte o considera-
ble reino de taifa gobernado por la familia bereber de los Banu Razin, llegados de los
primeros tiempos musulmanes en la Península. Establecidos en la parte oriental del
Macizo Ibérico, hicieron su capital y legaron su nombre a una ciudad que las crónicas
llaman Santa María de Oriente o de Banu Razin, para diferenciarla de otra Santa María
de Poniente situada en el Algarve portugués.
La independencia de aquel señorío-estado tiene de fecha la de 1010-1011, aunque ya
antes los Banu Razin vivieron casi siempre libres de Córdoba por estar aislados en la
serranía. En 1104 los almorávides incorporaron a su Imperio los dos únicos reinos de
taifa que aún quedaban libres en la Península: el de los Banu Razin (Albarracín) y el de
los Banu Hud (Zaragoza). Tras el dominio ejercido por los gobernadores almorávides
desde Valencia, al ser expulsados éstos en 1145, pasó Albarracín a manos de los diver-
sos reyezuelos moros de Valencia y Murcia, que lucharon entre sí hasta que en 1147
quedó dominado todo el Levante por Abu Abd Allah Muhammad ibn Mardanish, el
llamado el rey Lobo de Murcia.
Por parte cristiana fue patente la ambición de los reyes de Aragón y del obispo de
Zaragoza considerando a Albarracín y su tierra como zona de expansión propia. Así, en
1122, Alfonso I el Batallador (1104-1134), al recibir como vasallo suyo a Céntulo de
Bigorra en Morláns-San Sebastián, le hace donación de “Santa María de Albarracín
con tota sua pertinencia quando Deus omnipotens eam mihi dederit”. Igualmente, en
diciembre de 1134 el obispo de Zaragoza76
obtiene de Ramiro II el Monje (1134-
1157) las iglesias que según la hitación de Wamba77
le correspondían, entre ellas Alba-
rracín. Esta donación la confirma Alfonso VII de León y Castilla (1126-1157), que me-
diatizaba la soberanía aragonesa en aquellos años. Asimismo Ramón Berenguer IV
(1137-1162), en 1158, confirma al obispo Pedro Torroja (o Tarroja) de Zaragoza (1152-
1184) las iglesias de Albarracín.
Por otro documento, del 7 de septiembre de 1166, Alfonso II de Aragón (1164-1196),
estando en Gerona, otorgó a Calveto de Biel viñas, molinos y otras posesiones y dere-
chos en tierras de Albarracín, “pro cuius studio atque industria spes me habere castrum
de Berrazin”. Aún en 1170, Alfonso II otorgó de nuevo las iglesias de Albarracín al
mencionado obispo de Zaragoza: “para cuando con la ayuda de Dios la pueda arran-
car de manos de los paganos”. A su vez, aquel obispo pudo obtener cinco bulas del Pa-
pa Alejandro III (1159-1181) en enero de 1172, reconociéndole el pontífice el derecho a
las iglesias de Albarracín.
76
García Guerra de Majones (1130-1137).
77
Geografía eclesiástica de finales del siglo VII, época visigoda.
~ 53 ~
Mas todos estos documentos sólo representan el deseo del rey de Aragón y del obispo
de Zaragoza de incorporar a su reino una ciudad y su extenso territorio que, en aquellos
años, volvía a recuperar su independencia, en la tradición del reino de los Banu Razin,
convirtiéndose ahora en un señorial estado cristiano.
Este hecho está aún poco documentado, pero es evidente que se produce –como bien
podemos recordar– en el marco de la política del reino de Castilla y en las ambiciones
eclesiásticas del arzobispo de Toledo. La independencia del señorío de Albarracín en
manos del caballero navarro Pedro Ruiz de Azagra está atestiguada desde 1170. Se
atribuye a la donación de la ciudad hecha por el rey Lobo de Murcia a cambio de sus
servicios. Esta tradición se asienta ya en documentos de los siglos XII y XIII. A la vez,
aquella independencia política se refuerza con la eclesiástica, pues en 1172 se crea el
obispado de Albarracín, dependiente del arzobispado de Toledo.
Así, al avanzar la conquista cristiana hasta Teruel en 1171 y luego hasta Cuenca en
1177, Albarracín ya se había convertido en un señorial estado independiente de Aragón
y Castilla, siendo sus señores los Azagra. A éstos les sucederán los Laras y luego el
infante Fernando de Aragón, hijo ilegítimo de Pedro III de Aragón (1276-1285). Todos
ellos fueron auténticos señores con soberana independencia respecto a los reinos de
Aragón y de Castilla, llamándose “Vasallos de Santa María y Señores de Albarracín”,
proclamando así la libertad política de aquel pequeño y señorial estado con su enclave
entre los dos reinos.
Albarracín fue atacado unas veces por Aragón y otras por Castilla, y en ocasiones por
ambos. Sin embargo, el señorío de Albarracín supo sacar fuerza de la rivalidad de am-
bos reinos para mantenerse independiente hasta 1379. La dinastía señorial de los Azagra
gobernó Albarracín de 1170 a 1260, año éste en el que pasó el señorío a la hija y he-
redera de Don Álvaro Pérez de Azagra, Doña Teresa, casada con el poderoso y turbu-
lento señor de la Casa de Lara Don Juan Núñez de Lara, llamado el Mayor. Éste metió a
Albarracín en guerras diversas contra Pedro III de Aragón, aliándose incluso con Felipe
III el Atrevido, rey de Francia y de Navarra, el gran enemigo del rey de Aragón. Como
podremos ver en su momento, todo el conflicto de los Infantes de La Cerda (dos nietos
del rey Alfonso X) con sus guerras contra Sancho IV de Castilla ayudado por Pedro III
de Aragón lo sufrirán los de Albarracín.
Por fin, en 1284, tras un sitio famoso, Pedro III logró rendir la ciudad por hambre.
Pero la guerra siguió, y al año siguiente Felipe III el Atrevido invadía el reino de Aragón
por Cataluña, donde era vencido y, víctima de la peste, muere el 5 de octubre de 1285
en Perpiñán.
Poco después, también muere Pedro III, el 11 de noviembre del mismo año 1285. An-
tes había dejado Albarracín de nuevo independiente, para evitar rivalidades con Castilla,
concedido el señorío a Doña Inés Zapata, de la cual había tenido un hijo natural o ile-
gítimo, llamado don Fernando, que pasó a ser señor de Albarracín.
Posteriormente logró recuperar transitoriamente la discutida y disputada ciudad Al-
fonso III de Aragón (1285-1291), por pactos con su hermanastro, para devolverla al hijo
de Juan Núñez de Lara el Mayor, llamado Juan Núñez de Lara el Joven. Poco duró esta
situación, pues, en 1300, Jaime II de Aragón (1291-1327) riñó con el de Lara e incor-
poró el señorío y ciudad de Albarracín a la Corona de Aragón, dándole título y categoría
~ 54 ~
de ciudad con el segundo lugar en las Cortes del Reino, en el lado izquierdo, donde los
representantes de Albarracín y su comunidad se sentaban tras los de la ciudad de Hues-
ca. Esta situación, que parecía definitiva, tampoco se mantuvo, pues en noviembre de
1327, al morir Jaime II, subió al trono de Aragón Alfonso IV el Benigno (1327-1336),
quien, para limar asperezas con Alfonso XI de Castilla (1312-1350), contrajo matrimo-
nio con su hermana Doña Leonor (muerta en 1359), a la que se entregó Albarracín.
Pronto nació (en 1329) un infante, llamado Fernando, el cual pasó a ser soberano de Al-
barracín. Al morir el rey Alfonso IV en 1336, Doña Leonor de Castilla, temerosa de Pe-
dro IV de Aragón (1336-1387), abandonó en el lecho de muerte a su marido y, con su
hijo, señor soberano de Albarracín, se refugió en aquella ciudad. Castilla hizo respetar a
Pedro IV la independencia del señorío de Albarracín a todo lo largo de su turbulento
reinado, del que Albarracín y su soberano, el hermanastro de Pedro IV, fueron agentes
activos en todas las revueltas de la Unión contra el Rey (una liga de nobles) tanto en
Aragón como en Valencia. Estas violencias se acrecentaron cuando Pedro IV se alió al
bastardo Enrique de Trastámara,78
aspirante al trono de Pedro I el Cruel, rey de Castilla.
Este rey invadió, en 1356, Aragón y Valencia, y en estas guerras ante Burriana (Cas-
tellón) Pedro IV de Aragón logró atraer al soberano de Albarracín, su hermanastro, has-
ta su cámara, donde lo asesinó en 1363. Y ya continuaremos con estas historias.
78
Enrique II de Castilla (1366-1367/1367-1379).
~ 55 ~
EPÍLOGO II
SANTA MARÍA LA BLANCA DE TOLEDO
La actual iglesia de Santa María la Blanca de Toledo, ahora no dedicada al culto, fue
construida como sinagoga en el año 1180, funcionando como tal durante 211 años. Fue
expropiada a la comunidad judía y transformada en iglesia en 1391, cuando hubo re-
vuelta contra los judíos que podremos considerar (D. m.) en su momento. Aunque per-
tenece ahora a la Iglesia Católica, su función es museística, de exposiciones, de acti-
vidades educativas y culturales.
~ 56 ~
Este edificio mudéjar posee cinco naves separadas por pilares sobre los que descansan
arcos de herradura. Tuvo considerable influencia arquitectónica sobre otras sinagogas
españolas, por ejemplo en la de Segovia.
Se trata de una construcción mudéjar, de canteros y alarifes moros. Sus 32 pilares son
de ladrillo recubierto por cemento y cal. Ornados de piñas y volutas, sus capiteles de-
notan influencia del arte románico. Por encima de los arcos de herradura prevalece la
ornamentación abstracta en frisos horizontales que incluye molduras con delicados mo-
tivos basados en la interacción de líneas y medallones. Los entrelazados geométricos
formados por las líneas son de origen almohade.
~ 58 ~
A mediados del siglo XVI y a instancias del famoso Cardenal Silíceo (1477-1557), la
antigua sinagoga fue convertida en beaterio para damas de vida desordenada arrepen-
tidas, siendo por esas fechas sometida a una serie de obras de reconstrucción que, si-
guiendo planos del arquitecto Alonso de Covarrubias (1488-1570), afectarían principal-
mente a la cabecera.
~ 59 ~
A continuación, tras algo más de una centuria abandonada, durante el siglo XVIII pa-
só a funcionar como cuartel de infantería, y ya en el XIX, tras la Guerra de la Inde-
pendencia, como depósito o almacén de diversos enseres de la Real Hacienda.
Declarada Monumento Nacional en 1930, tras la Guerra Civil pasaría de nuevo a
manos de la Iglesia, siendo objeto de varias restauraciones cuyo resultado es su actual
estado, que si bien no acoge culto alguno es perfectamente visitable funcionando in-
cluso como sala de exposiciones temporales o para diversos conciertos y recitales.
~ 60 ~
En un segundo registro en altura y sobre los arcos interiores que separan las naves se
despliegan intrincadas yeserías que recuerdan a las existentes en el monasterio de las
Huelgas de Burgos, así como arquerías ciegas pentalobuladas de raigambre almohade.
~ 61 ~
EPÍLOGO III
LA BATALLA DE AIN YALUT (POZO DE GOLIAT) EN ESTE AÑO 1260
La batalla de Ain Yalut ocurrió el 3 de septiembre de 1260, enfrentándose en ella los
mamelucos egipcios y los mongoles establecidos por entonces en el palestino valle de
Jezreel (o llanura de Esdrelón), en Galilea, al norte de Israel como bien sabemos.
Esta batalla es considerada un acontecimiento de gran importancia por muchos histo-
riadores, pues fue la primera vez que los mongoles fueron derrotados. Hulagu Kan, go-
bernante del Ilkanato (gran zona que vino a coincidir más o menos con Persia, Azer-
baiyán y Turquía), nunca pudo vengar la derrota sufrida, y en subsiguientes expedicio-
nes sólo pudo vencer a los mamelucos en una ocasión. Así se detuvo el avance mongol
en Oriente Próximo y se derrumbó el mito de la invencibilidad de los mongoles.
Veamos los antecedentes. Tan pronto como fue elegido Gran Kan Möngke en 1251,79
éste se dispuso a ejecutar el ambicioso plan de conquistar el mundo tal como lo concibió
su abuelo Gengis Kan.80
Para la tarea de someter a las naciones del Occidente, eligió a
su hermano, Hulagu.
Hulagu armó el que tal vez vino a resultar el más numeroso ejército mongol de la
historia, rebasando la cantidad de 120.000 hombres. Esta tarea o empeño le llevó cinco
años, estando ya todo listo en 1256 para comenzar las planeadas invasiones. Desde Per-
sia, Möngke le fue dando instrucciones a su hermano para que pusiera rumbo al sur y
subyugara el imperial califato abasí de Bagdad, como bien recordamos. De allí tendría
que ir a Palestina y luego a Egipto, enfrentándose del todo al sultanato mameluco.
Möngke también le ordenó a su hermano que tratara bien a quienes se sometieran sin
resistencia, pero que aniquilara a quienes se negaran a hacerlo. Así, los nizaríes (hashs-
hashin) de Persia estaban tan intimidados por la reputación de Hulagu que no opusieron
resistencia. Sin embargo, el invasor los masacró, como bien recordamos, continuando su
ataque contra lo que aún quedaba del califato abasí (batalla de Bagdad en 1258).
Se dice que al califa abasí Al-Mustasim se le ofreció la oportunidad de rendirse, pero
que decidió desafiar a los mongoles, asegurando que Alá los castigaría si se atrevían a
atacarlo. En su fe ciega o desafío imprudente, ni siquiera se molestó en reclutar un ejér-
cito de musulmanes leales para defender Bagdad o fortalecer las defensas de la ciudad.
Así, dirigidos por Hulagu, los mongoles capturaron y destruyeron Bagdad en el men-
cionado y recordado año 1258, y llevaron a cabo una matanza que diezmó enormemente
la población.
A continuación, el ejército de Hulagu partió a la conquista de Siria. Los mongoles
estaban aliados con los francos del principado de Antioquía y con el reino armenio de
Cilicia, de modo que conquistaron junto con ellos las ciudades de Alepo y Damasco.
79
Muerto en 1259.
80
Muerto en 1227.
~ 62 ~
Sitiaron Alepo en enero de 1260 y la ciudad cayó poco después tras una heroica resis-
tencia, el 25 de ese mes. Fue arrasada por los vencedores, destacando no poco los ar-
menios quemando enteramente la mezquita y derribando las murallas, avanzando luego
todos hacia Damasco, sin que los reyezuelos ayubíes de la zona pudiesen impedirlo;
algunos incluso se unieron al ejército invasor. An-Nasir Yusuf, señor de Damasco y de
Alepo, huyó al sur sin resistir.81
En los primeros días de marzo los mongoles conquis-
taron Damasco. Poco después enviaron destacamentos que se adueñaron de Naplusa
(Nablus) y Gaza, ya en Palestina y cerca del Sinaí. El señor ayubí de Kerak (o Al-Ka-
rak) aceptó la imposición de un gobernador mongol y otros dos de sus familiares, Al-
Ashraf (señor de Homs) y Al-Said (señor de Subayba, la conocida como castillo o for-
taleza de Nimrod, en los actuales Altos del Golán, Siria) se unieron a las hordas mon-
golas.
Como reacción al avance mongol, en Egipto y durante el mes de diciembre de 1259,
Qutuz, jefe y mando mameluco enérgico y maduro, hecho a muchas lides, derrocó al
joven sultán Al-Mansur Nur al-Din Alí (hijo de Aibak o Aibek) y se aprestó a combatir
la inminente llegada invasora de los mongoles con sus aliados. Baibars, jefe de los ma-
melucos Bahri enemistados con el nuevo sultán que había participado en el asesinato de
su anterior jefe y hasta entonces al servicio del ayubí An-Nasir, abandonó el servicio de
éste y marchó al sur. Disgustado por la falta de oposición de los ayubíes al avance mon-
gol, logró una reconciliación temporal con Qutuz y se unió a sus fuerzas. Los mame-
lucos egipcios se hicieron pronto los paladines del Islam, reforzando así la propia le-
gitimidad de poder en la vasta región y marcando el ocaso de los ayubíes.
Y sobrevino, tal como nos proponemos contar, el conflicto o enfrentamiento bélico de
mongoles y mamelucos.
Avance de los bandos enfrentados en 1260
81
Era bisnieto de Saladino y parece ser que murió asesinado, ajusticiado, en 1261.
~ 63 ~
Tras las referidas victorias, los mongoles se prepararon para conquistar Egipto. En el
verano de 1259, Hulagu envió embajadores al sultán exigiendo su rendición. Qutuz res-
pondió matando a los mensajeros y colgando sus cabezas en la puerta conocida como
Bab Zuwayla de El Cairo. Mientras Qutuz se preparaba para enfrentar la inminente in-
vasión, Hulagu tuvo que regresar al norte, a Azerbaiyán, para participar en la disputa
sucesoria que surgió a raíz de la muerte de su hermano Möngke.82
El jefe mongol se
llevó consigo a la mayor parte de su ejército y dejó apenas uno o dos tumen (entre
10.000 y 20.000 soldados) bajo el mando de su mejor general, Kitbuqa Noyan (un cris-
tiano nestoriano).83
La reducción de las fuerzas disponibles no disuadió a los mongoles
de proseguir su avance hacia el sur, y se dispusieron a conquistar Palestina y Egipto.
Los mongoles buscaron aliarse con lo (poco) que quedaba del reino de Jerusalén, por
entonces con la capitalidad en San Juan de Acre, pero el Papa Alejandro IV no lo
permitió. Los cristianos se mantuvieron neutrales en el conflicto, pero estaban seguros
de que sólo era cuestión de tiempo para que los mongoles trataran de someterlos tam-
bién a ellos, así que autorizaron al ejército mameluco para que recorriera libremente su
territorio, pero a la vez informaron de sus movimientos a los mongoles. Los francos del
sur, desilusionados por la brutalidad mongola (habían saqueado incluso Sidón),84
no
sólo permitieron el paso de las huestes egipcias hacia Damasco, sino que las abaste-
cieron y con su pasividad aseguraron la retaguardia de Qutuz. Rompieron así la palabra
dada a Kitbuqa, al que habían prometido mantenerse neutrales en la contienda.
Convencido de que no podía esperar a que Hulagu regresara al Oriente Próximo con
todos sus efectivos, Qutuz decidió marchar con sus hombres al norte para enfrentar a
Kitbuqa. Confiaba en que, si lograba vencer, no sólo salvaría los lugares santos del Is-
lam (Jerusalén, La Meca y Medina) sino que también asestaría un duro golpe a los mon-
goles, a quienes todo el mundo tenía por invencibles. Entonces conseguiría la adhesión
de más adeptos a su causa.
El ejército egipcio penetró en Palestina el 26 de julio de 1260 y desbarató la débil
guarnición enemiga de Gaza. Siguió avanzando hacia San Juan de Acre y luego hacia el
interior de Palestina poniendo rumbo a Damasco. Según avanzaba se unieron al gran
ejército (tal vez de unos 100.000 soldados) guerreros beduinos sirios. El estallido de una
insurrección popular de la población musulmana damascena estorbó los preparativos de
82
El 11 de agosto de 1259.
83
Muerto en la batalla de Ain Yalut. Era un cristiano túrquico, nestoriano, de la tribu mongola de los nai-
manos. Fue teniente y confidente de Hulagu, estrecho ayudante y colaborador suyo. Estuvo al mando de
una de las divisiones que atacaron y saquearon Bagdad y ayudó mucho en la conquista de Damasco.
Los relatos de los mamelucos lo describen como un gran guerrero que se negó a retirarse de la batalla
aun sabiendo que los mongoles eran muchos más; prefirió la muerte antes que la deshonra de la retirada,
según él vergonzosa. Fue capturado y ejecutado por los mamelucos ampliamente superados en número
durante la batalla, y que prefería la muerte antes que la retirada y la vergüenza. Pese a ello fue capturado
y ejecutado (por trucidación o desmembramiento que puede ser por tiros o arranques de caballos).
También se relata que esperaba que su muerte fuera vengada por Hulagu, lo cual nunca ocurrió.
84
Ciudad del Líbano.
~ 64 ~
Kitbuqa, que alistaba sus fuerzas para marchar al sur a detener el avance enemigo. Este
contratiempo permitió a los egipcios aprestarse a elegir el campo de batalla y preparar
sus fuerzas en Galilea, y esperar la llegada del enemigo. En agosto, Qutuz, tras marchar
paralelo a la costa con rumbo norte, alcanzó San Juan de Acre y acampó a sus puertas.
El 2 de septiembre, cuando se enteró de que Kitbuqa había cruzado el río Jordán y pe-
netrado en Galilea, Qutuz marchó al sureste a través de Nazaret y dispuso sus fuerzas en
el paraje conocido como “Pozas o Pozo de Goliat”.
Los ejércitos enemigos acamparon en Palestina en julio de 1260 y se encontraron en el
Ain Yalut (el Pozo de Goliat) el 3 de septiembre, con cerca de 20.000 soldados por cada
bando. Según Kairakos (historiador armenio del siglo XIII), había muchos armenios y
georgianos en las filas de Kitbuqa. Según Smpad (otro historiador armenio), cerca de
quinientos soldados armenios acompañaron a los mongoles. En cualquier caso, a éstos
les acompañaban contingentes de las dos nacionalidades. Los dos ejércitos tenían com-
posiciones parecidas: lo más selecto de ambos consistía en unidades de arqueros a ca-
ballo, acompañadas de infantería de menor calidad y unidades de caballería de los alia-
dos, menos disciplinadas y fiables. En el caso egipcio, al núcleo de caballería mameluca
lo acompañaban los peones egipcios, numerosos pero mal armados, caballería beduina y
turcomana y fuerzas de algunos aliados ayubíes y otros kurdos.
Qutuz planeó el cerco de las huestes enemigas: ocultó el grueso de sus tropas y dejó
como cebo a unas cuantas unidades al mando del mameluco Bahri Baibars, que man-
daba la vanguardia del ejército. Había apostado a sus fuerzas en terreno alto y con el sol
a sus espaldas, lo que le otorgaba cierta ventaja. La llanura de Esdrelón, lugar donde se
registró la batalla, se inclina en esa zona hacia el este, de donde venían los mongoles, lo
que obligaba a éstos a cargar cuesta arriba, mientras sus enemigos avanzaban con la
pendiente a favor. Los mongoles, llegados a toda prisa y mal informados de la disposi-
ción de las fuerzas enemigas, acometieron con denuedo a las fuerzas de Baibars, que
realizaron una falsa retirada. El feroz embate mongol desbarató la izquierda mameluca.
Pero Qutuz reanimó a sus tropas y emprendió un exitoso contraataque junto con reser-
vas de caballería que había ocultado en los valles cercanos. Los mamelucos lograron
rodear a las fuerzas mongolas, a las que superaban en número. La añagaza mameluca
había atraído a los mongoles a las ciénagas. El ejército mongol se vio obligado a reti-
rarse, y Kitbuqa fue capturado, decapitado y desmembrado. Muerto su jefe, los mongo-
les trataron de abandonar el campo de batalla y concentrarse en Beit She’an (norte de
Israel), pero fueron derrotados de nuevo por las fuerzas que encabezaba Baibars, que a
continuación los persiguió. Los jinetes mamelucos lograron derrotar a los mongoles en
el combate cuerpo a cuerpo, hazaña nunca antes realizada. Los supervivientes y los sol-
dados de las guarniciones de las ciudades conquistadas trataron de retirarse inmediata-
mente de la región, pero muchos cayeron perseguidos tanto por las fuerzas mamelucas
como por bandas de árabes y turcomanos, que los hostigaron.
Es importante mencionar que el ejército mameluco que peleó en esta batalla fue
creado específicamente para enfrentar la invasión mongola. La gran mayoría de los
soldados eran indígenas túrquicos o esclavos circasianos85
que habían sido vendidos en
85
De la región del Cáucaso comprendida entre el mar Negro y el mar Caspio.
~ 65 ~
Constantinopla al sultán de Egipto y que habían sido entrenados cerca del río Nilo. No
sólo eran grandes o destacados jinetes, sino que estaban familiarizados con la forma de
guerrear en las estepas y con las tácticas y armas propias de los mongoles. Luego de un
tiempo, Egipto se convirtió en un país cuyo propósito era esencialmente mantener un
ejército para defender Tierra Santa.
La batalla de Ain Yalut (o Jalut), junto con las invasiones de los mongoles a Japón,
probablemente marcó el inicio de la caída del Imperio Mongol. La batalla también es
famosa por ser la primera, hasta donde se sabe, en la que se emplearon cañones explo-
sivos (midfa en árabe). Dichos cañones fueron utilizados por los mamelucos para asus-
tar a los caballos mongoles y causar desorden en las filas enemigas. La composición de
las pólvoras usadas fue descrita luego en manuales militares árabes del siglo XIV.
La trascendencia de la victoria mameluca fue más política y psicológica que militar:
detuvo temporalmente la invasión mongola, pero no impidió que las hordas realizasen
varias ofensivas en los años posteriores; sí otorgó, por el contrario, gran prestigio a los
mamelucos como campeones del Islam y vencedores de los casi imbatibles mongoles.
La consecuencia inmediata de la batalla, sin embargo, fue que los mamelucos se adue-
ñaron de Siria: el 8 de septiembre entraron en Damasco, donde fueron acogidos con
alborozadas albórbolas; y a principios de octubre se apoderaron también triunfalmente
de Alepo. Baibars quedó encargado de perseguir a las fuerzas mongolas que se retira-
ban y de expulsarlas de Siria.
Luego de la victoria, camino de regreso a El Cairo, Baibars mató a Qutuz, en octubre
para vengar el asesinato de su amigo Aktai –o bien porque el sultán no le había con-
cedido los señoríos sirios que había solicitado–, y se convirtió en el nuevo sultán. Sus
sucesores lograrían mantener sometidos a los estados cruzados que existían aún en
Palestina hasta 1291. Por su parte, los mongoles fueron derrotados de nuevo en la pri-
mera batalla de Homs en menos de un año (a 20 de diciembre de este 1260) y termi-
naron siendo expulsados de Siria.
Los conflictos internos del Imperio Mongol impidieron a Hulagu reunir un ejército
capaz de derrotar a los mamelucos para vengar la derrota de Ain Yalut. Berke, kan de la
Horda Azul de Rusia, se había convertido al Islam y vio con horror cómo su primo eje-
cutaba al califa abasí, que, en su opinión, era cabeza espiritual del Islam. Según el his-
toriador musulmán Rashid al-Din, Berke envió un mensaje a Möngke Kan, reclamán-
dole por el ataque a Bagdad (aunque no sabía que Möngke acababa de fallecer en Chi-
na). Le dijo: “Ha saqueado todas las ciudades de los musulmanes y ha causado la
muerte del califa. Con la ayuda de Alá voy a llamarlo para que responda por tanta
sangre inocente”. Los mamelucos, que por medio de espías se enteraron de que Berke
era converso musulmán y enemigo de su primo, intentaron estrechar sus lazos con él y
su reino.
La gran mayoría de los soldados mamelucos eran túrquicos o circasianos y la Horda
Azul de Berke estaba conformada casi exclusivamente por soldados túrquicos. Por eso,
los soldados de Berke tenían más en común con los mamelucos que con los mongoles
chamanistas que seguían a Hulagu. Los mamelucos se beneficiaron enormemente de su
alianza con Berke, ya que éste siempre supo proveerles de esclavos túrquicos para en-
grosar sus filas. Además, Berke siempre incursionó dentro del territorio del Ilkanato,
~ 66 ~
evitando así que Hulagu reuniera un ejército lo suficientemente poderoso como para
derrotar a los mamelucos.
Lucha entre un jinete mameluco y otro mongol
La batalla de Ain Yalut en su despliegue inicial y en ataque de flanco
~ 69 ~
ÍNDICE
A modo de prólogo
¿Es de 1260 la Síndone o Sábana Santa? ……………………………… pág. 3
Túnez (Ifriqiya de los Hafsíes)
Ejecutado Muhammad ibn al-Abbar …………………………………... pág. 16
Abadía cisterciense de La Cambre
Muerte de Bonifacio de Lausana ……………………………………… pág. 20
Sandomierz (reino de Polonia)
Dominicos asesinados …………………………………………………. pág. 22
Calatayud (reino de Aragón)
Boda y funeral casi a la vez …………………………………………… pág. 23
Zaragoza (reino de Aragón)
Muerte de fray Lope Fernando de Ayn ……………………………….. pág. 25
Ágreda (reino de Castilla)
Monarcas cordiales ……………………………………………………. pág. 27
Comarca del Alto Deva (reino de Castilla)
Alfonso X funda la villa de Mondragón ……………………………… pág. 28
El Magreb (noroeste de África)
Campaña de ataques y pretendida conquista castellana de Ceuta ……. pág. 29
Burgos (reino de Castilla)
Consagración de la catedral …………………………………………... pág. 30
Reino de Aragón
Una arriesgada decisión ………………………………………………. pág. 32
Alquería de Alcanatif (costas de Andalucía)
Renombrada en adelante Santa María del Puerto ……………………. pág. 33
Reino de Castilla
El ausente Don Fadrique ……………………………………………… pág. 34
Señorío de Albarracín
Boda después del funeral …………………………………………….. pág. 35
~ 70 ~
Reino de Sevilla
Donaciones del rey Alfonso X al arzobispado ……………………… pág. 36
El Toro (reino de Valencia)
Concesiones de privilegios a la población de El Toro ……………… pág. 37
Santiago de Compostela Galicia – León – Castilla
Se funda el convento de Santa Clara ………………………………... pág. 38
Abadía cisterciense de Sotofermoso (reino de Castilla)
Creación de un señorío ……………………………………………… pág. 42
Toledo (reino de Castilla)
Se podrá construir una gran sinagoga en Toledo …………………… pág. 44
Eslavonia
Murió el ban Esteban Gutkeled …………………………………….. pág. 46
Sultanato mameluco de Egipto
Asesinato del sultán Qutuz tras la batalla de Ain Yalut ……………. pág. 48
York (reino de Inglaterra)
Óbito de un sabio franciscano ………………………………………. pág. 50
Epílogo I
El señorío de Albarracín ……………………………………………. pág. 52
Epílogo II
Santa María la Blanca de Toledo …………………………………… pág. 55
Epílogo III
La batalla de Ain Yalut (Pozo de Goliat) en este año 1260 ……….. pág. 61