cuentas claras. por milagros leiva galvez

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Cuentas Claras Por: Milagros Leiva Gálvez Imagine que usted es Nadine Heredia. Se casa con un hombre que quiere llegar a ser presidente, funda con él un partido político, la nombran encargada de relaciones internacionales y trabaja sin descanso para lograr sus propósitos. Estudia una maestría, se pule como comunicadora. Tiene un carisma tan potente que rápidamente consigue empatía con el pueblo. Habla bien, aconseja mejor. Usted se convierte en el brazo derecho del hombre que llega a Palacio de Gobierno en su segundo intento. Es el poder detrás del trono, susurran. No es cualquier primera dama, queda claro. Usted es joven, está llena de planes y los maliciosos creen que también quiere ser presidenta, que duerme pensando en el 2016. Mezquinos, refuta. Solo está ayudando a su esposo a pasar a la historia como el mejor presidente que ha tenido el país, eso dijo él cuando fue elegido, esa es su meta, eso quiere usted. Trabaja mucho, viaja sin descanso, su popularidad crece, su poder desborda. Le hacen creer que puede ser candidata en las próximas elecciones. En el segundo año de gobierno celebra su cumpleaños como si fuera presidente, nadie rinde cuentas de su fiesta millonaria, nadie dice de dónde sacan a tanta gente, quién paga tanto bus. Alan García, un político experimentado, le advierte que no se meta con él, es un grave error. Su esposo, usted misma, ningunea su maña política. Atacan. Su marido utiliza todo tipo de adjetivos para bajárselo, desde panzón hasta corrupto. El dos veces presidente utiliza un solo concepto para hacerlos caer: reelección conyugal. Y caen en las encuestas. Caen y caen porque el pueblo está curado de reelecciones. Caen porque los empresarios se asustan. El día que la Contraloría de la República anuncia los gastos del despacho presidencial usted sale muy seria y enfrenta a los periodistas. Dice que no postulará en el 2016. Pocos le creen, muchos celebran. Lo que sí queda claro es que la criollada ha llegado a Palacio. Que no exista una sola factura a su nombre es puro cabeceo. ¿Acaso no le dan viáticos cuando viaja? Eso nadie lo puede creer. ¿Acaso no viajó sola a Brasil? ¿De qué vivió? ¿Quién pagó el combustible? ¿No gastó nada en sus viajes a provincias? ¿No se alimenta? ¿Con qué dinero paga todos los vestidos que suele lucir? Los ciudadanos pueden equivocarse al inferir que usted quiere ser presidenta, pero ninguno está afiebrado cuando le piden cuentas claras. ¿El despacho presidencial está a su disposición por decreto de su esposo? Perfecto. ¿Pero cómo sacamos cuentas? Más de tres millones en gastos en estos dos años es una cifra escandalosa, señora Nadine Heredia, y que sus asesores de prensa cobren honorarios vía despacho presidencial también suena a criollada. Mejor aclare cuánto ha gastado hasta hoy, eso puede evitarle mayor caída en las encuestas.

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Articulo aparecido el 9 de julio del 2013 en el diario El Comercio de Lima, Perú-

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Page 1: Cuentas Claras. Por Milagros Leiva Galvez

Cuentas ClarasPor: Milagros Leiva Gálvez

Imagine que usted es Nadine Heredia. Se casa con un hombre que quiere llegar a ser presidente, fundacon él un partido político, la nombran encargada de relaciones internacionales y trabaja sin descansopara lograr sus propósitos. Estudia una maestría, se pule como comunicadora. Tiene un carisma tanpotente que rápidamente consigue empatía con el pueblo. Habla bien, aconseja mejor. Usted seconvierte en el brazo derecho del hombre que llega a Palacio de Gobierno en su segundo intento. Es elpoder detrás del trono, susurran. No es cualquier primera dama, queda claro.Usted es joven, está llena de planes y los maliciosos creen que también quiere ser presidenta, queduerme pensando en el 2016. Mezquinos, refuta. Solo está ayudando a su esposo a pasar a la historiacomo el mejor presidente que ha tenido el país, eso dijo él cuando fue elegido, esa es su meta, esoquiere usted.

Trabaja mucho, viaja sin descanso, su popularidad crece, su poder desborda. Le hacen creer que puedeser candidata en las próximas elecciones. En el segundo año de gobierno celebra su cumpleaños comosi fuera presidente, nadie rinde cuentas de su fiesta millonaria, nadie dice de dónde sacan a tanta gente,quién paga tanto bus. Alan García, un político experimentado, le advierte que no se meta con él, es ungrave error. Su esposo, usted misma, ningunea su maña política. Atacan. Su marido utiliza todo tipo deadjetivos para bajárselo, desde panzón hasta corrupto. El dos veces presidente utiliza un solo conceptopara hacerlos caer: reelección conyugal. Y caen en las encuestas. Caen y caen porque el pueblo estácurado de reelecciones. Caen porque los empresarios se asustan.

El día que la Contraloría de la República anuncia los gastos del despacho presidencial usted sale muyseria y enfrenta a los periodistas. Dice que no postulará en el 2016. Pocos le creen, muchos celebran. Loque sí queda claro es que la criollada ha llegado a Palacio. Que no exista una sola factura a su nombrees puro cabeceo. ¿Acaso no le dan viáticos cuando viaja? Eso nadie lo puede creer. ¿Acaso no viajó solaa Brasil? ¿De qué vivió? ¿Quién pagó el combustible? ¿No gastó nada en sus viajes a provincias? ¿No sealimenta? ¿Con qué dinero paga todos los vestidos que suele lucir?

Los ciudadanos pueden equivocarse al inferir que usted quiere ser presidenta, pero ninguno estáafiebrado cuando le piden cuentas claras. ¿El despacho presidencial está a su disposición por decreto desu esposo? Perfecto. ¿Pero cómo sacamos cuentas? Más de tres millones en gastos en estos dos años esuna cifra escandalosa, señora Nadine Heredia, y que sus asesores de prensa cobren honorarios víadespacho presidencial también suena a criollada. Mejor aclare cuánto ha gastado hasta hoy, eso puedeevitarle mayor caída en las encuestas.