cuentos infantiles

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EL PATITO FEO BLANCANIEVES Y LOS 7 ENANITOS PINOCHO BAMBI

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Recopilados por :

ELIZABETH SILVA

CUENTOS INFANTILES

INDICE

EL PATITO FEO

BLANCANIEVES Y

LOS 7 ENANITOS

PINOCHO

BAMBI

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EL PATITO FEO

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Como en cada verano, a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los más guapos de todos. Llego el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se juntaron ante el nido para verles por primera vez. Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alegría de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas

estaban que tardaron un poco en darse

cuenta de que un huevo, el más grande de los siete , aun no se había abierto. Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto, también los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de

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movimiento. Al poco, el huevo comenzó a romperse y de el salió un sonriente patito, mas grande que sus hermanos, pero ¡oh, sorpresa! , muchísimo mas feo y desgarbado que los otros seis... La Señora Pata se moría de vergüenza por habertenido un patito tan feo y le aparto de ella con el ala mientras prestaba atención a los otros seis. El patito se quedo tristísimo porque se empezó a

dar cuenta de que allí no le querían... Pasaron los días y su aspecto no mejoraba , al contrario , empeoraba , pues crecía muy rápido y

era flaco y d e s g a r b a d o , además de bastante torpe el pobre.. Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se r e í a n constantemente

de el llamándole feo y torpe. El patito decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar amigos que de verdad le

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quisieran a pesar de su desastroso aspecto y una mañana muy temprano, antes de que se levantase el granjero, huyo por un agujero del cercado.Así llego a otra granja, donde una anciana le recogió y el patito feo creyó que había encontrado un sitio donde por fin le querrían y cuidarían, pero se equivoco también, porque la vieja era mala y solo quería que el pobre patito le sirviera de

primer plato.Y también se fue de aquí corriendo. Llego el invierno y el patito feo casi se muere de hambre pues tuvo que buscar comida entre el hielo y la nieve y tuvo

que huir de ca zador e s que q u e r í a n dispararle. Al fin llego la primavera y

el patito paso por un

estanque donde encontró las aves más bellas que jamás había visto hasta

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entonces. Eran elegantes, gráciles y se movían con tanta distinción que se sintió totalmente acomplejado porque el era muy torpe. De todas formas, como no tenía nada que perder se acerco a ellas y les pregunto si podía bañarse también. Los cisnes, pues eran cisnes las aves que el patito vio en el estanque, le re-spondieron: - ¡Claro que si, eres uno de los nuestros! A lo que el patito re-spondió: -¡No os burléis de mi!. Ya se que soy feo y flaco , pero no deberíais reír por

eso... - Mira tú reflejo en el es-tanque -le dijeron ellos- y veras como no te menti-mos. El patito se introdujo in-crédulo en el agua transparente y lo que vio le dejo maravillado. ¡Durante el largo invierno se había transformado en un precioso cisne! Aquel patito feo y desgarbado era ahora el cisne mas blanco y elegante de to-dos cuantos había en el es-tanque. Así fue como el patito feo se unió a los suyos y vivió feliz para siempre.

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fin

BLANCA NIEVES Y LOS SIETE ENANITOS

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En un lugar muy lejano vivía una hermosa princesa que se llamaba Blanca nieves. Vivía en un cas-tillo con su madrastra, una mujer muy mala y vanidosa, que lo único que quería era ser la mujer más hermosa del reino. Todos los días preguntaba a su espejo mágico quién era la más bella del reino, al que el es-pejo contestaba:- Tú eres la más hermosa de to-das las mu-jeres, reina mía. El tiempo fue pasando hasta que un día el espejo mágico contestó que la más bella del reino era

Blanca nieves. La reina, llena de furia y de rabia, ordenó a un

cazador que llevase a Blanca nieves al bosque y que la matara. Y cómo prueba

traería su corazón en un cofre. El ca-zador llevó a

Blanca nieves al bosque pero cuando

allí llegaron él sintió lás-tima de la joven y le acon-sejó que se marchara para muy lejos del castillo, llevando en el cofre el corazón de un jabalí.

Blanca nieves, al verse sola, sintió mu-cho miedo porque tuvo que pasar la noche andando por la oscuridad del bosque. Al aman-ecer, descu-

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brió una preciosa casita. En-tró sin pensarlo dos veces. Los muebles y objetos de la casita eran pequeñísimos. Había si-

ete platitos en la mesa, siete vasitos, y siete camitas en la alcoba, dónde Blanca nieves, después de juntarlas, se acostó quedando profundamente dormida durante todo el día.Al atardecer, llegaron los due-

ños de la casa. Eran siete enani-tos que trabajaban en unas mi-nas. Se quedaron admirados al descubrir a Blanca nieves. Ella les

contó toda su triste historia y los enanitos la abrazaron y suplicaron a la niña que se quedase con ellos. Blanca nieves aceptó y se quedó a vivir con ellos. Eran felices. Mientras tanto, en el cas-tillo, la reina se puso otra vez muy furiosa al descu-brir, a través de su espejo mágico, que Blanca nieves todavía vivía y que aún era la más bella del reino. Fu-riosa y vengativa, la cruel

madrastra se disfrazó de una inocente viejecita y partió hacia la casita del bosque. Allí, cuan-do Blanca nieves estaba sola, la malvada se acercó y haciéndose pasar por buena ofreció a la niña una manzana envenena-da. Cuando Blancanieves dio el

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primer bocado, cayó desmaya-da, para felicidad de la reina mala. Por la tarde, cuando los enani-tos volvieron del trabajo, en-contraron a Blancanieves ten-dida en el suelo, pálida y quieta, y creyeron que estaba muerta.

Tristes, los enanitos con-struyeron una urna de cristal

para que todos los animali-tos del bosque pudiesen despedirse de Blancanieves. Unos días después, apareció por allí un príncipe a lomos de un caballo. Y nada más contemplar a Blancanieves,

quedó prendado de ella. Al despedirse y besán-

dola en la mejilla, Blan-canieves volvió a la vida, pues el beso de amor que le había dado el príncipe rompió el hechizo de la malvada reina.

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Blancanieves se casó con el príncipe y expulsaron a la cruel reina del palacio, y desde en-tonces todos pudi-eron vivir felices.

Fin.

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PINOCHO

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Erase una vez un hombre ancianito de nombre Geppetto muy bueno y cariñoso, que vivía solo, su arte era trabajarmuy bien la madera, vivía en Italia, mas

precisamente enF l o r e n c i a , y como se encontraba muy solo un buen díadecidió hacer un lindo muñeco de madera.Una tarde comenzó a tallar dicho muñeco, y cuando ya estabaterminando los últimos retoques comenzó a pensar con quenombre llamaría a ese

muñeco de madera, y pensó.. pensó..y por fin dijo es tan hermoso que lo llamaré P i n o c h o , perom i e n t r a s le ponía el

nombre soñaba que algún día pudieraser un hijo de

verdad, de carne y hueso.Aquella noche mientras misma noche y mientras Geppetodormía profundamente entusiasmado con su obra, aparecióun Hada buena a la carpintería del anciano para ver la obraya terminada, quedo

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muy contenta de ver el trabajo hechopor Geppetto y sabiendo los deseos de este buen hombre diovida a aquel muñeco

para hacer un her-moso regalo a la vidadel aquel anciano.Como Geppetto quería que Pinocho fuera un niño inteligente,muy pronto lo en-

vió a la escuela para que le enseñen todolo que él no podía dado los años que ya tenia.Pinocho como era muy alegre ensegui-da se hizo amigo deun grillo que se llamaba Pepito.

El grillo era muy bueno y podía ayu-dar a Pinocho a hacerlos deberes y a com-portarse bien , pero Pi-nocho se hizo amigode dos chicos muy ma-los y en lugar de ir a la escuela y escucharlos buenos conse-jos de su amigo el gril-lo, iba con los otros arealizar toda clase de travesuras y así fal-taba día tras día a la

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e s c u e l a .Pinocho un día de fue de casa en busca de nuevas aventuras, y como no había apren-dido nada porque no iba a la escuela lec r e c i -e r o n u n a s grandes orejas de burro, y a p a r t e era muy m e n -t i r o s o y cada vez que d e c í a u n a mentira, le iba cre-ciendo la nariz. Un día el grillo esta-ba leyendo un diario y allí se entera que elpobre Geppetto había

salido a buscar al que consideraba su hijoen un pequeño bote y como el mar estaba muy agitado no podíadominar el bote hasta que a punto de hundirse

a p a r e -ció una e n o r m eb a l l e -na que se tragó al bote con G e p p e t o adentro .C u a n d o Pinocho se enteró que por su culpa su

papá había sido tragado por una ballena, con el fiel grillo sali-eron desesperados en busca de Geppeto y así poder rescatarlo.

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Cuando Pinocho vio la ballena y pensan-do que su papá estabaadentro sintió una grande angustia pero la ballena no lo pensó dosveces y también se tragó a Pinocho y a Pepe el grillo.¡Que alegría y pena al mismo tiempo sinti-eron padre e hijo, ya quepor una parte se habían encontrado y por otra estaban en gravesdificultades den-tro del pez!.El grillo estaba pen-sando como salir de allí y de repente dijo:¡Ya sé, tengo una idea!Hagamos una buena fogata....con el calor y el fue-go la ballena estornudó fuertemente y el bote salió fuertemente con los tres tripulantes.

Luego de semejante ex-periencia y de mu-chas otras travesuras más de Pinocho que es largo de contar, volvieron a la casa, y fue tal el susto que había tenido Pinocho que prometió desde ese momento compor-tarse muy bien y con-currir todos los días a la escuela para poder ser un chi-co bueno e inteligente .

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Viendo el Hada Madri-na que de verdad Pi-nocho había cambiado y ahora obedecía a su papa y era buen estu-diante en recompensa a su cambio tan her-moso lo convirtió en un chico de carne y hueso para la alegría de Pi-nocho pero en espe-cial para Geppetto, que ahora si tenia al hijo tan amado.Y Pinocho siguió siendo un chico bueno y am-aba mucho a su padre.

FIN

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BAMBI

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Erase una vez un bosque donde vivían muchos ani-males y donde todos eran muy amiguitos. Una mañana un pequeño conejo llamado Tambor fue a despertar al búho para ir a ver un peque-ño cervatillo que acababa de nacer. Se reuni-eron todos los animalitos del bosque y fu-eron a conocer a Bambi, que así se llamaba el nuevo cervatillo. Todos se hicieron muy amigos de él y le fueron enseñando todo lo que había en el bosque: las flores, los ríos y los nombres de los distintos animales, pues para Bambi todo era desconocido.

Todos los días se juntaban en un claro del bosque para jugar. Una mañana, la mamá de Bambi lo llevó a ver a su padre que era el jefe de la manada de todos los

ciervos y el encar-gado de

vigilar y de cuidar de ellos. Cuando esta-

ban los dos dando un paseo, oyeron

ladridos de un perro.

“¡Corre, corre Bambi! -dijo el padre- ponte a salvo”. “¿Por qué, papi?”, preguntó Bambi. Son los hombres y cada vez que vienen al bosque intentan cazarnos, cortan árboles, por eso

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cuando los oigas debes de huir y buscar refugio.Pasaron los días y su padre le fue enseñando todo lo que debía de saber pues el día que él fuera muy mayor, Bambi sería el encargado de cuidar a la manada. Más tarde, Bambi cono-ció a una pequeña cer-vatilla que era muy muy guapa lla-mada Farina y de la que se enamoró enseguida. Un día que esta-ban jugando las dos oyeron los ladridos de un perro y Bambi pensó: “¡Son los hombres!”, e intentó huir,

pero cuando se dio cuenta el perro estaba tan cerca que no le quedó más remedio que enfrentarse a él para defender a Farina. Cuando

ésta estuvo a salvo, trató de correr pero se encontró con un precipicio que tuvo que sal-tar, y al saltar, los cazadores le dispararon y Bambi quedó herido.Pronto acudió su papá y todos sus amigos y le ayudaron a pasar el río,

pues sólo una vez que lo cru-zaran estarían a salvo de los hombres, cuando lo lograron le curaron las heridas y se puso bien muy pronto.

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Pasado el tiempo, nuestro protagonista había crecido

mucho. Ya era un adulto. Fue a ver a sus amigos y les costó trabajo reconoc-erlo pues había cambiado bastante y tenía unos cuer-nos preciosos. El búho ya estaba viejecito y Tambor se había casado con una cone-jita y tenían tres conejitos. Bambi se casó con Farina y tuvieron un pequeño cer-

vatillo al que fueron a cono-cer todos los animalitos del

bosque, igual que pasó cuando él nació. Vivi-eron todos muy felices y Bambi era ahora el en-cargado de cuidar de todos ellos, igual que an-tes lo hizo su

papá, que ya era muy mayor para hacerlo.

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