cuentos. marta cardoso

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CUENTOS Marta Cardoso

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Cuentos. Literatura Juvenil. Narrativa. Plan Nacional de Lectura Argentina. La Pampa Lee

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Page 1: Cuentos. Marta Cardoso

CUENTOS Marta Cardoso

Ritual de MaríaAlicia MalerbaPintura en técnica mixta(laca y esmalte sobre cartón), 0,30 x 0,40 cm, 2014

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PRESIDENTA DE LA NACIÓNCristina Fernández de Kirchner

JEFE DE GABINETE DE MINISTROSJorge Capitanich

MINISTRO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓNAlberto Sileoni

SECRETARIO DE EDUCACIÓNJaime Perczyk

JEFE DE GABINETE Pablo Urquiza

SUBSECRETARIO DE EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVAGabriel Brener

Coordinadora del Plan Nacional de LecturaAdriana RedondoCoordinadora de la región PatagoniaSilvia ContinCoordinador de contenidos La Pampa LeeBruno Di BenedettoReferente provincial del Plan de Lectura La PampaNorberto Sánchez

Coordinadora editorial: Natalia VolpeDiseño gráfico: Juan Salvador de Tullio, Elizabeth Sanchez, Mariana Monteserin, Mariel BillinghurstRevisión: Silvia Pazos

Colección: La Pampa Lee

Ministerio de Educación de la NaciónSecretaría de EducaciónPlan Nacional de LecturaPizzurno 935 (C1020ACA)Ciudad de Buenos AiresTel: (011) 4129-1075 / [email protected] www.planlectura.educ.ar

República Argentina, julio de 2014

Marta Cardoso

(General Pico, La Pampa 1953). Es-cribe cuentos y relatos, mayormente para chicos y jóvenes. En el campo de la promoción cultural, coordina talle-res de lectura y narración; y colabora como voluntaria en la Biblioteca José Manuel Estrada. Integra el Grupo de Escritores Piquenses. Su libro Colores ha sido declarado de interés municipal y legislativo en General Pico. Otros tí-tulos publicados: El reino de Bluhú; Las grietas de Lagmadul; Un pandita glotón; Un conejo distraído; Alas doradas; Un loro cantor; Piqui, el elefantito; El mar de la pampa y otros cuentos; El sueño de patito.

GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE LA PAMPAOscar Mario Jorge

MINISTRA DE CULTURA Y EDUCACIÓNJacqueline Mohair Evangelista

SUBSECRETARIA DE EDUCACIÓNMónica Dell’acqua

Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta. “Te extraño Portugal” y “Lucero del alba” © Marta CardosoImagen de tapa © Alicia Malerba

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CUENTOSMarta Cardoso

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TE EXTRAÑO PORTUGAL Amanece. María Ribeiro se despertaba cuando un rayo de sol fil-traba su tibieza por un rincón de la ventana. Se ponía el delantal de cocina y mientras hervía la leche para el desayuno de sus hijos, salía al patio. El viento seco y ter-co le enmarañaba la negra cabellera. Veía el horizonte fundirse con el terreno despoblado y cómo los pequeños árboles recién implantados no se habían rendido ante el ventarrón de la semana. María caminaba por el patio y pensaba:“Este é um deser-to. Eu sinto falta Portugal...”, no podía contener la emo-ción. El azul de sus ojos resaltaba ante la acuosidad de sus lágrimas. Seguía mirando ese árido lugar que su esposo escogiera para asentar la casa. Observaba aquellas plántulas pequeñas, desvalidas y al descubrir las yemas endurecidas de la granada, lloraba con un llanto pálido de añoranza. Luego, en perfecto portu-gués decía... “¡Planta de romã!”, extraía agua del tan-que y regaba diciendo–: “Você ama a água”.¿Por qué lloraba ante una insignificante planta de granada? Al escuchar las voces de sus hijos, se secaba los ojos con el delantal e iba a servir el desayuno. Entrada la noche, las estrellas espejaban el cielo. Antes de acostarse, ella buscaba una caja amarilla en la mesa de luz, observaba el contenido durante unos minutos, la cerraba con cuidado y la volvía a colocar en el mismo sitio. ¿Qué secretos guardaba allí?

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“María duerme como una diosa romana”, pensaba Ven-tura, su marido. María soñaba: “Eu sinto falta Portugal…”. Él le acariciaba el cabello largo y delicado. No quería des-pertarla... “Yo también extraño Portugal”, le susurraba.Los años pasaron y el inmenso terreno que María con-siderara un desierto pardo, se pobló de verde. Las hojas alargadas del granado cambian de ropaje cada otoño. La mujer amaba su planta de romã. Vigilaba con ansie-dad la tonalidad de los frutos y cuando adquirían un ví-vido rojo violáceo, podía escuchársela exclamar: “¡Están maduros, los frutos de la fertilidad están maduros!”. Esperaba ansiosa ese momento porque en su hogar las granadas se compartían en la mesa familiar. Momento para transmitir a los hijos las mismas enseñanzas que ella recibiera cuando niña, allá en Portugal. ¡Portugal! ¿Cómo estarán su madre, sus hermanos? ¡Qué pocas noticias recibía de ellos! “Las granadas ya están ma-duras”... entonces María Ribeiro preparaba el ritual: ele-gía la mejor bandeja, la alargada, esa que les regalaran los amigos de su esposo para la boda; seleccionaba los mejo-res frutos: perfectos y maduros, y cuando la familia estaba reunida revivía las mágicas historias de su infancia. María contaba que en esos frutos cargados de semillas habitan las ninfas de la fertilidad. Decía a sus hijos que al morderlas, saborearan el jugo dulzón, prometedor de amistad sincera. Los instó a comer esa fruta desde pe-queños, así cuando llegasen a adultos, las ninfas invisi-bles de la granada les otorgarían el don de la paternidad y la buena amistad.

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María recuerda que había quedado hechizada para siempre de su marido al compartir con él una granada, cuando tenían cinco años.El tiempo ha corrido implacable, María Ribeiro ha muerto. Amanece. Sobre su cama yace una caja amarilla. En el interior luce el ramo de novia que aún conserva las flores del granado con absoluta frescura, como si acabaran de cortarlas.

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LUCERO DEL ALBA Después de muchos años conocí el verdadero secreto que la tía Blanche escondió hasta la tumba. Al reme-morarla sentí una pena lacia como su mirada. Sola: ni amigas, novios o marido. Transitó por la vida sin pena ni gloria. ¿Por qué habría elegido ese camino siendo bella, seduc-tora, elegante? ¿Por qué si su embriagador perfume a vainilla impregnaba la casa y cautivaba a todos los que la rodeaban?La abuela contaba que cuando Blanche nació tenía el rostro delicado y blanco. Entonces su padre la llamó Lu-cero del Alba. Ese era su verdadero nombre. Pero el tío José, que había vivido gran parte de su vida en Francia, consideró demasiado rimbombante Lucero del Alba, por lo que decidió rebautizarla con el muy dulce Blanche. Toda la familia lo aceptó. Yo no entendía bien, entonces, eso de tener dos nombres. Tampoco se debía preguntar demasiado; en casa de la abuela no se podían obtener detalles privados de ningún miembro de la familia. Pero a mí la inquietud me quitaba el sueño: ¿Por qué no se habría casado Blanche? Ahora, después de mucho tiempo, descubro el enigma de su tristeza. Secreto que la marcó a partir de un viaje que realizara con sus padres a la tierra de los mayas, cuando apenas tenía trece años.Esto lo cuenta a modo de confidencia mi prima Delia, quien regresó de México después de haber esparcido las

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cenizas de Blanche en la gran Ciudad del Trueno Tajín.Delia relata que en aquel viaje, al escalar una montaña, Blanche conoció a Lucio, un esbelto muchacho de pelo negro y ojos expresivos. Los jóvenes se enamoraron en el mismo instante en que se vieron. Aquellos ojos expre-sivos la hechizaron para siempre. Sucedió que estando la pareja entregada a juramentarse eterno amor, una imprevista ola de fuego comenzó a rodar desde la cumbre. Ellos echaron a correr con tan mala fortuna que Lucio resbaló, cayó y lo tragó el espeso follaje de selva. –El hechizo de Tzacopontziza –asegura Delia exhalan-do un profundo suspiro.–¿Tza... cop... Tzacopontziza? –pregunto titubeante ansiando que ella concluya el relato. –Verás, esa zona de México es un lugar selvático de pró-diga fertilidad. Tzacopontziza era una joven hermosa que por su inmensa belleza fue consagrada a la Diosa de la siembra y los alimentos. Mas, prendada del hermoso joven que con su música acompasaba a los peregrinos, rompió los votos de castidad hechos a la Diosa y huyó con él hacia el elevado pico de la montaña. Allí debieron enfrentarse a un maléfico monstruo; las bocanadas de fuego que lan-zaba la bestia los hicieron retroceder. Acobardados por la amenaza regresaron al templo sin imaginarse que, a modo de escarmiento, los sacerdotes del culto de la Diosa de la siembra y los alimentos los sacrificarían brutalmente cla-vándoles un filo de obsidiana en el pecho y los arrojarían luego por un precipicio hacia el fondo de un barranco.

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Mi prima bebe un sorbo de agua para poder seguir con la historia.–Tiempo después en aquel lugar brotó una hermosa or-quídea rica y perfumada.Y mirándome con complicidad dice: –Tzacopontziza significa Lucero del Alba. Delia hace un silencio. Intercambiamos miradas en la inteligencia de que era el mismo nombre de la tía Blan-che. Después de tomarse un respiro, continúa: –A la perfumada flor que surgió del sacrificio la llama-ron Caxixanath. ¿Sabés qué aroma tiene? –pregunta Delia.–Ni idea –respondo.–A vainilla. ... La fragancia que tía Blanche usó toda su vida.

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PRESIDENTA DE LA NACIÓNCristina Fernández de Kirchner

JEFE DE GABINETE DE MINISTROSJorge Capitanich

MINISTRO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓNAlberto Sileoni

SECRETARIO DE EDUCACIÓNJaime Perczyk

JEFE DE GABINETE Pablo Urquiza

SUBSECRETARIO DE EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVAGabriel Brener

Coordinadora del Plan Nacional de LecturaAdriana RedondoCoordinadora de la región PatagoniaSilvia ContinCoordinador de contenidos La Pampa LeeBruno Di BenedettoReferente provincial del Plan de Lectura La PampaNorberto Sánchez

Coordinadora editorial: Natalia VolpeDiseño gráfico: Juan Salvador de Tullio, Elizabeth Sanchez, Mariana Monteserin, Mariel BillinghurstRevisión: Silvia Pazos

Colección: La Pampa Lee

Ministerio de Educación de la NaciónSecretaría de EducaciónPlan Nacional de LecturaPizzurno 935 (C1020ACA)Ciudad de Buenos AiresTel: (011) 4129-1075 / [email protected] www.planlectura.educ.ar

República Argentina, julio de 2014

Marta Cardoso

(General Pico, La Pampa 1953). Es-cribe cuentos y relatos, mayormente para chicos y jóvenes. En el campo de la promoción cultural, coordina talle-res de lectura y narración; y colabora como voluntaria en la Biblioteca José Manuel Estrada. Integra el Grupo de Escritores Piquenses. Su libro Colores ha sido declarado de interés municipal y legislativo en General Pico. Otros tí-tulos publicados: El reino de Bluhú; Las grietas de Lagmadul; Un pandita glotón; Un conejo distraído; Alas doradas; Un loro cantor; Piqui, el elefantito; El mar de la pampa y otros cuentos; El sueño de patito.

GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE LA PAMPAOscar Mario Jorge

MINISTRA DE CULTURA Y EDUCACIÓNJacqueline Mohair Evangelista

SUBSECRETARIA DE EDUCACIÓNMónica Dell’acqua

Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta. “Te extraño Portugal” y “Lucero del alba” © Marta CardosoImagen de tapa © Alicia Malerba

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CUENTOS Marta Cardoso

Ritual de MaríaAlicia MalerbaPintura en técnica mixta(laca y esmalte sobre cartón), 0,30 x 0,40 cm, 2014