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CUENTOS PERTURBADORES
DE LA SOMBRA ATRAPADA ENTRE LOS TROZOS DE UN ESPEJO
LUZ ADRIANA SERNA TORRES
XIMENA RODRÍGUEZ RAMÍREZ
MICHEL JHOJANA CASTRO SIERRA
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA SECCIONAL MEDELLÍN
FACULTAD DE EDUCACIÓN
MEDELLIN
2013
CUENTOS PERTURBADORES
DE LA SOMBRA ATRAPADA ENTRE LOS TROZOS DE UN ESPEJO
LUZ ADRIANA SERNA TORRES
XIMENA RODRÍGUEZ RAMÍREZ
MICHEL JHOJANA CASTRO SIERRA
Trabajo de grado presentado para optar al título de Licenciada en Educación
Básica con Énfasis en Humanidades: Lengua Castellana
Asesora
María Nancy Ortiz Naranjo
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA SECCIONAL MEDELLÍN
FACULTAD DE EDUCACIÓN
MEDELLIN
2013
Contenido
INTRODUCCIÓN………………………………………………………….......................4
1. CUENTOS PERTURBADORES, DE LA SOMBRA ATRAPADA EN LOS
TROZOS D UN ESPEJO………………………………………………………………..9
2. CUANDO UNA INQUIETUD COMIENZA A EMERGER…………………………11
3. UN CAMINO BASTANTE PEDREGOSO…………………………………………..20
4. LA ESCUELA COMO ESCENARIO DE ENCUENTRO CON LA SOMBRA…...25
5. TRES MIRADAS DIFERENTES…………………………………………………….29
5.1. EL JARDÍN…………………………………………………………………………..29
5.2. LA VEREDA…………………………………………………………………………34
5.3. EN LO MÁS ALTO DE MEDELLÍN……………………………………………….37
6. NARRAR, OTRA FORMA DE DECIR LO ACONTECIDO……………………….43
7. QUIENES HAN HABLADO AL RESPECTO………………………………………57
8. EL ACONTECIMIENTO EN LA PIEL………………………………………………75
9. REFERENCIAS………………………………………………………………………81
10. BIBLIOGRAFÍA DE APOYO……………………………………………………….83
4
INTRODUCCIÓN
Quién no ha tenido esa sensación de que en su cuerpo habita un ser opuesto o
paralelo a su personalidad que aunque no se acepte, está adentro, en alguna
parte oscura de sí, y que busca salida cuando ya en el interior no hay espacio para
la tranquilidad y el equilibrio. Tal vez, en el reflejo de los demás, en la poca
aceptación de quien es diferente, se visualiza ese yo interno reacio a salir, y al que
se intenta desmeritar a toda costa, sin embargo, se deja ver de vez en cuando sin
previo aviso.
Las temáticas de los cuentos perturbadores se relacionan de manera muy cercana
con quiénes somos a la luz del día, pero también con nuestras oscuridades, con
nuestra sombra, y con todo aquello que desde la infancia se ha guardado en lo
profundo del inconsciente y que es la manifestación de unas fuerzas reprimidas
(por las moralidades, la cultura, la familia, etc.) que atraviesan sujetos y
comunidades y que afloran en momentos determinados. Temas como la muerte, el
abandono, el maltrato, el bullying, la marginación, entre muchos otros, propios de
esta categoría, generan en el pensamiento infantil una relación con los personajes
fantásticos de los cuentos; las lecturas que se han llevado al aula, y sus efectos en
quienes participan del acto de leer, abren un campo de posibilidades
investigativas, además de que han posibilitado un devenir de nuestra experiencia
como maestras, seres humanos, mujeres que han sido tocadas en lo más íntimo
por una práctica investigativa que se ha detallado en cada línea, en cada palabra
desde el sentir, desde la propia piel, hasta imaginar, recrear y transformar la
5
subjetividad.
La investigación partió de una propuesta de interacción pedagógica que empleó la
literatura infantil, específicamente una categoría denominada cuentos
perturbadores que, por su potencia de abordar la cotidianidad desde escenarios
excéntricos, creativos e inquietantes, tienen el poder de detonar el arquetipo de la
sombra. En este camino recorrido por las líneas literarias nos encontramos con
textos que atraviesan los sentidos, reviven el pasado y esa experiencia que
aunque guardada, sale a flote con el sonido de las palabras y la visualización de
las imágenes. Se trata de textos que detonan una conexión casi inmediata con la
sombra, y hacen que nos enfrentamos a nuestros más remotos miedos, traumas o
inseguridades. Estos textos, agrupados en una categoría denominada “cuentos
perturbadores” por el escritor y crítico venezolano Fanuel Díaz (2008), ha sido
relegada y censurada fuertemente por parte de algunos ámbitos pedagógicos. La
exploración de las nociones de “arquetipo de la sombra”, de procedencia
psicoanalítica (Jung, 1991) y de “cuentos perturbadores” (cuya emergencia se
ubica en el campo de la animación a la lectura), dio lugar al interrogante
investigativo de orden pedagógico: ¿Cuáles son las condiciones de posibilidad
para que en un espacio pedagógico se produzca el encuentro con la sombra y que
dicha experiencia sea potenciadora del sujeto, cuando la escuela aún se opone
moralmente a hablar de perturbación y de deseos y miedos reprimidos?
Lo anterior, no solo con el propósito de liberar de alguna forma esa carga
emocional que se esconde tras unas experiencias que los han marcado
6
significativamente, sino además con el propósito de, por medio de cuentos,
potenciar al sujeto desde el “cuidado de sí” (Foucault, 1984) desde la escucha, el
diálogo y la literatura. Es importante destacar que cada contexto contiene sus
propias sombras; así, comprendimos que en determinado contexto la muerte
causó tanta conmoción como en otro contexto lo causó la homosexualidad, hecho
que nos convocó a descubrir esos espejos en que cada comunidad o contexto se
mira, y las sombras que los habitan subrepticiamente, que los agrietan, los rompen
en su relación con el deseo reprimido por la moralidad y las prescripciones
culturales de turno.
Los acontecimientos que se tomarán a partir de este momento como experiencias
dan solo lugar a un sujeto, ese sujeto soy yo mismo, pues nadie puede asumir mi
experiencia como ajena, ya que el inconsciente, los sentimientos y diferentes
pensamientos nos penetran de forma desigual. Como dice Larrosa: “La
experiencia supone, ya lo he dicho, un acontecimiento exterior a mí. Pero el lugar
de la experiencia soy yo. Es en mi donde se da la experiencia, donde la
experiencia tiene lugar” (2006, p. 45).
Tanto la narrativa como la investigación cualitativa nos ha permitido un
acercamiento a la realidad, es la hermenéutica la que nos obliga a comprender
que esas narraciones subjetivas de la experiencia de los sujetos actantes
transforma y da sentido a su presente y a su existencia en un mundo imaginario.
7
Todo lo que se ha categorizado hasta este punto como experiencia se reúne en el
campo investigativo y se articula con un enfoque cualitativo, hermenéutico y
narrativo, pues logramos que sea la propia vida la que se cuente y que esto que
es relevante para el ser humano merezca la reflexión de los sujetos que lo rodean.
Cuando reflexionamos comprendemos la realidad y el imaginario de quien con su
lenguaje expresa sus sentimientos ideas y demás gestos significativos, desde la
narrativa solo dándole sentido a las propias historias de vida con un lenguaje
amplio y que transformó el imaginario de quien lo lee y aunque la experiencia no
es algo que se transmita si puede visualizarse de acuerdo a las descripciones
detalladas de lo real.
Cada encuentro literario con nuestros estudiantes ha permitido ver:
Cómo las palabras y las imágenes detonan la sombra que de acuerdo con cada
contexto se manifiesta de diferente manera.
Estrategias de la maestra frente la detonación de la sombra. ¿Qué pasa en el
cuerpo de la maestra cuando esto sucede? ¿Tiene la maestra una propia sombra?
Condiciones de posibilidad para la sombra.
Signos de perturbación.
Reconocer que en sí mismo también residen múltiples sombras.
Relación entre experiencia y perturbación.
Las formas en que aflora la subjetividad en los estudiantes a través de la
narración.
Siempre hay algo que escuchar más allá, o más acá, de las palabras.
8
La escuela como escenario de diálogo frente a la subjetividad del estudiante, con
la posibilidad de explorar junto a otros sus inquietudes internas.
9
1. CUENTOS PERTURBADORES: DE LA SOMBRA ATRAPADA ENTRE LOS
TROZOS DE UN ESPEJO
Aunque el título de esta investigación ocupa el lugar inicial, no fue lo primero que
se pensó, ya que en el transcurso de cada experiencia, en la observación
minuciosa del contexto y en la participación que nos hizo actores de este surgieron
cada día más interrogantes y los hallazgos tejían en su devenir, un nombre que
englobaría lo sucedido.
Cuando somos pequeños nuestra identidad no es más que la imitación de todos
aquellos alrededor, somos un remedo de su risa, de sus palabras, de sus actos y
gestos, una verdad tan gastada, como “monedas que han perdido su troquelado y
no son ahora consideradas como monedas, sino como metal” (Nietzsche, 1970, p.
4).
Se hace urgente entonces conformar una nueva identidad que emerja de los
trozos robados a otros para validar el primer reconocimiento de sí, somos
entonces su espejo, ese que refleja fielmente al otro y lo retiene en otra piel, en
otra boca, para hacerlo propio, único, para invadir el mundo interior y recrearlo.
Somos pues de fragmentos del espejo, y allí atrapado, esconde del otro lado, a un
desconocido, que solo sale en sueños, entre palabras de papel que sin intención
la evocan, ese (o esa) que se cuela en momentos inoportunos, por temor a ser
descubierto, aniquilado, desterrado de su morada, uno tan distinto de la
cotidianidad cual extranjero en un país lejano, no obstante, sumamente íntimo,
secreto, celoso y esquivo a la luz de la realidad, de la verdad. Llega para
10
conocernos a tal punto de revelar sentimientos, emociones y la propia
subjetividad, para desnudarnos en un encuentro doloroso y cruel, pero necesario y
al darnos cuenta que está ahí, conformando la llamada identidad, otorgando la
libertad y el alivio de quien se encuentra preso entre las rejas del interior.
Ojalá y afuera se dieran cuenta de lo aterrador que es el silencio, como se
encarga de carcomer el alma y derrotar los más osados deseos y así, emancipar
cruelmente la verdad.
Esto que un día lo determinamos experiencia, se adquiere en contacto directo con
un grupo de poblaciones que mostraron sus propias vidas a través de la narración,
y fue con la literatura que nos acercamos a cada una de esas realidades,
específicamente los cuentos perturbadores, son ahora el camino que nos ayuda a
encontrar historias reales, desgarradoras pero que le pasa a gente del común.
Muchos de estos cuentos, generaron situaciones y emociones en los actores, en
los que se encontraron con su oscuridad, con lo que siempre han ocultado, y al
reflejarse nuevamente en el espejo, este se rompe en tanto pedazos que ya no
puede reflejar esa sombra con la que nos encontramos.
11
2. CUANDO UNA INQUIETUD COMIENZA A EMERGER
Pensar en una investigación que construya conocimiento pertinente para
satisfacer las necesidades de determinada población, responda a sus intereses,
necesidades e igualmente que contribuya a la formación integral de la comunidad
a la que va dirigida no es una tarea fácil, aun así es el principal reto de los
docentes; generar espacios de reflexión, teorización y formación, desde ambientes
favorables que potencien el desarrollo del estudiante, en todas sus dimensiones,
recociendo en sí mismo un ser valioso.
Para esto, es importante analizar aspectos fundamentales como el contexto, la
cultura, los espacios de aprendizajes, acompañamiento y demás características
que den cuenta de las particularidades de la población y de esta forma determinar
lo más pertinente frente a los procesos educativos y la transformación escolar.
Teniendo en cuenta lo anterior, y a partir de un diagnóstico previo de tres
contextos diferentes: Centro Educativo Nuevo Amanecer de Medellín, la Institución
educativa Ana Gómez de Sierra del municipio de Rionegro y Centro Infantil
Antares ubicado en el barrio Tejelo de la ciudad de Medellín encontramos
características en común, como la vulnerabilidad al interior de las familias,
desempleo, inseguridad, violencia, entre otros factores que unen estos espacios a
pesar de la distancia geográfica.
12
Son territorios diferentes, con personajes distintos pero con realidades que
convergen. Los niños y niñas en la contemporaneidad están expuestos a un sin
número de situaciones silenciadas, a pesar de ello, disfrutan los espacios que se
le brindan en la escuela, buscando en ella un lugar en el cual ser, hacerse notar
entre sus pares y profesora. Bajo esta peculiaridad se hace necesario reconocer
las particularidades de los contextos marcados por costumbres y creencias
divergentes atravesados por un elemento común: el lenguaje, ese que en palabras
de Larrosa necesitamos para la experiencia (2006, p.38). Es a través de la palabra
que se reconoce al otro, por lo tanto, se configura el sentido del escenario escolar,
uno que trasciende al estudiante, lo conoce, lo legitima y en su proceso de
formación físico, cognitivo y sicológico, a través de la experiencia. Larrosa dice al
respecto: “Lo que necesitamos, entonces, es un lenguaje en el que abordar (con
otros) el sentido el sinsentido de lo que nos pasa” (2006, p.38). De ahí que no se
puede pretender asistir diariamente a la institución educativa para trasmitir
conocimientos a través del lenguaje, es indispensable, investigar quién es la
persona que está en frente, cual es se experiencia y como ésta trasciende su
personalidad.
En muchos casos, la vida de los estudiantes esta relatada con la angustia de un
contexto marcado por la violencia, la inseguridad, la muerte, el hambre, el
abandono, cavando heridas tan profundas que poco a poco se van resguardando,
esperando salir con el mínimo detalle que detone la chispa, sin embargo, nuestra
sociedad llamada a ocultar los sentimientos, emociones y sinsabores niega la
posibilidad de entablar un diálogo al respecto. Es construida entonces una herida
13
interior que busca salida, que busca ser sanada. La escuela como institución para
la transformación tiene la responsabilidad e romper este paradigma, y reconocer la
subjetividad y la individualidad.
Las voces de los actores silenciadas por diferentes factores a los que se
enfrentaron y que ahora tratan de resurgir de su pasado, es aún el recuerdo
viviente expresado en sus narraciones. El hecho de tener que abandonar sus
hogares estables, el fenómeno del desplazamiento que ha marcado la historia de
muchas de las personas, que cuentan cómo fueron violentados y marginados por
los grupos delincuenciales, por no acceder a sus caprichos o por defender a su
grupo familiar, presenciar cómo su padre en medio de tragos violenta su madre y
de paso su integridad y la de sus hermanos, ser discriminado y aislado por sus
compañeros de clase, entre muchos otros, son hechos que se viven a diario, por
consiguiente, corresponden a esa experiencia de vivir y crecer, que merece ser
escuchadas.
Otra situación que no solo a estas personas sino a todas las que pertenecemos a
esta cultura nos marca es la muerte, en los niños es un suceso que determina sus
vidas, pues tienen que afrontar que sus padres o personas más allegadas falten;
al escucharlos contar sus historias, guardan cierta inocencia y creencia de que
estas personas volverán, y en la literatura encontraron la voz para nombrar eso
que sienten o piensan.
14
Heridas que se causaron en el pasado pero que aun en el presente siguen
latentes como recuerdos imborrables de la memoria, o como olvidar, el abandono
de un ser querido, que deja un vacío en cada persona, las noches de hambre y
angustia que narran las familias, que les tocó padecer acostarse pensando en que
los ayudará a sobrevivir al día siguiente, los niños de estas comunas o de estos
sectores, que a diario se enfrentan a las rabias o frustraciones de sus padres
siendo violentados físicamente, y con sus acusaciones y palabras, crean en estos
niños complejos, ocultan sus sombras y reprimen sus sentimientos.
Es aquí donde surgen grandes retos para los docentes encargados de orientar
dichos procesos, puesto que no es fácil encontrar la manera adecuada de educar
a partir de las necesidades o intereses de todos.
Según esto, es importante poner en función estrategias desde las cuales hacer
frente a las experiencias que marcan el contexto y la cultura por ello se ha
pensado en la trascendencia de la literatura que gracias a sus múltiples funciones,
tal como lo plantea Pennac, permite explorar las diferentes dimensiones humanas
en tanto sirve:
Para aprender. Para tener éxito en nuestros estudios. Para
informarnos. Para saber de dónde venimos. Para saber
quiénes somos. Para conocer mejor a los otros. Para saber a
dónde vamos. Para conservar la memoria del pasado. Para
iluminar nuestro presente. Para sacar provecho de
15
experiencias anteriores (…) Para alimentar nuestra
curiosidad. Para distraernos. Para informarnos. Para
cultivarnos. Para comunicarnos. Para ejercer nuestro espíritu
crítico. (1997, p. 68-69).
De acuerdo con esto, la literatura ofrece la posibilidad de encontrarse
consigo mismo y sanar heridas que desde la experiencia han logrado marcar
íntimamente a cada persona, y solo desde la misma experiencia de
reencuentro es posible superar. Ya que la literatura además permite recrear
por medio de imágenes y su interpretación, situaciones y sentimientos que
ocasionan escozor en la población, también abre la posibilidad de
encontrarse con vivencias similares a la propia creando un vínculo de
conversación y una posibilidad de mirar dicha experiencia bajo otra óptica,
una que movilice nuevas posibilidades de encuentro con la lectura y la
realidad propia. Al respecto Pennac (1997, p. 168) dice:
[La lectura] no le ofrece ninguna explicación definitiva sobre
su destino pero teje una retícula apretada de complicidades
entre la vida y él. Ínfimas y secretas complicidades que
hablan de la felicidad paradójica de vivir, al tiempo que
iluminan el absurdo trágico de la vida. De modo que
nuestras razones para leer son tan extrañas como nuestras
razones para vivir.
16
Es así como surgió la idea de emplear la literatura como parte de una estrategia
que vinculara los procesos de aprendizaje y la realidad, y de este modo afrontar
los conflictos que la población ha sido obligada a guardar, otorgándole la
posibilidad de sobrellevar con alivio las cargas emocionales que en algún
momento ha costado albergar y compartir.
En congruencia con lo dicho anteriormente, la investigación partió de una
propuesta de intervención pedagógica que empleó la literatura infantil,
específicamente una categoría denominada cuentos perturbadores que, por su
carácter realista, tienen la potencia de abordar la cotidianidad desde escenarios
excéntricos, creativos e inquietantes y de este modo facilitar el encuentro con
aquellas emociones que el ser alberga dentro del inconsciente y que se hacen
visibles cuando se toca lo que hiere y no se ha sanado, a lo que Jung en su
ensayo sobre la psicología del inconsciente ha llamado la sombra, cuyo encuentro
es necesario generar y potenciar para aliviar o siquiera resistir con aceptación lo
que desde la experiencia ha moldeado, caracterizado y transformado íntimamente
a la persona.
Luego de descubrir cuáles son esas condiciones de posibilidad que detonan la
sombra y que posiblemente tiene mucho que ver con el contexto y aquello que
desde la experiencia logra perturbar, lo realmente trascendente en la investigación
ocurre al descubrir cómo hacer para que la literatura no solo detone el encuentro
con las sombra sino además que el encuentro con ella potencie al sujeto en una
ética del cuidado de sí, de ejercer su libertad como lo afirma Foucault, en relación
17
consigo mismo y en la comprensión de “que en las relaciones humanas se imbrica
todo un haz de relaciones de poder que pueden ejercerse entre individuos, en el
interior de una familia, en una relación pedagógica, en el cuerpo político, etcétera”.
(2009, p.2), pero tales relaciones no pueden negar la individualidad, ni la
experiencia personal, lo que implica como lo explica el autor un conocimiento del
propio ser, guiada por un maestro, alguien que pueda revelar esa verdad.
En este sentido, la educación carga a sus espaldas un compromiso enorme:
formar ciudadanos éticos, capaces de conocerse y valorarse en un contexto
opresor y dominante que coarta la libertad, e inhibe la voz.
Plantear una investigación en donde los protagonistas son un grupo de niños y
niñas inmersos en diversas problemáticas sociales implica un trabajo de campo
más personal e íntimo que permita comprender las situaciones que se viven,
hacer parte de ellas y así descubrir la incidencia de la propuesta en la realidad que
se aborda.
Es por ello que el proyecto será presentado por medio de reflexiones, donde la
narración de experiencias a través de relatos de lo vivido o diarios de campo dan
fe de las reacciones, diálogos, gestos y demás respuestas del grupo ante los
diferentes cuentos que se llevan al aula según la realidad o fantasía desde la cual
los niños y niñas los representan, asocian o comprenden; es así como se cuentan
historias y el individuo se convierte en clave para la interpretación de las
experiencias, haciendo de esta una investigación de carácter biográfico-narrativo
18
cuyas características buscan mostrar un mundo real desde apreciaciones reales
de situaciones que se viven en tiempos y espacios reales, no de medir datos y
evaluar resultados sino llevar a cabo procesos de socialización desde un enfoque
cualitativo donde la subjetividad juega un papel esencial para llegar a la
comprensión de la experiencia mas no de datos acumulados.
Y luego de encontrar lo que afecta y reprime al sujeto, por medio de esas
evidencias en las que se ha vivido el encuentro con la sombra, generar un alivio o
conciliación con el yo interior, desde la orientación pedagógica de los cuentos y
finalmente lograr procesos de transformación desde los cuales los estudiantes
comprendan desde lo potencial esa realidad que le ha tocado habitar.
Es un trabajo que comparte sus líneas entre lo sicológico y la animación a la
lectura, pero trasciende a la esfera educativa tanto comprende que la formación
del ser humano debe iniciar por sí mismo; la misión de la escuela no sólo
comprende la enseñanza de conocimientos matemáticos, científicos o
geográficos, entre otros, es necesaria una conciencia mayor acerca de quienes
están sentados en ese pequeño espacio cargado de subjetividades e
individualidades, en una “actitud de observador imparcial, objetivo, seguro de los
hechos y de los acontecimientos” como lo diría Freire (1997, p.16). Los docentes
tenemos una responsabilidad ética en palabras del mismo autor con aquellos
estudiantes que ven en nosotros una luz de verdad, un camino de superación y
esperanza, por lo tanto, el compromiso se acrecienta en la medida en que
entendemos que la
19
Formación científica, corrección ética, respeto a los otros [y a sí mismo],
coherencia, capacidad de vivir y de aprender con lo diferente, no
permite que nuestro malestar personal o nuestra antipatía con relación
al otro nos haga acusarlo de lo que no hizo, son obligaciones a cuyo
cumplimiento debemos dedicarnos humilde pero perseverantemente
(Freire, 1997, p.18).
El docente por consiguiente en esa maravillosa experiencia de estar en contacto
con otros seres humanos, aprendiendo junto a ellos, no puede pasar por alto que
cada individuo viene de un entorno familiar, social y moral que lo precede y lo
condiciona, por lo tanto, del conocimiento de esas características depende la
misión fundamental de la escuela: formar para la vida, para la criticidad, para la
autonomía y la transformación.
“Cuando vivimos la autenticidad exigida por la práctica de enseñar-aprender
participamos de una experiencia total, directiva, política, ideológica, gnoseológica,
pedagógica, estética y ética en la cual la belleza debe estar de acuerdo con la
decencia y con la seriedad”. (Freire, 1997, p. 12).
20
3. UN CAMINO BASTANTE PEDREGOSO
Una conversación; ese fue el primer detonante de este encuentro con la lectura
bajo una óptica algo distante de la costumbre, una lectura que develaría un fondo
desconocido, inquietante, oscuro.
En el año 2011 se celebró un encuentro de bibliotecarios programado por
Comfenalco, en el cual se trabajaron dos temas centrales: cuentos perturbadores
y públicos invisibles, dos frases que indigestan de sólo mencionarlas, pero
quedaron retumbando de tal modo que era necesario seguir indagando al
respecto, buscando con el apoyo de la bibliotecaria escolar los indicios de este
asunto, tarea que resultó ser bastante difícil. ¿Cuentos perturbadores? ¿Qué es
eso?, esa era la respuesta en bibliotecas y otros espacios donde se tocaba el
tema, la única luz al respecto apareció en la red, en un artículo de un escritor y
crítico venezolano, Fanuel Díaz, autor del término, que gracias a una profunda
investigación de la literatura infantil llegó a la conclusión de que existen cuentos
que delatan temas cotidianos bajo la atmósfera de la realidad que nadie cuenta,
sin embargo era el único soporte para una situación que se complejizaba.
Gracias al azar se dio la posibilidad de hablar con Lina Pulgarín, bibliotecóloga de
Comfenalco, quien contó a una de nosotras la experiencia de trabajar con seis
títulos escogidos de acuerdo con el contexto de la ciudad y sus pesadillas, con la
firme intención de verificar o descalificar ese nombre peligroso de cuentos
perturbadores. Fue una experiencia de seis meses puesta en escena en aquel
21
primer encuentro de donde surgió el primer interrogante. Sentíamos que el
universo nos concedía la posibilidad de conectar los autores y palabras precisas
para desenmarañar la madeja, pues entre las frases de Lina apareció el pilar de
todo: el arquetipo de la sombra (Jung, 1.991), ¿acaso hay un fondo aún más
profundo tras un simple cuento ilustrado para niños?
De la mano de lo anterior había una necesidad latente: la lectura con sentido, uno
que fuera más allá del hecho de leer por diversión o por decodificación, un sentido
que lograra trascender a la realidad de los niños, de ahí que a través del proyecto
pedagógico, se diera inicio a una experiencia personal, más a tientas que con
certeza.
Las temáticas de los cuentos perturbadores se relacionan de manera muy cercana
con las diferentes problemáticas sociales por las que atraviesan las poblaciones
infantiles, las periféricas de la ciudad, las veredas y sus costumbres. Temas
como la muerte, el abandono, el maltrato, el bullying, la marginación, la
homosexualidad, entre muchos otros, a los que están expuestos con frecuencia
sin la intervención de los adultos, con la falsa creencia de que los niños “no
entienden” y son obligados a guardarlos y no comentarlos se van quedando
relegados al olvido, sin la precaución de que siguen allí y pueden salir en cualquier
momento de la vida. Las lecturas que se han llevado al aula abren un campo de
posibilidades investigativas, generando en el pensamiento infantil una relación con
los propios personajes fantásticos de los cuentos, además de que ha sido un
devenir con la experiencia, desde el punto en el cual cada lectura nos toca en lo
22
más íntimo del pensamiento, se ha detallado cada línea, cada palabra desde el
sentir, desde la propia piel, hasta imaginar, recrear y transformar la subjetividad.
Las expresiones y gestos que se observan en cada rostro o en cada afirmación
han sido el primer acontecimiento que queremos resaltar, porque podemos ver
que cada uno piensa y asume el texto desde los sentimientos que tenga
presentes.
¿Existen realmente textos perturbadores? Y si existen… ¿Cuáles son sus rasgos
distintivos? ¿O sería más apropiado hablar de formas de la perturbación o de lo
perturbador en los textos para niños? Existen posiciones encontradas al respecto,
por ejemplo, para la psicóloga educacional Susana Frisancho, el nombre de
“cuentos perturbadores” podría ser malinterpretado por los padres al pensar que
pueden ser dañinos para los niños. En opinión de Frisancho (citado en Pulgarín,
2011), de este tipo de cuentos pueden aprenderse muchas cosas, pues no es la
primera vez que la literatura se presta hacia el estudio psicológico en los niños. “Si
estos cuentos se tratan de manera afectiva y creativa, no debe haber problema”,
finaliza.
Contraria a esta percepción, Flor Soto (Maestra y madre de familia) dice que
La estrategia que usemos con estos libros debe ser pensada con
mucho cuidado [...] Llevo trabajando como maestra de primaria 17 años
y siempre utilizo los cuentos para enseñar a los niños mensajes
23
sociales y valores. No había escuchado antes hablar de los cuentos
perturbadores; pero desde mi punto de vista, utilizar cuentos con esta
temática sería muy peligroso, ya que los niños actúan de acuerdo a su
madurez emocional y en muchos casos, no diferencian la realidad de la
fantasía, y podrían influenciar en ellos negativamente. Además, hay
niños con baja autoestima, un tema que comúnmente los afecta por
diferentes circunstancias, y los vuelve más fáciles de influenciar. Como
mamá de una niña pequeña, y docente, no me gustaría que se aborde
este tipo de historias en un grupo grande, porque no sé qué ideas
pueden estar en su mente, luego de analizar un cuento de este tipo en
el colegio. Creo que sería de más utilidad trabajarlos con chicos de
secundaria y hacer un análisis de mayor profundidad”. En cualquier
caso, la estrategia que usemos con estos libros debe ser pensada con
mucho cuidado. Así mismo, es importante enseñar a los niños a elegir
libros que puedan leer por placer, curiosidad u otro tipo de necesidad.
Por otra parte, Rubén Silva, editor del Grupo Editorial Norma, señala que “las
editoriales de calidad están abriendo paso hacia este tipo de literatura infantil,
aunque aún sea muy difícil de vender, porque a los adultos aún les asusta la idea
de perturbar al público infantil por una serie de razones como la de preservar la
inocencia de los niños”. En opinión de Silva, los cuentos perturbadores “serían un
instrumento valiosísimo para tratar temas con los niños, lo que de otra manera sería
difícil de hacer”. (Citado en Pulgarín, 2011)
24
“Un buen libro conquista la simpatía por la lectura” nos dice Fanuel Díaz (Citado en
Pulgarín, 2011) que refiere que tal como viene mostrándose en otras partes, los niños
han recibido muy bien este tipo de relatos. Por ello estos cuentos se ven como un
camino hacia la construcción del hábito de lectura en los niños, ya que “generan
inquietud por conocer un poco más del alma humana y pueden dar forma a
experiencias que aún no pueden identificar”.
25
4. LA ESCUELA COMO ESCENARIO DE ENCUENTRO CON LA SOMBRA
La escuela, ese escenario tan importante en la sociedad, al cual desde pequeños
somos incorporados sin preguntar, provocando en la mayoría de los casos el llanto
y la angustia de separarse de la familia, de los juegos y la “libertad”, para pasar a
un esquema de timbres, órdenes y permisos que adormecen la mente, obligándola
a pensar lo establecido en un tablero grande y verde que descarta la posibilidad.
En esta ardua búsqueda a interrogantes existenciales o de situaciones cotidianas,
nos remitimos a la literatura, porque desde pequeños nos han enseñado que en
ese camino encontraremos las respuestas a todo lo que nos preguntamos.
La labor educativa, los nuevos cambios, reformas del sistema y las poblaciones
que en este momento se vinculan a las escuelas, exigen grandes cambios en el
pensamiento de las personas, es de allí que se inicia un trabajo investigativo el
cual surge precisamente de esas incógnitas que nos permean desde lo personal
hasta lo laboral.
Las experiencias que se viven a diario dentro del aula, nos han mostrado la
relación que podemos tener con nuestro propio pasado, nos pensamos
investigadores sin saber que pasa allá o tan lejos o tan cerca me está
transformando y está sacando lo interno de mí.
26
La escuela es entonces ese centro de encuentro de muchas historias, vivencias,
realidades y situaciones que muchas de las veces tiene íntima relación con mi
propio pasado o con el presente, este camino que se recorre nos muestra la
primera base a investigar, a seguir paso a paso, y es la literatura infantil, ya que
encontramos que muchos de los cuentos que forman parte de esta selección por
lo regular narran fantasías, sueños e imaginarios y son dirigidos para niños tratan
también esas situaciones difíciles, dolorosas y que hacen parte de eso que partir
de hoy llamaremos “sombra”.
Cada narración, cuento, imagen o historia que se cuenta en el aula, está cargado
de grandes significados tanto para los niños como para el narrador, nos remiten al
pasado, y esculcan entre lo más íntimo de nuestro interior.
En este caso la población con la que se trabaja son niños del nivel inicial de
primaria, por las situaciones de sus familias o de acontecimientos ajenos a él,
sabemos que muchas de las lecturas crean sensibilidad y evocan sus propios
recuerdos.
Es increíble cómo los niños reflejan esta situación que, siendo ajena a ellos, a su
mundo infantil, no les queda más remedio que aceptar, guardar u omitir pues esa
es la realidad que habitan, y en esa proporción crecen sus incertidumbres acerca
de aquello calificado como “bueno o malo”, sus sentimientos confluyen entre lo
correcto y lo que no, cargando con la inmensa responsabilidad que los adultos
depositan en ellos, sin siquiera preguntar, no obstante, con una resistencia innata,
27
una sonrisa permanente y un afán desmedido por ser escuchados y observados a
tal punto que se hacen notar a cualquier precio; una necesidad imperante por
ajustarse a “los parámetros” que exige Fulano o Perano, que “pule” a hachazos las
alas que le dieron al nacer y que frente a ese imperio adulto actúan con una
naturalidad que te pone los pelos de punta, llena de sorpresa, pero libre de
censura, cuando el adulto prefiere esconder bajo el velo de la mentira aquello que
es incapaz de afrontar, su miedo más terrible, su sombra.
No solo pretendemos que las lecturas hechas en cada sesión muestren la sombra
de los niños a los que va remitida. Esta investigación también pretende mostrar las
voces de quienes reprimen sus sentimientos, sus emociones, mostrar los gestos
de unas poblaciones que no son escuchadas, que tiene experiencias que
estremecen a todo el que las escucha.
El lenguaje se apodera de sus sentires de tal forma que no pueden callar, y en
este afán por descubrir el mundo como investigadoras tampoco callamos cada
hallazgo cada suceso que se convierte en experiencia.
Son muchas las expectativas y logros que se quieren alcanzar al descubrir que la
experiencia y la narración se tienen en cuenta para investigar pues se le está
brindando la oportunidad de contar un relato de su propia vida, su experiencia y
tienen el protagónico de un imaginario subjetivo, investigamos con el fin de
determinar cómo las condiciones del contexto influyen en las acciones y
pensamientos de las personas que no salen de este círculo, que constantemente
28
se encierran en la rutina y se acostumbran a vivir de una o de otra forma, pero
algo muy importante por lo cual investigamos es la razón de ser de la literatura el
papel fundamental que está cumpliendo hoy en la educación y específicamente en
esta investigación es encontrarnos con lo oscuro, con la sombra.
Es así como finalmente es posible destacar que los conflictos internos
depositados en cada uno como un tesoro a punto de explotar en lo más profundo
de cada ser, no están obligados a ser guardados sino llevados a la cima para
poder cargar con alivio lo que en algún momento costó albergar y definir no desde
lo cultural lo que está bien o mal sino desde la convicción y la experiencias lo que
me sucedió y a la vez me liberó.
29
5. TRES MIRADAS DIFERENTES
5.1 El jardín
Su nombre es Jhon David Pérez, es quizás el niño más carismático que cualquier
persona se pueda encontrar, tiene una risa coqueta, los ojos negros y brillantes
que cierra cuando sonríe, lo cual hace que se forme dos hoyos en sus mejillas
color canela. Tiene algunos problemas de sobrepeso que los nutricionistas de la
institución ya están tratando para mejorar su calidad de vida.
Doña Estela, su mamá, es una mujer trabajadora, se levanta diariamente a las 4
de la mañana a preparar el almuerzo para ella, su esposo y Juan Carlos su hijo
mayor de 12 años, dejar la casa en buenas condiciones y organizar a Jhon
rápidamente para que no lo vaya dejar el transporte porque como dice la
transportadora “el que se quedó se quedó”. Todo esto antes de salir a las 8 am
para la minorista donde junto con su esposo tiene un “puestico”, no sin antes
llamar a la profe a preguntar cómo llegó su hijo y cómo le ha ido, si está comiendo
bien, si está compartiendo, porque siempre en la casa se le enseña que no debe
pelear con los amiguitos.
Jhon David siempre llega muy puntual, a las 7 y 30 ya está en el centro infantil
esperando al nutricionista en la puerta para ayudarle a bajarse de la moto y
recibirle el casco y el bolso, luego se dirige a saludar a su profe con una torta, un
buñuelo, una galleta, una arepita o una empanada de esas que le prepara su
mamá antes de salir, es casi un ritual cada mañana.
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Disfruta contar historias y sus compañeros disfrutan escucharlo ya que en su casa
se han aparecido dragones, serpientes, chuchos, manos peludas y a todas estas
criaturas afortunadamente las ha vencido porque además de todo es muy valiente,
ni siquiera le tiene miedo a la oscuridad, además, canta como un profesional y
baila como todo un experto. Es un niño muy independiente va solo al baño, se
cambia de ropa cuando está sucio, come solo, ayuda con las prácticas de aseo, es
colaborador y muy divertido.
A sus tres años de edad es un experto en la creación de cuentos, observa una
imagen y te crea una historia completa con personajes, acciones, nudo, desenlace
y hasta más nudos y más desenlaces de los que se le es posible a un escritor
relatar. Es el personaje del Centro Infantil, todas las profes lo adoran, a todas les
canta, a todas les lleva cartas o flores de las que se encuentra alrededor de su
casa. Adora su barrio dice que vive en Picachito cerca a la casa de su compañero
Juan José.
Es uno de los líderes del grupo, dirige las rutinas de autocuidado, organiza las
mesas del comedor, está al tanto de las inasistencias, ordena los bolsos en el
perchero, es el encargado de perturbar el orden en los momentos de calma y
alborotar el grupo con su alegría y capacidad histriónica que llenan de alegría los
espacios que comparte. Se expresa con gran apropiación, su lenguaje es claro y
coherente mucho mayor al esperado para su edad. Participa en los diálogos con
31
comentarios o preguntas que desestabilizan a cualquier profe y las pone a dudar
constantemente sobre quién es el que dirige las actividades cada día.
Camilo es el menor de tres hermanos con dos años, Valeria tiene tres y Mariana
con cuatro que la hacen la mayor, los tres hacen parte del Centro infantil cada uno
con una profe diferente, cada uno con una historia en común y un pasado no muy
memorable para un niño. Camilo tiene una mirada vacía, lejana, indescifrable,
parece que guardara a fuerzas una historia que lo perturba, escasamente se ríe
pese a los muchos esfuerzos que hagan las profes por brotar de él una sonrisa,
pocas veces lo vemos correr o compartir con los amiguitos, aunque se podría decir
que en el centro infantil Camilo es feliz, hay personas que lo quieren, están
pendientes de su alimentación, protección y bienestar.
Hace poco va al baño solo, ya no se hace “chichi” en la ropa, por lo cual ha
recibido unos tenis nuevos que las profes le regalaron, este día sonrió, saltó, bailó
pero con mucho cuidado, besaba sus tenis, los abrazaba y no dejaba que nadie se
los tocara. Es un niño muy cuidadoso, le gusta estar limpio, oler rico, cuida sus
pertenencias, se apega a todo lo que tiene a su alrededor hasta a las profes que
siempre les dice mamá, según la sicóloga porque somos la figura femenina
predominante en su vida.
Le gusta que le narren historias, que le muestren las imágenes pero no le gustan
los disfraces ni las máscaras, estos materiales lo atemorizan. En la lectura de
cuentos parece que estuviera distraído pero cuando se le pregunta que le gustó
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habla de las imágenes lo cual muestra que sí estuvo atento, quizás creando su
propio cuento o habitando en él.
Viven con Doña Rosa su madre sustituta asignada por el ICBF, antes ya habían
estado en otro hogar de paso pero sufrieron incontables maltratos, por ejemplo a
Mariana la quemó su cuidadora con una plancha caliente en las manos por comer
restos de la basura, manía que no ha sido posible eliminar de sus hábitos, a
Valeria le picaron las pulgas y le cicatrizaron todo su cuerpo y a Camilo lo
amarraban de la cama porque no tenían tiempo de cuidarlo. Parece una historia
de terror pero es real. Actualmente Mariana tiene inhibido el lenguaje, aunque no
pronuncia ni una palabra, se ríe, baila, disfruta al máximo el tiempo que pasa en la
institución. Además, le tiene fobia al encierro lo que le impide estar en lugares
estrechos o con mucha gente, de acuerdo a las sugerencias del área psicosocial
no es conveniente exigir estar todo el tiempo en el salón, hay que darle su
espacio.
Camilo es muy cariñoso, le gusta que lo carguen y le canten canciones infantiles,
a Mariana por el contrario le gusta el rap y el hip-hop. Valeria es menos afectuosa
pero parece que la pasa bien. Su madre era una adicta de la calle que sin juzgar
tuvo a su hijos algún tiempo en los ambientes menos favorables para su desarrollo
inicial. Hace un poco más de un año murió de sobredosis, eso hace que están a
cargo del Bienestar Familiar; pareciera que ya pasó la peor parte pero las
consecuencias han sido notables.
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En el centro infantil es posible encontrar tantas historias sorprendentes como
niños hay en él, se han encontrado un montón de dificultades a nivel psicosocial,
nutricional y cognitivo. Sin embargo se ha tratado de articular el trabajo entre
agentes educativos, psicólogos y nutricionistas para mediar en las situaciones y en
compañía de los recursos que proporciona el programa Buen comienzo de la
alcaldía de Medellín, ofrecer las posibilidades de una atención integral al
desarrollo infantil y calidad de vida a partir de experiencias significativas desde los
cero a los cinco años.
Teniendo en cuenta todas estas situaciones, se ha generado una gran inquietud
sobre cómo llegar a los niños y niñas del centro infantil, apreciando sus
necesidades e intereses, aportando positivamente a su formación integral y feliz
desde la creación de ambientes favorables, es así como surge a la vez la idea de
plantear una propuesta investigativa que vincule la literatura como estrategia para
abordar las problemáticas del grupo empleando el cuento como mediador en los
conflictos y sus propiedades en la identificación, alivio, sanación y fuga a partir del
acercamiento a la realidad de manera creativa y audaz.
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5.2 La vereda
Cada pequeño y pequeña es la ventana a un hogar, como el de David, un
pequeño de 6 años al que le encanta dar besos y abrazos a diestra y siniestra, por
eso cada que la profe se descuida con otras cosas, David aprovecha para pararse
y apapachar a Brahiam quien lo mira con desconcierto pero recibe en silencio su
pico en la mejilla y permite que su cuello lo rodeen un par de brazos que aunque
pequeños parecen contener la fuerza de un titán escondido en esos 95
centímetros, de piel morena, bien alimentado y que se pregunta todos los días
porque a las 9:30 de la mañana no puede regresar a su casa.
Ama jugar, como todos los niños de su edad y por lo general lo hace sólo sin
molestarse por no tener compañía, aunque si llega alguien con quien hacerlo
también comparte con gusto. Cuando está en la clase, se para con la firmeza de
quien tiene la razón para terminar la frase con la cual su profe explica cómo hacer
el ejercicio matemático o al lanzar una pregunta al aire, él exclama a todo pulmón:
¡profe yo sé! acercándose al tablero para señalar con mayor certeza lo que quiere
decir y así recibir feliz su recompensa: ¡eso David! y un choque de manos.
Ante los regaños, él sólo parpadea sus hermosos ojos cafés una y otra vez, sin
modular palabra, tal vez buscando la adecuada para sustentar el hecho por el
cual se le acusa y prefiere entonces continuar dibujando sus grafías amplias en el
cuaderno para mostrar que por fin terminó de transcribir las letras del tablero o
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aislarse a través de un dibujo que la profe no logra comprender en lo que al
parecer es un monstruo de seis brazos y diez ojos.
Al escuchar el último timbre del día David tomó sus cosas, preocupado por tener
todo en su negro morral y sale en carrera hacia la puerta con sus demás
compañeros a abrazar las piernas de su papá, quien lo saluda preguntando:
¿cómo le fue?, ese padre, alto y fornido que por su aspecto desarreglado y ropa
llena de grasa, además de un rostro que da miedo, la profe en ocasiones lo
confundió con un ser grullón y violento.
David a quien por azares de la vida fue concebido por una madre drogadicta, que
casi lo deja morir de hambre, llegó a manos de Yolanda y Octavio, este par de
ancianos que al perder a su propio hijo, acogieron a David como si fuera ese hijo
que se llevó la muerte, como una compensación a su dolor. Varias veces llevada
por esa imagen de ancianos la profe le dijo a David que eran sus abuelos, pero
con la convicción de sus seis años, esa época en la que nada es imposible, David
replicaba: “son mis papás profe” corrigiendo la ignorancia de tal frase.
Para David nada parece imposible, Ken Robinson lo dice claramente: los niños se
atreven y no temen a equivocarse, siempre está seguro de que el camino es el
suyo y nada más, cualidad que la escuela parece olvidar entre las áreas.
Este es un pequeño universo en el que reina la maravillosa diversidad, un refugio
para escuchar y detenerse en una explicación, mientras Carolina o Chiciana se
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paran a contar la historia que recordaron al escuchar las palabras y encontrar el
sentido del cual les hablo.
Hablar de este contexto es rodearse de mundos tan distintos: por un lado el verde
veredal, por otro, las grandes fábricas que confluyen en este pequeño espacio con
cara de cárcel, por sus muros gigantes y sus pequeños patios rodeados por rejas
y mallas que nos “cuidan” de la ruidosa, transitada y peligrosa autopista Medellín-
Bogotá, pero a la vez tan rico, tan lleno de sucesos que día a día, sin darte cuenta
te atrapan de tal modo que ya no te dejan pensar en lo que quedo en casa. Uno
que se viste de verdes montañas y extensos cultivos como trazos en la tierra, los
cuales se deben recorrer a pié antes de despuntar el sol hasta llegar a la pequeña
entrada del colegio hasta llegar el mediodía.
Allí comienza el horario y albergados en un salón del primer piso comienza una
nueva jornada; en este rincón 46 historias (incluida la mía) se cruzan, se
entrelazan y funden en las 5 horas que nos vemos y en los momentos que aunque
no nos vemos nos pensamos porque media entre nosotros la tarea, el conflicto del
día, el atraso en la copia, el chiste, el “aporreado” y los secretos que cada quien
guarda y lleva a casa, conformando un enorme relato.
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5.3 En lo más alto de Medellín
Son increíbles los paisajes que tiene la ciudad, no me detengo con frecuencia a
observarlos, pero desde el Centro Educativo es imposible no hacerlo, ubicada en
el barrio María Cano Carambolas una de las periferias más altas de Medellín y
cobijada por un clima frío, esta escuela día a día se encarga de ofrecer una
educación para la vida y de devolver un poco de alegría a las familias que rodean
el entorno y que han sido marginadas por el fenómeno de la violencia y el
desplazamiento.
Desde mi llegada allí en el año 2011 tuve la fortuna de adquirir experiencia en la
básica primaria con los grados tercero y segundo, quienes aún me recuerdan y me
saludan de una manera muy emotiva, para este año tengo la fortuna y también la
sorpresa de compartir con el grado preescolar un grupo de 33 pequeños que
contagian con su alegría y sus ocurrencias; me enfrentó entonces a esta
experiencia que será muy gratificante para mí, encuentro allí niños y niñas de 5
años, tan pequeños, activos y espontáneos, los cuales me han demostrado que no
me equivoque en la profesión que elegí.
y como no disfrutar cada día, donde Silvia trata de sobresalir entre los demás
niños con sus narraciones, en las que utiliza tan apropiado el lenguaje, y menciona
palabras propias de un lenguaje más adulto.
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Más se hace notar Dylan Andrey con un gran abrazo y un beso me saluda, siendo
tan espontáneo, siempre llama la atención entre sus demás compañeros, todos
quieren estar cerca de él, con una mirada picara hace todo el tiempo reír a sus
compañeros, Juan Manuel un niño de piel morena, que a simple vista se ve que el
fenómeno de la pobreza lo acompaña, pero que nunca por más dura que sea la
situación deja la alegría y la espontaneidad, conversa todo el tiempo, sin importar
quienes estén a sus lados, por el contrario algunos no muestra mucha energía,
pasan sin hacer ruido, y sus rostros no reflejan mayor emotividad como es Juan
Felipe, quien no asiste con mucha frecuencia, y cuando lo hace no hay tanta
actividad en sus días, o por decir Juan Diego el más pequeño del salón no se hace
notar, aunque entre sus compañeros juega y se divierte como todos los niños,
todas las sonrisas y también los silencios de los niños se entremezclan en una
jornada corta se podría decir, en la que comparten todo lo que para ellos es una
experiencia.
Todos los niños cuando llegan a la escuela narran historias y sucesos importantes
de sus familias, por sus conversaciones y participaciones me atrevo a afirmar que
viven en una situación económica en la cual el estrato no pasa de 2 pero aun así
cuentan con los servicios que son necesarios en un hogar, además la mayoría
vive en los alrededores de la escuela.
Cuando llegan allí se encuentran con un lugar dotado de imágenes, color y alegría
que los invita a viajar por el mundo de la imaginación y desmitificar eso de que la
escuela sea aburrida o imponente, así es, esta escuela cuyos fundadores se
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encuentran en lo cargos administrativos nace por la necesidad de pensar en una
educación diferente que enseñe a pensar y sea útil para la vida diaria.
Muchas son las ventajas que tiene el trabajo en el grado preescolar, imaginar
cosas fantásticas y distintas como los niños las hacen ver, también la interacción
diaria con los padres cuando a las 8: 00 de la mañana esperan para entregar a
sus hijos y hablar conmigo afirmando múltiples recomendaciones, y no falta la
frase de las mamas ¡pórtese bien! Veo en muchas de ellas un trato afectuoso con
sus niños, se despiden en repetidas ocasiones los llenan de besos y bendiciones,
aunque no es muy frecuente ver a los papás de los niños cuando lo hacen su
actitud es más cortante y poco menos cariñosa, en las pocas conversaciones que
he tenido con las madres de los niños me cuentan que la figura paterna del hogar
permanece más ausente, por posibles trabajos en los que se desempeñan,
normalmente construcción, oficios varios y ventas ambulantes, ya que por las
pocas posibilidades educativas que tienen no han terminado sus estudios básicos,
observó que los niños en su mayoría hablan del papá, pero le guardan más
respeto y lo toman más como el regaño o la amenaza, la mayoría de las madres
de estos niños desempeñan labores en sus hogares, por la gran cantidad de hijos
que tienen y la poca educación a la que tuvieron acceso, aun así en su mayoría se
han mostrado colaboradoras, con los trabajos del hogar, y con los procesos de
cada uno de sus niños.
Ahora bien qué es un día en el preescolar, yo lo resumiría en una palabra: alegría,
desde que llegan los niños comparten con sus compañeros juegos que están de
40
moda por los estudiantes más grandes, llevan juguetes y también hablan
constantemente, entonamos canciones que se han enseñado o el que se sepa
una la canta a sus compañeros, pasado un rato armamos los bloques y en estas
formas se puede ver las mentes de los niños, de por si las niñas construyen
castillos, casas y personifican a las princesa, por el contrario los niños construyen
carros, motos y aviones, tal vez esto es a lo que se encuentran expuestos
diariamente, hacemos además una reflexión de acuerdo al proyecto que estemos
tratando la idea es que los niños participen con lo que más les gusto o lo que no
les parece.
Soy muy cuidadosa al momento de planear una actividad, ya que es necesario
tener en cuenta las dimensiones del desarrollo en las que los niños deben adquirir
habilidades, para la dimensión cognitiva los niños han disfrutado actividades como
rompecabezas, salidas en las que buscan objetos de la naturaleza y también
ejercicios con los números en el cuaderno, para la dimensión comunicativa los
niños se muestran muy atentos en la narración de cuentos, ya que se han
empleado diversos medios como videos, películas, imágenes y libros álbum,
retomaré así uno de los momentos que fue más significativo para los niños el día
de la lectura del cuento Madrechillona (Jutta Bauer, 2001), se despertaron muchos
sentimientos en ellos algunos retoman momentos relacionados con el tema y otros
sienten compasión por el personaje del cuento, es así como tratamos de expresar
por medio de las palabras que sentimos si nos pasa esto como asumimos un grito
de la mamá entre otras preguntas a las que los niños con mucha sencillez
responden que es el llanto la mayor manifestación de tristeza cuando esto sucede
41
en la casa, en los audios los niños están atentos escuchando lo narrado una de
las actividades que más disfrutaron la describiré a continuación.
Las horas del cuento y la recreación de mundos imaginarios se han vuelto un reto,
ya que la población a la que nos dirigimos es exigente y con una capacidad de
comprender absoluta, los niños se han mostrado curiosos e impacientes con
temas como las brujas, los monstruos y seres terroríficos, es por ello que veo la
oportunidad de tomar cuentos infantiles que traten del tema.
Cuando están jugando o ponemos algún tema de conversación me preguntan si
yo he visto alguna bruja, ¿Cómo son?, afirman además haberlas visto y sentir
miedo de su presencia.
Al llegar una mañana al salón encuentran cosas nuevas y diferentes, muestran
asombro y algo de temor, lo puedo leer en sus rostros, ya que allí en este lugar
encuentran imágenes de brujas colgadas, en galería : las había feas y bonitas,
infantiles y más reales, algunas con sus rasgos exagerados y otras no tanto,
también como ambientación del lugar suena una canción llamada la bruja loca,
mientras miran los dibujos escucho entre sus conversaciones señalando, que la
que vieron era esa o quizá más fea, los invito a que se sientan para escuchar la
lectura del cuento en la selección que se hizo escogí “la bruja y su gato de
colores” anticipado al cuento conversamos un poco sobre lo que se puede tratar el
texto viendo la imagen principal y la mayoría coincidió en hablar del animal de la
bruja pero afirmaban que era un gato negro, al iniciar la lectura los niños estaban
42
atentos a cada palabra narrada y como el cuento mencionaba algunos hechizos
para transformar a su gato era este espacio en el que participaban mencionando
que hechizos pudo hacer la bruja, cada aporte era más irreal y ficticio pero
conservando el elemento de terror, continuaba con la lectura y los niños seguían
motivados y atentos al terminar la lectura los niños trataron de buscar en las
imágenes del salón la bruja del cuento, hasta que llegaron a una descripción
gráfica de esta, se reunieron en pequeños grupos en los que elaboraron con
papel un sombrero de bruja con los que más adelante haríamos sombras
chinescas, encontramos así todo el escenario correspondiente, y comenzaron las
presentaciones de siluetas, la idea era la reconstrucción del cuento leído pero
algunos le dieron un toque más creativo e inventaron algunos aspectos para
mostrar a sus compañeros, a su vez se observan algunos elementos del cuento
como son los personajes y mostrando apartes que más llamaron su atención, con
esta actividad se puede notar que los niños comprenden lo leído, y aun así no fue
necesario acabar con su imaginación sino darle un nuevo sentido a este tema que
ha causado inquietud en los niños.
Para ellos que son niños tan pequeños es más relevante la imagen o ilustración
como tal es por ello que con la actividad se pretendía mostrar a los niños como la
sociedad ha mostrado a las brujas pero también cambiar un poco el paradigma y
no dejarlos salir de ese mundo imaginario en el que ellos creen se encuentran
estos personajes fantásticos.
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6. NARRAR, OTRA FORMA DE DECIR LO ACONTECIDO
Relatos, conversaciones, acontecimientos, experiencias, emociones que se cruzan
con historias de terceros, viajeros de las letras que se conectan con el mundo
interior y tocan la subjetividad. Cómo contar a otros lo acontecido en estos meses,
lo que nos ha pasado a partir de una búsqueda que hoy se debe enmarcar dentro
de los requerimientos de un trabajo de grado, sin quebrantar su esencia,
conservando el aroma de quienes participaron en ella.
A veces las palabras se acortan cuando de narrar las experiencias se trata, al
querer describir cada sonido, cada gesto y cada movimiento de la forma más
exacta con el fin de que el lector también pueda vivir dicha experiencia.
Reunir las vivencias y sintetizarlas en la escritura hace que nos definamos en los
parámetros de una investigación cualitativa que de una manera muy subjetiva y
vivencial nos adentra en cada historia de los verdaderos actores que la padecen,
siendo un trabajo de campo que permite la reflexión constante de lo que pasa en
el sujeto con relación al medio y también rememora los sucesos más oscuros del
pasado.
La investigación cualitativa nos ha dejado conocer la realidad de muchas voces
que callan y que exigen ser escuchadas y también porqué no construir
experiencias significativas pensadas desde la subjetividad que marcan nuestra
propia existencia humana; como nos plantea Sanmartín Arce (2003, p. 135)
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Al estudiar los datos reunidos evocamos con toda su densidad la
experiencia vivida entonces en el campo , vuelta ahora a contextualizar en
el más amplio espacio de la memoria y la imaginación donde conviven junto
a los recuerdos del campo los de las lecturas, la propia experiencia
acumulada de la vida y, sobre todo, dos potentes imágenes que, aunque
oscuras y difusas y sin llegar a ponerse de manifiesto de un modo explícito,
operan como contraste y sostén de la reflexión: la imagen del hombre y el
horizonte de la época.
En esta búsqueda que comenzó desde hace ya algún tiempo, hemos encontrado
grandes transformaciones que se plasman en lo que es la escritura y tanto la
reflexión como la rememoración de sucesos pasados hacen que el camino y la
meta se construyan de acuerdo a la subjetividad.
De acuerdo con lo que la investigación cualitativa propone no siendo esta una
camisa de fuerza sino un estilo más libre de vivir la experiencia nos remite a la
problematización del trabajo de campo lo que capta los sentidos e inquieta
produce el efecto de imaginar y de intuir cual es la respuesta pero se necesita
incluirse en el medio para verdaderamente sentir como propios actores los
sucesos, y como nos plantea Sanmartín Arce (2003 p. 136) “… buscamos en el
tiempo y en el espacio situaciones humanas a las que podamos acceder para
iniciar nuestra inserción en ellas y desarrollar un trabajo de campo y un estudio
histórico a partir de los cuales construiremos nuestra etnografía”. No hemos
perdido la esencia que nos hace humanos el hecho de sumergirnos en una
45
investigación que desentraña los deseos y sueños más ocultos tanto de los
actores como de los propios investigadores nos evoca todo el tiempo el pasado y
el presente que fue experiencia.
Con el paso de cada día los datos recogidos a partir de entrevistas, diarios de
campo, y conversaciones cotidianas, sirvieron de puente para la construcción
parcial de un conocimiento del contexto o de lo que perturba a cada uno de los
actores de esta historia, en la que tienen voz y sus aportes son tan válidos como
certeros porque nada más verás que la propia experiencia y la propia vida para
demostrar una realidad.
Como investigadores y como actores también de las experiencias que se tejen
entre estos grupos sociales cumplimos la labor de dar significado a lo observado,
escuchado y detallado por cada sujeto aunque como dice Sanmartín Arce (2003)
“claro está que encontrar lo que significan las cosas no es una operación simple,
ya que el significado no es algo tan patente como para copiarlo de la realidad,
tomarlo de la boca de los informantes o mostrarlo con un mero recuento”. (p.141)
las voces son el argumento de la investigación plasmada en las letras por los
investigadores del contexto y de la realidad.
La tarea de determinar el enfoque que sigue una investigación, es algo difícil, ya
que muchas de las que se proponen no tienen en cuenta la subjetividad por dicha
razón carecen de veracidad, pero qué mejor ejercicio que la propia vida y todo lo
que en ella viene, cargada de experiencias, de situaciones y de narraciones que
46
se cuentan a sí mismas sin ser necesario el uso de las palabras porque pensar en
que todo lo que nos compone a la vez también se narra, a partir de los gestos, las
acciones las emociones y todo lo que nos hace humanos en relación con el otro o
los otros.
Tanto la narrativa como la investigación cualitativa nos ha permitido un
acercamiento a la realidad es la hermenéutica la que nos obliga a comprender que
esas narraciones subjetivas de la experiencia de los sujetos actantes transforma y
da sentido a su presente y a su existencia en un mundo imaginario.
Y como nos plantea Bolívar Botía (2002) “la explicación empírico- natural de la
enseñanza debe, necesariamente, ser mediada y complementada por la
comprensión hermenéutica” (p. 10). Los relatos naturales y narraciones de la
experiencia ameritan que la comprensión de los hechos no limite lo que realmente
fue significativo.
Comprender la experiencia es tarea de la hermenéutica, y de un modo muy amplio
al comprenderla construimos imaginarios de la realidad, no perdiendo el norte
subjetivo de lo acontecido.
todo lo que se ha categorizado hasta este punto como experiencia se reúne en el
campo investigativo y se articula con un enfoque cualitativo, hermenéutico y
narrativo, pues logramos que sea la propia vida la que se cuente y que esto que
es relevante para el ser humano merezca la reflexión de los sujetos que lo rodean
cuando reflexionamos comprendemos la realidad y el imaginario de quien con su
47
lenguaje expresa sus sentimientos ideas y demás gestos significativos, desde la
narrativa solo dándole sentido a las propias historias de vida con un lenguaje
amplio y que transformó el imaginario de quien lo lee y aunque la experiencia no
es algo que se transmita si puede visualizarse de acuerdo a las descripciones
detalladas de lo real.
Son las historias de una manera tan simple sucesos que acontecen en un lugar en
un tiempo y son estos en relación con la persona los que hacen que la experiencia
quiera contarse, en juego con los gestos, los sentimientos nos mueven y también
nos recuerda el propio pasado en la hermenéutica encontramos comprender eso
que nos pasó y que nos transformó en la subjetividad porque podemos decir a
partir de ahora que cada día de la vida es una subjetividad de la realidad, resumo
lo anterior con una frase de Bolívar Botía (2002) “para comprender algo humano,
personal o colectivo, es necesario contar una historia.” (p. 2)
Aunque en la investigación hermenéutica y cualitativa priman la comprensión de
las experiencias se trata más que todo de la veracidad ya que los datos no se
cuadriculan y se reúnen en parámetros estándar sino que de manera más libre y
más participativa por parte de los actores y del investigador inmerso con el medio
se piensa en lo importante de lo subjetivo y se escuchan las voces de cada uno
teniendo en sus relatos mucha relevancia.
Para muchos hablar de las experiencias carece de ese rigor científico, sin
embargo, el valor de una investigación no siempre ronda en este círculo, el ser
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humano va más allá de lo que es comprobable, esa identidad que lo alberga no se
puede contener en tal paradigma, por tanto se inscribe en el plano de lo intangible
e inmaterial, para permitir a través de la narración seducir a otros, para ello, es
necesaria una forma que permita narrar sin “cuadricular”, escribir de tal manera
que sea el mismo texto el que revele sus secretos, una metodología inscrita en los
nuevos paradigmas, que permita relatar las vivencias humanas como cimientos
para que otros las transiten también.
De ahí que en este caso la presente investigación se inscriba dentro de los nuevos
paradigmas como medio para contar lo sucedido, desde sí misma, describiendo la
realidad con un toque de subjetividad propia de la mirada de los personajes que
padecieron los hechos, además de quienes la narran, de acuerdo a Paul Ricceur
(2006, p.139) en una “conexión entre los acontecimientos constituidos por la
construcción de la trama, permitiendo integrar en la permanencia en el tiempo lo
que parece ser su contrario bajo el régimen de la identidad-mismidad, a saber, la
diversidad, la variabilidad, la discontinuidad, la inestabilidad” propias del relato, del
tejido que emerge de la historia susceptible a los ojos del lector, quien es el
intérprete de las palabras, el buscador de un tesoro escondido en el
acontecimiento. Éste contribuye a la necesidad en cierto sentido retroactiva de la
historia de una vida, con la que se iguala la identidad del personaje.
Éste último es el que “distingue el modelo narratológico de cualquier otro modelo”
como lo afirma el autor, asimismo Ricceur define el acontecimiento narrativo por
su relación con la configuración narrativa, “participa de la estructura inestable de
49
concordancia discordante característica de la propia trama; es fuente de
discordancia, en cuanto que surge, y fuente de concordancia, en cuanto que
avanza la historia” (2006, p. 140), en este sentido el acontecimiento se convierte
en el núcleo de la trama, siendo el detonante principal de la acción y la razón de
ser del entramado, allí reside la magia del relato, “es simplemente lo inesperado,
lo sorprendente y sólo se convierte en parte integrante de la historia cuando es
comprendido después, una vez transfigurado por la necesidad” (2006, p.141).
De esta manera el acontecimiento se constituye por su naturaleza dentro de la
narración, en un acto espontáneo que cobra validez según se avanza en el texto,
en ese corazón que la oxigena y no la deja morir entre sucesos encadenados por
la trama, cuya función está dada en la medida en la cual envuelve al lector, en
consecuencia para conformar una identidad del personaje, dada desde su acción,
ya no como un participante externo de la trama sino como parte de la misma, por
lo tanto, es el personaje en sí mismo como lo afirma Ricceur “puesto en trama”
(2006, p.142). Cada acción desarrollada por el personaje aporta un trazo distinto
que irremediablemente hace parte del todo narrado, en ningún momento se aparta
de allí y obedece a una lógica del entramado, por ello, “el personaje conserva, a lo
largo de toda la historia, una identidad correlativa a la de la historia misma” (2006,
p. 142), es el afectado por los sucesos narrados que configuran su ser dentro de
ella, entendiéndolo desde la perspectiva en la que sólo el personaje se beneficia o
padece las acciones.
50
De lo anterior se desprende que el personaje ya no lo sea más una construcción
mental y pase a conformar la vida de la trama al “ser afectado por un curso de
acontecimientos narrados” (2006, p.144) y se convierte entonces en actante,
dueño del recorrido que hace dentro de la trama. Así la narración delata quien ha
hecho, el porqué lo hace y cómo lo hace, dado bajo la dinámica del tiempo y
“entendida como personaje de relato no es una identidad distinta de sus
experiencias” (cfr. Ricceur, 2006, p. 146-147), el relato por tanto otorga identidad
al personaje, sin relato sería imposible materializar el ser inmerso en las letras, en
una nueva identidad que permite incorporar variaciones imaginativas como las
nombra Ricceur, como las posibilidades de enriquecer la realidad propias de la
literatura que no se separan de ella, la definen como única, imbricado totalmente
personaje al relato, en un coherencia total con la identidad terrenal, pues es tan
cierto el personaje del relato como el personaje que lee.
Sin embargo el autor sostiene que “el relato en el campo de la ficción se toma tan
en serio que se convierte en un problema muy arduo, hacer que la literatura y la
vida se reencuentren de nuevo mediante la lectura” (2006, p.160); desde luego la
ficción se encarga de narrar bajo el sello de lo imaginario, no obstante, la historia
ha nacido de la vida misma, es la experiencia hecha relato. como desligar uno de
otro? el hecho trasciende en la medida en que el narrador se convierte en coautor,
al respecto Ricoeur considera que “al hacer relato de una vida de la que no soy
autor en cuanto a la existencia, me hago su coautor en cuanto al sentido [...],
muchos han interpretado la vida misma, la vida vivida, como la representación de
un papel en una obra que no hemos escrito y cuyo autor, por consiguiente,
51
retrocede más allá del papel” (2006, p. 164), es así como cada uno es un
personaje potencial que cobra vida con las letras y se hace inmortal con ellas,
pues de otro modo, se perdería en el tiempo y en olvido, en un recuerdo vago de
quien conoció esa vida, que sin más remedio, se deja fraccionar por quien la
cuenta, sin la fidelidad de la palabra escrita, justamente, los “relatos literarios e
historias de vida, lejos de excluirse, se complementan, pese a, o gracias a, su
contraste” (Ricceur, 2006, p.166).
En tal sentido cabe destacar las implicaciones éticas del relato, que de acuerdo
Ricoeur no son derogadas, sino sometidas a las modificaciones imaginativas
propias de la ficción, que ponen en contraposición la identidad narrativa y la
identidad moral, y tal vez como se señaló anteriormente sin necesidad, pues
encuentran un punto de encuentro en la estética del lenguaje.
Es así como la investigación busca desarrollar su cuerpo desde la narración como
enfoque a partir del cual plasmar las evidencias de lo vivido y experimentado,
donde el relato es fundamental ya que cuenta paso a paso las huellas que se van
marcando en el camino de la investigación, los hallazgos, transformaciones y
resultados de un proceso de interacción en contextos y poblaciones determinadas.
Esta modalidad permite captar cada aspecto dentro del desarrollo de la propuesta
y evidenciar por medio de escritos las reacciones que se viven.
Dentro del campo educativo, la narración ha tomado la fuerza necesaria para
llegar a tal punto en que logra focalizar la experiencia humana tal cual acontece y
52
esto le otorga el carácter objetivo y real a aquello que aparentemente es subjetivo
si se observa como medible, pero el acontecer y la experiencia misma constituyen
la historia que se narra y da veracidad a la investigación. Más aún cuando se trata
de un trabajo de campo tan personal en donde es fundamental leer cada gesto,
cada reacción, cada movimiento, cada contexto y apersonarse de ellos como parte
de la experiencia propia no como objeto investigado sino como parte activa de la
investigación.
Una investigación que por sí misma narra con las propias voces de los implicados
lo que ha sido significativo dentro de un proceso de acercamiento a la realidad por
medio de la literatura y la fantasía que de algún modo esta guarda, haciendo que
se evidencie a través de construcciones escritas lo que desde dentro ha
transformado al sujeto mismo, y es así como lo empírico se va volviendo camino
para interpretar subjetividades que conforman la vida misma, y qué más real que
la experiencia humana, que se construye sin teorías, ni leyes, ni datos predecibles,
sólo a través de hechos que espontáneamente van tejiendo las experiencias que
moldean al ser como sujeto de relatos.
Connelly y Clandinin expresan claramente: “la investigación narrativa en las
ciencias sociales es una forma de narrativa empírica en la que los datos empíricos
son centrales para el trabajo” (1995 p. 23) es por eso que resulta fundamental la
interpretación de las realidades, de todo lo que se vive y hace parte de la historia
que va contando ya que no hay datos verificables sólo experiencias que se narran
desde lo real y vivencial.
53
Teniendo en cuenta que aquí todo puede ser relatado, los mecanismos de
recolección de la información como diarios y entrevistas juegan un papel
fundamental por narrar todo lo que sucede en el aula, cuando se lleva un cuento y
este hace brotar emociones, ideas y demás intereses que el grupo empieza a
manifestar, ya sea por medio de la relación que establezca con la realidad o
fantasía, se hace igualmente importante narrar no desde el punto de vista del
investigador sino desde el hecho real de la experiencia lo que es posible
interpretar frente a los objetivos que se han planteado.
Dichos diarios le otorgan la participación necesaria a los diferentes sujetos de la
investigación tanto a las docentes que son las encargadas de establecer el
carácter crítico de los comportamientos y demás situaciones que evidencian
avances significativos frente a la perturbación a la que es posible llegar desde la
literatura y el cuento y la mediación educativa que logra conciliar esta
problemática, así como la participación del estudiante quien recibe directamente
las implicaciones de lo que se aborda con el cuento y relaciona con su entorno
inmediato. Esto hace que la narración cuente con varias voces participantes lo que
le da mayor objetividad y sentido a lo que desde lo experiencial va aconteciendo.
Connelly y Clandinin bien lo mencionan al establecer que “al empezar el proceso
de investigación narrativa es particularmente importante que todos los
participantes tengan voz dentro de la relación”. (1995 p. 21) esto le ofrece mayor
credibilidad a los relatos que se van nutriendo de las historias que cuenta el
54
investigador pero que en realidad han construido los propios estudiantes en sus
relaciones con el cuento perturbador.
Los relatos que se van sistematizando por medio de diarios de campo que
describen las reacciones generadas a partir de una actividad basada en cuentos
que desde las características del contexto aborda temas detonantes de la realidad
de los niños y niñas, lo que trata de realizar es un registro casi fotográfico y fiel de
la realidad que se vive cuando un ejercicio perturbador llega al aula, para
posteriormente ser interpretado teniendo en cuenta las condiciones de posibilidad
que revelan los resultados sobre qué fue lo que perturbó, por qué lo hizo y cómo
lograr que aquello no quede solo en la fotografía sino que además permita un
reconocimiento de lo que hay tras las respuestas y reacciones de encuentro con la
experiencia.
Por ello es importante plasmar las voces de los niños y niñas tal cual son
expresadas desde la forma en que se narra y los relatos que se construyen, que
no den lugar para sobreentender lo que pudo ser sino para interpretar cada
acontecimiento y que quien participe reconstruya los escenarios con matices que
se tornan en tiempos y espacios tan reales que sean a su vez posibles de
imaginar por aquel que lea el relato.
De la misma forma, resulta importante establecer el carácter autobiográfico de la
investigación narrativa ya que el relato se hace personal cuando describe lo que
me sucedió y me transformó a mí y a mi grupo, el cual le otorga el rigor personal y
55
descriptivo de las experiencias. No se trata solo de contar qué sucede sino mas
bien qué transforma los escenarios y los acontecimientos por medio de signos que
muestran lo que realmente me toca personalmente como sujeto de la investigación
tanto como docente en mi quehacer pedagógico como a los estudiantes en su
desarrollo cognitivo, emocional y psicológico.
A través de la narrativa no sólo es posible contar lo que se vive dentro de un
contexto real tal como aconteció, sino que ofrece la posibilidad de establecer
relaciones de verosimilitud donde los escenarios se pueden transformar para
contar la misma historia con matices que ilustren los hechos creativamente y se
ajusten mejor a la historia. Es decir, pueden variar un poco los personajes, sus
nombres, los tiempos y espacios aunque en esencia continúan siendo los mismos,
esto no le resta objetividad a la investigación lo que hace es respetar los límites de
la identidad y ética de los personajes e instituciones implicados en el proyecto. “La
investigación narrativa está guiada por un sentido de totalidad y es este sentido el
que debe conducir la escritura de la narrativa” (Connelly y Clandinin 1995 p. 33),
esto le da mayor peso a las interpretaciones más allá de los detalles lo que le da
sentido a la investigación son las reacciones y transformaciones que desde la
generalidad de los relatos se logra observar y plasmar.
Con todo lo anterior, se tiene que la narrativa no solo es el camino por medio del
cual se da cuenta de lo que sucede en la investigación y de cómo sucede pues de
acuerdo con Bruner (1988), la narrativa no es sólo una metodología, es la forma
en que la realidad se construye y se reconstruye bajo las miradas de otros, con el
56
sello de la individualidad, que encuentra explicación desde sí misma y no puede
abandonarse a marcos externos, dejando de lado la subjetividad. “La subjetividad
es, más bien, una condición necesaria del conocimiento soc ial”, sin ella, sería
imposible la interpretación, asumir una postura crítica en nuestro entorno.
57
7. QUIENES HAN HABLADO AL RESPECTO
A menudo el ser humano desde diferentes perspectivas ha tratado de dar
explicación a situaciones cotidianas, a todas las acciones que emprende a lo largo
de su vida en una tendencia irremediable a encadenar su pasado con su presente,
otorgándole sentido a los momentos que vive. A estas interpretaciones de una
manera muy general y simple les llama experiencia, sin embargo es un
pensamiento algo equívoco ya que todo el devenir del hombre, el camino, las
acciones, lo cotidiano y las costumbres no siempre son experiencia, esta palabra
que se ha utilizado con tanta frecuencia y particularidad no es tan sencilla de
abordar.
La experiencia tiene como primera medida y base fundamental el acontecimiento,
es decir, algo que está en el entorno y que influye de manera positiva o negativa
en el ser pero que no es inherente al mismo. Esa experiencia que vivencian los
seres humanos deben estar influenciada por diferentes factores como personas,
objetos, situaciones e incluso aprendizajes que los convierten en elementos
subjetivos del ser.
Los acontecimientos que se tomarán a partir de este momento como experiencias
dan solo lugar a un sujeto, ese sujeto soy yo mismo, pues nadie puede asumir mi
experiencia como ajena, ya que el inconsciente, los sentimientos y diferentes
pensamientos nos penetran de forma desigual.
58
Como dice Larrosa (2006. p. 45): “la experiencia supone, ya lo he dicho, un
acontecimiento exterior a mí. Pero el lugar de la experiencia soy yo. Es en mi
donde se da la experiencia, donde la experiencia tiene lugar”.
Sabemos que vivimos una experiencia cuando ésta penetra en la profundidad de
nuestro pensamiento, nos hace reflexionar, en esta encontramos lo más oscuro o
lo más escondido de nuestro sentir es así como cada experiencia vivida
transforma las acciones ya que todos somos sujetos vulnerables y expuestos a
todo lo que conlleva un acontecimiento que aunque es externo tiene lugar en lo
interno por ser algo que viene hacia mí, dejando una huella, una herida que se
conserva en el recuerdo.
Vivir experiencias implica vernos como sujetos sensibles que, en palabras de
Larrosa, “padecemos” múltiples sucesos que marcan los sentimientos y las
vivencias cotidianas.
Las diferentes disciplinas, ciencias y métodos ven la experiencia desde la
exterioridad, ponen una mirada objetiva en sus quehaceres, procuran
sobremedida señalarla, encasillarla en un concepto o unificarla a todo grupo
social, y como mencionábamos antes el acontecimiento es un suceso que no se
premedita, ni se planea, solo se vuelve presente, en cualquier espacio y tiempo,
en cualquier contexto y lugar, mediados por la cultura además las costumbres
inmersas en ella.
59
La educación se constituye pues en uno de los espacios en el cual la experiencia
cobra vida en la interacción con el otro. En la medida en que nos relacionamos
con el otro exponemos nuestros sentidos al acontecimiento, que puede ser
definitivo en el desarrollo personal; ese contacto con la experiencia de alguien más
denota un significado mayor pues allí confluyen las vivencias de otros espacios y
personas que traen consigo cantidad de subjetividades comparten un espacio
común creando una dinámica nueva, que trasciende las paredes de la escuela.
No pensemos solo en asistir a una escuela, a un salón o a una clase, a cumplir
con un horario; los espacios escolares están cargados de múltiples factores de
aprendizaje y formación, que en la mediación del docente encuentran un camino
para ayudar en esa tarea de generar pensamiento en la autonomía, pero siempre
pensando en que existe el otro en la posibilidad de que es mi reflejo permanente.
Las experiencias que se tejen en torno a las prácticas docentes diariamente,
generan una especial reflexión sobre el quehacer como maestros y nuestro rol en
el aula, pues partimos de determinadas experiencias para comprender cómo es
ese contexto y esas individualidades en las que estamos influyendo y que de
manera directa o indirecta hacemos parte a través de una experiencia tanto para
mí como docente como para los estudiantes, generando construcciones
relevantes en los espacios de aprendizaje tanto de interacción como de
conocimiento. Experiencias que posiblemente serán fundamentales en la vida del
ser humano involucrado.
60
Este es pues un escenario maravilloso dispuesto para la experiencia que en su
heterogeneidad alberga cualquier posibilidad de encuentro, es así como surge el
tema de la lectura, la lectura como experiencia. Larrosa lo define como la “lectura
que forma [...] como algo que nos constituye o nos pone en cuestión en aquello
que somos” (p. 25-26). De allí que se piense la lectura como un proceso de
intercambio entre la realidad y la subjetividad, esa realidad que está en el afuera y
esa subjetividad que pertenece a cada uno, por lo tanto es única e individual.
De acuerdo a Larrosa la lectura se convierte en un medio por el cual se puedan
borrar esas fronteras que en algún momento no existieron, pues en la antigüedad
la imaginación estaba de la mano de la comprensión: “era la facultad mediadora
entre lo sensible y lo inteligible, entre la forma y el intelecto, entre lo objetivo y lo
subjetivo, entre lo corporal y lo incorporal, entre lo exterior y lo interior”(p. 27), una
fórmula sin la cual el conocimiento era imposible de concebirse, sin embargo, esa
facultad hoy es aniquilada en la escuela, simple y llanamente es un asunto de
niños que carece de todo valor cuando en realidad, es la posibilidad de legitimar
aquello que sabemos.
Sumado a lo anterior “la imaginación de acuerdo a la hermenéutica
contemporánea y a la teoría del lenguaje apuntan a una nueva comprensión de su
papel cognoscitivo”, en tal sentido se enlaza con la capacidad productiva del
lenguaje, dado que tanto lenguaje como imaginación “producen realidad, la
incrementan y la transforman” (p. 27), por ende, permite nombrarme, reconocerme
a través de la palabra, además como dueño de ese lenguaje, que se construye y
61
deconstruye en la comunicación, trazando un camino por el cual es indispensable
caminar solo, claro está sin olvidar que tal soledad es vista desde la interpretación,
pues cada uno elabora su significado y sin embargo contiene los muchos
significados de quienes la rodean.
En este diálogo entre la experiencia entendida como “algo que nos pasa” (Larrosa.
2008 p 27) con la lectura existe un puente que se constituye en la única vía de
encuentro: la subjetividad, esa con la cual adueñarse del mundo que alberga el
libro, además como lo argumenta el autor supondría “cancelar esa frontera entre lo
que somos y lo que sabemos” (2008 p.29), puesto que esas barreras son
precisamente las culpables abonar un sistema en el cual el aprendizaje no es
atractivo y está explotando.
Por otra parte, el mundo de los niños ha sido enmarcado dentro de ciertos valores
como la ternura, la inocencia, la belleza y difícilmente percibimos que también son
seres humanos con necesidades desde el vientre materno, además tienen la
mente de la misma forma en que se explota la tierra, como un recurso particular, y
en el futuro no nos va a servir.
En este escenario de múltiples posibilidades es posible adentrarse en mundos
diversos, lejanos, ficticios o reales que son un referente obligado para hablar de la
experiencia, esa que nace del autor y quiere ser explorada, interpretada y
observada bajo la lectura individual de un hecho que podría reflejar la intimidad
individual.
62
Todos en algún momento de la vida hemos escuchado un cuento, ya sea por
nuestra familia, en la televisión, entre amigos, en fin, la palabra cuento es común
para cualquier persona, bajo una definición de princesas, reyes, hadas y brujas
malvadas además con el final que esperamos: “vivieron felices para siempre”.
Crecimos creyendo en ese mundo fantástico, pensando que algún día seriamos la
princesa y que un príncipe azul vendría al rescate, que la bruja recibiría su
castigo. Pero creer que tales historias estuviesen en un principio pensadas para
adultos por sus temas polémicos y contenidos violentos es un escándalo al que
muchos le han huido, ocultando realidades que adormecen la mente y el corazón.
La literatura abarca las historias, los cuentos y las anécdotas de un escritor que
quiere mostrar su pensamiento, sus ideas y su transformación, pero cuando
tomamos esas lecturas, las consumimos y las comprendemos, las volvemos
nuestras íntimamente nuestras, quedamos expuestos a dejarnos formar y hacer
surgir nuestras ideas internas, de esta manera la experiencia de la lectura pasa los
límites del texto en sí mismo, para remontar a recuerdos o muchas veces nos
sobrepasa de la fantasía a la realidad, la forma como nos relacionamos con el
texto es lo verdaderamente importante, eso significa que nos aborda, nos tumba y
se apodera de nuestras subjetividades.
Tanto la experiencia y la lectura son dos conceptos diferentes, no necesariamente
la experiencia se da a través de la lectura o viceversa, sin embargo, convergentes
63
desde el punto de vista en el cual la lectura puede propiciar una experiencia y
ambas nos suponen un riesgo, un peligro, un presente.
Teniendo en cuenta que cada pensamiento y cada idea del ser humano es
diferente, al momento de leer una historia su experiencia será única pues aunque
se lea lo mismo una y otra vez las sensaciones que genera en cada lectura son
diferentes, el conocimiento, la interpretación y la comprensión son procesos
singulares que llevan al ser humano por el camino de la experiencia, de su mirada
individual.
En este camino recorrido por las líneas literarias nos encontramos con textos que
atraviesan los sentidos, reviven el pasado y esa experiencia que aunque
guardada, sale a flote con el sonido de las palabras y la visualización de las
imágenes, generando inquietud, esta es una literatura que ha estado vigente a
través del tiempo y que en sus inicios fue concebida para dar una lección, quizá
para entretener o para relatar los sucesos de un lugar remoto a los más pequeños,
entre sus líneas esconde un secreto al que se le huye, otros sentidos que poco se
han explorado.
Aparte de mencionar las letras, versos, palabras y frases también se resaltan de
los cuentos sus imágenes y los colores, un minuto con verlas ya causan cierto
temor e incertidumbre, en ocasiones con solo leer las historias las imágenes
divagan en la mente, recreando entre ellas personajes de la realidad, en
situaciones reales y en contextos reales y porque no incluirme como sujeto en
64
esas representaciones, esa experiencia nos pone frente a frente con todos
aquellos deseos reprimidos, miedos guardados, secretos escondidos, sensaciones
impenetrables y sucesos que hacen parte ya del recuerdo.
Concebida para el público infantil, estas letras recorren rutas peligrosas, poseen
una connotación oscura pues tiene la propiedad de “generar una sensación
desestabilizadora en la mente del lector que dejan sensaciones amargas y que a
veces pueden causar conmociones en nuestra psique porque son devastadoras”
(Díaz. 2008, p.1). Esta categoría relegada y censurada fuertemente, denominada
“cuentos perturbadores” por el escritor y crítico venezolano Fanuel Díaz detona
una conexión casi inmediata con otros términos como el “horror, la transgresión o
el engaño” como lo señala Díaz, por lo tanto es importante delimitar el concepto de
perturbación, en primera instancia, en este punto se establece el primer enlace y a
su vez cuestionamiento que acompaña esta ruta ¿desde la experiencia individual,
que podría ser perturbador?, ¿de acuerdo al contexto, cuáles son aquellas
experiencias señaladas como perturbadoras?.
Para acercarnos a la perturbación es necesario tocar aspectos de la sombra que
son repulsivos, violentos o intimidantes, reconocer que hay lecturas escabrosas y
desestabilizadoras, que el mundo de los libros para niños no es—ni debe serlo—
enteramente idílico. Y que nosotros como mediadores debemos asumir que esas
lecturas también son necesarias y benéficas, en la medida que nos hacen pensar
y confrontarnos sin rodeos con aspectos que forman parte de la compleja
experiencia de crecer y de vivir y aunque suene un poco brusca la palabra
65
perturbadores en relación con un contexto infantil, sus tantas historias reiteran el
por qué asumirlos en este grupo.
En primer lugar hablar de perturbación implica hacer referencia en su definición
más simple al hecho de modificar y alterar el orden o la quietud de una cosa o ser,
es decir, la perturbación implica un cambio en el orden natural de las cosas,
sumado a ello la palabra en el medio social se ha revestido de lo negativo, de lo
malo, por lo tanto ha sido relegada a un “problema” y como todo problema debe
ser eliminado del espacio.
La perturbación en esta ocasión está vinculada con la intolerancia que tenemos
como lectores —y como seres humanos— para aceptar nuestra sombra.
La perturbación está fuertemente vinculada con esa sombra que, en términos
Junguianos, se refiere a los aspectos disociados de la personalidad consciente,
como la envidia, el deseo de muerte, el odio, la mentira, la traición, la guerra, la
violencia gratuita, el desprecio, la burla, el rencor, el miedo, el ansia de dominio, el
poder, la avaricia, los celos… y otras tantas emociones que alberga el
inconsciente humano, atadas irremediablemente por la sociedad, condenadas a
permanecer ocultas.
En una forma particular de percibir el mundo, por tanto las experiencias que los
atraviesan, muchas veces sin la intervención de los adultos, vividas en soledad,
modifican su interior, con un agravante: son los adultos los que deciden cuales de
esas experiencias se deben esconder y cuales pueden mostrarse.
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Hoy, las historias para niños se atreven a tramitar con mayor claridad tal vez más
que en otro tiempo, a través de los relatos fantásticos, temas controvertidos como
la homosexualidad, la soledad o los miedos. Se trata de los cuentos cuya feroz
temática pone a prueba no sólo a los niños, sino también a sus padres y maestros
de cara a la reflexión de emergente de una historia contada entre el color, los
dibujos y las letras delatando situaciones cotidianas tan fuertes que nadie se
atreve a mencionar, por ello, la palabra cuento que en un inicio solo vendía ideas
de mundos maravillosos, hoy se acompaña de una sencillamente opuesta:
perturbación. Esta última que refiere un fenómeno de recepción, puesto que
activa ciertos contenidos que están en el texto estableciendo una conexión con
experiencias que están en la psique del lector, resignifica el valor del cuento.
Dicen que la postmodernidad viene cargada de sinsabores, de una experiencia de
vida convulsionada, en la que reina la violencia, la individual, la inconsciencia; es
posible, pero vale la pena pensar si desde siempre hemos vivido en tales
oscuridades y sólo las circunstancias históricas no han dejado verlas. La
propuesta es entonces mirar las situaciones más allá de las fronteras y ver cómo
cada ser humano ha construido su ser bajo el yugo del silencio, de la vergüenza,
el miedo y la opresión, hay una posibilidad de llegar al fondo de las cosas para
comprender lo que somos dentro, abandonando la fantasía, para mirar que aquello
que hay alrededor hace parte de lo que somos y no somos, en favor de una
corporalidad sana.
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En palabras de Díaz, estos cuentos, sobrepasan la visión de ser “libros con
contenidos políticamente correctos o sensacionalistas que buscan complacer a
solo un segmento de mercado”, y son, por el contrario, “libros que estremecen y
quedan resonando en la mente del lector por su temática” (2008, p.2) que no tiene
porque ser agresiva hacia los niños, ya que el mal está metaforizado.
Estos cuentos recurren a recursos literarios como la metáfora, evocación, imagen
y demás formas estéticas del lenguaje, sin llegar al amarillismo o morbosidad. En
palabras de Fanuel Díaz, “están escritos con altura y permiten una discusión
grupal, propiciando conversaciones más cercanas”. (Citado en Pulgarín, 2011)
Acercarse a esa complejidad que es la realidad que habitamos se constituye en un
tema tabú que desde pequeños se nos ha inculcado relegar al olvido y esta
rotundamente prohibido comentar con otros, pues es motivo de vergüenza, por
ello, crecemos con miedos y traumas internos que salen a flote en situaciones
decisivas. Estos cuentos permiten catalizar esa esfera y contar algo de aquello
que nos acongoja, permitiendo un reflexión en torno a temas como la soledad, el
abandono, el rechazo, frecuentes en los contextos escolares, más aún cuando sin
percibir estos cuentos han sido leídos sin la precaución de tocar situaciones como
el abuso en los niños, cuantas veces se ha leído a Caperucita Roja, dejando de
lado el trasfondo que esta historia contiene, cuando su autor Charles Perrault a
través de sus líneas advertía del abuso. Cuentos como Ahora no, Bernardo, La
historia de Julia, El pato y al muerte, Coraline, Camino a casa, El árbol Rojo, entre
muchos son el reflejo de la evasión tal vez no por parte de los niños sino más bien
68
de los adultos que nos rehusamos a aceptar lo que no es “bello” ni agradable,
porque así fuimos educados, en la represión absoluta, sin embargo, ¿Basta con
detonar un encuentro con la sombra?, es importante ir al fondo del asunto, pensar
si dentro de un contexto específico detonarla puede significar rechazo, mayor
aislamiento, o una represión mayor, además cabría pensar que la escuela es una
institución para “soportar la norma” y pocas veces permitir “ser”, de ahí que desde
el campo pedagógico ¿es posible potenciar ese encuentro?
Esta es una apuesta por una escuela nueva que no solo permita la formación
académica, que no se ocupe tanto por los contenidos, sino mas bien por el ser
humano, por el sujeto en formación que se pregunta por el mundo que habita, por
todas sus experiencias que nadie quiere escuchar y que la sociedad lo obliga a
guardar, pero que sigue allí buscando salidas.
Existe una diminuta vocecilla casi imposible de escuchar dentro de cada uno, que
trata de escapar mientras nos enfrentamos a nuestros más remotos miedos,
traumas o inseguridades. Esa sensación de que habita un ser opuesto o paralelo a
nuestra personalidad que aunque no aceptamos, está dentro en alguna parte de
nosotros y que busca salida cuando ya en el interior no hay espacio para más
tranquilidad, otro yo totalmente opuesto a lo que el exterior refleja. Es la sombra
que según Jung (1993) aloja los aspectos negativos de la personalidad, suma de
todas aquellas cualidades desagradables que desearíamos ocultar.
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Tal como lo manifiesta Jung, la sombra está presente en todos los seres humanos
claro que permanece oculta y solo se muestra hasta el punto en que se detonan
ciertos sentimientos y pasiones que han sido reprimidos. Cuando esto sucede se
logra desestabilizar las emociones y hace que las personas se enfrenten a sus
demonios. Como una sombra que nos persigue, que se resguarda tras una
personalidad pero que a la vez busca aparecer ante la más remota señal de
luminosidad, así es la sombra, el otro yo que se plantea en la presente
investigación.
Existen múltiples situaciones que pueden provocar el encuentro con la sombra en
el individuo, la ira, las pasiones, las injusticias, el enfrentamiento con la realidad,
con las emociones y sentimientos, los temores, las incertidumbres, etc. Es muy
fácil provocar a ese otro yo pero no es fácil controlarlo, reconocerlo y apaciguarlo
para lograr una conciliación entre el ser que habita en el ser, con aquel que se
niega a su existencia.
Es por esto que resulta fundamental hablar de la sombra como un tema de la
educación. No existe una edad o condición que determine la aparición de la
sombra, esta viene acompañada de la formación de la personalidad, esa que se
va construyendo durante toda la vida y que va ocultando el lado oscuro de
aquellos sentimientos que se van obligando a guardar sometidos al control.
Los niños y niñas se ven obligados a reprimir sentimientos, sensaciones e
interrogantes que en algún momento o por alguna situación pueden llegar a salir
70
sin mesura y afectar su desarrollo social y sicológico, de modo que si la escuela
habla de formar ciudadanos competentes capaces de desarrollar su propio
proyecto de vida es de vital importancia liberar sus miedos, entenderlos y sacarlos
a la luz y así, invitar a ese otro yo a convivir también, pues siempre estará en el
interior, en un encuentro que devengue en “cuidado de sí” (Foucault, 1984) y no
en autodestrucción que en palabras de Foucault implica: “un ejercicio de sí sobre
sí por el cual uno intenta elaborarse, transformarse y acceder a un determinado
modo de ser” (p.258). Es en este contexto donde es posible hablar de formación
de sujeto, uno que se reconozca y valide su experiencia.
Esa sombra de la que tanto se ha hablado, Jung la plantea como un arquetipo del
inconsciente colectivo, es decir, como “estructuras internas y heredadas del
inconsciente que compartimos con todos los seres humanos y terminan
prefigurando nuestras características, cualidades y rasgos personales. Son
arquetipos o caracteres que compartimos con la humanidad y que hacen parte de
las condiciones para la formación de características particulares de cada uno”.
(Jung, citado por Zweing y Abrams, 1991, p17)
Este arquetipo de la sombra que plantea el psicoanálisis nos dice que existe una
parte que nutre el inconsciente con aspectos que oculta cada individuo desde su
yo, que guarda todo lo negativo, los deseos no permitidos, lo censurable e
inadmisible. Sin embargo, esta sombra tiende a escapar y lo hace sin avisar, sin
espacio a advertencias, riesgos y consecuencias, en tiempos y lugares menos
esperados por situaciones que la hieren a tal punto de no resistir más su prisión.
71
Pero cómo hacer que desde el campo pedagógico no sólo se logre descubrir esa
sombra que hay en el individuo, sino también reconocer aquellas condiciones de
posibilidad que detonan la sombra. No basta solo con motivar el encuentro, es
necesario saber cómo lograr una conciliación con esta, potenciar al sujeto no
reprimir en mayor medida lo que ya se ha reprimido antes.
Deena Metzger en su texto: “Escribiendo sobre el otro, establece que la sombra es
ese elusivo fantasma del que no podemos escapar y con el que resulta difícil
establecer contacto, es nuestra propia imagen oscura”. (Metzger, citada por
Zweing y Abrams, 1991, p 199) A pesar de ello es necesario reconocerla y
aceptarla para lograr una tregua de tranquilidad y de paz para que el fantasma que
nos habita no haga estragos en el subconsciente y se refleje negativamente en
nuestra personalidad.
Estas manifestaciones de la sombra a las que tanto temor se le ha atribuido,
pueden aparecer ante unas condiciones que lastiman al inconsciente y vienen
acompañadas de la connotación que en muchos casos depende del sujeto como
tal, la cultura, el contexto, la experiencia y la capacidad de interpretar aquello que
nos llega y de alguna forma nos toca con recelo. En la escuela como en muchos
otros escenarios de interacción con el mundo, se pueden generar espacios de
confrontación con la sombra ya sea a través de un diálogo, una imagen, un
problema, un cuento.
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Aquí se ha tratado de vincular este último elemento como estrategia detonante.
Cómo por medio de una narración es posible lograr tal punto de confrontación que
los niños y niñas puedan expresar aquello que los sofoca, identifica o perturba.
Cómo por medio de un cuento sanar o tan siquiera descubrir lo que nos lastima
atendiendo a las experiencias y recuerdos que nos acontecen. Y cómo desde el
campo pedagógico intervenir oportuna y efectivamente para la conciliación que se
pretende entre sombra y sujeto.
Dichos cuentos pertenecen a una categoría específica denominada cuentos
perturbadores, son una serie de textos cargados de signos capaces de despertar
emociones profundas a partir de temas escatológicos que hacen parte de la
realidad, como la violencia, la homosexualidad, la muerte, entre otros, que
acompañados de colores e imágenes sugestivas, le otorgan a la narración mayor
sentido y cuyos contenidos por su carácter perturbador logran adentrarse en los
sentimientos y desatar recuerdos o experiencias que han estado forzadas al
encierro.
La sombra no es más que ese lado oscuro que las personas nos hemos visto
obligadas a llevar tras una máscara, porque no es posible manifestar abiertamente
ante una sociedad marcada por lo correcto, lo ideal, lo incuestionable, donde la
cultura nos ha enseñado que existen unos criterios que determinan lo que está
bien y lo que está mal y esto indica si tenemos un lugar en la sociedad en el cual
encajar, donde salirse de los esquemas, gritar, saltar y liberar sentimientos está en
contra de lo natural y susceptible de ser juzgado.
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Así se van reprimiendo un montón de sentimientos que van buscando albergue en
sitios tan profundos que muchas veces es casi imposible reconocerlos, esto
explica por qué Liliane Frey plantea que solo podemos ver a la sombra
indirectamente a través de rasgos y las acciones de los demás, sólo podemos
darnos cuenta de ella con seguridad fuera de nosotros mismos (Frey, citada por
Zweing y Abrams, 1991, p 8). La sombra se va empezando a manifestar por medio
de actitudes que me niego a reconocer en mí y que desprecio del otro pero voy
empezando a ver como un reflejo cuando asumo a ese otro como espejo de
aspectos de mi propia personalidad que he llevado a la negación.
Posiblemente eso que odiamos de los demás, porque no queremos, no podemos,
o nos negamos a ser por asumir conductas que la familia, la escuela y la cultura
ha instaurado como correctas, son la esencia de la sombra que nos habita y que
está por liberarse con la mínima excitación hacia la otredad. La sociedad en
general nos ha enseñado a callar porque existe un sistema moral que la cultura
misma se ha encargado de nutrir, y es ésta quien determina aquello de lo que no
se debe hablar en cierto contexto y que hace parte de la sombra colectiva de una
comunidad, diferente a otra en la que posiblemente existe otra sombra que
demarca la cultura. Es evidente el abuso, el hambre, la violencia, la indiferencia, el
temor, la muerte aun así nombrar estas realidades nos hace diferentes, lo que
nuestra sociedad nos dice es que aunque existe no es correcto nombrar, menos
aún llevarlas al aula, hablarlas con niños y niñas, como si la ceguera del idealismo
pesara más que sus propias realidades.
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Esta sombra tiene que ver con el contexto, ya que son las prácticas culturales y
educativas que, con sus sistemas morales, hacen que se reprima el deseo y, en
aras de construir una identidad “digna”, “buena”, “aprobable”, por parte de la
familia y núcleo cultural inmediato, hacen que nuestra sombra adquiera una
configuración determinada. De esta manera, la imagen de una mujer “liberada”
norteamericana puede constituir la sombra de una mujer musulmana y viceversa;
por lo tanto, un cuento podrá llegar ser perturbador en un contexto mientras que
en otro tal vez no.
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8. EL ACONTECIMIENTO EN LA PIEL
Muchas veces buscamos respuesta a nuestros interrogantes en el afuera, cuando
en realidad tales respuestas se albergan dentro, esperando ser encontradas.
Tantas otras esas preguntas se olvidan, pasan a un segundo plano, aunque
duelan…
La experiencia humana, lo que significa participar de esta especie racional,
cultural, evolutiva, adaptable, implica adentrarse en la cultura y sus límites, pues
cada uno está definido por un territorio, por una experiencia tan particular, que ha
definido quién eres, qué se debe querer y qué se debe odiar, proporcionando
elementos de juicio para limitarnos, en un refuerzo constante para que “eso o
aquello” prevalezca, más allá de la oportunidad de encontrarse sin límite alguno
frente al hecho de poner en entre dicho cada palabra que nuestro cerebro enraizó,
como la marca puesta en la res, que por más que se retuerza ahí en su cuero
quedará.
En la escuela todo tiene un esquema, un orden que poco o nada se altera con el
pasar de los días. Sabemos que vamos de lunes a viernes, en un horario
establecido, que hay hora para las matemáticas, para lenguaje, para ciencias,
para jugar, para comer, para hablar, para ser. En este sentido pareciese que en
esta rutina desprovista de emoción no pasara nada, así como se llega a cierta
hora y todo comienza con un timbre habrá una hora en la que suene otro para
volver a casa y la profe allá parada en frente con su misma tiza y tablero, deja
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pocos caminos a la imaginación y la propia creatividad. Aquí donde poco queda
por descubrir, una tarde, bien oscura, pues las nubes decidieron ocultar al gran sol
y amenazar con la feroz lluvia, cambiamos de lugar, para desplazarnos a uno que
revela secretos. Allí la pantalla ya estaba en su lugar y de ella una imagen quería
decir algo, como si hubiese estado esperando nuestra llegada, comenzó con la
voz de una cómplice el relato: “Yo me llamo Rosario y mi hermano se llama
Carlos. Yo tengo diez años y el ocho” […]. Todos con los ojos fijos en la pantalla,
escuchaban muy atentos, en especial Federico, quien siempre esta callado.
“Vivimos con un monstruo. Es horrible” [...], relataba la voz, [...] “le llevamos un
dibujo del monstruo a la maestra. Nos dijo que teníamos mucha imaginación y
que, si cerrábamos los ojos y nos quedábamos dormidos seguro que se iría para
siempre”. (Martín, Trigo 2008)Todo se ponía aun más oscuro y empezaba a hacer
frío, cuando al terminar el relato entró un monstruo por la puerta y todos gritaron
asustados, pensando que el monstruo había escapado del cuento.
Federico, algo tímido se acerco a quien relato esta historia y le dijo: “en mi casa
hay un monstruo que le pega a mi mamá y daña las cosas”, ese monstruo es mi
papá”.
¿Qué es lo que pasa?, ¿qué es lo que le pasa a cada quien en el territorio de la
escuela en el que aparentemente nada extraordinario ocurre? Para abordar estas
cuestiones se acude a Jorge Larrosa en un intento que más allá de responderlos
genere una incertidumbre frente a la escuela como experiencia. En primer lugar
Larrosa define la experiencia como “eso que me pasa” (2006, p. 44) ese
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acontecimiento que viene de fuera y al alojarse dentro de cada uno de manera
singular, sacude, aturde, marca irremediablemente. Este acontecimiento entonces
esta fuera de mi realidad, por ende, no depende de mí (2006, p. 44) y cualquier
cosa que me pase al respecto es nueva, sin antecedente alguno y agrega el autor
al respecto: “No hay experiencia por tanto sin la aparición de alguien, o de un algo”
(2006, p. 44). Podría decirse entonces que aunque la experiencia es un asunto
único en cada persona necesita de otros, de otro; no podría ocurrir nada en sí
mismo sin el contacto de nuestra interioridad con la de alguien más o algo más.
Una sombra atrapada entre los trozos de un espejo desde donde se refleja lo más
íntimo de cada ser, aquellas emociones que han sido obligadas a ocultar en lo
más profundo de la personalidad, lo que no está bien visto, lo que la sociedad,
cultura y familia ha logrado reprimir dentro de un contexto moralizante y que en
algún momento puede escapar de esa cárcel de cuerpo y alma con el más mínimo
detonante, un cuento, una imagen o un sonido que desde la intervención
pedagógica pueden explorar esas voces internas que buscan ser escuchadas y
que hoy se han convertido en la voz de los que callan sus propias vivencias, a
partir de narraciones han demostrado sentimientos, emociones, expresan con sus
gestos todo lo que ocultan tras una historia de maltrato, violencia, rechazo,
abandono o miedo.
La experiencia vivida, las historias escuchadas, que se plasman hoy como
narraciones de la realidad, viajaron en el tiempo cargadas de emociones,
sentimientos y sensaciones amargas que quedaban de escuchar las angustias y
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las realidades de algunas poblaciones que abrieron sus mentes y sus voces para
contar a partir de la literatura como se encontraron con su yo interior, pero un yo
reprimido y retraído que se escondía bajo su piel, esperando nunca ser hallado,
las palabras fueron el puente que tejió cada paso a un encuentro con la sombra y
encontramos que son tres contextos diferentes, cada uno con una particularidad,
una característica y un sentir, demostraron cuál era su sombra, la despertaron y
las expresiones, gestos que en cada personita que allí se encontraba haciendo un
papel protagónico de las oscuras historias que se entremezclaban entre el
murmullo y lo pensamientos, nos mostraron que la diversidad de comprensión, de
dialogo y de sensación es distinta para cada persona, no es lo mismo para una
población asumir la homosexualidad, la muerte o el maltrato sin sentirlo, todos
pensaban distinto, opinaban en todo momentos y lo relacionaban con historias de
su pasado, por esta razón cada voz sintió los cuentos de una manera distinta.
Los conversatorios y la planeación de diversas actividades que enmarcaban la
comprensión de los cuentos y que trataban de reconstruir la formación, los valores
y lo que a su vez había generado en los niños, fueron las bases que permitieron
pensar este trabajo como la posibilidad de incluir estos cuentos en la lectura
cotidiana, el papel como maestras que desempeñamos dentro del aula, al detonar
la sombra en los niños, fue de ayudarle a entender que esas situaciones
fantásticas o tan reales que eran narradas, en tantos cuentos que pasaron por
nuestras manos, también ocurren en la vida real, y de una u otra manera afrontar
que todos poseemos algo con lo que tememos a diario enfrentarnos.
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La posibilidad que ofrece la narración de estos cuentos en el aula es inmensa,
muchas veces, nos permitimos, ayudar e intervenir en situaciones del propio
hogar, que por simple coincidencia se parecían a las del cuanto, y ya que estas
poblaciones son tan marcadas por la violencia, el abandono y por el maltrato,
salían a flote frases que nos acercaban más y más a las propias realidades de las
familias.
Tanto las emociones como los gestos, las expresiones verbales y demás
situaciones que nos hacen mostrar lo que sentimos o pensamos, fueron palabra
en cada narración, los cuentos hablaban por si solos, las imágenes se mostraban
ante ellos sin ningún temor, cada rostro mostraba algo diferente, en ocasiones el
llanto fue partícipe de nuestros conversatorios, ya que el tema tratado podía ser
susceptible en los niños y traerle recuerdos de una situación pasada, por eso hoy
este trabajo tiene algo de memoria, porque nos trasporta al pasado y nos aterriza
nuevamente en la realidad que es el presente, con otros cuentos la expresión de
los rostros cambiaban la risa acompañada del asombro se encerraban en el aula,
ver a dos reyes besándose o expresiones como: “tienes caca roja en el pelo”
Gregie y Koen (1996 p. 1), cambiaban radicalmente, muchas caras y muchos
gestos no expresaban mayor sentimiento, algunos niños demostraban con sus
silencio las palabras que se veían urgidas de salir y ser escuchadas.
Desde el momento en que encontramos que estos cuentos tenían alguna relación
con la sombra o con la parte interior que cada ser humano tiene y que esconde
por temor o por esquivar el rechazo, nosotras también empezamos a encontrar las
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sombras que residen en nuestro interior y no solo encontramos una sino varias
que habitan nuestro ser y se alimentan del miedo; a ser expuestas ante una
sociedad que todo el tiempo, las reprime.
La literatura y la interacción con las poblaciones en este caso los niños y sus
familias, nos mostraron y nos hicieron vivir una gran experiencia, escuchar la
realidad de los que viven aislados, además que sus historias, removían recuerdos
de nuestro propio pasado y la crudeza o la simpleza de sus narraciones causaban
escozor y perturbación a nuestros sentidos.
Todas las voces que se escucharon, que participaron, narraron historias reales,
cotidianas y de las familias que en verdad existen, que encuentran coincidencias,
similitudes, parecidos, pero cada historia, se encerró en el pensamiento de
quienes fueron oyentes para tales cuentos.
Estos hallazgos que hoy narramos en nuestro trabajo final, después de una ardua
búsqueda por la sombra y de encontrar relación con la literatura, demuestran que
la investigación cualitativa, hermenéutica y autobiográfica asume el papel del
sujeto y de la subjetividad dentro de la veracidad y de la realidad que viven a
diario.
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