culpa patronal.no demuestra contrato de trabajo.ladrillera del caribe
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REPUBLICA DE COLOMBIA
TRIBUNAL REGIONAL DE DESCONGESTION CON SEDE EN EL
DISTRITO JUDICIAL DE SANTA MARTASALA CUARTA DE DESCONGESTION LABORAL
Magistrado Ponente: DR. VICTOR HUGO ORJUELA GUERRERO
REF: PROCESO ORDINARIO LABORAL DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACIÓN DE ORIGEN: 2005-0396-01.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM.
AUDIENCIA DE JUZGAMIENTO
En la ciudad de Santa Marta, a los veintiocho (28) días del mes de
junio del año dos mil trece (2013), siendo las cinco (5:00 p.m.) de la
tarde, día y hora previamente señalado por auto para celebrar la
presente AUDIENCIA DE JUZGAMIENTO, dentro del proceso ordinario
laboral adelantado por ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA contra
LADRILLERA DEL CARIBE LTDA., el Magistrado Ponente Dr. VICTOR
HUGO ORJUELA GUERRERO, la declaró abierta en asocio de la
Magistrada con quien integra esta Sala Dual de Decisión Doctora:
CLARA INES LÓPEZ DÁVILA, en cumplimiento del Acuerdo No.
PSAA13-9909 de mayo 16 de 2013, expedido por la Sala
Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, por medio del
cual se ajustan unas medidas de descongestión del área laboral en
el territorio nacional.
Acto seguido el Tribunal de conformidad con lo acordado en Sala
Dual de Decisión de que da cuenta el Acta N°. , procede a
dictar la siguiente:
DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES:
Resuelve la Corporación el recurso de apelación interpuesto por la
parte demandante, contra la sentencia proferida por el Juzgado
Quinto Laboral del Circuito de Santa Marta, el quince (15) de marzo
del año dos mil once (2011), dentro del proceso ordinario laboral de
la referencia, persiguiendo que se hicieran las siguientes
DECLARACIONES Y CONDENAS:
Que se declare que entre las partes existió un contrato de
trabajo, el cual termino por culpa del empleador sin justa causa.
Que se condene a la demandada al pago indexado de los daños
por reparación plena y ordinaria de perjuicios, lo cual incluye,
orden material, moral y fisiológicos, desde la fecha del despido
hasta el momento del fallo judicial, y en forma futura desde el
fallo hasta la terminación del pago reclamado, esto es, la
indemnización total y ordinaria por perjuicios de conformidad a lo
establecido en el art. 216 del C. S. de T., incluyendo lucro cesante
presente y futuro.
Que se remita al demandante a la Junta Regional de Calificación
de Invalidez para que se le valore su pérdida de capacidad
laboral y de acuerdo al dictamen se condene a la demandada a
pagar pensión de invalidez o la indemnización correspondiente
según el caso.
Que se condene a la demandada a reconocer y pagar todas las
incapacidades desde el momento del accidente de trabajo hasta
el momento de su calificación.
Costas y agencias en derecho.
PRESUPUESTOS FACTICOS:
Que el 21 de abril de 2005 el demandante se vinculó a la
demandada mediante un contrato de trabajo verbal, para
desempeñar el oficio de revolver el barro para posteriormente
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
echarlo en el canal de conducción para que cayera
posteriormente en la tolva de la maquina donde se elaboran los
ladrillos.
Que se pactó un salario de $ 600.000 pagaderos quincenalmente.
Que durante el tiempo de servicios el demandante mantuvo una
jornada diaria de trabajo entre 6:00 a.m. a 6:00p.m.
Que la labor encomendada fue ejecutada por el demandante de
manera personal en la ladrillera ubicada en esta ciudad,
atendiendo las instrucciones del empleador y cumpliendo con el
horario de trabajo señalado por este, sin que se llegare a
presentar queja alguna o llamado de atención contra el
demandante.
Que la relación contractual se mantuvo por un determinado
término de días hasta cuando se produjo el accidente de trabajo
que sufrió.
Que el accidente de trabajo que ocurrió en la fábrica que tiene la
demandada en esta ciudad se produjo cuando se disponía a
apagar la máquina que elabora los ladrillos, se resbalo y la mano
tropezó con la polea que impulsa la máquina, aprisionándola, lo
que produjo que se le cercenara el brazo derecho, como
consecuencia de la falta de elementos de protección.
Que la maquina debía tener una guarda de seguridad.
Que el 29 de abril de 2005, el demandante sufrió un accidente de
trabajo, que no fue reportado a la ARP, debido a que no se
encontraba afiliado.
Que la demandada de forma dolosa y de mala fe, hizo que le
prestaran los servicios médicos con el seguro obligatorio de
accidente de tránsito como si se tratara de un accidente de
tránsito y lo afilia posteriormente a la ocurrencia del accidente a
la EPS COOMEVA y a la ARP.
Que como consecuencia de este accidente, perdió el brazo
derecho a nivel del hombro.
Que el comité paritario de salud ocupacional de la empresa
demandada no existe.
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
Que al demandante al ingresar a la demandada no se le practicó
el examen médico de ingreso, como tampoco se le practicó el de
retiro.
Que al demandante no se le ha demandado su pérdida de
capacidad laboral por parte de la Junta Regional de Calificación
de Invalidez, ya que perdió su brazo derecho.
Que la demandada incumplió negligentemente las obligaciones y
deberes de los programas de salud ocupacional, teniendo
culpabilidad en el suceso.
Que con la grave lesión sufrida por el demandante, la cónyuge
resulto afectada en sus intereses afectivos y económicos.
II.CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA
El apoderado judicial de la parte demandada contestó la demanda,
oponiéndose a todas y cada una de las pretensiones formuladas.
Desmiente la existencia de un contrato de trabajo entre las partes,
relatando que las instalaciones de la ladrillera se encontraban
cerradas desde por lo menos 3 años antes del mes de abril del
2005, entrando para esa época el señor JHONY ENRIQUE
VILLARREAL en conversaciones con el celador de aquellas, señor
MIGUEL ORTEGA FIGUEROA, proponiéndole que hicieran una
sociedad para la fabricación de ladrillos, a lo que el segundo le
respondió que él era un simple trabajador y que no podía hacer eso
a espaldas de los dueños, comunicándose con el señor HUMBERTO
CAIAFA RIVAS comentándole la propuesta que había recibido de
explotar el chircal a través de una sociedad, recibiendo la
autorización de éste para asociarse con el proponente, acordando
que el señor JHONY VILLARREAL con su propio personal fabricaría
los ladrillos crudos, los cuales debían ser quemados, debiendo
hacer dicha labor un hornero, correspondiéndole al socio capitalista,
pagar la energía eléctrica y el agua consumidos en el proceso
(fabricación y horneado), sin que en esa relación comercial,
interviniera la demandada. A su vez, sostiene que el hecho más
indicador de que la sociedad convocada al proceso, no tuvo
injerencia alguna en el contrato celebrado entre las personas
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
naturales mencionadas anteriormente, es que la ocurrencia del
accidente le puso fin a la sociedad o como se quiera denominar el
negocio jurídico que existió entre ellos. Niega haber pactado con el
demandante salario y horario alguno, toda vez que no existió el
contrato de trabajo alegado, ignorando la labor desempeñada por el
demandante, manifestando que según averiguaciones adelantadas
es falso que el demandante tuviera a su cargo la función de prender
y apagar la máquina que le ocasionó el daño y que la causa del
accidente haya sido un resbalón que este sufriera, por el contrario
el señor Miguel Ortega relata que cuando llegaron de almorzar
(José, Albeiro y Dairo), el demandante trajo una grabadora a la cual
le añadió unos alambres para conectarlos a los cables donde están
los controles de las maquinas, que ese día trabajaron en la mañana
y en la tarde, cuando terminaron apagaron la máquina, Yoni prendió
la máquina y comenzó a limpiarla, y el demandante dentro del
cuarto de controles de las máquinas para desconectar la grabadora
no tuvo la precaución de mirar bien cuando iba a desconectar la
grabadora y agarro los cables de 220, los cuales un corrientazo que
lo tiro sobre el motor de la máquina, cogiendo el brazo con la
correa, produciendo la lesión conocida. Por último, manifiesta que la
demandada no tenía obligación alguna de afiliarlo al sistema de
seguridad social, fondos de cesantías y pensiones, desmintiendo
que el demandante haya sido atendido con SOAT, toda vez que la
cuenta en la Clínica la Milagrosa fue pagada por el Dr. HUMBERTO
CAIAFA RIVAS., desconociendo la demandada el estado de
integridad física del demandante, máxime cuando la demandada no
funciona desde hace aproximadamente 4 años y a excepción del
celador, que no es pagado por ella, sino por el Dr. HUMBERTO
CAIAFA. Propuso las excepciones de falta de legitimidad en la causa
y falta de causa para pedir o inexistencia del contrato de trabajo.
(Fl. 46-52).-
III. DECISIÓN DE PRIMERA INSTANCIA
Tramitada la primera instancia, el juzgado de conocimiento absolvió
a la demandada de los cargos formulados por la demandante,
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
condenando en costas a la parte actora. Consideró la falladora que
de las declaraciones de MIGUEL ANGEL ORTEGA FIGUEROA (Fl. 68),
LEINER DAVID VALENCIA RODRIGUEZ (Fl. 74), MARIO DAVID
GONZALEZ GARCÍA (Fl. 84), CARLOS MARIO GONZALEZ (Fl.110), la
filiación a riesgos profesionales (Fl. 17) y la afiliación a la EPS (Fl.
15) se desprende que en efecto nos encontramos ante la existencia
de un contrato de trabajo, no obstante lo anterior, de esas mismas
declaraciones y la del señor HUMBERTO CAIAFA RIVAS, la falladora
advirtió que si bien existía una afiliación al plan obligatorio de la
salud de la E.P.S. COOMEVA S.A, y a riesgos profesionales del I.S.S.
por parte de la sociedad demandada LADRILLERA DEL CARIBE
LTDA, donde figura como empleador del demandante, la realidad en
cuanto a la figura patronal es bien distinta, puesto que todos los
testimonios practicados a lo largo del proceso señalan que al señor
MIGUEL ORTEGA como verdadero empleador, dado que fue este,
quien contrato directamente a los trabajadores, impartió las
ordenes en la manera en que se hacia la labor desempeñada y
finalmente quien pagó la contraprestación por el servicio recibido,
situación que quedó demostrada por parte de cada uno de los
testigos que no reconocer a otra persona como empleador diferente
al señor MIGUEL ORTEGA. Una vez precisado quien ostentaba
realmente la calidad de empleador, entró a estudiar la figura de la
responsabilidad solidaria, no quedándole duda que en este proceso
el demandado no ostenta la calidad de empleador directo, habida
cuenta que si bien consta la actividad personal del demandante, no
existe prueba de la subordinación o de la remuneración del mismo,
no siendo controvirtiendo la afiliación a la seguridad social de la
ladrillera, las declaraciones analizadas, donde se desvirtúa la
relación laboral y que este haya ocurrido de manera directa. (Fl.
167-174).
IV. RECURSO DE APELACIÓN
Para sustentar el recurso, el actor mediante su apoderado judicial
arguye que la juez de primer grado no dio aplicación al principio de
unidad procesal, toda vez, que el operador debe hacer una análisis
individualizado de cada prueba o elemento probatorio, para llegar a
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una valorización conjunta de estas, sin embargo, en el caso de
marras, no se le dio el crédito que merecen a las pruebas
documentales que reposan a folio 13, 15 y 17, las cuales determinan
sin equivoco alguno, que el demandante es trabajador de la
demandada, pues no se concibe en sana lógica que una empresa ha
de afiliar a personas que nada tenían que ver con su actividad
comercial o industrial, además de ser tan ingenuos de verse
abocados a una situación como la que se controvierte en este
proceso, situación frente a la que no hizo ningún tipo de análisis, ni se
pronunció al respecto. Por otra parte, afirma el recurrente, que el a-
quo le dio más crédito a los testimonios de los señores MIGUEL
ORTEGA, MARIO GONZALEZ y lo dicho por el demandado HUMBERTO
CAIFFA, con los cuales debió ser severa y rigurosa en su análisis,
habida cuenta que los deponentes tenían una dependencia o
subordinación con el demandado, y lo otro, por ser el demandado el
absolvente, quien no aceptara por ciertos, hechos que lo vayan a
afectar, siendo cuestionable su credibilidad, palideciendo la prueba
testimonial ante la prueba documental, por ser considerada por la
jurisprudencia y la doctrina la prueba reina. Advierte el apelante que
la objeción que se hizo de la valoración (Fl. 87-88) no fue decidida en
primera instancia, quedando la duda que la disminución de la
capacidad laboral del demandante, pudiese haber superado el 50%,
caso en el cual tendría derecho a acceder a una pensión de invalidez,
que mitigaría en parte su difícil situación y por ende su sustento y el
de su familia. (Fl. 167-174).
V. CONSIDERACIONES
Es competente esta corporación para conocer de la presente
actuación, en razón de versar sobre el trámite y decisión de un
recurso de apelación en contra de sentencia de primer grado, con
arreglo al artículo 15, literal B, numeral 1, del Código de
Procedimiento Laboral, modificado por el artículo 10 de la Ley 712
de 2001.-
La competencia del juez de alzada en el procedimiento laboral está
delimitada por los reparos del apelante con respecto de la decisión
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del a-quo, en desarrollo del principio de consonancia (art. 66 A
Código de Procedimiento Laboral).-
Corresponde a esta colegiatura, al desatar el recurso de apelación,
revisar la decisión proferida por el cognoscente de instancia a
efecto, si es del caso, revocarla, modificarla o confirmarla, con
apego a los mandatos constitucionales y legales sustantivos y
procedimentales.-
Conforme con las coordenadas fijadas en el escrito de alzada, se
puede apreciar que la proposición jurídica con la cual se pretende
obtener la revocatoria del fallo absolutorio, se contrae a la
existencia de pruebas sobre el contrato de trabajo entre las partes y
la culpa de la demandada en el accidente sufrido por el
demandante-
PROBLEMA JURIDICO:
Constituye materia tora en la presente litis, determinar si con las
pruebas allegadas y practicadas en el proceso, el demandante logró
probar la existencia de un contrato de trabajo entre las partes y la
culpa de la demandada en el accidente de trabajo sufrido por el
actor, para con ello, determinar el derecho que le asiste al pago de
las indemnizaciones, incapacidades y pensión de invalidez
deprecada.
EXISTENCIA DEL CONTRATO DE TRABAJO Y SUS EXTREMOS –
PRUEBAS.-
Cuando las partes han aportado toda la prueba indispensable para
poder formar la convicción del juez es innecesario determinar cuál
de ellas debió probar. Pero la necesidad de establecerlo surge
cuando han quedado hechos sin pruebas o no se ha probado
ninguno, porque entonces corresponde determinar, para decidir
sobre las pretensiones de las partes quién debió producirla, si el
que se limitó a afirmar su existencia o el que se redujo a negarla.
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
En términos generales incumbe a las partes probar el supuesto de
hecho de las normas que consagran el efecto jurídico que ellas
persiguen, Art. 177 del C.P.C., de decir, la carga de la prueba
corresponde a la parte que alega un hecho para deducir derechos.
A la vez el interesado en que se desconozcan esos derechos, debe
aportar la prueba del hecho impeditivo, modificatorio o extintivo.
Aclarando que esto último no significa que en todo proceso el
demandado esté obligado a aportar pruebas, en razón a que bien
puede adoptar la conducta de esperar a someterse a las
circunstancias de si el demandante logra o no probar los hechos
que alega.-
Los criterios antes expuestos se aplican al proceso laboral al
estudiar la carga de la prueba.
Igualmente es oportuno destacar que para poder alegar
válidamente la existencia del aludido nexo contractual, es
indispensable acreditar por quien así lo alegue la prestación de un
servicio, mediante una remuneración, bajo la continuada
dependencia y subordinación del patrono- Art. 1° Ley 50/90- y
acreditar los extremos temporales del vínculo laboral.
Conforme a lo planteado en el escrito de impugnación, el vocero
judicial del demandante, manifiesta que el a-quo inaplicó el
principio de unidad procesal, habida cuenta que era su deber
analizar individualmente cada prueba, para luego valorarlas en
conjunto, y que sin embargo, no le dio el crédito que merecían a las
documentales donde consta la afiliación del demandante por parte
de la demandada a la seguridad social (Fl.13 , 15 y 16), las cuales
considera el actor, determinan sin equivoco alguno, que es
trabajador de la demandada.
Ahora bien, frente a este tema la Sala de Casación Laboral de la
Corte Suprema de Justicia ha sido claro, en dejar sentado que la
afiliación a la seguridad social, no es suficiente para demostrar la
existencia del contrato de trabajo, lo cual reitero en
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
pronunciamiento de 5 de febrero de 2009, Rad. No. 35.066, que
reza así:
“Los documentos de folios 56 y 57 el de folio 82, que contienen la historia
laboral y el formulario de afiliación al I.S.S. de Marta Cecilia Franco Palacio,
no son plena prueba de que ésta laboraba como trabajadora dependiente y
de hecho fueron desechados por el juez colegiado al encontrar acreditado con
la prueba testimonial que analizó, que nunca tuvo la calidad de trabajadora y
su afiliación al sistema general de salud y al de riesgos profesionales se dio
con el único fin de que tuviera acceso a al plan obligatorio de salud; por lo
tanto no puede decirse, que distorsionó el contenido de lo allí consignado, ni
les hizo decir a esos documentos algo distinto de lo que verdaderamente
muestran.
Lo que sucede es que para el Juzgador de alzada, tal afiliación no es
indicativo suficiente para declarar la presencia de un vínculo
contractual de carácter laboral, lo cual resulta acorde con lo
adoctrinado por esta Corporación sobre esta precisa temática, en el
sentido de que dicha inscripción no implica per sé la celebración de
un contrato de trabajo, ya que para ello se requiere de la voluntad
de ambas partes y la concurrencia de los elementos esenciales
previstos en el artículo 23 del Código Sustantivo de Trabajo, valga
decir, la actividad personal del trabajador, la continuada
subordinación o dependencia de éste respecto del empleador, y un
salario como retribución de la prestación del servicio.
Al respecto, cabe traer a colación lo expresado por la Corte en sentencia del
10 de marzo de 2005 radicado 24313, en la que se dijo:
“(……) Y lo sostenido por el ad quem, en cuanto a que para cierta época
aparezca afiliado el actor al ISS, no es suficiente para demostrar la existencia
del contrato de trabajo al ser ello apenas un <mero indicio de ese tipo de
vinculación>, no resulta un razonamiento equivocado, habida consideración
que como lo ha reiterado la Corte de tiempo atrás <…el hecho de la afiliación
al seguro social, no demuestra por sí sólo el contrato de trabajo, pues para la
estructuración de este, se requiere la coexistencia de los elementos del
contrato de trabajo> (Sentencia del 18 de marzo de 1994, radicado 6261)”.
En estas condiciones, no puede calificarse como ostensiblemente
desacertada la valoración de estos específicos medios de convicción, y por
consiguiente de haber incurrido el ad quem en algún error de apreciación, no
lo fue en el grado de manifiesto, o protuberante, como lo exige la ley para
quebrar el fallo.” (Negrita y Subrayado de la Sala).
Precedente que es plenamente acogido por esta Sala, y que deja
clarificado que la prueba de la afiliación a seguridad social del
demandante por parte de la demandada solo puede ser tenida
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
como un mero indicio, ya que requiere probar los elementos del
contrato de trabajo al ser estudiada de forma concatenada con las
demás pruebas.
Dentro del plenario encontramos el testimonio rendido por el señor
MIGUEL ANGEL ORTEGA FIGUEROA (Fl. 68-70), quien manifestó que
trabaja para el señor HUMBERTO CAIAFFA como celador en la
ladrilla, en la cual, para esa época no se estaba laborando, que en
ese momento se conoció con JHONY VILLARREAL, quien le comentó
que estaba trabajando en la ladrillera, por lo que le pregunto si se
sabía el manejo de la maquinaria a lo que el señor VILLARREAL le
dijo que si, proponiéndole el testigo que se asociaran para trabajar
y ganarse algo, para lo cual iba a pedir un permiso, el cual le
concedieron, recomendándole tener cuidado. Relata que el señor
VILLARREAL se encargaba del personal y él suministraba agua,
energía, el quemador de ladrillos y el combustible, por lo que al
recibir el permiso empezaron a buscar personal, llegando el
demandante con dos muchachos, acordando que se les iba a pagar
$100 pesos por ladrillo, afirma que el actor trabajó del 11 al 26 de
abril más o menos, desempeñando funciones de arriar ladrillo,
cortar, moler barro, alimentar la tolva y arrumando ladrillo. El
declarante relató haber estado en el momento del accidente, que
ellos habían dejado de trabajar y dejado la maquina sucia, por lo
que le dijo al señor VILLARREAL que tenía que limpiarla,
procediendo éste a prenderla y a limpiarla, cuando al rato ve el
testigo, que el demandante entró al cuarto donde estaban los
controles de la máquina, saliendo disparado de espalda para el
motor, y en ese momento lo coge la maquina comenzando a darle
vuelta. Afirmó que el demandante había entrado al cuarto de la
maquina a desconectar la grabadora y agarro los cables de 22,
siendo el mismo corrientazo el que lo tiro al motor, casi como a un
metro y medio de distancia, siendo tirado arriba por el impacto,
tratando de aguantarse con la mano derecha, momento en que el
motor le coge la correa y comienza a darle vuelta y es ahí donde le
va comiendo el brazo hasta por donde se lo dejó. Sostuvo que la
grabadora era del demandante, quien la llevó cuando fue a
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
almorzar y la conectó en el cuarto de la máquina, que a los
trabajadores se les habían dado elementos de protección que tomo
sin permiso de la demandada y que los gastos de hospitalización
del demandante los cubrió el señor HUMBERTO CAIAFFA.
Ahora bien, podría aseverarse que el anterior testimonio constituye
el punto de partida para el estudio de la veracidad de los hechos de
la demanda, ya que el mismo, a todas luces contradice los
presupuestos fácticos del libelo, obligando a la Sala a efectuar una
análisis concatenado de todas las pruebas allegadas y practicadas
dentro del proceso, para con ello resolver las pretensiones de la
misma.
Lo cierto es, que los testimonios rendidos por los señores LEINER
DAVID VALENCIA MARTÍNEZ (Fl.74-76), MARIO DAVID GONZALEZ
GARCÍA (Fl. 84-86) y CARLOS MARIO GONZALEZ (Fl. 110-112),
coinciden con lo relatado por el señor MIGUEL ANGEL ORTEGA
FIGUEROA, toda vez, que a lo largo de sus declaraciones afirmaron
que fueron contratados por el señor MIGUEL, quien era el
administrador y la persona que les pagaba, que trabajaban por
producción, que no tenían horario, que todos trabajaban en oficios
varios, teniendo el demandante ese día a su cargo echar barro en la
tolva, porque se turnaban los oficios, que el accidente sufrido por el
demandante fue con ocasión de que éste entro al cuarto de
máquinas a desconectar una radio grabadora que tenía conectado y
ahí se produjo un corto, tirándolo la corriente sobre la polea.
Sumado a lo anterior, relató el señor MARIO DAVID GONZALEZ
GARCÍA (Fl. 84-86) que el demandante conecto la radio grabadora
cuando la maquina estaba apagada, que le puso dos cables al radio
y lo conectó al cable de 220 voltios, que al momento del accidente
había iluminación, tenían luz artificial de 110 voltios, un total de 8
bombillos, el piso estaba seco, pero el demandante estaba mojado
porque estaban trabajando con agua y barro.
Es lo cierto, que si bien el señor MIGUEL ANGEL ORTEGA FIGUEROA,
señaló que el personal lo contrató y lo manejó el señor JHONY
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
VILLARREAL, quien era su socio en la producción de los ladrillos, los
testigos solo reconocen al señor ORTEGA como su administrador,
jefe y pagador, pues si bien, el señor GONZALEZ aceptó que el pago
el señor VILLARREAL, afirmó también que el dinero se lo dio el señor
ORTEGA para que se los entregara, declaraciones que por ser claras
Las anteriores testimoniales, provienen de personas que trabajaron
con el demandante y conocen de primera mano las labores
desempeñadas por él, la forma de pago y tipo de contrato, así como
las circunstancias en que sufrió el accidente de trabajo, toda vez
que son testigos presenciales de los hechos y ayudaron a socorrer
al demandante, lo que les otorga plena credibilidad sobre su dicho.
Dentro del plenario, también se recepciono el testimonio del señor
HUMBERTO CAIAFFA RIVAS (Fl. 90-93), quien manifestó que conoció
al demandante luego de un accidente que se presentó en los
terrenos de la demandada. Relató que una noche el señor MIGUEL
ORTEGA lo llamó al celular muy agitado, nervioso, casi llorando,
gritando “se murió”, por lo que le preguntó que le ocurría, a lo que
respondió que a un trabajador que él tenía, se le había destrozado
un brazo, que estaba sangrando abundantemente y se estaba
muriendo, preguntándole al testigo que hacer, a lo que éste
contestó, que lo llevara inmediatamente al Hospital Méndez
Barreneche. Afirmó que esa fue su respuesta, porque se encontraba
en Valledupar y no sabía que ocurría, como tampoco sabía que
trabajasen de noche en la ladrillera, cuando 30 o 40 minutos
después recibió otra llamada del señor ORTEGA, en la que le decía
que al muchacho no lo estaban atendiendo y se estaba muriendo,
por lo que el declarante le pidió que le pasara al médico de la
emergencia, quien le manifestó que allí no existían los equipos
hospitalarios suficientes para poderlo atender, pasándole
nuevamente al teléfono al señor ORTEGA, a quien le recomendó
que lo llevara a la Clínica más cercana expresando que lo había
llevado ahí por orden del Dr. CAIAFFA, diciéndoles a los
administradores de la institución que se comunicaran con él, y así lo
hicieron, por lo que conversó con el administrador en ese momento
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DEMANDANTE: ALBEIRO DE JESÚS NUÑEZ AMAYA.DEMANDADO: EMPRESA LADRILLERA DEL CARIBE LTDA.RADICACION INTERNA: 2013-0036-SM
de la clínica, al que le explicó el caso, en el cual no conocía quien
era la persona, ni como habían sido las circunstancias, ni que tenía
ese paciente, pero que por sentido humanitario se hacía
responsable de su atención médica, circunstancia con la que
manifestó inició el conocimiento de la causa, días después lo visitó,
habló con los médicos, observo que tenía una condición económica
muy pobre, pagó los costos de la atención, conociéndolo cuando
salió de la clínica, sin saber qué relación tenía con la ladrillera, pues
si bien el testigo es socio, nunca ha ocupado posición administrativa
alguna dentro de ella. Supuso que el señor ORTEGA lo había
llamado cuando ocurrió el accidente por la difícil situación en la que
se encontraba frente a una persona moribunda, y sabiendo que el
testigo es médico y al conocerlo por trabajar para el declarante, en
la situación del paciente, era de sentido humanitario lo que hizo.
En lo que respecta a la demandada, el testigo manifestó que ésta
trabajo continuamente hasta finales de los año 97 cuando se inició
la crisis de la construcción, habiéndose prácticamente suspendido
en su funcionamiento, aclarando que si bien autorizó al señor
ORTEGA y a otros ex trabajadores de la empresa a funcionar en la
demandada, no sabía que trabajaban en la noche, ni que había
contratado con Jhony al demandante, y que la demandada no iba a
tener ningún beneficio con su actividad, pues solo veían la
posibilidad de generar una ocupación para un grupo de personas y
de jóvenes desempleados que estaban en viviendas vecinas a la
ladrillera y con gran crisis socioeconómica en sus hogares, y por
ello se le concede el permiso al señor ORTEGA. Finaliza afirmando
que el demandante no era trabajador de la demandada, y que si se
les afilió a la seguridad social a las personas que habían trabajado
con el señor ORTEGA, esto se hizo después del accidente, al
observarse que los señores ORTEGA y VILLARREAL habían
contratado o realizado labores en el equipamento de la ladrillera,
sin la protección necesaria a quienes ellos habían utilizado como
trabajadores de la que llamaban asociación o cooperativa, por lo
que se decidió buscar la forma que estos jóvenes tuviesen una
protección, lo que fue asumido por la empresa de forma tal, que se
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colaborase con ellos en el proyecto que tenían de trabajar para el
sustento de sus familias, pero luego del accidente, aparentemente
decidieron no continuar con el proyecto.
De cara, a las pruebas allegas y practicadas dentro del plenario,
encuentra la Sala que salta a la vista, que en efecto el demandante
sufrió un accidente dentro de las instalaciones de la demandada, y
que venía desarrollando actividades laborales dentro de ella, no
obstante lo anterior, la prueba de la afiliación a la seguridad social
del demandante por parte de la demandada, como ya se mencionó
anteriormente no constituye plena prueba del contrato de trabajo
de trabajo, sino que debe tenerse solamente como un indicio, el
cual pierde fuerza con el estudio de las testimoniales recepcionadas
dentro del proceso, toda vez que de las mismas, se desprende que
la relación laboral del demandante lo fue con el señor MIGUEL
ORTEGA, mas ninguna incidencia en sus funciones, pago, o
prestación personal del servicio tuvo la demandada, por lo que mal
puede concluirse la existencia de un contrato de trabajo entre las
partes, cuando los elementos del mismo, se encuentran totalmente
desvirtuados, en lo que a la demandada respecta.
Así las cosas, siendo la comprobación del contrato de trabajo entre
las partes, la piedra angular para la procedencia de las pretensiones
solicitadas en el libelo, se calla por sabido, que al no haberse
comprobado la existencia del mismo, los hechos y pretensiones de
la demanda se encuentran derruidos, habida cuenta que al no
ostentar la demandada la calidad de empleador del demandante,
mal puede condenarse a una indemnización plena por culpa
patronal, ni mucho menos, a una pensión de invalidez, cuando a
nada se encuentra obligada.
Por contera, nada habrá de decirse respecto a la objeción (Fl. 87 -
88) presentada por el demandante contra el dictamen emitido por
la Junta Regional de Calificación de la Invalidez (Fl. 79 – 83), habida
cuenta que esto no generara cambio alguno en las resultas del
proceso, y que si bien la juez del conocimiento no se pronunció
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sobre el mismo, la parte actora pudiendo haber evitado inclusive
que se dictara la sentencia de primera instancia, haciendo uso de
los recursos de ley, nada hizo y nada dijo sobre el particular,
quedando por lo tanto superado su pedimento.
VI. DECISION
Bastan las anteriores consideraciones para confirmar la decisión
adoptada por la primera instancia. Costas en esta instancia a cargo
de la parte demandante.
Por lo expuesto, EL TRIBUNAL REGIONAL DE DESCONGESTION
CON SEDE EN EL DISTRITO JUDICIAL DE SANTA MARTA, SALA
CUARTA DE DESCONGESTION LABORAL, administrando justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de ley,
RESUELVE:
PRIMERO: CONFIRMESE el fallo apelado de fecha 15 de marzo del
año 2011, proferido por el Juzgado Quinto Laboral del Circuito de
Santa Marta, de conformidad con las razones expuestas en la parte
motiva de este proveído.
SEGUNDO: Costas en esta instancia a cargo de la Demandante.
Para tal efecto, el Magistrado Ponente señala como agencias en
derecho una suma equivalente a un (1) salario mínimo legal
mensual vigente.
TERCERO: Oportunamente regrese el expediente a su oficina de
origen.
Las partes quedan notificadas por ESTRADOS. Se termina la
audiencia y para constancia se firma como aparece.
LOS MAGISTRADOS
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VICTOR HUGO ORJUELA GUERRERO
Magistrado Ponente
CLARA INÉS LÓPEZ DÁVILA
Magistrada
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