cultura investigativa
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fomenta y transforma en diferentes perspectivas los nuevos retos y escenario para la formación y creación de un docente investigador.TRANSCRIPT
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Fomentar y transformar los diferentes conocimientos para la creación y formación de un docente investigador reflexivo
Nuevos retos y nuevos escenarios para el docente en la actualidad
La investigación, el nuevo reto de la educación
Perspectivas del docente
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Fomentar y transformar los diferentes conocimientos
para la creación y formación de un docente investigador
reflexivo
Autor: José Guillermo Cárdenas Araque
El vínculo entre la formación docente y la
investigación es un tema que se encuentra poco
estudiado en los espacios académicos. Esta situación
se debe, en parte, al hecho de existir una falta de
claridad en sus términos de que es un docente y cuál es
la importancia que se requiere para ser un investigador
permanente en la formación educativa.
A pesar de esta situación, actualmente se está
notando un creciente interés hacia este tema por parte
de investigadores, profesores formadores y hasta los
mismos estudiantes (futuros docentes), debido,
principalmente, al cambio paradigmático que se está
presentando en todos los ámbitos de la sociedad,
cambio que se manifiesta a través de la ruptura de las
relaciones tradicionales de poder, desvanecimiento del
concepto de la verdad, cuestionamiento del método
científico, caos conceptual y otros fenómenos afines.
Tradicionalmente, la formación docente ha estado
basada en el supuesto de la homogeneidad y en un
único modelo de enseñanza, el modelo de transmisión
(Moran 2003).
De acuerdo con esto, el modelo tradicional de
formación docente, el cual se enmarcaba dentro de la
lógica del paradigma educativo de la Modernidad, se
caracterizaba por tener su énfasis en la adquisición y
dominio de conocimientos, mientras que el curriculum
de formación se imponía como fragmentado y regido
por la lógica disciplinaria, de tal manera , la crisis que
se hizo parte de todas las esferas de la civilización
Moderna, también se ha hecho sentir en la Educación,
ya que, naturalmente, factores políticos, económicos,
culturales e ideológicos son parte del contexto donde se
desarrolla la realidad educativa .
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Aunque en el día de hoy los
modelos de formación docente todavía
exhiben una fuerte dependencia de los
modelos tecnoeconómicos característicos
de la Modernidad, se está haciendo más y
más evidente que esta situación los está
llevando a una severa crisis así como
señala Moran, "pocos campos como el de
la formación docente están tan urgidos de
innovación y experimentación" (2003:
134). Todo esto demuestra una vez más
que las fronteras entre formar, enseñar e
investigar se están borrando rápidamente,
haciéndose más y más difusas. Tanto así
que Müller (1995) afirma que” la
investigación en sí es un proceso
pedagógico”. El componente
investigativo, según Sánchez, debe ser
"un proceso integral en el que no sólo el
adelanto científico tiene lugar o está
presente, sino y más importante, la
construcción de la subjetividad creativa
como entidad que está en capacidad de
hacerlo" (2006: 3). Ahora, para la
construcción de esta subjetividad creativa
es imprescindible desarrollar en los
futuros docentes un conjunto de
habilidades, en el cual se destacan:
pensar, crear, diseñar, resolver,
interactuar, manejar, usar, producir y
comunicar. Para el desarrollo de estas y
otras habilidades, los estudiantes deben
recibir una formación investigativa
integral, basada en dos vertientes
principales, una teórica y la otra práctica
y los tipos de investigación a desarrollar,
los docentes en formación podrían optar
bien sea por la investigación - acción,
investigación de campo, estudio de casos,
proyecto factible, etc., tomando
decisiones también respecto a la
modalidad de investigación que deseen
realizar, individual o grupal, con grupos
oficiales o particulares, resultando o no en
publicaciones de diversa índole. Pero, por
encima de todo, hay que enfatizar la
importancia del derecho del estudiante de
tener la libertad para escoger el tópico a
investigar, siempre y cuando éste esté
enmarcado dentro de los campos
indagatorios privilegiados, de las líneas
de investigación prioritaria, o de los
lineamientos de la política nacional de
investigación científica. Sobre este
particular, Scharifker afirma que "...lo que
hay que investigar en las Universidades
es todo, prácticamente no hay nada que
queda fuera del campo de acción de las
Universidades. Hay que investigar lo
inútil, lo que uno no pueda ver a primera
vista o una utilidad inmediata, eso debe
ser investigado" (1995: 56).
Desde el punto de vista más
concreto, y cónsono con las exigencias de
la sociedad contemporánea, una
formación docente investigativa
implicaría observar, analizar e interpretar,
buscar los significados de las acciones
educativas con base en las perspectivas de
los docentes, alumnos y comunidad
educativa donde se debe contextualizar la
investigación para generar teorías, tal
como lo afirma Litwin(2008) “así como
los docentes planifican, evalúan y
proponen actividades para los estudiantes,
o llevan a cabo diferentes estrategias,
también pueden realizar procesos
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investigativos” (p.202). Y la forma más
común de llevar a cabo la investigación
en los institutos de formación es a través
de los talleres de la práctica docente y el
entrenamiento en las técnicas de
investigación-acción, entendida esta
última como una investigación
sistemática hecha por los futuros docentes
sobre sus propias prácticas. En este tipo
de investigación, las propias comunidades
educativas proponen cambios en el aula y
en la escuela mediante la utilización de la
investigación; en ella, la teoría y la
práctica se unen para generar el cambio y
crear una teoría educativa a partir de la
comprensión, reflexión y acción. A
propósito, Zeichner y Diniz-Pereira
(2006) comentan que la participación de
los educadores en proyectos de
investigación-acción puede
transformarlos en "consumidores" más
críticos del conocimiento educativo
generado en las universidades. En este
sentido, las prácticas profesionales
deberían constituir el vehículo articulador
para la reflexión en y durante el proceso
de la formación, a fin de fortalecer la
relación entre la teoría y la práctica
educativa, lo cual implica la posibilidad
de reconstruir la teoría desde el campo de
la acción. Las prácticas implican el
desarrollo de capacidades de observación,
descripción e interpretación en su propio
contexto, con el fin de comprender mejor
la realidad escolar, revisarla críticamente
y transformarla, el docente aquí debe
poseer según Dewey (1989) tres acciones
fundamentales para realizar con
excelencia una investigación reflexiva;
donde la flexibilidad de pensamiento, la
necesidad de cultivar actitudes favorables,
tener una mentalidad abierta para poder
fomentar la curiosidad y el esfuerzo por
analizar lo novedoso, lo problemático
deben estar presentes en él; igualmente
debe demostrar entusiasmo o ser “ de
todo corazón” y poder relacionarse con un
autoestima positiva entre las personas y
su oportunidad para aprender y convivir.
Dewey (1989) asegura que un
entusiasmo autentico opera como una
fuerza intelectual y añade que “ un
maestro capaz de despertar ese
entusiasmo en sus alumnos hace algo que
no puede lograr ningún tratado
metodológico formalizado, por correcto
que sea “ (pág. 44).y la última acción
fundamental es que el docente debe tener
una responsabilidad necesaria para un
buen pensamiento reflexivo capaz de
asumir las consecuencias de sus propias
actuaciones, adoptar posiciones
coherentes y armónicas con las creencias
que se poseen y analizar los objetivos
educativos con base en el contexto social
y político. Estas tres acciones son
importantes si el docente se hace partícipe
de enseñar a pensar, dónde se desarrollan
las capacidades para actuar en
determinadas circunstancias, que sin
duda, son formadoras y requieren de la
flexibilidad de pensamiento y una
enseñanza reflexiva para cualquier
investigación que se realice con las
actitudes presentes de observar, describir,
confrontar y valorar para cambiar.
La importancia de ser un docente
investigador reflexivo implica contar con
unas verdaderas estrategias para la
calidad de la educación y uno de sus
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aportes fundamentales está en la
construcción del docente y, en general de
los actores educativos como sujetos
pedagógicos, son actividades que forman
el desarrollo intelectual ,profesional e
integral del docente como ser humano y
que gracias a la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador vienen
desarrollando para lograr la formación de
verdaderos Docentes investigadores
reflexivos así; afirmamos las reflexiones
hechas por Abraham Magendzo, en su
artículo "Investigación en la Práctica
Pedagógica en el Contexto de las
Reformas Curriculares", y por otros
teóricos de la investigación educativa,
como Stenhouse, Carr y Kemmis; se da
referencia de las ideas fuerzas que están
presentes en la relación del maestro con la
investigación. Dice Magendzo que el
docente como investigador de su práctica,
modifica su rol y asume como constructor
de conocimiento. Desde su práctica, el
docente puede elaborar teorías que parten
de las formas que tiene para enfrentar los
problemas que surgen en el aula, atribuye
significados y contrasta éstos con la teoría
adquirida durante su formación
profesional.
Para finalizar se puede concluir
que la importancia de la formación
investigativa, adquiere un carácter
transversal, impregnando todas las
actividades académicas de los futuros
docentes, atravesándolas como eje
articulador del curriculum, contribuyendo
de esta manera a su formación integral y
transdisciplinaria. Más importante aún,
con la incorporación del componente
investigativo se invierten las relaciones
tradicionales de poder en las
universidades e institutos de formación,
pasando el poder desde el profesor
formador al estudiante que se está
formando, el cual toma el control de su
propio aprendizaje y empieza a
desempeñar el papel protagónico desde su
acción investigativa. Por su parte, los
formadores de los formadores deben
redefinir su rol como entes
transformadores del cambio educativo,
inspirados en principios democráticos y
de justicia social, reconociendo la
importancia de la función de
investigación y dejando de ser receptores
pasivos de los avances científicos,
logrados en otros países, para convertirse
en agentes activos, críticos y creadores
del conocimiento, participando
activamente en procesos de
transformación social a través de la
integración de la docencia y la
investigación.
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“Para el logro del
triunfo siempre ha sido
indispensable pasar por la
senda de los sacrificios.”
Simón Bolívar
Referencias bibliográficas:
• Moran, P. (2003). El vínculo de la docencia y la
investigación. México: Plaza y Valdés.
• Müller, I. (1995). Los orígenes de la
Universidad Investigativa. Centro de investigaciones
de la Universidad Pedagógica Nacional. Santafé de
Bogotá: CIUP.
• Sánchez, J. (2006). Formación docente e
investigación en el contexto de la educación
venezolana actual. Ponencia presentada en el I
Congreso Nacional Bolivariano Universitario, Trujillo.
• Scharifker, B. (1995). La investigación en la
universidad experimental en el sistema educativo
venezolano. Memorias V Seminario sobre
Investigación en las Universidades del País (pp. 54-61).
Caracas: CDCHT.
• Litwin, E. (2008) El oficio de enseñar.
Condiciones y contextos. Buenos Aires: Paidós.
• Zeichner, K. y J. Diniz-Pereira (2006).
Investigación de los educadores y formación docente
orientada a la transformación social. Rieda [Revista en
línea], 28 (2). Disponible:
http://tariacuri.crefal.edu.mx/crefal/rieda/juldic2006/co
ntrapunto [Consulta: Abril 15, 2008]
• Dewey, J. (1989). Cómo pensamos. Barcelona:
Paidós.
• Magendzo, A. (2003) Transversalidad y
Currículo. Cooperativa Editorial Magisterio. Colombia.
• Stenhouse, L. (1998). Investigación y desarrollo
del curriculum. Madrid, España: Morata.
• Carr, W.y S. Kemmis (1986) Teoría crítica de la
enseñanza. Ediciones Martínez Roca. España.
JGCA
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Nuevos retos y nuevos escenarios para el docente en la
actualidad.
Autora: Lcda. Mónica Valero
El rol del docente abarca grandes y diversos retos
que el profesorado debe enfrentar día a día, desde su función
de asesor, orientador, planificador, evaluador; entre otros,
más allá del ámbito académico e institucional, los maestros
deben atender todo lo que la realidad de la sociedad que lo
envuelve le exige, pues la educación, esa noble pero ardua
profesión, es compleja y dinámica como todo proceso
social, y siempre se verá afectada por su entorno más
inmediato, por ello los cambios sociales, culturales y
económicos inciden de forma determinante en los
planeamientos educativos y tales transformaciones tocan
directamente la práctica docente, en donde la relación
constante entre docente , estudiantes y demás miembros de
la institución educativa debe permitir la observación y
diagnóstico de las distintas necesidades del aula, de la
institución e incluso de la comunidad.
Por lo antes expuesto es necesario que el educador
en la actualidad rompa con los paradigmas tradicionales de
la enseñanza, tal como lo señala Díaz 2007 al citar a Pérez
1995 en donde indica la urgente: << Ruptura con la
concepción de la simple transmisión de saberes y
repotenciar la idea del dialogo permanente como una
manera de democratizar la enseñanza >> es decir, el docente
debe cumplir sus funciones y trascender sus posibilidades,
dando cabida diariamente en sus prácticas pedagógicas a los
procesos de investigación y reflexión, de allí que es preciso
plantearse las siguientes interrogantes: ¿Hasta que ámbitos
llegan las funciones del docente? ¿Es la práctica pedagógica
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una simple transformación de saberes? ¿Es
importante promover una cultura
investigativa en las instituciones?
Para ello es pertinente hacer énfasis en
dos escenarios del quehacer educativo, el
primero de ellos es la practica pedagógica, la
cual es << La actividad diaria que realizamos
los docentes, orientados por un currículo >>
(Díaz 2007) con objetivos específicos y la
cual puede variar de acuerdo a lineamientos
formales del sistema educativo , derivado de
esta práctica se encuentra el segundo
escenario o saber pedagógico, que según Díaz
2007 << Son los conocimientos construidos
de manera formal e informal por los
docentes>> es decir , la práctica diaria con
los estudiantes, la aplicación de técnicas,
estrategias , evaluaciones y relaciones
interpersonales del día a día van a permitir
realizar una reflexión sobre la actuación del
docente, lo cual conlleva a observar y
diagnosticar necesidades del entorno
institucional, generando teorías , propuestas,
planeamientos e hipótesis que nacen de la
conjunción teórico – práctica del docente.
Aunado a lo expresado en el párrafo
anterior es necesaria la formación permanente
del docente, que fomente su perfil
investigativo, para poder comprender los
distintos problemas que se dan en sus
espacios de trabajo, por ello la investigación
debe utilizarse como lo indica Chacón 2009
<< Como plataforma de la educación
permanente >> con el objetivo de que el
educador este a la vanguardia en el
diagnostico y seguimiento metodológico de
problemas reales , planteados donde una
perspectiva humanizadora en aras de buscar
soluciones que mejoren los espacios
educativos, en cuanto a infraestructura,
procesos de organización , gerencia y por
supuesto relaciones docente – Discente , en
pro de la calidad educativa que todos
aspiran.
Para que esta formación investigativa
sea pertinente es indispensable tener en
cuenta , la observación , el diagnostico , la
búsqueda de información adecuada y los
procedimientos , ya que el investigador debe
manejar un orden lógico , sin dejar a un lado
la parte de los valores y las relaciones
bidireccionales , porque, es su propia
practica pedagógica la que le permitirá hacer
un abordaje de los problemas de su entorno ,
por lo cual es fundamental el trabajo en
equipo a través de los colectivos docentes, en
donde se generan iniciativas, que con el
tiempo y el tratamiento metodológico
adecuado puede ser abordado por el docente
investigador , que buscara soluciones a las
distintas problemáticas.
Cabe resaltar la aplicación urgente que
amerita el reforzamiento de la cultura
investigativa , viéndola desde el punto de
vista de una necesidad del docente , útil
para toda la comunidad educativa, en
10
palabras de Carrillo 2012 “ Un docente
investigador que transcienda la enseñanza e
investigue desde su practica y sobre los
hechos que afectan la vida educativa ” de
allí la necesidad de su reflexión constante
para que de esta manera formar seres
críticos , analíticos y reflexivos que
contribuyan al desarrollo cultural , político ,
económico , intelectual y social del país .
En síntesis la cultura investigativa
permitirá organizar los saberes que van
construyendo los docentes de manera
sistematizada , teniendo en cuenta que este
es un proceso guiado desde un pensamiento
reflexivo, con el cual el docente busca
contribuir de manera protagónica en la
formación del ser humano , de allí que los
centros educativos deben apuntar hacia el
reforzamiento de la investigación y reflexión
para que las casas de estudio transciendan su
función de simples transmisores de
conocimientos y tengan una connotación mas
formal de lo es ser un colectivo de
formación e investigación , en donde se
deben afrontar “ Situaciones nuevas ,
desconocidas , innovadoras y utilizar esta
dinámica de cambios permanentes como
fuente de mejora en sus procesos y
organización ” ( Tejada Fernández 2002) es
decir, el entorno cambiante y las
experiencias vividas en el quehacer
educativo serán la principal herramienta
para que el docente comience a incursionar
en el escenario investigativo .
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“El estudio no se mide por
el número de páginas leídas
por una noche, ni por la
cantidad de libros leídos en
un semestre. Estudiar no es
un acto de consumir ideas,
sino de crearlas y recrearlas
“
PAULO FREIRE
Referencias Bibliográficas
*Carrillo, N. (2012). Enseñanza de la investigación
educativa en la formación docente .Universidad
Pedagógica Experimental Libertador.
*Chacón, M. (2009) Conferencia: El docente investigador
: Desafío y tareas pendientes. Universidad Pedagógica
Experimental Libertador.
* Diaz, V. (2007) ¿Como Formar un docente investigador?
Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Instituto
de mejoramiento del Magisterio Núcleo Táchira.
*Tejada, J. (2002) El docente Universitario ante los
nuevos Escenarios. Universidad De Los Andes Núcleo
Táchira.
MV
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La investigación, el nuevo reto de la educación
Autor: Orlando J. Ramírez N.
La investigación ha formado parte del ser
humano desde su propia existencia, de igual forma
desde que somos infantes aprendemos a gracias a la
curiosidad y la exploración. Dentro de la cultura
investigativa Restrepo (2001) la define como toda
manifestación cultural, organizaciones, actitudes,
valores, objetos, métodos y técnicas, todo en relación
con la investigación, así como la transmisión de la
investigación o pedagogía de la misma.
Entonces la investigación educativa está
dirigida a la búsqueda de actividades estructuradas que
generen el desarrollo de actividades para trabajar el
intelecto y el conocimiento mediante el análisis, la
transformación o la solución de un posible problema.
De esto requiere de la observación de la propia
actuación del docente sobre su práctica, no solo de los
materiales que utiliza, o las estrategias que desarrolla, o
lo que se enseña, dejando de lado la importancia de
pensar y los objetivos por la cual se educa.
Es importante definir el porqué del proceso
educativo, ¿qué se quiere hacer?, ¿que enseñar?, ¿a
dónde llegar? y ¿cómo se relaciona la teoría y la
práctica con la investigación en la formación del
conocimiento?, sobre todo enfocado en que los
estudiantes sean capaces de ser protagonistas en la
toma de decisiones y resolución de problemas reales,
dentro de su entorno escolar y social.
En los últimos tiempos, escuchamos sobre la
calidad de la educación, sin embargo, esto puedes ser
interpretado de diferentes maneras, dependiendo del
lugar donde se observe, si se le pregunta a un profesor,
seguramente hará referencia a los beneficios que recibe
o que debería recibir, a su salario en relación a su labor
o a sus múltiples compromisos institucionales.
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Si hablamos de calidad educativa
con un representante, posiblemente
expresará su preocupación por mantener a
los estudiantes trabajando realizando
tareas, ejercicios etc., y si le preguntamos
a los estudiantes, también se podría
encontrar diferencias en sus respuesta,
bien sean que ajusten los horarios, que
cambien el uniforme escolar, que cuenten
con internet inalámbrica u otros
elementos con lo q ellos consideran que
ayudarían a alcanzar la calidad educativa.
No obstante, aunque la calidad en
la educación debería responder a muchas
de las inquietudes que los participantes
tienen al respecto, también es cierto que
esta debería estar dirigida a la formación
de ciudadanos preparados para enfrentar
las dificultades que nos tiene la sociedad.
Y es allí donde el docente no puede ser
solo un dador de clases, a transferir
conocimientos como se transfieren los
archivos en un computador.
Así como la sociedad sufre
constantes cambios, los docentes deben
estar conscientes de lo importante de ser
investigadores, no solo para estar
preparados en temas académicos, o para
estar al frente de un grupo de estudiantes
llevando un discurso. Sino también, para
trabajar conjuntamente con nuestros
estudiantes, orientándolos en su
problemática, creando espacios para la
comunicación, dentro un ambiente
agradable. Muchas veces los docentes
olvidan que día a día se relacionan con
diversos individuos, con necesidades,
intereses, y motivaciones diversas.
De igual manera, es difícil
propiciar la cultura investigativa dentro
del grupo estudiantil, si en docente no
está comprometido con la práctica de la
investigación, a esto Bolívar y Torres
(2002) expresan que: “la predisposición
del sujeto para enfrentar el proceso de
aprendizaje de la investigación, de
acuerdo con sus sentimientos, lo cual lo
lleva a emprender un comportamiento de
aceptación o rechazo”. Muchos
docentes ven en esto todo un desafío, ya
que se encuentran sumergidos en un mar
de actividades, y de lineamientos
institucionales, que llegan a ser
obstáculos en su proceso de enseñanza y
aprendizaje.
Sin embargo, a pesar de que la
cultura de la investigativa represente un
desafío, muchos docentes hacen esfuerzos
por poner en marcha alternativas , que no
buscan otra cosa que mejorar sus
acciones, de la misma forma como le
dedican tiempo a estructurar sus
contenidos y evaluaciones, también se
pueden llevar a cabo procesos
investigativos.
En tal sentido la investigación, nos
lleva a un espacio y momento de quiebre,
de dejar a un lado las practicas rutinarias
y hacer frente a estrategias y procesos de
formación donde la reconstrucción del
conocimiento sea el resultado de los
aportes de los diferentes autores del acto
de formación, incorporando a los
estudiantes en la obtención de su
conocimiento, e incentivarlos a que se
cuestionen el ¿por qué? De las cosas, así
14
Como lo refería Simón Rodríguez
“Enseñen a los niños a ser preguntones,
para que, pidiendo el
porqué de lo que se les manda hacer, se
acostumbren a obedecer a la razón: no a
la autoridad, como los limitados, ni a la
costumbre, como los estúpidos.”
Finalmente, los docentes tienen en
sus manos la oportunidad le cambiar con
muchas de las practicas que se hacen
dentro del entorno educativo, esta vez con
miras a la obtención del pensamiento
crítico reflexivo, desarrollado mediante la
investigación, mediante el proceso de
enseñanza aprendizaje, de comunicación
y de construcción reciproca con los
autores del proceso de formación.
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“Enseñen los niños a
ser preguntones, para que,
pidiendo el porqué de lo que
se les mande hacer; se
acostumbren a obedecer a la
razón, no a la autoridad
como los limitados, no a la
costumbre como los
estúpidos”
SIMON RODRIGUEZ
Referencias bibliográficas
*Ruiz Bolívar, C. y Torres, V. (2002). Actitud hacia el
aprendizaje de la investigación. Conceptualización y
medición. Revista Educación y Ciencias Humanas,
Barquisimeto. Venezuela.
*Restrepo, B (2003). “Conceptos y Aplicaciones de la
Investigación Formativa, y Criterios para Evaluar la
Investigación científica en sentido estricto”. Ministerio
de Educación Nacional. Medellín, Colombia.
*Ramírez, R., Carrillo, N., Izarra, N. (2008) “Actitud
hacia el Aprendizaje de la Investigación:
Conceptualización y Medición”. V Encuentro
Internacional: Las Transformaciones de la Profesión
Docente Frente a los Actuales Desafíos. Lima, Perú.
*Carrillo, N. (2008) “Enseñanza de la investigación
educativa en la formación docente”. IUPEL. Instituto
Pedagógico Rural Gervasio Rubio. Rubio, Venezuela.
*Chacón, M. (2009) “El docente investigador: desafíos
y tarea pendiente” I Jornada occidental de
Investigación UPEL-IMPM. Venezuela.
OJRN
16
PERSPECTIVAS DEL DOCENTE
AUTORA: LICDA. ISAIRA GUEDEZ
Es importante recordar que la educación es uno de los
pilares fundamentales sobre los que descansa el desarrollo
científico, tecnológico y económico de las sociedades, por
eso se observa que los países donde existe mayor bienestar
económico y crecimiento industrial, son los que más
invierten en la formación de su población y son las
instituciones educativas, las encargadas de llevar a cabo esa
actividad, por tal motivo es importante que posean
conocimiento para implementar acciones orientadas al logro
de los objetivos, con eficiencia y calidad.
La formación de un docente –investigador es un
proceso complejo y dinámica que se da en un realidad
multicontextual y tiene implicaciones ontológicas,
epistemológicas y teóricas, pues, se trata, de interrogantes
en relación de cómo se revela ese objeto de estudio, como se
produce el conocimiento y que sustento teórico tiene. Estas
dos consideraciones explicaré como se puede formar un
docente- investigador, formando como referencia las
unidades de investigación. En la primera me voy a referir a
como se puede estudiar la formación docente y en la
segunda como formar un investigador.
La formación docente está asociada a la emergencia de
nuevas maneras de concebir el conocimiento y el proceso de
la ciencia, en general, plantea nuevas interrogantes según las
cuales no existen verdades absolutas, sino que su estatuto
será siempre provisional y desde esta perspectiva considero
que la formación docente se revela en nosotros desde dos
entidades: la practica pedagógica (Díaz, 2006).
17
La práctica pedagógica es la actividad diaria
que realizamos los docentes, en un contexto
multirreferencial, orientada por un
currículo y que tiene como propósito la
formación de nuestros alumnos, en su
concepción teórica y práctica.
La formación del investigador es el
ejercicio de la docencia no puede estar
limitada solo a conocimientos producidos por
otros (Eliot, 1997), por el contrario, se trata
de pensar y actuar en la formación de un
docente–investigador, que desde su relación
teoría–docente-investigador, que desde su
relación teoría-practica–reflexión, esté en
capacidad de elaborar conocimientos, que
puedan ser socializados y sistematizados,
para ser útiles a la sociedad.
Investigar es una oportunidad para
problematizar nuestras prácticas y reflexionar
sobre lo que hacemos todos los días: enseñar,
pero fundamentalmente, aprender a enseñar.
(Freire 2001), nos señalaba que la educación,
“es un acto de conocimiento”. Por lo tanto,
alentadora de cambios y transformaciones,
siempre que los educandos se aventuren y se
comprometan a luchar por ese cambio y para
lograrlo se necesita de “seres pensantes,
curiosos, activos, hablantes, creadores”. La
investigación no es solo un hecho
metodológico, es un proceso de naturaleza
compleja en el que interviene factores de muy
variada naturaleza. Es un hecho social,
cognitivo, discursivo, psicológico,
organizacional (Padrón, 2002).
La investigación tiene muchas facetas
adicionales al punto de vista epistemológico y
esta relación docencia–investigación debe
contribuir con el desarrollo de la sociedad y
del país, pero no un desarrollo limitado a lo
económico, sino con un fuerte impacto en lo
social, cultural y ecológico.
La enseñanza de la investigación
educativa se admite como acción pedagógica,
en ella interactúan docentes y alumnos, en un
contexto, orientados por un curriculum, el
propósito está orientado al desarrollo de las
capacidades intelectivas para la construcción
de dominios, competencias y habilidades que
se van cimentando en la práctica para la
posterior divulgación del conocimiento. Este
proceso es de naturaleza compleja, y a su vez
dinámico en el que intervienen múltiples
factores, encierra un quien enseña a
investigar, que enseña a investigar, como
enseña a investigar y cuando se enseña a
investigar, además de por qué y para que
enseñar a investigar; aspectos todos que se
constituyen en la situación de la enseñanza de
la investigación educativa en la formación
docente. (Carrillo 2010).
La cultura investigativa… es un
proceso complejo, atinente a una cultura
organizacional. Se desarrolla a través de los
procesos de enseñanzas y aprendizajes, que
convergen en el que hacer investigativo en el
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que intervienen docentes y estudiantes; en
este proceso comparten normativas, actitudes,
valores, motivaciones, intereses, saberes,
experiencias, estrategias, técnicas e
instrumentos. Es un proceso guiado desde un
pensamiento reflexivo en la búsqueda del
conocimiento, con propósito comunes que
contribuyen a la mejora de las practicas
pedagógicas, traducido además en aportes y
acciones, sistematizadas y socializadas, lo
cual posibilita la propuesta y constitución que
distinguen y caracterizan la comunidad
académica en científica y social.
Se puede entonces concluir diciendo que
se requiere de verdaderos líderes que busquen
la transformación de la sociedad y del ser
humano, que busque aflorar los
conocimientos sin imponerlos, que guíen las
mentes sin moldearlas. Un gerente que se
identifique y comprometa con la misión del
país y de su centro educativo, sin
desviaciones, un líder que se conciba como
miembro de un colectivo o comunidad que
aprende con los otros. Un líder que promueva
la investigación, la identidad y el
compromiso, por vías fundamentalmente
democráticas y participativas en pro de la
constante transformaciones sociales, con una
gran carga de valores, siendo el eje principal
la ética, la buena moral y con rectitud, capaz
de propender la capacidad al compromiso de
los estudiantes, posibilitando la aceptación a
los cambios que se susciten en el transcurso
de la vivencia escolar, tener una amplia red
de información, conocimientos y aprendizajes
que le permitan brindar los mismos para
fomentar el desarrollo creativo y protagónico
de sus estudiantes, ser un reflejo en el que
hacer, con pensamientos positivos y
proactivos que posibiliten el encuentro de
soluciones en cada situación negativa que se
presente.
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“La diferencia entre la
sabiduría y la ignorancia
es tener una opinión”
Platón
Referencias Bibliográficas:
*Carrillo, N. (2010) Enseñanza de la Investigación
Educativa. Tesis Doctoral no publicada
*Díaz Q., V. (2006).Formación docente, práctica
pedagógica y saber pedagógico. Laurus Vol. 12.
*Elliot, J. (1997). La investigación – acción en educación.
Madrid: Morata.
*Freire, P. (2001). Pedagogía de la Indignación. Madrid:
Morata.
*Padrón, J. (2002) ¿Cómo formar un docente investigador?
Ponencia presentada en la III Jornada de Investigación
Educativa UPEL-IMPM, San Cristóbal.
IG
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