cultura laboral colombiana y el inversor extranjero

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Ensayo 2. Negocios Internacionales. Febrero 20-2015 LA CULTURA LABORAL COLOMBIANA Y EL INVERSOR EXTRANJERO Alejandra Niño García código 711523 Es de suma importancia analizar el entorno de los negocios internacionales antes de tomar alguna decisión en la empresa; es por esto que cada uno de los factores físicos y sociales que afectan las operaciones son estudiados por los gerentes y expertos para realizar transacciones con éxito. En este caso se quiere estudiar a profundidad el factor cultural que enfrentan los negocios. Se puede además comparar algunos aspectos que menciona el autor Daniels, Jhon D. con el entorno cultural colombiano. Definimos cultura como todas aquellas “...normas aprendidas basadas en valores, actitudes y creencias de un grupo de personas...” (Daniels, Jhon D., 2009, pág.50), y una de las formas para delinear las culturas es a través de la idea de “nación”; esto significa que las personas dentro de un mismo país deberían ser similares a través de atributos como los valores, el idioma y la raza, sin embargo se debe tener en cuenta que dentro de una nación existen subculturas, grupos raciales y demás determinantes que hacen impreciso el estudio de otro país a través de una cultura generalizada. Casi todos los países desarrollados y en vía de desarrollo sufren alguna vez de estas generalizaciones de cultura por parte del resto del mundo; en la mayoría de los casos sucede cuando algún acontecimiento en su historia ha sido tan grande que ha rebasado las fronteras. Los visitantes colombianos se enfrentan por ejemplo a preguntas sobre droga y narcotráfico cuando están en un país extranjero: ¿ha probado la coca?, ¿verdad que todos los colombianos venden marihuana?, ¿hay carteles de droga en su barrio?. Por otro lado nos conocen como el país del Café, de las mujeres bonitas y de la gente que sabe bailar, y aunque pensamos que así es, también estamos de acuerdo en que no es suficiente para describir a todo un país. Colombia es un país donde la brecha entre ricos y pobres es evidente y amplia, apoyada además en la estratificación social. Según Daniels (2009, pág. 58), uno de los factores que determina la estratificación social es la educación: los logros y títulos académicos de los individuos, sin embargo en Colombia parece que no funciona así. Primero, la educación en Colombia es relativamente nueva, o ¿cuántas personas en este momento pueden

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Cultura en los negocios

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Page 1: Cultura Laboral Colombiana y el inversor extranjero

Ensayo 2. Negocios Internacionales. Febrero 20-2015

LA CULTURA LABORAL COLOMBIANA Y EL INVERSOR EXTRANJERO

Alejandra Niño García

código 711523

Es de suma importancia analizar el entorno de los negocios internacionales antes de tomar alguna decisión en la empresa; es por esto que cada uno de los factores físicos y sociales que afectan las operaciones son estudiados por los gerentes y expertos para realizar transacciones con éxito. En este caso se quiere estudiar a profundidad el factor cultural que enfrentan los negocios. Se puede además comparar algunos aspectos que menciona el autor Daniels, Jhon D. con el entorno cultural colombiano.

Definimos cultura como todas aquellas “...normas aprendidas basadas en valores, actitudes y creencias de un grupo de personas...” (Daniels, Jhon D., 2009, pág.50), y una de las formas para delinear las culturas es a través de la idea de “nación”; esto significa que las personas dentro de un mismo país deberían ser similares a través de atributos como los valores, el idioma y la raza, sin embargo se debe tener en cuenta que dentro de una nación existen subculturas, grupos raciales y demás determinantes que hacen impreciso el estudio de otro país a través de una cultura generalizada.

Casi todos los países desarrollados y en vía de desarrollo sufren alguna vez de estas generalizaciones de cultura por parte del resto del mundo; en la mayoría de los casos sucede cuando algún acontecimiento en su historia ha sido tan grande que ha rebasado las fronteras. Los visitantes colombianos se enfrentan por ejemplo a preguntas sobre droga y narcotráfico cuando están en un país extranjero: ¿ha probado la coca?, ¿verdad que todos los colombianos venden marihuana?, ¿hay carteles de droga en su barrio?. Por otro lado nos conocen como el país del Café, de las mujeres bonitas y de la gente que sabe bailar, y aunque pensamos que así es, también estamos de acuerdo en que no es suficiente para describir a todo un país.

Colombia es un país donde la brecha entre ricos y pobres es evidente y amplia, apoyada además en la estratificación social. Según Daniels (2009, pág. 58), uno de los factores que determina la estratificación social es la educación: los logros y títulos académicos de los individuos, sin embargo en Colombia parece que no funciona así. Primero, la educación en Colombia es relativamente nueva, o ¿cuántas personas en este momento pueden decir que tienen abuelos con estudios primarios y secundarios?. Segundo, no es suficiente tener un título de educación básica o pregrado como para considerarlo un logro académico; es más, actualmente “el pregrado es el nuevo bachillerato”, es decir, no es la gran cosa. Es común encontrarse con que las mejores ofertas laborales, aquellas con los más altos salarios, son dirigidas únicamente a profesionales con especializaciones, maestrías, doctorados y más de cinco años de experiencia laboral.

Uno de los factores que influyen en esa “devaluación” académica podría ser la educación terciaria o educación para el trabajo, es decir aquellos títulos de técnicos y tecnólogos. La cultura colombiana es una cultura para el trabajo y la mayoría de personas esperan conseguir un buen empleo antes que ser empleador. El Sena por ejemplo, es la forma como el gobierno colombiano apoya esta cultura laboral y es bien recibida por sus habitantes ya que es mucho más económica, se termina en la mitad de tiempo o un poco menos con relación a una carrera profesional y permite el ingreso de las personas a un mundo laboral formalizado. Algunas personas critican esta forma de educación asegurando que ello no es más que una forma del gobierno para asegurar “mano de obra” lo suficientemente calificada y a un bajo precio, así los grandes empresarios aceleran su crecimiento y se da “contentillo” a los que no lo son.

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Ensayo 2. Negocios Internacionales. Febrero 20-2015

A manera de ejemplo, en el campo de diseño industrial caleño no existen muchos empleadores que prefieran contratar un profesional a un técnico en diseño industrial, ya que ambos son capaces de desarrollar las tareas que la mayoría de empresas requiere. Una de las consecuencias de competir con tecnólogos y técnicos es que los salarios no son prometedores; gracias a que es más fácil y económico ser diseñador, hay muchos diseñadores. Cuando hay tantos de ellos buscando trabajo se presenta la oportunidad del empleador para ofrecer salarios entre el mínimo legal vigente y un millón y medio de pesos, además de la costumbre de ingresar ganando el mínimo y conseguir aumentos anuales de apenas cincuenta mil pesos aproximadamente.

Con relación a la cultura laboral colombiana, se puede encontrar una postura contradictoria entre los requisitos “tácitos” para pertenecer al campo laboral y por ejemplo, la edad de jubilación. Las empresas en Colombia ofrecen puestos especificando características como requisitos de estudio, salario, horario, pero sólo en casos específicos, la edad. Sin embargo sabemos que los empleadores prefieren candidatos jóvenes y con experiencia. En la mayoría de bancos el personal se renueva cada cinco años, las empresas de mercadeo se preocupan por mantener personal joven que maneja herramientas actuales, el área de ventas es influenciada en su mayoría por la apariencia de las personas, es decir jóvenes y atractivas. ¿Qué pasa con los demás?, ¿por qué hace tan poco (enero 2014) añaden a la edad de pensión dos años más?.

Otra perspectiva entre los negocios internacionales y el factor cultural colombiano es la del imperialismo cultural el cual Daniels (2009, pág. 53) relaciona como una fuente de cambio por imposición y “...tiene lugar cuando Occidente, en especial Estados Unidos, impone su supremacía técnica, política, militar y económica en los países de desarrollo”. Hace un poco más de un año, la marca estadounidense de café Starbucks era una marca que podíamos reconocer en numerosas películas de Hollywood o que podríamos experimentar únicamente saliendo del país. Sin embargo esa perspectiva cambió cuando en julio del año pasado se inauguró en Bogotá la primera tienda. Las respuestas positivas y negativas se hicieron visibles sobre todo en las redes sociales: mientras algunos participaban en largas filas bajo la lluvia por conseguir el famoso café premium y subían selfies a las redes, otros se indignaban al saber que era el mismo café colombiano pero a un elevado precio, además de competir con el orgullo nacional, Juan Valdez. Aún es muy pronto para conocer el éxito que tiene la empresa norteamericana en nuestras tierras ya que al optar una postura algo etnocentrista, podría encontrarse con rechazos por parte de la mayoría.

La cultura laboral colombiana es en términos generales una cultura flexible para un inversor extranjero ya que se trata de una sociedad que vive para el trabajo; además de eso el colombiano promedio se esfuerza aún cuando los beneficios apenas satisfacen sus necesidades básicas; piensa que si no lo hace él, lo va a hacer alguien más y entonces perderá la oportunidad, así los inversores pueden ofrecer suficientes empleos por un precio generalmente bajo. Por otro lado, el colombiano tiende a sobrevalorar a los extranjeros con relación a los demás colombianos, se siente atraído por sus experiencias, convierte al visitante en el centro de atención y en ocasiones se perciben como mejores capacitados sobre todo cuando el extranjero proviene de un país desarrollado. A pesar de todos estos beneficios laborales que puede encontrar un negociante internacional en el país, no significa que tiene asegurado el éxito de la operación; numerosos factores culturales determinarán la entrada o no de los inversionistas y de las estrategias que llevará a cabo en el país anfitrión.