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D.A. 249/2003 QUEJOSO: CARMEN ROSAS VIUDA DE POUS.
MAGISTRADO RELATOR:
LIC. JEAN CLAUDE TRON PETIT. SECRETARIA: LIC. CLAUDIA PATRICIA PERAZA ESPINOZA.
México, Distrito Federal.- Acuerdo del Cuarto Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito,
correspondiente a la sesión del día tres de septiembre de dos mil
tres.
V I S T O S ;
Y
R E S U L T A N D O:
PRIMERO.- Mediante escrito presentado el veinticuatro de
abril de dos mil tres, ante la Oficialía de Partes del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo del Distrito Federal, Alejandro Peña
Ondarza, en representación de Carmen Rosas Viuda de Pous,
demandó el amparo y protección de la Justicia de la Unión, en
contra de las autoridades y por los actos que enseguida se
transcriben:
AUTORIDAD RESPONSABLE:
D.A. 249/2003.
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“La H. Sala Superior del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo del Distrito
Federal.”
ACTO RECLAMADO:
“La sentencia definitiva de 20 de febrero de
2003, dictada dentro de los Recursos de
Apelación tramitados bajo los expedientes
Nos. R.A.1704/2002 y 1741/2002, del juicio
de nulidad No. II-8144/2000.”
SEGUNDO.- La parte quejosa señaló como terceros
perjudicados al Subtesorero de Fiscalización, de la Secretaría de
Finanzas y Secretario de Finanzas, ambos del Gobierno del
Distrito Federal y estimó violadas en su perjuicio las garantías
consagradas en los artículos 14, 16 y 17 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
TERCERO.- La sentencia reclamada, dictada el veinte de
febrero de dos mil tres, por la Sala Superior del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo, en los R.A. 1704/2002 y 1741/2002
juicio , se apoyó en las consideraciones y resolutivos siguientes:
“I.- En el recurso de apelación 1704/2002, la
parte actora expresó textualmente como
agravios, los siguientes:
‘PRIMERO.- Contravención a los numerales 81 y 82
de la Ley del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo del D.F. (sic), por su inexacta
interpretación y aplicación en perjuicio del (sic) hoy
actora.
D.A. 249/2003.
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Se produce y refleja lo anterior, debido a los efectos
legales que la sala de origen imprime a su
sentencia que se recurre, toda vez que luego de
analizar y resolver que la resolución ante ella
impugnada es ilegal al contravenir en perjuicio de la
hoy actora, lo dispuesto por los artículos 71 y 82,
fracción I, inciso d), del Código Financiero del
Distrito Federal, 14 y 16, constitucionales, procedió
a declarar su nulidad y ordenó a las enjuiciadas
restituyan al actor en el pleno goce de sus derechos
indebidamente afectados, lo cual es correcto y
aceptado.
Sin embargo, ilegalmente agrega que “”quedando
obligada la autoridad demandada a dejarla sin
efecto alguno..., quedando a salvo las facultades de
las autoridades demandadas””, lo cual resulta
incongruente y contradictorio con la declaratoria de
nulidad que resolvió.
Si la nulidad declarada por la sala se debió a que
las autoridades demandadas ilegalmente dictaron
de manera ilegal la orden de visita que dio origen a
su resolución, conforme a los artículos invocados,
es evidente que la diversa declaratoria de dejar a
salvo las facultades de la autoridad no tiene
ninguna trascendencia ni sentido de ser.
En efecto, si la resolución impugnada fue ilegal al
derivar de una orden de visita domiciliaria ilegal, es
evidente que la autoridad no podrá hacer lo propio
con posterioridad; en consecuencia, lo correcto y
legal era que la sala de origen no debió dejar a
salvo las facultades de la autoridad, por lo que ante
D.A. 249/2003.
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tal ilegalidad es procedente que así lo haga esa H.
(sic) Sala Superior.
SEGUNDO.- Contravención a los numerales 81 y 82
de la Ley del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo del D.F. (sic), por su ilegal
inobservancia en perjuicio del hoy actor.
Se produce y acredita lo anterior, toda vez que la
(sic) dictar la sentencia recurrida la sala de origen
dejó de analizar y resolver los diferentes y restantes
agravios de la hoy actora, reflejados en su demanda
de nulidad bajo los agravios primero a quinto,
séptimo a octavo y la segunda parte del agravio
sexto que resuelve, así como los alegatos de la hoy
actora, a los cuales nos remitimos.
Ante la omisión de la sala de origen, lo cual solo
(sic) causaría agravio a la hoy actora en el supuesto
de que la sentencia recurrida fuera revocada en
favor de las autoridades demandadas con motivo
del recurso de apelación que en su contra llegaran
a interponer, dichos agravios deben ser resueltos
por esa H. (sic) Sala Superior en aras de sus
facultades de jurisdicción, con los alcances y para
los efectos legales que se invocan en el agravio
anterior del presente recurso de apelación y al cual
nos remitimos.’
II.- En el recurso de apelación 1741/2002, la
autoridad recurrente expresó textualmente como
agravios, los siguientes:
‘PRIMERO. Esta autoridad estima que se violó en
su perjuicio lo previsto por los artículos 80,
fracciones I y II, de la Ley Orgánica del Tribunal de
lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal,
D.A. 249/2003.
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83, fracción III, segundo y tercer párrafo, 294, último
párrafo y 90, del Código Financiero del Distrito
Federal, así como los principios de equidad
procesal y de exhaustividad de las sentencias,
debido a que en la sentencia apelada no se hizo
una adecuada valoración de las pruebas ni de lo
argumentado por esta autoridad en su escrito de
contestación a la demanda.
La Sala del conocimiento indebidamente se excede
en sus facultades al señalar a foja 2 (sic) de la
sentencia que se recurre, lo siguiente: “”...este
órgano jurisdiccional estima fundado el concepto de
nulidad en estudio, al considerar que la resolución
materia de esta controversia tiene su apoyo en una
ilegal orden de visita, pues la misma no cumple
cabalmente con las garantías de certeza y
seguridad jurídica que consagra nuestra
constitución a favor de los gobernados, pues es de
explorado derecho que tratándose de órdenes de
visita debe precisar el período a revisar;
entendiendo por período el espacio de tiempo
determinado que comprende la duración de un
acontecimiento, por lo que es indispensable que se
indique en la orden de visita con exactitud el inicio y
la conclusión de la revisión, sin hacerlo depender de
un acto distinto…””; lo cual causa agravio a las
autoridades fiscales demandadas, ya que en clara
contravención a las disposiciones legales antes
señaladas no se tomaron en consideración las
defensas que se invocaron en la respectiva
contestación del escrito de demanda, y por ello se
incurrió en el error de considerar ilegal a la orden de
D.A. 249/2003.
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visita domiciliaria porque a su juicio no se precisó
(sic) el período a revisar, pretendiendo fundar sus
afirmaciones en lo que según su dicho es de
“”explorado derecho”” y en una simple tesis
sostenida por el Poder Judicial que, además de no
ser aplicable al caso, en virtud de que la misma
trata de cuestiones del Código Fiscal de la
Federación, no es de observancia obligatoria para
ese H. (sic) Tribunal por no constituir jurisprudencia,
lo cual viola lo establecido por el artículo 80,
fracciones I y II de la Ley que rige a ese H. (sic)
Tribunal.
Lo anterior es así, en virtud de que la Sala del
conocimiento indebidamente señala que la visita
domiciliaria es genérica, dado que no se establece
el período sujeto a revisión, por lo que resulta
imprecisa en cuanto al objeto; pero pasa por alto lo
manifestado dentro del escrito de contestación a la
demanda en donde se indica que la orden de visita
domiciliaria no es genérica dado que el objeto de la
visita domiciliaria es el de verificar el exacto
cumplimiento de sus obligaciones fiscales en cuanto
al impuesto predial y en relación al período sujeto a
revisión, el artículo 82, fracción I, inciso d), del
Código Financiero para el Distrito Federal, dispone
que en una visita domiciliaria el período a revisar en
ningún momento excederá de cinco años anteriores
a partir de la fecha en que se notifique, por lo que,
en el caso concreto, la autoridad fiscal se limitó a
acatar dicho ordenamiento por lo que no le depara
perjuicio alguno a la parte actora la orden de visita
domiciliaria.
D.A. 249/2003.
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SEGUNDO.- Por otra parte, al señalar como
fundamento una tesis del Primer Tribunal Colegiado
del Vigésimo Primer Circuito, sin tomar en cuenta
que en la contestación a la demanda esta autoridad
hizo valer una jurisprudencia sustentada por una
Sala de la Suprema Corte, la cual señala que si la
orden fue consentida tácitamente por el quejoso al
no impugnarla mediante juicio de amparo dentro del
término legal, dichos actos deben considerarse
como derivados de otro que se tiene como
tácitamente consentido, ya que la orden de visita al
no ser un acto de tracto sucesivo, es reclamable en
amparo desde el momento de su expedición, se
viola en perjuicio de la autoridad lo señalado por el
artículo 192 de la Ley de Amparo, ya que dicha
Jurisprudencia es obligatoria para el Tribunal de lo
Contencioso Administrativo del Distrito Federal y
jerárquicamente superior a la de los Tribunales
Colegiados de Circuito.
TERCERO.- Se solicita de la manera más (sic)
amable a su Señoría que revoque el fallo dictado
por la A quo en virtud de que, lo señalado en la hoja
2 de la sentencia controvertida, los Magistrados
integrantes de la Segunda Sala consideran fundado
el concepto de nulidad expresado por el antes actor,
en virtud de que al decir de éstos, la resolución
materia de la controversia tiene su apoyo en una
ilegal orden de visita.
Los argumentos expresados en ese punto por la A
quo, resulta que son simples afirmaciones sin
ningún sustento y apoyo jurídico, debido a que
hace alusión a que se tiene que entender por
D.A. 249/2003.
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“”periodo, el espacio de tiempo determinado que
comprende la duración de un acontecimiento…””,
que es indispensable que se indique en la orden de
visita con exactitud el inicio y la conclusión de la
revisión, “”sin hacerlo depender de un acto distinto””
llámese la atención a esa Sala Superior que lo
destacado con negrillas y entrecomillado, son
argumentos torales y determinantes para que la
Sala de primera instancia llegara a la conclusión de
que la orden de visita era ilegal, lo que deja en
estado de indefensión a la autoridad que represento
en virtud de que no se señalan los preceptos
jurídicos en que la Segunda Sala apoyó sus
razonamientos jurídicos que le sirvieron, como ya se
dijo, para decidir que la orden de visita no se
ajustaba a derecho.
Es preocupante esa circunstancia, debido a que ese
H. (sic) Tribunal de lo Contencioso Administrativo
del Distrito Federal, fue creado para velar por la
legalidad y controlar que los actos de la
administración pública del Distrito Federal se
ajusten a derecho, por lo que sus sentencias deben
también formularse dentro del marco de legalidad
que rige el sistema impositivo del Distrito Federal, y
no en base a inferencias y simples afirmaciones sin
ningún sustento jurídico, como sucedió en la
especie.
Por otro lado, hace alusión a una tesis en la página
2 (sic) de la sentencia que se apela, que se refiere a
la interpretación de los artículos 38 y 43, del Código
Fiscal de la Federación, ordenamiento jurídico que
no es aplicable a la materia, puesto que las normas
D.A. 249/2003.
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jurídicas que rige el procedimiento de comprobación
en materia fiscal local, están previstas en el Código
Financiero del Distrito Federal.
CUARTO.- Por otro lado, nuevamente se viola lo
dispuesto por el artículo 80, fracción II, de la Ley de
ese H. (sic) Tribunal, en virtud de que trata con un
rigorismo y severidad inusitados, lo establecido por
el artículo 16 constitucional y 82, fracción I, inciso
d), del Código Financiero Local, puesto que
pretende que no se precisó el periodo de revisión
cuando se indica que: “”...dicha revisión abarcará
los últimos cinco años anteriores a la fecha de la
recepción de este oficio...””, puesto que al contrario
de lo señalado por la A quo, sí se está precisando el
período a revisión, e indicándose con exactitud su
inicio y conclusión, y nunca se hizo depender de un
acto distinto (que como ya se destacó, no se dice
en la sentencia el apoyo legal de esa afirmación lo
que deja en estado de indefensión al apelante).
Nunca se dictó una orden genérica, pues como ya
se dijo sí se determinó el período sujeto a revisión,
y mucho menos quedó a la elección de los
auditores, que incluso en esa parte del fallo que se
recurre, que es la hoja 2 del considerando segundo,
la Sala nuevamente vuelve a hacer simples
afirmaciones, sin dar fundamento legal alguno, ni
mucho menos motivar con claridad los argumentos
respectivos.
En consecuencia, no existe violación a los artículos
71 y 82, fracción I, inciso d), del Código Financiero
del Distrito Federal y mucho menos a los artículos
14 y 16 constitucionales, como lo señala la Sala en
D.A. 249/2003.
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el reverso de la foja 1 de la sentencia, dado que si
se indicó el período sujeto a revisión, razón de más
para declarar la validez de la resolución
impugnada.’
III.- El primero de los agravios expuestos por el
recurrente en el recurso de apelación 1704/2002,
esta Sala Superior lo estima infundado, ya que
en el mismo, básicamente se argumentó que no
obstante haberse declarado la nulidad de la
resolución impugnada, el hecho de que la A quo,
al precisar los efectos de su sentencia, haya
señalado: ‘...quedando obligadas a dejar sin efecto
legal alguno los créditos fiscales contenidos en la
resolución que se impugna; quedando a salvo las
facultades de la autoridades (sic) demandadas
(sic)...’, le causa el agravio que hace valer, pues
según el apelante, tal afirmación resulta
incongruente con la declaratoria de nulidad, ya
que el acto administrativo a debate deriva de
una orden de visita domiciliaria, que la Sala del
conocimiento consideró ilegal, por lo tanto,
según el inconforme ‘...lo correcto y legal era que
la Sala de origen no debió dejar a salvo las
facultades de la autoridad...’
En efecto, como ya se dejó asentado, lo
afirmado en el citado agravio es infundado, pues
tales argumentos carecen de sustento jurídico,
ya que la declaración de nulidad decretada por
la A quo en el presente asunto no impide el
ejercicio de las facultades de revisión de la
autoridad fiscal, aún cuando en su caso, la
Juzgadora no hubiese hecho el señalamiento
D.A. 249/2003.
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indicado por el inconforme, en virtud de que no
hay fundamento legal en que las salas de este
Tribunal se puedan apoyar para impedir el
ejercicio de las facultades de comprobación de
la autoridad fiscal, es decir, la A quo no tiene
facultades para darle efectos a su sentencia en
el sentido de que se ordene a la demandada no
ejercer sus facultades de revisión, motivos por
los cuales la determinación de la A quo no viola
el artículo 82, de la Ley de la materia, pues de
acuerdo con este dispositivo legal, ‘De ser
fundada la demanda, las sentencias dejarán sin
efecto el acto impugnado...’, y en la especie la
Sala del conocimiento, en la parte final del
Considerando II de su sentencia, precisó:
‘II.- (...) En atención a lo antes asentado, esta
juzgadora estima procedente decretar la nulidad del
acto reclamado, con apoyo en las causales
previstas por las fracciones II y III, del artículo 81,
de la Ley de la Materia, así como también procede
que con fundamento en el numeral 82 del
ordenamiento legal en cita, las enjuiciadas
restituyan al actor en el pleno goce de sus derechos
indebidamente afectados, quedando obligadas a
dejar sin efecto legal alguno los créditos fiscales
contenidos en la resolución que se impugna,…’
De manera que en los términos del invocado
precepto legal, la A quo no causa el agravio
expuesto por el recurrente.
En cuanto al SEGUNDO de los agravios
expuestos por el recurrente en el recurso de
apelación 1704/2002, esta Sala Superior también
D.A. 249/2003.
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lo considera infundado, ya que en él se
argumenta que la Sala del conocimiento
indebidamente dejó de analizar y resolver los
agravios primero a quinto, séptimo a octavo y la
segunda parte del sexto, que expuso en su
demanda inicial, así mismo, el apelante afirma
que también se omitió estudiar los alegatos de
la parte actora.
En efecto, como se indicó anteriormente, dicho
agravio es infundado, toda vez que el
inconforme pierde de vista que, cuando uno de
los conceptos de agravio es fundado y a partir
de ello procede declarar la nulidad lisa y llana, el
análisis de los demás conceptos de anulación
resulta innecesario, tal y como se ha
determinado en la Jurisprudencia siguiente:
“AGRAVIOS EN LA REVISION FISCAL. ESTUDIO
INNECESARIO DE LOS”. (se transcribe)
Por lo que se refiere a que los alegatos, no
fueron tomados en cuenta por la A quo, dicha
afirmación carece de sustento jurídico, pues el
recurrente no señala cuál es el fundamento
legal, que en su caso obligue a las Salas de este
Tribunal a realizar el estudio de los alegatos
aludidos por el apelante.
Ahora bien, independientemente de lo anterior,
es de explorado derecho que los alegatos no
forman parte de la litis, ya que éstos tienen por
objeto ilustrar el criterio del Juzgador, sobre los
argumentos expuestos por las partes, pero ello
no implica que forman parte de la litis, por lo
tanto, el que no se haga referencia a los
D.A. 249/2003.
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alegatos no constituye violación alguna.-
Refuerza estos razonamientos, la jurisprudencia
emitida por el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, que a
la letra dice:
“ALEGATOS EN EL JUICIO FISCAL, LA OMISION
DE CONSIDERARLOS EN LA SENTENCIA NO ES
VIOLATORIA DE GARANTIAS”. (se transcribe)
Luego entonces, y por lo hasta aquí expuesto, el
segundo de los agravios en estudio también es
infundado.
IV.- Por lo que se refiere a los agravios
expuestos por el recurrente en el recurso de
apelación 1741/2002, los expresados en primero,
tercero y cuarto lugar se analizan
conjuntamente, en virtud de la relación existente
entre éstos, pues en los mismos se alude a la
violación al artículo 80, fracciones I y II, de la
Ley normativa de este cuerpo colegiado,
relacionado con los diversos 83, fracción III,
segundo y tercer párrafo, 294, último párrafo y
90, del Código Financiero del Distrito Federal,
así como los principios de equidad procesal y
de exhaustividad de las sentencias, debido a
que la A quo no valoró adecuadamente las
pruebas ofrecidas en el oficio de contestación,
así como los argumentos expuestos en dicho
ocurso.
Lo anterior acontece así, en virtud de que la Sala
del conocimiento declaró la nulidad de la
resolución impugnada considerando que la
misma deriva de una orden de visita domiciliaria
D.A. 249/2003.
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que en su concepto es genérica, puesto que,
según la juzgadora, en la documental que
contiene dicha orden no se señaló el período
sujeto a revisión y que además se dejó al
arbitrio de los visitadores precisar la fecha de
inicio y terminación de dicha visita, todo ello,
dice el recurrente, a partir de simples
afirmaciones, pues considera que se deben
precisar las citadas fechas, es decir, de inicio y
terminación de la visita, concluyendo que las
mismas no pueden depender de otro acto
distinto como en el caso lo sería la notificación
de la mencionada orden, pues contrariamente a
lo sostenido por la A quo, el recurrente afirma
que en dicha orden sí se precisó el período
sujeto a revisión, ya que en ésta se señaló que
abarcará los últimos cinco años anteriores a la
fecha de recepción del oficio que contiene el
mencionado acto administrativo, por lo que,
según el apelante, no se viola lo dispuesto en el
artículo 82, fracción I, inciso d), del Código
Financiero del Distrito Federal.
Respecto de los referidos agravios, esta Sala
Superior los considera infundados, pues en
primer término, debe tenerse en cuenta que el
artículo 82, fracción I, inciso d), del Código
Financiero del Distrito Federal, textualmente
establece:
‘Artículo 82.- Las visitas domiciliarias para
comprobar que los contribuyentes o responsables
solidarios han acatado las disposiciones fiscales, se
sujetarán a lo siguiente: I.- Sólo se practicarán
D.A. 249/2003.
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mediante mandamiento escrito de la autoridad fiscal
competente, que expresará:
(…)
d) Período sujeto a revisión, el cual en ningún caso
excederá de los cinco años anteriores a la fecha de
notificación de la orden;...’
De lo prescrito en el numeral invocado, se
desprende con toda claridad que dicho precepto
legal obliga a la autoridad emisora de una orden
de visita domiciliaria a precisar concretamente
el periodo sujeto a revisión, lo cual implica el
señalamiento de la fecha en que debe iniciarse
dicha diligencia, y aquella en la cual habrá de
concluir, por lo tanto, si ello no acontece así en
el presente asunto, es evidente que se está
violando el numeral invocado, pues a fojas
treinta y nueve y cuarenta del expediente del
juicio de nulidad número II-8144/2000, obra la
orden de visita domiciliaria contenida en el
oficio número IL/99-00877, del catorce de junio
de mil novecientos noventa y nueve, que en lo
conducente señala:
‘La revisión abarcará los últimos cinco años
anteriores a la fecha de recepción de este oficio.
Con fundamento en el artículo 540, último párrafo
del Código Financiero del Distrito Federal vigente,
se habilitan tanto horas como días inhábiles para
que los visitadores antes mencionados practiquen
cualquier diligencia relacionada con las facultades
de comprobación de esta Autoridad.’
En la anterior transcripción se observa que,
como lo dice el apelante, en el referido acto
D.A. 249/2003.
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administrativo se indica que la revisión abarcará
los últimos cinco años anteriores a la fecha de
recepción del oficio que contiene la mencionada
orden; sin embargo, ello no implica el
cumplimiento del dispositivo legal transcrito,
pues en éste el legislador destaca,
concretamente, la obligación de fijar el período
sujeto a revisión, lo que evidentemente debe
entenderse como el señalamiento de los
ejercicios fiscales que específicamente se van a
revisar, o bien, los bimestres sujetos a revisión,
pues no debe perderse de vista que en la
especie, las obligaciones fiscales a revisar son
las relativas al impuesto predial, cuya
declaración y entero debe hacerse
bimestralmente, por lo tanto, en su caso, deben
precisarse los bimestres sujetos a revisión.
Asimismo, en el precepto legal transcrito, el
propio legislador añade que el período sujeto a
revisión ‘...en ningún caso excederá de cinco años
anteriores a la fecha de notificación de la orden...’,
lo cual implica nuevamente la obligación de
señalar con precisión los ejercicios fiscales
sujetos a revisión, sin que estos excedan de los
últimos cinco años a la fecha en que se reciba la
orden de visita domiciliaria correspondiente.
Aunado a lo anterior, también es incuestionable
que en la documental que contiene la orden de
visita domiciliaria se deben consignar las fechas
de inicio y conclusión de la citada revisión, por
lo que al no contar con tales elementos, el
cuestionado acto administrativo es a todas
D.A. 249/2003.
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luces ilegal, pues tales fechas quedan al arbitrio
de los visitadores. Refuerza estos
razonamientos, la jurisprudencia emitida por la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, resultado de la contradicción de
tesis número 105/2001, que a la letra dice:
‘VISITA DOMICILIARIA. SI EN LA ORDEN PARA
VERIFICAR EL CUMPLIMIENTO DE
OBLIGACIONES FISCALES, AL PRECISARSE
LOS PERIODOS QUE DEBEN REVISARSE,
RESPECTO DE ALGUNO O ALGUNOS SE
SEÑALAN CON TODA CLARIDAD LAS FECHAS
DE INICIO Y CONCLUSION, Y EN CUANTO A
OTRO U OTROS SE HACE EN FORMA
CONFUSA, ESTA IRREGULARIDAD SOLO
PUEDE AFECTAR A TALES PERIODOS QUE NO
FUERON PERFECTAMENTE IDENTIFICADOS’.
(se transcribe).
En razón de lo expresado con antelación, se
llega a la conclusión de que en la especie los
agravios expuestos en primero, tercero y cuarto
lugar, son infundados.
Finalmente, y por lo que se refiere al segundo de
los agravios expuestos por el recurrente, esta
Sala Superior también considera que el mismo
es infundado, ya que según el inconforme, la
orden de visita cuestionada es un acto
consentido tácitamente por el ahora accionante,
por no impugnarla oportunamente dentro del
término de ley, pues el citado acto
administrativo no es un acto de tracto sucesivo,
por lo que es reclamable vía juicio de amparo,
D.A. 249/2003.
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según el apelante, por lo que en su concepto, al
no tomarse en cuenta la jurisprudencia que hizo
valer en su oficio de contestación, tal situación
le causa dicho agravio.
En relación con lo argumentado en el agravio
que se resuelve, esta Sala Superior considera,
como ya se dejó asentado, es infundado, pues si
bien la multicitada orden de visita puede ser
impugnada desde el momento mismo de su
notificación, por constituir un acto de molestia
que no es de tracto sucesivo, también es verdad
que tal impugnación puede hacerse cuando se
notifique la resolución definitiva con la que
culminó el procedimiento de revisión, tal y como
lo ha sostenido la Sala Superior de este Organo
Jurisdiccional en su jurisprudencia número
once, correspondiente a la tercera época, que a
la letra dice:
‘ORDENES DE VISITA. DESDE EL MOMENTO DE
SU CONOCIMIENTO PUEDEN SER
IMPUGNADAS LAS’. (se transcribe).
Luego entonces, al resultar también infundados
los agravios expuestos por el recurrente en el
recurso de apelación 1741/2002, procede
confirmar el fallo recurrido. Por lo expuesto, y
con fundamento en lo dispuesto por los
artículos 1°, 20, fracción II, 80, 87 y demás
relativos y aplicables de la Ley del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo del Distrito Federal,
se RESUELVE:
PRIMERO.- Son infundados los agravios
expuestos en los recursos de apelación
D.A. 249/2003.
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números 1704/2002 y 1741/2002, en virtud de los
señalamientos hechos en los Considerandos
111 y VI de esta determinación, en
consecuencia,
SEGUNDO.- Se confirma la sentencia de fecha
del once de enero de dos mil dos, pronunciada
por la Segunda Sala de este Tribunal, en los
autos del juicio de nulidad número II-8144/2000,
promovido por ALEJANDRO PEÑA ONDARZA,
representante legal de CARMEN ROSAS VIUDA
DE POUS.
TERCERO.- Con copia autorizada de la presente
resolución, devuélvanse a la Segunda Sala los
autos originales y archívense los de apelación
números 1704/2002 y 1741/2002.
CUARTO: NOTIFIQUESE PERSONALMENTE Y
CUMPLASE.”
CUARTO.- Recibida la demanda y los autos respectivos en
este Tribunal, su magistrado presidente, mediante acuerdo de
diecinueve de junio de dos mil tres la admitió, ordenó su registro y
la formación del expediente D.A. 249/2003.
El agente del Ministerio Público de la Federación adscrito no
formuló pedimento, no obstante haber sido debidamente
notificado.
Mediante auto de presidencia de primero de julio de dos mil
tres, se ordenó turnar el asunto al magistrado Jean Claude Tron
Petit, para los efectos del artículo 184, fracción I, de la Ley de
Amparo; y
D.A. 249/2003.
20
C O N S I D E R A N D O :
PRIMERO.- Este Cuarto Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, es competente para conocer y
resolver el presente juicio de amparo directo, de conformidad con
lo dispuesto en los artículos 103 y 107, fracciones III, inciso a), V,
inciso b), VI, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 44, 46 y 158 de la Ley de Amparo, 33, 37, fracción I,
inciso b), 38 y 144 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, así como en lo dispuesto en los puntos PRIMERO,
fracción I, SEGUNDO, fracción I, apartado 1, y TERCERO,
fracción I, del acuerdo 23/2001, del Pleno del Consejo de la
Judicatura Federal, relativo a la Determinación del número y
límites territoriales de los circuitos en que se divide el territorio de
la República Mexicana; y al número, a la jurisdicción territorial y
especialización por materia de los Tribunales Colegiados y
Unitarios de Circuito y de los Juzgados de Distrito, en atención a
que se reclama una sentencia definitiva dictada por la Sala
Superior del Tribunal Contencioso Administrativo, que reside
dentro del circuito al que pertenece este Tribunal Colegiado.
SEGUNDO.- El juicio de amparo es oportuno, toda vez que
la sentencia reclamada se notificó a la parte quejosa el treinta y
uno de marzo de dos mil tres (foja 36 del expediente contencioso
administrativo) y la demanda se presentó el veinticuatro de abril
del año en curso, haciéndose notar que los días cinco, seis, doce,
trece, diecisiete, dieciocho, diecinueve y veinte de abril de dos mil
tres, fueron inhábiles.
D.A. 249/2003.
21
TERCERO.- Es cierto el acto reclamado pues su existencia
se acredita con el documento en que consta, que obra en el
expediente del juicio de origen.
CUARTO.- Los conceptos de violación, son del siguiente
tenor literal:
“UNICO.- Contravención a las garantías de
legalidad y seguridad jurídicas contenidas en
los artículos 14 y 16 constitucionales, por
indebida fundamentación y motivación del acto
reclamado.
Se produce y refleja lo anterior, debido a lo
resuelto por la sala responsable en el
Considerando III de su sentencia al resolver los
agravios primero y segundo de apelación de la
entonces actora, a los cuales nos remitimos
solicitamos su reproducción, en obvio de
repeticiones.
En efecto, a contrario de las consideraciones
que vierte la sala responsable las que desestima
el agravio primero de la entonces actora, no
existe disposición legal, dentro de la Ley del
Tribunal de lo Contencioso Administrativo del
Distrito Federal, para dejar a salvo las facultades
de las autoridades demandadas.
Ahora bien, respecto a la declaratoria de
infundado por la sala responsable del segundo
agravio de apelación de la entonces actora, si
bien en este considerando y con base en el
agravio de la entonces actora la sala
responsable confirmó la nulidad de la resolución
D.A. 249/2003.
22
impugnada decretada por la sala de origen, lo
cual es correcto y legal, también lo es que debió
hacer lo propio con los diversos agravios de
nulidad primero a quinto y séptimo a octavo que
hizo valer la propia enjuiciante ante la sala de
origen y que no fueron analizados, a los cuales
nos remitimos y se solicita su reproducción en
esta vía en obvio de repeticiones innecesarias,
mismos que por lo fundado también generan la
nulidad de la resolución impugnada ante la sala
de origen.
Ante tales circunstancias, lo correcto y legal era
que la sala hoy responsable se pronunciare al
respecto, solo que ante tal omisión y en el
supuesto no aceptado de que fuera revocada la
sentencia que se reclama en la parte que
favorece a la hoy quejosa, AD CAUTELAM se
solicita que ese H. Tribunal y del principio de
economía procesal se pronuncie al respecto.
Sirve de apoyo a lo anterior, a contrario sensu,
el criterio sustentado por nuestros Tribunales
Federales cuyo texto lleva por rubro
‘CONCEPTOS DE IMPUGNACION FUNDADOS,
PERO INOPERANTES’, visible en la gaceta del
SJF. No. 56, Tercer T.C. del 2° C., Ago. 1992,
pág. 45.
En conclusión, al ser ilegal el acto que se
reclama, en términos del presente agravio, es
procedente se otorgue a la hoy quejosa el
amparo que en esta en vía se solicita en su
contra.”
D.A. 249/2003.
23
QUINTO. La quejosa hace valer en el único concepto de
violación, esencialmente, que la sentencia que se impugna viola
en su perjuicio lo dispuesto en los artículos 14 y 16
constitucionales, por lo siguiente:
a) Porque indebidamente la Sala responsable desestima el
primer agravio que expuso en el recurso de apelación,
en donde adujo que no había disposición legal en la Ley
del Tribunal de lo Contencioso Administrativo para dejar
a salvo las facultades de las autoridades demandadas;
b) Que, aún y cuando la nulidad confirmada por la Sala es
correcta, es indebida la declaratoria de infundado del
segundo de los agravios expuestos, en donde adujo que
la Sala de origen omitió el estudio de los conceptos de
anulación primero a quinto y séptimo y octavo, ya que lo
correcto y legal era que se pronunciara al respecto, pues
su estudio también genera la nulidad de la resolución
impugnada ante la Sala de origen.
Resulta fundado el argumento sintetizado en el inciso b)
precedente y suficiente para conceder el amparo solicitado, por
las siguientes consideraciones:
De los antecedentes del asunto a estudio se desprende que
la quejosa en su demanda de nulidad promovida ante la Segunda
Sala del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito
Federal, adujo esencialmente:
1. Que la autoridad administrativa había hecho una indebida
e ilegal repetición de una supuesta orden de visita;
D.A. 249/2003.
24
2. Que en dicha orden no se había expuesto las razones
particulares y concretas que motivaron su emisión,
3. Que se trataba de una orden genérica,
4. Que la autoridad que había intervenido tanto en su
emisión como en el procedimiento, era incompetente,
5. Que la visita domiciliaria se había entendido con una
persona ajena,
6. Que las facultades de la autoridad exactora habían
caducado y,
7. Que los documentos que amparaban los pagos fueron
exhibidos ante la autoridad sin que hayan sido tomados
en cuenta al momento de determinarle el crédito
impugnado.
La Segunda Sala del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo del Distrito Federal, al dictar la sentencia de once
de enero de dos mil dos, analizó únicamente el sexto concepto de
anulación de la demanda, consistente en que la orden de visita
combatida era genérica, pues abarcaba un período de revisión de
cinco años anteriores a la fecha de recepción, violando, en
consecuencia, los artículos 71 y 82, fracción I, inciso d), del
Código Financiero del Distrito Federal y, por ende, los diversos 14
y 16 constitucionales.
A su vez, la Sala Superior de aquel Tribunal, al dictar la
sentencia que ahora se revisa y realizar el estudio de los dos
agravios expresados, se concretó a lo siguiente:
D.A. 249/2003.
25
Respecto al primer agravio, en donde se expuso que la Sala
de origen no debió dejar a salvo las facultades de la autoridad
demandada, consideró que era infundado, por las siguientes
razones:
“En efecto, como ya se dejó asentado, lo afirmado en el
citado agravio es infundado, pues tales argumentos carecen de
sustento jurídico, ya que la declaración de nulidad decretada por
la A quo en el presente asunto no impide el ejercicio de las
facultades de revisión de la autoridad fiscal, aún cuando en su
caso, la juzgadora no hubiese hecho el señalamiento indicado por
el inconforme, en virtud de que no hay fundamento legal en que
las salas de este Tribunal se puedan apoyar para impedir el
ejercicio de las facultades de comprobación de la autoridad fiscal,
es decir, la A quo no tiene facultades para darle efectos a su
sentencia en el sentido de que se ordene a la demandada no
ejercer sus facultades de revisión, motivos por los cuales la
determinación de la A quo no viola el artículo 82 de la ley de la
materia, pues de acuerdo con este dispositivo legal, ‘de ser
fundada la demanda, las sentencias dejarán sin efecto el acto
impugnado…’, y en la especie la Sala del conocimiento, en la
parte final del Considerando II de su sentencia, precisó…” (foja 29
del toca de apelación).
Con relación al segundo de los agravios, en donde se
reclamó la omisión en el estudio de los conceptos de anulación
que podían haber llevado a declarar una nulidad con los alcances
y efectos que debieron haberse impreso a la nulidad solicitada o
pretendida, la Sala responsable lo considera igualmente
infundado, sosteniendo que la omisión denunciada no le causa
perjuicio porque al haberse decretado la nulidad lisa y llana de la
D.A. 249/2003.
26
resolución impugnada, por el estudio de uno solo de los motivos
de inconformidad, ya no era necesario el estudio de los restantes.
De lo anterior se desprende que si bien es cierto, como se
señaló en la sentencia reclamada, la Segunda Sala del Tribunal
de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal consideró
fundado y suficiente para decretar la nulidad del acto impugnado,
la circunstancia que se trataba de una orden de visita genérica
porque no precisaba el periodo a revisar, señalando únicamente
en su texto ‘dicha revisión abarcará los últimos cinco años
anteriores a la fecha de recepción de este oficio’, no menos lo es
que la actora expuso, como ya se dijo, conceptos de nulidad en
donde combatió no solamente la orden de visita, sino, entre otros,
también aspectos relacionados con el fondo o contenido de la
resolución liquidatoria, tales como la competencia de las
autoridades y la valoración de documentos con los que pretendió
acreditar la ilegalidad de la determinación del crédito.
En primer término, debe precisarse que de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 81 de la Ley del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo del Distrito Federal, así como 238 y
239 del Código Fiscal de la Federación –aplicable supletoriamente
de conformidad con el artículo 25 de la ley del citado Tribunal–,
las sentencias pueden declarar la nulidad lisa y llana del acto
impugnado o para efectos.
La nulidad lisa y llana debe decretarse cuando ocurra algún
supuesto de ilegalidad previsto en las fracciones I y IV del artículo
238 invocado, lo que sucede cuando se actualiza la
incompetencia de la autoridad que dicte u ordene la resolución
impugnada o tramite el procedimiento del que deriva; y cuando los
hechos que motivaron el acto no se realizaron, fueron distintos o
D.A. 249/2003.
27
se apreciaron en forma equivocada, o bien, se dictó en
contravención de las disposiciones aplicables o dejó de aplicar las
debidas (lo que implica el fondo o sustancia del contenido de la
resolución impugnada); en ambos casos requiere, en principio,
que la Sala realice el examen de fondo de la controversia.
En cambio, cuando la ilicitud casada corresponde a las
hipótesis previstas en las fracciones II y III del precepto legal de
que se trata, conllevan a decretar la nulidad para efectos de que
se subsane la violación formal, en razón de suceder o darse
ilicitudes derivadas de vicios de carácter formal que contrarían el
principio de legalidad. Y es así que la fracción II se refiere a la
omisión de formalidades propias o inherentes a la resolución
administrativa impugnada, inclusive la ausencia de
fundamentación y motivación; en tanto que la fracción III
contempla los vicios en el procedimiento del cual derivó dicha
resolución, vicios que bien pueden implicar también la omisión de
formalidades establecidas en las leyes, violatorias de las
garantías de legalidad, pero que se actualizaron en el
procedimiento, es decir, en los antecedentes o presupuestos de la
resolución impugnada.
Así, de actualizarse los supuestos de ilicitud previstos en la
fracción III (violación de la ley o no haberse aplicado la debida) del
artículo 81 de la Ley del Tribunal de lo Contencioso Administrativo
del Distrito Federal, que se equipara a la fracción IV (si los hechos
que la motivaron no se realizaron, fueron distintos o se apreciaron
en forma equivocada, o bien si se dictó en contravención de las
disposiciones aplicadas o dejó de aplicar las debidas) del artículo
238 del Código Fiscal de la Federación, que implica el estudio de
fondo del asunto, la nulidad debe declararse en forma lisa y llana,
sin embargo y, no obstante las disposiciones referidas, en el caso,
D.A. 249/2003.
28
la Segunda Sala de origen, al resolver el juicio de nulidad iniciado
por Carmen Rosas viuda de Pous, no realizó un análisis de los
aspectos y temas relativos al fondo de la controversia y
únicamente se limitó a establecer, a partir de la redacción de la
orden de visita origen de la resolución determinante del crédito
impugnada, que se trataba de una orden genérica, ya que el
periodo de revisión no estaba debidamente definido o
determinado, conclusión que desde luego se refiere a un vicio
formal que no implica el estudio de fondo del asunto, motivo por el
que la Segunda Sala de dicho tribunal se encontraba apenas en
aptitud de declarar la nulidad de la resolución correspondiente
para efectos de subsanar la formalidad incumplida o desatendida
por la exactora y no decretar una nulidad lisa y llana, tal como lo
hizo; error que reitera, la Sala Superior, al confirmar la actuación
de la sala de primera instancia, pues, como ya se dijo, el estudio
de la ilegalidad advertida no involucró cuestiones de fondo, de ahí
que, si no se estaba resolviendo la sustancia del problema
planteado, no fue correcto considerarla como una nulidad lisa y
llana.
Resulta aplicable analógicamente, la jurisprudencia I.4o.A.
J/21, sustentada por este Tribunal Colegiado, consultable en la
página 1534, del Tomo XVII, Marzo de 2003 del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca, cuyo rubro
y texto son del siguiente tenor literal:
“NULIDAD LISA Y LLANA PREVISTA EN EL
CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN.
SUPUESTOS Y CONSECUENCIAS. Conforme
al artículo 239 del Código Fiscal de la
Federación, las sentencias definitivas del
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
D.A. 249/2003.
29
Administrativa que declaren la nulidad pueden
ser de manera lisa y llana cuando ocurra
alguno de los dos supuestos de ilegalidad
previstos en las fracciones I y IV del artículo
238 del código invocado, lo que se actualiza, en
el primer caso, cuando existe incompetencia de
la autoridad que dicta u ordena la resolución
impugnada o tramita el procedimiento del que
deriva y, en el segundo, cuando los hechos que
motivaron el acto no se realizaron, fueron
distintos o se apreciaron en forma equivocada,
o bien, se dictó en contravención de las
disposiciones aplicables o dejó de aplicar las
debidas, lo que implica el fondo o sustancia del
contenido de la resolución impugnada. En
ambos casos se requiere, en principio, que la
Sala Fiscal realice el examen de fondo de la
controversia. Es así que, de actualizarse tales
supuestos, la nulidad debe declararse en forma
lisa y llana, lo que impide cualquier actuación
posterior de la autoridad en razón de la
profundidad o trascendencia de la materia
sobre la cual incide el vicio casado y que
determina, en igual forma, un contexto
específico sobre el que existirá cosa juzgada
que no puede volver a ser discutida.”
Además, al haberse establecido la posibilidad de que la
autoridad demandada volviera a emitir un nuevo acto en ejercicio
de sus facultades revisoras, compromete implícitamente que esa
determinación se basa en la causal de ilegalidad prevista en el
artículo 238, fracción III, del Código Fiscal de la Federación (en
D.A. 249/2003.
30
tanto concierne a un acto tildado de nulo y dictado durante el
procedimiento de fiscalización como es la orden de visita), que, en
el mejor de los casos, determina sólo decretar una nulidad
subsanable o para efectos en términos del diverso 239, in fine, del
Código citado, por lo que es obvio que si, por una parte, se dice
que se trata de una nulidad lisa y llana y, por otra, se está dando
un determinado efecto a dicha nulidad, es evidente que la
responsable incurre en un contrasentido e incongruencia pues
combina y confunde supuestos de un tipo de nulidad con las
consecuencias de la de otro tipo y, por tanto, contrario a lo
determinado por la Sala Superior, este Tribunal considera que sí
le asiste razón a la quejosa en tanto que, no fue correcta su
determinación y de la Sala inferior al resolver que por haberse
decretado la nulidad lisa y llana de la resolución impugnada, no
era necesario abordar el estudio de los demás conceptos de
nulidad planteados en la demanda respectiva, ya que su
argumento parte de una premisa incorrecta.
En este orden de ideas, atendiendo al principio de favorecer
la solución de fondo del conflicto, que se deduce de los artículos
17 constitucional y 237, párrafo segundo, del Código Fiscal
Federación de aplicación supletoria al caso, al establecer la
obligación a las salas a estudiar las causas de ilegalidad de más
trascendencia o profundidad, esto es, de la mayor entidad posible
que puedan tener y que, de acuerdo a la pretensión deducida, den
pauta a una mayor eficacia de la nulidad decretada, resulta obvio
que la ahora parte quejosa tiene interés jurídico para acudir al
juicio de garantías doliéndose de la omisión apuntada.
Es aplicable, por el criterio que la informa, la tesis de
jurisprudencia 43/96, de la Segunda Sala de la Suprema Corte de
D.A. 249/2003.
31
Justicia de la Nación, visible en la página 249, tomo IV,
Septiembre de 1996, Novena Epoca del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, cuyo tenor literal es el siguiente:
“SEGURO SOCIAL. RECURSO DE
INCONFORMIDAD. SI EL RECURRENTE
OBTIENE LA NULIDAD PARA EFECTOS Y LA
PRETENDIA LISA Y LLANA, TIENE INTERES
JURIDICO PARA PROMOVER JUICIO DE
NULIDAD ANTE EL TRIBUNAL FISCAL DE LA
FEDERACION. Si el Consejo Regional del
Instituto Mexicano del Seguro Social, al resolver
un recurso de inconformidad, deja
insubsistentes las liquidaciones de cuotas
obrero-patronales combatidas, por estimar que
carecen de la debida fundamentación y
motivación y deja a salvo los derechos del
Instituto para emitirlas nuevamente una vez
subsanadas las violaciones formales, dicha
resolución afecta los intereses jurídicos del
quejoso si al interponer aquel medio de
impugnación pretendió una nulidad lisa y llana y
no para efectos, haciendo valer violaciones de
fondo”.
Brinda apoyo a lo anterior, también, por el criterio que la
informa, la tesis TC014393.9AD1, pendiente de publicación,
sustentada por este Tribunal Colegiado, la cual es del siguiente
tenor literal:
“INTERES JURIDICO. LO TIENE EN EL JUICIO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO QUIEN
D.A. 249/2003.
32
IMPUGNA UNA RESOLUCION FAVORABLE
(PARA EFECTOS) DICTADA EN UN RECURSO
ADMINISTRATIVO. La tesis de jurisprudencia de
rubro “SEGURO SOCIAL. RECURSO DE
INCONFORMIDAD. SI EL RECURRENTE OBTIENE
LA NULIDAD PARA EFECTOS Y LA PRETENDÍA
LISA Y LLANA, TIENE INTERES JURIDICO PARA
PROMOVER JUICIO DE NULIDAD ANTE EL
TRIBUNAL FISCAL DE LA FEDERACION.”
(número 43/96, Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, página 249, tomo
IV, septiembre de 1996, del Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta), se inspira en el
principio de favorecer la solución de fondo del
conflicto, determinando a la autoridad a estudiar
las causas de ilegalidad de más trascendencia o
profundidad, esto es, de la mayor entidad posible
de acuerdo a la pretensión deducida. En ese
contexto, la resolución impugnada en un juicio
contencioso administrativo, al dejar a salvo los
derechos del Instituto Mexicano del Seguro
Social para subsanar la falta de fundamentación y
motivación (quedando así en aptitud de emitir
una nueva determinación), genera un perjuicio
directo y actual en la esfera jurídica de la parte
actora y afecta su interés jurídico. Considerar lo
contrario, como lo hace la Sala responsable, sin
analizar lo planteado en la inconformidad a fin de
determinar si se hicieron valer argumentos que
pudiesen llevar a declarar la nulidad lisa y llana
del acto administrativo recurrido y no
simplemente una nulidad para efectos resulta
D.A. 249/2003.
33
incorrecto. Así es, lo considerado a priori por la
Sala no sólo deja de observar la jurisprudencia
en cita sino, además, atenta contra las garantías
de audiencia y de acceso a la justicia
consagradas en los artículos 14 y 17
constitucionales y contra lo dispuesto en el
artículo 237 del Código Fiscal de la Federación
que le impone al Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa la obligación de resolver
sobre la pretensión del actor que se deduzca de
su demanda en relación con la resolución
impugnada y de pronunciarse, si cuenta con los
elementos suficientes, sobre la legalidad de la
resolución impugnada en la parte que no satisfizo
el interés jurídico del actor.”
Por lo tanto, en virtud de que al poseer la resolución citada
el efecto de dejar a salvo las facultades de la autoridad
demandada para que, una vez subsanada la violación cometida,
pueda emitir nuevamente una determinación de la misma
naturaleza, genera un perjuicio directo y actual en la esfera
jurídica del gobernado, porque al haberse decretado una supuesta
nulidad lisa y llana por una violación formal sin haber realizado un
análisis o pronunciamiento sobre los planteamientos de la
demanda original en donde sí se hacían valer argumentos que
pudieran llevar a declarar efectivamente una auténtica y cabal
nulidad lisa y llana del acto administrativo recurrido, y no
simplemente una nulidad para efectos, como en el caso a estudio
aconteció, aunque indebidamente connotada como lisa y llana
pero evidentemente de menor entidad y alcance que la pretensión
deducida, lo que, de suyo, actualiza el interés jurídico para
D.A. 249/2003.
34
reclamar la violación al derecho subjetivo de acción que no fue
puntualmente respetado, tutelado y preservado por la
responsable.
En efecto, el razonamiento a priori de la Sala responsable
de que al haber resultado fundado uno de los motivos de
inconformidad ya no era necesario el estudio de los restantes,
porque la nulidad decretada por la Segunda Sala de dicho
Tribunal había sido lisa y llana, en la medida que esta calificación
es una falacia y craso error de apreciación, atenta contra la
garantía de audiencia y de acceso a la justicia, consagrada en los
artículos 14 y 17 constitucionales, máxime cuando el artículo 237
del Código Fiscal de la Federación –de aplicación supletoria– les
impone la obligación a las Salas del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo del Distrito Federal de resolver sobre la pretensión
del actor, que se deduzca de su demanda, en relación con la
resolución impugnada.
Por lo anterior, este Tribunal arriba a la conclusión de que la
determinación de la Sala responsable es desafortunada al juzgar
la pretensión del actor sin analizar integralmente y conforme a
derecho, las circunstancias de facto y de jure, así como las
constancias procesales del caso concreto.
Además, las Salas del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo deben estudiar la totalidad de causales de
ilegalidad propuestas en el recurso de apelación, en términos del
párrafo cuarto del artículo 237 del Código Fiscal de la Federación,
por lo que la litis del recurso de apelación, no se agota ante la
propuesta de nulidad decretada por la Sala de origen, sino que la
Sala Superior debe resolver o dar curso a lo planteado, máxime
D.A. 249/2003.
35
cuando se alega omisión en el estudio de planteamientos de
fondo encaminados a destruir, no sólo la orden de visita, sino la
totalidad del procedimiento determinante del crédito impugnado,
así como la validez y contenido de la propia resolución.
Es aplicable a lo anterior, el criterio sustentado por este
Tribunal, publicado en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Epoca, tomo: XVI, septiembre de 2002, página:
1451, tesis: I.4o.A.371 A, cuyo tenor literal es el siguiente:
“SENTENCIAS DEL TRIBUNAL FEDERAL DE
JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA.
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA EXTERNA. De
acuerdo con lo dispuesto en los artículos 237
del Código Fiscal de la Federación y 222 del
Código Federal de Procedimientos Civiles -de
aplicación supletoria a la materia fiscal-, la
congruencia externa de las sentencias implica
que la decisión sea correspondiente y
proporcional a la pretensión deducida o petitio;
atento lo cual, el Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa no puede ir más allá ni
rebasar el límite que la propia acción ejercitada
le determina”.
De ahí que, como la sentencia reclamada atenta contra las
garantías de legalidad y seguridad jurídica contenidas en los
artículos 14 y 16 de la Constitución del país, y de acceso a la
tutela judicial efectiva prevista en el diverso 17 del mismo cuerpo
legal, es que procede conceder el amparo y protección de la
Justicia Federal para el efecto de que se deje insubsistente el fallo
D.A. 249/2003.
36
reclamado y, en su lugar, se dicte otro en el que se atiendan los
planteamientos que dejaron de analizarse; en la inteligencia de
que deberán estudiarse en el orden y siguiendo las prioridades
que ordena el artículo 237 del Código Fiscal de la Federación,
para la resolución eficaz del problema planteado.
Por lo expuesto y fundado, con apoyo además en lo que
ordenan los artículos 76, 77, 78, 79, 80, 158, 190, 192 y 193 de la
Ley de Amparo, y 37 fracción, inciso b, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación; se resuelve:
UNICO.- La Justicia de la Unión ampara y protege a Carmen
Rosas Viuda de Pous, en contra de la sentencia de veinte de
febrero de dos mil tres, dictada por la Sala Superior del Tribunal
de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, en los
expedientes R.A. 1704/2002 y 1741/2002, del juicio de nulidad
No. II-8144/00.
NOTIFIQUESE; con testimonio de esta resolución, vuelvan
los autos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el
toca.
A S I, por unanimidad de votos de los señores magistrados:
licenciado Jean Claude Tron Petit (Presidente), licenciado Rubén
Pedrero Rodríguez y licenciado Jesús Antonio Nazar Sevilla, lo
resolvió este Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa
del Primer Circuito, siendo relator el primero de los nombrados.
Firman los magistrados, con la intervención del Secretario
de Acuerdos quien autoriza y da fe.
D.A. 249/2003.
37
PRESIDENTE
LIC. JEAN CLAUDE TRON PETIT
MAGISTRADOS
LIC. RUBEN PEDRERO RODRIGUEZ LIC. JESUS ANTONIO NAZAR SEVILLA
SECRETARIO DE ACUERDOS
LIC. VICTOR OCTAVIO LUNA ESCOBEDO
COTEJO: Lic. Claudia Patricia Peraza Espinoza/jarb.
SE HACE CONSTAR QUE ESTA HOJA CORRESPONDE A LA SENTENCIA DICTADA EL TRES DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL TRES, EN EL D.A.249/2003, PROMOVIDO POR CARMEN ROSAS VIUDA DE POUS.
D.A. 249/2003.
38
QUEJOSA: CARMEN ROSAS VIUDA DE POUS.
MAGISTRADO RELATOR: LIC. JEAN CLAUDE TRON PETIT. SECRETARIA: LIC. CLAUDIA PATRICIA PERAZA ESPINOZA.
IND ICE
P AG .
AUTORIDADES RESPONSABLES Y ACTOS RECLAMADOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2
SENTENCIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . .
3–19
CONCEPTOS DE VIOLACION . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
21-22
ESTUDIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . .
23-36
RESOLUTIVO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . .
36
TEMA.- Materia administrativa, artículo 237 del Código Fiscal de la Federación, artículos 14, 16 y 17 de la Constitución Política de los Estados unidos Mexicanos. PROPUESTA.- Conceder el amparo, en el juicio promovido por Carmen Rosas Viuda de Pous, en contra de la sentencia de veinte de febrero de dos mil tres, dictada por la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, en el expediente fiscal R.A.1704/02-II-8144/00. SINTESIS.- La nulidad decretada se refirió a vicios formales, cuando de la sentencia de nulidad alegó cuestiones sustanciales que podían llevar a la nulidad lisa y llana, no obstante que la Sala Superior, para declarar infundado el segundo agravio en la apelación sostuvo que la nulidad había sido lisa y llana y por eso no había violación de la Sala de origen al haber sido omisa en el estudio de los conceptos de nulidad diversos. JURISPRUDENCIA.- “NULIDAD LISA Y LLANA PREVISTA EN EL CODIGO FISCAL DE LA FEDERACION. SUPUESTOS Y CONSECUENCIAS.”
D.A. 249/2003
D.A. 249/2003.
39
TESIS.- “INTERES JURIDICO. LO TIENE EN EL JUICIO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO QUIEN IMPUGNA UNA RESOLUCION FAVORABLE (PARA EFECTOS) DICTADA EN UN RECURSO ADMINISTRATIVO.”
“SEGURO SOCIAL. RECURSO DE INCONFORMIDAD. SI EL RECURRENTE OBTIENE LA NULIDAD PARA EFECTOS Y LA PRETENDIA LISA Y LLANA, TIENE INTERES JURIDICO PARA PROMOVER JUICIO DE NULIDAD ANTE EL TRIBUNAL FISCAL DE LA FEDERACION.”
“SENTENCIAS DEL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y ADMINISTRATIVA. PRINCIPIO DE CONGRUENCIA EXTERNA.”
CLASIFICACION.- Fondo / Administrativa/ Interés Jurídico para reclamar
sentencia favorable/nulidad lisa y llana incorrectamente decretada.
Aspectos procesales / Juicios Diversos / Fiscal y Contencioso Administrativo/ Sentencia/ Nulidad incorrecta/ Vicios formales/ indeterminación de periodo a revisar.