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    DAZPIEDRAHITAS. - COMENTARIOSACERCADELARECEPCINDELATEORADECHARLESDARWINENCOLOMBIA

    COMENTARIOSACERCADELARECEPCINDELATEORADECHARLESDARWINENCOLOMBIA

    Santiago Daz Piedrahita*

    HISTORIADELACIENCIA

    El doce de febrero de 2010 se cumplieron dos siglosdel natalicio de Charles Darwin. Con tal motivo el autor

    de estas lneas dio a conocer un escrito1

    en el que re-cordaba los antecedentes del viaje realizado por el na-turalista ingls y las consecuencias cientficas de eserecorrido merced a los cambios operados en su mane-

    1 Daz Piedrahita, S. En el Bicentenario del Natalicio de CharlesDarwin. Boletn de la Academia Colombiana 49(243 244):87 97. 2009.

    ra de pensar y en su concepcin de la naturaleza. esa publicacin se alcanzaron a plantear algunos a

    pectos relativos a la forma como fue recibida por algnos intelectuales colombianos la teora de la seleccnatural, concepto que modific el curso de la cieny abri una nueva visin del hombre en relacin csu entorno. En este artculo se complementa esta formacin con testimonios o manifestaciones literarque reflejan diferentes puntos de vista en cuanto aevolucin.

    RESUMEN

    Diaz Piedrahita S.: Comentarios acerca de la recepcin de la teora de Charles Darwin en Colom-bia. Rev. Acad. Colomb. Cienc. 36(138): 79-92, 2012. ISSN 0370-3908.

    Se comenta la forma como fue recibida por la comunidad intelectual colombiana la obra de Darwin yen particular la teora del origen de las especies a travs de la Seleccin Natural. En general fue ca-lificada de utilitarista y recibida con poca credibilidad, juzgndola desde un punto de vista puramentereligioso o poltico y no como una teora biolgica. Se presentan algunos testimonios propios de lapoca que reflejan el momento poltico y la ideologa imperantes.

    Palabras clave: Darwin, Seleccin Natural, Evolucin, Colombia.

    ABSTRACT

    The article exposes the way in which the intellectual community of Colombia received Darwins wor-ks, specifically the Theory of Evolution through Natural Selection. Overall, his arguments were con-sidered utilitarian and interpreted from a purely religious or political perspective, rather than beingunderstood as a biological theory. In addition, the text presents testimonies that reflect the politicaltimes and the prevailing ideologies of the late 19th and early 20th centuries.

    Key words: Darwin, Natural Selection, Evolution, Colombia.

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    Sin lugar a dudas,El Origen de las Especies a travsde la Seleccin Natural2fue la obra ms influyente delSiglo XIX. Aunque la doctrina evolutiva no fue concebi-da por Darwin, su planteamiento sobre el origen de lasespecies fue tan claro y convincente que gan el apoyo

    de la comunidad cientfica y de muchos profanos quelo leyeron prontamente. Cabe aclarar que, en el casocolombiano, quienes tomaron partido en la polmicaevolucionista no tenan verdadero inters en la historianatural y tan slo lo hicieron por motivos meramentepolticos o religiosos.

    Darwin buscaba explicar la diversidad de los seres vi-vos, tanto la de aquellos que ahora pueblan el planetacomo de los que lo habitaron en el pasado y dejaron untestimonio fsil de su existencia. Deba entender el pa-pel jugado por el medio ambiente a travs de barrerasgeogrficas o reproductivas, impedimentos que ser-

    van para valorar el carcter adaptativo y relativo de lasvariaciones genticas emanadas de la recombinacinde los caracteres genticos, las mutaciones y la super-vivencia de los ms aptos en su lucha por sobrevivir yalcanzar la madurez sexual. En forma acertada, inter-pret estos factores como un mecanismo de seleccinnatural en el que el azar jugaba un papel decisivo.

    Luego de meditar detenidamente sus hiptesis y dedar coherencia a su teora, y ante el riesgo de perderla prioridad en el planteamiento de estos conceptos,Darwin dio a la luz una hiptesis cuyas conclusionesexplicaban adecuadamente un concepto que, enton-ces como ahora, generaba fuertes resistencias. Pormotivos religiosos, culturales o polticos, para muchosera inaceptable que las especies evolucionaran. Mien-tras Darwin cavilaba, en forma independiente, otro na-turalista ingls, Alfred Russell Wallace, llegaba a con-clusiones similares luego de estudiar la fauna y la floradel archipilago Malayo. Aunque Wallace sostena susideas con energa y claridad, desde un principio lasobras de Darwin fueron ms conocidas y tuvieron ma-yor difusin. La primera edicin de El Origen de lasespeciesfue de dos mil doscientos ejemplares que seagotaron en pocas horas; desde entonces se han im-

    preso millares de volmenes en diversos idiomas y lateora de la evolucin, aunque de aceptacin universalen el mbito biolgico, sigue despertando polmicas yprestndose a variadas interpretaciones.

    2 El ttulo original de la obra en la cual se expuso la teora es:On the Origin of Species by Means Natural Selection, or thePreservation of Favoured Races in the Struggle for Life.

    Antes de 1832, cuando se realiz el viaje del Beagle,para Darwin el relato bblico satisfaca su comprensindel mundo viviente. Luego de concluir el recorrido, suforma de entender ese mundo haba cambiado en for-ma radical. Aparte de sus observaciones en el campo,

    la lectura de obras como el Ensayo sobre la poblacinde Thomas Malthus, influyeron en sus conclusiones.All se demostraba que una poblacin crece en pro-gresin geomtrica hasta aparecer un factor limitante.

    Veamos cmo fue recibida la teora por los intelectua-les colombianos de esa agitada segunda mitad del si-glo XIX y como aun en la primera mitad des siglo XXcausaban escozor en algunos sectores de la sociedad.No abundan las referencias sobre el tema. Las mscategricas se deben a Miguel Antonio Caro. Este no-table pensador y poltico, bajo el ttulo El Darwinismo ylas Misiones3, dedic numerosos comentarios crticos

    a un escrito de Jorge Isaacs, secretario de la ComisinCientfica al Magdalena, empresa oficial dirigida por elnaturalista francs Carlos Man, calificado por Caro,como un aventurero embaucador.Isaacs realiz, du-rante ms de seis meses, originales observaciones decampo que fueron consignadas en el trabajo: Estudiosobre las tribus indgenas del Magdalena, obra publi-cada en el Diario Oficial en 1882, complementada en1884 en los Anales de Instruccin Pblicacon la pu-blicacin de: Gramtica, Catecismos y Vocabulariosde la lengua Goajira, trabajos reproducidos en 1951en la Biblioteca Popular de Cultura Colombiana. El ar-tculo completo del Sr. Caro tambin fue dado a co-nocer en El Repertorio Colombiano, en dos entregas4.En la introduccin se seala: Sin erigirnos en crticoscientficos, vamos a hacer sobre esta publicacin bre-ves observaciones inspiradas en la justicia, elsanctaesancte tratandae,porque la obra del Sr. Isaacs es untrabajo curioso, pero de ningn modo cientfico. Caberecordar que El Repertorio era una revista mensual deorientacin conservadora a cargo de don Carlos Mart-nez Silva, donde, como veremos, el tema de la evolu-cin se trat en varias oportunidades.

    Caro adems de catalogar el escrito de Isaacs como

    una obra curiosa, de ningn modo cientfica, califica

    3 CARO, M.A. Obras, Tomo 1, Filosofa, Religin, Pedagoga. Ins-tituto Caro y Cuervo, Clsicos Colombianos IV: 1048 - 1107.Bogot, 1962. Reproducido en 1951 junto con el informe deIsaacs en la Biblioteca Popular de Cultura Colombiana. pp.291 354.

    4 Repertorio Colombiano, 5: 464 - 491, enero de 1887 y 7: 5 35.

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    al autor como un simple y pedante compilador de ras-gos poticos, plasmados en largas transcripciones decomentos, citas y observaciones personales. Esastranscripciones de tipo mitolgico haban sido recogi-das pacientemente por el autor deMara, y provenan

    del testimonio directo de los sacerdotes o mamos quedescriban su interpretacin del origen del mundo y dela aparicin de los hombres. El ataque ms fuerte alu-de a la interpretacin de las pictografas y jeroglficoscomentados por Isaacs, quien haba consignado la si-guiente explicacin:

    Tolerndolo mis lectores muy susceptibles, lospartidarios de la teora darwinista podramossuponerque la figura nmero 12, mitad simia yde rostro muy raro, es representacin de la for-ma que tuvo el animal, temible como se ve, que

    precedi al hombre en la escala de perfecciona-

    miento.5

    La enrgica reaccin de Caro a esta observacin evo-lucionista seala:

    Es deplorable ver a un verdadero poeta conver-tido por arte de magia, como los compaeros deUlises, en discpulo de Darwin, y discpulo deaquellos que imitan lo mas feo del maestro porespritu de remedo; por aquellos que precisaronla teora transformista, estableciendo una obli-gada genealoga, que nos hace descender node una forma primitiva sino del simio, como lollama el seor Isaacs, o sea del mono.

    Ya hemos observado que poeta y materialista, odarwinista, son trminos contradictorios.

    No se puede negar que los remedadores deDarwin, por su inclinacin a la imitacin gro-tesca, tienen ciertas afinidades, con su presun-to abolengo; afinidades, decimos, y nada mscomo las podemos cualesquiera hombres tenercon las imgenes de virtudes y vicios repartidasen la naturaleza animal; pues, por lo dems, noadmitimos para ningn racional, inclusos losdarwinianos, la miserable alcurnia que ellos contan escaso sentimiento nobiliario se atribuyen.6

    5 Isaacs, J. Estudio sobre las tribus indgenas del Magdale-na, Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, Bogot, 1951pp.244 245.

    6 Ibd. p. 307.

    El pensador bogotano rechaza tajantemente la hipsis darwinista, que en sus palabras:

    ... nos niega nuestro excelso origen y destinosinmortales y nos reduce a la triste condicin de

    descendientes de uno de los brutos mas repug-nantes?

    Si al menos se nos clasificara como progenito-res de monos! Pero descendientes?... El as-cendiente puede estar exento de los vicios ad-quiridos por una progenie degenerada; pero aesta que esperanza le queda?7

    Pginas adelante el seor Caro define la teora Darwin como una aberracin propia de un especialismanitico, que ha perdido la visin de conjunto, y crra su crtica con la siguiente aseveracin:

    Darwin descontento con las clasificaciones ad-mitidas por otros naturalistas, se esforz porsimplificarlas, suponiendo, sobre una hiptesisvieja, que todos los animales y plantas se de-rivan de un reducido nmero de formas primi-tivas, acaso de una forma nica, y todas susmodificaciones sucesivas dependen de una leyconstante de eleccin regular (natural selection)de individuos y de razas, mejor adaptadas a lostiempos y circunstancias. Y como el hombre esun animal, el naturalista, sin contar con Dios, nicon la historia, ni con el hombre mismo, toma

    ese animal, como pudiera tomar un molusco oun cetceo, y con la mayor naturalidad, tal vezcon candor, lo coloca donde mejor conviene a suteora preconstituida.8

    En la nota de pie de pgina correspondiente al anterprrafo seala:

    La teora transformista de Darwin no es nue-va. Precedile el francs Lamark (1744-1829),y el origen atmico y la generacin espontnea,base de esta teora se remontan a Lucrecio y aEpicuro.

    y en otro comentario dice:

    Si Darwin hubiera sido filsofo habra colocado(como muchos filsofos) en la mente creadora

    7 Ibb.

    8 Ibd. pp. 309 - 310

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    aquella unidad y simplicidad de ideas que no al-canz a ver sino en imaginarios tipos reales dela naturaleza. Negando la unidad de la familiahumana fue a buscar una unidad ms generalen tipos ms groseros, originarios del tomo.

    Los que no quieren mirar a Dios van a parar alDios-Nada.9

    Como corolario a estos comentarios de Caro se puedesealar que el humanista no comprendi plenamente,o no quiso comprender, la teora de Darwin, hoy de ple-na aceptacin en el mbito biolgico, y que sus juicioscrticos carecan de objetividad y estaban cargados deanimadversin y rencor poltico. No en vano califica alautor de Maracomo un comerciante voluble, que deperiodista y poltico conservador mut al radicalismopara llegar a ser cnsul en Chile, y que de empresa-rio agrcola fracasado pas a militar y a revolucionario,

    para convertirse finalmente en explorador y contratis-ta de las carboneras de la Guajira. No olvidaba queIsaacs haba participado en la contienda civil de 1875,haba combatido en Los Chancos y haba atacado aalgunos clrigos inmiscuidos en poltica. En el fondole aterraba esa visin moderna del origen del hombreque haca vibrar las bases de la ortodoxia religiosa connuevos conceptos antropolgicos y sociales.

    Para Caro, en relacin con la teora que comentamos,Isaacs supona lo que los propios darwinistas no seatrevan a suponer, porque no podan suponerlo. Nun-ca le quit el timbre de darwinista. A raz de un even-tual nombramiento del autor de Mara como cnsulde Mxico en Colombia Caro, con clara intencin deentorpecer cualquier nominacin, escribi a Victoriano

    Ageros:

    Isaacs es hijo de judo converso y l tiene mu-cho de tornadizo. Ha sido realmente un hombredesgraciado, por su culpa y su mal carcter. En1868 era conservador; sus partidarios le envia-ron al Congreso. Entonces escribi MARIA queyo ayud a corregir en pruebas, y sus primeras

    poesas. De la noche a la maana se hizo libe-

    ral y masn, y desde entonces se esteriliz porcompleto su entendimiento. Sin motivo algunose declar enemigo de la iglesia y hace gala dedarwinista........10

    9 Ibd.

    10 Documento citado por Lus Carlos Velasco en: El ExploradorJorge Isaacs. Imprenta Departamental, pp. 59-60. Cali. 1967.

    Estos tres calificativos: liberal, masn y darwinistaresultaban suficientes en aquel momento para frenarcualquier aspiracin burocrtica, en particular si staemanaba de un gobierno de clara orientacin derechis-ta, donde resultaba inconcebible reconocer un proceso

    evolutivo producido por seleccin natural y perpetuadomediante la herencia. Estos novedosos conceptos ob-viamente alteraban la estabilidad, la armona y el or-den de la creacin y de paso socavaban la moral y elprincipio de autoridad oficial y de la Iglesia local que seinmiscua indebidamente en el manejo del gobierno.

    Caro en uno de sus escritos11 cita una estrofa deNez de Arce12, que se podra aplicar a sus opinionessobre Darwin, a quien no lleg a entender. Dicen aslos versos:

    Te han calumniado

    oh Dios! T oyes el gritoDel corazn doliente y consternado;Tienes misericordia y no has proscritoLa augusta libertad. Te han calumniado!

    Otros puntos de vista del seor Caro muestran clara-mente su pensamiento y su ideologa. En un artculotitulado El derecho de definirseala claramente el m-bito de los temas dogmtico y cientfico, pero, como yalo hemos visto en sus escritos, no respet tales lmitesy falt a esa objetividad que pregona en el texto quesigue.

    Hay otro orden de verdades que no pertenecena la esfera moral, que no son necesarias parael logro de nuestro final destino, y tampoco, portanto, de observancia obligatoria, pero s tiles

    para el cultivo de la inteligencia y para los usosprcticos de la vida. A diferencia de las verdadesdogmticas, estas otras pertenecen al ordencientfico. Esta clase de conocimientos, dadala limitacin del entendimiento humano que losadquiere, son incompletos y progresivos, es de-cir, sujetos, como lo demuestra la experiencia,a constantes rectificaciones. La Iglesia, maestra

    infalible en el orden religioso y moral, nada tieneque hacer como autoridad, por su divina insti-tucin, en la regin cientfica, lo que no obsta

    11 Caro, M.A.Artculos y discursos. Primera parte. Bogot, Libre-ra Americana. 1888.

    12 Adelante se transcribe parte del poema dedicado a Darwin porNez de Arce y que gener irritacin al seor Caro.

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    a la generosa proteccin que siempre ha dis-pensado a los estudios. La ciencia profana tienesus orculos propios, ms o menos autorizados,nunca infalibles.13

    Finalmente en un texto titulado La religin y la poesafija su posicin en relacin con la ciencia, el positivis-mo y el materialismo con base en un texto de LouisPasteur:

    M. Pasteur, en su reciente discurso de recep-cin en la Academia francesa, ha hecho unaconfrontacin luminosa del criterio experimentalque indaga verdades ocultas, y el mtodo ma-terialista, positivista, que consigna simplementehechos. Son dos mtodos enteramente opues-tos en el punto de vista filosfico. El investigadorcientfico reconoce implcitamente que lo visi-

    ble es slo un velo que cubre lo invisible, quela ciencia no est ntegra, ni con mucho, en elentendimiento humano, sino en la inteligenciainfinita; los secretos que se esfuerza en arran-car a la naturaleza, son revelaciones de la su-

    prema sabidura, y l vive y se alimenta de laesperanza de saber ms. El positivista, por elcontrario, se encoge en el crculo estrechsimode lo conocido, y cierra adrede los ojos del almaal mundo suprasensible. La idea del infinito (ob-serva Pasteur), sistemticamente excluida porel positivismo, es estmulo latente y poderosode toda investigacin cientfica. De aqu se si-gue que la ciencia es naturalmente religiosa, y el

    positivismo (aunque esto no lo entiendan ciertoscrticos), es esencialmente ateo.14

    Para Caro el cristianismo haba depurado y embelle-cido tanto el tipo ideal y moral del hombre, que eraimposible separar las creencias religiosas del arte. Porello se preguntaba en relacin con Isaacs: Para serbuen poeta o buen artista nada importa ser creyenteo ateo? Su propia respuesta era la de que resultabaimposible que un poeta, autor de un idilio en prosacalificado por l como una mala novela, y a la vez ca-

    paz de representar en su depravada imaginacin a loshijos de Dios, simplemente, como a bpedos nietos delgorila pudiese concebir una Beatriz como la del Dan-te, o pintar una Virgen como las de Murillo.

    13 Ibd. p. 348.

    14 Ibd. p. 308.

    Monseor Juan Buenaventura Ortiz, obispo de Popyn entre 1888 y 1894, fue uno de los mayores ositores a la teora de Darwin. Al respecto dedic trartculos a comentarios relativos a los escritos de d

    Abate Moigno, quien haba planteado que los tex

    de los libros sagrados estaban acomodados al sende las gentes y no al rigor de una verdad cientfica. el primero de sus comentarios se ocupa de Los E

    plendores de la Fe15. El comentarista parte de la pmisa de que una parte de la humanidad aspira a smaestra del resto mediante la supresin de lo sobnatural, tratando de destronar a Dios a travs de lenguaje moderno denominado ciencia. Para Ortiz,ciencia disputa a la fe el dominio de las almas, pupone en tela de juicio el hecho de una creacin geney sosteniendo la creacin inmediata de las especiesdel hombre, pretendiendo hacer a este descendiende los animales. Para l la ciencia no puede aventu

    ms que conjeturas e hiptesis ms o menos probbles, pero nunca de todo punto ciertas.

    En un aparte seala Monseor Ortiz:

    Los sabios han puesto al frente de esta nocin(creacin del hombre) varias teoras, segn lascuales el hombre actual proviene, no de un primerhombre criado por Dios, sino del mono, ya por lavariacin lenta e indefinida de las especies, comoquiere Lamark, ya por va de evolucin comoasegura Haxley, ya por seleccin como imaginaDarwin. La teora de este ltimo es la que ha ad-

    quirido mayor celebridad, y su libro delOrigen delas especies anda de manos de muchos, y poreso el anlisis y refutacin que hagamos se limi-tarn a Darwin y a su sistema.16

    Tras en anterior comentario, el autor se dedica a retar a Darwin con diversos argumentos que se centren los siguientes axiomas: todo ser vivo se reproduen otro de su misma especie y aunque las especse distingan por caracteres fisiolgicos no pueden sfrir ningn trnsito a otras, como Darwin supone. Lrestos antiguos hallados en las entraas de la tiea especies extintas anlogas a las actuales o son

    las mismas que hoy habitan la tierra y las especsuperiores han coexistido con las inferiores desel principio de los tiempos. Los ensayos hechos mdiante hibridacin o cruce para obtener seres nuev

    15 Ortiz, J.B. Los esplendores de la fe. Repertorio Colombi7(39): 198 - 225. 1881. 7(42) 377 401, 8(43):58 _ 78.

    16 Ibd. 7(39): 221.

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    comprueban la imposibilidad del hecho que Darwin dacomo base de su sistema. En el segundo de sus ensa-yos y luego de mltiples argumentos en contra de unoscuantos gelogos y antroplogos reitera con nfasisque resulta absurdo llamar ciencia a un tejido de afir-

    maciones arbitrarias, de hiptesis gratuitas sostenidasa fuerza de audacia y mala fe es un abuso que haceaparecer como dictados fastuosos cosas pequeas ymalas que lucen a los ojos de los poco avisados comograndes y buenas.

    Rafael Nez, otro sealado pensador e idelogo con-servador se ocup del tema darwinista. Su produccinpotica, aparte de la letra del Himno Nacional, es pococonocida y sus poemas han recibido de la crtica, des-de vituperios y comentarios corrosivos, que parecenescritos no con tinta sino con vitriolo, hasta elogiosdesmesurados y poco objetivos. Su poesa es de tipo

    romntico pero, por su temtica resulta comprometida.No es del caso juzgar ac la obra potica de Nezsino recordar que entre sus poemas figura el titulado:Darwin, obra en la que fija su posicin en relacin conla teora de la Seleccin Natural y sobre el concepto dela evolucin, lo cual hace a travs de metforas intere-santes que se oponen por completo al concepto de lasupervivencia del ms fuerte o del ms apto. Se tratade un juego de ideas en el que prima un sentimiento,un concepto central, sobre cualquier pulimento en larima o en la musicalidad de los versos. Sin duda elpoema fue compuesto, ms para dejar constancia desu verdad que para crear versos perdurables.

    Dice los versos: DARWIN

    Si es lote del ms fuerte la victoria,Cmo fue que a Goliat David venci?Por qu es de Francia Juana de Arco gloria?Cmo Franklin el rayo encaden?

    Newton tena la visin ms clara,Y al hallar la atraccin, la gravedad,Hasta Dios remont la ciencia ignaraDel motor de la astral inmensidad.

    Si ms que el mrtir el verdugo es fuerte,Por qu el mrtir las almas conquist?Y a travs de los siglos y la muerte,Su figura de luz sobrenad?

    Te seducen contornos exteriores,Los pesas y los mides, y .. No hay ms?

    Desconoces virtudes interioresQue no admiten balanza, ni comps.

    Pobre sabio! ms grande me pareceQue la tuya la ciencia de Pasteur;Pues si lo corporal se desvanece

    Se deja lo invisible comprender.

    Y el gran problema entonces orillamos,Como a medias lo dijo Caldern:Nuestra vida es un sueo, y despertamosDel inmenso misterio en la emocin.

    La forma es como el arco de la flecha,Como alambre de oro del lad,Lo que en breve se rompe y se desecha;El impulso es la eterna juventud.

    Las ideas tambin tienen su fuego,Y fuerza, movimiento, sed, pasin..

    Es el mundo no ms apoyo ciegoDe la interna sagrada evolucin.

    No poda ser otra la posicin del doctor Nez acer-ca de la evolucin. Recordemos que el pas viva unperiodo de hegemona conservadora y que la Cons-titucin de 1886 acababa de entrar en vigencia luegode una poca plena de convulsiones polticas. El inte-lectual gestor de la reforma poltica haca gala de surecia personalidad y de su bien definida ideologa. Supoesa refleja su visin del mundo y sirve para enten-der su recia personalidad de pensador ms que comofuente de valores lricos. Parece haber sido hecha a

    manera de desahogo intelectual y para dar descansoa su mente de estadista, de hombre calculador y deagudo poltico.

    En contraste con este poema anti-darwinista existe unsoneto laudatorio de homenaje al naturalista ingles,obra de uno de los poetas de La Lira Nueva. La obrade la autora de Emilio Antonio Escobar est fechadaen octubre de 1883 y dice as:

    A CARLOS DARWIN17

    Gigante de la ciencia redentora,Atleta del humano pensamiento,Oh Darwin! t que con robusto alientoDel hombre escribes la primera hora!

    17 Rivas Groot, J.M. La Lira Nueva, segunda edicin, BibliotecaColombiana 40: 48-49. Instituto Caro y Cuervo, Santaf de Bo-got 1993.

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    Ya el Adn mitolgico no lloraDel Paraso el triste alejamiento;Y fuerte el hombre y de verdad sedientoMira el Edn en el futuro ahora.

    Nuevo Moiss, tu gnesis bendito

    Es de una ley revelacin sagrada,Que sus obras sin fin Natura ha escrito.

    Ruede en el polvo el religioso mito:El Progreso es el fin de la jornadaDel tomo impalpable a lo infinito!

    El reflejo de la teora de la evolucin en la poesa noes exclusivo de Colombia. El poeta espaol GasparNez de Arce, en una clara demostracin de su posi-cin liberal compuso una Oda a Darwincuyo texto, cu-riosamente fue publicado en su totalidad en El Reper-torio Colombiano18 junto con una traduccin al ingls

    realizada por Mary J. Serrano. Las principales estrofassealan:

    I Gloria al genio inmortal! Gloria al profundoDarwin, que de este mundoPenetra el hondo y pavoroso arcano!Que removiendo lo pasado incierto,Sagaz ha descubiertoel abolengo del linaje humano!

    II Puede el necio exclamar en su locura:Yo soy de Dios hechuraY con tan alto origen darse tono.

    Quin, que estime su crdito y su nombre,no sabe que es el hombreLa natural transformacin del mono?

    III Con meditada calma y paso a pasoCual reclama el caso,Lleg a tal perfeccin el mono viejo;Y la vivaz materia por s solaLe suprimi la cola,Le ensanch el crneo y le afect el pellejo.

    IV Esa invisible fuerza creadora,Siempre viva y sonora,Msica, verbo pensamiento alado;Ese trmulo acento en que la ideaPalpita y centelleaComo el soplo de Dios en lo creado;

    18 Repertorio Colombiano, 8(43):128 133. 1882.

    V (Hablo de Dios porque lo exige el metro,Mas tu perdn impetroOh formidable secta Darviniana!)Ese sonido, como el sol fecundo,Que vibra en todo el mundo

    Y resplandece en la palabra humana;VI Esa voz, llena de poder y encanto,

    Ese misterio santo,Lazo de amor, espritu de vida,Ha sido el grito de la bestia hirsuta,En la cncava grutaDe los agrestes bosques escondida.

    VII Ay! si es verdad lo que la ciencia ensea,Por que se agita y sueaEl hombre de su paz fiero enemigo?A que aspira? Qu anhela? Qu es en sumEl genio que le abruma?

    Fuerza o debilidad? Premio o castigo?X Ajeno a todo inescrutable arcano,

    Nuestro Adn cuadrumanoEn las selvas perdido y en los montes,De fijo no estudiaba ni entendaEsta filosofaQue abre al dolor tan vastos horizontes.

    XVIII En la copa de un rbo suspendidoY con la cola asido,Extrao a los halagos de la fama.Sin pensar en la tierra ni en el cielo.Nuestro inocente abuelo

    La vida se paso de rama en rama.

    XVIX Tal vez enardecida y juguetona,Alguna virgen mona.Prendiole astuta en sus amantes lazos,Y ms fiel que su nieta pervertida,Ni le amarg la vida,Ni le hiri el corazn con sus abrazos.

    XXI All donde la gran naturalezaDescubre la bellezaDe su seno inmortal, siempre fecundo,En deliquios ardientes y amorosos,Los dos tiernos espososEngendraron el rbitro del mundo.

    XXII El rbitro del mundo!.... Que sarcasmo!Pedido el entusiasmo,Sin esperanza en Dios, sin fe en s mismo,Cuando le borre su divino emblemaEsa ciencia blasfema,Como la piedra rodar al abismo.

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    Al igual que en Colombia, en otros pases, la Teora dela Evolucin y su autor fueron satanizados por algu-nos sectores. En Espaa entr al mercado una marca

    de aguardiente anisado a la cual su productor, VicenteBosch, no vacil en ponerle Ans del Mono, adornan-do la etiqueta con la imagen de un simio con la cara, untanto caricaturizada, de Darwin. Esta marca ya llevams de cien aos en el comercio y su etiqueta no havariado. Muchas han sido las caricaturas dedicadas alnaturalista ingles cuya mejor reivindicacin la consti-tuye la inclusin de su imagen en los billetes de cur-

    so legal en el Reino Unido, aparte del reconocimientouniversal de su teora en el dominio de las ciencias.(Figura 1).

    Retornando al mbito colombiano, en un opsculo ti-tulado La religin al alcance de todos. Refutacin allibro de Ibarrea,19 publicado en Popayn en 1893,

    19 Ortiz, J.B. La Religin al alcance de todos. Refutacin al librode Ibarreta. Edicin oficial. Imprenta del Departamento, 136pp. Popayn. 1893.

    Figura 1.-En todo el mundo la recepcin de la teora de la evolucin se prest para stiras y para reconocimientos por parte de la sociedad. Ejemplo de

    Ans del Mono,

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    encontramos varios comentarios alusivos a la evolu-cin y que ilustran la posicin de muchos clrigos y engeneral de la Iglesia Catlica de entonces. El opscu-lo recoge algunos artculos publicados en La SemanaReligiosa, semanario en el que tambin se dieron a co-

    nocer algunos artculos similares de Monseor RafaelCeledn, Obispo de Santa Marta entre 1891 y 1902. Elautor de los escritos que comentamos es el ilustrsimoseor Juan Buenaventura Ortiz, a quien ya habamosmencionado por sus comentarios sobre los escritos del

    Abate Moigno. El eje de esta nueva publicacin es elde refutar una obra publicada en Espaa por RogelioHerques Ibarreta, ms conocido como R.H. Ibarreta.Dicho autor, calificado por Monseor Ortiz como blas-femo y agente del anticristianismo ultramarino, fijasu posicin frente a las doctrinas de la Iglesia median-te un paralelo entre las Sagradas Escrituras y obrasrecientes de geologa e historia natural. No en vano

    Ibarrea, ateo confeso y escritor irreverente haba sidoexcomulgado por la Iglesia.

    Monseor Ortiz seala que La religin al alcance detodos, obra de Ibarreta persigue el mismo fin que la deRenn, es decir, la de hacer aparecer los evangelioscomo una fbula absurda y ridcula, y a los propagado-res del cristianismo como tontos o embaucadores. Enel segundo de los artculos trascritos Ortiz se ocupa dela parte pertinente a los textos de carcter cientfico.Ibarreta, a su juicio, da al transformismo por verdadaveriguada y demostrable, al ensear cmo en el cur-so de muchos millares de siglos, la simple evolucin dela materia fue perfeccionando los frutos de esa mismamateria hasta hacerla producir el hombre, una simplemquina de pensar formada, como todo lo dems, envirtud de una ley sin autor y asegurando que fue Diosquien mencion como las plantas se convirtieron enanimales y los animales en hombre. Aade MonseorOrtiz:

    El cambio de unas especies en otras por lo quellaman seleccin natural, es una pura fbula quetenemos el derecho de llamar tal mientras no seden de ellas otras pruebas que algunos hechosaislados y siempre mal estudiados; mientras es-

    tas pruebas no se parezcan, la fijeza de las es-pecies ser una verdad cientfica.20

    Ms adelante seala que Ibarreta tiene razn al es-coger a los aldeanos para ensearles darwinismo21,

    20 Op. cit. p. 11.

    21 Ibarreta era pudiente y para desafiar a la Iglesia regal cientos

    porque entre gentes ms letradas la fbula del evocionista no puede tener mayor crdito y que su lujo erudicin darwinista corre pareja con el de su instrucin cosmogrfica. Argumenta que el autor desvaraplantear que la tierra en un principio estaba hecha

    ascua y que en el transcurso de millones de aos eincandescencia se fue enfriando hasta formarse ucostra slida cada vez ms gruesa y que los animles, las plantas y el hombre son producto de esa tierPara el prelado, en esta teora biolgica no cabe Dy los argumentos mencionados slo buscan destruiridea del alma y la fe de la humanidad a travs de recuento de diferentes clases de seres, recuento qempieza en los seres que se consideran ms imperfetos y acaba en el hombre.

    Para el Obispo de Popayn, el autor comentado equivoca al plantear que el carbn de piedra proc

    de de los vegetales calcinados por las conmocionvolcnicas y que hay algunas razas de animales etinguidas y que eso es prueba de que el hombre deciende de las bestias, porque estas se perfeccionaEl nico mrito que le acredita es el de exponer cms claridad argumentos que otros filosofadores deescuela como Tracy, Darwin, Lamarck y Spencer han logrado.

    El trabajo ms extenso que hemos encontrado en recin con la recepcin en el pas de la teora de Darwse debe a Emilio Cuervo M. y fue publicado en 18en Bogot. Se trata de un opsculo titulado Estusobre el Sistema Evolucionista22. Esta obra mereel primer premio en un concurso filosfico organizdo en el Colegio Mayor de del Rosario de Bogot.evento fue promovido por Monseor Rafael Mara Crrasquilla, quien regentaba la ctedra de Antropology Metafsica; el tema propuesto fue el de presentar utesis sobre el sistema evolucionista comparndolo cla doctrina monognica de la Sagrada Escritura. Lestudiantes dispusieron de dos meses para prepasus tesis que fueron calificadas por un jurado desnado por el rector e integrado por los catedrticos Metafsica, Lgica y Fsica experimental, en su ord

    Monseor Carrasquilla, Gabriel Rosas y Lorenzo Lleras. Despus de leer las diversas composicionconcedieron el premio, consistente en la impresin

    de ejemplares de su obra a los mineros y agricultores deregin aragonesa.

    22 Cuervo, E. Estudio sobre el sistema evolucionista. Imprentala Luz, 74 pp. Bogot.

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    250 ejemplares, al trabajo distinguido con el tema: Etcreavit Deus hominem ad imaginem suam: ad imagi-nem Dei creavit illum, masculum et foeminam creviteos. El jurado consider esta tesis como de largo alien-to y mrito superior a las dems por corresponder a un

    estudio concienzudo de muchos y diversos autores deambas escuelas.

    El autor presenta, a travs de doce apartados la teo-ra de la evolucin mediante diversos argumentos querefuta paso a paso desde una ptica puramente filo-sfica, esto a pesar de haber consultado varias obrasde historia natural. En la bibliografa figuran sesentaobras de distintos autores entre quienes adems deDarwin figuran Cuvier, Haeckel, Laplace, Pasteur, La-marck, Humboldt, Figuier Geoffroy y Schmidt as como

    Alexandre Guiraud, Auguste Laugel, Fernand Papillon,James C. Pritchard, Alfred Maury, Frderic Schlgel,

    Albert Reville, Du Clot, Jos Prisco, Gaston Bussier yBrinton. Obviamente en esta bibliografa aparecen va-rias ediciones de la Sagrada Biblia acompaadas devarias obras antropolgicas.

    El trabajo de Emilio Cuervo es el primero que corres-ponde a una discusin en al mbito universitario. Losanteriores, como hemos visto, se deban a opinionespolticas o religiosas o a manifestaciones literarias,que inevitablemente estn implcitas en el texto quecomentamos. El primer prrafo es bien diciente de losobjetivos perseguidos por el autor, pues en l marca el

    terreno de su disertacin. All seala:

    Es sin duda el Darwinismo una de las teorasms ingeniosas que jams se hayan inventado,y es de admirar en l cmo Darwin llev el anli-sis hasta el colmo, desmenuzando y observandocon una constancia admirable cada uno de losseres organizados, aduciendo a cada instantemultitud de ejemplos con el objeto de resolver el

    problema, por tanto tiempo discutido, del origende las especies23

    Indirectamente reconoce la aplicacin del mtodo

    cientfico, pero califica la teora de invento y no de de-duccin y ms adelante asegura que el fundador deldarwinismo era presa de la inseguridad en cuanto asus aseveraciones al plantear con honrosa ingenuidadque slo por la exposicin y la discusin de los he-chos y argumentos relativos a las distintas fases de

    23 Op. cit. p.11.

    la cuestin, se puede llegar a un resultado exacto ysemejante trabajo es aqu imposible. Esta cita tomadade la introduccin de la obra de Darwin se coloca fuerade contexto para restar fuerza a la hiptesis. El anlisises puramente filosfico y no se valora en el terreno de

    la biologa que era donde deba entenderse. En tal m-bito Cuervo considera a los naturalistas partidarios dela evolucin como filsofos evolucionistas que niegana Dios y predican que es la fuerza de la materia la en-gendradora de es misma materia. l mismo sintetiza eldarwinismo, en su idea ms simple en el principio deque todas las formas vivientes proceden, por la va dela transformacin, de un reducido nmero de formasoriginales, que quizs se reduzcan a una sola primiti-va. Esta cita tan sencilla era la que haba que entendery analizar, tarea difcil y que implicaba un amplio cono-cimiento de la naturaleza y de mecanismos biolgicosque aun se ignoraban o no se conocan a plenitud y

    menos en el mbito colombiano.

    El trabajo de Cuervo tiene el mrito de estar presen-tado en forma didctica y lgica. Incluye una introduc-cin en la que se ocupa de los antecedentes histricosde la evolucin para analizar en doce captulos le ori-gen atmico del mundo, la aparicin de las primerasespecies y el trnsito de la vida vegetal a la vida ani-mal, la seleccin natural, la lucha por la vida, el uso ydesuso de los rganos, el cruzamiento, las analogas,el mono y el hombre y sus diferencias anatmicas, lainteligencia y el lenguaje, el origen de los tomos y susmovimientos, la generacin espontnea, Pasteur y sus

    trabajos, los hbridos, los animales salvajes y los do-msticos y los fsiles.

    Cuervo concluye que la libertad es la facultad que tieneel hombre para obrar por lo que es responsable de susacciones y que para Darwin el hombre es simplementeun animal perfeccionado en el cual el instinto est msdesarrollado. Por otra parte seala: siempre me hacausado admiracin or a los evolucionistas republica-nospedir a gritos la libertad en el obrar en el sufragioy en el pensamiento Dejen pues, los partidarios dela evolucin que merced a la seleccin y a la lucha porla vida, se mejore la especie; todos somos animales

    perfeccionados, todos debemos medirnos con la mis-ma vara.

    Concluye sus argumentos con el siguiente dictamen:

    Profundizando esta cuestin, claros se ven losfunestos resultados que trae consigo la implan-tacin de las mximas evolucionistas: la socie-

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    dad y la familia se destruyen; la ley es un mito;la filantropa queda anulada y la divina mximaevanglica de amaos los unos a los otros des-aparece en la fosa comn donde yacen las ilu-siones de los pueblos.24

    Tras este categrico veredicto se refiere a algo que nosrecuerda lo que sealaba el seor Caro. Bajo el puntode vista de la poesa, de la utilidad, del sentimiento,de la moral y del patriotismo, estas teoras utilitarias,cuanto se apartan de la religin del Crucificado queencuentra nuestro origen en las manos de Dios y no enlas tinieblas de los tiempos.

    Lo interesante de los argumentos expresados porCuervo es que muestran como, en el mbito universi-tario local, se toc el tema con seriedad y como en lasbibliotecas se dispona de bibliografa abundante, sufi-

    ciente para entender y discutir la teora y tomar partidoal respecto.

    Cabe recordar que uno de los jurados del trabajo deCuervo, Monseor Rafael Mara Carrasquilla es el au-tor del libro Lecciones de Metafsica y tica, leccionesque imparti durante varios aos en el Colegio Mayordel Rosario. Al ocuparse de la Cosmologa trata lo quedenomina Sistemas moistas (del griego monos = uno)sobre el origen de las especies. All indica que el trans-formismo darvinista no pertenece a la metafsica sino ala historia natural, pero como con el tema ha invadidolos dominios de la filosofa en preciso examinar susdoctrinas, que no se oponan en nada a la fe catlica,como haba dictaminado Monseor Zeferino Gonzlez,hasta cuando Haeckel lanz la idea de que el hombredescenda del cuadrumano con lo cual anim a Darwina tratar el problema antropolgico, aadiendo a susteoras principios como el de que el hombre procedepor seleccin de alguno de los cuadrumanos del anti-guo continente.25

    Como ya se ha indicado, muchos de quienes entoncesargumentaron en contra de la teora de la evolucin,se equivocaron al ver las hiptesis evolutivas slo con

    una ptica filosfica o apologtica. Estas teoras de-ban analizarse desde un punto de vista eminentemen-te biolgico o naturalista y no como un problema de fe.

    24 Ibd. p, 72.

    25 Carrasquilla, R.M. Lecciones de Metafsica y tica, dictadasen el Colegio Mayor de Nuestra Seora del Rosario, pp. 233 134. Imprenta de la Luz, Bogot. 1914.

    Tampoco estos conceptos se podan sacar de conteto porque perdan claridad y objetividad. Era meneter entender, como lo dedujo Darwin, que los patronde distribucin geogrfica dependan de los tipos locomocin y dispersin de las especies, y que

    barreras que aislaban unas poblaciones de otras sultaban determinantes. Las especies tenan un nlugar de origen a partir del cual podan dispersarsSi una especie se extingua, su desaparicin se deba la competencia con sus congneres y no a simpcambios climticos. En consecuencia, las poblacionactuales eran descendientes de especies ancestraque les haban legado sus atributos. El aislamiento una poblacin resultaba determinante para fijar esatributos. Al entender estos procesos se fue comprediendo la evolucin como un fenmeno contingenLas variaciones podan ser espontneas pero no ncesariamente tenan que ser aleatorias.

    En un terreno ms apacible, un pensador y ensayta destacado, Carlos Arturo Torres al tratar, en Idfori, la historia de las ideas se refiere a Darwin y ainfluencia de su obra con palabras ms objetivas qreflejan la manera como la comunidad intelectual faceptando y asimilando las nuevas ideologas. Encaptulo titulado Evolucin y Unidad Mental comenuna carta del escritor francs Pal Bourguet y transcbe el siguiente comentario:

    La misma dialctica que en el orden biolgicolleva al doble principio de la evolucin (Darwin)y de la constancia (Ley de Quinton) llega en losdominios morales a un acuerdo entre la concien-cia reflexiva y la costumbre entre la razn y latradicin.26

    En el siguiente captulo, La rotacin de las ideas,concepto cientfico desarrolla este pensamiento cel siguiente comentario:

    El transformismo y la evolucin fueron con to-das sus deducciones y sus datos colateraleslos principios modeladores del pensamiento, la

    fuente suprema de inspiraciones en la, literaturade ideas de la segunda mitad del siglo XIX: ladoble concepcin de Darwin y de Spencer do-mina casi exclusivamente, no tan solo el campode las ciencias naturales y de la filosofa, sino

    26 Torres, C.A., Idola forien Obras. Instituto Caro y Cuervo,blioteca Colombiana 18. Tomo I, p.18. Bogot 2001.

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    la integridad del movimiento intelectual de me-dia centuria. Esos principios exagerados por losespritus de segundo orden y por los de todo or-den aplicados a las mas remotas regiones dela actividad mental, llegaron a convertirse en

    dogma ennoblecido por sus apstoles, desvir-tuado y empequeecido por sus fanticos, s-peramente combatido por sus adversarios, perode un prestigio innegable y de una importanciacapital como fuerza directiva de las ideas. Lamoral, la poltica, la sociologa buscaban all susorientaciones definitivas; la historia, la literaturay la esttica se modelaban sobre aquellas no-ciones que, verificadas en un orden exclusivode hechos cientficos, el de la anatoma, apa-recan con el fin de todos los fenmenos vitalesen todos los dominios del conocimiento. Hoy seadvierte una intensa modificacin en las corrien-

    tes intelectuales; en la esfera de las ciencias na-turales M. Quinton, y en la filosofa M. Bergson,

    presentan puntos de vista enteramente nuevosque complementan, limitan y fijan en su verda-dero valor, ste la concepcin de Spencer, aquella de Darwin.27

    Una defensa ms categrica de Darwin y de su teoraes la que hace Torres en un escrito titulado Diletantis-mo Cientfico28. All aclara que es un error general elcreer, como aparece en varios artculos y en los versosde Nez de Arce, que Darwin hubiese dicho, en algu-na de sus obras, que el hombre desciende del mono,una interpretacin ligera y apasionada. Igualmenteaclara las diferencias entre la seleccin natural y elproceso evolutivo, rectifica errores de interpretacin einterpreta la evolucin una ley soberana que abarca nosolo al mundo orgnico sino a la totalidad del procesocsmico desde la formacin de las nebulosas hasta latransformacin de los recuerdos. All la energa, infinitay eterna se manifiesta en todas partes y por modossiempre diferentes. Concluye sealando que este en-tendimiento muestra que est llegando para el mundouna poca en la que varios ramos del conocimientohumano, junto con sus aplicaciones van a tener aplica-ciones gubernativas, sociales y polticas para conver-tirse en patrimonio de todas las inteligencias; en esteamplio universo el despotismo y la persecucin darnpaso al respeto y a la tolerancia.

    27 Ibd. p. 37.

    28 Torres, C.A., Diletantismo cientficoen Obras. Instituto Caro yCuervo, Biblioteca Colombiana 19. T II: 275 286. All comen-ta detalladamente un artculo titulado Los peces de Amatitln.

    Aos ms tarde, en la antesala de unas votacionespresidenciales y en medio de un ambiente poltico cal-deado se produjo un hecho que finalmente se trivializy por ello no tuvo ninguna repercusin en el mbitocientfico, aparte de dar lugar a numerosas caricatu-

    ras y a comentarios burlescos. Este hecho no generningn impacto en la opinin general ni afect unaselecciones en las cuales el partido liberal se presentdividido, permitiendo el triunfo conservador. El 20 demarzo de 1946 fue inaugurado el Instituto de Filosofay Letras de la Universidad Nacional. Durante el acto elprofesor Lus Lpez de Mesa, reconocido intelectual ypsiquiatra, excanciller y exministro de Educacin de laadministracin del presidente Eduardo Santos pronun-ci una conferencia titulada: Los elementos constitu-tivos del yo en la que trat tangencialmente la teorade la evolucin. El partido liberal estaba dividido. Al dasiguiente el peridico El Espectadordestac como el

    expositor haba asegurado que: el hombre descendade la sardina. En cambio El Tiempoindic que habasido una hermosa y sugestiva conferencia. Un dams tarde, El Siglopublic un sarcstico poema de laautora del mdico Hernando Martnez Rueda, Marti-nn titulado Nadando en seco. La polmica crecial pronunciarse el arzobispo de Bogot, Monseor Is-mael Perdomo a travs de una carta enviada a Ger-mn Arciniegas, ministro de Educacin. En el texto delarzobispo primado lamentaba que se expusiesen en laUniversidad:

    anticuadas hiptesis que tratan de explicar el

    origen del hombre mediante un falso evolucio-nismo, en abierta oposicin con las enseanzascatlicas sobre la materia.

    A raz de estos comentarios y del presunto escndalosuscitado, el profesor Lpez de Mesa rest importan-cia al incidente y lo tild como: La tempestad de la sar-dina. El texto ledo fue publicado meses despus en laRevista de Amrica29, una publicacin mensual editadaporEl Tiempobajo la direccin de Germn Arciniegasy Roberto Garca Pea. En la nota de presentacin seseala: Ha habido quien dude no slo de la verosimi-litud de la historia sino de la realidad y convenienciade la misma para aadir que el erudito ensayo no eraslo la defensa de la historia sino la demostracin deque existe una filosofa de la historia lograda a travsde un autntico raciocinio.

    29 Lpez de Mesa, L. 1947. El sentido de la historia. Revista deAmrica 27:289 310. Marzo..

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    El prrafo que dio lugar a los comentarios de prensay que obviamente fue sacado del contexto para ha-cer alusiones peyorativas e incluir la frase alusiva a lasardina y que no aparece en ninguna parte del texto,seala:

    Partiendo de aquellas circunstancias que pormutacin biolgica y lenta adecuacin al me-dio ambiente de su existencia el prehombre sehizo hombre, cualquiera que sea la phyle o ca-dena genealgica de la especie que aceptamos

    para dicha evolucin, cosa que aqu no importadefinir por el momento, y aceptando lo que se hadicho acerca de los primeros hallazgos espont-neos con que ese hombre de aquellas nebulo-sas edades enriqueci su capacidad de defensae inici el ejercicio interpretativo e inventivo dela mente, tenemos que reconocer que su aso-

    ciacin en grupos ms y ms amplios, su agru-pamiento, pues en sociedad, as fuese todavarudimentaria y transente en ocasiones, cons-tituy el estmulo supremo para la invencin deotros recursos y el pausado advenimiento de lacultura,30

    Fue esta una la polmica, eminentemente poltica ydogmtica. En ella intervinieron entre otros el recono-cido botnico Enrique Prez Arbelez a travs de ElTiempoy el periodista Julio Abril a travs de El Siglo.ste ltimo indic burlonamente que era ms decorosodescender de la sardina, de la familia de las lampreas,una excelente familia y no del mono como haba di-cho Darwin. Este curioso acontecimiento fue excelen-temente comentado por Diana Obregn (1992), quientranscribe los satricos versos de Martnez Rueda queincluimos a continuacin:

    Un pez braquiopterigio cierto daaburrido en el lquido elemento

    para emplear en algo su talentose dedic a estudiar filosofa.

    Al descubrir que un mundo seco habadonde en vez de agua se respira vientointent el peligroso experimento

    de ver como en la tierra vivira.Dice la historia que la tal sardinaal elevarse de su medio ambientemuri, como cualquiera, lo imagina.Y no puede caernos de sorpresa

    30 Op. cit, p 201.

    que algo as le suceda de repenteal ilustre doctor Lpez de Mesa.31

    Quiero concluir estos comentarios reiterando queteora de la Evolucin deba ser entendida como

    concepto biolgico y no como una tesis filosfica. universo es una gnesis constante y debe ser asimdo entendiendo una renovacin permanente en la qel intercambio gentico permite una enorme variabdad y que la segregacin gentica funciona en formaleatoria e independiente. Era necesario asimilarconcepto de evolucin en su sentido ms coherenteprofundo. Los fenmenos naturales deban verse cobjetividad y sin apasionamientos, ms aun esa gnesis constante de la vida que cambia y se hace mcompleja merced a la segregacin de factores medda por la meiosis y recombinacin logradas a travde la reproduccin sexual, factores medidos en el

    del medio ambiente a travs del tiempo. Ascenso ledesde el pasado hacia un presente que se proyecta un futuro merced a la supervivencia de las especen un medio determinado. Tras el estallido que crel Universo aparece la vida y de un mundo atomizdo en sus orgenes se llega a un mundo organizadoen progresiva dispersin mediante una concatenacde dependencia y continuidad fsica entre las formorganizadas. La materia se anima, se hace ms copleja. Las verdades nuevas son difciles de expresacuando se exponen por primera vez pueden ser incoprendidas. Al respecto sealaba Teilhard de Chardin

    Para juzgar con equidad las teoras transfor-mistas, es preciso tener en cuenta que no sonajenas a la ley de conquista progresiva que rigela gnesis de toda idea nueva. Si hoy es indis-cutible que durante el ltimo siglo, en tiempo deLamarck, Darwin y sus innumerables discpulos,se vio brillar frente a ellos una luz autntica, noes menos evidente para nosotros que, en losintentos por ellos realizados para aprovecharesta luz, fueron muchos los esfuerzos que nolograron la meta. Las primeras generaciones detransformistas no supieron definir con exactitud

    lo que haba de esencialmente nuevo, a la vezque estrictamente biolgico, en las insospecha-das relaciones que ellos iban descubriendo enel seno de la naturaleza. Sus puntos de vista,muchas veces geniales, se mezclaron con de-

    31 Obregn, D. 1992. Lus Lpez de Mesa y Monseor PerdoLa tempestad de la sardina. Credencial Historia 31: 12-14.

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    masiadas explicaciones caducas y basadas enuna filosofa falsa.32

    Estos comentarios sobre la recepcin de la teora de laseleccin natural no buscan menospreciar a nadie ni

    minimizar cualquiera de las opiniones o manifestacio-nes literarias que se produjeron en torno al conceptode la evolucin. Slo tratan de explicar como en nues-tro pas se fue asimilando, lentamente, el concepto dela evolucin. La teora lleg en un momento histricolleno de complejidades polticas y de contiendas par-tidistas en las que, apartndose de los mandatos di-vinos, la Iglesia local se inmiscuy indebidamente enel manejo del estado. Ese ambiente caldeado influymucho en esa lentitud. Finalmente, analizndola comose deba, y sin mojigateras, la teora fue aceptada.Era inevitable acogerla.

    Hoy se entiende a las especies, no como clases ogrupos de cosas que comparten unos atributos, sinocomo poblaciones cuyos individuos interactan entres y participan de un legado gentico. Los ms aptosse nutren mejor y por ello tienen mayor oportunidad delegar una descendencia. El xito individual afecta laspropiedades de la especie al alterar la proporcin desus individuos de una poblacin. Las variaciones noson simples diferencias sino verdaderas adaptaciones.

    32 Teilhard de Chardin, P. de. La visin del Pasado. 19. Taurus,Madrid, 1966.

    La evolucin ocurre porque los organismos se transfor-man en el tiempo merced a las adaptaciones positivas.Entendida la evolucin se plante la filogenia como unmecanismo que muestra la historia de los seres vivoscon sus cambios y sus adaptaciones al ambiente.

    La teora de la Seleccin Natural dio fama y reconoci-miento universales a su autor y cambi el curso de labiologa al renovar la visin del hombre sobre ese uni-verso donde convive con innumerables organismos,todos producto de un lento, prolongado y complejoproceso evolutivo. Con esa interpretacin innovadorase enriqueci la causa del materialismo cientfico y secomprob que las ideas podan ser inteligibles en unmarco naturalista dinmico. Era este un nuevo ordende principios para la aprehensin mental de la natura-leza, opuesto completamente a la visin de la teologa,basada en un hecho milagroso con fundamento en la

    fe. Era apenas natural que esa nueva concepcin ge-nerase resistencia en el medio colombiano de enton-ces.

    Recibido: Febrero 3 de 2012.

    Aceptado para su publicacin: Marzo 2 de 2012.