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DATOS DE INTERÉS
- INTRODUCCIÓN CUENCA ISLÁMICA
- EVOLUCIÓN POLÍTICA
- CRÓNICAS
- PRESENTACIÓN RUTAS
- BIBLIOGRAFÍA
- CRÉDITOS
CUENCA ISLÁMICA
De origen musulmán, Cuenca debe su fundación a los bereberes de la tribu Hawwara, dominadores del distrito de Santaveria, así como también les debe el topónimo de Kunka. Las condiciones geográficas del terreno fueron las claves que hicieron que los musulmanes aprovecharan uno de los mejores emplazamientos defensivos de la serranía conquense para ubicar una ciudad-fortaleza que permitiese controlar todo el territorio. Todo parece indicar que durante las dos primeras etapas de dominio musulmán en España, el protagonismo de esta plaza fue inferior al de otras villas fortificadas de la Kora de Santaver, como Huete, Uclés o Huélamo. Pero en los últimos años del Califato comenzaría a despuntar Kunka sobre las restantes poblaciones del terreno, seguramente por su posición defensiva superior a cualquier otra, y por la posible revalorización de sus recursos (madera y lana principalmente). En el período de casi medio siglo que va de la desmembración del Califato a la reconquista de Cuenca por Alfonso VIII en el 1177, la ciudad pasará por diversas vicisitudes que explicaremos a continuación.
Evolución política: Kunka pertenecía a la Kora de Santaver y comprendía la mayor parte del territorio de la actual provincia de Cuenca. Al este limitaba con la Kora de Valencia, al sur con la murciana y al oeste con la de Toledo. El nombre de Santaver procedía de la localidad del mismo nombre situada en el límite noroeste de la kora.
Durante los dos primeros siglos de dominio musulmán el centro político y económico de la región era la parte occidental de la kora. Pero la capitalidad de Santaver decae y en el año 873 Muza ben Zennun, señor de Uclés después de sublevarse contra el emir de Córdoba consigue la capitalidad de la Kora de Santaver para Uclés. No contento con esto, consigue levantar un numeroso ejército y poner sitio en el 888 a Toledo, adueñándose de tal plaza hasta el año 897 que es expulsado por los Banu Qasim. Esta derrota hace retroceder a Muza ben Zennum de nuevo a su fortaleza ucleseña, donde inicia el reforzamiento de sus defensas y comienza a levantar fortalezas en el territorio circundante para reforzar la seguridad ante posibles ataques de Toledo o Córdoba. Entre los dominios de de ben Zennum se encuentran las bases principales de Santaver, Huélamo, Huete y Uclés. Al morir Muza ben Zennun sus herederos se reparten el territorio, manteniendo la misma independencia de Córdoba que su padre había conseguido, del siguiente modo: Yahya, el
mayor se instala en Huélamo, Fath será el señor de Uclés y Mutarrif, señor de Huete. Pero todo acaba para estos tres hermanos el día que Abderramán III decide restaurar la política del antiguo emirato cordobés y comienza su lucha contra cristianos y contra bereberes. Es así como cae, en el 927 el señor de Uclés, y años más tarde los señores bereberes de Huélamo y de Huete. Pero desmembrado el Califato cordobés, resurge el poder de estos señores en las marcas. Un descendiente de la familia de los Zennun se hace de nuevo con la marca de Toledo y con toda el área conquense. Así, en el año 1009, nombran a un miembro de los Zennun, Ismail ben Dil-Num, señor de Uclés, el cual se hace con el poder de toda la región. Dos años más tarde, en el 1011, tras el asesinato de Wadih, se hace con el control de Cuenca y ya en el 1036 consigue que Toledo quede sometido a su autoridad. Bajo su gobierno, crea un nuevo reino independiente, con capital en Toledo, que heredaría su hijo Al-Mamun. Durante este tiempo la ciudad de Kunka se cita rara vez, pero en los años que suceden, comienza a despuntar Cuenca debido, entre otras cosas, a su privilegiada situación geográfica que confiere a esta ciudad fronteriza un carácter inexpugnable. El período que se sucede hasta que tiene lugar la conquista de Cuenca por parte de Alfonso VIII se caracterizará por numerosas vicisitudes. Hasta el año 1077 estará unida la
ciudad a la taifa de Toledo. En el año 1079, Moctadir ben Hud, señor de Zaragoza intenta hacerse con el poder de la ciudad, pero no lo consigue. Un año más tarde, se acoge en la ciudad al débil señor de Toledo, Al-Qadir, quien huía de una de las revueltas de sus descontentos súbditos. Y es en esta ciudad donde pacta con el rey cristiano Alfonso VI la intervención de éste en la recuperación del reino de Toledo, a cambio de Zaida, la viuda del hijo del rey de Sevilla Al-Motamid, y las plazas de Cuenca, Uclés, Ocaña, Consuegra, entre otras. Este pacto pone, en 1085, en manos del rey castellano el reino de Toledo. Esta conquista cristiana debilita la línea defensiva del territorio musulmán, lo que propicia una nueva invasión protagonizada por almorávides en el 1091, encabezado por el hijo del sultán Abu Yacub Yusuf, Ben Ayixa, señor de Murcia, que derrotará al sobrino del Cid, Álvar Fáñez, dueño de esas fortalezas. Años más tarde, en el 1111, Álvar Fáñez consigue hacerse de nuevo con el poder de esos territorios. Ya en el 1172, es cuando el sultán Abu Yusuf Yaqub consigue romper el cerco cristiano de la fortaleza y arrebatársela a los cristianos. Pero esta victoria durará poco. Años más tarde, el rey cristiano Alfonso VIII, tras nueve meses de asedio, conquista la ciudad de Cuenca.
Al-Madinat Kunka en las crónicas de la época: Entre los diversos autores que han profundizado en el estudio de la ciudad, a lo largo de su historia, nos encontramos con el geógrafo Al-Idrisi, que a comienzos del siglo XII nos describe la ciudad: “Cuenca es una villa pequeña pero antigua. Está
situada cerca de un estanque artificial y rodeada de murallas
pero sin arrabales. Los tapices de lana que allí se hacen son de
excelente calidad”.
Más completa que esta descripción es la que hace, ya en plena fase de la Reconquista en la serranía conquense, el historiador Al-Sala que acompañó al sultán almohade Abu-Yucub-Yusuf cuando éste consigue romper el cerco que los cristianos habían mantenido durante varios meses(1172): “...El
Califa se puso en marcha para entrar en la ciudad y en su
alcazaba alta, inexpugnable, cuya elevación llega hasta tocar
las nubes, que muestra aún las huellas de la prosperidad que
alcanzó en tiempos de los reyes del Islam y del cuidado que
éstos pusieron en hacer de ella un fortísimo baluarte para las
vicisitudes de los tiempos. La envuelve, por la parte occidental,
el río Júcar con bordes escarpados y precipicios que impiden
el acceso a ella; y por la parte oriental, corre otro río, en iguales
condiciones para la inexpugnabilidad de la plaza; ambos
vierten sus aguas en una gran buhayra o lago que provee de
agua a sus habitantes, y que está contigua a la muralla. Se
entra en la ciudad por un gran puente, flanqueado en sus
extremos por dos fuertes torreones protectores, sobre ambos
ríos, en jurisdicción a la ciudad. En la parte septentrional tiene
un foso labrado en piedra dura, de profundidad equivalente a la
estatura de dos hombres aproximadamente, y encima va un
fuerte parapeto. Este foso tiene escalones construidos bajo
tierra, por los cuales se baja al río y se vuelve por los
escalones con seguridad. Sobre el parapeto que hay encima
del foso, se levanta un gran torreón, de construcción primitiva,
y en la parte inferior de los escalones, junto al agua del río, hay
una puerta guarnecida con chapas de hierro, que es
considerada como la dueña exclusiva de la alcazaba. No hay
sitio por donde se pueda atacar esta ciudad más que por el
dicho foso y por la al-buhayra, que está bajo la defensa de la
ciudad, así como lo están las viñas, nogales y otras plantas, y
además los sembrados y la tierra que se extienden por los
valles y las llanuras.
Al acercarse el califa a la ciudad y a la alcazaba, salieron a
recibirle los exhaustos árabes que la habitaban, con sus
familias, hijos, grandes y chicos; el enemigo les había tenido
cercados desde hacia cinco meses hasta que enterado del
movimiento de las tropas vencedoras, abandonó el cerco y los
dejó como si acabaran de despojarse del sudario y de salir de
la tumba. Saludaron al príncipe de los creyentes, y éste les
preguntó a su vez cómo se encontraban, rogó a Dios por ellos,
les prometió favor, protección, ayuda y aprovisionamiento de
víveres y al efecto ordenó inmediatamente a su tesorero Abu
Musa Isa Ben Majluf de Chadmiwa que escribiera los nombres
de todos los varones, hembras y muchos niños que había en la
ciudad y que los contara: resultaron ser 700 personas, entre
hombres de guerra, mujeres, chicos, niño. Mandó el califa dar a
cada jinete doce dinares, ocho al hombre, cuatro a la mujer y
esta misma cantidad al niño; les donó además setenta cabezas
de ganado vacuno, todas las que tenía en el campamento, les
proveyó en abundancia de lanzas, arcos, flechas, escudos y
armas; e impuso a todos los soldados la obligación de
contribuir con un almud menos un cuarto de grano de trigo o
de cebada, en calidad de limosna legal para socorrerlos,
cantidad que se apresuraron a entregar los individuos del
ejército. Contribuyeron asimismo con su limosna, los primates
de los almohades y los jefes de las tropas: el jeque Abu ABD
allah den Abu Ibrahim les dio una carga de camellos de trigo, y
otra de Hafiz ben Yuqub Yusuf ben Abu Abd Allah ben Tichit; el
ministro Idris ben Abu Isaac y su hijo Yahya hicieron para ellos
una compra de granos, por valor de cien dinares cada uno, y
los jefes del ejército recibieron igualmente limosnas, dones y
regalos...”
PRESENTACIÓN DE LAS RUTAS A continuación se muestra un recorrido virtual de lo que fue
Cuenca desde su origen y fundación bereber, hasta la conquista de
la ciudad por las tropas cristianas del rey Alfonso VIII. Una visita
virtual en la que podemos ver el recinto amurallado y pasear por las
calles de la ciudad en aquella época, lo que nos permite conocer los
entresijos de lo que fue la Cuenca Islámica.
El recorrido se divide en dos rutas. La primera ruta nos llevará por
el exterior de lo que fue Al-Madinat-Kunka y comenzará con una
vista general de lo que era la ciudad en aquellos momentos. Se
recorre a continuación todo el recinto murado, fijando la atención en
las puertas de acceso a la ciudad y en los diferentes postigos o
postiguillos que se abrían a lo largo de la muralla.
En la segunda ruta, visitaremos el interior de la medina. Dentro de
este conjunto cerrado, iremos recorriendo el eje central que vertebra
este paseo, deteniéndonos en los lugares más importantes, entre
los cuales destacan el Alcázar, el Castillo y la Mezquita Mayor.
Todo ello intenta recrear esta parte de la historia de la ciudad de
la forma más fidedigna posible, salvando las enormes dificultades
que se han encontrado, sobre todo por la falta actual de fuentes
documentales y arqueológicas que nos puedan ayudar a
documentar los orígenes de la ciudad. En muchos aspectos se ha
recurrido a la arqueología comparativa por la gran falta de
información, como hemos apuntado anteriormente, como puede ser
la Alcazaba, recurriendo a la bibliografía de las de Badajoz, Almería,
Málaga, etc., en el urbanismo, en los diferentes edificios
monumentales, etc.
RUTA 1- Paradas: 1: Vista General
2: Puente sobre Wadi Shukr
3: Bad - Al Huete (Puerta de Huete)
4: Alrededores de la Bad - Al Huete
5: Al-Buhayra
6: Puerta del Postigo
7: Bad - Al Balansiya (Puerta de Valencia)
8: Acceso al Wadi Shaqr (Río Huécar)
9: Acceso al Molino
10: Acceso a las Huertas
11: Muralla de la Hoz del Huécar
12: Bad – Al Jabal (Puerta de la Sierra)
13: Puerta de acceso a la Coracha
14: Baños o Hamman
15: Postigo del Alcázar
16: Bad Al-Jaraz
INTRODUCCIÓN RUTA 1
La muralla tiene mucha importancia dentro de la ciudad islámica,
no sólo por su carácter defensivo, sino también por las puertas por
las que se accede al interior de la ciudad y que se sitúan a lo largo
de toda su extensión. Las puertas constituyen, de este modo un
nexo de unión entre el interior y el exterior de la medina. Se
cerraban de noche, quedando, de este modo, incomunicada la
ciudad con el exterior. Además, cumplían una función fiscal, pues
era en ellas donde se cobraban los impuestos correspondientes a
las mercancías que entraban y salían de la ciudad.
Concretamente, en Al-Madinat-Kunka había tres puertas
principales que daban acceso a la ciudad: la Bad - Al Huete, en la
parte oeste de la ciudad; la Bad - Al Balansiya (Puerta de Valencia),
en la parte este; y la de la Sierra (del Castillo), que daría acceso a la
fortaleza árabe por la parte norte. Pero a lo largo del recorrido de la
muralla de la ciudad se encontraban algunos portillos o postigos
que serían utilizados por la población para salir a las huertas y a
otros diferentes espacios situados extramuros de la medina.
1- VISTA GENERAL
Las tropas supieron aprovechar uno de los mejores
emplazamientos defensivos de la serranía conquense para la
fundación de un nuevo asentamiento humano: la zona situada entre
las Hoces del río Huécar ( Wadi Shaqr) y Júcar (Wadi Shukr).
Es aquí donde deciden crear una ciudad-fortaleza, para controlar
el territorio entre el centro y el levante peninsular ante el
repoblamiento de toda la Meseta superior a fines del siglo IX.
Por las condiciones del terreno la zona daba al espacio un
carácter inexpugnable y de indudable ventaja ante posibles
atacantes.
Así pues, en torno a los siglos X-XI tiene lugar la fundación de Al-Madinat-Kunka.
Esta pequeña ciudad contaba con todos los elementos
arquitectónicos básicos de cualquier ciudad islámica, entre los que
destacaban el Alcázar y el Castillo. Pero también podíamos hallar
entre ellos la Mezquita Mayor, el mercado o zoco, baños y, por
supuesto, las viviendas de sus habitantes. Protegía este conjunto ya
plenamente urbano una cerca o muralla defensiva que contaba con
diferentes puertas.
2 - PUENTE SOBRE WADI SHUKR (RÍO JÚCAR)
Las fuentes documentales hacen pensar que existiría un gran
puente de entrada en la parte baja de la ciudad, sobre el río Júcar,
que contaría con dos fuertes torreones para su defensa, uno dirigido
hacia el oeste y otro hacia la al-buhayra y río Huécar. Entre estas
fuentes encontramos la del cronista del sultán Abu-Yacub-Yusuf,
Sabih-A-Sala, quien hace referencia a este puente que daba
entrada a la ciudad: “…Se entra a la ciudad por una gran puente,
flanqueada en sus dos extremos por dos fuertes torreones
protectores, sobre ambos ríos, en jurisdicción de la ciudad…”.
Este gran puente facilitaría el acceso a la medina a todas aquellas
personas que vinieran de Toledo y comunicaría la ciudad con uno
de los núcleos poblacionales más importantes de la Kora de Santaver, con Huete.
3 - BAD – Al HUETE (PUERTA DE HUETE)
Considerada como el principal acceso a la ciudad, se situaría
cerca del actual Puente de la Trinidad. Concretamente, al comienzo
de lo que hoy se conoce como calle de San Juan. Flanqueada por
dos grandes torres, estaba orientada al suroeste. De esta puerta
partía el camino hacia Huete.
Algunas fuentes afirman la existencia de otra puerta sobre el
Júcar, la de la Buharda, que debía de ser bastante importante,
puesto que contaba al menos con una torre, arrebatada por el Júcar
en una crecida. Probablemente, esta torre estaría relacionada con
el gran puente de acceso a la ciudad en época islámica, y
supondría un primer elemento defensivo para cortar el paso a la
gran puerta de Huete.
4 - ALREDEDORES DE BAD - AL HUETE, MOLINOS
En el mundo islámico no solamente se utilizó el agua para regar
los cultivos, o para la construcción de sus jardines con fuentes, sino
que se empleó también como fuente de energía para el
funcionamiento de los molinos hidráulicos que servían para distintos
usos, entre los cuales se encontraba el de moler el grano de trigo.
Y de ese modo sucedía en Kunka. Existían diversos molinos
harineros alrededor de una de las puertas de acceso a la ciudad y
en la confluencia de los ríos Júcar y Huécar. Así lo certifican las
fuentes cristianas inmediatas a la conquista de Cuenca (1177) por
el rey Alfonso VIII. Hablan de los molinos que se encontraban en la
zona situada entre el gran puente de acceso a la ciudad y la
albufera: “…los molinos situados en la presa debajo del puente, en
el río Júcar…”.
Pero, aparte de estos molinos harineros, existirían también
molinos bataneros. No podemos olvidar que la batanadura era uno
de los pasos más importantes en el tratamiento de los paños. Y
que, por tanto, serían imprescindibles en una ciudad donde
despuntaba una notable industria textil, tal como lo certifican las
fuentes medievales. En concreto, Al-Idrisi comenta ya en el siglo
XII: “los tapices de lana que se hacen allí son de excelente
calidad…”.
El agua en la cultura islámica: La cultura islámica dominó la tecnología del agua, sacándole el máximo partido a sus recursos hidráulicos. Así, por medio de diferentes técnicas convertían en fértiles sus tierras, aumentando no sólo la calidad de vida del campesinado, sino el valor de la tierra. De estas explotaciones se obtenían diferentes cultivos: los productos básicos de la dieta cotidiana, como eran el cereal, olivo y vid, y otros muchos importados de Oriente. Además, la artesanía y el comercio propiciaron el cultivo de variedades no alimenticias de primera necesidad: especias, plantas para la extracción de tintes, moreras destinadas a producir gusanos de seda. La captación de acuíferos tuvo una gran importancia en el mundo islámico por la necesidad de mover con energía hidráulica los numerosos ingenios aplicados a la industria. Dentro de estas innovaciones destacan las norias, con las cuales se podía bombear el agua desde las cuencas fluviales hasta acequias situadas a mayor altura que aquéllas.
5 - ALBUHAYRA
La descripción de este lugar es la que hace, ya en plena fase de
la Reconquista de la serranía conquense, el historiador que
acompañó al sultán almohade Abu-Yucub-Yusuf cuando éste
consigue romper el cerco que los cristianos habían mantenido
durante varios meses:
“…fortísimo baluarte para las vicisitudes de los tiempos. La
envuelve, por la parte occidental, el río Júcar con bordes
escarpados y precipicios que impiden el acceso a ella; y por la parte
oriental, corre otro río, en iguales condiciones para la
inexpugnabilidad de la plaza; ambos vierten sus aguas en una gran
buhayra o lago que provee de agua a sus habitantes, y que está
contigua a la muralla…”.
Este lago artificial se formaba en la zona donde se represaban o
estancaban las aguas del río Huécar antes de su desembocadura
en el Júcar, mediante una zuda o azud situada en las inmediaciones
de la puerta de Bad – Al Huete.
6 - PUERTA DEL POSTIGO
Esta pequeña puerta, no principal de la medina, permitiría a los
vecinos poder salir a la zona de las huertas que se situarían en el
exterior de la muralla, concretamente entre el muro de la cerca que
defendía la ciudad y la al-buhayra que inundaba esta zona.
7 - BAD – AL BALANSIYA Esta puerta daría acceso al camino que comunicaría con la kora
fronteriza de Santaver, la de Balansiya, así como con la población
de Cannet.
Situada en el sector oriental de la muralla, junto a la al-buhayra,
esta puerta se hallaba junto a un puente sobre el Huécar. Y en sus
proximidades se encontrarían en la Edad Media diferentes edificios
y construcciones dedicadas a la industria textil de la ciudad. Entre
todas ellas, destacarían algunos molinos bataneros sitos en lo que
hoy se conoce como Puerta de Valencia y en las inmediaciones del
río Huécar y del barrio popular de los Tiradores.
En estas construcciones se desarrollarían las distintas fases del
proceso textil. Así, tras el lavado de la lana en el río, los batidores
pasaban a sacudirla para que la posterior carda e hilado fuera más
fácil. A continuación, se pasaría a los telares manuales y de ahí al
batanado de los paños en los diferentes molinos bataneros.
Estos molinos se caracterizaban por poseer una rueda hidráulica
de paletas y un eje de levas y mazos de madera que golpeaban las
diferentes piezas textiles.
Industria Textil: El espacio dedicado a esta actividad artesanal se encontraba cerca de uno de los accesos más importantes de la medina, la puerta de Valencia, en las inmediaciones del río Huécar, entre otros motivos, porque para el desarrollo de esta actividad era necesario situarse en zonas cercanas a fuentes de agua. Los productos que se obtenían en esta industria textil tenían un gran reconocimiento y prestigio en el resto del mundo hispano-musulmán. El geógrafo Al-Idrisi, que a comienzos del siglo XII nos describe la ciudad nos habla ya del prestigio de los productos textiles de Kunka:”… Los tapices de lana que allí se hacen son de excelente calidad”.
8 - ACCESO AL WADI SHAQR (HUÉCAR)
La muralla se adapta a la orografía del terreno cimentándose en la
mayor parte del tramo sobre la propia roca que transcurre paralela
al curso del río Huécar.
A lo largo de este recorrido, encontramos diferentes roturas en la
cerca que permitían salir directamente al exterior. Entre estos
accesos quizá pudieron existir tres, que en época cristiana se
consolidarían como postigos.
Esta salida permitiría acceder a la población directamente a las
huertas, molinos, al río, etc., situados en las proximidades de la
cerca.
9 - ACCESO AL MOLINO
Si continuamos recorriendo la muralla por la Hoz del Huécar,
hallamos otra pequeña abertura, que podría ser la que en época
cristiana se conocerá como Postigo de San Martín, caracterizada
por poseer una fuerte pendiente.
Desde esta rotura en la muralla se podría acceder al molino de
agua que se situaba junto al río Wadi Shaqr.
10 - ACCESO A LAS HUERTAS
A lo largo del trazado de la muralla se abrían aperturas que
permitían el acceso al recinto urbano. Ocurre que muchas de ellas
se consideraban postigos o incluso postiguillos por su reducido
tamaño. Tal es el caso de ésta que posiblemente en época cristiana
se llamara de Santa María. Apertura situada cerca de la Mezquita
Mayor, la cual haría posible el acceso de los vecinos al río y a las
pequeñas huertas situadas en la Hoz del Huécar.
11 - HUERTAS, ESPACIOS DE CULTIVO
Alrededor de las defensas de la ciudad, la población tenía
diferentes espacios dedicados al cultivo. Las características
huertas se situaban en las hoces. Se trataba de huertas
periurbanas de cultivo intensivo, donde se obtendrían diferentes
productos, distribuidos, posteriormente, en el mercado local.
Pero en el ámbito económico nos encontramos otros espacios
productivos muy importantes para la población: lugares de
almacenamiento; campos de cultivo extensivo, situados en la zona
de la albacara y en las proximidades de la ciudad; explotaciones
forestales de los montes próximos a la medina; jardines domésticos,
etc.
12 - BAD – AL JABAL (PUERTA DE LA SIERRA)
El sistema defensivo por esta parte de la ciudad estaba
constituido por una gran torre de planta rectangular asentada en el
punto más alto del recorrido de las murallas, que alcanzaría una
altura interior de unos diez metros aproximadamente y que tendría
dieciséis de largo por siete de ancho. En su interior quedaría un
espacio rectangular dividido en distintas plantas por forjados de
vigas de madera.
De esta torre central partía la muralla hacia el sur y hacia el norte,
flanqueada, en esta última dirección, por tres torres macizas, de
altura superior al resto de la muralla.
Entre la torre principal y la torre inmediata se encontraba la
PUERTA de entrada al recinto amurallado, con dos hojas protegidas
por chapas de hierro, con un arco en forma de herradura que
alcanzaba unos dos metros de altura.
13 - POSTIGO DE ACCESO A LA CORACHA
Las corachas eran fortificaciones pensadas para asegurar el
abastecimiento de agua de las plazas fuertes. Así, conectaban la
zona de la medina defendida por sus altas murallas con algún
caudal de agua cercano. Además, muchas de ellas, se levantaban
sólo ante la posibilidad de un ataque o asedio.
Sahib-Al-Sala habla de una puerta en la hoz del Júcar que daría
acceso a esta construcción:
“Este foso tiene escalones construidos bajo tierra, por los cuales se
baja al río, para la provisión de agua y para moler los alimentos en
los molinos que hay sobre el río y se vuelve por los escalones con
seguridad. Sobre el parapeto que hay encima del foso, se levanta
un gran torreón, de construcción primitiva, y en la parte inferior de
los escalones, junto al agua del río, hay una puerta guarnecida con
chapas de hierro que es considerada como la dueña exclusiva de la
alcazaba”.
14 - BAÑOS O HAMMAN Los baños o hamman se suelen hallar en las zonas bajas de la
población, para facilitar la traída del agua, y solían ser algo
subterráneos para evitar la pérdida de calor. En el caso de Kunka
los baños se situarían cerca del río Júcar, en la zona más baja de la
medina.
El baño es para los musulmanes un medio de regeneración total,
física y espiritual. Lo utilizaban siguiendo unas normas
consuetudinarias: las reglas u ordenanzas más antiguas
conservadas hacen alusión a que no se debía dejar pasar a mujeres
“enfermas o paridas” ni a “hombre sin calzones”. Para el musulmán,
el uso del baño, además de tener un fin higiénico, supone el
cumplimiento de un precepto religioso, el de la purificación del
cuerpo para prepararse a la oración, por lo que los baños se
ubicaban en las proximidades de las mezquitas siempre que lo
permitieran los manantiales de agua. Pero también se instalaban en
barrios residenciales, en lugares de tránsito o cerca de los accesos
a la población, para cubrir las necesidades de viajeros y
campesinos.
El baño en sí comprendía una sala fría, otra templada y otra
caliente. Generalmente, sus techos abovedados tenían lucernas en
forma de estrella cubiertas por vidrios de colores que podían abrirse
o cerrarse. Unas conducciones interiores de arcilla caldeaban las
paredes con el agua procedente de la caldera.
15 - POSTIGO DEL ALCÁZAR
Este postigo es uno de los accesos al Alcázar. Sería una
pequeña puerta, de uso restringido para los habitantes de este
lugar. Por ella se podría tener acceso a los baños o hamman y a las
aguas del río Júcar, permitiendo, de este modo, que ese espacio
tuviera aún mayor independencia del resto de la medina.
16 - BAD- AL JARAZ
Puerta que podemos hacer coincidir con la actual de San Juan,
aunque la que se conserva en el presente corresponde al siglo XIV.
Por esta puerta, según cuenta la leyenda, consiguieron entrar en
la ciudad las tropas del rey cristiano Alfonso VIII, tras engañar al
viejo y ciego guardián. Contando con la ayuda del pastor que da
nombre a la leyenda, Martín Alhaja, y vestidos con pieles de ovejas,
los soldados cristianos atravesaron, de esa forma, las defensas de
la inexpugnable ciudad musulmana para comenzar la reconquista
de Cuenca.
Ruta2 – Paradas R2-1: Bad – Al Jabal (Puerta de la Sierra) R2-2: Castillo (interior) R2-3: Foso R2-4: Ciudad Islámica R2-5: Zoco R2-6: Mezquita R2-7: Alrededores de la Mezquita R2-8: Alcaicería R2-9: Bad- Al Alcázar R2-10: Alcázar (interior) R2-11: Muralla alrededores del Alcázar
INTRODUCCIÓN RUTA 2
Al-Madinat-Kunka debe su fundación a los bereberes de la tribu
Hawwara, dominadores de la Kora de Santaver, así como también
les debe el topónimo de Kunka.
Las condiciones geográficas del terreno fueron las que hicieron
que los musulmanes aprovecharan uno de los mejores
emplazamientos defensivos de la serranía conquense para ubicar
una ciudad-fortaleza que permitiese controlar todo el territorio.
En su origen fue un pequeño núcleo poblacional con todos los
elementos arquitectónicos básicos de cualquier ciudad islámica,
entre los que destacaban su Castillo y Alcázar.
Si bien es cierto que durante las dos primeras etapas de dominio
musulmán de la península Ibérica, el protagonismo de esta plaza
fue inferior al de otras villas fortificadas de la Kora de Santaver, no
siguió siendo así en los últimos años del Califato, cuando Kunka
comenzó a destacar sobre las restantes poblaciones, porque la
inestabilidad de la época favoreció su posición defensiva, superior a
cualquier otra.
1 - BAD – AL JABAL (PUERTA DE LA SIERRA)
El sistema defensivo por esta parte de la ciudad estaba
constituido por una gran torre de planta rectangular asentada en el
punto más alto del recorrido de las murallas. De esta torre central
partía la muralla hacia el sur y hacia el norte, flanqueada, en esta
última dirección, por tres torres macizas, de altura ligeramente
superior al resto de la muralla.
Entre la torre principal y la torre inmediata se encontraba la puerta
de entrada al recinto amurallado. Constaba de un arco de
herradura, de no mucha luz, y alcanzaba los dos metros de altura.
Además, la puerta tenía dos hojas protegidas por chapas de hierro.
2 - EL CASTILLO
El Castillo tenía una estructura individualizada. Constituía un
recinto propio, con cerco particularmente reforzado por su posición
y por la fortificación de sus construcciones.
Se encuentra en la zona más alta de la población, y destaca en él
una gran torre de planta rectangular asentada en el punto superior
del recorrido, de la que parten dos lienzos de muralla, uno hacia el
sur y otro hacia el norte.
También se caracteriza por tener accesos propios, tanto a la
ciudad, salvando un foso, como al exterior de ésta, por la Puerta de
la Sierra.
El interior de este espacio estaría acondicionado para acoger a
las tropas que se resguardaban en este recinto de la medina, y
contaría con diferentes barracones para la guardia militar, así como
otras dependencias dedicadas a la guarda y custodia de caballos,
etc.
3 - FOSO
Excavación profunda que rodea el recinto fortificado y que iría
desde la Hoz del Huécar a la Hoz del Júcar.
El historiador que acompañó al sultán almohade Abu-Yucub-
Yusuf nos habla del foso de la ciudad:
“…Este foso tiene escalones construidos bajo tierra, por los cuales
se baja al río y se vuelve por los escalones con seguridad. Sobre el
parapeto que hay encima del foso, se levanta un gran torreón, […]
No hay sitio por donde se pueda atacar esta ciudad más que por el
dicho foso…”
4 - CIUDAD ISLÁMICA
Toda ciudad islámica se caracteriza por la enorme cantidad de
callejones sin salida que existen en ella, los conocidos adarves.
Pero en la ciudad islámica también existe la calle de tránsito, que
conduce de un lugar a otro y que es indispensable para el
funcionamiento de la ciudad. Ahora bien, no es recta y continua,
sino que siempre se distingue por la existencia de algún recodo o
quiebro que rompe la perspectiva.
Además, si por algo se define la calle en una ciudad islámica, es
porque en ellas lo importante es la propiedad privada. La calle no es
lo primordial, sino lo secundario, el subproducto del reparto de la
propiedad, es el límite que separa una propiedad de otra. Por otra
parte, al musulmán le repugna la alineación indefinida de una
perspectiva continua, ya que destruye toda intimidad: por ello las
calles, se caracterizan también por ser estrechas y cerradas.
La casa musulmana: A lo largo y ancho del mundo islámico encontramos una gran variedad de casas musulmanas. Ahora bien, podemos encontrar algunos puntos comunes que rigen en este tipo de construcciones particulares y que han configurado un tipo de vivienda común: la reclusión de las mujeres, la importancia capital de la familia y la defensa de un espacio privado. Un espacio privado que ofrece un aspecto cerrado y severo en su exterior: muros elaborados con el material que más a mano tuviesen, pero siempre con una característica, escasa decoración. A parte de pequeñas ventanas se abría en este muro una puerta de entrada que servía de conexión entre el mundo interior y el exterior. Además estas pequeñas ventanas generalmente, tenían celosías, evitando, de este modo cualquier intromisión en el interior de la vivienda. Una vivienda organizada, generalmente, alrededor de un patio interior. Las entradas, generalmente son amplias y con mayor decoración. Dan paso a un zaguán, por el cual se penetraba en el patio, cuya distribución de puertas impedía ver el interior de la casa. Otra dependencia era la cocina, en la cual destaca generalmente la ausencia de hogar, ya que cocinaban en hornillo de barro. El resto de la vivienda estaba dividido en dos zonas: aquella dedicada a la recepción de visitantes, siempre hombres, y otra dedicada a los familiares y mujeres.
5 - ZOCO
Cada ciudad tenía su propio mercado, indicativo éste del tamaño
e importancia de la misma. El zoco de Kunka no sería de grandes
dimensiones. Ocuparía un pequeño núcleo situado en las
inmediaciones de la Mezquita Mayor, un exiguo espacio
proporcional a la población que habitaba en esta medina, la cual
englobaba a unos 700 habitantes.
Estaba constituido por un dédalo de callejuelas, en las que los
artesanos o comerciantes se agrupaban por oficios. Así, cada zona
de este centro económico-mercantil tendría una especialización,
según los productos que se vendieran en la misma. Entre ellos
encontraríamos perfumes, especias, diferentes tipos de alimentos
obtenidos de las huertas de las hoces y de la explotación ganadera,
así como también los elaborados en la famosa industria pañera de
la ciudad.
Actividades económicas:
Dentro de la vida económica de la ciudad, destacan dos actividades artesanales: una industria textil floreciente, que hará famosos sus paños de lana y sus alfombras, como muy bien demuestra la crónica del geógrafo Al-Idrisi, de comienzos del siglo XII, donde habla de Cuenca y destaca que: “…los
tapices de lana que allí se hacen son de excelente calidad…”.Y los talleres de eboraria, donde alrededor del siglo XI, se crean verdaderas joyas artísticas elaboradas a partir de una materia prima tan exótica como era el marfil, con destino a la corte del rey de Toledo Al-Mamun. Pero no podemos olvidar al hablar de la vida económica de Kunka, los pilares sobre los cuales se asentará la economía de la ciudad, todos ellos destinados, casi en exclusiva, a satisfacer las necesidades de la población. Entre ellos encontramos:
- la explotación agrícola de las Hoces, donde encontraremos huertas y hocinos. La diferencia entre ambos es la ubicación de cada uno. Si bien las huertas se encontrarían en la parte más baja de la hoz, cercanas a las riberas de los ríos Júcar y Huécar, los hocinos son los característicos huertecillos situados en las faldas de las hoces. Ambos dotaban a la ciudad de una amplia variedad de productos hortícolas y frutales. Así, podríamos encontrar el cultivo de cebollas, ajos, vid, moreras (para la cría del gusano de seda) y otras especies de cultivo extensivo, como el trigo o la cebada.
- la explotación forestal del amplio territorio que rodeaba la ciudad-fortaleza, donde predominaban sabinas, robles, etc…De este territorio también aprovechaban especies vegetales como las carrascas, mimbres, o flores como las rosas o lirios. También parece ser que aprovecharon especies como el zumaque, cuyo fruto utilizaban como curtiente y en el teñido de los paños.
- las posibilidades ganaderas del entorno urbano que
proporcionarían una de las materias primas más importantes para las actividades artesanales de la ciudad: la lana. Por ello, la ganadería de mayor importancia fue la lanar, aunque también existían otras como la boyar, cabría o la cerda.
- A parte, debemos mencionar también la importancia
dentro de la vida económica de la ciudad de la caza y pesca. Entre la primera destacaban especies como los ciervos, liebres, conejos y perdices. En cuanto a la pesca, se obtenían truchas y barbos de las aguas del Júcar. Todos estos productos sólo se podían vender en el mercado o zoco de la ciudad.
- Entre los oficios que destacaban en Kunka estarían todos
aquellos relacionados con la lana. Así encontramos tejedores, bataneros, tintoreros, etc… que encontrarían su lugar de trabajo en las zonas cercanas al río Huécar, concretamente, en las proximidades de la Puerta de Valencia. Pero en Kunka también había pellejeros,
zapateros, guarnicioneros, maestros de obras, algún herrero, alfareros que fabricarían ollas y tinajas…
- Para terminar, hacer referencia a la acuñación de moneda que según algunas fuentes se desarrolló bajo el reinado de Al-Qadir, y cómo no hablar de la delicada industria que surgió en la ciudad: la eboraria.
- La eboraria o el trabajo de marfil
Las piezas de eboraria labradas por los talleres conquenses destacaron entre las cumbres artísticas de Al-Andalus. Habida cuenta de la ausencia de precedentes y del carácter foráneo de la materia prima, no resulta razonable suponerle a la escuela conquense una procedencia peninsular, al igual que ocurre con los talleres cordobeses. Todo parece indicar que su origen está en la llegada a Córdoba de un taller de artesanos, quizás procedentes de Egipto, invitados a establecerse en la capital omeya de Occidente. El estilo empleado en las piezas es de inequívoca tradición cordobesa en lo que a motivos vegetales y geométricos se refiere. La ornamentación de cajas y botes consta principalmente de elementos vegetales, escenas figuradas e inscripciones. La escritura empleada es en todos los casos la cúfica.
La decoración vegetal llegó a ser la más auténtica andalusí. Se emplea sobre todo para rellenar fondos. Las figuras de animales son, con mucho, las que se representan con mayor variedad. En reposo o en movimiento suelen ser de especies diversas: gacelas, antílopes, perros, liebres, leones, ciervos, etc…Con frecuencia los motivos se combinan para formar escenas de caza, lucha, combates entre animales, etc…. La composición y la iconografía son orientales, pero su ejecución adquiere carácter propio, perdiendo detallismo. El taller de Cuenca corresponde con el último período en la producción de marfiles de Al-Andalus. A pesar de mantener la continuidad con la tradición omeya, hasta bien entrado el siglo XI se aprecia un notable descenso en la calidad de los objetos conservados. El taller fue obra de una única familia, la de los Banu Ziyad.
Entre los ejemplares que aún hoy se conservan del taller de Cuenca destacan los siguientes:
Arqueta de Palencia. (Museo Arqueológico Nacional. Madrid)
Arqueta de Silos (Monasterio de Santo Domingo de Silos. Burgos)
6 - MEZQUITA
La Mezquita Mayor ocupa un lugar central en la medina. Es el
verdadero corazón de la ciudad, donde late el pulso de la misma.
No sólo era el lugar de reunión de los fieles para la oración del
viernes, sino el espacio donde gravitaba toda la vida religiosa,
intelectual e incluso política.
La Mezquita Mayor de Al-Madinat-Kunka no era de grandes
dimensiones, pero respondía al tipo de mezquita característico de
esta cultura: comprendía un patio (sahn), con su correspondiente
fuente para las abluciones (sabil) y sala de naves con columnas y
arquerías. Otro elemento fundamental sería el alminar, desde
donde el almuédano convocaría a la oración.
En su interior, se encontraría el muro de la qibla, que señala la
dirección de la oración y en donde se sitúa el mihrab, máximo
punto simbólico de todo el conjunto. La dirección del muro de la
qibla, en el caso de la mezquita de Kunka, sería hacia el sur,
característica de todas las mezquitas de las ciudades hispano-
musulmanas.
La mezquita no poseía ninguna fachada distinta excepto la de la
puerta de entrada. Y su ubicación correspondería a la zona central
de la actual catedral (Altar Mayor).
7 - ALREDEDORES DE LA MEZQUITA
En las inmediaciones de la Mezquita Mayor destacaban algunas
construcciones como baños, edificios singulares, espacios que
después de la conquista cristiana se convierten en residencias que
podríamos adjetivar como palaciegas, como nos lo demuestran los
fragmentos de inscripciones arábigas conservados en las salas del
actual Museo Diocesano.
8 - ALCAICERÍA
La Alcaicería era el conjunto comercial y artesanal constituido por
el poder político. Formaba un barrio propio dentro del barrio
comercial, en el centro de la ciudad, concretamente en las
inmediaciones del zoco y del Alcázar.
En él se ofrecían objetos preciosos, de lujo, como por ejemplo los
elaborados con marfil. Este material fue muy significativo en el caso
de Al-Madinat-Kunka, ya que entre las actividades económicas y
especialidades artesanales de esta medina destacaba, junto con la
industria textil, el taller de eboraria que se desarrolló en la ciudad.
Actualmente se conservan varios ejemplares de la artesanía del
marfil que brilló en Kunka: la arqueta de Silos (Museo Arqueológico
de Burgos) y la arqueta de Palencia, que se encuentra en el
Museo Arqueológico Nacional en Madrid.
9 - BAD-AL ALCÁZAR
El Alcázar tenía diferentes entradas, entre las cuales destacaba la
situada en este punto. Respondería a un tipo de puerta conocida
como “puerta de codo”, construcción típica de las fortalezas
musulmanas, proveniente de los poblados del norte de África, con
una función altamente defensiva, que se caracterizaba por tener
una estructura en acodo que formaría un ángulo de 90º entre las
dos puertas que daban acceso al Alcázar.
10 - ALCÁZAR
El Alcázar de Al-Madinat-Kunka ocupaba un lugar prominente y
estaba defendido con su propio recinto amurallado. Era el espacio
donde se encontraba el palacio del gobernador o walí. Por ello,
estaba configurado ante todo como un recinto defensivo, que había
de proteger a la clase dominante de la ciudad, tanto de la amenaza
de un ataque exterior como de una posible sublevación de la
población que residía en la ciudad. De ahí que el Alcázar estuviera
erigido de tal modo que permitiese la dominación militar de la
ciudad.
Poseía en su interior todos los elementos civiles indispensables
dentro de una ciudad para cubrir las necesidades de las autoridades
que allí habitaban. Estaba compuesto por un conjunto de
construcciones que daban los servicios necesarios a los habitantes
de la fortaleza: aljibes, baños, una mezquita, varias casas árabes,
donde vivía la población civil encargada de atender las necesidades
de los dignatarios y militares allí residentes, etc.
Además, el Alcázar estaba defendido por grandes torres, como la
que más tarde se conocerá como torre de la Queda.
11 - MURALLA ALREDEDORES DEL ALCÁZAR El Alcázar, independiente y defensivo elemento de la ciudad,
poseía dos accesos que atravesaban su doble recinto murado. El
más inmediato al centro urbano se situaría en la actual calle Mosén
Diego de Valera y el otro podría ubicarse en las inmediaciones de lo
que hoy es la Plaza del Carmen, donde podemos contemplar muy
bien ahora los restos de muralla árabe en esta zona.
ALBACARA:
La albacara o albacar era todo el recinto murado que se situaba
desde la muralla que cerraba el Alcázar de la ciudad hasta la zona
más baja de la misma. Ocupaba una superficie de varias hectáreas
y estaba destinada principalmente a la guarda del ganado y al
cultivo extensivo para la población de intramuros, aunque se
utilizaba también en determinados momentos para albergar las
tropas militares.
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