de los obispos del ecuador - vidadelacer.org a caminar... · para el próximo domingo 19 de febrero...

17
CARTA PASTORAL “CONVOCADOS A CAMINAR JUNTOSDE LOS OBISPOS DEL ECUADOR ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES GENERALES

Upload: duongcong

Post on 03-Oct-2018

217 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

CARTA PASTORAL

“CONVOCADOS A

CAMINAR JUNTOS”

DE LOSOBISPOS DEL ECUADOR

ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES GENERALES

Enero, 2017

• EditaConferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE)Av. América N24-59 y La GascaTelf. 222 3139 al 3144Quito - Ecuador

• ImprimeGráficas [email protected]. 252-1529Quito - Ecuador

• DistribuyeLibrería de la CEETelf. 223-6042E-mail: [email protected] - Ecuador

“Convocados a caminar juntos”Carta Pastoral de los Obispos del Ecuador

ante las próximas elecciones generales

1. INTRODUCCIÓN

Para el próximo domingo 19 de febrero del 2017, el Ecuadorha sido convocado a las urnas con la finalidad de elegir a susprincipales dignidades, especialmente al PresidenteConstitucional de la República y a los miembros de laAsamblea Nacional. La Iglesia es consciente de laimportancia de unas elecciones que marcarán el futurocercano de nuestro país.

La organización de la sociedad y del Estado corresponde, sinduda, al ámbito político. La Iglesia no debe apoyar interesespartidistas pero, fiel a su misión, no puede ni debe quedarseal margen de los procesos y dinamismos sociales,especialmente éticos, que garantizan una convivencia justa yen paz (Evangelii Gaudium, 183). Por eso, en nombre deCristo, promueve la calidad de las relaciones y de lasestructuras sociales, afirmando con claridad que sólo el amory el respeto a la vida y a la dignidad de las personas puedentransformar las relaciones humanas (Compendio DoctrinaSocial de la Iglesia, DSI, 4). Como católicos, somos parte deuna sociedad civil y política. Como ciudadanos, tenemos la

! 3 !

responsabilidad de participar de forma corresponsable en lavida pública de nuestro país.

Las próximas elecciones son un acto cívico de especialimportancia. El centro de gravedad de toda democraciareside en la representación y en el mandato popular. De aquíla responsabilidad que todos tenemos de elegir bien, es decir,de forma responsable y ética. Hoy nuestro mundo estádominado por una cultura globalizada desde los intereses delpoder y del mercado. Como personas y como cristianosestamos llamados a promover relaciones, estructuras y leyesque garanticen un futuro feliz para nuestro pueblo.

Es necesario estudiar los programas y las mejores respuestasa las necesidades reales del país, pero también los principiosmorales y los comportamientos democráticos y éticos de loscandidatos, que eviten tendencias populistas y liderazgospersonalistas. De hecho, en muchos países de nuestro ámbitolatinoamericano, prima, sobre una auténtica participaciónciudadana, el mesianismo de una clase dirigente que dicta loque, según ella, conviene y hay que hacer.

Es fácil, especialmente en tiempo de elecciones, buscar chivosexpiatorios de todos nuestros males, en quien descargarnuestra rabia e indignación… Más importante nos parece quecada uno trate de ver cuál es su tarea y responsabilidad a lahora de construir un Ecuador más justo, solidario y fraterno.Y, al mismo tiempo, se pregunte cuál debe de ser sucandidato, a la luz de una conciencia recta y bien formada.

En este sentido, como Obispos del Ecuador, queremos ofrecera la sociedad, con profundo respeto, frente a las realidades

Carta Pastoral de los obispos del Ecuador

! 4 !

que nos apremian, algunas orientaciones que deberían deiluminar el proceder de los ciudadanos a la hora de madurary decidir el voto.

2. REALIDADES APREMIANTES

2.1 Superar la pobreza

Todavía hay muchos hermanos nuestros que necesitan ayuday promoción, desempleados que esperan un trabajoadecuado, pueblos y nacionalidades que aspiran a serrespetados en su identidad, empobrecidos que exigen mejorasistencia médica, educación de calidad o un techo dondecobijarse. La Iglesia promueve un ejercicio de la caridad quepasa por el desarrollo y por la construcción de una sociedadmás justa y solidaria, por políticas y legislaciones sociales quefavorezcan un auténtico desarrollo integral (DSI, 5).

2.2 La dignidad de la persona humana

Cada persona es única e irrepetible. Desde el punto de vistabíblico, la persona es sagrada por haber sido creada a imageny semejanza de Dios (Génesis 1,26). Esto exige un profundorespeto a la dignidad personal.

Somos testigos, a nivel planetario, de las precarias situacionesen las que viven muchos de nuestros hermanos (migrantes,refugiados, víctimas de las guerras y del terrorismo,empobrecidos y maltratados,…). También entre nosotros se

“Convocados a caminar juntos”

! 5 !

dan situaciones lacerantes de pobreza que condicionan ladignidad de la persona, especialmente en el mundo rural o enlos barrios marginales de nuestras grandes ciudades.Reconociendo que en las últimas décadas han mejorado losíndices de calidad de vida (educación, salud, vivienda), estambién innegable que el desarrollismo reciente, vinculadoal precio del petróleo, ha ido dejando en la cuneta a muchaspersonas y familias, generando situaciones de pobreza queafectan a gran parte de los ciudadanos. Por eso, el cuidado yla promoción de los empobrecidos, desde la perspectiva dela justicia social, deben de iluminar cualquier programapolítico ético e integrador.

Todos, pero los pobres con mayor razón, tienen derecho avivir con dignidad, lo cual se traduce en el respeto y lapromoción de claros derechos humanos: al trabajo(Constitución, n. 33), a la vivienda (Const. nn. 30 y 31), a lasalud (Const. n. 32), a la Seguridad Social (Const. n. 34), a laeducación (Const. nn. 26 y 27).

Entre ellos está el derecho a la libertad religiosa (Const. 66.8).La Iglesia no reivindica ningún privilegio. Se sabe sujeto dederechos y de deberes, pero no puede aceptar elplanteamiento de aquellos que pretenden reducirla, en arasde un laicismo mal entendido, al ámbito de lo privado. Loscristianos somos conscientes del aporte específico de la fe.Frente a una cultura individualista que pone en la riqueza yen el poder toda su esperanza, nos consideramos capaces decolaborar con todos a fin de dar sentido a la vida del hombrey de los pueblos.

Carta Pastoral de los obispos del Ecuador

! 6 !

2.3 El bien común

En un mundo fuertemente individualista y fragmentadodesde los intereses economicistas, la ética política nos llamaa poner el bien común en el centro de nuestra vida moral. Setrata de promover la justicia social de tal forma que integre atodos, pero, de forma privilegiada, a los más desfavorecidosde nuestra sociedad.

El bien común también nos pide identificar nuestrosproblemas comunes, buscando entre todos las mejoresrespuestas. Necesitamos un pacto por el bien común, quegarantice a los grupos humanos y a cada persona unascondiciones sociales y económicas de vida más plena. Lo cualimplica también que los derechos de las minorías no afecten,sino que se fundamenten en el bien común.

Para que prevalezca el bien común las personas tienen quemantener relaciones de equidad y de justicia. Laindependencia de la justicia respecto del poder político seconvierte así en una condición sin la cual el pueblo nuncapodrá crecer en libertad y en dignidad. En este sentido, laseparación de poderes es la garantía democrática de que, porencima de intereses de partidos o de grupos de poder,prevalecerá siempre la justicia y el bien de las personas.

2.4 La subsidiaridad

El hombre nace, crece y se forma en la familia. Entra a formarparte de diversas asociaciones y grupos sociales en los queva desarrollando sus inquietudes y capacidades, valores y

“Convocados a caminar juntos”

! 7 !

creencias. Al tiempo que recibe, va creando una cierta visióndel mundo y una cultura.

No podemos despreciar el ingente esfuerzo de trabajadores,empresarios, instituciones públicas y privadas. La creaciónde riqueza, de empleo y de oportunidades es el fruto deltrabajo de millones de ecuatorianos que luchan cada día porsalir adelante. El Estado tiene un valor subsidiario que, en elmarco de una economía solidaria y del legítimo pluralismoasociativo y cultural, garantice la justa distribución de lariqueza y el desarrollo de una sociedad bien integrada. Perono puede ni debe sustituir la iniciativa privada. El principiode subsidiaridad nos recuerda que las instituciones másgrandes de la sociedad deben de respetar a las más pequeñasy estar atentas a suplir sus carencias en orden al bien común.

2.5 El diálogo en los diversos ámbitos de la vida

Los ecuatorianos compartimos una misma historia y, juntos,tenemos que seguir construyéndola. Esto sólo es posibledesde una clara libertad de opinión y de expresión, desde laconvergencia y unión de personas que son y piensan deforma diferente pero que, por medio del diálogo, sabenbuscar lo que conviene a la sociedad en su conjunto, siempreceñidos a la verdad y a la justicia. En este sentido, la actituddialogante e integradora de los políticos y su capacidad paralograr consensos éticos es fundamental, tanto como lapotenciación de las instituciones y sociedades intermedias(barriales, gremiales, corporativas etc.). Todo ello beneficia alconjunto de la sociedad. Necesitamos políticos y servidorespúblicos que promuevan un auténtico diálogo social, que

Carta Pastoral de los obispos del Ecuador

! 8 !

sean expertos en la resolución de conflictos y que, a pesar delas legítimas diferencias, nos ayuden a unirnos en unproyecto común de país y de desarrollo.

2.6 La participación y la corresponsabilidad

La sociedad no es uniforme. Tiene múltiples expresiones ysensibilidades. Somos conscientes de que no puede habercorresponsabilidad sin participación política y ciudadana.Las personas, con sus evidentes diferencias (sociales,culturales, económicas) tienen derecho a ejercer en lasociedad un protagonismo responsable, garantizando así susderechos. El estatismo, el centralismo y el discurso único,enmarcados en la propaganda del Estado, son siempre unagran tentación de poder y de control. Sin embargo, nadiepuede suplir la libertad y la dignidad de las personas. En estesentido, los católicos reiteramos nuestra responsabilidad a lahora de participar en la vida pública.

Al respecto, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesianos dice: “se hace imprescindible la exigencia de favorecer laparticipación, sobre todo, de los más débiles, así como la alternanciade los dirigentes políticos, con el fin de evitar que se instaurenprivilegios ocultos” (DSI, 189).

No debemos de olvidar que participación y corresponsabilidadsustentan el sistema democrático como el más idóneo para laorganización de la vida social y política. Virtudes cívicas, talescomo la honradez, el respeto, la tolerancia, el diálogo, el pactosocial,… sustentan la democracia y promueven los derechosde todos los ecuatorianos.

“Convocados a caminar juntos”

! 9 !

2.7 La solidaridad

Vivimos en un mundo globalizado desde los intereses de laeconomía y del poder. El cristianismo, en una clave demisericordia, siempre ha promovido la solidaridad como unade las exigencias fundamentales del amor. Jesucristo, “quepasó haciendo el bien”, nos dio el testimonio de un amorprofundamente solidario y comprometido con la realidadhumana. Él siempre fue especialmente sensible a los pobresque le rodeaban, a los enfermos y excluidos,…

La indiferencia ante el dolor humano es una de las plagas queacompañan el caminar del hombre. La sociedad, y muyespecialmente quienes la sirven, están llamados a educar ypromover una profunda solidaridad. Necesitamos unaeconomía social, solidaria y productiva, que garantice trabajodigno y adecuado y que supere esa enorme quiebra que aúnexiste entre ricos y pobres.

La Iglesia siempre ha manifestado, de una u otra manera, suopción preferencial por los pobres. Sentimos la necesidad depolíticas que cuiden de los no nacidos, de las personas condiscapacidades o enfermedades terminales, de los que vivenen el desempleo o malviven en medio de la necesidad. Nospreocupan especialmente los jóvenes, aquellos que, noteniendo acceso al estudio, tampoco desempeñan ningúnoficio o trabajo. Para muchos de ellos, la delincuencia, elalcohol, la droga y la misma tecnología se convierten en unrefugio que no consiente su integración social. Lasautoridades tienen en esto un enorme desafío de integración,formación y promoción de los jóvenes.

Carta Pastoral de los obispos del Ecuador

! 10 !

Forma política de ejercer la solidaridad es promover lajusticia social, el emprendimiento empresarial, el empleo, losderechos laborales y la calidad de los servicios públicos,especialmente de la alimentación, el transporte, la vivienda,la salud y la educación. En este momento, crear fuentes detrabajo digno, estable y abundante, dada la fuerte tasa dedesempleo y las necesidades por las que pasan muchasfamilias, es una auténtica prioridad.

2.8 La interculturalidad

Vivimos en un Estado intercultural, en el que las diversasetnias, por medio de su identidad, usos y costumbresancestrales, suponen una inmensa riqueza. De aquí el valordel respeto, aprecio y defensa de la interculturalidad.

Nuestra Iglesia está haciendo un gran esfuerzo deinculturación de la fe, acompañando a los pueblos indígenas,afro ecuatorianos y montubios, defendiendo su identidad,cultura y organización. Las palabras del Papa Francisco en laExhortación Apostólica Evangelii Gaudium son elocuentes:“Una cultura popular evangelizada contiene valores de fe y desolidaridad que pueden provocar el desarrollo de una sociedad másjusta y creyente, y posee una sabiduría peculiar que hay que saberreconocer con una mirada agradecida” (EG, 68). Tal preocupaciónno puede ser un botín político. Los pueblos indígenas, sujetosde derechos y de deberes, tienen en sí mismos, en su propiahistoria y realidad, su dignidad y su derecho a serreconocidos, respetados y protegidos. Y, con ellos, su hábitat,sus espacios de vida y de trabajo, en especial referencia a latierra y al agua. Dividir a los indígenas, debilitar sus

“Convocados a caminar juntos”

! 11 !

organizaciones, reducir sus tradiciones a un aspectomeramente folclórico, por rentabilidad política, es un graveatentado al derecho que los pueblos tienen a vivir y progresaren paz.

3. COMPROMISOS

3.1 El compromiso ético

La ética política nos pide a todos, pero muy especialmente alos que rigen los destinos de los pueblos, una conducta moralintachable, especialmente en el ejercicio de la función pública.

El Papa Francisco, en su discurso a la Unión Internacional deEmpresarios Católicos, el pasado 17 de noviembre, les decía:“La corrupción está generada por la adoración del dinero”, “suponela destrucción del tejido social” y “es un fraude a la democracia”.

Ciertamente, la corrupción degrada la vida social y el serviciopúblico. No deja de ser especialmente escandaloso que lacorrupción se dé al tiempo en que miles de personas vivenen el desempleo, y las familias humildes experimentangraves necesidades. Sin una auténtica regeneración ética nopodremos afrontar el futuro. La honradez forma parteineludible de la vida personal y social, política y económica,de los pueblos. Los ciudadanos claman por un ejerciciohonesto del poder, escandalizados y dolidos ante los últimosepisodios de corrupción. A la decepción de haber sidorobados, se añade el hecho de que, a pesar de las condenasjudiciales, el dinero no siempre se devuelve.

Carta Pastoral de los obispos del Ecuador

! 12 !

La corrupción deja en evidencia la falta de control y defiscalización que el Gobierno y las demás instituciones delEstado deben de ejercer sobre todos, pero, muyespecialmente, sobre los funcionarios públicos. Lafiscalización es un deber, pero también es un derecho socialque tienen los ciudadanos, necesitados de seguridad jurídica,libres de impunidad y tranquilos al ver que sus impuestosson invertidos eficazmente.

3.2 El respeto a la vida

Nos referimos a la vida de todas las personas, desde laconcepción hasta su muerte natural (Const., n. 43).Éticamente, resultan inaceptables políticas públicas quepromueven el aborto, la eutanasia, la pena de muerte, la tratade personas o el maltrato físico o psicológico… También entrenosotros el tema del feminicidio alcanza índices alarmantes ydebe ser radicalmente rechazado. La vida es el gran don queDios nos da, el que hace posible todos los demás dones… Nose trata sólo de un derecho individual. La sociedad debedefender la vida y la calidad de la vida, dando a todos laposibilidad de realizar sus proyectos y esperanzas.

3.3 El cuidado de la familia

La familia no sólo es la célula fundamental de la sociedad(Const., n. 67), sino también la imagen sacramental de Dios.Hoy, la familia sufre no pocas agresiones por parte de unacultura que ensalza el individualismo y el relativismo moral.Parece que todo vale con tal de estar bien, económica o

“Convocados a caminar juntos”

! 13 !

emocionalmente, con tal de lograr un espacio relevante depoder, de prestigio o de reconocimiento social.

En este campo, los políticos tienen una gran responsabilidadmoral. Son muchos los que, desde una ideología de género,tienden a equiparar cualquier forma de convivencia humanacon la familia conformada por el padre, la madre y los hijos.La Constitución ecuatoriana (n. 67) deja claro el matrimonioentendido como la unión entre un hombre y una mujer. Poreso, respetando la conciencia de cada cual en el ámbito delbien común, nos parece inaceptable la equiparación de todaunión legal o de hecho con el matrimonio.

La defensa de la familia también supone respetar el derechode los padres a educar a sus hijos de acuerdo con susconvicciones éticas y religiosas (Derecho a la Educación, nn.26, 27 y 29). A todos hay que garantizar una educación decalidad; sin embargo, una educación de discurso ideológicoúnico y obligatorio contradice tanto la libertad educativapropia del Estado democrático, cuanto su función de serservidor y no dueño de la educación.

La Iglesia tiene en gran valor la educación popular católica yfisco misional, consciente de que a través de ella ofrece a lasfamilias la oportunidad de educarse en una clara visión de fey de respeto a la persona.

3.4 El cuidado de la Creación

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia pone derelieve la crisis entre el hombre y el medio ambiente, en la

Carta Pastoral de los obispos del Ecuador

! 14 !

medida en que el ambiente es considerado sólo como“recurso” y no como “casa”. El mismo Papa Francisco, en laEncíclica “Laudato Si”, tras afirmar el deber que todostenemos de cuidar de la Creación, asegurando un ambienteseguro y hospitalario para todos los seres humanos, se refierea la tierra como “nuestra casa común” (LS, 77).

El cambio climático, la falta de acceso al agua potable, lapérdida de la biodiversidad, la explotación salvaje de losrecursos naturales, sobre todo petroleros y minerales, sin lasdebidas garantías y sin la consulta previa a las comunidades,pone en peligro nuestro futuro personal y el de nuestrospueblos.

Hoy, la crisis ecológica es global y es una responsabilidad detodos. Defender los bosques, los páramos, el agua, laAmazonía,… tiene que traducirse en opciones que hagan quelas autoridades velen realmente por un ambiente saludablepara el hombre. Además, el cuidado de la naturaleza estáreclamando políticas y leyes adecuadas, pero también laeducación de la conciencia y la promoción de nuevos estilosde vida, humanos y saludables. De forma amplia, nuestraConstitución así lo recoge cuando habla de los derechos dela Naturaleza (Const. 71-74).

El cuidado de la naturaleza nos exige pasar de una merarelación de explotación a una relación de comunión ecológica.Y eso nos lleva a reclamar políticas que cuiden de nuestraMadre Tierra.

“Convocados a caminar juntos”

! 15 !

4. CONCLUSIÓN

Estas orientaciones tendrían, a nuestro juicio, que iluminar laconciencia de los ciudadanos en orden a ejercer el derecho alvoto. Ciertamente, no existen políticas ni políticos perfectos,pero es necesario elegir a aquellos que más se acercan al idealde sociedad que, desde nuestros principios y valores,tenemos y deseamos.

Pedimos a Dios que los políticos y administradores públicosque salgan elegidos acierten en el cumplimiento de laresponsabilidad que han asumido para la gestión del biencomún. “Bienaventurados los políticos que cumplen lo queprometen en las campañas electorales”. Por eso, bueno sería que,antes de tomar partido por su propio partido, los políticosoptaran por el bien común, por este proyecto colectivo denación que se llama Ecuador.

Invitamos a nuestros hermanos en la fe a que oren, pidiendoal Señor Jesús que ilumine su conciencia y la de todos losvotantes, para que, con mayor conocimiento de causa ylibertad de conciencia, puedan ejercer su derecho al voto. Lespedimos también que oren por los candidatos en general ypor aquellos que serán elegidos… Que quienes nos gobiernennunca antepongan intereses personales, familiares o de grupoa los intereses del Ecuador, al bienestar de nuestro pueblo.

Y a todos los ciudadanos, cualquiera que sea su ideología opertenencia partidista, les pedimos que, buscando siempre elbien común, consideren la campaña electoral y el ejercicio delvoto como un auténtico evento cívico que, aunqueapasionado, debe ser respetuoso. El ejercicio del voto no es

Carta Pastoral de los obispos del Ecuador

! 16 !

la única ni la última de las responsabilidades democráticas.En su día todos tendremos que respetar la voluntad popularexpresada, de forma transparente, en las urnas. El Ecuadorseguirá necesitando del concurso y de la colaboración detodos. Por eso, también podemos decir: “Bienaventurados losciudadanos que asumen sus responsabilidades”.

Al comienzo del nuevo Año renovamos nuestra confianza enDios y ponemos el futuro de la Patria en sus manos, al tiempoque invocamos la maternal protección de la Virgen Maríasobre todo nuestro pueblo.

Reciban el saludo cordial y fraterno de

Los Obispos del Ecuador

6 de enero, 2017Fiesta de la Epifanía del Señor

“Convocados a caminar juntos”

! 17 !