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EVALUACIÓN DE RESULTADOS E IMPACTOS DEL PLAN CAIF

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  • EVALUACIÓNDE RESULTADOS

    E IMPACTOSDEL PLAN CAIF

  • EVALUACIÓNDE RESULTADOS

    E IMPACTOSDEL PLAN CAIF

  • Evaluación de Resultados e Impactos del Plan CAIFEsta publicación fue elaborada por la consultora Equipos MORI y llevada adelante por el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), a través de la Secretaría Ejecutiva del Plan CAIF, y por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).Se enmarca en el trabajo que el PNUD ha venido realizando desde los Proyectos URU/06/020 “Desarrollo del Plan CAIF” y URU/07/011 “Desarrolla”, apoyado por la Cooperación Italiana.

    Diseño: PitucoImpreso en Gráfica MoscaDepósito Legal: 359.853Impreso en octubre de 2012Montevideo, UruguayISBN: 978-92-990064-4-3

    Las posiciones expresadas en esta publicación son las de los autores, y no reflejan necesariamente las opiniones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), su Junta Ejecutiva ni los Estados miembros.

  • ÍNDICE

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    PRÓLOG0 I

    INTRODUCCIÓN

    CAPÍTULO I: OBJETIVOS DE LA EVALUACIÓN

    CAPÍTULO II: LA METODOLOGÍA DE LA EVALUACIÓN

    CAPÍTULO III: REVISIÓN CONCEPTUAL. MARCO GENERAL DE ANÁLISIS

    CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN1.El estado actual de los hogares y sus miembros 1. 1.- Características estructurales 1. 2.- Características del mundo de vida2.Situación alimentario-nutricional3.Desarrollo psicomotor

    CAPÍTULO V: COMENTARIOS FINALES

    BIBLIOGRAFÍA

    ANEXO I: Cuestionario

    ANEXO II: RESULTADOS EXPANDIDOS DE LA MUESTRA CAIF

    PRÓLOGO II

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  • PRÓLOGO I

    El Plan CAIF (Centros de Atención a la Infancia y la familia) es la Política Pública de Atención Integral a la Primera Infancia, de alianza entre el Estado y las Organizaciones de la Sociedad Civil. La cobertura del Plan alcanza a 45.000 niños (entre 0 y tres años) y sus respectivas familias distribuidas en 336 centros (urbanos y rurales) a lo largo de todo el país.

    Desde sus inicios el Plan CAIF se caracterizó por el compromiso con la calidad y la mejora continua de su propuesta. En este camino las evaluaciones internas y externas son un componente destacado para la revisión permanente del accionar, el conocimiento de los impactos generados y la toma de decisiones.

    La complejidad de la situación social ha dejado atrás las certezas. Desde el territorio se nos interpela a un permanente esfuerzo de comprensión y creación de estrategias intersectoriales para el acompañamiento de los niños/as y sus familias. En este sentido la realidad nos fuerza a dar respuestas creativas y a medida, a las necesidades cambiantes de la población objetivo. Es responsabilidad del equipo del Plan CAIF contribuir a esa tarea con insumos y formación permanente, que permita dar cuenta del desafío que implica la atención a la primera infancia.

    PNUD ha apoyado en forma permanente a INAU y específicamente al Plan CAIF en todo lo que implican desafíos, evaluación y presentación de resultados que hacen a un trabajo actualizado y de calidad como el que se presenta en esta publicación.

    Dentro de este marco, en la Administración de la Lic. Ana Cerutti, Directora de la Secretaría Ejecutiva Plan CAIF (2006/2011) se decidió evaluar el impacto del trabajo sistemático de los centros, en relación al desarrollo infantil y el estado nutricional en la población atendida.

    Equipos Mori realizó la investigación para “Evaluar los Resultados e Impactos del Plan CAIF en relación al Desarrollo Infantil y el Estado Nutricional de los Beneficiarios”. El diseño de la investigación fue cuasi experimental y supuso trabajar con dos grupos comparados entre los beneficiarios del proyecto y una muestra control o testigo. Este trabajo implica un paso más en el proceso de evaluación permanente, lo que permite retroalimentar la acción desarrollada en los centros y la reflexión conjunta; así como estrategias a implementar en todos las instituciones, sistematizando los aciertos, y/o dando respuestas a las dificultades encontradas a nivel nacional.

    En junio del 2011 se presentaron los resultados expuestos en esta publicación, los que se socializaron a través de talleres departamentales con representación de todos los Centros CAIF, así como con las otras instituciones que conforman la intersectorialidad del Plan: OSCS, MIDES-Programa INFAMILIA / MSP / ASSE / INDA / INTENDENCIAS DEPARTAMENTALES / MEC/ANEP/.

    Esta publicación nos desafía y nos convoca a todos los que estamos comprometidos con la Primera Infancia a continuar reflexionando y aportando para poder dar una respuesta oportuna y de calidad.

    Mag. Susana Mara Directora Coordinación General

    Políticas Primera Infancia y FamiliaINAU-CAIF

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  • PRÓLOGO II

    El documento que aquí se presenta tiene como cometido poner a disposición pública la evaluación de resultados e impactos del Plan CAIF (Centro de Atención a la Infancia y la Familia) en relación al desarrollo infantil y el estado nutricional de sus beneficiarios.

    La Evaluación de Resultados e Impactos del Plan CAIF fue elaborada por la consultora Equipos MORI y llevada adelante por el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), a través de la Secretaría Ejecutiva del Plan CAIF, y por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Se enmarca en el trabajo que el PNUD ha venido realizando desde los Proyectos URU/06/020 “Desarrollo del Plan CAIF” y URU/07/011 “Desarrolla”, apoyado por la Cooperación Italiana.

    Desde su creación en 1988, el Plan CAIF se ha desarrollado y consolidado en Uruguay como la principal política pública integral e intersectorial de atención a la primera infancia, en alianza estratégica entre el Estado, la Sociedad Civil organizada e Intendencias Municipales. Su sostenibilidad a lo largo de los años y los diferentes gobiernos da cuenta de su arraigo social.

    El Sistema de las Naciones Unidas ha contribuido con el desarrollo y consolidación del Plan CAIF como estrategia nacional relevante para dar respuesta a las necesidades de niños y niñas en situación de pobreza, en sus primeros tres años de vida, e incorporando a su entorno familiar en la intervención.

    El PNUD tuvo como prioridad ser parte de este proceso, centrando el apoyo en la mejora de la calidad de los servicios, la expansión de la cobertura y el fortalecimiento de las alianzas intersectoriales.

    Varias son las razones que hacen de esta publicación una herramienta valiosa. En primer lugar, refleja la preocupación del Plan CAIF por mejorar la calidad de los servicios que presta. En segundo lugar, constituye un nuevo insumo para la reflexión, el análisis y la discusión tanto para la estrategia del propio Plan como para las políticas nacionales de cuidado. En tercer lugar, contribuye a construir una visión de futuro con mayor equidad para todos los niños y niñas del Uruguay.

    Deseo agradecer al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y a la Cooperación Italiana que han permitido llevar adelante esta publicación y felicitar a cada una de las personas que han estado involucradas en este proceso.

    Susan McDadeCoordinadora Residente de lasNaciones Unidas en Uruguay

    y Representante Residente delPrograma de las Naciones Unidas

    para el Desarrollo en Uruguay

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  • INTRODUCCIÓN

    A continuación se presenta el informe correspondiente a la Evaluación de resultados e impactos del Plan CAIF con relación al desarrollo infantil y el estado nutricional de los beneficiarios, de acuerdo a la propuesta

    1técnica oportunamente presentada por Equipos Mori en el llamado a licitación realizado por el Plan CAIF 2(Secretaría Ejecutiva del Plan CAIF, INAU) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

    en noviembre de 2009.

    En el capítulo I se exponen los objetivos del estudio.

    En el capítulo II se indica la estrategia metodológica diseñada para alcanzar los objetivos planteados. Allí se especifica el enfoque metodológico general y se detallan las características de las técnicas de investigación utilizadas.

    En el capítulo III se delinea el marco conceptual general de análisis de la consultoría.

    En el capítulo IV se presentan los resultados obtenidos. Concretamente se exponen los resultados correspondientes al estado actual de los hogares y sus miembros en términos de las características sociodemográficas, el beneficio de los programas sociales, la percepción familiar y la valoración psicosocial de la familia, la satisfacción materna, las prácticas de crianza, la salud mental y la vitalidad materna, así como el desarrollo psicomotor y el estado nutricional de los niños.

    En el capítulo V se formulan los comentarios finales.

    El informe se acompaña de una serie de anexos que amplían la información sobre la tarea realizada. En el Anexo I se transcriben los principales instrumentos de relevamiento de campo. En el Anexo II se presenta información vinculada a la expansión de los resultados para el conjunto de la población que se atiende en CAIF.

    1- Centros de Atención Integral a la Infancia y la Familia (CAIF) del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU).2- El equipo de trabajo principal estuvo integrado por la magíster en Sociología María Julia Acosta (coordinadora), la magíster en Nutrición Beatriz Agazzi, la licenciada en Psicomotricidad Carmen Cal, el estudiante avanzado de Sociología Gastón Díaz y la magíster en Nutrición Isabel Pereyra.

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  • CAPÍTULO I: OBJETIVOS DE LA EVALUACIÓN

    En términos generales la investigación realizada se propuso “evaluar los resultados e impactos del Plan CAIF con relación al desarrollo infantil y el estado nutricional de los beneficiarios”, tal como se solicitaba en los términos de referencia que guiaron el llamado.

    Específicamente se trató de:

    1. Evaluar el crecimiento y el desarrollo psicomotriz de los niños atendidos por los CAIF y de un conjunto de niños que no son atendidos por los Centros.

    2. Relevar información sociodemográfica correspondiente a los niños y los hogares de niños atendidos por los CAIF y de un conjunto de niños que no son atendidos por los Centros.

    3. Relacionar los resultados obtenidos en el desarrollo infantil y el estado nutricional de los niños evaluados con las características sociodemográficas y culturales de los hogares a los que pertenecen, de modo de definir distintos perfiles de riesgo.

  • CAPÍTULO II: LA METODOLOGÍA DE LA EVALUACIÓN

    En este capítulo se hace referencia a los aspectos básicos considerados en la elaboración del diseño metodológico general, el diseño de los grupos de tratamiento y control, y los instrumentos de relevamiento.

    Aspectos básicos del diseño metodológico

    La metodología respondió al propósito de generar insumos que permitiesen un avance conceptual y operativo del Plan CAIF. Esto es, que hicieran posible un abordaje conceptual y una mejora progresiva de los servicios que ofrece, en un contexto de cambios importantes en la organización institucional del país, en la variedad de sus políticas sociales, en los niveles de desarrollo y satisfacción de necesidades básicas y en la organización de la sociedad civil.

    En este sentido, la metodología estuvo relacionada directamente con algunos imperativos teóricos y antecedentes de investigaciones nacionales que permitieron mejorar los instrumentos de medida —beneficios de la acumulación y socialización del conocimiento—. Así, la metodología contempló los siguientes aspectos que serán considerados más adelante:

    a. La pobreza, referida al acceso desigual y limitado a los recursos productivos así como con la escasa participación en las instituciones sociales y políticas. La pobreza se vincula con los derechos de las personas a una vida digna y a la satisfacción de sus necesidades básicas, es decir, con los denominados derechos económicos, sociales y culturales (Sen, 1995).

    b. La importancia de las acciones hacia la primera infancia. El Plan CAIF es una alternativa de generación de bienestar social brindando atención socioeducativa para los niños en sus primeros años de vida.

    c. La perspectiva de género. Por un lado, la experiencia internacional en evaluaciones de estimulación temprana destaca el rol de los padres en la estimulación de los niños (Moreno Mora, 2008). Si esta estimulación es diferencial en términos de recursos asignados según sexo, la desigualdad también termina impactando en el desarrollo desigual de las niñas y niños. Por otro lado, como lo muestran investigaciones recientes realizadas en el país (Batthyány, Cabrera y Scuro, 2007), cuando los niños asisten a centros educativos las mujeres incrementan de forma notoria su tasa de actividad. Esta incidencia parece ser más fuerte entre las mujeres que tienen hijos de entre 0 y 3 años.

    d. La importancia de las acciones tendientes a reducir las privaciones nutricionales en la infancia. Este es un período biológico evolutivo que resulta condicionante para el resto de la vida del individuo. En la infancia se produce el mayor crecimiento corporal y se adquieren las habilidades psicomotoras y sociales que permiten un desarrollo satisfactorio durante la vida adulta. No obstante, también son relevantes acciones complementarias como la promoción del control del embarazo, entre otras (Amarante et al., 2007).

    e. La consideración de los cambios realizados en el Plan y las intenciones de aumentar su cobertura.

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  • f. El involucramiento de las personas responsables de la Secretaría del Plan. Esta es la forma más adecuada para definir con claridad las especificidades, así como acceder a información clave para identificar a los beneficiarios, determinar las mejores formas de acceso a ellos y aprovechar la experiencia adquirida para evaluar el necesario ajuste entre los instrumentos de medición y las dinámicas de recolección de la información.

    El estudio se realizó en dos fases. En la primera se revisaron los antecedentes y objetivos del estudio, se consultaron detalladamente los intereses, expectativas y posibilidades de la Secretaría del Plan y se definieron con precisión el calendario del trabajo, la metodología final de evaluación, los instrumentos que serían utilizados y el programa de entrenamiento al personal de campo.

    La segunda fase incluyó todas las actividades de investigación propiamente dichas. El esfuerzo estuvo concentrado en relevar el terreno con más detalle y aplicar los instrumentos cuantitativos, analizar la información, elaborar el informe final y sus elementos de apoyo (bases de datos, presentaciones, etc.), así como realizar las presentaciones comprometidas.

    Especificaciones del diseño

    Se trató de un diseño cuasiexperimental que supuso trabajar con dos grupos. Tradicionalmente los análisis sobre impacto de los proyectos que quieren conocer tanto qué cambios se produjeron como la cuestión de la atribución —es decir, en qué medida los cambios pueden atribuirse a la acción del proyecto y no a otros factores de contexto— se llevan a cabo mediante una comparación entre aquellos individuos que fueron beneficiarios del proyecto y aquellos que no lo fueron. La muestra de estos últimos es conocida como muestra de control o testigo.

    Llegados a este punto es importante señalar los límites de este estudio en cuanto al alcance de la atribución. El diseño empleado no permite asignar causalidad, es decir, afirmar que las diferencias encontradas entre un grupo y otro se deban a la intervención del Plan. Eventualmente es posible, con base en la información empírica generada y el conocimiento acumulado, plantear hipótesis explicativas sobre esas diferencias.

    Idealmente, un estudio experimental puro permite asignar el estímulo al azar. Se construye un grupo experimental y otro de control, a cada uno de los cuales se asigna en forma aleatoria un número suficiente de individuos. De este modo, entre los grupos no existirá otra diferencia que la presencia del estímulo en el grupo experimental y su ausencia en el grupo de control. A modo de ejemplo: dados N niños se asigna mediante el lanzamiento de una moneda a cara o cruz cada niño al grupo de control o al grupo experimental. Este diseño permite arribar a conclusiones extremadamente robustas desde el punto de vista de la validez interna. La distribución al azar de un número suficiente de casos permite garantizar igualdad de condiciones iniciales y de ocurrencia de eventos específicos, lo que permite afirmar que los grupos que se conformen serán en promedio equivalentes.

  • Como resulta evidente, la evaluación de una experiencia en marcha no permite la asignación al azar del estímulo, que en este caso es la asistencia a un CAIF. Por ello el diseño es de corte cuasiexperimental.

    En diseños de este tipo las combinaciones y estrategias de análisis pueden ser muy variadas. Sin embargo, estos modelos de evaluación no deben renunciar a una característica básica, que el diseño aquí propuesto respeta: poseer algún tipo de grupo de control que no reciba el tratamiento y que sea plausiblemente similar al grupo de tratamiento en sus condiciones iniciales.

    La muestra de tratamiento o experimental fue proporcionada por la Secretaría del Plan CAIF a partir de la población que asiste actualmente a los centros CAIF tanto urbanos como rurales en todo el país. Tuvo un tamaño de 1600 casos.

    La multiplicidad de factores que inciden en el desarrollo psicomotor de los niños hizo necesario que el diseño minimizara el efecto de variables perturbadoras y que pudiera garantizar la observación de los efectos de la asistencia a un CAIF sobre el desarrollo psicomotor y nutricional. Estas variables se pueden agrupar en variables de contexto (núcleo familiar, lugar geográfico, tipo de vivienda, etc.) y variables sociodemográficas duras (como el sexo y la edad del niño).

    Dada la muestra seleccionada para el grupo de tratamiento, se llevó a cabo una muestra intencional con control por cuotas de 500 casos que garantizara la representatividad de los datos frente al grupo de tratamiento.

    Para construir la muestra de control se definió una zona de muestreo en torno a cada CAIF (ZMC). Esta zona se acordó con los referentes técnicos de la contraparte aproximando lo que puede considerarse el radio de influencia de cada Centro, de forma de asegurar similitudes de contexto en ambas muestras. La cantidad de casos a relevar en cada ZMC fue proporcional a la cantidad de casos del CAIF correspondiente en la muestra de tratamiento.

    Se aplicó un cuestionario filtro para verificar la presencia de niños en el hogar que no concurrieran (en el momento de la encuesta ni en los seis meses anteriores) a ningún CAIF, guardería o institución similar, y se controlaron cuotas por características observables (como el sexo y edad del niño) y características sociodemográficas del hogar definidas con la contraparte (nivel educativo de la madre).

    Dichas cuotas se determinaron una vez extraída la muestra de tratamiento y se realizaron para cada CAIF participante en la muestra, teniendo como objetivo minimizar las diferencias entre el grupo de tratamiento y el grupo de control.

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  • Síntesis del diseño:

    Instrumentos de relevamiento.

    En la evaluación se utilizaron distintas técnicas de investigación en las dos subpoblaciones a evaluar (grupo de tratamiento y grupo de control), las cuales se detallan a continuación.

    A.- Cuestionario a madres

    Se aplicó un cuestionario a las madres o adultos referentes de los niños que concurren a los CAIF (grupo de tratamiento) y de los niños que no lo hacen (grupo de control). En la muestra CAIF el 91% de los encuestados fueron madres, el 5% padres y el resto abuelas y otros familiares. En la muestra de control la distribución de encuestados es similar, aunque crece levemente la participación de las madres.

    El objetivo primario del cuestionario fue relevar datos sociodemográficos y de otras variables relevantes asociadas al desarrollo de forma tal de obtener información descriptiva que luego pudiera ser analizada como explicativa de los resultados. Adicionalmente la información generada permitió establecer la similitud de los grupos de tratamiento y de control, como se había pretendido. Las dimensiones incluidas fueron:

    Niños que asistan a Centros CAIF tanto urbanos como ruralesen todo el país

    TRATAMIENTO

    1.600 casos

    Diseñada por la Secretaría del Plan CAIF

    Relevamiento realizado ente losmeses de junio y setiembre de 2010

    CONTROL

    Niños que no asisten a Centros CAIF y a ningún otra institución de atencióna la infancia actualmente y que vivenen la zona de influencia de los Centros

    500 casos

    Diseñada según a las características de lamuestra de tratamiento en términos de edady sexo del niño, zona de residencia y niveleducativo de la madre

    Relevamiento realizado durante los meses de setiembre y octubre de 2010

  • · COMPOSICIÓN DEL HOGAR: incluye información sociodemográfica de cada uno de los integrantes del hogar, así como su participación en programas de ayuda social y alimentaria.

    · HÁBITOS ALIMENTICIOS: releva la cantidad de comidas diarias y el tipo de alimentos que consumen los niños, y contiene indicadores relacionados con el período de lactancia.

    · PERCEPCIÓN Y VALORACIÓN PSICOSOCIAL DE LA FAMILIA: evalúa las prácticas de crianza, las creencias y actitudes de los referentes adultos.

    · ESTADO EMOCIONAL: se enfoca en el estado emocional de los referentes familiares, ya que estudios anteriores muestran la relación entre este aspecto y las prácticas de crianza.

    · CARACTERÍSTICAS DE LA VIVIENDA: registra ciertas características de la vivienda que permiten obtener indicadores de necesidades básicas insatisfechas (NBI).

    El cuestionario fue elaborado de forma conjunta con la Secretaría del Plan. Su diseño fue pretesteado en CAIF de Montevideo que integraban la muestra, en un operativo que formó parte de la capacitación, donde se pretesteó toda la logística en términos de aplicación del cuestionario, receptividad de las/los madres/padres, medición de peso y talla y aplicación de test de psicomotricidad. Los encuestadores/aplicadores fueron entrenados especialmente para el estudio, en tres jornadas de capacitación a cargo del equipo técnico.

    B.- Test de psicomotricidad

    Para evaluar el desarrollo psicomotor se utilizaron instrumentos estandarizados: el Test de Desarrollo Psicomotor (TEPSI) y la Escala de Evaluación del Desarrollo Psicomotor (EEDP).

    En el caso de los niños de 0 a 23 meses de la muestra CAIF se utilizó -tal cual aparecía en los términos de referencia- la información aportada por los propios centros que forman parte de la muestra. En el caso de los niños menores de 24 meses de la muestra de control, Equipos Mori aplicó el test EEDP. Esta es una prueba de tamizaje que consta de 75 ítems (cinco para cada nivel de edad) agrupados en cuatro áreas de funcionamiento: área motora, área del lenguaje, área social y área de coordinación. La prueba fue administrada en forma individual, con una duración promedio de 20 minutos, sobre la base de la observación directa del niño frente a tareas que se le proponían y algunas preguntas a la madre.

    Para la evaluación psicomotriz de la población mayor de 24 meses se utilizó el TEPSI, cuyo propósito es conocer el desarrollo psíquico en tres áreas básicas -motricidad, coordinación y lenguaje- y realizar un screening o tamizaje que detecta en forma gruesa riesgos y retrasos en el desarrollo. El TEPSI evalúa las tres áreas básicas a través de 52 ítems repartidos en tres subtests, los cuales conforman un test único de desarrollo psicomotor.

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  • C.- Estado nutricional

    Para evaluar el estado nutricional de los niños se emplearon indicadores antropométricos adecuados a la edad. Estas técnicas permiten valorar la masa corporal y su composición en diversas etapas de la vida, tanto en la salud como en la enfermedad, y establecer índices respecto a la norma de peso para la talla (nutrición actual), talla para la edad (nutrición histórica), peso para la edad (nutrición actual e histórica) e índice de masa corporal.

    Trabajo de campo y supervisión

    3El trabajo de campo fue realizado por encuestadores/aplicadores, especialmente entrenados y sometidos a supervisión en distintos niveles. En todos los casos se solicitó consentimiento informado a los padres o responsables de los niños relevados.

    Se realizó supervisión directa en el hogar o el Centro donde se realizó la entrevista y se aplicaron los test. Se controló además el respeto del muestreo por parte de los encuestadores y el cumplimiento de cuotas.

    La crítica y codificación de la información siguieron los criterios estándares en este tipo de trabajo.

    Las distintas partes del operativo de campo, codificación y digitación fueron controladas de acuerdo a las normas de campo del Interviewer Quality de control Scheme (IQSC) de la Market Research Society del Reino Unido. Además, a los efectos de la evaluación de calidad y la definición de las normas éticas del trabajo se aplicaron el Código de Etica de la World Association of Public Opinion Research (WAPOR) y el Código de Ética de la European Society for Marketing Research (ESOMAR).

    Los procedimientos de campo, de codificación y digitación también estuvieron regulados internamente por Equipos Mori de acuerdo a las normas establecidas por la empresa en el marco del proceso de certificación ISO 9002.

    3- Los encuestadores fueron entrenados en los instrumentos de medición por los expertos asociados a cada uno: los sociólogos integrantes del equipo técnico capacitaron en la aplicación del cuestionario, las nutricionistas en las mediciones de peso y talla y la psicomotricista en la aplicación de los test. De más está decir que los encuestadores solo aplicaron los instrumentos y en ningún caso estuvieron involucrados en los cálculos específicos e interpretaciones de los test, lo cual fue realizado por los especialistas.

  • CAPÍTULO III: REVISIÓN CONCEPTUAL. MARCO GENERAL DE ANÁLISIS

    4De forma muy general y más allá de las distintas definiciones , puede afirmarse que la pobreza es la privación de activos y oportunidades esenciales a los que tienen derecho todos los seres humanos (Arriagada, 2006). Está relacionada con el acceso desigual y limitado a los recursos productivos así como con la escasa participación en las instituciones sociales y políticas. La pobreza se vincula con los derechos de las personas a una vida digna y a la satisfacción de las necesidades básicas, es decir, con los derechos económicos, sociales y culturales (Sen, 1992).

    La incidencia que tienen la pobreza y la indigencia entre los niños y adolescentes es un elemento de vital importancia para conocer el grado de cumplimiento de los derechos de la infancia en el país. La denominada infantilización de la pobreza (UNICEF) aparece en los últimos decenios en la sociedad uruguaya junto con cambios en las pautas reproductivas, emergencia de nuevos arreglos familiares, irrupción y consolidación de segregación residencial, entre otros fenómenos. En términos más amplios puede afirmarse que se ha dado un crecimiento de la desigualdad entre generaciones en el acceso al bienestar social y a las oportunidades de desarrollo (De Armas, 2009).

    La incidencia de la pobreza entre los más jóvenes compromete tanto el desarrollo personal como el desarrollo socioeconómico del país. En consecuencia:

    […] los esfuerzos que los Estados y las sociedades realizan por reducir la pobreza entre los niños deben ser considerados no solamente como un imperativo ético —y jurídico—, sino también como una estrategia efectiva y eficiente para alcanzar, a mediano y largo plazo, mayores y más sostenidos niveles de desarrollo humano. Para ello, los países deben abordar al menos tres tareas: (a) la adecuación de los marcos legales e institucionales referidos a la infancia y la adolescencia; (b) el diseño de políticas públicas orientadas a garantizar, en forma efectiva, los derechos de los niños, asignando a tal fin los recursos públicos necesarios; (c) el desarrollo de prácticas en cada una de las instituciones públicas o privadas que trabajan con niños y adolescentes que expresen realmente la concepción del niño como sujeto de derecho, y no como un mero destinatario pasivo de las acciones y beneficios a administrar por el Estado. (De Armas, 2005)

    Adicionalmente, hay un conjunto de aspectos que no son fáciles de medir en términos cuantitativos y monetarios, que influyen fuertemente en la condición de pobreza. Se trata de factores vinculados a componentes psicosociales y culturales y a dimensiones normativas, institucionales y cognitivas. En esta línea, una visión destacada para abordar la conceptualización de la pobreza es la perspectiva de género, que implica hacer visibles diversas relaciones de poder, como las ligadas a las exclusiones, desigualdades y discriminaciones de género en el mercado laboral, el reparto desigual del trabajo no remunerado, el ejercicio de la violencia física y simbólica contra la mujer y el diferente uso del tiempo de hombres y mujeres. Particularmente, debe considerarse que la distribución interna de los recursos obtenidos es desigual entre miembros de distinto sexo y edad (Arriagada, 2006).

    4- Al respecto pueden consultarse las distintas definiciones y formas de medición de la pobreza de la CEPAL, Banco Mundial y PNUD, entre otros.

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  • Es importante destacar este aspecto porque la experiencia internacional en evaluaciones de estimulación temprana subraya el rol de los padres en la estimulación de los niños (Moreno Mora, 2008). Si esta estimulación es diferencial en términos de recursos asignados por sexo, la desigualdad también termina impactando en el desarrollo desigual de niñas y niños. La inclusión de las diferencias de género en el

    5análisis de la desigualdad social es un aporte explicativo trascendente .

    El concepto de género refiere a la dimensión sociocultural y simbólica de la relación entre hombres y mujeres, estructurada en sistemas de valores y normas construidos a partir de las diferencias de sexo. Estas relaciones adquieren relevancia en la forma como se distribuyen los recursos dentro de los hogares. Estudios de caso realizados por Equipos Mori (2008) evidencian que en contextos críticos la distribución del tiempo materno, la oportunidad de acceder a instituciones sociales y a los bienes materiales proporcionados (por ejemplo, un colchón o ropa) presentan inequidades de género. Esta asignación diferenciada surge como resultado de procesos de construcción social particulares que articulan a los sexos en relaciones de poder, por lo que debe contemplarse en la evaluación.

    También intervienen aquí aspectos vinculados a los cuidados familiares, que según los expertos tienen impactos en las trayectorias laborales de las mujeres (Aguirre, 2010). Por ello adquiere relevancia la provisión de servicios de atención a niños menores de tres años.

    El Plan CAIF es una alternativa de generación de bienestar social por medio de la atención socioeducativa de los niños en sus primeros años de vida. Este aspecto es importante debido a que “es en los primeros años de vida donde las políticas sociales deben intentar interrumpir la transmisión intergeneracional de la pobreza y, por tanto, donde el Estado debe intentar nivelar a los ciudadanos en el punto de partida” (De Armas, 2009: 77).

    De aquí la importancia de las acciones vinculadas a reducir las privaciones nutricionales en la infancia, dado que esta es un período biológico evolutivo de relevancia que resulta condicionante para el resto de la vida del individuo. En la infancia se produce el mayor crecimiento corporal y se adquieren las habilidades psicomotrices y sociales que permiten un desarrollo satisfactorio durante la vida adulta. La investigación realizada por Amarante y otros en 2007, sobre el estado nutricional de los niños/as y las políticas alimentarias, pone de relieve que el embarazo y los primeros años de la vida del niño, cuando se produce la mayor celeridad del crecimiento, son los momentos en los que prioritariamente deben concentrarse las intervenciones nutricionales. Y agregan:

    La fuerte asociación entre el retraso de talla y el ingreso indica que se debe mejorar el acceso a los alimentos. Sin embargo, otros hallazgos del estudio muestran que deben diseñarse acciones complementarias. La asociación del retraso de talla con el bajo peso al nacer del niño y con el peso de la madre antes del embarazo señala la importancia de realizar intervenciones complementarias como, por ejemplo, la promoción del control del embarazo, la vigilancia del incremento del peso de la mujer en la gestación o la promoción de la lactancia materna […] (Amarante et al., 2007: 5)

    5- La riqueza de la perspectiva de género es identificar y tematizar el proceso de asignaciones genéricas (en tanto construcciones sociales), analizar las relaciones resultantes entre hombres y mujeres, y poner de manifiesto la articulación entre los sistemas de género construidos con las clases sociales, la edad, la raza y los procesos de exclusión social. La mirada de género en la evaluación de estos fenómenos contribuye a un análisis profundo que garantiza la consideración de la equidad entre hombres y mujeres y el estudio de la desigualdad.

  • El Plan CAIF

    En este contexto social e institucional que ha experimentado cambios relevantes en los últimos quince años, el Plan CAIF es uno de los principales instrumentos para implementar políticas referidas a la infancia carenciada y particularmente a lo que suele llamarse primera infancia. Fuertemente innovador en su concepción inicial, da lugar a mecanismos inéditos de cooperación interestatal y con organizaciones de la sociedad civil (en adelante, OSC). Sucesivas evaluaciones muestran en forma consistente una razonablemente adecuada focalización e impactos de importancia en términos de cobertura y mejoras del estado psicomotor y nutricional de los niños atendidos.

    De hecho, a través de sus diversas modalidades y mediante una variedad de programas, el Plan CAIF es hoy por hoy una parte central de las políticas públicas en la materia. Como programa complejo, “integral e intersectorial”, los niveles de impacto que puede alcanzar el Plan CAIF son muy amplios y variados. Obviamente, los principales refieren a la satisfacción de las necesidades básicas —nutricionales, sanitarias, educativas y de autoestima— de los niños directamente atendidos. Pero sería equivocado restringir el impacto solamente a los niños, porque las peculiaridades de definición e implementación del Plan permiten que también lo tenga en las familias y en las áreas de influencia, en las diversas

    6organizaciones públicas que participan en la gestión y en las propias OSC .

    Tal como se describe en el sitio web institucional, el Plan CAIF desde 1988, constituye una política pública intersectorial de alianza entre el Estado, OSC e intendencias municipales, cuyo objetivo es garantizar la protección y promover los derechos de los niños y las niñas desde su concepción hasta los tres años y once meses, priorizando el acceso de aquellos que provienen de familias en situación de pobreza y/o vulnerabilidad social, a través de las modalidades urbanas y rural.

    Sus objetivos generales son: 1) brindar atención y oportunidades de aprendizaje a los niños y niñas; 2) promover el bienestar y el desarrollo integral de los niños y niñas; 3) fortalecer los vínculos y las capacidades parentales entre los adultos referentes y los niños y niñas; 4) apostar a la participación de los niños, niñas, familias y comunidades.

    Los CAIF se encuentran ubicados en las zonas donde habita la población perteneciente a los sectores de pobreza, pobreza extrema y con altos índices de vulnerabilidad social. Implementan programas de estimulación oportuna (EO), educación inicial (EI), educación para la salud, alimentación y nutrición. Estos se desarrollan en forma transversal por medio de acciones con las familias, el barrio y la comunidad, apostando a la participación de todos los actores. Actualmente la cobertura alcanza a casi 45.000 niños/as

    6de entre cero y tres años, a través de convenios entre el Estado y diferentes OSC .

    En el marco del Plan de Equidad, a partir de diciembre del 2007 el Plan CAIF comenzó un proceso de transformaciones que implicó un aumento de cobertura mediante: a) la incorporación al presupuesto de INAU de Centros financiados a través del Programa Infamilia, mediante la reconversión de los convenios de atención de una vez por semana a atención diaria de niños/as de dos y tres años; b) ampliación de la

    6- Al respecto pueden verse las evaluaciones realizadas: A. Canzani, C. Midaglia y Z. Ferreira, “Evaluación de las nuevas modalidades del Plan CAIF. Una primera aproximación”, 2005; “Plan CAIF. Atención diaria y semanal. Evaluación y propuestas de las organizaciones de la sociedad civil”, 2005; CLAEH y Programa Infamilia (MIDES), “Evaluación de la modalidad semanal”, 2007; M. Pérez Castells y E. Carbonell, “Consultoría sobre el sistema de supervisión del Plan CAIF”, 2006. División Promoción y Desarrollo del Plan CAIF, “Propuesta de Sistema de Evaluación y Monitoreo”, 2007.

    23

  • cobertura de los 213 Centros existentes; c) apertura de 44 nuevos Centros, de los 52 proyectados hasta el 2009; d) de un total de 33.706 niños/as en el 2007, de los cuales 19.200 se atendían a través del presupuesto de INAU, se llegó a a 40.922 en 2008 y a 41.874 en 2009, todos con presupuesto de INAU (SIPI, julio 2007, 2008 y 2009); e) 15.682 niños/as son menores de dos años y participan del Programa de Experiencias Oportunas, y 24.192 asisten diariamente a educación inicial; f) Montevideo duplicó su cobertura y tiene al día de hoy el 24,9%.

    En los Centros CAIF se desarrolla una propuesta de atención que apunta a la integralidad, a la interinstitucionalidad y a la interdisciplina, con una metodología coherente con los resultados de las investigaciones acerca de la primera infancia. Se comienza el abordaje del niño/a y la familia desde la gestación, en equipo con los servicios de salud.

    Semanalmente el Programa de Experiencias Oportunas, dirigido a niños de cero y un año, promueve el desarrollo integral y el fortalecimiento del vínculo con los adultos referentes. Para los niños de dos y tres años, mediante el Programa de Educación Inicial, se realiza una propuesta pedagógica basada en las orientaciones definidas en el diseño básico curricular del MEC y el CEIP-ANEP. En articulación con ellos se brinda un programa alimentario-nutricional, otro de promoción y cuidado de la salud, y otro dirigido al desarrollo de las potencialidades de los adultos en el marco de sus comunidades, tal como se detalla a continuación. El trabajo en el Centro se complementa con las intervenciones que se realizan en el hogar.

    El Plan aporta al desarrollo del rol de las familias en la educación de los hijos mediante los propios saberes de los adultos referentes, brindando conocimiento y oportunidades para reflexionar sobre creencias y actitudes, potenciando su propio desarrollo.

    Desde la dimensión comunitaria se busca promover, activar y fortalecer las redes familiares, barriales e institucionales, contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de las familias, ampliando las oportunidades de participación en la definición de los programas y favoreciendo la capacidad de las personas y los grupos de organizarse en torno a metas colectivas. (Infamilia, 2006)

    También se trabaja en la promoción de la salud, buscando el protagonismo de las personas en el mejoramiento de la calidad de vida, a la vez que favoreciendo el acceso a los servicios en el reconocimiento de la salud como derecho. También se brinda educación nutricional mediante la promoción de prácticas alimentarias saludables, con el apoyo de recursos locales institucionales.

  • CAPÍTULO IV: ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN

    Este capítulo se enfoca en el análisis de la información. Se divide en tres grandes subcapítulos. El primero está centrado en el estado actual de los hogares y sus miembros. En él se analizan las características estructurales (rasgos demográficos, necesidades básicas insatisfechas, nivel educativo, ocupación, etc.), pero también las características del mundo de la vida de los hogares y sus miembros, a fin de captar aspectos simbólicos y subjetivos que también tienen impacto en el desarrollo psicomotor y el estado nutricional de los niños. Es justamente este doble juego el que arroja luz y vuelve interesante el análisis al combinar ambas dimensiones, dado que perfila el escenario de vida en el cual estos niños nacen y crecen. Conocer el escenario permitirá, además de comprender los resultados obtenidos en el desarrollo psicomotor y el estado nutricional, desplegar acciones especificas del Plan para su expansión, así como considerar los resultados para el diseño de políticas sociales actualmente en debate.

    En el segundo subcapítulo se presenta la situación alimentario-nutricional de los niños evaluados. Concretamente se trata de analizar la información en función de algunos indicadores medidos en la encuesta, como la proporción de niños con bajo peso al nacer y prematuros, así como aspectos vinculados a la lactancia materna. También se presentan en términos del estado nutricional los principales indicadores estandarizados utilizados a escala nacional e internacional que permiten conocer el estado de la población en términos del retraso de crecimiento, el déficit de peso, la emaciación, el riesgo de exceso de peso y el exceso de peso. Por último se señalan una serie de factores de riesgo asociados a los indicadores.

    Por último, el capítulo de desarrollo psicomotor contiene el análisis de la información que brindan los test de psicomotricidad aplicados (EEDP para los niños menores de 24 meses y TEPSI para los mayores de 24 meses). En ambos casos se los vincula con los determinantes del desarrollo y se los compara con los de otros estudios de similares características realizados en el país en distintos momentos, lo cual deja abiertas algunas interrogantes interesantes.

    25

  • 1. EL ESTADO ACTUAL DE LOS HOGARES Y SUS MIEMBROS

    1.1.- Características estructurales

    Características demográficas

    La mayoría de los niños que asisten a centros CAIF proceden de hogares nucleares biparentales (60%), 26% de hogares extendidos y 9% de hogares monoparentales. En cuanto a la presencia paterna en el hogar, el 26% de los padres no viven junto con sus hijos, y 3 de cada 5 de estos padres tienen con sus hijos contacto regular.

    La distribución por tipo de hogar es muy similar a la registrada en el grupo de control, aunque en este último aumenta la proporción de niños que no viven con su padre (33%) y disminuye la proporción de padres que los visitan regularmente.

    El tamaño promedio de los hogares de la muestra CAIF es similar al tamaño promedio de los hogares con niños menores de cinco años pertenecientes al segundo decil de ingresos (4,8). Los hogares del grupo de control son más numerosos, con valores similares a los hogares con menores de cinco años pertenecientes al primer decil (5,4).

    Además son hogares más nuevos en el barrio o la localidad: 28% dice tener dos años o menos en ese lugar, mientras que en la muestra CAIF la proporción de esos hogares es del 16%. Este fenómeno de inestabilidad residencial en el grupo de control es más fuerte en Montevideo y en los hogares con niños menores de 24

    Pareja e hijos

    Monoparenteral (solo jefe e hijos)

    Extendido (incluye otros familiares)

    Compuesto (incluye no familiares)

    No familiar

    NS/NC

    TIPO DE HOGAR SEGÚN RELACIÓN CON EL JEFE

    60%

    9%

    26%

    4%

    ,1%

    1%

    56%

    12%

    28%

    4%

    CAIF CONTROL

    PRESENCIA PATERNA Y ORGANIZACIÓN FAMILIARSolo madre en hogares monoparentales

    Solo madre en hogares extendidos y compuestos

    Madre y padre

    Otros arreglos

    TAMAÑO DE HOGAR PROMEDIO

    8%

    16%

    74%

    2%

    12%

    20%

    67%

    1%

    4,7% 5,3%

    Tabla 1. Tipología y tamaño de hogar

  • meses (potenciales candidatos a ingresar en el Programa de Experiencias Oportunas). Esto indica que el grupo de control probablemente encuentra mayores dificultades en el acceso a las redes de soporte social-comunitario.

    Otro aspecto que caracteriza de forma diferencial al grupo de control es la edad de las madres, algo más jóvenes que las de los niños que asisten a CAIF: 44% de ellas tienen menos de 24 años, 8 puntos porcentuales más que lo registrado en la muestra CAIF.

    Necesidades básicas insatisfechas

    En esta investigación se optó por utilizar una versión reducida del Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas, que se denominó Índice de Carencias Críticas. Este incorpora las cuatro necesidades básicas insatisfechas relacionadas con la infraestructura del hogar: hacinamiento, no disponibilidad de agua potable, sistema de eliminación de excretas con carencias y vivienda precaria. Estos indicadores reflejan las condiciones de privación más estructurales que puede tener un hogar. Obviamente están estrechamente ligados al nivel de ingresos del hogar, aunque son indicadores de pobreza estructural, en tanto se orientan a detectar la disposición de bienes y servicios difícilmente adquiribles por la mejora circunstancial de los ingresos.

    Las características de los hogares de los niños que asisten a CAIF se asimilan a las de los hogares pobres (según línea de pobreza). En los hogares de la muestra CAIF tiene al menos una de las NBI evaluadas el 39%, frente al 36% en los hogares pobres.

    En el grupo de control parece existir una mayor cantidad de hogares con necesidades básicas insatisfechas: 27% presenta solo una carencia crítica y 29% tiene dos o más.

    Hasta 2 años

    Entre 3 y 5 años

    Entre 6 y 10 años

    Entre 11 y 20 años

    Más de 20 años

    Sin dato

    ¿CUÁNTOS AÑOS HACEN QUE VIVEN EN ESTE BARRIO?

    16%

    19%

    18%

    22%

    25%

    1%

    28%

    18%

    19%

    19%

    14%

    3%

    CAIF CONTROL

    Tabla 2. Antigüedad en el barrio (se excluyen los hogares que declaran no vivir en ese barrio/localidad)

    27

  • Al analizar de forma individual el comportamiento de cada una de las NBI relevadas se advierte que los hogares de los niños de la muestra CAIF presentan niveles de insatisfacción muy por encima del promedio nacional, y cercanos a los registrados en el 20% de los hogares con menor ingreso per cápita y aquellos en situación de pobreza.

    Las condiciones de hacinamiento, por ejemplo, alcanzan al 23% de los niños que asisten a CAIF, cuadriplicando la incidencia que tiene el hacinamiento en la población general (6%) y superando la incidencia que tiene entre las personas pobres (21%).

    Estos datos muestran que el Plan CAIF logra una buena focalización en los sectores pobres, aquellos que presentan carencias estructurales y bajos niveles de ingreso. Pero al mismo tiempo, los datos del grupo de control indican que sus vecinos que no acceden a ningún centro de atención a la primera infancia se encuentran en situaciones aún más vulnerables y con características similares a los hogares del primer decil de ingreso.

    Gráfico 1. Distribución de hogares según Índice de carencias críticas

    88%

    6%5%

    64%

    20%

    16%

    61%

    24%

    15%

    44%

    27%

    29%

    TOTALHOGARES(ECH-09)

    TOTALPOBRES(ECH-09)

    CAIF CONTROL

    Hogar con 2 o más carencias críticas

    Hogar con 1 carencia crítica

    Hogar sincarencias críticas

    Tabla 3. Porcentaje de personas que viven en hogares con carencias críticas: 7comparación entre la muestra CAIF y el grupo de control con datos poblacionales

    Sistema de eliminación deexcretas con carencias

    Hacinamiento(más de 3 personas por dormitorio)

    No disponibilidad de aguapotable dentro de la vivienda

    Vivienda precaria

    CAIF CONTROLECH 2009: Personas

    TOTAL 1º QUINTIL POBRES 1º DECIL

    24%

    23%

    11%

    1%

    40%

    37%

    18%

    5%

    10%

    6%

    5%

    1%

    26%

    19%

    13%

    2%

    28%

    21%

    13%

    2%

    34%

    26%

    17%

    3%

    7- Elaboración propia a partir de Microdatos de la ECH 2009, INE

  • Clima educativo y cultural

    El nivel educativo del jefe de hogar es frecuentemente utilizado como indicador del clima educativo que se vive en un hogar. El panorama ofrecido por este indicador muestra una fuerte concentración en los tramos de menor nivel educativo (hasta primaria), tanto de la muestra CAIF (51%) como del grupo de control (62%). Consecuentemente se observa un muy bajo porcentaje de jefes con bachillerato o más (11%), una proporción que es incluso menor que en los hogares pobres (20%).

    Otro indicador que habla del capital cultural en los hogares es el número de libros disponibles. Esta medida ha sido utilizada para dimensionar los recursos pedagógicos de que disponen los miembros del hogar.

    El parámetro nacional marca que el 33% de los hogares tienen menos de 10 libros. Esa proporción asciende al 47% de los hogares de los niños que asisten a CAIF y al 71% del grupo de control. Esto evidencia un historial familiar en relación con los libros caracterizado por su debilidad y escaso interés, al menos en lo que se refiere a la apropiación de material para la lectura. Son hogares donde el capital cultural objetivado en libros no es apreciado.

    9Tabla 5. Cantidad de libros: comparación entre la muestra CAIF y el grupo de control con datos poblacionales

    8Tabla 4. Nivel educativo del jefe de hogar: comparación entre la muestra CAIF y el grupo de control con datos poblacionales

    Sin Instrucción

    Primaria

    Ciclo Básico

    Bachillerato o mayor

    CAIF CONTROLECH 2009: Hogares

    TOTAL POBRES

    6%

    45%

    36%

    11%

    1%

    6%

    56%

    34%

    3%

    2%

    2%

    40%

    15%

    43%

    2%

    58%

    20%

    20%

    Nivel Educativo delJEFE de Hogar

    NS/NC

    Ninguno

    Menos de 10

    Entre 10 y 50

    Más de 50

    CAIF CONTROLTOTAL

    Uruguay

    13%

    34%

    39%

    14%

    1%

    29%

    42%

    24%

    3%

    1%

    6%

    27%

    33%

    32%

    2%

    10%

    39%

    34%

    15%

    2%

    Cantidad de LIBROSen el hogar

    NS/NC

    Ingresos Hogarhasta $ 10.000

    8- Elaboración propia a partir de Microdatos de la ECH 2009, INE. 9- Dominzain, Rapetti y Radakovich (2009).

    29

  • Ambos indicadores reseñados muestran que los niños del grupo CAIF, y aún más los del grupo de control, provienen de hogares con un capital cultural muy bajo.

    Características de la madre

    El nivel de instrucción materno es uno de los factores ambientales más influyentes en el desarrollo infantil. Por esta razón fue considerado al establecer las cuotas del grupo de control.

    En la muestra CAIF se destaca un bajo nivel educativo de las madres: 41% cursó hasta primaria, 44% cursó hasta ciclo básico de secundaria o enseñanza técnica (UTU) y apenas 15% tiene más de nueve años de estudio.

    Este nivel es especialmente bajo si se compara con el de la población general, y en particular con el de las mujeres de 18 a 39 años. Entre las mujeres de este grupo de edad en la población general solo alcanzó primaria el 18%, frente al 41% en la muestra CAIF, y el 63% cursó bachillerato o enseñanza superior, frente al 15% en la muestra CAIF.

    La condición de actividad de la madre es otro indicador importante asociado al desarrollo infantil. Sobre este aspecto podemos señalar que entre las madres de los niños que asisten a CAIF un 43% trabaja, un 39% se dedica exclusivamente a las tareas del hogar y un 12% se declara desempleada.

    En el grupo de control, por su parte, se destaca una menor participación de las madres en el mercado laboral (32%) y una mayoría que se dedica exclusivamente a las tareas del hogar (55%).

    NS/NC

    Bachillerato o mayor

    Ciclo Básico

    Primaria / sin instrucción

    41%

    44%

    15%5%

    52%

    43%

    CAIF CONTROL

    Gráfico 2. Nivel educativo máximo cursado por la madre

  • La deficiente inserción laboral de las madres se encuentra relacionada con el bajo nivel de instrucción que ya se ha visto, el cual también se refleja en el tipo de ocupaciones que desempeñan: en ambos grupos las madres son mayoritariamente empleadas domésticas o empleadas de comercio o servicios.

    En cuanto a la cantidad de horas de trabajo, no se observan diferencias relevantes entre CAIF y el grupo de control: en ambas muestras más de la mitad de las madres trabajadoras pasa entre 5 y 8 horas diarias fuera del hogar por razones laborales, mientras que cerca del 20% está más de 8 horas diarias fuera del hogar.

    37%

    46%

    12% 12%

    32%

    50%

    8% 12%

    57%

    30%

    52%

    34%

    Exp.Oportuna

    Educación Inicial

    0 y 1 año

    2 y 3años

    Muestra CAIF Muestra de control

    NS/NC (no leer)

    No vive con el niño

    Otros

    Está desempleado

    Trabaja

    Se dedica solamente a las tareas del hogar

    Gráfico 3. Condición de actividad de la madre según edad del niño

    Tabla 6. Ocupación de la madre

    Changa

    Vendedora ambulante / Feriante

    Cuidadora / Niñera

    Empleada de comercio / Servicios

    Comerciantes / Cuenta propia

    Técnico-profesional*

    No sabe / No contesta

    Doméstica / Limpieza

    5%

    3%

    5%

    34%

    6%

    19%

    3%

    12%

    4%

    9%

    20%

    13%

    9%

    7%

    CAIF CONTROL26% 26%

    *Incluye maestras, secretarias, policías, enfermeras, administrativas, educadoras, etc.

    31

  • Ayuda de programas sociales y alimentarios

    El 13% de los hogares del grupo de control y el 6% de los hogares de la muestra CAIF reportan que los principales ingresos del hogar provienen de la ayuda de programas sociales.

    En este sentido, la mitad de los hogares de la muestra CAIF declaran ser beneficiarios del Plan de Equidad, cifra que aumenta en los hogares del grupo de control (casi 2 de cada 3 hogares son beneficiarios). Los restantes programas evaluados muestran incidencias muy bajas en ambos grupos.

    En ambos grupos relevados la incidencia de la Tarjeta Alimentaria MIDES parece ser baja, tomando en cuenta que estamos analizando hogares cuyas características generales se asemejan al público objetivo de este programa. Apenas 1 de cada 4 hogares de la muestra CAIF y 1 de cada 3 hogares del grupo de control declaran ser beneficiarios de la Tarjeta.

    Gráfico 4. Cantidad de horas fuera del hogar por razones laborales

    CAIF CONTROL

    21%

    55%

    17%

    5%

    17%

    56%

    15%

    9% No sabe

    Más de 12 horas

    Entre 9 y 12 horas

    Entre 5 y 8 horas

    Hasta 4 horas

    Plan de Equidad

    Asignaciones familiares BPS

    Trabajo por Uruguay

    Maestros Comunitarios

    Programa Rutas de Salida

    SOCAT

    Aulas Comunitarias

    Programa Uruguay Clasifica

    Otros

    49%

    36%

    5%

    3%

    2%

    1%

    1%

    ,3%

    3%

    64%

    24%

    8%

    6%

    2%

    2%

    2%

    ,2%

    3%

    CAIF CONTROL

    Tabla 7. Porcentaje de hogares beneficiarios de programas sociales

  • Tabla 8. Porcentaje de hogares que reciben la Tarjeta Alimentaria según región

    CAIF CONTROLTOTAL

    23%

    MVD.

    19%

    INT.

    24%

    TOTAL

    33%

    MVD.

    36%

    INT.

    32%

    1.2.- Características del mundo de vida

    Valoración psicosocial de la familia y prácticas de crianza

    En este estudio también se evaluó la situación psicosocial de las familias de los niños a partir del Instrumento de Evaluación del Ambiente Familiar creado por el Grupo Interdisciplinario de Estudios Psicosociales (GIEP). Este instrumento intenta explorar aspectos vinculados a las relaciones intrafamiliares, los estilos de comunicación, las creencias y prácticas de crianza y la disponibilidad parental.

    Con base en 16 frases y 10 preguntas cerradas que se le formulan al adulto referente se conforman 24 indicadores de riesgo psicosocial del hogar. Para los objetivos del presente estudio se construyó un Índice de Riesgo Psicosocial, que es un índice sumatorio simple de todos los indicadores de riesgo relevados que luego se categoriza en cuatro niveles: Bajo (0 a 2 riesgos), Medio (3 a 6 riesgos), Alto (7 a 10 riesgos) y Muy alto (11 a 24 riesgos).

    Como se puede observar en el gráfico 5, los hogares con niños que asisten a CAIF presentan menor riesgo psicosocial que aquellos cuyos niños no concurren. Mientras que en la muestra CAIF se registra un promedio de 5 ítems de riesgo, en el grupo de control ese promedio asciende a 7 ítems.

    Muy alto (+10)

    Alto (7-10)

    Medio (3-6)

    Bajo (0-2)

    CAIF CONTROL

    Gráfico 5. Índice de riesgo psicosocial del hogar

    33

    17%

    35%

    41%

    7%

    9%

    19%

    49%

    24%

  • Esta situación posiblemente responda al trabajo que se realiza en los Centros con la familia de los niños en pautas de crianza, ya que, incluso cuando se controlan estadísticamente los efectos de otras variables asociadas al riesgo psicosocial del hogar, el grupo CAIF presenta menores niveles de riesgo que el grupo de control.

    Un aspecto destacable es que los mayores niveles de riesgo se observan en Montevideo. Esto sucede tanto en el grupo CAIF como en el grupo de control, aunque en este último grupo alcanza niveles muy problemáticos: 63% de los niños del grupo de control en Montevideo viven en hogares que podríamos categorizar de alto riesgo psicosocial (7 o más ítems de riesgo).

    Analizando con mayor detalle algunos de los ítems evaluados se observa que en cuanto al establecimiento de límites los adultos referentes de los niños que asisten a centros CAIF muestran mayor flexibilidad que los de aquellos que no concurren a ningún centro educativo.

    A continuación se muestran algunas de las frases que se usan para construir el Índice de Riesgo Psicosocial. Allí se advierte que, en comparación con el grupo de control, en la muestra CAIF se reducen los niveles de riesgo en dimensiones como la comunicación intrafamiliar, la exclusión del niño en la comunicación o la desesperanza. En ambos grupos se observan altos porcentajes de acuerdo con las frases que revelan hipervaloración materna, aunque la proporción es aún mayor en el grupo de control.

    En cuanto a las creencias machistas, en ambos grupos relevados, al menos desde el discurso, es marginal el nivel de acuerdo con ideas discriminatorias según el género. Además, el porcentaje de madres que

    Tabla 9. Índice de riesgo psicosocial según región

    CAIF

    23%

    45%

    22%10%

    MDEO. INT.24%

    50%

    18%

    8%

    CONTROL

    5%

    33%

    40%23%

    MDEO. INT.8%

    44%

    33%

    15%

    BAJO (0-2)

    MEDIO (3-6)

    ALTO (7-10)

    MUY ALTO (+10)

    Tabla 10. Límites: ¿El niño se sale con la suya… ?

    CAIF

    23%

    CONTROL

    SIEMPRE(extrema permisividad) 36%

    A VECES(flexibilidad)

    NUNCA(extrema rigidez)

    65%

    12%

    48%

    16%

  • admiten creencias machistas es sensiblemente menor que el encontrado en investigaciones anteriores. La idea de que “los varones deben educarse para mandar” registraba 21% de acuerdo en 1999 y 53% en 1988, mientras que la idea de que “las niñas deben educarse para el sacrificio” alcanzaba 32% en 1999 y 56% en 1988 (GIEP, 1999). Esto marca un avance importante aunque no asegura que se hayan producido cambios profundos en las prácticas concretas.

    Satisfacción materna y ayuda en la crianza

    Los referentes adultos de los niños que asisten a CAIF se sienten más apoyados en la crianza de los niños: el 78% de los encuestados en la muestra CAIF declaran que reciben mucha ayuda en la crianza del niño, cifra que desciende al 70% en la muestra de control. Estas diferencias estarían indicando otra fortaleza interesante del Plan.

    El sentirse apoyado en la crianza de los niños es una cuestión relevante ya que está vinculada al nivel de satisfacción materna. El rol materno es una fuente significativa de autoestima y satisfacción, y en este segmento poblacional, como ya hemos visto, queda claro que “es más importante ser madre que mujer”. En ambos grupos las mujeres muestran niveles mayores de satisfacción en su rol de madres: prácticamente 1 de cada 2 declara sentirse muy satisfecha como madre, mientras que apenas 1 de cada 4 declara sentirse muy satisfecha como mujer.

    Tabla 11. Porcentaje de adultos referentes que manifiestan acuerdo con las frases

    PROBLEMAS DE COMUNICACIÓNINTRAFAMILIAR

    32,1%

    16,6%

    “Para evitar líos y discusiones en la casa siempre es mejor quecada uno esté en lo suyo y hable solo lo necesario”

    “Para qué hablar. Se acaba a los gritos”

    “Los hijos no deben intervenir nunca en las conversacionesfamiliares”

    “Como los niños no entienden nada, no hay por qué estardándoles explicaciones”

    “Lo que los hijos logran en la vida es gracias a la madre”

    “Es más importante ser madre que mujer”

    EXCLUSIÓN DELNIÑO EN LA

    COMUNICACIÓN

    HIPER-VALORACIÓN

    MATERNA

    SUBVALORACIÓNROL PATERNO

    DESESPERANZA

    VIOLENCIAFAMILIAR

    CREENCIAS MACHISTAS

    “Los hombres solo sirven para complicar la crianza de los hijos”

    “Para lo único que sirven los hombres es para darnos hijosy dolores de cabeza”

    “La vida hay que tomarla como viene, intentar cambiarla solotrae más problemas”“La vida es tan complicada que a uno se le va la mano y se laagarra con los hijos”

    “Las complicaciones de la vida son tantas que a veces, en casa,no nos queda otra que agarramos a las patadas”

    “Los varones deben educarse para mandar y las niñas para el sacrificio”

    “Las mujeres solo sirven para atender la casa y mirar las comedias”

    39,9%

    9,9%

    34,3%

    54,8%

    10,4%

    16,6%

    22,5%

    29,4%

    7,1%

    4,3%

    5,0%

    53,5%

    31,6%

    56,6%

    14,7%

    49,7%

    73,3%

    19,2%

    26,8%

    36,5%

    28,3%

    15,3%

    4,3%

    7,1%

    CAIF CONTROL

    35

  • El nivel de satisfacción en los roles de mujer y madre aparece asociados a la forma de organización familiar y a la ayuda que las mujeres reciben en la crianza de sus hijos:

    - Aquellas que declaran recibir poca o ninguna ayuda muestran menor satisfacción como mujeres y como madres.- Mientras que la satisfacción como mujer se encuentra vinculada a la presencia de la pareja, la satisfacción como madre se asocia a la presencia de otras personas en el hogar (no necesariamente el padre del niño).

    La importancia de estos elementos radica en que tanto la insatisfacción de la madre como la falta de ayuda en la crianza o la ausencia del padre aparecen como factores de riesgo en el desarrollo psicomotor del niño, especialmente cuando este no asiste a ningún centro de atención a la primera infancia.Estos datos apuntan a reforzar la relevancia que tienen las políticas de cuidado y la necesidad de seguir atendiendo y potenciar el lugar de la familia (y de la madre en particular) en el desarrollo del niño.

    Estado emocional del adulto referente

    Para evaluar el estado emocional de los padres o adultos referentes se utilizaron las escalas de Salud Mental y Vitalidad del SF-36 (Medical Outcome Study Short Form), compuestas por nueve preguntas con seis opciones de intensidad cada una. La versión empleada fue traducida al español por Alonso y cols. (1995).A partir de la aplicación de este instrumento se construye un índice que en su nivel inferior indica la presencia de sentimientos de nerviosismo y depresión casi permanentes, y en su nivel superior presenta sensación de bienestar y calma la mayor parte del tiempo.

    Gráfico 6. Nivel de satisfacción materna en roles

    8%

    65%

    24%

    9%

    66%

    22%

    Muy satisfecha

    Satisfecha

    Insatisfecha

    Muy insatisfecha

    Ni satisfechani insatisfecha

    CAIF CONTROL

    SATISFACCIÓN COMO MADRE

    2%

    49%

    47%

    2%

    49%

    48%

    CAIF CONTROL

    SATISFACCIÓN COMO MUJER

  • Entre los referentes familiares de los niños del grupo de control es levemente mayor la proporción de los referentes que presentan niveles riesgo en su estado emocional (control 14% y CAIF 12%).

    En Montevideo se destaca la presencia de un mayor porcentaje de adultos en la categoría de riesgo que en el interior, el cual es especialmente alto en el grupo de control (24%).

    Actividades que el referente realiza con el niño

    Existen diferencias interesantes en las actividades que los adultos (en su mayoría madres) realizan junto con el niño. En la muestra CAIF crece la proporción de encuestados que declaran cantar canciones, dibujar y leer cuentos con el niño. Todas esas son actividades estimulantes que están relacionadas con la función simbólica y que se trabajan específicamente en los CAIF. El estímulo de este tipo de actividades en el trabajo con el niño y su familia parece ser otra fortaleza importante del Plan.

    Además, la realización de estas actividades junto con el niño aparece asociada con el riesgo psicosocial del entorno y el estado emocional de los referentes familiares: en las familias con mayor riesgo psicosocial y cuyas madres presentan estado emocional de riesgo se obser van menores n i ve les de participación en estas actividades.

    Tabla 12. Estado emocional de los referentes familiares según región

    RiesgoNo riesgoTotal

    12%

    88%

    100%

    Total

    Muestra CAIFMDEO. INTERIOR Total

    Muestra del controlMDEO. INTERIOR

    17%

    83%

    100%

    11%

    89%

    100%

    14%

    86%

    100%

    24%

    76%

    100%

    11%

    89%

    100%

    Gráfico 7. Actividades realizadas junto con el niño en la última semana

    98%

    98%

    98%

    96%

    91%

    81%

    85%

    82%

    83%

    78%

    68%

    51%

    50%

    27%

    12%

    4%

    HABLAR

    JUGAR

    CANTAR CANCIONES

    MIRAR TV

    PASEAR

    DIBUJAR

    LEER CUENTOS

    OTRASCAIF

    CONTROL

    37

  • I. RELACIÓN CON CAIF

    Vínculo del grupo de control con CAIF

    Dentro del grupo de control los CAIF son bien conocidos: el 84% de los adultos encuestados conocía algún 10Centro. Además, el 12% de los niños relevados dentro de este grupo asistieron alguna vez a un CAIF, la

    mayoría de ellos entre 1 y 5 meses.

    Motivos para no asistir

    El análisis de los motivos de no asistencia de los niños del grupo de control a un CAIF brinda información muy útil para entender cuáles son las principales barreras con las que se enfrentaría la expansión del Plan.

    Entre las múltiples razones esgrimidas por los referentes familiares encuestados, las principales son que “la madre está en la casa”, “no lo necesita”, “es muy chiquito”. Este tipo de barreras culturales son aún más fuertes en el interior del país que en Montevideo.

    Otra razón relevante es la falta de cupo en el centro CAIF, que se incrementa en Montevideo (llega a ser el motivo más mencionado) y en los hogares con niños de 2 y 3 años. Esto muestra que hay una importante demanda que aún no ha podido ser cubierta.

    Tabla 13. Razones de no asistencia a un CAIF

    EDAD

    0 AÑO 1 AÑO

    No lo necesita / La madre prefierecuidarlo / La madre está en la casa

    Porque es muy chiquitito

    No había cupo en el CAIF de la zona

    No puedo llevarlo / No tiene quien lo lleve / Problemas de horarios

    TOTALCONTROL

    REGIÓN

    25%

    24%

    13%

    12%

    4%

    3%

    3%

    3%

    2%

    2%

    7%

    Tuvo una experiencia negativa / No se adaptó

    El padre o la madre no quiere/ No le gusta / Desconfianza

    Por problemas de salud

    Se mudaron recientemente / Se van a mudar próximamente

    No lo conoce / No sabe lo que es

    Es muy lejos

    Razones varias / No sabe

    MDEO. INT.Base:

    2 AÑOS 3 AÑOS505 127 378 142 121 124 115

    16%

    20%

    23%

    17%

    1%

    4%

    3%

    2%

    6%

    1%

    9%

    28%

    26%

    10%

    11%

    5%

    3%

    3%

    3%

    1%

    2%

    6%

    16%

    49%

    6%

    7%

    2%

    1%

    4%

    1%

    3%

    1%

    8%

    27%

    24%

    11%

    18%

    1%

    5%

    3%

    3%

    3%

    2%

    3%

    30%

    11%

    18%

    15%

    2%

    4%

    2%

    3%

    2%

    4%

    7%

    30%

    9%

    21%

    11%

    10%

    4%

    4%

    2%

    2%

    0%

    7%

    10- La condición para formar parte del grupo de control era que el niño no hubiera asistido a ningún centro de atención a la primera infancia en los últimos seis meses.

  • 2. Situación alimentario-nutricional

    La alimentación y la nutrición se encuentran estrechamente vinculadas al mantenimiento de la salud y esta constituye una condicionante fundamental del bienestar social. El Banco Mundial, en su documento Revalorización del papel fundamental de la nutrición para el desarrollo, establece claramente el período crítico desde el punto de vista nutricional para toda la vida con la siguiente reflexión: “La oportunidad de mejorar la nutrición se presenta durante un breve período: desde antes del embarazo hasta los dos primeros años de vida del niño” (BIRF y BM, 2006).

    Lo ideal es que la mujer comience el embarazo con un estado nutricional normal y con las reservas de nutrientes adecuadas para afrontar las demandas aumentadas del estado fisiológico. Lograr un óptimo crecimiento y desarrollo permite potenciar al niño y facilitarle las condiciones para una vida saludable. Cuando se afectan el crecimiento físico y el desarrollo cerebral durante ese período, los daños son graves y, en gran medida, irreversibles. De ahí que sea necesario evaluar la situación en cuanto a alimentación y nutrición de los niños para planificar las intervenciones que deben orientarse a aprovechar esa oportunidad. Toda inversión que se realice después de este período crítico tiene muchas menos probabilidades de ser efectiva para mejorar la salud, el crecimiento, y el desarrollo.

    El Plan CAIF es una política pública intersectorial cuyo objetivo es “mejorar la cobertura y la calidad de la atención de los programas sociales que atienden a la población en condiciones de pobreza crítica, mediante el desarrollo de estrategias y metodologías innovadoras dirigidas al niño, la mujer y la familia” (Cerutti et al., 2008). La nutrición y la alimentación constituyen una de las principales líneas de acción para alcanzar este objetivo. El Instituto Nacional de Alimentación (INDA) es el organismo que se encarga de realizar las transferencias para asegurar la alimentación de los niños y niñas, capacita al personal de los centros y evalúa el estado nutricional de la población beneficiaria (Cerutti et al., 2008).

    La generación de información sobre la situación alimentario-nutricional de la población CAIF está integrada para este estudio por los siguientes elementos: el bajo peso al nacer, la lactancia materna, los hábitos alimentarios y el estado nutricional.

    39

  • Bajo peso al nacer y prematurez

    11El bajo peso al nacer (BPN) es un indicador importante de la salud materno-infantil, relacionado con la morbimortalidad neonatal e infantil y con el desarrollo de algunas enfermedades crónicas no transmisibles de la vida adulta (accidente cerebrovascular, hipertensión y diabetes tipo 2) (Barker, 2009). Observaciones epidemiológicas han demostrado que los niños que pesan menos de 2.500 gramos al nacer tienen 20 veces más probabilidades de morir que los que pesan más. La etiología del BPN es multifactorial: responde a causas maternas, ambientales y biológicas que no son absolutos; varía en diferentes contextos y en ocasiones no se puede discernir el factor causal (Battaglia y Lubchenko, 1967). El BPN se asocia a malnutrición en la etapa intrauterina. Por lo general, los niños prematuros (neonato vivo que nace antes de la 37ª semana a partir del primer día del último período menstrual) presentan BPN; sin embargo, hay niños que nacen a término pero con bajo peso por problemas de crecimiento intrauterino.

    En el mundo un 15,5% de los niños nacen con bajo peso, proporción que es más del doble en los países en desarrollo (16,5%) que en los países desarrollados (7%). En los primeros se asocia principalmente con el retardo de crecimiento intrauterino, mientras que en los segundos tiene mayor asociación con la prematurez (UNICEF y WHO, 2004; Rugolo, 2005).

    En Uruguay, según estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MSP), hace ya más de 20 años que los recién nacidos de bajo peso representan entre el 7 y el 8% del total de nacimientos (8,3% en 2007, último dato publicado), sin mostrar tendencia a la disminución (MSP, 2011). La cifra es inferior a la de los países de Sudamérica en conjunto (10%), pero superior a la de algunos que han logrado disminuir el porcentaje de nacimientos con BPN, como Chile (5,9% en 2008), Cuba (5% en 2007) y Costa Rica (7% en 2005) (Ministerio de Salud de Chile, 2008; Unicef, 2011).

    Los niveles de BPN observados en la muestra CAIF se encuentran por encima del promedio nacional y por debajo del nivel registrado en los servicios de Salud Pública.

    La prematurez determina problemas fundamentalmente en el corto y el mediano plazo: origina un aumento de la morbilidad en los primeros meses de vida y repercute en el crecimiento y el desarrollo. La prevalencia de este fenómeno en los niños atendidos en CAIF es del 14,9%, frente a un 14% para los niños del grupo de control. Al igual que las cifras de BPN, estas se ubican por encima del promedio nacional en 2007 y por debajo de lo registrado para el sector público ese mismo año.

    Tabla 14. Prevalencia de bajo peso al nacer y prematurez

    % BAJO PESO AL NACER

    % PREMATUROS

    9,1%1498

    14,9%1538

    Muestra CAIF

    10,3%494

    14,0%499

    Muestra CONTROL

    Base:

    Base:

    8,3%2007)

    9,2%(2007)

    (

    TOTALURUGUAY*

    12,8%

    17,1%(2008)

    (2007)

    SECTORPÚBLICO*

    11- La OMS define el bajo peso al nacer como aquel inferior a 2500 gramos.

  • La prevalencia de BPN es mayor en el grupo de control (10,3%) que en la muestra CAIF (9,1%). Esta diferencia se explica por una mayor proporción de niños que nacieron a término (37 semanas o más) con BPN. Mientras que en la muestra CAIF el 2,3% de los niños nacieron a término con menos de 2500 gramos de peso, en el grupo de control esa proporción prácticamente se duplica (4,4%). El nacer a término y con peso insuficiente se asocia más a condiciones sociales, malnutrición materna e inadecuados controles de salud que a condiciones biológicas. El niño que nace a término y con bajo peso es probable que haya sufrido carencias nutricionales en su vida intrauterina.

    Ambas condiciones, prematurez y bajo peso, están asociadas a la captación y el control inadecuado del embarazo (aspectos no analizados en este estudio). Esto muestra la fuerte relación entre educación y salud y la importancia de coordinar políticas interinstitucionales sobre el tema.

    Lactancia

    El período entre el nacimiento y los dos años de edad es una etapa de gran vulnerabilidad nutricional, como se planteó en la introducción de este capítulo. La lactancia materna y la alimentación complementaria oportuna y adecuada constituyen herramientas privilegiadas para asegurar al niño los mejores resultados posibles en este período de altas demandas nutricionales.

    En mayo de 2001, la 54ª Asamblea Mundial de la Salud exhortó a los Estados miembros a promover la lactancia materna exclusiva por seis meses como una recomendación mundial de salud pública. Esta recomendación está basada en las ventajas que tiene la lactancia materna para el niño, la madre y toda la comunidad.

    Ha sido ampliamente demostrado que para alcanzar el máximo potencial en crecimiento y desarrollo los niños deben ser alimentados solamente con leche materna durante los primeros seis meses, sin ofrecerle aguas, té ni cualquier otro alimento (WHO, 2001, 2004; Lawrence y Lawrence, 2009). Las necesidades nutricionales de los niños normales nacidos a término son cubiertas por la leche materna durante los primeros seis meses (Kramer y Kakuma, 2003). La lactancia materna exclusiva protege al niño de enfermedades agudas y crónicas. Cuando se introducen alimentos complementarios antes de los seis meses no mejora el crecimiento, aun en condiciones óptimas; los alimentos desplazan la cantidad de leche materna que consume el niño y esto aumenta la probabilidad de que se enferme.

    Tabla 15. Diferenciación del BPN según prematurez

    % BAJO PESO % Bajo peso al nacerprematuros% Bajo peso al nacera término

    9,1%

    6,8%

    2,3%

    Muestra CAIF

    10,3%

    5,9%

    4,4%

    Muestra CONTROL

    41

  • La lactancia materna tiene beneficios para la salud de las madres pues las ayuda a recuperarse del embarazo y el parto y les brinda ventajas para su salud a lo largo de toda la vida.

    También la comunidad es beneficiada por la práctica de lactancia materna, pues esta genera beneficios ambientales y económicos al disminuir los costos de salud que gobiernos y familias deben afrontar. Además reduce las ausencias laborales de las madres por motivo de enfermedad de los hijos.

    La lactancia materna resultó ser una práctica casi total (95% en ambas muestras), aunque levemente inferior a la encontrada en la última encuesta sobre lactancia materna, estado nutricional y alimentación complementaria (98,5% de una muestra representativa sobre el total del país) (Bove y Cerruti, 2007).

    Se destaca un mayor tiempo de lactancia materna exclusiva en la muestra CAIF que en el grupo de control: un 56% de los niños que asisten a CAIF recibieron lactancia materna exclusiva durante al menos seis meses, 10 puntos porcentuales por encima de lo registrado entre los niños que no asisten a ningún centro.A partir de estos datos no se pueden establecer relaciones causales, pero sí es posible marcar que la

    12asistencia a un centro CAIF se asocia con un mayor tiempo de lactancia materna exclusiva .

    Además, entre los niños que participan del Programa de Educación Inicial el tiempo de lactancia materna exclusiva es mayor para los que pasaron por el Programa de Experiencias Oportunas.

    Gráfico 9. Tiempo de lactancia materna exclusiva (mayores de 11 meses)

    Gráfico 8. Inicio de lactancia materna

    95,2%

    94,5%

    SÍ NO

    4,8%

    5,5%

    CONTROL

    CAIF

    ¿El niño fue amamantado?

    Más de 6 meses

    6 meses

    3 a 5 meses

    1 a 2 meses

    CAIF CONTROL

    15%

    41%

    31%

    14%

    12%

    34%

    39%

    16%

    12- Un niño mayor de 11 meses que asiste a un centro CAIF es 58% más probable que haya recibido lactancia materna exclusiva durante al menos seis meses que un niño del grupo de control, controlando el efecto de variables intervinientes como el nivel educativo, la condición de actividad (trabaja/no trabaja) y el estado emocional de la madre (riesgo/no riesgo).

  • Hábitos alimentarios

    Los datos que se presentan a continuación constituyen una aproximación a los hábitos alimentarios de los niños de 12 a 47 meses.

    Es especialmente importante conocer los hábitos alimentarios de los niños a esta edad porque es cuando se aprenden determinadas conductas que perdurarán durante toda la vida. Por tanto, es la oportunidad de educar en cuanto a alimentación favoreciendo los hábitos que colaborarán para una vida saludable.

    Lo recomendable es que se realicen las cuatro comidas diarias. Si bien en este estudio la mayoría de la población lo hace, sería esperable que esta constituyera una práctica universal.

    El 94% de los niños, tanto de la muestra CAIF como del grupo de control, realizan las cuatro comidas diarias recomendadas (dentro o fuera del hogar). Esto marca un avance importante respecto a los datos recogidos en el estudio encabezado por Terra en los años ochenta en sectores pobres: “el 28% de los niños mayores de un año no desayuna, el 26% no merienda y el 35% no cena” (Terra y cols., 1989). En ese estudio, además, se destacaba la fuerte asociación entre desnutrición y cantidad insuficiente de comidas diarias.

    De la presente evaluación surge que esas cifras se han modificado de forma muy importante en ambas muestras, como se observa en la tabla 16. Los cambios ocurridos entre los dos estudios en la cantidad de comidas diarias (como indicador proxy de insuficiente ingestión de calorías) podrían estar explicando parcialmente los bajos niveles de emaciación (peso/talla

  • El gráfico 10 presenta la cantidad promedio de días que los niños consumieron cada grupo de alimentos en la última semana.

    Es especialmente importante a esta edad incorporar el hábito de consumir diariamente frutas y verduras, por ser aportadoras naturales de algunas vitaminas y minerales, y como factores dietarios protectores de enfermedades de la adultez..

    En ambos grupos analizados el consumo de frutas está por debajo de la recomendación diaria, y la situación es peor en el caso de las verduras.

    Al examinar las diferencias entre muestras se advierte que los niños que concurren a centros CAIF presentan una frecuencia de consumo de frutas levemente mayor que los niños del grupo de control, aunque no se observan diferencias sustantivas en la frecuencia de consumo de verduras.

    Gráfico 10. Frecuencia promedio de consumo semanal en el hogar por grupo de alimentos (niños de 12 a 47 meses)

    LÁCTEOS

    PAN, GALLETAS SALADAS

    AZÚCAR

    FRUTA

    ARROZ, POLENTA, FIDEOS, PAPA, BONIATO

    CARNE DE VACA, POLLO, PESCADO, ETC.

    VERDURAS (EXCEPTO PAPA Y BONIATO)

    ACEITE, MANTECA, MAYONESA

    GALLETAS DULCES, BIZCOCHOS, ETC.

    REFRESCOS

    LENTEJAS, POROTOS, GARBANZOS

    GOLOSINAS

    SNACKS

    MATE

    CAIF

    CONTROL

    0 1 2 3 4 5 6 7

  • En el grupo de control se observó mayor frecuencia de consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono simples y/o grasas saturadas y grasas trans. Se debe prestar especial atención al consumo de snacks por su alto contenido en sodio; al respecto, la frecuencia semanal de consumo se duplica en el grupo de control.

    Gráfico 11. Frecuencia de consumo de frutas y verduras en el hogar (12 a 47 meses)

    Gráfico 12. Frecuencia de consumode alimentos poco saludables en el hogar (de 12 a 47 meses)

    73%

    13%

    CAIF CONTROL

    FRUTAS VERDURAS(EXCEPTO PAPA Y BONIATO)

    10%

    4%

    65%

    15%

    14%

    4%

    55%

    27%

    CAIF CONTROL

    13%

    5%

    59%

    23%

    13%

    4%

    NS/NC

    Menos frec. o nunca

    1 o 2 veces por semana

    3 a 6 veces por semana

    Todos los días

    NS/NC

    Menos frec. o nunca

    1 o 2 veces por semana

    3 a 6 veces por semana

    Todos los días

    CAIF CONTROL

    GALLETAS DULCES,BIZCOCHO, ETC.

    CAIF CONTROL

    REFRESCOS

    CAIF CONTROL

    GOLOSINAS

    CAIF CONTROL

    SNACKS

    39%

    23%

    26%

    11%

    60%

    18%

    15%

    7%

    24%

    15%

    34%

    26%16%

    26%

    20%

    37%25%

    13%

    24%

    37%

    20%

    23%

    15%

    41%

    58%

    24%

    8%

    8%

    38%

    20%

    17%

    25%

    45

  • Incluso si se comparan ambos grupos a igual nivel de las principales variables sociodemográficas vistas en el capítulo anterior -por ejemplo, NBI, educación o condición de actividad materna, tamaño y tipo de hogar, etc.-, el grupo de control siempre presenta mayor consumo de estos alimentos.

    En definitiva, la asistencia a centros CAIF demuestra ser un factor protector que opera mediante la reducción de la frecuencia de consumo de productos con escaso aporte nutricional (snacks, golosinas y refrescos). Esta es una fortaleza del Plan y remarca la importancia de la educación nutricional en el trabajo con el niño y su familia.

    Estado nutricional

    Para evaluar la salud de una población es indispensable conocer los indicadores de crecimiento de los niños. Estos se usan para evaluar el crecimiento considerando conjuntamente la edad y las mediciones antropométricas.

    En 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) constituyó el Working Group on Infant Growth, que desarrollaría recomendaciones de utilización e interpretación de la antropometría para una correcta evaluación del estado nutricional. El Grupo llegó a la conclusión, en 1994, de que las referencias del National Center for Health Statistics (NCHS)/WHO no eran adecuadas al perfil de la población de ese momento y no predecían oportunamente las desviaciones del estado nutricional normal. Esta debilidad constituía un obstáculo para el manejo nutricional de los niños, y el Grupo de Trabajo concluyó que era necesario contar con nuevas curvas de crecimiento (WHO, 1994).

    A partir de ese momento la OMS se dedicó a estudiar cómo deberían crecer los niños si se les ofrecieran adecuadas condiciones sanitarias y una alimentación saludable. Niños con un adecuado peso al nacer, alimentados con lactancia materna en forma exclusiva durante los primeros meses de vida, con una alimentación complementaria oportuna, que viven en cualquiera de los continentes del planeta, presentaron durante los primeros cinco años de vida el mismo crecimiento. A partir de ese estudio la OMS elaboró un patrón de crecimiento que indica cómo deben crecer los niños (WHO, 2006).

    En el presente estudio, el estado nutricional de los niños se evaluó mediante los índices de peso para la talla (peso/talla), índice de masa corporal (IMC/edad), peso para la edad (peso/edad) y talla para la edad (talla/edad) y sus indicadores correspondientes, de acuerdo con el patrón de referencia elaborado por la OMS. Se obtuvo el puntaje Z, que refleja la diferencia de determinada medida con relación al promedio esperado según la población de referencia. De acuerdo con las recomendaciones de la OMS (1995), las estimaciones de prevalencia se presentaron en desviaciones estándar por debajo de –2 DS (prevalencia de retraso de crecimiento, de défici