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Arqueología
Delegación de Alumnos de Historia
Índice:
Tema 1. Concepto de Arqueología. La Arqueología y las Ciencias Sociales.
Concepto de Arqueología. Campo de estudio de la Arqueología. Ciencia en
Arqueología. Arqueología e Historia.-Arqueología y CC. Sociales. Arqueología.
Tema 2. Historia de la Arqueología. Nacimiento de la Arqueología. Arqueología
antes del siglo XX. Avances del siglo XX. Panorama actual
Tema 3. Fuentes de la Arqueología. Concepto de fuente en Arqueología. Tipos de
fuente. Fuentes y Centros de Documentación.
Tema 4. La prospección arqueológica. Concepto de prospección. Importancia y
limitaciones de la Prospección. Tipos de prospección: físicoquímicos, superficiales,
fotografía aérea, etc.
Tema 5. La excavación arqueológica. Concepto de excavación. Preparación de la
excavación. Técnicas de excavación. El registro arqueológico y su documentación.
Tema 6. La arqueología subacuática. Especificidad de la Arqueología Subacuática.
Técnicas de prospección, excavación y recuperación,
Tema 7. La datación del pasado. Datación absoluta y relativa. Sistemas de datación
absoluta- Datación relativa: tipología, seriación, estilo, etc.
Tema 8. El transporte de materiales. El problema del transporte de los materiales
arqueológicos. Criterios de seguridad en el transporte. Medios de transporte y empresas
de transporte.
Tema 9. Conservación y restauración de yacimientos. Estudio, conservación y
restauración de los materiales arqueológicos. Criterios de consolidación. Criterios de
restauración. Inventario, documentación y estudio de los materiales arqueológicos.
Criterios de restauración de los materiales arqueológicos.
Tema 10. La cultura material. Concepto de cultura material. Los materiales pétreos.
Los materiales metálicos. La eboraria. Los materiales cerámicos. Los materiales vítreos.
Las fibras vegetales
Tema 11. La documentación arqueológica. El tratamiento documental del material
arqueológico: siglado, inventariado, descripción, dibujado y fotografiado de los
materiales. Informe, Memoria y Publicación del trabajo arqueológico.
Tema 12. La musealización de los yacimientos. Concepto de musealización del
yacimiento arqueológico. Criterios y Escuelas en musealización. Normativa
Internacional y Nacional. Congresos y Encuentros sobre musealización de los
yacimientos arqueológicos.
Tema 13. La explotación de los bienes arqueológicos. El Bien Arqueológico y su
valorización: preservación y explotación económica. Arqueología y desarrollo
sostenible. El papel de la Administración y del sector privado.
Tema 14. Enseñar arqueología. La Arqueología en el aula. Los gabinetes didácticos
en los museos y yacimientos. Arqueología experimental.
Tema 1. Concepto de Arqueología. La Arqueología y las
Ciencias Sociales.
Concepto de Arqueología: Señala Manuel Bendala: “Podemos definir Arqueología
como la ciencia que estudia las culturas del pasado a través del análisis y la
interpretación de sus vestigios materiales. Gracias a ella se han multiplicado
extraordinariamente las posibilidades de conocimiento de nuestro pasado, de forma que
la historia humana adquiere una profundidad nueva, un relieve que antes no tenía. …..”.
La Arqueología: El pasado a nuestro alcance, p. 20 Grahame Clark: “La arqueología
puede simplemente ser definida como el estudio sistemático de las antigüedades con la
finalidad de reconstruir el pasado. El arqueólogo, para que su contribución sea
fructífera, ha de poseer una verdadera afición por la historia, aunque tal vez no tenga
que enfrentarse con lo que es quizá el desafío más interesante de la erudición histórica,
la sutil interacción de la personalidad humana y su circunstancia; con todo, es probable
que se vea envuelto incluso más profundamente en la corriente del tiempo…..”.
Arqueología y Sociedad: p. 13. El campo de estudio de la Arqueología: Existen
muchas definiciones de Campo de estudio de la Arqueología. Aquí hemos optado por
recoger la definición contenida en el Título V, de la Ley 13/85 de 25 de junio de 1985
que señala en el Punto 1 del art. 40: “forman parte del Patrimonio Histórico Español los
bienes muebles o inmuebles de carácter histórico, susceptibles de ser estudiados con
metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la
superficie o en el subsuelo, en el mar territorial o en la plataforma continental. Forman
parte, asimismo, de este patrimonio, los elementos geológicos y paleontológicos
relacionados con la historia del hombre y sus orígenes y antecedentes. Vamos a analizar
de manera pormenorizada este campo: “forman parte del Patrimonio Histórico Español
los bienes muebles o inmuebles…”
En primer lugar se señala que el campo de estudio de la arqueología lo constituyen
bienes muebles e inmuebles de carácter histórico. Ello implica que no se incluyen
aquéllos otros que no poseen carácter histórico. Se fija como campo de estudio todos los
bienes históricos, sean muebles (útiles, artefactos, herramientas, etc,) o inmuebles
(yacimientos, edificaciones, talleres, sitios, etc.) “…susceptibles de ser estudiados con
metodología arqueológica,…”.
Al señalarse que los bienes deberán ser abordados con metodología arqueológica –
prospección arqueológica, excavación arqueológica y estudio de materiales- se reduce la
amplia nómina de los bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español. Sólo
aquellos bienes sobre los que se ha proyectado un análisis arqueológico forman parte
del campo de estudio de la Arqueología. Por lo tanto un mismo bien puede ser o no
arqueología según se haya abordado con metodología arqueológica o sin ella. “…hayan
sido o no extraídos…”.
Los bienes arqueológicos mantienen su carácter de campo de estudio de la arqueología
independientemente se donde se encuentren: Sin localizar Localizados y sin extraer. Ya
extraídos son depositados en una institución para su conservación “…tanto si se
encuentran en la superficie o en el subsuelo, en el mar territorial o en la plataforma
continental...”. El emplazamiento concreto en el que se encuentre el bien arqueológico
resulta indiferente a la hora de su aceptación como elemento constitutivo de la
arqueología. Se incluye la ubicación superficial, el subsuelo y los hallazgos
subacuáticos. “…Forman parte, asimismo, de este patrimonio, los elementos geológicos
y paleontológicos relacionados con la historia del hombre y sus orígenes y
antecedentes”. Se consideran, así mismo bienes arqueológicos los elementos geológicos
y los restos paleontológicos relacionados con la historia del hombre.
Ciencia en Arqueología: “Desde hace una veintena de años, las ciencias vienen
ofreciendo a la Arqueología métodos ingeniosos y poderosos para utilizarlos en sus
investigaciones sobre ciertos aspectos del pasado prehistórico. En el siglo pasado, la
Geología sugería la utilización del método estratigráfico…Así mismo, Botánica y
Zoología han cooperado en la identificación de los vestigios vegetales y animales y la
petrografía ha estudiado la naturaleza de las rocas…Cada avance de este tipo provoca,
como es natural, una oleada de entusiasmo. Entre los nuevos campos son, a mi parecer,
los estudios demográficos, la organización económica (comprendido el comercio) y la
organización social…” Colin Renfrew, el alba de la civilización, pp. 120-122.
Tema 2. Nacimiento de la Arqueología
El ser humano es inquisitivo por naturaleza. Ello significa que siempre ha tenido interés
por las cosas antiguas o exóticas. El coleccionismo tiene su origen en este rasgo
típicamente humano. Sin embargo la perversión o enfermedad de esta tendencia propia
de ser humano es el denominado en Psicología “Síndrome de Diógenes” que lleva a una
acumulación.
Vemos cómo en yacimientos aparecen elementos de épocas anteriores: Cerro Castrejón
(arracada y hacha de piedra en época romana).
El coleccionismo es muy anterior a la aparición de la Arqueología como ciencia
histórica: En Roma los patricios mandaban traer de Grecia estatuas y objetos de
prestigio.
En la Edad Media las necesidades de culto forzaban a buscar reliquias, algo que ya
aparece al final del mundo romano (Santa Elena y la búsqueda de la Vera Cruz)
Punto de partida importantísimo es el Renacimiento (XIV.XV). En este momento los
reinos europeos se encuentran en un momento de esplendor.
El fenómeno de expansión europeo por el mundo –África, América, Asia- lleva a
conocer otras culturas y traer objetos que nutren las colecciones de reyes y nobles. Se
inicia un proceso de comparación, destacando Ulisses Aldovrandini que sugiere que
tales objetos podrían haberse usado antes en Europa.
Por otro lado, el deseo de volver al mundo clásico –Renascere- lleva a interesarse por
las ruinas romanas, que debían ser el modelo que debía servir a las nuevas
construcciones:
- Brunelleschi excava ruinas para inspirarse.
-Miguel Ángel toma parte en la búsqueda en las Termas de Caracalla, donde se localiza
la copia vaticana del conjunto Laocoonte y sus Hijos.
-Fontana localiza las ruinas de Pompeya, sepultada por la erupción del Vesubio en el
79.
La Arqueología antes del siglo XX: siglo XVIII
Las excavaciones de Pompeya, mandadas por el rey Carlos III suponían únicamente la
extracción de esculturas, objetos suntuarios y pinturas para adornar los palacios de la
época.
Cabe destacar en esta actividad al historiador del arte Winkelmann.
El resultado de las labores de “excavación” consistió en adornar los palacios de la
época, creando un gusto por el mundo grecolatino que se concreta en el cambio de
estilo, emergiendo el estilo Neoclásico.
Inglaterra y Francia se dedicarán a saquear los países que van dominando, trayendo sus
joyas a los museos que se van creando: Louvre, British Museum, etc.
La Arqueología antes del siglo XX: siglo XIX
El siglo XIX puede considerarse como el punto de arranque de la Arqueología
Científica:
- 1833: Charles Lyell publica Principles of Geology y Schmerling excava la Cueva de
Engis.
- 1837-48. Boucer de Perthes escava las terrazas del Somme en Abbeville.
- 1848. Darwin: Evolución de las Especies. Forbes Quarry.
- 1856. Neander: Cráneo de Homo Sapiens N.
- Frazer: The Golden Baunch.
Tendencias en Arqueología:
-Difusionismo:
La arqueología de entre siglos está marcada por el Difusionismo. El etnocentrismo
europeo marcaba esta tendencia.
Según sus partidarios, la fuente principal de diferencias y similitudes culturales no es la
inventiva de la mente humana, sino la tendencia de los humanos a imitarse entre sí. Los
difusionistas consideran las culturas como un mosaico de elementos derivados de una
serie fortuita de préstamos entre pueblos cercanos y distantes.
Ex Oriente Lux: La cuna de la Civilización estaba ubicada en el Próximo Oriente y se
consideraba que irradiaba desde ella (Egipto, Mesopotamia).
Dentro del Difusionismo se dieron varias corrientes:
-Monodifusionismo o difusionismo radical: Considera que a través de una sola
civilización por contacto se desarrollaron las demás. El ejemplo más radical de
difusionista es el británico Grafton Elliot Smith que reclama a Egipto como origen de
toda la civilización.
-Polidifusionismo: Consideraba que ciertos avances se habían dado en múltiples
lugares a la vez, y que por expansión entraban en contacto entre sí, por lo que era
imposible que hubiese civilizaciones aisladas. Mediante ese contacto, se desarrollaría la
sociedad.
-Evolucionismo:
Parte de la constancia de que es imposible explicar la totalidad del fenómeno cultural
por mecanismos difusionistas. Surge en América como consecuencia de su aislamiento
respecto de Europa y Asia.
El mecanismo explicativo del evolucionismo es el hecho de que en contextos diferentes
pueden darse respuestas similares ante las mismas necesidades del grupo humano.
Las pirámides del antiguo Egipto y de Mesoamérica vendrían a valar esta hipótesis.
-Historicismo:
Parte del trabajo de arqueólogos prehistoriadores europeos, fundamentalmente franceses
.Su objetivo era reconstruir la historia de etapas anteriores a los documentos. Su trabajo
fue ímprobo, excavando y analizando cientos de yacimientos prehistóricos.
Dentro de la tendencia historicista se diferencian varias corrientes:
- Historicismo cultural.
- Historicismo marxista.
-Historicismo estructuralista.
-Tendencias actuales:
Nueva Arqueología (Analítica, Procesual): El objetivo será la reconstrucción del
proceso social, que se realiza a través del registro arqueológico. Ahora bien, éste no se
limita a los restos materiales, sino que el clima, flora y fauna serán condicionantes a los
que el hombre se adapta. Los cambios no se producen, en consecuencia, por difusión,
sino por una evolución interna.
Arqueología Marxista: Estudia la forma de avance de la sociedad, a través de la Teoría
Dialéctica, el Materialismo Histórico y la Superestructura.
Arqueología Postprocesual (Minorías, Feminista): Estudia las realidades sociales que
han sido menospreciadas desde un punto de igualdad y justicia (como racismo o
feminismo).
Arqueología Espacial: Estudia el espacio geográfico donde se ha dado una sociedad.
Arqueología de la Muerte: Estudia los métodos funerarios de las distintas sociedades.
Arqueología de la Producción: Estudia los métodos de producción económicos de las
diferentes sociedades.
Arqueología Inmaterial: Estudio los bienes inmuebles que se han dado.
Tema 3. Fuentes de la Arqueología.
Concepto: Fuente es todo material que aporta información al objeto de estudio.
Definición de fuente y de fuente en Arqueología: Fuente: Materiales, documentos o
referencias que aluden a los remanentes físicos que estudiamos.
Especificidad: al tratarse de etapas históricas muy diversas la cantidad y calidad de las
fuentes son variables, en algunos períodos históricos algunas de ellas son abundantes y
poseen una gran fiabilidad, en tanto que en otros son inexistentes de de menor valía.
Clasificación de las fuentes en Arqueología:
• Fuentes Materiales
• Fuentes Arqueológicas
• Fuentes Numismáticas
• Fuentes Epigráficas
• Etnográficas
• Artísticas
• Fuentes Documentales
• Fuentes Gráficas
• Fuentes Orales
• Fuentes Toponímicas
Fuentes materiales
Están constituidas por los bienes muebles e inmuebles. Se dividen en:
Fuentes Directas
Fuentes Recuperadas
Fuentes Desaparecidas
-Fuentes directas: Son aquéllas que pueden ser abordadas directamente, al haber
llegado hasta nosotros. En general no han sufrido proceso de recuperación ni grandes
transformaciones. Pueden ser:
Fuentes Muebles: Herramientas, maquinarias, útiles y aperos.
Fuentes Inmuebles: Fábricas, talleres e instalaciones.
-Fuentes recuperadas: Aquéllas que habían desaparecido y han vuelto a la luz
mediante el trabajo de investigación. Si la recuperación se ha llevado a cabo con
metodología arqueológica, estas fuentes son arqueológicas.
-Fuentes desaparecidas: Las fuentes desaparecidas no tienen entidad física. Se
conocen a través de las huellas o improntas que permanecen de ellas. Son, por lo tanto,
elementos “en negativo”.
Fuentes Arqueológicas
Representadas por los materiales recuperados y por el propio yacimiento. Se obtiene a
través de:
-La Prospección Arqueológica: Implica un estudio superficial del conjunto
relacionado con la Arqueología.
-La Excavación Arqueológica: Es el estudio exhaustivo del establecimiento
relacionado con la Arqueología Industrial
-El Estudio Arqueológico de los Materiales: Consiste en el estudio de los materiales
extraídos durante la prospección o excavación arqueológica y sometidos a un proceso de
análisis, descripción y documentación de los mismos
Fuentes gráficas
Son las constituidas por croquis, planos, fotografías, grabados, etc., Cada vez tienen
más importancia, ya que se ha acumulado gran cantidad de material gráfico procedente
de los estudios arqueológicos, a los que hay que añadir las fuentes gráficas históricas.
Fuentes numismáticas
Las fuentes numismáticas son un tipo especial de fuentes materiales. Actúan desde una
doble vertiente:
- Por un lado constituyen una fuente de apoyo de la Arqueología, suministrando
información sobre objetos o yacimientos arqueológicos.
- Por otro, constituyen una parte del material arqueológico que debe estudiarse.
Fuentes epigráficas
La Epigrafía es una fuente material. Ciencia que tiene por objeto el estudio integral de
las inscripciones o epígrafes. Aborda tanto su materia y forma como su contenido.
Fuentes etnográficas
Consiste en comparar dos culturas que se consideran próximas en su nivel de desarrollo,
una extinta y otra viva. Se parte de la consideración que los grupos humanos ante
iguales desafíos generan respuestas similares. Esta fuente presenta muchos
inconvenientes y debe ser utilizada con muchas precauciones. Binford trazó
paralelismos entre los Nunamiuk y los cazadores-recolectores del Magdaleniense. El
método comparativo se utilizó mucho durante el siglo XX.
Fuentes topográficas
La Toponimia es el estudio de los nombre los lugares. Proviene de τόπος-lugar + νομα-
nombre. La denominación de los sitios puede constituir una permanencia, aunque
veremos que se dan grandes cambios, incluso en una generación. La Toponimia puede
ser:
1. Toponimia Mayor
2. Toponimia Menor
Tipos de topónimos
Antroponimia (nombres de personas aplicadas a la toponimia): Chamartín.
Eponimia (términos de objetos o lugares procedentes de un antropónimo.) : García
Fortún.
Hagionimia (relación con el nombre de los santos, es fuente de algunos topónimos
modernos.): San García.
Teónimia (referido a los nombres de dioses en culturas politeístas.): Carluc.
Etnonimia: (estudio de los nombres que se aplican a grupos étnicos).
Autónimos (nombres que se dan así mismos los diversos grupos humanos):
Mexicas.
Exónimos (nombres dado a ciertos grupos humanos, por otros grupos étnicos
vecinos, a un cierto grupo humano): Chichimecas.
Gentilicios (gentilicios son nombres de grupos humanos a veces convertidos en
etnónimos que derivan históricamente de algún tipo de topónimo.): Astures,
Galaicos, Vascones.
Hidronimia (referido a los nombres que se designan masas de agua, como ríos):
Río Guadalquivir.
Talasonimia (Nombres de mares océanos) : Mare Nostrum.
Litonimia (Nombres de masas de agua estancadas): Saltus Castulonensis.
Limnonimia (Nombres de formaciones rocosas): El salobral.
Odonimia (nombres de vías de acceso): Vía Appia.
Oronimia (nombres de montañoso sistemas montañosos): Mons Pyrena.
Fuentes artísticas
Las fuentes artísticas permiten visualizar objetos o monumentos que han desaparecido
o se encuentran muy transformados. Ofrece una imagen verídica del momento en el que
se elaboró la representación Debe tenerse en cuenta que la representación no siempre
mantiene todos los rasgos o características, ya que puede ser simplificado, etc.
Fuentes escritas
Se trata de referencias escritas sobre los bienes de la Arqueología. Se estructuran en
Fuentes literarias y Fuentes Documentales:
Fuentes literarias: Obras de carácter narrativo que aluden directa o indirectamente a
elementos de la Arqueología Industrial
Fuentes documentales: Escritos que reflejan las características intrínsecas del bien o de
su funcionamiento
Fuentes orales
Información transmitida por persona relacionada con el bien arqueológico objeto de
estudio. Esta información resulta valiosísima, ya que proporciona muchos datos acerca
de la vida del bien arqueológico, información que no está contenida en otro tipo de
documentación.
Desafortunadamente tiene un límite, ya que los testimonios son siempre subjetivos y los
casos particulares no pueden elevarse a regla general. El medio de obtención de datos es
mediante las entrevistas personales. Suele ser especialmente útil el método etnográfico
para la obtener el máximo de información. Los principales problemas de la veracidad de
las fuentes orales están relacionados con la elección y pago de los informantes, la
protección de los informantes y los problemas de recuerdo (nivelación y agudización de
los recuerdos).
Tema 4: La prospección arqueológica
La prospección arqueológica es un término que normalmente se emplea para describir el
uso de varias técnicas que aplicadas a un sitio sirven para determinar la ubicación de
éste y de sus rasgos enterrados.
Una de sus principales limitaciones es que la interpretación de los resultados está
restringida a la localización de estructuras. La información acerca de las actividades del
hombre y el medio en el cual vive reside en el suelo mismo y en las cosas encontradas
en, bajo y sobre éste. La 'información intrínseca' está contenida en el material que
forma el suelo y en su distribución en el entorno.
Literalmente es “echar una ojeada”. Se trata de un estudio arqueológico previo. No
cierra la investigación sino que la deja abierta.
El estudio de un sitio arqueológico mediante el uso de técnicas geofísicas y geoquímicas
es posible gracias a que los asentamientos humanos necesariamente modifican el ciclo
natural de la formación del suelo y producen alteraciones físicas que concentran
compuestos químicos y acumulan vestigios culturales. La intensidad de tales
modificaciones depende del tiempo de ocupación, el número de habitantes y el tipo de
actividades realizadas. La mayoría de estos cambios son permanentes y pueden ser
detectados miles de años después, son intrínsecos al suelo o forman parte de los
sedimentos.
Durante la excavación, el arqueólogo inevitablemente destruye este contexto, pero si no
es posible evitar la destrucción, si se pueden buscar nuevas opciones para minimizarla.
Una de éstas es la prospección arqueológica. Del mismo modo en que los cirujanos
hacen un diagnóstico antes de una intervención quirúrgica, para hacer la excavación
más eficiente y menos destructiva el arqueólogo incluye una serie de estudios
preliminares.
Actualmente existen numerosas ciencias y técnicas aplicadas a la arqueología moderna.
Existe una gran semejanza entre el papel que desempeña el diagnóstico clínico y sus
técnicas para conocer el cuerpo humano como la topografía computarizada, el
ultrasonido, los estudios radiográficos y el análisis bioquímico de laboratorio y la forma
en que la prospección arqueológica utiliza técnicas para obtener información del
contexto enterrado antes de proceder a la excavación como los estudios con el radar de
penetración, el magnetómetro, el equipo para medición de la resistencia eléctrica y el
análisis químico de sedimentos.
La gran responsabilidad de preservar y estudiar el patrimonio artístico y cultural, así
como la escasez de tiempo y recursos obligan a la arqueología moderna a utilizar
técnicas denominadas de percepción remota, con las cuales se puede obtener
información relevante sin dañar el contexto arqueológico.
El origen y desarrollo de los métodos de prospección aplicados en la arqueología se
deben principalmente a tres circunstancias:
1. La alarmante velocidad de destrucción de la evidencia arqueológica como
consecuencia del desarrollo urbano y la agricultura mecanizada. Especialmente en
países con una importante y larga tradición arqueológica, cada vez que se lleva a efecto
una excavación para instalar una tubería, líneas de comunicación o construir cimientos,
hay muchas probabilidades de encontrar rasgos arqueológicos.
Por otro lado, debido al aumento de potencia de los tractores, muchas estructuras
presentes en campos de cultivo, son destruidas durante el trabajo agrícola.
2. El segundo factor es el incremento en los costos del trabajo arqueológico y la
restricción de recursos.
Los problemas económicos en todo el mundo han afectado está disciplina, haciendo más
difícil la obtención de fondos para las excavaciones.
Para continuar con su desarrollo es urgente buscar otras opciones, estudiar los sitios en
menos tiempo, con menor costo y sin perder información.
3. El último factor es el importante papel que desempeñan los saqueadores y los
buscadores de"tesoros arqueológicos" en la destrucción de objetos y de contextos. El
saqueo elimina toda posibilidad de asociar el material arqueológico con un contexto. Es
el más dañino de los enemigos del arqueólogo y del patrimonio de una nación.
Para obtener una información completa es necesario combinar técnicas en una secuencia
ordenada y aplicar cada una en el momento en que resulte más valiosa y eficiente. Esta
secuencia intenta obtener la más completa información sobre un sitio arqueológico
estudiando las propiedades químicas y físicas de los sedimentos; y así evitar la
destrucción del contexto, ayudar al arqueólogo a decidir dónde y cuánto debe excavar y
hacer que la operación proporcione más datos y reditúe más en tiempo y dinero.
Prospección Superficial: El estudio del material arqueológico de superficie
proporciona una imagen muy limitada comparada con la complejidad de la cultura
material.
La información que proporciona cualquier técnica de prospección aislada es muy
limitada, y como consecuencia, la interpretación resulta dificultosa.
Fotografía Aérea: El primer reconocimiento aéreo dedicado a la arqueología fue
realizado por Crawford (1928) alrededor de 1920. Su primera publicación (Wessex from
the Air) inició el uso de la fotografía aérea como técnica de prospección.
Poco más tarde, J. S. P. Bradford (1957) aprovechó su experiencia como piloto durante
la segunda Guerra Mundial y publicó Ancient Landscapes.
Estos autores establecieron la relación entre los hechos culturales que modifican las
características del suelo y varios tipos de marcas en el suelo observables desde el aire.
La característica más distintiva de la fotografía aérea es su capacidad de abarcar grandes
extensiones en una simple imagen y establecer la correlación entre rasgos que son
imposibles de apreciar a nivel del suelo.
También muestra patrones de distribución que facilitan la detección y delimitación de
posibles sitios de estudio.
Las marcas en la superficie del suelo son clasificadas en dos grandes grupos que
dependen del momento en que son vistas:
• Huellas estacionales, entre los que se incluyen las marcas de cultivo de suelo, de
nieve, etc.
• Huellas permanentes, como las sombras producidas por la luz rasante.
Normalmente, para que se produzca una marca en la superficie es necesario que los
restos arqueológicos no estén a más de un metro de profundidad.
Las huellas superficiales se deben a diferencias en las características químicas, físicas y
biológicas de las capas superiores.
La mayoría de las marcas son producidas por el comportamiento diferencial del suelo
cuando un agente actúa uniformemente sobre la superficie.
Es poco probable que un objeto enterrado profundamente modifique la superficie para
producir una marca.
Rayos X: Se trata de una fotografía especial. Su uso se propagó a la Arqueología a
partir de los estudios radiológicos de los materiales y de su uso en la construcción.
Se aplica al subsuelo para obtener una imagen de materiales y estructuras subyacentes
Problema es la definición de estructuras superpuestas y el coste del equipo
Prospección Geoeléctrica: Las técnicas geofísicas se dividen en dos:
• Métodos pasivos que sólo miden la variación de las propiedades
• Métodos activos que producen una alteración y miden el comportamiento del terreno.
La medición de la resistencia eléctrica es una técnica geofísica activa.
Se basa en el contraste de las propiedades eléctricas del suelo.
En este caso, el contraste de propiedades entre los restos arqueológicos y su contexto
depende de la naturaleza de los materiales, la profundidad y forma de los restos, la
proximidad entre ellos y el contenido de humedad del suelo. Si este contraste es
suficientemente grande, los rasgos arqueológicos serán detectados.
Atkinson fue el primero que aplicó la medición de la resistencia eléctrica a la
arqueología, en Inglaterra en 1946. Después, esta técnica ha sido aplicada exitosamente
en muchos otros sitios.
La propiedad medida es la resistencia que presenta el suelo al paso de la corriente
eléctrica. Debido a que esta resistencia se refiere a una porción específica del suelo, con
dimensiones definidas es necesario emplear un factor dimensional; puede ser definida
como la resistencia ofrecida por un cubo de tierra de dimensiones unitarias.
El concepto de resistividad eléctrica aparente se introdujo para tratar la resistencia
eléctrica de un suelo que no es necesariamente homogéneo.
La forma más común para medir esta propiedad es por medio de electrodos, que se
colocan en el terreno según las necesidades específicas de estudio. Estos arreglos
introducen corriente eléctrica (técnica activa) con dos de los electrodos y miden la
diferencia de potencial producida por el flujo de la corriente que circula a través del
terreno gracias a otro par de electrodos.
Prospección Magnética: Uno de los arreglos más utilizados es el Wenner, donde
cuatro electrodos metálicos se alinean simétricamente al centro del arreglo. Los
electrodos externos introducen la corriente eléctrica, mientras los internos miden el
voltaje.
En este arreglo, la forma del campo eléctrico producido es similar a un huso, con los
electrodos externos en sus extremos.
La profundidad máxima es aproximadamente igual a la distancia entre los electrodos
externos.
La distancia entre electrodos es una de las mayores diferencias entre las aplicaciones
geológicas y arqueológicas. En el trabajo arqueológico, la distancia entre electrodos es
pequeña pues los rasgos normalmente se encuentran cerca de la superficie.
El reconocimiento magnético es por mucho la técnica de prospección más ampliamente
usada en arqueología, quizá debido a su confiabilidad y fácil uso.
Se basa en la medición de pequeños cambios en las propiedades magnéticas del terreno.
Está considerada como una técnica geofísica pasiva.
Aun cuando se midieron estas propiedades y se hicieron algunas prospecciones
magnéticas a principios de siglo, no fue sino hasta 1958 cuando Aitken aplicó el
magnetómetro de protones a la arqueología.
El objetivo era detectar el magnetismo termorremanente producido por hornos y fuego,
pero esos primeros experimentos mostraron nuevas posibilidades de aplicación para
descubrir otros rasgos arqueológicos con menos diferencias en su susceptibilidad
magnética.
La teoría puede ser explicada en forma sencilla.
El campo magnético total en cualquier punto de la superficie de la Tierra es la suma de
variaciones locales (características geológicas o arqueológicas), sumadas a las
variaciones en la intensidad del campo magnético terrestre.
Esto significa que el campo magnético total es distinto para cada punto geográfico y que
puede ser medido con el magnetómetro.
En arqueología, los magnetómetros más comunes son los de protones, capaces de medir
pequeñas variaciones en la intensidad del campo magnético total.
Con este equipo es posible registrar lecturas en distintos puntos de un sitio
arqueológico; el recorrido sistemático de la superficie permitirá la interpretación final.
La interpretación de anomalías es quizá el paso más importante en la prospección
magnética. Es necesario considerar algunas influencias perturbadoras. Estas anomalías
se desplazan un poco hacia el sur con respecto a su origen. En una curva de perfil
normal existen dos aspectos asociados: un valor magnético mínimo hacia el norteun
valor máximo hacia el sur.
Prospección electromagnética: Técnica desarrollada con propósitos militares y que
encontró otras interesantes aplicaciones.
En la arqueología se ha intentado usar como sustituto de los métodos eléctricos para
evitar la tediosa actividad de insertar los electrodos en el terreno. Por desgracia, los
primeros experimentos mostraron que, aunque teóricamente debe ser posible los
resultados en la práctica han sido insuficientes.
Debido a su capacidad para detectar metales conductores, ha sido muy útil en la
detección de monedas y artefactos metálicos.
Prospección química: El análisis químico de los suelos es probablemente una de las
técnicas de prospección menos usadas. Es un procedimiento que requiere mucho
tiempo. Ha sido aplicado en diversos sitios desde que Arrhenius (1963; Cook y Heizer
1965) la aplicó a la arqueología. Posee un bajo coste.
El análisis de fosfato es la más popular de las herramientas químicas de prospección,
pues este compuesto persiste en el suelo durante largos periodos. Debido a que las
actividades humanas desechan en la superficie una gran cantidad de materiales que
contienen este elemento, su acumulación puede ser detectada. Existen al menos diez
elementos que funcionan como indicadores químicos directamente asociados a
actividades humanas. Además, hay otros que pueden ser usados de la misma forma que
los geoquímicos y que se emplean para detectar depósitos minerales. Estas condiciones
son propicias para utilizar los elementos químicos como indicadores en el estudio e
interpretación de asentamientos humanos.
Georadar o Radar de Baja Cota: El Georadar o radar de baja cota consiste en la
emisión de ultrasonidos que permitan la localización de elementos geológicos
localizados en el subsuelo.
El principio técnico es el mismo del radar aéreo. Su origen está ligado al análisis de
estructuras viarias. Se ha extendido su uso en Arqueología a partir de los años 90. Hoy
constituye un sistema eficaz de prospección del subsuelo.
Los costes son asequibles y permiten obtener un visionado del terreno a través de un
programa informático.
Tema 5: La excavación arqueológica
Excavación: Procedimiento fundamental de recuperación de testimonios materiales del
pasado. Exhumación sistemática de los depósitos arqueológicos estratificados, que se
encuentran total o parcialmente enterrados en un yacimiento.
El desarrollo de la excavación arqueológica como técnica científica se vincula a la
percepción del fenómeno geológico de la estratificación en el siglo XIX de la mano de
la Geología.
La excavación:
Ley 16/85 de PHE
-“Son excavaciones arqueológicas las remociones en la superficie, en el subsuelo o en
los medios subacuáticos que se realicen con el fin de descubrir e investigar toda clase de
restos históricos o paleontológicos, así como los componentes geológicos con ellos
relacionados”.
-“Toda excavación o prospección deberá ser expresamente autorizada por la
Administración competente. Si no será ilícita”.
- “La autorización obliga a entregar los objetos obtenidos, inventariados, catalogados y
acompañados de una Memoria”.
- “La Administración podrá ordenar la ejecución de excavaciones o prospecciones en
cualquier terreno público o privado del territorio español donde se presuponga la
existencia de yacimientos”.
- “El descubridor y el propietario del lugar en que hubiere sido encontrado el objeto
tienen derecho, en concepto de premio en metálico, a la mitad del valor que en tasación
legal se le atribuya, que e distribuirá entre ellos por partes iguales”.
-“La realización de excavaciones arqueológicas será sancionada con una multa de
150.253,03 €”.
Preparativos:
-Permiso de excavación: Lugar, duración, destino de los materiales, normas de
publicación. Concedido por la autoridad competente (Ministerio de Cultura,
Comunidades Autónomas).
- Financiación: subvenciones, empresas, particulares.
- Personal: equipo de trabajo: especializado y voluntario.
-Infraestructuras: alojamiento, seguridad, material.
Estrategias:
Variadas, dependen de las características del yacimiento:
1. Sondeo aislado.
2. Trinchera.
3. Cuadrantes.
4. Cuadrículas.
5. Área abierta (Open Areas).
6. Mixto.
Sondeo: Sistema más antiguo y básico. Se denomina también cata estratigráfica, es un
método agresivo de prospección.
Se denominan Transects: catas alargadas y estrechas.
Trincheras: Sistema de excavación muy antiguo. Sólo es útil para excavar estructuras
lineales como muros, fosas o calles. Como ventaja tiene que se obtienen rápidamente
datos y resultados pero es difícil generalizarlos.
Sistema de Cuadrantes: Es desarrollado por Van Gieffen. Consiste en subdividir el
área a excavar en cuadrantes e ir excavando los opuestos, dejando entre ellos testigos
que se levantan al final.
Cuadrículas: se delimitan cuadriculas uniformes que se excavan, dejando una
separación entre ellas que se denominan testigos.
Área abierta: Del mismo modo que las cuadriculas pero sin testigos.
Antes del método:
La arqueología nace como respuesta al interés por la Antigüedad y sus monumentos. A
partir del Renacimiento hay una búsqueda de objetos del mundo greco-latino.
Con el siglo XVIII se comienza la excavación de ciudades y monumentos de época
clásica de manera sistemática (Pompeya, Herculano, etc.).Se buscaba el objeto y se
despreciaba el yacimiento, que carecía de interés en la mayoría de los casos.
El movimiento romántico significó un gran avance en el campo de la Arqueología:
• Se interesaba por países exóticos
(Oriente y N. África).
• Puso de moda la Edad Media.
• Las clases acomodadas llevaban a
cabo viajes y exploraciones.
• Se incrementa el deseo de
coleccionismo..
El Método Laplace-Wheeler:
Desarrollado por M. Wheeler y K. Kenyon en 1954 y 1956. Parte de un registro
tridimensional a partir de un Punto origen (PO) organizado la excavación en un
reticulado con cuadrícula de 5 x 5 m, las cuadrículas a su vez se subdividen en sectores
de 1 m2. Además:
-Para facilitar el trabajo y la excavación se mantienen testigos de 1 m.
-Mantiene zonas de reserva que no se excavan
-El registro arqueológico se basa en la estratigrafía.
-Los materiales quedan registrados con un sistema tridimensional.
Problemas:
• Los testigos dificultan la lectura de las estructuras y de las relaciones estratigráficas e
impide la visión de conjunto.
• Parte del material queda en los testigos, lo que dificulta su recuperación
• La lectura de los niveles se realiza en perfiles, que sólo son un corte de las estructuras,
no en el conjunto de las mismas
• En conjuntos complicados hay una verdadera dificultad de profundizar en el subsuelo.
• Intrusiones o contaminaciones de testigos.
El Método Harris:
Es un sistema de unidades estratigráficas basado en:
- No existen elementos de separación
- Cada elemento diferenciado es una UE
(unidad estratigráfica)
- Las UE pueden ser positivas o
negativas (interfaz)
- Las UE pueden ser anteroposteriores o
adosadas
- Las UE no implican secuencia
histórica per se.
La Matriz de Harris:
Expresión en forma de diagrama de la secuencia estratigráfica, partiendo de las
relaciones físicas entre las distintas unidades. Se desarrolla durante el proceso de
excavación, y se convierte en controlador y garante del proceso de excavación.
La Estratigrafía Muraria: El Método Patrenti-Francovich:
El Sistema de Estratigrafía Muraria nace con los profesores Parenti y Francovich que
aplicaron los principios de las matrices de Harris a las estructuras emergentes
(construcciones). Nace así la estratigrafía muraria o arqueología arquitectónica.
Es el sistema más utilizado en arqueología industrial, ya que permite analizar las fases
de ocupación y transformación de las edificaciones o elementos emergentes. Se lleva a
cabo fundamentalmente a través de la Fotogranometría.
Tema 6: La Arqueología Subacuática:
Concepto
-La arqueología subacuática es una subdisciplina de la arqueología que se dedica al
estudio de los yacimientos, los objetos, los restos humanos y los paisajes que se
encuentran bajo el agua.
- La arqueología subacuática debe encuadrarse en el ámbito de la arqueología marina,
que estudia las relaciones entre los seres humanos y los ríos, lagos y océanos, y es
complementaria de la arqueología náutica, que estudia la construcción y el uso de las
naves.
El yacimiento arqueológico subacuático
- El yacimiento arqueológico subacuático está formado por estructuras sumergidas, que
en algún momento se encontraron en superficie y que por efecto de las subidas del nivel
del mar o por el fenómeno de subducción, hoy se localizan a una determinada cota bajo
el mar.
- Así mismo son yacimientos subacuáticos los llamados “pecios”, es decir, las
embarcaciones hundidas en el mar. Éstos últimos son los más numerosos, ya que desde
la Prehistoria se han producido naufragios o hundimientos de embarcaciones.
Documentación
- Antes de comenzar la labor arqueológica propiamente dicha debe recurrirse a
documentar el yacimiento.
- Poseemos diferentes fuentes:
- Fuentes Materiales: restos localizados previamente
- Fuentes Arqueológicas: restos recuperados en anteriores intervenciones
- Fuentes Documentales y gráficas: provenientes de archivos o colecciones
- Fuentes toponímicas: Topónimos alusivos
Prospección
- El sonar de barrido lateral
El sonar de barrido lateral es hoy la principal herramienta utilizada en la arqueología
subacuática
Fue desarrollada con fines militares al final de la Segunda Guerra Mundial (años 50 del
siglo XX) Empezó a ser usado con fines académicos a fines de siglo
En 1960 la firma Kelvin Hughes comercializó el Fisherman’s Asdic que podía usarse
como un sonar lateral. En 1966 creó el Transit Sonar montado en un tubo situado en un
lateral del casco del buque. Ambos dispositivos de uso comercial estaban orientados a la
localización de bancos de peces por buques arrastreros.
- En 1962 el profesor Harold E. Edgerton montó un dispositivo transductor que emitía
un haz cónico de tan solo 12kHz para usarlo como un sonar lateral. En 1963, junto a
Edward P. Curley y John Yules localizaron el pecio de Vineyard Lightship.
El primer sonar de barrido lateral propiamente dicho fue desarrollado por Martin Klein,
colaborador de la compañía creada por Edgerton entre los años 1962 y 1967
En 1967 se lanzo EG&G’s Mark I, el primer sonar dual de barrido lateral comercial con
un coste de 20.000 $. En agosto de ese mismo año fue usado por George Bass en la
localización de un pecio romano en la costa de Turquía. Éste fue el primer pecio
localizado con un sistema de detección remoto. 2 meses más tarde el mismo dispositivo
usado en combinación con un perfilador de fondos localizó el pecio del Mary Rose
El funcionamiento del sonar es el mismo que el del radar (ondas electromagnéticas),
solo que con ultrasonidos
Las señales acústicas emitidas por el sonar rebotan en el fondo marino y en los objetos
depositados sobre el creando una imagen de este. El cruce de los datos de rebote de las
ondas ofrece información sobre el tamaño de los objetos detectados
Las ondas se emiten desde un dispositivo que puede estar situado en el casco de un
buque o, de forma más común, arrastrado por un cable cerca del fondo marino. El
mismo cable sirve de transmisor para los datos captados por el sonar. Las ondas se
emiten de forma perpendicular a la dirección del vehículo. La intensidad de las ondas
suele ser de entre 100kHz y 500kHz, a más intensidad la imagen obtenida es más
precisa pero se pierde radio de acción.
Excavación Subacuática
La arqueología subacuática ha desarrollado un conjunto de técnicas que le son propias:
- Medios de superficie: barco nodriza con la infraestructura adecuada.
- Sistemas de baliza, succión y apoyo al equipo
- Medios humanos (buceo o escafandra)
- Medios submarinos autónomos (batiscafo)
Conservación “in situ”
- En la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural
Subacuático de 2001 se estipula que la conservación in situ será considerada la opción
prioritaria para proteger el patrimonio cultural subacuático, cuando no haya algún tipo
válido de justificación para una intervención o recuperación
- La preferencia concedida a la conservación in situ tiene en cuenta la integridad de los
sitios, la información que pueden arrojar en el futuro y el hecho de que –debido al bajo
grado de oxígeno- la conservación subacuática resulta más fácil y menos onerosa que
sacar el patrimonio cultural fuera del agua
- Importante es mencionar el interés del público y el turismo. Museos y sitios turísticos
que combinan la fascinación del entorno subacuático y los artefactos culturales
sumergidos ha dado lugar a una nueva forma de turismo
- En la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural
Subacuático de 2001 se estipula que la conservación in situ será considerada la opción
prioritaria para proteger el patrimonio cultural subacuático, cuando no haya algún tipo
válido de justificación para una intervención o recuperación
- La preferencia concedida a la conservación in situ tiene en cuenta la integridad de los
sitios, la información que pueden arrojar en el futuro y el hecho de que –debido al bajo
grado de oxígeno- la conservación subacuática resulta más fácil y menos onerosa que
sacar el patrimonio cultural fuera del agua
- Importante es mencionar el interés del público y el turismo. Museos y sitios turísticos
que combinan la fascinación del entorno subacuático y los artefactos culturales
sumergidos ha dado lugar a una nueva forma de turismo
Texto de la Convención de la UNESCO sobre el Patrimonio Cultural Subacuático
La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura, en su 31ª reunión, celebrada en París del 15 de octubre al 3 de
noviembre de 2001,
Reconociendo la importancia del patrimonio cultural subacuático como parte integrante
del patrimonio cultural de la humanidad y elemento de particular importancia en la
historia de los pueblos, las naciones y sus relaciones mutuas en lo concerniente a su
patrimonio común,
Consciente de la importancia de proteger y preservar ese patrimonio cultural
subacuático y de que la responsabilidad de esa tarea incumbe a todos los Estados,
Observando el creciente interés y aprecio del público por el patrimonio cultural
subacuático,
Convencida de la importancia que la investigación, la información y la educación tienen
para la protección y preservación del patrimonio cultural subacuático,
Convencida de que el público tiene derecho a gozar de los beneficios educativos y
recreativos que depara un acceso responsable y no perjudicial al patrimonio cultural
subacuático in situ y de que la educación del público contribuye a un mejor
conocimiento, aprecio y protección de ese patrimonio,
Consciente de que el patrimonio cultural subacuático se ve amenazado por actividades
no autorizadas dirigidas a dicho patrimonio y de la necesidad de medidas más rigurosas
para impedir esas actividades,
Consciente de la necesidad de dar una respuesta adecuada al posible impacto negativo
en el patrimonio cultural subacuático de actividades legítimas que puedan afectarlo de
manera fortuita,
Profundamente preocupada por la creciente explotación comercial del patrimonio
cultural subacuático y, especialmente, por ciertas actividades que tienen por objetivo la
venta, la adquisición o el trueque de patrimonio cultural subacuático,
Consciente de la disponibilidad de tecnología de punta que facilita el descubrimiento
del patrimonio cultural subacuático y el acceso al mismo,
Convencida de que la cooperación entre los Estados, organizaciones internacionales,
instituciones científicas, organizaciones profesionales, arqueólogos, buzos, otras partes
interesadas y el público en general es esencial para proteger el patrimonio cultural
subacuático,
Considerando que la prospección, extracción y protección del patrimonio cultural
subacuático, además de un alto grado de especialización profesional, requiere un acceso
a métodos científicos especiales y la aplicación de éstos, así como el empleo de técnicas
y equipos adecuados, para todo lo cual se necesitan criterios rectores uniformes,
Consciente de la necesidad de codificar y desarrollar progresivamente normas relativas
a la protección y la preservación del patrimonio cultural subacuático conformes con el
derecho y la práctica internacionales, comprendidas la Convención sobre las Medidas
que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la
Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales, aprobada por la UNESCO el
14 de noviembre de 1970, la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial,
Cultural y Natural, aprobada por la UNESCO el 16 de noviembre de 1972 y la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 10 de diciembre de
1982,
Resuelta a mejorar la eficacia de las medidas adoptadas en el ámbito internacional,
regional y nacional con objeto de preservar in situ el patrimonio cultural subacuático o,
de ser necesario para fines científicos o para su protección, de proceder cuidadosamente
a la recuperación del mismo,
Habiendo decidido, en su 29ª reunión, que esta cuestión sería objeto de una convención
internacional,
Aprueba el día 2 de noviembre de 2001, la presente Convención.
Artículo 1 – Definiciones
A los efectos de la presente Convención:
1. (a) Por “patrimonio cultural subacuático” se entiende todos los rastros de existencia
humana que tengan un carácter cultural, histórico o arqueológico, que hayan estado bajo
el agua, parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante 100
años, tales como:
(i) los sitios, estructuras, edificios, objetos y restos humanos, junto con su contexto
arqueológico y natural;
(ii) los buques, aeronaves, otros medios de transporte o cualquier parte de ellos, su
cargamento u otro contenido, junto con su contexto arqueológico y natural; y
(iii) los objetos de carácter prehistórico.
2. (b) No se considerará patrimonio cultural subacuático a los cables y tuberías tendidos
en el fondo del mar.
(c) No se considerará patrimonio cultural subacuático a las instalaciones distintas de los
cables y tuberías colocadas en el fondo del mar y todavía en uso.
2. (a) Por “Estados Partes” se entiende los Estados que hayan consentido en obligarse
por esta Convención y respecto de los cuales esta Convención esté en vigor.
(b) Esta Convención se aplicará mutatis mutandis a los territorios mencionados en el
apartado b) del párrafo 2 del Artículo 26 que lleguen a ser Partes en esta Convención de
conformidad con los requisitos definidos en ese párrafo; en esa medida, el término
“Estados Partes” se refiere a esos territorios.
3. Por “UNESCO” se entiende la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura.
4. Por “Director General” se entiende el Director General de la UNESCO.
5. Por “Zona” se entiende los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los
límites de la jurisdicción nacional.
6. Por “actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático” se entiende las
actividades cuyo objeto primordial sea el patrimonio cultural subacuático y que puedan,
directa o indirectamente, alterarlo materialmente o causarle cualquier otro daño.
7. Por “actividades que afectan de manera fortuita al patrimonio cultural subacuático” se
entiende las actividades que, a pesar de no tener al patrimonio cultural subacuático
como objeto primordial o secundario puedan alterarlo materialmente o causarle
cualquier otro daño.
8. Por “buques y aeronaves de Estado” se entiende los buques de guerra y otros navíos o
aeronaves pertenecientes a un Estado o utilizados por él y que, en el momento de su
hundimiento, fueran utilizados únicamente para un servicio público no comercial, que
sean identificados como tales y que correspondan a la definición de patrimonio cultural
subacuático.
9. Por “Normas” se entiende las Normas relativas a las actividades dirigidas al
patrimonio cultural subacuático, tal y como se mencionan en el Artículo 33 de la
presente Convención.
Artículo 2 - Objetivos y principios generales
1. La presente Convención tiene por objeto garantizar y fortalecer la protección del
patrimonio cultural subacuático.
2. Los Estados Partes cooperarán en la protección del patrimonio cultural subacuático.
3. Los Estados Partes preservarán el patrimonio cultural subacuático en beneficio de la
humanidad, de conformidad con lo dispuesto en esta Convención.
4. Los Estados Partes, individual o conjuntamente, según proceda, adoptarán todas las
medidas adecuadas conformes con esta Convención y con el derecho internacional que
sean necesarias para proteger el patrimonio cultural subacuático, utilizando a esos
efectos, en función de sus capacidades, los medios más idóneos de que dispongan.
5. La preservación in situ del patrimonio cultural subacuático deberá considerarse la
opción prioritaria antes de autorizar o emprender actividades dirigidas a ese patrimonio.
6. El patrimonio cultural subacuático recuperado se depositará, guardará y gestionará de
tal forma que se asegure su preservación a largo plazo.
7. El patrimonio cultural subacuático no será objeto de explotación comercial.
8. De conformidad con la práctica de los Estados y con el derecho internacional,
incluida la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, nada de lo
dispuesto en esta Convención se interpretará en el sentido de modificar las normas de
derecho internacional y la práctica de los Estados relativas a las inmunidades soberanas
o cualquiera de los derechos de un Estado respecto de sus buques y aeronaves de
Estado.
9. Los Estados Partes velarán por que se respeten debidamente los restos humanos
situados en las aguas marítimas.
10. Un acceso responsable y no perjudicial del público al patrimonio cultural
subacuático in situ, con fines de observación o documentación, deberá ser alentado para
favorecer la sensibilización del público a ese patrimonio así como el reconocimiento y
la protección de éste, salvo en caso de que ese acceso sea incompatible con su
protección y gestión.
11. Ningún acto o actividad realizado en virtud de la presente Convención servirá de
fundamento para alegar, oponerse o cuestionar cualquier reivindicación de soberanía o
jurisdicción nacional.
Artículo 3 - Relación entre la presente Convención y la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar
Nada de lo dispuesto en esta Convención menoscabará los derechos, la jurisdicción ni
las obligaciones que incumben a los Estados en virtud del derecho internacional,
incluida la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. La presente
Convención se interpretará y aplicará en el contexto de las disposiciones del derecho
internacional, incluida la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar,
y de conformidad con ellas.
Artículo 4 - Relación con las normas sobre salvamento y hallazgos
Ninguna actividad relacionada con el patrimonio cultural subacuático a la que se aplica
la presente Convención estará sujeta a las normas sobre salvamento y hallazgos, a no ser
que:
(a) esté autorizada por las autoridades competentes.
(b) esté en plena conformidad con la presente Convención.
(c) asegure que toda operación de recuperación de patrimonio cultural subacuático se
realice con la máxima protección de éste.
Artículo 5 - Actividades que afectan de manera fortuita al patrimonio cultural
subacuático
Cada Estado Parte empleará los medios más viables de que disponga para evitar o
atenuar cualquier posible repercusión negativa de actividades bajo su jurisdicción que
afecten de manera fortuita al patrimonio cultural subacuático.
Artículo 6 - Acuerdos bilaterales, regionales u otros acuerdos multilaterales
1. Se alentará a los Estados Partes a celebrar acuerdos bilaterales, regionales u otros
acuerdos multilaterales, o a perfeccionar los acuerdos existentes, con objeto de
preservar el patrimonio cultural subacuático. Todos esos acuerdos deberán estar en
plena conformidad con las disposiciones de la presente Convención y no menoscabar el
carácter universal de ésta. En el marco de esos acuerdos, los Estados Partes podrán
adoptar normas y reglamentos que aseguren una mejor protección del patrimonio
cultural subacuático que los adoptados en virtud de la presente Convención.
2. Las Partes en esos acuerdos bilaterales, regionales u otros acuerdos multilaterales
podrán invitar a adherirse a esos acuerdos a los Estados que tengan un vínculo
verificable, en especial de índole cultural, histórica o arqueológica, con el patrimonio
cultural subacuático de que se trate.
3. La presente Convención no modificará los derechos ni las obligaciones en materia de
protección de buques sumergidos que incumban a los Estados Partes en virtud de otros
acuerdos bilaterales, regionales u otros acuerdos multilaterales, concertados antes de la
aprobación de la presente Convención, máxime si están en conformidad con los
objetivos de ésta.
Artículo 7 - Patrimonio cultural subacuático en aguas interiores, aguas
archipelágicas y mar territorial
1. En el ejercicio de su soberanía, los Estados Partes tienen el derecho exclusivo de
reglamentar y autorizar las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático en
sus aguas interiores, aguas archipelágicas y mar territorial.
2. Sin perjuicio de otros acuerdos internacionales y normas de derecho internacional
aplicables a la protección del patrimonio cultural subacuático, los Estados Partes
exigirán que las Normas se apliquen a las actividades dirigidas al patrimonio cultural
subacuático situado en sus aguas interiores, aguas archipelágicas y mar territorial.
3. En sus aguas archipelágicas y mar territorial, en el ejercicio de su soberanía y de
conformidad con la práctica general observada entre los Estados, con miras a cooperar
sobre los mejores métodos de protección de los buques y aeronaves de Estado, los
Estados Partes deberían informar al Estado del pabellón Parte en la presente
Convención y, si procede, a los demás Estados con un vínculo verificable, en especial
de índole cultural, histórica o arqueológica, del descubrimiento de tales buques y
aeronaves de Estado que sean identificables.
Artículo 8 - Patrimonio cultural subacuático en la zona contigua
Sin perjuicio de lo dispuesto en los Artículos 9 y 10 y con carácter adicional a lo
dispuesto en los mismos y de conformidad con el párrafo 2 del Artículo 303 de la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, los Estados Partes
podrán reglamentar y autorizar las actividades dirigidas al patrimonio cultural
subacuático en su zona contigua. Al hacerlo, exigirán que se apliquen las Normas.
Artículo 9 - Información y notificación en la zona económica exclusiva y en la
plataforma continental
1. Todos los Estados Partes tienen la responsabilidad de proteger el patrimonio cultural
subacuático en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental de
conformidad con la presente Convención.
En consecuencia:
(a) Un Estado Parte exigirá que cuando uno de sus nacionales o un buque que enarbole
su pabellón descubra patrimonio cultural subacuático situado en su zona económica
exclusiva o en su plataforma continental o tenga la intención de efectuar una actividad
dirigida a dicho patrimonio, el nacional o el capitán del buque le informe de ese
descubrimiento o actividad.
(b) En la zona económica exclusiva o en la plataforma continental de otro Estado Parte:
(i) los Estados Partes exigirán que el nacional o el capitán del buque les informe e
informe al otro Estado Parte de ese descubrimiento o actividad;
(ii) alternativamente un Estado Parte exigirá que el nacional o el capitán del buque le
informe de ese descubrimiento o actividad y asegurará la transmisión rápida y eficaz de
esa información a todos los demás Estados Partes.
2. Al depositar su instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión, un
Estado Parte declarará la forma en que transmitirá la información prevista en el apartado
b) del párrafo 1 del presente artículo.
3. Un Estado Parte notificará al Director General los descubrimientos o actividades
dirigidas al patrimonio cultural subacuático que sean puestos en su conocimiento en
virtud del párrafo 1 del presente artículo.
4. El Director General comunicará sin demora a todos los Estados Partes cualquier
información que le sea notificada en virtud del párrafo 3 del presente artículo.
5. Todo Estado Parte podrá declarar al Estado Parte en cuya zona económica exclusiva
o en cuya plataforma continental esté situado el patrimonio cultural subacuático, su
interés en ser consultado sobre cómo asegurar la protección efectiva de ese patrimonio.
Esa declaración deberá fundarse en un vínculo verificable, en especial de índole
cultural, histórica o arqueológica, con el patrimonio cultural subacuático de que se trate.
Artículo 10 - Protección del patrimonio cultural subacuático en la zona económica
exclusiva y en la plataforma continental
1. No se concederá autorización alguna para una actividad dirigida al patrimonio
cultural subacuático situado en la zona económica exclusiva o en la plataforma
continental, salvo lo dispuesto en el presente artículo.
2. Un Estado Parte en cuya zona económica exclusiva o en cuya plataforma continental
esté situado el patrimonio cultural subacuático tiene derecho a prohibir o a autorizar
cualquier actividad dirigida a este patrimonio para impedir cualquier intromisión en sus
derechos soberanos o su jurisdicción reconocidos por el derecho internacional, incluida
la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
3. Cuando tenga lugar un descubrimiento de patrimonio cultural subacuático situado en
la zona económica exclusiva o en la plataforma continental de un Estado Parte, o se
tenga la intención de efectuar una actividad dirigida a dicho patrimonio cultural
subacuático, ese Estado Parte:
(a) consultará a todos los demás Estados Partes que hayan declarado un interés en virtud
del párrafo 5 del Artículo 9 sobre la mejor manera de proteger el patrimonio cultural
subacuático;
(b) coordinará esas consultas como “Estado Coordinador”, a menos que declare
expresamente que no desea hacerlo, caso en el cual los Estados Partes que hayan
declarado un interés en virtud del párrafo 5 del Artículo 9 designarán a un Estado
Coordinador.
4. Sin perjuicio de la obligación de todos los Estados Partes de proteger el patrimonio
cultural
subacuático mediante la adopción de todas las medidas viables conformes al derecho
internacional, con el fin de impedir todo peligro inmediato para el patrimonio cultural
subacuático, incluido el saqueo, el Estado Coordinador podrá adoptar todas las medidas
viables y/o conceder cualquier autorización que resulte necesaria de conformidad con la
presente Convención y, de ser necesario, con anterioridad a las consultas, con el fin de
impedir cualquier peligro inmediato para el patrimonio cultural subacuático, ya sea
ocasionado por la actividad humana o por cualquier otra causa, incluido el saqueo. Al
adoptar tales medidas se podrá solicitar la asistencia de otros Estados Partes.
5. El Estado Coordinador:
(a) pondrá en práctica las medidas de protección que hayan sido acordadas por los
Estados que participen en la consulta, que incluyen al Estado Coordinador, a menos que
los Estados que participen en la consulta, que incluyen al Estado Coordinador, acuerden
que otro Estado Parte pondrá en práctica esas medidas;
(b) expedirá todas las autorizaciones necesarias con respecto a las medidas así
acordadas de conformidad con las Normas, a menos que los Estados que participen en la
consulta, que incluyen al Estado Coordinador, acuerden que otro Estado Parte expedirá
esas autorizaciones;
(c) podrá realizar toda investigación preliminar que resulte necesaria en el patrimonio
cultural subacuático y expedirá todas las autorizaciones necesarias a tal fin, y
transmitirá sin demora los resultados de tal investigación al Director General quien, a su
vez, comunicará esas informaciones sin demora a los demás Estados Partes.
6. Al coordinar las consultas, adoptar medidas, realizar una investigación preliminar y/o
expedir autorizaciones en virtud del presente artículo, el Estado Coordinador actuará en
nombre de los Estados Partes en su conjunto y no en su interés propio. Esta acción en sí
no podrá ser invocada para reivindicar derecho preferente o jurisdiccional alguno que no
esté reconocido por el derecho internacional, incluida la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar.
7. A reserva de lo dispuesto en los párrafos 2 y 4 del presente artículo, no se efectuará
ninguna actividad dirigida a un buque o aeronave de Estado sin el acuerdo del Estado
del pabellón y la colaboración del Estado Coordinador.
Artículo 11 - Información y notificación en la Zona
1. Todos los Estados Partes tienen la responsabilidad de proteger el patrimonio cultural
subacuático en la Zona, de conformidad con la presente Convención y con el Artículo
149 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. En
consecuencia, cuando un nacional de un Estado Parte o un buque que enarbole su
pabellón descubra patrimonio cultural subacuático situado en la Zona, o tenga la
intención de efectuar una actividad dirigida a dicho patrimonio, ese Estado Parte exigirá
que su nacional o el capitán del buque le informe de ese descubrimiento o de esa
actividad.
2. Los Estados Partes notificarán al Director General y al Secretario General de la
Autoridad Internacional de los Fondos Marinos los descubrimientos o actividades
dirigidas al patrimonio cultural subacuático de que hayan sido informados.
3. El Director General comunicará sin demora a todos los Estados Partes cualquier
información de este tipo suministrada por los Estados Partes.
4. Un Estado Parte podrá declarar al Director General su interés en ser consultado sobre
cómo asegurar la protección efectiva de ese patrimonio cultural subacuático. Dicha
declaración deberá fundarse en un vínculo verificable con ese patrimonio cultural
subacuático, habida cuenta en particular de los derechos preferentes de los Estados de
origen cultural, histórico o arqueológico.
Artículo 12 - Protección del patrimonio cultural subacuático en la Zona
1. No se concederá autorización alguna para una actividad dirigida al patrimonio
cultural subacuático situado en la Zona, salvo lo dispuesto en el presente artículo.
2. El Director General invitará a todos los Estados Partes que hayan declarado un interés
en virtud del párrafo 4 del Artículo 11 a efectuar consultas sobre la mejor manera de
proteger el patrimonio cultural subacuático, y a designar un Estado Parte para coordinar
esas consultas como “Estado Coordinador”. El Director General invitará asimismo a la
Autoridad Internacional de los Fondos Marinos a participar en esas consultas.
3. Todos los Estados Partes podrán adoptar todas las medidas viables conforme a la
presente Convención, de ser necesario, antes de efectuar consultas, con el fin de impedir
todo peligro inmediato para el patrimonio cultural subacuático, ya sea ocasionado por la
actividad humana o por cualquier otra causa, incluido el saqueo.
4. El Estado Coordinador:
(a) pondrá en práctica las medidas de protección que hayan sido acordadas por los
Estados que participen en la consulta, que incluyen al Estado Coordinador, a menos que
los Estados que participen en la consulta, que incluyen al Estado Coordinador, acuerden
que otro Estado Parte pondrá en práctica dichas medidas; y
(b) expedirá todas las autorizaciones necesarias con respecto a las medidas así
acordadas de conformidad con la presente Convención, a menos que los Estados que
participen en la consulta, que incluyen al Estado Coordinador, acuerden que otro Estado
Parte expedirá dichas autorizaciones.
5. El Estado Coordinador podrá realizar toda investigación preliminar que resulte
necesaria en el patrimonio cultural subacuático y expedirá todas las autorizaciones
necesarias a tal fin, y transmitirá sin demora los resultados de tal investigación al
Director General quien, a su vez, comunicará esas informaciones a los demás Estados
Partes.
6. Al coordinar las consultas, adoptar medidas, realizar una investigación preliminar y/o
expedir autorizaciones en virtud del presente artículo, el Estado Coordinador actuará en
beneficio de toda la humanidad, en nombre de todos los Estados Partes. Se prestará
especial atención a los derechos preferentes de los Estados de origen cultural, histórico
o arqueológico con respecto al patrimonio cultural subacuático de que se trate.
7. Ningún Estado Parte emprenderá ni autorizará actividades dirigidas a un buque o
aeronave de Estado en la Zona sin el consentimiento del Estado del pabellón.
Artículo 13 - Inmunidad soberana
Los buques de guerra y otros buques gubernamentales o aeronaves militares que gocen
de inmunidad soberana y sean utilizados con fines no comerciales, en el curso normal
de sus operaciones, y que no participen en actividades dirigidas al patrimonio cultural
subacuático no estarán obligados a comunicar descubrimientos de patrimonio cultural
subacuático en virtud de los Artículos 9, 10, 11 y 12 de la presente
Convención. Sin embargo, al adoptar medidas apropiadas que no obstaculicen las
operaciones o la capacidad de operación de sus buques de guerra u otros buques
gubernamentales o aeronaves militares que gocen de inmunidad soberana y que se
utilicen con fines no comerciales, los Estados Partes velarán por que tales buques
procedan, en cuanto sea razonable y posible, de manera compatible con lo dispuesto en
los Artículos 9, 10, 11 y 12 de la presente Convención.
Artículo 14 - Control de entrada en el territorio, comercio y posesión
Los Estados Partes tomarán medidas para impedir la entrada en su territorio, el
comercio y la posesión de patrimonio cultural subacuático exportado ilícitamente y/o
recuperado, cuando tal recuperación sea contraria a la presente Convención.
Artículo 15 - No utilización de las zonas bajo jurisdicción de los Estados Partes
Los Estados Partes adoptarán medidas para prohibir la utilización de su territorio,
incluidos sus puertos marítimos y sus islas artificiales, instalaciones y estructuras bajo
su jurisdicción o control exclusivos, en apoyo de cualquier actividad dirigida al
patrimonio cultural subacuático que no esté de conformidad con la presente
Convención.
Artículo 16 - Medidas referentes a los nacionales y los buques
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas viables para asegurar que sus
nacionales y los buques que enarbolan su pabellón no procedan a ninguna actividad
dirigida al patrimonio cultural subacuático que no esté de conformidad con la presente
Convención.
Artículo 17 – Sanciones
1. Cada Estado Parte impondrá sanciones respecto de las infracciones de las medidas
que haya adoptado para poner en práctica la presente Convención.
2. Las sanciones aplicables respecto de las infracciones deberán ser suficientemente
severas para hacer efectivo el cumplimiento de la presente Convención y desalentar la
comisión de infracciones cualquiera que sea el lugar, y deberán privar a los infractores
de los beneficios derivados de sus actividades ilícitas.
3. Los Estados Partes cooperarán para asegurar el cumplimiento de las sanciones
impuestas en virtud del presente artículo.
Artículo 18 - Incautación y disposición de patrimonio cultural subacuático
1. Cada Estado Parte adoptará medidas destinadas a la incautación de elementos de
patrimonio cultural subacuático situado en su territorio, que haya sido recuperado de
una manera no conforme con la presente Convención.
2. Cada Estado Parte registrará, protegerá y tomará todas las medidas que resulten
razonables para la estabilización de patrimonio cultural subacuático incautado en virtud
de la presente Convención.
3. Cada Estado Parte notificará toda incautación de patrimonio cultural subacuático
realizada en virtud de la presente Convención al Director General de la UNESCO y a
cualquier otro Estado que tenga un vínculo verificable, en especial de índole cultural,
histórica o arqueológica con el patrimonio cultural subacuático de que se trate.
4. Un Estado Parte que haya incautado patrimonio cultural subacuático velará por darle
una disposición acorde con el bien general, tomando en consideración los imperativos
de conservación e investigación, la necesidad de reunir las colecciones dispersas, así
como la necesidad del acceso, la exposición y educación públicos y los intereses de
cualquier Estado que tenga un vínculo verificable, en especial de índole cultural,
histórica o arqueológica con el patrimonio cultural subacuático de que se trate.
Artículo 19 - Cooperación y utilización compartida de la información
1. Los Estados Partes deberán cooperar entre sí y prestarse asistencia para velar por la
protección y gestión del patrimonio cultural subacuático en virtud de la presente
Convención, incluyendo cuando sea posible, la colaboración en la exploración, la
excavación, la documentación, la conservación, el estudio y la presentación de ese
patrimonio.
2. En la medida en que sea compatible con los objetivos de esta Convención, cada
Estado Parte se compromete a compartir con otros Estados Partes información en
relación con el patrimonio cultural subacuático, incluida la referente al descubrimiento
de ese patrimonio, su localización, el patrimonio extraído o recuperado de manera
contraria a esta Convención o que viole otras disposiciones del derecho internacional, la
metodología y las técnicas científicas pertinentes y la evolución del derecho aplicable al
patrimonio de que se trate.
3. Toda información compartida entre Estados Partes, o entre la UNESCO y Estados
Partes, relativa al descubrimiento o localización de patrimonio cultural subacuático se
mantendrá con carácter confidencial y se comunicará exclusivamente a las autoridades
competentes de los Estados Partes, en la medida en que sus respectivas legislaciones
nacionales lo permitan, y en tanto la divulgación de esa información pueda poner en
peligro o amenazar de alguna manera la preservación de ese patrimonio cultural
subacuático.
4. Cada Estado Parte adoptará todas las medidas viables, para difundir información
sobre el patrimonio cultural subacuático extraído o recuperado de manera contraria a
esta Convención o en violación de otras disposiciones del derecho internacional,
incluyendo, cuando sea posible, la utilización de bases de datos internacionales
apropiadas.
Artículo 20 - Sensibilización del público
Cada Estado Parte adoptará todas las medidas viables para que el público tome
conciencia del valor y de la relevancia del patrimonio cultural subacuático, así como de
la importancia que tiene su protección en virtud de esta Convención.
Artículo 21 - Formación en arqueología subacuática
Los Estados Partes cooperarán para impartir una formación en arqueología subacuática,
en las técnicas de preservación del patrimonio cultural subacuático y, conforme a los
términos acordados, en la transferencia de tecnologías relacionadas con el patrimonio
cultural subacuático.
Artículo 22 - Autoridades competentes
1. A fin de velar por la correcta puesta en práctica de esta Convención, los Estados
Partes establecerán autoridades competentes o, en su caso, reforzarán las ya existentes
para que puedan elaborar, mantener y actualizar un inventario del patrimonio cultural
subacuático y garantizar eficazmente la protección,la conservación, la presentación y la
gestión del patrimonio cultural subacuático, así como la investigación y educación.
2. Los Estados Partes comunicarán al Director General el nombre y la dirección de sus
autoridades competentes en materia de patrimonio cultural subacuático.
Artículo 23 - Reunión de los Estados Partes
1. El Director General convocará una Reunión de los Estados Partes en el plazo de un
año contado a partir de la entrada en vigor de la presente Convención y ulteriormente
por lo menos una vez cada dos años. A petición de una mayoría de los Estados Partes, el
Director General convocará una Reunión Extraordinaria de los Estados Partes.
2. La Reunión de los Estados Partes decidirá sobre sus funciones y responsabilidades.
3. La Reunión de los Estados Partes aprobará su propio Reglamento.
4. La Reunión de los Estados Partes podrá crear un Consejo Consultivo Científico y
Técnico compuesto por expertos designados por los Estados Partes, con la debida
atención al principio de distribución geográfica equitativa y a la conveniencia de un
equilibrio entre los sexos.
5. El Consejo Consultivo Científico y Técnico prestará la asistencia adecuada a la
Reunión de los Estados Partes sobre las cuestiones de índole científica y técnica
relacionadas con la puesta en práctica de las Normas.
Artículo 24 - Secretaría de la Convención
1. El Director General será responsable de la Secretaría de la presente Convención.
2. Las funciones de la Secretaría incluirán las siguientes tareas:
(a) Organizar las Reuniones de los Estados Partes previstas en el párrafo 1 del Artículo
23.
(b) Prestar asistencia a los Estados Partes en la puesta en práctica de las decisiones de
las Reuniones de los Estados Partes.
Artículo 25 - Solución pacífica de controversias
1. Cualquier controversia entre dos o más Estados Partes acerca de la interpretación o la
aplicación de la presente Convención deberá ser objeto de negociaciones de buena fe o
de otros medios de solución pacífica de su elección.
2. Si dichas negociaciones no resolvieran la controversia en un plazo razonable, los
Estados Partes de que se trate podrán, de común acuerdo, someterla a la mediación de la
UNESCO.
3. Si no se recurriera a la mediación o si ésta no resolviera las controversias, las
disposiciones relativas a la solución de controversias enunciadas en la Parte XV de la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se aplicarán mutatis
mutandis a toda controversia entre Estados Partes en la presente Convención respecto
de la interpretación o la aplicación de esta Convención, independientemente de que
sean o no también Partes en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del
Mar.
4. Todo procedimiento escogido por un Estado Parte en la presente Convención y en la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, en virtud del Artículo
287 de esta última, se aplicará a la solución de controversias en virtud del presente
artículo, a menos que ese Estado Parte, al ratificar, aceptar o aprobar la presente
Convención o al adherirse a ella, o en cualquier momento ulterior, haya elegido otro
procedimiento en virtud del Artículo 287 para la solución de controversias derivadas de
la presente Convención.
5. Al ratificar, aceptar, aprobar la presente Convención o adherirse a ella, o en cualquier
momento ulterior, un Estado Parte en la presente Convención que no sea Parte en la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar podrá elegir libremente,
mediante una declaración escrita, uno o varios de los medios enunciados en el párrafo 1
del Artículo 287 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar
para la solución de las controversias con arreglo al presente artículo. El Artículo 287 se
aplicará a esa declaración así como a toda controversia en la que ese Estado sea Parte y
que no esté amparada por una declaración en vigor. A efectos de conciliación y
arbitraje, de conformidad con los Anexos V y VII de la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar, ese Estado estará habilitado para designar
conciliadores y árbitros que se incluirán en las listas mencionadas en el Artículo 2 del
Anexo V y en el Artículo 2 del Anexo VII para la solución de las controversias
derivadas de la presente Convención.
Artículo 26 - Ratificación, aceptación, aprobación o adhesión
1. La presente Convención estará sujeta a la ratificación, aceptación o aprobación de los
Estados Miembros de la UNESCO.
2. La presente Convención estará sujeta a la adhesión:
(a) de los Estados que no sean miembros de la UNESCO pero que sean miembros de las
Naciones Unidas o de un organismo especializado del sistema de las Naciones Unidas o
del Organismo Internacional de Energía Atómica, así como de los Estados Partes en el
Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, y de cualquier otro Estado al que la
Conferencia General de la UNESCO haya invitado a adherirse a la presente
Convención;
(b) de los territorios que gocen de plena autonomía interna reconocida como tal por las
Naciones Unidas, pero que no hayan alcanzado la plena independencia de conformidad
con la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, y que tengan competencia sobre
las materias regidas por esta Convención, incluida la de celebrar tratados en relación
con ellas.
3. Los instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión serán
depositados ante el Director General.
Artículo 27 - Entrada en vigor
La Convención entrará en vigor tres meses después de la fecha en que haya sido
depositado el vigésimo instrumento a que se refiere el Artículo 26, pero únicamente
respecto de los veinte Estados o territorios que hayan depositado sus instrumentos.
Entrará en vigor para cualquier otro Estado o territorio tres meses después de la fecha en
que dicho Estado o territorio haya depositado su instrumento.
Artículo 28 - Declaración relativa a las aguas continentales
Al ratificar, aceptar, aprobar esta Convención o adherirse a ella o en cualquier momento
ulterior, todo Estado o territorio podrá declarar que las Normas se aplicarán a sus aguas
continentales que no sean de carácter marítimo.
Artículo 29 - Limitación del ámbito de aplicación geográfico
Al ratificar, aceptar, aprobar la presente Convención o adherirse a ella, un Estado o
territorio podrá declarar ante el depositario que la presente Convención no se aplicará a
determinadas partes de su territorio, sus aguas interiores, aguas archipelágicas o mar
territorial e indicará en esa declaración las razones que la motivan. En la medida de lo
posible, y tan pronto como pueda, el Estado deberá reunir las condiciones necesarias
para que la presente Convención se aplique a las zonas especificadas en su declaración;
a esos efectos, y en cuanto haya reunido esas condiciones, retirará también total o
parcialmente su declaración.
Artículo 30 – Reservas
Salvo lo dispuesto en el Artículo 29, no se podrán formular reservas a la presente
Convención.
Artículo 31 – Enmiendas
1. Un Estado Parte podrá proponer enmiendas a esta Convención mediante
comunicación dirigida por escrito al Director General. El Director General transmitirá la
comunicación a todos los Estados Partes. Si dentro de los seis meses siguientes a la
fecha de envío de la comunicación, la mitad por lo menos de los Estados Partes
responde favorablemente a esa petición, el Director General presentará dicha propuesta
para examen y posible aprobación de la siguiente Reunión de los Estados Partes.
2. Las enmiendas serán aprobadas por una mayoría de dos tercios de los Estados Partes
presentes y votantes.
3. Una vez aprobadas, las enmiendas a esta Convención deberán ser objeto de
ratificación, aceptación, aprobación o adhesión por los Estados Partes.
4. La enmienda a esta Convención entrarán en vigor únicamente para los Estados Partes
que las hayan ratificado, aceptado, aprobado o que se hayan adherido a ellas tres meses
después de que dos tercios de los Estados Partes hayan depositado los instrumentos
mencionados en el párrafo 3 del presente artículo. A partir de esa fecha, la enmienda
entrará en vigor para cada Estado Parte o territorio que la ratifique, acepte, apruebe o se
adhiera a ella tres meses después de la fecha en que esa Parte haya depositado su
instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión.
5. Un Estado o territorio que llegue a ser Parte en esta Convención después de la entrada
en vigor de enmiendas efectuadas de conformidad con el párrafo 4 del presente artículo
y que no manifieste una intención diferente, será considerado:
(a) Parte en esta Convención así enmendada; y
(b) Parte en la Convención no enmendada con respecto a todo Estado Parte que no esté
obligado por la enmienda.
Artículo 32 – Denuncia
1. Un Estado Parte podrá denunciar esta Convención mediante notificación dirigida por
escrito al Director General.
2. La denuncia surtirá efecto doce meses después de la fecha de recepción de la
notificación, a menos que en ella se especifique una fecha ulterior.
3. La denuncia no afectará en modo alguno el deber de los Estados Partes de cumplir
todas las obligaciones contenidas en la presente Convención a las que estén sometidos
en virtud del derecho internacional con independencia de esta Convención.
Artículo 33 - Las Normas
Las Normas que figuran en el Anexo de esta Convención son parte integrante de ella y,
salvo disposición expresa en contrario, cualquier referencia a esta Convención
constituye asimismo una referencia a las Normas.
Artículo 34 - Registro en las Naciones Unidas
Con arreglo a lo dispuesto en el Artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas, la
presente Convención deberá ser registrada en la Secretaría de las Naciones Unidas a
petición del Director General.
Artículo 35 - Textos auténticos
Esta Convención se ha redactado en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso, siendo
los seis textos igualmente auténticos.
Anexo
Normas relativas a las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático
I Principios generales
Norma 1. La conservación in situ será considerada la opción prioritaria para proteger el
patrimonio cultural subacuático. En consecuencia, las actividades dirigidas al
patrimonio cultural subacuático se autorizarán únicamente si se realizan de una manera
compatible con su protección y, a reserva de esa condición, podrán autorizarse cuando
constituyan una contribución significativa a la protección, el conocimiento o el realce de
ese patrimonio.
Norma 2. La explotación comercial de patrimonio cultural subacuático que tenga por
fin la realización de transacciones, la especulación o su dispersión irremediable es
absolutamente incompatible con una protección y gestión correctas de ese patrimonio.
El patrimonio cultural subacuático no deberá ser objeto de transacciones ni de
operaciones de venta, compra o trueque como bien comercial.
No cabrá interpretar que esta norma prohíba:
(a) La prestación de servicios arqueológicos profesionales o de servicios conexos
necesarios cuya índole y finalidad sean plenamente conformes con la presente
Convención, y tengan la autorización de las autoridades competentes;
(b) El depósito de patrimonio cultural subacuático recuperado en el marco de un
proyecto de investigación ejecutado de conformidad con esta Convención, siempre que
dicho depósito no vulnere el interés científico o cultural, ni la integridad del material
recuperado, ni dé lugar a su dispersión irremediable, esté de conformidad con lo
dispuesto en las Normas 33 y 34 y tenga la autorización de las autoridades competentes.
Norma 3. Las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático no deberán
perjudicarlo más de lo que sea necesario para los objetivos del proyecto.
Norma 4. Las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático deberán servirse
de técnicas y métodos de exploración no destructivos, que deberán preferirse a la
recuperación de objetos. Si para llevar a cabo estudios científicos o proteger de modo
definitivo el patrimonio cultural subacuático fuese necesario realizar operaciones de
extracción o recuperación, las técnicas y los métodos empleados deberán ser lo menos
dañinos posible y contribuir a la preservación de los vestigios.
Norma 5. Las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático evitarán
perturbar innecesariamente los restos humanos o los sitios venerados.
Norma 6. Las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático se reglamentarán
estrictamente para que se registre debidamente la información cultural, histórica y
arqueológica.
Norma 7. Se fomentará el acceso del público al patrimonio cultural subacuático in situ,
salvo en los casos en que éste sea incompatible con la protección y la gestión del sitio.
Norma 8. Se alentará la cooperación internacional en la realización de actividades
dirigidas al patrimonio cultural subacuático con objeto de propiciar intercambios
eficaces de arqueólogos y demás especialistas competentes y de emplear mejor sus
capacidades.
II. Plan del proyecto
Norma 9. Antes de iniciar cualquier actividad dirigida al patrimonio cultural
subacuático se elaborará el proyecto correspondiente, cuyo plan se presentará a las
autoridades competentes para que lo autoricen, previa revisión por los pares.
Norma 10. El plan del proyecto incluirá:
(a) Una evaluación de los estudios previos o preliminares;
(b) El enunciado y los objetivos del proyecto;
(c) La metodología y las técnicas que se utilizarán;
(d) El plan de financiación;
(e) El calendario previsto para la ejecución del proyecto;
(f) La composición del equipo, las calificaciones, las funciones y la experiencia de cada
uno de sus integrantes;
(g) Planes para los análisis y otras actividades que se realizarán después del trabajo de
campo;
h) Un programa de conservación de los objetos y del sitio, en estrecha colaboración con
las autoridades competentes;
(i) Una política de gestión y mantenimiento del sitio que abarque toda la duración del
proyecto;
(j) Un programa de documentación;
(k) Un programa de seguridad;
(l) Una política relativa al medio ambiente;
(m) Acuerdos de colaboración con museos y otras instituciones, en particular de
carácter científico;
(n) La preparación de informes;
(o) El depósito de los materiales y archivos, incluido el patrimonio cultural subacuático
que se haya extraído; y
(p) Un programa de publicaciones.
Norma 11. Las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático se realizarán de
conformidad con el plan del proyecto aprobado por las autoridades competentes.
Norma 12. Si se hiciesen descubrimientos imprevistos o cambiasen las circunstancias,
se revisará y modificará el plan del proyecto con la aprobación de las autoridades
competentes.
Norma 13. En caso de emergencia o de descubrimientos fortuitos, las actividades
dirigidas al patrimonio cultural subacuático, incluyendo medidas o actividades de
conservación por un periodo breve, en particular de estabilización del sitio, podrán ser
autorizadas en ausencia de un plan de proyecto, a fin de proteger el patrimonio cultural
subacuático.
III. Labor preliminar
Norma 14. La labor preliminar mencionada en la Norma 10 a) incluirá una evaluación
de la importancia del patrimonio cultural subacuático y su entorno natural y de su
vulnerabilidad a posibles perjuicios resultantes del proyecto previsto, así como de las
posibilidades de obtener datos que correspondan a los objetivos del proyecto.
Norma 15. La evaluación incluirá además estudios previos de los datos históricos y
arqueológicos disponibles, las características arqueológicas y ambientales del sitio y las
consecuencias de cualquier posible intrusión en la estabilidad a largo plazo del
patrimonio cultural subacuático objeto de las actividades.
IV. Objetivos, metodología y técnicas del proyecto
Norma 16. La metodología se deberá ajustar a los objetivos del proyecto y las técnicas
utilizadas deberán ser lo menos perjudiciales posible.
V. Financiación
Norma 17. Salvo en los casos en que la protección del patrimonio cultural subacuático
revista carácter de urgencia, antes de iniciar cualquier actividad dirigida al mismo se
deberá contar con la financiación suficiente para cumplir todas las fases previstas en el
plan del proyecto, incluidas la conservación, la documentación y la preservación del
material recuperado, así como la preparación y la difusión de los informes.
Norma 18. En el plan del proyecto se demostrará la capacidad de financiar el proyecto
hasta su conclusión, por ejemplo, mediante la obtención de una garantía.
Norma 19. El plan del proyecto incluirá un plan de emergencia que garantice la
conservación del patrimonio cultural subacuático y la documentación de apoyo en caso
de interrumpirse la financiación prevista.
VI. Duración del proyecto – Calendario
Norma 20. Antes de iniciar cualquier actividad dirigida al patrimonio cultural
subacuático se preparará el calendario correspondiente para garantizar de antemano el
cumplimiento de todas las fases del proyecto, incluidas la conservación, la
documentación y la preservación del patrimonio cultural subacuático recuperado, así
como la preparación y la difusión de los informes.
Norma 21. El plan del proyecto incluirá un plan de emergencia que garantice la
conservación del patrimonio cultural subacuático y la documentación de apoyo en caso
de interrupción o conclusión del proyecto.
VII. Competencia y calificaciones
Norma 22. Sólo se efectuarán actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático
bajo la dirección y el control y con la presencia continuada de un arqueólogo
subacuático cualificado que tenga la competencia científica adecuada a la índole del
proyecto.
Norma 23.Todos los miembros del equipo del proyecto deberán estar cualificados y
haber demostrado una competencia adecuada a la función que desempeñarán en el
proyecto.
VIII. Conservación y gestión del sitio
Norma 24. En el programa de conservación estarán previstos el tratamiento de los
restos arqueológicos durante las actividades dirigidas al patrimonio cultural
subacuático, en el curso de su traslado y a largo plazo. La conservación se efectuará de
conformidad con las normas profesionales vigentes.
Norma 25. En el programa de gestión del sitio estarán previstas la protección y la
gestión in situ del patrimonio cultural subacuático durante el trabajo de campo y una vez
que éste haya concluido. El programa abarcará actividades de información pública,
medidas adecuadas para la estabilización del sitio, su control sistemático y su protección
de las intrusiones.
IX. Documentación
Norma 26. En el marco del programa de documentación, se documentarán
exhaustivamente las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático incluyendo
un informe sobre la marcha de las actividades, elaborado de conformidad con las
normas profesionales vigentes en materia de documentación arqueológica.
Norma 27. La documentación incluirá como mínimo un inventario detallado del sitio,
con indicación de la procedencia del patrimonio cultural subacuático desplazado o
retirado en el curso de las actividades dirigidas al mismo, apuntes sobre el trabajo de
campo, planos, dibujos, secciones, fotografías o registros en otros medios.
X. Seguridad
Norma 28. Se preparará un plan de seguridad adecuado para velar por la seguridad y la
salud de los integrantes del equipo y de terceros, que esté en conformidad con las
normativas legales y profesionales en vigor.
XI. Medio ambiente
Norma 29. Se preparará una política relativa al medio ambiente adecuada para velar por
que no se perturben indebidamente los fondos marinos o la vida marina.
XII. Informes
Norma 30. Se presentarán informes sobre el desarrollo de los trabajos, así como
informes finales de conformidad con el calendario establecido en el plan del proyecto y
se depositarán en los registros públicos correspondientes.
Norma 31. Los informes incluirán:
(a) Una descripción de los objetivos;
(b) Una descripción de las técnicas y los métodos utilizados;
(c) Una descripción de los resultados obtenidos;
(d) Documentación gráfica y fotográfica esencial, sobre todas las fases de la actividad;
(e) Recomendaciones relativas a la conservación y preservación del sitio y del
patrimonio cultural subacuático que se haya extraído; y
(f) Recomendaciones para actividades futuras.
XIII. Conservación de los archivos del proyecto
Norma 32. Las disposiciones sobre la conservación de los archivos del proyecto se
acordarán antes de iniciar cualquier actividad y se harán constar en el plan del proyecto.
Norma 33. Los archivos del proyecto, incluido cualquier patrimonio cultural
subacuático que se haya extraído y una copia de toda la documentación de apoyo, se
conservarán, en la medida de lo posible, juntos e intactos en forma de colección, de tal
manera que los especialistas y el público en general puedan tener acceso a ellos y que
pueda procederse a la preservación de los archivos. Ello debería hacerse lo más
rápidamente posible y, en cualquier caso, no después de transcurridos diez años desde la
conclusión del proyecto, siempre que ello sea compatible con la conservación del
patrimonio cultural subacuático.
Norma 34. La gestión de los archivos del proyecto se hará conforme a las normas
profesionales internacionales, y estará sujeta a la autorización de las autoridades
competentes.
XIV. Difusión
Norma 35. En los proyectos se preverán actividades de educación y de difusión al
público de los resultados del proyecto, según proceda.
Norma 36. La síntesis final de cada proyecto:
(a) Se hará pública tan pronto como sea posible, habida cuenta de la complejidad del
proyecto y el carácter confidencial o delicado de la información; y
(b) Se depositará en los registros públicos correspondientes.
Hecho en París en este día seis de noviembre de 2001, en dos ejemplares auténticos que
llevan la firma del Presidente de la Conferencia General, en su trigésimo primera
reunión, y del Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, ejemplares que se depositarán en los archivos de esta
Organización, y cuyas copias certificadas conformes se remitirán a todos los Estados y
territorios a que se refiere el Artículo 26, así como a las Naciones Unidas.
Tema 7. La datación del pasado
Concepto de datación: Datar es poner fecha a un resto arqueológico que hasta ese
momento no lo poseía.
Tipos de datación
La datación puede consistir en ubicar un elemento con referencias de antero-
posterioridad (antes de, después de). Cuando señalamos que un elemento está
referenciado respecto de otro, estamos estableciendo relaciones de cronología relativa.
Tipos de cronología relativa:
- Estratigrafía - Series polínicas - Seriación
Series polínicas
La presencia de polen en los yacimientos permite su estudio y evolución. Se trata de un
método evolutivo, conociendo el tipo de polen presente se puede establecer su posición
dentro de la cadena.
Seriación
La seriación consiste en aplicar los principios evolucionistas a los materiales. Se
construyen series de evolución que enmarcan las tendencias de ese elemento. La
localización de un objeto podría enmarcarse dentro de la serie conocida.
Advertencia:
No siempre los objetos tienen una evolución lineal- Pueden darse casos de pervivencias
o de retrocesos.
Estratigrafía
La estratigrafía consiste en el análisis de la posición de un elemento dentro del complejo
sedimentario. Es, por lo tanto, un sistema de datación que proviene de la Geología. Sus
principios son:
1. Superposición: un estrato es más reciente que aquel al que cubre
2. Continuidad: un estrato tiene la misma antigüedad en todos sus puntos
3. Identidad: varios estratos que tengan los mismos rasgos son contemporáneos
Con una única excepción: Estratigrafía inversa: cuando se produce una erosión en
pendiente o en terraza, nos encontramos una estratigrafía inversa.
Datación absoluta
Es la que permite adjudicar una fecha absoluta (antes del presente) a un elemento
arqueológico. El arqueólogo debe intentar establecer su fecha absoluta, existen
diferentes métodos:
-Carbono 14
-Potasio-Argón
-Dendrocronología
-Termoluminiscencia remanente
-Paleomagnetismo
-Datación por Varves
Tema 8. El transporte de materiales
El transporte de materiales arqueológicos constituye una fase del trabajo de campo que
no debe ser olvidada. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los materiales han sido
extraídos en condiciones muy precarias, sometidos a cambios de temperatura, humedad,
etc., muy brusco y, por lo tanto, se encuentran en una situación de extrema fragilidad,
aún los materiales que posean mayor dureza.
Por todo ello deberemos cuidar que su transporte al centro de recepción sea lo más
seguro posible, evitando los riesgos de fracturas o de deterioro in itinere.
Cuidados en el transporte
- Traslado que evite el deterioro de los materiales.
- Confección de un molde o contenedor que asegure su integridad (espumas de
poliuretano).
- Existen empresas especializadas en el transporte de piezas delicadas (arte,
arqueología): Camiones-capitoné: Provistos de acolchado interno, gran estabilidad,
sistemas de refrigeración, y provistos de embalajes donde se insertan cajas contenedoras
para evitar que choquen los paquetes.
Entrega de los materiales en el centro receptor
- Los materiales deben ser entregados en el Centro Receptor (Museo) debidamente
limpiados, siglados, descritos, documentados e investigados.
-Implica la existencia de un Inventario de Materiales donde se incluya el número de
pieza, su sigla, la descripción y la adscripción temporal.
-Suele ir acompañado de la entrega de un repertorio de dibujo de material y su
fotografía.
Tema 9. Conservación y restauración de yacimientos.
Estudio, conservación y restauración de los materiales
arqueológicos
Consolidación y restauración de los yacimientos arqueológicos
• Punto de partida: El trabajo arqueológico no termina con es trabajo del arqueólogo
• ¿Qué hacemos con este yacimiento?.La pregunta que nunca debería ser formulada.
• La función social del yacimiento arqueológico.
• El Turismo cultural y los yacimientos arqueológicos
Concepto
“El Patrimonio Arqueológico debe basarse en una colaboración efectiva entre
especialistas de múltiples y diversas disciplinas. Exige también la cooperación de las
instancias de la Administración, de investigadores, de empresas privadas y del gran
público”… (Carta internacional para la gestión del patrimonio arqueológico, adoptada
por ICOMOS en 1990)
Todo ello implica:
• El arqueólogo no es un ser que conozca y esté capacitado para asumir todas las facetes
que intervienen en el trabajo proyectado en el yacimiento.
• Existen especialistas en conservación y restauración.
• La preservación del yacimiento es una obligación emanada de la LPHE (ley 16/85).
• Todas las Administración están obligadas a colaborar en dicha preservación.
• Se anima a la empresa privada y a la ciudadanía a intervenir activamente en el
mantenimiento y acrecentamiento del Patrimonio Arqueológico.
Carta de Venecia de 1964
"Cargadas de un mensaje espiritual del pasado, las obras monumentales de los pueblos
continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La
humanidad, que cada día toma conciencia de la unidad de los valores humanos, los
considera como un patrimonio común, y de cara a las generaciones futuras, se reconoce
solidariamente responsable de su salvaguarda. Debe transmitirlos en toda la riqueza de
su autenticidad.
Por lo tanto, es esencial que los principios que deben presidir la conservación y la
restauración de los monumentos sean establecidos de común y formulados en un plan
internacional dejando que cada nación cuide de asegurar su aplicación en el marco de su
propia cultura y de sus tradiciones.
Dando una primera forma a estos principios fundamentales, la Carta de Atenas de 1931
ha contribuido al desarrollo de un vasto movimiento internacional, que se ha traducido
principalmente en los documentos nacionales, en la actividad del ICOM y de la
UNESCO y en la creación, por esta última, de un Centro internacional de estudios para
la conservación de los bienes culturales. La sensibilidad y el espíritu crítico se han
vertido sobre problemas cada vez más complejos y más sutiles; también ha llegado el
momento de volver a examinar los principios de la Carta a fin de profundizar en ellos y
de ensanchar su contenido en un nuevo documento. En consecuencia, el II Congreso
Internacional de Arquitectos y de Técnicos de Monumentos Históricos, reunido en
Venecia del 25 al 31 de mayo de 1964, ha aprobado el siguiente texto:
Definiciones
Artículo 1º - La noción de monumento histórico comprende la creación arquitectónica
aislada así como el conjunto urbano o rural que dá testimonio de una civilización
particular, de una evolución significativa, o de un acontecimiento histórico. Se refiere
no sólo a las grandes creaciones sino también a las obras modestas que han adquirido
con el tiempo una significación cultural.
Artículo 2º - La conservación y restauración de monumentos constituye una disciplina
que abarca todas las ciencias y todas las técnicas que puedan contribuir al estudio y la
salvaguarda del patrimonio monumental.
Artículo 3º - La conservación y restauración de monumentos tiende a salvaguardar
tanto la obra de arte como el testimonio histórico.
El mantenimiento de las ruinas y las medidas necesarias para la conservación y
protección permanente de los elementos arquitectónicos y de los objetos descubiertos
deben estar garantizados. Además, se emplearán todos los medios que faciliten la
comprensión del monumento descubierto sin desnaturalizar su significado.
Cualquier trabajo de reconstrucción deberá, sin embargo, excluirse a priori; sólo la
anastilosis puede ser tenida en cuenta, es decir, la recomposición de las partes existentes
pero desmembradas. Los elementos de integración serán siempre reconocibles y
constituirán el mínimo necesario para asegurar las condiciones de conservación del
monumento y restablecer la continuidad de sus formas.
Conservación
Artículo 4º - La conservación de monumentos implica primeramente la constancia en
su mantenimiento.
Artículo 5º - La conservación de monumentos siempre resulta favorecida por su
dedicación a una función útil a la sociedad; tal dedicación es por supuesto deseable pero
no puede alterar la ordenación o decoración de los edificios. Dentro de estos límites es
donde se debe concebir y autorizar los acondicionamientos exigidos por la evolución de
los usos y costumbres.
Artículo 6º - La conservación de un monumento implica la de un marco a su escala.
Cuando el marco tradicional subsiste, éste será conservado, y toda construcción nueva,
toda destrucción y cualquier arreglo que pudiera alterar las relaciones entre los
volúmenes y los colores, será desechada.
Artículo 7º - El monumento es inseparable de la historia de que es testigo y del lugar en
el que está ubicado. En consecuencia, el desplazamiento de todo o parte de un
monumento no puede ser consentido nada más que cuando la salvaguarda del
monumento lo exija o cuando razones de un gran interés nacional o internacional lo
justifiquen.
Artículo 8º - Los elementos de escultura, pintura o decoración que son parte integrante
de un monumento sólo pueden ser separados cuando esta medida sea la única viable
para asegurar su conservación.
Lugares monumentales (conjuntos histórico-artísticos)
Artículo 14º - Los lugares monumentales deben ser objeto de atenciones especiales a
fin de salvaguardar su integridad y de asegurar su saneamiento, su tratamiento y su
realce. Los trabajos de conservación y de restauración que en ellos sean ejecutados
deben inspirarse en los principios enunciados en los artículos precedentes.
Excavaciones
Artículo 15º - Los trabajos de excavaciones deben llevarse a cabo de acuerdo con las
normas científicas y con la "Recomendación que define los principios internacionales a
aplicar en materia de excavaciones arqueológicas" adoptada por la UNESCO en 1956.
El mantenimiento de las ruinas y las medidas necesarias para la conservación y
protección permanente de los elementos arquitectónicos y de los objetos descubiertos
deben estar garantizados. Además, se emplearán todos los medios que faciliten la
comprensión del monumento descubierto sin desnaturalizar su significado.
Cualquier trabajo de reconstrucción deberá, sin embargo, excluirse a priori; sólo la
anastilosis puede ser tenida en cuenta, es decir, la recomposición de las partes existentes
pero desmembradas. Los elementos de integración serán siempre reconocibles y
constituirán el mínimo necesario para asegurar las condiciones de conservación del
monumento y restablecer la continuidad de sus formas.
Resulta un hecho ampliamente aceptado que el conocimiento y la comprensión de los
orígenes y del desarrollo de las sociedades humanas revisten una importancia
fundamental para toda la humanidad, ya que sirven para identificar sus raíces culturales
y sociales.
El patrimonio arqueológico constituye el testimonio esencial de las actividades humanas
del pasado. Su protección y su adecuada gestión son imprescindibles para permitir a los
arqueólogos y a otros científicos estudiarlo e interpretarlo en nombre de generaciones
presentes y futuras, y para beneficio de las mismas.
La protección de este patrimonio no puede basarse únicamente en la aplicación de
técnicas arqueológicas. Exige un fundamento más amplio de competencias y
conocimientos profesionales y científicos. Algunos elementos del patrimonio
arqueológico forman parte de estructuras arquitectónicas y, en este caso, deben estar
protegidos de acuerdo con los criterios relativos al patrimonio de ese género estipulados
en la Carta de Venecia de 1964 sobre restauración y conservación de monumentos y
lugares de interés histórico-artístico; otros, forman parte de tradiciones vivas de la
población autóctona cuya participación, a través de grupos locales de carácter cultural,
resulta esencial para su protección y conservación.
Tema 10. La cultura material
1. CONCEPTO DE CULTURA MATERIAL.
Resulta fácil para los arqueólogos hablar de cultura material. Es su campo de trabajo
tradicional, aunque hoy ese campo se haya abierto a otros horizontes. La cultura
material está formada por los “remanentes físicos”, aquéllos productos elaborados por el
hombre.
Sin embargo la cultura material no se acaba en el objeto, antes bien se proyecta hacia las
técnicas con las que se elaboraron, las circunstancias en las que cobraron vida y las
condiciones sociales, económicas, culturales de la comunidad que las hizo necesarias.
La cultura material es, por lo tanto, mucho más que el objeto, ya que se proyecta por
todo el entramado que hizo posible su elaboración.
Para abordar el estudio de la cultura material resulta necesario un buen conocimiento de
los objetos pero también de la sociedad que los produce. En este aspecto la cultura
material se diferencia de la ergología, que se centra en el estudio de las condiciones del
trabajo y la producción de artefactos, tratando de descubrir sus cualidades, funciones,
etc.
Por el contrario a la cultura material le interesa el estudio de los productos humanos,
pero en función de su necesidad social, como productos del grupo humano en respuesta
a necesidades que ese mismo grupo ha desarrollado. La cultura material viene a
constituir el conjunto de soluciones que el saber humano ha proyectado a retos
cotidianos, no por ello menos importantes para la sociedad, ya que viene a satisfacer sus
necesidades inmediatas.
Por ello la cultura material va a mostrarnos el grado de eficiencia del grupo humano
frente a sus propios retos y necesidades, constituyendo cada objeto y su conjunto una
plasmación del nivel tecnológico. La cultura material puede ofrecer una clara imagen,
por lo tanto, de retos y respuestas, integradas en su conjunto, o a nivel de cada uno de
los productos elaborados.
La cultura material, por otra parte, también se proyecta hacia un espacio más amplio, el
de la cultura humana en su conjunto. No pueden disociarse parte y todo, ya que su
integración es completa. La cultura material cobra sentido y puede ser explicada desde
el entramado de instituciones humanas que la han generado, ajena a las cuales queda
como simple repertorio de objetos descontextualizados.
Dentro de este panorama no debe olvidarse tampoco que la cultura material entronca
con la cultura inmaterial. Nada comprenderíamos de una sítula o un hisopo si no se
comprenden los rituales que le han dado vida. La labor del investigador es
precisamente ir descubriendo ese entramado de relaciones, hilvanando las tramas que
se han descosido a lo largo de los años hasta que los útiles, herramientas, objetos, etc.,
van cobrando vida. Ello se lleva a cabo mediante un complicado proceso de
identificación, descripción, tipología, seriación, adscripción temporal y funcional, entre
otros muchos, que desemboca en la correcta integración de la pieza estudiada en su
marco referencial.
Es ése un momento mágico. Descubrimos para qué servía y cómo fue elaborado, en qué
condiciones fue posible realizarlo y, finalmente, por qué dejó de ser útil.
LA PIEDRA
De todos los materiales usados por el hombre para obtener objetos, la piedra es sin duda
la más abundante e imperecedera. Encontramos útiles de piedra relacionados con el
Homo Habilis, que utiliza esta materia para confeccionar sus rudimentarios útiles. Ello
no implica que no recurriese a otras fuentes más perecederas, como la madera, aunque
de su trabajo no haya quedado vestigio alguno. Incluso podemos remontarnos mucho
más atrás -hasta Australopithecus- para comprobar el recurso de la familia Hominidae
por este material. Bien es verdad que en estos casos no se tiene constancia de una
manipulación o trabajo de la misma, sólo su uso para machacar otras materias duras
como el hueso. Desde entonces hasta nuestros días la piedra ha sido un recurso
abundante y continuado, hasta el presente.
No es de extrañar, por lo tanto, que la predilección del ser humano por esta materia sea
tan obsesiva. Hoy mismo piedra es sinónimo de calidad y de lujo, frente a otras
materias primas que no poseen las cualidades que tanto admiramos en ella: dureza,
belleza, perdurabilidad en el tiempo. Quizá sea ésta última cualidad la que ha hecho de
la piedra el recurso más empleado para expresar la inmortalidad y la lucha contra el
tiempo. Así la piedra se asimiló a eternidad. Se cerraba así el círculo de uso en torno a la
piedra: material para elaborar útiles y para expresar los pensamientos más sublimes del
ser humano.
El uso de la piedra por un grupo humano implica su conocimiento desde aspectos muy
diferentes:
- La materia prima. La selección de la roca adecuada por sus cualidades específicas
implica un conocimiento del mineral y de sus propiedades, así como del emplazamiento
en el que se obtiene. No podíamos suponer hasta qué punto la búsqueda del mineral
adecuado era una preocupación del grupo humano hasta que recientemente se han
localizado miles de pozos de extracción de sílex en las cercanías de Madrid en
momentos muy tempranos: el final del Neolítico. El yacimiento de Casa Montero ha
supuesto la constancia de una explotación industrial de la materia prima por grupos de
ganaderos especializados en la extracción de la roca a su paso por este paraje y su
difusión a través de las vías de comunicación que utilizaba en sus desplazamientos. La
magnitud del hallazgo nos informa de la existencia de una actividad perfectamente
reglada, que debía comportar unas normas en la posesión de los pozos, su extracción y
venta o intercambio por otros productos.
- La tecnología. El trabajo del material pétreo ha sido abordado por el ser humano desde
muy diferentes técnicas: desbaste, tallado, pulimento, retoque, etc. Aunque puede
observarse una línea tecnológica que parte del trabajo más grosero del material a través
de unas técnicas de percusión directa -para obtener útiles muy elementales- hasta
desembocar en otras mucho más delicadas y eficientes, que permiten la consecución de
objetos de una gran calidad mediante técnicas más depuradas (percusión indirecta,
presión, pulimento, cincelado, etc.), no debemos olvidar que técnicas aparentemente
muy antiguas han coexistido con otras presumiblemente más modernas. Al respecto
cabe mencionar el trabajo de engaste de piedras en los famosos trillos de Cantalejo, que
han llegado en uso hasta la segunda mitad del siglo XX.
- El herramental. Va unido a los aspectos tecnológicos. Cada técnica precisa de un
herramental adecuado, que responde al trabajo que se realiza. Por ello herramienta y
técnica van de la mano. Un avance tecnológico implica el desarrollo de unas
herramientas adecuadas al mismo.
- La tipología. La tipología estudia los tipos, como su propio nombre indica. El tipo es
considerado una unidad de comparación entre materiales arqueológicos. No se hubiese
avanzado en el estudio de los materiales sin el recurso a esta unidad y a su estudio
comparativo y evolutivo: la tipología. Es verdad que la tipología ha sufrido ataques
cuando se ha querido interpretar de una manera muy lineal, pero los resultados
obtenidos por su concurso son indudables. Entre ellos cabe citar la clasificación de
tipos, la seriación tipológica. Junto a ella la comparación entre tipos, que permite
observar sus diferencias, semejanzas, contactos, etc.
La piedra hoy día constituye un recurso abundante, aunque ha perdido su cualidad de
barato. Los problemas derivados de su extracción masiva han hecho saltar la alerta de
grupos implicados en la conservación del medio ambiente. Su utilización va desde el
empleo como material de construcción a los más nobles como elemento de decoración o
material en manos de artistas. En todos los casos la piedra sigue manteniendo su
carácter insustituible.
LA MADERA
Dice Hugh Johnson en el Libro de la Madera: “La madera tiene el valor inapreciable,
por no decir único, de ser la sola fuente natural de recursos que el hombre es capaz de ir
renovando”. Es cierto. De todas las materias utilizadas por el hombre, la madera es la
fuente de materia prima que se renueva continuadamente. Ello no quiere decir que sea
inagotable, como lo demuestran los bosques esquilmados del planeta.
El bosque y su individualidad, el árbol, han ejercido una gran fascinación en todas las
culturas. Caro Baroja ha reseñado en su estudio sobre el culto a los árboles y la
mitología relacionada con él en la Península Ibérica la adoración al bosque, al árbol y a
los espíritus que anidan en su entorno. Pero esa fascinación no es privativa del ámbito
hispánico sino que se extiende por muchas otras culturas. Al respecto cabe reseñar que
la primera diócesis cristiana de la Galia fue Karluc, que en gaélico significa bosque
sagrado. Nos encontramos, por lo tanto, ante un santuario prerromano dedicado al
espíritu del bosque, posteriormente cristianizado.
La madera ha sido uno de los recursos naturales empleados desde el origen de la
humanidad. El carácter perecedero de este recurso natural impide que tengamos
constancia del momento en el que comienza su empleo como herramienta o útil, pero
podemos imaginar que fragmentos de ramas, más o menos aguzadas y endurecidas en
sus extremos por la acción del fuego, debieron constituir las primeras armas o
herramientas de los homínidos. Trabajos sobre etología demuestran el recurso a ramas
cortadas para defenderse o atacar entre grupos de primates, lo que asegura la antigüedad
en el empleo de rudimentarios instrumentos de madera.
La madera está presente en la vida del hombre desde su nacimiento (juguetes, cuna,
etc.) hasta su muerte (ataúd de madera). El carácter omnipresente de la madera en la
vida cotidiana puede comprobarse en el propio término que la designa: madera<materia,
es decir el material utilizado por antonomasia. Así vemos cómo la madera está presente
en la casa (casa de madera, elementos de madera como puertas y ventanas, muebles,
menaje, etc.), en el transporte (carros, canoas, barcos), en la defensa y ataque (escudos,
empalizadas, torres defensivas), en la religiosidad (tallas de divinidades), en el trabajo
(aperos de labranza, ganaderos, etc.) o en la decoración del hogar o el lugar de trabajo
(relieves, esculturas celosías). En todos los casos el recurso a la madera ha sido obligado
hasta el presente, remedándose con otros materiales más modernos cuando su obtención
resulta excesivamente costosa (imitación de madera en aluminio, pvc, etc.).
La obsesión por recurrir a la madera para obtener objetos, dada la facilidad del trabajo y
la abundancia de la materia prima llevó, en ocasiones, a realizar objetos litúrgicos en
madera. Este hecho ha quedado reflejado en los cánones conciliares que prescriben estas
prácticas, señalándose reiteradamente que no se confeccionen objetos litúrgicos en
madera. La reiteración del hecho viene a demostrarnos que debía de ser muy común
recurrir a objetos litúrgicos confeccionados en madera, no acatándose el precepto
canónico, al menos en ambientes rurales.
El trabajo de la madera se suele identificar, de mayor a menor importancia, con tallistas
o imagineros que han realizado las esculturas o tallas que podemos admirar en iglesias
palacios; con carpinteros locales que han elaborado los muebles y armaduras de techos
y cubiertas de las edificaciones y con pastores que confeccionan en sus largos ratos de
ocio innumerables objetos de la vida cotidiana. Sin embargo solemos olvidarnos del
común de los mortales, las personas anónimas que realizaban o realizan sus aperos de
trabajo, los objetos de uso cotidiano o los elementos decorativos para su hogar con la
madera que le proporciona el entorno. Se trata de artesanos no especializados que
elaboran sus propios objetos de manera rudimentaria, con los conocimientos adquiridos
a través de generaciones y con una estética muy tradicional. Desafortunadamente éstos
últimos se hallan hoy día en trance de desaparición como consecuencia de la
tecnificación y del desarrollo de la sociedad de consumo. Con su pérdida se va una parte
muy importante de la cultura material tradicional de nuestras sociedades.
LOS MATERIALES METÁLICOS. METALES Y METALURGIA
El metal se encuentra representado en la vida del hombre actual de una manera
omnipresente. No se puede comprender nuestro desarrollo tecnológico y las
comodidades del presente sin la existencia de los metales con los que confeccionamos
un gran porcentaje de nuestros objetos y elementos de la vida cotidiana. Hoy el recurso
al metal está siendo sustituido por otros materiales como los sintéticos o los cerámicos.
El empleo de los metales, característico de la Edad de los Metales, puede ser explicada
por la necesidad que siente el hombre de sustituir las herramientas de piedra, hueso o
madera por otras más resistentes, como era el metal. El cobre fue el primer metal
descubierto por encontrarse en estado casi puro en la naturaleza y fue trabajado al final
del periodo Neolítico. Al principio, se le golpeaba hasta dejarlo plano como una hoja.
Después se aprendió a fundirlo con fuego y vaciarlo en moldes, lo que permitió fabricar
mejores herramientas y en mayor cantidad.
El uso de metales nativos se constata ya en el Neolítico. El oro y la plata nativa debieron
llamar poderosamente la atención de nuestros antepasados. Sin embargo el uso de
metales con fines decorativos no implicó un avance tecnológico. Éste vino de la mano
de la metalurgia. Los avances en el campo del trabajo de los metales fueron muy largos
y laboriosos. Implicó el conocimiento de los lugares donde se podía obtener el mineral
(minería), el proceso para obtener el metal (metalurgia), el recurso a mezclar metales
(amalgama, aleación).
Los especialistas en las primeras etapas de la metalurgia del cobre siguen discutiendo
sobre el lugar de su inicio. Sin ánimo de ser exhaustivo hay que reseñar que se plantean
dos grandes hipótesis: si el hogar inicial de la metalurgia fue un único sitio o, si por el
contrario, en condiciones de necesidad y avances técnicos paralelos, la metalurgia
surgió en diferentes lugares. La metalurgia constituye uno de los más importantes
procesos desarrollados por el hombre. En su avance debieron tener un gran peso los
tanteos previos con metales nativos y el manejo continuo de hornos cerámicos, que
pusieron al hombre en contacto con la fundición, posiblemente de manera fortuita. Los
primeros ensayos con cobre abrieron el paso a la metalurgia del bronce, mucho más
complica que la del hierro en cuanto a que implicaba su aleación con otros metales. Los
primeros tanteos se encaminaron a su mezcla con arsénico, obteniéndose un metal duro
y frágil, poco apto para las tareas de herramental y armamento que necesitaban. El
recurso a la aleación con estaño –bronce estannífero- brindó la posibilidad de obtener
elementos duros y resistentes, sin embargo la búsqueda de mineral supuso un constante
problema, llegándose en Europa a alcanzar las costas atlánticas del Canal de la Mancha
en su búsqueda, Las Casitérides, nombre que se deriva del mineral ansiado, la
casiterita.
Los investigadores sitúan en torno a la mitad del IV milenio A. C. la aparición de una
primitiva metalurgia del hierro, con la que se obtendría un hierro esponjoso, no muy
apto para su empleo en útiles y armamento. Sería mucho más tarde, en torno a la mitad
del II milenio a. C. cuando se consigue el hierro colado, cuyo centro difusor se sitúa en
el Cáucaso y que sería expandido hacia Oriente y Occidente de la mano de poblaciones
indoeuropeas. Entre las técnicas metalúrgicas relacionadas con el trabajo del hierro en
la Antigüedad cabe citar el templado del acero, que se reducía a la llamada “piel de
acero”, la soldadura y el moldeado a la cera perdida. El templado del acero parece que
dejó de conocerse entre las poblaciones del mundo antiguo, salvo la hindú, que la
mantuvo viva hasta la llegada de los ingleses a la India, de donde pasaría de nuevo a
Europa. La fundición del metal se mantuvo también en China, de donde es tomada por
los europeos en el siglo XIII, gracias a los comerciantes italianos, entre los que cabe
citar los hermanos Polo. El conocimiento de las técnicas orientales permitió la
introducción de altos hornos en Europa a fines de la Edad Media, siendo precursores de
la primera Revolución Industrial de varios siglos más tarde.
LOS MATERIALES CERÁMICOS. LA CERÁMICA
Denominamos cerámica –del griego keramós: arcilla- a todo lo que se modela con una
mezcla de arcilla y se somete a cocción por medio del fuego. Corrientemente se utiliza
este término para referirse a productos de uso cotidiano (recipientes, ollas, cazuelas,
vajillas, etc.), elementos rituales (estatuillas, útiles, urnas cinerarias) o a
representaciones de símbolos culturales (imágenes, símbolos, etc.).
Desde el nacimiento de la cerámica en el Neolítico hasta los procesos tecnológicos
actuales, las fases de trabajo relacionadas con el barro siguen siendo prácticamente los
mismos: preparación del barro, modelado, secado, impermeabilizado, decoración y
cochura.
El barro es un compuesto de arcilla y otros elementos minerales a los que se le añade
agua en la proporción adecuada. La arcilla, base del barro, puede proceder de depósitos
primarios –localizados en el emplazamiento donde se han descompuesto las rocas que le
han dado origen- o secundarios –depositados por la fuerza del viento que los arrastró
desde los anteriores- en cuyo caso suele presentar impurezas al encontrarse
contaminados con otras materias como los compuestos ferrosos que le dotan del
característico color rojizo.
El proceso de extracción de las arcillas, que han de constituir la materia base, es un
proceso largo y paciente que comienza con la selección del lugar de donde ha de
extraerse la tierra, denominado barrera. No todos los emplazamientos son aptos para
este menester, ya que en la selección del lugar de extracción juegan aspectos como el
destino que ha de darse al objeto elaborado, la plasticidad de la tierra, su pureza, etc.
Para poder convertir la tierra en pasta apropiada ha de realizarse un conjunto de
actividades que pasan por su cribado, decantado en pilas o barreras y posterior trabajo
de filtrado y amasado. Todo ello consume corrientemente más de un año de preparación
hasta que la pasta está lista para ser transformada en objeto.
El modelado más simple y primitivo consiste en dar forma a un objeto con las manos. A
este proceso se le denomina cerámica a mano. Otra forma sencilla y seguramente tan
antigua como la antertior es la consistente en confeccionar rollos de barro e irlos
uniendo para dar forma a la pieza. Este sistema, anterior a la aparición del torno hace
unos tres mil años, se denomina urdido y suele realizarse sobre una base previamente
trabajada que en algunos lugares denominan lusia. Las piezas obtenidas con este sistema
suelen presentar imperfecciones, ya que no están modeladas con la rapidez de giro que
imprime el torno. Por ello necesitan de un alisado exterior, que le confiera la textura
final, obtenida mediante una cánula o una gamuza con las que se obtiene una superficie
bruñida o alisada. En nuestros días la cerámica obtenida por estos procedimientos está
relacionada con la alfarería femenina, como ocurre en Zamora, Cuenca o Canarias,
donde aún hoy se mantienen afamados centros alfareros como Moveros, Pereruela,
Mota del Cuervo o Tenerife. En todos estos casos el torno bajo o de mano es la base de
esta alfarería en trance de desaparición a día de hoy.
La aparición del torno de pie al final de la Edad del Hierro supuso la transformación
radical de la alfarería. La rapidez de su giro permitía elevar la pella y darle forma con la
aplicación de las manos dentro y fuera de la pieza que se estaba confeccionando. Las
paredes de las piezas se adelgazaron y se consiguió una simetría perfecta como
consecuencia de la rotación a gran velocidad de la misma, al tiempo que descendía el
tiempo que se tardaba en su confección. Sin embargo el torno no llegó a desplazar por
completo las técnicas más primitivas, que se fosilizaron en el trabajo de grandes
recipientes –cubas, tinajas, etc.- que por su volumen y peso no podían ser elaboradas en
el torno. Tampoco penetró en el mundo alfarero femenino, que siguió utilizando la
técnica del urdido, como se ha señalado anteriormente.
Finalmente reconocemos una cuarta técnica de elaborar los objetos que consiste en
realizar previamente un molde –generalmente un bivalvo- e introducir la arcilla en un
estado muy licuado y tamizada para que no presentara poros o imperfecciones, y dejarla
secar, retirando luego el molde. Se obtenían así piezas de una gran perfección,
decoradas con motivos en relieve o excisos, que formaban parte de la misma pasta.
Conocemos vasijas realizadas con moldes desde época greco-latina, siendo muy
famosas las llamadas campanienses y sigillatas. Los objetos elaborados debían reposar
durante días después de su confección, oreándose, hasta que la mayor parte del agua
que contenía la pasta se había evaporado.
Tras esta fase de secado se procedía a impermeabilizar aquellas piezas que debían
contener líquidos mediante su bruñido, barnizado, engobe, o lo más frecuente, la adición
de una capa de elementos vitrificantes que le conferirían su aspecto final. El vedrío fue
introducido por los romanos en la Península Ibérica, pero sería con la invasión árabe
cuando llegaría a popularizarse y a adquirir las cualidades con las que lo conocemos. El
vedrío comporta la utilización de una técnica más sofisticadas que implica el
conocimiento de fundentes y de pigmentos para cada uno de los colores (cobre para el
verde, manganeso para el negro, cobalto para el azul, antimonio para el amarillo, plomo
para el melado o transparente, estaño para el blanco, etc.); dándose una serie de técnicas
especiales relacionadas con el vedría, como son la cuerda seca, el verde y morado bajo
cubierta y la loza dorada, entre otras. Además del vidrio, se conocen desde los inicios
de la cerámica otras técnicas que van asociadas a dichas producciones.
Unas se relacionan con la actividad de impermeabilización (juaguete, engobe, etc.);
otras son claramente decorativas, , sea ésta aplicada, incisa, excisa, aplicada, pintada,
etc.La última fase, la cocción, quizá sea la más complicada. Los objetos elaborados se
introducían en hornos abiertos o cerrados, donde se sometían a la acción del fuego. La
cochura en hornos abiertos implicaba el apilamiento de las piezas y la cubrición con
fuego que se iba renovando hasta obtener el endurecimiento del barro. Este modelo de
cocción daba cacharros poco compactos, ya que el fuego no llegaba a alcanzar los 800º
C.; por el contrario, en los hornos cerrados la temperatura llegaba a alcanzar los 1500º
de temperatura, dependiendo, claro está, del tipo de horno cerrado que se trate.
En la península Ibérica el horno tradicional es el constituido por la superposición de
una cámara de combustión, situada en la parte inferior del conjunto, y una cámara de
cocción en la parte superior, separadas ambas por un suelo perforado por donde pasa el
calor desde la cámara de combustión. En cuanto al remate de la cámara superior suele
presentarse abierto o cubierto por una ligera cubierta formada por tejones o fragmentos
de cocciones defectuosas. La presencia del horno suele manifestarse de manera evidente
por la acumulación de las piezas defectuosas que se van agrupando en sus cercanías
hasta formar verdaderos montículos –testares- que en ocasiones llegan a formar
montañas, como ocurre con el Monte Testaccio en Roma, producto de la acumulación
de los recipientes rotos procedentes del comercio oleario.
LOS MATERIALES VÍTREOS. EL VIDRIO
El vidrio es una sustancia rígida no cristalina, de aspecto traslúcido y por lo general
transparente, resultante de la fusión a altas temperaturas de una mezcla de anhídrido
silíceo –que se obtenía a partir de arena, cuarzos o guijarros- y de un álcali terroso –
óxido de calcio- conseguido del carbonato cálcico presente en la arena silícea al que se
le añadía un carbonato de sodio o de potasio. Según se recurriese a alguno de éstos
últimos, el cristal variaba de apariencia. Aspecto crucial lo constituye la fusión de estos
elementos, ya que para conseguir el estado líquido se necesitaban hornos que alcanzasen
1300-1500º de temperatura. En la Antigüedad la fusión resultante era parcial, en torno a
los 1000º, resultando una pasta con abundantes impurezas y burbujas de aire en su
interior.
Tan importante como la fusión resultaba el proceso de enfriamiento, que debía ser muy
lento, de manera que se obtuviese un material sólido transparente sin cristalizaciones de
los silicatos presentes en la mezcla, ya que si ello ocurría el cristal se volvía opaco y
extremadamente frágil. El origen del vidrio suele situarse en torno al IV milenio a. C. en
el Próximo Oriente, tanto en Mesopotamia como en Egipto, de donde se iniciaría su
expansión hacia Oriente y Occidente, llegando en el I milenio a. C. a China y Extremo
Oriente así como a la fachada atlántica europea.
En estas época los sistemas técnicos más utilizados en su elaboración fueron el colado,
estampado, envolvimiento o colado sobre un núcleo y el corte en frío. Suponemos,
aunque no existe rastro arqueológico que permita confirmarlo, que el colado fue el
primer sistema utilizado, ya que era el más simple y se asemejaba a los sistemas de
colado de cerámica o metal. La técnica se basaba, como su nombre pone de evidencia,
en colar la pasta vítrea en moldes cerrados y huecos. Así se obtenían objetos macizos,
como la célebre Cabeza de Tutankamon conservada en el Museo del Louvre. Mayor
dificultad presentaba la obtención de objetos huecos, ya que se necesitaba para ello un
doble molde. Los ejemplos de esta técnica son escasos y tardíos, aunque ya se atestigua
en Egipto en torno al 1500 a. C. con la XVIII Dinastía.
La verdadera revolución en los procesos de elaboración del vidrio se dieron en el siglo I
a. C. en Siria con la técnica del vidrio soplado. Esta técnica comporta un cambio en el
horno de fusión, que es cerrado y posee tres niveles: combustión, fusión (crisol o sartén)
y superior o cámara de recocido donde se enfría la masa fundida lentamente (ara). Será
esta cámara de donde se extrae la pasta por aberturas mediante la caña de soplar. La
técnica de soplado ha sido la más empleada hasta nuestros días. Junto a ella se ha
mantenido la técnica de moldeado, necesaria para confeccionar esculturas y relieves
complicados. La aparición de la ventana provista de cristal hizo necesario el vidrio
plano, que podía obtenerse a partir del vidrio soplado -cortando un sector de su
superficie- o bien mediante una técnica específica de laminar el vidrio Aspecto
importantísimo en la elaboración del vidrio es su decoración. Muy pronto se aprendió a
tallar decoración en las paredes de la pieza recurriendo a excavar su superficie mediante
el entallado o repujado, el esgrafiado o con punta de diamante. De esta manera se
podían grabar decoraciones e, incluso, tallar su superficie hasta conseguir una
decoración permanente que dotaba al objeto de atractivo inigualable. Sin embargo la
técnica de esculpir la superficie no siempre era la adecuada, por lo que se recurrió a
aplicar pinturas al fuego, que dotaban al soporte de una alegría y vivacidad inigualables.
La decoración pictórica sobre vidrio puede ser pintura esmaltada o en frío. La pintura
esmaltada sobre vidrio se conoce desde la Antigüedad. Se conseguía con óxidos
metálicos, polvo vítreo y un aislante graso. Se aplicaba en frío y luego se metía la pieza
en un horno especial para calentarlo –la mufla- a temperatura inferior al fundido del
vidrio. Así se vitrificaba la pintura y se adhería parcialmente a las paredes de la pieza.
El proceso se completaba con un lento enfriamiento. La pintura en frío muy pronto se
convirtió en un sistema decorativo muy frecuente. Como la pintura se aplicaba después
del proceso de obtención del vidrio no cristalizaba, lo que impedía que fuese
permanente, borrándose con el paso del tiempo. Para segurar más tiempo la decoración
pinada en frío se recurrió a protegerla con una nueva capa vitrificada, técnica que se
denomina eglomisé.
La decoración aplicada resultaba fácil de realizar y con ella se obtenían resultados
espectaculares. Entre las decoraciones aplicadas más frecuentes se cuenta la decoración
con gotas, de tradición tardorromana, muy frecuentes en los vidrios medievales
alemanes, que adopta la forma de gotas, de alerones o aletas o de festones,
corrientemente encontrados en los vidrios venecianos del siglo XVI y XVII. Señalemos
finalmente que el vidrio se ha revalorizado en nuestros para uso industrial, debido a sus
propiedades aislantes y como elemento de mecanismos electrónicos e industriales en
general.
LOS MATERIALES ÓSEOS. EL HUESO Y EL MARFIL.
El hueso es un material duro y abundante. Su utilización se remonta al Paleolítico
Inferior, aunque será en el Superior cuando alcanza un uso más diversificado, tanto en el
terreno instrumental como artístico. Muchos museos exponen y conservan verdaderas
maravillas artísticas elaboradas en hueso, sea como soporte de expresiones de obras de
arte –escápulas grabadas, huesos largos tallados en forma de figurillas humanas, las
conocidas como Venus esteatopígicas o calopígicas- sea como útiles destinados a la
obtención de alimentos, los denominados arpones del período Magdaleniense.
Dentro de los materiales óseos destaca por su calidad y facilidad de trabajo el marfil,
extraído de colmillos de elefantes y de otras especies provistas de grandes colmillos,
como jabalíes, morsas y leones marinos. Su escasa dureza, que se sitúa entre los 2,5 y
los 2,75 dentro de la Escala de Mohs, junto a su belleza y durabilidad, le han conferido
las necesarias cualidades para convertirle en uno de los materiales más preciados a lo
largo de toda la Historia del hombre.
El marfil posee una composición, a base de dentina, que caracteriza a los colmillos de
los elefantes y a otras especies animales provistas de grandes colmillos como el
hipopótamo, el mamut (marfil fósil de procedencia siberiana), el jabalí africano y la
morsa (ésta tiene colmillos que alcanzan los 60 centímetros de longitud y su utilización.
se extendió por Occidente en época bizantina, sin contar los países islámicos donde
tenían un gran prestigio porque se les atribuía la virtud de cicatrizar las heridas. El
trabajo de marfil ha utilizado siempre indiferentemente estos distintos materiales según
la difusión y las áreas geográficas.
Para conocer algunas citas históricas sobre el trabajo del marfil y su utilización en
diversas etapas y culturas basta con repasar los numerosos trabajos sobre Historia del
Arte (Escultura) en los diferentes períodos históricos. No vamos a acometer aquí ese
trabajo, al que el alumno puede recurrir en cualquier momento. Ahora nos limitaremos
a puntualizar algunas características de este material y cómo se obtiene y elabora.
El marfil de elefante se caracteriza por tener una estructura de líneas entrecruzadas que
se pone de manifiesto cuando se seccionan los colmillos parcialmente huecos -lo cual
permitió la utilización de secciones de colmillos como recipientes (ritón)-. Esta
estructura entrelazada, que es muy visible en los colmillos de los elefantes africanos, se
nota con dificultad en la de los de la India, v falta por completo en los de hipopótamo y
morsa.
El marfil de elefante africano es, en líneas generales, menos blanco que el procedente de
la India y tiende a ponerse amarillo también antes que aquél. Sin embargo el africano
aventaja en calidad y tamaño al procedente de Asia, que resulta más mórbido y opaco.
En relación con los procesos técnicos de trabajo cabe señalar que pueden encontrarse,
dada la amplitud cronológica de su uso, desde los sistemas rudimentarios de grabado
manual hasta las más complejas elaboraciones mecánicas en las que están presentes los
tornos y taladros.
En líneas generales podemos señalar que las técnicas aplicadas al trabajo del marfil no
distan mucho, dada su poca dureza, como acabamos de especificar en líneas anteriores,
a los utilizados para otros materiales como la madera. La longitud del colmillo y su
diferente estructura –maciza al extremo y huecas en su parte proximal, ha permitido la
elaboración de objetos macizos y de recipientes. Cuando se pretendía obtener una
superficie plana se recurría a cortar el colmillo longitudinalmente, obteniéndose, por lo
tanto, tres tipos de superficies que iban destinadas a servir de soporte de variadas
soluciones (esculturas, que presentan la curvatura propia de la pieza dentaria,
recipientes obtenidos de la parte más ancha y proximal, láminas o plaquetas resultante
de seccionar longitudinalmente el colmillo, empleadas en la confección de dípticos o
trípticos de época Bajoimperial y Bizantina).
Sin ánimo de resultar exhaustivo cabe señalar que los trozos de marfil ya preparados
para su elaboración se sumergían en soluciones de vinagre y de aceite de almendras que
preparaban la pieza para el posterior trabajo de tallado. En la India se constata el
recursos a envolver la pieza en un tejido humedecido para facilitar su trabajado. El
aspecto final tampoco solía descuidarse, adornándose el marfil con el engaste o
fileteado de metales preciosos o pintándose en llamativos colores, como se constata en
el Antiguo Egipto.
LAS FIBRAS VEGETALES
El contacto del hombre con la naturaleza le puso en contacto con multitud de recursos
naturales que muy pronto fueron utilizados. Es el caso de las fibras vegetales. En la
Prehistoria el hombre cazador y recolector pronto descubrió que determinadas especies
vegetales podían ser utilizadas como contenedores de los alimentos y recursos que
necesitaba transportar y conservar. Así surgieron los primeros recipientes, obtenidos a
base de trenzar ramas flexibles, tallos de cereales y otras plantas estacionales, así como
las cortezas de determinados árboles como eran el castaño o el abedul. Cien mil años
después seguimos utilizando aquellos recursos primarios, pese al avance de la ciencia y
de la aparición de nuevos recursos sintéticos. Los tallos de cereales como el trigo,
cebada, avena o centeno, la anea, la caña, el esparto, el mimbre, la palma, la pita o la
sarga, son –sin ánimo de ser exhaustivos- algunos de los materiales que podemos
encontrar en muchos de los muebles o elementos que adornan nuestros hogares. A los
efectos de este último tema, hemos seleccionado tres que nos sirven de guión en el
estudio de las fibras vegetales, aún sabiendo que los que dejamos en el tintero tienen
tanto interés y atractivos como los que ahora reseñamos.
LA ANEA. La anea -o enea, totora, junco o bayón- es una planta acuática de la familia
de las Typhaceas (tipha latifolia) que crece en medios acuáticos cercanos a la orilla en
zonas encharcadas como lagunas, pantanos y zonas estancadas, etc. Sus hojas son
alargadas y anchas, agrupadas en un tallo rematado por la flor masculina y femenina. Su
recolección se realiza cortando por el tallo, con hoz o tijera, las hojas de la planta en los
meses de primavera-verano. La poda puede retrasarse, e incluso prohibirse, por las
autoridades locales en caso de nidificación de especies de aves protegidas. Las
encañaduras se colocan en garbas y estas se dejan al sol para que se sequen, acción
mediante la cual los haces pierden gran parte de su volumen y peso.
Las hojas de la anea se han utilizado tradicionalmente en la confección de recipientes y
otros utensilios domésticos, pero su mayor presencia la ha constituido el servir de
asiento de las sillas tradicionales. La facilidad de su elaboración y el bajo coste en la
reparación de los asientos hizo de esta fibra la reina de la sillería. Hoy día se ha perdido
su uso, en gran parte debido a la competencia de las fibras sintéticas, pero sobre todo
por la lucha de los grupos ecologistas que ven en la poda de las riberas una agresión al
medio natural de la nidificación de especies acuáticas.
EL ESPARTO. El esparto es una planta gramínea, de largas y afiladas acículas, que
crece en la mitad sur de la Península Ibérica en terrenos ásperos, áridos e incultos. Su
uso se constata desde la Prehistoria. Poseemos recipientes y calzados confeccionados
con estas fibras desde el Neolítico. Los romanos tenían un gran aprecio a esta materia,
denominándose la capital de la provincia hispana del SE. Carthago Spartaria.
El esparto se recolecta con diferentes modalidades. En Andalucía se corta con hoz o
cuchilla curva y ancha; en Castilla-La Mancha se utiliza una pieza de hierro que enrolla
los tallos, ayudando al corte. Al cortarse en verde es necesario proceder a su secado, que
se lleva a cabo en eras formando mazos. A partir de aquí las diferencias en su
tratamiento se acentúan. En algunas comarcas se cuece, para lograr su elasticidad. En
otras se mantiene sumergido durante semanas en agua, procediéndose posteriormente a
su majado, realizado con una maza de madera sobre una piedra lisa llamada
machacandera, con la que pequeños racimos de tallos van siendo machacados al tiempo
que se gira el manojo hasta conseguir la fibra final destinada a la confección de cordeles
fundamentalmente.
Preparada ya la fibra el trabajo que se realiza con ella posee dos fases bien
diferenciadas. La primera consiste en la obtención de una cinta ancha tranzada,
denominada pleita, si es ancha; sobijos si es fina y tomizas si es de refuerzo. La segunda
parte de la labor consistía en la confección del objeto específico, mediante el cosido de
las pleitas, realizado con la aguja ré o aguja de trasmallar, dando forma a la infinidad de
piezas destinadas a uso personal, útiles agrarios o ganaderos, recipientes de sólidos y
líquidos, arreos de ganadería o complementos para la vivienda.
EL MIMBRE Se denomina mimbre a las varetas de la planta llamada mimbrera –salix
fragilis- que se utilizan en el trenzado de recipientes que deben contar con una gran
resistencia, ya que van a ser destinados al transporte o almacenamiento de productos de
peso. Su utilización se remonta, como en el caso del esparto, a la Antigüedad. Nos han
llegado objetos elaborados en mimbre del Antiguo Egipto y de la Edad del Hierro, así
como de épocas posteriores. A fines del siglo XX se revitalizó el uso de esta fibra, que
acaparó el mobiliario de terrazas y jardines. Los mimbrales se localizan en zonas
húmedas, creciendo de forma espontánea.
Hoy en día su cultivo se lleva a cabo en plantaciones, denominados mimbrerales. Los
mimbre se podan a partir de los tres años de su plantación, cortándose anualmente los
renuevos hasta alcanzar casi el centenar de años. El corte se realiza en invierno,
aprovechando la ausencia de hojas, con tijeras o con hoces. Los haces o gavillas de
mimbre se conservar en lugar aireado y seco, para evitar la humedad. Poco antes de su
uso se introduce en agua, para que recobre la flexibilidad, y se selecciona, agrupándose
según su tamaño y grosor en garbas o gavillas. Ya engavilladas, se introducen los tallos
en una poza con agua, disponiendo en la misma cuantas gavillas sean necesarias para
que el conjunto se mantenga vertical (empozar). A la llegada de la primavera, el
mimbre que brota se destina a ser pelado (mimbre blanco); el que no lo hace será
previamente cocido, con lo que tomará un color y propiedades diferentes (mimbre buz).
Para el pelado se utiliza un instrumento llamado retranca o, también, mordaza ,
consistente en dos barras de hierro soldadas entre sí por la parte inferior que se bifurcan
en su extremo superior para permitir la introducción de cada una de las varas de
mimbre y desproveerla de su cáscara al estirar de ella. Para su utilización se fija a una
estaca clavada al suelo, de forma que el artesano puede tirar con ambas manos.
El trabajo con el mimbre comienza por el fondo, donde se disponen un número par de
varas en forma de cruceta, mitad en un aspa mitad en otra, que se ata para que no se
mueva. A partir de aquí se van introduciendo, en sentido circular, cañas por encima y
debajo, alternativamente, de las guías que suponen las varillas formantes de la cruz
antes descrita, que se van separando dibujando una figura estrellada. El fondo va
armándose, de dentro a afuera, hasta llegar al tamaño deseado, momento en que se
remata cortando las terminaciones de los mimbres que hacían las veces de costillas con
unas tijeras o una navaja y realizando un ribete para reforzar el borde.
Previamente se introducen otras guías, cortando su extremo en bisel para facilitarlo,
que, dobladas hacia arriba y atadas en la parte superior, formarán la jaula que hace las
veces de la urdimbre sobre la que se entrecruzará la trama a fin de levantar las paredes
del cesto. Algunas partes del cesto pueden llevarse a cabo como una red abierta, que
consiste en entrecruzar unas costillas con otras, prescindiendo, en un segmento mayor o
menor, de la trama. Suele utilizarse el mimbre negro para las labores más bastas,
destinadas a trabajos agrícolas; y el blanco y el buz para las domésticas, aunque
también es posible combinar las tres calidades para conseguir resultados estéticos.
Como puede observarse se ha trabajado en espiral para confeccionar el cuerpo del
recipiente, en tanto que las asas pueden realizarse enrollando las varillas entre sí.
Tema 11. La documentación arqueológica
Qué entendemos por: Estudio de los materiales arqueológicos:
Entendemos por ello el trabajo documental del objeto: su identificación, descripción,
técnicas, usos, situación del hallazgo, localización actual, estado de conservación, etc.
Inventario:
El inventario es una obligación legal (Carta de Atenas, del Restauro, Ley 16/85,
etc.).Consiste en asignar un número específico a cada objeto, que servirá como su
identificación, registrándolo en una lista –inventario- que posee unidad.
“Es el DNI de la pieza”, nos servirá para reconocerla y asignarle una descripción
correspondiente.
Documentación:
Documentar significa relacionar el objeto con toda la información que se tenga
disponible sobre él, de manera que quede encuadrado dentro de unas coordenadas
temporales y culturales dentro de las cuales tuvo su razón de ser y explican su
existencia.
La documentación va referida fundamentalmente a la búsqueda bibliográfica y
documental sobre el objeto y su época. Diferenciamos documentación del objeto y
trabajo documental del objeto.
Estudio de los materiales arqueológicos:
Entendemos por ello el trabajo documental del objeto: su identificación, descripción,
técnicas, usos, situación del hallazgo, localización actual, estado de conservación, etc.
Siglado del material arqueológico:
Siglar consiste en adjudicar una identificación a todo el material extraído de una
actividad arqueológica, sea ésta fortuita o rastreo, prospección o excavación.
La sigla consta normalmente de una serie de elementos: datos relativos al yacimiento, al
área, cata, cuadrícula o unidad estratigráfica, al año de la campaña y, finalmente, el
correspondiente a su posición dentro de los hallazgos, que se expresa con una número
correlativo que va del 0 al último hallazgo registrado, cerrándose así la numeración.
El siglado se debe ubicar en una parte de la superficie del objeto que tenga extensión,
superficie y textura adecuada, prefiriéndose siempre las zonas menos visibles, ya que si
debe ser expuesto ello afearía su presentación.
En relación con la técnica para su realización debemos diferenciar la preparación de la
superficie, la inscripción y su sellado. Para preparar la superficie y luego su sellado
podemos utilizar esmalte de uñas, del tipo comercial que encontramos en las
droguerías. Si quisiéramos rectificar el trabajo bastaría un quitaesmalte para hacerlo
reversible. La inscripción la podemos llevar a cabo con una pluma tradicional (plumín y
palillero se pueden encontrar relativamente fácil en papelerías y comercios dedicados al
dibujo). Es preferible la tinta china negra, de uso frecuente. Si no se desea seguir este
sistema, se puede recurrirse a imprimir la sigla en papel adhesivo, sellando luego la
superficie.
Descripción del objeto:
Todo objeto debe ser descrito. Existen normas para la descripción de los objetos, así
como para la identificación de sus partes. Como norma general se acepta que se
describa un objeto comenzando por su parte superior y recorriendo su cuerpo, hasta
llegar a la base. Debe tenerse en cuenta la nomenclatura al uso, evitando acudir a
términos exóticos o poco adecuados –cráneo, en lugar de calota, cuerpo, en lugar de
panza, base, en lugar de culo, etc.- que en muchas ocasiones encontramos reflejados en
los inventarios.
El dibujo arqueológico:
El dibujo arqueológico es una parte de la documentación gráfica insoslayable. Hoy día
existen muchas herramientas que ayudan a su realización. Tradicionalmente se ha
recurrido a los peines y a los contorneadotes para lograr reproducir las siluetas de las
piezas. Los tamaños de los objetos también se pueden calcular, cuando están
fragmentados, con ayuda de círculos concéntricos.
Norma fundamental es realizar el dibujo con las referencias adecuadas, entre las que se
encuentra la incorporación de una referencia gráfica, que puede revestir distintas
formas.
El objeto se debe representar en sus distintas caras o facetas, así como de perfil. En el
caso de la cerámica se dibujará una mitad con el interior y otra con el exterior,
incluyendo el perfil de la pieza a la derecha.
La manera de representar varía del objeto y de la época. Así los objetos líticos siempre
se dibujan en líneas, salvo la corteza que aparece punteada. Para época clásica se
prescinde del punteado, reservándose éste para la cerámica común, sin decoración.
En todos los casos se ha aceptado que la pieza se contornea por una punta 0.3 y el
dibujado interno con 0.2. Estas precauciones, sin embargo, no son aceptadas por todos
los equipos de trabajo, que representan sus objetos con algunas modificaciones sobre las
normas aceptadas.
En la actualidad el dibujo arqueológico recibe el auxilio inestimable del dibujo asistido
por ordenador. Los programas de CAD (Autocad, MicroStation, etc.) resultan auxiliares
inestimable, pero debe conocerse su manejo, que no es fácil. Más asequible es el apoyo
prestado por la fotografía digital, que puede servir de plantilla para el dibujo
arqueológico (Paint, Fotoshop,etc.).
La fotografía:
La fotografía es uno de trabajos imprescindibles en una excavación arqueológica. Debe
irse fotografiando la excavación a medida que se desarrolla, ya que esta documentación,
junto con la ficha de la UE y los dibujos constituyen las piezas que garantizan el control
de la excavación y certifican de qué se está hablando. Recuérdese que excavar es ir
eliminando estratos.
También los hallazgos que se van localizando se fotografían, tal como van apareciendo,
de manera que se tiene siempre imágenes de los mismos. Finalmente, las estructuras y
los objetos, ya limpios, vuelven a ser sometidos a la lente, de manera que siempre
tenemos la imagen del antes y después de la excavación
Si el director de los trabajos no es fotógrafo, debe al menos conocer lo suficiente la
técnica fotográfica como para servirse de tan insustituible auxiliar en la documentación
de sus excavaciones y de los hallazgos que realice, procurando siempre que la cámara
capte lo mejor posible la realidad.
No se trata de hacer fotos buenas, buenísimas. Lo que exige la excavación son las
fotografías adecuadas para documentar lo que el director arqueólogo ve y necesitará
siempre como referencia insustituible para sus hallazgos. La idea, por tanto, de la
fotografía es que documente los hallazgos tal y como aparecen in situ, los colores de las
tierras, las manchas, la colocación de unas piezas con respecto a otras, las dimensiones
de los objetos y las orientación de los mismos.
Para todo ello, no se debe olvidar nunca colocar junto a lo que se fotografía una escala y
una pizarra con el número de la cata, cuadrícula o unidad estratigráfica fotografiada y la
orientación de la misma, siempre con respecto al norte. Las fotografías que se vayan
haciendo deberán anotarse en el diario de excavaciones o en las fichas, con un número y
una referencia topográfica.
Material elaborado a partir de la actuación arqueológica:
Proyecto
Se denomina proyecto al conjunto de requerimientos que demanda la Administración
competente para proceder a la concesión de una autorización. En líneas generales debe
constar:
- Descripción del Bien Cultural en el
que se va actuar
- Situación jurídica y permiso del
propietario o titular
- Descripción detallada de las
actuaciones previstas
- Medios y ayudas con las que se cuenta
(presupuesto razonado)
- Dirección técnico-científica y equipo
de trabajo
- Duración de las actividades e
infraestructuras
- Seguridad e Higiene Laboral (Plan de
Seguridad Laboral)
Informe
El informe es el primer documento que se elabora una vez realizada la actividad
arqueológica.
Debe reflejar tanto las actividades realizadas como los resultados obtenidos, señalando
la importancia del Bien y la necesidad de su preservación, si ello fuese necesario. Debe
ser emitido inmediatamente después de concluirse los trabajos, sin demora no dilación,
ya que será el documento que sirva a la hora de proceder sobre el mismo, de cara a su
preservación y en la medida que ésta se encare Debe ir firmado por el Director de los
trabajos o el Equipo que lleve la dirección científica o técnica del mismo.
Incluirá las recomendaciones que se consideren necesarias para preservar su integridad
en el caso de peligro de desaparición Propondrá las medidas de protección que se
consideren oportunas.
Memoria
Siempre es necesario una memoria de la actuación arqueológica consiste en la recogida
y elaboración de toda la documentación generada por dicho trabajo, a la que se añadirá
el estudio del sitio, de los materiales recuperados, de su adscripción temporal y de la
interpretación pormenorizada y global del emplazamiento y materiales. Suele realizarse
en los meses siguientes a la conclusión del trabajo de campo y gabinete.
Debe incluir el estudio histórico y cultural al que se adscribe. Debe contener cuantas
recomendaciones se estimen oportunas para preservar y divulgar el bien. Conviene que
incluya las actuaciones de cara al futuro en el Sitio
Publicación
La publicación de la actividad arqueológica supone la divulgación del trabajo realizado
entre especialistas e interesados. La publicación presenta diferentes formatos:
-Publicación a través de Congresos, Jornadas o Seminarios
-Publicación en Revistas Científicas o de Divulgación
-Publicación en Series Especializadas o en Monografías
En todos los casos hoy se considera que la publicación es un compromiso y una
obligación del investigador, revistiendo una necesidad social que queda comprometida
en la misma petición de actuación.
Tema 12. Musealización de los yacimientos
arqueológicos
Concepto de musealización del yacimiento arqueológico.
“Acción y efecto de incorporar algo a la exposición estable de un museo. Por analogía,
en el caso de yacimientos arqueológicos –y, por extensión, en el de inmuebles
históricos– musealizar es hacerlos visitables y accesibles, transformándolos en una
exposición estable, como si de un museo se tratara. Musealizar es, por lo tanto, hacer de
un yacimiento arqueológico –o de un inmueble con valor patrimonial– un museo o una
exposición estable de sí mismo”. (II Congreso Internacional de Musealicación de
Yacimientos Arqueológicos, Zaragoza, 2004)
Musealizar = Transformar un yacimiento en un museo
Ello significa que son cosas distintas, que pueden llegar a converger. El yacimiento ya
ha sido estudiado, excavado. Ahora se convierte en un recurso. La idea no es mostrar
unas ruinas que han llegado hasta nosotros. Se trata de plantear cómo era ese sitio
cuando tenía vida.
Para ello nos vamos a valernos de varios recursos:
Los paneles explicativos: Nos van a ofrecer el contexto, las referencias específicas, la
recreación de lo que queda
Circuitos de visita: Permitirán el acceso cómo a las instalaciones, evitando que se
produzca deterioro por la intrusión en espacio no permitidos.
Reconstrucción de elementos: De manera que la visita pueda ser comprensible. Un
elemento caído o fuera de contexto no dice nada.
La exposición de materiales recuperados: Ayudará a comprender la vida en el lugar.
Documentales y materiales didácticos: Hoy son una potente herramienta para recrear
el espacio en el momento de su ocupación, así como las fases o etapas del mismo.
Materiales de apoyo al profesor y a los visitantes: La guía, los folletos y las
reproducciones permitirán familiarizarnos con el mundo que se presenta. Harán la visita
más instructiva y permitirán conocer a fondo todo el conjunto.
Criterios y Escuelas en musealización
Existen dos grandes tendencias en el mundo de la musealización
- Dejar el yacimiento como está, protegiéndolo y dotándole de las ayudas a su
interpretación. Hoy día existen muchos yacimientos que se encuentran musealizados
siguiendo estas pautas. La intervención se reduce a consolidar, proteger y establecer los
circuitos de visitas, dejando que la didáctica explique cómo sería el yacimiento en su
momento de vida.
- Reconstruir el espacio, de manera que el propio sitio “se explique”. Ello conlleva un
esfuerzo ingente en restauración y puede constituir una falsificación. No es necesaria la
imaginación, ya que el yacimiento ha sido reconstruido, de manera que resulta obvio.
Tema 13. La explotación de los Bienes Arqueológicos
El Bien Arqueológico y su valorización: preservación y explotación económica:
Los bienes arqueológicos deben estar a disposición de la comunidad (Ley 16/85 de
PHE).
Ello significa que todo el trabajo desarrollado por el arqueólogo está dirigido al disfrute
de las generaciones presentes y venideras.
La investigación del Patrimonio Arqueológico no debe estar reñida con los criterios de
preservación.
Por otra parte, la preservación debe ser compatible con la valorización del Bien (su
explotación económica) que debe revestir maneras que no atente contra la integridad del
Bien.
Preservación y Valorización son las dos caras de la misma moneda, ya que no se presta
atención y se conserva lo que no resulta atractivo y rentable. De ahí el hincapié de toda
la legislación en señalar que los Bienes deben tener un uso.
Otro aspecto a tener en cuenta es que ese uso debe ser compatible con las características
del bien, de manera que sea un uso adecuado
Arqueología y desarrollo sostenible: El papel de la Administración y del sector
privado.
La Arqueología se integra dentro de un sector productivo que son los recursos
culturales. Este sector está en pleno desarrollo hoy día como consecuencia del mayor
nivel cultural de la población y de una sociedad del ocio, representada por el turismo
cultural
En líneas generales, los recursos arqueológicos son bienes de dominio público. En muy
pocos casos los bienes son de titularidad privada, aunque un gran porcentaje pertenecen
a la Iglesia Católica (Concordato)
La explotación de estos recursos presenta una necesaria imbricación entre las
Administraciones y las Entidades Privadas, ya que los flujos turísticos están canalizados
en la mayoría de los casos por entidades privadas –agencias de turismo, guías turísticos,
sector de hostelería, etc.)
Tema 14. Enseñar Arqueología
Arqueología en el Aula:
Cuando hablamos de la arqueología en el aula no sólo estamos hablando de la
enseñanza de la arqueología como disciplina. La arqueología constituye un recurso para
muchas disciplinas: Historia, Historia del Arte, Geografía, Lengua y Literatura,
Tecnología, Filología, Arquitectura, etc.Así visto el arqueólogo no es sólo un trabajador
de campo o un investigador apartado del mundo docente.
El arqueólogo debe cuidar la enseñanza de la arqueología de manera que se formen
buenos profesionales, pero también debe tener entre sus preocupaciones la transferencia
de resultados, es decir, convertir la investigación en recursos disponibles para la
sociedad en la que se encuentra insertado.
Los gabinetes didácticos en los museos y yacimientos:
El gabinete didáctico es el departamento encargado de la didáctica y difusión de un
museo o de una institución cultural (yacimiento, aula arqueológica, etc.).
Su cometido es la presentación asequible a todo el público, haciendo posible la
interpretación de los bienes arqueológicos a un público no especializado, así como la
especial presentación a cada nivel de público.
Entre sus tareas figuran la confección de material didáctico, las visitas guiadas y la
presentación al público de las colecciones
Arqueología experimental:
Denominamos “Arqueología experimental a la recreación de los procesos que dieron
como resultado los elementos arqueológicos. La arqueología experimental tiene gran
tradición. Se remonta a la construcción de embarcaciones que se llevó a cabo a
mediados del siglo XX. El ejemplo más conocido es la Kon Tiki (1947), embarcación
de fibras vegetales –totora- que se utilizó para demostrar la posibilidad de llegar al
subcontinente suramericano desde el Pacífico.
En el plano de los artefactos, son conocidos los trabajos de Semenov elaborando útiles
líticos.