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RESEÑA DEL AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3859/2014
PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
“DERECHOS DE PATERNIDAD DE LAS
PERSONAS QUE TIENEN SUSPENDIDA LA
PATRIA POTESTAD POR PADECER ALGUNA
DISCAPACIDAD”
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RESEÑA DEL AMPARO DIRECTO
EN REVISIÓN 3859/2014
MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA
SECRETARIA: ANA MARÍA IBARRA OLGUÍN
PRIMERA SALA DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
“DERECHOS DE PATERNIDAD DE LAS PERSONAS QUE TIENEN
SUSPENDIDA LA PATRIA POTESTAD POR PADECER ALGUNA
DISCAPACIDAD”
Cronista: Licenciada Alma Leticia Cisneros Ramírez
En 2001 una pareja contrajo matrimonio en el Estado de Michoacán, dos
años más tarde tuvieron a su primer hijo, sin embargo, cuando éste
contaba con siete meses de edad, su padre sufrió un accidente
automovilístico que lo dejó en estado de coma por tres meses a causa del
traumatismo cráneo encefálico ocurrido, que además, le ocasionó un
severo daño cerebral irreversible afectando así, sus habilidades mentales
y motoras.
En vista de la situación, en 2006 la esposa promovió estado de interdicción
respecto de su entonces cónyuge, en el cual se designó al padre de éste
como tutor definitivo. En atención a su nueva condición jurídica, la patria
potestad que ejercía sobre su menor hijo, fue suspendida, sin que se
hiciera pronunciamiento alguno sobre el régimen de visitas, asimismo, los
alimentos del niño quedaron a cargo del abuelo paterno, quien
proporcionaba un monto mensual a su nuera para cumplir con la
obligación alimenticia en representación de su hijo.
Un año después, la mujer entabló una demanda de divorcio, la cual resulto
procedente sin que nuevamente se fijara un régimen de visitas entre el
padre y su hijo. Al encontrarse libre, la señora contrajo nuevas nupcias en
Funcionaria adscrita a la Dirección General de Casas de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
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el año 2010, con un hombre con el que sostuvo una relación de amistad
desde cinco años atrás.
Con motivo del nuevo matrimonio, el marido inició una jurisdicción
voluntaria para ejercer la acción de adopción plena respecto del menor de
edad, pues lo conoció prácticamente desde su nacimiento, brindándole
cariño y estima como si se tratara de su propio hijo.
Dicho procedimiento de adopción fue notificado a la madre del niño como
la persona que ejerce la patria potestad, la cual otorgó su consentimiento
para que fuera adoptado por su nueva pareja; por su parte, el menor
expresó su deseo en el mismo sentido, sin embargo, el abuelo paterno,
como tutor del padre biológico, manifestó su oposición, pues indicó su
interés por continuar la convivencia con su nieto, razón por la cual, el juez
civil del conocimiento declaró contenciosa la diligencia de jurisdicción
voluntaria a efecto que el inconforme, promoviera la demanda de nulidad
correspondiente, misma que presentó en el año 2012.
El proceso culminó en 2013 con el dictado de la sentencia en la que se
declaró procedente la nulidad de la adopción del menor en cuestión, pues
el juez consideró que el padre biológico del niño no había perdido sus
derechos de paternidad, sino que únicamente se encontraban
suspendidos, además que era necesario atender a la mejoría que éste
había presentado, toda vez que compareció a la audiencia señalando
correctamente su nombre, reconociendo la existencia de su hijo, el cariño
que le profesaba y su deseo de verlo, de tal manera que esa suspensión
en el ejercicio de la patria potestad no trascendía hasta el grado de que
fuera la madre del menor quien supliera su consentimiento para que se
llevara a cabo la adopción.
Respecto de la manifestación hecha por el menor, el juez estimó que no
era suficiente para decretar la procedencia de la adopción, máxime porque
las pruebas periciales en materia de psicología que le fueron practicadas,
demostraban que el infante se encontraba en un estado de estrés derivado
de la presión del entorno para tener otro apellido; asimismo, el perito indicó
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que debía darse la oportunidad al niño de convivir con su padre biológico
de manera paulatina.
Inconforme con tal determinación, el promovente de la adopción interpuso
recurso de apelación, en el cual se confirmó la sentencia recurrida, pues
se estimó que atendiendo al interés superior del menor, a los derechos de
las personas con discapacidad y al no existir el consentimiento del padre
biológico, era fundada la oposición a la adopción del menor.
Posteriormente, en contra de esta resolución el apelante promovió un
juicio de garantías, en el que el Tribunal Colegiado del conocimiento
determinó negar el amparo solicitado; en desacuerdo, el quejoso interpuso
el recurso de revisión.
En dicho medio de impugnación el recurrente, en resumen, hizo valer los
siguientes agravios:
Que las disposiciones relativas a los derechos del menor no se
interpretaron de manera acorde a su interés superior, pues no se
valoró el beneficio que suponía para éste la adopción, no obstante
que se colmaron los requisitos legales para llevarla a cabo.
Que si bien el tribunal del conocimiento tomó como base los
dictámenes periciales en los que se indicaba que el menor debía
reactivar la convivencia con su padre biológico, este último no había
hecho el intento de buscarlo y proporcionarle alimentos.
Que respecto del conocimiento que debe de tener sobre sus orígenes,
el órgano jurisdiccional no valoró que el niño está plenamente
consciente de cuál es su origen, sin embargo, manifestó su voluntad
de cambiar de apellido por el del adoptante.
Que el tribunal no contempló los derechos derivados de la filiación,
tales como la asignación de apellidos, atribución de la patria potestad
y los derechos alimentarios a favor de menor, pues es el adoptante y
no el padre biológico quien se hace cargo de su cuidado, en los
ámbitos sociales, físicos y económicos.
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Que el órgano jurisdiccional no valoró que la afectación psicológica
del menor a causa de la adopción, no resultaba del cambio de
apellido, sino de la dilación del procedimiento, ya que el niño expresó
su voluntad de cambiarlo por el del adoptante, lo cual no fue
escuchado por el tribunal ocasionándole con ello un daño, pues se
sentía discriminado al no poder llamarse igual que la persona que él
considera como padre, por haber satisfecho sus necesidades
emocionales, físicas y psicológicas.
El recurso fue admitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y
radicado en la Primera Sala, donde se turnó a la ponencia del Ministro
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea para la elaboración del proyecto de
resolución correspondiente.
Así, en la sesión del veintitrés de septiembre de dos mil quince, la Sala
resolvió el asunto a partir del estudio de los siguientes temas: I. Derecho
de oposición de quienes tienen suspendida la patria potestad y II.
Principios que rigen los procesos de adopción cuando el padre es una
persona con discapacidad en estado de interdicción.
I. Derecho de oposición de quienes tienen suspendida la patria
potestad
En principio, la Sala consideró necesario precisar si una persona que tiene
suspendida la patria potestad por encontrarse en estado de interdicción,
puede negar su consentimiento y oponerse a la adopción de su menor hijo,
ya que de conformidad con el artículo 377 de la legislación familiar
michoacana,1 éste figura como un requisito fundamental para que dicho
procedimiento pueda tener lugar.
1 Código Familiar para el Estado de Michoacán (vigente al 1 de julio de 2013) Artículo 377. Para que la adopción pueda tener lugar deberán consentir en ella, en sus respectivos casos: I. El que ejerce la patria potestad sobre el menor que se trata de adoptar; II. El tutor del que se va a adoptar; III. La Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia, con el carácter de representante del menor de edad; cuando éste no tenga padres conocidos, ni tutor; y IV. El Menor de edad si tiene más de doce años; Además deberá consentir el Consejo Técnico de Adopción. En todos los asuntos de adopción serán escuchados los menores atendiendo a su edad y circunstancias personales. En el caso de las personas con discapacidad, será necesario su consentimiento, siempre y cuando fuese posible la expresión indubitable de su voluntad. La persona que haya acogido al menor de edad dentro de los seis meses anteriores a la solicitud de su adopción y lo trate como a un hijo, podrá oponerse a la adopción, debiendo exponer los motivos en que se funde su oposición.
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Para ello, indicó que la patria potestad debe entenderse como una
institución encaminada a la protección de la niñez, que implica una
correlación de derechos y deberes legalmente previstos, tendientes a
salvaguardar las necesidades del menor para lograr su desarrollo y
formación integral. Por lo que si el interés superior del menor, su desarrollo
o integridad se vieran comprometidos o afectados por las conductas de
los padres, existe la posibilidad de suspenderla o decretar su pérdida, lo
cual se encuentra regulado en los artículos 418 y 421 del Código Familiar
para el Estado de Michoacán, que prevén las hipótesis para la suspensión
y pérdida de la patria potestad.
Respecto del supuesto de pérdida de la patria potestad, se dijo que
constituye una medida de carácter excepcional para proteger los intereses
del menor cuando se actualice algún incumplimiento grave de los deberes
que le son inherentes.
Así, se precisó que en la legislación familiar mencionada, se contempla
que se pierde la patria potestad en los siguientes supuestos: i) privación
por resolución judicial, ii) ser condenado dos o más veces por delitos
graves, iii) realizar acciones que atenten contra la integridad, seguridad o
desarrollo del menor, iv) exponer o abandonar al menor, v) cometer
violencia familiar y vi) Intentar dar al hijo en adopción.
Por otra parte, la Sala señaló que la suspensión de la patria potestad se
verifica cuando se da alguna de las siguientes hipótesis: i) se decrete la
incapacidad judicialmente, ii) se declare la ausencia en forma, iii) sea
decretada como pena en una sentencia y iv) por encontrarse privado de la
libertad a causa de un proceso penal o imposición de una pena de prisión.
De lo anterior, se destacó que en el caso en estudio la suspensión de la
patria potestad por declaración judicial, no deviene de incumplimientos
graves de los deberes del progenitor o cuestiones que pongan en riesgo
la seguridad del niño, sino de una situación ajena al padre, como lo es el
estado de interdicción derivado de su discapacidad, la cual constituye una
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situación de hecho que le impide hacerse cargo de sus responsabilidades.
Por ello, debe interpretarse que ejerce la patria potestad aquél que no ha
sido condenado a su pérdida.
En ese contexto, la Sala expresó que la legislación michoacana dispone
que para efectuar la adopción de un menor, es necesario que la persona
que ejerce la patria potestad otorgue su consentimiento, por ello, si el
padre del menor no fue condenado a su pérdida, está facultado para
expresar su opinión respecto del procedimiento familiar al cual sometieron
al menor.
Lo anterior es así, ya que el hecho de encontrarse suspendido en el
ejercicio de la patria potestad, no debe llevarse al extremo de negarle el
derecho a expresar su decisión en un asunto de semejante trascendencia
en la vida del menor.
II. Principios que rigen los procesos de adopción cuando el padre es
una persona con discapacidad en estado de interdicción
Para esclarecer este punto, la Sala indicó que de conformidad con el
principio de mantenimiento del menor en la familia biológica,2 existe un
interés fundamental porque el niño no sea separado de sus padres en
contra de la voluntad de éstos, lo cual se transforma en una presunción
que debe superarse para poner fin a la relación paterno-filial.
Aunado a lo anterior, se reconoció el derecho de toda persona a recibir
protección contra injerencias arbitrarias o ilegales en su familia,3 que
implica que las autoridades deban preservar y favorecer en todo momento
la permanencia del niño en el núcleo familiar, excepto cuando existan
razones que obliguen a separarlo de éste, tales como colocarlo en
condiciones o circunstancias de riesgo.
2 Principio proclamado en la Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas, así como en el artículo 9 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. 3 Reconocido expresamente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en los artículos 12.1 y 11.2.
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En ese sentido y en relación con el procedimiento de adopción, la Sala
concluyó que al existir una presunción a favor del mantenimiento del niño
dentro de su núcleo biológico, es necesario evaluar, a la luz del interés
superior del menor, las circunstancias que motiven la adopción, para
determinar si se actualiza alguna de las causas que la derroten, las cuales
pueden ser: 1) el consentimiento de los padres en la adopción y 2) en caso
de que éstos se opongan, se demuestre que de negarse la adopción
afectaría los derechos del infante.
Para abordar dichos temas, la Sala analizó el consentimiento de quienes
ejercen la patria potestad para que se inicie un trámite de adopción, desde
las siguientes perspectivas: a) La importancia del consentimiento de los
padres en los juicios de adopción, en especial aquellos que tengan alguna
discapacidad y b) cuándo y bajo qué estándar se produce una afectación
al menor que supere la presunción del mantenimiento de las relaciones
familiares.
1. Consentimiento de quienes ejercen la patria potestad para que
se inicie el trámite de adopción de su hijo.
Al respecto, la Sala señaló que resulta de gran trascendencia que los
padres puedan ejercer sus derechos en los procesos de adopción de sus
hijos, pues deben contar con la posibilidad de defender sus relaciones
familiares, que podrían verse afectadas de manera irremediable,
perdiéndolas para siempre.
En ese contexto, con apoyo en las determinaciones del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos,4 la Sala sostuvo que dar un niño en adopción sin
el consentimiento de sus progenitores, afectaba no sólo el desarrollo de
las relaciones entre padres e hijos, sino que daba lugar a un proceso
irreversible, poniendo a los progenitores en desventaja frente a los
adoptantes, lo cual se traduciría en una injerencia arbitraria o ilegal en su
4 Keegan vs. Ireland, Tribunal Europeo de Derechos Humanos, (no. 16969/90), 26 de mayo 1994.
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familia, atentando con ello al principio de mantenimiento de las relaciones
familiares.
En lo tocante al consentimiento de las personas con discapacidad, la Sala
indicó que éste debería realizarse conforme al modelo de “asistencia en la
toma de decisiones”, que tiene como punto de partida proteger y garantizar
la libertad de elección de las personas, fomentando la libre
autodeterminación, en la medida que lo permita el grado de diversidad
funcional que posea. Por ende, se indicó que el juez no podrá pasar por
alto la manifestación de voluntad expresada por una persona en estas
circunstancias, sino que habrá de estudiarla detenidamente a fin de
dictaminar si puede surtir algún efecto jurídico.
Además, se dijo que la voluntad de pupilo, no podrá ser suplida por la del
tutor cuando se trate de valoraciones tan íntimas como lo es dar un hijo en
adopción, por lo que en estos casos, el juzgador deberá evaluar la opinión
que al respecto formule el padre por sí mismo respecto de dicho
procedimiento, para después confrontarlo con el interés superior del
menor y decidir cuál será el resultado más beneficioso para este último.
En ese orden, se destacó que atendiendo al principio de mantenimiento
de las relaciones familiares, para que la oposición del padre sea superada,
debe corroborarse que de no otorgar la adopción se afectaría al menor, en
el entendido de que tratándose de padres con discapacidad, dicha
afectación debe ser probada clara y convincentemente.
2. Estándar para superar el principio de las relaciones familiares
cuando el padre es una persona con discapacidad en estado de
interdicción.
En relación con estándar para superar el principio de las relaciones
familiares cuando el padre es una persona con discapacidad en estado de
interdicción, la Sala determinó que en los casos de adopción a la luz del
interés superior del niño, no basta que se busque la situación más benéfica
para éste, sino que es necesario que se acredite que de no llevarse a cabo
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la adopción, se causaría un daño al menor, lo cual derrotaría tanto la
presunción de mantenimiento de las relaciones familiares, como la falta de
consentimiento de los padres biológicos; no obstante, cuando se trate de
padres con discapacidad, el Estado debe garantizar que en los procesos
de adopción estén debidamente representados los derechos de los
progenitores.
De ahí que la Sala distinguiera dos supuestos: uno genérico, donde
deberá acreditarse que de no realizarse la adopción se generaría un daño
al menor; y otro reforzado, tratándose de padres con discapacidad, en el
que la afectación deberá demostrarse bajo un estándar de prueba claro y
convincente, y que dicho dañó no derive de prejuicios, estigmatizaciones,
o de barreras que puedan ser mitigadas por medidas alternativas o ajustes
razonables.
Dichas consideraciones, se dijo, encuentran respaldo en el derecho
internacional, pues la propia Convención de las Naciones Unidas de los
Derechos de las Personas con Discapacidad establece que separar al
menor de los padres por motivos de discapacidad, deberá contemplarse
como decisión última, ya que previamente se debe analizar las alternativas
y la posibilidad de hacer partícipe de la responsabilidad del niño, a la
familia extendida.
En concordancia con lo anterior, la Primera Sala afirmó que las relaciones
paterno-filiales gozan de una protección reforzada cuando alguno de los
padres tiene alguna discapacidad, por lo que la presunción podrá ser
superada únicamente cuando se acredite que de no otorgarse la adopción
se causaría un daño real al menor, el cual debe demostrarse con base en
pruebas técnicas o científicas que resulten convincentes, alejándose de
consideraciones discriminatorias que partan de una categoría
sospechosa, en este caso, padecer una diversidad funcional.
Así, se enfatizó que a la luz del modelo social, se entiende que la
discapacidad está considerada como una desventaja causada por
barreras que la organización social genera al no atender de manera
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adecuada las necesidades de las personas con diversidades funcionales,
por lo que el juzgador debe realizar diversos ajustes razonables, que
consisten en la búsqueda y adopción de alternativas que le garanticen
tener una plena participación social corrigiendo el desequilibrio existente,
por ejemplo, implementar acciones que le permitan cumplir con los
deberes de la paternidad en la medida de los posible.
III. Resolución del caso
Consecuentemente, en el caso concreto, la Primera Sala determinó que
de los autos no se desprendía que la afectación a los derechos del menor
por no ser adoptado se encontrara clara y fehacientemente acreditada,
además, no se comprobó que el juzgador hubiera aplicado los ajustes
razonables que facilitarán el cumplimiento de las obligaciones paternas,
tales como buscar el apoyo en la familia extensa o propiciar la convivencia
y desarrollo de una relación afectiva entre el niño y su padre biológico,
máxime cuando éste, manifestó profesarle cariño y desear convivir con su
hijo.
Por ende, atendiendo al modelo social de decisiones y al interés superior
del menor, la Sala modificó la sentencia recurrida para el efecto de que se
dictara una nueva en la que se reiterara la improcedencia de la adopción,
se fijara un régimen de convivencias entre el niño y el padre biológico, se
estudiara si éste cuenta con bienes para dar cumplimiento a las
obligaciones alimenticias y se ordenara la asistencia a terapias
psicológicas.
El asunto se resolvió por mayoría de tres votos a favor de los Ministros
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas
y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en contra de los emitidos por los Ministros
Jorge Mario Pardo Rebolledo y José Ramón Cossío Díaz, quien formuló
un voto particular.5
5 El Ministro Cossío Díaz disintió de la decisión que adoptó la Sala, pues estimó que se formuló pasando por alto el artículo 377 de la legislación familiar michoacana, que prevé como requisito para efectuar la adopción de un menor, contar con el consentimiento de los padres que ejerzan la patria potestad. Así, consideró que el padre del menor manifestó su oposición al procedimiento de adopción, lo que debió resultar suficiente para negarla, sin embargo, se
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De este asunto derivaron los siguientes criterios:
ADOPCIÓN. CRITERIOS PARA EVALUAR EL CONSENTIMIENTO DE
LOS PADRES CUANDO ÉSTOS SEAN PERSONAS CON
DISCAPACIDAD.6
ADOPCIÓN. CRITERIOS PARA PROBAR SI EXISTE UN DAÑO
CONTRA EL MENOR TRATÁNDOSE DE PADRES CON ALGUNA
DISCAPACIDAD.7
ADOPCIÓN. DERECHO DE OPOSICIÓN DE QUIENES EJERCEN LA
PATRIA POTESTAD.8
ADOPCIÓN. EL TUTOR NO PUEDE SUSTITUIR LA VOLUNTAD DEL
PADRE QUE DEBA OTORGAR SU CONSENTIMIENTO.9
ADOPCIÓN. ESTÁNDAR PARA OTORGARLA SIN EL
CONSENTIMIENTO DE LOS PADRES, CUANDO SE TRATE DE
PERSONAS CON DISCAPACIDAD.10
ADOPCIÓN. LA SUSPENSIÓN DE LA PATRIA POTESTAD NO
SUPRIME EL DERECHO DEL PROGENITOR A OPONERSE A LA
ADOPCIÓN DE SU HIJO.11
procedió al análisis de idoneidad y al estudio del daño que se pudiera causar al menor, soslayando con ello su voluntad. En ese sentido, el Ministro acotó que si bien el padre se encontraba suspendido en el ejercicio de la patria potestad a causa del estado de interdicción en el que se ubicaba, ello de ninguna manera implicaba la pérdida de la misma, pues los motivos que actualizan dichas hipótesis son diferentes. Finalmente, dijo no compartir el criterio mayoritario, por considerar que éste no cumplía con el objetivo de salvaguardar mejor los derechos de las personas con discapacidad, debido a que regularmente las personas en estos supuestos se enfrentan a barreras sociales para expresar y hacer respetar sus decisiones, lo que a su juicio, aconteció en el caso concreto. 6 Tesis: 1a. VII/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 26, Enero de 2016, Tomo II, Pág. 959, Registro 2010723. 7 Tesis: 1a. X/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 26, Enero de 2016, Tomo II, Pág. 959, Registro 2010724. 8 Tesis: 1a. VI/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 26, Enero de 2016, Tomo II, Pág. 960, Registro 2010725. 9 Tesis: 1a. VIII/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 26, Enero de 2016, Tomo II, Pág. 961, Registro 2010726. 10 Tesis: 1a. IX/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 26, Enero de 2016, Tomo II, Pág. 961, Registro 2010727. 11 Tesis: 1a. IV/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 26, Enero de 2016, Tomo II, Pág. 962, Registro 2010728.
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ADOPCIÓN. PRESUNCIÓN EN FAVOR DEL PRINCIPIO DEL MANTENIMIENTO DE LA FAMILIA BIOLÓGICA.12 MODELO SOCIAL DE LA DISCAPACIDAD. AJUSTES RAZONABLES EN PROCEDIMIENTOS DE ADOPCIÓN.13
12 Tesis: 1a. V/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 26, Enero de 2016, Tomo II, Pág. 962, Registro 2010729.. 13 Tesis: 1a. XI/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 26, Enero de 2016, Tomo II, Pág. 970, Registro 2010737.